Uruguay/Junio de 2017/Autor: Leonardo Luzzi/Fuente: El Observador
Las escuelas públicas se enfrentan al desafío de recibir a niños cuyos padres, por distintos motivos, dejaron sus países de origen para vivir en Uruguay. Algunos eligieron hacerlo por razones económicas o políticas, otros vienen huyendo de realidades duras; hay hijos de trabajadores, de refugiados y de profesionales.
Dos escuelas en particular, por su ubicación en Montevideo, como la República de Chile y la Portugal (Barrio Sur y Ciudad Vieja) cuentan entre su alumnado con estudiantes de diversos orígenes.
Es que muchos de los recién llegados eligen el Centro y la zona portuaria para vivir. Al comienzo se instalan en pensiones debido a que, según consultas de El Observador, las exigencias para alquilar son de los primeros problemas que deben enfrentar.
Si bien Uruguay tradicionalmente recibió a inmigrantes, un cambio notorio de los últimos años es que el abanico se amplió y ahora predominan los que llegan desde América Latina.
La presencia de niños extranjeros en esas escuelas se hace notar y, pese a que no cuentan con ningún apoyo especial, los docentes tratan de incorporarlos de manera natural.
Así, por ejemplo, en la centenaria escuela Chile (en Maldonado y Ciudadela) colocaron una colorida cartelera donde los escolares foráneos exhiben sus dibujos con información de sus países. De esta manera toda la escuela conoce la población de Sudáfrica; los nombres de las regiones de Perú o las provincias de Argentina. Pero también hay un niño de Estados Unidos y uno de China que habla mandarín, y ambos están aprendiendo rápido el idioma español. El año pasado había también allí un estudiante de Rusia.
Lo primero que aprenden es la comunicación oral y después viene la escritura. Se comunican en la clase y jugando, dijo una maestra a El Observador. «Pasa lo mismo con los uruguayos cuando se van a otros países», aseguró.
En los recreos se mezclan entonces culturas e idiomas, lo que no es un freno para la integración, al menos cuando de niños se trata.
Como ilustre antecedente, en ese centro estudió el pintor lituano José Gurvich, que en la década de 1930 vivía en el barrio Sur en el seno de una familia humilde y hoy tiene un museo con su nombre en Montevideo.
Desafío reciente
Héctor Florit, consejero de Primaria, comentó a El Observador que el aumento de los niños extranjeros «es un desafío relativamente reciente». Señaló que una de las experiencias que obligaron a pensar estrategias específicas fue cuando en el año 2014 llegaron cinco familias sirias invitadas por el gobierno de José Mujica.
«Primaria trató de sistematizar esa experiencia con los refugiados», dijo Florit. Varios de esos niños fueron a la escuela Experimental de Malvín que durante un mes se preparó para recibirlos.
Para la llegada se trabajó en la bienvenida y por eso en cada salón se pusieron mensajes de acogida en árabe. Lo mismo pasó con los carteles indicativos de los baños o de la dirección, que tenían leyendas en dos idiomas. También se consiguió música de Siria, un país que sigue en guerra y del que miles de familias han emigrado.
«La Experimental de Malvín, como la escuela Chile y la Portugal son el puerto educativo y rescatan lo mejor de la historia del pueblo uruguayo», comentó Florit. Algunos de esos niños sirios también fueron a una escuela del Prado y otros, con sus familias, al interior.
Pero eso que pasó con los sirios no es la regla. La realidad es que los padres extranjeros llegan a la escuela más cercana a su vivienda e inscriben a sus hijos.
Artigas y Bolívar
La escuela Portugal, número 65, que está en Maciel y Sarandí también está cargada de estudiantes de otros países . «Acá los queremos a todos, vengan de donde vengan», dijo el jueves a El Observador la directora Natalia Núñez, mientras atendía un problema de salud de uno de sus estudiantes.
En la Escuela Portugal, que elaboró el proyecto «Fronteras» donde se trabaja la identidad, hay 29 extranjeros de un total de 233 estudiantes.
Allí se elaboró el proyecto Fronteras, donde se trabaja la identidad. Hay 29 extranjeros de un total de 233 estudiantes: los hay de Cuba, Perú, Brasil, República Dominicana, Colombia, Portugal, Italia, Angola, Ecuador y Venezuela. En una ocasión, cuando la maestra habló de Artigas como prócer latinoamericano, un escolar venezolano levantó la voz desde el fondo de la clase para sumar a Simón Bolívar a la lista.
Los principios básicos de la política educativa de inclusión, integralidad, participación y calidad «se cumplen acá», dijo la directora Nuñez, mirando una pared con el mapamundi que lleva marcado el país de origen de cada uno.
En la cartelera armada por los escolares sobre sus países, los de Ecuador destacaron que en su tierra se habla español, kichwa y shuar; los de Brasil marcaron que la lambada nació ahí, y el de Portugal recordó que se trata de una de las naciones más antiguas. Los de Angola explicaron que sus comidas tradicionales son el caluco, el pirao, el mupete y la muqueca. Todo eso después deben explicarlo a los demás.
En esa escuela, los lunes un antropólogo va a hablar con los escolares. El niño de Angola que está en sexto año les contó a sus compañeros que en su país muchas veces las clases son al aire libre y tienen problemas para conseguir tizas (ver nota aparte).
Ese niño, que llegó a Uruguay porque su padre, un dirigente político estaba amenazado, obtuvo esta semana un 10 sobre 12, la nota más alta de su clase, en la prueba sobre el dos veces presidente José Batlle y Ordoñez.
Problemas por las ceibalitas por no tener cédula
Los niños hijos de inmigrantes que van a la escuela han tenido algunos problemas para recibir las ceibalitas, las computadores del Plan Ceibal que se utilizan en clase, debido a que el trámite para que obtengan la cédula de identidad se demora.
Según explicó a El Observador la abogada Valeria España, del centro de promoción de Derechos Humanos que trabaja dando apoyo a inmigrantes, la cancillería «está desbordada» por la cantidad de trámites de residencia que debe procesar y eso frena la obtención del documento.
«A la hora de entrar a la escuela a estudiar no hay problemas sin importar el estatus migratorio de las personas y eso es bueno», comentó España quien insistió que la dificultad se encontró con las ceibalitas. «Cuando eso ocurre se trabaja para corregirlo rápido», dijo.
La abogada comentó que los inmigrantes alquilan o viven en pensiones y recordó el caso de 40 familias, que están en edificios del centro y Ciudad Vieja, que enfrentan decisiones judiciales de desalojo.
De acuerdo a datos del Ministerio de Relaciones Exteriores, se espera que este año lleguen al país unos 18.000 inmigrantes. Muchos son de países del Mercosur pero también se destaca que el 13% (unos 2.340) son venezolanos.
El subsecretario José Luis Cancela, dijo en abril en la comisión de Asuntos Internacionales de Diputados, que la cancillería mejoró la velocidad de los trámites que se requieren para radicarse.
También comentó que aumentó exponencialmente los pedidos para obtener la residencia permanente. Explicó que los argentinos son los que más vienen a quedarse (42% de las solicitudes), seguido por los brasileños (18%) y los venezolanos. Estos últimos pasaron a ser el 13% de los que piden la residencia.
Fuente: http://www.elobservador.com.uy/dos-escuelas-donde-se-hablan-muchos-idiomas-n1088892