España / 21 de abril de 2019 / Autora: Celia Rodríguez Ruiz / Fuente: Educa y Aprende
Que es el bullying
El bullying o acoso escolar, es una forma de violencia que puede manifestarse de forma verbal, física o social. Las conductas de acoso, son actos violentos de una gran crudeza para la víctima, que es una persona en desarrollo y aún por crear los recursos necesarios para defenderse de este tipo de actos. En cualquier edad un acto de violencia, acoso o maltrato tiene graves consecuencias para la persona que lo vive, pero la repercusión es especialmente grave en la infancia.
El bullying o acoso escolar es una realidad, que tristemente se extiende como una plaga entre nuestros menores en nuestros centros escolares, Alrededor de dos millones de menores sufren bullying en nuestro pais. Cada vez que aparece una nueva noticia nos alarmamos y no entendemos cómo ha podido ocurrir, ¿qué está pasando en las aulas?
Es importante concienciarnos con el problema del acoso escolar, en lugar de alarmarnos cuando los casos ocurren, cuando ya no hay remedio, la concienciación es el primer paso, conocer donde empieza el bullying nos ayudará a prevenirlo y a pararlo antes de las trágicas consecuencias.
Donde empieza el bullying
El acoso escolar es un acto de violencia, que tiene lugar entre menores. El acoso supone una relación asimétrica de dominio-sumisión, donde el matón impone su poder, y somete a la víctima. El acoso escolar es fruto de unos valores sociales en los que predomina la violencia, es el resultado de una violencia implícita, que no se condena pero se acepta.
- Vivimos en una sociedad donde impera el poder. Aquellos que tienen éxito social, son aquellos que tienen poder de algún tipo, sin importar los medios para lograrlo. Nos bastaría con echar un vistazo a los medios de comunicación, la imagen de los héroes y heroínas que muchos programas de televisión ofrecen. El éxito se iguala a poder y, en muchos casos dominio.
- Esta imagen de personas que tienen éxito social, por tener dinero, coches, casas, vestimenta, que no enfatiza en otros valores de la persona. Esa imagen que ofrecen los medios de personas discutiendo y ridiculizándose unos a otros, por ganar poder, por ganar una batalla mediática. Esa imagen puede entretenernos y resultarnos graciosa, pero esa imagen hace mucho daño en nuestros niños y niñas, crecen con unos modelos que favorecen la violencia.
- Por otro lado vivimos en una sociedad donde no se educa por el respeto a las diferencias. A menudo los adultos criticamos a lo diferente, e incluso de manera sutil e inconsciente tratamos mal al diferente. Son pequeños gestos, (que no son para nada violentos), actitudes encubiertas, pero que nuestros niños y niñas que nos toman como modelo a seguir toman como manera de actuar. Cuando nos burlamos de alguien en casas por su color de piel, por su sobrepeso, por sus ideas o forma de vestir, enseñamos a nuestros hijos e hijas a faltar al respeto a los demás. Y luego les exigimos que respeten a los otros, lo cual es una contradicción.
- No educamos a nuestros niños y niñas en la responsabilidad de sus actos. A menudo les defendemos y les protegemos, podemos decir “no lo habrá hecho aposta”, “seguro que no se ha dado cuenta”, “la culpa es de….. que le ha incitado”, con estos mensajes el niño o niña apenas desarrolla la responsabilidad.
Concrétamente como comienza un caso de bullying
Con todo este panorama social y educativo es lógico que la violencia se extienda en las aulas. Los menores son especialmente vulnerables a la oleada de violencia, tenderán a reproducir estereotipos tratando de imponer su dominio y de este modo marcar su poder.
El bullying no comienza como un acto de violencia importante, el acoso más bien comienza poco a poco, con pequeños actos, con pequeños gestos. Una broma un poco más pesada un día, un insulto otro día, algún empujón y poco a poco la violencia se hace más frecuente e intensa. A medida que el matón molesta al otro, comprueba su poder y disfruta del poder ya que alimenta su autoestima, tiene que seguir ejerciendo su dominio y llega a convertirse en una necesidad que alimenta su ego, su poder y su autoestima. Finalmente el acosador acaba convirtiéndose en la pesadilla de otro menor inocente.
Los espectadores del bullying
El bullying o acoso escolar tiene dos agentes protagonistas: la víctima y el agresor. Pero hay una masa silenciosa, que también se torna en agente facilitador del fenómeno. Los espectadores del bullying son todas aquellas personas, compañeros e incluso profesores u otros adultos que observan el acoso y no lo condenan.
- Los adultos, observamos desde fuera y en muchas ocasiones, pensamos son cosas de chicos, es mejor dejarles que aprendan a solucionar sus cosas. Y no le damos más importancia. Con esa pasividad pasmosa asumimos y dejamos que el acoso crezca. Es cierto que en la mayoría de los casos, podemos observar pequeños actos, pero no debemos olvidar que los que los adolescentes hacen de cara al adulto, es, en muchas ocasiones, solo una pequeña muestra de lo que hacen cuando no les vemos. Y, en cualquier caso, nuestra obligación es condenar cualquier acción que pueda ser violenta por pequeña que sea.
- En otras ocasiones los adultos, castigamos la acción, pero no indagamos más y tampoco prestamos más atención. No queremos ver que puede que con ese castigo incrementemos las represalias y el cuidado para no volver a ser pillados. Es por ello que además de condenar, debemos extremar la vigilancia en estos casos y sobre todo proteger a la víctima. Pensemos sino en otros casos de violencia, como la violencia machista, no se concibe la idea de perseguir y condenar al agresor, sin tomar medidas para proteger a la víctima.
- Los demás compañeros, observan a menudo los casos de acoso escolar y permanecen callados ante tales atrocidades. En algunos casos les parece gracioso, en otros piensan que la víctima se lo merece que debería aprender a defenderse, en la mayoría de los casos no opinan pero impera una ley no escrita de no ser un chivato.
Como podemos concienciar a los espectadores
- Es labor de todos sensibilizarnos y condenar cualquier acto de violencia, de este modo también educamos con nuestro ejemplo.
- Enséñales que el acoso escolar puede tener graves consecuencias y que es cosa de todos condenar cualquier acto de violencia.
- Edúcales para cambiar su manera de pensar:
- Ser una víctima no es ser un pringado, no es un motivo del que avergonzarse.
- Condenar los actos de acoso escolar no es ser un chivato, es un obligación de todos.
Consecuencias del bullying
Las dinámicas del bullying pueden hacernos ver el tipo de problemática que se está desarrollando. El bullying es una situación que tiene lugar entre personas en desarrollo, por lo tanto contribuye a fraguar una problemática social a fuego lento, poco a poco.
- La autoestima de la víctima se ve minada, poco a poco pierde confianza y seguridad.
- La víctima se aísla, le da vergüenza reconocer lo que le está pasando, llegando a sentirse culpable por ser el bicho raro que merece las burlas. La víctima- Existe una cultura implícita que hace ver de “pringados” a las víctimas. Hasta que no acabemos con esa cultura difícilmente podremos hacer frente al bullying.
- Los testigos observan la dinámica con una pasividad pasmosa. Observan la violencia sin apenas inmutarse y en muchos casos la aplauden.
Cómo podemos frenar el bullying
- Educando para la tolerancia a las diferencias, para el respeto y la convivencia.
- Proporcionando una educación emocional que permita el desarrollo de:
- Estrategias de comunicación para la posible víctima, de modo que pueda defenderse, y no tema pedir ayuda.
- Estrategias de autorregulación por parte del agresor.
- Una sana autoestima.
- Empatía para que los testigos dejen de permanecer impasibles.
- Cambiando la cultura de la violencia de las sociedades actuales.
- Erradicando falsos mitos del tipo:
- Ser víctima de un acto de violencia no es ser un pringado.
- El que ataca no es el más fuerte.
- Condenar estos actos no es ser chivato.
Hoy en dia este acoso escolar se ha amplificado con una nueva forma de bullying: el CiberBullying
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Por último y para terminar podemos trabajar en el aula con actividades o juegos que permitirán concienciar de esta lacra en nuestras aulas. os dejamos un Juego educativo para trabajar el acoso en las aulas.