Page 739 of 2587
1 737 738 739 740 741 2.587

El aprendizaje personalizado cambia los roles en el aula

Por: Noelia Hernández.

La búsqueda de una enseñanza que se adapte mejor a las necesidades, habilidades e intereses de cada alumno está potenciando el desarrollo del aprendizaje personalizado. Un método educativo en el que tecnologías como la inteligencia artificial son grandes aliadas.

En el aprendizaje personalizado el protagonista es el alumnado. Se trata de adaptar el proceso educativo a sus necesidades, habilidades e intereses de manera individual. Los objetivos, contenido, ritmo y método de instrucción pueden variar de un alumno a otro, poniendo el foco en ayudarles a tener éxito en sus resultados académicos, nos ayuda a concretar Javier Tourón.

El vicerrector de Innovación y Desarrollo Educativo en la Universidad Internacional de La Rioja-UNIR y catedrático de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación, reconoce que no existe una definición única del aprendizaje personalizado, pero en lo que todos los expertos coinciden es en cuáles son sus propósitos. “Se trata de buscar sistemas y enfoques que aceleren y profundicen en el aprendizaje de los estudiantes al adaptar la instrucción a las necesidades, habilidades e intereses de cada uno”. Y también, de proponer “una variedad de experiencias de aprendizaje ricas, que preparen colectivamente a los estudiantes para el éxito en la universidad”. Y todo ello sin pasar por alto el papel de los docentes en este proceso, que son los encargados de “diseñar y administrar el entorno de aprendizaje, […] brindando a los estudiantes orientación y apoyo para que sean ellos mismos los que tomen el control de su aprendizaje”.

Cambio de roles

Tanto el profesorado como el alumnado han de modificar sus roles para alcanzar los propósitos de un aprendizaje personalizado. Tourón advierte de que “es necesario moverse a un modelo centrado en la persona que aprende”. De ahí que se deseche la enseñanza-aprendizaje que ponía al profesor en el centro, ya que de este modo no es posible atender las necesidades de cada alumno.

aprendizaje personalizado profesor

El docente ahora ha de centrarse en empoderar a los estudiantes como aprendices, contextualizar el conocimiento, conectar el aprendizaje con usos en el mundo real, extender el aprendizaje más allá de la escuela e inspirar a los estudiantes personalizando sus experiencias. “Todo ello incorporando la tecnología para enriquecer, más que automatizar el aprendizaje”, añade.

El alumno también ha de cambiar su actitud. Su rol ya no es el de sujeto pasivo sino que participa de manera activa en su aprendizaje: “Debe tomar las riendas de su propio desarrollo personal, aceptando que solo se puede aprender si se quiere”, explica el vicerrector de Innovación y Desarrollo Educativo de la UNIR. Con este enfoque, el alumno tiene por delante varios retos: dominar las materias básicas del currículo, pensar críticamente y resolver problemas complejos, trabajar colaborativamente, comunicar efectivamente, aprender a aprender y desarrollar una mentalidad académica incremental, según enumera Tourón.

La tecnología como apoyo

En esta cambio de metodología y de roles, la tecnología se convierte en una gran alidada como apoyo a las actividades de los estudiantes, conocer en qué momento se encuentra cada uno y ofrecer una enseñanza más atractiva. “Es una herramienta poderosa para el aprendizaje experiencial e interdisciplinario, evaluaciones formativas y revisión datos del alumno”, sostiene Tourón.

aprendizaje personalizado tecnología

El catedrático tiene claro que la tecnología puede ayudar a profundizar en la experiencia educativa, tanto para alumnos como para profesores, en un contexto personalizado, pero solo cuando se utiliza de forma pensada e intencional, “no reemplaza la enseñanza”.

Tiene claro que en los próximos años veremos grandes desarrollos donde muchas de las tareas rutinarias, que ahora están en manos de personas, pasarán a ser desempeñadas por máquinas apoyadas en la inteligencia artificial. “Así, los profesores tendrán más tiempo para la relación personal con sus estudiantes, porque no olvidemos que la educación se basa en la relación entre personas. No entre personas y máquinas”, concluye.

Fuente del artículo: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/aprendizaje-personalizado-cambia-roles-en-el-aula/111870.html
Comparte este contenido:

Clases de civismo: una oportunidad para enseñar habilidades del siglo 21

América del Norte/ México/ 19.08.2019/ Fuente: observatorio.tec.mx.

Aunque no ha sido aceptada aún, la nueva Ley de Educación en México ha generado mucho nerviosismo en el país. Lo que busca es rescatar valores éticos y morales por medio de clases de civismo para ofrecer a los alumnos una preparación más integral.

El civismo es importante porque ayuda a fortalecer los valores y cultura cívica a las nuevas generaciones. Es una clase que permite a los niños practicar varias de las habilidades poderosas que desarrollan su pensamiento crítico. En este tema, los alumnos aprenden a discernir entre buenas y malas conductas en la sociedad, así como a estar informados y conscientes sobre sus derechos y deberes en la sociedad.

Según un estudio del 2016, realizado por la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro Educativo (IEA por sus siglas en inglés), aquellos países con un buen programa de educación cívica son los que mejor salieron evaluados. Esos programas que ellos ofrecen están bien consolidados y enfocados en formación de estudiantes de kínder hasta educación superior, así como preparación de docentes especializados.

Entre los países con mayor desempeño se encuentran Suecia, China, Dinamarca, Noruega y Finlandia. En América Latina de los países que les fue mejor fueron Chile y Colombia, seguidos por México, aunque se encuentran por debajo de la media.

La educación cívica en las distintas etapas

La educación cívica debería de iniciar desde el kínder ya que ayudaría al estudiante a entender los conceptos de civismo, dignidad, responsabilidad, tolerancia y ética. Se inicia enseñando sus deberes ciudadanos y la importancia de cumplirlos. Además, entre más aprenda el estudiante sobre el tema, más oportunidad tendrá de “vivir” el significado del civismo, derechos humanos y de conocer su rol en su comunidad.

Conforme el estudiante vaya avanzando en su educación, y quede asentado lo básico sobre civismo, se volverá más sencillo ir enseñando conceptos más complejos. Esos temas pueden abarcar desde ciudadanía, justicia, equidad, legalidad, e institucionalidad.

Al llegar a secundaria los jóvenes deberían tener la capacidad de aprender y entender sobre el orden y funcionamiento de la sociedad y el rol que desempeñan dentro de la misma.

 Ya en bachillerato y educación superior el estudiante debe dominar los temas de democracia, estado de derecho, equidad social, resolución de conflictos y derechos humanos.

En la clase de civismo se deben abordar los temas con una metodología adaptada a cada etapa estudiantil y verla como una materia transversal ya que cualquier otra materia puede ser compatible.

El juntar diversas clases con civismo también ayuda a ofrecer distintas oportunidades para enseñar sobre valores y ciudadanía, siempre y cuando vaya de la mano de un programa de formación cívica.

Con el gran auge de las habilidades poderosas, las asignaturas como civismo deberían de ser imprescindibles en la educación de los alumnos de cualquier etapa. No sólo porque los ayudará a desarrollar habilidades como el pensamiento crítico sino porque ayuda a formar ciudadanos modelo en la sociedad.

El Observatorio quisiera saber: ¿De qué manera se aplica las clases de ética en su escuela? ¿Existe algún programa o ley que busque enseñar cívica en los salones de clase?

Comparte este contenido:

La filosofía educativa en el ámbito universitario

Por: María Alejandra Rodríguez.

 

Resumen

La educación superior en Venezuela, como fundamento formativo para el desarrollo educativo, cultural, filosófico y  social puede ser un punto de referencia crucial  en función de la construcción de una sociedad humana, justa y libre. Los pedagogos y filósofos de renombre  suelen ser considerados como idealistas cuyas propuestas  han sido sueños ingenuos, pero que al final han influenciado en la creación de nuevos modos educativos. Se trata de educar más allá del bienestar individual y colectivo propuesto por una sociedad del éxito personal y del consumo, trabajar en función  del porvenir de la civilización y la supervivencia de la raza humana y del planeta; ya que una persona consciente de su compromiso existencial puede alcanzar grandes logros e impactar en el bienestar de los demás gracias a un humanismo trascendental y verdadero. Por eso la educación universitaria debe considerarse como el modo formativo humanista para emprender cualquier objetivo elevado, verdaderamente humano, comunitario y social, sea a través del currículo de carácter ético-espiritual de todas las profesiones, o de una formación filosófica en torno a las dimensiones antropológicas existenciales del sentido de la vida desde el compromiso social.

Palabras clave: Educación Universitaria,  Filosofía, Compromiso, Humanismo.

Abstract

The highest education in Venezuela as basis training to the educative, cultural, philosophic and social development can be a very important reference point in function to the building of a human, just and free society. The philosophers and pedagogues used to be considered as idealist which proposals have been naïve dreams, but that it has influenced in the creation of new educative ways. It’s treats to teach beyond to the individual or collective wellness proposed by a society of personal success, to work in function of the civilization future and the survival of the human beings and the planet; because of a person aware of his existential commitment can achieve big goals and impact in the wellness of others thanks to a true and transcendental humanism. That’s why the university education should consider as the humanist training mode to begin any high objective, human, communitarian and social, either through the curriculum of the ethic-spiritual character of every professions or a philosophic training around the existential anthropologic dimensions  of the life sense since the social commitment.

Key Words: University Education, Philosophy, Humanism.

La  educación superior es hoy uno de los retos más trascendentales para filósofos y educadores; y representa uno de los retos antropológicos y sociales más trascendentales. Al parecer las asignaturas actuales no responden a las verdaderas necesidades humanas en cuanto a su formación existencial, o búsqueda de sentido de la vida misma; las asignaturas apuntan hacia el “Hacer”, dejando de lado, y casi en el olvido, las dimensiones del “Ser” de los estudiantes. Sin duda, se está muy lejos, en la Venezuela actual,  de vivir en armonía con nuestros semejantes y no hemos conseguido razones existenciales para el compromiso social, como elemento esencial del ser humano concebido desde la antropología del encuentro, quedando en el fondo, un vacío existencial que reclama ser allanado desde el ámbito de la formación universitaria desde los planteamientos de la filosofía.

Por esto, desde una actitud fenomenológica y existencial, el hombre de la sociedad actual se plantea las preguntas sobre el sentido de la vida: ¿Qué es la vida? ¿Qué es la muerte? ¿Qué es el hombre? ¿Qué es la felicidad? ¿Por qué la muerte? ¿Por qué la injusticia? ¿Por qué el amor? Evidentemente, en el ámbito universitario, las preguntas surgen de un yo personal propio del joven estudiante quien se encuentra sumergido en la vorágine de la sociedad del siglo XXI. En este contexto,  Gevaert (1976) plantea lo siguiente:

Los interrogantes sobre la esencia del hombre y sobre el significado de su existencia, tanto hoy como en el pasado, no nacen en primer lugar de una curiosidad científica, encaminada al aumento del saber. Los problemas antropológicos se imponen por sí mismos, irrumpen en la existencia y se plantea por su propio peso. La existencia, al hacerse problemática, requiere una respuesta y obliga a tomar posiciones (p. 14)

Los intereses de la sociedad actual, dentro de la cultura de Occidente,  se han encausado al desarrollo de la  ciencia en función de la tecnología, economía y a la globalización de un modo particular de modelo antropológico centrado en el éxito personal como horizonte existencial, en donde solamente importa el yo-egoísta por encima de lo comunitario y social, enfocados en un modo filosófico totalmente envuelto en el pragmatismo. En este contexto, Barbera (2005) sostiene la dificultad de valorar la formación filosófica en la universidad pragmática, tecnológica y comercial propia de la sociedad capitalista actual:

Reflexionar acerca de la importancia de la Filosofía, dentro de una sociedad sumergida hasta el alma en el Pragmatismo más crudo que se haya vivido a lo largo de la historia de la humanidad, puede resultar un esfuerzo que probablemente carezca de significado , el recuerdo insignificante de  un momento de la vida universitaria, donde un profesor del montón habló de una asignatura del Pensum de estudio, referente a cosas extrañas y ajenas a la vida  real, no sólo de los estudiantes, sino de  la casi  totalidad del profesorado; tal vez, ajena y extraña de la vida concreta de los mismos profesores del Departamento de Filosofía, quienes muchas veces  reducimos la Filosofía a la utilidad que nos produce. Nosotros tendríamos que ser los primeros en hacernos la pregunta sobre la importancia de la Filosofía, pero, en el “Pensum de la vida misma. (p. 241)

Es decir, el crecimiento personal, humano, antropológico, existencial carece de interés por parte de una universidad al servicio del pragmatismo de la sociedad actual, la formación filosófica, ética, social, comunitaria, vocacional ha sido opacada por la formación técnica y comercial. El problema de fondo parece ser que no existe interés real, no solamente a nivel de discurso, que invierta espacio y tiempo en la formación humana de los diferentes egresados de las universidades venezolanas. ¿Hasta cuándo debemos esperar para empezar a construir una nueva sociedad, un nuevo ser humano comprometido vocacionalmente con la comunidad, con la sociedad y con el bienestar del planeta Tierra? Y sin dar la espalda a la realidad,  ¿Cómo educar para combinar tecnología y humanismo? Sin duda, la formación filosófica, desde las dimensiones antropológicas centradas en la trascendencia del compromiso como modo de existencia, conllevan a la trascendencia de la formación reducida al hacer tecnológico.

Hacia una formación existencial desde lo humano

Se tiene la convicción epistémica de que la Educación formal en el nivel superior, está plenamente justificada cuando se orienta al mejoramiento, tanto en cantidad como en calidad del sistema productivo de un país; es decir, la ciencia se convierte en tecnología y comercio; a pesar de que “la Universidad como formadora de generaciones futuras de profesionales y la Industria como lugar de producción en serie de bienes son realidades diferentes en cuanto a objetivos, lenguaje, valores, organización y percepción de procesos de formación humana. No resulta tan evidente lo homogéneo en cuanto a su naturaleza entre el mundo industrial y comercial, y las aulas de clases universitarias.

La estrecha unidad que se supone debe existir, se ha formulado desde un pragmatismo antropológico que gira en torno a la producción, la ganancia y el correspondiente éxito personal como sujeto que lleva adelante los procesos del capitalismo actual, que ha obviado el carácter humanista de la formación universitaria.

Hace mucho que se induce al hombre moderno a tener una visión economicista de la historia y del futuro personal y de la humanidad. Este sometimiento de lo humano a lo económico y tecnológico, empieza a provocar en el ámbito mundial resultados catastróficos a nivel planetario y de justicia social, tal como lo señala Solana (2012), en su llamada a volver a lo humano, a lo existencial:

Es necesario -a pesar del “mundo globalizado que demanda una respuesta directa e innovadora en relación con la ciencia y la tecnología”-, volver a los objetivos originales: aquellos que hicieron que la escuela, como institución rectora de la sociedad, llegara a existir, aquellos que enseñaron Aristóteles, Rousseau, Dewey y Kant entre tantos otros; al menos socializarlos, colocar al ser humano como elemento prioritario, por encima de las máquinas. (p. 42)

“Dentro de este contexto de reflexión filosófica y social, en búsqueda del sentido humano que pueda permitir la sociedad actual, Córdova (2009) apunta hacia la denuncia de las injusticias del hombre contra el hombre que  produce el pragmatismo llevado a sus últimas consecuencias:

Nuestra producción ha crecido en los últimos años, pero este crecimiento no ha permitido aún cambios significativos para el bienestar humano y la justicia social”; persiste la pobreza, la carencia de alimentos y de vivienda; sin embargo, se ha incrementado la delincuencia y la paz social se ve, más que nunca, seriamente amenazada. “No podemos seguir midiendo el mejoramiento de una sociedad sólo por el número de productos y de servicios que se ofrecen para su consumo. ” (p. 97)

Si se concibe el desarrollo de una sociedad como la capacidad de las personas para elevar, individual y colectivamente, la calidad de su vida, la educación humanista cobra la prioridad que le corresponde entre las acciones que realiza el Estado moderno. La persona humana es por excelencia el centro y razón de ser de la universidad. No se trata solamente de egresar “peones sociales”; sino seres humanos en el más trascendental sentido de lo humano; el ser humano no puede ser reducido a un hacedor, a una cosa producida en serie, el hombre es trascendencia en sí mismo, y su calidad de vida se da en el ser, en esa dimensión trascendental de la existencia, y no en el laborar mecánico con el cual se conforma el pragmatismo tecnológico.

Lo dado como “algo”, reduce al hombre a una cosa, y el hombre es un ser personal, un ser para la trascendencia, de eso se trata el sentido antropológico de lo educativo en las universidades formadoras de la juventud venezolana. Dentro de este marco reflexivo, Morales (2005) expresa el verdadero sentido trascendental y personalista como eje orientador del proceso educativo en todos los niveles de la educación formal:

En segunda instancia, educar para la trascendencia requiere ver el sentido de lo educativo, la perspectiva a desarrollar implica la educación como espacio tiempo de trascendencia, a ello se refiere el autor como el punto clave donde se deslindan otros aspectos como superar la estructura academicista y de didácticas centradas únicamente en el conocimiento como finalidad. La trascendencia surge en el compromiso de establecer lo humano como centro único de interés, el aula se convierte en encuentro de subjetividades, el otro no es visto como la negación del yo sino como fundamento de apertura a un tú. Trascender es apropiarse de la expectativa de futuro que posee el otro y generar la alteridad. El problema es que el costo de la trascendencia es el compromiso ontológico, un sujeto que emerge después de la postmodernidad con todo la esperanza de seguir siendo. Nadie podrá eliminar la “necesidad” perenne del ser humano por realizarse, ni siquiera un psicologismo reductor a una conciencia animal.  (p. 67)

Desde el paradigma positivista y pragmático, se concibe que los objetivos del sistema industrial se ajustan a la vida concreta de los seres humanos, quienes son formados como piezas del sistema de producción, que no poseen rostros, ni nombres propios, y que al final son remplazados como cualquier pieza de la maquinaria. De hecho, si se impone el positivismo pragmático de la filosofía de la producción y comercialización del actual sistema social; entonces, nuestras vidas carecerán de existencia, estarán al servicio de la maquinaria de producción y de comercialización; y en el fondo, esos serán los objetivos reales, más allá del currículum de la educación superior. De este modo el tener y el hacer en función de ese tener constituirán el verdadero marco de filosofía antropológica desarrollada en las universidades venezolanas.

Si, por el contrario, el sistema industrial y de comercialización es sólo una parte de la vida, y no la vida misma; entonces, lo humano emerge en modo espiritual, cultural y trascendental; aparece la familia, la comunidad, el  compromiso social como horizontes existenciales de la vida; es decir, aparece la antropología del ser. Así, pues,  los valores estéticos, morales, espirituales, tendrían preferencia; quienes dediquen su vida al compromiso de la formación filosófica, antropológica y existencial, no estarán sujetos a los fines reduccionistas del sistema comercial e industrial; sino que éste estará subordinado a los objetivos elevados del ser humano y sin duda, habrá más oportunidad de descubrir el humanismo real, comprometido en lo comunitario, social y planetario, tal como lo señala Morin (2000) al referirse al pensamiento complejo, el cual exige la capacidad de sinceridad epistémica y existencial en la comprensión de la naturaleza real del universo, como lo expresa en Los siete saberes necesarios a la educación, donde plantea un modo distinto de ontología y de la antropología filosófica correspondiente como modo alternativo de entender lo humano como habitantes de un mismo hogar planetario, biológico y universal:

Estamos en un gigantesco cosmos en expansión constituido por miles de millones de galaxias y miles de millones de estrellas y aprendimos que nuestra Tierra es un trompo minúsculo que gira alrededor de un astro errante en la periferia de una pequeña galaxia de suburbio. Nuestro planeta erra en el cosmos. Debemos asumir las consecuencias de esta situación marginal, periférica, que es la nuestra. Como seres vivos de este planeta, dependemos vitalmente de la biosfera terrestre; debemos reconocer nuestra muy física y muy biológica identidad terrenal (p.53)

Se trata de cumplir prioritariamente con los objetivos humanos, sin descuidar aquellos que nos permitirán vivir dignamente como familia, comunidad, nación y sociedad humana. De hecho, sería muy razonable pensar que cuanto mejor sea nuestro nivel de vida en el sentido estrictamente humano, más allá de la vida por el tener; mejor podremos enfocar las actividades destinadas a producir los mismos bienes que requiere la sociedad a través de sus procesos de industrialización, ya sea incrementando bienes o mejorando servicios. Ciertamente, al priorizar la formación humanista se promueve la formación de un mejor profesional, porque se atienden los aspectos más importantes como compromiso vocacional, con sentido existencial de la vida misma. Se trata de producir con sentido humano. Lo que requiere no hombre seriados, sin personalidad; sino, de seres realmente humanos, cuyo trabajo sea humano y con sentido trascendental.

 

Bibliografía

Barbera, G (2005) Sobre el Concepto y la Importancia de la Filosofía. Revista Ciencias de la Educación  Nº 26.  Editorial. Universidad de Carabobo. Valencia-Venezuela.

Córdova, E (2009) “Principios de la Educación humanista” Revista Magistralis, Abril. Universidad Iberoamericana-Puebla.

Gevaert, J. (1976) El problema del hombre. Salamanca: Sígueme.

Morales (2005) Fundamentos Epistemológicos para la Educación más allá de la Postmodernidad. Educar para la Trascendencia. Artículo publicado en la revista Anthropos – Venezuela

Solana, Fernando (2012). XX Sesión de la Conferencia General de la UNESCO, en París el 26 de octubre de 1978 y publicado por la SEP.

Fuente del artículo: http://www.eleutheria.ufm.edu/ArticulosPDF/161221_MARodriguez_La_Filosofia_Educativa.pdf

Comparte este contenido:

Un 47% de los jóvenes está dispuesto a trabajar fuera de España

Europa/ España/ 20.08.2019/ Fuente: www.abc.es.

El 27% afirma que le es indiferente dónde trabajar, se trasladará donde encuentre empleo; mientras que un 20% lo buscará directamente fuera de España. El año pasado, el 52% de los consultados afirmaba que podría trabajar fuera del país

Cada vez menos jóvenes están dispuestos a trabajar fuera de España, según señala un estudio realizado al término del salón de Orientación Universitaria Unitour 2018-2019 que ha recorrido en su XIII edición 24 ciudades españolas, cinco italianas y Andorra, y que revela que el 47% de los estudiantes de bachillerato españoles podría trabajar fuera del país.

En concreto, para el estudio se utilizó una muestra de más de 17.000 jóvenes entre los más de 29.000 bachilleres que acudieron a la edición española de la feria, que tuvo lugar entre los meses de octubre de 2018 y febrero de 2019. De estos, el 74% se encontraba realizando segundo de bachillerato, y un 26%, primero de bachillerato, según recoge Ep.

Según el informe, cuando se pregunta a los estudiantes españoles dónde les gustaría trabajar en el futuro, el 27% afirma que le es indiferente dónde trabajar, se trasladaría donde encontrase empleo; mientras que un 20% lo buscará directamente fuera de España. El año pasado, el 52% de los consultados afirmaba que podría trabajar fuera de España, mientras que en la edición 2013-2014 esta cifra era del 58%.

De esta forma, más de la mitad de los encuestados (53%) prefiere trabajar en el país: al 27% le gustaría quedarse en su provincia o comunidad, y un 26%, en cualquier parte de España.

Asimismo, en el estudio nacional destaca que los estudiantes de Málaga son los más dispuestos a trabajar fuera del país, es decir, 27% quiere ejercer su profesión fuera de España, seguidos por los jóvenes tenerifeños, con un 26%. En el otro extremo se encuentran los estudiantes donostiarras de los que un 39% quiere trabajar en su comunidad o provincia.

Aumentan los aspirantes a funcionario

El estudio de Unitour también revela que la mayor parte de los jóvenes de bachillerato se ve desarrollando su carrera profesional en una empresa privada (38%), pero en los últimos años, cada vez toma más fuerza la opción de opositar para hacer carrera en la administración pública.

Así, según el informe, el 27% de los encuestados piensa prepararse una oposición para ser funcionario, mientras que el año pasado esta cifra era el 26%, y el anterior, un 24%. Otro 25% afirma querer montar su propio negocio cuando finalice sus estudios, y un 10% quiere desarrollar su carrera en el ámbito de una ONG.

Por provincias, los alumnos leoneses son los más interesados en trabajar para la administración, ya que un 36% afirma que estudiaría una oposición después de su grado, seguidos de los vallisoletanos (32%), los logroñeses (31%), y los vigueses, murcianos y cordobeses (30%).

Por el contrario, los jóvenes malagueños destacan, un año más, como los más emprendedores de España, ya que un 32% quiere montar su propia empresa. Le siguen los estudiantes de Valencia (29%), los de Logroño, Madrid y Castellón (28%), Gran Canaria y Murcia (27%), y Tenerife, Santander y Sevilla (26%).

En cuanto a los motivos por los que elegirán una carrera, el 52% de los estudiantes encuestados antepone su vocación, mientras que el 35% tendrá en cuenta las salidas profesionales que le ofrezca su futuro grado.

En este sentido, la mayoría de los estudiantes de Sevilla, un 56%, afirma que escogerá carrera porque es «lo que le gusta desde siempre»; mientras que los estudiantes que otorgan más peso a las salidas profesionales son los donostiarras, ya que 38% se fijará en que su carrera tenga alta empleabilidad. Le siguen los madrileños (37%), y los ovetenses, vitorianos, bilbaínos y gaditanos (36%).

Por otra parte, el 12% de los estudiantes españoles encuestados dice que escogerá su carrera porque «se gana mucho dinero», y solo un 1% porque «sus padres quieren que la estudie».

Fuente de la noticia: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-47-por-ciento-jovenes-esta-dispuesto-trabajar-fuera-espana-201908170207_noticia.html

Comparte este contenido:

Día del Niño: la infancia es una ventana de oportunidades

Por: Luisa Brumana.

En los últimos 30 años, un cambio social radical posicionó a los chicos y chicas como sujetos de derecho en vez de objetos de protección.

Garantizar la participación de los niños, las niñas y adolescentes es un desafío para los adultos que en los últimos 30 años vivimos un cambio social y cultural radical impulsado por la Convención sobre los Derechos del Niño, que posiciona a los chicos y a las chicas como sujetos de derecho. Esta afirmación, los niños y a las niñas son sujetos de derecho, cambia la manera en que el mundo interpela a las personas de 0 a 18 años que dejan de ser objetos de protección, como establecía el antiguo paradigma tutelar, que presuponía que los niños necesitan de un adulto que tome decisiones por ellos.

A partir de la adopción de la Convención sobre los Derechos del Niño, que este año cumple su 30° aniversario, las sociedades reconocen que los niños y las niñas son personas en crecimiento, llenas de potencialidades, que ganan autonomía en forma progresiva y que tienen derechos que les garantizan el acceso a la salud, la educación, la inclusión social, la protección frente a la violencia, para tener un buen comienzo en la vida y un desarrollo pleno durante la segunda década, que es la adolescencia.

30 años es mucho y a la vez muy poco en el desarrollo de un tratado internacional de derechos humanos que revolucionó la manera en que entendemos a la infancia y la adolescencia. Los niños y las niñas no son “adultos pequeños” como se creyó durante muchos años. No aprenden en el trabajo, aprenden en la escuela.No “moldean el carácter en la calle” o en el mundo adulto: los chicos y las chicas necesitan de espacios de juego y socialización con sus pares en los que aprenden a compartir, a interactuar en grupo, a disfrutar del tiempo libre. Las cosas que aprendemos durante la infancia dejan huella para toda la vida.

La Convención sobre los Derechos del Niño establece el derecho a participar, a que los chicos y las chicas expresen sus opiniones en la familia, en la escuela, en sus lugares de pertenencia, sobre los temas que los involucran, y a que estas opiniones sean tenidas en cuenta. Y en sintonía con otros tratados de derechos humanos, explicita el derecho a asociarse con fines culturales, deportivos o políticos siempre y cuando esas asociaciones o grupos estén sólo integradas por niños, niñas o adolescentes.

Los derechos humanos cobran sentido cuando nos apropiamos de ellos, los ejercemos, los revindicamos, los exigimos, los vivimos y aún más, desde edades tempranas. El Día del Niño es una fecha simbólica, que cambia de un país a otro, pero nos recuerda (donde sea que estemos) que la infancia es una ventana de oportunidades, un momento en la vida que no se repite más y que tiene derechos especiales que necesitamos, como sociedad y como individuos que la integran, garantizar para que estos primeros años en el mundo, sean equitativos para todos. Una misma “línea de largada” o como decimos en UNICEF, para cada niño, para cada niña, una oportunidad.

Fuente del artículo: https://www.clarin.com/sociedad/dia-nino-infancia-ventana-oportunidades_0_ZjNxwu4oe.html

Comparte este contenido:

Cortometraje: El pez feliz

Por: Regina de Miguel. 

Este cortometraje animado del año 2006 ha recibido diversos premios, entre los cuales se encuentra el de Mejor Cortometraje de Animación del Festival Internacional de Berlín. Su historia se basa en el cuanto ‘A Fish that Smiled at Me’ de Jimmy Lao: además de trasladar el valor de la empatía habla también del valor de la libertad a través de su protagonista, un hombre solitario pero de carácter afable que encuentra en su mascota, un pez, una gran compañía.

Fuente del documento: https://www.youtube.com/watch?v=WSs1W7mP29M

Comparte este contenido:
Page 739 of 2587
1 737 738 739 740 741 2.587