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OVE entrevista a Giovanni Beluche: pandemia del Covid 19 ha afectado el derecho a la educación en todos los niveles educativos

Entrevista hecha en exclusiva para OVE, por Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina

 

Conocimos al profesor Giovanni Beluche en el marco de las protestas estudiantiles que se generaron en el 2019 en Costa Rica. A partir de ese momento, desde OVE, le hemos pedimos frecuentemente información sobre la situación educativa en la nación Centroamericana. Siempre ha estado dispuesto a colaborar y agradecemos que lo hace de manera expedita, siendo una fuente seria, objetiva y confiable que posibilita contar con información veraz y oportuna para los lectores de nuestro portal.

El profesor Beluche es Doctor en Estudios de la Sociedad y la Cultura y M.Sc. en Sociología de la Universidad de Costa Rica, además Licenciado en Sociología y Profesor de Segunda Enseñanza, en la Universidad Nacional de Panamá. Su experiencia profesional se ha realizado en 13 países de América Latina y El Caribe, en las áreas de investigación, extensión, asistencia técnica, docencia, dirección de proyectos y consultorías diversas. Ha laborado con pueblos indígenas y originarios en México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Haití, Honduras, Ecuador, Bolivia, Perú y Paraguay. También ha laborado en programas de formación de maestros y maestras a nivel de grado y posgrado en universidades públicas y privadas. Sus dos libros más recientes son “Educación para el Buen Vivir. Saberes y sentires del pueblo Ngäbe” (autor) y “Masculinidades en la cultura del fútbol” (co autor). Coordina proyectos de Trabajo Comunal Universitario en la Sede Central de la Universidad Técnica Nacional de Costa Rica. Ha ejercido la docencia en la Maestría Centroamericana en Sociología, FLACSO Costa Rica, en la Escuela de Planificación y Promoción Social de la UNA (Costa Rica) y la Universidad de San Carlos de Guatemala. Es académico de la Universidad Nacional y la Universidad Técnica Nacional de ese país.

En el marco de la alianza estratégica entre el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) y el portal de los y las maestras OVE, Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina conversan con Giovanni Beluche, con la intención de pulsar su opinión sobre la coyuntura generada por la pandemia del COVID-19 y las perspectivas educativas de corto y mediano plazo. Estamos seguros que su contenido será útil para nuestros lectores y para las investigaciones que auspiciamos.

 

Profesor Giovanni, cuéntanos un poco tu historia de vida, ¿Cómo llegaste a la educación crítica y contestataria?

Primero expresar mi gratitud por tener la oportunidad de compartir mis ideas en un espacio donde tendré la oportunidad de ser leído por diversas personas que conviven en territorios hermanos; sobre todo en estos momentos que demandamos de encuentros y diálogos, aunque sea a la distancia física. 

Desde mi formación y ejercicio profesional siempre estuve vinculado con la educación popular, principalmente con grupos urbanos, rurales e indígenas en desventaja social en diferentes países de América Latina y El Caribe.

La transformación de esas realidades no se puede quedar en el terreno técnico, requiere que los pueblos pierdan la inocencia ideológica y política, se organicen para cambiar sus condiciones actuales mediante estrategias que trasciendan los proyectos productivos.

 

La sociología crítica y los estudios culturales son fundamentales para comprender la realidad y proponer su transformación, pero los cambios sociales serán posibles y duraderos si las comunidades y sectores sociales los encabezan de forma organizada, consciente, emancipada y valiente.

Para esto la educación popular es crucial, de ahí la pedagogía crítica y la vigencia del pensamiento de Freire (como educador latinoamericano), junto con las denominadas epistemologías del sur, los saberes campesinos, la educación para el Buen Vivir, la educación biocéntrica, la pedagogía de la pregunta, la pedagogía de la ternura, el significado de senti – pensar y corazonar, como expresiones de formas alternativas de construir la episteme y la acción político-educativa inteligente, para desaprender y aprender, lo que ha emanado de las experiencias de educación popular y vivencia de los pueblos.

Me atrevo a afirmar que estas expresiones de la pedagogía crítica y contestataria no sólo son nuestros puertos de salida y de llegada, también son nuestra carta de navegación en el maravilloso viaje de la educación. Como lo planteó Freire “La educación no cambia el mundo, pero cambia a las personas que van a cambiar el mundo”

 

Giovanni ¿Cuáles son los elementos más relevantes de la crisis educativa en Costa Rica?

Como sociólogo debo aclarar primero que vivimos en una sociedad que está en una profunda crisis, algunos de sus síntomas: desigualdad, injusticia, polarización social, maltrato a la madre tierra, infelicidad de las personas, exclusión, pobreza material, falta de legitimidad de la democracia liberal. Hemos perdido el sur, por consiguiente, el sistema educativo no está exento de esa situación.

Lo segundo fundamental es rememorar lo que a partir de la Reforma de Córdoba se plantea para las universidades del continente, donde se demanda una educación superior cercana a las aspiraciones de los pueblos (no de los grupos hegemónicos en el poder); es decir, una educación universitaria para mejorar la vida integral de los pueblos en el continente.

No parece haber dudas de que las universidades públicas del continente existen para mejorar la vida de las comunidades, desde el desarrollo de sus áreas sustantivas: investigación, docencia, extensión, acción social y producción. ¿Lo estamos logrando?, ¿estamos incidiendo estratégicamente de forma duradera?, ¿estamos alcanzando los impactos deseados?, ¿qué nos hace falta? Tenemos el deber de revisarnos a profundidad para lograr que nuestro quehacer contribuya a transformar el país, el continente y la sociedad en que vivimos.

Hay mucha presión por parte de los grupos de poder, para que las universidades se conviertan en centros de formación con tendencia tecnocrática utilitaria para los fines económicos. Pero el escenario global que tenemos actualmente nos indica que hoy, como siempre son esenciales los enfoques interdisciplinarios y el trabajo proactivo para salir de esta crisis que vivimos.

Para esta entrevista se me pidió que me concentrara en la educación universitaria, particularmente en las universidades públicas que en Costa Rica son cinco. Me referiré a aspectos generales y comunes de nuestras casas de estudios superiores. Previo a la pandemia del Covid 19 las Universidades públicas de Costa Rica ya corrían riesgos de entrar en situación crítica, debido a factores internos y externos. Sobre los efectos de la pandemia conversaremos más adelante.

Las razones exógenas tienen que ver con políticas fiscales restrictivas que buscan “controlar” los gastos de funcionamiento e inversión, al punto de irrespetar la autonomía universitaria. Entre sus efectos cabe decir que ponen en riesgo las becas estudiantiles, limitan la admisión de nuevos estudiantes, afectan los salarios docentes, el desarrollo de infraestructura, los fondos para investigación y extensión, cierre de oferta académica, reducción de grupos de estudiantes, etc.

Estas medidas restrictivas están acompañadas de una campaña sistemática de los grandes medios de comunicación, dirigida a generar en la opinión pública la idea de que los empleados estatales en general y las universidades en particular, son ineficientes y que las instituciones protegen vagos improductivos que el resto de la sociedad debe mantener. Esto contrasta con la escandalosa evasión fiscal, que casi es igual al déficit fiscal del país, protagonizada por grandes corporaciones nacionales y extranjeras según datos oficiales del Ministerio de Hacienda. Sobre esto último los medios de comunicación casi no dicen nada.

A lo interno de las Universidades públicas hay elementos críticos que deben corregirse y que están poniendo en riesgo la calidad de la formación profesional. Es relevante revisar constantemente el currículo de las diversas carreras para ver a qué modelo país y qué sociedad estamos aportando a construir desde nuestra oferta. Es necesario además revisar qué investigación se realiza, quién define las líneas de investigación y a qué-quiénes benefician esos estudios; de igual manera con las demás áreas sustantivas. La Reforma de Córdoba sigue teniendo un valor referencial que para algunas autoridades universitarias es apenas algo anecdótico.

Es importante además considerar que las universidades se han llenado de profesorado interino, sin estabilidad laboral, que trabaja a tiempo parcial, sin poder dedicarse de lleno al trabajo serio, riguroso y entregado que demanda la educación superior crítica; muchos con salarios bajos que apenas se compensan con pluses como las anualidades. En general, es personal académico que no hace vida universitaria, no va a las bibliotecas, no realiza investigación, mucho menos extensión y se limita a “dar clases” a cambio de un salario extra que le sirve para redondear sus ingresos familiares. Es urgente conformar sólidos equipos académicos, pero con humildad y sencillez para lograr las ideas de comuniversidad, es decir una organización viva, inteligente, sensible, proactiva, versátil y creíble para el pueblo.

Con una mayoría de personas académicas interinas de tiempo parcial, las posibilidades de desarrollo son muy limitadas para las Universidades. Su correlato es que una burocracia administrativa en la gestión superior y un puñado de docentes ganan salarios altísimos e injustificables en un país como Costa Rica. La inequidad es tal que algunas universidades hasta tercerizan servicios de limpieza y vigilancia, para reducir costos en los salarios más modestos, pero no ponen límites a los impresentables sueldos de un puñado de privilegiados. No niego que en este grupo de privilegio hay científicos y docentes de altísimo nivel y sumamente productivos, lo que señalo es lo insostenible e injusto de tal sistema de estratificación salarial y sus consecuencias para la academia.

Es urgente revisar el proceso de reclutamiento y selección en las universidades, ya que se requiere con urgencia personal universitario de alto nivel académico, con habilidades sociales para establecer una relacionalidad generadora de empatías y compromisos y con firme voluntad de generar trabajo cercano a las comunidades.

Sin ánimo de generalizar, en algunas universidades públicas hay unidades académicas donde el sistema de méritos ha dado paso a concursos amañados, en cuyos requisitos sólo les falta poner la talla de la camisa de quien será beneficiado o beneficiada con el proceso. Ojalá fuera para así reclutar los mejores cuadros y reforzar el equipo docente, desdichadamente muchas veces opera el amiguismo y un peligroso sistema de lealtades que va en detrimento de la calidad y la confianza del estudiantado. Es recomendable revisar todo el proceso y favorecer concursos por oposición, donde se mida de la manera más objetiva posible las calidades de las personas concursantes y así se otorguen los puntajes.

Otro factor clave a enfrentar es el inmediatismo prevaleciente en sectores influyentes, dentro y fuera de las universidades, que promueven que la formación sea técnica, por competencias y que responda a las demandas del mercado laboral, en contextos donde tales demandas no necesariamente son de carácter estratégico. Plantean que para competir con las universidades privadas hay que eliminar la formación humanística. Ya hay programas, principalmente de maestrías profesionales, autofinanciadas, con cursos de cuatrimestres y no semestrales.

Sigue siendo un desafío que la educación universitaria estimule el senti pensar, el humanismo científico, el compromiso ético con la construcción de sociedades caracterizadas por la equidad de género, la inclusión, el respeto a las diversidades, la justicia social y el cuido de la Madre Tierra. Una formación que complementa el conocimiento con los saberes ancestrales, donde la técnica sea herramienta de oportunidades, donde la economía esté al servicio de la gente y no la gente al servicio de la economía.

Necesitamos una educación superior que asuma el compromiso de forjar una ciudadanía capaz de pensar en un sentido de vida alternativo, donde la justicia social, la equidad, la igualdad de oportunidades y el bien común estén presentes en el pensar y caminar de nuestra vida en todo el continente.

 

Desde tu perspectiva ¿Responde la formación de los y las futuras maestres a los desafíos de la transformación social en el marco del siglo XXI?

En Costa Rica la formación de maestros y maestras se realiza desde universidades públicas y privadas, en niveles de grado, maestrías y doctorado. Determinar si su formación responde a los desafíos de transformación social del siglo XXI, implica primero la reflexión sobre los modelos de país y regionales a los que aspiramos como sociedades y los desafíos que eso conlleva. Y sobre esto no hay consensos.

La utopía de “otro mundo posible” parte del reconocimiento de que el curso actual de las cosas no es satisfactorio para muchos sectores sociales, para millones de personas que sucumben en condiciones de vida inhumanas.  El capitalismo, sobre todo su versión más deshumanizada que es el neoliberalismo, convierte a la naturaleza en mera proveedora de insumos y a la vida humana en aportadora de fuerza de trabajo, a ambas las destruye en favor de la acumulación de riquezas. Frente a esto no hay una propuesta monolítica, pero sí valiosas aproximaciones que aportan elementos ineludibles, para la transformación social en el marco del siglo XXI.

Cabe preguntarse si nuestras universidades están formando docentes con esa mirada crítica, al servicio de una educación liberadora del espíritu humano, que no sea correa de transmisión de la tecnocracia; que procure una formación que permita a nuestras juventudes insertarse en el mundo laboral, pero como sujetos de derechos y de responsabilidades. Veamos algunas pistas.

Es fundamental que el proceso de formación universitaria de educadores y educadoras revise si está logrando forjar mirada crítica para leer el mundo y luego darse a la tarea de pensar qué personas se están formando en el kínder, la escuela primaria, la educación secundaria; es decir a qué modelo país responden.

La formación de maestros y maestras debe dotarles de conocimiento, pensamiento y capacidades para diseñar-ajustar la currícula y así ejercer una educación intercultural, crítica, contextualizada y pertinente. Eso será posible si hay capacidad para entablar diálogos de saberes y sentires entre seres que se reconocen diversos: educadores, educandos, comunidades y autoridades.

Esa capacidad de escucha respetuosa, será la que posibilite determinar cuáles son desafíos de la transformación social en el marco del siglo XXI. De otro modo seguiremos tratando de imponer las agendas elaboradas desde las altas esferas educativas o desde nuestras propias nociones. Esta capacidad de diálogo social tiene que estimularse desde la academia formadora de docentes.

Necesitamos una educación liberadora, promotora de solidaridad social, eso implica formación política-ética de personas educadoras empoderadas, apuntadas con la pedagogía crítica, con una mirada holista que les hace conscientes de la necesidad de transformar tanto la escuela como la sociedad. Si la universidad no cree en ello y no practica la educación liberadora, no lo podrá transmitir a sus estudiantes. No alcanza con leer a Freire, Maturana y Vygotsky, hay que sentirlo y vivirlo.

Otro de los componentes centrales para que las personas educadoras puedan asumir los desafíos del siglo XXI, es su capacidad para realizar investigación, ojalá investigación – acción – participativa, inspirada en el planteamiento de Falds Borda. Es menester que los planes de estudio contemplen varios cursos de investigación y, por supuesto, que sean asumidos por personas y equipos académicos de experiencia demostrada en tal campo.

A pesar de que se reconoce la complejidad del mundo en siglo XXI, la formación universitaria sigue siendo atomizada y poco interdisciplinaria. Cuesta mucho que se constituyan equipos de trabajo para docencia, investigación y extensión conformados por profesionales de pedagogía, antropología, estudios culturales, sociología, historia, etc. En algunos priva un sentido corporativista que nada aporta en la formación de personas educadoras. Son muchos los desafíos y hay poca tolerancia al cambio y al pensamiento diverso.

Sería bastante largo referirse a tantos desafíos que ponen en cuestionamiento la formación de docentes, que puedan identificar, elaborar y educar en función de las necesidades y retos para la transformación social del siglo XXI.

 

¿Qué ha significado el Coronavirus para la educación? ¿Considera que el COVID-19 y las medidas que se adoptaron en materia educativa afectan al derecho a la educación?

Tanto en las universidades privadas como en las públicas, la mayoría de las carreras universitarias fueron diseñadas para darse bajo la modalidad presencial. La emergencia obligó a transformar los cursos en virtuales, algunos se prestan con mayor facilidad y otros son más complicados. La pandemia del Covid 19 ha afectado el derecho a la educación en todos los niveles educativos, sobre todo por el limitado acceso a tecnologías de la información y la comunicación de amplios sectores sociales.

En las universidades privadas y en los programas de maestría de las U públicas, las limitaciones han sido menores, por la condición socioeconómica de las y los estudiantes, en su mayoría profesionales en ejercicio que tienen celulares, computadoras o tabletas, además de acceso a Internet. La mayor dificultad radica en la posibilidad de las y los estudiantes universitarios, provenientes de hogares en condiciones de pobreza material, para conectarse a las plataformas electrónicas ofrecidas por las universidades. Muchos estudiantes no tienen posibilidades de pagar el acceso a estos ambientes tecnológicos; otros trabajan en el comercio y empresas que pagan el salario mínimo. Entre los trabajadores y trabajadoras del campo normalmente ni salario mínimo reciben.

La crisis evidenció las desigualdades sociales de un país como Costa Rica, en un marco algo contradictorio. La cobertura y penetración de las universidades públicas en las comunidades y sectores en desventaja social es destacable, gracias a los sistemas de becas y a la presencia de sedes regionales en muchas zonas remotas. Sin embargo, la conectividad a la red y la tenencia de los equipos necesarios es limitada en tales sectores humildes, por lo que han quedado excluidos del derecho a la educación. Esto es un problema societal propio de las desigualdades sociales y los bajos ingresos de las familias, un efecto del modelo de acumulación vigente y no es responsabilidad exclusiva de las universidades públicas.

La emergencia del Covid 19 genera una obsesión por la virtualización de los cursos, como si hubiéramos entrado en una posmodernidad en la que el docente que no logre transformar sus cursos en virtuales, es un sujeto atado a la prehistoria. Desde la pedagogía crítica debemos alzar la voz, reivindicar que la formación demanda de una relacionalidad dialógica, un encuentro con los otros y las otras, desde una presencialidad que permite corporizar un pensamiento-acción pedagógica que cobra vida en la interacción de la clase universitaria. En el encuentro cálido, amoroso, respetuoso, combativo y dialógico que tiene su génesis en ese territorio desde donde debemos trabajar.

 

Amigo Giovanni ¿Cuáles pueden ser las alternativas para salir de la actual situación de crisis del sistema educativo?

Primero debo aclarar que esta reflexión la forjo a partir del corazonar que he podido construir gracias a la generosidad de decenas de educadores y educadoras del continente, con quienes he tenido la oportunidad de desaprender y aprender en el transcurso de estos años.

La crisis provocada por la pandemia es muy grave y muy profunda, sus efectos serán duraderos y se requerirá de esfuerzos inéditos para superarla. Hay que pensar para lo inmediato y para lo estratégico, comprendiendo que estamos en un punto de inflexión que bien pudiera ser una oportunidad para reconstruir el sistema educativo desde nuevas bases. No quiero detenerme mucho en lo inmediato, lo cual pasa por solventar las carencias mencionadas antes, relacionadas con la conectividad, facilitar computadoras y tarjetas de acceso a Internet. Cuando las autoridades sanitarias lo autoricen y guardando el distanciamiento, usando mascarillas y demás, habrá que habilitar planes remediales para compensar el tiempo de aislamiento. Pero ahora, la prioridad debe ser el cuido de la salud física y mental de las familias, lo que incluye la alimentación.

Podemos aprovechar el aislamiento social para avanzar algunas reflexiones sobre la necesaria transformación del sistema educativo, válidas desde antes de esta crisis y que nos ayudarían a salir fortalecidos. Algunos economistas dicen que la profundidad de esta crisis supera los efectos del llamado crack de 1929, superarla conlleva una alta dosis de colectivismo y menos individualismo. Desde la educación es la oportunidad para trascender los centros educativos y edificar comunidades educativas, en las que se articulan Estado, docentes, estudiantes y comunidades.

Lo antes dicho tiene varias implicaciones para la formación de maestras y maestros. Hay que superar la idea de que la cognición se limita a procesos racionales, entendiendo que las emociones, las percepciones y los pensamientos constituyen una ecuación que da lugar a la acción. Las y los educadores comprometidos con la creación de comunidades educativas son capaces de revisar las diferentes dimensiones del quehacer pedagógico, como la mediación, la evaluación, los materiales didácticos, los vínculos con las comunidades, etc.

La capacidad de diálogo sincero facilita alianzas con estudiantes, padres, madres, líderes comunales y demás fuerzas vivas presentes en el entorno. Se nutre del conocimiento del contexto que puede alcanzarse mediante la investigación – acción – participativa. La comunidad deja de verse como fuente de información y se constituye como actor en el devenir de su propio destino. Las maestras y maestros formados en la pedagogía crítica, son personas inspiradoras, orientan procesos, hacen propuestas, ayudan a dar forma a las ideas de las personas comuneras, enseñan a gestionar ante la institucionalidad y, principalmente, estimulan la auto organización comunitaria.

Las y los docentes formados en la pedagogía crítica, también enseñan con la desobediencia ética en su lucha contra un sistema burocrático que hegemoniza y les impide atender con seriedad, entrega y compromiso lo que demanda su pueblo, su país, el mundo.

La universidad debe proporcionarles la formación interdisciplinaria que necesitan para afrontar estos desafíos. No se trata de que las maestras y maestros tengan una formación enciclopédica, sino que tengan capacidad para dialogar con la realidad, con su pueblo y con profesionales de diversas disciplinas. Pero, no basta con la formación durante la carrera, la complejidad de los desafíos obliga a acceder a la formación continua, ofertada por las universidades y por el propio Ministerio de Educación Pública, que favorezca el intercambio de experiencias entre pares nacionales e internacionales.

Aspiramos a un sistema educativo que favorece la meta cognición y la producción social del conocimiento. Para lograrlo las y los docentes tienen que transferir paulatinamente la centralidad del trabajo en el aula hacia las y los estudiantes. Ir más allá del aula, conscientes de que la formación de la niñez y las juventudes oscila entre la escuela, las familias y las comunidades. Las personas docentes acompañan, facilitan, orientan, estudian, generan preguntas y escenarios de aprendizaje con profesionalismo y amorosidad. Así procuraremos que el sistema vaya alejándose de la estructura de asignaturas en favor de una concepción más holista, crítica, vivencial y significativa.

Pasar de centros educativos a comunidades educativas, escuelas de tiempo completo, abiertas para que las comunidades aprovechen en las noches o los fines de semana la inversión en infraestructura que se hizo con recursos públicos. Las maestras y maestros son agentes dinamizadores de nuevas relaciones sociales en las comunidades, eso consume tiempo y esfuerzos. No pueden seguir esclavizados con tanta labor burocrática, desgastante, informes, etc.

Las personas educadoras deben comprender que son fundamentales para construir un proyecto civilizatorio alternativo, por eso deben estudiar y exigir a las universidades donde se forman, el acompañamiento permanente para enarbolar el pensamiento y la acción crítica en su caminar.

Necesitamos dar vida a un proyecto sociopolítico pertinente para el logro de comunidades saludables, solidarias, críticas y colmadas de bienestar; las y los educadoras históricamente nos han inspirado como sociedad, basta conocer el caminar de Carmen Lira, Luisa Gonzáles, Omar Dengo y tantas otras en el caso costarricense y cientos más en nuestro continente. Pero no podemos dejar solos a las y los maestros en esa irrenunciable tarea, la educación es un deber de todas y todos; por eso tenemos que tener claridad ideológica, política y ética del trabajo que toca aportar para construir el mundo que merecemos vivir.

La realidad es desafiante, hay que atreverse a dar pequeños pasos con un destino claro, hacer que el mundo sea habitable, solidario, lleno de paz y en armonía con la Madre Tierra.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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«Nos han dejado solos»

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Inteligencias múltiples: pedagogías emergentes para tiempos de confinamiento (VII)

Por: Educación 3.0

La teoría de las Inteligencias Múltiples desarrollada por H. Gardner propone que hay ocho tipos de inteligencias asociadas a distintas capacidades cognitivas. Y, para la diplomada en Educación Infantil e Inglés Silvia Láinez Fernández, es posible seguir trabajándolas durante la formación a distancia. Esta es su propuesta.

Según la RAE, la inteligencia es la capacidad de entender, razonar, tomar decisiones, resolver problemas y formarse una idea determinada de la realidad.  Existen múltiples teorías sobre la inteligencia pero hoy nos vamos a centrar en una que ha tenido un gran impacto y aplicación en el ámbito educativo: la teoría de las Inteligencias Múltiples (IM), desarrollada por el psicólogo estadounidense Howard Gardner.

8 inteligencias

H. Gardner propone ocho tipos de inteligencias asociadas a distintas capacidades cognitivas: lingüística, lógico-matemática, visual-espacial, musical, cinética-corporal, naturalista, intrapersonal e interpersonal. Posteriormente sugirió una última, la inteligencia existencial, aunque para muchos expertos esta nueva inteligencia no cumple las condiciones de las anteriores.

Según esta teoría, todas las personas disponemos de varios tipos de inteligencias, necesarias para nuestro desarrollo personal, aunque no todas ellas se desarrollan del mismo modo en las personas.  El perfil de inteligencia determina cuáles predominan en cada individuo y, por tanto, se convierte en un elemento esencial a tener en cuenta por el docente.

No obstante, cabe destacar que no todos los expertos y científicos comparten dicha teoría. Algunos de ellos (Hodge, 2005; Waterhouse, 2006) afirman que no existe ninguna evidencia robusta de que la aplicación de las IM tenga efectos positivos sobre el aprendizaje de los alumnos. La base de esta afirmación reside en la cantidad limitada de estudios que se han realizado y las metodologías heterogéneas que se han empleado en los mismos. Concluyen, por tanto, que no se ha logrado demostrar una relación causal entre el uso del método de las IM y la mejora en el aprendizaje de los estudiantes.

Facilitando el aprendizaje

Incorporar las IM en el aula no es sinónimo de limitar las acciones del proceso de enseñanza-aprendizaje a las inteligencias destacadas de nuestros alumnos.  La utilización de distintas estrategias, materiales y recursos didácticos que cubran los perfiles de inteligencia de nuestros alumnos facilitarán su aprendizaje. Por ello es muy importante  abarcar el máximo número posible de inteligencias. O, lo que es lo mismo, ajustarnos al modelo de atención a la diversidad por medio de acciones educativas que prevengan y den respuesta a las necesidades de todo nuestro alumnado, ya sean permanentes o temporales.

Nosotros, como docentes, debemos investigar y elegir las herramientas que ayuden a fortalecer el potencial de nuestros estudiantes y el nuestro propio. Cuantos más aspectos tengamos en cuenta en el diseño de las actividades de nuestro proceso de enseñanza-aprendizaje, mayor será el número de alumnos que podremos beneficiar.

Consejos para trabajar las IM

Para llevar esta teoría a la práctica es muy importante tener en cuenta:

– Las inteligencias de tus alumnos. Por medio de la observación podemos conocer las inteligencias más fuertes de nuestros alumnos, así como las más débiles. Esto nos  ayudará a elegir estrategias que se adapten mejor a sus necesidades. Es importante tener en cuenta que no sólo hay que fortalecer las inteligencias más dominantes sino que hay que reforzar también el resto para garantizar el desarrollo pleno de nuestro alumnado.

– Diversidad de estrategias y herramientas. Cuanta mayor diversidad de estrategias, materiales, herramientas y actividades utilicemos para presentar los conceptos mayores oportunidades ofreceremos a nuestros alumnos para el desarrollo de sus  competencias, destrezas y actitudes.

– Incorporar nuevas metodologías. Hoy en día existe una gran variedad de metodologías activas con las que se pueden trabajan las inteligencias múltiples: aprendizaje cooperativo, aprendizaje basado en proyectos, flipped classroom, gamificación, entre otras.

– Uso de las tecnologías de la información. Las TIC se han convertido en un aliado para el desarrollo de las inteligencias múltiples ofreciendo un sinfín de opciones disponibles para la educación. Desde el diseño de clases más dinámicas por parte del profesor hasta el desarrollo de destrezas relacionadas con la competencia digital por parte del alumnos, las TIC ofrecen un abanico inmenso de posibilidades que no podemos dejar escapar.

– Evaluar usando las IM. Realizar evaluaciones con herramientas diversas permite, por una parte, que el profesor conozca mejor a los alumnos y pueda guiarles en su aprendizaje y, por otro, garantiza la participación activa de éstos al ser los protagonistas de su propia evaluación. De esta forma, la evaluación deja de ser un mero juicio para convertirse en un buen elemento de aprendizaje. Se enseña y se evalúa no para la calificación, sino para ayudar positivamente al aprendizaje.  Existen múltiples recursos al respecto, entre los cuales caben destacar los inventarios de IM, los portafolios o los rincones de inteligencias.

¿Y en periodos de confinamiento como el actual?

Estamos ante una situación jamás vivida antes, todo un reto para docentes, familias y estudiantes. Nos hemos encontrado de repente en un contexto muy particular donde el proceso de enseñanza-aprendizaje se basa en la educación a distancia exclusivamente, pasando de una educación presencial a virtual.

Podemos proponer a nuestros alumnos tareas que desarrollen las IM por medio de la generación de un producto final en forma de artefacto digital. Estos artefactos ayudan a desarrollar el pensamiento reflexivo y crítico de nuestros alumnos, así como estrategias de aprendizaje autónomo. Entre los diferentes tipos de artefactos digitales podemos encontrar los siguientes: infografías, presentaciones, mapas mentales, animaciones, narraciones digitales, podcasts, líneas de tiempo, murales digitales, cómics, diseño de videojuegos, blogs, geolocalizaciones, entre otros. Las opciones son infinitas.

Además existen también muchos recursos online (aplicaciones móviles) que ayudan a trabajar y potenciar el desarrollo de todas las inteligencias. Aquí os dejamos algunos ejemplos:

Este periodo de complejidad e incertidumbre en el que nos encontramos puede, sin duda, suponer una gran oportunidad para impulsar modelos educativos más innovadores y adaptados al contexto actual marcado por la digitalización. Para ello, debemos dotar a los alumnos con aquellas técnicas y herramientas que les permitan pensar de un modo más disruptivo: como se suele decir en el ámbito anglosajón, es el momento para “pensar fuera de la caja”preparando así a nuestros estudiantes para afrontar los grandes retos que plantea un futuro mucho mas cambiante e incierto que nunca.

Silvia Láinez Fernández es Diplomada en Educación Infantil e Inglés. Trabaja en el colegio Trinity College de San Sebastián de los Reyes, donde forma parte del grupo de innovación del centro y es coordinadora del huerto escolar. Este artículo forma parte de un proyecto de aprendizaje-servicio coordinado por el profesor Fernando Trujillo Sáez y Conecta13 dentro del Máster en Innovación Educativa de la Universidad Carlos III, la Fundación Estudio y la Institución Libre de Enseñanza.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/inteligencias-multiples-pedagogias/

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Adaptarse a la escuela en casa: diferencias importantes que debes conocer

Por: Paulette Delgado

La nueva realidad de muchas familias es tener la escuela en casa, ¿podríamos llamarle a esto educación en el hogar?

Ante el cierre de escuelas debido a la contingencia por la pandemia de coronavirus, tanto padres como hijos se enfrentan al enorme reto de adaptarse a la enseñanza en casa. Para las familias que ya practican el homeschooling o educación en el hogar, esta transición no representará muchos cambios, sin embargo, para aquellas familias cuyos hijos cuentan con una educación tradicional, estas semanas de cuarentena han sido ciertamente desafiantes.

Jeanne Faulconer, directora de Brave Writer’s Homeschool Alliance y conferencista experta en la educación desde el hogar, explica que es normal que los niños se nieguen a hacer actividades sugeridas por los padres porque “así no lo hacen en su escuela”. El cambio temporal del rol de padres-hijos a docentes-alumnos, es retador para ambas partes, inclusive para aquellos quienes la enseñanza es su profesión y tienen que fungir ambos roles al mismo tiempo. Para los padres, es normal preocuparse por su condición de “educador temporal” y sentirse inquietos o con ansiedad sobre cómo su eficacia como docente puede afectar el desempeño de sus hijos más adelante. O puede suceder lo contrario, que los padres carezcan de tiempo, recursos o interés en la educación en el hogar de sus hijos y los dejen solos.

También es habitual que los niños y adolescentes no sepan qué hacer consigo mismos sin su horario y rutinas habituales. Además de que es normal que estén nerviosos por sus calificaciones, las tareas, o su desempeño académico, así como aprender sin dejarse distraer por su ambiente.

Educación en el hogar vs. desescolarización

Aunque la desescolarización se enfoca en la transición de abandonar la escuela tradicional e institucionalizada para enfocarse en el “homeschooling”, debido a la situación del COVID-19 esta es una realidad que actualmente están viviendo el 95 % de niños y niñas en América Latina y el Caribe. Saber qué es la desescolarización ayuda a los papás a tener expectativas realistas sobre cómo se ajustan sus hijos a la educación en casa ante esta nueva realidad temporal. Faulconer menciona varios consejos para que las familias puedan adaptarse más fácilmente a esta situación.

Cuando un niño o adolescente deja la escuela institucionalizada para recibir su educación en casa, lo que se conoce como homeschooling, tiene que pasar por un proceso que se le conoce en esa comunidad como “desescolarización”. A diferencia del método educativo que es la educación en el hogar, la desescolarización es un periodo donde el estudiante se adapta a su nuevo ambiente y manera de aprender, lejos de maestros y estudiantes. Jaqueline Wilson, autora, educadora y consultora sobre el tema, describe a esta etapa como un “período de descompresión cuando se cambia de la escuela pública tradicional a otro método de educación, como la educación en el hogar”.

Por otro lado, dentro de la educación en casa también existe el “unschooling”, en inglés, o “no escolarizar” en español, que hace referencia a un método educativo dentro del homeschooling. Se le llama unschooling ya que es un proceso más natural de aprendizaje.  Wilson lo describe como “el aprendizaje dirigido por los niños o el aprendizaje natural.” Además, agrega que “con la falta de escolarización, los niños toman la delantera en lo que quieren aprender y cómo quieren aprenderlo.”

Con toda la situación actual que se vive en todo el mundo ante el COVID-19 es importante hablar con los hijos y explicarles que es normal sentir la educación en casa como una intrusión y que adaptarse a la nueva dinámica es un reto para todos los miembros de la familia pero es un proceso normal y se llama desescolarización.

Además, es importante estar conscientes de que el aprendizaje no se verá igual que en la escuela. Esta es una buena oportunidad para invitar a los hijos a opinar sobre cómo puede mejorar la educación en casa para superar esta etapa más rápido. En este punto, Faulconer específica que algunos pueden encontrar la desescolarización abrumadora por sentir que no aprenden tanto como en la escuela, mientras que otros inmediatamente quieren participar en el nuevo modelo de aprendizaje que es el homeschooling.

Sobretodo, es necesario darle al niño tiempo de aprender a ver a los padres en el rol de educadores temporales. Ellos están acostumbrados a ver a otro adulto en ese papel, por lo que les puede tomar trabajo tomar en serio la idea de que tiene que aprender matemáticas, por ejemplo, de su papá o mamá.

Consejos para la etapa de desescolarización

  • Crear, construir e ingeniar: La cuarentena es un buen momento para motivar a los hijos a hacer arte. Ya sea contando historias, escribiéndolas, dibujando o construyendo cosas, es momento de dejar que los niños dejen suelta su creatividad y descubran que se puede aprender de muchas maneras distintas.

  • Acercarse a la naturaleza: Si tienes jardín, ayuda a tu hijo a plantar algo, a conocer por nombre a las plantas y cuidar de ellas, identificar insectos o pájaros. En caso de no tener este espacio en casa, aún se puede plantar algo pequeño en interiores, como el experimento de fermentar un frijol en algodón. Otra actividad puede ser jugar a distinguir especies de aves que pueda ver desde su ventana.

  • Moverse: Ya sea bailando al son de su canción favorita, o siguiendo ejercicios de internet, es importante que los niños y adolescentes no pasen todo el día sentados.

  • Adquirir el hábito de la lectura : Según Faulconer, el periodo de desescolarización es un buen momento para fomentar el gusto por la lectura en los hijos. Para esto, recomienda la lectura en espacios cómodos, como en el sofá, en lugar de en un escritorio o en una mesa, para hacerlo menos formal. Además, es importante que los hijos vean a los padres leyendo por gusto, ya sea novelas, revistas, noticias o cualquier otra cosa. Que conozca que no sólo se limita a obligaciones escolares.

  • Observar documentales y televisión educativa juntos: Ahora que pasamos más tiempo juntos en casa, puedes aprovechar para ver con tus hijos canales como The History Channel, Discovery Channel, documentales o series educativas en plataformas como Netflix. Faulconer incluso menciona que ha sabido de casos de niños que aprenden a través del programa de los “Mythbusters: los cazadores de mitos” ya que promueve el método científico, demostrando que la educación tiene muchas formas y uno nunca sabe qué le puede interesar a los niños. Además, puede generar más pláticas sobre conceptos e ideas nuevas, mejorando la convivencia familiar.

  • Usar el internet: Ya sea para ver TED Talks, tomar clases o cursos en línea, dar un paseo virtual por un museo o investigar sobre un tema, el internet es una gran herramienta para los niños. También es un buen momento para monitorear cómo es su presencia en línea y enseñarles sobre seguridad y responsabilidad de internet, lo cual también pueden hacerlo jugando.

  • Labores del hogar: Debido a que los niños están acostumbrados a no estar en sus casas casi todo el día, muchos de ellos pueden no estar conscientes de cómo pueden ayudar a mantener el hogar funcionando más allá de sus quehaceres como tender la cama o lavar sus platos. La desescolarización es una etapa que también puede servir para buscar recetas basadas en los ingredientes que se tienen en casa, planificar la comida, cocinarla juntos y ayudarlos a sentir que contribuyeron a las labores del hogar además de aprender habilidades fundamentales.

  • Conectarse con familiares y personas cercanas: Es posible que los niños sientan un vacío al no convivir con sus compañeros, profesores y demás personas con las que convivían antes. Pero la desescolarización es un gran momento para cultivar las relaciones familiares, y enfocarse en darle prioridad a la calidad de estos momentos, en lugar de la cantidad. Ante la realidad de tener que estar en casa, la desescolarización también es una oportunidad para que los padres descubran cómo aprenden sus hijos, así como sus áreas de interés y sus fortalezas y debilidades.

Ante la realidad que enfrentan millones de familias de estar en casa y tratar de continuar las educación de sus hijos, reconocer que es normal que niños y adolescentes tengan problemas para adaptarse a aprender desde el hogar, ayudará a tener expectativas reales de su desempeño.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/educacion-en-casa-desescolarizacion-diferencias

Imagen: Daniela Dimitrova en Pixabay

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Los maestros en Ecuador se reinventan por la crisis del coronavirus

América del Sur/Ecuador/19-04-2020/Autor y Fuente: lahora.com.ec

Quienes llevan décadas en la docencia, han tenido que remplazar la pizarra y los marcadores por aulas virtuales.

Eduardo Cadena tiene 57 años, de los cuales, 33 los ha dedicado a la docencia. Con más de tres décadas impartiendo las asignaturas de Física y Matemática, es la primera vez que ha debido reemplazar el pizarrón y los marcadores por un aula virtual: modalidad con la que trabajan actualmente escuelas y colegios, mientras dura la emergencia sanitaria del Covid-19.

“Realmente es un proceso nuevo de aprendizaje porque con las clases presenciales yo hacía todo, tenía a la mano el laboratorio. Ahora me siento un poco incómodo por no tener mis materiales, mis equipos. Pero en cambio esta modalidad es una nueva oportunidad de aprender”, dice con énfasis.

Adaptarse mutuamente  

Luis Alfredo Gallegos es maestro desde hace 22 años y dice que cada vez es mayor el esfuerzo que realizan: “Como maestros, estamos trabajando el doble o el triple ahora que estamos en esta emergencia (…) porque editar un video o hacer presentaciones son cosas que estaban en nuestra planificación pero no en formatos tecnológicos”.

215.255 maestros hay en Ecuador.Catalina Albuja coincide con Gallegos e indica que con la modalidad virtual trabajan cerca de 12 horas, pues, además de las clases y de preparar material, atiende a los padres por WhatsApp. “Hemos hecho una encuesta en el colegio (Unidad Educativa Machachi) y el 70% de los alumnos no cuenta con los recursos (computadora o internet), por eso mandamos las cosas por el celular”, dice la mujer que ha educado niños desde hace 38 años.

Cercanía. Catalina Albuja, prepara material didáctico digital para sus alumnos.

Autodidacta

Cadena reconoce que las redes sociales no son lo suyo. “Inicialmente esto del WhatsApp no me agradaba y ahora que es la contingencia, poder conversar o hacer un video me parece algo fantástico (…). Lastimosamente, uno no valora hasta que ocurre algo”.

Para él, las clases digitales implican que la gente sea más autodidacta. “Si algo me falta, algo no puedo, entonces averiguo en la misma web cómo bajarme un video, cómo hacer una lámina de PowerPoint”.

Al estudiante, en cambio, esta situación le obliga a desarrollar autonomía. “Si un chico no logra esto, imposible que pueda aprender. El muchacho debe ser respetuoso del tiempo, ser puntual, para estar ahí en su computadora”, añade Cadena.

El ‘calor’ del aula

La educación virtual es una opción, dice Gallegos, pero deja de lado aspectos muy importantes que se pueden detectar en el aula; como factores emocionales o problemas familiares. “En muchos casos los maestros dejamos de impartir la clase para poder transformarnos en una guía”, comenta.

Las clases región Sierra-Amazonía terminarán de forma virtual.Lo mismo le pasa a Cadena, quien describe como ‘un vacío’ el no tener contacto con sus estudiantes. “Yo tengo que estar cerca de mis muchachos, escuchar sus risas, su alegría, sus tristezas, porque esas cosas me llenan”, comenta con nostalgia el hombre que dentro de tres años se jubilará.

Para estos tres maestros que celebraron ayer su día lejos de su espacio habitual, cualquier sacrificio vale la pena cuando se ejerce la docencia con amor y vocación. “No solo es trasmitir conocimientos. Educar es ayudar a un ser humano a ser cada día más humano”, agrega Cadena mientras enciende su computadora, busca su libro de física y su cuaderno de apuntes. (AVV).

La docencia es mi vida, profesión, no es solo compartir día a día, sino convivir con mis chicos”.

Eduardo Cadena,

docente de física y matemática.  

Fuente e Imagen: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102315824/los-maestros-en-ecuador-se-reinventan-por-la-crisis-del-coronavirus

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Puerto Rico: Maestros piden equipo para trabajar en la emergencia

Centroamérica/Puerto Rico/16 Abril 2020/elvocero.com

La Federación de Maestros denuncia que más de 7,000 educadores no tienen computadora

La Federación de Maestros de Puerto Rico (FMPR) solicitó al secretario de Educación, Eligio Hernández, que provea a los educadores el equipo necesario para realizar sus funciones durante la emergencia por el coronavirus (Covid-19).

La presidenta del Sindicato, Mercedes Martínez Padilla, señaló que Educación le provee computadoras portátiles al Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH) para realizar trabajo a distancia, mientras unos 25,000 educadores no tienen equipo.

“Los maestros han utilizado sus propios recursos tecnológicos e internet para llegar a muchos estudiantes y mantener el proceso educativo. Sin embargo, esta crisis nos ha permitido observar la falta de equidad y acceso a recursos de nuestros niños, niñas y jóvenes y del personal docente”, sostuvo.

“De acuerdo a un sondeo efectuado por nuestro sindicato, el 30 % de los educadores no cuentan con computadoras en sus hogares. Esto representa unos 7,500 maestros y maestras”, abundó.

Según la líder sindical, la “Guía para dar continuidad a los servicios ofrecidos por las agencias durante la emergencia causada por el Covid-19 a través del trabajo a distancia” provee para que Educación supla al personal del equipo tecnológico que necesita.

“El Departamento está solicitando excesivo trabajo administrativo, como planificaciones y documentación, cuando no cuenta con los medios tecnológicos para que se puedan hacer llegar. Ello crea mucha tensión en el personal docente”, puntualizó.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.elvocero.com/educacion/maestros-piden-equipo-para-trabajar-en-la-emergencia/article_535696e2-7fe9-11ea-afae-bb4caa76c1d4.html

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Mensaje de un padre a la directiva de la escuela

Por: Reinaldo Bolívar

Desde la escuela, por el coronavirus, a diario mandan orientaciones para los padres, madres y estudiantes. Pero ¿Y las orientaciones para los docentes?
Es evidente que la mayoría no está preparada aún para la educación a distancia. No lo están haciendo bien en esta pandemia.

La mayoría considera que es mandar y mandar tareas. Y poner plazos tipo ultimatum.  Olvidan que son  varias materias. La directiva debe orientarles sobre el número máximo de tareas semanales. Y coordinar los días de entrega. No puede ser el mismo día.

Los docentes, de bachillerato, en especial de tercer año en adelante tienen que enviar las asignaciones directamente a los estudiantes, con copia a los representantes. Eso los ayuda en su formación y crecimiento personal, les da confianza. Ellas y ellos son sujetos de derecho.

No deben hacerse grupos tipo whatsapp o redes sin cerciorarse que todos y todas estén incluidos. En este momento hay exclusión en varios grupos. Deben usar los mismos instrumentos en internet, en especial los educativos (no instagram, ni tic toc, por ejemplo). Eso debe reglamentarlo la dirección. Hay varias herramientas gratuitas y de fácil uso.

Deben darse las notas a tiempo. En este 2do lapso, hay notas que no se saben de donde salieron. Algunas parecen castigo, y no consideraron este período inédito de crisis y adaptación.

En suma, debe garantizarse que todos los docentes manejen mínimamente la educación a distancia, que haya una real coordinación y algo muy  importante que haya al menos una clase semanal por Skype o Zoom para que los muchachos y muchachas sociabilicen. Respetar los feriados (así se esté en cuarentena no puede perderse el contacto con la temporalidad real, Semana Santa es feriada (mandaron tareas en esos días),  Sábado y Domingo siguen siendo fines de semana y el 19 de abril seguirá siendo feriado, por ejemplo.

Este primer mes de cuarentena, en cuanto a lo señalado arriba, deja mucho que desear, hay que mejorar. Fue confuso, atropellado. Una ráfaga constante de tareas Sin coordinación entre docentes.

Que el docente siempre le haga saber a los y las estudiantes que esto es temporal y que en su momento se volverá a la escuela, al liceo, a las aulas, patios, a la amistad presencial.

Es la hora de la humildad y la sabiduría en pro de nuestros hijos e hijas.

Artículo enviado por el autor a OVE

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