Las emociones y la escuela

Por: Xavier Besalú. El Diario de la Educación. 

La educación de las emociones no puede consistir simplemente en identificarlas, nombrarlas o relacionarlas con una imagen predeterminada o un color. Para esa empresa no valía la pena tanto estruendo.

Nosotros, los humanos, siempre hemos sabido de nuestras emociones, de nuestros afectos, sentimientos e intuiciones. Conocemos sus nombres y podemos identificar sin demasiados problemas sus rasgos más característicos porque las hemos experimentado en propia piel, porque las hemos sufrido o disfrutado, porque las hemos usado –consciente o inconscientemente– para tomar decisiones, tanto las más trascendentes como las más irrelevantes, y porque forman parte indivisible de nuestras vidas, como los sentidos o el mismo lenguaje. Por ello, cuando Gardner o Goleman pusieron de relieve la importancia de conocer y dar nombre a nuestras emociones, no nos extrañamos lo más mínimo de su apuesta por dar visibilidad y reconocimiento a algo tan presente y cotidiano en nuestro quehacer diario.

Por las razones que sean, hoy en los centros educativos la educación emocional se ha convertido en un emblema, en una prioridad; para algunos incluso en un atributo de identidad, que daría a entender a las familias su puesta al día y su vocación innovadora. Y para cierto sector del profesorado en una preocupación curricular primera, que dejaría en un segundo plano tanto los saberes propiamente dichos como la dimensión ética y estética de la educación y el resto de habilidades y competencias a adquirir.

Pero, ¿se pueden educar las emociones? ¿O más bien se trataría de garantizar y promover su expresión libre y contextualizada, su gestión razonable, su control responsable, atento al impacto que puede causar en el propio protagonista y respetuoso para con los demás, su experimentación acompañada y orientada por los adultos, para no dar rienda suelta a ese caballo desbocado y salvaje en que podría convertirse sin estas salvaguardas? En cualquier caso, la educación de las emociones no puede consistir simplemente en identificarlas, nombrarlas o relacionarlas con una imagen predeterminada o un color. Para esa empresa no valía la pena tanto estruendo.

Hoy sabemos a ciencia cierta que las emociones siempre han estado ahí, siempre han formado parte de nuestro ser personal y social, que forman una unidad indisociable con el mundo racional, que nunca han sido dos hemisferios opuestos y enfrentados por llevarse el gato al agua. Todas nuestras decisiones, pensamientos y actitudes están impregnadas de intereses, pasiones, intuiciones y afectos. Nuestra mente no es una máquina fría y calculadora, sino un artefacto profundamente sensible y, en definitiva, condicionado pero libre. No hay más que echar una ojeada a nuestras propias vidas para comprobar cómo están repletas de actuaciones e inhibiciones, algunas exitosas y otras fracasadas, que buscaban por encima de todo la felicidad, evitar el sufrimiento, el mal menor cuando todas las opciones conllevaban consecuencias indeseables, sobrevivir cuando nos hemos sentido abrumados…

Es cierto que venimos de una educación (la nacionalcatólica, pero también la cientifista) que consideraba que los deseos, las emociones, las intuiciones, la imaginación… deberían ser debidamente ocultadas y reprimidas, porque eran vistas como obstáculos que evitar para llegar a ser personas formadas, inteligentes, plenamente conscientes y moralmente íntegras. Pero la profunda crisis del proyecto moderno ha puesto al descubierto la falacia de este supuesto, que no solo dejaba al margen de la escuela las emociones, sino también los cuerpos. Pero de ahí a entronizar lo emotivo como una alternativa progresista e innovadora frente a lo racional va un verdadero abismo.

Y es en esta órbita que puede tener sentido relacionar este auge de lo emocional con la hegemonía teórica y práctica del neoliberalismo que nos corroe, que pone el acento en lo individual (frente a lo colectivo), en lo afectivo (frente a lo político o lo emancipatorio), en la convivencia amable (frente a la conflictividad y la exclusión), en la flexibilidad personal y en la capacidad de adaptación a los nuevos tiempos y condiciones de vida (frente a la historia, a la crítica y a la autonomía personal).

No es de extrañar que muchas de las empresas que cotizan en bolsa estén impulsando directa o indirectamente proyectos de educación o gestión de las emociones, o que vehiculen sin rubor mensajes propagandísticos destinados a tocar la fibra de los afectos, mientras con frialdad inhumana toman decisiones que deterioran gravemente la vida y la salud de miles de personas. Que los mismos culpables de ese deterioro nos propongan el antídoto adecuado para sobrellevar las propias penas –lo emocional como paliativo, la gestión de las propias emociones– raya casi la vileza.

Ante ello se difuminan la lucha contra las desigualdades y contra el enriquecimiento corrupto e ilícito, se emborronan las causas estructurales y reales de la situación de angustia o postración que viven las víctimas para poner el foco justamente en las propias víctimas. Tomadas individualmente, por supuesto.

Xavier Besalú es profesor de Pedagogía de la Universidad de Girona

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/02/08/las-emociones-la-escuela/

Fotografía: DPO Consulting

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Canto Popular, Educación e Identidad nacional

Por: Gerson Gómez

 Venezuela pasa hoy por una serie de transformaciones, que toca la estructura del sistema educativo, en donde el rango experimental, tiene una connotación real, la oportunidad que se le brinda a cada docente , de compartir experiencias de lo cotidiano, que contribuyan, en la formación para la vida de cada uno de los estudiantes, espacio que recibe la Connotación GCRP (…..).

En lo particular, he venido trabajando con Canto, Cuatro y Música Popular. En el curso del año pasado trate de abordar el cuatro desde su origen, características generales y algunas instrucciones aprovechando las experiencias en la ejecución de este por parte de algunos de los participantes en el curso. A su  vez, conformamos un pequeño repertorio, desde Gaitas Zulianas como: La Voy a Tocar a Pie, La Grey Zuliana, Una Gaita para Cagua, De imprevisto, entre otros; canciones como: Venezuela, La Vaca Mariposa, Brisas del Torbes, La Fundadora, Viejo Soguero, Luna de Margarita… como parte de la identificación con nuestra cultura popular.

En un mundo, donde la penetración foránea, se identifica con trastocar los aspectos culturales, la defensa de la identidad nacional es fundamental, como lo señala Reinaldo en una de sus canciones: “Y recordemos que somos, pueblo querido, braza de un mismo fogón, copleros de un mismo rumbo, criollitos de  corazón y capaces de luchar contra cualquier opresión”.

Despertar en la nueva generación, la idea de defender nuestros valores y nuestra identidad que indudablemente, parte de la construcción de nuestra ciudadanía y del republicano del siglo XXI, como parte de elementos contra hegemónicos que nos identifican como nación, parte de la venezolanidad que nos señala Mario Briceño Iragorry en su obra:  Mensaje sin Destino.

En este sentido, considero que la formación del republicano parte de  la familia, la escuela  y la comunidad creando mecanismos de interdependencia  fundamentales en la creación de cuidadanía, en tal sentido considero oportuno citar una poesía para cantar, de mi autoría.

“Rescatando mis valores”

Venezuela,  Venezuela Aquí te traigo mi canto

De Aragua tierra central

Joropero destacado

Yo nací, aquí en Maracay

Pero, el llano es mi pasado,

Cojedes tierra querida, la madre engendrado

Para ti estado Falcón

 Mira lo que he preparado  La Vela

Que es de mi padre

Bello terruño adorado

Y defendiendo el folklore con orgullo

Y con agrado.

Hoy recuerdo aquí a mi gente que el folklore

Sea rescatado, desde Oriente hasta Occidente

Sea gaita o galerón,

Ciudades y los poblados

Y defendiendo el folklore al exterior han llevado

Jesús Moreno, Montoya

Teo Galíndez y el carrao

Reinaldo número uno del folklore modernizao y el gran amigo

Simón que en mundo es recordao

Por aquel caballo viejo

Que todos, han escuchado

Me perdonan los colegas

Aquellos, que no he nombrado,

Pero un pueblo, como el nuestro

No puede ser descuidado,

Costumbres y tradiciones deben de ser recodados

Del anciano, al más pequeño deben de tener inculcao,

Que lo nuestro es lo primero

Halla lo que halla llegao

Y no crean compañeros

Que esto aquí se ha teminao

Pues defendiendo el folklore un aragüeño

Al pie del Arpa sonora

Aquí se encuentra resteao

Defendiendo lo más puro del Pueblo Venezolano…

Fomentar lo nuestro, es fundamento de una realidad que nos abraza y de la lucha de cada uno de nosotros, fomentando la idiosincracia del venezolano dentro y fuera de nuestro  pueblo.

Fuente imagen: http://albaciudad.org/2013/08/el-cuatro-sonando-historia-conquistando-amores/

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Alemania: Knowledge is power: Humboldt’s educational vision resonates on 250th birthday

Alemania/Junio de 2017/Fuente: Made for Minds

Resumen: Un lingüista cosmopolita, filósofo, estadista y escritor en uno, Wilhelm von Humboldt hoy sería un buen ministro de educación alemán. Hablaba con fluidez los principales idiomas del viejo y nuevo mundo y vivió largos períodos de su ajetreada vida en los centros culturales europeos más importantes como París, Roma, Londres, Viena y Berlín. A pesar de estar a veces en la sombra de su hermano bien viajado Alejandro, era igualmente significativo, especialmente por su trabajo pionero como reformador de la educación.

Considered the father of the modern university, Wilhelm von Humboldt revolutionized public education in Germany. But on his 250th birthday, how does Humboldt’s legacy live on?

A cosmopolitan linguist, philosopher, statesman and writer in one, Wilhelm von Humboldt would today make a good German education minister.

He was fluent in the principal languages ​​of the old and new world, and lived through long periods of his busy life in the most important European cultural centers such as Paris, Rome, London, Vienna and Berlin. Even though he was sometimes in the shadow of his well-traveled brother Alexander, he was equally significant, especially for his pioneering work as an education reformer.

The road to enlightenment

Wilhelm von Humboldt’s whole life was essentially an educational journey. After the early death of his father – who served as chamberlain to Frederick the Great – Humboldt had already received excellent education from private tutors that continued into his youth. His mother, born to prosperous Huguenot merchants, sought the best philosophers, reformist educators and polymaths to not only teach her sons the basics, but explain the world to them.

A young Wilhelm von Humboldt (Imago/Imagebroker)

The young Wilhelm von Humboldt

The boys were quickly instilled with a fascination with research, intellectual curiosity and Prussian discipline – and would go on to achieve excellence in their professions.

Like his brother, Wilhelm had intensive contact with the great minds of his time, among them Schiller, Goethe, Fichte and Schleiermacher. They also closely studied the modern philosophy of Kant. Thanks to his family’s wealth, the Humboldt brothers werefinancially independent and could freely pursue their personal interests.

Wilhelm von Humboldt entered the Prussian state service in 1790 at the age of 23, but was bored and quickly resigned. He then married Karoline von Dacheröden, who regularly ran salons for poets, philosophers and politicians in the family home as they traveled Europe when Wilhelm later worked as a diplomat.

A highly educated art historian, Karoline was also an emancipated young woman who dared to to wear men’s dress when horse riding because it was more practical. Wilhelm, on the other hand, spent time looking after his children at home, which went against the Prussian military ideal of masculinity at the time.

In Weimar in 1803, Wilhem von Humboldt and brother Alexander listen as Goethe (center) holds court

Early in the marriage, the couple undertook extensive journeys through France and Spain, some of them into inaccessible areas high in the Pyrenees where travelers at the time rarely strayed. They also journeyed with three children – together with their tutors, of course.

From diplomat to education reformer

In 1802, Wilhelm von Humboldt entered the Prussian civil service for the second time. On this occasion he was lucky enough to be sent to Rome as a diplomat. Together with Karoline, then a close friend of Schiller’s wife Charlotte von Lengsfeld, he led a lavish social life in Rome among the liberal intelligentsia. Writers, scholars and famous artists such as the painter Angelika Kauffmann visited the Humboldt home, as did Wilhelm’s brother Alexander.

But after Prussia was invaded by France in 1806, and the country was left bankrupt and its people starving, Wilhelm was summoned to Berlin in 1808 and appointed to the post of director of education.

School education in Prussia was rigid and anachronistic, with no separation between church and state. Curriculum was strict and women were denied access to education. But Humboldt soon ushered in a new age of education. Born of his humanistic educational ideals, in 1810 Humboldt  introduced a uniform three-level school system in Prussia from elementary through to high school. He abolished the «disastrous training pedagogy,» as he called it.

Humboldt also invented the modern research university when, in 1811, he founded Berlin University (now Humboldt University). Promoting the latest teaching methodology, the university sees Prussia develop the most advanced educational system in Europe.

Wilhelm von Humboldt's memorial in Berlin at the Humboldt University (picture alliance/Arco Images/Schoening)Wilhelm von Humboldt’s memorial in Berlin at the Humboldt University, which he founded in 1811 and where Einstein once studied

Utopian ideals

As he reformed an antiquated curriculum, Humboldt insisted that teachers and university professors should be an «advocate for the education of young people.» Systematic learning and holistic education through art and music were just as important as mathematics to the training of the mind, according to Humboldt.

The ability to think critically would be more important than strict vocational training. «Knowledge is power and education is liberty,» was Humboldt’s credo.

When Wilhelm von Humboldt died in Berlin-Tegel on April 8, 1835, he left behind a powerful new school of thought. His ideal was to nurture educated, confident citizens, independent of their class or family background.

These educational ideals could serve as a model for present-day school and education policy in Germany. But regional political interests and packed curricula – which still have their origin in the strict Prussian administration – stand in the way. Humboldt’s cosmopolitan, liberal-minded educational philosophy remains a utopian ideal in Germany.

Fuente: http://www.dw.com/en/knowledge-is-power-humboldts-educational-vision-resonates-on-250th-birthday/a-39363583

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El Salvador realizará foro de folclore, tradición y danza

El Salvador/Mayo de 2017/Fuente: Terra

El Salvador reunirá el fin de semana a personalidades del mundo de la danza de diversos países en el marco del Primer Foro Folclore, Tradición y Escena, con el objetivo de facilitar intercambios entre bailarines, directores, coreógrafos e investigadores, informó hoy la Secretaría de la Cultura.

En el evento, que se realizará a través de la Dirección Nacional de Artes, Teatros y Espacios Escénicos en el marco de la celebración de los 40 años del Ballet Folclórico Nacional, se buscará «actualizar, reflexionar y construir una agenda en común que fortalezca y unifique al sector de la escena, dentro y fuera del país».

Según la fuente, el foro contará con mesas de trabajo que servirán para unificar criterios y estrategias que contribuyan al fortalecimiento del sector, actualizando y debatiendo temas y conceptos relacionados con las danzas tradicionales y patrimoniales.

La actividad contará con la participación de la especialista mexicana María Teresa Gómez Saldaña, ex vice presidenta del Consejo Internacional de Organizaciones de Festivales de Folclore y de las Artes Tradicionales (CIOFF) en la Folcloriada Mundial Zacatecas 2016.

Gómez Saldaña es, además, la creadora de la Fundación Cultural México, Orgullo y Tradición, cuyo objetivo principal de «propiciar el desarrollo integral» de todos los sectores de la población, principalmente la niñez y la juventud, mediante la promoción de la educación, la cultura, el arte, la ciencia y la tecnología.

El foro también contará con la presencia de César Monroy, creador de la fundación Los Danzantes Industria Creativa y Cultural, con sede en Colombia.

El objetivo de la fundación es dinamizar la circulación de productos artísticos y culturales como plataforma para el quehacer dancístico y musical, de la mano de Monroy, «quien ha creado un aproximado de 12 festivales alrededor del mundo».

El panel de invitados a este foro incluyen a los salvadoreños Ana Mata Parduchi y Carlos Leiva, ambos con una reconocida trayectoria en el campo de la investigación de referentes identitarios.

Además, participarán por videoconferencia Arturo Gómez Shuster, quien impulsa el Programa de Voluntarios de las Naciones Unidas como oficial de ONU Voluntarios en México, y del maestro Ángel Alarcón, desde Venezuela.

Fuente: https://www.terra.com.co/entretenimiento/cultura/el-salvador-realizara-foro-de-folclore-tradicion-y-danza,281c0d09755c680beda611dc5981f112ip11cvk2.html

Imagen: http://www.elsv.info/cultura-de-el-salvador

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Australia: Why do schools want all students to look the same?

Oceanía/Australia/Abril del 2017/Noticias/https://theconversation.com/

¿Por qué las escuelas quieren que todos los estudiantes se vean iguales?

Reseña:

¿Por qué las escuelas están tan obsesionadas con que todos los niños tengan la misma apariencia? Al final del siglo 20 , las escuelas en Australia han optado por estrictas políticas de uniformes, donde los estudiantes usan un conjunto idéntico de ropa. Señalan que al proporcionar un enfoque general de las políticas de uniforme escolar, las escuelas corren el riesgo de reprimir la identidad cultural y la diversidad. Se establece un debate: ¿Están las pólizas de uniformes escolares por encima? Tradicionalmente, los uniformes en las escuelas han servido para homogeneizar el cuerpo estudiantil y crear un sentido de pertenencia a la escuela. Comparan conductas de estudiantes en diversos países. En fin se centran el la personalidad del niño y la incidencia en su forma de expresión  e identidad al  portar el uniforme escolar. Concluyen en que las escuelas deben trabajar con su cuerpo estudiantil para enmendar y actualizar sus políticas uniformes, y buscar retroalimentación de la comunidad en general.

Fuente:

https://theconversation.com/why-do-schools-want-all-students-to-look-the-same-75611

Fuente Imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/X54QrTd3eZu3L4N7k4yEn2PT3z8hL26eIpMDU8m7-vz7NcwgpDPKdxy5cSJndI_HZk_g=s85

Why are schools so obsessed with all children looking the same? Since the later part of the 20th century, schools in Australia have opted for strict uniform policies, where students will wear an identical set of clothes. Often that extends to the style of hair that’s allowed; what backpack, shoes, and even, in some instances, what underwear to wear.

But by providing a blanket approach to school uniform policies, schools risk repressing cultural identity and diversity.

A school in Victoria recently made the news after banning two South Sudanese girls from wearing their hair in cornrows because it didn’t comply with the school’s uniform policy.

The hairstyle is commonly worn by the girls’ cultural group and appropriately suited to the care and maintenance of their hair.

It was reported that the school tried to justify its position by saying that all students have to comply with the rules around school uniform, and that it had asked white students returning from holidays to Bali to remove their braids.

Following a huge backlash over the decision, the school has since backed down. But the decision has since sparked debates around whether school uniform policies are discriminatory, and around the need for schools to embrace their students’ identity and diversity.

Each state has anti-discriminatory law in place that prevents schools from enforcing uniform options that disadvantage students due to sex and culture, among other factors.

Within this law however, there is usually a clause that allows schools to enforce “reasonable” uniform requirements. But what is reasonable can be tricky to define.

Are school uniform policies over the top?

Traditionally, uniforms in schools have served to homogenise the student body and create a sense of school membership.

Most schools argue that requiring everyone to look “uniform” leads to advantageous outcomes including improved academic performance and attendance, and enhanced student discipline.

A recent study, using data from 39 countries, found that wearing uniforms in schools did help students to be better behaved.

Another study in America, however, found that students who were not wearing school uniform performed better academically than those who did wear uniforms. For these students, the research showed that behaviour and attendance were not affected by whether students wore school uniform or not.

Repressing children’s desire to express personality and identity?

In the 1960s and 1970s in Australia, resistance grew to many aspects of the authoritarian practices of school life, including the wearing of a uniform.

The uniform came to be seen as a symbol of student oppression that suppressed the right to self-expression. How one wore one’s hair became a particular source of conflict as students wanted to follow the style of pop stars, and leaders in schools felt this was the slippery slope to anarchy.

Queensland University of Technology professor Jennifer Craik argues that school uniforms are used to

not only control the body and its behaviour but also actively produce the particular attributes of the self that are deemed desirable by the school.

As such, the “desired” options more often that not reflect the dominant cultural and gender group, increasing the likelihood that those in the minority will be further marginalised.

Australia is now so diverse, that to apply a blanket approach following traditional dress requirements is thoughtless at best, and discriminatory at worst. Such restrictive uniform requirements also create tension between students and schools.

Self-expression

Children and young people yearn for the right to self-expression through hair, dress and facial decoration. Outside the school grounds, we see this in hair of varying colour, jeans ripped and tight, facial hair of varying styles, and make-up applied liberally.

We know that as children develop into adolescents they begin to make independent choices and assessments about who they are, who they will be, and how they will act in the world. As such, they often desire increased independence.

Despite this – or perhaps because of it – schools have rigidly detailed uniform policies in place that police all aspects of how students present themselves.

It is not unusual for uniform policies to state that shorts are for boys and skirts are for girls; that hair length for boys must be above the collar; that skirt length must be just below the knee; that jewellery is to be no more than one watch and one pair of studs; that boys are to be clean shaven; and that socks for boys are white, and socks for girls are brown.

Some schools are starting to be more flexible, updating their uniforms and introducing gender neutral options. Carey Grammar in Melbourne for example introduced pants for girls this year. And Mable Park State High School in Brisbane has had a gender-neutral uniform for two years.

However, in schools with such strict policies, it is no surprise that students rebel against these expectations – especially when they do not see this way of dressing reflected in the adults around them in workplaces (in the majority of cases).

Too arbitrary?

Young people may be more prepared to accept the limiting of their choices if the limits applied are not arbitrary, out-dated and in some cases, directly discriminatory.

While some restrictions of choice in school uniforms may be justifiable (for safety reasons, such as leather shoes in home economics), inequity and discrimination have no place in Australian schools.

If schools wish to retain school uniforms, they must ensure that uniform policies do not unfairly impact on one group of students.

Schools should work with their student body to amend and update their uniform policies, and seek feedback from the broader community.

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