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La deuda con los niñ@s del estado de México.

Las elecciones del Estado de México se acercan y el próximo 4 de junio los mexiquenses saldrán a decidir qué tipo de administración estatal desean para los siguientes seis años. Las y los candidatos han tratado de describir qué tipo de Estado de México tienen en mente para las próximas generaciones. Sin embargo, estas ideas no deben ser palabras vacías ni huecas sino que deben estar acompañadas de la responsabilidad que conlleva la oportunidad del presente para transformar el futuro. Dicha transformación debe comenzar por asegurar el derecho a aprender de las presentes y futuras generaciones de mexiquenses.

Empecemos con la generación más joven: las y los niños que recién nacieron o nacerán este año. La próxima administración estatal tendrá la responsabilidad de entregar en buen puerto la primera infancia de todas estas niñas y niños, quienes en seis años estarán pisando por primera vez las aulas de una escuela primaria. Para que tod@s lleguen listos para aprender, deben crearse las condiciones para que ejerzan su derecho a la salud, alimentación y seguridad en estos primeros seis años de vida. El primer paso es hacerlos visibles, asegurar su derecho a contar con identidad. Hoy en día, 1 de cada 10 niñ@s recién nacidos en el Estado de México no son registrados durante su primer año de vida (REDIM, 2012). Sin acta de nacimiento, se les priva a estos niñ@s de su derecho a la protección de su salud y de recibir apoyos sociales.

A la mitad de la próxima administración estatal, estos mismos niñ@s tendrán el derecho de acudir a y aprender en una escuela preescolar. Hoy en día, solamente 16% de l@s niñ@s de 3 años asisten al primer año de preescolar. Esta situación no sólo se viola el derecho a más de 8 de cada 10 niñ@s a la educación, sino también amplia las brechas en el aprendizaje de l@s niñ@s en desventaja socioeconómica. El primer grado de primaria puede ser muy tarde para muchos de ell@s.

Ahora hablemos de l@s niñ@s que llegan por primera vez a primaria en el ciclo escolar 2017-2018. La próxima administración estatal tendrá que realizar acciones responsables para asegurar que estos niñ@s avancen conforme a su edad, aprendan lo que quieren y necesitan, y participen en su proceso de manera constante. Actualmente, en el Estado de México perdemos a 16 niñ@s entre el primer grado de primaria y el primer grado de secundaria. Luego, de los niños que sí se quedan, 6 de cada 10 no aprenden lo básico.

Millones de niñ@s ven truncadas sus trayectorias educativas por falta de sentido de pertenencia a la escuela, apoyo económico o problemas sociales que no pudimos atender a tiempo. Para cambiar esto hay que entender que cada escuela debe convertirse en un proyecto de la comunidad. La tarea de la próxima administración es estar cercana a cada escuela, entender que el problema educativo no se resuelve sólo a base de becas o computadoras, sino que empieza por atender a las personas: la formación inicial de los futuros maestros, la formación continua de los maestros en servicio, la integración sustantiva de las familias y la participación continua de los propios estudiantes en su educación.

Finalmente, imaginemos una joven que entra este agosto al primer grado de secundaria. Si seguimos la estadística de hoy en día, al terminar la secundaria, esa alumna habrá perdido a 3 de cada 10 compañer@s con los que entró. Peor aún, de los “afortunados” que se quedaron, 67% de ellos se graduará de secundaria sin alcanzar las competencias básicas para seguir aprendiendo. Si estos jóvenes no tienen la oportunidad de ejercer su derecho a aprender, ¿cómo esperamos que puedan llegar a educación superior y completar una carrera? Por ello, es importante que la próxima administración atienda de manera integral la educación básica y media superior. Al igual que en primaria, se requiere que las acciones no sólo se concentren en dotar de recursos económicos a las familias sino en desarrollar las capacidades de todas las personas de la comunidad escolar.

Hoy en día, el Estado de México no logra asegurar el derecho a aprender de niñas y niños. En el Índice de Cumplimiento de la Responsabilidad Educativa (ICRE), el estado obtiene un mediocre 6.2 en una escala del 0 al 10. De continuar con esta trayectoria, el derecho a aprender de l@s niñ@s se seguirá viendo vulnerado, coartando sus oportunidades de ser la mejor versión de sí mism@s. La próxima administración estatal tendrá el enorme encargo de cambiar esta situación. Nuestra responsabilidad recae en analizar sus propuestas, escuchar su posicionamiento sobre la transformación educativa, elegir responsablemente la mejor plataforma y verificar que las responsabilidades de los funcionarios se cumplan. No bastan las buenas intenciones, es necesario elegir y exigir un rumbo claro y decidido para bien de las próximas generaciones.

Fuente: http://www.mexicanosprimero.org/index.php/educacion-en-mexico/enterate/noticias-de-hoy/4405-la-deuda-con-l-s-nin-s-del-estado-de-mexico-opinion

Imagen: http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main/uploads/2017/05/24/59261fbf9b96b.jpg

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Educación básica, ciencia y tecnología.

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo.

El trabajo docente que se lleva a cabo en las escuelas donde se desarrolla la educación básica en México (preescolar, primaria y secundaria), es clave para comprender al conjunto del sistema educativo nacional, porque dicha labor influye de manera directa tanto en la preparación como en las oportunidades de desarrollo para poco más de 23 millones y medio de niños, niñas y jóvenes de todo el país. En ese nivel educativo el número de profesores estimado para el presente ciclo escolar 2000-2001, por ejemplo, es de un millón 9 mil 257. De ellos en Preescolar laboran: 155, 777 (particular 16, 292); en Primaria: 545, 717 (particular: 42, 915); y en Secundaria: 307,763 (particular: 43,919). Cabe anotar que las estadísticas se refieren al número de plazas y no necesariamente al número de personas. (SEP. Informe de labores 1999-2000).

En esta franja del sistema educativo mexicano, que es a la vez su base, se reflejan sin embargo, ciertas prácticas y actitudes que son propias del quehacer educativo conservador: En las escuelas predomina, por ejemplo, la falta de planeación administrativa y académica, escaso conocimiento sobre la estructura curricular, ausencia de criterios académicos en el diseño de estrategias y medios para evaluar los aprendizajes, bajas inversiones para la actualización de los maestros en contenidos escolares o en diversos aspectos del desarrollo infantil; insuficiente capacitación en materia psicopedagógica; excesiva directividad y control sobre los alumnos, inclinación a mantener relaciones autoritarias y discriminatorias, procesos administrativos lentos, generalmente marcados por la «burocratización» y, en especial, existencia de un ambiente culturalmente pobre, o poco motivante para el desarrollo profesional de los maestros.

Esta situación no sólo es exclusiva del sistema de educación pública, sino que también se extiende hacia el conjunto de las escuelas patrocinadas por particulares, puesto que el tema de la obsolescencia de las prácticas docentes es un tema que se encuentra vinculado no tanto con la organización administrativa y financiera de las escuelas públicas o privadas, sino también con el accionar cotidiano de los maestros en los centros de trabajo. Esto se ve claramente dibujado en la interrelación que éstos sostienen con sus alumnos en primera instancia, pero también con sus colegas, con los directivos y mandos medios, con los padres y madres de familia, y con el resto de los sectrores sociales involucrados en los procesos educativos.

En México la fragmentación del magisterio en pequeñas «islas» profesionales, ha dado lugar a una desarticulación histórica y técnica del trabajo educativo en el nivel básico. Los tres subniveles de enseñanza cuentan con sus propios programas y planes centralizados de estudios en función de esa composición, y están organizados en lo administrativo de manera diferenciada, no sólo porque tienen distintos perfiles académicos para sus profesores y sus procedimientos de supervisión educativa son completamente antagónicos, sino porque las tradiciones y las costumbres magisteriales así lo han impuesto durante los úiltimos 40 años.

En esencia, el maestro y la maestra de Primaria realizan su función en medio de un conflicto singular: son mediadores entre las prácticas docentes «arraigadas» o «tradicionalistas» y el interés sensato de seguir correctamente las prescripciones del curriculum oficial vigente (puesto en operación desde 1993), tanto en el plano de lo normativo como en el técnico-pedagógico. Se trata de maestros y maestras (más de 500 mil en todo el país) que ejecutan cotidianamente su trabajo en el aula en medio de toda suerte de limitaciones económicas, técnicas y socio-culturales.

De este modo, la Educación Básica en México no solamente se enfrenta a las carencias físicas y materiales que han frenado su desarrollo durante los últimos 40 años, sino que ha sobrevivido dentro de un ambiente cultural empobrecido. Podríamos decir, en pocas palabras, que ese subsistema «camina» dentro de un entorno cargado de insuficiencias, especialmente en lo que se refiere al desarrollo de actividades de recreación literaria, científica, histórica, ética y artística, entre otras. Salvo casos excepcionales, (principalmente en escuelas ubicadas en zonas urbanas que cuentan con todos los servicios), el subsistema ha tratado de «avanzar» en condiciones adversas: sin bibliotecas, ni centros de cómputo suficientes y actualizados, o sin laboratorios de idiomas, canchas deportivas y sanitarios adecuados, ni lugares para el trabajo académico debidamente equipados; sin laboratorios para la enseñanza de la ciencia e insumos para realizar prácticas, así como un panorama desolador en el campo de la educación tecnológica (que tradicionalmente ha sido asociada a la enseñanza de los oficios en secundaria), etc., por lo que las escuelas del nivel básico, en cualquiera de sus tres subniveles o modalidades, no cuentan con un ambiente pedagógico y cultural favorable o estimulante, motivante, para que alumnos, maestros y directivos, junto con padres y madres de familia, se sientan poderosamente atraídos por ellas. Esto significa que las escuelas no se han constituido en verdaderos sitios de encuentro educativo y de recreación cultural, científica, artística o tecnológica para la comunidad.

Una zona específica de la educación básica está representada por la enseñanza de la ciencia (ya que es parte de su estructura central y periférica, a través de las áreas de Matemáticas y demás Ciencias Naturales o Sociales). Zona que también aparece no sólo en situación de conflicto o en rezago, sino en plena crisis, porque si consideramos que la Educación Básica (preescolar, primaria y secundaria) se caracteriza por contar con una estructura curricular rígida, desarticulada y obligatoria para todo el país, que además carece de dispositivos de actualización permanentes en el plano curricular (contenidos, métodos, estrategias de evaluación, etc.), y que vuelve sumamente difíciles los esfuerzos de reforma curricular, entonces los elementos que la componen o integran también se encuentran en franco deterioro. Esto no sólo como consecuencia de un diseño curricular único-nacional de los planes y programas, sino porque dicha organización no considera plenamente la pluralidad cultural que caracteriza al país en los ámbitos regional, estatal, municipal y comunitario.

Esto es sumamente grave porque dicha estructura, aunada a la falta de actualización de los planes y programas, abre cada vez más la brecha del conocimiento con respecto a los avances científicos, tecnológicos y humanísticos generados por el conjunto de la sociedad. Y corre el riesgo de no incorporar los distintos referentes culturales que caracterizan a cada comunidad; allí donde la ciencia se desmitifica al dejar atrás la noción de «conocimiento universal».

Un sistema educativo con tales limitaciones, que pretende poner al alcance de los niños y niñas la cultura general «básica», se vuelve obsoleto y en poco puede contribuir al desarrollo de la sociedad. De ahí la necesidad de retomar, una vez más, la discusión acerca de qué hacer y cómo lograr avances sustantivos en lo que se refiere, por ejemplo, a la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias y las nuevas tecnologías para nuestros niños, niñas y jóvenes, a partir de nuevos criterios, novedosos recursos y metodologías originales que respondan a la altura de las necesidades sociales, económicas y culturales de nuestro tiempo.

Fuente: http://www.lainsignia.org/2001/marzo/cul_086.htm

Imagen: http://www.cronicahidalgo.com/sitio/wp-content/uploads/2016/01/p22-ciencia.jpg

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Para una educación incluyente, una infraestructura con el mismo adjetivo.

Por: Pablo Velázquez.

Las escuelas en México adolecen de una infraestructura educativa lista para incluir a todas y todos los alumnos. El espacio físico de una escuela no son simplemente las paredes y los pisos del inmueble; debe fomentar en sí mismo la presencia, el aprendizaje y la participación de las personas. Si usted visita una escuela en México observará que salvo raras excepciones le falta algo a la infraestructura o equipamiento. Si los alumnos tienen pupitres, puede ser que los sanitarios se encuentren en malas condiciones. Si la escuela tiene pupitres y sanitarios, es probable que sus paredes, techos o vidrios necesiten mantenimiento. Si usted encuentra una escuela que tenga pupitres, sanitarios e instalaciones adecuadas, es casi seguro que le falte una biblioteca o algún área recreativa.

No es un problema nuevo y ha persistido durante varias décadas. Entre los retos que más enfrentan los estudiantes en términos de infraestructura educativa para la inclusión se encuentran:

Accesibilidad: La primer barrera para que alumnos y maestros estén en la escuela es la distancia y el camino para llegar a ella. No todas las niñas y niños cuentan con un centro escolar ubicado a una distancia razonable o con mecanismos de traslado para facilitar su llegada. En 2013, más de 40,000 estudiantes de educación básica tardaban más de dos horas en llegar a su escuela (SEP/INEGI, 2013). Esto es particularmente difícil para las niñas, quienes ven limitadas sus posibilidades de acudir a la escuela cuando ésta se encuentra lejos (UNGEI, 2014).

Servicios básicos: Una segunda barrera para estar, aprender y participar en la escuela se encuentra en la falta de servicios básicos.

Existen al menos 81 mil escuelas en México que carecen de algún servicio básico: luz, agua, sanitarios, drenaje. Más grave aún, en 2,248 escuelas públicas las niñas, niños y jóvenes no encuentran ninguno de estos servicios. NINGUNO. Si niñas y niños acuden a un inmueble que no cuenta con sanitario, la probabilidad de abandono aumenta, especialmente en niñas (Adukia, 2016).

Condiciones adecuadas para personas en condición de discapacidad: Hoy en día, sólo 1 de 4 inmuebles públicos escolares cuenta con rampas de acceso para personas en condición de discapacidad móvil.

¿Cuántas escuelas cuentan con letreros para personas con discapacidad visual o herramientas para personas con discapacidad auditiva? Sobre esto y otras necesidades, ni siquiera tenemos datos. No se logrará el cometido de la inclusión plena de las personas en condición de discapacidad si no se cambian las condiciones materiales de las escuelas (UNICEF, 2013).

Espacios para un aprendizaje integral: La escuela no es una cárcel, sino un espacio de descubrimiento, que invite a averiguar, a curiosear. A pesar de ello, en 4 de cada 10 inmuebles escolares públicos no existe ningún espacio recreativo para los estudiantes. El juego apoya el proceso para dominar las habilidades de índole más formal como el sentido de la colaboración, empatía, respeto y compartir; por tanto es indispensable contar con estos espacios (UNICEF, 2004).

La actual administración federal ha impulsado los dos programas más ambiciosos en los últimos veinte años en términos de mejora para la infraestructura escolar: Programa de la Reforma Educativa y Escuelas al CIEN. Sin embargo, para asegurar que la infraestructura contribuya a alcanzar una educación incluyente, es importante considerar cuatro aspectos:

• Un piso mínimo para todas las escuelas: Dejar de asignar claves de escuelas a espacios abiertos que no cuentan con una infraestructura mínima. No más escuelas sin baños, agua, drenaje y luz.

• Priorizar las escuelas más necesitadas: Todas las escuelas necesitan algo, pero hay algunas que necesitan más y de manera urgente. Para ello, es necesario actualizar los diagnósticos de infraestructura al finalizar cada ciclo escolar y vigilar que el recurso sea canalizado a donde más se requiere.

• Flexibilidad en las aulas de clase: Concebir la ubicación de pupitres y de espacios como medidas de control y disciplina desincentivan la participación e imaginación de los alumnos. Debemos dar libertad a los alumnos y maestros a decidir su espacio.

• Evaluar los programas de infraestructura y equipamiento escolar: Mientras sigamos impulsando nuevos programas sin evaluar el impacto que tienen en la presencia, el aprendizaje y la participación de los alumnos, seguiremos en la oscuridad para decidir qué funciona, qué debemos cambiar, y que no debe seguir consumiendo el escaso recurso público.

La mejora de la infraestructura educativa de las 229 mil escuelas públicas del país es una batalla de largo aliento. En ella, debemos involucrarnos la comunidad escolar, los docentes, las autoridades y los alumnos. Las escuelas no deben limitarse a contar con paredes y concreto; deben ser espacios para que los alumnos estén, aprendan y participen siempre. Esto no sólo es un deseo bien intencionado: es justicia elemental.

Fuente: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/para-una-educacion-incluyente-una-infraestructura-con-el-mismo-adjetivo.html

Imagen: http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main/uploads/2017/05/10/5913a9bd022ae.jpg

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México: Alumnos tendrán tablet el próximo ciclo escolar.

Mauricio Toledo Gutiérrez, diputado local mencionó ante pláticas con autoridades educativas de la Ciudad de México que se llevará a cabo la entrega de tabletas electrónicas para los estudiantes de secundarias públicas durante el periodo escolar 2017-2018.

América del Norte/Mexico/23.05.2017/Autor y Fuente: https://www.diariodemexico.com/

Durante la celebración de la reforma al Artículo 13 de la Ley de Educación local, junto con el legislador Víctor Hugo Romo Guerra se acordó que la entrega obligatoria de las tabletas será aplicada para el ciclo escolar 2017-2018, ya que se debe de efectuar los diversos objetivos internacionales en materia educativa. Al igual legisladores del Partido de la Revolución Democrática (PRD) juzgaron que la CDMX será vanguardia en el corto plazo por la materia de desarrollo tecnológico y educativo.

Para este año se designó el presupuesto a la Secretaría de Educación de la CDMX quienes comenzarán con la entrega de los dispositivos, anunció Mauricio Toledo, el presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública en la Asamblea Legislativa.

Ante la decisión dice «estamos en pláticas y reuniones con el secretario de Educación, Mauricio Rodríguez para establecer las bases y el monto de los recursos que habrán de asignarse en el mes de diciembre», a fin de entregarlas en el ciclo 2017-2018″.

El legislador Romo Guerra comunicó que al decretar la reforma publicada en la Gaceta Oficial el 5 de abril se expone un incremento presupuestal en los términos reales y de forma progresiva anual de los siguientes 10 ejercicios fiscales; pues la reforma delimita que las Tecnologías de la Información y la Comunicación pueden apoyar el fortalecimiento y gestión de la planificación educativa democrática y transparente, al igual incrementa el acceso del aprendizaje, mejora la calidad y garantiza la integración de los estudiantes.

Fuente: https://www.diariodemexico.com/alumnos-tendr%C3%A1n-tablet-el-pr%C3%B3ximo-ciclo-escolar

Imagen: https://www.diariodemexico.com/sites/default/files/field/image/Alumnos%20reciben%20tablets.jpg

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Currículum incluyente, que todos aprendan lo que quieren y necesitan.

Por: Mexicanos Primero.

Con la coyuntura nacional del anuncio del nuevo Modelo Educativo (ME), e internacional con el tan mencionado enfoque en el desarrollo de habilidades para la vida, se ha puesto mayor atención a qué y cómo se aprende en las escuelas; a esto le llamamos currículum. Una sociedad enfocada a la inclusión en educación – donde tod@s pueden estar, aprender y participar en la escuela – debe dar a cada persona la oportunidad de cumplir sus distintos y diversos intereses, sueños y pasiones, a través de la educación. Por lo tanto, podemos decir que un currículum es incluyente cuando permite que tod@s aprendan lo que quieren y lo que necesitan.

Actualmente, el currículum de educación básica en México presenta diferentes barreras para lograr ser incluyente. El nuevo Modelo Educativo ha considerado cambios relevantes que podrían resultar en un proceso educativo más incluyente, sin embargo, seguimos identificando un diseño rígido, limitadas posibilidades de adecuación de acuerdo al contexto, y una falta de plan o ruta de implementación que pone en juego el aprendizaje de las niñas, niños y jóvenes. ¿A qué nos referimos con esto? A pesar de que el nuevo Modelo Educativo reconoce la importancia de flexibilizar el diseño curricular, éste seguirá a cargo de la SEP, específicamente de la Dirección General de Desarrollo Curricular, dejando a las escuelas un porcentaje de horas lectivas (que varía de 2 a 27 por semana dependiendo el nivel, tipo de servicio y si es de jornada completa) para aprender lo que quieran… lo que quieran de cinco campos que la SEP ha establecido: profundización de aprendizajes clave; ampliación de las oportunidades para el desarrollo personal y social; nuevos contenidos relevantes; conocimiento de contenidos regionales y locales; e impulso a proyectos de impacto social.

Un ejemplo de los obstáculos para la adecuación curricular es el caso de las barreras para el aprendizaje y la participación (BAP) que experimentan las y los alumnos. Este trabajo continúa a cargo de las Unidades de Servicio de Apoyo a la Educación Regular (USAER – aunque pueden tener distintos nombres a nivel estatal), pero estas Unidades sólo llegan a un mínimo de escuelas en las zonas más aventajadas del país, dejando a muchas alumnas y alumnos sin el apoyo necesario para aprender. Por otro lado, la implementación curricular en las aulas está a cargo de las y los docentes, sin embargo, no hay actualmente una ruta definida para formarles en el plan de estudios derivado del nuevo ME. ¿Hasta cuándo niñas y niños van a seguir aprendiendo el currículum anterior? ¿Quiénes serán las y los niños que podrán beneficiarse de lo que, en teoría, este nuevo Modelo traerá? ¿Por qué no se planea para tod@s?

Además, las comunidades indígenas aprenden con libros de texto, componente importante de un currículum, absolutamente descontextualizados; algunos no han sido actualizados en más de veinte años, mientras que los libros de texto de educación regular se actualizan con frecuencia, a veces cada año. Por otro lado, los estereotipos de género en las representaciones de estos libros – documentados en un estudio realizado por la propia SEP – es un punto de exclusión que impacta tanto a niñas como a niños. Hasta ahora, no se ha anunciado oficialmente un plan para asegurar que los materiales que deriven del nuevo Modelo Educativo no repitan estas exclusiones.

La propuesta del nuevo ME considera involucrar a la comunidad en la definición de lo que se aprenderá en el espacio de autonomía curricular.

Sin embargo, el Modelo no ha presentado una estrategia de desarrollo de las capacidades de la comunidad escolar para realmente empoderarlas y promover su participación efectiva. Sin esto, será imposible lograr lo que el Modelo busca y se quedará siendo un ejercicio de buenas ideas.

En nuestro estudio sobre educación incluyente, Tod@s, abordamos de manera más extensa un análisis sobre el currículum actual en México y proponemos acciones para encaminarlo hacia uno incluyente. Entre estas propuestas incluimos: 1) el reconocimiento a la diversidad – abrir la posibilidad de realmente contribuir al diseño curricular desde el ámbito local para impactar positivamente el desempeño y la inclusión de las comunidades escolares; 2) flexibilizar y descentralizar el diseño de manera efectiva para responder a las expectativas y necesidades de todas y todos, promover la participación de los estudiantes, democratizar las oportunidades, y visibilizar temas transversales; 3) un diseño participativo para eliminar la exclusión de la comunidad escolar en la definición de lo que se debe aprender; y 4) diseñar y usar materiales didácticos para la inclusión.

Como ciudadan@s, miembros de la sociedad civil, maestr@s y familias, debemos seguir con atención los resultados del pilotaje de este nuevo currículum durante el ciclo escolar 2017-2018 para involucrarnos y exigir una educación incluyente para todos.

Fuente: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/curriculum-incluyente-que-tod-s-aprendan-lo-que-quieren-y-necesitan.html

Imagen: http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main/uploads/2017/05/17/591cedbb02340.jpg

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Una noble labor.

Por: Juan Carlos Lastiri.

Quizá muchos de nuestros más gratos recuerdos que tenemos como personas se han dado en el contexto de nuestra educación. En las aulas suceden tantas cosas que marcan nuestras vidas; tal vez, conocimos a la mujer con la que hoy compartimos vida; vivimos una experiencia de terror al pasar a dar un tema; bailamos por primera vez para nuestros padres y, por qué no, tuvimos consejos de nuestros maestros que nos dieron fuerza para seguir hacia el futuro.

La noble labor de educar moldea la vida de quien la lleva y se vuelve parte de la experiencia humana toda vez que es un proceso necesario para poder integrarnos productivamente a la sociedad que servimos. Pero realizar esta tarea no es un tema sencillo para ningún país, aunque el nuestro ha dado un paso muy importante para hacer que la educación cumpla el cometido de brindar más y mejores oportunidades a los jóvenes mexicanos.

Durante esta administración el modelo educativo ha sufrido una transformación que sin duda, es la tarea de mayor trascendencia que ha impulsado esta administración, y estoy cierto que este cambio no se hubiera realizado sin el apoyo y decidido compromiso de las maestras y maestros de México así como del esfuerzo de alumnos y los padres de familia. La llamada Reforma Educativa va más allá de sólo una evaluación ya que considera una responsabilidad de la autoridad educativa asegurar la debida capacitación y la debida formación para que las maestras y maestros puedan presentar sus exámenes, y cuando no los acrediten, tengan la debida capacitación nuevamente para que vuelvan a acreditar los conocimientos, y eso nos asegure que estén debidamente formados.

El nuevo modelo educativo reconoce que los maestros son clave en el proceso de enseñanza-aprendizaje y por lo mismo impulsa también la formación y capacitación de los docentes, a través de esto se iniciarán nuevos proyectos como el  Programa Aprende 2.0, que inicia el próximo ciclo escolar y en su primera fase contará con tres mil escuelas, para apoyar la educación digital tanto de los maestros como de los alumnos. Este nuevo modelo educativo entiende el gran esfuerzo que hacen las maestras y los maestros para cambiar, mejorar y buscar la excelencia, por lo que incluye una política para fortalecer su salario en función del mérito. Por ello, quienes obtienen una calificación destacada en la evaluación tienen un incremento del 35 por ciento sobre el sueldo base y a lo largo de los años, estos incrementos pueden llegar, incluso, hasta un 180 por ciento sobre su salario base.

Se editarán nuevos libros de texto que se harán acordes con el nuevo modelo educativo y con esto se va a recuperar algo que se había perdido: el Libro del Maestro, que permite ayudar a los docentes sobre cómo educar a las niñas y niños. Además, en estos días, se ha dado a conocer el lanzamiento del Premio Nacional de Innovación Educativa Jaime Torres Bodet, que se otorgará a las maestras y maestros que en forma destacada impulsen prácticas pedagógicas que logren mejorar el aprendizaje de los alumnos. Los docentes que en el futuro obtengan este Premio habrán de ser reconocidos por su visión y compromiso para impulsar esta noble misión.

El cambio de modelo educativo en México era impostergable en un mundo globalizado donde la competencia es intensa y se requiere competir y ganar con quien sea, en donde sea y en cualquier lugar. Llevar a cabo la tarea no ha iniciado de manera fácil pero la historia nos dice que las maestras y los maestros de México han logrado las hazañas que se han propuesto. Eso nos los dice la historia y también la experiencia. Los cambios permiten reforzar los incentivos de quienes nos educan, porque, a donde vayamos, encontraremos historias de maestros que han decidido cambiar su vida por ser forjadores de la vida futura de México, de nuestra historia y ser los artífices del cambio en base al conocimiento que hoy demandamos todos los mexicanos. Felicidades a todos los maestros de nuestro país que día a día engrandecen esta noble labor, muchas veces llena de sacrificios pero, también, llena de satisfacciones.

Fuente: http://www.e-consulta.com/opinion/2017-05-17/una-noble-labor

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Escenarios futuros de la reforma educativa.

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo.

Durante los dos últimos dos años hemos observado un activismo sin precedentes de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en especial de su titular, Mtro. Aurelio Nuño, para dar fuerza al “brazo pedagógico” de la Reforma, a través de la publicación de documentos indicativos y orientadores de las políticas públicas en el sector.

Dicho activismo se generó, en parte, como respuesta a las críticas que manifestaron, desde el 2012, algunos círculos significativos de maestros, académicos, investigadores, la prensa especializada y de la sociedad civil en general, a los contenidos de la Reforma Educativa, al señalar el carácter “laboralista” y administrativo (“controlador y punitivo”, decían) de la Reforma. No es gratuito que el “Modelo Educativo 2016”  llevara como subtítulo: “El planteamiento pedagógico de la Reforma Educativa”.

En efecto y como es sabido, en 2013 se modificaron el artículo 3º de la Constitución Política, y se crearon o reformaron las leyes secundarias aplicables del ámbito educativo: La Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), la Ley General de Educación y la Ley General del Servicio Profesional Docente (SPD).

En particular, el documento denominado “Modelo Educativo para la Educación Obligatoria (sic). Educar para la libertad y la creatividad” (2017), nace en respuesta a esas críticas y establece las bases teóricas y metodológicas (el qué, el para qué y el cómo del “cambio educativo”), así como los criterios de gestión educativa, en un solo esquema, para orientar al sistema educativo mexicano hacia un rumbo innovador. Pero ¿Cuál es la lógica de ese “cambio”? ¿Cuáles son los elementos que justifican y le dan sentido de pertinencia a las modificaciones pedagógicas propuestas y sometidas a consulta pública en 2016? ¿Qué situación guardaba la educación pública en México, antes del 2013, como para reformarla no sólo desde el punto de vista jurídico, sino también pedagógico?

En medio de este este país del “sistema métrico sexenal”, considero que se intentó reinventar a la “educación pública” y marcar la diferencia con los gobiernos federales panistas del pasado. ¿Acaso no sirvieron los intentos de reformas curriculares del 2004 en Educación Preescolar; de 2006 en Educación Secundaria; de 2009 en Educación Primaria, y luego, sobre todo, el replanteamiento de 2011, a través del Acuerdo 592, que postuló la Articulación de la Educación Básica? ¿Se dejaron de lado dichos intentos reformistas sólo por provenir del panismo conservador?

El impulso de los cambios concertados, a través del “Pacto por México” dio pie a esta suerte de “reformas estructurales”, cuya valoración aún está pendiente. Más que cambios o reformas estructurales, el país requiere también reformas “superestructurales”, que son aquellas que tienen que ver con la cultura y las artes, la identidad, las concepciones de nación, la educación, los valores cívicos y éticos, el desarrollo científico, tecnológico y humanístico, entre otros.

Por eso me pregunto ¿hacia dónde conduce la reforma educativa “estructural” del presidente Enrique Peña Nieto? ¿Cuál será el legado, con mirada al futuro, de esta clase de Reforma Educativa que nos deja esta administración federal, en lo que se refiere particularmente a la educación obligatoria (básica y media superior)?  ¿Qué respuesta darán los políticos, funcionarios y legisladores, a los niños y jóvenes que son y serán sujetos de esta Reforma?

Cabe tener presente que los niños y niñas que ingresarán a 3er. grado de Educación Preescolar a finales de este año 2017, concluirán la Educación Secundaria una década después, es decir, en 2027. ¿Seguiremos en las mismas? ¿Tendremos cambios en los indicadores educativos generales y particulares?

Por el momento, no se ven claros los horizontes ni los frutos nutritivos de esta Reforma. Lo digo así fríamente, pero de manera fundamentada, con los siguientes argumentos.

En primer lugar, lo que se observa es -al menos en los términos en que se ha trazado el rumbo-, una falla en el rediseño de las instituciones y sus normas en materia educativa: Se reformaron las leyes y luego se intentó concebir y conceptualizar al objeto de la reforma. De hecho, el motivo de la modificación al Artículo 3º de la Carta Magna fue introducir el concepto de “calidad educativa”, sin embargo, en ese momento no se había profundizado aún en los aspectos más importantes: los principios, los fines y el paradigma educativo que debía estar implícito en el contenido de dicha reforma constitucional. Habrá que evaluar, en su momento, las consecuencias de esa manera de proceder y hacer la “cosa pública”.

Como dirían nuestros viejos: “Estaba listo, terminado, el hombre de hojalata, pero sin corazón”.  Le faltaba la pieza clave al rompecabezas… Poca cosa…  El mismo Mtro. Nuño reconoció, el año pasado, que “el planteamiento pedagógico —es decir, la organización y los procesos que tienen lugar en la escuela, las prácticas pedagógicas en el aula y el currículo— constituye el corazón del modelo” (documento “Modelo Educativo, 2016”, p. 16, versión digital).  Sería bueno que nos explicara el mismo secretario, si el Modelo constituye el “cerebro” de la Reforma.

En segundo lugar, los límites de la Reforma Educativa de EPN estarán marcados por el grado de legitimidad y consenso que hayan logrado los contenidos, las condiciones institucionales y los procedimientos del “cambio educativo” puesto en práctica, tanto con el magisterio en todo el país como con la comunidad educativa en general, en los planos nacional, estatal y local.  No sólo en términos de aprendizajes, sino en términos de la formación, preparación y crecimiento integral (físico, emocional, moral e intelectual) de los ciudadanos.

En tercer lugar, un cambio en la concepción y la práctica de la educación, y particularmente de la educación pública en México, y en cualquier parte del mundo, -a nivel de tierra, en los hechos y no sólo en las palabras-, pasa por el juicio de los estudiantes, los docentes, directivos, asesores técnicos de zonas escolares, personal de apoyo, la organización sindical (dirigentes “institucionales” y “disidentes”); así como por el punto de vista de los funcionarios federales y estatales, los técnicos especializados del ramo (como son los del INEE), así como de todas las figuras que, de manera directa o indirecta, son actores esenciales de los procesos educativos; incluyo en esto, por supuesto, a los miembros de las familias, no sólo a los padres y a las madres. Convendrá, para ello, revisar los estudios de opinión que se hayan realizado al respecto (por ejemplo, ver los trabajos de Parametría), así como emprender nuevos estudios, a través de encuestas o de grupos de enfoque, para dimensionar los grados de consenso y aprobación alcanzados en torno a esta Reforma.

Como suele suceder con la operación de un auto, de cualquier modelo o marca, aunque éste tiene su manual de uso y existe un reglamento de tránsito, lo más importante es la responsabilidad y el compromiso que asume el ser humano que va al volante.  Así percibo los escenarios de futuro de la Reforma Educativa puesta en marcha por el gobierno de EPN: El carruaje y el camino están hechos, con sus defectos y virtudes, sin embargo, falta ver quién y cómo va a retomar o no el rumbo de lo hasta hoy realizado. Si bien las autoridades actuales, en su afán transexenal, dejan las bases para planificar y reorganizar las políticas públicas nacionales en Educación, orientadas al “cambio”, queda pendiente la definición política y de gobierno que establezca democráticamente la ciudadanía el próximo 2018. En ese sentido y en buena medida, la votación del próximo año será una forma de consulta acerca de la percepción que tenemos los mexicanos sobre las “reformas estructurales”.

Conclusión: Los escenarios no son nada halagüeños. Veremos.

Fuente: https://www.sdpnoticias.com/nacional/2017/05/17/escenarios-futuros-de-la-reforma-educativa

Imagen: https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcTLvGRVkJ399KTdFOrQcf9xceS9o7db5Gnh5ANh77rt9UozmgQq

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