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Barbiana, años sesenta: otra educación es necesaria

Antoni Tort

La publicación de “Carta a una Maestra”, escrita hace cincuenta años, sacudió el mundo educativo con su crítica a una institución escolar insensible a las necesidades de las clases populares.

Hace cincuenta años, como hoy mismo, el invierno era duro en las colinas de Mugello, en la Toscana italiana. En el villorrio de Sant’Andrea di Barbiana, un cura de cuarenta y pocos años orienta un pequeño grupo de ocho chicos en la escritura de un texto que habían comenzado a redactar en el verano anterior, en julio de 1966. Dirige el trabajo a duras penas, porque el tipo de leucemia que empezó a manifestársele siete años antes, se está recrudeciendo y condiciona claramente su actividad diaria. El texto es una carta dirigida a una profesora que había suspendido a dos antiguos alumnos de la escuela, en sus estudios superiores. “Lettera a una professoressa”, (“Carta a una maestra”) se publicará en Florencia, en mayo de 1967, un mes antes de la muerte de Lorenzo Milani, el maestro de Barbiana.

No era la primera carta que escribía sólo o con sus alumnos; conocemos su actividad y su pensamiento por su correspondencia. En este sentido, “Carta a una maestra” es la última de las tres con las que un Milani ya enfermo se enfrenta a su entorno: en defensa de la objeción de conciencia (“Carta a los curas castrenses”, 1965), en su alegato ante el tribunal que lo juzga por dicha posición respecto a la militarización (“Carta a los jueces”, 1965), y en la denuncia de una institución educativa que expulsa y menosprecia a los jóvenes de las clases populares (“Carta a una maestra”, 1967). Como es sabido, la carta a los jueces fue leída en el juicio por su abogado, debido al precario estado de salud de Milani. Es el texto conocido como “la obediencia ya no es una virtud.” Fue absuelto en primera instancia y condenado en sentencia definitiva, un año y medio después de su muerte.

A Barbiana llegaban pocas cartas, prácticamente sólo las órdenes de alistamiento obligatorio. Milani comparte su correspondencia con los alumnos de la escuela. En respuesta a una carta de una joven estudiante napolitana, Lorenzo Milani escribe: “A lo mejor no te gustará que tu carta sea leída por los chicos, pero piensa que les hace bien. Son chavales, pobres, de montaña, de 12 a 16 años. Ya te lo he dicho, vivo para ellos, todo lo demás son instrumentos para que nuestra escuela funcione. Incluso las cartas a los curas castrenses y a los jueces son episodios de nuestra vida y sirven para enseñar a los muchachos el arte de escribir; es decir, de expresarse; es decir, de amar a los demás; es decir, de hacer escuela.”

En sus escritos, Milani y los chicos apuntan al hecho de que la institución educativa excluye o ya no deja entrar en su sistema, a los sectores más humildes de la sociedad. Y el lenguaje es un instrumento de exclusión. Pero también puede ser la herramienta que permita subvertir un sistema que deja a personas humildes sin palabras. Y a ello se dedican en Barbiana, escribiendo cartas para empoderarse como decimos ahora, y para señalar a una sociedad que no les quiere.

El impacto de “Carta a una maestra” fue enorme y no solo en Italia. Una muestra son los más de treinta tres mil ejemplares vendidos en España en los años setenta, entre las ocho ediciones en castellano y las tres en catalán, según José Luis Corzo, uno de los mejores conocedores de la trayectoria de Milani. Personalidades de su tiempo tan dispares como Erich Fromm o Pier Paolo Pasolini prestaron atención y respeto a estas pocas páginas enviadas desde una aldea toscana.

La carta sigue ahí, criticada y elogiada; molestando en su radical simplicidad. Puede leerse como una llamarada singular en un contexto muy particular, sin más; puede leerse como un síntoma de lo que el 68, pocos meses más tarde amplificaría de muchas maneras y desde otros sectores sociales; o puede leerse como un recordatorio para hoy, en la sociedad del precariado y de la desigualdad creciente: “He aprendido que los problemas de los demás son los míos. Salir de ellos, todos juntos, es una cuestión política. Salir de ellos, en solitario, es avaricia”. En esas estamos.

Fuente del articulo: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/01/19/barbiana-anos-sesenta-otra-educacion-es-necesaria/

Fuente de la imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2017/01/milani-2.jpg

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La formación en clave de transformación: los retos en la Universidad

Dr. Luis Peñalver Bermúdez

Universidad Pedagógica Experimental Libertador

Voy a iniciar esta conferencia, expresando mi agradecimiento a las autoridades que nos acompañan y a la cohorte 2014-II, sede Carúpano, del Doctorado en Educación del Instituto Pedagógico de Maturín – Universidad Pedagógica Experimental Libertador, por asumir la responsabilidad como Comité Organizador del 1er Encuentro Doctoral, titulado Visión Crítica en Tiempos de Formación y Transformación.

Una bienvenida especial, a quienes han hecho los esfuerzos para acompañarnos en este evento y los mejores deseos a mis colegas que participarán, tanto en el Foro: Pensar y escribir la tesis doctoral; como a quienes presentarán sus Proyectos Doctorales en Educación.

Las palabras que hoy compartiré en esta mañana, corresponden, más bien, al planteamiento de inquietudes, de interrogantes. No estamos acá con alguna intención de hacer específicas aclaratorias o a disponer verdades, de esas que nadie considera. Realmente, no estamos interesados en algo como eso ocurra, ni ahora, ni después. Esperamos, más bien, exponer algunas maneras de como se pronuncia la formación en el espacio de la universidad y como es literalmente cercada, en muchos casos, acudiendo a espacios discursivos de “confort”. No por la aparente comodidad de acudir a ciertas palabras, sino, justamente, porque ni se discuten ni se reconsideran. Es decir: no dan que pensar.

En esta perspectiva, correr riesgos es nuestra salvaje pretensión y nuestra total responsabilidad, que no pretendo hacerlos suyos; ni dejar como fardo abandonado, como si no tuviera que ver conmigo. De lo que diga hoy, por favor, que no se intente culpar al Comité Organizador o a las autoridades que nos acompañan. Aquí, la consigna es estar atento a las cuestiones sobre formación o pretendidamente vinculadas con formación y educación, pues, a veces, mucho de lo que se nombra en la educación de hoy, que hasta parece y suena como de educación y define su lógica discursiva desde la educación, no es, ni colateralmente, de la educación.

Con ello no estoy haciendo un dramático llamado a enfrentar tales y cuales tendencias u orientaciones, tales o cuales perspectivas o tales y cuales tentaciones. Al estilo de Michel Foucault, hay que encargarse de mirar su propia caja de herramientas y tener la actitud para apreciar que hay otras formas de pronunciar la formación, acuerdos y desacuerdos de por medio.

Por ello, la pretensión crítica que exponemos, es también una forma de resistencia y de resistir a través de la interrogación. No de las respuestas, sino de la interrogación. “Por este espacio en común, ha sido posible que aquí nos encontremos quienes, sin pretensiones de tener la primera, ni la última palabra, apuestan a aquello que da que pensar y a lo que siempre queda por pensar”[1]. Y, atención, recuerden que cada quien tendrá, al estilo del Zaratustra de Nietzsche, que elaborar su propio recorrido.

A propósito del tema de la formación, a veces nos luce que hay un excesivo aferramiento a ciertas palabras, a palabras de signos vacíos, de discursos carentes de sentido, de voces quebradas por una cultura massmediatizada en el espacio educativo; de palabras, más bien, que son palabras máscaras, porque deliberadamente esconden una visión del ser humano, un sentido de la formación, unas claves epistemológicas, un iceberg moral, una manera de ser y estar en el mundo. Solicitándoles que me disculpen por el lugar común: la formación es más que la formación. Carlos Skliar y Magaldy Téllez, nos dicen que “Se trata de gestos que también encontramos en el campo discursivo concerniente a la educación, cuando, por doquier, aumenta la sensación relativa a la impotencia de las instituciones educativas para hacer frente a los desafíos que comporta el conjunto de transformaciones en los tejidos socioculturales, en las formas de producción y transmisión del conocimiento, en las redes de sentido, en las maneras de relacionarnos con el mundo, con los otros y con nosotros mismos”[2].

Identificando otros aspectos, también habría que decir que en la sociedad en que vivimos se han acumulado graves problemas histórico-estructurales. La pobreza, el desempleo, la inseguridad, la violencia, la intolerancia, el racismo, el odio, representan buena parte de esos componentes fundamentales que a veces presenciamos con demasiada determinación en los comienzos de este siglo XXI.

¿Y el panorama educativo, de formación? Los procesos de gestión que requiere la educación (léase también: formación) venezolana en general y la educación universitaria en particular, exigen desplegar teodolitos epistemológicos que permitan visualizar los accidentes, las rugosidades topográficas de lo que ha venido siendo y lo que de cierta manera es lo educativo venezolano. Ahora, tal acercamiento a ese complejo campo de problemas, no sería conveniente calificarlo, exclusivamente, como un estudio situacional o un análisis de situaciones, un profundo estudio diagnóstico, una indagación de coyuntura y… tarea culminada. El asunto, más bien, hay que colocarlo en una perspectiva de máximo interés institucional, de referencia actitudinal de quienes estamos involucrados, de pulsión ética, de concebir y excitar nuevas experiencias, de auténtica voluntad.

Para tener una mirada profundamente escrutadora, que permita ver más allá de lo evidente, que traspase los inventarios externos de caracterización, de simplonas descripciones agotadas en el causaefectismo y problematización, es necesario apertrecharse de la posibilidad tanto de encarar el campo de interés en pulsión, como de los retos que requieren, ahora más que nunca, respuestas en clave de auténtica trans-formación.

Pues, ya lo decía: no pretendo, en modo alguno, sacar a nadie de sus singularidades, regularidades y seguridades, con las cuales se ha elegido vivir; digo, porque la formación, creo, es, sobre todo, para vivir y vivir intensamente, hasta el éxtasis.

La nueva evangelización ni las nuevas profecías en la educación, no están en mi libreta de anotaciones ni en mi agenda de trabajo; por eso, tampoco van a aparecer: emprendimiento, coaching, competencias, educación virtual, psicopedagogía, educación emocional, neuroeducación, transformación curricular, etc. Lo que si está, sin dudas, es seguir fraguando con la pedagogía, con la formación, sentidos para la subjetividad y la libertad, las luchas y la resistencia, la incertidumbre, la finitud, la pasión, el afecto, la ciudadanía, la política, el amor, la crítica, el pensar, la condición humana, el ser, las emociones.

En plena efervescencia de acontecimientos que abundan como lluvia despiadada de meteoritos culturales, de granizo cognitivo, de torrentes de sensibilidades, de brumas ética-estéticas, la generalidad del clima, en todos los frentes posibles, se muestra tal cual es: con posibilidades de transformación.

En el campo de la educación, como formación para la transformación, pueden generarse otras perspectivas. Ante el empuje de los saberes fragmentarios, sería una oportunidad para el estudio de lo universal; ese saber parcelario en estricto requiere una respuesta creativa, donde lo universal sea referente de situaciones que afectan la vida y la sobrevivencia; una nueva formación pudiera contribuir en la búsqueda de sentido institucional, social, personal; las instituciones de educación universitaria, pudieran conjugar esfuerzos para que la actitud transformación se haga presente en las estructuras y programas, en la organización y en la gestión; la transformación, que refiere visión y experiencia, pudiera ser una vía para la creación de un nuevo arte de vivir, de una formación como

estética de la existencia, con propiedad de autodeterminación; para consolidar espacios de formación donde ciencia y cultura sean puntos de encuentro.

Una nueva formación será inseparable de una nueva visión y de una experiencia vivida. Sería una vía de autotransformación orientada hacia el conocimiento de uno, en y con los otros, hacia la unidad del conocimiento y hacia la creación de un nuevo arte de vivir. Es la formación como estética de la existencia, de una formación que tenga por centro la vida, entendida como fuerza por la que se vibra constantemente; de una formación donde el tema de la libertad recorra cada espacio, cada momento, cada acontecimiento. Pudiera pensarse en una libertad distinta, entendida como autonomía de la voluntad, como la propiedad de autodeterminación. Comenzar a saborear unos tonos sobre esta formación por la libertad, implica el más grande de los riesgos del ser humano: volverse hacia sí mismo y hacia los otros; puede que esta sea la experiencia estética en sí. De otra manera: una idea de formación que haga posible volverse hacia sí mismo y hacia los otros, constituye un arte: el arte de la existencia, de la existencia dominada por el cuidado de sí con los otros.

Un espacio inicial para el debate en perspectiva, pudiera tener varias claves o asuntos de interés, a los que quisiera darles un tono interrogativo, reflexivo y crítico.

Los referentes que dispongo, son los siguientes[3]:

1. Nuestros encuentros, pulsiones y textos sobre formación ¿podemos conectarlos con los horizontes ontológicos, estéticos y políticos en la educación, alentando claves de formación como transformación, redimensionando las reflexiones de la formación, e iniciando, con pasión desmedida, otra actitud; corriendo el riesgo, incluso, de enfrentarnos a nuestras propias subjetividades?

2. ¿Será que al nombrar desde el lenguaje de la subjetividad el campo de la educación y de la formación, también pueda ser nombrado nuestro ser y el ser del otro? ¿De evocar una formación que además tenga la posibilidad de nombrarnos como seres humanos?

3. ¿Nos podemos referir a la formación como acontecimiento de experiencias, como aquello que nos modifica, nos transforma, nos hace de otra manera, nos revierte en alguien con otro ser?

4. ¿Será que mientras le hacemos frente a los retos de nuestro tiempo, como la creación conocimiento, la propuesta de formación integral, la construcción de aportes al país, la emergencia de una nueva

ciudadanía; también le daremos con fuerza desmedida a la búsqueda de la auto-transformación, la creación de un nuevo arte de vivir, a lo humano del ser humano?

5. ¿Cómo se desarrollaría una formación que también integre la actitud para invitar a otros modos de pensar, vivir y ser? Pensar con visión relacional; vivir construyendo otras posibilidades civilizacionales cuyos privilegios sean la vida misma, la dignidad del ser humano, comprender el mundo y comprender el sentido de la vida; ser con valores como: transculturalidad, dialogicidad y tolerancia. Implicando compromiso ético, reconociendo diversas fuentes de realidad, promoviendo el diálogo creativo entre disciplinas y transcenderlas, acercar ciencias y experiencias, privilegiar la multireferencialidad, incorporando la intuición, la imaginación y la sensibilidad como propiciadores de saberes.

6. ¿Cómo impulsar las oportunidades para, propiamente, concebir los pensamientos, concebir nuestros pensamientos? ¿Cuáles serían las estrategias, precisamente, donde la experiencia pedagógica fundamental fuera aquella que anima a pensar, que da que pensar? Volver a pensar, rehacer los pensamientos y pensar nuestros propios pensamientos, pudiera ser la nueva oportunidad del colectivo académico. De lo que se trata, es de darle chance auténtico a la posibilidad múltiple de componentes estéticos, políticos, sensitivos, cognitivos para llegar a ser nosotros mismos.

7. ¿Sera que en una formación otra, la palabra en juego, sea una palabra de reafirmación; de la reafirmación de sí mismo, de la reafirmación de la vida, de lo que siento, de lo que tengo, de lo que amo? En la formación que acariciamos, ¿una palabra escrita, leída o pensada en clave de auténtica formación o transfiguración, es también una palabra que escribe nuestra vida, que lee nuestra vida, que piensa nuestra vida y la vida con los otros?

8. ¿Cómo será en la formación una nueva cultura de investigación, donde veamos integrados a esos profesores que investigan, estudian seriamente, conocen por donde andan sus campos de interés, tienen información epistemológica profunda, consideran impostergable la crítica teórica, inventan o recrean métodos de investigación, escriben y enseñan lo que investigan, promueven proyectos colectivos y enseñan a investigar, investigando?

9. ¿Desde dónde comenzar a saborear unos tonos sobre la formación que impliquen el más grande de los riesgos del ser humano, como es volverse hacia sí mismo? Puede que esta sea la experiencia estética en sí. De otra manera: una idea de formación que haga posible volverse hacia sí mismo y hacia los otros, constituye un arte: el arte de la existencia.

10. ¿Sera que ahora en vez de graduar doctoras y doctores, graduemos doctoras y doctores como obras de arte para la vida?

Al final, como pueden ver, no se trata, al menos en este debate, de creyentes y creyentes en otras cosas. No estamos discutiendo fundamentos de alguna nueva y extraña fe. No buscamos ejercicios ni estrategias de algún sospechoso apostolado que estamos fraguando. Les voy a comentar de qué se trata. Solo nos interesa lo humano del ser humano, la vida con intensidad, de sí y del otro.

Encender la hogueras para hacer “sanidad” epistemológica, filosófica, política, pedagógica, educativa y cultural, no eliminará los aquelarres cada vez más frecuentes, ni los acontecimientos teóricos que impulsen maneras distintas de pensar la formación en la universidad.

Aun nuestras vidas pueden estar muy pendientes de los aleteos que lanzan los dogmatismos pedagógicos y los totalitarismos educativos y entonces acudimos, consecuentemente, al discurso que ordena, que dirige, que se expresa con fuerza dogmática de orientación, como si fuera bula sacra. En nuestros proyectos, tesis y ensayos, hay mucho de eso. Y desprenderse, puede ser que nos ocupe toda la vida. Entonces, si vale la pena pensar la formación de otro modo.

Muchísimas gracias!!!

Citas y Notas

0.- Conferencia leída el 20 de abril de 2017, en el 1er ENCUENTRO DOCTORAL: VISIÓN CRÍTICA EN TIEMPOS DE FORMACIÓN Y TRANSFORMACIÓN, realizado en la ciudad de Carúpano.

1.- Magaldy Téllez (Comp.), en: Otras miradas, otras voces. Repensando la educación de nuestros tiempos. Buenos Aires: Novedades Educativas, 2000, p. 9.

2.- Carlos Skliar y Magaldy Téllez: Conmover la educación. Ensayos para una pedagogía de la diferencia. Buenos Aires: Noveduc, 2008, p. 8.

3.- Buena parte de estas consideraciones están en nuestra tesis doctoral: La formación docente en Venezuela.

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El nuevo modelo educativo: ¿retórica electoral?

Abelardo Carro Nava

En estos días he tenido la oportunidad, al igual que muchos colegas, de analizar el Modelo Educativo que presentó hace unos días, con bombos y platillos, el Secretario de Educación, Aurelio Nuño.

Muchos, hemos realizado una crítica debidamente fundamentada en los conocimientos y experiencia que poseemos por haber realizado algunos estudios sobre el tema, o bien, por encontrarnos laborando dentro del propio Sistema.

En este sentido, tengo claro que cualquier intento por mejorar la educación en nuestro país, es digno de reconocer y aplaudir; sin embargo, hay de intentos a intentos y éste, mi apreciable lector, no puede figurar dentro de ese reconocimiento y aplauso que refiero. Me explico.

Consecuencia de las políticas internacionales que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha emprendido en los últimos años, México tuvo que entrarle al ruedo de la transformación y evaluación educativa. Así, sin más ni más. Sin embargo, las preguntas que muchos nos seguimos haciendo hasta el momento siguen siendo las mismas: ¿qué transformar y qué evaluar?, ¿para qué transformar y para qué evaluar? y ¿cómo transformar y cómo evaluar?

Pareciera ser que, efectivamente, la transformación educativa se logrará en la medida en que se evalúe todo aquello que se encuentra inmerso en el Sistema Educativo Mexicano (SME). Para ello, como bien sabemos, se creó el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) cuyo propósito se halla en el nombre que se le dio al mismo. No obstante estas cuestiones, y desde mi punto de vista, ni se ha evaluado como debiera, ni se ha transformado al Sistema como el presidente Peña quisiera.

Razones que me llevan a lanzar tales afirmaciones son muchas y muy variadas y, con seguridad, usted las conoce y conoce muy bien; sin embargo, me detendré un momento en algo sencillo y hasta básico y lógico, por el que la mal llamada reforma educativa no ha avanzado en el plano áulico, en la escuela o en el sistema: la política.

Y es que mire usted, el docente, es el encargado de que tales cuestiones avancen considerablemente para el beneficio de los estudiantes que acuden a cierto centro educativo a recibir una enseñanza y, por consecuencia, un aprendizaje. ¿Cómo aborda cada uno de los contenidos que se encuentran en un currículo? Sigue siendo una interrogante que a más de uno, nos ha llevado a realizar serios estudios sobre los procesos mediante los cuales, el profesor o profesora, maneja los contenidos en sus espacios escolares.

Que si la planeación didáctica, que si la secuencia didáctica, que si los aprendizajes esperados, que si la evaluación del aprendizaje, que si los aprendizajes clave, que si el humanismo, que si esto, que si lo otro, que si aquello. En fin, tengo claro que los saberes docentes, se manifiestan de diversas formas en las aulas de las escuelas que integran el SEM. Un asunto harto complejo de evaluar y transformar, porque si bien es cierto que la currícula establece determinados contenidos que deben abordarse con cierta precisión, también es cierto que, como seres humanos, vivimos diversos procesos para la adquisición de los aprendizajes.

En este sentido cabe preguntarse, ¿cuáles son las transformaciones educativas que se han implementado en México desde la década de los 70’s?, ¿cuáles han sido los cambios sustanciales que han sufrido los planes y programas de estudio del nivel básico de enseñanza?, ¿cuáles son los resultados que se han obtenido? Con mucha seguridad, información sobre estos temas existen, alguna puede ser consultada, gracias a las aportaciones que han realizado investigadores de renombre, así como también, organizaciones civiles cuyo propósito ha sido el de contribuir a la educación en su conjunto, pero ¿por qué estamos como estamos?, ¿por qué nuestro país ocupa un lugar que a nadie tiene contento?

La respuesta parece hallarse en la política, esa mala política que ha permeado el Sistema. El SNTE, ha jugado su parte, no lo niego; sin embargo, las políticas sexenales que cada gobierno federal ha impulsado en este terreno, han sido el principal elemento que ha generado ese “desastre educativo” que ellos mismos aluden en cada discurso político.

Sí, se trata de mejorar la educación. Sí, se trata de traer beneficio para los alumnos. Sí, se trata de abordar contenidos a partir del humanismo. Sí, se trata de éstas y otras cosas más. Créanme, los maestros y maestras de México podremos con el reto, sólo no olviden que en la calle de República de Argentina y en Palacio Nacional, a través del tiempo, se han propuesto esos cambios que tantos “beneficios” traerían al pueblo de México.

¿Por qué se dejó a un lado al humanismo, por ejemplo? Porque en su momento, dada la visión se tenía de las cosas, así se consideró viable; no obstante, al ser éste un aspecto fundamental en y para el desarrollo del ser humano, en las escuelas, seguro estoy de ello, se siguieron trabajando algunos contenidos con la idea de fortalecer los valores en los niños y jóvenes de este país.

Desconozco si el actual Secretario de Educación se ha preguntado sobre el mensaje que está mandando a la sociedad con relación a su “modelo educativo”, no lo sé y tampoco lo sabré; pero con los “Spots” que se exponen en televisión y radio – donde un salón de clases se ilumina y llena de color con la entrada del modelo educativo –, el discurso o discursos que éste ha pronunciado en los últimos días en cuanto a que dicho modelo corre peligro si es que tal o cual político gana en el 2018, con toda la parafernalia que sigue en la consecución de un logro eminentemente educativo, desde mi perspectiva, no logrará el cambio tan anhelado.

Vaya, su propuesta de “mejora educativa”, suena más a una simple y llana retórica electoral, que a una verdadera “revolución educativa” o… ¿me equivoco?

Tiempo al tiempo.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/el-nuevo-modelo-educativo-retorica-electoral/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/08/inauguracion-de-la-escuela-pri_3-300×200.jpf

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Libro: El ajedrez de la docencia: Las TIC, ¿un jaque a los esquemas?

El ajedrez de la docencia: Las TIC, ¿un jaque a los esquemas?

Coordinadores: Sebastián Thüer , Carmiña Verde

Año: 2015
Editor: UniRío
Páginas: 79 páginas
Idioma: español
Desde: 25/01/2017
Tamaño: 1.85 MB
Licencia: CC-BY

Reseña:

Las II Jornadas Institucionales de Tecnología Educativa de la UNRC fueron un proyecto pensado desde el Consejo Asesor de Tecnología Educativa y Educación a Distancia y el equipo de la Coordinación de Educación a Distancia dependientes de Secretaría Académica.

A partir de las conclusiones de las “I Jornadas Institucionales de Tecnología Educativa”, llevadas a cabo en el año 2011, se comienza un recorrido colectivo que nos permitió construir la idea de que los procesos educativos mediados por las tecnologías han iniciado un camino que acompaña al estudiante en su recorrido por las diferentes instancias educativas formales. En este contexto, las inquietudes y dilemas comenzaron a girar en torno a la práctica docente. Nos planteamos, entonces, ¿es necesario que pensemos cuál es el papel del docente universitario en el contexto actual? ¿Es posible que se estén presentando diferentes concepciones acerca de las tecnologías de la información y la comunicación en los docentes universitarios? ¿Los procesos de enseñanza se ven modifcados a partir de la inclusión de estudiantes que pertenecen a una cultura de la imagen?

Estos interrogantes dieron indicios sobre la necesidad de defnir un espacio de reflexión y trabajo para construir acciones que nos acerquen a dar respuestas a los contextos educativos actuales. No se puede continuar haciendo “como si no pasara nada”. Debemos comenzar a defnir dimensiones de análisis para determinar las limitaciones y los alcances de los espacios formales de enseñanza y aprendizaje en estos contextos. Se puede apreciar que, junto al espacio formal de las instituciones universitarias, existen muchos otros espacios de aprendizaje que emergen de la vida cotidiana de los estudiantes. Precisamente, uno de los desafíos educativos de este tiempo es la integración del aprendizaje informal que tiene lugar a lo largo de la vida de las personas en espacios de educación formal que permitan la articulación y el aprovechamiento mutuo.

 

Para descargar: https://openlibra.com/es/book/download/el-ajedrez-de-la-docencia-las-tic-un-jaque-a-los-esquemas

Fuente de la reseña: https://openlibra.com/es/book/el-ajedrez-de-la-docencia-las-tic-un-jaque-a-los-esquemas

Fuente de la imagen: https://olcovers2.blob.core.windows.net/coverswp/2017/01/ajedrez-de-la-docencia-OpenLibra-300×433.jpg

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Libro: Paulo Freire : educar para transformar

Paulo Freire : educar para transformar

Carlos Rodrigues Brandão. [Autor]
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ISBN: 85-98757-03-9
Fundação Bando do Brasil. Petrobras. IPF
Brasil –
2005

Paulo Freire é um dos mais importantes educadores do século XX e um dos mais expressivos pensadores do nosso tempo. Nascido em 19 de setembro de 1921, é o criador de uma autêntica teoria do conhecimento e autor de cerca de 40 obras, traduzidas em mais de 20 idiomas. A infância pobre, no Recife, nordeste brasileiro, foi o contato primeiro com uma realidade que se tornou cenário para sua inovadora prática educacional. Ainda menino, aprendeu a escrever à sombra das mangueiras, no quintal da casa, com os pais. Foi no contato permanente com trabalhadores – quando diretor do SESI recifense – e, também, nos movimentos populares das décadas de 1950 e 1960, que buscou a inspiração para formular suas concepções, especialmente para a elaboração de seu método de alfabetização e educação de adultos.
Para descargar, haga click aquí:
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Fuente de la Reseña:
http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana-cm/libro_detalle.php?id_libro=956&pageNum_rs_libros=133&totalRows_rs_libros=1428
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