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Podcast nº13 – Cita Educacional – Formación de profesores (Audio)

Chile / 3 de febrero de 2019 / Autor: Cristian Orozco V. / Fuente: Spreaker

 

 

Hola a todos. En este episodio número 13 del podcast leo una cita del libro «Escuelas Creativas» de Ken Robinson sobre cómo deberían ser formados los futuros profesores.

Como siempre, les dejo los enlaces a mis redes sociales:

Twitter:
www.twitter.com/profe_cristian

Email:
cristian.orozco@gmail.com

Instagram:
profe_cristian

 

Fuente:

https://www.spreaker.com/user/profe_cristian/13-cita-educacional-formacion-de-profeso

ove/mahv

 

 

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Libro: Aprendizaje activo, diversidad e inclusión. Enfoque, metodologías y recomendaciones para su implementación (PDF)

Chile / 3 de febrero de 2019 / Autor: Oscar Jerez Yáñez / Fuente: Repositorio Universidad de Chile

Este libro es producto del Proyecto MECESUP UCH 0703 “Profundización de la convergencia de los procesos de renovación de pregrado de la Universidad de Chile y de Valparaíso implementando la formación basada en competencias vinculada al Sistema de Créditos Transferibles (SCT-Chile)”, desarrollado por el Departamento de Pregrado de la Vicerrectoría de Asuntos Académicos de la Universidad de Chile.
Links para la descarga:
http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/136742/Aprendizaje-activo-diversidad-e-inclusion.pdf?sequence=1&isAllowed=y
ó
https://drive.google.com/file/d/10Kx62LG3kVJWv3MTtVjpi290rEmFtPLk/view?fbclid=IwAR0o9mrXdFyqS5T0fgH9WLzmQ5zoE3I1pVsfDOH4I14vyx3iTTGTVcoXiu4
Fuente de la Reseña:
http://repositorio.uchile.cl/handle/2250/136742
ove/mahv
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La agenda 2030: un marco global para la privatización y el comercio educativo

América Latina / 3 de febrero de 2019 / Autor: Observatorio Latinoamericano de Políticas Educativas / Fuente: observatorioeducacion.org

El proceso de avance de la privatización y comercialización de la educación pública en todos los niveles está amparado en un marco legal e institucional de carácter global y con aplicabilidad regional. Este marco legal incluye la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, firmada por 193 países, así como las agendas de préstamos para la educación impulsadas por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo en conjunto con las autoridades educativas de los países.

Esta praxis de las instituciones internacionales responde a un modelo y a una mirada del desarrollo que termina por naturalizar la participación del sector empresarial privado en las diferentes etapas de la política educativa, priorizando el cumplimiento de metas e indicadores. Esta naturalización brinda las condiciones para que la comercialización y la privatización de la educación continúen avanzando. Así, expresiones como las escuelas privadas de bajo costo y la compra por parte del Estado de diversos servicios educativos a grupos privados, son únicamente una consecuencia, y no un fin, de un enfoque mundial y regional sobre la educación con énfasis en resultados medibles.

En los diferentes documentos revisados se habla de la sociedad civil como un espacio donde el sector sindical es un actor más, junto las ONG´ s y las burocracias de la cooperación internacional. Las diferentes estructuras globales (ONU y sus agencias, Banco Mundial) insisten en posicionar a los diversos grupos de la sociedad civil como actores con legitimidad de participación y representación, intentando relativizar el papel político del sector sindical, su poder de representación y movilización real. Los documentos de la Agenda 2030 repiten ese mecanismo mediante el cual parece establecerse un nuevo contrato social que otorga a las ONG´ s y a la burbuja filantrópica con la misma capacidad de participación y de toma de decisiones que el sector sindical.

La comercialización de la educación en América Latina no ocurre como un fenómeno comercial aislado de las autoridades educativas. En muchas ocasiones, las dinámicas de los Ministerios de Educación los hacen apoyar, impulsar e incluso protagonizar procesos privatizadores (incluyendo el out-sourcing).

A continuación se comentan un conjunto de documentos que han sido revisados y analizados y que facilitan la comprensión de este escenario de naturalización institucional para la participación privada en la política educativa.

 

Agenda 2030 y el ODS 4 naturalizan y promueven la participación privada en la educación.

Se han revisado un conjunto de documentos publicados por las agencias de Naciones Unidas que tienen a su cargo agendas educativas como la Organización de Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (UNESCO) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia-UNICEF, en las que se expresa su apoyo a las alianzas público privadas en educación y a la participación del sector educación en las diferentes etapas de la política educativa.

En el 2006 la UNESCO publica el documento “Alianzas con el sector privado: haciendo la diferencia” en el que recomendaba a los países en desarrollo promover un acompañamiento entre gobiernos y sector empresarial privado para conseguir avances en la educación (p.5).

En el año 2013, en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio,  la UNICEF y UNESCO elaboraron de forma conjunta el documento “La inversión más inteligente: Marco para la participación del mundo empresarial en la educación”.

Este es un documento elaborado por UNESCO, UNICEF y el Pacto Global de las Naciones Unidas, que orienta a la articulación del sector privado para convertirse en actores claves en la política educativa (p.11), ya sea para apoyar la cobertura, la infraestructura, la elaboración de contenidos o el acceso y uso de las TIC ´s. El documento brinda estrategias para que las empresas se vinculen al mundo educativo (p.6). y promueven que estas se organicen y se articulen en el marco de la Coalición Mundial de empresas por la Educación.

La publicación señala que las empresas tienen un “peso político” (p.11) que puede estar dirigido a participar en las políticas educativas y generando alianzas con los gobiernos para aportar tecnología, contenidos innovadores y conocimientos para mejorar la gestión en educación (p. 13). También se propone el acompañamiento del diseño de contenidos educativos para que estos sean pertinentes con las exigencias del mercado y garantizar que el proceso educativo brinde habilidades para el empleo (p.29).

La IEAL ha advertido cómo los marcos legales están normando y naturalizando la participación del sector privado en diferentes fases de la política educativa a nivel mundial.

El Plan de Acción de la Agenda 2030 (2015) lanzado en el marco de la Declaración de Incheon con la presencia de sindicatos afiliados a Internacional de la Educación llama a que se garanticen más recursos, incluyendo de fondos de cooperación y de “fuentes emergentes” para financiar la educación, (p.vi). La Declaración establece que el sector privado juegue un rol para otorgar un carácter pertinente a los contenidos educativos (p.14).

Con el establecimiento de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS , las agencias de las Naciones Unidas han reiterado el llamado para que el sector privado sea un actor central en lograr el cumplimiento de los ODS, partiendo de que las soluciones a los desafíos de desarrollo global no pueden venir exclusivamente de los gobiernos. La Adenda de Acción de Addis Adeba de la Tercera Conferencia Internacional de la Financiación del Desarrollo (2015) brinda a su vez el marco de implementación y de financiación para la  Agenda 2030 y llama a los gobiernos, sector empresarial y sociedad civil a buscar acuerdos para financiar el desarrollo (ONU, 2015).

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible parten de que los Estados no son autosuficientes para cumplir con la agenda 2030. Por ello designan al sector privado como un actor clave en el proceso de cumplimiento de estas metas y por tanto en la política pública.  Cumplir con las metas educativas que suponen los ODS, implica entonces naturalizar e incluso promover la participación del sector privado.

Los ODS se constituyen en una hoja de ruta global y, a diferencia de los Objetivos de Desarrollo del Milenio -ODM, plantean metas que también deben ser cumplidas por los países ricos. Otra diferencia con relación a los ODM, es que los ODS abren la puerta al sector privado y a la cooperación para acompañar la financiación de la agenda pública. Las metas de desarrollo de los países se guiarán por los ODS, y con ello se normaliza, se institucionaliza la participación del sector privado en la toma de decisiones para los procesos del desarrollo.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, enfocado en Educación, que establece metas claras en cuanto a finalizar los estudios (meta 4.1), (meta 4.1), cuido y educación en la primera infancia (meta 4.2), educación para el empleo (meta 4.4), acceso en igualdad de condiciones (meta 4.5) alfabetización (meta 4.6) y la formación de docentes, entre otros.

A partir de este documento se han repetido las exhortaciones hechas por la UNESCO y la UNICEF para que el sector privado juegue un rol en proponer estrategias innovadoras para lograr el acceso y la cobertura, especialmente colaborando con plataformas en línea para la educación virtual y

La meta 4.1 fija “para 2030, velar por que todas las niñas y todos los niños terminen los ciclos de la enseñanza primaria y secundaria, que ha de ser gratuita, equitativa y de calidad y producir resultados escolares pertinentes y eficaces”. Para el cumplimiento de esta meta, la Declaración de Incheon propone dar seguimiento a los aprendizajes mediante mecanismos de medición estandarizados y la creación de bases de datos, de manera que se orienten las decisiones en materia de política educativa con base en la perspectiva de “costo-beneficio” (p.11).

Otras iniciativas de las Naciones Unidas como la Alianza Global por la Alfabetización lanzada en septiembre del 2016 también señalan que sin el sector privado no se podrá avanzar hacia la meta 4.6 que fija “para 2030, garantizar que todos los jóvenes y al menos una proporción sustancial de los adultos, tanto hombres como mujeres, tengan competencias de lectura, escritura y aritmética”.

La burocracia internacional continuará avanzando en la dirección de las alianzas público privadas para el cumplimiento de las metas de los ODS. En materia educativa, las agencias de la ONU también continuarán apoyando la participación privada en las diferentes facetas de la política educativa. Esa participación del sector privado en la financiación, en el apoyo para la innovación, en la generación de estrategias de gestión, en la recolección de datos, en la propuesta de contenidos, etc., es el nuevo mandato global dado por la Agenda 2030. El financiamiento internacional se pondrá a disposición de proyectos educativos que no riñan con ese mandato. Un ejemplo de esto es la propuesta del banco Mundial para la creación de la Unidad Internacional de Financiamiento Educativo, que se analiza a continuación.

 

Elaboración con base en revisión de:

Naciones Unidas (2015) Agenda de Acción de Addis Abeba de la Tercera Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo (Agenda de Acción de Addis Abeba).

UNESCO (2015) Declaración de Incheon. Educación 2030.

UNESCO &UNICEF (2013) La inversión más inteligente: Marco para la participación del mundo empresarial en la educación.

UNESCO (2006) UNESCO-Private Sector Partnerships: Making a Difference.

 

La Agenda 2030 en educación: una agenda para el endeudamiento

Durante las denominadas “Reuniones de primavera” del Banco Mundial en el mes de abril de 2017, la Comisión de la Educación presentó una propuesta para generar la Unidad Internacional para el Financiamiento Educativo  (International Finance Facility for Education). Esta unidad centralizaría las gestiones de préstamos para la educación del Banco Mundial, BID e incluso UNICEF.

La Comisión Internacional para el Financiamiento de Oportunidades Educativas Globales  (Education Comission en inglés) se conformó con el objetivo de reunir evidencia para presentar una agenda de acción para el financiamiento educativo global. En noviembre del 2016 esa Comisión presentó el informe “La Generación del aprendizaje. Invertir en educación para un mundo en proceso de cambio”. Ya en ese reporte la Comisión recomendaba “movilizar nuevos financiamientos de una amplia gama de recursos, incluso mediante el establecimiento de un nuevo mecanismo de inversión educativa que ayude a adaptar el financiamiento de bancos multilaterales de desarrollo” (p.9).

Durante la presentación del mes de abril de 2017, la Comisión propuso ante el Banco Mundial la creación de una Unidad Internacional para el Financiamiento Educativo. La comisión identificó que para cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 relativo a la educación de calidad, los países deberían destinar al menos del 6% al 8.5% de su PIB a la Educación. Para la mayoría de países de América Latina, esto implicaría mayor endeudamiento.

La comisión ha identificado que esta inversión en educación implica movilizar al menos US$13 billones de dólares anuales hasta el 2020, por ejemplo en el caso de los países de renta baja y media, las necesidades de financiamiento pasarían de los US$23 billones de dólares en el año 2020 a los 71 billones en el 2030.

La Comisión propone que la Unidad Internacional de Financiamiento Educativo sea un ente que potencie la capacidad de endeudamiento entre los países, estableciendo menores cuotas de interés (buy-downs) como estrategia de atracción para el endeudamiento. Además, la propuesta señala que se condicionaría la entrega de préstamos a los países dispuestos a “reformar sus sistemas educativos en función de resultados” (p.2), así como la “mejor distribución de recursos” en la educación.

Esta es una evidencia de cómo, la agenda 2030, puede guiar hacia mayor endeudamiento y mayor participación de actores privados en la agenda educativa.

Como ya se mencionó, en noviembre del año 2016 la Comisión había publicado el Informe “La Generación del aprendizaje. Invertir en educación para un mundo en proceso de cambio”. En este documento resalta que el mandato que había recibido fue identificar formas para “movilizar y poner en marcha recursos para” garantizar la educación. La Comisión recomienda que la inversión en educación se guíe según los resultados en educación y los procesos de reforma y propone “el establecimiento de un nuevo mecanismo de inversión educativa que ayude a adaptar el financiamiento de bancos multilaterales de desarrollo” (p.5).

Elaboración con base en revisión de:

Education Comission (2017) A Proposal to Create the International Finance Facility for Education.

Education Comission (2016) La Generación del aprendizaje. Invertir en educación para un mundo en proceso de cambio.

Fuente del Artículo:

http://www.observatorioeducacion.org/content/la-agenda-2030%3A-un-marco-global-para-la-privatizaci%C3%B3n-y-el-comercio-educativo

Fuente de la Imagen:

https://www.compartirpalabramaestra.org/etiqueta/tecnologia?page=5

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Colombia: Sobre la incidencia del Banco Mundial en las políticas de educación superior

Colombia / 3 de febrero de 2019 / Autor: UN Periódico / Fuente: Observatorio de la Universidad de Colombia

El académico de la U. Nacional, Gabriel Misas Arango, evalúa cómo este organismo incidide en la forma como los gobienos asumen su compromiso con la ed. superior.

Desde hace seis décadas las políticas sobre financiación y expansión de la educación en América Latina variaron según las visiones irrigadas por el Banco Mundial. En entrevista con el economista y académico Gabriel Misas Arango, el experto explica cómo esos vaivenes afectaron gravemente el sistema educativo en la región, hasta llegar a la coyuntura actual, sobre todo en países como Colombia y Chile.

En los años sesenta la directriz del Banco Mundial (BM) era que el Estado no debía financiar la educación superior porque a ella solo accedían las élites; a mediados de los ochenta fijó que era necesario responder a las lógicas del modelo economicista de rentabilidad (la educación como servicio, que aún se mantiene), y en los noventa –hasta la fecha– estableció que el gasto público para el sector no podía superar el 20 %, algo que los países de la región acataron, sobre todo Colombia, donde no supera el 10 %.

El profesor e investigador Gabriel Misas Arango, exdecano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia (UN), explica que si bien América Latina siguió la mayoría de esas políticas, en algunos aspectos no cedió por completo. Por ejemplo, los Gobiernos no dejaron de financiar la educación superior pública para evitar problemas políticos internos, pero sí redujeron recursos drásticamente. Colombia y Chile fueron los más aplicados en seguir esta regla, y, en la orilla contraria, Cuba y Uruguay la ignoraron.

Según el experto, en Colombia los lineamientos del BM modificaron la estructura de todo el sistema educativo más que en otras naciones. Por un lado, para las décadas de los ochenta y noventa el país tuvo una sobrerrepresentación en el BM, debido a que altos funcionarios nacionales en el campo educativo llegaron a posiciones influyentes en la división de educación de la entidad. Y ¿cómo llegaban allá?, “portándose bien en aplicar las reglas impartidas”, afirma.

Por otro lado, desde los años treinta el país tuvo una mayor participación del sector privado en el manejo de la educación que en el resto de la región, una tendencia que, de la mano de ese organismo multilateral, se agudizó a partir de los años sesenta e influyó en el marchitamiento de la educación pública superior y en que la básica primaria y secundaria públicas se masificaran, pero con bajísimos indicadores de calidad.

El exdecano afirma que “hace más de cincuenta años, por su experiencia en África, el Banco Mundial difundió la idea de que la calidad en la educación primaria en los países en desarrollo, fuera buena o mala, era indiferente frente a la reducción de las tasas de fertilidad en las mujeres y la optimización de la productividad agrícola en los hombres. Ese enfoque, además de equivocado, no permitió ver las particularidades para el caso de Latinoamérica, donde existía una profunda estratificación social tras siete décadas de desarrollo capitalista”.

¿Cómo se evidenció esa visión africana en Colombia? En primer lugar en una decisión en la época del Frente Nacional que, en opinión del profesor Misas, fue fatal para la educación del país: la implementación de la doble jornada. Esta medida, que se suponía era excepcional y por corto tiempo ante la alta demanda y la poca infraestructura en Bogotá, aún se mantiene después de sesenta años y se generalizó en todo el país. Se añadieron otras reformas, como tener un mayor número de niños por curso y, en los años ochenta, eliminar paulatinamente las materias relacionadas con las artes (música, apreciación estética, etc.).

Ley 30 nunca fijó techos para invertir en la educación superior

Para el investigador, los eventos antes mencionados propinaron un duro golpe a todos los niveles del sistema educativo hasta llegar a la actual crisis. Y aunque con la Ley 30 de 1992 se trató de resolver muchos conflictos relacionados con la educación superior, tanto la falta de voluntad política como nuevas imposiciones del BM no ayudaron a redirigir y a situar a la educación como eje central del desarrollo del país.

Debido a la falta de reglamentación, asegura el académico, todos los ministros de Educación aprovecharon para argumentar que si asignaban recursos más arriba del IPC estarían violando las normas, lo que en su opinión es una mentira, porque la Ley 30 nunca fijó techos para invertir en la educación superior. A ese difícil contexto se sumaron las presiones del BM, que condicionó el otorgamiento de créditos a la aplicación de sus políticas; por ejemplo, que el financiamiento de la educación superior no podía sobrepasar el 20 % del gasto público total y que había que promover a las instituciones privadas como protagonistas en el manejo de la educación.

“De la noche a la mañana, y sin explicar el porqué, en los años noventa el organismo definió que ahora sí los Gobiernos debían financiar la educación superior, pero más la privada que la pública. De ahí que se hayan instaurado programas como Ser Pilo Paga, que es una copia del sistema chileno, donde los mejores 27.000 alumnos en las pruebas estatales de conocimiento (lo que aquí se llama Pruebas Saber) reciben una beca para acceder a universidades acreditadas privadas. ¿Eso qué significa?, que con recursos públicos se ayuda a financiar la educación de los más ricos. Y hay algo grave que casi nadie se atreve a decir, y es que en estos programas el nivel de deserción es casi nulo, porque hay órdenes de no reprobar a los beneficiados, ya que si esos jóvenes salen, se afectan las finanzas”, manifiesta el exdecano.

La tendencia a privilegiar la educación privada en Colombia también se evidencia en el papel que ha cumplido el Icetex en las últimas décadas: ser una entidad de otorgamiento de créditos para que las clases menos pudientes accedan a la educación superior, sobre todo a decenas de instituciones de dudosa calidad. Este y otros graves problemas estructurales del sistema educativo colombiano “hacen necesario que el país llegue a unos acuerdos fundamentales sobre qué queremos para nuestros niños y jóvenes”, expone el profesor Misas.

En primaria, por ejemplo, aceptar que los retornos económicos y sociales son mayores que otras formas de inversión en educación, como lo muestra la evidencia teórica y la experiencia en los países desarrollados; que la educación secundaria debe tener una única jornada, con un currículo mucho más amplio que permita desarrollar el sentido crítico de los estudiantes; y en la formación superior es indudable la necesidad de destinar más recursos económicos, claro está, dice el experto: con el compromiso de las instituciones de mejorar las metas de calidad y eficiencia.

“Es imposible que la universidad, como quiere el Gobierno, se sostenga con el arancel (lo que en Colombia se llama matrícula) que pagan los estudiantes, eso no sucede en ningún país serio; además es ilógico, porque las inversiones en adquisición de nueva tecnología de cómputo, las revistas electrónicas indexadas y los laboratorios, entre otras herramientas necesarias para hacer investigación en los niveles de maestría y doctorado, no deben ser costeados con los aportes de quienes ingresan al pregrado. Ni siquiera Harvard, que es privada, se financia de esta forma”, concluye el profesor Misas.

Fuente de la Noticia:

https://www.universidad.edu.co/sobre-la-incidencia-del-banco-mundial-en-las-politicas-de-educacion-superior/

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Reino Unido: sindicatos piden una mejor financiación de la educación

Reino Unido / 3 de febrero de 2019 / Autor: Education International / Fuente: Internacional de la Educación

El sindicato de docentes National Association of Schoolmasters Union of Women Teachers ha reclamado a las autoridades públicas del Reino Unido que se incremente la inversión en las escuelas y se aplique una distribución adecuada de los fondos.

“NASUWT ha defendido y seguirá defendiendo una mayor inversión en las escuelas, pero también ha advertido sobre el problema de la acumulación excesiva de reservas escolares y la necesidad de asegurar que la financiación llegue ahí donde puede beneficiar directamente a la enseñanza y el aprendizaje”, afirmó Chris Keates, secretaria general  de la National Association of Schoolmasters Union of Women Teachers (NASUWT), en respuesta a un informe publicado el 11 de enero por el Instituto de Política Educativa sobre el balance de los ingresos escolares en Inglaterra.

Constatando que “el informe cuestiona si las autoridades locales deberían redistribuir los excedentes presupuestarios para suplir el déficit en el sector mantenido con fondos públicos”, recordó asimismo que su sindicato “ha promovido desde hace tiempo este enfoque, que ha sido empleado muchas veces por las autoridades locales para brindar apoyo a ciertas escuelas con dificultades”.

Keates prosiguió lamentando que “desgraciadamente, desde 2010 el Gobierno ha abandonado éste y otros importantes controles financieros, en su empeño por acordar excesiva libertad y flexibilidad a las escuelas”.

“En demasiados casos el resultado ha sido el acaparamiento de dinero público, a menudo a expensas de los niños y jóvenes cuya educación deberían apoyar dichos fondos, y los docentes y otro personal educativo que han visto cómo sus salarios y condiciones de servicio se deterioraban año tras año”, concluyó.

NEU: “Un Gobierno al que parece no importarle en absoluto la calidad de la educación”

Según el secretario general adjunto del sindicato de la educación National Education Union (NEU), Kevin Courtney, “el incremento en el porcentaje de escuelas secundarias con un déficit superior al 30% resulta previsible y una consecuencia directa de la negativa por parte del Gobierno a financiar adecuadamente el sistema educativo. La presión de los costos en el sistema educativo y el aumento del número de alumnos en secundaria implican que más escuelas secundarias deberán hacer frente a un déficit en el futuro”.

“El informe indica que, pese a los recortes en las aportaciones educativas, las finanzas de las escuelas continúan deteriorándose”, subrayó, explicando que “más de la mitad de las escuelas secundarias y casi la mitad de las primarias se verán obligadas a efectuar gastos superiores a sus ingresos este año, de manera que los déficits van a incrementarse y los ‘excedentes’ terminarán desapareciendo a menos que se haga algo respecto a la financiación global”.

Comentando la definición de ‘balance excesivo’ según el Ministerio de Educación, esto es, un excedente del 5% para las escuelas secundarias, adujo que “en ningún caso resulta ‘excesivo’, como le dirá cualquier líder empresarial, y representa menos de 10 días del costo de mantenimiento de una escuela. El informe concluye que el ‘balance excesivo’ no resulta suficiente para cubrir los balances deficitarios”.

Courtney deploró además que “a este Gobierno no parece importarle en absoluto la calidad de la educación que reciben nuestros niños y jóvenes. Ya es hora de que se escuche a directores, docentes, personal educativo y padres de alumnos, que están diciendo que ‘ya basta’, y se garantice que nuestras escuelas estén debidamente financiadas”.

Fuente de la Noticia:

https://ei-ie.org/spa/detail/16117/reino-unido-sindicatos-piden-una-mejor-financiaci%C3%B3n-de-la-educaci%C3%B3n

ove/mahv

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La educación en México: balance de un sexenio

México / 3 de febrero de 2019 / Autor: Miguel Ángel Pérez / Fuente: Educación Futura

Seis años de estancamiento y deterioro de la calidad educativa

Estamos a muy pocos días de vivir la llegada de un nuevo gobierno, el cual no es cualquier gobierno, será el gobierno que representa la transición estructural y de una vuelta de tuerca hacia la izquierda.

El gobierno que se va, se ha caracterizado con distinciones, por ser uno de los peores en la historia moderna de nuestro país, el gobierno que se va deja una estela caracterizada por la controversia, el encono y las disputas en pugnas por el poder.

Un balance de seis años en educación, implica colocar en el centro del balance, el contraste entre las intenciones y los logros de dicho periodo. Como parte del programa estratégico el sexenio 2012 – 2018, se caracterizó por el compromiso de mejorar la calidad de la educación, a través de dos estrategias: a) emprender una compleja reforma educativa y b) incorporar a la evaluación del desempeño docente como el dispositivo central para alcanzar la mejora de la calidad educativa.

En los hechos el sexenio que está a punto de concluir, intentó cambiar la regulación y el estatuto laboral con relación a los docentes y demás trabajadores de la educación a partir de emprender la mal llamada reforma educativa.

Podemos decir que el gobierno se planteó el cumplimiento de tres objetivos estratégicos:

1. Emprender acciones para ofrecer una educación de calidad con equidad, dirigida a niños, niñas y jóvenes.
2. Llevar a cabo una serie de cambios en la ley con la finalidad de modificar el estatuto y la regulación laboral de docentes en todo el sistema educativo nacional (SEN).
3. Emprender una serie de cambios de carácter curricular encaminados a diseñar un modelo pedagógico, que defina con la mayor claridad posible, “los aprendizajes clave para la educación del futuro”.

En la esfera federal el gobierno tuvo tres titulares de la SEP, en el ámbito local hubo dos titules (me refiero al caso Jalisco).

Los tres titulares de la SEP fueron personajes con estilos diferenciados: El primero (Emilio Chaufett), golpeador político y muy buen negociador inició con el ambicioso proyecto de sacara adelante la reforma laboral disfrazada de educativa. El segundo (Aurelio Nuño), condicionó el trabajo y la gestión de la Secretaria a partir de promover sobradamente su imagen personal, con aspiraciones presidencialistas, cuando ni siquiera fue capaz de ganar la candidatura de su propio partido y el tercero (Otto Granados), con menos reflectores, a él le tocó cerrar de manera decorosa lo que sus dos amntecesoisres hicieron mal.

El gobierno de Enrique Peña Nieto, nunca encontró la forma de darle un buen cauce al proyecto y a las acciones de política educativa. De esta manera se puede afirmar que el sexenio se caracterizó por protagonizar una serie de tensiones de principio a fin, entre el magisterio disidente, los intentos por imponer nuevas reglas de ingreso, promoción y permanencia e incluso con cambios en la dirección nacional del sindicato que representa a los propios docentes.

Otra distinción del sexenio que concluye fue la obsesión por la evaluación, nunca en la historia de nuestro país, un gobierno se había aferrado tanto a querer imponer una estrategia política (evaluar el desempeño docente a toda costa como capricho y no como una política racional).
Al final los indicadores de calidad y de eficiencia de la tarea educativa quedaron prácticamente inalterables, no avanzamos con relación al comparativo internacional y se ha dejado al final, un SEN violentado, arisco y con pocas posibilidades de proponerle una nueva reforma educativa.
El sexenio se acabó y los saldos y las promesas en educación seguirán pendientes.

Fuente del Artículo:

La educación en México: balance de un sexenio

Fuente de la Imagen:

http://www.exea.edu.mx/index.php/en/blog/blog-noticias-educacion-mexico/87-la-educacion-en-mexico-balance-de-un-sexenio

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El aprendizaje autónomo en educación superior. Entrevista con Joan Rué

Colombia – España / 3 de febrero de 2019 / Autor: Edilson Silva Liévano / Fuente: Magisterio.com

Joan Rué es profesor del Departamento de Pedagogía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, UAB, y presidente de la RED-U, así como delegado de esta red en ICED, (Internacional Consortion for Educational Development). En diálogo con la Revista Internacional del Magisterio, el Doctor Joan Rué hace algunas apreciaciones sobre didáctica, formalización del pensamiento, oportunidades de aprendizaje, aprendizaje autónomo entendido como el trabajo guiado por los maestros pero asumido de forma consciente por los estudiantes, así como de algunas confusiones que se presentan a la hora de abordar las relaciones de enseñanza aprendizaje.   

Edison Silva Liévano: Usted se ha referido puntualmente a tres tipos de estrategias didácticas como el empleo de la “socialización cooperativa”, “el lenguaje formalizado” y las “estrategias de comunicación”. ¿Podría ilustrar a los lectores sobre dichos aspectos?

Joan Rué: Con la primera estrategia mencionada me refiero a que la forma humana de aprender es mediante la interacción con los demás. “Aprender”, entendido no como acopio de información sino como competencia, es decir, como un saber aplicar, saber analizar, saber entender o saber hacer. El resultado del aprendizaje siempre es individual, pero los mejores procesos de aprendizaje son los que se realizan en interacción con los demás. Pero, ello no sucede de cualquier modo. La modalidad de aprendizaje más eficaz es la denominada cooperativa. Las evidencias de las investigaciones y de la práctica profesional muestran cómo es eficaz para todos los alumnos involucrados en ella.

Dicha práctica, sin embargo, requiere algunas reglas fundamentales para dar buenos resultados, básicamente cuatro: que los alumnos se necesiten entre sí para desarrollar un determinado aprendizaje, es decir, que nadie pueda realizar toda la tarea por sí solo; que dicha tarea tenga que resolverse haciendo alguna aplicación de algo o algún tipo de análisis o de elaboración propia entre los integrantes del pequeño grupo y que los grupos tiendan a ser heterogéneos en capacidades, –en unos niveles manejables– y según el sexo. Finalmente, que los grupos pequeños de trabajo no excedan de tres componentes. Luego hay otras reglas, pero los profesores las descubrirán fácilmente si desarrollan procesos de trabajo de este tipo, aplicando los anteriores criterios. Para que los lectores comprendan mejor lo anterior, lo ilustraría con el ejemplo de un trío musical. La cooperación se da al aportar cada uno su propio conocimiento específico, voz, guitarra, percusión, por ejemplo, a la interpretación en común. Porque lo importante para todos es el dominio de “lo musical” y lo secundario es rol de cada cual con su instrumento.

En mis textos también me he referido a la “formalización del pensamiento” en el desarrollo de la educación, un tipo de aprendizaje que luego se traduce en la formalización del lenguaje. Con ello me refiero a poner el énfasis en el hecho de pensar, a que los estudiantes desarrollen una noción clara sobre su propia forma de pensar. Por ejemplo, antes de iniciar cualquier actividad, saber formularse “qué voy a hacer” o “para qué”. O bien, cuando se terminó una tarea saber expresar una idea acerca de “qué aprendí” “para que me sirvió”, o, “con qué otras cosas que sé, lo relaciono”. También me refiero a saber expresar los aprendizajes de una forma propia, la de cada cual, mediante la escritura o la expresión oral.

Ahora bien, para hacerlo, hay que enseñar y aprender estrategias, en cada edad aquellas que les corresponda. Desde aprender a emplear frases simples y cortas, pero expresivas, en edades tempranas, hasta saber sintetizar un informe en una o dos páginas, sin obviar el saber hacer titulares, subtítulos, etc. O saber organizar la información recogida en tablas, cuadros, mapas o según campos de significado. Hay técnicas muy simples y muy funcionales: expresar una idea por escrito, en una frase, en un párrafo… decírselo a los demás, saber buscar palabras clave en un texto, etc. Finalmente, formalizar el pensamiento también es expresar las propias ideas con el apoyo de ciertos referentes. Este aprendizaje enseña al estudiante que “pensar” es un proceso de creación, pero también de acumulación y de fundamentación (¿en qué o quién me apoyo para decir lo que expreso?). El dominio de este tipo de aspectos me parece fundamental para aprender mejor, en cualquier edad y situación de aprendizaje.

E.S.L.: ¿Puede la didáctica asimilarse a la noción de situaciones y oportunidades de aprendizaje o es ella por el contrario la que debe mediar dichos procesos?

J.R.: Mi punto de vista es el segundo que se apunta. Los seres humanos hemos aprendido desde siempre a partir de situaciones, mediante la resolución de problemas. Esto ya lo vio John Dewey y la ciencia neurológica actual lo apoya. Evolutivamente estamos diseñados para resolver situaciones más o menos imprevistas, nuevas o cotidianas, a mejorar lo que sabemos, etc. Así que la Escuela –y cualquier formación– la entiendo como un sistema más o menos organizado de oportunidades de aprendizaje que proponemos a los aprendices, a los cuales deberíamos considerar más como personas que estudian y aprenden, es decir estudiantes, que como sujetos de una institución, o alumnos. En este sentido, el papel de la Didáctica lo veo como el de un campo de reflexión cuyo foco está en aprender a favorecer o a resolver adecuadamente para los aprendices dichos procesos de aprendizaje, entendidos como oportunidades para su desarrollo personal. El aprender haciendo era la propuesta de Dewey. Precisamente, dicha propuesta se ha desarrollado hasta el nivel de que universidades enteras, en Norteamérica y Europa, pero también la formación en determinados lugares de Colombia, Perú o Brasil, se realice mediante problemas organizados secuencialmente.

E.S.L.: Uno de los aspectos más relevantes de sus postulados es la formación autónoma, como una especie de formación a lo largo de la vida. Desde esa perspectiva, ¿cómo puede el maestro incitar a los estudiantes a esforzarse a desarrollar su capacidad de iniciativa?

J.R.: Mi propuesta tiene una formulación sencilla, si bien algo complicada de llevarse a cabo. La planteo considerando que posee dos caras: por una parte, consiste en no hacer por el estudiante, sea infante, niño, adolescente o universitario, lo que él mismo ya sea capaz de hacer. Es decir, no darle “respuestas” a “preguntas” que no se haya hecho. La segunda cara de la propuesta, sería plantearle cualquier aprendizaje como un tipo de reto, que lo vea como tal y que piense que puede realizarlo, contando con el debido apoyo nuestro.

De ahí que frente una situación o ante un aprendizaje nuevo, haya que empezar por enseñar a plantearse interrogantes, como por ejemplo: ¿qué sé acerca de…? ¿Qué me aporta? ¿Qué podría hacer con…? Creo que el profesor debe situarse un poco más allá, en las zonas donde ellos no alcanzan a llegar, de momento. De ahí la necesidad de darles herramientas para que piensen y actúen, para que se autoevalúen, para que sepan gestionarse los propios procesos de aprendizaje, procesos que pueden ir desde cinco minutos hasta donde sea posible, sin dejar jamás a los aprendices sin rumbo. Pero antes de darles la respuesta o la orientación adecuada, sí les podemos pedir que, por ejemplo, piensen un par de buenas respuestas, de acuerdo con lo que piensan o saben, ya sea sobre lo que les pedimos o lo que podrían hacer. En este caso, cuando obtengan nuestra respuesta, estarán “algo más cerca” de lo que hubieran estado si realmente no hubieran pensado nada relevante. Y esto, junto con lo manifestado antes, constituye una muy buena base para que puedan seguir aprendiendo. Ello es una competencia crucial en esta época en la cual la institución escolar se ha vuelto tan limitada, en relación con el conocimiento distribuido o circundante.

E.S.L.: Pareciera que el papel del maestro cambia radicalmente en los contextos actuales, como por ejemplo, el de la sociedad de la información, ¿cuál es el rol más pertinente que debe desempeñar un maestro frente a la relación estudiante-enseñanza-aprendizaje?

J.R.: Naturalmente, mis argumentos requerirían una argumentación e incluso una ejemplificación, algo que no está a nuestro alcance en esta entrevista. Sin embargo, en la línea de lo manifestado anteriormente, el rol del docente debe virar desde el de transmisor, necesario cuando la escuela tenía el compendio del saber transmitido y toda la competencia reconocida para hacerlo, hasta el de mediador entre el conocimiento y el aprendiz. Naturalmente, ello significa otra forma de ser maestro, en el sentido que requiere otra caja de herramientas o una con más variedad de recursos, así como otros modos de “pensar” el oficio docente. En este sentido, es muy importante saber gestionar los grupos y a los grupos pequeños trabajando. Es importante también tener claros los procesos de trabajo de los estudiantes, sus etapas, sus pasos, o saber valorar la importancia de aquellos errores que son indicadores de que el aprendizaje avanza, o saber dar confianza ante la incertidumbre o ansiedad que genera el hecho de aprender, entendido como reto. Pero todo ello no es nada que los profesionales no puedan aprender, si se desarrolla la actitud para hacerlo, y los mismos estudiantes nos pueden enseñar mucho sobre todo ello, mediante el empleo de la observación sobre los mismos. Ahora bien, tenemos que desterrar ideas muy simples como la de que la acumulación de información es aprendizaje, o la de que todo esto se aprende de un día para otro, etc. La docencia es un saber práctico. Ello tiene sus requisitos y los contextos de práctica también cuentan.

E.S.L.: ¿Qué condiciones favorecen el éxito del aprendizaje en autonomía?

J.R.: Sintetizando lo que sabemos del campo de la investigación, podemos intentar hacer una relación de las mejores condiciones. Aunque propongo diez, no debe verse como ningún “decálogo”. El orden en el que las propongo expresa mis propias ideas al respecto.

  1. Generar en los estudiantes confianza en sí mismos. No hay camino hacia el aprendizaje con personas con baja autoestima o niveles bajos de confianza en sí mismos o en lo que hacen.
  2. Intentar generar ambientes estimulantes de aprendizaje. Más allá de lo material, ello se consigue introduciendo en la mente de los estudiantes la noción del “reto”, desde preguntas tan aparentemente simples como: ¿qué haré hoy? ¿qué puedo hacer, qué puedo aportar con lo que hago?, hasta otras más complejas: ¿cómo puedo abordar la propuesta o el problema X?
  3. Desarrollar situaciones de aprendizaje mediante interacción social, cooperando con otros, ayudándoles y haciendo que se ayuden.
  4. Procurar que cualquier situación de aprendizaje se resuelva mediante una produccióndel estudiante, es decir, algo que a sus ojos tenga sentido y pueda ser “enseñado” a los demás, a sus padres por ejemplo, en el caso de los niños pequeños. Un texto puede ser una carta, una carta puede ser para un periódico, de la clase o de la escuela o de la ciudad. Una carta puede resumir un informe, un informe puede manejar datos estadísticos, matemáticos y texto, puede resumirse en cuadros, tablas, etc.
  5. Tener información clara acerca de lo que se debe hacer y cómo.
  6. Aprender a explicar, a contar lo aprendido, con diversas técnicas, desde el dibujo los más pequeños, hasta las presentaciones formales ante un auditorio un universitario.
  7. Los estudiantes deben contar con el apoyo de los profesores en este proceso, en los aspectos procedimentales o de contenido y tener retornos acerca del proceso seguido.
  8. Tener recursos y contar con orientaciones para saber manejarse, hasta cierto punto, con criterio propio y para mejorar o superar lo que necesita ser mejorado.
  9. Obtener la valoración frecuente del trabajo por parte del profesorado, en función del esfuerzo y del logro realizado.
  10. Poder trabajar en un entorno de aula que facilite concentrarse en el trabajo y en las tareas propuestas.

E.S.L.: Usted se refiere a varias confusiones que se presentan en las situaciones de Enseñanza y Aprendizaje, como información y conocimiento, confusión en el plano de la inteligencia y el comportamiento, entre otras, ¿qué incidencia tendrían estos aspectos a la hora de fundamentar una didáctica que abogue por la formación autodidacta?

J.R.: Le agradezco la pregunta porque, ante todo, desearía deshacer un posible malentendido, que a veces se da. Cuando hablo de autonomía en el aprendizaje no me refiero a un hacer autodidacta, aunque podría ser el caso, si bien no es lo habitual. Me refiero, fundamentalmente, a que los estudiantes asuman en primera persona el aprendizaje como un reto personal, como una cuestión propia y que entiendan, ellos y la Escuela o la Universidad, que los docentes están para dar apoyo, un apoyo especializado en los contenidos propuestos y en las estrategias para su logro. Me refiero, por lo tanto, a la enseñanza que ordinariamente se hace de forma orientada y tutorizada, bien mediante la asistencia directa o virtual en las aulas, o bien on line, en educación a distancia. Una enseñanza que, no obstante, podría incrementar la autonomía del estudiante, en el grado que ello fuera posible, en cada situación.

Frente a una concepción de la formación muy extendida, que adopta como referencia la idea de nutrición –alguien cocina y elabora el alimento para dar de comer a alguien– propongo cambiar la metáfora por la de quien se entrena a las órdenes o bajo la supervisión de un entrenador. Ahí, quien se entrena debe tener un mayor control sobre lo que hace, cómo se siente, hasta dónde puede llegar, cuáles son sus propios retos, etc. En consecuencia, el segundo sujeto es mucho más activo y autónomo –auto-regulado– que quien consume lo que se le ha preparado.

En este sentido, debemos deshacer algunos equívocos. La información se recibe o se obtiene desde el exterior, pero el conocimiento tan solo se puede auto-elaborar o generar. Es decir, el hecho de “conocer” sigue un camino inverso, desde dentro hacia el exterior. Un conocimiento externo al sujeto –del tipo que sea– siempre se contempla como información por parte de quien lo recibe. En cambio, lo que un sujeto elabora, en última instancia, depende de sí mismo, de sus herramientas, de sus recursos para la elaboración y la reflexión. Por su parte, la reflexión requiere autonomía para pensar. Y no se puede llamar pensamiento al hecho de seguir un dictado, por elaborado que este sea. Este solo se transformará en verdadero conocimiento cuando el sujeto lo haga suyo. Pero al igual que las digestiones, requiere su tiempo y un proceso personal de elaboración, de transformación o de asimilación que nadie puede hacer por otra persona. De ahí la importancia de los apoyos y de que el sujeto pueda disponer de recursos propios para aquél fin. De ahí la importancia de favorecer la autonomía de quien aprende, entendiéndolo integralmente, desde todas sus inteligencias, emoción incluida, y no verlo tan solo desde una de las dimensiones de la cognición.

Para profundizar más sobre los planteamientos de este autor, los lectores pueden acercarse al texto: Rué, Joan. El aprendizaje Autónomo en Educación superior. Narcea, S.A. De Ediciones, 2009..

Fuente de la Entrevista:

https://www.magisterio.com.co/articulo/el-aprendizaje-autonomo-en-educacion-superior-entrevista-con-joan-rue

ove/mahv

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