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Documental: Hasta que la muerte nos separe

«Una mascarilla no protege al médico»

La gente fallece por culpa del coronavirus; los médicos y quienes están dispuestos a jugarse su salud por la de los demás caen plantándole cara. Los protagonistas de esta película ya no están entre nosotros: profesionales sanitarios que mucho antes de que se hablara de una pandemia, murieron por hacer su trabajo en ausencia de las medidas de seguridad que más tarde se revelaron necesarias. Sus seres queridos nos cuentan sus historias y les rinden el homenaje que no pudieron brindarles en su día.

Los primeros días de la pandemia de coronavirus a inicios de la primavera boreal del 2020 fueron los más difíciles para el personal sanitario en diferentes países, debido a que entonces no sabían con certeza a lo que se enfrentaban. Apenas había equipos de protección, zonas aisladas en hospitales especializados o reglas de distanciamiento social.

Los sanitarios se limitaban a hacer su trabajo y muchos fallecieron tratando de salvar la vida de otros. Es el caso de Mijaíl Lébedev, un intensivista infantil que trabajaba en una Unidad de Emergencias Sanitarias de Moscú. Mijaíl contrajo el covid-19 y falleció tras pasar 8 días conectado a un respirador artificial.

Debido a los protocolos sanitarios, su familia no pudo acompañarlo en sus últimos días ni estar presente en el funeral. «Quería verlo, darle un beso en la frente y despedirme de él como es debido. No me dejaron (…) No me siento como si hubiéramos enterrado a mi padre. Sigo esperándolo constantemente. Incluso lo sigo llamando de vez en cuando [a su número de celular]. Por la noche, te duermes y sueñas que llaman al timbre, que abres la puerta y ahí está tu padre», relata Vasili, hijo de Mijaíl.

«Una mascarilla no protege al médico»

En marzo del 2020, Italia era el país con más infecciones de coronavirus del mundo, y más adelante sería el de mayor número de fallecidos por la epidemia. En un hospital de la región de Véneto prestaba sus servicios Samar Sinjab, de origen sirio, quien fue el primer miembro del personal sanitario de esa región en morir debido a la pandemia.

Sinjab se contagió en el ambulatorio mientras atendía a un paciente con covid-19 pese a que llevaba mascarilla permanentemente. «Una mascarilla no protege al médico al 100 %. Ahora usamos mascarillas respiratorias tipo FFP2 o FFP3, pero al principio usábamos mascarillas simples para protegernos. Nos dijeron que bastaría con ella. Las mascarillas más seguras llegaron demasiado tarde, cuando mi madre ya estaba hospitalizada», recuerda Rafi el Mazloum, hijo de Samar y también médico.

Mijaíl y Samar no son los únicos profesionales sanitarios que han fallecido tratando de salvar a otras personas. Historias similares han ocurrido en varios países del mundo y, lamentablemente, siguen ocurriendo a causa de la pandemia del coronavirus.

Fuente e imagen:  https://actualidad.rt.com/programas/documentales/360230-hasta-muerte-separe-coronavirus

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Ecologistas en Acción lanza el documental ‘Las voces del agua’

Por: Tercera Información

  • Con motivo de la aprobación en el Congreso de los Diputados de la derogación del trasvase del Ebro, el 21 de abril de 2005, Ecologistas en Acción de Aragón presenta la película ‘Las voces del agua’.

  • El desequilibrio territorial generado por el viejo modelo de gestión del agua ha provocado una injusticia social que todavía está lejos de revertirse.

  • Los testimonios que se escuchan en el documental fundamentan un nuevo modelo de gestión y de gobernanza que haga posible la armonía entre el territorio y las personas.

El 21 de abril de 2005 el Congreso de los Diputados aprobó la derogación del trasvase del Ebro. Para Ecologistas en Acción esta anulación supuso una victoria histórica de las organizaciones ecologistas y sociales que, durante tres años, denunciaron este proyecto, movilizando a cientos de miles de personas contra este trasvase.
Para celebrar este aniversario, Ecologistas en Acción de Aragón lanza el documental Las voces del agua.
La película es una trilogía:1. «El silencio de los afectados», grabado en el pantano de La Peña.
2. «El engaño del interés social», grabado en Jánovas.
3. «Futuro posible», grabado en el recinto de la EXPO 2008, Zaragoza.

Cada episodio, de unos 15 minutos de duración, puede entenderse como una unidad narrativa o complementarse con los otros para dar una visión más global.

Se ha huido intencionadamente de un modelo de documental cargado de datos para dar importancia a las voces de las personas que viven en la orilla de nuestros ríos y que tradicionalmente han sido las víctimas de un falso discurso de progreso.

El desequilibrio territorial generado por el viejo modelo de gestión del agua ha causado una profunda injusticia social que todavía está lejos de revertirse. En ese sentido, las voces que se escuchan en este documental argumentan un nuevo modelo de gestión y de gobernanza que haga un poco más posible la armonía entre el territorio y las personas.

Ponen voz a esta realidad un amplio colectivo de activistas, con un gran bagaje de trabajo a sus espaldas, que llevan mucho tiempo acercando los principios de la nueva cultura del agua a una realidad que desde la emergencia climática reclama nuevas voces y nuevos diálogos.

El equipo de realización ha sido dirigido por Iván Castell y ha estado formado por Beltrán García y Daniel Haddadin (cámaras); Carlos Estella (sonido); Carlos Estella y Jesús Sampériz (producción ejecutiva).

La música ha sido compuesta para este documental por Borja Cortés, Rafael Rodríguez y Sergio Marqueta-Siibert.

El equipo de la película muestra su agradecimiento por el acompañamiento recibido en «la difícil tarea de distinguir las voces de los ecos».

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/cultura/2020/04/20/ecologistas-en-accion-lanza-el-documental-las-voces-del-agua

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“Learning to Skateboard in a Warzone”, el documental ganador del Oscar que empodera a niñas en Afganistán

Redacción: MOR.BO

En 2007, un australiano desaliñado llegó a Kabul con poco más que una bolsa de ropa y tres patinetas. Mientras trabajaba durante el día, Oliver Percovich prestaba sus monopatines a adolescentes afganos para que jugaran con ellos, y que pronto se convirtieron en los primeros skaters del país; y al observar que el skateboarding atraía la atención positiva de los jóvenes de diversas etnias y géneros, Percovich decidió llevar más patinetas a Afganistán en su próximo viaje, y en última instancia, establecer la primera escuela de skateboarding del país, con el objetivo de proporcionar a la juventud afgana una comunidad segura y una salida a su ansiedad de vivir en un país en constante conflicto.

Hoy en día, la organización sin fines de lucro de Percovich es conocida en todo el mundo como Skateistan, y desde entonces se ha expandido, abriendo escuelas y centros comunitarios en Camboya y Sudáfrica. En el 2015, Skateistan recibió el premio Laureas Sport for Good, y un año después se clasificó como la 65ª organización sin fines de lucro más importante del mundo, ayudando a tocar las vidas de decenas de miles de niños en todo el mundo.

El filme Learning to Skateboard in a Warzone (If You’re a Girl), que ganó el Oscar el pasado domingo en la categoría de Corto Documental, cuenta la historia de una de las escuelas de Skateistan en Kabul, que está dedicada a enseñar a niñas y adolescentes cómo manejarse sobre una patineta.

“Esta película es mi carta de amor a las valientes niñas de ese país”, dijo la directora del documental, Carol Dysinger, al aceptar el premio junto a la productora Elena Andreicheva en la ceremonia del domingo. “Enseñan a las chicas a ser valientes, a levantar la mano, a decir que estoy aquí, que tengo algo que decir y que voy a tomar esa rampa, no intenten detenerme”.

En la película, las chicas agarran sus skateboards, se muerden los labios y juegan con las ruedas. Las vemos aprendiendo a dar pequeñas vueltas alrededor de conos de tráfico, y la tensión es palpable. Podría ser un campamento de verano en cualquier otro lugar, pero estas niñas llevan pañuelos en la cabeza bajo grandes cascos, están vestidas con ropas largas y modestas, y la pista de patinaje está escondida detrás de altos muros en la capital afgana, Kabul, por la propia seguridad de las niñas.

Las niñas de la película asisten a un programa de vuelta a la escuela con 3 horas diarias de instrucción educativa, con el objetivo de preparar a quienes aún no están dentro del sistema de la educación formal para matricularse en la escuela pública, junto con sesiones regulares de patinaje. En el filme, se sientan ante una cámara y hablan de sus vidas: una dice que vendió chicles en las calles antes de que la llamaran para que se uniera a la escuela de Skateistan. Otra estudiante dice que vendía té.

"Learning to Skateboard in a Warzone (If You're a Girl)". Fotografía: Skateistan
“Learning to Skateboard in a Warzone (If You’re a Girl)”. Fotografía: Skateistan

En una ciudad en donde los atentados con coches bomba, secuestros y violencia contra las mujeres desprotegidas por hombres poderosos es común, estas niñas ya son sobrevivientes inesperadas. Durante el filme, los espectadores son invitados a involucrarse con el progreso de las estudiantes: a que aprendan trucos, cómo ponerse de pie, cómo deslizarse. En un momento de espera, su maestra, una mujer afgana con las mangas arremangadas, consigue que cuatro niñas se acuesten en el suelo antes de bajar a toda velocidad por una rampa y volar por el aire sobre ellas. Pero los límites de la libertad de las niñas a través del skateboarding son claros. Una le dice a la cámara: “No quiero crecer para poder patinar por siempre”.

“Lo que intentamos hacer es dar a las niñas un lugar donde se sientan seguras, donde puedan expresarse y explorar sus propios intereses”, dice Jessica Faulkner, portavoz de Skateistan. “Y lo unimos a la patineta, que les ayuda a aumentar su resistencia, su establecimiento de objetivos, su determinación y a divertirse mucho al mismo tiempo”.

Dale un vistazo al trailer de Learning to Skateboard in a Warzone (If You’re a Girl) a continuación:

https://www.ismorbo.com/learning-to-skateboard-in-a-warzone-el-documental-ganador-del-oscar-que-empodera-a-ninas-en-afganistan/

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‘El Foro’, el documental que nos cuela en Davos

Redacción: La Marea

Por primera vez, el Foro Económico Mundial ha permitido grabar su reunión en Davos para un documental.

Los líderes políticos y económicos del mundo son plenamente conscientes de que están llevando el planeta al desastre con el aumento de la desigualdad, la consecuente pérdida de credibilidad del sistema democrático representativo y la crisis climática. Lo son y los vemos admitirlo sin pudor en el documental El Foro, que se emitirá esta noche en TV3.

Nunca hasta ahora el Foro Económico Mundial había permitido grabar el backstage de su evento más conocido, el encuentro más importante de líderes políticos, empresariales y algunos sociales que se celebra anualmente en las montañas suizas de Davos.

1.500 jet privados, cientos de todoterrenos negros blindados, decenas de helicópteros militares recalan cada enero en este puerto de montaña, desde 1971, para analizar supuestamente los retos más importantes de su momento. Al menos ese es el objetivo según explica el fundador y presidente del Foro, el economista suizo Klaus M. Schwab. “El comité para mejorar el estado del mundo”, leemos bajo el logo de esta entidad que durante unos días reúne a los CEO de BP, Nestlé, Monsanto y las mayores compañías del mundo con los representantes políticos, supuestamente para que establezcan alianzas público-privadas que “cambien en sistema”, dice en un momento del documental Schwab. Algo disparatado si tenemos en cuenta que esta fundación, en la que trabajan unas 800 personas, está fundada por mil corporaciones transnacionales. 

El documental El Foro, rodado durante casi más de un año -desde la preparación de la reunión de 2018 hasta mediados de 2019– es una oportunidad de ver ‘cara a cara’ cómo se relacionan, se mueven y se dirigen al resto de los asistentes Donald Trump, Jair Bolsonaro y Theresa May, entre otros representantes políticos. Pero también la aparente confianza que gente como Schwab y sus trabajadores tienen en conceptos como la responsabilidad social corporativa mientras se sientan con los responsables de las plantaciones de aceite de palma en Indonesia, a los que mediante una diplomacia suave intentan convencer de las bondades de las plantaciones sostenibles. “Todos son humanos, todos”, repite un alto directivo del Foro en referencia a su capacidad de influir a todas las capas de poder, desde presidentes hasta secretarios de sindicatos.

Todo esto mientras vemos cómo Schwab, un hombre que está en las antípodas de la ostentación y el histrionismo, hace llamadas para conseguir que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, acuda al Foro y se le ocurre que una buena manera de seducirlo sería ofreciéndole sentarse al lado de un premio Nobel; cómo las primeras sillas de las conferencias inaugurales están destinadas a los perennes influencers (Leonardo DiCaprio, Bono…) y cómo algunas de las entrevistas de los medios internacionales más importantes son un masaje de espalda para Schwab.

Porque sí, es Schwab el verdadero protagonista del documental: un hombre que considera que no hay que combatir el cambio climático, sino cambiar el sistema, y que se puede hacer desde dentro, casi susurrando frases contundentes a Aung San Suu Kyi, líder birmana que ha justificado el genocidio de los rohinyás, para que permita retornar a un millón de estos; con ministros indonesios que se jactan de controlar el Parlamento…

Pero la verdadera obsesión del economista es la cuarta revolución industrial, una apuesta del Foro Económico Mundial que cuenta con una sede en San Francisco para asesorar a gobiernos en la implantación de tecnología dirigida al control de las fronteras, movilidad sostenible como los coches autónomos y los drones. De hecho, una de las imágenes más bucólicas del documental es cuando el profesor Schwab viaja a Ruanda para comprobar la buena marcha de una empresa a la que han apoyado económicamente para desarrollar el transporte de sangre mediante drones a los hospitales. “El cambio de la legislación para permitirlo ha sido fundamental”, le recuerda Schwab al ‘emprendedor social’, como le llaman, haciendo hincapié en la capacidad de influencia del Foro. Al menos en los países empobrecidos, habría que añadir.

El alter ego del profesor suizo es Jennifer Morgan, directora ejecutiva de Greenpeace Internacional. Asistimos a las reuniones que mantiene con su equipo para decidir si acudir al evento y, en caso afirmativo, cómo y para qué. “Gastamos mucho dinero y tiempo a veces intentando comunicarnos con estos ‘chicos malos’. Enviamos barcos, nos colgamos de edificios… Y en realidad no podemos conseguir nuestro objetivo sin este grupo de gente (…). Son los que pueden cambiar el rumbo y evitar la catástrofe. Así que tenemos que lidiar con ellos”, sostiene uno de sus asesores.

Morgan tiene las hechuras de la activista con capacidad de influencia: se reúne con Schwab para decirle que no basta con lo que está haciendo, se presenta a Bolsonaro y le entrega su tarjeta mientras le pregunta por el Amazonas, pero, sobre todo, es capaz de reconocer con entusiasmo el potencial de una niña que ha aparecido recientemente en la luz pública: Greta Thunberg. Consigue que se proyecte un vídeo de ella antes de la conferencia de Al Gore en el Foro, y habla entusiastamente de la joven activista ante todos los micrófonos. Porque, como vemos en la cinta, Thunberg es el elemento disruptivo, la nueva pantalla, el nuevo tiempo que se abre y que arrastra incluso a Schwab.

Thunberg llegó al enclave suizo cuando aún era relativamente desconocida, en enero de 2019, como representante de la incipiente revuelta mundial juvenil de los Viernes por el climalas imágenes más emocionantes de la cinta: miles de jóvenes en numerosos rincones del planeta alzando la voz por lo que en Davos llevaban dándole vueltas desde 1991 sin adoptar ninguna medida efectiva real.

Tras la partida de Bolsonaro, encargado de impartir la conferencia inaugural de 2019 en su primer viaje internacional, los todoterrenos, jets y helicópteros alzan el vuelo… Meses después, el primer ministro canadiense Justin Trudeau anuncia la prohibición de los plásticos de un solo uso en Canadá para 2021, Costa Rica se proclama como el primer país del mundo descarbonizado… mientras el Amazonas arde.

El Foro, un documental dirigido por el alemán Marcus Vetten, es una ventana a una forma de entender la gobernanza global que languidece, pero que en su agonía se resiste dando coletazos a perder su poder mientras arrasa con todo, mientras nos arrasa.

Fuente: https://www.lamarea.com/2020/01/28/el-foro-el-documental-que-nos-cuela-en-davos/

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Noam Chomsky y Pepe Mujica protagonizan un documental en el que reflexionan sobre la necesidad de “un radical cambio de rumbo global”

Por: infobae.

Se titula “Chomsky & Mujica” y está en proceso de post-producción en busca de financiamiento colectivo. ¿De qué se trata esta película filmada durante un fin de semana en Montevideo por el mexicano Saúl Alvídrez?

Por esos están los intelectuales, los sabios, las personas que se dedican a pensar críticamente sobre lo que vivimos. Dos de los más importantes de la actualidad son, sin lugar a dudas, Noam Chomsky y Pepe Mujica.

El intelectual más importante, el político más querido

Así lo pensó el cineasta mexicano Saúl Alvídrez, que se encontró con una particularidad: ambas personalidades nunca habían conversado. Por eso, decidió reunirlas durante un fin de semana para realizar un documental. La idea era sencilla: que dialoguen sobre la inquietante situación mundial actual. Así ocurrió y el rodaje llegó a su fin. El documental se titula Chomsky & Mujica pero aún no está terminado; falta la post-producción.

En Kickstarter, una plataforma web de micromecenazgo para proyectos creativos, se encuentra el adelanto del documental Chomsky & Mujica, un video de tres minutos y medio que muestra el tono, la estética y el hilo conductor del film. Allí los realizadores buscan financiar el tramo final del proyecto: necesitan recaudar 19.200 dólares. Pero aclaran que si llega a 30 mil dólares, “podremos post-producir y compartir para mayo 2020 muchos más temas importantes que abordaron juntos”; y si logran 38 mil dólares, se completarán los costos para la distribución del documental en festivales.

Noam Chomsky es, según el diario The New York Times, “el intelectual vivo más importante hoy en día”. Conocido por sus novedosos aportes en la Lingüística, es un filósofo estadounidense y uno de los más icónicos activistas políticos de nuestros tiempos. Por su parte, José “Pepe” Mujica fue parte del movimiento Tupamaros en Uruguay que integró en los sesenta durante la dictadura uruguaya, pasó casi 15 años preso y llegó a ser Presidente de Uruguay entre 2010 y 2015.

Chomsky & Mujica, aseguran sus realizadores, “es la película del intelectual más importante de nuestros tiempos y el político más querido del mundo, Noam Chomsky Pepe Mujica; un inédito encuentro lleno de sabiduría”.

Mi primer documental

El director se presenta en la plataforma del siguiente modo: “Mi nombre es Saúl Alvídrez, tengo 31 años y soy mexicano. En el año 2012, cuando tenía 24 años y estudiaba Derecho y Economía en el Tecnológico de Monterrey (ITESM CSF) en la Ciudad de México, fui el primer miembro del movimiento estudiantil #yoSoy132; pero mi activismo político fue suciamente neutralizado por el Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (CISEN) y los corporativos mediáticos más poderosos de mí país».

Y continúa: “Esa persecución y escándalos mediáticos fabricados cambiaron mi vida drásticamente, y por esa razón me auto-exilié junto con mi perro en países sudamericanos como Argentina, Bolivia, Colombia, Uruguay y Ecuador. Ahí tuve la suerte de estudiar muchísimo por varios años, y gracias especialmente a Noam y Pepe descubrí mi misión en la vida, que es amplificar la conversación pública y enfocarla a los problemas globales”.

Pepe Mujica

Pepe Mujica

Un proyecto trabajado en cuatro países distintos durante cinco años. El conteo le da así: más de veinte vuelos, 600 correos electrónicos y cerca de mil horas de trabajo. “Estamos ya muy cerca de terminar la mejor película que podría haber imaginado”, asegura con convicción y ansiedad sobre Chomsky & Mujica, su primer documental.

A las generaciones más jóvenes

El encuentro se dio en Montevideo. Tanto el lingüista y filósofo estadounidense como el ex Presidente de Uruguay asistieron con sus esposas, Valeria y Lucía, y pasaron todo el fin de semana charlando mientras las cámaras los filmaban. Pese a sus edades —Chomsky tiene 90 años, y Mujica, 84—, el documental está pensado para los jóvenes. «Es un bello y urgente mensaje a la humanidad. Explora el amor, la vida, la libertad, el poder y los principales retos del siglo XXI junto con dos extraordinarios personajes que nunca antes habían cruzado sus caminos”, aseguran los realizadores.

Noam Chomsky (Shutterstock)

Noam Chomsky (Shutterstock)

“Las generaciones más jóvenes han heredado el mayor peligro y responsabilidad de toda la historia humana. Hoy, el colapso ecológico, económico, político y social de nuestra insostenible civilización parece inminente. Por ello, los millennals y centennials deben lograr en las próximas décadas un radical cambio de rumbo global; pero, ¿cómo? Este proyecto busca responder esa pregunta, simplemente porque es la pregunta más importante que hay en este momento. Y para lograrlo era necesario reunir mucha sabiduría”, concluyen.

Sin dudas, cuando logren concluirlo y esté listo para ser compartido con el público, generará mucha repercusión. La necesidad de “un radical cambio de rumbo global” se palpa en las distintas movilizaciones que suceden en todo el planeta. Sin embargo, es importante reflexionar sobre todo lo que está pasando. Chomsky & Mujica parece ser el documental indicado para hacerlo.

Fuente del documento: https://www.infobae.com/america/cultura-america/2019/11/26/noam-chomsky-y-pepe-mujica-protagonizan-un-documental-en-el-que-reflexionan-sobre-la-necesidad-de-un-radical-cambio-de-rumbo-global/

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Un invierno en llamas: el documental sobre la rebelión ucraniana

Redacción: Culto.La Tercera

De un día para otro, sin aviso ni llamado, los jóvenes de Kiev se empezaron a reunir en la Plaza de la Independencia para manifestarse también contra una medida del gobierno: si aquí fue el alza del metro, allá fue la suspensión del acuerdo de asociación con la Unión Europea.

Mujeres y hombres, la mayoría jóvenes, muchos estudiantes, aunque también miles de trabajadores, de todas las clases sociales y de ningún partido específico, se comenzaron a congregar durante noviembre en la plaza más conocida de la capital. Todos los días, día tras día, sin necesidad de una convocatoria oficial ni de la vocería de un líder, se instalaban ahí con sus banderas patrias exigiendo un país más justo, libre y participativo.

¿Cómo termina esta historia? La de Chile aún no lo sabemos —su clímax está siendo trágicamente largo—, pero la de Ucrania, cuyas protestas comenzaron hace seis años de forma muy parecida a las nuestras, culminaron en febrero de 2014, después de 95 días, dejando 121 muertos en total —aunque según los médicos que apoyaron la revuelta la suma real es de 780—, más de dos mil heridos, casi 200 desaparecidos y la renuncia del presidente, Viktor Yanúkovich.

Eso no significa, por supuesto, que el estallido chileno termine igual al ucraniano, pero como se ve en Winter on Fire —documental producido por Netflix y nominado al Oscar como el 2016—, el proceso tiene varias similitudes.

La primera es su espontaneidad. De un día para otro, sin aviso ni llamado, los jóvenes de Kiev, la capital del país, se empezaron a reunir en la Maidán Nezalézhnosti, o Plaza de la Independencia, para manifestarse también contra una medida del gobierno: si aquí fue el alza del metro, allá fue la suspensión del acuerdo de asociación con la Unión Europea.

Ucrania estaba lista para avanzar en su inclusión hacia Europa, una política que al menos en Kiev era mayoritaria. Pero Vladimir Putin, el presidente ruso y principal socio comercial ucraniano, amenazó con sabotear el intercambio entre ambos países si sellaban ese tratado europeo. Yanúkovich, mandatario de Ucrania, cedió ante Putin y el pueblo kievita no se lo perdonó.

Allá, como acá, el Ejecutivo reaccionó primero con represión antes que con medidas sociales. Las movilizaciones ucranianas comenzaron pacíficas, siempre transversales, con sacerdotes ortodoxos y cristianos dando bendiciones en las marchas, reuniendo a universitarios, empresarios, trabajadores y ancianos. Pero recibieron como primera respuesta la violencia de los berkut, las fuerzas militarizadas de la policía.

Pero algo sucede en el siglo XXI que la represión no consigue amedrentar como antes a la gente y más bien provoca el efecto contrario: los movimientos adquieren más fuerza, y cuando la nube lacrimógena se dispersa parecen salir más firmes y compactos.

Tanto así, que en Ucrania —un país que se independizó de la URSS en 1991, después de vivir la hambruna con Stalin, la persecución identitaria con Brézhnev y el desastre de Chérnobil— la manifestación comenzó a reunir cada día a más personas, que se instalaron definitivamente en la Maidán, día y noche, con diez o veinte grados bajo cero. Armaron un campamento de estilo militar, con ollas comunes y hospital de campaña, cercado por una fortificación hecha de neumáticos, rejas y palos. Una verdadera ciudadela en el centro de la ciudad.

Con el correr de las semanas, el movimiento dejó de ser solo pro-europeo y se trató de algo mayor: querían cambiar las bases de su institucionalidad, poco representativas y muy presidencialistas. Yanúkovich, por su lado, solo respondía con mano dura: reforzó a los berkut con los titushki, un grupo de matones y mercenarios civiles con una extraña impunidad, y mandó al congreso un paquete de medidas antiprotestas.

El presidente ucraniano apostó por el desgaste pero la gente apostó por su libertad. “No tenemos miedo de morir por la libertad”, dice en el documental un hombre de unos 50 años, con un casco y una bandera, tras más de dos meses de movilización. “¡Triunfaremos y Ucrania será parte de Europa, del mundo libre!”.

Después de un día sangriento, el 21 de febrero, con la policía usando francotiradores y disparando balas letales, las que dejaron decenas de protestantes muertos en una sola jornada, los manifestantes resistieron y le dieron un ultimátum a Yanúkovich: o renunciaba al poder al día siguiente, o se venía una ofensiva armada del pueblo. Al amanecer, el presidente se exilió en Rusia.

¿Podría concluir de la misma manera la crisis chilena? Esperemos que no. Porque aunque el pueblo ucraniano celebró lo logrado —la renuncia de Yanúkovich, la firma del tratado con Europa y la liberación de algunos presos políticos— y se sintió libre y soberano, otras consecuencias no lo beneficiaron: a Putin no le gustó la revuelta y Rusia se anexó la península de Crimea, al sur de Ucrania, y al mismo tiempo activó a las fuerzas pro-rusas en el este del país, desatando una guerra cerca de la frontera que aún no termina del todo, con alrededor de 50 mil muertos, entre militares y civiles.

A comienzos de este año, además, en las últimas elecciones presidenciales, ganó Volodímir Zelenski, un actor y comediante que, unos meses antes de ser candidato presidencial, era el protagonista de una serie donde representaba a un hombre común y corriente que de pronto, por un vídeo que se hizo viral, se convirtió en candidato y fue elegido como presidente de Ucrania. Como decía Marx, la historia ocurre dos veces, primero como tragedia y luego como farsa. En Chile, crucemos los dedos, que la historia no se repita nunca.

Fuente: https://culto.latercera.com/2019/11/15/winter-on-fire-documental-ucrania/

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Revisa el nuevo capítulo de Mil Voces: “Educación Sexual”

Por: eldesconcierto.cl.

 

El 2010 Chile fue el último país latinoamericano en hacer obligatoria la educación sexual en la enseñanza media. Sin embargo, según el programa de la ONU para el VIH, entre 2010 y 2016 nuestro país tuvo el mayor cambio porcentual en nuevas infecciones, las que aumentaron en un 34%. Con este escenario en mente, este nuevo episodio de la serie documental sobre derechos reproductivos abordó el tema de la Educación Sexual.

Este domingo se estrenó el quinto capítulo de “Mil Voces“, la serie documental de El Desconcierto y Miles Chile, conducida por Alejandra Valle.

El 2010 Chile fue el último país de latinoamericano en hacer obligatoria la educación sexual en la enseñanza media. Sin embargo, según el programa de la ONU para el VIH, entre 2010 y 2016 nuestro país tuvo el mayor cambio porcentual en nuevas infecciones, las que aumentaron en un 34%.

Con este escenario en mente, este nuevo episodio de la serie documental sobre derechos reproductivos abordó el tema de la Educación Sexual, con tres invitados de diversas áreas.

La primera es Natalia Guerrero, Psicologa Especialista en Sexología Clínica y Educación Sexual y Afectiva, para quien “Chile es uno de los países que está más en deuda en temas de derechos sexuales y reproductivos”.

Otro de los entrevistados de este capítulo es el médico genico obstetra y director de Miles Chile, Guillermo Galán, quien afirmó que en nuestro país, “el embarazo, en más del 50% de los casos, no es esperado”.

Finalmente, la tercera invitada al programa fue Constanza Michelson, psicoanalista, columnista y escritora, quien opinó que el sexo “nunca es sexo solo. No es el sexo animal, no es programado. El sexo humano está lleno de ambigüedad”.

Fuente del documento: https://www.eldesconcierto.cl/2019/09/29/revisa-el-nuevo-capitulo-de-mil-voces-educacion-sexual/

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