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15 mujeres científicas para estudiar en el aula

Por: Educación 3.0.

A lo largo de la historia, muchas mujeres han realizado grandes avances científicos y, sin embargo, han estado a la sombra de sus homólogos masculinos. Estos son algunos ejemplos ideales para trabajar en clase.

La historia está repleta de mujeres que han sido clave en el avance de la ciencia y en la configuración del mundo tal y como lo conocemos. Aunque su reconocimiento ha estado en la sombra durante años y muchas aún sean anónimas, el trabajo de estas 15 mujeres científicas que cambiaron la ciencia es recomendable para estudiar en el aula.

Marie Curie (Polonia, 1867-1934)

Marie Curie - Mujeres científicas

Física y química polaca, pionera en el campo de la radioactividad, fue la primera mujer de la historia en ganar un premio Nobel. Para lograr ese galardón tuvo que superar numerosos obstáculos, incluida la dificultad de acceso a la universidad, pues en Polonia las mujeres tenían prohibido acceder a la Enseñanza Superior. A pesar de ello, años más tarde se convirtió en la primera mujer que llegó a catedrática en la Universidad de París y una de las únicas cuatro personas ganadoras de dos premios Nobel (uno de ellos compartido con su marido, Pierre Curie).

Lise Meitner (Austria, 1878-1968)

Lise Meitner - Mujeres cinetificas

La física responsable de la fusión nuclear y la única mujer que tiene un elemento de la tabla periódica en su honor: el meitnerio. El resto son mujeres de la mitología y, ni siquiera el curio hace homenaje a la recién mencionada Marie Curie: es compartido con su marido Pierre Curie. Lise Meitner, tuvo que llevar a cabo sus experimentos de radioquímica lejos de los focos de los grandes investigadores en una época en la que las mujeres no tenían permitido pisar un laboratorio. Sus investigaciones sobre la fusión nuclear fueron cruciales para descubrir el meitnerio, que dio inicio a la era atómica.

Rachel Carson (Estados Unidos, 1907-1964)

Rachel Carson - mujeres cientificas

A comienzos del siglo XX advertía sobre los efectos nocivos de los pesticidas en el medio ambiente y de la creciente contaminación. Su libro “Primavera silenciosa” logró erradicar el DDT (Dicloro Difenil Tricloroetano) y marcó el nacimiento de la preocupación por el deterioro del planeta debido a la acción humana. Su libro sigue siendo uno de los títulos de referencia del ecologismo y la polémica que suscitaron llevó a que Estados Unidos creara la Agencia de Protección del Medio Ambiente e incorporara a su agenda la política medioambiental.

Mae Jemison (Estados Unidos, 1956)

Mae Jemison

Mae Jemison fue la primera mujer afroestadounidense en viajar al espacio. Entró en la Universidad de Stanford a la edad de 16 años, graduándose con títulos de ingeniera química y estudios afro-americanos. En septiembre de 1992, tras completar el entrenamiento de la NASA, llegó al espacio como especialista de la misión a bordo del transbordador Endeavour. En la actualidad focaliza sus esfuerzos en la mejora de la salud en África y en el avance de las tecnologías en países en desarrollo.

Rosalind Franklin (Reino Unido, 1920-1958)

Rosalind Franklin - mujeres cientificas

Biofísica y cristalógrafa, sus investigaciones sobre el ADN permitieron los increíbles avances científicos producidos en el siglo XX. Sin embargo, muchos de sus descubrimientos fueron robados y permitieron a Watson, Crick y Wilkins ganar el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1962. Más tarde, Watson puntualizó que Franklin debió haber sido galardonada también gracias a su descubrimiento de la llamada “fotografía 51” (que mostraba la estructura de doble hélice del ADN). Para aquel entonces, Franklin ya había fallecido.

Inge Lehmann (Dinamarca, 1888-1993)

Inge Lehmann - mujeres cinetificas

Lehman fue la primera sismóloga en afirmar que el núcleo terrestre se divide en una parte sólida y otra líquida. Sus estudios sobre el núcleo de la Tierra, llamados “discontinuidad de Lehmann”, se publicaron en un documento conocido como ‘P’ y también demostraron que la Tierra no es una esfera compacta e inactiva, como se creía hasta ese momento. Utilizó los terremotos para confirmar su teoría.

Katherine Johnson (Estados Unidos, 1918)

Katherine Johnson - mujeres cientificas

Nació en el seno de una familia humilde de Virginia y su destino como mujer y negra parecía decidido (las leyes de segregación racial no le permitían mucho más que dedicarse a ser maestra). Pero Katherine pronto empezó a destacar por su control de los números y las matemáticas: su intelecto le permitió graduarse en matemáticas y francés a la temprana edad de 18 años. Trabajó como profesora durante años y en 1953 comenzó a trabajar en el departamento de cálculo de la NACA (predecesora de la NASA), donde realizaba todas las operaciones que necesitaban los ingenieros aeronáuticos. Su curiosidad y control numérico la llevó a realizar todos los cálculos del proyecto Mercury, siendo así la responsable de la trayectoria parabólica del primer vuelo tripulado al espacio. También calculó la trayectoria del Apolo 11 que llevaría al hombre a la luna y fue clave en el retorno del Apolo 13.

Ada Lovelace (Reino Unido, 1815-1852)

Lovelance fue la primera persona en desarrollar un código de computación y una adelantada a su tiempo. Descubrió que, a través de una serie de símbolos y normas matemáticas, se podían calcular grandes series de números, adelantando así las capacidades que más adelante tendrían las máquinas. Hija de una matemática y activista política y del poeta George Byron, gracias a su posición social llegó a conocer a científicos importantes, lo que le permitió desarrollarse educativamente.

Mary Anning (Reino Unido, 1799-1847)

Mary Anning - mujeres cientificas

La primera paleontóloga en identificar correctamente un esqueleto de ictiosauro, reptil marino de la época del Jurásico. Encontró los primeros dos esqueletos de plesiosauros y el primero de pterosaurio fuera de Alemania. Realizó importantes aportaciones a la paleontología y la geología en una época en la que muchos aún pensaban que ninguna especie se había extinguido. Sin embargo, sufrió la desigualdad de género de la época: la Sociedad Geológica de Londres jamás la admitió entre sus miembros y vivió el desprecio de muchos paleontólogos varones, que durante años se apropiaron de sus descubrimientos y estudios.

Barbara McClintock (Estados Unidos, 1902-1992)

Barbara McClintock - mujeres cientificas

Una de las grandes científicas en el campo de la genética, fue Premio Nobel de Medicina en 1983, aunque no lo tuvo fácil como mujer investigadora. Sus innovadores resultados llegaron de la mano del maíz y de la investigación de su genoma. McClintok observó las ‘letras’ que componían su ADN y vio, por primera vez, que existían una serie de secuencias genéticas que podían cambiar su posición. De esta manera. produjo el primer mapa genético del maíz, que más tarde serviría para demostrar los mecanismos del cambio y de la regulación genética.

Elizabeth Blackburn (Australia, 1948)

Elizabeth Blackburn

Es bioquímica australiana y bióloga molecular por la Universidad de Cambridge, además de ganadora del premio ‘Nobel de Medicina y Fisiología’ en 2009 gracias a su descubrimiento de la telomerasa, enzima que forma los telómetros durante la duplicación del ADN. Estas estructuras son vitales para entender la degradación molecular y el desarrollo del cáncer. También pertenece a las sociedades científicas más prestigiosas del mundo: Royal Society (Londres, Inglaterra) y Sociedad Americana de Biología Celular (Instituto de Medicina, Estados Unidos). Actualmente es profesora de biología y fisiología en la Universidad de San Francisco, en California.

Margarita Salas (España, 1938 – 2019)

Margarita Salas

Responsable del hallazgo de la ADN polimerasa del virus bacteriófago phi29, su investigación permite a los oncólogos ampliar pequeñas poblaciones de células que podrían dar lugar a tumores y, de esta manera, estudiarlos con más facilidad. Primera mujer española en ingresar en la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, cuenta con una larga e importante carrera: fue doctora en bioquímica por la Universidad Complutense de Madrid y profesora ad honorem en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa del CSIC, del que también fue directora en 1992. Además, fundó el primer grupo de investigación en genética molecular en España y recibió galardones internacionales y nacionales como la Medalla Mendel, Premio L’Oreal de UNESCO y el Premio Nacional Ramón y Cajal, entre otros.

Jocelyn Bell (Irlanda, 1943)

Jocelyn Bell

Detectó por primera vez la radioseñal de un púlsar junto a su tutor, Antony Hewish, a quien le otorgaron el Premio Nobel de Física en 1974. Jocelyn, sin embargo, fue excluida del premio.Durante sus años en la Universidad Southampton (Inglaterra), esta astrofísica comenzó a explorar e investigar sobre astronomía en rayos gamma y enseñó astronomía en Rayos X en el Mullard Space Science Laboratory (Londres). Recibió en 2015 la Medalla de Oro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la mayor institución científica española. Es miembro de la Real Sociedad Astronómica de Londres y profesora visitante de la Universidad de Oxford. A su vez, es presidenta de la Real Sociedad de Edimburgo.

Emmy Noether (Alemania, 1882-1935)

Emmy Noether

Einstein la consideraba la mujer más importante en la historia de las matemáticas. A pesar de que en su época (finales del siglo XIX y principios del XX) las mujeres no podían acceder a la universidad, Noether rompió todas las barreras científicas y sociales y revolucionó con su forma de hacer matemáticas. Fue artífice el álgebra moderna y el teorema de Noether, que permitía entender y resolver el problema de la conservación de la energía, clave para la visión actual del Universo y para comprender la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein. Fue expulsada de Alemania por los nazis al ser judía y pacifista, lo que le obligó a emigrar a Estados Unidos. Se convirtió en un hito al convertirse en la primera mujer plenaria en un Congreso Internacional de Matemáticos, en 1932, y en ser la primera también en estar habilitada para dar clases en la Universidad de Erlanger-Nuremberg (Baviera, Alemania).

Dorothy Crowfoot (Egipto, 1910–1994)

Dorothy Crowfoot

Premiada por la Academia Sueca en 1964, Dorothy fue una química británica que desarrolló la técnica de difracción de rayos X para aplicarla en la estructura tridimensional de las moléculas orgánicas complejas. Además, desplegó la cristalografía de proteínas, razón por la que fue ganadora del Premio Nobel el 1964 (la tercera mujer en recibirlo después de Marie Curie y su hija Irène Joliot-Curie). En 1969 halló la estructura cristalina de la insulina, medicamento necesario para el tratamiento de pacientes con diabetes mellitus. Posteriormente consiguió investigar el calciferol y la vitamina D2. Se convirtió en profesora investigadora de la Royal Society en 1960.

Fuente de la reseña: https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/mujeres-cientificas-aula/70277.html

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Los millennials, gurús tecnológicos de sus familias

Por: Educación 3.0. 

Al 84% de los jóvenes españoles de entre 25 y 34 años les preocupa la capacidad de sus padres para llevar a cabo tareas técnicas o el riesgo de que se conviertan en víctimas de fraude cuando ellos no están cerca. Así lo ha desvelado un estudio.

Aunque los jóvenes millennials (nacidos entre 1981 y 1993) ya no vivan con sus padres, siguen siendo la referencia tecnológica para su familia. Así lo desvela un estudio llevado a cabo por Kaspersky, que ofrece una perspectiva sobre la brecha generacional entre aquellos que sienten que dominan las nuevas tecnologías y aquellos que tienen la sensación de haber perdido el tren.

Así, el 42% de los progenitores españoles se identifica como ‘principiantes en tecnología’ y, aunque, sus hijos estudien o vivan fuera de casa, admite haberlos llamado por teléfono para pedirles soporte técnico.

Además, casi la mitad (48%) de los usuarios de más de 55 años considera que el uso que hacen de la tecnología les hace sentirse mejor con ellos mismos, con mayor autonomía y, por lo tanto, más libres. Asimismo, el conocido fenómeno FOMO (‘fear of missing out’), es decir, el miedo a quedarse atrás, es bastante común en esta generación.

Por tanto, tareas como proteger su router, instalar una solución de ciberseguridad o combatir virus informáticos son un reto para el 68% de ellos, que no saben hacerlo forma autónoma y requieren de una ayuda para poder tener un acceso seguro a la red. El 16% incluso ha declarado que echan más en falta el soporte informático de sus hijos que su compañía cuando no están presentes. De esta manera, sólo el 39% de los progenitores españoles se ven obligados a entenderse y lidiar con la tecnología sin su ayuda.

Referencia en la familia

Realizado online a 11.000 consumidores en 13 países de todo el mundo con una distribución equilibrada por país, género, edad y región, el informe plantea el surgimiento de los ‘Héroes Millennials’, un colectivo que acude al rescate de sus familiares y amigos mayores cuando tienen alguna necesidad tecnológica. Es decir, han aceptado su papel como persona de referencia para pedir ayuda técnica. De hecho, el 67% de los que cuentan con conocimientos tecnológicos reconoce que a menudo otros miembros de la familia les pide ayuda con la tecnología.

Los millennials también están en conflicto sobre la responsabilidad que tienen con sus padres. Aunque muchos de ellos no quieren que se les moleste, al 78% les preocupa la capacidad de sus padres para llevar a cabo tareas técnicas o el riesgo a que se conviertan en víctimas de fraude cuando ellos no están cerca. Esta cifra se eleva hasta el 84% entre los millennials.

Los peligros

La tecnología ya está integrada casi en cada aspecto de la vida, sin importar la edad:  gestiones bancarias, compras online, comunicaciones a través de múltiples dispositivos, aplicaciones y páginas web… Esta dependencia tecnológica ha multiplicado las oportunidades de ataque para los cibercriminales con todo tipo de motivos, bien sea la sustracción de datos financieros, el robo de datos o el daño reputacional.

Fuente de la reseña: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/millennials-gurus-tecnologicos-familias/122278.html

 

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Un día en el cole: educación, diversidad y neutralidad del Estado

Por: Pablo De Lora.

Estimado lector:

Le invito a que me acompañe usted en este viaje imaginario por la agenda escolar de un niño que se dispone a acudir hoy, como cada día, a su jornada en un colegio público, pongamos el Instituto Marqués de Villena, en la localidad navarra de Marcilla (enseguida comprobará que la elección del lugar no es casual).

-¿Llevas todo?

-¡Síííí!

-¿Qué tienes hoy?

-Religión, empezamos el bloque 1. Después actividad de educar en igualdad, luego Biología, el bloque 4 de la reproducción y eso”.

Voy a suponerle a usted ser una madre/padre responsable, concernida por la educación y desarrollo de sus hijos, o simplemente un ciudadano consciente e inquisitivo, asaeteado en estos días por la controversia suscitada por la propuesta de que padres y madres puedan conocer de antemano las actividades formativas complementarias programadas en el colegio e impartidas por personal ajeno al mismo, para que, eventualmente, decidan, en el ejercicio del derecho recogido por el artículo 27.3 de la Constitución Española, si sus hijos asisten.[1]

Tal vez le haya llegado el genial tuit que reza: “Me parece enternecedora la fe que tiene la derecha en los profesores. No soy capaz de que pongan una tilde y voy a ser capaz de que se hagan maricones,”[2] así que, pudo pensar: ¡a cuento de qué tanta preocupación! A lo mejor ha leído, en la misma línea, a Carlos Fernández Liria, un marxista irredento cuyo fuste rebelde no pudo enderezar un célebre y elitista colegio religioso, un centro “… franquista de marianistas sádicos y de ultraderecha, mayoritariamente pedófilos, unos auténticos criminales”.[3]

Pero no, es usted firme en su propósito y se olvida de dimes, diretes y tuits y acude a las fuentes, los documentos fidedignos donde se expresan los contenidos, objetivos y justificaciones de esas materias que su vástago –“adiós, hijo, que tengas buen día”– se dispone a encarar esta mañana.

I

Religión a primera hora. Estudiarán el “Bloque 1” (“El sentido religioso del hombre”) que, de acuerdo con la normativa vigente,[4] tiene como contenido: “El perdón como necesidad del ser humano…”. El bloque 2 (“La revelación: Dios interviene en la historia”), por su parte, incluye: “el relato del pecado original: el hombre quiere suplantar a Dios”. Estos contenidos tienen unos “estándares de aprendizaje evaluables”. Así, se controla que el alumno “recuerda y acepta situaciones personales y sociales que necesitan de perdón” o que “compara la actitud de David con situaciones personales en las que ha tenido la necesidad de ser perdonado”.

Si profesa usted la religión católica probablemente no tenga nada que objetar. Seguramente comparte usted la justificación de estas enseñanzas que se hace en la normativa. Reza (nunca mejor dicho) así: “La necesidad de sentido del ser humano es una evidencia a la que la escuela necesariamente debe dar respuesta. La educación de la dimensión religiosa es parte fundamental para la maduración de la persona. No podría existir una formación integral y, por tanto, una educación de calidad, si no se permitiese el desarrollo de todas las dimensiones inherentes al ser humano, entre las cuales se encuentra la religiosa. Esta capacidad básica de la persona adquiere su auténtico cumplimiento cuando se descubre el sentido de la vida. La enseñanza de la religión católica en los centros escolares ayudará a los estudiantes a ensanchar los espacios de la racionalidad y adoptar una actitud de apertura al sentido religioso de la vida, sea cual sea su manifestación concreta”.

Pero es probable que sea usted consciente de que vive en una sociedad plural desde el punto de vista religioso, político y moral, y que otros padres no comparten sus creencias ni estiman en absoluto que a sus hijos les aproveche interiorizar esas enseñanzas, que piensen incluso que es contraproducente que los menores crezcan con la conciencia de ser pecadores desde que nacieron.

Así lo entendieron también los constituyentes y los legisladores que se encargaron de concordar con la Santa Sede la enseñanza de la religión católica en el sistema educativo español poco después de que se promulgara la Constitución y se consagrara la aconfesionalidad del Estado: la enseñanza de la Religión sería voluntaria aunque obligatoriamente ofrecida en todo el sistema educativo. El gobierno de UCD estableció entonces una asignatura alternativa (“Ética”) sobre la que no cesó la polémica en los años venideros (también sobre la propia idea de que los centros sufragados por el Estado alberguen la impartición de una fe, por mayoritaria que sea). Seguramente está al tanto. Pero fíjese en lo que sostenían los representantes de los que serían los partidos políticos hegemónicos en la escena política española de las siguientes décadas. Nos situamos en la sesión del Congreso de 15 de noviembre de 1979. Habla el diputado del PSOE, y reputado pedagogo, Luis Gómez Llorente: “… aquellas enseñanzas de Ética y Moral, que no vayan a tener un carácter científico y que, por ello, no entrasen en el programa de otras asignaturas, es que van a tener un carácter ideológico parcial o unilateral, desde un determinado punto de vista. Y si van a tener eso, yo, como padre de familia, no tengo por qué aceptar que el señor Ministro de Educación tenga que designar a un profesor que vaya a enseñar a mi hija unos determinados criterios de moral o de ética unilaterales, desde una cierta perspectiva; y si es bajo criterios científicos, cabe perfectamente en los programas de otras asignaturas”.[5]

Gómez Llorente, así como la diputada del PCE, Eulalia Vintró, que le secundaba, consideraba que la misión de la escuela es fundamentalmente instruir en los saberes consolidados, científicamente testados, pues de esa manera hace que los menores puedan llegar a desarrollarse como agentes autónomos abriendo el campo de sus elecciones profesionales y vitales posibles. Lo que nos permite, por decirlo con Kant, precisamente salir de nuestra “minoría de edad”. Y en cuanto a la preparación para la vida en común, no parecía que hiciera falta una materia específica, pues la educación en ese ámbito cabe hacerse de manera transversal, como efecto inescindible de la convivencia escolar. Sin duda, sobrevolaba en las conciencias de estos diputados la historia reciente de la obligatoriedad de cursar aquella insidiosa “Formación del Espíritu Nacional” (FEN).

Algo muy distinto era lo que pensaba el máximo representante de la derecha española, Manuel Fraga Iribarne, que se pronunciaba en los siguientes términos: “… los altos valores que reconoce el preámbulo y otros artículos de la Constitución… esos valores de la justicia, de la libertad, de la seguridad… ¿cómo podemos desarrollar estos valores sin que el Estado asuma la obligación de promover esa educación de los ciudadanos, educación moral de los ciudadanos, justamente la implantación de los mismos?… El artículo 27.2. [de la Constitución española] no dice que la educación tendrá por objeto enseñar solamente las matemáticas o la esgrima; la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales. ¿Cómo se puede lograr esto sin unas enseñanzas éticas?”[6]. Fernando Savater lo hubiera firmado.[7]

Bajo estas premisas se diseñó muchos años después, bajo gobierno del PSOE, la materia de educación para la ciudadanía frente a las que algunos padres –y un coro que concitó un espectro de voces que, con tonos diversos, cubrió desde el obispo Cañizares al periodista Federico Jiménez Losantos pasando por Mariano Rajoy[8]– reaccionaron como anunciaba el socialista Gómez Llorente en su intervención: objetando en conciencia. El Tribunal Supremo puso las cosas en su sitio y declaró que tal objeción a materias curriculares y obligatorias no tenía encaje jurídico-constitucional.[9]

II

Sigamos con la agenda.

Coeducando en igualdad, a las 11h. Hoy les toca la actividad “Carta de despedida del machista que hay en mí” correspondiente al “eje”: “Conciencia crítica frente a la desigualdad y capacidad para el cambio”. Dice la ficha: “En el debate, se debe dejar la iniciativa de que sea el propio grupo masculino el que identifique sus propios comportamientos sexistas. En el caso de que no se logre, el profesorado podrá aportar algunas quejas de comportamientos machistas que hayan sido identificadas por sus compañeras… La actividad final sería redactar una carta personal, al antiguo machista que fue, en la que cada alumno pudiera identificar algunos comportamientos sexistas que ha ejercido en el pasado así como fijar algunos campos en los que cree que puede aportar actitudes y comportamientos igualitarios en el futuro”.[10]

Vaya. ¿El antiguo machista que fue? ¿Mi hijo de 12 años? ¿Y a cuento de qué este señalamiento de los chavales? ¿Nacen todos machistas, como nacemos todos pecadores? ¿Y los profesores participando al grupo de las quejas privadas de ellas? Y si el asunto es educar en igualdad, ¿acaso no hay otras discriminaciones en las que todos pudieran ser igualmente convocados al arrepentimiento? ¿Cartas, tal vez, al antiguo “racista” que ellos y ellas fueron?

Lo cierto es que el objetivo fundamental del Programa Skolae (“Creciendo en igualdad”), aprobado por la Dirección General de Educación de la Comunidad Foral Navarra en Resolución 350/2018 de 2 de julio,[11] es el de promover la igualdad “real” entre hombres y mujeres como manera más eficaz de acabar con las violencias machistas. El diagnóstico sobre la desigualdad que justifica el conjunto de estrategias formativas que se despliegan a lo largo de todas las etapas educativas es el que sigue: “La estructura social actual niega a las mujeres la ciudadanía plena… buena parte de los hombres han manifestado una evolución muy limitada hacia un compromiso real con la igualdad” (p. 20). Es por ello por lo que: “Los alumnos deben ser incorporados como sujetos de la acción coeducadora, para que cuestionen su masculinidad… y conozcan otras masculinidades igualitarias… Debe potenciarse la investigación metodológica para lograr que todos los alumnos, no solo los previamente sensibilizados hacia la igualdad, cuestionen el concepto de masculinidad hegemónica y sometan a crítica los privilegios de los que disfrutan” (p. 22).

Siendo el objetivo de educar en igualdad un afán impecable, ¿son estos diagnósticos y “terapias” el fruto de la mejor evidencia disponible o del acuerdo social? Es muy probable que usted piense ahora de modo muy similar a cómo pensaba en relación con la impartición de la materia religiosa: en la actual sociedad española habría una razonable discrepancia sobre si, tal y como se afirma de manera apodíctica en el documento programático, las mujeres hoy en España “carecen de ciudadanía plena”, y también sobre si, efectivamente cabe identificar una “masculinidad hegemónica y tóxica” que está impregnada –o alimentada– en todos los hombres, desde que nacen, pues ese es ciertamente el presupuesto sobre el que se organizan las actividades en las que su hijo será partícipe a título de “paciente”. ¿No habría buenas razones para aceptar que usted evite que su hijo sea “sometido” a la actividad “Carta de despedida al machista que hay en mí”, de la misma manera que muchos padres y madres no desean que sus hijos confiesen los pecados que la religión católica sostiene que cometemos? ¿Y no serían esas razones mucho más robustas, si cabe, cuando tales actividades o charlas las van a acometer quienes no pertenecen al centro? Usted misma, de religión católica, podría muy bien comprender las reticencias de muchos padres que no quisieran que sus hijos escucharan hablar a un sacerdote invitado especialmente al colegio para hablar de moral sexual católica, o de la naturaleza sacramental del matrimonio.

Tentada de coger el teléfono y avisar al colegio, repara usted en otras actividades del programa. Le llama la atención el capítulo dedicado a la “Sexualidad infantil”, y que uno de los objetivos en el itinerario de 0 a 6 años sea el “Reconocimiento de la sexualidad infantil desde el nacimiento despenalizando el reconocimiento y la vivencia de dicha sexualidad en el ámbito de la escuela y la familia (curiosidad sexual, juegos eróticos infantiles…)” (p. 68). Le inquieta la programación de este tipo de actividades en un momento en el que se pone tantísima vigilancia y celo en el trato con los menores y tanto se han cambiado las costumbres afectivas con los niños por efecto de la sospecha –tal vez exacerbada– sobre el abuso sexual infantil.

Pero lo que más acaba despertando su perplejidad es la ficha EDSEXEPREL-8, correspondiente al epígrafe “Transexualidad infantil” del eje “Sexualidad, convivencia y prevención de la violencia” (6-12 años). Allí lee: “Como consecuencia de este desajuste [el desajuste entre el sexo sentido y el que otras personas le atribuyen] las interacciones que se van a dar entre estos niños y niñas [los niños y niñas trans] y las demás personas tienden a generar malestar… Malestar que se multiplica cuando, percibida la incoherencia, la respuesta es reclamar al sujeto que sea como debe ser. Es decir, dando prioridad a la interpretación externa y pública sobre la vivencia subjetiva e íntima… Eso es lo que hacemos cuando insistimos en decirles tú no puedes ser un niño porque tienes vulva o tú no puedes ser niña porque tienes pene… Afortunadamente también podemos dar otra respuesta cuando percibimos esta incoherencia. Corregir nuestra mirada, reajustar la interpretación y modificar nuestras interacciones. Lo que viene a ser: hacernos a la idea de que sí, tiene vulva, y es niño. O sí, tiene pene, y se trata de una niña. A esta respuesta es a lo que llamamos apostar por el sujeto y su vivencia. Una apuesta que va a permitir al niño o niña ser aquel que siente ser y poder expresarse en coherencia”. 

“Apostar por el sujeto y su vivencia”, relee usted. Y recapacita: ¿por qué, sin embargo, no se apuesta por el sujeto y su vivencia de los 12 a los 16 años cuando se asume que todos los sujetos masculinos han de autoinculparse en una carta como si estuvieran en una de aquellas granjas de reeducación de la Revolución cultural de Mao?

Pero es que, además, repara usted ahora, resulta que a las 12 horas tienen la clase de Biología, el bloque 4, recuerda que le dijo su hijo, destinado al estudio de “las personas y la salud”, y que comprende “la reproducción humana, la anatomía y fisiología del aparato reproductor, el ciclo menstrual, la fecundación, el embarazo y el parto”.[12]

No alberga dudas sobre la oportunidad y conveniencia de la enseñanza de la ciencia natural de acuerdo con los conocimientos consolidados, una instrucción de la que nadie puede evadirse –ni frente a la que los padres pueden objetar nada– por las razones que en su día expuso el diputado Gómez Llorente.

Aun así, le queda la duda de cómo cohonestar la impartición de esos contenidos relativos a nuestra condición biológica, cuando una hora antes se ha podido decir que hay niños con vagina y niñas con pene. ¿Se podrá establecer como consideración de carácter general en la clase de biología de las 12:00 que las niñas serán las que menstrúen y los niños no? ¿Qué las niñas con pene no podrán gestar y que producirán esperma? ¿Será la eventual frustración de los “niños con vagina” o de las “niñas con pene” una razón para alterar la transmisión del conocimiento, modificarla de tal forma que las “vivencias personales a los 12 años” permanezcan incólumes? ¿No sería una mejor alternativa la de instruir a estos menores en la idea de que nada de su dignidad o derechos básicos queda alterado o vulnerado por enseñarles, a ellos y a sus pares, que la condición biológica de “hombres” y “mujeres” no es el producto de la voluntad, de la vivencia interna, que se podrán seguir “expresando” como niñas o mujeres –si así se les antoja o sienten– aunque no menstrúen porque sencillamente no pueden hacerlo dada su naturaleza?

III

Conviene recapitular e ir concluyendo. La institución familiar, y, de manera más específica, la relación paternofilial, plantea una difícil encrucijada a la filosofía política. Sabemos que la familia es una formidable escuela de virtud de los futuros ciudadanos, pero también de “malos hábitos”. Es una muy relevante cadena de transmisión de la desigualdad, tanto en lo que hace a la futura ocupación de roles sociales y disposición de recursos como en la perpetuación de la discriminación, como denunció John Stuart Mill en The subjection of women (1869) y más recientemente Susan Moller Okin en Justice, gender and the family (1989). Los padres tienen un “gobierno transitorio” sobre sus hijos y los lazos de esa sujeción, como ilustró gráficamente John Locke en el Segundo tratado sobre el gobierno civil, “… son como los refajos en que son envueltos los recién nacidos… la edad y la razón a medida que van creciendo, aflojan esas ataduras hasta que por fin las deshacen del todo…” (sección 55).

Así que, si bien los padres no son “propietarios” de sus hijos ejercen sin duda importantísimas prerrogativas sobre ellos. Permitimos la circuncisión ritual de menores, la práctica deportiva de riesgo, la transmisión de la idea del infierno (pese a que mayoritariamente consideramos que la tortura es injustificable), las creencias inefables en los milagros antiguos o en los destinos apocalípticos, y otras muchas enseñanzas y vivencias que pueden chocar con las formas de vida buena que otros grupos o individuos albergan como deseables. Harry Brightouse y Adam Swift han encapsulado la paradoja magistralmente: ¿cómo justificar que exista una relación de autoridad y cuidado –como es, entre otras cosas, la relación paternofilial– que no se justifica exclusivamente por el interés del menor, sino también y de manera muy fundamental por el interés de los padres?[13] Aristóteles lo tuvo claro cuando criticó la propuesta platónica de colectivizar la crianza de los menores: “Si los mil niños de la ciudad pertenecen a cada ciudadano, no como hijos suyos, sino como hijos de todos, sin hacer distinción de tales o cuales, será bien poco lo que se cuidarán de semejantes criaturas… así como la dulzura de unas cuantas gotas de miel desaparece en una gran cantidad de agua, de igual modo la afección… se perderá en un Estado en que será completamente inútil que el hijo piense en el padre, el padre en el hijo, y los hermanos en sus hermanos”.[14] La evidencia disponible que analiza Nicholas A. Christakis en Blueprint. The evolutionary origins of a good society (2019) muestra cómo el fracaso de las experiencias de organización social tipo kibutz radica precisamente en haber prescindido del vínculo paternofilial.

Pero puede haber razones no solamente instrumentales para persistir en esta división del trabajo entre las instituciones públicas y la familia a la hora de criar, guardar, proteger y educar a los menores. Y es que buena parte de lo valioso que hay en el hecho de ser padre o madre radica precisamente en querer compartir un modo de encarar la vida y algunas tradiciones (para empezar la lengua propia). El poder público no debería adoptar ninguna de esas particulares formas de inculturación ideológica, religiosa o moral, ni fomentarlas, sino, con la conciencia de que habrá una zona de contenidos grises, y algunos individuos o colectivos fanatizados que escapan de la esfera del desacuerdo razonable, limitarse a procurar que todos los menores puedan acceder a lo que es de común y objetivamente importante para su desarrollo.

Con su proverbial exuberancia estilística y argumental, Rafael Sánchez Ferlosio alertaba de la intromisión de los padres en la enseñanza pública, “… que se monten a cuchos sobre el niño, como un jinete en un caballo de carreras, y se hagan conducir por aulas y pasillos”. Esa vigilancia es sin duda indeseable cuando, como razonaba Sánchez Ferlosio, de la pura instrucción hablamos. Pero cuando se están subrepticiamente colando visiones ideológica o moralmente de parte, no parece mala forma de evitar que algunos padres acaben entrando como caballo en cacharrería el advertirles de esas actividades con antelación para que puedan legítimamente objetar.

Suena el timbre.

Fuente del artículo: https://www.letraslibres.com/espana-mexico/politica/un-dia-en-el-cole-educacion-diversidad-y-neutralidad-del-estado

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¿Sobrevivirá la ciencia de Brasil a Bolsonaro? Recortes, contaminación ideológica y analogías con España

Por:

«It was the best of times, it was the worst of times,

it was the age of wisdom, it was the age of foolishness,

it was the epoch of belief, it was the epoch of incredulity,

it was the season of light, it was the season of darkness, (…)»

Apertura de Historia de Dos Ciudades (Charles Dickens, 1859)

La ciencia brasileña se encuentra en uno de sus peores momentos. Las posiciones frecuentemente incomprensibles del presidente Bolsonaro auguraban cambios drásticos en 2019. El gobierno ultraconservador ha mostrado una capacidad inesperada de infligir grandes daños al sistema científico y académico del país, y de infligirlos en muy poco tiempo y en muchas áreas diferentes. Sería tedioso enumerar todas las declaraciones, decisiones y políticas reaccionarias del primer año del gobierno de Bolsonaro, pero presentaremos una síntesis de sus acciones sobre los servicios públicos de investigación en general, y en concreto sobre aspectos relacionados con el sistema de universidades públicas federales, la financiación de la investigación y la formación de postgrado. Una síntesis que nos permitirá observar los paralelismos con las políticas de otros gobiernos neoconservadores como los de Trump, Orban o Putin, y las que promueve en nuestro país el tándem Abascal-Casado.

La política neoliberal del gobierno de Bolsonaro, reforzada por sus correligionarios en los gobiernos de cerca de la mitad de los estados brasileños, afecta directamente a los funcionarios públicos de varias maneras. En primer lugar, hay una campaña activa de desmoralización y acoso contra los servidores públicos en todas las esferas de la administración pública. Esta campaña utiliza datos parciales, engañosos e incluso falsos para difundir que hay demasiados servidores públicos y que estos tienen salarios muy elevados, presentándolos como un grupo de privilegiados con bajo rendimiento profesional que hacen que el sistema público sea extremadamente ineficiente, llevando al colapso de las cuentas públicas.

Esta campaña está siendo utilizada por el gobierno brasileño para legitimar ante la sociedad la suspensión de nuevos concursos públicos, recortar los derechos y beneficios de los funcionarios en activo, y desmoralizarlos hasta el punto de conseguir que renuncien a defender sus derechos, a ejercer la libertad de cátedra o a replicar con evidencias a la cascada continuada de ‘fake news’ y pseudoverdades. Aunque en Brasil los funcionarios públicos están mejor pagados que en España –en relación al salario medio de cada país-, estas afirmaciones son, en la forma en la que se presentan, abiertamente falsas.

Tras estos ataques hay una discusión económica y social más profunda sobre el gasto público y el tamaño del estado, cuál es la cantidad idónea de servidores públicos y cuál debe ser su eficiencia. Esta podría ser una discusión importante para la economía brasileña, en la que el análisis del funcionamiento de las administraciones federales y estatales en el pasado y en la actualidad por economistas, sociólogos y politólogos permitiría identificar qué tramo dentro del gradiente de incremento del gasto público conduciría a un mayor desarrollo y bienestar de la población de manera más eficiente.

Teóricamente, quizás sea posible que una sociedad ideal formada por ciudadanos altamente preparados y que se rijan por un elevado código moral pueda controlar la codicia inherente al capitalismo y funcionar de manera eficiente con un estado de pequeño tamaño, bajos impuestos y poco control macroeconómico. Sin embargo, Brasil tiene todavía una estructura económica claramente postcolonial, muy dependiente del sector primario y organizado alrededor de un puñado de grandes propietarios, unas clases medias acomodadas relativamente pequeñas, grandes sectores de la población con bajos niveles educativos y rentas bajas, e importantes bolsas de pobreza. No olvidemos que el gran logro de los gobiernos de Lula da Silva fue elevar por encima del umbral de la pobreza a alrededor de 30 millones de brasileños.

Pero el gobierno Bolsonaro no está planteando un debate acerca de cuál sería la configuración más adecuada de un estado federal que controle los vaivenes del mercado y garantice la justicia social teniendo en cuenta las particularidades de Brasil dentro de los límites de una economía global fundamentalmente capitalista. En lugar de afrontar esta discusión de manera seria y profunda, a partir de información y análisis comparativos honestos, el núcleo duro del gobierno ultraconservador brasileño ha puesto su empeño en una campaña sistemática de ataques y desmoralización de los funcionarios públicos.

La universidad pública en general, y el sistema federal de educación superior en particular, han sufrido una sucesión de feroces recortes desde el comienzo del gobierno de Bolsonaro. Este sistema público ya arrastraba una situación de precariedad creciente, con recortes y suspensión del salario de profesores que comenzaron durante los gobiernos progresistas de Dilma Rouseff, y que dieron lugar a grandes movilizaciones. Esa precarización dio paso, con la llegada de Bolsonaro, a una política de desmantelamiento planificado, ejecutado desde el propio Ministerio de Educación, al que pertenecen las universidades federales y del que dependen sus presupuestos. Estos ataques están afectando directamente al funcionamiento de las universidades, con recortes y paralización de recursos básicos en gastos como energía, agua, limpieza, seguridad, transporte, etc. Pero también afectan indirectamente a sus profesores y alumnos a través de una intensa campaña de difamación.

Los ataques se intensificaron aún más con la toma de posesión del nuevo ministro de educación en abril de 2019. Abraham Weintraub, un economista proveniente del sector financiero y conocido por su afición a los tweets incendiarios, comenzó su mandato con un recorte del 30% de los recursos destinados a las universidades federales – que, según él, promueven la «balburdia» (alboroto, confusión) en sus campus. Su campaña de difamación alcanzó el punto álgido (hasta la fecha) a final de 2019, cuando declaró en la televisión y redes sociales que las universidades federales tienen extensas plantaciones de marihuana y laboratorios de química involucrados en la producción de drogas – una afirmación que reiteró en una audiencia pública en el Congreso Nacional y que le ha hecho acreedor de demandas por parte la Asociación de Directores de las Instituciones Federales de Educación Superior y otras instituciones.

Los ataques del ministro Weintraub buscan criminalizar la fuerte respuesta de la comunidad educativa ante la sucesión de brutales recortes (especialmente la reducción del 42% del presupuesto del ministerio, el más bajo de los últimos 14 años ya antes de aplicarle ese recorte), que representaban las primeras grandes movilizaciones contra el gobierno de Bolsonaro. El carácter autoritario del ministro quedó claro cuando, el 30 de mayo, alentó denuncias contra «los profesores, funcionarios, alumnos, padres y responsables que divulgaran y promocionaran protestas dentro de escuelas y facultades». Lejos de corregirle o llamarle al orden, el propio presidente Bolsonaro calificó como «idiotas útiles» a los manifestantes dos semanas después, durante una visita a EE.UU.

El objetivo último es, según sus propias declaraciones, reducir el gasto público y desmantelar el sistema federal de educación superior. Según el ministro, el sistema de universidades federales es «costoso e ineficiente». Eso a pesar de su elevada calidad, sobre todo en comparación con el sistema privado de educación superior brasileño, y su hegemonía en la práctica en términos de la investigación científica que se realiza en Brasil. De hecho, la investigación científica en el país y la capacitación de recursos humanos altamente cualificados a nivel de master y doctorado se realiza casi exclusivamente en universidades públicas.

¿Cómo propone el gobierno mantener el nivel formativo e investigador del país con menos de la mitad de los recursos públicos destinados a financiarlos? La solución del gobierno de Bolsonaro ha sido el programa Future-up, dedicado a «…promover una mayor autonomía financiera en las universidades e institutos federales, por medio del incentivo a la captación de recursos propios y al emprendimiento». Un programa que muchos expertos consideran mal enfocado, y que ha sido fuertemente criticado por la gran mayoría de la comunidad académica. Es interesante señalar los paralelismos con la política de I+D+i de los gobiernos de Rajoy, con Wert al frente del Ministerio de Educación: los ambiciosos objetivos de sustituir la inversión pública por inversión privada entre 2013 y 2020 se quedaron en nada, y los fuertes recortes en la primera no solo no fueron compensados por la segunda, sino que la arrastraron a descensos aún más pronunciados – dejando al sistema científico en la situación de colapso actual.

Mientras tanto, las iniciativas científicas a largo plazo se priorizan exclusivamente en función de los intereses geopolíticos o macroeconómicos del país, como ha ocurrido con la reciente renovación de la financiación para la nueva base Antártica brasileña. Subyacente tanto a estas prioridades como a los ataques descritos hay un fuerte componente ideológico liderado por el «gurú» intelectual del gobierno de Bolsonaro, Olavo de Carvalho. De Carvalho ha declarado, por ejemplo, que la ultraderecha ha logrado el poder en Brasil, «pero no domina la estructura cultural», por lo que el siguiente paso del proceso debe ser «conquistar las universidades y el pensamiento», lograr la «hegemonía cultural» y «acabar» con la «dictadura mediática» dominada por la izquierda.

Y la cosa no acaba aquí. En paralelo al desmantelamiento y la persecución de las universidades, el gobierno de Bolsonaro está atacando también a las principales instituciones de apoyo a la investigación en Brasil – especialmente CNPq y CAPES, que se ocupan de financiar, respectivamente, la investigación y la formación de postgrado. De nuevo, mediante fuertes recortes económicos y paralizando ejecuciones presupuestarias y de becas que afectan a miles de estudiantes. Y, lo que es todavía más preocupante, introduciendo una serie de medidas, como las repetidas amenazas de fusión entre CNPq y CAPES, que no persiguen ninguna mejora de gestión y sólo buscan desmantelar la estructura actual, reducir el presupuesto total de investigación y, en definitiva, promover la inestabilidad y la falta de confianza en el sistema. La contestación a estas reformas ha llevado a la destitución de Anderson Correia como presidente de CAPES tras un año de mandato. Pero en lugar de enmendar la plana, el ministro Weintraub ha colocado al frente de la institución a Aguiar Neto, un rector evangélico defensor de la enseñanza del creacionismo en lugar de la teoría evolutiva.

Esta situación está llevando a una gran cantidad de académicos brasileños a tomar el camino del exilio para continuar con su investigación, con la esperanza de que sea un paréntesis temporal hasta que la situación mejore con un nuevo gobierno. Aunque enraizada en las carencias históricas del sistema académico y de I+D del país, en la crisis económica de los últimos años y en un lustro de recortes presupuestarios a la investigación, el primer año del gobierno Bolsonaro podría estar disparado esta fuga de cerebros.  Una vez más, las analogías con las peores fases de la crisis del sistema español de I+D son espeluznantes. La fuga de cerebros en nuestro país (que ha bajado de ritmo en la actualidad pero que no ha llegado a desaparecer ni mucho menos) llenó de titulares y preocupación a la comunidad científica internacional y a la sociedad española en su conjunto.

Si juntamos este panorama con los constantes ataques negacionistas de la evidencia científica del gobierno Bolsonaro en temas como salud, sexualidad, cambio climático o conservación de la naturaleza, el panorama actual de la ciencia y la educación superior en Brasil es desolador. Tan sólo en el ámbito del gobierno federal, la comunidad académica sufre el acoso prácticamente continuo de los ministros de Economía, Educación, Relaciones Exteriores, Medio Ambiente, Agricultura, y Mujer, Familia y Derechos Humanos, al que se suma el propio Presidente de la República. Un ensañamiento con la ciencia y la cultura que solo amaina puntualmente con la sustitución del secretario de cultura por sus claras tendencias pro-nazis. No es difícil imaginar que el camino de ideologización cultural que iniciaría la imposición del pin parental en las comunidades gobernadas por las políticas de Vox en nuestro país desemboque en el fomento de ideas contrarias a la evidencia científica.

Dentro de esta coyuntura, el papel del Ministro de Ciencia y Tecnología (+ Innovación y Comunicación), el ex-astronauta Marcos Pontes, resulta contradictorio. Por un lado, no participa en el juego del acoso, las noticias falsas y las declaraciones absurdas; por otro, sin embargo, resulta difícil entender cómo alguien con un mínimo de conocimiento científico puede convivir con semejantes compañeros en el Consejo de Ministros. Algunas fuentes sugieren que el sistema de I+D brasileño aún no se ha derrumbado por completo porque el ministro ha sido capaz de defender la importancia de la ciencia y la tecnología a puerta cerrada. Sin embargo, y a falta de más datos, casos como el de la destitución de Ricardo Galvão como director del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais (INPE) por divulgar datos sobre la deforestación en la Amazonia, colocando un militar en su lugar, indican que las políticas dictadas por el ministro Pontes van a seguir las líneas fundamentales de sus compañeros del gobierno, alejándose de la gestión basada en datos y evidencias.

La crisis económica de Brasil que comenzó en 2015 se ha utilizado para justificar la demonización del servicio público y el acoso y derribo de las instituciones académicas a través de recortes presupuestarios de universidades y agencias de financiación de la investigación. Sin embargo, las actuaciones y declaraciones del gobierno de Bolsonaro dejan claro que tan sólo una pequeña parte de los problemas que está experimentando la ciencia brasileña se deben al ciclo económico desfavorable. El problema más grave al que se enfrenta es la adopción, por parte del gobierno brasileño, de una visión claramente ultraconservadora, anticuada, anticientífica y antieducativa. Una visión incompatible con la educación y la ciencia modernas, que acabará lastrando gravemente tanto el desarrollo económico y social de Brasil como el bienestar de su población.

Fuente del artículo: https://www.eldiario.es/cienciacritica/Sobrevivira-Brasil-Bolsonaro-Recortes-Espana_6_989411072.html

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Paraguay: En mesas temáticas iniciaron diseño del Plan Nacional de Transformación Educativa 2030

América del Sur/ Paraguay/ 28.01.2020/ Fuente: www.ip.gov.py.

El Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) inició las jornadas de recopilación de datos y diagnóstico exhaustivo de la realidad educativa del país, trabajo que será abordado mediante las mesas temáticas que integran diferentes grupos y referentes del sector educativo nacional con el fin de diseñar el Plan Nacional de Transformación Educativa 2030 y la Hoja de Ruta 2020-2030.

En la sede del Banco Central del Paraguay inició desde hoy martes las reuniones de las mesas técnicas con expertos nacionales e internacionales que impulsarán el proceso de diálogo y participación ciudadana en el marco del Proyecto de “Diseño de la Estrategia de Transformación Educativa 2030”.

En ese sentido el viceministro de Culto, Fernando Griffith informó que las mesas técnicas son necesarias ya que mediante ellas se puede llegar a recopilar datos y contar con diagnóstico fundamental sobre la situación actual de la educación en el Paraguay.

«Se deben recoger y profundizar en el análisis y a partir de ellos reconocer todo lo que ha sido publicado en los últimos años y ver todo el proceso educativo del Paraguay y todas sus reformas, sus éxitos y fracasos, aspectos que aparentemente son menos relevantes, y que sin embargo no lo son, cómo la infraestructura, la provisión de materiales y la formación docente», refirió en contacto con Radio Nacional del Paraguay.

En ese sentido dijo que todos esos puntos serán analizados en estas mesas técnicas para después proseguir con las mesas temáticas. «En estas últimas los gremios, los sindicatos, las asociaciones y los ciudadanos podrán emitir sus opiniones y van a poder sugerir y criticar los procesos ya que este es un proceso participativo amplio democrático y transparente», resaltó.

Griffith explicó que en la jornada se dio apertura a las mesas temáticas de gestión educativa, de desarrollo profesional del educador, de financiamiento educativo, entre otros; que cuentan con el acompañamiento de técnicos extranjeros de la Universidad Columbia de Nueva York y de la Universidad Pontificia de Chile, además de expertos paraguayos egresados de universidades privadas y nacionales.

El ministro dijo que el proceso de las mesas técnicas y temáticas tiene sus etapas y que las mismas culminarían a finales de este año. «Desde el año 1904 el Paraguay cada 30 años el país tuvo una reforma y en esta oportunidad será la primera vez en lo que se hará un proceso participativo y amplio»,  concluyó el viceministro.

Datos proporcionados por la cartera Educativa detalla que el evento es organizado por el MEC, el Ministerio de Hacienda (MH), y la Secretaria Técnica de Planificación del Desarrollo Económico y Social (STP) y la Unidad de Gestión de la Presidencia de la República (UGPR), entidades que conforman el Comité Estratégico de Transformación Educativa, conjuntamente con representantes de la sociedad civil de destacada trayectoria, en calidad de miembros titulares y suplentes.

El mismo cuenta con apoyo y el financiamiento del Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI), con el apoyo de la Unión Europea, la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Fuente de la noticia: https://www.ip.gov.py/ip/mediante-mesas-tematicas-iniciaron-diseno-del-plan-nacional-de-transformacion-educativa-2030/

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Alberto Fernández lanzó el programa nacional Argentina Unida por Educación y Trabajo

América del Sur/ Argentina/ 28.01.2020/ Fuente: www.perfil.com.

Se lanzó este lunes el Programa Nacional Argentina Unida por Educación y Trabajo, por el cual titulares de programas sociales refaccionarán escuelas públicas durante el receso de verano. La presentación se realiza en el Club Recreativo Los Indios de Moreno, ubicado en avenida Piovano 2969. Mediante esta iniciativa, el Ministerio de Desarrollo Social busca redirigir los programas sociales al trabajo. Se implementará en las provincias de Buenos Aires, Tucumán, La Rioja, Misiones, Chaco, Santa Fe, Catamarca, Chubut, Salta y Córdoba. También se firmarán convenios con los municipios de Rosario y Córdoba Capital.

«La reconversión de programas sociales al trabajo y la refacción de escuelas para que los niños y niñas puedan comenzar el calendario escolar en mejores condiciones edilicias se logra a partir de un trabajo conjunto entre la Secretaría de Economía Social de la Nación, que garantiza el incentivo adicional, y las provincias, que aportan los materiales y herramientas para llevar a cabo las tareas de refacción. Asimismo, la UOCRA llevará adelante el control de asistencia y la supervisión de las obras», consignaron desde el Gobierno.

Fuente de la noticia: https://www.perfil.com/noticias/politica/alberto-fernandez-lanza-el-programa-nacional-argentina-unida-por-educacion-y-trabajo.phtml

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