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La importancia del diseño de las situaciones didácticas

Por: Pluma Invitada

La educación de los niños en la escuela se encuentra directamente relacionado con el quehacer de sus maestros. Los profesores ponen en juego sus conocimientos inherentes a su formación y la sabiduría acumulada a través de sus años de experiencia para ponerla a disposición de la formación de sus alumnos; adecua su modo de enseñar a los diversos estilos de aprendizaje de sus alumnos. Asume el aprendizaje como destino, la planeación cómo faro y la situación didáctica, el barco que lo conducirá hacia buen puerto.

El perfil de egreso, los rasgos del mismo, las características, el tipo de alumno que se pretende formar es fundamento del trabajo docente. Este es el fin de la educación para responder a la pregunta ¿para qué educar? Se explica cómo el desempeño que se busca que los estudiantes logren. Es el conjunto de conocimientos, procedimientos, actitudes y valores necesarios para desenvolverse en la sociedad actual en donde la generación del conocimiento es distinguible. Se le alude también como competencias esenciales las cuales se traducen en aprendizajes clave. Claves porque solucionan los problemas de la vida cotidiana y porque le permiten al ser humano aprender a lo largo de la vida. El aprender a aprender es fundamental para adaptarse a una era en constante cambio, evolución. Demanda una serie de procesos mentales precedentes a la capacidad para conocer por medio de la percepción y los órganos del cerebro, es decir, la cognición. Dominar las competencias esenciales para la vida brinda un desarrollo social y personal equilibrado.

La educación obligatoria comprende los niveles de preescolar, primaria, secundaria y media superior. En el plan y los programas de estudios definen los objetivos generales y particulares que permiten a los egresados desarrollar las competencias esenciales, lograr los aprendizajes clave en concordancia con el perfil deseado. Éstos a su vez se concretizan en los aprendizajes esperados. Los aprendizajes esperados, a su vez, son metas de aprendizaje graduados progresivamente según el desarrollo humano y dosificados en el currículum a lo largo de la educación obligatoria. Son enseñables, alcanzables y evaluarles a fin de cumplir con la expectativa formal y social que a las escuelas se les demanda: desarrollar en los alumnos competencias para la vida. Es desarrollar y movilizar las competencias como lo concibe Phillipe Perrenoud.

Planear la enseñanza bajo esta premisa implica fomentar habilidades para la resolución de los problemas cotidianos y utilizar este conocimiento para resolver otras problemáticas igual o de mayor relevancia en entornos diversos. Planear la enseñanza representa la hoja de ruta, la brújula que conduciría el trabajo a buen puerto, el aprendizaje de sus alumnos. Planear es prever, dejar de lado la improvisación, es organizar, preconfigurar de manera consciente y anticipada los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Planear la enseñanza es sinónimo de realizar una planeación didáctica con la mirada puesta en la conjugación de distintos factores que conduzcan hacia el aprendizaje de los estudiantes, a lo que se espera de ellos al final del camino. Trae consigo clarificar cómo se logrará, los apoyos necesarios y los recursos necesarios para coadyuvar en esta compleja tarea.

Planear la enseñanza, la planeación didáctica per sé, se instrumenta mediante el diseño de una situación didáctica. Una estrategia para conseguirlo es la consigna comprendida como la actividad propuesta, o propuesta de actividad, para los estudiantes. Existen consignas de muy diversa índole según el aprendizaje que se pretende propiciar. Es recomendable que la consigna despierte el intelecto, estimule la curiosidad y demande la experiencia. Una de ellas consiste en problematizar el conocimiento objeto de enseñanza. Debe conflictuarlos a quienes se les enfrenta a esa situación tomando en cuenta su bagaje, sus saberes previos, de ahí la importancia de identificarlos con antelación. Por ello se le conoce como conflicto cognitivo.

El conjunto de actividades, o consignas, relacionadas ente si con la finalidad de desarrollar el aprendizaje se le llama, situaciones didácticas. La finalidad de las situaciones didácticas es optimizar los recursos y poner en práctica diversas estrategias.

En cada situación didáctica se sugiere incluir:

  • Los aprendizajes esperados
  • Las actividades que constituyen la situación didáctica
  • El tiempo previsto para su desarrollo.
  • Los recursos

Sus elementos responderán a los siguientes cuestionamiento:

  • ¿Quiénes? Docentes y discentes
  • ¿Para qué? Propósitos educativos – aprendizajes esperados.
  • ¿Qué? Contenidos educativos
  • ¿Cómo? La metodología a emplear
  • ¿Dónde? Los espacios o ambientes en los cuales se llevará a cabo los procesos de enseñanza aprendizaje
  • ¿Con qué? Los recursos a emplearse
  • ¿Cuándo? Los tiempos contemplados.

Lo anteriormente descrito se intentó sustentarse desde los fundamentos de los planes y programas de estudio, esperamos se apegue lo más fielmente posible a ello. Es fundamental conocer el planteamiento curricular y dominar el enfoque pedagógico. Es desafiante para los maestros aterrizarlo puntualmente en las aulas frente a sus alumnos máxime cuando aún conviven más de un plan y programas de estudios en transición. Indudablemente, el reto consiste en hacerlos compatibles, el planteamiento curricular y el enfoque pedagógico. Se hace necesario, desde esta visión, pensar y repensar el trabajo docente, prepararlo con dedicación y esmero producto de las prescripciones curriculares y disciplinares. Identificar las inconsistencias en las asesorías formales recibidas e intercambiar puntos de vista con sus colegas para contrastar diversas visiones.

Siendo así, el quid de la cuestión, independientemente del modelo, está en realizar una planeación didáctica pertinente que detone los aprendizajes con la romántica esperanza de la formación integral de los estudiantes.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-importancia-del-diseno-de-las-situaciones-didacticas/

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Cuba cuenta con 50 universidades y 113 carreras en educación superior

Centroamérica/Cuba/07 Marzo 2019/Fuente: Prensa Latina

Cuba cuenta hoy con 50 universidades, 113 especialidades y casi el 50 de la población de la isla caribeña posee un título de educación superior.

Al intervenir en el espacio radiotelevisado Mesa Redonda, el ministro cubano de Educación Superior, José Ramón Saborido, informó que todos los planteles tienen un alto nivel de integración y el impacto de las ciencias y las tecnologías hizo posible mejorar sus actividades.

Actualmente, la nación antillana cuenta con 241 mil estudiantes en los planteles, sin contar los que cursan carreras en las Fuerzas Armadas Revolucionarias y en el Ministerio del Interior, señaló.

El país tiene 113 carreras de nivel superior y 42 mil 200 jóvenes se preparan en centros universitarios municipales, puntualizó Saborido.

Otro dato importante -comentó Saborido- es la presencia de nueve mil 580 extranjeros formándose en la mayor de las Antillas.

El titular cubano puntualizó que los alumnos que necesiten una beca se les garantiza, en ese caso están 62 mil 300.

La educación superior cuenta con 53 mil 298 profesores a tiempo completo, y un alto por ciento de ellos son máster o doctores.

Casi el 50 por ciento de la población cubana que trabaja está graduada en nuestras universidades, resaltó el ministro.

Por su parte, la ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez informó que esa cartera mantiene hoy entre sus prioridades la formación de maestros, acción que contribuirá a garantizar una enseñanza en todos los niveles de las nuevas generaciones.

‘La formación de maestros es una prioridad del ministerio, y tenemos 27 escuelas pedagógicas con 26 mil estudiantes’, precisó la titular del ramo.

Asimismo, se trabaja en la actualización de los libros de textos en todos los niveles, puntualizó Velázquez.

‘Somos los encargados de la formación de nuestros niños y jóvenes. Tenemos la responsabilidad además de la continuidad de estudio con una buena preparación’, subrayó la titular.

La mayoría de los profesores -resaltó la ministra- son universitarios, un 80 por ciento, y un 85 por ciento de los planteles están evaluado de bien desde el punto de vista constructivo.

Destacó que 78 por ciento de los profesores son mujeres, destacó la titular de Educación.

Sobre la continuidad de estudios, Velázquez dijo que todos los estudiantes tienen garantizado ese derecho y se sigue una estrategia para mejorar la vocación profesional.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=258984&SEO=cuba-cuenta-con-50-universidades-y-113-carreras-en-educacion-superior
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Entrevista a Miriam Miranda: “Es importante que los proyectos educativos de los centros partan de equipos docentes”

Entrevista/07 Marzo 2019/Autor: Daniel Sánchez Caballero/Fuente: El diario la Educación

Formación, formación y formación. Esta es una de las claves más importantes que Miriam Miranda detecta para mejorar la atención a la diversidad. Pero también la cohesión de potentes equipos docentes bien liderados.

Miriam Miranda fácilmente puede ser una de las personas de España que más sepa de orientación educativa y atención a la diversidad. O, al menos, que más información tenga sobre cómo se aborda y funciona en España. No solo porque lleve ejerciendo la profesión desde 2002, aunque en este momento trabaje como asesora en el Centro de Formación del Profesorado y Recursos Avilés Occidente, en Asturias. Es sobre todo porque para realizar su tesis pidió a todos los orientadores de su comunidad autónoma que compartieran su conocimiento con ella.

No respondieron todos, pero sí más de la mitad. Y con toda esa información escribió La atención a la diversidad en la educación básica en el Principado de Asturias. Una mirada desde la orientación educativa, que resuelve cuestiones como “la respuesta que dan los centros a la diversidad desde todos los ámbitos, desde la cultura a la organización, a la práctica docente, lo relacionado con la formación inicial y continua del profesorado y aspectos relativos a la evaluación, el seguimiento de respuesta a la diversidad, si la normativa atiende a toda la diversidad”, según explica.

Miranda también defiende la importancia de la orientación y la acción tutorial: “Cuando se habla de prevención del ciberacoso, desarrollo personal, etc. hablamos del desarrollo integral de la persona. No todo son Matemáticas, sin desmerecer su importancia”, razona. “De ahí la importancia de que el profesorado se forme en esto. Vamos a pensar en la persona y, a partir de ahí, lo demás viene”.

¿Qué conclusiones ha alcanzado con su tesis?

Nos encontramos avances respecto a la visión que el profesorado y la escuela tienen de la diversidad. Todo el mundo comparte que, aunque haya ciertas creencias segregadoras, la actitud es que esto enriquece el sistema. Muchos coincidían en que la cultura del centro respecto a la diversidad es positiva. Esto es importante. También había un alto grado de acuerdo respecto al liderazgo de los equipos directivos, cómo se implican y dan respuesta a la diversidad: en los centros donde se hace funcionaba mejor la respuesta. También se da importancia a encontrar espacios para reunirse con otros docentes. Existen los más estructurados, como las reuniones de departamentos, pero a veces hay ciertas dificultades para encontrar ese mismo momento para otras reuniones con otros profesionales o compañeros.

Los orientadores también consideran que la formación es un aspecto clave que necesita mejorar, así como las prácticas docentes (uso de metodologías activas, etc.). En general, se puso de manifiesto que los orientadores opinan que los centros responden a la diversidad, algo positivo viniendo de las personas implicadas en esas cuestiones y con una formación específica. Había una pregunta sobre si los centros participan en formación relacionada con la diversidad. Aquí había diferencias significativas a favor de que los profesores que trabajan en estos centros tenían un mayor grado de acuerdo que aquellos que trabajan en centros donde no se trabaja la formación. Creo que es un aspecto destacable de mejora. Una cuestión muy importante, que no nos habíamos planteado como objetivo, es la relevancia de que los profesionales que forman parte de la realidad educativa y se enfrentan a los retos diarios formen parte de los procesos de investigación, que estén implicados. Todas las personas que participaron pusieron de manifiesto que para ellos había sido algo muy importante, porque cuando estamos en la práctica estamos a responder lo cotidiano, y pararte a reflexionar participando de un proceso de investigación les había proporcionado no solo satisfacción personal y profesional, sino que lo veían como una herramienta que pueden utilizar. Es una oportunidad para vincular lo más académico con lo que está más bajado a la práctica.

¿Qué entiende usted por diversidad? Porque le he leído decir que no se está refiriendo solo al significado quizá más tradicional, que aplicaba a alumnos con necesidades educativas especiales o de refuerzo.

La diversidad lo es todo, es inherente. No solo porque lo pienso yo, es reconocido a nivel internacional. Hoy en día no nos debemos cuestionar esto. Parto de la lógica de la heterogeneidad: todas las personas somos distintas y por tanto cuando hay aspectos que tratan de homogeneizar, hay que buscar maneras de personalizar la enseñanza. O, al menos, cuando organicemos nuestros centros hay que pensar que no vamos a dar respuesta a personas iguales.

Todos somos distintos, no solo el alumnado; los profesores, las familias también. Entiendo entonces la diversidad de manera amplia, como lo hace la norma. No solo es el alumnado que tiene necesidades educativas especiales, todo el alumnado es diverso y el profesorado que lo atiende también. Parto de ahí. De base, todos somos distintos y eso es algo que enriquece al sistema educativo.

¿El sistema cree lo mismo?

Es como una balanza. Considero que el sistema en sí mismo tiene aspectos que son muy regulados, poco flexibles. Es difícil, también, cómo dar respuesta a esa diversidad. Pero a la vez logras unos objetivos comunes y garantizas el mínimo para todos, de ahí el concepto de equidad y justicia social. De los resultados obtenidos en mi tesis se observa que, en el sistema educativo en cuanto a creencias, hay un avance respecto a lo que el profesorado y la comunidad educativa en general piensa de la diversidad. Un avance positivo, se valora como riqueza. Pero es cierto que existe cierta mentalidad segregadora, que no acaba de entender la diferencia como algo positivo que enriquece. Creo que es más bien falta de formación, de sensibilización, tener miedo a no saber cómo dar una respuesta adecuada, que en ocasiones hace que la vivencia del profesor tenga ese reparo a afrontar ciertos retos. A veces por no tener una formación inicial potente no sabes muy bien cómo hacerte cargo de determinadas situaciones. No es tanto una cuestión de actitud hacia la diversidad, creo que hemos avanzado en verlo como algo positivo, sino que a veces no tener una formación potente o no contar con equipos docentes bien coordinados, cohesionados y que trabajen en equipo, hace que te veas desprotegida ante situaciones determinadas. Creo que está más relacionado con una cuestión de formación.

El sistema educativo cada vez asume nuevos retos; es indiscutible que hay que trabajar con la diversidad y darle respuesta y, a veces como profesores, no tenemos las herramientas suficientes. Está el tema del liderazgo, de no trabajar en equipo o que no haya coordinación correcta para avanzar como equipo y dar una respuesta más elaborada a la diversidad. El profesorado tiene que afrontar decisiones a diario, y son complejas. A veces nos vemos con muchísima responsabilidad, no contamos con nuestras herramientas a nivel personal o profesional derivadas de la formación.

¿Es necesaria más formación específica en la diversidad en general o es más una cuestión cualitativa, de afrontarla de otra manera?

Depende de si es primaria o secundaria. En primaria se estudia una formación destinada a ejercer. Cada vez hay más sensibilización de las universidades para que el prácticum y otras actividades estén más vinculadas con lo que sucede en los centros educativos. Hay una sensibilización para dar importancia a estos aspectos. La formación académica es básica y fundamental, pero es importante construir profesionales con competencias para dar esas respuestas: aprender a comunicarse, todo lo relacionado con la respuesta a las diferentes necesidades que pueda tener el alumnado, la cultura del trabajo en equipo, tener una visión del alumno como una persona integral y no solo ligado a lo puramente académico. Debería cuidarse el acento en cuestiones como la acción tutorial, fundamental y básica en todas las etapas, la orientación. Son aspectos relativos a la gestión del aula, a cómo la organizo, sobre los que es necesario profundizar. También en aspectos metodológicos, utilizando metodologías activas como el aprendizaje-servicio, aprendizaje basado en proyectos, el dialógico… Experimentar cuestiones metodológicas que nos ayuden a organizar el aula de manera distinta o desde el ámbito propio de la programación. También, cuando hacemos programaciones, hay que tener en cuenta cuestiones como el diseño universal de aprendizaje, el diseño curricular accesible para el alumnado… Tener estas cuestiones en cuenta: el aprendizaje va mucho más allá de solo plantearnos cuestiones, hay aspectos curriculares que si se abordan desde otro enfoque nos llevan de manera natural a dar respuesta a la diversidad. Si organizamos el aula de forma cooperativa estamos generando unas dinámicas, si hablamos de aprendizaje-servicio, por ejemplo, donde hay un componente social, estamos organizando nuestra aula respondiendo a la diversidad. Creo que son aspectos que habría que ahondar.

En la etapa de secundaria tenemos el máster de formación del profesorado. Ha sufrido cambios en positivo, pero creo que se debería continuar mejorando. También habría que dar importancia a aspectos como la organización del centro, gestión del aula, crear equipos potentes, el desarrollo integral, tener herramientas para programar desde un punto de vista interdisciplinar.. Las metodologías activas también son fundamentales. Y la coordinación del equipo. Saber trabajar como docentes cohesionados, que sepan llegar a acuerdos, es una cuestión importante que habría que abordar de manera más profunda.

¿Cree que se la da poco valor al trabajo en equipo en los centros y que cada docente hace un poquito la guerra por su cuenta (sirva la expresión)?

Es algo en lo que no hemos sido formados. Es volver a por qué tenemos esos miedos; existen esas barreras a la hora de afrontar una respuesta a la diversidad. Cada vez hay equipos directivos más formados que ejercen ese liderazgo y construyen sus equipos bien consolidados, les dotan de herramientas para abordar esa tarea. Creo que es importante que los proyectos educativos de los centros sean de equipos docentes. Que podamos trabajar de manera conjunta sin sentirnos cuestionados, que lo veamos como un valor. Es una cuestión más bien cultural y de sensibilización en la que tenemos que avanzar.

Las estructuras. Por ejemplo en secundaria, donde se trabaja por departamentos, sí se da esa coordinación, se trabaja por materias. Esa manera de trabajo es necesario trasladarla de manera más práctica a los equipos docentes para que se llegue a acuerdos, se establezcan decisiones conjuntas que nos lleven a ejercer nuestro papel con más autonomía, alcanzar acuerdos transversales. Si yo soy profesora de una clase y todos los días tardamos cinco minutos en empezar la clase, si todo el profesorado de un mismo grupo nos ponemos de acuerdo en establecer una rutina al inicio de las clases, esto provocará que el alumnado vea que todos vamos en la misma dirección y esto creará unas ciertas rutinas. Es como en casa: es importante que todos tengamos las mismas rutinas, que los límites que pongamos todos sean los mismos, las reacciones ante ciertos comportamientos o las respuestas, que sean las mismas. Esto hará que esa manera de proceder tenga más potencia respecto al grupo. Vas generando hábitos y rutina, se comparten experiencias de éxito, se recibe feedback del alumnado, es importante también que participen. Hay centros que hacen asambleas, etc.

Hay profesores que lamentan que la organización de los institutos, sobre todo, se haga más con una visión departamental que de etapa o clase concreta. ¿Está de acuerdo? ¿Cree que debería trabajarse más una aproximación interdepartamental más vinculada a las clases concretas?

Hace varios años que cuentan con ambas estructuras. Ahora se priorizan los equipos docentes, es fundamental. En los centros educativos, cada vez más, se trabaja de manera interdepartamental, se comunican más, aunque la estructura es la que es y puede ser una barrera para esto que comentamos, como compartir vivencias o abordar ciertos aspectos. Pero, con proyectos, planes y programas como el Contrato Programa en Asturias, se promueven actuaciones interdepartamentales al hablar, sobre todo, de cuestiones curriculares o metodológicas, por ejemplo, para hacer un trabajo por proyectos. Cada vez los departamentos tienen más en cuenta estas cuestiones. Pero es importante, independientemente, tener claros el poder y la importancia de los equipos docentes, que son claves para organizar la respuesta educativa al grupo. Como grupo docente tenemos que tener una coordinación y realizar una toma de decisiones, llegar a acuerdos, y ahí las soluciones las tienen los equipos docentes. Creo que habría que buscar la manera de liderarlos y dinamizarlos para darles más fuerza y sacarles todo el jugo posible.

Fuente e imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/03/07/es-importante-que-los-proyectos-educativos-de-los-centros-partan-de-equipos-docentes/

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Colombia: La educación desapareció de la nueva Misión de Sabios

América del sur/Colombia/07 Marzo 2019/Fuente: Semana

El excoordinador de la Misión de Sabios de 1994, Carlos Eduardo Vasco, planteó, a través de una carta abierta, cinco puntos por los cuales cree que esta Misión fracasará.

Carta abierta sobre la nueva Misión de Sabios al Sr. Presidente, a la Sra. Vicepresidenta, a los 43 miembros de la nueva Misión y a todos los académicos y académicas del país, del comisionado coordinador de la antigua Misión de Sabios, Carlos Eduardo Vasco Uribe.

Estimado Sr. Presidente, apreciada Sra. Vicepresidenta, queridos miembros de la nueva Misión de Sabios y colegas académicos y académicas:

Dejé pasar 20 días desde aquel memorable jueves 8 de febrero en el Jardín Botánico, fecha de la cual ya no quisiera acordarme, para darme el tiempo de “contar hasta diez” dos veces antes de enviarles esta misiva, profundamente sentida, tal vez insolente por demasiado sincera y muy probablemente impertinente, defectos de los cuales les pido de antemano me excusen con mucha empatía por encontrarme ahora avanzando lentamente por el noveno piso de mi vida, a mis 81 años de edad, ya por encima del bien y del mal.

Las trivialidades de la convocatoria

Todavía no puedo creer lo que viví el jueves 8 de febrero en el Jardín Botánico. Recuerdo claramente el día 24 de julio del año pasado, hace ya siete meses. Nos reunimos en la sede de la Academia Colombiana de Ciencias tres antiguos comisionados de la antigua Misión de Sabios, Eduardo Posada, Fernando Chaparro y yo, su antiguo comisionado coordinador, y los presidentes de la Academia de Ciencias y del Colegio de Academias.

Agradecimos mucho al entonces Sr. Presidente electo que nos aceptara sin tardanza nuestra invitación a conversar con él y con la Sra. Ministra de Educación, recién nombrada y aún no posesionada, sobre la posible convocatoria de una nueva Misión de Sabios. Grande fue mi alegría e ilusión ese día, en el que, después de 25 años, parecía resurgir de su tumba oscura la primera Misión, y parecía que el informe “Colombia, al filo de la oportunidad” iba a tener una segunda.

Pero, después de seis meses de silencio total, ese jueves 8 de febrero en el Jardín Botánico, a las nueve de la mañana del día de la instalación de la nueva Misión, nos enteramos tres de los antiguos comisionados que habíamos sido excluidos de la misma y, eso, por parte de uno de los acomodadores.

Tres de mis colegas de la antigua Misión de Sabios, el Dr. Rodolfo Llinás, el Dr. Eduardo Aldana y el Dr. Fernando Chaparro, estábamos esperando la llegada del Sr. Presidente para la inauguración, conversando sentados en la segunda fila de las sillas, cuando el acomodador llegó con el Dr. Eduardo Posada. Le pidió al Dr. Llinás pasar con él a la primera fila, y nos indicó a los otros tres que nos sentáramos unas filas más atrás, pues esas sillas estaban reservadas para los comisionados.

Al decirle que nosotros tres también éramos comisionados, releyó su lista y nos confirmó que no figurábamos en ella. Nos pasamos para la cuarta fila, y al empezar a llegar los otros 40 comisionados, nos volvió a pedir levantarnos de allí y pasar al lado izquierdo de la sala. Solo entonces nos dimos por enterados.

Según nuestras expectativas, que creí que eran acuerdos, el entendimiento inicial en la reunión del 24 de julio y en los primeros documentos que entregué al Dr. Enrique Forero, era que a cada uno de los seis o siete comisionados de la antigua Misión que aceptáramos seguir colaborando con la nueva nos nombrarían una persona más joven de nuestra confianza como nuevo comisionado para seguir llevando nuestra antorcha, y que se escogerían unas diez o quince personas más con los criterios muy loables de presencia internacional, de mayor participación femenina y de personas que vivieran fuera de la capital.

Tanto la Dra. Ángela Restrepo como yo enviamos algunos nombres de la persona que podría acompañarnos y de otros candidatos más, como sugerencias a la Sra. Vicepresidenta, a quien el Presidente Duque había encargado por decreto de la organización de la nueva Misión, a través del Dr. Forero, presidente de la Academia y del Capitán Ariza, pero nunca recibimos ninguna consulta, pregunta ni respuesta, a menos que pueda considerarse como tal la respuesta tajante del acomodador de marras.

No esperaba yo de dama tan bien educada este tratamiento, y aunque por algún motivo pudiera tal vez explicarse su conducta con nosotros los tres comisionados varones, no veo cómo justificarla con la Dra. Ángela Restrepo, quien estaba presente virtualmente ese día jueves, y quien, por supuesto, no se atrevería jamás a quejarse, como sí me atrevo yo a cometer tal atrevimiento.

2. Las infortunadas coincidencias con el Bicentenario

Es verdad que no se le puede pedir mucha profundidad de memoria histórica a tan joven Presidente, pero no puedo pasar por alto recordar ahora que hace precisamente 200 años, en la reconquista española de nuestra patria de 1815 a 1819, Morillo y Sámano estaban fusilando a nuestros pocos sabios sobrevivientes de la Expedición Botánica.

Por ello me impresionó mucho, tal vez indebida pero inevitablemente, que en este bicentenario de la independencia y la república se nombrara a una persona de nacionalidad española para coordinar a los nuevos sabios de Colombia. No es culpa de ella, por supuesto.

Esto sería simplemente una infortunada coincidencia, si no me asaltara al mismo tiempo la comparación con otros recientes nombramientos en otras comisiones de memoria o falta de ella, y por lo tanto no puedo disimular mis encontrados sentimientos. Me refiero a la ausencia de la dimensión histórica en la nueva Misión y en quienes la convocaron.

Obviamente parece que el gobierno y el partido de gobierno no consideran la historia como ciencia, sino como herramienta de indoctrinación y control, al tiempo que proponen un proyecto en el congreso para penalizar a los maestors que señalen a sus estudiantes las dimensiones críticas, éticas y políticas de la historia. Una Misión sin historia no es misión.

Por ello entiendo y me parece apropiado, como lo hicieron los profesores de historia de la Universidad Nacional, pedirle a Darío Acevedo su renuncia, y si no renunciare, pedirle al Sr. Presidente la revocatoria de su nombramiento. Me uno a ellos.

Entiendo, pues, y hasta me alegro ahora de que nuestro antiguo comisionado, Marco Palacios, no hubiera querido formar parte de la nueva, y no veo en ella ningún colombiano que tome su lugar. Por más que, afortunadamente, se nombró al Dr. Johan Schot, no creo que su especialidad en la historia de la tecnología le permita llenar ese vacío.

Tal vez este alejamiento de la historia no ocurra por culpa del Sr. Presidente ni su Vicepresidenta, sino por ciertos expresidentes, congresistas, y partidos antidemocráticos que comparten con Torrijos o Acevedo, con Plinio Apuleyo o José Obdulio, esa extraña enfermedad degenerativa que llamo “amnesia doble”: no tienen memoria ninguna de los discursos y argumentos que hace pocos años esgrimían tan elocuentemente contra el capitalismo, y parecen haber olvidado totalmente que hubiera habido algún conflicto social y político en Colombia en los últimos 50 años.

No se acuerdan tampoco de los millones de víctimas ni de los falsos positivos, pero sí estoy seguro de que recuerdan algo, porque ellos también se declaran víctimas de los “sicarios morales” que alguna vez los criticamos y quieren ahora impedir a toda costa el trabajo de la Comisión de la Verdad y el de la Justicia transicional. No entiendo cómo se convoca una Misión a espaldas de nuestra historia.

Por supuesto, todo esto no quiere decir nada negativo sobre la persona misma de la nueva coordinadora, la Dra. Cristina Garmendia, muy sabia, exitosa e inteligente exministra del gobierno español. Su nombramiento es un acierto. Estoy seguro de que no solo no tomará ella a mal mi ambigua nota histórica, sino que se sentirá muy estimulada y obligada a hacer todo lo posible para apoyar a los otros 42 comisionados en el éxito de esta nueva Misión, así sea por resarcir en algo a nuestra patria de lo que otros gobiernos anteriores hayan podido hacer tan mal (no me refiero al gobierno del presidente Santos sino al del Rey Fernando VII).

Es claro que yo mismo, por mi edad y mi estado de salud, no podría de ninguna manera coordinar a tantos sabios, ni hubiera aceptado ese nombramiento, pues con solo nueve ya me quedó otrora bien difícil. No creo ni siquiera haber podido colaborar con los actuales durante diez meses y, por eso, en esta carta no quiero que se tome nada como resentimiento personal o egolatría (aunque confieso que la tengo, pero no creo que influya en este escrito).

Ya hablé con la Dra. Cristina, quien me sedujo a primera vista (en el buen sentido de la palabra), y le entregué personalmente la antorcha de la antigua Misión: el informe “Colombia, al filo de la oportunidad”. Le manifesté mis mejores augurios para una exitosa coordinación y mi disponibilidad, que ahora le renuevo, para ayudarla en lo poco en que pueda asesorarla, por más que después de esta carta, cualquier ayuda mía más bien la perjudique.

3. La relación con el Plan Nacional de Desarrollo

Debo confesar públicamente que tampoco se cumplieron las expectativas ni las propuestas, que creíamos que eran acuerdos entre los que estuvimos presentes en esa reunión inicial en la Academia respecto a la convocatoria de la nueva misión de sabios. Como dije arriba, ese día acordamos convocar la nueva misión para asesorar al Sr. Presidente en la formulación de políticas públicas para su gobierno y de políticas de Estado por otros 25 años. Sentí mucha alegría con su decisión de acoger esa propuesta lo más pronto posible.

La misma Sra. Ministra de Educación, recién nombrada aunque todavía no posesionada, le indicó al Sr. Presidente la necesidad de reunirnos pronto, ojalá comenzando en ese mes de agosto mismo, para revisar las conclusiones de la antigua Misión que estuvieran aún vigentes y lograr que quedaran de una vez integradas al articulado del Plan Nacional de Desarrollo que el nuevo gobierno debía elaborar en los seis meses siguientes, desde agosto del año pasado hasta enero de este año, y presentarlo al Congreso para su aprobación.

La misma Sra. Ministra le recordó que las recomendaciones que no se integraran al articulado del Plan de Desarrollo, tanto en educación como en ciencia y tecnología, tendrían que esperar otros cuatro años para llevarse a la práctica.

Es claro que fue culpa mía haber creído que el presente gobierno estaba inclinado al cumplimiento de acuerdos, y mucho menos en este caso, en el que ni siquiera eran acuerdos. Pero, de todas maneras, me siento obligado a confesar públicamente mi sorpresa mayúscula cuando me llegó la convocatoria para la inauguración de la nueva Misión el jueves 8 de febrero en el Jardín Botánico cuando se anunció al mismo tiempo para el día anterior la radicación en el congreso del Plan Nacional de Desarrollo.

Quedaron así mis colegas de la nueva Misión en la misma triste condición que nosotros con la antigua, condenados de nuevo a que los ocho documentos de propuestas y las recomendaciones globales que se entreguen al país dentro de diez meses se queden de nuevo en los anaqueles, esperando tal vez una tercera oportunidad en el Plan Nacional de Desarrollo del gobierno siguiente dentro de cuatro años. Y anoto, con temor, que, si el gobierno siguiente lo va a encabezar el Dr. Holmes Trujillo, tendrían que esperar ocho.

4. La exclusión de la educación

Me extrañó más todavía, especialmente por lo orgullosos que nos sentíamos del nombre y del informe de nuestra antigua Misión: Ciencia, Educación y Desarrollo, y por haber empezado a organizar la nueva Misión con la Sra. Ministra de Educación para poner en el centro de los nuevos documentos las recomendaciones sobre la educación, notar ahora que precisamente todos los aspectos y personas de la educación hubieran desaparecido de la nueva Misión y prácticamente también del articulado del Plan de Desarrollo.

Afortunadamente, dos de los coautores de un celebrado informe sobre la educación, Guillermo Perry y Sandra García, me ahorran páginas de análisis. Indican ellos que solo se plantean en el nuevo Plan de Desarrollo algunas metas de aprendizaje para el grado 11, y no para los demás grados de básica y media y que no hay metas para las áreas específicas. De los 73 artículos que quedaron en el pacto por la equidad, solo 4 son de la “subsección” de educación y solo uno de los 4 artículitos se relaciona con la calidad de la educación básica y media, y eso solo para el mejoramiento de infraestructura.

¿Dónde están las principales metas de la antigua Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo, casi todas orientadas a la educación? ¿Dónde está la planeación y la garantía de financiación de los acuerdos logrados en diciembre con los maestros, con los estudiantes universitarios, sus profesores y rectores? No encuentro nada en el Plan de Desarrollo ni en el encargo a los comisionados de la nueva Misión ni en las personas seleccionadas para ella.

Fue nadie menos que el mismo Premio Nobel Serge Haroche, nombrado ese día como nuevo comisionado, quien le tuvo que recordar al Sr. Presidente al día siguiente de la instalación que lo más importante para impulsar la ciencia y la tecnología en un país en desarrollo es la educación. Lástima que tampoco tuvo tiempo el Sr. Presidente para haberse quedado a escuchar el discurso de aceptación por parte del Dr. Wasserman, en el que él hizo también el debido énfasis en la educación en todos sus niveles.

¿Se excluyó al MEN, a la Comisión Académica y a la Comisión Gestora de la conformación del Plan Decenal de Educación, tanto de la elaboración del articulado del Plan de Desarrollo como de las decisiones sobre las temáticas y sobre todo sobre los miembros de la nueva Misión de Sabios?

Francamente, aunque es claro que sí hay una despreocupación real por la educación en buena parte del gobierno y en todo el partido de gobierno —ojalá no en el Sr. Presidente mismo y ciertamente no en la Sra. Vicepresidenta— la realidad es que no nombraron a nadie relacionado con la educación en la nueva Misión ni insertaron ninguna de las propuestas de la antigua en el articulado del Plan, excepto tal vez los consabidos saludos a la bandera en la retórica introductoria del documento, en la que me extrañó también el inusitado elogio nominal a un personaje nefasto para la ciencia, la educación y la paz.

Se desatendió también la propuesta de involucrar a la Academia Colombiana de Pedagogía y Educación, y la sugerencia de nombrar en la nueva Misión a su presidente, el Dr. Rafael Campo, cuya amplia visión de la educación debería tenerse especialmente en cuenta por ser él invidente.

Infortunadamente, no se me ocurre ningún otro criterio que se hubiera tenido en cuenta para excluir a los antiguos comisionados más directamente relacionados con la educación, como a Ángela Restrepo, a Eduardo Aldana, a Fernando Chaparro y a mi. No es grave el caso de Fernando ni el mío, pero sí siento muchísimo que se haya excluido a la Dra. Ángela Restrepo por haber sido ella quien había ofrecido avanzar en una propuesta específica sobre enseñanza de las ciencias y preparación de docentes, y más que todo, que se haya desechado al Dr. Eduardo Aldana con su propuesta sobre los Institutos regionales “Innovar” para cada departamento (y a mediano plazo para cada cuenca hidrográfica), la propuesta más valiosa de la antigua Misión de sabios para la educación secundaria, media y terciaria en el sector rural. No somos las personas: es la educación.

Siento pues tener que decir que la educación desapareció del todo en la convocatoria de la nueva Misión de ciencia, tecnología e innovación, y casi totalmente del articulado del Plan de Desarrollo. No es pues, ni de lejos, la nueva Misión una continuación y perfeccionamiento de la antigua. Es más bien el entierro de tercera de la sección más importante del informe “Colombia al filo de la oportunidad”, en el que esta lápida funeraria le cambia totalmente el sentido a aquella frase del Maestro Gabo sobre la educación: que debería ser “una educación desde la cuna hasta la tumba”. Pero no esta tumba…

Me temo ver pronto de nuevo en las calles a los maestros, a los estudiantes de educación media, a los estudiantes y profesores universitarios, esta vez también con sus rectores, exigiendo el cumplimiento de todos los acuerdos de diciembre y la reinserción de la educación en el centro de todas las políticas de Estado y de gobierno.

5. La contradicción entre políticas de gobierno y políticas de estado

Finalmente, lo que me tiene más apesadumbrado es que después de redactado el Plan Nacional de Desarrollo no haya en este momento ya lugar para que la nueva Misión pueda formular políticas para este gobierno, sino solo algunas políticas de Estado a largo plazo. Así intentamos hacerlo hace 25 años en la antigua Misión, con la intención de que nuestras conclusiones comprometieran a futuros gobiernos. Lamentábamos expresamente que en Colombia solo hubiera políticas de gobierno y de ministro, pero no políticas de Estado.

Pero hay aquí una contradicción fundamental, para mí insoluble. En los últimos meses del año pasado y los dos primeros de este año, el Sr. Presidente, varios de sus ministros y todo el partido de gobierno han estado proclamando a todo el mundo civilizado el incumplimiento de muchos compromisos que, como Estado colombiano, deberíamos cumplir, con la excusa de que habían sido firmados por gobiernos anteriores.

No faltaría ya, Sr. Presidente, sino que otro de sus ministros decidiera no pagar los próximos vencimientos de la deuda externa por haber sido esta contraída por gobiernos anteriores.

Siento decirles, Sr. Presidente y Sra. Vicepresidenta, que en esas condiciones yo me sentiría moralmente impedido para asesorar a su gobierno en la elaboración de políticas de Estado. Menos mal no me nombraron ustedes en la nueva Misión, para evitarme el penoso incidente de tener que rechazar mi postulación. Si acaso la hubiera aceptado antes, ahora tendría que decir que yo sí siento una incompatibilidad moral que me obligaría ahora a renunciar a una Misión que no fuera de educación, que tuviera memoria histórica de la antigua ni aceptar su diferenciación entre políticas de gobierno y políticas de Estado.

Espero, eso sí, que mis colegas de la nueva Misión no sientan tan profundamente como yo esta incongruencia que ahora siento y continúen pacientemente con su trabajo de elaborar políticas de Estado para un próximo gobierno, a pesar del fundado temor de que el siguiente no acepte nada de lo elaborado en el presente.

Propongo pues a los 43 comisionados que sigan calladamente su tarea de formular políticas de Estado a largo plazo, pero sin entregar ningún documento hasta que el Sr. Presidente no se posesione realmente como Jefe de Estado, como rector y representante responsable del Estado colombiano, no de un partido antidemocrático y unos votantes engañados.

Siento decirle, Sr. Presidente, que no por culpa suya sino más bien de cierto partido de extremo centro, de cierto senador ya tristemente célebre y de cierto expresidente conocido de autos, usted no se ha posesionado todavía como Jefe de Estado sino como jefe de gobierno, y de un gobierno que no reconoce obligaciones del Estado, como para nuestra vergüenza nos lo han tenido que reprochar públicamente los gobiernos de Alemania, de Noruega y de Cuba.

No veo que haya rechazado usted, ni su embajador, ni sus ministros con toda la contundencia requerida que cualquier Mister Bolton mande 5000 soldados a Colombia sin ni siquiera consultarlo con usted, con su embajador en Washington ni con su ministro de relaciones exteriores. Humillar así a un país no es asunto para risas y bromas con regalitos de bloques amarillos.

Lamento decirle Sr. Presidente, que en mi no muy humilde opinión, usted no se ha posesionado todavía como Jefe de Estado de la digna y altiva República de Colombia, sino solo como mayordomo de la finca de cierto expresidente, que resultó ser, como lo temíamos, una plantación colonial más de los Señores Trump, Pence y Bolton, amenazando así con revertir otra vez 200 años de la tenue independencia de nuestra república.

Posesiónese usted, Sr. Presidente, como Jefe del Estado soberano de Colombia; autojuraméntese si es necesario, como está de moda, como se lo pidió Daniel Samper Ospina; pero yo no se lo digo en broma, sino con toda la seriedad del caso: no permita que ni cierto senador, ni cierto expresidente, ni cierto partido antidemocrático quieran reducirlo a manejarles la finca a los señores Trump, Pence, y Bolton, y menos todavía, exigiéndole que se ofrezca a administrarles también la finca vecina.

Si por fin en algún momento de este año logra usted posesionarse como Jefe de Estado y no solo de gobierno, y empieza a comprometerse a mantener en alto el honor de Colombia ante los países civilizados, especialmente ante Alemania, Noruega y Cuba y a excusarse ante ellos, jurando cumplir todos los compromisos de Estado adquiridos por los gobiernos anteriores, tendremos alguna oportunidad de que las políticas de Estado que acuerden los nuevos comisionados sean respetadas y seguidas por los gobiernos posteriores.

Si así, como lo espero, sucediere en algún momento de este año, podrán con tranquilidad los 43 comisionados continuar su difícil labor de elaborar a conciencia esas políticas de Estado, no de gobierno y menos de ministro. Termino pues pidiéndole y animándole a hacerlo cuanto antes: Sr. Presidente, asuma usted su misión histórica de ser nuestro Jefe del Estado colombiano. Dios y la Patria os lo demandan; que Él y Ella os lo concedan.

Imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2019/3/4/603736_1.jpg

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/criticas-del-excoordinador-de-la-primera-mision-de-sabios-al-presidente-duque/603741

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Puerto Rico: Asociación de Maestros firme en demanda contra Educación

Centroamérica/Puerto Rico/07 Marzo 2019/Fuente: Metro

La demanda es por recobro a maestros

La presidenta de la Asociación de Maestros, Aida Díaz, se mostró esperanzada el miércoles, en que prevalecerán en la demanda contra el Departamento de Educación por cobro y descuentos injustificados a los maestros sobre ausencias que datan desde el 2007.

“Hoy se llevó a cabo la vista inicial y nosotros nos sostenemos en que el Departamento de Educación ha incurrido en una violación de los derechos constitucionales al requerir que los maestros presenten una evidencia que la Agencia estaba obligada a custodiar. Se argumentó además que es ilegal cobrar por unas alegadas ausencias descontables desde el 2007, para las que ni el mismo DE posee la evidencia”, explicó Díaz en comunicación escrita.

La Asociación de Maestros de Puerto Rico y su Local Sindical presentaron una demanda para detener las acciones de cobro que inició el Departamento de Educación cuando notificó a los maestros en una carta el 19 de diciembre de 2018, sobre la publicación de informes de ausencias descontables. Mediante la carta, el Departamento de Educación informó a los maestros que si tenían alguna reclamación relacionada con la información provista en el informe y deseaban suministrar evidencia de su reclamo podrían entregarlo en el ORE para evaluación por parte de la agencia.

Por su parte, el Departamento de Educación le informó a la juez en la vista inicial que las notificaciones de los informes no forman parte de una acción de cobro. Al ser cuestionados por el Tribunal en torno a la utilización de recursos para preparar los informes que según la propia Agencia son inconsecuentes, el Departamento de Educación se reiteró en que al presente, dichos informes no tendrán consecuencia alguna para los maestros.

“Nosotros habíamos hecho un reclamo al DE en conferencia de prensa el pasado año porque sabíamos de maestros que le habían hecho esos descuentos en sus cheques, por lo tanto sí ha tenido consecuencias en los maestros que han sentido ese cantazo a su bolsillo de forma injusta”, puntualizó Díaz.

El caso continuará su trámite ante el Tribunal en la próxima vista pautada para abril y la Asociación de Maestros continuará en defensa de los derechos del magisterio y se mantendrá vigilante ante cualquier injusticia que ocasione el Departamento de Educación.

Fuente: https://www.metro.pr/pr/noticias/2019/03/06/asociacion-maestros-firme-demanda-educacion.html

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Una ley para promover la formación política en los colegios

Por: Julián de Zubiría

El pedagogo Julián De Zubiría sustenta un proyecto de ley para promover la formación política en los colegios del país. Su propuesta es la respuesta al proyecto del parlamentario Edward Rodríguez, del Centro Democrático, el cual busca restringir la libertad de cátedra.

En los Diálogos de Platón, Sócrates hace una pregunta especialmente original y pertinente: ¿Qué pasaría –dice– si la población careciera de la educación suficiente para elegir adecuadamente a sus gobernantes? ¿Qué efecto generaría en la democracia el que los votantes no pudieran, por debilidades en su formación, ejercer de manera libre el derecho al voto?

En el hermosísimo texto ¿Qué es la ilustración?, E. Kant concluye que el fin último de la educación es alcanzar la mayoría de edad, es decir, formar un individuo que tenga criterio propio para enfrentarse en la vida a la toma de complejas decisiones políticas, sociales, éticas y personales. Al hacerlo, vuelve a poner sobre la mesa el fin último que los principales filósofos en la historia humana le han asignado a la educación: fortalecer la libertad y la autonomía.

Sin duda, podemos decir que, en Colombia, hay muchas personas mayores de dieciocho años, pero que todavía son pocos los “mayores de edad”, en el sentido kantiano del término. La conclusión es evidente: mientras no mejoremos estructuralmente la calidad de la educación, nuestra débil democracia seguirá amenazada.

Evoco a Sócrates y a Kant, en momentos en que el Centro Democrático ha presentado un proyecto de ley para prohibir a los docentes promover el pensamiento crítico y la reflexión política en las aulas. El proyecto –similar al que impusieron los paramilitares en el Cesar y Córdoba en los años ochenta– busca restringir la libertad de expresión y el pensamiento de los docentes, al tiempo que coacciona el derecho a pensar, interpretar y disentir por parte de los estudiantes. De allí que fuera demandada ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos una ley casi idéntica impulsada por Bolsonaro en Brasil, denominada “Escuela sin partido”, pero conocida como “Ley Mordaza” por parte de los docentes brasileros. La CIDH les dio la razón a los demandantes.

La democracia exige una educación pública democrática, masiva y de calidad. De no alcanzarla, las nuevas generaciones no consolidarán la libertad y la autonomía, condiciones necesarias para que la población elija de manera independiente a sus gobernantes.

En Colombia, la educación pública no es democrática, ni masiva, ni de calidad. Actualmente en las aulas, los jóvenes no aprehenden a pensar, a leer o a argumentar. Más triste aun: cada vez se aumenta la brecha entre lo que alcanzan los egresados de la educación pública y los de los colegios privados de élite. Eso empequeñece la democracia y eleva la inequidad. Estas notables debilidades convierten a las nuevas generaciones en presa fácil de la manipulación, de las noticias falsas y del engaño. Con facilidad, los políticos los atemorizan para que voten según su conveniencia y no según la de los electores.

La propuesta que quiero defender en estas notas es exactamente la contraria a la presentada por el Centro Democrático. Se trataría de una ley que promoviera la formación política en los colegios, una ley que invitara a todos los docentes de todas las áreas a fortalecer el pensamiento y la lectura crítica. La ley que propongo establece que en todos los colegios del país se celebrarán elecciones parlamentarias y presidenciales y que, previamente, se organizarán diversos debates entre los estudiantes que asuman la defensa de los múltiples partidos que participen en la contienda electoral a nivel regional y nacional. Los estudiantes deberán documentarse previamente sobre los postulados políticos que defenderán en los debates y en las elecciones simbólicas. Las visiones diversas y la confrontación de ideas son condiciones necesarias y enriquecen el pensamiento crítico. De allí que hay que hacer todo lo posible por realizar clases conjuntas entre docentes, que, de ser posible, tengan posiciones diferentes ante la ciencia, el arte, la literatura, el deporte y la política.

Así mismo, se exigirá que todos los colegios del país queden a cargo de los estudiantes mayores, por lo menos durante un día por semestre. No podemos formar mejores ciudadanos en instituciones tan autoritarias, formales y poco participativas, como hoy lo son las instituciones educativas. Como bien lo destacan Kohlberg y Dewey, para que la escuela nos ayude a construir una sociedad más libre, ética y justa, previamente es necesario construir escuelas más democráticas. Por ello es conveniente entregar a los estudiantes durante un día la institución educativa, para que se ejerciten en la práctica educativa, en la toma de decisiones reflexivas, pertinentes y contextualizadas, y en la mediación y resolución de conflictos. De esta manera asumirán durante un día los roles de los docentes y los directivos de la institución. La democracia no se aprehende con discursos, sino que se construye por medio de prácticas mediadas. Los colegios deben convertirse en lugares de formación de ciudadanos más críticos, más éticos y más independientes; es decir, de mejores ciudadanos.

 

El proyecto de ley también exigirá que, en todos los colegios del país, una vez al mes se suspendan las clases para garantizar un debate amplio y libre sobre una temática que sea elegida de manera autónoma por los estudiantes de bachillerato en la institución. Orientados por sus docentes, los estudiantes prepararán las temáticas y conformarán de manera respetuosa, reflexiva y argumentada, grupos para cohesionar el trabajo en equipo y para defender sus posiciones. Al concluir, un conjunto de estudiantes elegidos y preparados para tal fin, determinarán quiénes presentaron los argumentos más claros y sustentados.

Un ejercicio análogo se realiza en diversos colegios públicos y privados del país, cuando se lleva a cabo el simulacro de las Naciones Unidas. Al hacerlo, se fortalece el pensamiento relativo y el multiperspectivismo, algo esencial en la formación de mejores ciudadanos, pero desafortunadamente muy poco consolidado en nuestros jóvenes, por una historia demasiado marcada por la intolerancia, la cultura del vivo y el fanatismo, heredados de la guerra y de las mafias, y acentuada por los grupos políticos que han sacado provecho del odio y del fanatismo.

Según el proyecto de ley, todos los colegios del país deben participar en ejercicios de simulación análogos a los realizados en las Naciones Unidas, ya que la formación política, debe involucrar un contexto más amplio y trascendente; al fin y al cabo, ellos son esencialmente, ciudadanos del mundo.

Respetando los principios pedagógicos de la transversalización y la integralidad, se debe exigir que dichos debates sean liderados por docentes del área de Ciencias Sociales, pero que en la preparación de los mismos participen docentes de todas las áreas.

Un voto más libre y más independiente fortalece la participación y la democracia. Hoy los jóvenes votan poco y tienen poco criterio e interés para hacerlo, precisamente porque desconfían de las elecciones, del sistema político y de los partidos políticos. Es así que, en el plebiscito del 2 de octubre del 2016, una de las elecciones más importantes de las últimas décadas, tan solo salió a votar el 19% de los jóvenes entre 18 y 24 años. El resto, por diversos motivos, se abstuvo de hacerlo y permaneció en su casa o en los parques, mientras otros decidían el futuro de la nación.

En el país no hay exceso de politización de las aulas, como sostiene el Centro Democrático; por el contrario: falta formación política de los jóvenes y de sus propios docentes. Si logramos fortalecerla, nuestros hijos vivirán en un país menos corrupto y más participativo. La democracia la construimos todos al respetar las filas, al no pagar sobornos y al no evadir los impuestos; se vive en las familias, cuando respetamos la voz de nuestros hijos y promovemos la diferencia de opiniones, credos y personalidades; o en los debates con los amigos al enriquecermos y no atropellar las diferencias. La democracia es una construcción cultural y, por ello, debemos cuidarla y construirla entre todos.

El fanatismo y los dogmas son la antítesis del pensamiento crítico. Por ello hay que excluir el proselitismo y el sectarismo de las aulas, al tiempo que fortalecemos el debate político argumentado y la diversidad de ideas. Hay que defender las ideas de la Ilustración y no las del oscurantismo. Hay que fortalecer la razón y los argumentos, y no las creencias dogmáticas o la “policía del pensamiento” –como la llamó Orwell–, que tenía como propósito castigar a quienes se atrevían a cometer el “crimen del pensamiento”, que describe en su novela 1984.

Un voto libre, independiente y reflexivo ayudará a que nuestro destino sea más humano, más sensible y más feliz. Por ello, todos debemos protegernos de la enfermedad de votar a ciegas. Eso se logra con mejor formación política y no con leyes que amordazan a los docentes, la libertad de cátedra y la libertad. Ya lo tenía claro Sócrates en el siglo V antes de Cristo. Un buen texto y un buen maestro nos hacen más autónomos, al tiempo que la ausencia de educación y de lectura nos hace creer ciegamente en lo que digan los demás.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/ley-para-promover-la-formacion-politica-en-los-colegios-por-julian-de-zubiria/603171

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Sin acuerdo a la vista, docentes argentinos pelean por sus derechos

América del sur/Argentina/28 Febrero 2019/Fuente: Prensa Latina

Tras rechazar una vez más la propuesta del Gobierno local, los docentes de la provincia de Buenos Aires continúan hoy peleando por sus derechos mientras peligra el inicio del ciclo lectivo, previsto para el 6 de marzo, por una posible medida de fuerza.
En un conflicto que en los últimos dos años se ha sentido con múltiples marchas, la lucha de los maestros en este país en las llamadas paritarias -negociaciones salariales- marcan la agenda de ese sector, que busca elevar el sueldo por la pérdida adquisitiva en estos meses tras el alza del dólar y la inflación reinante.

La víspera, en un tercer encuentro con funcionarios del Ejecutivo conducido por María Eugenia Vidal, los docentes bonaerenses rechazaron la propuesta de la contraparte de un incremento mensual equivalente al índice de inflación para enero, febrero y marzo y después ajustes trimestrales por la inflación pasada.

Se mantiene la propuesta para 2019: de acuerdo a la inflación, aumento mensual los tres primeros meses y luego trimestralmente y adicionan un cinco por ciento a cobrar en enero de 2020, precisó el Frente de Unidad Docente Bonaerense, que nuclea a cinco sindicatos en la provincia.

Los voceros de esos gremios expresaron su rechazo a la oferta del gobierno provincial porque -apuntaron en un comunicado- genera un achatamiento de la pirámide salarial, ya que un maestro de grado estaría bajo el mínimo garantizado, hasta los 18 años de antigüedad, mientras que en el caso de los preceptores hasta los 20 años de antigüedad.

Desde el Frente denunciamos que esta nueva propuesta no contempla la pérdida de poder adquisitivo de todos los docentes, señalaron.

Por otro lado remarcaron que en cuanto a infraestructura, otro de los urgentes reclamos de los docentes, el Gobierno local incumple con su responsabilidad de garantizar escuelas seguras.

Desde nuestras organizaciones sindicales tenemos voluntad de diálogo y de llegar a un acuerdo que garantice los derechos de los trabajadores de la educación y de los estudiantes. La solución a este conflicto está en manos de la Gobernadora, enfatizaron.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=256843&SEO=sin-acuerdo-a-la-vista-docentes-argentinos-pelean-por-sus-derechos
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