Europa/España/ 16.04.2018 / Fuente: www.diariovasco.com.
Las necesidades del tejido productivo en el País Vasco se están transformando y de forma más acelerada con la salida de la crisis económica. Lo mismo que están desapareciendo puestos de trabajo aparecen nuevos que necesitan otro tipo de preparación. Desde el Departamento Vasco de Educación se trabaja en ajustar la oferta formativa a esa demanda, pero se está encontrando con el problema de que no hay alumnado suficiente.
La FP industrial cuenta con unas magníficas estadísticas en las que se refleja que prácticamente el 100% de los alumnos de los grados superiores encuentran empleo al poco de concluir sus estudios y en muchos del resto de grados se supera el 90%. Pero al parecer esas cifras no resultan del todo atractivas para los jóvenes porque en estos momentos el 20% de las plazas de los institutos donde se imparte esta familia de la FP se encuentran sin cubrir.
- 6.228 alumnos estudian en Gipuzkoa Formación Profesional Industrial, de un total de 13.534, lo que supone el 46%. Solo 557 chicas han optado por ciclos industriales, un 8,9%.
La disfunción que esta situación crea en la sociedad es preocupante porque en un futuro bastante cercano no se podrá hacer frente a la demanda de profesionales cualificados por parte de las empresas. Algo que puede resultar paradójico en un territorio como el guipuzcoano donde la FP ha sido la cantera de la platilla de muchas empresas. Esas plazas vacías en la actualidad, supondrán puestos de trabajo sin cubrir a corto plazo, en 2020, cuando los jóvenes que ahora cursos los estudios se habrán graduado.
La FP industrial ya no es sinónimo de buzo azul y grasa, ahora prima el componente tecnológicoLas empresas cada vez reclaman perfiles más completos, con una base cultural y científica
En estos momentos, de los 13.534 alumnos guipuzcoanos que estudian un ciclo de Formación Profesional, 6.228 se han decantado por la rama industrial, lo que supone un 46% del total. El 8,9% son chicas, con 557 alumnas.
Jorge Arévalo, viceconsejero de Formación Profesional, muestra su preocupación porque «no podemos dar respuesta al tejido productivo. Ahora las empresas necesitan trabajadores con una cualificación alta, en empleos que son de mayor calidad que en otros sectores con mejores sueldos. En la actualidad se está generando de nuevo un tejido industrial muy potente, orientado a la fabricación avanzada, la industria 4.0, que genera una necesidad de perfiles diferentes». En cuanto a la preparación y adecuación de los ciclos a esas nuevas demandas, la FP vasca está dando una rápida y respuesta, pero «necesitamos más personas». Esto, aclara, «no significa que haya descendido el número de alumnos, sino que nosotros creamos las plazas para cubrir las peticiones de las empresas que han aumentado».
No existe una razón concreta que explique esta situación que tiene un tanto desconcertados, no solo a los responsables de Educación sino también a las patronales, que en los últimos años han realizado una apuesta decidida por apoyar la FP, como se reflejará en del Acuerdo Marco de colaboración por el empleo y la cualificación en Euskadi 2018-2020 que mañana firmarán las consejeras Arantxa Tapia, Beatriz Artolazabal y Cristina Uriarte, el presidente de Confebask, Roberto Larrañaga y los presidentes de SEA, Cebek y Adegi, Pascal Gómez, Iñaki Garcinuño y Pello Guibelalde, respectivamente,.
En el acto de firma, el lendakari hablará de las necesidades del tejido productivo. En este sentido, el viceconsejero de FP reflexiona que «tenemos que sustituir a un número de personas importante por edad y porque ahora que la economía se está acelerando, y más en concreto el sector industrial, están surgiendo nuevos empleos».
Para Arévalo «con la cuarta revolución industrial va a haber más cambios y los jóvenes tienen una visión diferente del trabajo, ni mejor ni peor. Nuestra labor es saber orientarles hacia lo que la sociedad va a necesitar. A la idea de qué quiero ser hay que añadir qué puedo hacer». Para ello es necesario poner en marcha «itinerarios de éxito», con el más alto nivel de formación que den una alta capacidad de impermeabilidad. Esas rutas deben facilitar recursos para que pueda buscar alternativas de empleo. «Ya no vale eso de ‘esto es lo que he estudiado y algo haré’».
Mucha formación general
La imagen del estudiante de FP industrial en buzo azul y cubierto de grasa, manejando grandes máquinas, ha desaparecido -«puede que ese estereotipo esté perjudicando y sea una de las causas de que no se incrementen los alumnos»- . Ahora, los ‘industriales’ son casi de bata blanca. El tipo de profesional que se necesita debe contar con una importante componente cultural, científica y tecnológica, «es decir que deben tener una formación general de base lo más alta posible; que tengan como mínimo la Secundaria y en la mayoría de los casos el Bachiller». La componente profesional debe estar orientada a una alta cualificación y a una especialización para poder trabajar con tecnologías complejas. También son fundamentales los valores para cuando la inteligencia artificial esté mucho más desarrollada, el individuo siga tomando las decisiones. «Un título solo ya no sirve, hay que demostrar lo que se sabe hacer», apunta el viceconsejero.
Capacidades, habilidades y destrezas han sido las bases de la Formación Profesional. Ahora hay que añadir saber analizar y entender. «Los trabajos manuales a los que hasta ahora optaban los estudiantes de la FP industrial los van a realizar los robots. Las personas tienen que tener la capacidad para tomar decisiones.
Crear más itinerarios que comiencen en la FP y termine en la Universidad, intensas campañas de orientación en ESO y Bachiller, refuerzo de la FP dual y de los programas de especialización son algunas de las iniciativas que se han tomado hasta el momento para mantener la cantera de futuros profesionales industriales.
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