Panamá: Una educación para todos.

Un sistema educativo renovado requiere mayor orientación hacia la formación de un individuo pensante con conocimiento tecnológico, opinan los sociólogos.

Centro América/Panamá/20.09.2016/Autor y Fuente: http://impresa.prensa.com/

Un programa de educación eficiente se dirigiría a que cada niño que entra a kínder vaya a ser un ingeniero, señala el sociólogo Marco Gandásegui.

“Cuando digo ingeniero, me refiero a una palabra que denota ingenio, a un ser pensante, capaz de resolver problemas, y que al salir de la escuela tenga la capacidad de ser productivo”, recalca.

Explica que un plan de este tipo contempla a todos y cada uno de los años de preparación que ese individuo requiera para formarse.

Encuentra, sin embargo, que la realidad en el istmo es otra. El sistema actual se dirige a que “los niños que entren a primer grado van a salir con una educación mínima de 9 grados para ser buenos empleados y enseñarles un poco de inglés”.

En opinión de este sociólogo, en lugar de cerrarse la economía del país a una sola actividad como el turismo, por ejemplo, el sistema educativo debiera centrarse más en el joven, adolescente o el niño que debiera formarse para que participe en un país productivo y en el cual tenga oportunidad de contribuir en sus riquezas.

Otros criterios:

Por su parte, el sociólogo Iván Quintero considera que hay otros factores que hacen mella en el proceso educativo: las condiciones en que trabajan los docentes.

Cuestiona que en Panamá no haya una verdadera carrera educativa.

También se refirió al hecho de que en el país sigan existiendo escuelas rancho y escuelas multigrado, pese a los planteamientos de modernización académica y reforma curricular que se hacen.

A la vez recalca que en “Panamá debería existir una sola escuela, no escuelas públicas y escuelas privadas; ese es un desafío”.

Entre tanto, Gerardo Maloney, sociólogo y docente, indica que las dificultades sociales han hecho que la educación deje de ser el camino para jóvenes excluidos socialmente. Estos, entonces, buscan otro tipo de respuesta a sus necesidades.

Maloney explica que en una sociedad con gran orientación hacia el consumo, el individuo tiende a buscar una respuesta inmediata y no a través de una formación que da mejores satisfacciones en el futuro.

Carencias:

Destaca Olmedo García, sociólogo, que en las conferencias mundiales se ha planteado que la calidad de la educación debe estar dirigida a combatir la pobreza, a reafirmar el carácter de la educación pertinente y romper las brechas de la tecnología y el conocimiento.

“Es cierto que en el país hay problemas desde el punto de vista de los rendimientos académicos. Acaban de culminar tres procesos de evaluación hace año y medio, en donde Panamá quedó en la antepenúltima posición de 65 países”, enfatiza.

Una situación que, dice, contrasta con el hecho de que “Panamá es uno de los países que más invierte per cápita en América Latina en educación, pero sus resultados no se perciben”.

La falla está en la tendencia de dirigirse a resolver el tema de la calidad de la educación, cuando la crisis no solo se trata de rendimiento y excelencia. Es un asunto que también se refiere al problema de las desigualdades e inequidades, amplía.

“Al país le falta visión. No tiene políticas públicas para los jóvenes, para salud ni para la educación. Ese es el primer reto: construir políticas públicas”, añade.

Atrasos:

Según García, en el istmo todavía se maneja una estrategia pedagógica tradicional basada en el docente, cuando la nueva educación se orienta “hacia la tecnología y la robótica, que es donde transita la velocidad del conocimiento del mundo”.

Añade que “cada 73 días hay un nuevo conocimiento que transita por las redes telemáticas e informáticas, y nosotros no hemos hecho la revolución tecnológica. No podemos depender de una estrategia pedagógica presencial y confrontal, tenemos que buscar las herramientas para romper con los paradigmas tradicionales de la estructura pedagógica”.

García asevera que “tenemos un atraso y debemos insertarnos”. Como ejemplo menciona que en materia de investigación, en un país como México, por cada 100 mil habitantes se cuenta con 100 investigadores; en el caso de Panamá, la relación es de 100 mil a 1.

Otra desventaja es que en el país se invierte apenas 0.3% del producto interno bruto en la ciencia y la tecnología, lo que lleva a esta sociedad a tener más de 50 años de atraso por el impacto de los costos sociales, puntualiza.

Fuente: http://impresa.prensa.com/vivir/educacion_0_3459404159.html

Imagen: http://www.cali.gov.co/egov/publicaciones/info/principal/media/pub106288.jpg?nocache=1468482106

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