Nueva Zelanda: Needs of children, not Big Food, must win out

Nueva Zelanda/Enero de 2017/Autor: Darren Powell/Fuente: NZ herald.com

RESUMEN: Parece que nuestra Autoridad de Normas Publicitarias, una vez más, no puede adoptar un código estricto de publicidad de alimentos para niños y jóvenes. Esto no es sorprendente. En las sociedades neoliberales como la nuestra, las necesidades del sector privado suelen tener prioridad sobre las necesidades de los ciudadanos, incluidos los niños. Esto es especialmente cierto para la industria de «Big Food». Que incluye a los productores multinacionales de alimentos y bebidas con poder de marketing masivo. Una serie de expertos en salud pública, periodistas, investigadores y el público culpar a los productos Big Food, el cabildeo y las prácticas de marketing para la obesidad infantil «crisis». Sin embargo, la industria de alimentos y bebidas refuta estas afirmaciones (notablemente, al argumentar que sus campañas publicitarias multimillonarias, enfocadas a los niños, no afectan el consumo de los niños) y ahora se reinventa con éxito como parte de la solución.

It looks as though our Advertising Standards Authority will, once again, fail to adopt a strict code of food advertising to children and young people. This is hardly surprising.

In neoliberal societies such as our own, the wants of the private sector frequently take priority over the needs of citizens, including children. This is especially true for the «Big Food» industry. which includes the multinational food and drink producers with massive marketing power.

A raft of public health experts, journalists, researchers and the public blame Big Food products, lobbying and marketing practices for the childhood obesity «crisis».

However, the food and drink industry refutes these claims (remarkably, by arguing that their multi-million dollar, child-focused advertising campaigns do not affect children’s consumption), and is now successfully re-inventing itself as part of the solution.

One so-called solution is a «commitment» (a concocted, self-regulated, non-binding commitment) to the World Health Organisation and various governments to restrict the marketing of junk food to children and to promote healthy lifestyles.

We see these «solutions» at work in multiple ways.

McDonald’s, for instance, sponsors numerous sports events, provides meal vouchers at junior football games and now advertises «healthy» products to children, such as wraps, sliced apples and bottled water – obviously the three most popular choices for a Happy Meal.

Nestle New Zealand provides free «health education» resources to schools. It has also marketed Milo, a recent «winner» of Consumer NZ’s Bad Taste Food Awards, as the «official drink of play».

Fuente: http://www.nzherald.co.nz/lifestyle/news/article.cfm?c_id=6&objectid=11776254

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TPP: Cuando el poder corporativo se impone a los derechos humanos

Por: Luis Hallazi

El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP por sus siglas en inglés) es un tratado multilateral firmado entre 12 países para favorecer a las corporaciones transnacionales principalmente estadounidenses y japonesas, con el fin de consolidar una nueva arquitectura normativa donde se otorgan derechos ilimitados a los inversionistas, en perjuicio de los derechos humanos y de los intereses de los gobiernos receptores de inversiones.

tratado fue presentado como un acuerdo comercial y está impulsado por EE.UU, negociado en secreto los últimos cinco años, entre funcionarios estadounidenses, asesores de las elites corporativas y algunos pocos funcionarios de los otros países firmantes.

En octubre 2015, cuando el gobierno peruano se alistaba a recibir en Lima a lo más selecto de la elite financiera en la Reunión Anual del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, se aprovechó para que el ex presidente Humala anunciara el final de las negociaciones, tras más de veinte rondas negociadoras desde marzo del 2010, sin que probablemente se sepa el contenido del TPP, ni los derechos que serían vulnerados.

El 4 de febrero fue firmado por el mandatario y la Ministra de Comercio Exterior y Turismo, Magali Silva, con muy poca cobertura en los medios de comunicación. Meses antes el texto del tratado con más de cinco mil páginas, divididos en treinta capítulos en un inglés técnico-jurídico, compuesto además por cuatro Acuerdos paralelos no había sido traducido al castellano. Lo poco que se sabía antes de la firma del TPP fue filtrado por los WikiLeaks.

Esta opacidad desde el nacimiento del tratado se fue acentuando durante los últimos meses, el Poder Ejecutivo hasta el día de hoy no ha dado muestras de transparencia en el trámite del TPP. No se tiene información sobre los informes técnico-legales de los sectores correspondientes, los que habrían dado el visto bueno al tratado. Se sabe sin embargo que el Ministerio de Salud emitió un informe cuestionando el tratado en lo referente al acceso a la salud, pero no se conoce en detalle su contenido. Son estos informes los que sustentan la posición del Poder Ejecutivo, a pesar de que la mayoría hayan sido realizados después de la firma del tratado; además son requisitos necesarios para el ingreso al Congreso de la República donde finalmente será ratificado o no.

El interés del Ejecutivo aparentemente es aprobar el TPP antes de la realización del Foro de Cooperación Económica Asia- Pacifico (APEC) que se celebra en Lima a inicios de noviembre

En el gobierno de Humala se buscó acelerar el proceso y se preparó el proyecto de ley para la ratificación del TPP, una estrategia muy osada, tratándose de un Congreso que estaba de salida. Recientemente el 23 de setiembre el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski retomó el proyecto y lo presentó al nuevo Congreso, tal como obliga la Constitución. El interés del Ejecutivo aparentemente es aprobar el TPP antes de la realización del Foro de Cooperación Económica Asia- Pacifico (APEC por sus siglas en inglés) que se celebra en Lima a inicios de noviembre y donde se espera la llegada del presidente de Estados Unidos Barack Obama, principal impulsor del tratado.

Movimiento social-urbano Peruanos contra el TPP

La gran mayoría de la población hasta hoy no sabe de lo que se trata el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica- TPP, a pesar de los esfuerzos que desde octubre del año pasado viene realizando el movimiento social urbano de Las Zonas, grupo de ciudadanos y ciudadanas que surgió en respuesta a las políticas de flexibilización laboral que impulsó el gobierno de Humala, cuando a partir de la aprobación de la Ley de Régimen Laboral Juvenil o la “Ley Pulpín” los jóvenes se pudieron organizar logrando movilizar a miles de personas en diferentes partes del país hasta lograr la derogación de la norma.

Las Zonas, entre ellas la Zona 9 que articula a ciudadanos de los distritos de Lince, Breña, Jesús María y Pueblo Libre, realizaron diversos conversatorios sobre las serias consecuencias para los derechos sociales que traería la firma del TPP. La información obtenida fue a partir de las filtraciones de WikiLeaks, pero además contó con un trabajo de traducción de textos y análisis acuciosos por parte de los mismos miembros del movimiento.

Fue así que a partir de piquetes informativos, charlas, conversatorios, carraedas (información que se brinda durante viajes en el transporte público) y convocatorias virtuales lograron acumular hasta la firma del tratado cinco movilizaciones contra del TPP. Después de ello el proceso electoral tuvo única cobertura en los medios y fue invisibilizando las actividades realizadas contra el TPP. Sin embargo Las Zonas siguieron organizándose hasta constituir la Plataforma de Peruanos contra el TPP y TISA; que aglutina a más de treinta organizaciones sociales, políticas, sindicatos, organizaciones indígenas y diversos colectivos que han ido realizando acciones diversas para informar y movilizar a la ciudadanía en contra del TPP.

Super derechos de inversionistas vs. derechos humanos

Se menciona que el TPP es el tratado comercial más grande de la historia, puesto que comprende el 40% del PBI mundial. Lo que no se menciona es que solo EE.UU y Japón representan más del 85% de ese PBI, de la misma manera que representa el 30% de las exportaciones globales o el 11% de la población mundial. Solo entre EE.UU y Japón suman más de 450 millones de habitantes, más de la mitad de los 800 millones de habitantes que comprende este tratado. ¿Qué significa esto? El TPP es un instrumento geopolítico de EE.UU. y Japón dirigido a detener el avance económico de China. Pero no solo eso, sino que es una estrategia de las empresas trasnacionales que son quienes tienen el poder en ambos países, puesto que son las corporaciones transnacionales las que controlan los dos tercios (2/3) del comercio global.

El TPP es un instrumento geopolítico de EE.UU. y Japón dirigido a detener el avance económico de China. Pero no solo eso, sino que es una estrategia de las empresas trasnacionales que son quienes tienen el poder en ambos países

Este juego geopolítico tiene que ver muy poco con el Perú, cuya relación ha sido completamente asimétrica en las negociaciones y que incluso va a contracorriente de su política económica internacional puesto que China es su principal socio. Pero lo peor de todo es que este tratado pretende consolidar una estrategia perversa de esta globalización únicamente económica: Reformar de facto el sistema jurídico internacional donde se privilegian los tratados comerciales y de inversiones frente al derecho internacional de los derechos humanos.

Pero lo peor de todo es que este tratado pretende consolidar una estrategia perversa de esta globalización únicamente económica: Reformar de facto el sistema jurídico internacional donde se privilegian los tratados comerciales y de inversiones frente al derecho internacional de los derechos humanos.

El modo de hacerlo ha sido a través de la imposición del paradigma del libre comercio que ayudado de la instrumentalización del derecho internacional ha ido quebrando los avances en garantizar la supremacía de los derechos humanos. El caso del TPP es la consolidación de esta lógica. Por ejemplo, en el capítulo IX se establece nuevas reglas de protección a los inversionistas a través de un Sistema Internacional de Solución de Controversias entre Inversionistas y Estados (ISDS por sus siglas en inglés). Este sistema busca eludir la competencia de los tribunales nacionales cuando haya conflictos entre inversionistas y Estado, recurriendo directamente a tribunales arbitrales que finalmente son tribunales privados.

Otra estrategia de este quiebre del derecho internacional es los relacionado a derechos de propiedad intelectual. Estos han ido sofisticándose cada vez más hasta desnaturalizar su objetivo cuando se ingresa a normar temas relacionados con el acceso a la salud, no para garantizar la salud de los serres humanos sino para asegurar mayores ganancias a las corporaciones farmacéuticas cuando se extienden las patentes o derechos exclusivos de fabricación en los medicamentos, lo que hace inaccesible la adquisición de ciertas medicinas a determinadas personas.

Bajo la misma fórmula de los derechos de propiedad intelectual el TPP extiende los derechos de autor por encima de los 70 años y en el caso de internet le otorga derechos a los intermediarios del servicio (Movistar, Claro, etc.) para que puedan retirar contenidos cuando una empresa o persona denuncia a alguien por haber violado los derechos de autor, lo que causaría restricciones graves a derechos fundamentales ejercidos en internet como la libertad de expresión, información y privacidad. En esa misma dirección bajo el argumento de protección de derechos de propiedad intelectual también se obligara a que agricultores y campesinas restrinjan prácticas tradicionales como el intercambio de semillas, puesto que algunas empresas trasnacionales han patentado dichas semillas o les interesa hacerlo.

A esas nuevas prerrogativas se unen las cláusulas o principios comerciales y de inversión, que empezaron a utilizarse en los llamados Tratados Bilaterales de Inversión (TBI) y en los Tratados de Libre Comercio (TLC); pero que ahora están fortalecidas en este tratado multilateral del TPP. Nos referimos a los “principios” deTrato Nacional, Trato justo y equitativo, Trato de la Nación más favorecida, la Expropiación Indirecta y losRequisitos de desempeño; que en resumidas cuentas son medidas de protección para que no obstaculicen la inversión, ni contravengan las expectativas de ganancias futuras que puedan tener las empresas trasnacionales.

Para que esto funcione, es necesario que el Estado firmante del TPP renuncie a su jurisdicción nacional en el caso de una controversia Estado-inversionista y se someta a una corte arbitral con árbitros privados, sin doble instancia y donde muchos de los árbitros son parte de las puertas giratorias.

Para que esto funcione, es necesario que el Estado firmante del TPP renuncie a su jurisdicción nacional en el caso de una controversia Estado-inversionista y se someta a una corte arbitral con árbitros privados, sin doble instancia y donde muchos de los árbitros son parte de las puertas giratorias. La principal corte arbitral es el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a las Inversiones (CIADI) institución del Banco Mundial que ha suscrito un Convenio sobre Arreglo de Diferencias con el Perú.

Las experiencias en el CIADI, como es lógico son mayormente favorables a las empresas trasnacionales obligando a los Estados a pagar sumas millonarias por indemnizaciones e incluso truncando la implementación de leyes y políticas públicas por parte del Estado, bajo el argumento de que dichas normas o política contravienen los “principios” comerciales suscritos en los TBI o TLC, ahora fortalecidos con el TPP. En el caso del Perú ha sido enjuiciado por más de 2500 millones de dólares y hasta ahora la defensa le ha costado más de quince millones de dólares.

El TPP no solo ha tenido deficiencias serias en la transparencia de su elaboración, sino también en los procesos de firma y ratificación en cada país. Las razones de esa opacidad se encuentra en su contenido, diferentes artículos que mediante una técnica jurídica sofisticada busca beneficiar claramente a los inversionistas, otorgándoles super derechos que los ponen en una cómoda posición en relación a Estados con debilidad en sus instituciones y que finalmente quiebran el marco de protección de los derechos humanos.

Diferentes instancias de las Naciones Unidas han manifestado las amenazas del TPP y la liberalización extrema de los tratados comerciales y con esto la necesidad de un instrumento internacional vinculante para que las empresas trasnacionales respeten los derechos humanos. En el caso de Perú ha sido el movimiento social emergente el que ha puesto en cuestión la ratificación del TPP, esto sería un mensaje directo al actual presidente y congresistas, el mensaje de que estaremos vigilantes de los lobbys los próximos cinco años.

Fuente: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Economia/TPP-Cuando-el-poder-corporativo-se-impone-a-los-derechos-humanos

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Los venenos de las transnacionales

Por: Carlos Ruperto Fermin

¿Por qué la Coca-Cola es más adictiva que la cocaína? ¿Por qué el flúor de Colgate es cancerígeno? ¿Por qué el maíz de Kellogg’s es inorgánico? ¿Por qué la gente engorda con las hamburguesas de McDonald’s? ¿Por qué Monsanto sigue siendo Monsanto? ¿Por qué el pan Bimbo no huele a pan? ¿Por qué la aspirina Bayer es un placebo farmacéutico? ¿Por qué Nestlé falsifica los valores nutricionales de sus productos?

Engañar es un arte tan brillante, como idiotizar la vida de los Seres Humanos. No es necesario morder una mazorca del maizal para despertar del fatídico letargo, porque es más divertido que todos los animales fumen cigarrillos, beban cervezas y griten obscenidades.

Según las sagradas páginas del diccionario, la palabra Veneno se define como la sustancia nociva para la salud, capaz de producir graves alteraciones en los seres vivos, e incluso ocasionar la abrupta muerte.

Todas las preguntas se responden con ácido ortofosfórico, tartrazina, aspartamo, fluoruro de sodio, bisfenol A, carragenina, fructosa, arsénico, hidróxido de amonio, glutamato monosódico, sal yodada, sucralosa, goma xantana, dióxido de titanio, metanol, carboximetilcelulosa, acesulfame potásico, fenilalanina, acetaminofén, plomo, y demás componentes primordiales de la artillería química.

Todas las respuestas se enferman con obesidad, diabetes, gastritis, estreñimiento, migraña, caries, artritis, disfunción eréctil, bronquitis, isquemia, derrames cerebrales, osteoporosis, hiperactividad, insuficiencia renal crónica, cirrosis hepática, tumores, somnolencia, infartos, y demás sufrimientos causados por la artillería química.

Te ofrecemos una maravillosa orgía de espesantes, colorantes, edulcorantes, acidulantes, enturbiantes, emulsificantes, estabilizantes, gelificantes y retardadores, para que el sabor de todas las preguntas y de todas las respuestas, jamás pueda distinguir el encanto natural de la avena, del trigo y del ajonjolí.

Nos dejamos influir y arrastrar por la corriente, porque es el camino más fácil de caminar, porque es el camino más simple de transitar, y porque es el único camino que aprendimos a caminar.

De hecho, si le preguntamos tres veces al espejo la fecha de nuestra muerte, seguro que obtendremos la página del obituario por adelantado. Pero si le preguntas al espejo cuántas calorías te acabas de comer, seguro que romperás los siete añitos de la malísima mala suerte.

Jugar con el destino, jugar con la suerte y jugar con la salud, son peligrosísimas equivocaciones que cometemos diariamente, y que tienen un precio tan mortal como los números de las tarjetas de crédito.

Los delitos sociales, culturales y ecológicos, que vienen edificando las transnacionales del siglo XXI, reflejan el poderío del gran adoctrinamiento de masas, que nos convierte en figuritas canjeables por la mejor oferta, por la mayor demanda y por la peor trampa.

Todos los años se expanden las gigantescas fronteras agrícolas, para aumentar la agresiva tasa de deforestación global, para robarles el techo y el sustento a los valientes campesinos, para saquear las tierras ancestrales de las comunidades indígenas, para ensuciar la belleza de los recursos naturales foráneos, para matar de soledad a las especies de fauna autóctona, y para derramar la miel del neoliberalismo imperialista.

No podemos diferenciar la verdad de la mentira, no podemos clarificar la ficción de la realidad, y no podemos endiosar la sabiduría de la ignorancia, porque es muchísimo más sencillo comprar la lógica del supermercado, comprar la ciencia de las farmacias, y comprar el billete del banco.

Desde que cepillamos nuestros dientes en el hermoso amanecer, pasando por el fin de la jornada laboral en el ocaso del atardecer, y cerrando los ojos del cansancio en el triste anochecer, siempre recorremos un nefasto estilo de vida supeditado al control psicosocial, que ejercen las transnacionales en el espíritu vacío y viciado del pueblo.

Necesitamos con desesperación que toda la artillería externa, controle el tiempo interno de nuestro reloj biológico. Qué comer, qué beber, qué vestir, qué soñar, qué odiar y qué amar. No somos responsables de lo que decimos, no somos dueños de lo que pensamos, y no somos conscientes de lo que comemos.

Un minuto perdido, y llegamos tarde a la rutinaria oficina. Un segundo perdido, y llegamos tarde a la clase en la universidad. Un suspiro perdido, y llegamos tarde a la cita con el ataúd.

Por eso dicen que el cerebro es como un semáforo. Cuando prende la luz verde, piensa. Cuando prende la luz amarilla, olvida. Y cuando prende la luz roja, muere.

Vemos que la ciudadanía vive paralizada en una avasallante luz roja, que carcome la divina razón y corrompe el corazón del prójimo. Somos los esclavos más esclavizados por las grandes transnacionales, que todos los días nos roban el sagrado dinerito del bolsillo, vendiéndonos toda la basura incomestible de sus fábricas a nuestra boca.

Según las sagradas páginas del diccionario, la palabra Alimento se define como el poder nutritivo presente en una o más sustancias, que los seres vivos comen o beben para nutrirse y preservar su existencia.

La basura incomestible no puede llamarse alimento procesado, porque ni siquiera procesa la digestión gástrica. No puede llamarse alimento transgénico, porque ni siquiera transforma la flora intestinal. Y no puede llamarse alimento concentrado, porque ni siquiera concentra la constipación emocional.

No podemos llamar Alimento a una serie de compuestos químicos, que descalcifican los huesos, que deshidratan las venas, y que disfrazan las moléculas del genocidio. Pese a que se comercializan como alimentos 100% saludables, realmente son terribles inventos que no pasan de moda, y que se elaboran en los laboratorios más clandestinos del planeta Tierra.

Por décadas se han utilizado a las ratas, a los conejos y a los monos, como los mejores aliados para que los científicos realicen sus pruebas de calidad, y puedan determinar si la piel del animalito se sonrojará o se enrojecerá, después de inyectar los venenosos polvos en la sangre carnívora.

Pero ahora los Seres Humanos se convirtieron en los mejores conejillos de Indias, porque siempre compran, cocinan y glorifican la basura incomestible de las transnacionales. Ya no se necesitan los exhaustivos controles sanitarios, para evaluar el posible suministro de los venenos a la colectividad, porque los nuevos animales afeitados y en dos patas son más fáciles de cazar, son más baratos de obtener, y son más dóciles de convencer.

El descarado irrespeto a la vida y a la salud humana, demuestra el éxito de la arquitectura socio-económica establecida por la Sociedad Moderna, que se acostumbró a vivir en grandes jaulas simétricas de cemento urbanizado, donde se degrada el poder de la voluntad, se denigra el poder de la dignidad, y se destila el poder de la sobriedad.

No es casualidad que la mortífera Cultura de la Muerte, impuesta por las famosas transnacionales del sector alimenticio, se fundamenta en cinco efectivas estrategias de ataque, para garantizar el expendio de todos sus clásicos venenos.

En primer lugar, las transnacionales compran el silencio de los entes nacionales y extranjeros, que aunque deberían prohibir la libre comercialización de su basura incomestible, se quedan calladitos e impacientes por recibir más recompensas monetarias.

La jugosa corrupción que soborna a la Organización Mundial de la Salud (OMS), que trafica con los gubernamentales Ministerios de Salud, y que financia a las Asociaciones de Protección al Consumidor, permite que se autorice la libre distribución de todo el portafolio corporativo, sin sentir remordimiento por el daño a la salud que provocarán en los individuos.

Nos duele reconocer que hasta la todopoderosa Iglesia Católica, que es una transnacional religiosa con gran reputación en el planeta Tierra, y que tiene un alto poder de convencimiento entre sus millones de feligreses, pues tampoco denuncia que sus fanáticos se enferman con Pepsi-Cola, Cargill, Red-Bull, Maggi, McCormick, Marlboro, Lucky Strike, Frito-Lay, Kraft, Budweiser, y demás marcas dedicadas a corromper los siete potajes.

En segundo lugar, las transnacionales despliegan una colosal guerra publicitaria en los medios de comunicación social, que obliga a idolatrar el veneno empaquetado o embotellado, para que los potenciales clientes no duden en codiciar, en pagar y en comprar el producto ofertado.

La insaciable contaminación mental producida por el huracán capitalista, se puede hallar en la televisión, en la radio, en los periódicos, en las calles y en la Web. Hay un festival proteínico de jingles, colores, mujeres, pistolas, sonrisas, aplausos, burbujas, drogas y licores. Es imposible escapar de tanta tentación comercial, que se repite durante las 24 horas del día, y que va bloqueando el discernir de las inocentes víctimas.

En tercer lugar, las transnacionales generan la adicción al consumo en todos sus consumidores, porque no es suficiente comprar y probar una sola vez la basura incomestible, ya que lo importante es aumentar el nivel de las ventas y certificar el margen de la ganancia.

En la mayoría de los contenidos publicitarios, se utiliza la hipnosis audiovisual, la programación neurolingüística y los mensajes subliminales, buscando que las personas se confundan y asocien la basura con sensaciones de felicidad, de euforia, de relajación y de paz. Se exhiben estereotipos de la vida mundana, que pretenden simbolizar la fuerza, la belleza y la independencia, para crearte la necesidad de ser lo que no eres.

En cuarto lugar, las transnacionales generan la enfermedad en los consumidores, porque sus queridas empresas farmacéuticas deben vender la explosión de pastillas, de cápsulas, de antibióticos, de tabletas masticables y de sedantes, que la genial medicina moderna y sus doctores propagandísticos, necesitan promocionar y vendernos al pie de la letra.

La gente nunca reconoce que sus enfermedades, son causadas por los malos hábitos alimenticios. Siempre se atribuye la desgracia a la tómbola, a la edad o a la cadena hereditaria. Pero jamás se culpa a la sabrosa basurita incomestible, por todos esos dolorosos quebrantos que van de mal en peor.

En quinto lugar, las transnacionales generan la cultura del descarte en sus consumidores, porque cuando los enfermos finalmente descubrieron la perversa verdad, ya se encontraban sepultados e incapaces de revelar la lista negra de los venenos, siendo necesario atraer y atrapar a nuevos rostros juveniles, que reiniciarán el proceso homeostático y apoyarán el progreso de la bestialidad humana.

Vimos que pasaron los años en blanco, y el semáforo sigue iluminando la luz roja, gracias a la entrada de los agrotóxicos, de las malformaciones genéticas, de las semillas patentadas y de los saborizantes artificiales.

El rugiente marketing de Chester Cheetos es más desgarrador, que alimentar a un millón de cerdos con la punta de un iceberg, porque el condimento perfecto es la industrialización de la Naturaleza, porque el ingrediente secreto es el borreguismo de los consumidores, y porque la última rebanada del salado pastel, va por cuenta de la casa.

El pobre coeficiente intelectual de los compradores, no les permite leer y comprender la explícita información nutricional, que se describe en toda la basura incomestible adquirida a diario. Ellos no pueden metabolizar el grosor de la apetitosa torpeza, por lo que caen en el pecado de la omisión, en el pecado de la negación, y en el salvaje pecado de la gula.

Hoy en día, las transnacionales se burlan de los tontos consumidores, afirmando que sus venenos son legales, ligeros, artesanales, integrales y naturales. También se están empleando falsas iconografías ecológicas, en las etiquetas frontales y dorsales de los productos, para que la gente piense que la enfermedad es una fuente de respeto ambiental, y no se preocupen por los altos niveles de colesterol, por la agitada presión arterial, y por el implacable osteosarcoma.

Pero lamentablemente, la basura incomestible no solo destruye el cuerpo humano, sino también deteriora los ecosistemas del Medio Ambiente, ya que el longevo consumismo se paga con las toneladas de plástico, cartón, papel, vidrio y metales, que se desechan con violencia en las principales calles de nuestros países latinoamericanos, generando un foco de permanente contaminación que acrecienta la desidia ambiental.

Nos preguntamos ¿Qué tan cerca estamos de desayunar con tostadas de Roundup? ¿Qué tan cerca estamos de almorzar con un litro de Castrol? ¿Qué tan cerca estamos de cenar con una dosis de DDT? ¿Qué tan lejos estamos de comernos el picantísimo Semáforo?

No hay duda que los hombres y las mujeres comen alimentos saludables, para elevar las vitaminas, las endorfinas y las alegrías. Mientras que los chatarreros y las chatarreras comen comida chatarra, para elevar las grasas saturadas, las flatulencias y las úlceras estomacales.

La mesa está servida para disfrutar de legumbres, hortalizas y frutas, que nos ayudarán a desintoxicar el cuerpo y el alma, con todas sus propiedades energéticas, antioxidantes y curativas, que permitirán fortalecer el delicado sistema inmunológico, reducir los problemas cardiovasculares, mejorar la circulación sanguínea, purificar el tracto urinario, combatir los rayos ultravioletas, y multiplicar las bendiciones del organismo.

Recordemos que cada 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación, para que las personas reflexionen sobre sus erráticos hábitos alimenticios, y se vuelvan solidarios con los hermanos y hermanas que sufren de hambre y sed, por la exagerada porción de indiferencia que padecemos en el Mundo.

Usted no debe continuar siendo un parásito masoquista, que se dedica a capitalizar el porvenir de las grandes transnacionales, a cambio de malograr los riñones, el hígado, los pulmones, el páncreas, la garganta, las neuronas y su agonizante cerebro.

Hoy más que nunca seamos jueces de lo que pensamos, seamos coherentes en lo que decimos, y seamos conscientes de lo que comemos.

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