Tres mitos, dos realidades y una pregunta sobre los efectos de la pandemia en la educación

¿La pausa de las clases presenciales por el covid destrozó la enseñanza primaria y el aprendizaje del alumnado? ¿Hubo más deserción? Algunas reflexiones sobre los datos que arroja la Prueba Muestral Aprender 2022.

El Ministerio de Educación de la Nación acaba de publicar algunos resultados de la Prueba Muestral Aprender de primaria de 2022, una gran iniciativa que enseña que las pruebas estandarizadas son un activo del Estado más allá de los gobiernos de turno y que su impugnación en bloque solo la sostienen sectores muy marginales de la política.

A partir de estos resultados, van tres mitos, dos realidades y una pregunta sobre los efectos de la pandemia en la educación argentina; un año y medio después de la reapertura de la mayoría de las escuelas.

Abro el paraguas: no voy a minimizar los impactos negativos del cierre de escuelas. Al contrario, nueva evidencia proporciona datos que muestran que la pandemia -afortunadamente- no generó una catástrofe educativa aunque sí muchos perjuicios entre algunos sectores de la población.

 Mitos

  • El cierre prolongado de escuelas fue un capricho autoritario. Se debió imitar a Alemania

En Latinoamérica, la casi totalidad de los países decidieron cierres prolongados, algunos más rígidos como Costa Rica, Perú o México, otros un poco más flexibles como Chile, y el más flexible que fue Uruguay. Según datos de la UNESCO, de los países de la región con más de tres millones de habitantes Argentina es el que más rápido abrió sus escuelas. Pero de derecha a izquierda, de Sebastián Piñera a Alberto Fernández y de Iván Duque a Andrés Manuel López Obrador todos siguieron más o menos la misma receta. ¿Por qué?

Cuando Fernández dijo en marzo de 2020 que “las escuelas son lo último que se abren”, Angela Merkel y los líderes europeos decían exactamente lo mismo, excepto Aleksandr Lukashenko, el autócrata de Bielorrusia, país donde las escuelas nunca cerraron. Así, Europa mantuvo sus escuelas cerradas hasta sus vacaciones de verano y después las abrió cuando los contagios bajaron. Ese fue el momento del inicio de una mayor circulación del virus en América Latina, cuando todos teníamos frescas las imágenes de los cadáveres apilándose en las puertas de los hospitales de las grandes ciudades del norte.

Me consta que eso generó un susto enorme en nuestros funcionarios a ambos lados de la grieta: “si los sistemas de salud europeos no se la bancan, ¿que será de nosotros?”. Esta complejidad no justifica la posición mayoritaria de América Latina, pero la pone en perspectiva: más pobreza, menos infraestructura sanitaria y más contagios, en el momento en que Europa cambia el criterio original, avalado por la evidencia que indicaba que los niños no son grandes contagiadores. Tampoco esto justifica por qué las escuelas argentinas siguieron cerradas después de la primera cuarentena, cuando el nivel de circulación comunitaria era muy bajo en muchas zonas.

El único país latinoamericano que nunca cerró sus escuelas fue la Nicaragua de la dictadura sangrienta de Daniel Ortega. Llama la atención que los detractores de los gobiernos pro cierre de escuelas no lo pongan como ejemplo de una buena gestión.

  • El cierre de escuelas produjo el abandono de un millón y medio de estudiantes (o un millón, o seiscientos mil, etc.)

¿Se acuerdan de esas proyecciones? ¿De esos desvaríos que evidencié en esta nota de Cenital?

Pues bien, un punto muy pero muy positivo es que el abandono escolar por cierre de escuelas no sucedió. Al contrario, de acuerdo a los datos oficiales del Relevamiento Anual (RA) sabemos que el abandono 2021 vs. 2020 es el más bajo en años, sosteniendo la tendencia anterior. Veremos si los datos de 2022 del RA lo corroboran.

Esto es mérito de los docentes, los estudiantes y las familias que sostuvieron con todas sus fuerzas la escolarización de los chicos, sumado a algunas medidas gubernamentales de promoción y retención.

Aguante todo.

  • El cierre de escuelas produjo caídas catastróficas en los resultados de los aprendizajes en la Argentina

Ya en las pruebas estandarizadas que tomó la Ciudad de Buenos Aires no se evidenciaban caídas catastróficas. De hecho, 3 de las 4 pruebas de la Ciudad en promedio daban igual o mejor que en la prepandemia: tal vez una mayor conectividad y la reapertura temprana de las escuelas pudieron ser parte de las causas.

En 2021 se tomaron las pruebas censales Aprender de primaria y ahí si los resultados si bien no catastróficos, eran más preocupantes.

Pero eso era esperable: a mediados de 2021 el Consejo Nacional de la Calidad de la Educación, del que formo parte, discutió el plan de evaluación y fui el único (para variar) en proponer que las Aprender no debían hacerse en 2021 sino en 2022. ¿Mi explicación? En 2021 los resultados irían a estar sesgados, “contaminados”, por la discontinuidad pedagógica. Con una prueba en 2022, auguraba, los resultados reflejarían mejor los efectos netos del cierre de escuelas.

Pues bien, el Ministerio de Educación toma en 2022 una nueva prueba Aprender, nueve meses después de la toma anterior y en plena continuidad pedagógica. ¿Los resultados? Similares a los de la prepandemia, como habíamos pronosticado.

Algunos colegas plantean problemas metodológicos en la comparación y en los buenos resultados respecto de la prueba anterior, especialmente en los “saltos” entre una y otra. Mi explicación, como dije, es el sesgo de la prueba 2021. Pero ahí hay un punto. Veremos cómo sigue la película.

Finalmente, algunas familias dicen “yo no veo la mejora en mis hijos”. Creo que hay algo nuevo allí: la pandemia hizo que muchas familias prestaran más atención a la educación de sus hijos y ahora empiezan a construir una opinión más informada respecto de la que se daban en prepandemia

Realidades

  • Los perjuicios del cierre de escuelas son indirectos y complejos

Un análisis equilibrado precisa de tiempo para evaluar cómo la continuidad pedagógica restablece aquello que se consideraba erróneamente “pérdida de aprendizaje”. Por lo que, si bien es equivocado decir “aquí no ha pasado nada”, la sobreactuación de la catástrofe no tiene base empírica ni en abandono (con certeza plena) ni en aprendizajes (con algunas variaciones y controversias).

Esto también refuta la visión de que la tecnología educativa, los cuadernillos, las “escuelas zoom” y las “escuelas whatsapp” no sirvieron para nada. Un razonamiento sin evidencia y puro prejuicio anti digital. Si todo esto hubiera tenido un efecto neutro siendo que los resultados se mantuvieron relativamente y que el abandono no se produjo, se podría inferir que las escuelas no aportaron nada. Una estupidez.

Yo creo que familias, docentes, estudiantes e incluso funcionarios hicieron mucho para sostener la educación en pandemia. Aguante todo, again.

Lo que sí parecen mostrar los datos es que muchos efectos negativos del cierre de escuelas se agrupan entre los estudiantes más chicos, los que arrancaron el jardín y la escuela primaria en pandemia y los sectores más empobrecidos de las grandes ciudades argentinas

  • Los sistemas educativos funcionan mal en la normalidad, pero no tan mal en pandemia

Si la educación argentina ya estaba colapsada antes de la pandemia, durante el cierre de escuelas el colapso de la educación argentina fue visible para la gran opinión pública.

Sin embargo, el rol de los Ministerios de Educación (nacional y provinciales) fue muy superior al esperable, incluso en casos de ministros recién asumidos por los cambios de gobierno, con respuestas rápidas dentro de sus posibilidades respecto de la conectividad, los cuadernillos, el uso de la TV y la radio pública, la ampliación de plataformas, etc. Incluso el Consejo Federal de Educación y el recién creado Consejo Nacional de la Calidad de la Educación asumieron roles de responsabilidad y compromiso. No estoy diciendo que todas las medidas hayan sido correctas, a mi humilde entender, pero, a diferencia de los tiempos normales prepandémicos, todos se pusieron a trabajar.

El problema fue Alberto Fernández. El mismo día en el que todas los ministros de Salud y de Educación -con Nicolás Trotta a la cabeza- y con el acompañamiento de CTERA, plantearon la prioridad de abrir las escuelas, con un cronograma y modalidades concretas, el Presidente contradice ese consenso trans-grieta y cierra las escuelas en una discurso nocturno que quedará en los anales del sinsentido nacional.

Era demasiado bueno para ser cierto.

Una pregunta

¿Es cierto que la distribución de libros, la hora más de clase y el conjunto de la política educativa del gobierno nacional favorecieron los mejores resultados de Aprender 2022?

Desde hace más de 30 años hay un consenso técnico que plantea:

  1. Las pruebas estandarizadas no evalúan el impacto de políticas educativas específicas,
  2. La medición de estos impactos precisa otras metodologías donde el factor tiempo es fundamental para darle a la política lo que es de la política y a la sociología, la demografía, la economía y -en este caso- a la continuidad pedagógica, lo que es de cada una de ellas.

Pero yo no estoy para nada de acuerdo con ese consenso. No, señor. Me consta que el Ministerio Nacional de Educación favoreció el repunte. Lo explico.

Las mejoras en Aprender 2022 fueron gracias a que la actual gestión ministerial llamó a una licitación internacional y lograron conseguir una Tardis para hacer un pliegue temporal, tipo agujero de gusano para desplegar y así extender el tiempo, y que en apenas 9 meses entre una prueba y otra, se obtuvieran mejores resultados. Es lo que se llama “contaminación futura”. Yo participé de la experiencia junto al Dr Who (que piloteó la Tardis), John Connor, Tony, Douglas, y el Sr. Spock. Todos damos fe. Hay videos.

Tres mitos, dos realidades y una pregunta sobre los efectos de la pandemia en la educación

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Ocho mil millones…

Por: Vásquez Araya Carolina

La población mundial aumenta al ritmo veloz de las desigualdades. 

Como en un sistema de vasos comunicantes, el incremento de seres humanos sobre la faz de la Tierra no se refleja en prosperidad, sino en capacidades reducidas de supervivencia, en bajas tasas de crecimiento económico de los países no industrializados, mayores riesgos de provocar el colapso de los recursos naturales y unos indicadores de desarrollo en franco retroceso para las naciones del hemisferio Sur. En este escenario, difícil de medir y comprender en toda su dimensión, los habitantes más afectados por este fenómeno resultan ser los más vulnerables.

El hecho de alcanzar esa cifra simbólica obliga a reflexionar sobre la situación tan desigual en la que vive el segmento infantil de las sociedades. Con especial fuerza durante los últimos años por los efectos de la pandemia, niñas, niños y adolescentes se han visto recluidos en espacios limitados, alejados de su entorno social y muchos de ellos sometidos a la violencia doméstica y al rezago escolar; han experimentado los efectos más devastadores para su desarrollo físico y psicológico, en una etapa crucial de su vida. Ante la realidad de un sistema político y económico que los excluye de las oportunidades por su incapacidad para incidir en las decisiones que afectan su presente y su futuro, este segmento social ha quedado relegado en el goce de sus derechos fundamentales de manera indefinida.

En países como los nuestros -el gran continente americano lleno de riquezas- es mas que evidente la pérdida de acceso de la niñez a las oportunidades de educación, alimentación y atención en salud. Los recursos destinados a paliar -entre otras urgencias- la desnutrición crónica en los primeros años de vida, no representan un tema prioritario en naciones gobernadas bajo la regla de la concentración de la riqueza, la captura de los recursos nacionales en manos privadas y la explotación de la fuerza de trabajo bajo las consignas del neoliberalismo más descarnado. Estos factores no solo causan una grave marginación de las políticas públicas y las iniciativas de desarrollo social, sino impactan en el futuro de los países y obstruye sus posibilidades de avanzar.

El haber alcanzado la cifra de 8 mil millones de seres humanos, cuyas necesidades superan de lejos la posibilidad de satisfacerlas, solo tiende a alimentar las desigualdades y exacerbar los odios, permitiendo la consolidación de movimientos fascistas y retrocediendo a los peores momentos de la Historia, con supuestos planes para reducir la población quitando de en medio a los más necesitados: migrantes; pueblos originarios marginados del desarrollo y desplazados de sus territorios; y, de paso, a quienes no poseen los recursos ni la capacidad para defender sus derechos.

El único recurso posible para establecer un cierto equilibrio entre los sistemas imperantes y las oportunidades de desarrollo con orientación hacia el respeto por los derechos humanos, es una alineación de prioridades con acento en la redistribución justa de la riqueza, la imposición de medidas radicales para reducir el impacto ambiental y un consenso entre los poderes corporativos -cuyo dominio es incluso superior a los poderes de los Estados- con el propósito de contribuir a detener la crisis climática. Todos ellos, objetivos que ya han sido ampliamente discutidos, plasmados en documentos firmados y ratificados, pero jamás cumplidos.

El cambio climático, sumado al aumento demográfico, es una amenaza inminente.

Fuente de la información: www.carolinavasquezaraya.com

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Abandono escolar en dos tiempos

Por: Carlos Ornelas

 

El abandono escolar es cosa seria. Es un drama en muchas familias y una adversidad para la nación. La investigación educativa la explica desde diversas perspectivas, pero no varían mucho. Hay causas exógenas y endógenas; una tercera variante incluye ambas visiones, como educación especial o factores individuales.

El abandono escolar es un problema que afecta al sistema educativo mexicano desde su fundación. Si se considera el tiempo largo de la historia, los avances —que sí los hay— son magros. El gobierno de Álvaro Obregón, a insistencia de José Vasconcelos, fundó la Secretaría de Educación Pública en 1921.

Lo que los diferentes gobiernos hicieron en un siglo no es despreciable. De unos cuantos cientos de escuelas en 1921, hoy tenemos más de 265 mil en todos los niveles a donde asisten más de 36 y medio millones de estudiantes.

No obstante, en la última generación, de cada 100 niños que ingresaron a la educación primaria en 2002, sólo 25 concluyeron la licenciatura en 2019. Millones de mexicanos se quedaron en el camino. La pérdida mayor se da en la enseñanza media, de 66 de esa misma generación que ingresaron a bachillerato, nada más egresaron 46; en profesional técnico, la cifra es dramática, de cada siete que se matricularon, sólo uno se graduó.

Esa trayectoria es de tiempos que, digamos, son normales, aunque sean una anormalidad. Si las previsiones de la SEP son correctas, la inscripción de este año será más baja, pero no tanto (Excélsior, 09/08/20). La semana anterior, el PNUD mostró proyecciones de matriculación en la coyuntura de la pandemia que parecían más dramáticas que en tiempos ordinarios, pero no difieren mucho de la tendencia histórica.

En educación media, por ejemplo, el PNUD pronosticó una pérdida de 800 mil alumnos entre los egresados de secundaria que no se matricularían y los que no regresarían al ciclo posterior. Es casi la misma que en el ciclo 2017-2018 (Secretaría de Educación Pública, Principales cifras del sistema educativo nacional: 2018-2019).

El abandono escolar es cosa seria. Es un drama en muchas familias y una adversidad para la nación. La investigación educativa la explica desde diversas perspectivas, pero no varían mucho. Hay causas exógenas y endógenas; una tercera variante incluye ambas visiones, como educación especial o factores individuales.

Los efectos de la pandemia entre estudiantes pobres son severos y es posible que influyan en ese incremento —ligero, si se quiere— de la tasa de abandono. El covid-19 empeora las condiciones precedentes.

 

La Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación lanzó un pronunciamiento donde argumenta que, para millones de niños y jóvenes de América Latina, en especial quienes están en situación de mayor vulnerabilidad, el cierre de escuelas implica la pérdida temporal de una red de seguridad fundamental, que incluye nutrición, salud y apoyo emocional. “Con la actual pandemia, también quedó al desnudo que la escuela es, en muchos casos, un espacio de protección contra la violencia doméstica y los abusos sexuales”.

La calamidad que acarrea el coronavirus y que Aprende en Casa II no contempla es cómo mantener, aunque sea en una expresión razonable, esa red de protección. En el año escolar pasado el pase fue automático y que como quiera que sea, se dio por concluido. Pero en el presente —y tal vez por lo que resta del sexenio— al abandono se empalmará la reprobación. Y será más onerosa porque, para fines prácticos, el gobierno de la Cuarta Transformación ya clausuró el programa de escuelas de tiempo completo, que era la mejor expresión de ese sistema de salvaguarda que, aunque favorecía más a sectores medios, cubría también a buena parte de los segmentos proletarios.

Como dice el proverbio, al sistema educativo mexicano le llovió sobre mojado. A los problemas heredados, se le vino encima la pandemia, que empeoró lo que funcionaba mal y no ayuda a la redención de millones de estudiantes —en especial pobres— que no regresarán a la escuela.

En el pasado, unos explicaban el abandono escolar porque los niños y jóvenes iban a buscar empleo para apoyar a la familia; en medio de la crisis de salud y recesión económica no tendrán empleo, aunque en áreas rurales aprecian su fuerza de trabajo. Antes el tiempo era malo, ahora es peor.

Fuente:

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Entrevista a Ignacio Ramonet: “La pandemia está estableciendo la crisis del modelo neoliberal”

Por: Miguel Muñoz 

 

Su nombre está asociado desde hace décadas a la publicación periodística Le Monde Diplomatique tanto en Francia como nuestro país. Este periodista y catedrático de teoría de la comunicación fue también el impulsor del movimiento ATTAC, protagonistas en el movimiento antiglobalización con eventos tan destacados como el Foro Social de Porto Alegre y las sucesivas ediciones. Prolífico autor de libros, premiado en diferentes ocasiones y Doctor Honoris Causa por varias universidades. Durante el inicio del confinamiento estuvo en Cuba. Desde allí, Ignacio Ramonet (Redondela, Galicia, 1943) escribió un extenso ensayo con su reflexiones sobre el mundo actual y futuro en medio de una pandemia sin precedentes. De esos pensamientos, y ya desde París donde reside habitualmente, tenemos el placer de hablar con él en cuartopoder.

-Ha definido la pandemia como un “hecho social total”. ¿Qué significa?

Es una expresión que algunos sociólogos utilizan. En particular, un sociólogo de gran referencia como Norbert Elias. ¿Qué es un hecho social total? Pues a veces en la historia se producen acontecimientos, por ejemplo una guerra, que tienen repercusiones en todos los ámbitos de la sociedad. Primero en la organización misma de la sociedad, en la economía, en la cultura, en la política, en la organización de la vida de la gente. La pandemia, tal y como nos ha sorprendido, ha funcionado y está funcionando como un hecho social total. Realmente hay pocos espacios en nuestra vida cotidiana y en la de las sociedades que no se hayan visto afectadas de manera particularmente impactante por la pandemia.

-Ha señalado, al igual que otras muchas personas, que el mundo y la vida no va a ser igual cuando acabe todo. Parece que lo tenemos todos claro

-Yo creo que sí. Bueno, todos no, ha habido una serie de intelectuales que han dicho que todo sería exactamente igual. Por ejemplo aquí en Francia, Michel Houellebecq escribió un texto diciendo que después de la pandemia todo será igual. ¿En qué sentido todo seguirá igual? Bueno, seguiremos en una sociedad vertical, el capitalismo no se habrá derrumbado, las grandes empresas seguirán teniendo un rol determinante…En ese aspecto no cabe duda de que la estructuración, el esqueleto portador de la sociedad, probablemente no se va a mover, al menos en un primer tiempo. Pero sí que muchas cosas ya se están moviendo. Y podemos decir quizás que muchas han cambiado ya. Por ejemplo la cuestión del teletrabajo. Hoy día es conocido que, en particular en nuestras sociedades desarrolladas, cantidad de gente piensa que ir a la oficina cada día tiene cada vez menos sentido. Y que durante estos meses se ha demostrado que se puede trabajar perfectamente igual desde casa.

«Vamos a ver muchos Gobiernos cambiar de color por los efectos de la pandemia»

Por otro lado, una parte del consumo virtual se ha podido hacer de manera virtual. Globalmente la aceleración de toda la virtualidad, de todo el universo de internet, no cabe duda de que aunque ya estaba bien anclada en nuestras sociedades, ha conocido una aceleración muy notable. No es una casualidad que precisamente las empresas del GAFA (Google, Amazon, Facebook, Apple) sean las que más han ganado y las que menos han sufrido con esta pandemia. Así podríamos decir que muchas cosas se han modificado. Probablemente también, aunque decía antes que el capitalismo se va a mantener, el neoliberalismo como lo habíamos conocido hasta ahora probablemente no va a ser posible. Porque esta pandemia tiene tres tiempos. Estamos viviendo el tiempo sanitario, que es el más importante en esta fase. Pero ya está viniendo el tiempo económica, y la pandemia económica va a ser de una brutalidad desconocida. Las cifras últimas publicadas sobre las expectativas de la economía española, la situación de los bancos en España…Todo esto da una idea de la colosal tempestad que están viviendo las economías. Y el tercer tiempo va a ser el social. No cabe duda de que si las economías sufren, quienes van a sufrir van a ser los trabajadores a todo nivel. Por consiguiente eso va a producir aquí y allá protestas o revueltas. Y sea electoralmente o por otras vías, vamos a ver muchos Gobiernos cambiar de color por los efectos de la pandemia.

-Se está haciendo también mucho hincapié, especialmente a nivel europeo, en que la crisis no la paguen los de siempre como ocurrió en 2008. ¿Debemos ser algo optimistas con esto?

-Por ejemplo, un país del Sur cualquiera. ¿De qué vive? La mayoría viven de tres cosas. La mayoría de países de África, América Latina, de gran parte de Asia, viven de tres cosas. O bien de las exportaciones de los productos del suelo o subsuelo, la minería o la agricultura. Segundo, de las remesas que envían sus trabajadores emigrados. Y tercero, en algunos de ellos, del turismo. Estas fuentes de recursos hoy día están muy impactadas por la pandemia. El turismo está con un encefalograma plano. Las remesas, como la mayoría de estos trabajadores está en los países desarrollados, y que evidentemente, van a entrar en una crisis colosas, van a disminuir masivamente. Como por otra parte la economía está medio paralizada, las exportaciones también están de capa caída. Entonces, imagina cuando en un país se caen estos tres recurso, obviamente el número de quiebras va a ser colosal. Cuando quiebran las empresas, quienes sufren son los bancos. Porque han dado créditos para que las empresas funciones. Por tanto, el propio sistema bancario se puede derrumbar en muchos países.

«En Europa va a haber una gran sufrimiento social aunque haya mucho capital para ayudar»

Esto es lo que normalmente podría haber ocurrido en Europa. No va a ocurrir por el acuerdo que se logró. Porque la UE que ve venir esta situación, está dispuesta a endeudarse sin límite para que precisamente todo el sistema bancario, que es un poco el sistema de riego sanguíneo de la economía europea, no dé quiebra y colapse. En Europa va a haber una gran sufrimiento social aunque haya mucho capital para ayudar. Pero eso no va a cambiar el hecho de que mucha gente vaya a perder su empleo. En Francia, por ejemplo, el propio presidente anunció hace dos semanas que se espera en otoño próximo la pérdida de un millón de puestos de trabajo. Es enorme, si piensas que cada puesto de trabajo hace vivir a dos o tres persona.

-Cambiando de tema, hay muchas referencias, y también las describía usted en el artículo, sobre la irrupción de la vigilancia masiva digital. Supongo que en este tipo de situaciones hay riesgos y beneficios dentro de una crisis sanitaria

-La era digital, en la que ya estábamos desde hace unos 30 años, ahora ha alcanzado una normalidad. El mundo actual es el mundo de la virtualidad. Para los que aún dudaban de si estábamos en una prolongación de la era industrial, pues ahora estamos en la era virtual y de la ciber actividad. Por consiguiente, eso significa que cada vez que toco una tecla en mi computadora, teléfono o Ipad, estoy dejando una huella de lo que hago. Por consiguiente, no cabe duda de que ahora sí que se confirma algo que algunos ya habíamos predicho desde hace bastante tiempo. Y es que los datos que cada uno damos de nosotros pasan a ser una materia prima de alto valor y que probablemente pueden transformarse en la materia prima de la era digital. Eso va a tener un valor económico en la medida en la que en el mundo del 5G y Big Data, se va a trabajar exclusivamente con datos. En el mejor de los casos para conocer mejor desde el punto de vista comercial o publicitario todas las simpatías y deseos de los individuos. Pero además eso va a permitir a las grandes empresas digitales y a los Gobiernos e institutos de inteligencia para tener un conocimiento muy fino de cada uno de nosotros.

Entonces, la idea de que precisamente haya una especie de Big Brother que conozca a cada uno de los 7.000 millones de habitantes del planeta, o los 5.000 que usan constantemente internet, eso, que era ciencia ficción cuando Orwell escribió 1984, está siendo cada día más real. Yo escribí hace poco un libro llamado El imperio de la vigilancia y creo que me quedé corto. Porque con la pandemia esto se ha confirmado completamente. Antes podían decir que era un poco paranoico y cosas así pero ahora es la realidad.

-Una de las cosas por las que más se le conoce fue su lucha en el movimiento antiglobalización y la fundación de ATTAC. Han pasado varias décadas pero, ¿cómo se relacionan las críticas que ya se hacían entonces sobre el mundo con la realidad actual en plena pandemia?

-Nosotros lanzamos el movimiento hace unos 20 con la idea de “Otro mundo es posible” y con el Foro Social. La crisis de 2008, que fue financiera y de crédito, ya nos dio la razón de que obviamente la globalización, es decir el neoliberalismo globalizado, nos conducía hacia un mundo en el que cada vez habría más gente cada día más rica y gente cada vez más pobre relativamente. Hoy, el 1% de la población más rica posee más de la mitad de la riqueza del mundo. Hoy día, si quieres esta desigualdad salta tanto a la vista que el escándalo se ha generalizado.

La pandemia está estableciendo también la crisis del modelo neoliberal. Por ejemplo, hemos visto como muchos países se han cerrado, como muchos países apuestan por el mercado interior. La crisis ha demostrado que, por ejemplo, en Europa no se fabricaban mascarillas, paracetamol, respiradores…Sabemos que habrá otras crisis, porque en los últimos 15 ha habido otras tres crisis epidemiológicas aunque no hayan concernido a Europa. El SARS y el MERS han sido crisis muy graves para Asia. Nadie puede decir que no habrá otra crisis pandémica de aquí a 5 o 10 años. No tenemos autonomía en materia de producción de lo que es mínimamente indispensable para combatir una amenaza de este tipo. Todo este modelo que consistía en fabricarlo todo con trabajadores mal pagados en el otro lado del mundo es que el hoy tenemos, a la vez por razones económicas, sanitarias y ecológicas. No nos olvidemos de una importante, que la pandemia no es más que una manifestación de la crisis ecológica. Porque el virus ha surgido por el desprecio a la naturaleza, por el ataque constante a ella y en particular a los animales salvajes. Y el virus ha saltado precisamente por ese desprecio. No podemos seguir fabricando una camisa al otro lado del mundo que va a ser transportada y consumiendo una cantidad excepcional de petróleo y energía para luego ser vendida a un precio ridículo. Es impensable. Este tipo de modelo es al que hoy, por razones económicas, ecológicas y políticas, la sociedad debería rechazar.

-A nivel geopolítico nos preguntamos mucho el papel que van a cumplir ahora China y EEUU. ¿Podemos ver algún cambio en el equilibrio entre fuerzas?

«Es la primera vez desde el principio del siglo XX que hay una crisis mundial y que EEUU no tiene un rol de protagonista»

-En el aspecto geopolítico vamos a decir algo que es lo más central. Es la primera vez desde el principio del siglo XX que hay una crisis mundial y que EEUU no tiene un rol de protagonista. Esto no se ha visto nunca hasta ahora. Su intervención en la I Guerra Mundial fue decisiva, en 1944 también. Y desde los años 50, EEUU ha estado en todas las partes. Esta vez no han enviado una mascarilla a nadie. No han enviado una jeringuilla ni personal médico a nadie. Esta ausencia da una idea de la debilidad de EEUU. El país más impactado por la pandemia es EEUU, por una conducción política completamente errática, equivocada, con un problema de liderazgo enorme que pone en riesgo la continuidad de Trump, tal y como lo dicen los sondeos. Solo esto ya es una indicación de cómo la pandemia está modificando la geopolítica. Por otra parte también, la pandemia detuvo todos los conflictos en el mundo durante unas semanas, con mucha más eficacia que la ONU. Otra cosa, las Naciones Unidas han estado absolutamente ausentes en esta crisis. No se han oído iniciativas. Por tanto, hay algo en la estructuración y funcionamiento geopolítico hasta ahora que demuestra que tal y como funcionaba el mundo, éste no era eficaz.

Sobre China podríamos decir dos cosas. Primero, tiene una responsabilidad en la medida que el virus surgió allí y no pudo impedir que saliera. Por otra parte, China ha combatido con gran eficacia la pandemia y es el país que ha ayudado enormemente a otros países, enviando medicamentos, médicos, etc.

-Estuvo en Cuba durante las primeras semanas de confinamiento. Ha alabado su gestión de la pandemia, ¿por qué?

-Cuba ha combatido la pandemia con mucha eficacia sin declarar un confinamiento obligatorio, pero con mucha disciplina social, con mucho voluntarismo y de manera bastante inteligente, y con una organización social muy eficaz. Por otra parte también, Cuba no ha dudado en enviar a cerca de 45 países brigadas médicas con personal: Italia, Andorra, las posesiones de Francia en el Caribe, en América Latina o África. Cuba sí ha dado muestras de un internacionalismo solidario y creo que esto vale la pena subrayarlo. Infelizmente los grandes medios de comunicación europeos no lo subrayan. Por otra parte observamos que la UE ha publicado una lista de los países con los que se puede aceptar viajero y veo que no está Cuba, que es uno de los países que menos casos tiene en el mundo. Para darte una idea, Cuba tiene más o menos la misma población que Bélgica, 10-11 millones de habitantes. Bélgica tiene 9.000 muertes. Cuba sólo 85. Entonces, evidentemente hay una manera de afrontar esta cuestión desde el punto de vista sanitaria que demuestra lo que se sabía ya, que Cuba es una gran potencia médica. Pero que es una gran potencia con una generosidad y solidaridad espectacular cuando muy pocos países en el mundo han enviado ayuda a tantos países.

Fuente e imagen: cuartopoder

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El Comité Regional para Asia y el Pacífico de la IE adopta una declaración sobre la COVID 19

Asia/PrensaIE

La declaración adoptada por el Comité Regional para Asia y el Pacífico cita los enfoques divergentes de los Gobiernos respecto de las repercusiones de la COVID 19 en la salud, los trabajadores y trabajadoras y la economía. También destaca la falta de consultas a los sindicatos de educación, salvo raras excepciones, sobre cuestiones relacionadas con la pandemia en la región.

La declaración adoptada por el Comité Regional para Asia y el Pacífico cita los enfoques divergentes de los Gobiernos respecto de las repercusiones de la COVID 19 en la salud, los trabajadores y trabajadoras y la economía. También destaca la falta de consultas a los sindicatos de educación, salvo raras excepciones, sobre cuestiones relacionadas con la pandemia en la región.

Esta declaración se centra en los efectos dispares de la crisis en los diferentes grupos y en el futuro de los servicios públicos, en particular en la educación, y concluye con una serie de recomendaciones de la IE, las organizaciones miembros y los Gobiernos sobre medidas adicionales para combatir la pandemia y hacer frente a sus consecuencias.

Algunos Gobiernos han adoptado medidas eficaces que han conseguido frenar la propagación de la infección, mientras que otros siguen enfrentándose a un creciente número de casos a pesar de las restricciones. Un tercer grupo ha adoptado medidas de emergencia que concentran el poder en manos de unos cuantos funcionarios. En la declaración también se mencionan las desigualdades en las capacidades y las posibilidades de los países a la hora de poner en práctica la enseñanza a distancia, así como la falta de consultas con los sindicatos sobre la introducción y utilización de esta tecnología.

En la declaración se destaca el desempleo masivo, que probablemente se prolongue y que “afectará de manera desproporcionada, y con mayor dureza, a los sectores marginados y agravará aún más las desigualdades existentes”. Según el Comité, la prolongación de la crisis “afectará drásticamente a los países de bajos ingresos, en particular a las poblaciones más vulnerables y marginadas; acentuará las desigualdades de género en la educación, especialmente en el caso de las niñas, e intensificará las divisiones entre estudiantes”.

Aunque hay una mayor concienciación respecto de la importancia de los sistemas de sanidad pública, al Comité le preocupa que la aplicación de los ODS 4 sobre la educación sea lenta y que no se preste la tan necesaria asistencia financiera a las escuelas. De ser así, podría, en efecto, fomentarse el crecimiento de la educación privada con fines lucrativos.

En lugar de aceptar que este grave revés reduzca inexorablemente la calidad y la disponibilidad de la educación, el Comité sostiene que “ha llegado el momento de convertir esta crisis mundial en una oportunidad para replantearse las políticas educativas existentes, cuyas deficiencias están quedando expuestas y empeoran en estos momentos, y para prever cómo debería ser el futuro de la educación y de la profesión docente después de la pandemia”.

El Comité recomienda que la Internacional de la Educación no solo prosiga con sus esfuerzos para supervisar la situación de la COVID 19 y compartir información, sino que también intensifique su trabajo en la defensa de “los derechos de los docentes y de todos los trabajadores y la protección de los derechos humanos fundamentales”, que elabore directrices políticas sobre la enseñanza a distancia y las TIC y que trabaje para incorporar personal de atención sanitaria en las escuelas. También insiste en la importancia de la cooperación con la comunidad internacional en la planificación del futuro de la educación y la profesión docente después de la pandemia.

El Comité insta a las organizaciones miembros a seguir liderando la lucha para limitar el impacto de la COVID 19 en docentes, estudiantes, padres y madres; proteger los términos, las condiciones de trabajo y los derechos de los docentes y del personal de apoyo a la educación; evaluar y responder a las consecuencias de la pandemia en los grupos vulnerables y marginados y en las mujeres, y luchar por un aumento de la financiación de la educación. Después de la pandemia será especialmente importante contar con los medios para “abordar la cuestión del tiempo perdido y salvar las diferencias existentes entre estudiantes”.

La declaración alienta a los Gobiernos a que, en cooperación con los sindicatos de educación, garanticen la seguridad, la salud y el bienestar de estudiantes, docentes y el PAE; minimicen los riesgos sanitarios de la reapertura de los centros educativos mediante el establecimiento de medidas y protecciones adecuadas; financien plenamente la educación; impidan la entrada en el ámbito educativo de agentes de la educación privados y con ánimo de lucro, y garanticen los derechos y las protecciones de todos los trabajadores y trabajadoras de la educación. Además, se insta a las autoridades a que garanticen que las medidas gubernamentales durante y después de la pandemia sean “holísticas, integrales e inclusivas”.

La declaración puede descargarse aquí (en inglés).

Fuente: https://www.ei-ie.org/spa/detail/16763/el-comit%c3%a9-regional-para-asia-y-el-pac%c3%adfico-de-la-ie-adopta-una-declaraci%c3%b3n-sobre-la-covid-19

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