Page 12 of 14
1 10 11 12 13 14

PEDAGOGIA 2017. «Encuentro por la Unidad de los Educadores»

Cuba/13 agosto 2016/Fuente:  Eventos Palco

A través de la Promotora del Evento Lic. Wilma Mádams Jiménez  email: wilmamj@palco.cu, usted podrá contactar con el departamento de Ventas Internacionales del Palacio de Convenciones de La Habana, sede del evento. Ventas Internacionales le ofrece la posibilidad de efectuar el pago online de un paquete integral que incluye: cuota de inscripción, alojamiento en el Hotel Palco (aledaño a la sede), los traslados aeroportuarios y otros transfers incluidos dentro del programa oficial. En solo una transacción, Usted  podrá financiar todos estos servicios. También podrá contar con la asistencia personalizada de los especialistas de Ventas Internacionales.

Location : Palacio de Convenciones de La Habana
Contact : wilmamj@palco.cu

CONVOCATORIA

Congreso Internacional Pedagogía 2017

“Encuentro por la Unidad de los Educadores”
Del 30  de enero al 3 de febrero 2017

El Ministerio de Educación de la República de Cuba y el Palacio de Convenciones de La Habana, tienen el placer de invitarle a participar en el evento Pedagogía 2017, en ocasión de celebrar su decimoquinta edición, del 30 de enero al 3 de febrero de 2017, en el Palacio de Convenciones de La Habana, Cuba.

Organizan

Ministerio de Educación de la República de Cuba
Palacio de Convenciones de La Habana

Auspician

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)
Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)
Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI)
Asociación de Educadores de América Latina y el Caribe (AELAC)
Asociación de la Televisión Iberoamericana (ATEI)
Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe (ORCALC/Habana)
Consejo de Educación de Adultos de América Latina (CEAAL)
Confederación de Educadores de América (CEA)

 

Temáticas Congreso Internacional Pedagogía 2017

 

  1. La educación en valores y ciudadana por una cultura de paz.
  2. El desempeño profesional del docente en el perfeccionamiento y transformación de los sistemas educativos.
  3. Desafíos y perspectivas en la formación docente.
  4. Políticas públicas en ciencia, tecnología e innovación para un desarrollo inclusivo y sostenible.
  5. Las tecnologías de la información y las comunicaciones en la educación. Su contribución a una cultura por el desarrollo sostenible.
  6. La evaluación de la calidad para una educación inclusiva y equitativa en el marco de la Agenda Educativa 2030.
  7. Educación ambiental para el desarrollo sostenible y la prevención de desastres.
  8. Cultura, educación y sociedad.
  9. La educación física, el deporte y la salud en las instituciones educativas.
  10. Atención integral a la infancia y la adolescencia.
  11. Dirección del proceso de enseñanza – aprendizaje.
  12. Formación vocacional, laboral y orientación profesional en función de las demandas sociales.
  13. Organización y administración de las instituciones educativas. Aportes de las Ciencias de la Educación al desarrollo de la práctica educativa.
  14. La Integración escuela – familia – comunidad por un desarrollo humano sostenible.
  15. Alfabetización y educación de jóvenes y adultos.
  16. Pensamiento de José Martí y del Comandante en Jefe Fidel Castro en la obra educacional cubana.
  17. Pensamiento educativo latinoamericano.
  18. Desafíos y perspectivas en la formación de profesionales en una universidad innovadora.
  19. Influencia de los sindicatos y gremios de docentes en el desarrollo sostenible de la educación
  20. Educación inclusiva, equitativa, de calidad y aprendizaje durante toda la vida para todos
  21. La educación para los pueblos indígenas y del sector rural. Políticas innovadoras para el desarrollo humano sostenible
  22. Formación técnica y profesional de calidad y su contribución al desarrollo socioeconómico de los países.

Cada uno de estos temas centrales está integrado por diversas líneas temáticas que se debatirán en simposios y foros y se tratarán en cursos (precongreso y paralelo al evento), desarrollados por docentes e investigadores de alto nivel profesional y experiencia.

Los simposios se organizarán en conferencias, mesas redondas, paneles, presentaciones orales y carteles, como formas de integración del contenido de los temas centrales y para propiciar el debate científico. La forma fundamental de presentación de los trabajos será en sesiones de debate, en las cuales los delegados, mediante su intervención y participación, comunicarán de manera breve los principales resultados científicos de su trabajo de investigación.
El programa científico incluye visitas especializadas a centros educacionales e instituciones científicas y culturales de La Habana.
En el Sitio Web www.pedagogiacuba.com, usted encontrará información detallada sobre la organización del Congreso, la inscripción y formas de pago, las personas de contacto, las normas para el envío de trabajos, información sobre los cursos precongreso, entre otros.
Esquema del programa general

* Cursos precongreso                30  de enero
* Cursos paralelos    al congreso            31  de enero al 2  de febrero
* Apertura y Conferencia inaugural        30  de enero
* Actividades científicas del Congreso        31  de enero al 3  de febrero
* Visitas a instituciones educacionales        31  de enero al 3  de febrero
* Clausura                          3  de febrero

Idioma oficial

Español

Fecha límite para el envío de los resúmenes  y trabajos

Se enviarán hasta el 31 de Octubre de 2016 al correo electrónico pedagogiacuba@rimed.cu

Delegado:   150 CUC hasta el 31 de octubre de 2016
200 CUC desde el 1 de noviembre de 2016 hasta el 23 de enero 2017

Acompañante:    80 CUC cuota única

Cierre del pago On line – 23 de enero de 2017

Los interesados podrán abonar la cuota de inscripción en Cuba, en el momento de la acreditación, en Pesos Cubanos Convertibles (CUC), moneda de circulación oficial del país y con tarjetas de créditos permisibles no giradas con casas matrices de bancos americanos y de acuerdo con la tasa de cambio vigente en el momento del pago.

Delegado: 200.00 CUC

Acompañante: 80.00 CUC – cuota única.

Cuota de inscripción de los Cursos – 20.00 CUC

El pago se realizará en efectivo, Peso Cubano Convertible (CUC), en el momento de la acreditación. La cuota de inscripción incluye certificado de asistencia y material impreso del curso.

Los interesados podrán seleccionar el curso de su preferencia y solicitar su pre-matrícula al Comité Científico, a través del correo electrónico pedagogiacuba@rimed.cu

Exposición asociada

Paralelamente al evento se desarrollará una exposición en el lobby principal del Palacio de Convenciones, en la cual empresas especializadas, nacionales y extranjeras, dispondrán de una ocasión excepcional, para exponer y comercializar sus producciones, servicios y materiales afines con las temáticas del evento.

Los interesados deberán contactar con:

Raúl González Castro
Organizador Profesional de Exposiciones
Palacio de Convenciones de La Habana
Correo electrónico: raul@palco.cu

Contactos

Esp. Lic. Zósima López Ruiz
Organizadora Profesional de Congreso
Palacio de Convenciones de La Habana
Avenida 146 e/11 y 13, Playa
Apartado Postal 16046, La Habana, Cuba
Teléfonos: (537) 208-5199/202-6011 al 19 ext. 1510
Fax: (537) 202-8382
Correo electrónico: zosima@palco.cu
www.eventospalco.com

MSc. Marisol Presno Pérez
Secretaria Ejecutiva Comité Organizador
17 y 0 Vedado, CP 104000, Cuba
Correo electrónico: asesor.vmp@mined.rimed.cu

Dr. C. Eva Escalona Serrano
Presidenta del Comité Científico
16 y 3ra Playa, Cuba
Correo electrónico: pedagogiacuba@rimed.cu

Fuente: http://www.eventospalco.com/es/eventos/details/85/pedagogia-2017.-

 

Comparte este contenido:

El aula inteligente.

Por:Armando Gomez Villalpando.

El aula inteligente es un constructo creativo, un conjunto de saberes que se plasman en una pedagogía singular. Entenderemos aula inteligente como una comunidad de aprendizaje, cuyo objetivo principal es el desarrollo de la inteligencia y de los valores de los alumnos, que planifican, realizan y regulan su propio trabajo, bajo la mediación de los profesores, por medio de métodos didácticos diversificados y tareas auténticas, evaluados por alumnos y profesores, en un espacio multiuso abierto, tecnológicamente equipado y organizado según los principios de la calidad total en la gestión.

El aula inteligente ayuda a cada individuo a centrarse y descubrir sus saberes y potencialidades. Así entendida la acción educativa, las tareas a destacar serán las de aprender a pensar críticamente, aprender a vivir creativamente para eliminar la rutina y desafiar los modos convencionales de hacer y pensar las cosas, aprender a elegir libre y responsablemente y, finalmente, aprender a actuar éticamente.

En el aula inteligente la aplicación del enfoque constructivista del aprendizaje se aborda desde el replanteamiento de la enseñanza en una cuádruple perspectiva: contextual, comprensiva, estratégica y funcional. El enfoque contextual abarca las claves del contexto educativo a ser tenidas en cuenta por el profesor: las ideas previas, las tareas, las preguntas y el trabajo cooperativo.

El enfoque comprensivo enfatiza el desarrollo de la comprensión significativa del alumno en torno a cualquier idea. La perspectiva estratégica postula un desarrollo necesario de las estrategias de aprendizaje. El enfoque disposicional establece la necesidad de generar en los alumnos la voluntad de aprender, sólo así podrán actuar eficazmente los postulados anteriores.

La cultura escolar que promueve el aula inteligente define un marco de instrucción que se adapta a la diversidad del alumnado. Es un diseño instruccional abierto, que permite a cada alumno aprender según su propio ritmo y estilo cognitivo.

Es un diseño interactivo y constructivo que reformula los diferentes componentes del aprendizaje tradicional: el papel del profesor y el del alumno, las metas y objetivos, los procesos y tareas, la secuencia y proceso de instrucción y los modos de evaluación. Es un diseño autorregulado porque se basa en una metodología investigadora, que promueve el trabajo y la planificación autónoma en función de los intereses de cada alumno.

El aula inteligente incorpora la tecnología informática, poniéndola al servicio de la educación. Considera que su papel es el de promover la inteligencia y los valores de los alumnos. En este sentido, la tecnología educativa debe convertirse en una “herramienta cognitiva” de gran poder para el aprendizaje constructivo, y su lugar debe estar, por tanto, en el aula junto al alumno. Este nuevo paradigma escolar se concibe como una comunidad de aprendizaje, un proyecto común y en permanente renovación, en el que todos los miembros se sienten comprometidos por igual.

En el aula inteligente el profesor es un inspirador que abona el germen de la curiosidad y la solidaridad entre sus estudiantes. De acuerdo con este modelo de gestión de la calidad, el aula inteligente es un elemento coherente y lógico, cuya eficacia pedagógica es totalmente válida para dar respuesta a las nuevas habilidades y características necesarias en los individuos, como consecuencia de las nuevas formas de organización del trabajo

Fuente: http://www.am.com.mx/2016/08/06/guanajuato/opinion/el-aula-inteligente-304189

Imagen: http://3.bp.blogspot.com/_irR09w62cTs/S-brvsM0ZOI/AAAAAAAAACM/flDwkjnyjzc/s1600/aula_inteligente1.gif

Comparte este contenido:

Libertad y educación.

América del Sur/Argentina/Fuente:http://www.losandes.com.ar/

Por: Elia Ana Bianchi Zizzias.

Evocando hechos históricos en los cuales patriotas, imbuidos con los ideales de independencia y libertad, protagonizaron una gesta compleja, llena de matices de ideas de avanzada para la época, sintieron la necesidad imperiosa y el coraje suficiente, a pesar de sus diferencias en cuanto al proyecto de organización política que debía sustentar el nuevo Estado, de declarar la Independencia de nuestro territorio, al que llamaron, “prudente e imprecisamente, Provincias Unidas de América del Sud” (Luis A. Romero. 2016).

Fue entonces cuando el ideal de libertad política comenzó a gestarse como un desafío en un territorio marcado por la inestabilidad política, las traiciones, los heroísmos, las luchas sangrientas, la violencia fratricida, que recorrían el extenso mapa de la patria.

La libertad política se sustenta en el conocimiento, en los valores del pueblo y de quienes lo representan; es vano tratar de convertir el poder político en democracia cuando la barbarie y la ignorancia generan dictadores. 

Resulta pertinente en esta evocación destacar las figuras de Manuel Belgrano y sus ideas pedagógicas para las escuelas públicas que quiso fundar, muchas de las cuales se podrían aplicar en la actualidad; de Mariano Moreno y, qué decir del Maestro de América, Domingo Faustino Sarmiento: la educación como fundamento de todas las libertades.

En todos ellos existió un común denominador: la importancia de la escuela pública como base de toda independencia política y económica.
Belgrano no sólo donó sus premios por las victorias de Salta y Tucumán para la construcción de escuelas públicas, sino que también elaboró un reglamento para las mismas: “El Maestro es un padre de la patria y merece el sitial más destacado en el Cabildo Local”. (Archivo Capitular de Jujuy , tomo 2 libro IV – 25 de mayo de 1813) 

Mariano Moreno luchó contra el alto grado de analfabetismo de la población desde sus artículos en el diario que fundó: La Gaceta de Buenos Aires. Su impronta fue la libertad de expresión y la oportunidad para que los ciudadanos, libres de ataduras, pudieran expresar libremente sus ideas. “Nada hay más digno de los magistrados que promover por todos los medios la mejora de la educación pública”.
Sarmiento, en De la Educación Popular, advierte que el remedio inmediato para América es la instrucción pública: la escuela como órgano de mejoramiento social; educar ciudadanos eficaces más que individualidades aisladas.

Basten estas evocaciones para advertir que los conceptos de libertad y educación germinaron con fuerza en los albores de la República. Lamentablemente, salvo pocas excepciones, la idea de libertad quedó en los relatos políticos o, como dice el historiador Felipe Pigna, en los festejos patrios y en las letras del Himno.

Me resulta difícil encontrar el hilo de Ariadna que me permita, desde sus orígenes, hablar de libertad y educación en el Sistema Educativo Argentino, cuando sus componentes: leyes, reglamentos, etcétera, siempre estuvieron orientados políticamente por el gobierno de turno y por los iluminados técnicos que importaban las experiencias educativas europeas o norteamericanas sin sentido crítico y sin tener en cuenta la compleja realidad de nuestra república.

Sin embargo, dos hechos trascendentes marcaron a fuego las libertades educativas: la sanción de la Ley 1.420, que surgió de uno de los más extensos y lúcidos debates de la vida democrática argentina, y que posibilitó una ley de educación pública común, obligatoria, gratuita, graduada y tolerante, y la Reforma Universitaria de 1918. El presidente Yrigoyen hizo suyas las banderas de la Reforma y convalidó, a través de sucesivos decretos, sus postulados fundamentales. Así nació la primera legislación reformista en las universidades americanas. 

Desde entonces, se sucedieron gobiernos en los cuales los sistemas educativos se orientaron según las ideologías de los poderes de turno, transformándose, la mayoría de las veces, en vehículos de adoctrinamiento político, cuando no en campo experimental de los expertos en teorías pedagógicas, que poco tuvieron que ver con la participación activa de los docentes en sus diseños curriculares, y menos con su transferencia a los diversos contextos en los cuales se aplicaba.

La crisis de la educación argentina, de la que tanto se ha escrito denominándola “tragedia”, es evidente no solo en las estadísticas, sino en la comprobación de la falta de igualdad de oportunidades, pues la pobreza en aumento, la inseguridad, el clientelismo, ponen límites a la declamada inclusión educativa. En la grave situación que atraviesan los docentes, tanto en su formación como en sus salarios. Con la intervención de sindicatos, que responden más a sus ideologías políticas que a la defensa de los derechos del educador. 

Hoy el éxodo de estudiantes de la escuela pública se produce hacia las escuelas privadas. ¿Qué sentido tiene entonces hablar de libertad de enseñanza cuando la precariedad de opciones está creando profundas grietas en la formación de nuestros niños y jóvenes?

La educación duele :

El paradigma educativo vertical, enciclopedista, autoritario ha colapsado en medio de los diversos desafíos políticos, sociales, científicos y tecnológicos de la contemporaneidad. Tenemos que advertir las exigencias de nuevas formas de educación para nuevas generaciones sin perder de vista valores que sustenten la humanitas. 

Conmemoremos, entonces, en este centenario, el ejemplo de los patriotas que dieron sus vidas por la independencia y la libertad de la República, a esos líderes políticos que fueron verdaderos estadistas y continuemos ese camino que nos mostraron con su ejemplo: no hay libertad sin educación, ni república sin ciudadanos capaces de pensar y actuar por el bien común.

“¿La Historia se repite? ¿O se repite sólo como penitencia de quienes son incapaces de escucharla?”
Eduardo Galeano.

Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/libertad-y-educacion

Imagen: http://www.losandes.com.ar/files/image/2016/07/22/1098617.jpg

Comparte este contenido:

Reino Unido: Social media harms moral development, parents say

Reino Unido/19 julio 2016/Autora: Judith Burns/ Fuente: BBC Mundo 

Los medios sociales perjudica el desarrollo moral, los padres dicen

Resumen:

La mayoría de los padres en el Reino Unido creen medios de comunicación social perjudica el desarrollo moral de sus hijos, un estudio ha sugerido. Más de la mitad (55%) de 1.700 personas con niños de 11 a 17 muy de acuerdo en que obstaculiza medios sociales o socava el desarrollo moral. La encuesta fue parte de un proyecto por el Centro para el Jubileo del carácter y las virtudes de la Universidad de Birmingham. Investigador Blaire Morgan dijo que algunos de los resultados fueron sorprendentes. «No menos importante [de éstos es] el bajo nivel de acuerdo de que los medios sociales pueden mejorar o apoyar carácter de una persona joven o el desarrollo moral.

______________________________________

A majority of parents in the UK believe social media harms their children’s moral development, a survey has suggested.

Just over half (55%) of 1,700 people with children aged 11 to 17 strongly agreed that social media hinders or undermines moral development.

The poll was part of a project by the Jubilee Centre for Character and Virtues at Birmingham University.

Researcher Blaire Morgan said some of the findings were surprising.

«Not least [of these is] the low level of agreement that social media can enhance or support a young person’s character or moral development.

«Whilst parents acknowledged that positive character strengths, including moral virtues such as love, courage and kindness, are promoted through social networking sites, they were reluctant to agree that these sites could have a positive impact on their child’s character.»

BBC Newsround research earlier this year suggested that children as young as 10 have social media accounts despite being below the age limit, which is usually 13.

The new poll highlights parents’ concerns about the trend.

Of those questioned, 93% were themselves regular social media users but:

  • only 15% thought sites such as Facebook had a positive influence on a young person’s character
  • 40% said they were concerned or extremely concerned about social media having a potentially damaging impact on children

The survey, which also questioned parents about their own use of social media, asked which negative traits or vices they saw online at least once a month.

  • 60% said they had seen anger and hostility
  • 51% had seen arrogance
  • 43% cited ignorance
  • 41% mentioned bad judgement
  • 36% said hatred
  • 30% said vanity

They were also asked to name character strengths they believed were lacking on social media:

  • 24% said there was too little forgiveness and self-control
  • 21% said too little honesty
  • 20% said fairness
  • 18% said humility.

But almost three-quarters (72%) said they saw content containing a positive message at least once a day.

And asked to identify character strengths they saw at least once a month on social media, the respondents replied:

  • humour (52%)
  • appreciation of beauty (51%)
  • creativity (44%)
  • love (39%)
  • courage (39%)

Ms Morgan said: «The Jubilee Centre’s parents and media project seeks to explore the relationship between social media and virtues in more depth, and hopefully offer a more constructive outlook on how social media might impact on a person’s character and moral values.

«Social media is not going away, so by learning more about this relationship we should be able to maximise the benefits of social media use and avoid the pitfalls.»

Fuente de la Noticia:

http://www.bbc.com/news/education-36824176?utm_source=twitterfeed&utm_medium=twitter

 

Comparte este contenido:

Pedagogía del valor

Mayra Castañeda

Hablar de valor hoy en día tiene muchas implicaciones, comenzando por el mercado que manipula, coerciona, regula y hasta constriñe nuestras existencias como individuos y también como sociedad, otorgándole un valor en metálico a la vida y la muerte, al conocimiento y a la ignorancia, al amor y al desamor.

El valor que se otorga actualmente al individuo está en directa proporción con sus posesiones, cuánto más posees (objetos, títulos, persona, relaciones, acciones, etc.) más valor te es otorgado socialmente. Y es en este concepto de valor donde nos desarrollamos, nos relacionamos y también nos enfrentamos y aniquilamos.

Existen múltiples formas de aniquilación, lo vemos en ámbitos escolares formales pero también lo vemos en los medios de información masiva, en la calle, en la oficina en las fábricas (donde es más evidente), en los campos de cultivo y en el interior de los hogares, ahí donde el  individuo construye, desde que nace, su singularidad, su relacionalidad y parece adquirir un valor constitutivo.

También el concepto de valor, en el idioma español, implica contar con la fuerza interna para enfrentar las dificultades, se ha manejado como una concepción de lo positivo al pluralizarlo (los valores) y ciertamente en este punto de la civilización humana resulta una de las características preponderantes con las que debería contar todo educador. Tener el valor de asumir y dirigir un acto educativo es, en las condiciones de control mental de la globalización, requisito fundamental si es que con tamos con una mínima dosis de conciencia de la trascendencia del ser un verdadero educador.

Las ideas sobre las que se sostiene el actual sistema político-económico ha debido relegar a la educación a un instrumento utilitario ¿para qué sirve al sistema la educación? Para domesticar, amansar, alienar a los millones de seres que habitamos el planeta.

Puede sonar a paranoia o película de ficción, sin embargo si observamos, no mucho, nos podremos dar cuenta que el sistema se sostiene en una amplia pirámide de productores-consumidores.

Si no existieran esos millones de consumidores inducidos ¿qué sucedería con todos los excedentes de producción?

Durante un desayuno con un investigador colombiano me platicaba de un experimento, no intencional, que llevó a cabo con su hijo pequeño. El y su pareja, por decisión conjunta, no adquirieron un aparato televisor, sin embargo en algunos departamentos que había arrendado, existía tal aparato. Había podido observar que durante los períodos de estadía en esos lugares su hijo se había convertido en un consumidor compulsivo y violento. Esto, obviamente, no sólo le sucede a este niño, nuestra sociedad está sostenida sobre ese único pilar: el consumo.

En torno al consumo se erige una industria multimillonaria, calificada por algunos como ciencia y que inclusive ha aspirado a ser nombrada como arte, no es nueva pero tiene la gran y redituable facultad de reinventarse cotidianamente: la mercadotecnia y/ o mercadología. Llamada antiguamente propaganda puede aplicarse para vender cualquier producto. Cualquiera puede convertirse en un producto y la idea central sobre la que se ha cimentado es la originalidad. Todos, en sociedades capitalistas, pueden aspirar a ser únicos, admirados, poderosos y ricos. La máxima aspiración es la fama y la gran oferta es justamente esa: convertirse en alguien que goce de todos los beneficios del consumo y se supone que con ello experimentará placer y finalmente será feliz.

Esa es la gran promesa de la mercadotecnia, cualquiera (no todos, sino UN alguien cualquiera particular) puede ser feliz,  y todos aspiran a ser ese cualquiera pero en esa lucha se pierde todo lo que puede realmente proporcionar la felicidad. El enfrentamiento es la apuesta más común del capitalismo, mientras más comunidades, países, grupos e individuos se enfrenten mayor será la ganancia. El famoso “divide y venc(d)erás” se ha convertido en el credo de los grupos de poder que aspiran a controlar el mundo y el rumbo de miles de millones de almas.

¿Qué puede hacer la escuela en este contexto? La acción que las instituciones no han podido controlar completamente es la que ejerce el docente cuando está dentro de su aula. En ese espacio las posibilidades son infinitas, un maestro o maestra dispuest@ y comprometid@ puede transformar la vida de miles de niños y niñas que pasan por sus aulas durante su período de ejercicio profesional, pero tiene que convertirse a su vez en una persona capaz de potencializar los talentos, construir competencias de alto nivel y observarse constantemente, ahí está el reto para la docencia, no dejarse vencer, no dejarse doblegar ni manipular por intereses que no son los de la población. Por eso la educación, el ser educador en toda la extensión de la palabra, no es para cualquiera.

Fuente del articulo: http://mayracastaneda.org/blog_60931_Pedagogia-del-valor.html

Fuente de la imagen: http://mayracastaneda.org/images/14445/IMG_1287.JPG

Comparte este contenido:

Los aparatos tecnológicos son una extensión de nuestro cuerpo.

Mariana Aburto Chavarría

Centro América/Nicaragua/Fuente:http://www.elnuevodiario.com.ni/

 En un mundo dominado por las nuevas tecnologías, el papel de los padres es doblemente difícil: controlar lo que consumen sus hijos y mantener la autoridad sin llegar al abuso, dice la experta.

La psicóloga clínica Mariana Aburto Chavarría analiza en esta entrevista el lado oscuro de las nuevas tecnologías: las crisis que provocan en el núcleo familiar al distanciar a padres e hijos.

La experta también advierte que la violencia intrafamiliar, la falta de aprendizaje en niños y adolescentes, así como el bullying en las escuelas forman parte de un problema de salud pública.

¿Cuál es el proyecto que actualmente está impulsando?

 Mariana Aburto: Los niños son adictos a las tecnologías. –

Es un proyecto educativo llamado “Psicología y Vida”, este es la materialización de una idea que vengo madurando desde hace un buen tiempo. Es una página web (www.marianaaburto.com) donde escribo artículos que reflejan las problemáticas que viven las familias en esta sociedad moderna. Las personas pueden entrar y preguntar, aportar e incluso dar sus testimonios.

¿Cuál es la importancia de hablar de la familia en estos tiempos?

Yo pienso que hay un gran vacío en la agenda mediática de hablar sobre este tema porque cuando es abordada sale como nota roja. Todo es drama y tragedia. Entonces siento que le estamos vendiendo a la sociedad una familia crítica, conflictiva y decadente. No puede ser que nosotros interioricemos esos problemas. Si hacemos un análisis a profundidad, nos daremos cuenta que podemos concientizarnos para así trabajar de buena forma en el seno de la familia. Eso nos crearía menos problemas a nivel social.

¿Entonces dice que se han priorizado otros temas?

Hemos priorizado temas de la convivencia externa del ser humano, pero hemos dejado un vacío en la familia. Es ahí cuando se encuentra la situación de la cantidad de menores desmotivados, agredidos y agresores de bulliyng, menores desadaptados y con problemas de aprendizaje. Aunque realmente no hay tal problema de aprendizaje, lo que hay es una desmotivación y apatía del niño a la escuela.

Situaciones como la violencia intrafamiliar, la falta de aprendizaje en niños y adolescentes, así como el bulliyng en las escuelas y colegios forman parte de una problemática de salud pública, y esto debe ser priorizado.

¿Está afectando el internet las relaciones familiares?

Yo tengo todos los días en el consultorio quejas y angustias de padres de familia con relación a la adicción a la tecnología por parte de niños, adolescentes y jóvenes. Por eso yo digo que sí está afectando, aunque no estoy hablando mal, ni satanizando las nuevas tecnologías de comunicación.

Estoy hablando de cómo nosotros debemos abrazar el desarrollo, porque es un hecho que nos trae un sinnúmero de beneficios ¿pero hasta dónde tenemos límites? ¿hasta dónde estamos sabiendo administrarlo? Por poner un ejemplo, uno le puede dar libertad a su hijo, ¿pero se le enseñó cómo administrarla? Porque la cuestión es que si hay libertad y no se sabe administrar, se convierte en libertinaje.

¿Les falta a los padres más rigor en la educación de sus hijos con respecto a las nuevas tecnologías?

Los padres  de familia, tutores y docentes que tienen que ver con ese acompañamiento deben pensar que vivimos en otra sociedad. Sí se necesita rigor, pero no al extremo. Los mayores debemos pensar que no es la sociedad en que nosotros vivimos la juventud. Hoy los hijos son otros y los padres también. Muchas veces estamos muy apegados al pasado, a lo tradicional y es un valor muy bueno. Pero eso no funciona hoy.

Estamos viviendo otra relatividad en la sociedad. Hay que irse adecuando en el seno de la familia, tenemos que adecuarnos en el rol que hoy toca vivir. Cada época tiene su particularidad. Hoy, por ejemplo, cuando se sale a comer, todo el mundo está conectado a su móvil o tablet. En cambio antes se conversaba, se socializaba, se compartía con amigos y familia. Los aparatos tecnológicos se están volviendo como una extensión más de nuestro cuerpo.

¿Los padres de familia están perdiendo autoridad?

Hay que revisar la autoridad. Porque no se trata de dejar hacer lo que los menores quieran, se trata de acompañarlos, orientarlos, apoyarlos, se trata de que se les diga: ‘Hey, un momentito, por allí no es la cosa’.

Los padres de familia no pueden perder de vista la autoridad, pero no se educa ejerciendo violencia. El padre y la madre deben darse cuenta que una agresión no se olvida nunca, incluso se olvidan más las cosas bonitas, pero no las que marcan la vida y la sellan de forma negativa causando traumas.

¿Cuál es la agresión más frecuente que se da?

¡Sos un tonto! ¡Me tenes harta! ¡Me avergüenzo de vos! Esta es la forma más frecuente que hay, la psicológica, y estos traumas quedan. Hay que reflexionar qué tipos de seres le vamos a dar a la sociedad si se sigue haciendo eso. Lo que serán esas personas son traumadas, temerosas, inseguras, sin visión. No podemos negar que vamos desarrollándonos como país, pero sin el trabajo en la familia todo lo demás no es sostenible.

¿De dónde provienen los bloqueos emocionales?

Maltrato de todo tipo, como el psicológico, el físico, verbal, maltrato o abuso sexual. Hay personas que guardan ese secreto y esto se vuelve tóxico en sus vidas, porque se vuelven inseguros, desconfiados, y uno dice: esa persona algo tiene.

¿Cuáles son los problemas más atendidos en los consultorios psicológicos?

Los más comunes son los de carácter, es decir; conductuales y de comportamientos.

También, crisis de pareja y de familia. Además trastornos escolares y en menores de edad.

Fuente: http://www.elnuevodiario.com.ni/nacionales/396320-aparatos-tecnologicos-son-extension-nuestro-cuerpo/

Imagen:

https://1.bp.blogspot.com/-Ac46SJJl68M/V264lA6egwI/AAAAAAAAAX4/dV06k4cCTeUGf5AMJS1hRXLoUI0DXM4NACLcB/s320/mooc1-730×486.jpg

Comparte este contenido:

La educación en valores: Avatares del currículum formal, oculto y los temas transversales

Por: Ángel Díaz Barriga

 

La formación en valores es un tema que ha reclamado la atención de los especialistas en educación en los últimos años. Ante un deterioro generalizado de múltiples comportamientos que se observan a todos los niveles de la sociedad: agresiones entre grupos étnicos, manifestación de inconformidad social que va más allá de lo aceptable para una sana convivencia social, diversas formas de violencia real y simbólica en el trato entre personas, entre familiares y en el ámbito escolar, se ha cuestionado hasta dónde corresponde a la escuela y a los proyectos curriculares impulsar con mayor fuerza la formación en valores. En este ensayo se examina cómo se ha abordado esta temática en el pensamiento histórico de la didáctica; al mismo tiempo se analiza cómo la formación en valores más que responder a un tema cognitivo, se encuentra vinculado a la dinámica de los afectos y no sólo requiere del conocimiento racional de los principios y normas, sino que se necesita fincar en las actitudes. En un tercer momento se analiza la forma en la que este tema se ha planteado en los desarrollos recientes del campo curricular.

La formación en valores constituye uno de los temas que ha llamado la atención en las últimas décadas en el debate educativo. Esto es el resultado de la toma de conciencia por parte de la sociedad y de los mismos responsables de la política educativa de una crisis de valores en el seno de la sociedad. La transmisión tradicional de valores de la generación adulta a la joven, reconocida por Durkheim y que la «escuela podía relativamente armonizar dentro de sus muros» (1976, p. 98), experimenta una ruptura, similar a la que han padecido las economías locales por los procesos de globalización. Esa ruptura es el resultado de la invasión de las tecnologías de la comunicación y de las nuevas tecnologías de la información, los programas de televisión, los nuevos centros de reunión en particular de los jóvenes —los antros—, que pregonan un pragmatismo exacerbado, un estado de «placer» o «satisfacción» inmediato y una visión de lo útil. Estos espacios tienen mucho mayor capacidad para promover diversos patrones de comportamiento entre la juventud, que los que se derivan del ambiente tradicional escolar cerrado por un aula con un pizarrón enfrente, así como del conjunto de la tradiciones que conforman la cultura escolar.

Es importante reconocer que aun cuando el tema de los valores ha cobrado relevancia en la actualidad, no es un tema nuevo en el debate educativo, ya que las distintas visiones de la educación han tenido posiciones muy claras al respecto. Un acercamiento a tres autores, que han desempeñado un papel fundamental en la estructuración de la disciplina educativa: Comenio, Herbart y Dewey, permite afirmar que el proyecto educativo siempre estuvo enlazado a un tema de valores. Esto es, en todos los casos se negaron a que se considerase la educación como instrucción.

Los valores en la historia del pensamiento educativo y el reto actual para la educación

En la crisis del pensamiento cristiano del siglo XVI, con el surgimiento de la reforma radical (Yoder, 1976), Comenio, doctor en Teología y pastor protestante elabora una propuesta para la didáctica. Con ella se inaugura la era escolar que conocemos, centrada en la exposición ante un auditorio, el trabajo con el libro de texto y el uso del material didáctico; que además plantea un conjunto de recomendaciones explícitas sobre el tema de los valores. Algunos de ellos guardan relación con dichos clásicos como: «árbol que crece torcido jamás se endereza» y otros, específicamente en su capítulo sobre disciplina, Comenio se refieren a la recomendación al educador de sancionar todas aquellas faltas que se relacionan con la moral. Este tema fue objeto de discusión previamente por los jesuitas en 1594, en su Ratio studiorum (Labrador, Diez et al., 1986), y por Juan Bautista de la Salle en varios de sus trabajos, en particular la Guía de las escuelas cristinas, editada en 1702 (1900).

Dos siglos después, ya en el marco de la filosofía moderna, Herbart (1983) replantea el tema desde una perspectiva de la formación integral. En 1806 formula dos preguntas fundamentales para discutir esta cuestión. La primera es «¿de qué le sirve a un estudiante aprender matemáticas, si al mismo tiempo pierde la posibilidad del placer estético?» (Herbart, p. 156). Este planteamiento indudablemente se encuentra en la perspectiva de la formación humanista, al tiempo que se vincula con un plano ético subyacente a toda estrategia educativa.

De esta manera, interroga sobre el derecho que asiste al educador para «elegir e imponer unos valores» a un niño que todavía no está en la edad de «optar racionalmente por ellos» (Herbart, 1983, p. 42). Así, Herbart expresa:

El arte de turbar el sosiego de un alma infantil, de apoderarse de ella por la confianza y el amor para oprimirla y excitarla (…) y agitarla antes de tiempo, sería la más odiosa de todas las malas artes, si no se propusiera alcanzar un fin que sirviese de disculpa a tales medios ante los mismos ojos de aquel cuyo reproche es de temer. —Tú me lo agradecerás algún día— dice el educador al niño que llora y, realmente, sólo esta esperanza puede disculpar las lágrimas que arranca (Herbart, 1983, p. 41).

Hoy sabemos que esas lágrimas no son sólo físicas. En este autor aparece, con claridad, la triada que acompañará el desarrollo de la educación: formación de conceptos (instrucción), desarrollo de la sensibilidad ante lo estético y la formación en valores. El tema de los valores adquirirá distintos énfasis en cada una de las épocas posteriores y en cada contexto nacional.

Un siglo después, en los albores de la sociedad industrial, dos autores: Durkheim, en Francia, y Dewey, en Estados Unidos, enfatizan los valores de una educación centrada en los procesos de ciudadanía, desarrollo industrial y progreso. Los procesos sociales con los que culminaba el siglo XIX se traducían, en el plano educativo, en diversos decretos que expedían los Estados nacionales en Europa, por medio de los cuales se empezaba a conformar el sistema educativo nacional —como un sistema de educación primaria, fundamentalmente— y se configuraba lo que sería la educación pública: obligatoria, gratuita y laica.

De cara a estos sistemas educativos Durkheim y Dewey asignaron a la escuela el papel de formar al ciudadano para la democracia y para el progreso. En los conceptos de Dewey (1859/1952) la moralidad —como conducta responsable— va íntimamente asociada a la democracia. Pero ésta se construye desde abajo, esto es, desde la educación (Apel, 1979). Por ello, el funcionamiento de las escuelas debe concebirse como la introducción en el mundo de la experiencia infantil de la vivencia de la democracia; «la educación no puede considerarse instrumento democratizador sin afirmarse antes en la democracia» (p. 109).

Esta confianza en la democracia tiene como elemento asociado a la educación para la libertad y para el progreso. Así ciudadanía tiene sentido a través de estos tres aspectos intrínsecos a la educación: democracia, libertad y progreso (individual y social).

Por su parte Durkheim enfatiza el papel de la educación en la socialización. Uno de los primeros cursos que dio en París fue el de Educación Moral, en el cual establecía que así como en la fisiología existen límites, también las «sociedades requieren de un límite que regule y ordene la actividad del hombre» (Durkheim, 1976, p. 17), y la disciplina escolar debe crear en el alumno esta necesidad de autolimitación. Además, es ampliamente conocida su concepción de la educación como transmisión de valores de la generación adulta a la nueva, con la finalidad de que con el tiempo ésta los recree para volverlos a transmitir a la siguiente generación. El autor reconoce, como muchos otros, que la educación responde a cada época; así, expresa que en el medioevo no podían realizar un libre examen de las ideas, porque no se podía ir más allá de lo que la sociedad permitía: «No existe ningún hombre que pueda hacer que una sociedad tenga en un momento dado un sistema de educación diferente de aquel que su estructura supone» (Durkheim, 1979, p. 103).

Por otra parte, la crisis social tiene expresiones cada vez más radicales en el conjunto de la sociedad: los aviones que derribaron las torres gemelas y el nuevo esquema que impuso Estados Unidos al mundo bajo su concepto de «guerra preventiva» (guerra de Irak), los actos terroristas en la terminal madrileña de Atocha, los ataques judíos a zonas palestinas y las masacres que estos últimos provocan al inmolarse; o bien, en México los macheteros de Atenco o los desnudos de los 400 pueblos. Todo ello es una cara de la magnitud de la crisis social que enfrenta la humanidad al inicio del nuevo milenio, así como una expresión de los grandes problemas que encara la sociedad para promover un conjunto de valores: respeto a la vida, respeto a la diferencia, respeto a la persona, entre otros.

De igual manera, el papel que los medios de comunicación está desarrollando para crear una nueva forma de expresión cotidiana, en donde lo lúdico se reemplaza por el morbo, las relaciones personales son expuestas como reality show, el placer como parte del goce se transforma en una especie de acto bacanal; la problemática de los fines se reemplaza por un pragmatismo inmediatista que cada vez demanda más: sentirse hoy feliz, contento, efusivo; el mañana no importa. En todos estos casos los estudiantes «viven» una promoción de valores y de antivalores que van en sentido contrario a los que se busca promover en la intención escolar (Rey, 1999). En este caso, el medio es el masaje y esta forma de comportarse va esculpiendo elementos básicos de la personalidad de los sujetos en formación.

La crisis de valores también atraviesa la escuela. La Comisión de los Derechos Humanos (2004) en México ha presentado recientemente un informe sobre las agresiones de los docentes hacia los estudiantes, que los medios de comunicación definieron como «la letra con sangre entra».

No podemos desconocer que en el modelo de la didáctica clásica (la llamada escuela tradicional), el docente es concebido como un modelo valoral para el estudiante. El alumno se enfrenta a un serio problema ante algunos comportamientos de los docentes. Esto se observa en particular en América Latina, ante la proletarización de la profesión docente, ya que nos encontramos con profesores cuyo vocabulario y presencia física dejan mucho que desear. Al mismo tiempo, los docentes en todos los países de la región han tomado la calle para protestar por sus condiciones de vida. Si bien, en abstracto esta práctica puede tener elementos formativos —defensa de derechos profesionales que son pisoteados—, en ocasiones esas marchas rebasan todo control para convertirse en verdaderos actos vandálicos: el rompimiento de vidrios de edificios públicos, la toma de casetas de cobro en las carreteras, etcétera.

Cuando se rompen las normas de convivencia social se crea un conflicto profesional y ético que no es fácil de resolver. En primer lugar, porque el docente asume la identidad de un empleado y de un obrero, abandonado la identidad profesional que buscaba conquistar —esa fue la lucha para pasar de la perspectiva religiosa de la docencia a una profesional— y, en segundo término, pierde toda autoridad moral para exigir a sus alumnos que tengan un comportamiento adecuado a determinado código social.

En estricto sentido, siguiendo algunas tesis posmodernas, podemos afirmar que el niño y el joven de hoy se enfrentan al problema de los valores en modelos profundamente divididos. Viven una ruptura entre lo que se dice en el texto escolar, en la recomendación de padres y maestros y la vida social cotidiana. Realidad escolar, realidad social nacional e internacional y tecnologías de comunicación y de la información promueven una «esquizofrenia valoral» que explica parcialmente las crisis de las nuevas generaciones. Una esquizofrenia que en el lenguaje educativo debe (y se supone que puede) ser saldada, a través de la acción escolar. El reto es enorme, las posibilidades son más modestas.

Formación de valores, dinámica de los afectos

Dada la complejidad de elementos que constituyen la formación valorar, ésta tiene que ser objeto de otro tipo de aproximaciones, más allá de los planteamientos didácticos. Distintas perspectivas psicológicas permiten establecer que en la adquisición de los valores acontece una dinámica similar a la existente en el desarrollo de los afectos.

Cuando el psicoanálisis aborda el problema de los afectos (emociones) descubre que éstos operan en una dinámica que permite al sujeto sentirlos y vivirlos, pero el problema surge cuando pretende describirlos. En ese momento el lenguaje que se emplea cotidianamente (construido para describir procesos racionales) no alcanza a dar cuenta de dinámicas que tienen otra escritura. Acontece igual que cuando se busca traducir una expresión cultural, cuyo significado se puede reconocer con claridad en otro idioma. Este es el problema que enfrentan los traductores al buscar comunicar una idea que tiene estas características, por ejemplo, al afirmar en México «es un escuincle». Los vocablos existentes en otros idiomas (child, enfant) dan una idea quizá cercana o aproximada, pero no logran transmitir la connotación original de la expresión utilizada. Lo mismo sucede con expresiones vinculadas con lo afectivo «estoy feliz» o «estoy triste»; manifiestan un estado emocional, pero no es fácil describirlo, puede haber felicidad con llanto y tristeza con risa.

La expresión que utiliza Devereux (1977) al referirse al inconsciente puede ayudar a comprender parte de este problema»

Todo sistema de pensamiento más lógico y científico tiene un significado subjetivo para el inconsciente de la persona que lo crea o adopta. Todo sistema de pensamiento nace en el inconsciente, a manera de defensa contra una angustia y la desorientación; se formula primero afectivamente, más que intelectualmente, y en el (ilógico) ‘lenguaje del inconsciente’ (proceso primario). Si entonces se advierte que la fantasía hace disminuir la angustia y la desorientación, se traspone del inconsciente al consciente y se traduce del lenguaje del proceso primario al del proceso secundario, que es más lógico y más orientado a la realidad (p. 44).

Es factible afirmar que en el caso de la formación de valores acontece esta doble situación. Los valores al formar parte de la persona se integran a su personalidad.

Por ello, una falta o violación a un valor puede provocar comportamientos de irritabilidad. Entonces están formulados en otro código, un «lenguaje primario» en el sentido psicoanalítico. Cuando se traducen al plano racional —quizá la ética sea una expresión muy clara de ello— se convierten en el lenguaje lógico, que no necesariamente se encuentran integrado al sujeto.

Por ello, no queda muy claro cómo llevar adelante, de manera consistente, algunas propuestas que emanan del constructivismo, para promover la formación de valores a través de las discusiones entre escolares, sobre problemas sociales específicos y los comportamientos que se pueden asumir frente a ellos. En el plano racional y en el ámbito escolar, los estudiantes pueden concluir sobre un deber ser frente a los derechos humanos y frente al medio ambiente, y al salir al patio de recreo o al salir de la escuela, ser actores de comportamientos diferentes.

El alumno puede descubrir que la escuela exige de él un discurso, el cual puede estar lejano de aquello que verdaderamente integra su personalidad. Percibe con toda claridad en el mundo adulto lo que en psicología se denominan dobles mensajes: uno sobre cómo se debe actuar y otro sobre una actuación (de padres de familia, docentes y diversos actores sociales: comediantes, locutores, actores, políticos) que camina exactamente en sentido contrario a lo afirmado. Entonces el valor es un enunciado y no un elemento constitutivo de su personalidad.

Esta discusión finalmente regresa a la problemática del movimiento de escuela tradicional, en el que se reivindica el papel de los modelos. El estudiante necesita estar frente a éstos, ya que, aunque suene muy duro, es necesario aceptar que la formación de valores es silente y se da en la actuación, no en el adoctrinamiento.

El tratamiento de los valores en el debate curricular

Podríamos afirmar que en los desarrollos actuales del campo del currículo existen tres aproximaciones para analizar el problema de la formación en valores: La perspectiva del currículo oculto, la propuesta constructivista y la estrategia de la elaboración de temas transversales en el currículo.

  1. a) Discusiones en relación con el currículo oculto

Su origen data de finales de los años sesenta, cuando Phillip Jackson publicó La vida en las aulas (1992). Este texto constituyó un significativo aporte al debate curricular, al mostrar que en la interacción escolar que acontece en el aula se promueven una serie de resultados no intencionados. Pero estos resultados no fueron previstos por la institución o el docente y tampoco había una conciencia de lo que se estaba formando en los alumnos. A tales aprendizajes, que guardan una estrecha relación con la esfera de lo valoral y actitudinal, se les llamó currículo oculto. Para Jackson este tipo de currículo es una forma de socialización y adaptación a la escuela y a la sociedad. La asistencia de los estudiantes durante periodos largos, apoyada en la autoridad del maestro, en los mecanismos de evaluación estructura formas determinadas de comportamiento en los estudiantes, las cuales son paulatinamente internalizadas.

En varias ocasiones hemos insistido que el concepto de Jackson se vincula con acciones escolares sobre las cuales no se puede tener un control. Ello nos llevó a diferenciar el currículo oculto del currículo en proceso (Díaz Barriga, 1995). El primero, va más allá de las intenciones escolares explícitas, porque precisamente da cuenta de aquello sobre lo cual el docente y la institución escolar no tienen una intencionalidad consciente.

En estricto sentido el currículo oculto es un buen objeto de estudio, porque permite dar cuenta de esos procesos de socialización que se llevaron a cabo en la realización de la acción escolar. Da cuenta, precisamente, de aquellos que no son intencionados, aunque su efectividad no se puede negar.

En general el aprendizaje de valores (en su núcleo afectivo y actitudinal) guarda una relación estrecha con el currículum oculto. En este punto se requiere ser enfático, el curriculum oculto tiene una estrecha relación con lo que se actúa, más que con la información de qué se dice. En muchas ocasiones la actuación, los códigosempleados en la comunicación, las formas de decir o afirmar una cosa no necesariamente convergen con lo que se dice en el plano explícito. Por ejemplo: se puede hablar de democracia, tolerancia, respeto a los demás, como valores explícitos en un plan, programa o una sesión de trabajo escolar y establecer que la democracia es un contenido de una unidad temática de trabajo; pero al mismo tiempo, en el conjunto del contexto escolar, aunque no necesariamente en la misma sesión donde se abordan tales contenidos, alguien puede actuar de manera intolerante, autoritaria o sencillamente dejar hacer (el laissez-faire). Esas actuaciones de diversos actores de la comunidad escolar, responden a concepciones nucleares que tiene un sujeto (o una institución escolar) y son percibidas por los estudiantes, pero su percepción se realiza en un plano distinto al consciente y que es mucho más eficaz.

El debate entre el currículum oculto y la perspectiva psicoanalítica de la formación en valores se pueden enriquecer en la tarea de explicar cómo acontece este proceso en el sujeto.

  1. b) Las perspectivas de los constructivistas

Las actuales perspectivas de los planteamientos constructivistas referidos al currículo tienen su antecedente en un autor que no pertenece a esta escuela de pensamiento: Bloom (1977). A principios de los años cincuenta, con la finalidad de clarificar los resultados de aprendizaje que se esperaban de los estudiantes, este autor elaboró su primera taxonomía del aprendizaje, estableciendo un modelo de logros en el plano cognoscitivo, afectivo y psicomotor.

La idea de que se pudiera hacer una disección y clasificación de los aprendizajes resultó ampliamente seductora, y hacia 1964 Bloom la materializó en una clasificación de los llamados aprendizajes afectivos. El problema para promoverlos y reconocerlos creció mucho. Tensó las relaciones pedagógicas al pensar que se puede establecer un currículo para contenidos cognoscitivos y psicomotores y otro para afectivos, dificultó los procesos de calificación (acreditación de un curso), pues se llegó a interpretar que el estudiante que mostrara algunos de estos comportamientos podría tener derecho a uno o dos puntos extras, o que nadie podía tener la calificación más alta mostrando sólo el dominio de la información que se promueve en un programa escolar. En el fondo este es el origen de varias prácticas docentes actuales, en las cuales los profesores consideran que se debe recompensar con calificación el esfuerzo que los estudiantes realizan a lo largo del curso escolar, a pesar de que no manifiesten los suficientes logros en el campo del conocimiento.

Posteriormente, en la década de los ochenta los constructivistas retomaron estos acercamientos para realizar nuevas formulaciones. Una de las más destacadas es la de Coll, Pozo, Sarabia y Valls (1994), quienes clasifican los contenidos escolares en tres tipos: de información, procedimental y actitudinal —significativamente distinta del pensamiento de Bloom, quien más bien clasificaba comportamientos—.

Para Sarabia (1994) la formación en actitudes tiene tres componentes: Uno cognitivo, que se relaciona con conocimientos y creencias; uno afectivo, que se manifiesta en sentimientos y preferencias, y otro conductual, en el ámbito de las acciones manifiestas. El autor reconoce cuatro procesos de aprendizaje de actitudes en el aula: 1) el condicionado por un refuerzo social, 2) el condicionado por el castigo, 3) el apoyado en modelos y 4) la internalización de valores. Al mismo tiempo plantea cuatro técnicas para promover el aprendizaje general de los valores, tomadas de la dinámica de grupos o del entrenamiento para el mundo de la empresa: la representación de roles (role playing), la discusión grupal, las exposiciones en público y la toma de decisiones.

Finalmente los autores que abordan el problema del aprendizaje de los valores desde un enfoque constructivista no pueden eludir un tema: ¿el aprendizaje de los valores se evalúa y también se califica? Su planteamiento ha sido brillante cuando han desagregado el tema del aprendizaje de los valores en diversos aspectos, lo cual los ha llevado a enunciar con acierto que en el aprendizaje de los valores hay un componente cognoscitivo y otro componente actitudinal. Esto les ha hecho suponer que es factible no sólo evaluar el aprendizaje de valores, sino asignar una calificación o un número a ello. En lo particular discrepamos de esta situación. El estudiante puede referir los contenidos de una norma, los principios que subyacen en la misma, y al mismo tiempo violar su cumplimiento, considerando que se trata de una violación pequeña. El aprendizaje de los valores da cuenta de esto último y no necesariamente de la primera cuestión. Este es el gran error que ha cometido la educación secundaria en México al impulsar los contenidos de las materias de civismo y ética.

Los autores de la corriente cognoscitiva efectivamente reconocen la complejidad que subyace en el proceso de formación de valores, pero desde el punto de vista de otros modelos de interpretación de la personalidad como los que se derivan de la teoría psicoanalítica o de la teoría sistémica; mientras que los constructivistas consideran que esta formación de valores pertenece a los contenidos de la educación y se apoya en estrategias didácticas específicas.

En algunos aspectos tienen razón: la finalidad de la escuela es formar a ciudadanía en la defensa de los derechos humanos, en el respeto al medio ambiente y en la responsabilidad social. No hay forma de lograr la convivencia social si la escuela no atiende a estos problemas. Pero en esta perspectiva es mucho más efectivo el pensamiento formulado en la historia de la pedagogía, que la respuesta formulada desde el constructivismo.

Difícilmente se puede formar una actitud en un ambiente escolar inmerso en la contradicción, es decir, cuando el conjunto de docentes y la institución escolar realizan conductas contrarias a esos valores de ciudadanía, tolerancia, respeto al otro, etcétera.

El problema de asignar un valor para calificar el conocimiento de la parte cognoscitiva de los valores puede llevar a establecer asignaturas que no necesariamente forman a los alumnos en aquellos valores para los que fueron creadas. Tal es el caso de la asignatura Educación Cívica en enseñanza media (secundaria). Los contenidos que se trabajan en la misma (artículos de la Constitución de la República, derechos de los trabajadores, deberes de los ciudadanos, etcétera), se convierten en contenidos académicos. Pero no necesariamente forman los valores que subyacen en esas declaraciones.

El mérito de la perspectiva constructivista es abrir nuevamente, en el campo de la teoría curricular actual, el debate de la formación en valores.

  1. c) Los temas transversales ¿una alternativa en la selección curricular de valores?

La inclusión de temas transversales en el campo del currículo fue realizada por César Coll (1991), en el contexto de la reforma educativa española. Como su nombre lo indica, son temas que atraviesan el currículo tanto de forma horizontal como vertical (Álvarez, Balaguer y Carol, 2000). Son temas que pueden constituirse como ejes vertebradores del trabajo académico en un mismo ciclo escolar (trimestre, semestre o curso anual), por la posibilidad de ser trabajados en diversas asignaturas en un mismo lapso de tiempo escolar, de ahí su horizontalidad. O bien, pueden constituirse en elementos que atraviesen varios ciclos de organización curricular, lo que significa que se pueden trabajar en el primer semestre o trimestre y luego en los posteriores; de ahí también su verticalidad (Martínez, 1995).

En estricto sentido, la perspectiva no es nueva en el campo curricular. Los llamados centros de interés de la escuela activa o el modelo pedagógico denominado globalización de la enseñanza en la década de los años sesenta constituyen un importante antecedente en el ámbito de la didáctica. Mientras que en el desarrollo del campo del currículo fue Tyler (1949/1971) quien estableció lo que en su momento definió como relaciones verticales y horizontales del contenido.

En esa época, la globalización en México se empleó en un modelo muy rígido, que en vez de potenciar sus posibilidades en el trabajo escolar, tensaba las relaciones entre las diversas asignaturas de un plan de estudios, promoviendo más bien el cansancio y el hastío. Se recordará que a mediados de los años sesenta se declaró un «año de Juárez» y bajo la perspectiva de la globalización de la enseñanza, se estableció que Benito Juárez se constituiría como el tema globalizador del curso anual. Así, en aritmética, gramática, ciencia natural, historia, se hacía referencia a este prócer nacional. El tema evidentemente llegó a cansar a docentes y estudiantes y, sobre todo, generó un cierto malestar al cabo de un tiempo.

Los temas transversales no sólo actualizan el debate anterior, sino que le incluyen nuevas perspectivas. Precisamente en los planteamientos anteriores los temas que atraviesan el currículo quedaban circunscritos a contenidos de orden cognoscitivo y este orden era establecido por un momento específico de la situación de los estudiantes (llevar una pecera al salón de clases) o un momento de la dinámica social (la guerra de Irak) y su duración estaba definida precisamente por la cambiante situación del entorno social y escolar, así como la misma dinámica de los estudiantes. Es aquí donde surge su elemento potencial en el campo de los valores.

Una respuesta a la deficiencia de las estrategias habituales para abordar la enseñanza de los valores, la constituye el tema de los contenidos transversales del currículo, concebidos como:

Contenidos culturales relevantes y valiosos, necesarios para la vida y la convivencia, que configuran de manera especial el modelo de ciudadano que demanda cada sociedad, a través de una educación en valores que permita a los alumnos sensibilizarse y posicionarse ante los problemas, enjuiciarlos críticamente y actuar con un compromiso libremente asumido (Martínez, 1995, p.12).

Los temas transversales ofrecen dos soluciones a un debate por demás importante. En primer, lugar como su nombre lo indica, son temas en plural y en segundo, la transversalidad que tienen en el currículo puede ser definida desde el proyecto nacional; pero requiere ser realmente establecida en el proyecto escolar, esto es, en la discusión de los consejos técnicos de las escuelas. Así, el ámbito de los temas transversales puede ser aquél que difícilmente se incluye en un contenido de una asignatura, porque no se limita a la misma y tiene una repercusión en otros ámbitos. Este es el caso de temas que el contexto social reclama que sean trabajados en la escuela, tales como: educación en los derechos humanos, educación en la democracia, educación ambiental, y educación y género.

Por ejemplo, en el caso español los contenidos transversales son los siguientes: educación moral y cívica, educación ambiental, educación para la salud y sexual, educación para la igualdad de oportunidades para ambos sexos, educación para la paz, educación del consumidor, educación vial. Estos temas son transversales porque atraviesan todo el currículo, y reclaman ser trabajados —en las asignaturas y temas que los permitan— desde una perspectiva cognitiva y actitudinal. No se trata de crear un mero adoctrinamiento de los estudiantes, sino de establecer en el currículo los engarces naturales que permitan el tratamiento de los mismos y, a la vez, identificar las formas de enseñanza que permitan explotar la articulación de ambos aspectos (el contenido de la asignatura y el tema transversal).

El interjuego entre los elementos cognoscitivos y actitudinales, le da un sentido singular a su tratamiento. No basta con mostrar, reconocer, entender o retener un contenido en su nivel cognoscitivo, aunque ciertamente se requiere. Es necesario entender cuándo se da una violación individual o social a un derecho humano, comprender que una democracia significa el gobierno de todos, etcétera. Sin embargo, estas afirmaciones de carácter cognitivo pueden ser descalificadas ante determinados hechos o actuaciones en la institución escolar o en la dinámica del aula. Bien decía Dewey (1859-1952), que si la escuela quería educar en la democracia debía ser entonces un laboratorio de democracia, y no se refería a la práctica de instalar urnas el día de una elección nacional o local, sino una práctica cotidiana de relaciones entre autoridades educativas y docentes, entre docentes y estudiantes.

En este sentido, los temas transversales exigen un análisis detenido y cuidadoso para no hacerlos rígidos, como sucedió con la propuesta de la globalización, y no contradecir su potencialidad con prácticas escolares o didácticas que van en sentido contrario a lo que se busca enseñar. Los temas transversales pueden ser un importante aliado en la enseñanza de valores en el ámbito escolar.

 

Referencias

Álvarez, M. N., Balaguer, N. y Carol, R. (2000). Valores y temas transversales en el curriculum. Madrid, Grao.

Apel, H. (1979). Teoría de la escuela en una sociedad industrial democrática. Salamanca: Atenas

Bloom, B. (1977). Taxonomía de objetivos para la educación. Buenos Aires: Ateneo

CEPAL-UNESCO. (1992). Educación y conocimiento. Eje de la transformación productiva con equidad. Santiago de Chile: CEPAL-UNESCO

Coll, C. (1991). Psicología y curriculum (Col. Papeles de Pedagogía). Barcelona: Paidós.

Coll, C., Pozo, J., Sarabia, B. y Valls, E. (1994). Los contenidos en la reforma. Barcelona: Santillana-Aula XXI

Comenio, J. A. (1982). Didáctica magna (2a ed., Col. Sepan Cuántos). México: Porrúa. (Trabajo original publicado en 1657).

Comunicado de prensa DGCS/134/04 (2004, 7 de septiembre). México: Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Consultado el 8 de septiembre de 2004 en:http://www.cndh.org.mx/comsoc/compre/2004/134.htm#

Devereux, G. (1977). De la ansiedad al método en las ciencias del comportamiento. México: Siglo XXI.

Dewey, (952) Democracia y educación. Una introducción a la filosofía de la educación. Buenos Aires: Lozada. (Trabajo original publicado en 1859).

Díaz Barriga, A (Coord.). (1995). Procesos curriculares, institucionales y organizacionales. México: Consejo Mexicano de Investigación Educativa.

Durkheim, E. (1976). La educación como socialización. Salamanca: Sígueme

Durkheim, E. (1979). Educación y sociología. Bogotá: Linotipo

Herbart, F. (1983). Pedagogía general derivada del fin de la educación. Madrid: Humanitas.

Jackson, P. (1992). La vida en las aulas. Madrid: Morata.

Labrador, C, Diez, A. et al. (1986) La Ratio Studiorum de los Jesuitas. Madrid: Universidad Pontificia Comillas.

La Salle, J. B. (1900). Guía de las escuelas cristianas. París: Procuraduría General

Martínez, M. J. (1995). Los temas transversales. Buenos Aires: Magisterio del Río de la Plata.

Rey, B. (1999). De las competencias transversales a una pedagogía de la intención. Traducción Escuela de Filosofía de Arcis. Consultado el 8 de octubre de 2004 en:http://www.philosophia.cl/biblioteca/rey/competencias/

Tyler, R. (1971). Principios básicos de la elaboración del currículo. Buenos Aires. Troquel (Trabajo original publicado en 1949).

Yoder, J. H. (1976). Textos escogidos de la Reforma Radical (Trad. N. M. de Machain y E. Suárez). Buenos Aires: La Aurora.

Tomado de: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S1607-40412006000100001&script=sci_arttext

Imagen: https://www.google.com/search?q=educaci%C3%B3n+en+valores&espv=2&biw=1366&bih=667&source=lnms&tbm=isch&sa=X&sqi=2&ved=0ahUKEwiQvePxiL_NAhXB7B4KHUcmCD0Q_AUIBigB#imgrc=4TnW4YM6c0nGqM%3A

Comparte este contenido:
Page 12 of 14
1 10 11 12 13 14