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Educación para cuidar el planeta: de los buses diésel a la bicicleta

Por: Ángel Pérez Martínez

Cuando reclamamos una educación pertinente y que enseñe a pensar de manera crítica estamos afirmando que requerimos generar en los seres humanos conocimiento y desarrollo que lleven a que nuestras reflexiones y toma de decisiones se basen en esencia en la protección de la vida humana y del medio ambiente.

Hoy existe evidencia de que los vehículos a motor basados en derivados del petróleo contaminan y matan. La respuesta no podría ser otra: los gobiernos y la sociedad tienen la responsabilidad de premiar, incentivar y hasta obligar a que productores y usuarios de los vehículos empiecen a utilizar energías limpias. En el caso de Bogotá y de otras ciudades cuando se discute ¿cómo serán las características de los buses de transporte público en los próximos 10 años?, para los ciudadanos debería ser inaceptable que se propusiera seguir usando diésel. Causa desazón que este tema solo parece interesar a algunos políticos, académicos y especialistas en transporte; requerimos involucrar a todos los ciudadanos en estas discusiones.

La sociedad debe entender que el uso de los vehículos a motor supone altos costos en términos de salud, medio ambiente y tiempo de desplazamiento, costos que alguien debe pagar. En la propuesta de construir ciudades que utilicen energías limpias sobresale el uso de la bicicleta como una decisión de transporte inteligente que cuida la vida y la tierra. El uso de la bicicleta conlleva un ahorro para la sociedad.

Luego un reto de los sistemas educativos, pertinentes al entorno y al desarrollo del territorio, debería ser que la sociedad reflexione y reconozca los beneficios que tiene para la calidad de vida de los seres humanos el uso de energías limpias, además, saludables, como la bici.

Un primer paso es aprender a admirar, a reconocer y a poner de ejemplo a quienes se bajan del carro y se montan en una bicicleta. Esta es una decisión vital que toman seres humanos reflexivos para cuidar la vida y luchar contra el cambio climático. Existe amplia evidencia para afirmar que la bicicleta es silenciosa, no contamina, ayuda a la salud, predispone al trabajo y a la solidaridad y es un medio de transporte barato.

Sin embargo, en la sociedad colombiana el estatus del automóvil prima; basta mirar qué ocurre en los parqueaderos de los centros comerciales, de conjuntos residenciales y de las empresas. A la bicicleta se le arruma, el carro se cuida. El espacio en las vías es generoso para el automóvil, el carro pita y todos nos tenemos que hacernos a un lado. Sin olvidar los pueblos enteros en Colombia donde la moto manda, sin ningún tipo de orden y control; allí no hay otro medio de transporte público, el uso de la bicicleta es limitado y se restringe a los más pobres.

La Secretaría de Salud de México sostiene que “estudios científicos específicos sobre el uso de la bicicleta han demostrado beneficios para la salud. Por ejemplo, se ha encontrado que andar en bici mejora el estado físico, la salud respiratoria y del corazón. Entre los adultos mayores, el ciclismo parece reducir el riesgo de caídas al mejorar el balance y la función de las piernas. Además, en lugares como los Países Bajos, se estima que el ciclismo evita alrededor de 6,500 muertes cada año y aumenta medio año la esperanza de vida, con las ganancias para la economía que eso representa”

Dados los indudables beneficios de la bicicleta, la escuela, la familia, la sociedad y el Estado estamos frente a la pregunta: ¿cómo lograr que los ciudadanos de manera reflexiva usen la bicicleta como medio de transporte y en caso de que no la usen respeten y protejan a quienes toman tan extraordinaria decisión, además de apoyar la reconstrucción de las ciudades y caminos para su uso? ¡No rotundo al trasporte público que contamine!.

Tranquilos, no todo es malo, me enorgullece comentar los logros de Bogotá en el uso de la bicicleta. Según la Secretaría de Movilidad estamos cercanos a los 500 kilómetros de ciclo rutas, por donde transitan ciclistas con seguridad y protegidos de motos, carros, buses y camiones. Emociona ver a miles de personas transitando en bicicleta, la alcaldía sostiene que el 8 por ciento y que en 15 años habrá más ciudadanos en biciceta que en carro. Soy usuario de la bici y reconozco que cada vez más en los cruces y otros sitios de la Ciudad, quienes conducen vehículos a motor empiezan a respetar a quienes utilizamos este medio de transporte. Además, la Secretaría de Educación de Bogotá destaca entre sus logros que: “cada día más de 6.000 estudiantes de sistema educativo oficial van al colegio en bicicleta”.

Por último, el ciclista merece toda clase de consideraciones, pero de manera especial que se reconozca su vulnerabilidad frente a toda clase de vehículos y motos, así como de los pillos. A futuro la legislación debe considerar que atacar o maltratar a un ciclista es un gran atento contra la sociedad. Según RCN, en 2017 se robaron más de 3.300 bicicletas en Bogotá, este año ya van más de 1.000, ¡no hay derecho!

Los buses, camiones y vehículos con motores diésel también matan a los ciclistas, sin atropellarlos.  Invito a seguir en la lucha, a caminar un poco más, a usar la bici y a bajarnos del carro particular, hasta donde eso sea posible y la seguridad lo permita. Al final, la bici ganará.

Fuente del Artículo:

https://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/educacion-para-cuidar-el-planeta-por-angel-perez/257599

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CLACSO convoca al concurso de ensayos ‘Educación crítica y emancipación’.

América del Sur /Argentina/Clacso.org

El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), junto a la Editorial OCTAEDRO de Barcelona convocan al Concurso de ensayos «Educación crítica y emancipación» con el objetivo de promover el pensamiento crítico vinculado a temas educativos que problematicen las experiencias y los proyectos emancipadores de Iberoamérica. Asimismo, el concurso busca contribuir a la reflexión y la promoción de las ideas en torno a las experiencias y los proyectos educativos emancipadores que incluyan investigadores, profesionales, políticos, miembros de organizaciones sociales y sindicatos y a la comunidad educativa en general, en un marco de perspectivas críticas plurales.

Se espera que los ensayos aborden alguno de los siguientes ejes temáticos:

• Neoliberalismo y políticas educativas
• Formación docente y Profesorado
• Educación, justicia social e igualdad
• Derechos humanos, paz y no violencia
• Innovación y prácticas educativas

» Cierre de inscripción: 9 de abril de 2018

Consultas: concursoeducacion@clacso.edu.ar

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» Ver convocatoria

Fuente:

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La educación crítica es agenda en el Foro Social Mundial

Foro Social Mundial / 25 de marzo de 2018 / Autor: Edison «El Payanes» / Fuente: El Payanes

En el marco del Foro Social Mundial que se reúne en Salvador de Bahía en Brasil, se desarrollan muchas actividades y encuentros de organizaciones y movimientos sociales de todas partes del mundo.

En la actualidad se hace necesario la participación social y la apertura para la formación política según lo afirma Joao Colaris, quien es Profesor de la Universidad del Estado Do Para e integrante del Consejo de Educación Popular de América Latina y el Caribe (CEAAL).

Colaris manifiesta que se encuentran en debate la educación y comunicación popular para una formación política que responda a los tiempos actuales en el continente. Los educadores y las educadoras necesitamos potenciar la formación política que se traduce en todos los ámbitos cotidianos de la vida, para lo cual debemos recibir y producir información crítica.

Los procesos transformadores nos ayudan a tener diversas interpretaciones de la realidad, eso implica que las personas no sólo participan de espacios formales sino desde todos los espacios de lucha y demanda social.

Recordamos que en el Foro Social Mundial se abordan diferentes temáticas construidos con la perspectiva metodológica participativa que se apoya en el lema: ¡Nada sobre nosotros sin nosotros!

Los ejes y lemas se organizan en una mandala que no se presentan como una lista que pudiera a veces erróneamente remitir a la idea de orden numérico o de importancia entre ellos.

Ancestralidad, Tierra y Territorialidad
Comunicación, Tecnologías y Medios libres
Culturas de Resistencias
Democracias
Democratización de la economía
Desarrollo, Justicia Social y Ambiental
Derecho a la Ciudad
Derechos Humanos
Educación y Ciencia para la Emancipación y la Soberanía de los Pueblos
Feminismos y Lucha de las Mujeres
LGBTQI + y diversidad de género
Luchas Anticoloniales
Migración
Mundo del trabajo
Vida Negros Importamos
Un Mundo sin Racismo, Intolerancia y Xenofobia
Futuro del FSM
Pueblos Indígenas
https://co.ivoox.com/es/player_ej_24540982_4_1.html?c1=ff6600

Escuche el testimonio de Joao Colaris, con el reporte de Edilberto Sena corresponsal especial de ALER en el propio Foro Social Mundial.

Fuente de la Noticia:

La educación crítica es agenda en el Foro Social Mundial

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Planificación y desarrollo. La evaluación docente

República Dominicana / 29 de octubre de 2017 / Autor: Félix Bautista / Fuente: Listin Diario

Enseñar a un niño a leer, escribir y pensar con sentido crítico es sumamente complejo. Para lograrlo, se requiere comprender el contexto en el que se trabaja; dominar los contenidos que se imparten; manejar un amplio catálogo de estrategias pedagógicas; desarrollar conocimientos prácticos en un ambiente de libertad, confianza, atención, empatía y autoridad.

El profesor mexicano Felipe Martínez Rizo, en su obra “La evaluación de docentes de educación básica: Una revisión de la experiencia internacional (2016)”, explica “que los buenos maestros son responsables de la conducción y el monitoreo del aprendizaje de sus alumnos (Ö); crean las condiciones para mantener su atención e interés en los contenidos; motivan a los alumnos al trabajo individual y en grupo; organizan su labor de enseñar en función de lo establecido por la escuela; evalúan el progreso de forma particular y grupal; y  saben medir el aprendizaje”.

Los maestros y la calidad de su enseñanza, representan el elemento más importante en el aprendizaje de los alumnos. Su desempeño es directamente proporcional a la calidad y equidad educativa. Un estudio realizado por Eric Alan Hanushek, de la Universidad de Stanford, explica que “los estudiantes cuyos docentes se encuentran en los niveles más altos del rango de efectividad, logran un año adicional de crecimiento en el aprendizaje”. De ahí la importancia que reviste conocer y evaluar el desempeño docente.

Los países europeos, asiáticos, americanos y africanos, con sus diferencias y formas, han asumido como una prioridad de sus sistemas educativos, evaluar la labor que realizan los maestros en los centros de enseñanza.

Para Héctor Valdez Veloz, especialista en matemáticas de la Universidad de La Habana, “la evaluación docente permite caracterizar el desempeño del maestro, determinar sus cualidades profesionales, su preparación, rendimiento y sus necesidades de formación y apoyo”.

Bajo el liderazgo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), se han elaborado diversos estudios relacionados con las “mediciones nacionales e internacionales para el aprendizaje de los estudiantes”, lo que ha obligado a los países a evaluar a sus docentes. En primera instancia, estas evaluaciones se han centrado en el control, vigilancia y sanción, lo que ha generado tensiones y resistencia en gremios que agrupan a los maestros.

La UNESCO ha establecido los distintos tipos de dificultades, para la evaluación del desempaño docente: la dificultad de definir los criterios de calidad del desempeño; las limitaciones de los instrumentos de obtención de información; identificar el marco normativo más adecuado para legitimar los propósitos, el alcance y las repercusiones de la evaluación y preservar las garantías de los evaluados; la necesidad de la generación de una cultura de evaluación para la mejora y la garantía de la intimidad y el honor de los evaluados, con las acciones que se deriven de la evaluación.

Para superar estos desafíos, la mayoría de los países han diseñado un modelo combinado entre evaluación docente y carrera profesional. De esta manera, los maestros tienen la oportunidad, a través de los programas de capacitación, de mejorar su cualificación profesional y desempeño docente, y al mismo tiempo, escalar en el sistema educativo y en el ámbito económico, en función de su preparación.

El caso chileno es una experiencia de referencia en la evaluación del desempeño docente en América Latina por diversas razones: primero, fue elaborada por consenso entre los sectores involucrados (Ministerio de Educación, el Colegio de Profesores, las municipalidades y los investigadores); segundo, diseñaron un sistema de evaluación, cuyo objetivo esencial era el desarrollo profesional de los docentes y la mejora de su desempeño, y tercero, el Sistema de Evaluación fue sometido a una consulta nacional y fue aprobada por el 70% de los participantes. Como experiencia, la UNESCO recogió el modelo chileno en una obra titulada “De la resistencia al cambio”.  La evaluación es obligatoria y se realiza cada cuatro años, con cuatro instrumentos de evaluación: “una autoevaluación, un informe del director y del jefe técnico de la escuela, una entrevista por un evaluador y un portafolio, que contiene la planeación de una unidad pedagógica y la filmación de una clase.” La evaluación da como resultado la clasificación de los docentes como “destacado, competente, básico e insatisfactorio.”

En Canadá, el modelo de evaluación se realiza en los tres niveles de la carrera docente y es solicitada por el director de la escuela. En Reino Unido, los directores son los que realizan las evaluaciones cada año, las cuales son auditadas por un evaluador externo. Los evaluados deben mostrar un desempeño trascendente y sostenido y deben contribuir con la escuela. En Australia, se establece qué se espera de cada maestro en los distintos niveles (profesores principiantes, profesores con experiencia, profesor líder I y líder II).  En Cuba, los docentes se evalúan todos los meses y participan el sindicato de maestros y los estudiantes.

En Colombia, es necesario que los maestros recién graduados realicen un año de pasantía, para poder ingresar de manera formal a la carrera. Cumplido este requisito, se inicia la evaluación docente cada año en tres etapas: Primero, aquellos que igualen o superen el 60% en su evaluación, se inscriben en “la jerarquía docente” y los que no superen o logren esta calificación, “deben abandonar el servicio”. Segundo, los que lograron la jerarquía docente  deben evaluarse cada año para medir las habilidades pedagógicas, el manejo de la didáctica, la capacidad para solucionar problemas, el manejo de grupos y de comportamiento de los estudiantes, el interés en la mejora de la calidad de la educación, y el logro de los buenos resultados.

Tercero, se realiza una evaluación voluntaria para aquellos que solicitan una promoción de grado. Quienes superan esta evaluación son promovidos y les corresponde un aumento de salario. La evaluación docente es fundamental para la competitividad de los maestros y estudiantes.

Fuente del Artículo:

https://www.listindiario.com/puntos-de-vista/2017/10/24/487845/la-evaluacion-docente

Fuente de la Imagen:

http://www.ministeriodeeducacion.gob.do/comunicaciones/noticias/navarro-asegura-evaluacion-del-desempeno-docente-ayudara-a-mejorar-la-calidad-educativa

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Educación crítica

Por: Antonio Pérez Esclarín

En los inicios de un nuevo año escolar, quiero insistir en la imperiosa necesidad de una educación crítica. Frente a la creciente colonización de las mentes y la tentación de uniformar a la población e imponer un pensamiento único; frente a la proliferación de autoritarismos que no toleran las ideas diferentes, y el surgimiento de dogmatismos y absolutismos, que pretenden aparecer como los únicos dueños de la verdad; la educación debe orientarse a formar personas críticas, capaces de pensar con su cabeza, de pensar el país y el mundo  para poder contribuir a transformarlos. Según Paulo Freire, “la función principal de la educación es formar  personas libres y autónomas, capaces de analizar la realidad que les rodea, y transformarla mediante su participación libre y responsable”.

Educar requiere hoy, más que nunca, formar hombres y mujeres pensantes y reflexivos, con cabezas bien formadas que no se dejen arrastrar por órdenes, slogans o propagandas, para ser capaces de enfrentar las tormentas económicas, sociales, éticas y políticas que nos castigan sin misericordia. Hoy no es suficiente enseñar a conocer: hay que enseñar a razonar y argumentar. Por ello, necesitamos una  educación que promueva el análisis crítico de la realidad que vivimos y capacite para reconstruir y reinventar a Venezuela.

Crítica que debe ser, primero que nada, autocrítica permanente como medio esencial para cambiar, para transformarse y superarse. Autocrítica como medio para alcanzar la autonomía intelectual y moral. Nadie supera sus debilidades si no comienza por reconocerlas. En palabras de Pascal, “la grandeza de un hombre consiste en reconocer su propia pequeñez”. Autocrítica para aceptar y superar las limitaciones e incoherencias, que lleve a un testimonio coherente, valor esencial en estos tiempos de tanta retórica y palabrería, de tanta mentira, de tanto relativismo ético y doble moral, de tanto juzgar y culpar al otro sin ver las propias carencias, incoherencias  y contradicciones.

Ciudadanos  comprometidos
Venezuela necesita de ciudadanos  comprometidos con caminos de cambio, críticos y autocríticos, que hablan lo que creen, viven lo que proclaman, testimonian el compromiso con el país nuevo que pretenden. Esta actitud de crítica, autocrítica y búsqueda de coherencia, supone, entre otros, el valor de la humildad, para aceptar como igual al otro diferente, para considerar la diversidad como riqueza, para reconocer que uno no es el dueño de la verdad.

Por ello, hoy más que nunca, necesitamos educadores, que estimulen la pregunta, que promuevan el análisis crítico de programas, discursos, propagandas, propuestas y hechos; de las actitudes autoritarias, dogmáticas, o vacías de significado. La pregunta y la duda, más que la respuesta, constituyen lo medular en los procesos educativos. Tener preguntas es querer saber algo, manifestar hambre de aprender. En consecuencia, la educación más que enseñar a responder preguntas, debe enseñar a preguntar respuestas. Es lo que repetía Simón Rodríguez: “Enseñen a los niños a ser preguntones, para que pidiendo el porqué de lo que se les manda hacer, se acostumbren a obedecer a la razón, no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos”. También resultan iluminadoras las palabras de ese poeta y maestro cubano, José Martí: “Como la libertad vive del respeto y la razón se nutre de lo contrario, edúquese a los jóvenes en la viril y salvadora práctica de decir sin miedo lo que piensan y oír sin ira ni mala sospecha lo que piensan otros”.

Fuente: http://www.eluniversal.com/noticias/opinion/educacion-critica_674110

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Entrevista a Joan Manuel del Pozo: «El adoctrinamiento no tiene lugar en las escuelas que buscan el pensamiento crítico»

19 octubre 2017/Fuente: El Diario

  • El exconsejero de Educación y profesor de Filosofía en la Universitat de Girona, Joan Manuel del Pozo, defiende que la actualidad política entre en las aulas siempre que se preserve a los niños del «alineamiento hostilizador y de la simplificación».
  • «Lo que sí existe, más que el adoctrinamiento, es la simplificación de mensajes o la falta de suficiente sentido crítico».
  • «Lo que parece ético en la profesión docente es que las manifestaciones políticas deben circunscribirse a los grandes principios de la democracia y los valores esenciales de la convivencia».

La escuela no puede quedar al margen de los conflictos sociales de su tiempo. No lo ha hecho estos días, después de un 1-O que ha marcado muchos centros por los desalojos por la fuerza de la Policía. Tampoco lo hizo a principios de septiembre, conmovida por los atentados terroristas cometidos por unos jóvenes que poco tiempo antes habían pasado por un aula.

Dejar que la actualidad penetre en clase no debe significar abrir la puerta al adoctrinamiento. Así lo ve Joan Manuel del Pozo, profesor de Filosofía Antigua y Ética de la Comunicación de la Universidad de Girona (UdG), que defiende que es deseable que las inquietudes que preocupan a los jóvenes tengan cabida en clase, siempre que los docentes las gestionen desde valores democráticos y de convivencia.

En esta entrevista, del Pozo, que fue consejero de Educación y Universidades de la Generalitat durante el tripartito (2006), enumera cómo pueden potenciar los centros el pensamiento crítico entre sus alumnos.

Estos días parece que ser profesor en Catalunya sea especialmente difícil.

Se ha añadido complicación. La docencia, que es apasionante, no es una actividad sencilla ni cómoda, y cuando vivimos tiempos complicados se le añade dificultad, pero tampoco hay que dramatizar en exceso. Diría que la mejor noticia para la docencia es que puede asumir bien las tensiones del entorno, puede hacer de amortiguador.

¿Qué le ha parecido la respuesta de la comunidad educativa después del 1-O?

Hay centros donde no se vivió tanto; en otros, llegó hasta las paredes de la escuela, así que las reacciones pueden haber sido diferentes. En el caso más duro, el de una escuela violentada donde haya habido desperfectos, hay que hacer reflexiones sobre lo que pasó, a poder ser dialogadas y pactadas por el equipo docente y por las familias, para que el enfoque del tema no responda a la posición emocional de un único maestro. El hecho de dar respuesta a ello como equipo docente es en sí mismo educativo. No lo sería que un maestro diga algo y el otro, lo contrario. En estos problemas debe haber un grado básico de coherencia pedagógica.

¿La escuela se puede posicionar de forma clara? ¿En qué casos?

Sí puede. Todas las escuelas celebran cada año el día de la paz, de manera que si se produce un hecho violento directo, dentro del centro, se debe hablar y corregir el mal mensaje que ha dejado. Lo que propongo es que esto se haga de manera pactada, dialogada y coherente, que no responda a impulsos individuales.

Estos días el  Ministerio de Educación y algunos medios han acusado a las escuelas catalanas de adoctrinar. ¿Qué entendemos por adoctrinar?

Es la negación del pensamiento crítico: cuando se transmiten conocimientos de forma dogmática y se impide el diálogo, la discrepancia y la capacidad de poner en duda lo que se transmite como una verdad. El adoctrinamiento no tiene lugar en aquellas escuelas donde se tenga por objetivo la búsqueda del pensamiento crítico. ¿Puede que haya habido casos de adoctrinamiento? Hombre, las escuelas son tan variadas que es posible que en alguna haya habido, como seguramente habrá habido en el sentido contrario en algún otro colegio.

Siempre que se habla de adoctrinamiento se hace referencia al adoctrinamiento político. Mucho menos al religioso, al económico…

Exacto. La prédica de la competencia brutal en una escuela sería adoctrinamiento neoliberal. Cuando el exministro Wert hablaba de españolizar a los niños catalanes, proponía explícitamente adoctrinamiento, porque intentaba crear un programa de formación política en la dirección que él consideraba buena.

Para usted, ¿el del adoctrinamiento es un problema real en las aulas?

No creo que exista de forma significativa. Lo que sí existe, más que el adoctrinamiento, es la simplificación de mensajes o la falta de suficiente sentido crítico, porque en la sociedad que rodea la escuela la simplificación del pensamiento es una tendencia mayoritaria. Y es normal que esto llegue a la escuela.

Antes del 1-O publicamos un reportaje sobre cómo abordar la política en clase. ¿Cómo se puede tratar una cuestión que polariza tanto a la sociedad en un aula que es inevitablemente reflejo de su entorno?

De la manera menos politizada posible en el sentido partidista del término. Es evidente que no se ha de esconder a los jóvenes y a los niños y niñas que existe un gran debate social y político, pero sí que se deben evitar posicionamientos de respuesta simple, de  o no. ¿Qué es pedagógicamente aconsejable? Hablar de cuáles son las condiciones en que puede tratar el tema –ya sea en familia o con los amigos–, cuál es el estilo deseable de diálogo y cuáles son los principios básicos que nunca deben ser transgredidos. Esta sería la línea pedagógica aceptable.

¿Es ético que un docente dé su opinión?

Lo que parece ético en la profesión docente, tal como recogen algunos códigos éticos, va en la línea de que las manifestaciones políticas deben circunscribirse a los grandes principios de la democracia y los valores esenciales de la convivencia.

¿Estos son principios sobre los que construir una educación para la ciudadanía?

Sí. Y no sólo yo lo veo así, sino que las leyes dicen que esto se debe fomentar. La Ley de Educación de Catalunya (LEC) lo recoge, por ejemplo. Es una legislación congruente con los principios filosóficos generales que nos dicen que si los humanos no somos capaces de vivir en democracia, es que estamos a la ley de la selva, y eso significa la ley del más fuerte y de la violencia.

La democracia, la convivencia… ¿Se enseñan ejerciéndolas?

Naturalmente. Los valores se han de contagiar. Y esto se hace a través del ejemplo práctico. Un profesor que defienda teóricamente la libertad, el respeto, la igualdad y la solidaridad, pero que se comporte autoritaria y egoístamente, no transmitirá los valores que predica. Tan importante como la prédica es la práctica. Y esto es aplicable a todo lo que se hace en un colegio: enseñar matemáticas, por ejemplo, se debe hacer con estilo matemático, transmitiendo el gusto por las matemáticas más que explicando fórmulas. El comportamiento, las maneras de hacer de un docente, son tan importantes o más que las propias palabras.

¿La escuela se puede mantener al margen de los conflictos de su tiempo?

No, evidentemente. La escuela, la ciudad, el país… Deben estar conectados. Las escuelas no deben ser castillos en los que no penetra nada del exterior. Es inevitable que entren las preocupaciones, pero al igual que en un hospital, que tiene unos principios de higiene, en la escuela hay principios pedagógicos que nos aconsejan preservar a los niños y niñas del alineamiento hostilizador, de la agresividad, de la simplificación.

Una maestra me contaba que, habiendo tratado el referéndum en clase, dos niños discutían duramente porque uno decía que había que permitir la votación y el otro lo contrario. ¿Qué puede hacer un docente ante esta situación?

Pues de entrada garantizar los principios de respeto mutuo entre las personas y evitar los dogmatismos. Después, se le debe exigir una actitud de moderación, igual que la debe tener un moderador de debates de adultos, pero teniendo en cuenta que los pequeños tienen más espontaneidad y descontrol. Debe ser, por tanto, un excelente moderador. Y es que no podemos olvidar que es fundamental que el maestro sea una persona de alta calidad ética, capaz de transmitir valores básicos por su propio comportamiento. El buen maestro, si en clase se le abre un debate como este, por su manera de actuar habrá traspasado a los alumnos la forma correcta de dialogar y debatir.

¿Cómo se fomenta el pensamiento crítico en clase?

Hay que practicarlo.   Un aula debe ser fundamentalmente una comunidad de diálogo, donde el docente tiene el papel de promotor y donde todo el mundo está invitado a intervenir, a intercambiar palabras de acuerdo con los principios del pensamiento crítico, que son cuatro: que los criterios interpretativos son más importantes que los datos informativos (aprender a dar valor a las cosas), que toda cosa humana es hija de un proceso (se valora que la realidad es un   presente continuo ), que todo hecho humano tiene un contexto (hay que mirar qué hay alrededor) y, por último, debe haber una disposición metódica y autocorrectiva, es decir, que sólo puedes avanzar si te estás permanentemente preguntando si lo que haces está bien.

Para lograr esto parece que la escuela necesita un ritmo más lento del que lleva hoy.

Estamos en una sociedad que ha enloquecido con la posibilidad de hacer muchas cosas a la vez.   Se pierde la espesura del tiempo, la duración y una cierta capacidad reflexiva sobre la propia experiencia.   Para construir la experiencia debes tener capacidad de pensar críticamente.

Sobre la escuela como espacio para promover valores democráticos y de convivencia, este inicio de curso también se ha discutido sobre si la institución educativa fracasó en este cometido con los jóvenes de Ripoll que cometieron los atentados del 17 de agosto.  ¿ Cómo lo ve usted?

Si lo que se quiere decir es que ha sido culpa de la escuela, es injusto.   Lo que hizo la escuela con estos chicos es seguramente lo que tenía que hacer: tratarlos con naturalidad, respeto e integración, y ellos han actuado a pesar de los valores que habían aprendido.   Es injusto suponer que la escuela lo ha hecho mal en este caso.  El problema no es de Ripoll, ni de Catalunya, ni de España, sino que es global.

Usted se ha criado en Ripoll y empezó su docencia en el instituto Abat Oliba, por donde décadas después pasaron algunos de los jóvenes terroristas. ¿Cómo lo ha vivido?

Con tristeza, pero también con la tranquilidad de pensar que la culpa no es del pueblo ni de las escuelas.   Es compartida por todo el mundo.   Por lo tanto, me siento afectado, pero no hundido.

Fuente: http://www.eldiario.es/catalunya/adoctrinamiento-existe-simplificacion-mensajes_0_696780556.html

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Venezuela: Recordamos el natalicio del teórico de la educación Paulo Freire

Venezuela / 24 de septiembre de 2017 / Autor: Noticia al Día / Fuente: Noticia Final

El educador y pedagogo Paulo Freire nació el 19 de septiembre de 1921 en Pernambuco, Brasil y es uno de los más influyentes teóricos de la educación del siglo XX.

Freire se matriculó en la Universidad de Recife en 1943, en la Facultad de Derecho, donde estudió filosofía y psicología del lenguaje al mismo tiempo. Se incorporó en la burocracia legal, pero nunca practicó la abogacía, sino que prefirió dar clases de portugués en secundaria. En 1944, se casó con Elza Maia Costa de Oliveira, que era profesora de primaria. Tuvieron cinco hijos y colaboraron por el resto de su vida.

Freire plantea que la educación en cada país debe de convertirse en un proceso político, cada sujeto hace política desde cualquier espacio donde se encuentre y el aula de clase no puede ser indiferente frente a este proceso; para este crítico de la educación, se debe construir el conocimiento, desde las diferentes realidades que afectan a los dos sujetos políticos en acción, aprendiz y maestro.

El maestro debe de ser el ente que lleve a los aprendices a pensarse la sociedad en la cual están desarrollando su proceso de aprendizaje, deben de construir desde los conocimientos previos que estos llevan al aula de clase, ya que son ellos un reflejo visible y fiable de las realidades sociales. Por su parte el aprendiz debe construir el conocimiento como un acto político, desde la relación con el maestro y los demás aprendices dentro del aula, para pasar de ser seres sociales pasivos a seres sociales activos, críticos y pensantes de la sociedad en la que están sumergidos. El pensamiento crítico dentro del aula no puede llevar a sus entes a ser seres negativos, por el contrario el negativismo debe de estar totalmente alejado del pensamiento crítico para no sesgar la mirada a lo positivo que se está viviendo y poder seguir construyendo desde la realidad.

El 2 de mayo de 1997 murió a sus 75 años; días antes de su muerte, él mismo aún debatía sobre las nuevas perspectivas de la educación en el mundo.

Fuente de la Noticia:

Recordamos el natalicio del teórico de la educación Paulo Freire

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