Uruguay/21 de Abril de 2018/El Observador
La severidad de las conclusiones de Ineed y Unicef exige la atención oficial negada hasta ahora
Las alertas sobre las carencias en la educación pública y los riesgos que conllevan para el país no han logrado hasta ahora horadar el muro oficial de desaprensión e incompetencia. Merecen mejor atención las advertencias más recientes, ya que no provienen de opositores políticos o técnicos privados sino que están contenidas en un informe conjunto de un organismo estatal y Naciones Unidas. Un estudio del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) y Unicef concluyó de manera tajante que si Uruguay no sale del rezago educativo, los estudiantes de hoy tendrán dificultades más adelante en encontrar empleo y sufrirá «la competitividad global del país». Y en momentos en que sindicatos docentes presionan por más recursos para la educación pública sin ofrecer contrapartida de resultados, el informe, al enfatizar «los bajos niveles» actuales en la formación estudiantil, destaca la probable inutilidad de asignar mayores partidas presupuestales si paralelamente no se reforma el sistema.
Ineed, organismo estatal autónomo, y Unicef concuerdan en reconocer avances en la generalización educativa para la primera infancia y la incorporación de tecnologías para uso pedagógico, especialmente con el Plan Ceibal. Pero advierte contra el atraso en que se encuentra Uruguay en el mundo actual en materia de calidad de la educación. Destaca que la situación es especialmente grave en la enseñanza media, por lejos el eslabón más flojo en la cadena de la enseñanza pública por sus deficiencias curriculares y docentes, y altos niveles de deserción y repetición. Enfatiza además que para llevar el país a las exigencias del siglo XXI se necesitan «consensos de largo plazo tanto políticos como con actores relevantes».
La observación está dirigida directamente a los dos sectores responsables de la pobreza educativa. La Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), que preside Wilson Netto, se niega una y otra vez a implementar cambios que todos conocen pero nadie pone en marcha. Incluyen adecuadas propuestas específicas planteadas por los técnicos de Eduy21 y otros muchos expertos del sector privado. Y los tres gobiernos del Frente Amplio han mostrado una incomprensible tolerancia con la renuencia de ANEP. Todo empezó con la defectuosa ley de educación, aprobada durante la primera administración del presidente Tabaré Vázquez y resistida hasta en ámbitos docentes. Siguió con la vacua promesa del expresidente José Mujica de modernizar la educación pública y ha culminado bajo el gobierno actual. Vázquez le puso a la intrascendente ministra de Educación, María Julia Muñoz, dos laderos técnicos para llevar adelante las reformas. Pero ambos desaparecieron prontamente de la escena oficial cuando Netto frenó cambios que hubieran puesto el país a rueda del mundo actual, aprovechando la tolerancia culposa del Poder Ejecutivo.
El informe de Ineed y Unicef reclama «garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos», destaca como «factor de riesgo» la baja formación docente, especialmente en secundaria, y propone metas para corregir las deficiencias. La severidad de las conclusiones de ambos organismos exige la atención oficial negada hasta ahora, a menos que se acepte denigrar el futuro de la juventud uruguaya y el desarrollo del país.
Fuente: https://www.elobservador.com.uy/admision-rezago-educativo-n1224544