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Colombia: Streaming de libros infantiles

América del Sur/Colombia/05 Junio 2016/Fuente: El espectador /Autor:Santiago La Rotta

Una plataforma web que permite que los usuarios accedan a literatura infantil en formato digital con muy pocos requisitos técnicos. El producto ya funciona en bibliotecas del Banco de la República y BibloRed.

Uno de los grandes retos de la era digital gira alrededor de la conectividad del usuario, de la pregunta acerca de ¿cómo enganchar a las personas a la red? Este es un asunto que pasa por varias etapas, desde llevar internet a la gente (lo que entraña un buen número de retos técnicos y de infraestructura) hasta la conexión final de la persona: ¿desde qué dispositivo se sube a internet?

Colombia lleva ya varios años dirigiendo sus esfuerzos y recursos hacia estos problemas con una agresiva campaña de conexión nacional (principalmente a través de fibra óptica), así como una dotación de equipos para sectores claves en la transformación del país a la que se aspira mediante el acceso masivo a la información y a los beneficios de internet. Sectores como la educación.

Pero como en muchos otros lugares, el reto ahora quizá es surtir de contenido a todos los nuevos usuarios del gran ecosistema que se ha ido habilitando mediante la conectividad y la entrega de equipos que, en el caso de la educación, se ha concentrado principalmente en bibliotecas y colegios públicos.

La preocupación por el contenido es el motor detrás de la Biblioteca Digital para Niños que ha construido Manuvo, una empresa especializada en crear productos culturales digitales: es una plataforma de distribución y consumo de literatura infantil en formato digital.

Vale aclarar que la biblioteca es una plataforma web que, contrario a otras experiencias de distribución digital de libros, permite la consulta inmediata del contenido, sin necesidad de descargas por parte del usuario. En otras palabras, se trata de una especie de streaming de libros.

El modelo, que es alimentado por un software llamado Odiseo (diseñado y distribuido por la rama de Manuvo en México), está pensado para hacerles el quite a varios de los problemas de acceso clásicos del libro digital y que en buena parte tienen que ver con la generación de una copia del material para el usuario.

Usualmente, la descarga de una copia personal implica que el usuario debe tener un software especial para leer el material; este programa (en muchas ocasiones un producto Adobe) es la forma de controlar que el contenido no pueda ser replicado por la persona (pirateado, le dirían algunos).

La eliminación de este prerrequisito nivela el terreno de juego, pues cualquier usuario potencial sólo debe manejar un navegador (Google Chrome, en este caso) y hasta ahí llegarían los requerimientos técnicos. La simplicidad del modelo es ideal para clientes como sistemas de bibliotecas públicas, con miles de dispositivos y de usuarios.

En este momento, la lista de clientes de la plataforma incluye la red de bibliotecas del Banco de la República, BibloRed en Bogotá y la de Comfenalco en Medellín.

Vivir en la nube, ser una experiencia enteramente web, también permite hacerle el quite al mercado de las aplicaciones, un tema que también genera sus propias barreras de acceso de cara al usuario final, pero que también puede no ser el más justo con los generadores del contenido, con las editoriales.

“Nosotros trabajamos con una editorial canadiense llamada Ink Robin, que hoy hace más dinero con nosotros que a través de la venta de sus propias aplicaciones”, cuenta Catalina Holguín, directora de Manuvo para Colombia. Esto se explica en parte porque, para el caso de Apple, al menos 30 % de las ganancias por venta de una aplicación se queda con ellos.

Claro, el negocio de las aplicaciones gira alrededor de la venta masiva del producto. Masivo acá es sinónimo de millones de descargas, números a los que no suelen aspirar libros infantiles digitales. En este escenario, saltarse al intermediario (Apple y su tienda de app) resulta no sólo lucrativo, sino acaso necesario,

Los productos que se encuentran en la plataforma de Manuvo son de varios tipos: con animaciones, sin animaciones, interactivos, sólo despliegue de textos e ilustraciones… La compañía, además de proveer la plataforma, también se encarga de adaptar el contenido para entornos digitales, una labor que puede ser diseñar la experiencia en línea desde cero (partiendo del libro físico) o la traducción de una aplicación hacia el lenguaje web, en su mayoría Java y HTML.

Holguín cuenta que “en las bibliotecas también hacemos talleres con padres y niños para mostrar qué se puede hacer con esta plataforma y para entusiasmar a todos con la lectura. En algunos hemos visto cómo, después de la sesión, algunos papás han salido a suscribirse a la biblioteca para poder acceder a los libros desde su casa. Esos son usuarios a los que, tal vez, no se hubiera llegado de otra forma”.

 

Fuente de la noticia:http://www.elespectador.com/tecnologia/streaming-de-libros-infantiles-articulo-635991

Fuente de la imagen:http://www.elespectador.com/files/imagecache/560_width_display/imagenprincipal/887b53768be44dfe1c2e4b779a912e9d.jpg

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Profesores del siglo XX, Educando alumnos del siglo XXI

Chile/01 junio 2016/ Autor: Marcela Momberg /Fuente:MarcelaMomberg

Desde hace tres años inicie una serie de conferencias y talleres para docentes aula, con varias finalidades, la primera genera comunidad de apoyo, colaboración y reconocimiento mutuo, la segunda ayudarlos a entender el cambio radical que los niños y jóvenes han vivido en la era digital, generar estrategias de aprendizaje digital que les permita conectar la enseñanza tradicional con el mundo emergente en los alumnos 2.0. Disminuyendo su ansiedad y acercando a su realidad, el mundo de la tecnología, las redes y la web.

La recepción ha sido genial, partiendo de la base que compartir implica entregar no sólo los desafíos, sino que también aciertos y errores de una meta personal que nació hace más de 7 años.

¿Cómo generar estrategias pedagógicas, para que los alumnos de una misma sala lograron aprender del manera entretenida, motivados y conectando lo que les apasiona con la malla curricular impuesta por el Mineduc? ¿Cómo crear metas individuales y grupales, sin dejar rezagados ni condenados al fracaso? Personalmente encontré la respuesta en el mundo digital. Primero aplicando recursos digitales educativos ya creados para actualmente innovar con los propios.

Después de haber conversado con más de mil docentes, puedo compartir algunas ideas.

Primero, la formación inicial universitaria no incluyó en ningún momento estrategias para educar a este alumno crítico, informado, hiperconectado, que se aburre mortalmente en la sala de clases. Los prepararon para un escenario que ya no existe, los educaron de la misma manera que lo hicieron con sus padres y abuelos.

Segundo, el perfeccionamiento posterior o es autodidacta o está en manos de ingenieros en informática o doctos en tecnología, lo que dificulta el aprendizaje significativo, pues suele hacerse desde un espacio que poca relación tienen con el día a día de los docentes.

Tercero, una vez capacitados no hay seguimiento ni acompañamiento, pocos colegios tienen un profesional, educador con experticia digital, que apoye, coordine y permita la sinergia positiva entre un profesor innovador y la realidad escolar.

Cuarto, falta tiempo, pues los docentes cada día ven aumentada la carga burocrática en desmedro de la preparación de clases, creación de recursos y colaboración entre pares.

Quinto, están ávidos por aprender y la mayoría de manera aislada pero no coordinada, generan instancias de innovación digital en el aula, que al no ser compartida pierde la riqueza que posee una estrategia pedagógica, visada, creada y criticada por la comunidad docente.

Y el desafío es mayúsculo. Los niños y jóvenes han sufrido un cambio radical, piensan, crean comparten, se informan, investigan de una manera radicalmente diferentes. Exigen participar y cuestionan todo lo establecido. La creatividad los desborda y el trabajo gregario los aúna. Pueden hacer varias cosas a la par y suelen tener baja atención, por largo tiempo.

Exigen un nuevo trato en la sala de clases, que ya desdibujo sus límites, no acatan normas o simplemente las burlan, Comparten todos en especial trabajos, informes, evaluaciones.

Se aburren mortalmente y no encuentran significado en lo que se les enseña, son prácticos, lo que no sirve se desecha y están en continua búsqueda de nuevos desafíos.

Son los mejores aliados de un profesor, que ya debiese transformarse en un facilitador del aprendizaje, donde son los alumnos protagonistas, actores principales junto a sus padres.

Sólo puedo agradecer a los docentes aula, por la vocación, esfuerzo, trabajo diario, por el tiempo compartido. Y seguir creando una comunidad digital docente que se valora, valida y aporta, a un sueño compartido. Una Educación para la vida, donde cada niño pueda desarrollar sus talentos y habilidades personales.

A no olvidarse ni perder la fuerza, somos maestros que debemos educar para el siglo XXI. Que nuestros alumnos puedan responder a las demandas de un mundo fascinante y cambiante.

Fuente:

Profesores del siglo XX, Educando alumnos del siglo XXI

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El desafío de los chicos digitales: ¿está la Argentina preparada para las aulas del futuro?

Aregentina/01 juno 2016/Autor: Silvina Heguy/Fuente:Clarin

Fueron bautizados como “Pulgarcita”, pero son cientos de miles de pulgarcitas y pulgarcitos y ya hace mínimamente dos años que llegaron a las universidades argentinas y llenan las aulas de las escuelas. Son los chicos y chicas que tienen la cabeza en la computadora o en un dispositivo. El que descubrió lo que todos veían sin poder ponerlo en palabras fue el filósofo francés Michel Seres. Producen a coro un murmullo que ensordece al portavoz de la escritura, al maestro o profesor, porque ese saber a trasmitir ya lo tiene todo el mundo al alcance del pulgar, escribió en 2013. “Explicado, documentado, sin más errores que en las mejores enciclopedias”, siguió. “Ya nadie necesita a los portavoces de antaño, salvo si uno, original y raro, inventa”, desafió. Para concluir que “es el fin de la era del saber” y el principio de la necesidad de crear el aula del futuro.

“El fenómeno ‘Pulgarcita’ lo constatamos a diario los que estamos al frente de un aula. Ahora bien, ¿hay una salida para esto?”, se pregunta Mariana Maggio, pedagoga y directora del Posgrado en Tecnología Educativa de la UBA. Y contesta que sí, que obviamente la hay y que, incluso, hay escuelas en la Argentina que están trabajando en ese sentido.

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“Lo primero que hay que romper es la triste secuencia de la didáctica clásica, que consiste en repetir contenidos a toda velocidad. Poniendo más pruebas, verificando si los alumnos aprendieron el contenido anterior para seguir avanzando. Todo sabemos que ese esquema dejó de funcionar”, explica Maggio y es clara cuando dice: “La realidad es que los chicos no están aprendiendo. Hay un punto esencial: todos sabemos cuáles son los problemas que tiene el sistema educativo, no hay que evaluarlo. Lo que hay que hacer es reconstruir la práctica”.

Serres en ese aspecto vuelve a ser universalmente válido: los sujetos culturales que se educan en las aulas de la primaria, secundaria o de la universidad no son los mismos que antes. “Son chicos que están con un dispositivo en la mano, sobre todo en los sectores urbanos donde hay acceso de conectividad de calidad, o con una máquina del programa Conectar-Igualdad. En el dispositivo tienen resueltas muchas de las cosas que les ofrecía la escuela antes en exclusiva. Por otro lado, el conocimiento disciplinar en historia, geografía o matemática no se construye como se construía hace décadas. Se construye desde una perspectiva que está totalmente atravesada por la tecnología”, explica Maggio.

¿Por dónde empezar cuando se logra superar la discusión del tema salarial con maestros agobiados por cantidad de contenidos a dar y con poca capacidad tecnológica frente a una “pulgarcita”?

Maggio distingue tres claves esenciales. Una es un proceso de reinterpretación curricular: no se puede enseñar la cantidad de contenidos establecidos. “Tenemos que construir acuerdos sobre qué es lo relevante”. Segundo trabajar con la realidad que está fuera del aula. Dejar de dar un ejercicio como tarea, reconocer un problema que convoque a los chicos y trabajar con él, en conjunto para producir un conocimiento valioso. En ese proceso, asegura, se aprende las asignaturas tradicionales también. La última clave es la “evaluación ecológica”, es decir de manera más naturales al terminar el proyecto y poder determinar que todos saben lo que tienen que saber.

“Alivio”. Ese sería el otro concepto de un cambio hacia el aula del futuro. Se necesita un alivio de la sobrecarga curricular; otro de tiempo. En el aula del futuro la gente no debería correr para llegar a metas falsas. Y un alivio del espacio, las paredes de aula hay que llenarlas de vida, aire para que se pueda inventar y así desarrollar capacidades como la creatividad, el pensamiento crítico, las posibilidades de negociar con otro, de colaborar.

Cristóbal Cobo es chileno, director del Centro de Estudios-Fundación Ceibal e investigador asociado del Instituto de Internet de la Universidad de Oxford, Gran Bretaña. Coordina estudios sobre innovación y aprendizaje, traducción del conocimiento, cultura digital y el futuro de la educación. Para él, “el desafío de la educación de nuestros días no se limita a que los docentes utilicen mucho tiempo las tecnologías digitales en el aula sino a algo que resulta más profundo. Es decir, que favorezcan espacios de construcción de saberes que van más allá del currículum, más allá de una asignatura en particular, más allá de una calificación puntual, más allá del saber experto, y que permitan la posibilidad de articular el dominio de alfabetismos tradicionales con el desarrollo de un conjunto de habilidades socio emocionales, que hoy juegan un papel fundamental. Que las tecnologías pueden ayudar en esto no hay duda, pero la innovación pedagógica será al final del día el factor determinante”.

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“En la Argentina estamos en una conversación vieja”, dice José Luis Roces, rector del ITBA. “Si bien hay que resolver problemas serios sociales como el de los Ni-Ni (los adolescentes que no trabajan ni estudian) no se puede dejar de resolver ese aspecto sin pensar en lo que viene porque, te quedás sin futuro”, reflexiona.

Con la mirada puesta en esa dirección, Roces asegura que “casi milagrosamente estamos volviendo a una educación del pasado en el sentido en que la tecnología facilita la rutina y despeja el camino a una mayor personalización. Porque, en realidad, hay un supuesto en el modelo tradicional -el que todos aprenden al mismo ritmo y el mismo contenido- y es inválido. Una de las características de la educación del futuro para ser efectiva es que tendrá que ser más personalizada”, dice. Esto encierra a su vez un desafío estratégico porque para hacerla más personalizada “se necesitan docentes preparados para atender el caso a caso, para ser facilitadores del aprendizaje y no generadores de información”.

Como fenómeno de época, además de la aparición de Pulgarcita en el centro del aula, está la distancia entre el perfil profesional que demanda el mundo del trabajo y el que producen las aulas. Pavel Luksha es un experto ruso en tecnología educativa, uno de los creadores del Atlas de las profesiones del futuro y director de Global Education Futures, una plataforma colaborativa internacional que ayuda a desarrollar innovaciones educativas en todo el mundo. “En todas partes la pregunta es cómo cambiar la pedagogía; cómo se reconvierte el aula. Pasamos a un mundo muy complejo, que no lo puede entender una única persona ni dar respuestas. No habrá un ingeniero genio que invente el iPhone, serán 300 personas trabajando en colaboración”, explica. Para Luksha, los docentes frente al aula del futuro deberán permita a los alumnos colaborar, lograr que sean emocionalmente abiertos para formar profesionales que puedan entender los procesos de los individuos, deberán estar preparados para aprender con sus alumnos y entender su manera de pensar.

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Las paredes imaginarias entre las asignaturas y también entre las instituciones parece que estallarán por el aire en las aulas del futuro. Roces habla de un sistema educativo con varios segmentos. Habrá a distancia por Internet; también existirán universidades más especializadas en sectores de referencia como los biotecnológicos y otras menos especializadas y más masivas, pero que deberán intercambiar sus saberes como también relacionarse con sectores de la sociedad como las empresas.

Maggio cuenta que, después de cada charla que da frente a un auditorio de maestros, siempre hay alguien que se acerca y le expone la realidad de la escuela argentina en la cara: en las condiciones en que se trabaja no es posible pensar en un aula del futuro. “Y probablemente tenga razón. Por eso lo primero que hace falta frente a los docentes es preguntarse qué práctica hacemos no cómo evaluamos, como se castiga. Hay que darles a la hora de pedir condiciones que alienten prácticas acordes con estos tiempos. Con más tiempo, sin la obligación de dar esa cantidad nefasta de contenidos”, insiste.

Entonces, en las condiciones actuales ¿cómo se puede hacer que las aulas del futuro se constituyan en un movimiento? Para Maggio, creando condiciones para que los maestros puedan volver a pensar lo que están haciendo. «En las escuelas se enseñan en condiciones muy difíciles, hay que dar alivios, reinventar prácticas porque se enseña con una didáctica clásica que no es la forma en que se construye el conocimiento en este momento. Es todo más complejo. Además en las próximas décadas habrá grandes cambios». Frente a este panorama la pregunta a responder cambia: ¿Tenemos una escuela que mira hacia atrás o hacia adelante?.

Fuente:

http://www.clarin.com/zona/desafio-chicos-digitales-Argentina-preparada_0_1580842022.html

 

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Redes Sociales y las Habilidades para la vida

Chile/27 mayo 2016/Autor: Marcela Momberg/ Fuente:MarcelaMomberg

Si existe una realidad irrefutable, es que nuestros niños y jóvenes viven hiperconectados, desde que nacen. De hecho antes de ser presentados a la familia, ya existen en las redes sociales. ¿Cuántas veces en una cuenta Facebook, hemos compartido un “me gusta” a la ecografía de una amiga, que presenta feliz su embarazo?

 Desde que se levantan hasta que se acuestan, restándole incluso tiempo de sueño, viven actualizando sus cuentas, pendientes de la última publicación y del comentario de quienes les interesan.

 El único lugar donde no pueden vivir enREDados es en la Escuela, pues la mayoría bloquea las redes sociales e impide el uso de celulares en ella.

Paradójico, educamos a nuestros niños en un ambiente que no es en el que ellos viven y tratamos que mantengan la motivación e interés en un espacio que les es lejano. Tremendo desafío y cuesta arriba.

¿Por qué no educar en redes y desarrollar nuevos aprendizajes significativos?

No solamente lograríamos una amplia participación, motivación sino que a su vez podríamos reconocer lo que les fascina a nuestros niños, lo que les hace ser diferentes, únicos e irrepetibles, de tal manera que seríamos un verdadero coaching de vida.

Paralelo a ello, podríamos desarrollar habilidades sociales fundamentales en su vida diaria y futura, las que les permitirán vivir en comunidad.

 Trabajándolas desde los primeros años, de tal manera que puedan reconocer las emociones de sus pares y las suyas propias.

Según, René Diekstra, “un  niño que conoce y sabe gestionar sus emociones no solo tendrá mejores resultados académicos, sino que estará más preparado para el mundo laboral. Uno de los grandes descubrimientos de las últimas décadas es que se pueden educar las emociones y el comportamiento.”

 (Elsa Punset y René Diekstra, Aprendizaje emocional y social

http://www.youtube.com/watch?v=Vsg48QC1HJ8)

Tremendo desafío, no sólo es necesario desarrollarlas en la vida real, también en la vida virtual.

Si desde los 10 años, nuestros alumnos ingresan a las redes sociales, expuestos a un espacio de gran creatividad, movilidad, información y también sobre exposición. Posibles candidatos por falta de Red Educación al Cyberlullying o al Grooming, viviendo experiencias que afectarán no sólo su autoestima sino que los marcará para siempre.

 Conviviendo diariamente con  la dualidad adulta en redes, que les permite tomarse licencias para agredir, deslegitimar, burlarse, lo que probablemente en el mundo real, no harían.

 Feroz tarea docente, desarrollar habilidades para la vida en el mundo virtual, tales como ponerse en el lugar del otro, respetar la diversidad, valorar la crítica, esperar que respondan una pregunta sin sobre reaccionar porque se demoran en hacerlo, proponer en vez de destruir lo que crea, aceptar y valorar al que piensa diferente, construir relaciones virtuales de mutuo crecimiento..

 Pero sobre todo ser capaces de emprender en el mundo de las redes, fortaleciendo sus anhelos y sueños personales.

Ciertamente parece difícil y agotador. Más con la carga que los docentes llevan día a día.

Pero, se puede, trabajo en redes sociales hace años, todos los jueves por dos horas observó en un Taller Digital, un grupo de niños desarrollar sus proyectos de vida.

 Imposible no recordar, como llegan a primera hora, como esperan la semana para que llegue cada jueves, como trabajan como un panal de abejas, en ebullición y creatividad diaria.

¿Por qué no replicar en cada establecimiento, Talleres Digitales, que unan creatividad, difusión del conocimiento, desarrollo de las habilidades para la vida?

¿Queremos equidad e igualdad de oportunidades?

La sociedad digital nos ofrecen herramientas, absolutamente gratuitas, masivas, fácilmente aplicables y de grandes beneficios para la comunidad.

¿Qué esperamos los educadores para liderar el cambio de paradigma?

Red Educar, educar en un mundo de posibilidades.

Fuente:

Redes Sociales y las Habilidades para la vida

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Aulas del futuro: «La tecnología sola no resulta suficiente»

Argentina/26 mayo 2016/ Autor: Silvina Heguy/ Fuente: El Clarín

Para Cristobal Cobo, el desafío de la educación en estos días no se limita sólo a la utilización de tecnologías en el aula sino a algo que resulta más profundo: la innovación pedagógica.

– Cómo irrumpen o conviven en las aulas tradicionales la enseñanza con la nueva tecnología, sobre todo en países como Argentina?

-Sea la tecnología que sea, digital o analógica, ésta puede ser bien o mal utilizada tanto dentro del aula o fuera de ella. Al final del día, la transformación que se busca suele ser más pedagógica que tecnológica. Pensamos en una buena práctica cuando imaginamos una oportunidad de estimular la creatividad, la colaboración, y la exploración de conocimientos a nivel individual o, mucho más interesante aún entre dos o más personas. Es decir, cuando vamos más allá de la transferencia unidireccional de información y abrimos espacio al intercambio y la negociación de saberes. Ahora, cuando pensamos en las tecnologías digitales, lo que vemos es que éstas difícilmente se pueden restringir a determinadas fronteras, límites o contextos específicos. Es por eso que las tecnologías de aprendizaje bien aprovechadas permiten diferentes posibilidades de aprender tanto dentro como fuera del aula, incluso en los momentos menos esperados. Desconocer las condiciones multi contextuales y de multi temporalidad del aprendizaje (en 360 grados y 7/24) es limitarnos a creer que sólo aprendemos dentro del aula.

– ¿Se puede superar la dicotomía entre chicos ya considerados nativos digitales con maestros que no pueden acceder a capacitaciones?

-A diferencia de lo que se planteaba durante la década del 2000, la principal diferencia en la manera de utilizar la tecnología digital, no está restringida a la destreza para interactuar con los dispositivos, si no que guarda directa relación con comprender cómo han cambiado los procesos de adquisición, generación, intercambio y divulgación del conocimiento. Hoy la destreza que realmente vale es la de orden meta cognitiva (no tanto la tecnológica). Las tecnologías se hacen cada vez más simples e intuitivas, pero el valor diferencial está en comprender las nuevas dinámicas del conocimiento en la época actual. El desafío de la educación de nuestros días, no se limita a que los docentes utilicen mucho tiempo las tecnologías digitales en el aula, sino que algo que resulta más profundo. Es decir, que favorezcan espacios de construcción de saberes que van más allá del curriculum, más allá de una asignatura en particular, más allá de una calificación puntual, más allá del saber experto, y que permitan la posibilidad de articular el dominio de alfabetismos tradicionales con el desarrollo de un conjunto de habilidades socio emocionales que hoy juegan un papel fundamental. Que las tecnologías pueden ayudar en esto no hay duda, pero la innovación pedagógica será al final del día el factor determinante.

– ¿Se puede establecer cómo será la educación en el futuro con las nuevas tecnologías? Se habla de enseñanza personalizada con presencia de alumnos?

-Si supiera cómo va a ser el futuro, probablemente no estaría aquí. Hay cierto riesgo en pensar que el futuro de la educación está directamente vinculado con el de las nuevas tecnologías. Es como querer adquirir una medicina y luego ver qué enfermedad puede sanarse con ella. Como una solución buscando problemas. Los sistemas educativos formales (al menos durante los últimos siglos), no han sido particularmente fructíferos en ofrecer lo que podríamos llamar una «educación personalizada». Es más, las tendencias que hoy vemos apuntan más hacia una masificación que hacia una personalización de la enseñanza (aunque claro hay muchas promesas desde los vendedores de tecnología que sugieren otra cosa). Me parece que la principal oportunidad está en pensar en una forma de enseñanza menos lineal, es decir a la que se puede volver una y otra vez en distintos momentos de la vida, y que además sea conversacional, colaborativa, y dialógica. Entonces,  podríamos pensar en una forma de enseñar que recupere nuestra experiencia y la construcción de saberes junto a otros. Ambos vectores formativos pueden ocurrir perfectamente con o sin tecnología.

-¿Cuáles serían las capacidades que se deben enseñar en las aulas primarias y secundarias para personas que deberán desarrollarse en la vida adulta en diez años cuando el panorama laboral anuncian que cambiará sustancialmente?

-A mí me parece que el panorama laboral ya cambió, no ahora si no que hace tiempo. Sin embargo, es previsible que estos cambios se aceleren. Hoy existe una enorme cantidad de literatura que nos habla de las «habilidades del siglo XXI «. Pero la verdad es que esas habilidades eran relevantes también durante los siglos anteriores, quizás la diferencia es que hoy son importantes para un segmento más amplio de la población. Ahora, a pesar del creciente entusiasmo en relación a estas «nuevas» habilidades, la ironía está en que no hemos hecho un muy buen trabajo desarrollando instrumentos para valorarlas, cualificarlas, reconocerlas, transferirlas, etc. Hoy vivimos un momento de inflexión tecnológica, en el cual las máquinas están en mejores condiciones que antes de aprender (inteligencia artificial). Esto más temprano que tarde tenderá a redefinir, reemplazar o al menos transformar muchas de las profesiones presentes y futuras. Quizás, lo que tenemos que preguntarnos es: si las máquinas aprenden ¿Qué enseñarles a quienes no son máquinas? En otras palabras, identificar qué labores están desarrollando las tecnologías en nuestro lugar, y trabajar específicamente en aquellas funciones que las máquinas no pueden hacer por nosotros. Aquí adquieren valor las habilidades interpersonales (socio emocionales) como creatividad, empatía, socialización, etc.

-Varias veces has descripto el uso de la tecnología en la educación como contradictoria y confusa, con demasiada intromisión de empresas con sus productos que no necesariamente mejoran la educación, ¿por donde debería pasar el debate entre la comunidad y el Estado para poder definir líneas claras de prioridades?

-Si lo vemos desde una perspectiva positiva, las tecnologías digitales generan un gran entusiasmo. Es por ello que se crean muchas expectativas de que estos dispositivos puedan ayudarnos a resolver los rezagos que observamos en nuestros sistemas educativos. Pero tal como nos indican innumerables estudios internacionales, las tecnologías por sí solas no resultan suficiente para mejorar los logros en el aprendizaje. Uno de los desafíos está en observar y escuchar con más atención, que tecnologías, software, dispositivos, entornos de colaboración virtual, etc. son los que necesitan nuestros estudiantes y docentes (y no tener temor a preguntárselos). Es muy probable que individuos con diferentes características y personalidades requieran de diferentes tipos de herramientas. La gran innovación de adopción (y apropiación) tecnológica hoy viene desde la demanda, más que desde la oferta. Es decir, los usuarios hoy adquieren (más que antes) sus propios dispositivos y los traen al entorno educativo. Este fenómeno es llamado en inglés como «Bring Your Own Device» (trae tu propio dispositivo). Una vez más, pensar con más detención en los desafíos formativos y comprender, que la innovación pendiente, no está en adquirir cierto instrumento digital sino en cambiar las prácticas y los mecanismos con los que evaluamos. No tiene sentido innovar en los dispositivos y no hacerlo en las evaluaciones. Contamos con una ciudadanía mucho más desarrollada en cuanto a hábitos tecno-sociales, es buena idea aprovechar este momento y abrir debates al respecto.

– En su libro habla de «aprendizaje invisible», que consiste en que la mayor parte de lo que la gente aprende viene de hacer cosas nuevas en lugar de la instrucción explícita. ¿Cómo se puede incorporar este concepto en el aula?

Aquello que aprendemos a través de la experiencia, la observación, la mimesis, la exploración, la curiosidad son saberes que aprehendemos pero que no necesariamente podemos evidenciar en un examen o test. La ironía está en que muchas veces en la vida profesional recurrimos a personas por sus experiencias, más que por sus calificaciones. Dicho esto, John Moravec (co autor) y yo planteamos que el desafío no está tanto en hacer visible lo invisible, sino en repensar los espacios de aprendizaje para crear «laboratorios de conocimiento». Es decir, diferentes instancias de creación, intercambio, experimentación, emprendimiento, que trasciendan las divisiones disciplinares (asignaturas), así como otras segmentaciones propias de los sistemas educativos (separación por grados, organización de clases por número de horas y exámenes etc.) y así tengamos más oportunidades de aprender de una manera más natural, en dónde haya más espacio para equivocarnos y experimentar junto a otros.

Fuente:

http://www.clarin.com/zona/Aulas-futuro-tecnologia-resulta-suficiente_0_1580842015.html

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¿Cómo dejar de ser un “huérfano digital” en el aula?

Chile/25 mayo 2016/Autor: Marcela Momberg/Fuente:Elige Educar

Hace unos días les compartimos una nota sobre cómo los profesores están utilizando los videojuegos para mejorar el aprendizaje de los estudiantes, incorporando así la tecnología a las salas de clases. Entendiendo el potencial que ésta tiene en el desarrollo de nuestros alumnos, hoy quisimos profundizar en un tema clave: la educación digital.

Conversamos con Marcela Momberg, profesora y experta en redes sociales y tecnologías aplicadas a la educación. Marcela es autora de «Huerfano Digital», libro que aborda cómo el sistema educativo no se ha actualizado para la nueva era de las comunicaciones, y el impacto de esta problemática. Además, hace 5 años que utiliza la tecnología con alumnos, a través de distintos métodos y utilizando diversas herramientas. ¿Resultado? Sus estudiantes han mejorado su rendimiento y aprendizaje.

Entendiendo el cambio

Para avanzar en educación digital e incorporar adecuadamente este tema al aula, Marce plantea una serie de consideraciones a tener en cuenta. Si bien para ella la educación digital en Chile todavía está en una fase inicial, señala que el primer paso es entender que los niños y jóvenes han cambiado su forma de comunicarse, investigar y utilizar la tecnología. “Hay que darse cuenta que estamos educando a niños que transitan en carreteras de la información totalmente distinta a los métodos tradicionales. La educación tiene que entender el cambio que provocó Internet en nuestra juventud, por lo que hay que adaptar nuestros métodos y nuestro rol como educadores. Bloquear Internet en colegios y prohibir el uso de tecnologías es un viaje contra el tránsito“, dice Marcela.

En este sentido, el desafío de los profesores es adaptar lo que todos hacemos en la vida privada a la sala de clases, como comunicarnos por mail, entrar a buscadores y relacionarnos con nuestros amigos y familiares por redes sociales. “Nuestro papel como educadores, padres y apoderados es acompañar a nuestros niños y jóvenes, ser parte del proceso de manera activa. Lo más probable es que no les vamos a enseñar a un joven el uso de la tecnología, sino que al contrario, él te puede enseñar a ti, pero vamos a ser un aporte poniendo nuestra experiencia para, por ejemplo, discriminar la fuente de información que ellos usan“, dice Marcela.

Uno de los problemas que Marcela identifica para comenzar a masificar la educación digital es la falta de políticas públicas al respecto, lo que implica que los profesores no conozcan nuevos procesos o innovaciones. “También se estigmatiza el peligro de estar conectado y los accesos a nivel pedagógico. Internet no es distinto a la vida misma, nos comportamos igual que en la vida diaria”, afirma Marcela.

Programando para el aprendizaje

En uno de los vídeos que Marcela ha compartido en Vimeo y en su página web respecto a este tema, recomienda utilizar aplicaciones como Google Earth y Google Street View como forma de aplicar tecnología al aula.

Sin embargo, más allá de recomendar o no determinadas aplicaciones para el aula, según Marcela lo fundamental es entender previamente que las aplicaciones están en constante cambio, y que por lo tanto será necesario, entendiendo que somos parte de una comunidad, adaptar la experiencia de otros a nuestras particularidades. “Mi involucramiento en el uso de tecnología en su inicio fue espontáneo, y ha ido sufriendo modificaciones, pero el cambio y desarrollo necesario parte por la decisión del cambio”, señala Marcela.

Una herramienta que han incorporado al aula países como Corea son las clases de “coding” (programación), y que les han significado grandes resultados. “En el taller digital que realizo lo puedo certificar, porque los alumnos hacen maravillas cuando saben programar, se les abre un mundo de posibilidades. Este es sin duda un paso que la educación primaria debería incorporar con urgencia”, cuenta Marcela.

Otro proceso importante que sirve para desarrollar la educación digital es su incorporación temprana a la investigación como parte del proceso de estudio a partir de 5° básico, ya que el estudio de casos o talleres genera un cambio significativo en el aprendizaje y la participación de los alumnos. Por otro lado, Marcela señala que también es importante incorporar a las escuelas el concepto “Alumni”, es decir, generar una base de datos que almacene los trabajos y el avance de la vida académica de nuestros estudiantes.

“¿Quién guarda hoy el trabajo de un alumno aparte de un registro de notas? Al no guardar el rastro estamos botando la materia gris fundamental de un niño, un aporte para otros colegios con menores recursos, un soporte para el alumno que está imposibilitado de asistir y un recurso valioso de la escuela que no puede cuantificar sus avances”, dice Marcela.

Fuente noticias:

www.eligeeducar.cl/educacion

Fuente imagen:

https://marcelamomberg.wordpress.com/2014/03/30/educacion-digital-desde-los-primeros-

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Intel expands horizon in education sector

Asia/India/Mayo 2016/Autor: Karan Choudhury / Fuente: business-standard.com

Resumen: El gigante de la informática, Intel, anunció el viernes su última iniciativa para fortalecer el uso de la tecnología en el ecosistema de la educación. La compañía tiene planes de entrar en el sector de $ 40 mil millones.

Information technology giant Intel on Friday announced its latest initiative to strengthen the use of technology in the education ecosystem. The company has plans of getting into the $40-billion sector.

It said in its effort to contribute to the Digital India initiative, it is aiming to accelerate the penetration of technology in the education sector. At an event, ‘Education Solutions Technology Framework’ Conclave, jointly organised by the PHD Chamber of Commerce and Industry, Intel highlighted its collaboration with leading device manufacturers, education digital content publishers and solution providers, to build end-to-end solutions.

As part of this collaboration, it has made available the Intel® Pentium® Processor A1020 to leading device manufacturing partners.

The processor delivers power savings and is optimal for devices designed for running education applications in semi-urban and rural India. The company said the initiative taps on the system of vendors to deliver one-stop solutions.

Intel is enabling the standard availability of devices, education content and solutions on the processor. Going forward, any educational institute looking to implement technology solutions will be able to deploy technology-based solutions in an efficient manner.

«Over the past decade, Intel and Intel® Foundation have invested more than $1 billion in 100 countries towards universal education programs. This initiative to create a comprehensive ecosystem is another such endeavour to establish an accessible digital infrastructure which enables affordable solutions,» Debjani Ghosh, vice-president (sales and marketing) and managing director, Intel South Asia, said.

In March, Intel entered into a partnership with digital education company Extramarks. The alliance offers optimised learning solutions based on Intel architecture (IA) to create and extend computing technologies for schools and students.

It is operating in 70 countries. «There are around 77 million students in private schools in India and we are definitely looking at those who would be acquiring devices in the next five years. We want to make sure they use Intel devices,» Sam Al-Schamma, director – education sector (Asia Pacific and Japan) Intel said.

Fuente de la noticia: http://www.business-standard.com/article/companies/intel-expands-horizon-in-education-sector-116051400028_1.html

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