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Casi 40 % de estudiantes universitarios de China insatisfecho con su gestión del tiempo, según encuesta

Asia/China/21-08-2020/Autor(a) y Fuente: spanish.xinhuanet.com

Casi el 40 por ciento de los estudiantes universitarios de China se siente insatisfecho en relación a su gestión del tiempo, según una encuesta reciente del periódico China Youth Daily.

De los 2.004 estudiantes encuestados, el 98,2 por ciento atribuye importancia a la gestión del tiempo. Alrededor del 32 por ciento planifica regularmente sus días, mientras que el 5,24 por ciento rara vez lo hace.

Al administrar su tiempo, alrededor del 60 por ciento de los estudiantes universitarios espera completar de manera eficiente una tarea a corto plazo, mientras que casi el 66 por ciento quiere tomarse la vida y el trabajo con calma.

Sin embargo, el mayor obstáculo que encontraron es la incapacidad, a causa de la pereza, de seguir los horarios que programaron. Además, una organización del tiempo poco razonable y no saber cómo hacer una agenda de horarios también son factores que dificultan la administración del tiempo.

«Desde un punto de vista psicológico, la principal razón de la pereza es la falta de objetivos específicos», sostuvo Zhao Xiuping, consejero psicológico de Yantai, en la provincia oriental china de Shandong.

Zhao sugirió que los estudiantes deben establecer metas claras y hacer un plan detallado al administrar su tiempo, así como conocer sus prioridades para ser más eficientes.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2020-08/17/c_139297107.htm

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La pandemia y la educación superior del cansancio

Por: Pluma Invitada

La pandemia derivada de la COVID-19 ha puesto en jaque, sin duda, a todo el sistema educativo. Hemos visto ya, en infinidad de foros académicos y de opinión, la manera en que este nuevo virus desnudó por completo las diferencias sociales que vivimos en nuestro país. Pudimos ver la inequidad en materia de acceso a educación y tecnologías, brechas en habilidades digitales, servicios de conectividad, preparación docente, entre muchos otros elementos, todos sin duda, importantes.

El sistema educativo nacional y todos sus agentes, entre ellos los estudiantes, padres de familia, docentes, supervisores y funcionarios, han llevado a cabo esfuerzos descomunales para cumplir con el derecho a la educación que establece la Constitución para todos los mexicanos. Hemos escuchado historias de éxito en la que los docentes han logrado distribuir materiales educativos a estudiantes con poco o nulo acceso a tecnologías que faciliten la educación a distancia; pero también hemos sido testigos de lo contrario, con estudiantes que han visto limitadas sus oportunidades de aprendizaje.

El sistema económico y social en el que vivimos se fundamenta en la productividad como objeto de toda acción. Particularmente en educación superior ―el cual es, además, un servicio obligatorio por parte del Estado―, se han establecido discursos formales orientados al valor ejecutorio de la formación profesional desde décadas atrás (Jiménez, 2019). Por ejemplo, desde los años noventa hemos sido bombardeados por los modelos educativos basados en competencias, así como el insistente valor de la formación como medio de desarrollo económico y satisfacción de demandas del mercado; sin olvidar la necesidad de producción científica que es ampliamente conocida por la comunidad académica. Esto es consecuencia de las políticas que han interpuesto a la educación como elemento que subyace a las demandas económicas y de mercado (Alberto y Bechi, 2020).

Si bien, esta perspectiva ha traído consecuencias positivas en términos económicos, también ha traído como consecuencia que vivamos en lo que el filósofo contemporáneo, Byung Chul-Han, denomina la sociedad del cansancio. Previo al periodo vacacional de este año, los docentes manifestaban agotamiento debido a la complejidad de planeaciones y trabajo didáctico en Zoom o Meet; los gestores y funcionarios centraban su jornada en tratar de modificar estructuras institucionales acorde con las demandas de la contingencia sanitaria; los padres de familia debían tener el espacio y creatividad necesaria para ajustar su vida personal a las demandas de un sistema educativo en pandemia; los estudiantes empezaron a extrañar sus aulas, sus amigos y el contacto humano con sus docentes.

Por supuesto, este agotamiento es propio del ajuste de una estructura acomodada a procesos presenciales que, además, daba por obvias las brechas que la COVID-19 nos recordó de forma tan brusca. Sin embargo, el agotamiento va más allá. Previo a esta pandemia, el nivel superior del sistema educativo se encontraba estructurado fuertemente hacia lo tecnocrático y la demostración de resultados de aprendizaje como fin unívoco de la formación; reflejo de ello es la sobreexplotada perspectiva basada en competencias y la necesidad de enfocarse en demasía en procesos que reafirman el valor de la producción (como acreditaciones de programas educativos, la búsqueda de pertenecer al Sistema Nacional de Investigadores, o bien, de obtener un lugar en el Padrón de Alto Rendimiento del Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior [Ceneval], por mencionar algunos ejemplos). El nivel educativo superior, estaba ya cansado, derivado de un exceso de concentración en la productividad.

El exceso de productividad característico de la sociedad actual se refleja en la intención de no incluir diálogos ajenos a la producción y la competencia en discursos formales. De acuerdo con Byung Chul-Han (2017) ―quien, a su vez, hace uso de recursos Foucaultianos―, esto ha sido sumamente eficiente. Cuando una sociedad elige a la eficiencia como bastión en lugar de una esencia disciplinante, genera que los individuos se sobreexploten a sí mismos, dilucidando así una ilusión de emancipación individual. Como lo dice el filósofo: “La positividad del poder es mucho más eficiente que la negatividad del deber”. Esto lo vemos en las Instituciones de Educación Superior y sus agentes, que buscan la superación de sí mismas a través de la exigencia de la productividad bajo la promesa de plenitud personal y de la calidad orientada al servicio educativo.

La COVID-19 representó la identificación de un enemigo ajeno para todos. Ahora se trabaja para evitar que un adversario microscópico limite que podamos alcanzar la llamada calidad educativa. Byung Chul-Han discutía que este tipo de agentes, como la COVID-19, representaban la posibilidad de desarrollo de tensiones que abonarían hacia un mayor equilibrio y evitar el agotamiento que implica pensar siempre en la producción sin cesar. Sin embargo, ni la COVID-19 ha logrado establecer un límite a la sociedad y a la educación de la productividad, aumentando, así, el cansancio.

Urge un fuerte trabajo de reflexión sobre los fines de la educación para todos los que participamos en ella. Debemos asegurar el cumplimiento del tercero constitucional; sin embargo, no solo se trata de adopción de medios que aseguren la transmisión de conocimientos, o bien, cambiar formas didácticas. Requerimos reflexionar sobre el papel de la educación superior y las implicaciones de su obligatoriedad. La sobreexplotación del discurso de la educación como medio de producción económico agota al sistema, no solo por la pandemia que ponen en jaque la inclusión, la infraestructura y la didáctica, sino, mayoritariamente, debido a que sus objetivos y modelos pedagógicos trabajan para la productividad en sí misma, elemento que nos ha llevado a que se consolide el sistema educativo de la (re)producción y del cansancio.

Referencias

Alberto, A. y Bechi, D. (2020). A Subjetivação Capitalista enquanto Mecanismo de Precarização do Trabalho Docente na Educação Superior. Arquivos analíticos de

políticas educativas, 28(13).

Han, B. (2017). La Sociedad del Cansancio. Barcelona: Herder.

Jiménez, A. (2019). La evaluación y acreditación de la educación profesional en México: ¿la legitimación y competitividad como fin de la universidad? Revista de la Educación Superior, 48(189.) 55-72.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-pandemia-y-la-educacion-superior-del-cansancio/

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Ley General de Educación Superior ¿ya mero?

Por: Roberto Rodríguez

UNAM. Instituto de Investigaciones Sociales 

En 2016 un grupo de académicos especialistas en educación superior fue convocado por la Anuies para desarrollar una propuesta de ley de educación superior. El antecedente inmediato era el “Proyecto de Ley para la Coordinación, Evaluación y Financiamiento de la Educación Superior”, elaborado en la secretaría ejecutiva de la organización durante la gestión de Enrique Fernández Fasstnach al frente (2013 a 2014).

El interés de Anuies en promover una normativa general para el sistema de educación superior del país provenía de la patente obsolescencia de la Ley para la Coordinación de la Educación Superior de 1978. De entonces al presente el sistema ha desarrollado intensas dinámicas de crecimiento, descentralización, y diversificación, así como cambios relevantes en los procesos y mecanismos de interacción con la autoridad educativa, en el contenido y orientación de las políticas públicas en la materia, y también en el plano de las formas de gobierno, gestión y administración de las instituciones.

La Asociación se había pronunciado al respecto en varias oportunidades, principalmente en los documentos de recomendaciones de política de educación superior desarrollados en el marco de las elecciones federales de 2000, 2006, 2012 y 2018. Por ello, como parte de su programa de trabajo, Fernández Fasstnach asumió el acuerdo de la organización de promover una iniciativa formal que pudiera transitar en las cámaras del poder legislativo en el marco de la reforma estructural educativa convenida por el “Pacto por México” (diciembre de 2012).

Varias razones explican por qué el proyecto de 2013 no prosperó. Una es que su contenido no consideraba la especificidad del subsistema tecnológico, en pleno desarrollo en aquel momento, y tampoco el correspondiente a la formación de docentes, que tras la descentralización de 1993 había modificado sus condiciones de operación y era, desde luego, un sector relevante en el sistema. Otra, que el proyecto se interpretaba más como una actualización de la Ley de Coordinación que como una norma innovadora, con la potencia suficiente para regular al sistema en su conjunto. Un tercer elemento, quizás el definitivo, proviene de la coyuntura de finales del 2014, en particular el conflicto estudiantil del Politécnico Nacional que, entre otros aspectos, implicó que el titular de Anuies fuera designado nuevo director del IPN y en la asociación procediera la renovación de la dirigencia. Después de un breve periodo de transición, en enero de 2015 fue designado secretario general ejecutivo el economista, ex rector de la Universidad Autónoma de Chiapas, Jaime Valls Esponda. 

Valls retomó el proyecto sobre nuevas bases y un marco político diferente. El entonces senador Juan Carlos Romero Hicks quien, entre otros cargos, fue rector de la Universidad de Guanajuato y director general del Conacyt, en su calidad de presidente de la Comisión de Educación del Senado se comprometió con Anuies a apoyar la opción de una iniciativa bajo la forma de ley general de educación superior. Fue ese el marco en que, por intermedio del grupo de especialistas, la asociación articuló una nueva propuesta, que sería aprobada por sus órganos colegiados en 2017 y publicada a principios de 2018. Quizás demasiado tarde para su procesamiento legislativo, porque ese año, último de la gestión del presidente Enrique Peña Nieto y de las legislaturas federales correspondientes, resultaba poco propicio para impulsar un proyecto de esa naturaleza, que requería alcanzar consensos en el nivel de las autoridades educativas, las instituciones de educación superior, así como las fracciones parlamentarias representadas en el Congreso. Imposible por los tiempos.

Daba entonces la impresión de que la oportunidad de generar un marco legal renovado para la educación superior se había agotado. Pero no ocurrió de esa manera. Se recordará que la primera reforma legal relevante del nuevo régimen fue, precisamente, la correspondiente a la educación. La idea original del ejecutivo era la de sepultar la reforma educativa impulsada en el sexenio previo a través de la derogación o abrogación de la trama legal que la soportaba. Ello habría de ocurrir, pero la oportunidad de impulsar mejoras al contenido del artículo 3o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos entre los que destaca, entre otros elementos, el mandato de emitir una ley general de educación superior y una ley general de ciencia, tecnología e innovación, mandato establecido, en el régimen transitorio de la reforma, para el año 2020. 

La reforma constitucional fue aprobada, como se recordará, el 15 de mayo de 2019. A partir de ese momento se abrió una nueva ventana de oportunidad para la renovación normativa. El saque inicial correspondía a la SEP, quien dejó en manos de la subsecretaría de educación superior la articulación del proyecto correspondiente. Tomando como base el propuesto por Anuies en 2018, con apoyo de especialistas de la UNAM, el grupo de trabajo de la subsecretaría consiguió diseñar un nuevo anteproyecto (finalizado en octubre de 2019), así como circularlo, discutirlo y recoger propuestas en 32 foros estatales organizados a finales de ese año.

 Al término de ese proceso de integración, la trayectoria del proyecto tomó un nuevo derrotero. Se acordó, entre la SEP y las fracciones del Congreso, la apertura de una mesa de trabajo conducente a la elaboración final de un anteproyecto que tomara como insumo relevante, aunque no necesariamente como base, lo producido en la fase previa. Todavía se está en esa etapa que ha consumido los meses de este año cocinando, a fuego lento, lo que deberá ser la iniciativa formal para el debate parlamentario sobre la Ley General de Educación Superior. Es aparentemente la recta final del proceso, pero quedan cuestiones cruciales para su solución: ¿será una iniciativa del ejecutivo o bien una propuesta de varios partidos e incluso de todos?, ¿cuál será la cámara de origen para el trámite legislativo correspondiente?, ¿cómo será la estructura, orientación y contenido del anteproyecto?, ¿cuáles las modificaciones en su dictamen? Todo ello deberá saberse muy pronto y aquí lo comentaremos. 

Fuente: http://www.educacionfutura.org/ley-general-de-educacion-superior-ya-mero/
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Recortes presupuestales en Uruguay comprometen Educación Superior

América del sur/Uruguay/prensa-latina.cu

Drásticos recortes presupuestales que comprometen la Educación Superior en Uruguay acaparan hoy la atención de la comisión de Hacienda del Parlamento a espera de la comparecencia del ministro del ramo.

La senadora del Frente Amplio y exvicepresidenta, Lucía Topolansky objetó que se mantenga en el proyecto gubernamental para el ejercicio 2020-2021 un 15 por ciento de reducciones para la Universidad de la República (Udelar), la Universidad Tecnológica (UTEC) el Polo Científico de Pando y el Central de Imagenología Molecular.

Resaltó que ‘el conocimiento científico, la tecnología y la innovación son parte crucial de la soberanía nacional’, para argumentar que ‘no hemos escuchado una sola voz de la comunidad científica proclive al recorte presupuestal’.

La Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados votó por unanimidad la convocatoria del ministro de Educación, Pablo da Silveira, para que informe en torno al recorte de fondos para ese rubro que se aplicaría en el próximo Presupuesto Quinquenal.

El legislador frenteamplista Sebastián Sabini criticó que el gobierno tome la ciencia como ‘un gasto más’ y que Udelar dejará de recibir el equivalente a 13 millones de dólares, lo que calificó de durísimo golpe a la institución uruguaya.

Por su parte, el diputado José Carlos Mahía escribió en su cuenta de Twitter que ‘en tiempos de pandemia valoramos mucho más la necesidad de seguir invirtiendo en investigación, ciencia y tecnología’.

Los trabajadores de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) expresaron a través de un comunicado que no hay ‘forma de recortar el 15 por ciento sin afectar el funcionamiento y sin poner en riesgo la totalidad de los programas a ejecutar en el segundo semestre’.

Entre las afectaciones inmediatas por dicho recorte figuran las becas de posgrado hoy en curso, así como el fondo para becas de inicio de carreras universitarias, cuyas solicitudes se duplicaron, señaló Mahía.

La UTEC también considera difícil cumplir con la meta de recorte del gasto del 15 por ciento ordenada por el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, en virtud de que hay carreras en ejecución que aún no tienen presupuestados sus últimos años.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=388861&SEO=recortes-presupuestales-en-uruguay-comprometen-educacion-superior
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Puerto Rico: UPR Rio Piedras pide a estudiantes que busquen en Spam los emails de sus profesores

América Central/Puerto Rico/16-08-2020/Autor(a) y Fuente: www.metro.pr

La institución migró los correos electrónicos de los empleados y profesores.

La Universidad de Puerto Rico (UPR) en Río Piedras pidió a sus estudiantes que busquen en el “spam” los correos electrónicos provenientes de sus profesores y otros empleados.

En la cuenta de Twitter, la institución informó que “todos los estudiantes deben revisar el SPAM de su correo electrónico institucional (http://upr.edu) para acceder a los mensajes de sus profesores y de miembros de la Administración”.

Estudiantes del sistema han denunciado situaciones de seguridad con los correos electrónicos del sistema.

Fuente e Imagen: https://www.metro.pr/pr/noticias/2020/08/14/upr-rio-piedras-pide-estudiantes-busquen-spam-los-emails-profesores.html

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Perú: Benavides ratifica que en el 2021 habrá 15 mil nuevas vacantes para universidades públicas

América del Sur/Perú/16-08-2020/Autor(a) y Fuente: www.andina.pe

En este Gobierno hay una apuesta muy importante por la universidad pública, destaca.

El ministro de Educación, Martín Benavides, ratificó que en el año 2021 se crearán 15 mil nuevas vacantes en universidades públicas del país a fin de que más estudiantes accedan a las oportunidades que ofrecen dichas casas superiores de estudio. Vea aquí la galería fotográfica

Benavides dijo que «en este Gobierno hay una apuesta muy importante por la universidad pública» y destacó que el proceso de licenciamiento las ha fortalecido, especialmente a las tradicionales como la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), la Universidad San Marcos o la Universidad San Agustín (Arequipa).
«Estamos convencidos de que tenemos que fortalecer la universidad pública. Estamos ampliando la matrícula. En el año 2021 se ampliarán a 15 mil las vacantes nuevas en la universidad pública para poder albergar, sobre todo, a estudiantes de zonas donde hubo problemas de licenciamiento», expresó al responder a nuevas interrogantes de los congresistas en el marco del pliego interpelatorio del Parlamento.
Manifestó que otras medidas para mejorar la universidad pública son fortalecer las capacidades pedagógicas de enseñanza virtual gracias a la asistencia técnica de universidades extranjeras y nacionales. Cabe indicar, dijo, que un total de 47 universidades públicas han iniciado sus clases a través de educación virtual.
De igual modo, comentó que se destinarán unos 34 millones de soles para fortalecer la infraestructura tecnológica de las universidades públicas y que pronto saldrá un decreto destinado a mejorar la conectividad en la enseñanza virtual durante la pandemia del coronavirus.
Benavides
En otro momento, Benavides refirió que la reforma universitaria ha avanzado y debe consolidarse. Destacó que el consejo directivo de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) es autónomo y técnico y aseguró que no hubo ninguna irregularidad en sus decisiones de licenciamiento o denegatoria del licenciamiento.
«No hubo beneficio alguno para ninguna universidad privada. Las que tuvieron que dejar de funcionar, porque incumplieron las condiciones básicas de calidad, fueron principalmente privadas. En ese sentido, no hubo (por parte de Sunedu) ningún tipo de beneficio para esas universidades», enfatizó.
Señaló que, con el proceso de licenciamiento, ahora es similar la oferta de universidades licenciadas públicas y privadas. «El 50% son públicas y el 50% son privadas».
Finalmente, Benavides informó que a la fecha 22,947 estudiantes de universidades con licencia denegada se han trasladado a universidades licenciadas. Agregó que para estudiantes con bajos recursos que desean trasladarse se han otorgado 4200 becas a través de Pronabec.

Tablets

Sobre la adquisición de las tablets para la educación básica regular, el ministro Benavides indicó que su portafolio hace todo lo posible para solucionar el problema suscitado en el proceso de contratación debido al lamentable comportamiento de una empresa.
Afirmó que la estrategia de cierre de brecha digital (tablets) beneficiará en una primera etapa al 88,4 % de los servicios educativos rurales de primaria y secundaria.
Fuente e Imagen: https://www.andina.pe/agencia/noticia-benavides-ratifica-que-el-2021-habra-15-mil-nuevas-vacantes-para-universidades-publicas-809866.aspx
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Chile: Ministro de Educación descartó cierre de universidades por pandemia: “No vemos que exista un riesgo”

América del sur/Chile/13 Agosto 2020/CNNChile

Raúl Figueroa se refirió al preocupante aumento que se vería este año en términos de niñas, niños y adolescentes que se alejan del sistema educacional. Además, aseguró que el retorno a clases «se hará sólo en la medida que las condiciones sanitarias lo permitan»

El gobierno ya prepara el plan a seguir para el retorno a los establecimientos educacionales a medida que la pandemia sea controlada en las distintas comunas afectadas a la fecha.

En ese sentido, el ministro de Educación, Raúl Figueroa, explicó que el mayor temor del Ejecutivo es la deserción escolar que probablemente aumente este año. “Eso se concentra fundamentalmente en los hogares más vulnerables que se ven afectados con más fuerza por la pandemia”, agregó.

De esta manera, a los 185 mil niñas, niños y adolescentes que hoy no forman parte del sistema educacional se podrían sumar otros 80 mil. “Nos podría llevar a tasas de deserción que no hemos visto en los últimos 10 años, mucho mayores a la que tuvimos tras el terremoto de 2010″, afirmó el ministro Figueroa.

Asimismo, el titular de la cartera indicó que la pérdida del vínculo con el establecimiento que se ha producido estos meses también será perjudicial para esa comunidad educativa.

Por otro lado, Figueroa se refirió a las universidades y cómo han visto afectadas sus administraciones por la baja en las matrículas este año, aunque descartó que haya alguna que actualmente arriesgue su cierre.

“Las universidades y en general el sistema de educación superior este año vio también una baja en la matrícula, fundamentalmente por el COVID-19 y también por el impacto que tuvo el sabotaje a la Prueba de Selección Universitaria. Esa baja obligó a las instituciones a adaptarse, pero no vemos que exista un riesgo que tengan que cerrar por consecuencia de la pandemia“, aseguró el ministro de Educación.

Finalmente, en relación a las fechas estimadas que maneja el Ejecutivo para concretar el regreso a las aulas, Figueroa afirmó que “el retorno se hará sólo en la medida que las condiciones sanitarias lo permitan“.

Kínder obligatorio a comisión mixta

En tanto, el ministro Figueroa también comentó el avance del proyecto que implementa el kínder obligatorio, el cual será revisado por la comisión mixta tras descartarse los cambios realizados por la Cámara Alta.

La tramitación de esta idea legislativa impulsada por el gobierno “se desdibujó por completo” en el Senado, según el secretario de Estado. “Hoy los diputados ratificaron su compromiso con la educación parvularia, rechazando los cambios que hizo el Senado y volviendo a insistir en su lógica de obligatoriedad”, afirmó.

Fuente: https://www.cnnchile.com/lodijeronencnn/entrevista-ministro-educacion-raul-figueroa-crisis-universidades_20200811/

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