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La subcontratación en la Capital Social

Por: OLEP

Capital Social, CDMX o simplemente Ciudad de México. La capital del país lleva muchos años mostrando un rostro de “izquierda” donde las libertades democráticas se respetan, donde los derechos humanos son promovidos mediante una infinidad de programas sociales, donde existe una amplia apertura a los valores “progresistas” y respeto a las diferencias.

Sin embargo, tras esa máscara caritativa pintada de rosa mexicano se encuentra un rostro terrible de represión y explotación donde las necesidades del pueblo son dejadas de lado para privilegiar a los grandes empresarios nacionales y extranjeros.

Un ejemplo que demuestra esta relación es la legalización y normalización del outsourcing o subcontratación, es decir, de una forma de contratación en la cual el patrón (público o privado) le paga a una empresa (“contratista”, según el artículo 15 de la Ley Federal del Trabajo) para emplear a cierto personal para trabajar en las instalaciones de su compañía o dependencia sin que estos sean reconocidos como sus empleados, dejando toda la responsabilidad legal sobre ellos al contratista, mientras el patrón goza de todas las ganancias obtenidas. Cabe resaltar que la figura de las empresas “contratistas” es tan ambigua que permite eliminar los derechos de los trabajadores o simplemente desaparecer sin que esto implique alguna penalización hacia los dueños ni un seguimiento legal a éstos.

La subcontratación es cada vez más utilizada no sólo por empresas privadas, como las cientos de compañías de seguridad que brindan sus servicios a plazas comerciales o tiendas de autoservicio, sino por las propias oficinas de gobierno. Un claro ejemplo de esta forma de despojo de derechos es el caso de las trabajadoras de intendencia del Instituto de Educación Media Superior (IEMS), quienes fueron despedidas por luchar y demandar sus legítimos derechos a la organización, al salario justo, al trabajo digno y a la seguridad social.

Ahora bien, ¿qué hay detrás de la subcontratación en el sector público? En principio una necesidad de los grandes capitalistas por obtener mayores ganancias, pues en la dura carrera de la burguesía, el que se duerme se lo lleva la corriente. Esta ansia de ganancias se encuentra determinada por las propias leyes del capitalismo, es decir, no importa si los ricos son buenas personas o no. Si quieren seguir siendo ricos y mantener este sistema económico deberán acumular cada vez más, siempre a costa de la vida y el esfuerzo de los trabajadores, la plusvalía (la ganancia obtenida por el trabajo no pagado que le exprimen al pueblo). Aunado a este robo para obtener más ganancias, los capitalistas buscan eliminar los “gastos sociales”, es decir, esa parte de la ganancia “gastada” en pagos al seguro social, cuotas patronales, etcétera. En resumen, todos esos pagos y prestaciones que para nada son del agrado de los ricos y dan un poco de estabilidad a la supervivencia del trabajador.

En el caso del sector público capitalino, la burguesía de la Ciudad de México, del país e incluso la que viene del extranjero han presionado al propio gobierno “de izquierda” para que le cediera, por decirlo de algún modo, a una cierta cantidad de trabajadores y, de paso, los despojara de sus derechos. Es decir, no es que las empresas privadas generen nuevos empleos, como nos vienen diciendo una y otra vez, sino, por el contrario, el Estado elimina plazas en el sector público y les paga a las empresas privadas para que contraten a los trabajadores que cubrirían tales plazas.

Así, los sueldos bajan, pues no hay una relación directa entre el Estado y quien trabaja, la empresa se queda con gran parte de lo que paga el gobierno y le da una mísera parte al trabajador, apenas para comer. De la misma manera, la ganancia que antes iba para las arcas del país y servía para repartirle un poco a la sociedad (construcción de escuelas y hospitales, por ejemplo) ahora se va a los bolsillos de los ricos, quienes jamás le darán nada al pueblo.

El outsourcing o subcontratación en las instancias del Estado se convierte así en un arma doble en contra del pueblo: por un lado, los trabajadores pierden sus derechos laborales y, por el otro, las ganancias que deberían volver al pueblo se quedan en los bolsillos de los empresarios.

En este sentido, la llamada Capital Social se revela como un mero espejismo, como un modelo de ciudad que no podrá ser mantenido durante mucho tiempo y cuyas medidas de “apoyo para el pueblo” sólo servirán para generar clientes a quienes cobrar favores políticos a la hora de las elecciones. Esta situación se hace evidente en los múltiples despidos en delegaciones como Iztapalapa, Tlalpan o Venustiano Carranza; en la falta de estabilidad laboral de los trabajadores de SaludArte; en las contrataciones por outsourcing de los empleados de intendencia; en las deficiencias de la gratuidad en los Centros de Salud o las carencias del IEMS.

El Estado va mostrando así su verdadero rostro: el aparato político-militar que utilizan los empresarios para mantener sus privilegios y contener al pueblo por medio de la violencia, al tiempo que sus programas sociales y apoyos estatales se van difuminando, dejándolo todo al mercado.

Estas dificultades ya las han visto y sentido en carne propia las compañeras de intendencia despedidas injustificadamente del IEMS, quienes, sin saberlo, se enfrentaron a una de las cabezas de este monstruo llamado capitalismo, el cual se defenderá con uñas y dientes, pues si uno de sus rostros cae, se verá que los demás también pueden caer. Por ello su lucha es tan digna y a la vez tan complicada.

Por estos motivos creemos necesario organizarnos de manera independiente no para exigir una “verdadera Capital Social” o el retorno al “Estado Benefactor” donde nacen explotados felices, sino la superación del propio sistema capitalista como única salida a esta realidad tan injusta.

Como OLEP hacemos el llamado a usted trabajador, del sector público o privado, que sufre de contratos por outsourcing o cualquier otra forma de despojo de sus derechos laborales, a escribir sus denuncias en FRAGUA y a unirse con nosotros en este esfuerzo que tenemos como organización.Caminemos juntos y exijamos por medio de la movilización un trabajo justo, salario digno y seguridad social; luchemos de manera digna por un futuro mejor para todos, en el que no exista la explotación, el despojo ni la represión; luchemos por alcanzar el socialismo.

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Los Maestros y la lucha política en México

Poco a poco y con enormes esfuerzos, serios golpes, dificultades internas y varios errores sobre los que reflexionar, los maestros disidentes han logrado abrir camino a su rebelión contra la reforma impulsada por el gobierno de Peña Nieto y ser oídos en buena medida por una sociedad que había sido capturada por el discurso empresarial que difunden persistentemente los medios de comunicación. Han ido, en efecto, ganando terreno, desmontando mentiras, resistiendo el encarcelamiento de algunos de sus dirigentes y los asesinatos y la violencia sufrida durante las protestas.

En unas cuantas semanas de intensa movilización, los mentores lograron que las ideas-fuerza del gobierno peñista, la cuales propagaban el discurso doble de que la reforma acabaría con los “privilegios” de sectores de maestros al imponer la llave maestra de la “evaluación” de los docentes para alcanzar la “calidad” educativa, se desgastaran y, hasta cierto punto, dejaran de tener sentido. La batalla, no obstante, no está aún ganada, y todo augura que el proceso será largo.

En el transcurso, el movimiento protagonizado por los maestros ha producido ya, particularmente en los últimos meses, un conocimiento que vale la pena recuperar y analizar. En realidad, todo auténtico movimiento permite ver aspectos de la realidad que permanecen ocultos o ignorados hasta el momento mismo de la acción colectiva. En ese sentido, con frecuencia se repite que dejan valiosas experiencias. Pero, adicionalmente, este movimiento se produjo en momentos de particular desgaste de las fuerzas políticas del país y en medio de un escandaloso deterioro social marcado por la violencia y una crisis económica no declarada, todo lo cual le imprime una dimensión que es necesario examinar.

Un gremio clave

Ciertamente, una de las cualidades del gremio educativo es estar en todas partes, desde el rincón más alejado y agreste del país hasta el barrio más céntrico de cada ciudad. Como conjunto, sólo a los maestros les es dado este don de ubicuidad. Los curas, los policías y, si hay suerte, los médicos llegan donde sea (al menos como posibilidad), pero no hay tantos para estar en todas partes. En México hay casi 1.5 millones de maestros de todos los niveles escolares, distribuidos en poco menos de 250 mil escuelas, que atienden a un aproximado de 30 millones de niños y jóvenes. Es esto lo primero que hace peligrosos a los maestros y por lo que se les intenta tener siempre bajo control.

Todo poder estatal interviene, de una manera u otra, en esa formidable herramienta de estructuración social que es la escuela. Pero un Estado interventor y autoritario como el que ha sufrido México a lo largo de su historia, y especialmente el emanado de la contienda revolucionaria de principios del siglo pasado, consideró como una de sus prioridades el control del sistema educativo y la sujeción de sus actores como extraordinario medio de consolidación y proyección estatales. No hay que olvidar, como señala Raymond Williams, que “Las instituciones educativas suelen ser los principales agentes transmisores de una cultura dominante efectiva, implicando actualmente una importante actividad económica y cultural; y ciertamente es ambas cosas en el mismo momento.”1

En México, los trabajadores de la ciudad y el campo fueron incorporados a través del partido oficial y de un conjunto de instrumentos de control político a la estructura misma del Estado, impidiendo por diversos medios (concesiones, corrupción y represión combinadas) toda forma de organización y actuación autónomas e independientes. El gremio magisterial fue particularmente disputado, pues la nueva burocracia estatal confiaba, además, en que podría cumplir un relevante papel en la edificación del país posrevolucionario que comandaba, de manera que el gremio desempeñó siempre un papel destacado en el marco del corporativismo mexicano.

La resistencia de segmentos de los maestros a tales pretensiones viene, por tanto, de muy lejos. La lucha magisterial por mejorar sus condiciones de trabajo y salariales, así como las batallas por alcanzar la autonomía y la democracia de su organización sindical, ha sido una constante. Tras haber sido un pilar de las reformas cardenistas de finales de la década de 1930, los maestros fueron severamente golpeados y su organización cayó en manos de líderes charros, sostenidos por el poder estatal quienes, a cambio de la posibilidad de agenciarse jugosos negocios, han estado al servicio del priismo para coartar la acción magisterial, corromper a parte de sus agremiados y entregar (o negociar) su apoyo al gobierno en turno.

No obstante, someter a los maestros no ha sido fácil, y la segunda mitad del siglo xx da plena cuenta de las múltiples luchas, sección por sección del sindicato, de quienes han buscado incansablemente liberarse de ese yugo y defender las condiciones laborales del magisterio. Recordamos a Othón Salazar y al movimiento impulsado por él como parte ejemplar de esas batallas, sin las cuales sería difícil comprender la enjundia y determinación de los maestros que hoy luchan en muchas partes del país.

A golpes y con toda clase de triquiñuelas, los líderes abyectos han logrado mantener hasta ahora el control de la dirección nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y de la mayoría de las secciones estatales, pero no han podido evitar que en varios estados y en buena parte de la capital del país triunfase la disidencia respecto al oficialismo.

Aunque la fuerza principal de los maestros independientes ha estado históricamente en Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Chiapas, ahora los contingentes opuestos a la reforma peñista han ido en consistente aumento, produciéndose movilizaciones de profesores en lugares donde el priismo los tenía bajo riguroso y añejo control. Frente a la nueva ofensiva gubernamental, el proceso ha sido lento y dificultoso, pero durante los últimos tres años las razones de la protesta se han discutido de manera incansable escuela por escuela con los mentores no involucrados y con los padres de familia. Ese debate ha llegado a las comunidades y los pueblos, a las casas pobres que dan particular valor al trabajo de sus maestros, ampliando la base social que apoya la lucha magisterial, formando en entidades como Chiapas y Oaxaca un movimiento popular de profundo alcance.

Y es que, sin duda, la torpeza gubernamental ha sido acicate fundamental y alimento cotidiano de este movimiento, pues lleva a cabo en forma despótica –apostando al uso de la violencia estatal y al control corporativo– el proceso de evaluación que evidencia sus inconsistencias y pende como amenaza para miles de maestros que han perdido o podrán perder el empleo. Pero también se han conjugado las luchas pasadas cuyas razones persisten, el malestar que recorre el país, el hartazgo y la determinación que empiezan a dar forma a una voz popular que, articulada por la lucha magisterial, va más allá de sus importantes reivindicaciones y perfila programa, organización y medios de lucha que repercutirán en el futuro próximo.

Este hecho plantea al magisterio un reto mayúsculo que implica a su fuerza y experiencia políticas. Hasta ahora han pesado la dinámica gremial y las demandas del ámbito laboral que el gobierno ha atropellado, pero la crisis evidente de la educación entretejida con la situación deplorable del país pone en otra tesitura a los maestros.

Esto quizás explica que el poder del Estado haya echado mano de su viejo arsenal, que combina la negociación con la amenaza y la represión brutal para intentar detener las protestas y sacar adelante su proyecto.

Lo desnudado por la lucha magisterial

En México se habla desde hace tiempo de cambios que supuestamente han permitido dejar atrás el régimen político de partido de Estado; incluso, algunos han llegado a la impostura de considerar que ha habido una transición democrática. Pero durante el movimiento de los maestros se han hecho evidentes no sólo la persitencia del régimen autoritario, que sigue luciendo sus lados más dañinos, sino las rearticulaciones del sistema de partidos de Estado que validó las reformas de Peña.

Por un lado, debe reconocerse que la tranquilidad o el cinismo con que el gobierno peñista enfrenta las atrocidades cometidas da cuenta de los asideros que le restan aún. Para muestra, señalemos la actitud de todos los gobernadores (formalmente de filiación política distinta) y, en particular, la complicidad con que ha actuado Miguel Ángel Mancera en la Ciudad de México, prestándose el virtual jefe del perredismo a ser parte del atropello de las libertades políticas magisteriales.

Pero, por otro lado, es notable que se trata de un régimen carente de la legitimidad de tiempos pasados, bastante menos eficaz políticamente y que de forma cada vez más frecuente requiere hacer uso de las peores formas priistas contrarias a la convivencia democrática, como la difamación, la amenaza, la persecución, la imposición, el encarcelamiento y, por último, la violencia armada, que ha causado ya la pérdida de vidas.

Pero el magisterio no sólo ha tenido que enfrentar la fuerza gubernamental. En este conflicto hemos visto a un sector empresarial sumamente activo y beligerante, que muestra su tradicional torpeza política, pero también la avidez con que está dispuesto a defender los intereses que ve en juego con la reforma peñista.

Junto con el surgimiento del Partido Acción Nacional, las derechas clerical y empresarial desplegaron una persistente oposición a los principios laicos y sociales que antaño inspiraban la educación pública y, junto a esto, desplegaron un agresivo discurso contra los mentores, quienes escapaban en general a su influencia ideológica. A tal propósito respondieron las diversas agrupaciones de padres de familia creadas el siglo pasado. Hoy han renovado sus formas y se presentan con mayores pretensiones hegemónicas, pero el contenido es el mismo.

El proceso de privatización neoliberal tiene en realidad diversas expresiones, y una de ellas es el protagonismo del sector privado en áreas reservadas (aunque siempre disputadas) que forman lo público o, en el caso de México, también en el espacio de la lucha política abierta, que antes le era vedado. Claudio X. González hijo y sus huestes de Mexicanos Primero constituyen la parte más activa y agresiva de un empresariado que hace tiempo busca, particularmente en contubernio con Televisa, el negocio educativo, camino que ha venido abriendo a través de las distintas fundaciones donde participa y de las cuales ha sacado buen provecho.

Es el negocio de los servicios educativos, pero también una pretensión de predominio ideológico, como muestra la agresiva injerencia de los medios de comunicación. Con claro tinte clasista y hasta racista, la televisión en particular se ha empeñado en denigrar y difamar la figura del maestro. No sólo construye un discurso sobre las formas violentas que, según esos medios, caracterizan este movimiento, sino que busca apuntalar la intolerancia de la respuesta gubernamental. Partidarios del uso de la fuerza y la represión, estos dueños del dinero no miden las consecuencias, pues forman parte definitoria del deterioro del país.

El tercer frente que han tenido los maestros en lucha es el propiamente sindical. Es cierto que el charrismo golpeado del SNTE aparece tan dócil y servil ante la iniciativa gubernamental que resulta poco útil, pero en el ámbito interno es un instrumento que busca minar la dirección del movimiento, golpea a los maestros en cada lugar que puede, y se presta a cualquier maniobra para hacer fracasar el movimiento.

En medio de una tendencia mundial de reestructuración del trabajo, que con el desempleo estructural amenaza severamente sus condiciones, recorta derechos y tiende a desaparecer la seguridad social, los sindicatos han sido desprestigiados y denigrados como una manera de socavar la resistencia de los trabajadores. En México, además, el Estado se ha empeñado en combatir con todos los medios a los sectores independientes, como lo recuerda el caso del Sindicato Mexicano de Electricistas. De tal forma, los mentores saben que en este movimiento se juega también la subsistencia de los reductos democráticos logrados en el snte.

Éste es un tema complejo que no podemos abordar aquí en todas sus dimensiones. Pero debe señalarse que, en efecto, las formas sindicales en general se han deteriorado. En el magisterio las cosas no son diferentes. Por tanto, en la medida en que la estructura sindical de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación es su columna vertebral, el movimiento está ante la necesidad de sacudirse inercias y métodos de organización desgastados, que llegan incluso a atropellar la democracia interna. En particular, la misma acción masiva de los maestros y las definiciones que habrá de tomar el movimiento ponen sobre la mesa el requerimiento de formas y métodos colectivos de relación y organización de los mentores que construyan y respeten sólidas decisiones mayoritarias y constituyan así un blindaje para la fuerza adquirida.

El manto negro que quiere cubrir Nochixtlán

Los acontecimientos alrededor de lo ocurrido en la dramática jornada del 19 de junio en Asunción Nochixtlán, Oaxaca, expresan dolorosamente el estado que guarda la situación política del país, donde la impunidad es signo distintivo.

El paisaje tras la batalla en el pueblo mixteco resulta desolador. Una mezcla de rabia y miedo se ha instalado entre sus casi 15 mil habitantes. Y es que pasan los días, las semanas, y lo ocurrido está aún en la absoluta penumbra. La primera versión oficial no tardó en caer; mostró un poder al que le cuesta, incluso, mentir bien. Los videos que de inmediato circularon en las redes sociales mostraron que los policías federales entraron en el pueblo disparando contra la gente. Los pobladores han contado desde ese día una y otra vez lo vivido, y en sus relatos no ocultan la rabia con que resistieron el ataque y lograron que el bloqueo carretero se mantuviera. Pero detallan también las formas delictivas con que actuó la autoridad y las inhumanas formas con que fueron tratados los heridos y los niños.

Hoy es impreciso aún el número de muertos y heridos. Unos han hablado de 8 decesos, otros de 9, algunos más de 11 y, en la ancestral incredulidad, la voz popular opina que seguramente fueron varios más. Lo mismo sucede con los heridos: la danza de declaraciones y el manejo absurdo de las cifras (¿acaso no hay diferencia entre 30 heridos o más de 100?) los han obligado, junto a los familiares de los asesinados, a denunciar en la plaza del emblemático Tlatelolco el daño sufrido. ¿Realmente es tan difícil precisar cuántas vidas se perdieron ese día y cuántas sufrieron daños? No, a menos que se quiera ocultar. Por ello, sin la menor vergüenza, las autoridades declaran que “no se puede dar un número concluyente de fallecidos y heridos”.2

El gobierno, a través de la Secretaría del Gobernación, ha vuelto a mostrar, igual que con los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, que las vidas segadas y los hechos brutales en que están involucrados sus fuerzas policiales no lo inmutan ni conmueven. La ceguera que provoca tal insensibilidad los ha llevado a cometer, adicionalmente, el atropello de ofrecer reparación del daño, cuando lo urgente radica en hacer justicia y castigar a los culpables. Resulta dificil no creer que tal torpeza es en realidad un fallido intento de cooptación.

Son oscuras las razones de que el poder decidiera enfrentar de tan inadmisible manera, tras haber roto el bloqueo de la carretera internacional que va a Oaxaca, a los pobladores de Nochixtlán. El pueblo había expresado su decidido apoyo a la lucha magisterial, pero se sabe que no es el único, sobre todo en la región mixteca. ¿Se buscaba dar un castigo ejemplar? ¿Les enfurecía especialmente que estuviera bloqueado el acceso a la refinería Dovalí? Otras versiones corrieron en los medios de comunicación; lanzaban la provocación de que había sido realmente un enfrentamiento auspiciado por algún grupo armado (algunos señalaron directamente al Ejército Popular Revolucionario); así, además de contribuir a la confusión y según la cobarde versión gubernamental, los agresores resultaban las víctimas.

Nochixtlán es un acontecimiento que permite entender la naturaleza del régimen político del país y su nivel de degradación. Mentiras, difamaciones, violencia, deshumanización extrema que prueba sin sutilezas que importan más los intereses materiales afectados que la pérdida de vidas humanas. En ese ambiente se rearticula el priismo actual, y –en complicidad– la clase política se reproduce en este régimen.

Pero Nochixtlán también revela el compromiso popular que se forja, la determinación y el valor con que pueblos enteros del país están dispuestos a enfrentar la violencia instalada por el entramado estatal y del crimen organizado, como expresa la lucha de las autodefensas y las policías comunitarias. Hay ahí una poderosa fuerza, cruzada aún por organizaciones muy disímbolas o marcada por la acción espontánea y esporádica, pero determinante.

Esto lleva de nueva cuenta a reflexionar sobre las formas que adquiere ahora la lucha política popular, donde los maestros han sido elementos decisivos gracias a su solidaria acción en todos los conflictos y agravios sufridos, particularmente en Oaxaca y Chiapas, por los desposeídos de la ciudad y el campo.

Desde hace tiempo se discute de forma superficial el tema de la radicalidad y su proceder en los movimientos y las protestas. En realidad, es un asunto tan viejo como la lucha política misma, pero no deja de sorprender la gran propagación de la idea (construida en los medios televisivos) de que la pugna de los maestros ha recurrido a métodos violentos inadmisibles. La respuesta del magisterio se ha centrado en que son falsas acusaciones, difamaciones y montajes provocados para despertar el repudio social a su movimiento y justificar la represión y los despidos. Incluso, intelectuales considerados progresistas y bien informados juzgan que, aun cuando tuvieran justeza las demandas, los profesores han cometido inaceptables excesos. ¿Es así? ¿Quién pone los límites? ¿Quién determina que un bloqueo carretero o un plantón es delito?

Vale la pena repensar el tema de las formas que adquiere la lucha social y política, pues las fuerzas políticas y los propios movimientos parecen estar presos de esas construcciones mediáticas que dan por válidas sólo ciertas formas y, en tono cada vez más elevado, desacreditan y condenan otras. Se trata de un tema delicado y clave en el éxito o el fracaso de su lucha.

Las herramientas de los maestros para exigir la derogación de la “reforma educativa” y defenderse de la agresión contra sus derechos han sido, por una parte, las que les ofrece estar organizados sindicalmente (el paro laboral y la movilización de sus agremiados, principalmente); y, por otra, las distintas conexiones e interacción del gremio con la sociedad en su conjunto.

Las multitudinarias marchas que desde décadas atrás han sido el principal medio utilizado por las protestas (recordemos las realizadas contra el fraude electoral, en reclamo por la asfixia en que se tiene al campo, para detener la violencia irracional y por la aparición de los normalistas de Ayotzinapa) han resultado, a los ojos de muchos, inútiles. El poder no escucha y, pese a eso, trata de limitarlas y desprestigiarlas.

El movimiento magisterial ha combinado diversas formas de acción, y eso le ha permitido poner al gobierno en la mesa de la negociación y abrir la posibilidad de debatir una verdadera y democrática reforma educativa. Las luchas necesarias buscan todos los medios que les permitan agrupar la mayor fuerza posible; por ello, en general son formas abiertas y democráticas. Pero cuando los agravios suben de tono (y Nochixtlán es el caso), resulta natural que la protesta también lo haga. Ese principio elemental parecen ignorarlo quienes hoy se asustan de la fuerza enérgica aflorada en el sur del país, pero no se revelan frente a la impunidad con que el gobierno ha actuado.

El movimiento pone esencialmente en juego su fuerza, pero el apoyo que logre en otros segmentos de la sociedad es fundamental en el resultado. Las alianzas y los reagrupamientos de diversas expresiones y organizaciones se vuelven por tanto indispensables para alcanzar los objetivos. En el caso de la lucha magisterial se ha desplegado un importante abanico político que la apoya, pero que carece aún de articulación y medios para impulsar sus acciones que permitan fortalecer el proceso, lo cual hace pensar que el movimiento no se ha desplegado aún en toda su potencia.

Por lo pronto, es claro que la reforma educativa requerida será posible sólo si se impide que los valores e intereses mercantiles se instalen como generales en el sistema público de educación. Y ésta supone una batalla que habrá de librar el conjunto de la sociedad mexicana.

Estamos por tanto ante un acontecimiento de la mayor relevancia, donde puede ponerse en juego la lucha por una nueva hegemonía que involucre el cambio en todo el entramado social. En México se avecinan batallas de gran envergadura, en la medida en que las pequeñas o locales se multiplican cada día. Nadie puede saber si la lucha magisterial abrirá el torrente de la acción popular en todo el país, pero sin duda está dando un aporte sustancial.


1 Raymond Williams. “Base and superestructure in marxist cultural theory”, en Roger Dale. Schooling and capitalism: a sociological reader, Londres: Routledge & Kegan Paul, 1976, página 205.

2 La Jornada, 1 de julio de 2016.

Fuente: http://revistamemoria.mx/?p=1196

Imagen: revistamemoria.mx/wp-content/uploads/2016/08/diego-40web-768×390.jpg

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Los 114 días que sacudieron a México

Por: Luis Hernández Navarro

Durante 114 días, la resistencia magisterial contra la reforma educativa ha estado en el centro de la agenda política nacional. Desde el pasado 15 de mayo, la huelga docente y la lucha de los padres de familia en defensa de la enseñanza pública ha sacudido regiones enteras del país, alterado la marcha de la economía y crispado el mundo de la política institucional.

No hubo, en todo este tiempo, una noticia que mereciera más ocho columnas de la prensa escrita y más cobertura en los noticiarios radiofónicos y en los telediarios. La cuestión educativa y las protestas magisteriales atravesaron la vida cotidiana de millones de ciudadanos. En comidas y reuniones familiares, transportes públicos, centros de trabajo, asambleas y reuniones universitarias el asunto se convirtió en tema obligado de conversación y debate.

A lo largo de estos casi cuatro meses, los maestros de la CNTE y sus aliados lograron que amplias franjas de la sociedad reconocieran que la reforma educativa está lejos de ser una solución a las carencias de la enseñanza pública en el país. Hicieron evidente que, por el contrario, es un verdadero problema. Mostraron que detrás de ella se esconden intereses empresariales que se disfrazan de ciudadanos, y que utilizan la coartada de los derechos de la niñez para hacer negocios. Esclarecieron que las leyes secundarias aprobadas por el Congreso de la Unión están mal hechas y peor aplicadas.

El movimiento magisterial ha sido, desde hace casi cuatro años, un dique social a las reformas neoliberales en marcha. Durante estos últimos 114 días, sus integrantes enseñaron en las calles, en las plazas y en las vías de comunicación el carácter antipopular y antinacional de las modificaciones legales presumidas por Enrique Peña Nieto como el gran logro de su ­administración.

En distintos momentos, a lo largo de los primeros meses de 2016, el gobierno federal anunció el fin de la CNTE, su derrota definitiva. La huelga nacional magisterial iniciada el pasado 16 de mayo demostró que las declaraciones gubernamentales eran baladronadas. La coordinadora no había sido vencida y, por el contrario, ahora es más fuerte que nunca. Los maestros abatieron la estrategia guerrerista de Aurelio Nuño (que demostró ser un pésimo político y peor policía).

De paso, la CNTE demostró que es un intelocutor necesario y legítimo para abordar la agenda educativa del país. Los maestros obligaron a las autoridades a sentarse a negociar y a que se les hicieran concesiones significativas. Clave en este diálogo fue el papel de la Comisión Nacional de Mediación (Conamed).

Muy pocos movimientos han sido objeto de una campaña de desinformación y estigmatización como la que el gobierno federal y el mundo empresarial emprendieron contra los trabajadores de la educación en lucha. Como si estuviéramos en plena guerra fría y los maestros fueran enemigos del país, políticos, líderes patronales y comunicadores lanzaron contra ellos todo tipo de calumnias y falsedades. El espíritu represor de Gustavo Díaz Ordaz rencarnó en Los Pinos.

A pesar de ello, la coordinadora ganó el respaldo de destacados investigadores educativos, de muy importantes intelectuales, del EZLN, de pueblos indígenas, de jerarcas religiosos y feligreses, de innumerables organizaciones sociales y de multitud de padres de familia. El foro de la CNTE Hacia la construcción del proyecto de educación democrática, celebrado el 9 de agosto de 2016 en el Centro Médico Siglo XXI, fue un momento central de este apoyo.

El movimiento magisterial no logró la solución de su principal demanda: la abrogación de la reforma educativa. En cambio, demostró que en amplias regiones del país esa reforma está muerta. Nunca se va a poder aplicar. En Chiapas, el gobierno federal tuvo que aceptar, simple y llanamente, abrir un paréntesis en su implementación hasta 2018.

El mismo Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación suspendió la evaluación al desempeño docente durante un año, limitándola a aquellos que la presentaron y obtuvieron resultados deficientes. El instituto reconoció, además, que tenía que modificar el tipo de evaluación en las escuelas multigrado y de educación indígena (casi 43 por ciento de las escuelas del país).

A pesar del complejo de avestruz del Congreso de la Unión y de su vocación de esconder la cabeza para ignorar los grandes problemas, el debate sobre la reforma educativa llegó también, por obra de la lucha magisterial, a este poder. Los legisladores que se negaban a reconocer que era necesario modificar la norma tuvieron que tragarse sus palabras. La discusión está allí. Y, aunque todavía está en veremos si el conflicto encontrará una vía de solución a través de las Cámaras o seguirá dominando la vocación autista de muchos legisladores, la pelota está en su cancha.

No obstante que la SEP y el SNTE negociaron en secreto que el aumento al salario base de 3.5 por ciento no se aplicara a más de medio millón de maestros que se encuentran en carrera magisterial, las protestas docentes (incluidas las de Nuevo León) echaron atrás este acuerdo.

El movimiento logró liberar a ocho de los dirigentes oaxaqueños presos. Sin embargo, cerca de 32 siguen en las cárceles, acusados de delitos fabricados y absurdos. No se ha hecho justicia a las víctimas de la masacre gubernamental de Nochixtlán. Peor aún, sigue en el aire la tentación gubernamental de involucrar falsamente en esos hechos a seis organizaciones sociales ligadas al movimiento magisterial. No hay un solo responsable castigado por el asesinato a manos de la policía de los profesores Claudio Castillo, Antonio Vivar Díaz, David Gemayel Ruiz.

A pesar de ello, es indudable que el movimiento magisterial ha cosechado muchos y muy importantes triunfos en esta última oleada. Hoy martes, su Asamblea Nacional Representativa (ANR) acordará el rumbo que seguirá su lucha. Entre otras cosas, teniendo como telón de fondo la decisión del magisterio de regresar a clases y la consulta en marcha de los profesores chiapanecos, determinará si mantiene o modifica sus actuales formas de protesta, sin renunciar a seguir la movilización. Decida lo que decida, tiene en su haber, tras de estos 114 días que sacudieron a México, logros históricos.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/09/06/opinion/017a2pol

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Sindicatos con la CNTE

Por: Pedro Echeverría

1. ¡A toda Madre!, si la lucha de la CNTE es apoyada por 52 mil telefonistas, 18 mil electricistas, otros cinco mil de la refresquera Pascual, así como otros miles de trabajadores y académicos de la UNAM, según los resolutivos de su Congreso, pues el gobierno debe ponerse a temblar. Por el contrario los profesores del país tienen que enterarse de esos resolutivos para que vean que no están solos; que al fin las grandes batallas en las calles, que durante más de tres años ha realizado la Coordinadora (la CNTE), comienzan a fructificar porque sus concepciones de lucha de no venderse, no dar pasos atrás ni claudicar, han sido las más correctas.

2. Estos sindicatos no han sido radicales en sus luchas, pero han logrado vivir muchos años manteniéndose en el bando progresista. No se puede olvidar 1976 cuando Hernández Juárez logró derrocar al tal Salustio Salgado que era un líder venal plegado a Fidel Velázquez, el más grande charrote que ha dado México. Desde entonces el líder telefonista ha sabido caminar en el filo de la navaja que maneja Carlos Slim desde entonces. Pero si Hernández Juárez apoya a los maestros esto quiere decir que en toda la República los telefonistas saldrán a la calle junto con los maestros invitando a otros sindicatos como del IMSS, el ISSSTE, a manifestarse.

3. Los electricistas del SME después del terrible golpe que les dio el presidente Calderón y su perro Lozano, el secretario de Trabajo, cesando a 44 mil electricistas, no pudieron levantarse. Hoy, los 18 mil obreros restantes, después de importantes batallas dadas para recuperar su trabajo, han conseguido restaurar sus fuerzas para reconfirmar su apoyo a la CNTE. La refresquera Pascual lleva décadas construyendo su sindicato independiente y al mismo tiempo luchando por fortalecer su cooperativa de producción. Pero, a pesar de mil dificultades, la cooperativa ha logrado sobrevivir dentro del capitalismo salvaje que ha buscado destruirla.

4. El STUNAM, que se constituyó en 1977 con la unión de los trabajadores del STEUNAM y de los académicos del SPAUNAM, ha luchado desde 1971 por representar a todos los trabajadores de la UNAM. (A mí me tocó ser uno de los 20 integrantes de la Comisión Coordinadora del SPAUNAM en 1975/76 durante la gran huelga que logró su fundación y reconocimiento) Los empleados y académicos de la UNAM tienen mucha presencia dentro del sindicalismo académico del país y podrían intervenir para conquistar más apoyos a las batallas de la CNTE. Quizá ayude a que los sindicatos de la UAM, del Colegio de Bachilleres, la UACDMX, pronuncien su apoyo.

5. Obvio, no es tan fácil. En este momento la secretaría de Gobernación, la del Trabajo, la Procuraduría, deben estar moviendo sus contactos para evitar que los apoyos sean reales y que sólo sean simples declaraciones. Imagine nada más cuando Gobernación les dice a los dirigentes: “Compañeros del STUNAN, electricistas, telefonistas, refresqueros, ¿qué necesitan de mí que todo lo tengo, que no pueda darles? ¡No se olviden que esta es una política de Estado y con su intervención pueden descomponerlo todo! En fin, ya lo veremos en las próximas movilizaciones, aunque también en la actitud de los gobernantes en al trato a la CNTE.

6. Lo más importante es que esas declaraciones y apoyos de sindicatos y organizaciones a la CNTE, son un reconocimiento de la justeza de las luchas de los maestros y de los padres de familia ligados a ellos. Mientras los empresarios explotadores cumplen su misión de estar junto a los políticos y gobierno, los dirigentes obreros cumplen también con estar con sus hermanos de clase: los trabajadores. Esto es lo que se llama la lucha de clases: clase explotadora y clase explotada, opresores y oprimidos, multimillonarios y miserables; no hay término medio: o se está con unos o con otros en una batalla que es histórica de los trabajadores contra sus opresores.

7. La Coordinadora, después de 36 de grandes batallas, no tiene “cola que le pisen”, es decir, se ha conservado absolutamente limpia y honesta en su actuar y proceder; por ello cualquier apoyo es un reconocimiento a su historia. A partir de la solidaridad del STUNAM, telefonistas, electricistas y la cooperativa Pascual –así como del permanente apoyo de López Obrador- la CNTE se fortalece. Se continuarán con las marchas, los campamentos y los bloqueos hasta que el gobierno derogue la Reforma Educativa Privatizadora y regrese las cosas a su lugar. Los miembros de la CNTE estamos muy agradecidos con esos apoyos.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216065&titular=sindicatos-con-la-cnte-

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«Nochixtlán va rumbo al autogobierno»

América del Norte/México/03 Septiembre 2016/Autor y fuente: Ruptura colectiva

A dos meses de la masacre, el pueblo de Nochixtlán sigue sin autoridades gobernamentales pero con un Comité Ciudadano que se inscribe en una dinámica de emancipación política para que se retomen los Usos y Costumbres de la región. Nuestro equipo ha ido al encuentro de Sergio Lopez Garcia y Suzana Avendanio Hernandez, ambos miembros elegidos del recién creado Comité Ciudadano encargado de mantener la gobernabilidad en Nochixtlán. Con ellos, volvemos sobre los hechos ocurridos desde el pasado 19 de Junio, el planificado acto de terror, la huída de las autoridades municipales, la quema del Palacio Municipal, la constitución de una Asamblea Popular con el nombramiento de representantes por barrios y la actual « guerra psicológica » que se vive cuando varios elementos perturbadores, incluyendo al párroco, están sembrando la discordia para facilitar el regreso de las antiguas autoridades municipales y policiales.

¿Cómo definirían los valores que unen los pueblos de la región como mixtecos y lo que estos valores le permiten en cuestión de resistencia y de organización social?

Suzana: Se considera Nochixtlán como un pueblo con tradiciones y costumbres muy arraigadas. Personalmente, considero que uno de los valores principales que nos unen como pueblo es la Fraternidad Mutua. Por origen, se considera que nuestros antepasados fueron muy bélicos y a través del tiempo esta belicosidad se ha transformado en un especie de tranquilidad pero en el momento en que se quiere pasar por encima de sus valores y orígenes, vuelve a resurgir el pueblo que tenemos de raíz y en la sangre, que no nos vamos a doblegar ante nadie ni dejar que nos pisoteen. Somos un pueblo honesto y tranquilo pero no sumiso.
Ahora Nochixtlán vuelve a resurgir en una etapa de metamorfosis porque ese capullito en el cual se encerraba ha sido atacado, esa tranquilidad entre comillas, así que resurge la belicosidad del pueblo que trae de raíz. Considero que esto va seguir adelante en el sentido de que, por lo mismo de que Nochixtlán está retomando esta actitud que podríamos decir de « dormida », ahora vemos en la gente la intención de manifestarse y de exigir, ya no pedir, lo que le corresponde como pueblo.

Sergio: Los mixtecos somos un pueblo guerrero, siempre hemos peleado y seguimos peleando por un surco, por un metro o por los limites de tierra. Ahora resurge inconscientemente la adrenalina del pueblo ante la impotencia de un gobierno que no lo escucha y que no hace las cosas a la altura de la gente. Protestamos porque todo es una falacia, nos dicen: « hoy vamos a hacer una reforma y va a bajar la gasolina, va a bajar el gas, va a bajar todo » pero al final de cuenta es el contrario.

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¿Qué tipo de intereses más amplios han podido interferir con esta unión y, para ustedes, a qué vinieron las fuerzas estatales este 19 de junio?

Sergio: Eso es una cuestión mundial y está claro que hay intereses más grandes. México pertenece a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) y obviamente, desde que Salinas empezó a meternos en este esquema, se quiere que México se estandarice al nivel internacional cuando realmente México no es un país desarrollado y sigue a parte por no poder competir con estos países. Nuestra cultura, nuestros costumbres, nuestra manera de vivir es diferente. Ya no es un problema solo magisterial y de reforma educativa sino que es un problema social y más profundo.

Para muchos, su pensamiento dista de esto porque su pensamiento es de televisión, o sea, de lo que le vende el gobierno. El gobierno a hecho todo a la medida para que la gente no piense sino que sea de una mente muy pequeña y en eso la tiene sumisa y pensando que el gobierno lo está haciendo bien. Eso es el problema. El gobierno dio ciertas concesiones y utilizó a los maestros, beneficiándose de ellos, pero últimamente, como estos ya se liberaron y aprendieron a luchar, la situación se pone así y es lo que nos pasa en Oaxaca y en México.

Suzana: Yo considero que es una estrategia del gobierno. Tenía planes de ataques en Chiapas pero como sabía que allí se iba enfrentar también con narcotraficantes, decidió atacar a Nochixtlán que tiene la fama de ser un pueblo muy tranquilo. Queriendo someternos e imponernos la idea de que ellos prevalecen, consideraron que aquí no iba haber respuesta. Nunca esperaron tal rebelión en Nochixtlan.

Ahora, los empresarios se unen pero en realidad ellos no pierden gran cosa porque los que pierden son los empleados, no ellos. Manifiestan que van a dejar de pagar sus impuestos pero allí viene todo: ¿Quienes son los empresarios? ¿Quién se va a quedar con el dinero? Por eso digo que es una estrategia del gobierno, son intereses políticos y económicos los que se mueven acá aunque no los han pintado de otra manera. Yo considero que es la cuestión monetaria lo que se está tratando de evadir acá y desgraciadamente nos tocó a nosotros como nochixtecos. Pero como digo, ahora sí que les salió el tiro por la culata.

Protesters from the National Coordination of Education Workers (CNTE) teachers’ union clash with riot police officers during a protest against President Enrique Pena Nieto's education reform, in the town of Nochixtlan, northwest of the state capital, Oaxaca City, Mexico June 19, 2016. REUTERS/Jorge Luis Plata FOR EDITORIAL USE ONLY. NO RESALES. NO ARCHIVES. TPX IMAGES OF THE DAY

¿Nos puede contar su versión personal de los hechos vividos como testigo del 19 de junio?

Sergio: Yo vine porque oí las campanas de la iglesia y cuando se suenan las campanas de la iglesia en un pueblo es una alerta. Ante esa alerta llegue cerca del hospital y me encontré con mis amigos, mis paisanos, mis vecinos, y ante la represión que vi… Les puedo enseñar una bombas que lanzaban y obviamente asfixian a la gente, no podíamos ver nada.

Nosotros nos unimos para contrarrestar el ataque que nos estaba haciendo la Policía Federal pero obviamente sin nada más que piedras, palos y lo que nos encontramos. A piedrasos los repelimos. Más adelante, y porque traían mucho equipo, se introdujeron hasta el hospital, lo tomaron y evitaron que se atendiera a la gente. Una vez que se les acabaron las bombas, se desplegaron, o los replegamos a piedrasos hasta el río, donde está el puente. Luego, volvieron a cargar. Llegó un helicóptero lleno de bombas que descargo por lo que nos volvieron a replegar. Fue un vaivén.

Recuerdo que había un camión de pollos y unos carros de los maestros aparcados y al paso que llegaban, los mismos policías les prendían fuego, a todo lo que venía al paso les prendían fuego. Es en ese momento, cuando empezó el humadero y todo, que empezaron a disparar. Nosotros no nos dimos cuenta porque estábamos estancados donde disparaban pero hubo caídos en la otra parte de la calle. Dicen que empezaron a disparar desde unos hoteles que pertenecen a gente de la misma linea política. Los federales ya estaban allí un día antes.

Por eso digo que esto fue planeado y que debe haber un responsable. Es este tema de la Justicia que no quiere abordar o encaminar el gobierno. Ahora todos los medios dicen que solamente hay heridos dentro de los policías pero no de los ciudadanos. Tampoco hay grupos subversivos en Nochixtlán, aquí respondió el pueblo. Sí vinieron paisanos de los pueblos de los alrededores para sumarse al apoyo pero solo acudieron al final, para replegar a la policía. La gran mayoría fuimos nosotros, el mismo pueblo.

Una vez la policía retirada, ¿Cuales fueron los mecanismos populares que llevaron a los actos de reprensión espontáneos contra el hotel Juquila, el Palacio Municipal y el rancho del ex-alcalde de Nochixtlán?

Sergio: Pienso que esto fue por la rabia y el coraje de la gente porque cuando tú ves que tal lugar ha caído, que están disparando, y que la autoridad, en vez de ayudar, se fuga y no vuelve a aparecer, pues claro que lo único que piensas en este momento es tomar una decisión de este tipo, como quemar el Palacio, porque al ver a tu gente muerta o herida, pues el coraje y la adrenalina hace que eso pase.

Igual, la gente comenta que más adelante los mismos empleados municipales fueron a vaciar y quemar las instalaciones del ayuntamiento para borrar toda evidencia. Complementaron la quema porque a lo mejor les interesaba encubrir algunas situaciones allí. No fueron ellos en su totalidad pero en lo demás me imagino que hubo saqueo y que más adelante otros complementaron la acción. Es el año que llaman de « Hidalgo » y aquí, desgraciadamente, viene un cacicazgo. Nunca se ha aclarado nada, nunca se ha informado de lo que se hacía, de cuanto ingresaban, de cómo se gastaba y, por no haber transparencia en el gobierno, esos son los intereses que pudieron ocasionar todo eso.

Suzana: Por lo que es del rancho, al final no hubo tal quemaso porque la gente ni siquiera llegó hasta tal lugar y además el rancho estaba desocupado. Los animales, venados, caballos, pavos reales y otros (porque a ellos les gustan mucho la caza) ni siquiera estaban, ya los habían sacado y llevado a otro rancho que está por acá. El encargado del rancho declaró que él mismo prendió fuego en diferentes áreas alrededor, lo cual dio la impresión de que el rancho estaba ardiendo pero no fue nada así. De haber querido agredir al alcalde, estaba más cerca la casa de su suegra, la de su mama, pero nunca fue esa la intención del pueblo. Yo creo que estos hechos se dieron más por la impotencia y el coraje de la gente porque, en realidad, no es un pueblo en el cual la gente este armada. Normalmente, nadie tiene revolver en casa. La gente acudió pero en apoyo a los maestros.

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¿Cuales fueron los hechos que provocaron la huida de las autoridades del municipio?

Suzana: Yo creo que ellos ya tenían conocimiento de lo que iba a pasar porque de manera inexplicable desaparecieron antes de los hechos y nunca volvieron a aparecer, nadie les corrió. En el caso del alcalde, no solamente se fue él sino toda la familia, desde la suegra, la esposa, los hermanos, cuando ni siquiera fueron agredidos. Eso es lo que lo hace señalarse como más culpable. No sé si estratégicamente el gobierno, a lo mejor, hizo un convenio con él: ¿Cuanto te doy si me entregas a tu pueblo? Sigue ausente dentro de sus responsabilidades desde entonces pero sí sigue cobrando porque no se le ha suspendido sus ingresos así que sigue ganando. Es muy surrealista la situación en que se vive en Nochixtlán, no hay gobernabilidad pero siguen existiendo los pagos.

El pueblo careció totalmente de presencia de gobierno en su momento de ataque y después fueron resurgiendo uno por uno, incluso dos personas, el regidor de Hacienda y el director de Vialidad, que participaron en contra del pueblo. Por ejemplo, el regidor de hacienda estuvo aventando bombas molotov en contra de los maestros. Lo iban a linchar acá en el hospital pero intercedió otro de los regidores que conocía a la gente que pretendía eso y, gracias a eso, se escapó, se desapareció más de un mes y medio. Ahora vuelve a resurgir como si no había pasado nada, cree que carecemos de capacidad de retención de historia en nuestras mentes.

Sergio: La policía local brilló por su ausencia, inclusivo resguardaron las mismas ambulancias y se opusieron a que dieran el servicio a los heridos. El municipio no apoyo en nada a su propio pueblo.

¿Cómo se desarrolló el proceso de constitución de la asamblea popular que llevó a su  respectivo nombramiento?

Sergio: Fue como el 23, como cinco días después del 19. A la gente más sencilla se le ocurrió hacer una reunión para el pueblo, así que convocaron, hicieron un perifonéo y llego toda la gente, alrededor de 2000 personas, no se si por morbo o curiosidad. Inclusive allí lideraban muchos, los que tal vez querían llevar la batuta de este movimiento. Decidieron no reconocer más a las autoridades por su ausencia y dijeron « Vamos a nombrar un comité representativo del pueblo para que se encargue de darle solución al asunto como mediador. Vamos a elegir a los representantes por barrios ».  
Entonces se reunieron por barrios y nombraron a sus representantes. A mí me eligieron al otro día porque este mismo día no había la mayoría de mi barrio. Se sentaron en la capilla y nos nombraron durante una asamblea popular representativa. Nos propusieron porque consideran que somos personas limpias en este aspecto. De hecho si ustedes investigan a Doña Suzana, es un servidor que no ha tenido ningún cargo público ni una critica inclusive de que habría hecho algo malo, somos gente íntegra. Personalmente he llegado a participar en un partido y lo reconozco, pero me gane el respeto, ya saben que uno los tiene bien puestos y de esa manera vas cambiando al mundo y vas interviniendo. 
En mi rancho, la gente venía con una colisima de corrupción y esta vez me tocó ir y decirles: « A ver un momento, quien va a votar tiene que pensar dos veces y quien va a proponer tiene que pensar dos veces porque nos estamos jugando el futuro de este pueblo.

En segunda les quiero decir que el que va a proponer tiene que tener una calidad moral, tiene que tener una transparencia y ser alguien íntegro para proponer ». Metimos esta dinámica y al final las cosas solas se dieron. Normalmente llegaban y todos levantaban la mano, imponiendo, queriendo, pero cuando todos se detuvieron hubo pocos candidatos nombrados, yo creo por sentido de responsabilidad. Como ya estábamos trabajando el asunto y que teníamos al presidente del tingo al tango, exigiéndole, exigiéndole, exigiéndole que cumpla con su transparencia, que haya honestidad, solas las cosas se fueron dando. 
Yo casi no hablo mucho en las asambleas, muy pocas veces intervengo incluso muchas veces algunos compañeros ni me dejaban hablar y la doña Suzana igual pero es también un trabajo que tal vez llevo haciendo desde más de 18 años. No es casualidad que nos hayan nombrado a nosotros, hay que tener cabeza para esto y hay que aguantar. Es de resistencia y lo sostenible siempre va ser sostenible. En ese aspecto nos hemos ido manejando y no nos han pelado políticamente, te das cuenta que en las asambleas nadie nos debate nada porque simplemente somos hombres íntegros. Por eso nosotros nos sentimos muy tranquilos.

Suzana: La mayoría de los nombrados aceptaron en el momento que se les nombró pero poco después se desintegro el comité que se había formado primero. Yo soy parte de los integrantes actuales del comité que fueron nombrados en sustitución de los que se salieron. Yo creo que me nombraron por querer participar en este momento y por convicción personal. Los que estamos ahora estamos por lo mismo: porque nos une la misma conexión ideológica y el sentido de querer hacer un bien a Nochixtlán.

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¿Cuales son sus primeros objetivos y su linea política a corto plazo como miembros del comité?

Sergio: Vamos a continuar hasta que se aclare el tema que nos aqueja y que puedo resumir en tres partes: primero se trata de la atención a los heridos, algo que ya está caminando porque Derechos Humanos ya tomó cartas en el asunto y se creó una Asociación Civil. Por el otro lado está el tema de la Justicia en el que no se ha hecho nada. No hay culpables señalados, nadie, ni materiales ni intelectuales. Considero que el tema allí está porque allí hay hechos y pruebas, ya debería de saberse la verdad. Si hay Justicia hay transparencia pero si no hay Justicia no va haber nada. El punto numero tres, que es el que mas nos va a mover y en el que estamos peleando aunque obviamente va ligado con el primero: si no les cumplen a los caídos y a los heridos y si no les indemnizan con los estándares internacionales, pues nosotros tampoco podemos pedir esa serie de peticiones, la infraestructura, las fuente de trabajo y el desarrollo que queremos para Nochixtlán. Eso es lo que estamos buscando.

Estamos hablando internamente para tener una mejor organización pero, desgraciadamente, a poca gente le interesa el desarrollo de Nochixtlán o simplemente tienen miedo de las represalias. Aquí éramos varios en un inicio y habían muchos del PRI pero, por ser familiares del ex-presidente, cuando el pueblo empezó a exigir Justicia se fueron saliendo y por miedo no tuvieron el valor civil de enfrentarlo. Sin embargo nos preocupa que eso se politice y que, en el momento dado, el pueblo nos abandone, lo digo claro. A lo mejor no lo va hacer pero a lo peor el gobierno nos van a dividir y el pueblo nos puede dejar solos. Nosotros vamos a ir hasta el fondo y vamos a exigir al gobierno por nuestra seguridad porque también no sabemos si la pasión de esta gente pueda dañarnos. Nosotros también tenemos familia pero no tenemos miedo, solamente vamos con precaución porque somos gente decidida. Se ha demostrado que en el mundo pocos hemos hecho los cambios y no se trata de los partidos sino de la gente y de su determinación para que cambien las cosas. Por eso somos pocos pero muy conscientes.


Aún así seguiremos hasta el final porque somos nochixtecos, nos preocupa lo que pasa aquí y sobre todo nos preocupa el futuro de nuestros hijos, que no vuelvan a vivir este tipo de acontecimientos. No es una cuestión mezquina sino es una cuestión de ideales. Que tengamos o no representantes, yo creo que solo por convicción seguiremos siempre luchando para un desarrollo, por tener una libertad, una vida digna y mejor, pero también creo que luchamos por la demás gente que no tiene el valor de poder hablar y expresarse. Nosotros somos gente que venimos de la cultura del esfuerzo y ante eso no nos es ajeno luchar por lo que nos pertenece. Normalmente aquí en el comité todos somos profesionistas y ese es una de las cosas que nos mueve. Yo tengo un trabajo y tengo que buscarle diario pero tenemos este compromiso de hacer las cosas bien y nos damos el tiempo para todo porque sí nos gustaría que en Nochixtlán elimináramos los partidos.

Suzana: La exigencia del pueblo nochixteco es que se haga justicia de manera monetaria, ya no hay otra manera. Que el gobierno cubre los gastos de los deudos, de los muertos y su parte integral de los heridos. Somos seres humanos, aquí no vinieron a matar ni chapulines ni cucarachas. ¿Con qué poco dinero puede cubrir las necesidades que se le pide para ponerse al parejo con los heridos? No es nada, pero es el juego político de un gobierno que verdaderamente está mal. Apoyamos a todas las acciones que se realizan en la parte legal pero ya prácticamente no nos corresponde porque para eso se conformó la Asociación Civil de Heridos y Justicia. 
Nosotros quedamos a fuera y caminamos por lo que es la infraestructura y en eso pretendemos beneficiar a nuestro pueblo, a los pobladores. Ya se metió el papeleo necesario para que desaparezcan los poderes pero es un proceso largo y jurídico. Nuestro interés va para algo que sea permanente, una infraestructura que permite un real cambio tanto social como cultural o económico del pueblo.

Tal vez valernos de la sangre derramada, pero creo que es necesario  hacerle honor, que esta sangre derramada no sea en vano y que siempre permanezca en la mente del pueblo y de las nuevas generaciones que vienen. Hay que darle el agradecimiento a quien se lo debe y nosotros vamos a seguir asumiéndolo hasta las últimas consecuencias.

Tocaremos a todas las puertas necesarias con el afán de un desarrollo diferente, de un nuevo renacer de Nochixtlán. Eso es lo único que nos mueve en común a nosotros del comité. Si no se puede de manera conjunta yo creo que de manera personal lo haremos. Nuestros ideales no se terminan acá y cada uno por su lado ha luchado de una manera independiente y distinta por ver a Nochixtlán de una manera diferente. Es una posesión de conciencia porque a nosotros no nos mueve ni el poder ni la economía. Afortunadamente lo que tenemos lo hemos hecho con mucho esfuerzo y lo que visualizamos es un futuro para la niñez, para la juventud, de desarrollo social y cultural diferente. Es una manera visionaria pero sana. Considero que ninguno de los compañeros pretendimos llegar de ninguna manera al poder. Nos mueve el sentido de conciencia, de convicción personal. Somos afines a la misma ideología de tener un Nochixtlán diferente para las próximas generaciones y de que estos acontecimientos vivos no queden impunes porque si hoy sufrimos de amnesia, mañana se volverán a repetir y de manera mucho más fuerte.
Lo único que nos puede desintegrar ahora es la falta de apoyo del pueblo y sobre eso ahora sí que vamos en contra marea porque son muchos más los enemigos que los amigos o gente que ideológicamente comulgue con nosotros. Pero bueno, somos un grupo de locos.

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¿Qué se sabe de estos elementos internos y externos al pueblo que están sembrando la discordia dentro y fuera de las asambleas y qué piensan hacer como comité para enfrentar estas estrategias?

Sergio: Se trata de un grupo de gente que apoya al expresidente electo, alguien que fue disfrazado de su partido (el PCD) y en el que se invirtió mucho sabiendo que sino se iba a perder el municipio. Yo creo que ya perdieron la memoria. Este partido ya iba a desaparecer si no fuera por apostar en esta persona que sirvió a ocultar realmente lo que están haciendo y permitir que se siga haciendo. Por eso está este grupo de choque, están cuidado todavía estos intereses, por eso todo está ensuciado y la situación es tan difícil aquí en Nochixtlán.

Sobre las intervenciones abusivas en las asambleas, al final de cuenta, cuando ya se terminó la asamblea, yo creo que están fuera de la legalidad. Esta gente que opina y monopoliza el micrófono con su discurso de odio y de miedo no tuvo el valor civil de hacerlo en su momento. Considero que son pura gente de choque porque quieren imponerse y se ve que les lastimó un poco los acuerdos que el pueblo aprobó en la asamblea cuando afirmó « No queremos a los policías en la fiesta, en la Calenda, ni tampoco a los regidores ». Como ellos son de choque quieren que aparezca su autoridad y a eso fueron, a romper los acuerdos. Sin embargo, son una minoría y eso se demostró en la asamblea. No creo que nos deben de preocupar porque cuando llega el pueblo, él mismo determina y el pueblo ya está consciente de la lucha social. Somos más.

Suzana: La participación de estas personas es conocida. Se trata de una gente que ideológicamente tiene tendencias priistas y es gente que, de una o otra manera, demuestra su frustración ante la unión del pueblo. Han tenido hijos que han pretendido llegar a ser Presidente y nunca han figurado por el mismo hecho de que el pueblo no los han aceptado así que es gente resentida por el hecho de que sus parientes no han podido llegar al poder.

Considero que es gente que también representa el sentido económico, son comerciantes de mayor economía en el pueblo y se siente su temor más que nada. En primer lugar, es gente que no participa en este tipo de eventos populares, de manifestaciones, tampoco no sufrieron las agresiones a las cuales fue sometido Nochixtlán. Se contentan de comentar y participar desde el fondo de su madriguera, allí muy escondidos. Ni siquiera están conscientes de lo que está pasando en el pueblo, se dedican a ver la televisión y a guiarse por los medios de comunicación que, bien sabemos, lavan las noticias. Es gente temerosa de perder su patrimonio económico más que nada. 
Son conocidos en el pueblo porque con ellos participan gente que se consideran mucho más intelectuales al resto del pueblo y por lo mismo sus participaciones son aburridas, no les entiende la gente porque utilizan palabras muy rebuscadas, quieren impresionar pero no es esa la manera. Yo creo que las personas deben hablar pero sostenidos por sus actitudes y actuaciones y cuando eso no se hace somos rechazados, tirados de a locos por la gente.

¿Cuales son las estrategias de las antiguas autoridades para recuperar el municipio?

Suzana: Yo creo que su estrategia es más que nada llamar la atención en cuanto a que ellos dominan todo lo que son los programas de apoyos y en esto se apoyan, en que la gente tiene que ir a pagar servicios y todo lo demás. En eso consideran ellos que reside su deber, él de seguir percibiendo la economía del pueblo, cobrar los impuestos el día del mercado que es domingo, etc… Eso es lo interesante para ellos.

También hay que mencionar que el párroco está involucrado en el sentido de que apoya mucho a los regidores. Él argumenta que, en su momento, ha apoyado al magisterio, al pueblo, porque abrió las puertas de la parroquia para que ingresaran a los heridos cuando el municipio estaba cerrado y las puertas nunca se abrieron. Yo considero que el cura debe de tener un sentido de humanidad que es lo que le corresponde y debe de servir al pueblo de manera eclesiástica, a todos y cada uno. Pero él quiere manipular psicológicamente a sus discípulos con lo de su apoyo afirmando que su posición ahora es de apoyar también a los desprotegidos que, según él, son los regidores. De una manera o otra, él tiene mucho que ver en la confrontación que divide a la ciudadanía porque no tiene una postura neutral, sin ninguna tendencia hacia ningún lado. Psicológicamente y de manera muy subliminal, maneja a su gente que es apegada y muy abrigada en lo que es de ir a las misas y todo eso.

Sergio: De forma poderosa incita a la violencia, maneja a la pobre gente y se está metiendo en terrenos políticos que no le corresponde. En la misma misa habla de política, en sus sermones dice « Ciudadanos, en la calenda queremos que aparezca la autoridad y la policía porque sino otros se van a aprovechar del movimiento ». Para mí, es algo delicado que el padre diga « ¡Yo soy la máxima autoridad! ». Cuando eso pasa con un jefe de la iglesia, considero que se ha perdido la razón. Así que lo acusamos claramente de lo que podría llegar a pasar en Nochixtlán, de las confrontaciones, porque no está midiendo las consecuencias de sus actos y de sus palabras.

Ahora, con las antiguas autoridades, todo se volvió un enredo político porque los quieren resurgir como unos héroes, incluso el cura, cuando realmente no estuvieron cuando se les necesitó. Ahora, quieren ejercer que ellos son la autoridad cuando realmente nunca lo han sido porque creo que una autoridad cumple con el sentido humano, informal. Ellos no han sabido ser autoridad y se demostró en estos días que, con ellos o sin ellos, Nochixtlán vive y está caminando.

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¿Cómo se vive en Nochixtlán sin la presencia de fuerzas policiales y cuales podrían ser las alternativas a su regreso en el municipio?

Suzana: Es algo surrealista, lo vuelvo a repetir, pero la situación nos parece tal que el mes y medio que teníamos sin policía no hubo nada, nada de robos, nada y prácticamente ahora que resurgen policías con sus patrullas y lo demás, ayer me platicaban que en un rancho fueron a robar con camionetas a ochenta cabezas de borregos. Estas acciones, podría uno pensar que son prefabricadas porque ir en camionetas y sacar a tantos animales es crear el miedo, la psicosis en el pueblo. Así que le pregunte si no se ponía a pensar lo raro qué es, que cuando estábamos podría decirse emocional y psicológicamente más temerosos y desprotegidos no pasó nada y ahora que los policías empiezan nuevamente a recorrer el pueblo empiezan a surgir este tipo de problemas. Es para que la gente empiece a apoyar este tipo de acciones pero si no se analiza un antes y un después uno puede pensar que estamos mejor con policías porque el temor surge. De todos modos, si se encuentran con una patrulla, podrán observar que los policías pasan pero con un actitud de miedo, de temor de la reacción del ciudadano, entonces ya no hay esta seguridad de que se supone que debe representar la policía.

Sergio: Es una « inseguridad » que se refleja en sus rostros. A algunos carros de Transito les pintaron de blanco y empezaron a aparecer como civiles. Son ideas malas, no de transparencia, de querer maquillar lo que ya no se puede. En una de nuestras reuniones uno se acercó y dijo « Yo puedo ser policía del pueblo ». Es algo muy interesante que pudiéramos tener una policía comunitaria porque si nos vigilamos entre ciudadanos tendremos mejor seguridad que si traen gente ajena que este entrenada, comprada, dañada, contaminada y esa es la que nos hace más daño. Yo considero que sí podríamos volver a una policía ciudadana.

A largo plazo, ¿a que tipo de utopía están aspirando?

Sergio: Personalmente es un sueño que tengo, me gustaría que Nochixtlán volviera a los Usos y Costumbres porque yo creo que han funcionado. En los pueblos, si alguien se desvía lo corrigen y se cambia, se sana, a lo mejor pasan tres años de tristeza pero vienen otros más años de alegría pero aquí son muchos años de tristeza y pocos de alegría. La política manejada por esta gente siempre ha sido mala, priista, sin informar, sin derogar, no puedo hablar de cacicazgo, no puedo hablar de una política limpia sino que es una política que solamente beneficia a sus familiares, sus amigos. Nunca abrieron el consenso a una licitación de un recurso, nunca informaron al pueblo de que iban a realizar unas obras, no hubo esa socialización que realmente nosotros queremos. Siempre ellos, sus familias y eso es lo en que no estamos de acuerdo. 
Entonces necesitamos que la participación de la gente, el dialogo, las asambleas, el plebiscito, el referéndum, el tomar en cuenta hasta el ultimo ciudadano valga la pena para poder cambiar este pueblo. Me gustaría que se retomaran los Usos y Costumbres para que los gobiernos sean populares y que sea la gente más honesta, mas honrada, mas probada la que llegue a gobernar a Nochixtlán porque desgraciadamente desde que llego el dinero y llegaron los partidos, han destruido a la esencia de los hombres. Entonces se ha contaminado el desarrollo de las comunidades y eso me gustaría a mí, que los gobiernos fueran ciudadanos y que la gente realmente los nombre por su integridad, no gente fabricada por la mercadotecnia o por la televisión o por el cacicazgo como sucede en este caso.

Suzana: Coincido con las aspiraciones de mi compañero en lo que me gustaría que se retomaran los usos y costumbres y que los ciudadanos fueran consensados de acuerdo con sus acciones. Creo que sería lo mejor porque se sanearía de tanto enviciamiento que ha surgido acá con los partidos y de tanto deshago de desarrollo social, cultural, económico, de todo tipo en Nochixtlán. En realidad, nosotros vivimos bajo un régimen demasiado limitado y es una situación muy triste la de limitar el desarrollo por intereses personales. Si no es por parte del gobierno, es por parte de los « Bienes Comunales », un grupo de gente que maneja grandes extensiones de tierra y que lo único que ha hecho es volverse rico vendiendo las tierras y no dando participaciones de sus recursos y de sus acciones a la población. Según, Nochixtlán es 100% comunal pero nosotros como ciudadanos no tenemos acceso a la información y las reuniones que ellos tienen.

La mayoría de los Nochixtecos no estamos considerados como comuneros sino que estos comuneros se conforman de familias, de personas que vienen de los pueblos y que se pueden manejar psicológicamente muy fácilmente por falta de conocimiento más que nada. Se considera que Nochixtlán es actualmente un lugar de guerrillas, yo creo que las guerrillas son los partidos políticos. Esas son las verdaderas guerrillas que han venido contaminando a la mayoría. Somos pocos los que tal vez ideológicamente no hemos sido contaminado. Así es.

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Fuente: http://rupturacolectiva.com/entrevista-nochixtlan-rumbo-al-autogobierno/

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La historia no había terminado, rectifica Fukuyama

Por: Marcelo Colussi

«Lo que demonizó a Carlos Marx e hizo de él un adversario formidable; no fue haber predicado la revolución, sino haber demostrado su inevitabilidad, aunque tal vez ocurra de manera diferente a como él lo soñó.» Jorge Gómez Barata

«Defiendo la construcción del Estado como uno de los asuntos de mayor importancia para la comunidad mundial, dado que los países débiles o fallidos causan buena parte de los problemas más graves a los que se enfrenta el mundo: la pobreza, el sida, las drogas o el terrorismo». Esta idea jamás podríamos asociarla al pensamiento neoliberal, que se caracteriza por una apología de la libre empresa y de la reducción del Estado. Pero curiosamente es lo que dice Francis Fukuyama en su libro Construcción del Estado: gobierno y orden mundial en el siglo XXI, de 2004.

Fukuyama, funcionario del Gobierno estadounidense, se hizo famoso cuando en 1992 (acompañando la desintegración de la Unión Soviética y la reversión de todo el campo socialista de Europa del Este) pronunció el grito triunfal en su libro El fin de la historia y el último hombre: «la historia ha terminado». Pero en realidad lo dicho por él ni es pensamiento profundo, ni encierra ninguna verdad. ¡La historia no había terminado! ¿A quién se le podría ocurrir tamaño dislate? Es más que obvio que eso es una visceral manifestación ideológica, un grito de fanático atolondrado más que una serena reflexión de un acendrado académico.

A inicios de los noventa, caído el muro de Berlín y derrumbado el campo socialista europeo, el capitalismo se sintió exultante, triunfal. Todo parecía indicar que la economía planificada no llevaba a ningún lado y que el mercado se imponía como modelo único e inevitable. Coadyuvaba con esta visión la idea de democracias parlamentarias como más «civilizadas» y dando más respuestas a los problemas sociales que las «dictaduras» del proletariado de partido único. La misma población rumana, por ejemplo, se encargó de fusilar a Ceauscescu con la misma saña que lo hicieron anteriormente los italianos con Mussolini. La derrota del experimento socialista, al menos la presentada por la prensa capitalista, parecía total.

Fue tan grande el golpe –y en buena medida el golpe mediático que el capital supo implementar al respecto– que el discurso dominante inundó toda la discusión. La izquierda misma se quedó perpleja, sin argumentos. Parecía cierto que la historia nos dejaba sin respuesta. Pero la historia no había terminado. ¿Puede terminar acaso? ¿De dónde saldría esa monumental taradez?

El término «globalización» se adueñó de los espacios mediáticos y del ámbito académico, pasando a ser sinónimo de progreso, de proceso irreversible, de triunfo del capital sobre el «anticuado» comunismo que moría. Y nos lo hicieron creer. La siempre mal definida globalización pasó a ser el nuevo dios; según se nos dijo –Fukuyama fue uno de sus principales difusores– la misma traería desarrollo y prosperidad a todo el planeta. La historia había terminado (mejor dicho: el socialismo había terminado) y el término que lo expresaba con elegancia –por no decir con refinado sadismo– era globalización. No se podía estar contra ella.

Levantar los «viejos, anticuados, antidiluvianos» planteos del socialismo, del «defenestrado» marxismo, condenaba al ostracismo. Eran solo quimeras de nostálgicos trasnochados. O al menos ese fue el discurso dominante que buena parte de la izquierda terminó aceptando. A tal grado lo aceptó, que en muy buena medida esa izquierda fue cooptada por la ideología del posibilismo, de la resignación. De ahí que, ante tanto golpe recibido, algunos años después la aparición de izquierdaslight (encabezadas en muy buena medida por Hugo Chávez en Venezuela con la propuesta de un renovado socialismo del siglo XXI –nunca definido hasta el día de hoy–) encendieran tantas esperanzas.

En los noventa del pasado siglo el optimismo triunfalista del neoliberalismo en boga campeaba en mundo. Después de las fracasadas experiencias socialistas (bueno, habría que discutir más eso del «fracaso»), o mejor dicho, después de la presentación mediática que hacía el capitalismo victorioso de los acontecimientos que marcan estos años, no parecía quedar mucho espacio para las alternativas. Con fuerza irrefrenable, las políticas neoliberales barrieron el planeta. Según nos aseguraban sus mentores, por fuerza traerían la paz y la felicidad. Se quitaban así del medio, de un plumazo, los inconmensurables logros que habían traído todas esas experiencias socialistas, en cualquiera de sus expresiones: en la Rusia bolchevique, en la China de Mao Tse Tung, en la Cuba revolucionaria, en Vietnam, en la Nicaragua sandinista (cuando Daniel Ortega era comandante guerrillero y no empresario como es ahora). En todas esas experiencias, no hay que olvidarlo nunca, se terminó con el hambre, con la desnutrición crónica, con el analfabetismo, con la exclusión de los por siempre excluidos. En todas esas experiencias –¡no hay que olvidarlo jamás!– el poder popular fue un hecho, las mujeres mejoraron sustancialmente su condición de eternas oprimidas, no hubo niños de la calle, el deporte y la cultura pasaron a ser política de Estado y los logros científicos (premios Nobel a granel) brillaron rutilantes. Ningún país que fue intervenido con planes neoliberales (léase: capitalismo despiadado sin anestesia) logró algo de eso; por el contrario, en todos (¡en todos!, tanto del opulento Primer Mundo como entre los pobres del Sur) creció alarmantemente la pobreza, aunque hubiera supermercados abarrotados de productos del Tercer Mundo.

Pero hoy, dos décadas y media después de este grito de guerra proferido por Fukuyama y respaldado por el «No hay alternativas» de la Dama de Hierro Margaret Tatcher, la realidad nos muestra algo bastante distinto a paz y felicidad planetarias. El capitalismo creció, sin dudas, pero a condición de seguir generando más pobreza y devastando el planeta. La riqueza se reparte cada vez en forma más desigual, con lo que puede decirse que si algo creció, es la injusticia. Y las guerras no sólo no han desaparecido sino que pasaron a ser un elemento vital en la economía global; de hecho, en la dinámica de la principal potencia, Estados Unidos, es su verdadero motor, ocupando alrededor de un cuarto de todo su potencial y definiendo su estrategia política tanto interna como internacional. Pero aun peor: las estrategias bélicas siguen dominando el panorama político mundial, teniéndose la posibilidad de un enfrentamiento nuclear como una circunstancia real, lo que traería la peor tragedia para la humanidad. Por tanto la historia no había terminado. ¿Podemos quedarnos impasibles ante tamaña estupidez intelectual? ¿No debemos reaccionar ante esa fanforrenería académica y levantar nuestra voz? La historia sigue, y aunque la escriban los que ganan, ahí está devorando seres humanos, cambiando, transformándose continuamente, haciéndonos ver que junto a la «oficial» hay otra historia: la verdadera.

Después de unos primeros años de impactante conmoción, tanto el campo popular como el análisis objetivo de los hechos fueron saliendo del estado de shock, haciéndose evidente que este momento de euforia de los grandes capitales era un triunfo coyuntural, enorme sin dudas, pero solo eso: un triunfo puntual (una batalla) en una larga historia que sigue su curso. ¿Por qué iba a terminar la historia?

«Siéntate al lado del río a ver pasar el cadáver de tu enemigo», enseñó hace 2.500 años el sabio chino Sun Tzu en el Arte de la Guerra. Parece que este oriental entendió mejor el sentido de la historia que este moderno oriental americanizado, Fukuyama. La historia no termina.

Después de observar los desastres que ocasionó el retiro del Estado en la dinámica económica-social de tantos países siguiendo las recetas (impuestas, por supuesto) de los organismos financieros internacionales de Bretton Woods (FMI y Banco Mundial) en esta ola neoliberal absoluta, también hay gente pensante que reacciona. Este desastre –con éxodos imparables de inmigrantes desde el Sur hacia el Norte, con niveles de violencia creciente, con brotes desesperados de terrorismo– torna al mundo cada vez más problemático, más invivible. Y ahí aparece nuevamente Francis Fukuyama.

En realidad en el libro citado de 2004 no desdice radicalmente de lo dicho años atrás, pero lo matiza. Lo cual, en otros términos, no es sino expresión de una enorme inconsistencia intelectual. Un grito de guerra no es teoría. Y lo que años atrás se nos presentó como formulación seria y sesuda –que la historia había terminado– no pasa del nivel de pasquín barato de pueblito provinciano, mal redactado y mucho peor pensado. No hay en juego ningún concepto riguroso: sólo hay fanfarronería ideológica. Si luego Fukuyama debió apelar a esta revalorización del papel del Estado, ello es lisa y llanamente porque la historia le demostró la inconsistencia del show propagandístico que nos lanzó años atrás. Además, pone el acento en el Estado y no en las relaciones estructurales que el mismo expresa. El problema no está en el Estado, si debe ser fuerte o débil: el problema siguen siendo la lucha de clases, la estructura real de la sociedad, de la que el Estado es su expresión. ¿Acaso terminó la lucha de clases? Si así fuera, ¿por qué los centros de poder siguen almacenando armas y denostando al marxismo como su peor enemigo?

La historia no ha terminado, porque la matriz misma del ser humano es eso: la historia, el devenir, el fluir. Ser y tiempo (historia), dijo Heiddeger. «No podemos bañarnos dos veces en el mismo río», sentenció Heráclito de Efeso hace dos milenios y medio en la Grecia clásica. No se equivocaba: la historia pasa, fluye, no se detiene. El capitalismo –exultante, victorioso, lleno de glamour y de gloria en la actualidad, pero que hace agua por todas partes– es solo un momento de esa historia. Nada es eterno. ¡Sí hay alternativas!, habría que responder. En tanto haya injusticias habrá quien levante la voz y se oponga a ellas, aunque hoy día se amarre la protesta, se la criminalice y se la intente reemplazar por espejitos de colores. ¡Esa lucha interminable es la historia de nuestra especie!

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=215884

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Gobierno de México advierte que no dará marcha atrás a reforma educativa

México / correodelorinoco.com / 24 de Agosto de 2016

La Secretaria de Educación Pública mexicana advirtió que no detendrá la reestructuración de la educación puesta en marcha por Peña Nieto

El secretario de Educación Pública de México, Aurelio Nuño aseguró este martes que la reforma educativa va a continuar y se va a profundizar, pese a que las protestas en su contra continúan.

Los educadores que rechazan la reforma educativa promulgada en México en el 2013 reactivaron este martes los bloqueos en carreteras del estado sureño de Oaxaca, donde permanecen cerradas las escuelas públicas de educación básica.

“Con toda claridad decimos, no hay posibilidad de regresar a ninguna mesa de diálogo, hasta que no estén todas las niñas y todos lo niños en donde deben de estar, en un salón de clases”, dijo Nuño.

SOLO OAXACA Y CHIAPAS SE MANTIENEN FIRMES

El paro magisterial convocado por la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) se redujo a Oaxaca y Chiapas, informó este martes la Secretaría de Educación Pública de México (SEP).

De acuerdo con las cifras de la SEP, las escuelas en Guerrero y Michoacán tuvieron clases en 99 y 97 por ciento de los planteles respectivamente.

Con respecto a las actividad en la Ciudad de México informó que solo 11 escuelas de nivel básico no abrieron.

De este modo, según la SEP solo el 53 y 58 por ciento de los planteles de los respectivos estados no iniciaron la víspera el ciclo escolar 2016-2017 como estaba previsto.

En tanto, de acuerdo con las cifras de la SEP, las escuelas en Guerrero y Michoacán tuvieron clases en 99 y 97 por ciento de los planteles, respectivamente.

Aseguró que en 27 estados y la Ciudad de México se reportaron cifras de asistencia estudiantil y apertura de escuelas prácticamente al ciento por ciento. Asimismo, advirtió que a todos los trabajadores docentes y administrativos que no se presenten a su centro laboral les será descontado el día.

Miles de profesores marcharon en Oaxaca para demandar una respuestas inmediata a sus demandas, con la participación de familiares de las ocho personas fallecidas en pasado 19 de julio en Nochixtlán, durante un enfrentamiento con la policía.

En Chiapas, Manuel Jesús Mendoza, secretario general suplente de la sección 7 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, dijo que el 95 por ciento de los más de 70 mil maestros no tuvieron actividades.

De esta forma, la discrepancia sobre al realidad educativa en México se mantiene, pues Juan García, vocero de la gremial en Oaxaca, aseguró que más del 90 por ciento de los centros no iniciaron clases.

EN CONTEXTO

Enrique Peña Nieto pidió no confundir los acuerdos alcanzados en la CNTE y la Secretaría de la Gobernación, con alguna forma de rescindir la reforma.

El mandatario aclaró que la reforma pasará por revisión para lograr que su aplicación sea eficiente, que sirva a sus propósitos.

El año pasado, como parte de la reforma, el gobierno mexicano desmanteló el departamento de educación del estado de Oaxaca, dominado por miembros del sindicato, y lo reestructuraron con nuevos líderes bajo el control del Estado.

El pasado mes de junio las autoridades mexicanas encarcelaron a dos de los principales líderes de la sección oaxaqueña del sindicato por supuestos cargos de corrupción que no fueron probados.

Los líderes de la CNTE afirman que su mayor discrepancia con la reforma descansa sobre el tema de la evaluación de los maestros, pues la reforma establece como requisito que todos ellos sean evaluados con frecuencia.

Los profesores tienen tres oportunidades para aprobar el examen, con un año de capacitación entre cada una de ellas. Si no lo aprueban en esas tres oportunidades, pierden su trabajo y se les asigna un puesto administrativo.

“El objetivo principal de esas evaluaciones es despedir a los maestros, no mejorar la calidad de la educación”, expresó Gabriel López Chiñas, maestro que hace poco ocupó una posición importante en la CNTE.

Fuente: http://www.correodelorinoco.gob.ve/impacto/gobierno-mexico-advierte-que-no-dara-marcha-atras-a-reforma-educativa/

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