– El debate sobre el fondo económico para afrontar las pérdidas y daños causados por el cambio climático será clave para el éxito o fracaso de la COP26.
– Los países y regiones empobrecidas y más vulnerables son las menos responsables del cambio climático pero ya enfrentan la mayoría de sus impactos negativos en forma de eventos climáticos extremos.
– Ecologistas en Acción insta al Gobierno español y a la ministra Teresa Ribera a que adopte una postura firme dentro de la UE para que se defienda la aprobación del fondo para las pérdidas y los daños.
Ayer se celebró el día de las pérdidas y los daños (‘loss and damage’ en inglés) en la COP26. Un debate que se inició la Cumbre de Varsovia (2013) para el que los países no consiguen llegar a un acuerdo sobre quién debe financiar los daños provocados por el cambio climático ni con cuánto dinero. Este fondo es una demanda repetida por las regiones más vulnerables del planeta que ya están sufriendo las consecuencias del calentamiento global y la amenaza de la desaparición de sus territorios y su forma de vida.
Según afirma la Climate Action Network (CAN), alianza de la que forma parte Ecologistas en Acción, se estima que el costo económico proyectado de pérdidas y daños para 2030 estará entre 290 y 580 mil millones de dólares solamente en los países clasificados como ‘en desarrollo’. Sin embargo, a pesar de estas previsiones, Escocia es el único país del mundo que ha hecho público su compromiso de financiar un posible fondo de pérdidas y daños.
El cambio climático ya está causando estragos en países de todo el mundo pero de manera desigual según las regiones. Son los países del Sur global -los más empobrecidos y vulnerables- quienes más sufren el impacto de los fenómenos climáticos extremos (como inundaciones, huracanes, incendios o sequías). Pero a su vez, son los países que menos responsabilidad tienen en las emisiones de CO2 a la atmósfera.
En las negociaciones de la Cumbre del Clima países como los pequeños Estados insulares -que podrían desaparecer a consecuencia del incremento del nivel del mar- son quienes necesitan y exigen la creación de un fondo de pérdidas y daños. Mientras, los países enriquecidos buscan la forma, o bien de evitar proveer esos fondos, o lo que sería peor, incluirlos en mecanismos financieros de seguros privados que apenas garantizan su disponibilidad para cuando sean necesarios.
Por su parte, la sociedad civil está centrando sus esfuerzos en visibilizar esta deuda de carbono contraída por los países del Norte global con los del Sur global así como en reivindicar un mecanismo de solidaridad para responder de manera colectiva a la emergencia climática. Por ello, exigen a dirigentes y líderes mundiales de los países ricos que asuman sus responsabilidades y acuerden la creación de este fondo económico.
Para Ecologistas en Acción, la cumbre de Glasgow debe de asumir la máxima contundencia en las conclusiones de este primer periodo del Mecanismo Internacional de Varsovia para las Pérdidas y los Daños. También debe iniciar el arranque del instrumento de la Red de Santiago para poner en marcha medidas que afronten las catástrofes climáticas, algo que debe pasar por el establecimiento de un fondo económico suficiente que cubra la desaparición de numerosos ecosistemas y de las sociedades que dependen de ellos.
Javier Andaluz, portavoz de la delegación de Ecologistas en Acción en Glasgow: “Todas las organizaciones de la sociedad civil hemos exigido que en la decisión final de esta COP26 se establezcan acciones y procesos concretos para solucionar estas deficiencias en las respuestas ante las consecuencias de la crisis climática que nuestro modelo de producción y consumo ha generado. Una respuesta que será clave para saber si la COP termina con un tímido avance en la solución de la crisis climática o se convierte en un nuevo fiasco de estas cumbres climáticas”.
Más allá de las puertas de la COP26: comienza la Cumbre de los Pueblos
De manera paralela al transcurso de las negociaciones de las Naciones Unidas, en las calles de Glasgow ya ha dado comienzo la Cumbre de los Pueblos, también conocida como cumbre social o cumbre alternativa. El encuentro de miles de activistas, procedentes de todos los rincones del planeta a pesar de las dificultades, comenzó el domingo 7 de noviembre. En las asambleas de las redes globales de activistas -como la Climate Action Network y la articulación Demand Climate Justice- se repasó el estado de las negociaciones y se definieron los marcos estratégicos para la acción en la calle durante la semana.
La mañana del lunes 8 de noviembre la red Demand Climate Justice organizó un toxic tour, del que también participó Ecologistas en Acción. Carmen Duce, delegada de la organización ecologista en Glasgow, relata cómo, en este recorrido por la ciudad, “se dio a conocer el pasado extractivista, colonial y esclavista de las empresas con mayor poder en la ciudad y se denunció la responsabilidad de grandes multinacionales como Iberdrola (Scottish Power), Enagás o Barclays en el cambio climático. Activistas de Centroamérica y Papúa compartieron sus testimonios de resistencia frente a las corporaciones, en defensa de la vida y los territorios. Y también se recordó a los y las activistas asesinados por sus luchas”.
Tras el toxic tour en la Cumbre de los Pueblos se desarrolló la asamblea diaria de los movimientos, en los que miembros de CAN trasladaron lo que por la mañana se había debatido en la zona azul de la COP26. También en este espació se mostró la preocupación de las organizaciones civiles por el escaso avance en la propuesta de pérdidas y daños.
Para terminar la jornada un grupo de activistas bloqueó el acceso al restaurante en el que directivos de grandes corporaciones -responsables de la crisis climática- tenían prevista una cena. Durante más de una hora, decenas de personas clamaron porque las multinacionales asuman su responsabilidad en la emergencia climática, desinviertan en combustibles fósiles y paguen el daño causado.