En la publicación del informe Construyendo una educación de calidad: un pacto con el futuro de América Latina [1], elaborado por la Comisión para la Educación de Calidad para Todos, instado por Diálogo Interamericano en coordinación de Ricardo Lagos y Ernesto Zedillo, ex presidentes de Chile (2000-2006) y México (1994-2000). El documento desarrolla un análisis de la situación actual de la educación en Latinoamérica con seis campos de trabajo a grandes rasgos, entendiendo la complejidad y diversidad de países, culturas y sociedad que conforman la inmensa extensión americana.
Las conclusiones generales del informe muestran una situación de mejora real y un amplio campo aún por mejorar. Los sistemas educativos en su mayoría han logrado avanzar en la cobertura, dando posibilidad de educación a sectores de la población antes excluidos e incorporando a colectivos marginados. Para ello, se han aumentado la dotación de recursos; en primer lugar, económicos con el incremento porcentual del PIB dedicado a la educación, y en segundo lugar, derivado de lo anterior en más infraestructura, recursos humanos y equipamientos.
En contrapartida, los niveles de aprendizajes analizados desde las pruebas nacionales e internacionales, referenciadas en este informe, aplicadas a los niños y niñas latinoamericanas arrojan un déficit importante frente a otras regiones del mundo. Los sistemas educativos incluyen más población, pero no reportan mejoras significativas en el desarrollo de las competencias claves para el mundo actual. Tan siquiera aquellas naciones más destacadas en la región poseen sistemas educativos en el grupo de cabeza de los sistemas a transferir como el caso archiconocido de Finlandia.
¿Qué hacer ante este panorama? Desde la Comisión para la Educación de Calidad para Todos se definen seis líneas de trabajo: Desarrollo infantil temprano, Excelencia docente, Evaluación de Aprendizajes, Nuevas tecnologías en educación, Educación relevante y Financiamiento para el logro de resultados.
Pero, ¿Cuál es el elemento fundamental de la educación?
Atendiendo a la evolución pedagógica de los análisis didáctico del hecho educativo, se encuentran tradiciones diversas como: paidocéntricas en las obras de Quintiliano, magisteriocentristas en los planteamientos de Ignacio de Loyola, ambientalistas como plantea Montessori y un sinfín de corrientes hasta las actuales postulaciones sobre la personificación de la enseñanza de autores varios como Tomlinson, Ainscow o Skliar.
Confrontado las líneas propuestas con tradiciones pedagógicas de todos conocidas, se llega a la conclusión que el documento no se plantea la mejora real, simple y directa de la tarea discente. La mejora de la calidad centrada en el desarrollo de las competencias básicas para el siglo XXI puede pensarse en términos de realizar una atención temprana con docentes excelentes cuya evaluación sea pertinente desde entornos tecnológicos ricos y planteados con solvencia económica para el desarrollo de una educación relevante. Como así postula el documento.
Pero, para enseñar Latín a Juan, ¿Qué es más importante? Sobre todo, conocer las rutas de Juan para aprender, así como que el docente domine la disciplina para con estrategias didáctica caminar con él hasta el objetivo de volver competente al aprendiz.
Llegados a este punto, cabe esbozar la mejora de la calidad educativa desde la importancia del quehacer cotidiano de los estudiantes que acuden al sistema educativo, porque se tiene la garantía de oportunidad. Obvio, que entornos ricos en docentes, recursos, metodologías y desarrollo curriculares poseen mayor potencial de aprendizaje. Diseñar un plan de mejora educativa sin tener en cuenta para quién va dirigido en base a resultados de pruebas internacionales más o menos estandarizadas supone diseñar un plan para la competición, no para la competencia. Porque ser competitivo es diferente a ser competente.
En conclusión, el sistema educativo se piensa desde las élites gobernantes para la competición del momento. Mientras la educación pensada desde el desarrollo de competencias de los educando sitúa la meta a más largo plazo, incluso un plazo inalcanzable a escala humana. Todo para los estudiantes sin los estudiantes significa ofrecer un modelo educativo desconectado del desarrollo humano y social global. Consagrando un modelo acorde con los intereses momentáneos de los grupos de presión y poder.
*Psicopedagogo, especialista en Currículum, Tecnología e Inclusión. Maestría en Gestión del Conocimiento y Tecnología Educativa. epedagogo@franlozano.es – http://www.franlozano.es
Referencias:
[1] Comisión para la Educación de Calidad para Todos (2016). Construyendo una educación de calidad: un pacto con el futuro de América Latina. Recuperado de goo.gl/Y8J36L (Consultado en Agosto de 2016).
Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/despotismo-escolar-ilustrado-todo-para-los-estudiantes-sin-los-estudiantes/
Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/08/IMG_5822-440×330-300×225.jpg
América del Sur/Paraguay/27 Noviembre 2016/Fuente y Autor: lanacion
«Educación Para Todos” es el proyecto educativo que este año logra que 57 internos de la Penitenciaría Nacional de Tacumbú aprueben y reciban sus certificados del Curso de Auxiliar Ambiental.
El ambicioso programa fue desarrollado en el Pabellón Vista Alta de la citado centro penitenciario.
El proyecto es impulsado a través de un convenio entre el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y el Ministerio de Justicia. El programa educativo y de reinserción social es ejecutado por la Universidad Metropolitana de Asunción (UMA).
El curso tiene una duración de un año lectivo, con una carga horaria de 240 horas, que a su vez se divide en dos partes; 60 horas presenciales 180 horas a distancia.
Este curso reunió en principio a un considerable número de 150 internos de Tacumbú. Del total, actualmente se gradúan unas 57 personas, que promedia 1/3 de efectividad del programa que está dirigido a personas en situación de encierro.
Víctor Roa, decano de Postgrado de la Universidad Metropolitana de Asunción (UMA), conversó con la 970 AM sobre su experiencia al frente del proyecto.
Roa demostró su satisfacción al lograr que personas privadas de libertad logren superarse y buscar ser profesionales ante la adversidad de estar recluido.
Dijo -además- que los traslados de los presos a otras cárceles del país se convierten en el mayor obstáculo para el desarrollo del programa. Sostuvo que la mayoría no abandona el curso por voluntad propia.
Finalmente, solicitó mayor apoyo para la iniciativa y dejó entre ver que con mayor organización se puede lograr mayores resultados.
Fuente de la noticia: http://www.lanacion.com.py/2016/11/25/tacumbu-57-presos-egresan-auxiliares-ambientales/
Fuente de la imagen: http://www.lanacion.com.py/wp-content/uploads/2016/09/36-lun-01-cp-750×420.jpg
Del 26 al 28 de abril del año 2000, a Convocatoria de la UNESCO, (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en inglés United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization); representantes de 140 países del mundo, se reunieron en la ciudad de Dakar, capital de la República de Senegal en África Occidental, en el denominado Foro Mundial de Educación; evento en el que se fijaron los objetivos que cada uno de los países participantes debían cumplir hasta el año 2015.
El movimiento denominado «Educación Para Todos» (EPT) se inició en el año 1990 en la Conferencia Mundial sobre Educación Para Todos realizada en la ciudad de Jomtien, Tailandia-Asia, siempre liderado por la UNESCO. Allí, representantes de la comunidad internacional (155 países, así como representantes de unas 150 organizaciones) se pusieron de acuerdo en «universalizar la educación primaria y reducir masivamente el analfabetismo para finales de la década». A partir de esta conferencia fue aprobada la Declaración Mundial sobre Educación Para Todos, satisfacción de las necesidades básicas de aprendizaje, la cual enfatizó que la educación es un derecho humano fundamental e instó a los países a que intensifiquen sus esfuerzos para mejorarla.
Para medir los avances en Educación de los países; anualmente la UNESCO produce el Informe de seguimiento global de Educación para Todos.
En su último informe (2015) la UNESCO califica a la educación cubana como «un ejemplo para el mundo»; según el informe, Cuba además tiene un Índice de Desarrollo de la Educación para Todos muy elevado y ocupa también el primer lugar entre los países con ingresos bajos que más gastan en educación. La UNESCO, destaca también los programas educativos cubanos «Educa a tu hijo» y «Yo sí puedo», que los Cubanos implementan en América Latina y los países caribeños y cuyo objetivo principal es combatir el analfabetismo y proveer educación a todos.
En cuanto a inversión en Educación, según el Banco Mundial, «ningún país, incluidos los más ricos, dedica una parte tan alta de su presupuesto nacional a la educación como Cuba». El informe clasifica a Cuba en el primer puesto en cuanto a la inversión en el sistema educativo para el periodo 2009-2013 con cerca del 13% (12,9%) de su Producto Interno Bruto (PIB) invertido en este sector, «ningún otro país del mundo, incluidos los más desarrollados, iguala a la Isla del Caribe, que ha hecho de su política social un modelo para las naciones en vía de desarrollo», dice el informe.
Timor Leste y Dinamarca completan el podio mundial, con un 11,3% y un 8,7% del PIB, respectivamente, dedicado a la educación. A manera de comparación, Estados Unidos invierte apenas un 5,4%, o sea dos veces menos que Cuba, y Canadá un 5,5%. En Europa, Francia dedica un 5,9% de su presupuesto nacional a la educación, Alemania un 5,1%, Reino Unido un 6,2%, Italia un 4,5% y España un 5%. En cuanto a América Latina, Bolivia ocupa el segundo puesto detrás de Cuba con un 7,6%. Brasil con un 5,8% de su PIB a este sector, mientras que México y Argentina le destinan un 5,2% y un 5,8% respectivamente.
Vistos estos datos podemos concluir que:
a) A pesar de que los cubanos tienen muchas carencias materiales, no son egoístas ni nacionalistas, comparten lo que tienen con todo ser humano de cualquier parte del mundo; eso se debe a que el Sistema Educativo Cubano, elevó el nivel de conciencia internacionalista del pueblo y su juventud. La bella historia de los Destacamentos Pedagógicos “Ché Guevara” en Angola y “Augusto Cesar Sandino” en Nicaragua, que llevaron la luz del saber a los más apartados rincones, donde jamás hubo maestros ni escuelas y el método cubano para enseñar a leer y escribir a adultos «Yo Si Puedo» y los ejércitos de médicos cubanos de la «Operación Milagro» que operan gratuitamente de los ojos a miles de necesitados en diferentes países, son muestras fehacientes de la preocupación de los cubanos por los demás.
b)Cuba pone la Educación al servicio del Ser Humano; los valores que inculca son la base para la búsqueda del «vivir bien de las personas»; uno de esos valores es la solidaridad, que para los cubanos no se pregona sino que se practica. Muestra de ello se constituye la apertura de centros oftalmológicos en 25 países del mundo donde médicos y médicas cubanas trabajan gratuitamente, sin más paga que la gratitud de la gente.
A partir del año 2006 en Bolivia se instalaron 15 de estos centros donde se atendía un promedio de 60 personas por día llegando a atender hasta el año 2014 unas 2 millones 300 mil personas, de las cuales unas 700 mil fueron operadas gratuitamente cuando en clínicas privadas esas mismas operaciones cuestan al menos 4 mil dólares. El Centro instalado en Yacuiba, atendía incluso 1.500 pacientes Argentinos por mes quienes además de la consulta, medicina y cirugía gratuita, eran hospedados en un hotel sin costo alguno; eso solo se puede lograr con un Sistema Educativo que ponga en el centro del Sistema al Ser Humano.
c)El éxito del Sistema Educativo Cubano es uno de los máximos logros de la revolución socialista que triunfó en la Isla en 1959, que en la práctica se traducen en políticas públicas gracias a las acertadas decisiones que toman sus autoridades tales como ser: Colocar un televisor y videos por escuela y aula; electrificación de todas las escuelas; creación de canales de televisión educativos; extensión del aprendizaje de Computación, incluyendo enseñanza para ciegos; universalización de la enseñanza; mesas Redondas y Tribunas Abiertas; formación integral de maestros; creación y formación de una generación de trabajadores sociales; centros de enseñanza de Arte y la institucionalización de los cursos de Superación Integral de Jóvenes.
*Fragmento del ensayo sobre la Educación en Cuba
BIBLIO Y WEBGRAFÍA
1.-“Temas económicos”. Ernesto Che Guevara. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana 1988
2.-“El Socialismo y el hombre en Cuba”. Semanario Aquí, suplemento “Vamos a ver” Nº 24
«Romper un modelo social de exclusión incorporando prácticas concretas en el aula, modificando los programas educativos y ante todo aplicando una política educativa diferente a la tradicional» plantea la licenciada Ada Montano para lograr una educación inclusiva.
La especialista llegó a Mendoza desde su país, El Salvador, para dar una conferencia en el 4º Encuentro Internacional de Inclusión Educativa y Social y el 1º Congreso Latinoamericano La Escuela Inclusiva en el Sistema Educativo.
«Si tuviese que elegir un lugar para vivir, sin dudas sería Mendoza. Es la tercera vez que vengo y cada vez me gusta más», comenta la mujer que sonríe mientras habla de lo que siente por nuestra provincia.
–¿Es clave fomentar el tema de la inclusión en las escuelas?
–En realidad estamos hablando de una transformación social, de aprender nuevas prácticas sociales, de un replanteamiento en ese sentido y para esto es necesario mirar todas las condiciones que generaron exclusión para ver cuál es el camino a retomar. La Unesco dice que nuestra región es la más desigual, no la más pobre. Y esto tiene que ver con las historias de exclusión que tuvo y padeció históricamente Latinoamérica.
–¿Cuál sería el camino para cambiar el modelo?
–Por empezar, faltan políticas de Estado que se sostengan en el tiempo. No vamos a poder abordar una problemática multifactorial que ha sido construida en el tiempo en 5 años. Esto lleva más tiempo, ya que siempre hemos tenido visiones parciales de cómo se debe abordar este tema.
–¿Quiénes sufren mayor exclusión en la educación?
–Las niñas son un claro ejemplo, ya que tradicionalmente el niño es el que tiene prioridad, el que debe estudiar una carrera universitaria, mientras la mujer a veces está relegada a otros tipos de estudios. También los niños con discapacidad, deberían recibir una educación más adecuada a sus necesidades. Y también los pueblos originarios, porque la escuela no responde a lo que ellos requieren.
«En realidad, cada niño es diferente y la educación inclusiva plantea un sistema que sea capaz de responder a las necesidades de la sociedad que atiende».
–¿Es difícil a veces, en el contexto que viven los docentes, darles respuestas diferenciadas a todos?
–No queremos descargar este tema solamente en el docente. Hay que hacer una revisión integral del sistema educativo, su estructura, el gobierno debe plantearse esto. Hay que hacer una revaloración del docente, una dignificación del magisterio, y esto tiene que ver con un salario pero no sólo con eso, sino que se debe apuntar a un reconocimiento social que ha ido perdiendo. La escuela es una gran posibilidad del cambio, pero si el docente esta insatisfecho cae en la frustración y el sistema colapsa.
–¿La deserción se relaciona con la exclusión?
–Sí, la deserción escolar es reflejo de la exclusión del sistema educativo ya que no atiende a los chicos de acuerdo con sus necesidades. También la repitencia tiene que ver con un sistema que no es capaz de dar respuesta. En mi país hay un ingreso a la escuela del 99%, pero el 40% no termina la secundaria.
40% de los alumnos. Son los que comienzan la escuela secundaria y no terminan sus estudios en El Salvador, el país de la licenciada Ada Montano.
El programa
El 4º Encuentro Internacional de Inclusión Educativa y Social y el 1º Congreso Internacional sobre la Escuela Inclusiva comenzó ayer en la Nave Universitaria y finaliza mañana. Está organizado por la Universidad de Congreso, la UNCuyo y la Fundación Bologna en Mendoza.
«El encuentro tiene como propósito reiterar en la agenda política, educativa y social temas reivindicativos vinculados con el derecho a una educación para todos, así como dejar planteados instrumentos prácticos que favorezcan el desarrollo de competencias para que todos los ciudadanos contribuyamos a la construcción social desde el saber hacer y el ser como la máxima aspiración individual y social», explicó José Jorge Chade, presidente de la Fundación Bologna y coordinador del encuentro.
Este viernes la jornada comenzaba a las 9 con la charla Apreciación sobre educación intercultural, a cargo de las licenciadas Mercedes Sola y Cristina Isenrath, de la Universidad de Congreso.
Al finalizar el encuentro, se hará una mesa redonda interactiva coordinada por la licenciada Ada Montano. Mañana a las 9 será el turno del licenciado de Córdoba Diego Beltramone, quien hablará sobre el aprendizaje significativo en alumnos de una escuela especial. Y desde las 17 se hará un encuentro que tiene como fin la clausura de los dos congresos, que contaron con exponentes locales y del exterior.
Un sistema educativo renovado requiere mayor orientación hacia la formación de un individuo pensante con conocimiento tecnológico, opinan los sociólogos.
Centro América/Panamá/20.09.2016/Autor y Fuente: http://impresa.prensa.com/
Un programa de educación eficiente se dirigiría a que cada niño que entra a kínder vaya a ser un ingeniero, señala el sociólogo Marco Gandásegui.
“Cuando digo ingeniero, me refiero a una palabra que denota ingenio, a un ser pensante, capaz de resolver problemas, y que al salir de la escuela tenga la capacidad de ser productivo”, recalca.
Explica que un plan de este tipo contempla a todos y cada uno de los años de preparación que ese individuo requiera para formarse.
Encuentra, sin embargo, que la realidad en el istmo es otra. El sistema actual se dirige a que “los niños que entren a primer grado van a salir con una educación mínima de 9 grados para ser buenos empleados y enseñarles un poco de inglés”.
En opinión de este sociólogo, en lugar de cerrarse la economía del país a una sola actividad como el turismo, por ejemplo, el sistema educativo debiera centrarse más en el joven, adolescente o el niño que debiera formarse para que participe en un país productivo y en el cual tenga oportunidad de contribuir en sus riquezas.
Otros criterios:
Por su parte, el sociólogo Iván Quintero considera que hay otros factores que hacen mella en el proceso educativo: las condiciones en que trabajan los docentes.
Cuestiona que en Panamá no haya una verdadera carrera educativa.
También se refirió al hecho de que en el país sigan existiendo escuelas rancho y escuelas multigrado, pese a los planteamientos de modernización académica y reforma curricular que se hacen.
A la vez recalca que en “Panamá debería existir una sola escuela, no escuelas públicas y escuelas privadas; ese es un desafío”.
Entre tanto, Gerardo Maloney, sociólogo y docente, indica que las dificultades sociales han hecho que la educación deje de ser el camino para jóvenes excluidos socialmente. Estos, entonces, buscan otro tipo de respuesta a sus necesidades.
Maloney explica que en una sociedad con gran orientación hacia el consumo, el individuo tiende a buscar una respuesta inmediata y no a través de una formación que da mejores satisfacciones en el futuro.
Carencias:
Destaca Olmedo García, sociólogo, que en las conferencias mundiales se ha planteado que la calidad de la educación debe estar dirigida a combatir la pobreza, a reafirmar el carácter de la educación pertinente y romper las brechas de la tecnología y el conocimiento.
“Es cierto que en el país hay problemas desde el punto de vista de los rendimientos académicos. Acaban de culminar tres procesos de evaluación hace año y medio, en donde Panamá quedó en la antepenúltima posición de 65 países”, enfatiza.
Una situación que, dice, contrasta con el hecho de que “Panamá es uno de los países que más invierte per cápita en América Latina en educación, pero sus resultados no se perciben”.
La falla está en la tendencia de dirigirse a resolver el tema de la calidad de la educación, cuando la crisis no solo se trata de rendimiento y excelencia. Es un asunto que también se refiere al problema de las desigualdades e inequidades, amplía.
“Al país le falta visión. No tiene políticas públicas para los jóvenes, para salud ni para la educación. Ese es el primer reto: construir políticas públicas”, añade.
Atrasos:
Según García, en el istmo todavía se maneja una estrategia pedagógica tradicional basada en el docente, cuando la nueva educación se orienta “hacia la tecnología y la robótica, que es donde transita la velocidad del conocimiento del mundo”.
Añade que “cada 73 días hay un nuevo conocimiento que transita por las redes telemáticas e informáticas, y nosotros no hemos hecho la revolución tecnológica. No podemos depender de una estrategia pedagógica presencial y confrontal, tenemos que buscar las herramientas para romper con los paradigmas tradicionales de la estructura pedagógica”.
García asevera que “tenemos un atraso y debemos insertarnos”. Como ejemplo menciona que en materia de investigación, en un país como México, por cada 100 mil habitantes se cuenta con 100 investigadores; en el caso de Panamá, la relación es de 100 mil a 1.
Otra desventaja es que en el país se invierte apenas 0.3% del producto interno bruto en la ciencia y la tecnología, lo que lleva a esta sociedad a tener más de 50 años de atraso por el impacto de los costos sociales, puntualiza.
Centro América/ Cuba/15 de septiembre de 2016/Fuente: granma
Presentado en Cuba el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo
Entre los niños de tres a cuatro años de edad, de los países de ingresos bajos y medios, los de las familias más ricas tienen casi seis veces más probabilidades que los niños más pobres de recibir una educación en la primera infancia. Según el Instituto de Estadística de la Unesco, en 2014 existían 263 millones de niños, adolescentes y jóvenes sin escolarizar.
Así expresó este martes Katherine Müller-Marin, directora de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe de la Unesco, al presentar en la capital cubana el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2016, contentivo de un análisis sobre las relaciones entre este indicador y otras facetas del desarrollo sostenible, así como de las metas a alcanzar en materia educativa en el contexto de la nueva agenda 2030, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
La también representante de la Unesco para Cuba, sostuvo que este es el primero de una serie de informes que se elaborarán durante los próximos 15 años, con el propósito de pasar revista a los avances obtenidos en el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible relativo a la educación, y para cumplimentar el mandato de seguimiento propuesto por el Foro Mundial sobre la Educación 2015, realizado en Incheon (República de Corea).
En un análisis sobre los desafíos del aprendizaje, Müller-Marin explicó que las disparidades entre los sexos aumenta con el nivel educativo, y existen grandes diferencias relacionadas con la riqueza: por cada 100 jóvenes de los más ricos que finalizan la enseñanza primaria, hay solo 36 de los más pobres.
Acerca de las múltiples y complejas simbiosis que se evidencian entre la educación y los restantes objetivos de la agenda, la representante subrayó —por solo mencionar un ejemplo relacionado con el tema de la paz— que en los países afectados por conflictos 21, 5 millones de niños en edad de cursar la enseñanza primaria y 15 millones de adolescentes en edad del primer ciclo de educación secundaria, están sin escolarizar.
Asimismo, puntualizó que el documento entre otros elementos—contiene las medidas para fortalecer el seguimiento de la educación en los próximos años, y añadió algunos de sus derroteros de cara al 2030, entre los que figuran la necesidad de universalizar la terminación de los estudios en las enseñanzas primaria y secundaria, ampliar el número de docentes preparados y proporcionar educación de calidad a las poblaciones marginadas. “Para que el mundo logre todos estos objetivos necesita de mucha Cuba”, concluyó.
Al término de la presentación, directivos y especialistas del sector en Cuba, así como la doctora Silvia Navarro, directora del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas, actualizaron los avances de la Mayor de las Antillas —único país de América Latina y el Caribe en cumplir los objetivos de Educación para Todos—, entre ellos el proceso de perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación.
Los datos arrojados en la jornada, grosso modo, se refirieron a los más de 1 millón 50 mil alumnos que cursan estudios en las enseñanzas primaria y secundaria básica; el logro de un nivel de escolaridad promedio de 10 grados; los diez millones de alfabetizados con el método Yo sí puedo en 30 países del mundo, y el enfoque inclusivo de una enseñanza que atiende a más de 37 000 mil niños, adolescentes y jóvenes con necesidades educativas especiales asociadas o no a la discapacidad.
Participaron en los debates Cira Piñeiro y Aurora Fernández, viceministra primera de Educación y vicetitular de Educación Superior, respectivamente; Anna Lucia D´Emilio, representante para la Unicef en Cuba, entre otros invitados.
En esta oportunidad el profesor Luis Bonilla-Molina (LB) entrevista al Dr. Alberto Martínez Boom (AMB) en el marco de la convocatoria que a comienzos del año 2014 se formulara en Venezuela, en aras de iniciar un debate nacional sobre la Calidad de la Educación. El Dr. Martínez es Doctor en Filosofía y Ciencia de la Educación. Profesor Investigador e investigador de la Universidad Pedagógica Nacional y del Doctorado Interinstitucional en Educación de las Universidades Pedagógica Nacional, Distrital y del Valle. Es, además, profesor en el doctorado inter-institucional en educación de las Universidades Pedagógicas, Nacional, Distrital y del Valle. Es miembro fundador y activo del Grupo de Historias de las Prácticas Pedagógicas, además de ser miembro de la Academia Colombiana de Pedagogía. Bienvenido Alberto a este contacto internacional.
L.B: Bienvenidos y bienvenidas todas y todos a este nuevo contacto internacional en el marco de la consulta por la calidad educativa. En esta oportunidad conservaremos desde Bogotá, Colombia con Alberto Martínez Boom.
A.M.B: Mil gracias y saludos a todos los colegas y la comunidad educativa de América Latina. No solamente las que imparten la educación sino también las que las soportan. La reflexión que voy a hacer es un poco improvisada y quisiera que de pronto me bombardearas con algunas preguntas, con algunas interrogantes en la medida en que vaya planteándolas.
Yo vengo trabajando el concepto de calidad de la educación hace unos 30 años, más o menos, finales de la década de los 80 por el trabajo del grupo de historia en la práctica pedagógica. Hay un primer elemento por el cual entro a trabajar en la cuestión es por una relación que aparece dibujada en la mayoría de las formulaciones sobre la educación de los que nosotros llamábamos la famosa parejita enseñanza aprendizaje, en la cual planteábamos que la pareja enseñanza aprendizaje es una pareja problemática porque restringe la enseñanza solo al aprendizaje. Y la enseñanza entendemos y entiendo en particular, yo escribí un artículo en la década del 90 que fue muy conocido, además en Venezuela, un artículo que se llama la enseñanza como posibilidad del pensamiento, en la cual en la década de los 80, comienzo del 90, en la cual planteaba que la enseñanza tenía relaciones, mantenía relaciones con el pensamiento, con el lenguaje, con la cultura, con la ética, con el aprender, y que no se podía reducir solamente a la relación enseñar- aprendizaje porque limitaba el papel del maestro. Lo limitaba simplemente a ser un instrumentador, a tener unas relaciones instrumentales con el conocimiento. Entonces, eso reducía el papel del maestro y le quitaba mucha autoridad, pero además también, estaba inscrito en la lógica de un trabajo que se estaba realizando en la década de los 80, a finales del 80 y comienzo del 90, que se denominó tecnología educativa y modelo curricular en Colombia. Después eso se tradujo en un libro que se llamó “Currículo y Modernización” en donde encontramos en ese trabajo de investigación que realicé con otros dos compañeros, en el que encontramos lo siguiente: antes que la tecnología educativa estuviera oficialmente, estuvo todo el proceso que se llamó tecnología instruccional y que proviene del ejército, fundamentalmente, de un proceso de instrucción a los soldados para incrementar los aprendizajes en la guerra.
L.B: En Venezuela se ha dado un debate de importante sobre el tema de la enseñanza. Hay docentes, colegas que dicen que nadie enseña a nadie y nadie aprende de nadie. Eso que pareciera muy novedoso implica también un ataque de la propia docencia, es decir a la propia lógica del maestro que enseña. ¿Tú crees que hay que fortalecer, a partir de lo que acabas de decir la labor de enseñanza del docente, de fortalecerla como parte de su propia identidad?
A.M.B: Si, por lo menos en la relación está, para hacer una descripción, que quien desaparece es el maestro y la enseñanza se reemplaza con la función docente, que es distinto, o sea enseñanza no es estrictamente docencia. Función docente puede cumplir cualquiera, por eso cualquiera puede hoy, digamos, servir como facilitador de aprendizaje. En el momento actual, la educación está pensada fundamentalmente en términos del aprendizaje y más concretamente con el aprender a aprender y eso tiene sus repercusiones importantes y fundamentales.
Primero porque la relación con el conocimiento y con el pensamiento en la educación, queda reducido a una relación, que en primer caso, era de transformación de conducta, digamos se entendió el aprendizaje como transformación de conducta. Entonces, es cuando comienza a introducirse lo siguiente: se dirige a objetivos precisos, reduce el trayecto y coloca todo en función de proyectos. Entonces, si el proyecto hay que realizarlo pase lo que pase, desconociendo todo el trayecto que hay en el proceso, pero además también indiscriminado, el horizonte en el cual el objetivo está colocado, entonces, se perfila a partir de allí, con mucha más claridad en la tecnología instruccional, el establecimiento de los objetivos, que no son objetivos educativos, sino objetivos de aprendizaje puntuales, específicos, limitados que reducen también a algunos conocimientos ya parcelados, recortados, seleccionados, porque no es a todo el conocimiento.
Ahí hay un proceso de complejizacion de eso y eso se une con indicadores de evaluación, de manera que los objetivos de aprendizajes se establecen fundamentalmente para que tú puedas evaluar y puedas tener indicadores de evaluación, es para lo que importa y los contenidos, son contenidos recortados.
La relación ahí se reduce a lo que en una época aquí en Colombia se trabajó como OTI (Objetivos, Temas e Indicadores). Eso se instala inicialmente fuera de la escuela, como todo en la educación. La mayoría de las cosas que están en la educación hoy vienen fuera de la escuela, porque tuvieron éxito afuera. Lo Tecnológico, instrumentalizó el trabajo de los soldados, de los obreros, y también del personal carcelario, por eso decimos que la tecnología instruccional se aplicó a esos tres sectores fundamentalmente. En Colombia comenzó con la acción cultural popular, en 1948.
Todo este problema de la calidad tiene historia, y es una historia que yo llamaría relativamente reciente, no proviene pues allá del mito de la Caverna de Platón. No, está ligada con unas cosas muy particulares del hoy.
L.B: Alberto, pero ¿Podemos hablar de algunas prácticas pedagógicas que potencian la calidad educativa desde tu perspectiva de aprendizajes integrado a la enseñanza?
A.M.B: Termino esta reflexión para poder continuar con lo otro. Entonces, se impulsa fundamentalmente en acción cultural popular, crearon un programa dirigido a sectores marginados de la población y ya comenzaba a hablarse de sectores marginados de la población y no solamente de pobres porque marginado era marginado del desarrollo, de toda la estrategia del desarrollo que se impulsó en distintos países en la década finales del 50 y comienzo del 60. Ha estado articulado a eso. Ahora, no es eso lo que le da el motivo pero si va haber una correspondencia entre impulsar la estrategia del desarrollo y las transformaciones en el campo de la educación.
Y el segundo, es en el Servicio Nacional de aprendizaje, y aquí hay que destacar una cosa. Se llama, servicio nacional de aprendizaje, que en todos los países de América Latina tuvo nombre más o menos similares, el SINAE, en Brasil, el SINAM en Perú, y no me acuerdo que nombre tuvo en Venezuela, que han apuntado a mejorar el aprendizaje en áreas fundamentales. Entonces calidad va a estar ligada fundamentalmente a lograr aprendizajes efectivos y eficaces. Nada más a eso está ligada la calidad.
Entonces, no nos inventemos cuentos hoy, porque además es una palabra que se blinda mucho. Es un término muy bonito “calidad de la educación”. ¿Quién puede estar en contra de eso? Y a esa empresa se le ha metido todo el mundo y se le han colocado a los maestros y a los profesores con su responsabilidad cuando yo creo que ese concepto de calidad está más ligado a otras necesidades de otros sectores sociales, en las cuales hay un proceso de desplazamiento gradual y efectivo en el proceso de la enseñanza porque comienzan a introducirse en las clases.
Ahora, yo no digo con eso que antes era una maravilla, no. Lo que estoy diciendo es que cada vez más se restringe el proceso. Y, el proceso seguía y comienzan prepararse todos esos por paquetes curriculares. La calidad está muy ligada a modelo curricular o curriculización de la enseñanza, está muy ligada a procesos de la evaluación y está muy ligada al problema del aprendizaje, a esas tres cosas, y están también ligada a la conexión con el mundo empresarial evidentemente. Mejor dicho, a la conversión de la educación en un asunto de política económica, básicamente. Ahora, yo entiendo que hay relaciones ahí, pero, digamos, ¿Qué pasa cuando eso se reemplaza por esto? Digamos, cuando se plantea allí todo un problema de capitalización de esa acción.
Yo he planteado en algunos trabajos, hay uno que se llama “Calidad de la educación: lo dicho, los estratégico, lo ignorado” que lo presente el año pasado en Bucaramanga, en el que digo ¿Qué significado tiene hoy entre nosotros el término calidad de la educación? ¿De dónde proviene y cuáles son sus límites? Porque hay que trabajarlo históricamente, porque es que por lo general todas esas reflexiones hacen un desconocimiento radical de la realidad histórica de la educación de las escuelas, y por lo tanto, del maestro. Y colocan eso, digamos como la última “cocacola del desierto, como lo decimos aquí en Colombia, no sé si allá en Venezuela se use ese término, como para decir que está entre los términos de moda.
Ahora, en esa empresa se metieron todos los mecanismos internacionales. No hay un solo organismo internacional en educación o en cualquier otra cosa que no lo planteen como el problema fundamental de identificar educación hoy como calidad de la educación y eso es necesario examinarlo a profundidad.
L.B: Precisamente, desde esa perspectiva histórica, ¿tú podrías hacernos como periodización de cuales han sido los momentos históricos del debate sobre la calidad educativa? Nos hablaste que se introduce en la década de los 50, pero ¿Cuál es esa periodización hasta llegar hoy en día?
A.M.B: Yo hablo de tres momentos, pero antes de decírtelos, voy a comentar lo siguiente: este problema comienza con la formulación del estudio de un economista que ganó creo, que el premio nobel. Siul, cuando comenzó a plantear lo siguiente: ¿Cuál era el factor interviniente en la relación capital-trabajo para generar productividad? y entonces encontró que el conocimiento y particularmente que la formación o la instrucción en esos campos y en esos sectores era lo que posibilitaba una mayor productividad.
En ese primer momento está articulado ese concepto de calidad de la educación fundamentalmente con calidad de los insumos, y esto es muy importante retenerlo. Calidad de los insumos. Eso se va a cambiar radicalmente en la década de los 90, concretamente antes de llegar al congreso mundial de educación para todos, en Jomtien, Tailandia, en 1990. Antes de eso, comienza a plantearse y a renovarse, entre otras cosas con apoyo de mucha gente de esas de las que tú citaste antes de esto, en los organismos internacionales, en los organismos regionales vinculados con los organismos internacionales, a virar, y entonces, comenzaban a hablarse de la calidad de la educación, ya no solamente en términos de insumos, sino en términos de aprendizaje. Ese es el segundo momento. Pero quiero ampliar un poquito el primer momento, porque en el primer momento hubo una inversión grandísima en la educación.
Entonces, voy a tener aquí unas diferencias aquí contigo muy importante y, además las tengo con mucha gente, digamos en el sentido de cuándo a las educación se le liga, digamos un conjunto de categorías con unos principios con los cuales todo el mundo estaría de acuerdo. Yo voy a señalar que, otra cosa es cuando uno hace la historia de la descolarización de los países porque esa no coincide necesariamente con el discurso de la educación como algo iluminista, etc. Esa diferenciación es necesaria comenzar hacerla porque si no, no se entiende la crítica que yo hago con el concepto de calidad, a la categoría de calidad, no sé si será concepto, pero digamos a lo que se ha ido consolidando. Entonces, en los Estados se plantea que la educación es piedra angular del desarrollo, muy articulado con todos estos programas de alianza para el progreso. Las experiencias las recogen de procesos anteriores, por ejemplo esos que se dan con los sectores marginados y los que se dan con trabajadores en ejercicio de donde se sacan las experiencias exitosas, para introducirlas en las escuelas gradualmente y se hacen en la mayoría de los países en América Latina reformas. Hay unas reformas que comienzan a hacerse en América Latina formuladas desde CEPAL Unesco y es en 1956 que se formula la idea de escolarizar a todos, no estoy hablando aquí de educación sino de escolarización.
La idea de escolarización viene desde hace mucho rato porque es mucho más fácilmente gobernable una población escolarizada que aquella que no está, digamos en términos de dirección de las conductas, etc. Entonces, se agota la oferta. Y los estados eran los que ofertaban la educación, con excepción de Colombia donde el sector privado tenía mucha importancia y, también, algunos otros países de América Latina, pero básicamente ese proceso de calidad ligado a la calidad de los insumos está muy ligado a la inversión del estado.
Llega el agotamiento de eso y comienza todo lo que se denominó la década perdida, en donde lo que se perdió fue la ilusión de que la educación servía para el desarrollo, para la movilidad social. Se pusieron en cuestión, yo no digo que se haya debatido del todo, pero se puso en cuestión muchos de esos criterios. Entonces la apuesta ilusoria de la educación, ese proyecto conquistador se quiebra porque empieza a mostrar las grietas, por lo que los proyectos comienzan a reformularse por parte de los expertos. Todas esas cuestiones están siempre ligadas a un discurso experto.
Comienza a plantearse que el problema de la educación, digamos, de la calidad de la educación, ya no en términos de la inversión que se haga por parte del estado, etc., sino de los resultados del aprendizaje, y eso modifica radicalmente la cosa, porque pone el acento en eso. Entonces ya no sería solamente OTI, sino que además se acentúa ahí la evaluación con un principio que es este: “Todo lo que se evalúa mejora”, que en la educación es eso pan corriente, es digamos, el discurso de todo el mundo, de ministros, de maestros, de presidentes, políticos, todo el mundo. “Todo lo que se evalúa mejora”. Y lo que hay detrás de todo esto es un proceso de desplazamiento de los problemas propios de la educación y se acentúa, fundamentalmente esos procesos al incrementar la escolarización de la población.
Habría un tercer momento, y es muy esquemático este planteamiento, no lo puedo desarrollar con claridad. Es el que estaríamos viviendo en esta circunstancia, en el cual hay una transformación del aprendizaje, porque ya no sería un aprendizaje de conocimientos sino es el aprender a aprender. Y ahí hay una individualización del proceso. Entonces, lo que se necesita aquí ya no es administrar la educación porque la educación suponía procesos de escolarización, digamos en el período de los 60 para acá hasta el 90 y del 90 incluso hacia adelante hasta el 2000, más o menos. En Colombia hoy, muchos sectores, el 99% de las poblaciones están escolarizadas, y uno diría: bueno, ¿y? ¿Y si han mejorado otros niveles y si hay más democracia?
En ese entonces estaban los procesos de administración, administrar el currículo y al maestro se le puso, se le cosen los codos a ese papel, administrador de currículo. O sea, él no tenía que tener una relación con el conocimiento. Si tuvo alguna vez, pierde totalmente cualquier autonomía que pudo haberse pensado porque todo estaba escrito en el currículo y el no escogía nada, ni seleccionaba nada, ni tenía que desvenarse la cabeza, claro, para muchos maestros esto era mucho más fácil. Si pero, ¿a costa de qué? ¿Que perdida hay ahí? Digamos, es la pregunta que siempre me hago. En esos términos, en el término de perdida. Y no porque lo planteen en términos ni terroríficos, ni apocalíptico, ni entusiasmado. No, sino para mostrar que todas esas cosas están atravesadas por procesos históricos y que son más complejos de lo que parecen. Porque, además todos esos términos como te digo, de evaluación, de calidad, etc, etc., son invulnerables a cualquier crítica. Se establecen como un bunquer, se blindan, por lo que son conceptos muy difíciles de debatir.
Mi crítica: yo no me instalo dentro de esa lógica, y me salgo de la lógica esa, y lo pienso desde afuera para poder interrogar cuáles son sus efectos políticos, cuáles son sus efectos sociales, con respecto a varios sectores de la población.
L.B: Alberto, has planteado tres momentos de la calidad educativa, un primer momento inversión-insumo, un segundo momento que tiene que ver con la evaluación y los aprendizajes y un tercer momento de aprende a aprender, en el cual el docente administra currículo. Pero, ¿Es posible pensar en un nuevo momento esperanzador para el discurso de la calidad, es decir, hay oportunidad hoy en día, año 2014, para que el discurso de la calidad sea esperanzador?
A.M.B: Aclaración, el primero y el segundo momento, el maestro administra currículo. Ya hoy el currículo no interesa tanto, hoy es la evaluación y ya no es la evaluación del estudiante sino que el maestro es el evaluado. Entonces, lo que pasa es que el cambio de la administración educativa es a la gestión y eso implica una transformación importantísima, no es simplemente un cambio de nombres. En este último momento ya el acento no está puesto en el currículo. Hagan los currículos que quieran porque ahora el proceso es que aquí es donde llega la evaluación y allí es donde está el límite. Digamos que sería como el filtro, la rejilla por donde pasan quienes son los que pasan para acá.
Ahora respecto de la pregunta que tú haces, primero, yo hago, digamos el diagnóstico cultural en términos de los que dice “Nietzsche” el diagnóstico de lo está pasando. Y, no le quito al maestro la posibilidad que pueda conectarse con eso, digamos, no lo reemplaza en la lucha. Ni le digo que debe de hacer, en ese problema estamos todos. Yo también soy profesor. La universidad está invadida de esa lógica hoy, de la gestión, de la evaluación, de la acreditación. No te imaginas en Colombia, en esa parafernalia de la acreditación de la alta calidad al nivel en el que están hoy las universidades y otras no universidades que son instituciones de educación superior. Entre otras cosas, estoy investigando últimamente como las universidades han devenido en instituciones de educación superior, y lo que las diferencia es lo que ellas mismas denominan de alta calidad o de calidad media, etc. etc. Yo no me quiero meter en esa lógica pero lo que si planteo es: si la universidad es el lugar del pensamiento ¿cómo vamos a restar pensamiento ahí y como vamos a presentar unas propuestas ahí? No se trata de eso, se trata de poner esto en debate, en discusión. Llamar la atención sobre eso tiene que ver con nosotros, con nuestra vida, con nuestro trabajo, con nuestro modo de pensar, con nuestro modo de estar en el mundo, que me parece que es el trabajo de un intelectual por lo cual no estoy diciendo que yo lo sea.
L.B: Alberto, si tuvieras que sugerir medidas políticas, en materia educativa para transformar los sistemas educativos, ¿Cuáles serían esas prioridades en materia de política públicas hoy en día?
A.M.B: En este proceso que señalamos, se ha incrementado la investigación, pero se ha incrementado la investigación de esto que pueda ser productivo, de esto que solamente se investigan aquellos proceso que pueden orientar y gobernar la conducta de los demás, de los otros. Entonces, yo creo que ahí hay que hacer una diferencia fundamental de ese proceso que lo denominaría como ligado a estudios de mercados, lo identifico más como estudio de mercado a procesos investigativos. Para el caso de la educación en la universidad, se debería generar una forma de investigación que oculte sobre todo este proceso que ha pasado. Digamos, dotar de historicidad estas cosas que han pasado hoy y eso se hace, creo yo, utilizando como uno de los mecanismos la investigación.
Otro, es no destituir al maestro, es decir, no reducir todo el problema de investigación a las función docente, porque la función docente la cumplen muchos. Y la función docente la está cumpliendo hoy, todo esto que llamamos medios de expresión, el internet, la televisión, la radio. Entonces, son tantos los que ejercen la función docente que el docente puede ser cualquiera. Entonces, el problema no es por defecto, sino por exceso. Porque la docencia se ha reducido, digamos, como esa función.
No me atrevería a hablar con el término de recuperar, porque habríamos que recuperar mayor cosa, nada, casi. Volver al pasado, digamos como una ignorancia ilusoria, de algo que no existe. Pero pensaría que la institución educativa, que la escuela en términos generales se enfrentara a proceso que afirman trabajos del pensamiento. Yo digo de una manera ahí, incluso sin profundizarla mucho, dos cosas en particular: que no hay que ahorrar pensamiento, que lo que hay es que saber es derrochar pensamiento. Y yo creo que lo que está pasando ahora es una economía de pensamiento, una economía de pensamiento que va en detrimento del pensamiento y va evocando hacia el aprendizaje y el aprendizaje, más que el aprendizaje era aprender a aprender y en el aprender a aprender, se anticipa el poder.
El problema que tiene esas cosa del aprender, aprender es que anticipa a la acción para racionalizarla con anterioridad. Entonces, hay un mecanismo de control impresionante. El otro elemento que planteaba era, y esto digamos si es un poco tópico, pero de todos modos lo digo, es si la escuela sirve para enseñar al Quijote, vale la pena. ¿Por qué? Pues, porque el Quijote es la relación, digamos que con nuestra lengua materna.
Yo me acuerdo un texto de Nietzsche, siempre lo recuerdo, que se llama “sobre polveriti en nuestras escuelas” , en donde Nietzsche llama y clama por esa función de la gramática, por esa función de la lengua materna, por ese papel tan importante, por lo que él dice y es al nivel en el que ha llegado la cultura y yo podía compararlo por el nivel en el que ha llegado la educación, Nietzsche dice los dos peligros del nivel en el que se ha llevado la cultura, en el cual el estado tiene un papel importantísimo ahí, en la reducción de esos niveles. Uno de esos niveles, uno, lo ha convertido en un problema de especialistas, la cultura. Y la ha sesgado demasiado y otro a ampliado demasiado, la ha convertido en moneda de común circulación.
L.B: Alberto, ya para ir cerrando este primer contacto internacional, nos gustaría que le dirigieras un mensaje a los maestros, a las maestras, a los profesores y a las profesoras venezolanas y venezolanos que están debatiendo en sus aulas todo el tema de la calidad educativa como una oportunidad para transformar nuestros sistemas educativos. Ese mensaje desde Colombia para los maestros venezolanos
A.M.B: Yo me he vinculado aquí desde hace bastante tiempo al trabajo con los maestros y particularmente rescato una cosa que en Venezuela se intentó hacer o se hizo, en este momento no me acuerdo como se llama, pero yo fui invitado a San Cristóbal a participar en una de esas asambleas. En Colombia se inició en la década de los 80, en 1982, concretamente, de lo que se denominó el movimiento pedagógico de los maestros colombianos.
L.B: Congreso Binacional de Fronteras se denominó, que organizó FENATEV.
AMB: Ese movimiento pedagógico, fue para mí uno de los momentos más lúcidos de los maestros en el siglo 20, en el cual replantearon dos problemas fundamentales, primero, que eran portadores de un saber y que eran unos intelectuales, trabajadores de la cultura y no simplemente un trabajador del estado, no simplemente un empleado. Eso me parece ya bien importante porque los maestros comenzaron a preguntarse por sus problemas, iguales eran sus problemas. ¿Cómo enseño? ¿Qué enseño? ¿A qué niños enseño? ¿En qué condiciones? Es decir, no desplazar, no quitarles el trayecto de, no suprimirles el trayecto para facilitarles el trabajo porque me parece que hay que reducir la condición de maestros, cuando el maestro seguía, cuando se establecía por la guía. La guía los guía, pero la guía los guía hasta donde los lleva la guía.
Eso facilita el trabajo pero también lo destituye el mundo de esa complejidad que hay ahí. Porque además tampoco puede pensar las complejidades que hay en el mundo. Las complejidades que implica su trabajo como un trabajo intelectual. Es que el maestro cuando enseña está en relación con conceptos, eso es lo que nos están quitando. Ahora otra cosa es que él no reconozca eso conceptos.
Bueno, el movimiento pedagógico que demoró unos 15 años más o menos y que tuvo muchas repercusiones importantes como los centros de investigaciones. Se crearon en todo el país, en todos los departamentos, se crearon comisiones pedagógicas por todas partes y eso concluyó en 1987, en el primer congreso nacional de pedagogía. Fue la recuperación, digamos de la pedagogía, de la discusión en torno a la pedagogía, sobre lo que nosotros en el grupo de historia de prácticas pedagógicas comenzamos a plantear que la pedagogía era el discurso, era el saber del maestro, a partir del cual se tomaba posiciones de sujeto.
Un segundo momento que también tiene que ver con eso, con el movimiento pedagógico, fue el de la expedición pedagógica tomado de la idea que en Colombia había llegado en el siglo XVIII algo que se llamó “cohhio” igual que en México, mandado por la corona española. Se refería a una expediciones que se llamaban “botánica” que en Colombia la coordino José Celestino Mutis , y cuya función era recopilar, identificar toda la riqueza de la naturaleza que la corona española había despreciado durante 200 años atrás. Entonces un poco con esa idea se planteó la expedición pedagógica, la idea de la expedición pedagógica no era un misión que llevaba la verdad, sino que iban a las escuelas de otros maestros, los maestros mismos, se iban en rutas, en senderos en donde iban identificando experiencias pedagógicas, lo que significa que en la formación del maestro y todo este proceso no se puede suprimir la experiencia. Entonces, hay que comenzar a expresar la experiencia y fue un trabajo colectivo.
L.B: Muchas gracias Alberto Martínez Boom, desde Bogotá, Colombia, quien estuvo conversando con nosotros en esta importante consulta sobre la calidad educativa.
Gracias Alberto
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