Un grupo de cinco gimnastas está haciendo historia en México. A través del deporte, promueven la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, específicamente la igualdad de género y cómo mantener buen estado de salud a través del ejercicio físico. También fomentan el trabajo en equipo, fundamental para el éxito de esa Agenda.
El equipo de gimnasia rítmica integrado por Ana Victoria Galindo, Karen Villanueva, Mildred Maldonado, Britany Sainz y Adriana Hernández están haciendo historia y poniendo muy en alto el nombre de México.
Con su participación en los Juegos Panamericanos de Lima, en Perú, obtuvieron un resultado histórico para México: el oro en las modalidades all around y pelotas, y plata en la de aros y clavas. Hasta entonces este país solo había obtenido una medalla de bronce en los Juegos Panamericano de Río, en 2007.
Su entrenadora Blajaith Aguilar explica que ningún gimnasta rítmico mexicano ha clasificado para los Juegos Olímpicos, pero ella confía en que su equipo lo logre. Trabajan duro y se encuentran concentradas para obtener un lugar para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Cuando a las mujeres nos digan que no se puede, miren…
“Fue una emoción muy grande, recibir estas medallas después de tanto esfuerzo, fue risa, llanto, emoción, es increíble ver la bandera de tu país ahí”, explica Mildred Maldonado de 17 años originaria de Nuevo León.
Deporte, salud y trabajo en equipo
Las cinco gimnastas tienen claras dos cosas: debes en entregarte a tu pasión, en este caso la gimnasia, y que todo éxito implica un gran sacrificio.
Para llegar al punto en el que están ahora han tenido que dejar muchas cosas detrás, desde sus ciudades de origen, hasta actividades cotidianas como ir a la escuela. Se encuentran concentradas lejos de sus familiares y amigos repitiendo las rutinas una y otra vez perfeccionando al máximo cada movimiento.
Karen Villanueva, la capitana del equipo con tan solo 20 años y originaria de Tampico, en el estado de Tamaulipas, explica que este deporte es muy demandante. “No podemos estar con nuestras familias y amigos, debemos dejar muchas cosas de lado para alcanzar este sueño. Pero al mismo tiempo debemos tener disciplina y buscar alternativas, yo por ejemplo estudio la universidad en línea”.
Destaca cómo esta actividad les ha enseñado a trabajar en equipo. “Este deporte es un poco más pesado porque el resultado no solo depende de ti, depende de cinco y todas debemos hacer nuestro mayor esfuerzo”.
Ana Victoria Galindo, de 15 años y originaria de Nayarit, explica que hacer deporte es la mejor manera para mantener una buena salud alejada de malos hábitos. “Estas concentrada en una cosa, tienes metas y objetivos que lograr”.
Un mundo más igualitario desde el deporte
“Cuando a las mujeres nos digan que no se puede, miren…” dice Karen Villanueva mostrando sus dos medallas de oro y una de plata.
Para el equipo de gimnasia rítmica trabajar por la igualdad de género es muy importante.
“Creo que vamos haciendo historia poco a poco, y es un bueno ejemplo para que todos vean que las mujeres también podemos seguir haciendo cosas grandes” explica Adriana Hernández de 16 años, originaria de Tamaulipas.
Es necesario que existan las mismas condiciones para que las mujeres se puedan desarrollar en los distintos deportes, que se invierta igual en ellas, que las incentiven para acercarse a este mundo, explican las chicas.
“El deporte te implica mucho sacrificio, pero vale mucho la pena porque te abre puertas y te abre oportunidades, y esas oportunidades deben ser las mismas para todas las personas” dice Britany Sainz de 17 años originaria de Veracruz.
Varias investigaciones concluyen que los alumnos se mueven muy poco en las tres sesiones semanales que los colegios dedican a la asignatura
Los españoles más jóvenes están acosados por una triple epidemia que ensombrece su futuro: sedentarismo, obesidad y una alimentación muy mejorable. Seis de cada diez niños y adolescentes no se mueven lo suficiente, y cuatro de cada diez tienen sobrepeso o son obesos. Son los que menos verdura comen de Europa (el 10% la consume diariamente) y solo tres de cada 10 se echa fruta a la boca. A medida que crecen, se hermanan con las pantallas. En este escenario tan alarmante, el sistema educativo no responde, con entre dos y tres clases de Educación Física a la semana como mucho. El grueso del ejercicio diario se fiaría a las extraescolares, que dependen de la educación y el poder adquisitivo de los padres. Aunque, siempre en el entorno de la escuela, hay buenas ideas con vocación de antídoto. Estas son algunas.
La milla de Rogwarts
Correr contra Sedentarius
El bullicio les delata. Difícil sujetar a esta legión de críos en chándal en el patio del colegio público bilingüe Maestro Rodrigo de Aranjuez. A zancadas, llega un hombre enjuto en mallas y se coloca en medio. Es el director, Francisco Javier Pariente. «¡Venga, que ya quieren salir!», le grita la jefa de estudios, Julia González, en vaqueros pero con zapatillas.
A la señal se lanzan hacia la verja de entrada, con el director en el grueso del pelotón. El reloj marca las 8.40. Ha comenzado la Milla del Maestro: correr antes de clase algo más de un kilómetro y medio, o lo que es lo mismo, cubrir ocho veces la distancia entre las vallas que cierran el colegio. En la heterogénea turba trota un padre con gafas de sol con dos pequeños de la mano, otro de la misma guisa con cara de felicidad y un bebé adormecido sobre el pecho. En la primera mañana de frío de este otoño tardío madres en deportivas o en traje de calle se cruzan con profesores en medio del enjambre de 150 alumnos de infantil y primaria. Algún grupo se descuelga andando. Van de palique. Una pancarta saluda a los corredores: «Rogwarts», se lee. Este año el colegio es un trasunto de la academia de magos de Harry Potter. Así que al llegar, después de un cuarto de hora de saltos, carreras y paseo, les entregan los carnés (incluidos 30 para padres) con los que deberán derrotar a carrera limpia al malvado Sedentarius, que «ha bloqueado la red flu con la que se trasladan los aprendices de chimenea en chimenea».
Razón tienen en combatirle. Solo cuatro de cada 10 críos y adolescentes españoles practica la hora diaria de ejercicio moderado a vigoroso (esto es, que acelere el ritmo cardiaco y la respiración) recomendado por la OMS, según un estudio de la Fundación Gasol. Y eso en un panorama en el que el 35% de chavales entre ocho y 16 años están gordos o tienen sobrepeso, según la misma investigación sobre 3.800 escolares de toda España.
Al terminar de correr, Sara, Cinthia y Cristina lucen las mejillas coloradas. «Nos despejamos. Mola un montón», apunta la primera, de 11 años. «Es más divertido. Muy guay», cuenta la segunda. Daniel, en chándal, ya ha dejado a sus dos hijos en sus aulas. «Es una idea estupenda. Si corren un poco están más tranquilos». Asegura que quiere venir siempre que pueda porque su trabajo de hostelero apenas le deja moverse.
La Daily Mile (Milla Diaria) nació en el Reino Unido en 2012, idea de una profesora que un día sacó a correr a sus alumnos por el parque que veía por la ventana del aula. Ya se ha extendido a 10.000 escuelas de 69 países. En España 27 colegios la practican. El Maestro Rodrigo, en un gran desarrollo urbanístico a las afueras de Aranjuez (59.000 vecinos), es el único centro público de la Comunidad de Madrid que pone a los chavales a correr antes de clase.
«Crece la atención y la motivación de los chicos y se nota», cuenta el director en su despacho, ya sin mallas. El convencimiento de los efectos del ejercicio sobre el rendimiento llevó al veterano enseñante y corredor aficionado a indagar y a conectar vía web con la fundación Daily Mile. El curso pasado, llegaron a correr todos los días. «Lo que aprendimos es que si lo interrumpes porque llueve, cuesta retomarlo, así que este año lo haremos en el pabellón cuando haga mal tiempo». Han empezado dos veces por semana.
Varias investigaciones británicas han glosado los beneficios de esas cortas sesiones. Además de reducir la grasa corporal y el sedentarismo, la práctica mejora la forma física de los chicos e incrementa la atención y la memoria, reforzando su capacidad de aprendizaje.
A tope en el patio
Un día de pizza y clase
La ruidosa hilera de chavales que atraviesa la portería de balonmano mira al profesor de Educación Física, en el centro de la cancha. Hace calor a media mañana en el colegio público bilingüe Madre Teresa de Calcuta de Parla (128.000 habitantes), una ciudad del sur de Madrid. Quique Santos está de pie, en chándal y escoltado por varios pequeños que dan saltitos impacientes. Empieza el Pizza topping, su juego favorito. El profe grita:
—¡Pepperoni!
Solo dos chicos se lanzan a sortear la escueta barrera que forman el maestro y sus compañeros, atentos como guardametas.
—¡Cheese!
Ahora es una avalancha blanca y azul la que busca los resquicios para pasar.
«¡Three steps and turn in the middle!». Santos habla en inglés a los 17 niños y nueve niñas de 4ºB. Contestan en español. Durante los tres cuartos de hora de clase habrán de tumbar conos y ladrillos de plástico a balonazos en una especie de mar en el que no pueden internarse. Luego la pelota tiene que «limpiar de basura el océano».
El sol y el continuo movimiento les enrojece la cara. Más que de sobra cumplen la recomendación de practicar ejercicio moderado a intenso al menos la mitad del tiempo de clase de Educación Física. Pero lo que ocurre ahora en este colegio con 1.000 niños ubicado en el PAU de Parla Este, una zona de renta media baja (entre 7.500 y 12.000 euros por persona), no es lo habitual.
Varias investigaciones han hallado que los escolares españoles se mueven poco en esta asignatura. Por ejemplo, según un estudio publicado en 2018 que analizó a 1.925 niños y adolescentes de Cádiz y Madrid solo una ínfima parte pasaba más de la mitad de la clase haciendo ejercicio enérgico: (1,2% de niños y ninguna niña). En general, no llegaban a 10 minutos los que pasaban en este tipo de actividad durante la clase y los recreos.
Una investigación de Javier Molina-García, profesor de la Universidad de Valencia, concluyó que los alumnos de nueve institutos de la capital valenciana se ejercitaban solo el 21% de la clase. «Las sesiones deben ser más activas y también los recreos», dice. El docente aboga por incluir prácticas como la milla diaria, los descansos activos en medio de cualquier asignatura o acudir al colegio a pie o en bicicleta de manera organizada y sistemática.
Los licenciados en Educación Física pelean para que haya al menos tres clases de Educación Física a la semana. La vicepresidenta del Consejo de la Educación Física y Deportiva, Mónica Aznar, reconoce que no todas pueden ser como la de Santos, «bien secuenciada y preparada». La asignatura pretende inculcar hábitos saludables e incluye conocimientos teóricos. «Por eso necesitamos más horas».
La investigadora Irene Esteban-Cornejo, de la Universidad de Granada, no duda: «La clase diaria sería fundamental, el colegio es el momento para conseguir la adherencia de la población a los hábitos de ejercicio físico». Y prosigue: «Los estudios que tenemos indican que se necesita más cantidad de actividad física, y más clases, de más calidad y también con más calidad en los movimientos». Tanto el profesor valenciano como ella están convencidos de que las sesiones, incluyan los contenidos que incluyan, pueden hacerse más activas.
El fútbol ha desaparecido del recreo en este gran colegio de Parla, con 930 escolares. En el movidísimo patio se ven combas, se juega a baloncesto y a una extraña versión del béisbol en el que el bate se ha sustituido por una pelota blanda. «Son deportes más cooperativos. De esta manera reducimos los conflictos», cuenta el director, Francisco Javier Díaz.
Los 45 minutos de la clase pasan volando. Los chicos se atropellan escaleras arriba, en busca del neceser para asearse. «No da tiempo a que se duchen», explica el profesor Santos. Este colegio, como todos los bilingües en Madrid, recorta una sesión a las tres que tienen los centros que no enseñan en español e inglés.
Tras pasar por el lavabo, se pelean por hablar: «Queremos Educación Física todos los días», asegura Ismael, de nueve años. «Me gusta mucho, sobre todo por los juegos», afirma Vera, de la misma edad. Todos gritan su amor por la pizza y no solo por el juego de hoy. ¿La coméis a menudo? Responde uno de los chavales más animados de la clase: «¡No, comemos comida asquerosa!». Traducido para adultos: verdura.
El bus con patas
Un kilómetro con amigos
Coches con padres y madres apurados dentro depositan a los hijos en una rotonda de Torrelodones, una ciudad de 23.000 habitantes al norte de Madrid. La monitora Lucero Colimba comprueba en una app quiénes van llegando. Estamos en la parada del Pedibús, una especie de ruta escolar con la que los niños van al colegio a pie junto a monitores contratados por el Ayuntamiento. Hay un cartel y una señal pintada en la acera. «Ir así a clase les da cierta responsabilidad y llegan despejados», cuenta una madre que aparece la última con dos críos.
A las 8.40 los 14 chavales de entre siete y 12 años cruzan el primer paso de cebra con el monitor Álvaro Arias a la cabeza. Cierra Colimba, móvil en mano. A través de la app Trazeo, los padres seguirán en directo el kilómetro escaso de camino en cuesta entre chalés, bloques de pisos de poca altura o pinos hasta el colegio público El Espinar. «Les creas más conciencia», dice la monitora, «constantemente oyen: ‘Ten cuidado. Mira. Para».
Una niña rubia ha tomado de la mano a uno de los pequeños. El otro benjamín trisca entre los árboles y avanza a bandazos de uno a otro lado de la comitiva. Su mochila roja sale disparada más de una vez. Otro crío pregunta: «¿Conoces a Pepe Domingo Castaño? ¿Y a José Ramón de la Morena?». Y así, enumerando a distintos periodistas deportivos, se pasa todo el camino,
«Abren su círculo. Se hacen amigos de todas las edades», dice la concejal de Educación, Ángeles Barba, «y a los padres les ayuda a conciliar, pero todavía hay poca concienciación». El Pedibús comenzó hace cinco años y en las seis rutas van 80 niños. Además de asegurar una breve caminata diaria, alivia los atascos. La app es una de las herramientas usadas para los Caminos Escolares Seguros, una iniciativa de la DGT para que los niños anden rumbo a la escuela.
CIFRAS PERJUDICIALES PARA SU SALUD
El movimiento. La OMS recomienda que niños y jóvenes practiquen una hora diaria de ejercicio moderado a vigoroso.
Las niñas, peor. El 70,4% de las niñas y el 56% de los niños entre los ocho y los 16 años no cumplen la recomendación de la OMS, según el Estudio Pasos (2019). También en las investigaciones sobre actividad física en las clases, las chicas eran menos activas.
Los adolescentes se mueven menos. El 72,4% de los estudiantes de secundaria no hace el ejercicio recomendado, de la mano del mayor tiempo dedicado a las pantallas. El 55% de los de primaria tampoco.
El cuerpo. Uno de cada cinco pequeños (20,7%) tiene sobrepeso y el 14%, obesidad, según el mismo estudio.Uno de cada cuatro (23,8%) tiene obesidad abdominal, indicador de riesgo cardiovascular.
Las consecuencias.Tanto sedentarismo como obesidad en épocas tempranas de la vida están relacionadas con enfermedades cardiovasculares y la diabetes.
Ya se ve el colegio público El Encinar, asediado por una nube de coches. «Y eso que con esto hay menos», cuenta Arias, ya dentro del recinto, esperando a que los más pequeños entren a clase. La niña rubia y su protegido se han esfumado. «Siempre se paran a mirar el menú de la comida y luego ella le dice que se porte bien y que no lo castiguen». La risueña conserje dice: «Los que vienen caminando se sienten mayores, piensan que ya pueden venir solos». Antonio Alcántara es el director del centro: «Llegan más tranquilos aquí, interactuando con los amigos. Y además hacen ejercicio. Los de la ruta bajan muy alterados».
Cuando la mochila roja del niño más trasto desaparece detrás de la puerta, la monitora teclea en el móvil. Los padres ya saben que sus hijos andarines han llegado a destino.
Una investigación de Javier Molina-García, profesor de la Universidad de Valencia, concluyó que los alumnos de nueve institutos de la capital valenciana se ejercitaban solo el 21% de la clase. «Las sesiones deben ser más activas y también los recreos», dice. El docente aboga por incluir prácticas como la milla diaria, los descansos activos en medio de cualquier asignatura o acudir al colegio a pie o en bicicleta de manera organizada y sistemática.
Los licenciados en Educación Física pelean para que haya al menos tres clases de Educación Física a la semana. La vicepresidenta del Consejo de la Educación Física y Deportiva, Mónica Aznar, reconoce que no todas pueden ser como la de Santos, «bien secuenciada y preparada». La asignatura pretende inculcar hábitos saludables e incluye conocimientos teóricos. «Por eso necesitamos más horas».
La investigadora Irene Esteban-Cornejo, de la Universidad de Granada, no duda: «La clase diaria sería fundamental, el colegio es el momento para conseguir la adherencia de la población a los hábitos de ejercicio físico». Y prosigue: «Los estudios que tenemos indican que se necesita más cantidad de actividad física, y más clases, de más calidad y también con más calidad en los movimientos». Tanto el profesor valenciano como ella están convencidos de que las sesiones, incluyan los contenidos que incluyan, pueden hacerse más activas.
El fútbol ha desaparecido del recreo en este gran colegio de Parla, con 930 escolares. En el movidísimo patio se ven combas, se juega a baloncesto y a una extraña versión del béisbol en el que el bate se ha sustituido por una pelota blanda. «Son deportes más cooperativos. De esta manera reducimos los conflictos», cuenta el director, Francisco Javier Díaz.
Los 45 minutos de la clase pasan volando. Los chicos se atropellan escaleras arriba, en busca del neceser para asearse. «No da tiempo a que se duchen», explica el profesor Santos. Este colegio, como todos los bilingües en Madrid, recorta una sesión a las tres que tienen los centros que no enseñan en español e inglés.
Tras pasar por el lavabo, se pelean por hablar: «Queremos Educación Física todos los días», asegura Ismael, de nueve años. «Me gusta mucho, sobre todo por los juegos», afirma Vera, de la misma edad. Todos gritan su amor por la pizza y no solo por el juego de hoy. ¿La coméis a menudo? Responde uno de los chavales más animados de la clase: «¡No, comemos comida asquerosa!». Traducido para adultos: verdura.
El bus con patas
Un kilómetro con amigos
Coches con padres y madres apurados dentro depositan a los hijos en una rotonda de Torrelodones, una ciudad de 23.000 habitantes al norte de Madrid. La monitora Lucero Colimba comprueba en una app quiénes van llegando. Estamos en la parada del Pedibús, una especie de ruta escolar con la que los niños van al colegio a pie junto a monitores contratados por el Ayuntamiento. Hay un cartel y una señal pintada en la acera. «Ir así a clase les da cierta responsabilidad y llegan despejados», cuenta una madre que aparece la última con dos críos.
A las 8.40 los 14 chavales de entre siete y 12 años cruzan el primer paso de cebra con el monitor Álvaro Arias a la cabeza. Cierra Colimba, móvil en mano. A través de la app Trazeo, los padres seguirán en directo el kilómetro escaso de camino en cuesta entre chalés, bloques de pisos de poca altura o pinos hasta el colegio público El Espinar. «Les creas más conciencia», dice la monitora, «constantemente oyen: ‘Ten cuidado. Mira. Para».
Una niña rubia ha tomado de la mano a uno de los pequeños. El otro benjamín trisca entre los árboles y avanza a bandazos de uno a otro lado de la comitiva. Su mochila roja sale disparada más de una vez. Otro crío pregunta: «¿Conoces a Pepe Domingo Castaño? ¿Y a José Ramón de la Morena?». Y así, enumerando a distintos periodistas deportivos, se pasa todo el camino,
«Abren su círculo. Se hacen amigos de todas las edades», dice la concejal de Educación, Ángeles Barba, «y a los padres les ayuda a conciliar, pero todavía hay poca concienciación». El Pedibús comenzó hace cinco años y en las seis rutas van 80 niños. Además de asegurar una breve caminata diaria, alivia los atascos. La app es una de las herramientas usadas para los Caminos Escolares Seguros, una iniciativa de la DGT para que los niños anden rumbo a la escuela.
CIFRAS PERJUDICIALES PARA SU SALUD
El movimiento. La OMS recomienda que niños y jóvenes practiquen una hora diaria de ejercicio moderado a vigoroso.
Las niñas, peor. El 70,4% de las niñas y el 56% de los niños entre los ocho y los 16 años no cumplen la recomendación de la OMS, según el Estudio Pasos (2019). También en las investigaciones sobre actividad física en las clases, las chicas eran menos activas.
Los adolescentes se mueven menos. El 72,4% de los estudiantes de secundaria no hace el ejercicio recomendado, de la mano del mayor tiempo dedicado a las pantallas. El 55% de los de primaria tampoco.
El cuerpo. Uno de cada cinco pequeños (20,7%) tiene sobrepeso y el 14%, obesidad, según el mismo estudio.Uno de cada cuatro (23,8%) tiene obesidad abdominal, indicador de riesgo cardiovascular.
Las consecuencias.Tanto sedentarismo como obesidad en épocas tempranas de la vida están relacionadas con enfermedades cardiovasculares y la diabetes.
Ya se ve el colegio público El Encinar, asediado por una nube de coches. «Y eso que con esto hay menos», cuenta Arias, ya dentro del recinto, esperando a que los más pequeños entren a clase. La niña rubia y su protegido se han esfumado. «Siempre se paran a mirar el menú de la comida y luego ella le dice que se porte bien y que no lo castiguen». La risueña conserje dice: «Los que vienen caminando se sienten mayores, piensan que ya pueden venir solos». Antonio Alcántara es el director del centro: «Llegan más tranquilos aquí, interactuando con los amigos. Y además hacen ejercicio. Los de la ruta bajan muy alterados».
Cuando la mochila roja del niño más trasto desaparece detrás de la puerta, la monitora teclea en el móvil. Los padres ya saben que sus hijos andarines han llegado a destino.
Europa/España/29-09-2019/Autora: Paula González/Fuente: El País
Por: Paula González
Miguel Camarena, medallista nacional e internacional y licenciado en Ciencias del Deporte, no solo explica el porqué, sino cómo hacer que nuestros hijos estén sanos.
En jóvenes y adolescentes de siete a 17 años, la Organización Mundial de la Salud define la actividad física como: “juegos, deportes, desplazamientos, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados, en el contexto de la familia, la escuela o las actividades comunitarias”. Deben ser actividades diarias de 60 minutos de intensidad moderada o alta y los beneficios serán mayores para aquellos chavales que practiquen deporte más de una hora al día.
Entre los beneficios principales que destaca la OMS para la salud, están:
● Desarrollar un aparato locomotor (huesos, músculos y articulaciones) sano.
● Desarrollar un sistema cardiovascular (corazón y pulmones) sano.
● Aprender a controlar el sistema neuromuscular (coordinación y control de los movimientos).
● Mantener un peso corporal saludable.
Miguel Camarena cree que “hoy en día el sobrepeso en niños y niñas se ha disparado y va en aumento, en parte por la inactividad, ya que se ha cambiado el pilla pilla y el juego del pañuelo por las consolas”. Es cierto que los videojuegos fomentan también otro tipo de habilidades cognitivas y es positivo que los pequeños desarrollen su creatividad e imaginación con actividades más sedentarias como la pintura, los juegos de mesa, la música o la lectura.
Sin embargo, teniendo las clases a la vuelta de la esquina, ya serán suficientes horas de estar parados, concentrados en una actividad más tranquila. Por lo que las pautas que Camarena recomendaría a cualquier familia con hijos se pueden resumir en dos: “Lo más importante es que practiquen un deporte que les guste y, a ser posible, que prueben uno colectivo y uno individual, porque cada uno aporta valores distintos pero muy necesarios”. Así, quizá se pueda combinar la danza con el baloncesto, o la escalada con el balonmano. Según el gusto de cada uno.
Lo importante es que se muevan, ya que según los datos que recientemente ha publicado la fundación Gasol en su estudio PASOS, tan solo el 36,4% de la población infantil en nuestro país cumple con las recomendaciones de la OMS de una hora de actividad física al día. Esto contradice todos los beneficios físicos y psíquicos? que se conocen acerca del deporte hasta el momento: “Se ha demostrado que practicar un deporte genera conexiones neuronales y aumenta la inteligencia” dice Miguel.
¿Qué debemos tener en cuenta sobre el deporte en población infantil?
En primer lugar, el atleta nos recuerda “que los niños no son adultos en miniatura y que requieren un trato emocional correcto y un entrenamiento diferente de los adultos”.
Lo más importante, según Camarena, es “dejar decidir al niño qué deporte quiere practicar y, si quiere cambiar cada cierto tiempo, que pueda hacerlo. No castigar al niño nunca sin hacer deporte – porque el ejercicio le ayuda a relajarse y a estar mejor – y, sobre todo, no castigar al niño poniéndolo a hacer deporte”. Los castigos refuerzan la sensación de negatividad en una actividad y lograríamos justo el efecto contrario de lo que pretendemos.
En las actividades extraescolares es cada vez más habitual apuntar a los pequeños a competiciones, donde los padres van a animar, e incluso a veces a crispar el ambiente, así que Miguel nos recomienda: “Si tu hijo hace algún deporte, celebrar cada competición gane o pierda, porque así asocian el deporte, y no solo el ganar, a disfrute”. Esto no significa que no debamos acompañar a los pequeños, ya que ”hacer actividad física y ejercicio con los hijos es perfecto porque favorece nuestro vínculo con ellos”, asegura Miguel.
¿Y qué hay de los deportes de fuerza? ¿Son recomendados para los pequeños de la casa? Camarena lo tiene claro: “Si tu hijo quiere entrenar fuerza puede hacerlo porque esto no va a detener su desarrollo. Es un mito muy extendido que se frena el crecimiento por entrenar fuerza”.
Aún así, siempre hay que entrenar siguiendo los consejos de un profesional, adaptando las cargas – si las hay – a la forma física de los niños, y siempre nos debemos asegurar de que la equipación sea la adecuada a su talla. En especial el calzado, como nos advierte Miguel, y que vayan siempre con una cantimplora con agua ya que “muchas veces no sienten sed, pero deben cuidar la hidratación”.
Combatir el sedentarismo
Según la AEP (Asociación Española de Pediatría), no basta con seguir las recomendaciones de la OMS de una hora de actividad física al día, también hay que luchar de forma activa contra el sedentarismo con actividades como: Disminuir el tiempo sentados en medios de transporte; ir caminando al colegio; reducir el tiempo frente al televisor, ordenadores y videojuegos; y motivar a los niños a colaborar en tareas domésticas que precisen actividad física.
Como en todo, lo importante en la salud de los más pequeños radica en que ellos tomen ejemplo de lo que los adultos de su entorno hagan, así que quizá esta vuelta al cole pueda ser un buen momento para desempolvar las zapatillas de deporte y buscar una actividad que podáis disfrutar en familia.
Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/09/13/mamas_papas/1568373773_766385.html
El Secretario de Educación Pública de México redobló sus intenciones de hacer la educación física una prioridad.
La educación física ha sido una necesidad mal atendida en el sistema educativo mexicano por décadas. En artículos anteriores hemos hablado acerca de la perspectiva de maestros, administrativos y personal de apoyo en materia de la educación física, y de las consecuencias negativas para la salud de niños y jóvenes mexicanos, que carecen de una oferta educativa consistente en este rubro.
Bajo el marco de los Juegos Deportivos Nacionales Escolares de la Educación Básica 2019, El Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, comentó sobre la intención de reforzar los programas de educación física a nivel básico.
“La educación física en México ha estado olvidada; hoy, les aseguro que va a formar parte y se va a convertir en piedra angular de la educación”
Moctezuma recalcó la necesidad de hacer la implementación de programas de educación física una prioridad para el sistema educativo mexicano.
Sin horas ni recursos
El anuncio del Secretario Moctezuma llega en un momento desesperado para la educación física en las escuelas mexicanas, en que los maestros de deportes tienen que buscar ese último rincón en el horario escolar y hacer uso de sus propios recursos (o los de la escuela) para conseguir herramientas para impartir su clase, a falta de un esfuerzo federal por proveer de los instrumentos necesarios para cumplir un programa de deportes estandarizado.
“Antes podíamos dar cinco horas semanales y ahora sólo una clase por semana; ya no existe la coordinación deportiva en el organigrama de la Secretaría de Educación Pública, y la materia misma ya no está en la matrícula, ahora impartimos: educación física, educación socioemocional y artes; nos tienen como multiusos”
Estas palabras de Patricia Matus, docente que ha dado clases de educación física durante 40 años, reflejan un descontento general por parte de maestros y entrenadores que han sido dejados a su suerte ante la tarea de enfrentar una crisis de salud pública: la obesidad infantil.
Un enemigo no tan silencioso
En 2019 México ha mantenido el primer lugar mundial en obesidad infantil. Según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, el 32 % de los niños entre 5 y 11 años tienen problemas de sobrepeso, desnutrición u obesidad.
No se trata solo de un problema de falta de ejercicio sino de concientización sobre un balance entre la actividad física y una dieta balanceada. Una cultura de alimentación saludable es tan necesaria como la restauración de la educación física de las escuelas.
Idealmente este sería el siguiente paso después de asegurarse que un sedentarismo excesivo ya no sea un factor determinante en la epidemia de sobrepeso infantil, mientras tanto, ya podemos hablar de un esfuerzo serio por mantener la salud física de niños y jóvenes en la nueva escuela mexicana que está promoviendo la Secretaría de Educación.
¿Eres profesora o profesor de educación física? ¿Con qué obstáculos te has enfrentado a la hora de impartir clase? Te invitamos a compartir tu experiencia en la sección de comentarios.
Para corregir un injusto recorte presupuestario realizado por la Junta de Control Fiscal de la ley Promesa, esta semana aprobamos en el Senado la Resolución Conjunta 399 de nuestra autoría para asignar $123 millones de fondos estatales al Programa de Educación Especial del Departamento de Educación. Esta agencia funciona con fondos combinados, estatales y federales, por lo que le fueron asignados un total de $262 millones cuando aprobamos el presupuesto para el presente año fiscal 2019-2020. Posteriormente, y de manera unilateral, la junta recortó la aportación estatal de $183 millones a solamente $60 millones, para una reducción de $123 millones que ahora insistimos en asignar.
Recientemente, el Departamento de Hacienda anunció que los ingresos al Fondo General de Puerto Rico para el pasado año fiscal 2018-2019 superaron la suma de $11,800 millones. Esa cifra histórica de recaudos públicos sobrepasó por más de $2,000 millones la cantidad presupuestada para ese año fiscal, según el presupuesto certificado por la junta. Además, sobrepasó por más de $1,136 millones la proyección de ingresos que la misma junta había realizado para ese año fiscal.
Este importantísimo programa ofrece servicios a más de 115,000 niños y adolescentes, que representan casi una tercera parte del total de la población estudiantil del sistema público. Entre los servicios de este programa, figuran los educativos en el salón de clases o en el hogar; educación física adaptada y servicios educativos en instituciones juveniles. También se ofrecen evaluaciones y terapias en áreas como habla y lenguaje, ocupacional, psicológica y física; asistencia tecnológica con evaluaciones, adiestramientos y provisión de equipos necesarios para el estudiante; transportación a los estudiantes y subsidios a los padres; y servicios suplementarios y de apoyo, incluyendo los servicios de asistentes especiales (TI) e intérpretes (TII), entre otros.
No existe excusa presupuestaria válida para no tomar acción inmediata en la atención de las necesidades de los estudiantes de educación especial. En ese sentido, el Senado ha cumplido nuevamente con su responsabilidad. La junta alega que la millonada que hace falta para cuadrar el presupuesto en este programa debe surgir de ahorros operacionales en el Departamento de Educación, pero no dice cuándo ni cómo. Es una injusticia pretender que decenas de miles de niños y sus padres tengan que esperar por ese “milagro” administrativo y presupuestario. Sencillamente, eso es inaceptable. La junta debe reconsiderar su actitud simplista de pretender cuadrar sus números a “marronazos” desde la comodidad de un escritorio y a expensas de los más necesitados y vulnerables.
El Departamento de Educación también tiene que hacer su parte de manera urgente y en el Senado estamos dispuestos a apoyar nuevos esfuerzos y enfoques. Desde la década de los años 80 hay un pleito de clase en la corte federal por las deficiencias de este programa. Incluso, anualmente el departamento paga millones en multas federales. Hace falta revisar la estructura operacional y administrativa de este programa; evitar papeleo y procedimientos engorrosos y burocráticos. Hay que utilizar la tecnología de manera inteligente, integrada y sensible a la conveniencia de los niños, sus padres y los proveedores de servicios que tardan meses en cobrar. No debemos permitir que personas en el gobierno con mentalidades burocráticas y hasta policiales continúen sentándose en escritorios a diseñar estructuras administrativas y reglamentarias que el mismo gobierno no está preparado para implantar eficientemente. Esta es una mala costumbre histórica en el gobierno de Puerto Rico. Agencias que tienen sistemas tecnológicos que no se comunican entre sí, provocando lentitud y servicios deficientes. Implantan reglamentos, formularios y requisitos que después la misma agencia no puede procesar.
El rediseño administrativo, operacional y tecnológico de este programa debe conducirlo a ser capaz de poder canalizar la inversión total de los fondos federales que recibe anualmente.
La junta debe apoyar esta asignación de fondos que es absolutamente necesaria, prioritaria y humanitaria. Y el Departamento de Educación debe utilizar estos fondos y los fondos federales para alcanzar la máxima excelencia en los servicios, la accesibilidad y la facilidad en la solicitud y utilización de estos. Si lo que se ha hecho durante décadas en el Programa de Educación Especial no ha funcionado, es hora de rehacerlo completo. Nuestros estudiantes y el futuro de Puerto Rico no merecen menos.
Fuente del artículo: https://www.elvocero.com/opinion/educaci-n-especial/article_a6268dc2-c483-11e9-9ebd-8bf9544f0b60.html
Horror en Argentina. Ella se aprovechaba de su condición de maestra para obligar a sus estudiantes a tener sexo con su novio.
El colmo del abuso. Una pareja de profesores de educación física se aprovechaba de su condición de maestros para abusar sexualmente de al menos dos adolescentes en el distrito de Luján, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.
María Julia Asselborn y Luis Gabriel Sili se conocieron en 2012 durante una capacitación y empezaron una relación que pronto se trastornó, al punto de obligar a varias colegialas de 15 y 16 años a tener relaciones con ellos.
El espantoso delito salió a la luz tres años después, en 2015, cuando una estudiante presentó una denuncia en donde aseguraba que su profesora la obligó a tener «fiestas sexuales con ella y su pareja».
Rápidamente, otras seis adolescentes se sumaron a la denuncia y recién a fines de noviembre de este año fueron detenidos, después de permanecer por varios meses prófugos.
Tras determinar que era la mujer la encargada de reclutar a las menores de edad, el Tribunal Oral Criminal Nº 6 de Morón los condenó a ambos a 18 años de prisión por abuso sexual con acceso carnal agravado y promoción de la corrupción de menores agravado de dos de las estudiantes.
El tribunal consideró como agravante el hecho de que la mujer fuera una de las encargadas de la educación de una de sus víctimas. A la otra, la contactó por Facebook inventando una convocatoria deportiva. Su modalidad de reclutamiento consistía en ofrecerles borrar faltas o aumentarles la nota para forjar amistad y ganarse su confianza.
Fuente e imagen: https://peru21.pe/mundo/argentina-profesores-educacion-fisica-pareja-obligaban-colegialas-sexo-497572?foto=5
Docente en la Universidad de A Coruña, premio EDUCA ABANCA al Mejor Docente de 2017 y autor del blog ‘Educación, Innovación y Emprendimiento’, Víctor Arufe analiza en esta entrevista la situación actual de la educación, comparte su opinión sobre los exámenes y propone la necesidad de rediseñar el currículo.
En la ‘Educación por escenarios’, el último libro de Víctor Arufe (Premio EDUCA ABANCA al mejor Docente en 2017 y profesor en la Universidad de A Coruña), aborda 83 estrategias prácticas para educar desde los primeros años de vida hasta la etapa adulta en diferentes escenarios como la casa, la escuela o, incluso, los centros comerciales. Hemos conversado con él sobre el tema central de su nueva obra: la importancia de una buena educación en todas las edades.
Pregunta: De las 83 claves que propones en tu libro para la buena educación, ¿cuáles serían las 5 esenciales?
Respuesta: Todas ellas son muy importantes, ya que son estrategias para mejorar la educación de los niños en cada uno de los muchos escenarios donde actúan y participan: el hogar, la calle, la visita a un centro comercial pasando por las escuelas deportivas, el colegio, las excursiones, las vacaciones, etc.
Pero, si tuviese que destacar cinco, buscaría aquellas que más potencien la educación en valores, las variables psicológicas y psicosociales de los estudiantes, la ética y moral y el favorecimiento de la convivencia. Es decir, básicamente aquellas que afectan al capital humano de una persona.
P: ¿Qué papel juega la escuela en la educación de los pequeños? ¿Y las familias?
R: Debe tener un papel potenciador del capital humano, a sabiendas que tradicionalmente el papel de la educación se les atribuía principalmente a las familias, que deberían conocer las estrategias más importantes de la educación. Tener un hijo es una gran responsabilidad personal y social, por lo que no podemos abandonar a los niños en su educación. Deben adquirir valores, rutinas, participar socialmente, potenciar sus capacidades físicas, psíquicas, afectivas, sociales y emocionales.
«No podemos abandonar a los niños en su educación»
P: ¿Deberes sí o no?
R: Particularmente, no soy muy partidario de los deberes. Considero que los estudiantes ya tienen su jornada laboral en la escuela y no hay necesidad de sobrecargarlos de más tareas a realizar en su tiempo libre. También tienen derecho al tiempo de ocio, a jugar, a estar con su familia, a practicar deporte o realizar alguna actividad extraescolar que les guste o, simplemente, a contemplar o empezar a crear a partir del aburrimiento. Además, muchas veces los profesores no se coordinan entre ellos y, al final, aunque cada uno solo ponga 20 minutos de deberes, al final se juntan con casi dos horas de trabajo extra.
Bien enfocados pueden tener algunos efectos positivos pero, lamentablemente, asistimos a una escuela donde parece que solo se valora la capacidad de memorizar datos, volcarlos en un examen y conseguir buenas calificaciones (algo que solo sirve para escalar puestos en los rankings de educación por países). Nos estamos cargando la infancia y juventud de los estudiantes porque ven en la escuela un lugar del que están deseando salir, en vez de un espacio donde disfrutar.
P: ¿Qué supuso ser elegido mejor docente de España en 2017?
R: Fue una pequeña inyección de motivación para seguir apostando por mimar y cuidar del alumnado. El premio fue lo de menos porque nadie se puede considerar mejor docente dado que no hay criterios suficientes para poder evaluar eso, pero sí que agradecí enormemente ser uno de los muchos profes propuestos por el alumnado. Tenemos muchísimos docentes que están desviviendose cada día en el aula por mejorar la sociedad y todos ellos merecen este premio. Por eso, creo que los premios en general son muy positivos para dar voz a los estudiantes y que puedan proponer a los docentes que destaquen por su praxis y con los que se sientan cómodos en las aulas. Solo así nacerán las ganas de aprender y disfrutar de la enseñanza y el aprendizaje.
P: ¿Cómo usas las metodologías activas en la universidad?
R: Intento conjugar todas y, sobre todo, fomento mucho el aprendizaje colaborativo. Motivo a los estudiantes para que hablen, debatan y argumenten en clase, porque es la única forma de crear mentes críticas. También propongo retos y adapto programas de televisión al aprendizaje, algo que ha mejorado considerablemente su motivación.
P: Eres profesor de Educación Física… ¿crees que los niños reciben pocas horas semanales de esta materia?
R: El currículo educativo es discriminatorio hacia determinadas materias o adquisición de conocimientos. Las asignaturas no deberían entender de jerarquía, no he encontrado todavía a nadie que sea capaz de justificar con argumentos sólidos por qué los niños tienen que tener cinco horas de Matemáticas semanales y solo dos de Educación Física. Cuando la única materia capaz de promover un cambio en la sociedad actuando en las cuatro esferas del desarrollo humano es la Educación Física. El currículo necesita un cambio de mentalidad y dinamita para destruirlo todo y empezar desde cero con un nuevo plan de materias y contenidos a abordar en la sociedad actual.
«El currículo educativo es discriminatorio hacia determinadas materias o adquisición de conocimientos»
P: ¿Qué significa para ti la innovación educativa?
R: Innovar es caminar por un sendero por el que nadie ha transitado o por el que pocas personas se han atrevido a caminar. La innovación está muy arraigada a la tecnología por sus orígenes pero podemos innovar de muchas otras formas. Tampoco debe ser una obsesión; si se busca, costará más encontrarla.
P: ¿Cómo ves el futuro de la educación?
R: Creo que tradicionalmente se ha venido utilizando la educación como un arma política y que, verdaderamente, nadie se ha sentado a escuchar a las familias, los docentes y los estudiantes. Bajo mi punto de vista no hay mucho interés en cambiar y, los pocos cambios que observo en los últimos 20 años vienen de mano de profesores que han iniciado su revolución desde el aula. Esa es mi verdadera esperanza de futuro.
P: Y para terminar, un pequeño test… ¿Qué te sugieren las siguientes palabras?
R:
Docente: Vocación y pasión.
Educar: Un arte que debemos disfrutar lentamente a lo largo de toda la vida.
Universidad: Un agente que debe adaptarse a las demandas actuales de la sociedad.
Centro educativo: El segundo hogar de los niños que tenemos que cuidar y mimar.
Educación física: Una burbuja de aire fresco, de vitalidad y energía, dentro del apagado currículum educativo.
Fuente de la entrevista: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/victor-arufe-curriculo-educativo/106504.html
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