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La Universidad de Calgary, ubicada en la provincia de Alberta en el corazón energético de Canadá, firmó un convenio con la Secretaria de Energía de México para que organizaciones mexicanas puedan participar en proyectos educativos en la referida universidad, con fondos provenientes de la industria de hidrocarburos.
El secretario mexicano de energía Pedro Joaquin Coldwell ya ha visitado ha venido visitando a la comunidad en meses pasados con el propósito de conversar con autoridades de sectores públicos, privadas y académicos sobre el tema de lograr mejores oportunidades de formación, empleo y negocios para los jóvenes profesionales mexicanos que tengan interés académico en el sector de gas y petróleo.
Fruto de esta alianza se desarrollarán en México dos proyectos: uno dirigido al desarrollo de la investigación científico-tecnológica y, otro a la captación de talentos humanos, ambos referidos al sector de hidrocarburos. El primero de ellos es la creación de un “Centro de Investigación y Capacitación en Materia Energética”, y el segundo, la creación de un Observatorio de Talentos. Cabe destacar, que éste último será coordinado en forma conjunta con la Universidad de Calgary a través de su Escuela de Políticas Públicas.
Esta casa de estudios viene formando profesionales mexicanos en ingeniería petrolera desde años anteriores, sin embargo este convenio es una estrategia internacional para ambos países destinado a fortalecer la industria petrolera.
Noticias MVS. Publicado: ene 21, 2016
Editora: Liliana de Luzón. Centro Internacional Miranda. Integrante-Fundadora de la Red Glocal/Global por la Calidad Educativa. Licenciada en Educación. Especialista en Entornos Virtuales de Aprendizaje. Maestrante
del Master Dual: Máster en Formación de Profesores de Español como Lengua
Extranjera y Master in Teaching English as a Foreign Language. Autora y
coautora de investigaciones del ámbito educativo.
La Educación de la Memoria: El Caso del Currículo Greco-Chipriota
Chipre/Universidad de Chipre y Universidad Europea de Chipre, 2010. Edición: Enero, 2016 /Autores: Miranda Christou y Stavroula Philippou/ Traducción: José María Pérez Agote.
La Memoria Colectiva Educada y el “Yo No Olvido” Chipriota
Educando la Memoria Colectiva
El material curricular que corresponde con el objetivo del lema “Yo no olvido” se usa en el contexto de muchas materias escolares y no se adscribe a ningún curso en particular. Los educadores aprovechan cualquier oportunidad para sacar a colación el problema de la ocupación, bien a través del tema de /Arbor Week /–en referencia a los recursos naturales de la parte ocupada–, bien a través de /Easter Week /(Semana de Pascua) –la ocupación de Chipre comparada con la pasión y crucifixión de Cristo–. El lema “yo no olvido” aparece como objetivo primordial al comienzo de cada curso académico y permea todos los aspectos del curriculum al actuar como un asunto cultural actual que afecta la vida de todos los greco-chipriotas en lugar de hacerlo como un lejano suceso histórico. Todas las circulares del Ministerio de Educación y Cultura que se leen habitualmente a los escolares hacen alusión directa al año 1974. Por ejemplo, en el discurso inaugural del curso en septiembre de 2006 el ministro se dirigía a estudiantes y docentes en estos términos: “En las difíciles condiciones del mundo en este siglo XXI, nuestra tierra libra su propia batalla para lograr, de forma pacífica, la liberación de las tierras ocupadas que, durante más de 32 años, han estado bajo la dominación del Atila turco (el ejército turco)”. También en 2008 el ministro hacía alusiones semejantes: “Desafortunadamente, el comienzo de este nuevo curso encuentra a Chipre aun dividida por la ocupación. Esperemos éste sea el último”.
Finalmente, tanto los concursos de redacción como las exposiciones de arte convocan regularmente a los estudiantes a narrar e ilustrar los padecimientos de 1974: los escolares escriben sobre la belleza de los pueblos ocupados y el dolor de los refugiados; dibujan paisajes pintorescos de zonas que nunca han visitado y retratan el sufrimiento de las madres de desaparecidos. De estos datos surgen dos temas en relación a la cuestión inicial sobre la memoria colectiva y sus contenidos. El primero es el tema de la memoria colectiva como exploración geográfica de áreas ocupadas. El material del “Yo no olvido” se presenta frecuentemente como topografía, centrándose en las zonas de ocupación como paisaje inexplorado. El material del libro se organiza por áreas geográficas, resaltando el carácter único de cada uno de los pueblos y ciudades ocupadas. También es interesante resaltar cómo las fotografías que se incluyen sobre la zona ocupada datan de comienzos de los 70 y generalmente presentan paisajes pintorescos sin presencia humana. Esta identificación de la memoria colectiva con la geografía de la zona ocupada también tiene su reflejo en trabajos escolares diseñados en el contexto de este objetivo curricular: por ejemplo, una redacción sobre la belleza de Kyrenia o las tradiciones de Lysi (ambas áreas ocupadas). El énfasis puesto en la dimensión geográfica de las áreas ocupadas refleja la idea de que un ciudadano de Chipre lo es de toda la isla, especialmente aquellos ciudadanos que comparten una afinidad por estos territorios. A los estudiantes se les educa para “recordar” estas zonas tal y cómo miles de refugiados las dejaron atrás en 1974 y se les motiva para que las asocien con el deseo del retorno. Por ejemplo, muchas redacciones y poemas incluyen conversaciones en las que un niño pregunta a qué se debe la tristeza del abuelo y comienza un diálogo sobre el dolor de la pérdida de las personas queridas y de la vida lejos del hogar.
Las zonas ocupadas se representan como las áreas más bellas de la isla, y los refugiados relatan sus vidas anteriores a 1974 como idealizaciones en su sencillo y bello paraíso (Véanse Zetter, 1994, 1999; Dikomitis 2004; Loizos, 1981). En la introducción del libro (D5-6 “Yo no olvido y lucho”) el director de la Educación Primaria escribía: “Nuestros hijos, que (…) no pueden visitar nuestra tierra esclavizada porque los ocupadores han levantado alambradas y dividido nuestra patria, pueden sin embargo, a través de estas redacciones y poesías, viajar mentalmente por los idílicos paisajes y la belleza de nuestra tierra.”
El segundo tema que surge del material “Yo no olvido” es el acento en las tradiciones de Chipre a través de la memoria de las zonas ocupadas. Muchas de las redacciones presentadas en el libro “Yo no olvido” incluyen información sobre tradiciones en los pueblos y aldeas que ya no se practican hoy en día. Por ejemplo, el libro de educación secundaria (D7-9) incluye rimas populares cantadas por agricultores cuando los campos de trigo tenían que ser recolectados a mano, juegos a los que los niños solían jugar y técnicas de tejer artesanales. Todas estas historias no se presentan solo como tradiciones, sino como tradiciones que tienen su raíz en las zonas ocupadas y que, por tanto, han de ser preservadas junto con la memoria de la tierra perdida. Además, y más allá de la información proporcionada sobre los pueblos ocupados y las tradiciones del pasado, el curriculum “Yo no olvido” tiene una dimensión marcadamente emocional, al centrarse en el sufrimiento provocado por la invasión turca de 1974. Por ejemplo, los retratos presentados en el libro “Yo entiendo, lucho y no olvido” (D1-2), escrito para niños de entre 6 y 7 años, presentan a adultos a menudo llorando o muy tristes y sólo los presentan alegres cuando aparecen habitando aquellos pueblos que ahora están ocupados; y de esta misma manera también representan a niños que en su tristeza conectan con el sufrimiento adulto.
El lema “Yo no olvido” no es solamente, por tanto, una llamada al recuerdo de las zonas ocupadas sino también a identificarse con aquellos que han perdido seres queridos o han tenido que abandonar su hogar. Ser un buen Ciudadano equivale a comprometerse en la lucha por el recuerdo del desastre de 1974 y a mantener vivo el deseo de retorno a la tierra ocupada. En este sentido, el objetivo curricular del “Yo no olvido” es una forma de educación afectiva para la ciudadanía en la que el trauma de 1974 define al “buen chipriota” como el ciudadano que no olvida y que cree que un día “nosotros” podremos regresar a esta parte de la isla.
Comentario del editor: El siguiente aparte “Educando la Memoria”, es un fragmento del artículo “La Educación de la Memoria en la Formación del Ciudadano: El Caso del Curriculum Greco-Chipriota”, escrito por Miranda Christou y Stavroula Philippou en el 2010 y traducido al español por José Pérez Agote. Artículo que en esencia recoge un programa educativo desarrollado en Chipre, vigorizando el rescate de la memoria histórica como soporte para la formación de la ciudadanía chipriota, partiendo de No Olvidar lo que fue la invasión turca. Programa intitulado “YO NO OLVIDO” basado en una serie de libros, al estilo de lo que en Venezuela se ha denominado la “Colección Bicentenario”. Los libros “Yo No Olvido” son utilizados en diferentes niveles de la educación en Chipre. Estos libros de Miranda y Stravroula, ambos personal docente de la universidad de Chipre, los explican y analizan. Para mayor información pueden leer el artículo completo en el link al final anotado y pueden contactar a Miranda y Stravroula a través de: (miranda.christou@ucy.ac.cy), (s.philippou@ucy.ac.cy). Nos conduce a preguntarnos, en el resto del continente europeo y en el mundo, ¿dónde están los Yo no Olvido en el currículo que administramos?, ¿cómo rescatar la memoria histórica en los contenidos / procesos educativos y su adecuación en los distintos niveles?
Fuentes: Revista: Política y Sociedad, 2010, Vol. 47 Núm. 2: 121-132
https://revistas.ucm.es/index.php/POSO/article/download/…/21620
Editor: Alí Marcano. Coord. CNIE-Estado Sucre (Venezuela). Zapatero y Campesino devenido en Profesor de Historia (Jubilado MPPE). TSU en RR.II, Especialista en Andragogía, MSc. en Geohistoria, Doctorante en Cs. de la Educación (en desarrollo de tesis). Docente contratado nivel Postgrado UPEL-IPMALA.