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El azaroso regreso a clases presenciales

Por: Sergio Martínez Dunstan

Ciertos sectores están a favor de reabrir las escuelas, otros prefieren que se mantengan cerradas, hay quienes están en desacuerdo de manera rotunda al menos que imperen ciertas condiciones…

En nuestro país, ha resultado fallido el regreso a las clases presenciales, hasta en cuatro ocasiones, en el anterior periodo lectivo. Al inicio y al final del mismo y al término de  los periodos vacacionales en diciembre y semana santa. En esta ocasión, para el inicio del ciclo escolar 2021 – 2022, vuelve a intentarse justo cuando sucede el pico más alto de la tercera ola de contagios con indicadores inéditos a lo largo de la pandemia. Al respecto, las opiniones de diversos actores han sido muy diversas y encontradas. Ciertos sectores están a favor de reabrir las escuelas, otros prefieren que se mantengan cerradas, hay quienes están en desacuerdo de manera rotunda al menos que imperen ciertas condiciones, hasta los dicen que “si, pero no así”. La postura gubernamental coincide, está influenciada o simplemente se impuso por organismos internacionales. Por ejemplo, se dio a conocer, el pasado doce de julio, la declaración conjunta (https://bit.ly/3sUlykR) emitida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Ahí se mencionan ciertas expresiones que describen la narrativa oficial. Destaco algunas de ellas:

  1. En muchos casos las escuelas se cerraban mientras que los bares y restaurantes permanecían abiertos.
  2. Los más afectados suelen ser los niños de entornos con pocos recursos y los más pequeños que se encuentran en etapas de desarrollo clave.
  3. Hay pruebas claras que las escuelas primarias y secundarias no están entre los principales impulsores de la transmisión (de la COVID-19).
  4. Todas las escuelas deben proporcionar aprendizaje en persona lo antes posible sin barreras de acceso, incluyendo la no obligatoriedad de la vacunación antes del ingreso antes del ingreso a la escuela.
  5. La reapertura de las escuelas no puede esperar a que todos los profesores y alumnos estén vacunados.
  6. No se puede esperar a que los casos lleguen a cero.
  7. La reapertura de las escuelas para el aprendizaje presencial no puede esperar.

Reafirmo mi sospecha al leer el enunciado siguiente: “instamos a los responsables de la toma de decisiones y a los gobiernos a que den prioridad a la reapertura segura de las escuelas para evitar una catástrofe generacional”.

Sólo detecto un par de diferencias notables. La primera se refiere en un fragmento del comunicado. “La decisión de abrir o cerrar las escuelas debe basarse en el análisis de riesgos y en las consideraciones epidemiológicas de las comunidades en la que están situadas”. Mientras que el Presidente de México decretó el regreso a las clases presenciales en todas las escuelas “llueve, truene o relampaguee”. Y la segunda alude al punto nodal, en mi parecer. “El riesgo de transmisión de la COVID-19 en las escuelas es manejable con estrategias de mitigación adecuadas en la mayoría de los entornos”. Repito algunas palabras a fin de comprender la profundidad del mensaje: es manejable con estrategias de mitigación adecuadas. Aquí se halla el desencuentro entre la postura oficialista y los que están en desacuerdo con ella. En los planes pareciera que así es pero en los hechos, no.

Sobre tan delicado asunto, la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió un pronunciamiento (https://bit.ly/3gKWcRp). Ahí mencionó el impacto que trae consigo tal circunstancia. Toma de referencia la posición de la UNICEF. Menciona que el cierre extendido de los planteles educativos ha afectado negativamente a toda una generación provocando pérdidas de conocimiento y habilidades, rezago en el desarrollo infantil temprano, aunado a un aumento de deserción escolar. Recomienda que el regreso a las actividades presenciales de toda la comunidad estudiantil debe ir acompañada de un plan de acción y una estrategia que contemple como mínimo ciertos elementos. Los revisaré para contrastarla con la realidad que prevalece en las escuelas, sobre todo las públicas, a manera de lista de cotejo o “checklist”.

  • Capacitación del personal docente y administrativo en relación con el protocolo sanitario a seguir:
  • Vacunación del referido personal docente y administrativo.
  • Sana distancia.
  • Ventilación de espacios cerrados.
  • Privilegiar los espacios al aire libre para las actividades escolares.
  • Controles de temperatura de toda la comunidad estudiantil al ingreso a los planteles escolares y a los salones de clase.
  • Uso de gel antibacterial.
  • Uso de cubrebocas en los espacios cerrados.
  • Grupos reducidos o escalonados.
  • Prever un área específica para separar a los alumnos que presenten algún síntoma o malestar.
  • Abastecimiento de Agus suficiente y necesaria para el lavado de manos y suministro de jabón.
  • Sanitización y limpieza frecuente de los salones de clase.
  • Involucrar a los padres, a las madres, tutores y tutoras para que repliquen en su hogar las medidas a seguir.
  • Prever protocolos especiales para los estudiantes con alguna discapacidad, que requieren un tratamiento especial y apoyo psicológico para el proceso de adaptación de vuelta a la rutina escolar.

Al respecto, ¿qué piensan los docentes y directores escolares? Bien valdría preguntarles. Tendríamos más elementos de juicio para valorar las circunstancias. ¿Están las condiciones para el regreso a clases en la modalidad presencial? En algunas escuelas, quizá sí. En otras, probablemente no. Lo cierto es que el gobierno mexicano está manipulando a su antojo la información al igual que lo ha venido haciendo con las estadísticas de la pandemia. Como en este caso, que retoman los argumentos para fundamentar la decisión de reabrir las escuelas para el regreso a clases presenciales pero dejan de lado los compromisos que deben asumir. Tienen otros datos. Los usan para los fines que mejor les conviene. Alejados del bien común y cercano a sus intereses políticos. Es la lucha del poder por el poder. Esta posición gubernamental provoca incertidumbre, frustración, malestar y desconfianza. Ponen en riesgo el futuro de toda una nación y está en vilo la vida humana. Pareciera un juego de azar similar a la ruleta rusa.

Carpe diem quam minimun credula postero


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Blog: http://www.sergiodunstan.net

Fuente: https://profelandia.com/el-azaroso-regreso-a-clases-presenciales/

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Venezuela: Miniguía de emergencia para un regreso a clases en pandemia

América del Sur/Venezuela/03-09-2021/Autora: /Fuente: ultimasnoticias.com.ve

Hace poco más de una semana, el viernes 20 de agosto, el presidente Nicolás Maduro confirmó lo que ya se venía asomando desde hace varios meses: que las clases presenciales se retoman en Venezuela este próximo mes de octubre. Dijo que para los efectos se usará como primera medida de seguridad el método 7+7, es decir, que se trabajará bajo una modalidad híbrida, y que se profundizará la vacunación prioritaria para el personal docente. Es una noticia agridulce, pero al mismo tiempo alentadora para familias, comunidad escolar y sobre todo para quienes son principales sujetos de la medida: las y los estudiantes.

Las niñas y los niños constituyen el segmento poblacional que ha pagado el precio más alto en cuanto a restricciones de socialización en este periodo que lleva la humanidad sumida en la pandemia. Con la vuelta al colegio se alivia la angustia de al menos 17 meses de confinamiento, pero también se reaviva la preocupación por los contagios, especialmente en el marco de la llegada de la variante Delta, que parece ser menos condescendiente con la población joven. ¿Vale la pena correr el riesgo? ¿o a largo plazo el peligro para la salud mental y para la educación propiamente dicha es mayor?

La cuarentena ha garantizado una tasa mínima de niñas y niños contagiados, pero también ha afectado la vida cotidiana de esta población de una manera inédita en la historia contemporánea. Y no solamente en lo que respecta a la socialización. Es un hecho que se han acentuado las desigualdades en el proceso de enseñanza-aprendizaje. La conexión a internet; la disponibilidad de madres, padres u otros familiares para ayudar o no con los deberes; las condiciones materiales que rodean a la familia, así como la capacidad de cada escuela y cada docente para poder ofrecer el programa escolar al alumnado son situaciones determinantes.

Investigamos en fuentes documentales, principalmente en las recomendaciones de la Unesco, y dividimos el corpus en tres grandes temas que engloban las inquietudes protagónicas que rodean este inusual regreso a clases. Son: los problemas para adaptarse a la “nueva rutina” en la “nueva normalidad”, las medidas para minimizar el riesgo de contagio y propagación de la covid-19 y finalmente la preparación anímica, sentimental así como los primeros auxilios psicológicos para atender los casos de niñas, niños y adolescentes con ansiedad o dificultades de adaptación ante este panorama que puede ser abrumador.

Para muchos, esta es la oportunidad ideal para revisar a fondo el modelo educativo hegemónico y reinventarlo, para que se adapte al mundo que vivimos, y sobre todo que soñamos. Mientras tanto, respetar los procesos, encausar los temores y promover la creatividad como herramienta de resistencia ante la realidad agobiante son prioridades.

En lo logístico

“Así como los padres y cuidadores apoyaron en su momento la transición de los niños, niñas y jóvenes a estar en casa durante el Covid-19, pueden ayudarles a prepararse para sentirse sanos y listos para la vuelta a la escuela”, dice el documento de la Unesco titulado Regreso seguro a la escuela: una guía para la práctica.

Para algunas familias lo más retador será tener que madrugar nuevamente, para otras retomar la rutina de llevar y buscar a los niños en el colegio. Otras mamás se preguntan cómo podrán adaptarse sus crías al régimen escolar cuando pasaron año y medio en casa descalzos y comiendo a deshoras. La clave es no esperar hasta el primer día de clases.

Retomar los horarios y las costumbres en casa de forma progresiva hará el choque menos abrumador. Recuperar el momento oportuno de dormir y de despertar de una hora en una hora cada día o cada dos días hasta llegar al horario necesario es una buena táctica para ir regulando el reloj biológico. Por ejemplo, si la hora necesaria para despertar para ir a la escuela es las 6:00 am, pero actualmente sucede a las 10:00 am, cada día o cada dos días se puede despertar a la niña o al niño una hora antes hasta llegar a la programación deseada y luego afianzarla.

Lo mismo con la hora de ir a la cama. Y no solo aplica para estudiantes sino también para los miembros de la familia relacionados con la rutina escolar.

En lo sanitario

A estas alturas es difícil que cualquier niña o niño, al menos en espacios urbanos, no tenga familiaridad con las medidas de bioseguridad necesarias para minimizar la propagación del coronavirus. La distancia social, el uso de la mascarilla y el lavado frecuente de manos se han convertido en las nuevas prerrogativas de la vida cotidiana y la población infantil lo sabe de memoria.

No obstante, recalca la Unesco que es importante recordar a niñas y niños la importancia de mantener estricta atención a estas medidas, pero no desde la perspectiva del miedo sino desde la posibilidad de ser agentes de cambio para prevenir la expansión del virus y salvar vidas. No se trata de protegerse de los demás, sino de proteger a los demás. Visto desde la solidaridad es más fácil de comprender.

También es importante que en la medida de lo posible las niñas y los niños lleven en su morral gel antibacterial y también al menos una mascarilla adicional con la cual contar en el caso de sufrir un accidente con la que llevan puesta desde casa.

Por otro lado, el colegio deberá tomar medidas con respecto al contacto. El manual de la Unesco sugiere, por ejemplo, sustituir los deportes como el fútbol o el voleibol por otros de menos cercanía como los aeróbicos o correr, y siempre al aire libre. De hecho, no escatimar en el uso de espacios abiertos para el mayor número de actividades escolares posibles. Asimismo, la administración de la cantidad de estudiantes por salón, la ventilación de las aulas, evaluar la necesidad real del uso del aire acondicionado, y establecer un protocolo ante el intercambio o préstamo de útiles y manipulación de herramientas o recursos de uso común, así como de los mecanismos para administrar los alimentos.

En lo sentimental

A todas las mamás y a todos los papás se les queda grabado en la mente ese día devastador en el que por primera vez tuvieron que dejar a su cría pequeña en el preescolar. Este regreso a clases puede revivir ese momento, tanto para representantes como para niñas y niños, y hasta en algunos adolescentes.

Acompañar los sentimientos abrumadores de un retorno al colegio luego de una cercanía permanente con la familia y en la seguridad del hogar es vital para que el proceso sea lo menos traumático posible. Por otro lado, es necesario abordar el choque emocional de reencontrarse con amigas y amigos luego de tanto tiempo pero sin poder tocarles o abrazarles, y hablándoles solo a través de la mascarilla. También hay que tomar en cuenta a las y los estudiantes cuyo sentimientos vienen redoblados por la pérdida de familiares cercanos.

Para un reingreso lo más tranquilo posible, la Unesco recomienda en primer lugar compartir con los niños y niñas la información cabal sobre cuándo y cómo será la reapertura de la escuela, y de ser necesario emplear diferentes formatos para comunicarlo —dibujos, canciones, cuentos— para garantizar que se entiendan los mensajes, y sobre todo para generar emociones de expectativa positiva. Tener la información y saber que no habrá sorpresas es una sensación que empodera y otorga confianza, incluso en la niñez.

“Recordar a los niños, niñas y jóvenes los motivos positivos para regresar a la escuela. Podrán jugar con sus amigos, ver a sus docentes y continuar aprendiendo cosas nuevas. Recordarles las personas clave a las que pueden acudir en la escuela si necesitan apoyo. Preguntar a los niños, niñas y jóvenes cómo se sienten sobre volver a la escuela. Asegurar a los niños y niñas que todos los sentimientos son normales”, dice el manual.

En este sentido, continúa: “Tomarse tiempo para consolar a su hijo/a y responder a sus necesidades. No importa cómo de poco realistas sean sus miedos, recordar que sus sentimientos son reales y les aterran. Ayuda a tu hijo o hija a entender sus emociones”, dice.

También es importante que familia y personal docente trabajen en llave. En situaciones normales es desafiante poner a las mamás y a las profesoras de acuerdo, y ahora seguramente lo será más que nunca, pero también más que nunca es vital. Que la niña o el niño tengan instrucciones divergentes en casa y en la escuela sobre situaciones como compartir el desayuno, prestar sus creyones, usar la mascarilla o practicar un deporte en el recreo puede dar al traste con todo el esfuerzo por un retorno tranquilo al aula y generar estrés en el niño o la niña.

Volver al colegio siempre es motivo de alegría, incluso en las circunstancias más difíciles. El funcionamiento de las escuelas habla de las sociedades y el proceso educativo en general es activador de dinámicas que signan la cotidianidad de la población como cuerpo sistémico. Así que más que nunca este reingreso a las aulas cobra significado.

Aún en Venezuela estamos a la espera de las pautas puntuales que indicarán cómo se desplegará este retorno, empero, ir trabajando desde ya y en familia el próximo cambio de rutina será garantía de un proceso armónico.

Fuente e Imagen: https://ultimasnoticias.com.ve/noticias/mas-vida/miniguia-de-emergencia-para-un-regreso-a-clases-en-pandemia/

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CCOO alerta al gobierno de la Comunidad de Madrid que sin bajada de ratio no habrá seguridad sanitaria ni mejora de la educación

Por: Tercera Información

  • Ante el inicio del nuevo curso, CCOO exige al Gobierno de Madrid el mantenimiento de la bajada de ratio, que ha sido clave para el éxito sanitario y educativo del anterior curso. Es inexplicable que algo que funcione se desmantele.

  • El sindicato exige también que se destinen los fondos europeos a la contratación de profesorado y personal educativo para que se haga posible la bajada de ratios, ampliación de la presencialidad y el refuerzo al alumnado.

  • Para CCOO es inaceptable que en plena pandemia se inicie el curso sin medidas de seguridad suficientes y con 5.000 profesores menos que el curso pasado.

Ante el inicio del nuevo curso escolar, CCOO exige al Gobierno de Madrid el mantenimiento de la bajada de ratio, que ha sido clave para el éxito sanitario y educativo del anterior curso. Es inexplicable, denuncia el sindicato, que algo que funciona se desmantele.El consejero de Educación alega que la bajada de ratios es “imposible” mientras recibe 500 millones para inversión educativa de parte del Gobierno central y de los Fondos Sociales Europeos.

La efectividad de las ratios bajas está más que probada. El curso pasado los grupos burbuja mejoraron la calidad educativa y permitieron una vuelta segura a las aulas. El 85% de los docentes, según una encuesta de la OCDE, cree que la bajada de ratios es una prioridad educativa. Hasta el gobierno de Díaz Ayuso, conocido por sus continuados ataques a la educación pública, sabe que hay consenso alrededor de este tema, que toda la comunidad educativa quiere bajada de ratios, y lo ha incluido a su retahíla de promesas.

Isabel Galvín, Secretaria General de la Federación de Enseñanza de CCOO Madrid, explica que “en lugar de caminar en esa dirección, el gobierno regional da un grandísimo paso hacia atrás: pretende empezar este curso con 5.000 docentes menos que el curso pasado. Se trata de un recorte gravísimo de la plantilla que hizo posible la vuelta segura a las aulas el curso pasado. Además, si este curso se quiere ampliar la presencialidad (con medidas sanitarias) a segundo ciclo de ESO, Bachillerato, FP, EOI y conservatorios, no solo habría que mantener las contrataciones del curso pasado, sino ampliarlas con creces”.

Recorte temerario

Galvín advierte que mientras dejan ir a 5.000 de los 7.000 profesionales contratados el curso pasado, el consejero de Educación, Enrique Ossorio, afirma que la bajada de ratios es “imposible” por falta de medios y de infraestructura. Obvia que este curso la Comunidad de Madrid recibe 500 millones de euros específicamente para gasto educativo por motivo de la pandemia, parte proveniente del Gobierno de España y parte del Fondo Social Europeo.

“Este recorte es una decisión temeraria e injustificada”, continúa Galvín, “que además de afectar a la calidad educativa pone en riesgo la salud del alumnado y sus familias. La variante Delta sigue presente y la vacunación de los tramos de edad a los que pertenece el alumnado es aún parcial. En países que ya han comenzado las clases, como Estados Unidos, los contagios se cuentan en decenas de miles, y algunos casos llegan a la hospitalización. El gobierno de Díaz Ayuso no puede hacer recaer todo el esfuerzo sobre los profesionales educativos, el alumnado y sus familias, sin dotarles de los suficientes recursos. En sus manos está prevenir una situación similar, que seguramente suceda si no se toman medidas sanitarias. Una de ellas, fundamental, es la bajada de ratios.”

“¿Qué va a hacer Ayuso con los (al menos) 500 millones de euros que recibirá su gobierno?”, se pregunta la responsable sindical. “Su gobierno, de momento, no los ha presupuestado, y parece que van a ser empleados con la opacidad que le caracteriza. Es necesario crear una entidad independiente que haga público el uso que la Comunidad de Madrid hace de este dinero, y que se asegure de que esos 500 millones se invierten en la educación pública madrileña”.

Oportunidad perdida

Por último, sobre la Conferencia Sectorial de Educación que celebrada ayer, Galvín señala que “ha sido una oportunidad perdida. El gobierno rebaja la distancia necesaria en las aulas de los 1,5 metros del curso pasado a solo 1,2, ignorando la actual situación sanitaria y mostrando un optimismo infundado. Pero es que además si la Comunidad de Madrid vuelve a las ratios prepandemia será imposible garantizar incluso esos 1,2 metros de distancia.” Lo único positivo son las cifras de inversión que la ministra de Educación ha hecho públicas y que deja claro que la Comunidad de Madrid dispondrá de dinero suficiente para la contratación del profesorado y personal educativo necesario.

Desde CCOO, como ya hizo ante el inicio del curso pasado, presionará y movilizará para que la Comunidad de Madrid presupueste y aplique esos más de 500 millones de euros provenientes del Estado y de la UE para invertir en plantilla y bajar la ratio de forma inmediata en 2021.

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/29/08/2021/ccoo-alerta-al-gobierno-de-la-comunidad-de-madrid-que-sin-bajada-de-ratio-no-habra-seguridad-sanitaria-ni-mejora-de-la-educacion/

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China registra 289 millones de estudiantes en 2020

Asia/China/03-09-2021/Autor(a) y Fuente: Spanish.xinhuanet.com

El número de estudiantes en todos los niveles educativos de China, incluyendo en universidades, ascendió a 289 millones en 2020, un incremento de 6,74 millones respecto del año anterior, indicó el Ministerio de Educación.

El país tuvo un total de 537.100 escuelas e instituciones académicas en 2020, un incremento de 1,33 por ciento en comparación con el año anterior, de acuerdo con las estadísticas publicadas por el ministerio.

Para fines de 2020, había cerca de 17,93 millones de profesores de tiempo completo en China, un aumento de 3,52 por ciento interanual, añadió el ministerio.

Fuente: http://spanish.news.cn/2021-08/30/c_1310156044.htm

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Solo el 5,5% de quienes abandonan el secundario lo completa en escuelas para adultos

Telam

Esto se desprende del informe «Educación Permanente de Jóvenes y Adultos, ¿un derecho que llega a todos?», realizado por el Observatorio Educativo y Social de la Universidad Pedagógica Nacional.

Uno de cada cinco egresados de la escuela secundaria culmina estos estudios en la Educación para Jóvenes y Adultos, sin embargo, solo 5,5% de los estudiantes que abandonan sus estudios decide concluirlos bajo esta modalidad, advirtió un informe del Observatorio Educativo y Social de la Universidad Pedagógica Nacional (Unipe).

«Es un dato relevante el hecho de que uno de cada cinco egresados de nivel secundario argentino haya hecho la Educación para Jóvenes y Adultos (EPJA), mientras la atención que el sistema educativo le presta a esta necesidad no está a la altura ni en financiamiento, ni en formación docente, curricular o en apoyos para revertir la la brecha digital, entre otras cosas», señaló a Télam la coordinadora del equipo de EPJA de la Unipe, Florencia Finnegan.

Los datos se desprenden del estudio «Educación Permanente de Jóvenes y Adultos, ¿un derecho que llega a todos?», realizado por las especialistas Delia González, Daniela Valencia junto a Finnegan y el Observatorio Educativo y Social de esa institución.

El informe resalta que «la población objetivo se encuentra aún cuantitativamente lejos de acceder» al sistema educativo para adultos «lo cual pone en evidencia la magnitud del desafío que enfrentan las políticas estatales en este sentido».

A lo largo del período 2010-2019, la tasa agregada para el conjunto de la modalidad varía en torno al 5%.

«Es una representación cuantitativa y aproximada, solo un 5,5% de la población del nivel secundario que no lo terminó, asiste a la EPJA, el resto no lo está terminando», aclaró Finnegan.

La Educación para Jóvenes y Adultos constituye, según reseña el informe, un circuito educativo orientado al cumplimiento de la escolaridad obligatoria fuera de las edades teóricas pautadas por la normativa.

Sobre el recorrido histórico de EPJA, Finnegan resaltó la relevancia que le dio la Ley de Educación Nacional 26.206 al restituirla al estatus de modalidad educativa en 2006 para «garantizar la alfabetización y el cumplimiento de la obligatoriedad escolar […], a quienes no la hayan completado en la edad establecida reglamentariamente, y a brindar posibilidades de educación a lo largo de toda la vida».

El estudio releva también la creciente brecha digital en hogares de alta y media vulnerabilidad, en base a los resultados de la Evaluación Nacional de los Procesos de Continuidad Pedagógica realizada por el Ministerio de Educación de la Nación en 2020.

Allí se advierte que el 87% de niñas, niños y adolescentes de entre 4 y 19 años de hogares con alta vulnerabilidad socioeconómica, no cuentan con computadora en sus casas y el 89% tienen acceso a internet a través de un celular.

En tanto, solo 19% de quienes pertenecen a hogares con baja vulnerabilidad no disponía de ese dispositivo en su casa y el 100% tenía acceso al uso fijo de internet en su hogar.

Estos datos se combinan con un retroceso de 41% de la escolaridad del nivel primario del EPJA entre 2010 y 2017, caída que revirtió la tendencia en el último año relevado.

El 87% de niñas, niños y adolescentes de entre 4 y 19 años de hogares con alta vulnerabilidad socioeconómica, no cuentan con computadora en sus casas y el 89% tienen acceso a internet a través de un celular

Por el contrario, el volumen de estudiantes del nivel secundario se incrementó de manera sostenida a lo largo del período, alcanzando en el último año, un 11% más que en 2010.

En el último año relevado, 2019, unos 176.435 alumnos cursaban la primaria en esta modalidad y, más del triple, 580.402, el secundario, lo que representa un 15% del total de alumnos del nivel, considerando a la educación común.Sobre estos datos, se aclara que que son variados los factores socioeconómicos que influyen a la deserción del nivel primario.

«Muchos tienen dificultades económicas, viven en el campo y además cuentan con alguna discapacidad, lo cual dificulta la continuidad de los estudios sino es accesible», aclara la especialista.

«Queremos visibilizar la propia dinámica del sistema de EPJA, si bien hay una finalidad académica de producir conocimiento científico, es una puesta política aportar toda la información sobre esta modalidad educativa y resulta estratégico para trabajar en la democratización de la educación», dijo la coordinadora de EPJA de la institución.

En cuanto a posibles políticas públicas que focalicen en mejorar esta modalidad educativa, Finnegan remarcó «fortalecer las plantas docentes en centros de jóvenes y adultos, y el personal que atiende problemáticas psicopedagógicas».

«Todo requiere financiamiento, desde generar espacios hasta diversificar y flexibilizar la modalidad EPJA, por ejemplo, pensar en otras alternativas a la nocturnidad, debido a que hay datos que confirman mayor porcentaje de asistencia de mujeres cuando las cursadas son en su territorio, en horarios donde sus hijos van a la escuela», apuntó la especialista.

Otro punto que resalta el estudio es que la oferta se encuentra mayormente a cargo del Estado: en 2019, en promedio, el 99% de quienes asistieron al nivel primario de EPJA lo hizo en escuelas de gestión estatal, una cifra que alcanza el 92% para los estudiantes de escuelas secundarias.

https://www.telam.com.ar/notas/202108/566841-secundario-abandono-escuelas-adultos-educacion.html

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Un baño de realidad. No esta de más mostrar la vulnerabilidad de los docentes

El País 

Guillem Sala acaba de publicar El castigo (Tusquets), una novela que refleja con exactitud los ambientes educativos en que han de desenvolverse no pocos habitantes de los extrarradios urbanos de Cataluña, y lo hace con una lucidez que echamos de menos en los ensayos que se suelen publicar, afectados unos por una vocación apocalíptica que no conduce a nada concreto, o afectados otros (la mayoría) por una ideología floral y emotivista totalmente desconectada de la realidad.

Que es precisamente lo que no ocurre con la novela de Sala. Su relato, escrito con un lenguaje tan estudiado como crudo, rompe una serie de estereotipos sobre el profesorado y el alumnado, y de verdad era muy sano que empezaran a resquebrajarse algunas ideas fijas y totalmente cansinas. Ni los docentes son esa subespecie calificada de franquista u opresora que obliga a los jóvenes a memorizar datos durante una cantidad inhumana de horas cada día, ni son una colección de funcionarios vagos, antipáticos, grises y mediocres que disfrutan humillando al personal; ni los jóvenes son esas criaturas de luz semiangélicas de la propaganda oficial, ni tampoco los demonios desatados que pintan otros. Profes y alumnos no son más que gente involucrada en un proceso de raíz común: el aprendizaje.

Se escribe mucho y malo sobre la salud mental del alumnado, no estaba de más mostrar la vulnerabilidad de los docentes. También se escribe mucho y fatal de cómo impulsar la equidad en nuestros centros. Al fin y al cabo la educación no es una ciencia exacta y a veces las cosas salen bien, y a veces no tanto. Lo cierto es que en la novela es la profesora Sandra la que lleva una vida desordenada y heterodoxa, culminada con una tragedia.

Guillem Sala le da la vuelta a no pocos tópicos: se dice hasta la saciedad que los alumnos son vagos; pues no, es la profesora Sandra la vaga número uno. Las aulas son lugares donde se producen interesantes simbiosis. Ni el profesorado es tan distinto al alumnado, ni el alumnado tan malvado, ni el profesorado tan opresor y sordo. Si no se cruzan en el camino de los derechos del alumnado y del profesorado leyes absurdas o paredes de burocracia o normativas excesivas, lo que acaba ocurriendo en las clases es altamente creativo y motivo de optimismo para todo aquel que crea en el papel transformador de la enseñanza.

Esto queda bien reflejado en el relato, así como otros detalles que vienen a desmentir el sentido de las leyes ignaras que vienen imponiéndonos. Se ha popularizado que lo bueno es no hacer gran cosa, no esforzarse ni interesarse por los contenidos culturales, y practicar una versión soft de la educación sancionada por los políticos y unos supuestos imperativos sociales, pero resulta que el Izan, que es un cani de Santa Coloma, un pícaro moderno, y no precisamente un Einstein, distingue perfectamente entre un centro en el que “enseñan cosas” de otro “en el que solo riñen”.

Y eso ocurre porque si se dejara al profesorado desarrollar los contenidos (esos que nuestra ideología predominante tanto gusta de expulsar para sustituirlos por la alienación conformista), el alumnado no sólo se interesaría más por el aprendizaje, sino que también recibiría menos reproches, puesto que es en los lugares donde no se aprende nada, donde se baja más el nivel, es donde se producen más conflictos de convivencia.

No es bueno que el alumnado sepa cosas de la vida de los docentes, pero a veces una actitud franca es un puente para desmantelar tarimas imaginarias, y si el docente se muestra humano y contradictorio (aunque siempre ha de ser justo) la tendencia es que el alumnado responda con una humanidad correspondiente y recíproca. En grupos bien avenidos, pese a la pereza y los horarios interminables, es posible aprender si uno mantiene las antenas en la realidad y no en las teorías fantasmáticas que se imparten en algunas facultades.

Estos espacios comunes de exploración común son los que rescata Sala del habitual océano de tópicos.

En El castigo no hay victimismos pero sí víctimas y victimarios: Hayat, la chica de primero de ESO que recibe el abuso sexual por parte de su compañero, el Izan, es quien se lleva la peor parte. Lo que queda al descubierto es la enorme hipocresía que preside el tinglado tal y como está organizado: diseñado sólo para mantener las apariencias. Podríamos pensar que resulta exagerado. El tema es espinoso, realmente tabú, pero por desgracia, como ocurre con tantas otras cuestiones, no podemos dejarlo de lado.

Los docentes se resisten a impartir educación sexual porque tienen miedo de ser señalados o denunciados. Este es un problema grave: cada vez son menos las maestras valientes que se atreven a desafiar el neovictorianismo imperante para informar a su alumnado de lo que es una sexualidad respetuosa, afectiva y necesaria en una democracia. Nuestra sociedad confunde demasiadas veces la educación sexual con la propaganda de la promiscuidad. Seguramente, la información serena sería precisamente lo contrario que el exhibicionismo imprudente. El emotivismo social mal entendido hace el resto, generando el apocalipsis imaginario que demasiado público tiene en mente.

Un botón de muestra: una vez, en una reunión para familias, un padre levantó el dedo para decir a las profesoras de educación física que promover la ducha tras el ejercicio físico era facilitar las agresiones de los pederastas. Este es el nivel. La histeria, el alejamiento de la realidad. Lo cual provoca que los docentes huyan del tema como de la peste, que sea realmente ingrato explicar según qué materias en un ambiente hostil a la escuela que confunde los derechos democráticos con los caprichos ideológicos más primitivos y el catastrofismo cuñadista.

Quizás el populismo sea precisamente eso: la acción directa verbal y engañosa, la apariencia de democracia y la sustitución de la realidad por el ideologismo fácil, totalmente acrítico, y por la mera apariencia de modernidad.

Algo de lo que no peca este libro, basado en una economía de recursos narrativos realmente adecuada, que ha sido escrito desde una perspectiva equilibrada y realista, casi cinematográfica, sin manipulaciones ni dramatismos.

Como muestra Guillem Sala, la brutalidad y la marginalidad están demasiado arraigadas en una Cataluña y una España que están regresando a algunas de las peores dinámicas del subdesarrollo, por falta de inversión pública. Su extrarradio miserable es el mismo que el de las novelas de Paco Candel, o las de Pío Baroja. Si la sociedad fuera menos cainita, si nuestro mercado laboral fuera menos brutal, quizás empezarían a mejorar las cosas en los institutos y se podría elevar el nivel medio cultural del ciudadano. En cambio, lo que hacemos es totalmente cortoplacista: maquillar, ocultar nuestra desigualdad apoyándonos en utopías fantásticas. A nadie se le ocurre que una posible salida para todos sea la creación de empleo calificado: parecemos muy cómodos en nuestro país de tercera regional.

La sexualidad machirula y psicopática es una de esas lacras seculares que quizás estén volviendo con fuerza, si es que se fueron. En este sentido, he visto cosas como tutor que podrían deprimir hasta al más curtido, pero la ética más elemental me impide relatar estas historias reales. Quedémonos con este relato verista. No hace falta descender al sensacionalismo. Sala conoce al dedillo el entramado institucional y jurídico del país, y también sus ausencias, limitaciones y deserciones. Basta con señalar que el relato de Guillem Sala es real como la vida misma, y que algún día deberíamos empezar a abandonar las modas modernas para ocuparnos en serio de la juventud real que ha de crecer en nuestras barriadas reales.

https://elpais.com/educacion/2021-08-30/un-bano-de-realidad.html

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La decisión está en los padres de familias…

Por: Abelardo Carro Nava

La SEP ha sido rebasada. De eso no hay duda. Su limitada visión, planeación, organización y evaluación de las actividades para un regreso seguro ha dejado mucho que desear…

Al inicio de esta pandemia conocimos los efectos del SARS-CoV2 en los seres humanos que viven, o vivían en otros países, mediante los medios de comunicación; luego, en febrero de 2020, México registró el primer caso confirmado por este virus; semanas después, se decretó la contingencia sanitaria en el territorio nacional por el incremento de casos positivos hecho que, como se sabe, detuvo la inercia de varias actividades políticas, económicas, sociales y culturales – entre ellas las de naturaleza educativa – pues, según se dijo, se trataba de evitar la propagación de esta enfermedad a través del contacto entre los individuos. Poco se sabía de tan inverosímil “bicho” y el mundo convulsionó intempestivamente.

En medio de la incertidumbre y el desasosiego que produjeron las primeras semanas y meses de un confinamiento, las actividades escolares siguieron su curso. Padres de familia, alumnos y maestros, con una infinidad de problemáticas que han sido escritas y difundidas por propios y extraños a través de diversos medios y espacios, buscaron la forma de continuar los procesos formativos en cada uno de los niveles en los que se encontraban insertos.

Las autoridades educativas entumecieron durante ese tiempo; su respuesta, tardía como lo fue, evidenció lo que hasta el hartazgo se ha dicho en diversos momentos de la historia de México: son inmensas las precariedades del Sistema Educativo Nacional (SEN) y las brechas de desigualdad existentes entre los mexicanos.

Mienten quienes piensan o afirman que este Sistema Educativo se detuvo durante los primeros meses de ese necesario confinamiento pues, aunque las escuelas cerraron sus puertas, la educación abrió otras, por el momento, desconocidas.

Mienten quienes afirman que el magisterio fue plenamente apoyado en diversos rubros por parte de sus respectivas autoridades educativas, locales y federales.

Es cierto, las maestras y los maestros no recibieron una orientación profesional o académica, con una base fincada en la pedagogía y la didáctica, que les permitiera tomar decisiones sobre ese qué hacer y cómo hacer para que, de la noche a la mañana, se adentraran a un mundo donde la era digital, a través del empleo de diversas plataformas, no era del todo conocida.

No está por demás señalar, de nueva cuenta, que la Secretaría de Educación Pública (SEP) no despertó durante todo este tiempo. Vivió el sueño romántico de un amor y vocación que lo puede todo. Es más, no fue creativa, ni echó a andar la imaginación y, mucho menos, a toda la maquinaria conformada por una serie de “asesores” o “expertos” para que diseñaran un plan educativo nacional acorde a las necesidades y contextos de los alumnos, profesores y padres de familia.

No, no hizo nada de eso, en su lugar desembolsó más de 400 millones de pesos para costear la trasmisión de algo que fue denominado “Aprende en Casa”, aunque justamente en casa, en los miles de hogares mexicanos, durante ese mismo tiempo, se vivieron diversos momentos: pérdida de empleo, contagios y más contagios, fallecimiento de seres queridos. La tele ¿educa?, pero la vida ¿no educa? Aún me pregunto.

De esta forma, entre subidas y bajadas de números, entre colores de un semáforo epidemiológico que no indicaban mucho que digamos, los niveles de contagio disminuyeron. Las portadas de los periódicos impresos y digitales le dieron vuelo a tal suceso puesto que, a pesar de todas las desavenencias, México superaba las dos “primeras olas” ¿con éxito?

Así, sin un plan nacional para un regreso seguro a las escuelas, con bombo y platillo, la SEP anunciaba la reapertura de los centros escolares en las entidades del país cuyo color, de acuerdo con ese semáforo epidemiológico, estuvieran verde. Poco duraron los festejos; días después de la tan anunciada apertura de los planteles escolares, éstos cerraron sus puertas. Diversas razones fueran las que los llevaron a tomar esta decisión, destacaron: el incremento de contagios y las precariedades, de todo tipo, en las instituciones educativas.

Ni tarde ni perezoso, los alumnos regresaron a sus hogares y los padres de familias retomaron sus actividades cotidianas pues, los comités de participación de salud escolar dejaron de operar. De hecho, aún me pregunto si en algún momento funcionaron conforme a los protocolos diseñados por los expertos dado que la manera en que tendrían o podrían apoyar los mentores con tres hijos en la misma escuela cuya asistencia a ésta difería a lo largo del día, generó serias dificultades. ¿En qué momento este padre o madre de familia tendría el tiempo necesario para que realizara otras acciones que les permitieran llevar un sustento a casa si tenían que participar en el comité de salud escolar referido? En fin.

El ciclo escolar terminó, y un dejó de angustia e incertidumbre apareció. ¿De qué manera iniciaría el próximo año escolar?, ¿cuál sería el plan nacional que darían a conocer las autoridades educativas si es que tenían pensado o contemplado un posible regreso a las aulas?

Vacaciones, al fin un receso.

Casi sin darnos cuenta una tercera ola de contagios llegó, y llegó con fuerza. Se acercó rápidamente a nuestros hogares. De hecho, de la noche a la mañana supimos ¿otra vez? de personas que se contagiaron, ahora, de la variante Delta; nuestros vecinos, gente de nuestra comuna, nuestros familiares, y muy probablemente nosotros mismos corrimos la misma suerte.

Desde luego, algunos tuvieron o han tenido la oportunidad de ser tratados en sus hogares. Otros, por el contrario, tuvieron que ser hospitalizados para recibir ese tratamiento médico que les permitiera una pronta mejoría y, unos más, lamentablemente fallecieron. Lejos de las cifras que cada día se exponen en los medios de comunicación, no debemos olvidar que ellos fueron hombres y mujeres, de carne y hueso. Con virtudes, con defectos, pero al fin de cuentas, seres humanos.

Hoy, casi casi por decreto presidencial se determina el regreso masivo a las escuelas para que las clases presenciales sean un hecho a partir del 30 de agosto, pues así llueve, truene o relampaguee, los planteles escolares deben reabrir sus puertas.

Hoy, sin un plan nacional para ese tan anunciado y anhelado regreso a la presencialidad, y en medio de un caos y la incertidumbre que la misma SEP ha generado, el magisterio y los padres de familia vuelven a dar muestras de su capacidad para afrontar los retos, cualesquiera que éstos sean, para adecuar los espacios físicos de sus instituciones educativas, para diseñar esquemas de trabajo que permitan generar aprendizajes en sus alumnos, para implementar medidas contextualizadas para asegurar su salud y bienestar de todos los involucrados, para dialogar, valorar y decidir lo más pertinente de acuerdo a su entorno.

La SEP ha sido rebasada. De eso no hay duda. Su limitada visión, planeación, organización y evaluación de las actividades para un regreso seguro ha dejado mucho que desear. Como sabemos, de 10 acciones para este regreso solo quedan 9, porque nadie le “consultó” al presidente sobre la carta que no fue carta pero que sí fue carta pues el mismo gobierno y la Secretaría de Educación la difundieron ampliamente, ¿cuántas acciones más quitarán al final de este proceso?

Los irrisorios insumos para las jornadas de limpieza en las escuelas son anécdota y parte del breviario cultural “memista” en las redes sociales. La SEP no estuvo, no está, ni estará lista. Los problemas la rebasaron y eso que hay una maestra al frente de esta dependencia, ¿se imagina si no estuviera?

No, no se puede ni se debe regresar a lo mismo; no es posible. Simplemente la educación y la escuela tal y como la conocíamos, ha cambiado. Tendremos que asumir este hecho.

Sí, la decisión de enviar a sus hijos a las escuelas está en los padres de familia. Una decisión nada sencilla y sí harto compleja, sobre todo, cuando los estudios indican que también los niños pueden contagiarse, pero sin que dicha escuela sea una fuente de contagios. Una cosa inexplicable que solo se entiende a través de la ciencia.

Sí, la decisión de enviar a sus hijos a la escuela está en los padres, y créame, el magisterio en estos días ha hecho hasta lo imposible para que los espacios físicos y virtuales cuenten con lo mínimo necesario para que los niños continúen su proceso educativo.

Espero que a ese magisterio no se le juzgue y, mucho menos, se le culpe de lo que al interior de las aulas pueda suceder, pero también, que se respete la decisión de cada padre de familia que decida llevar o no a su hijo a la escuela y las posibles consecuencias que de ello se desprendan. El gobierno ha decidido lavarse las manos; toca el turno de entendernos, comprendernos y apoyarnos, porque ni el presidente, ni la secretaria de educación, ni los demás funcionarios que a diario suben fotografías a sus redes sociales mediante las cuales dan “muestras de apoyo” a maestros y padres de familia, pisarán los salones y las escuelas a diario. La comodidad de sus oficinas es muy distinta; de eso no hay duda.

Tengo claro pues, que educación, disciplina y trabajo conjunto entre los diferentes actores educativos y no educativos que concurren cotidianamente a las aulas, son aspectos necesarios para lograr un avance significativo y para disminuir los riesgos que ello representa. Un asunto que se antoja difícil pero no imposible, sobre todo cuando observamos la forma en la que se trasladan hacia su escuela los pequeños y sus mentores en la Ciudad de México, por ejemplo.

¿Podremos hacer algo al respecto?

Sí, es cierto, la decisión de enviar a sus hijos a los planteles escolares está en los padres, ellos, al final de cuentas, conocen las escuelas…

Fuente: https://profelandia.com/la-decision-esta-en-los-padres-de-familias/

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