El sentido del humor es un comodín fantástico a la hora de educar

Por: Olga Carmona

Los padres deben tomar conciencia de que instruir es una carrera de fondo y que son educadores 24 horas al dia, siete días a la semana

«… Papá… Si tú te enfadas cada vez que hago algo mal, entonces solo aprenderé cosas de agredir…» Nicolás (6 años)

A la hora de valorar que hacer frente a un “mal comportamiento” de un niño o niña, invito a una primera reflexión sobre si lo ocurrido es un mal comportamiento y para quien, y después planteo no quedarnos solo en cómo intervenir para enseñarles la forma adecuada de resolver un conflicto, sino ir más allá y tratar de entender por qué se provocó y qué está detrás de un mal comportamiento.

Y digo esto porque detrás de algunas “malas” conductas lo que hay es simplemente una falta de herramientas y/o de información que hubieran permitido al niño o niña actuar de otra manera.

Otras veces, las “malas” conductas encierran emociones dolorosas a situaciones para las que no tienen otra forma de gestionar ni de expresar, ni siquiera de identificar.

Por eso, como padres, como educadores, tenemos que trabajar en las dos direcciones paralelamente: la intervención y la reflexión. Y dado que está sobradamente demostrado que el castigo no sirve para crear aprendizajes a largo plazo, no cambia las causas que provocan la conducta inapropiada y conduce a emociones negativas hacia quien lo impone, tenemos que habilitar otras maneras de enseñar a nuestros hijos a manejarse de formas más constructivas, tanto para ellos como para los demás. Esto exige, desde luego el empleo de una gran dosis de inteligencia emocional por nuestra parte y también de creatividad. Dejarnos llevar por el impulso, por el castigo cargado de impotencia, por la falta de alternativas, por la agresividad que algunas situaciones nos generan, es lo fácil, lo automático, para lo que estamos programados. Pero eso no es educar. Eso es reaccionar.

Educar requiere un máximo de paciencia, empatía y de creatividad. Requiere una intención voluntaria de desprogramarnos, requiere muchas veces una “silla de pensar” para nosotros. Un lugar donde, a solas y apartado de nuestro hijo, seamos capaces de calmarnos y recuperar un lugar de serenidad. A partir de ahí, podremos “accionar” en lugar de “reaccionar”, podremos conectarnos con la situación objetiva y valorar con suficiente distancia lo que de verdad ocurrió y hasta qué punto era tan importante. Podremos ejercer como educadores, no como parte del problema.

Así pues, este sería el primer paso ante un conflicto que nos provoca emociones intensas de ira o agresividad: no actuar. Si se trata de una agresión entre hermanos, poner a salvo al agredido y tratar de hacer lo posible por no formar parte del círculo vicioso y añadir más agresividad y tensión. Parar. Buscar nuestra silla de pensar. Conectarnos con un lugar en calma porque es indispensable recuperar el equilibrio, por precario que sea, para poder ofrecérselo a ellos.

El siguiente paso sería neutralizar también la intensa emoción que tiene tanto el agresor, como el agredido, priorizando a este último. Si se trata de otro tipo de mal comportamiento, también suele desatar emociones muy fuertes en ellos y cuando su cerebro está inundado de cortisol (hormona del estrés) no escucha, no ve, no aprende. Está literalmente borracho de negatividad y nuestras palabras serán incluso contraproducentes, aún en el caso de que remotamente sean escuchadas.

El abrazo, si se deja, el acompañamiento tranquilo y silencioso, las palabras calmadas que no buscan culpables ni respuestas, hacer un chiste, unas cosquillas, ayudan a ir recuperando un estado donde sí será posible entenderse y tal vez, aprender algo.

Una comunicación efectiva, tras un conflicto requiere pautas muy sencillas pero que solo fluyen desde un estado de ánimo sereno y con ganas de construir:

  • Pedir al niño que describa lo ocurrido y escuchar sin corregirle, sin juzgarle.
  • Si no es capaz de hacerlo (por edad, por falta de recursos lingüísticos, etc.), ayudarle a la reconstrucción de lo que ocurrió, tratando de bajar el lenguaje de forma que nos podamos entender.
  • Que intente identificar la emoción que le llevó a hacerlo y la que sintió después de haberlo hecho: “me enfadé tanto con mi hermano que le di con la caja”.
  • Reconocer la emoción y darle importancia. No queremos inhibir el sentir, sino enseñarles a identificar sus emociones para poderlas manejar. No está mal sentir cualquier cosa, es parte de la naturaleza humana y juzgarlas como malas o buenas invita a la culpa e impide su canalización.
  • Explicarle cómo nos hemos sentido nosotros frente a su mal comportamiento, con palabras certeras, llamando a cada emoción por su nombre: frustrado, enfadado, triste… Desde el “yo me he sentido”, jamás utilizaremos “me has hecho sentir”. Debes hacerte cargo de tus emociones, son tuyas, no suyas. Bastante tiene él o ella con empezar a conocerlas como para además ocuparse de las tuyas. Se supone que eres el que tiene la mayor cantidad de información.
  • Ayudarle a empatizar, buscando ejemplos muy cercanos, cotidianos, que le conecten con una emoción parecida. Sirven los dibujos animados, los cuentos, algún incidente en clase… Recordemos que para educar necesitamos altas dosis de creatividad.
  • Algunas veces, tal vez más de las que nos damos cuenta, el conflicto se puede evitar. Ello implica estar presente, estar atento, y ser capaz de adelantarse a la situación. Y aquí quiero hacer una aclaración: la profecía autocumplida.
  • Prevenir un conflicto no significa decir “cuidado porque se te va a caer el agua”, porque hay muchas más posibilidades de que se caiga después de haberlo advertido. La profecía autocumplida es una predicción que, una vez hecha, es en sí misma la causa de que se haga realidad.
  • La prevención en este caso es evitar la situación que hará más que posible que “se le caiga el agua”: acción, no reacción.
  • Otra cosa a tener en cuenta cuando educamos es saber que nuestro cerebro tiene serias dificultades para procesar el “No”. Por tanto, tengo muchas más opciones de ser escuchado cuando enuncio frases en positivo que en negativo: “no debes pegar a tu hermano” es mucho menos eficaz que “me gustaría que cuidaras a tu hermano un poco más”… hay mil ejemplos.
  • Tener conciencia de que costará una y mil veces aprenderlo, de que parecerá que no ha servido de nada. Estamos sembrando, compañeros, estamos sembrando. Grandes dosis de paciencia, dije al principio. También para no caer en la inmediatez de algo tan difícil.
  • Reconoceremos cada éxito, pero también (o más) cada intento. Y, si es posible, haremos una “marcha atrás” donde le damos al botón que vuelve a empezar para darles la oportunidad de hacerlo de otra manera, con la nueva, con la recién aprendida.
  • El sentido del humor es un maravilloso comodín a la hora de educar. La risa desbloquea y sustituye el cortisol por endorfinas, creando un cerebro abonado para el aprendizaje, el que perdura. Solo aprendemos aquello que está asociado a una emoción. Entonces, tratemos de hacerlo en positivo.
  • Confía, confía, confía… si mandas el mensaje emocional de que no crees que será capaz de cambiar, de hacerlo mejor, no lo hará. Y lo peor, esa sensación le acompañará el resto de su vida. Te necesita para construirse. CONFÍA, con el corazón, con honestidad. Tiene todo el potencial para hacerlo, solo necesita tu mirada positiva.
  • Recuerda lo hablado o vuelve a hablarlo las veces que hagan falta, cada vez que lo necesite. Sin caer en el hastío, en el “ya te lo he dicho” o peor, en el “te lo dije”.
  • Es esencial también tomar conciencia de que esto es una carrera de fondo, de que somos padres y educadores 24 horas al día siete días a la semana y que nadie hemos aprendido en un solo ensayo. Que es más fácil enseñar a leer o a hacer un logaritmo que enseñar comunicación emocional, estrategias de aprendizaje vital, recursos para preservar y construir su autoestima, poner los andamiajes del adulto feliz y pleno que pretendemos sea algún día.

No debemos nunca olvidar que están aprendiendo cómo vivir y construyendo como ser, sin apenas recursos, inundados de estímulos y de emociones intensas. Le educación emocional le enseñara a ser quien quiera ser, en libertad, sin depender de los otros en su trayecto personal y vital.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/06/20/mamas_papas/1497957957_337985.html

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Entrevista a Begoña Ibarrola: «El cuento es una experiencia emocional, aporta elementos de educación poderosos»

12 Febrero 2017/Fuente:20minutos/Autor: JAVIER RADA

Es psicóloga, musicoterapeuta y escritora. Terapeuta infantil, experta en educación emocional y autora de la colección ‘Cuentos para Sentir’ (SM). En esta entrevista Ibarrola reivindica el cuento como una fuente de salud para los niños.

Begoña Ibarrola entiende las emociones como energías, colores, fuerzas que movilizan el cuerpo y la mente, y que se mezclan en la paleta del desarrollo personal. Necesitan ser atendidas, comprendidas, gestionadas, para, cual escultores, erigir seres en equilibrio. En la infancia está la semilla del futuro. A través de pequeñas lecciones y estrategias, afirma, la educación emocional puede dotarnos de habilidades, ayudarnos a crecer como individuos «autónomos, críticos, confiables, con autoestima, armados con actitudes, valores y conocimientos». Reivindica el cuento como una fuente de salud.

¿Cómo encaja el cuento en esta era de las pantallas?

Pienso que no hay nada mejor que leer un cuento a un niño para establecer un contacto emocional con él y crear un espacio entre el que lee y el que escucha. Hay que reivindicar otra vez la necesidad de que los padres lean cuentos a los hijos ya que allí es donde se están dando las primeras lecciones de educación emocional. Yo creo que es insustituible por la pantalla digital o la televisión. Las tecnologías pueden aportar muchas herramientas, sí… pero es necesario el contacto humano e iniciarles también en el apasionante mundo de la lectura. Hay que reivindicar la necesidad de que los padres lean cuentos a sus hijos e hijas

¿Y cómo termina el cuento de los padres que no leen a sus hijos?

El problema es que no nos damos cuenta de que nosotros aprendemos a hablar oyendo hablar a otros, y aprendemos a leer cuando nos leen a nosotros. Estamos dando significado al mundo de las palabras, al mundo de las emociones, al mundo de las cosas que pasan en un relato. Aporta elementos de educación que son poderosos.

Hoy los vinculan a la inteligencia emocional, ayer a la transmisión de valores.

La educación emocional se aborda a través de distintas estrategias, y una de ellas es el cuento. El cuento para los niños es quizás el elemento más familiar, y con el que menos defensas se generan. Ofrece herramientas para que pueda hacer frente a los retos que la vida les traiga, retos que muchas veces le vienen por la parte emocional. El cuento tiene un valor impresionante si desde pequeños les aportamos unos elementos de educación para que ellos sepan manejarse, conocer y saber qué les provoca cada emoción, cómo la expresan. Sirve para que no repriman y haya después problemas, para el correcto desarrollo de las competencias emocionales, que es en lo que se centra la educación emocional. Pero no podemos separar sentimientos y valores, porque todo cuento transmite valores.

¿Olvidamos las razones del corazón?

De forma tradicional las emociones se dejaban de lado, se decía, bueno, ya irá aprendiendo a controlar sus enfados, ahora es demasiado pequeño, ya superará sus miedos… Hoy se sabe que no, que se pueden dar estrategias a los niños desde muy temprana edad, y se desarrollan programas desde los tres años, que causan impacto porque se ve que funcionan. Al ponerlos en práctica, se convierten en hábitos que les ayudarán cuando sean mayores al disponer de competencias y destrezas sociales.

¿De qué forma hallan estas estrategias en la lectura?

Leer es una experiencia emocional. La neurociencia nos dice que a través de la imaginación se activan zonas del cerebro que me permiten vivir en primera persona otras situaciones, la lectura amplía el mundo de experiencias del lector. Por eso cuanto más lea una persona mayor será su capacidad para la empatía. Le hace ponerse en la piel de los personajes y vivir sus emociones, y entonces, guiando a los niños de una manera oportuna, les vamos dando unas opciones de hábitos emocionalmente sanos.

Pistas para solucionar conflictos.

Casi todos los cuentos tienen situaciones muy tensas, incluso conflictos fuertes, de modo que el niño se va entrenando y encuentra la solución de problemas. Se inicia con la gestión de emociones, la educación en valores y la ética. Cuando crezca habrá incorporado en su mochila estas experiencias.

Expandirse en la imaginación, centrarse en la realidad…

Para mí es un elemento clave. La imaginación se ha relegado al mundo de la infancia, pero es una función de la mente, igual que la intuición, que nos permite gestionar y manejar muchos datos del entorno. La imaginación hay que expandirla, y la expandimos mientras más leemos, y sabemos que también desarrolla la empatía. Expansión y después contracción en la realidad. Son herramientas muy útiles.

¿Podemos aprender a gestionar emociones básicas pero con mala fama, como la tristeza?

Sí. Como terapeuta y psicóloga, yo escribía cuentos a los niños que tenía en la consulta. Les ayudaba a que ellos resolvieran sus propios problemas, eran una herramienta muy útil, porque el psicólogo no resuelve nada, sino que ayuda al niño o al joven a encontrar la salida del laberinto.

Fuente de la entrevista: http://www.20minutos.es/noticia/2943227/0/entrevista-begona-ibarrola-cuentos-educacion-emocional-libros/#xtor=AD-15&xts=467263

Fuente de la imagen:http://cdn.20m.es/img2/recortes/2017/01/25/411425-944-593.jpg?v=2017012517522

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Las emociones influyen en el aprendizaje de las matemáticas

12 Febrero 2017/Fuente: larazon/Autor: S.C.  Madrid

Las investigaciones han demostrado que el aprendizaje y el rendimiento cognitivo de los estudiantes pueden verse influenciados por reacciones emocionales al aprendizaje, como el goce, la ansiedad y el aburrimiento, pero la mayoría de los análisis sobre este tema se han realizado en laboratorios. Un nuevo análisis centrado en los alumnos revela que las emociones influyen en su rendimiento matemático, informa Europa Press.

Ahora, un nuevo estudio longitudinal ha investigado cómo las emociones de los estudiantes en el contexto escolar se relacionan con su éxito. El análisis se centró en el éxito en matemáticas, que no sólo es importante para la educación y la productividad económica, sino que también es conocido por impulsar fuertes reacciones emocionales en los alumnos.

El estudio, que se publica en la revista «Child Development» fue realizado por investigadores de las universidades alemanas de Munich y Konstanz; la Universidad Católica de Australia; las universidades británicas de Oxford y de Reading, y la Universidad de Thurgau, en Suiza. «Encontramos que las emociones influyeron en el rendimiento matemático de los estudiantes a lo largo de los años», explica el director de la investigación, Reinhard Pekrun, profesor de Psicología de la Universidad de Munich y la Universidad Católica de Australia. «Los estudiantes con inteligencia superior tenían mejores calificaciones y resultados de exámenes, pero aquellos que también disfrutaban y se enorgullecían de las matemáticas tenían un rendimiento aún mejor», subraya. Los alumnos que experimentaron cólera, ansiedad, vergüenza, aburrimiento o desesperanza tuvieron peores resultados.

La investigación se realizó como parte del Proyecto de Análisis de Aprendizaje y Logros en Matemáticas (PALMA, por sus siglas en inglés) e incluyó evaluaciones anuales de las emociones y el éxito en matemáticas de 3.425 estudiantes alemanes entre los grados escolares de quinto a noveno. Los estudiantes eran representativos de la población estudiantil de Baviera, que incluye principalmente a jóvenes de familias blancas no inmigrantes, pero representa una amplia mezcla de antecedentes socioeconómicos y urbanos y zonas rurales. Las emociones de las que informaron los participantes se midieron mediante cuestionarios y se evaluó su éxito por las calificaciones a final del curso y las calificaciones en una prueba de matemáticas.

El estudio también encontró que el éxito afectó a las emociones de los estudiantes a lo largo del tiempo. «El éxito en matemáticas aumentó las emociones positivas de los estudiantes y disminuyó sus emociones negativas a lo largo de los años -según la coautora Stephanie Lichtenfeld, profesora de la Universidad de Munich–. En contraste, los alumnos con calificaciones malas y resultados bajos en los exámenes presentaban menos emociones positivas y un aumento de las emociones negativas, como ansiedad matemática y aburrimiento matemático. Así, estos estudiantes se ven atrapados en una espiral descendente de emoción negativa y malos resultados».

La conclusión del estudio de que las emociones influyen en el logro se mantuvo constante incluso después de tener en cuenta los efectos de otras variables, como la inteligencia y el género de los estudiantes y el estatus socioeconómico de las familias. Los resultados son consistentes con trabajos previos que muestran que las emociones y el rendimiento académico están correlacionados, pero van más allá al desentrañar los efectos direccionales subyacentes a este vínculo. Específicamente, la investigación sugiere que las emociones influyen en el rendimiento de los adolescentes por encima de los efectos de la capacidad cognitiva general y los éxitos anteriores, señalan los autores, quienes recomiendan a educadores, administradores y padres que trabajen para fortalecer las emociones positivas de los alumnos y minimizar las emociones negativas vinculadas con las materias, por ejemplo, ayudando a los estudiantes a obtener un mayor sentido de control sobre su éxito. Los investigadores también sugieren que proporcionar a los alumnos oportunidades de experimentar el éxito puede ayudar a reducir los sentimientos negativos y facilitar el bienestar emocional, lo cual puede promover su éxito educativo. Pero consideran que hacen falta más investigaciones sobre este tema para explorar si el patrón encontrado en este análisis también es aplicable a otros grupos de edad y temas académicos.

Fuente de la noticia: http://www.larazon.es/sociedad/ciencia/las-emociones-influyen-en-el-aprendizaje-de-las-matematicas-LG14470685

Fuente de la imagen:

http://www.larazon.es/documents/10165/0/498×373/0c0/0d0/none/10810/LTAV/image_content_6064983_20170207182314.jpg

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Chile y Finlandia evalúan el rol de las emociones en las clases STEM

Chile/Finlandia/24 de noviembre de 2016/Fuente: mba.americaeconomia

El proyecto se enfocará en el área de la física, biología y tecnología, porque tanto Chile como Finlandia enfrentan un problema común en este ámbito: el creciente poco interés de estudiantes por estas áreas.

s emociones bien reguladas son un factor clave en el aprendizaje, remarcan los expertos. Es por ello que el grado de compromiso e interés que despiera en el estudiante lo que ocurre en la sala de clases es un elemento importante en el proceso a través del cual aprende.

Tomando en cuenta lo anterior un proyecto del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile y de la Universidad de Helsinki, Finlandia, está indagando sobre el rol de las emociones, el compromiso y el interés de escolares chilenos y finlandeses en clases de las disciplinas del área STEM (science, technology, engineering and mathematics, por su acrónimo en inglés), que trabaja de forma integrada dichas áreas.

Beatrice Ávalos, directora del proyecto e investigadora del CIAE, dice que “el proyecto tiene como centro de atención la reacción emotiva de los estudiantes frente a la enseñanza de las ciencias. No está destinado a medir la efectividad de la enseñanza en pruebas, sino el grado de compromiso con el aprendizaje que es un factor muy importante para orientar la enseñanza”.

Foco del proyecto

El proyecto se enfocará en el área de la física, biología y tecnología, porque tanto Chile como Finlandia enfrentan un problema común en este ámbito: el creciente poco interés de estudiantes por estas áreas.

“El realizar estos estudios que miran aspectos emotivos es importante en un momento en que en Finlandia está declinando el interés por la ciencia. Por eso, antes tuvimos un proyecto similar con EEUU y ahora haremos uno con Chile”, explica la docente finlandesa Janna Inikinen, quien participa del proyecto.

En Chile, la realidad es similar, ya que, por ejemplo, según datos del Mineduc, desde 2007 el número de inscritos en pedagogías en ciencias en las universidades disminuyó un 31,7%.

El proyecto tiene un componente tecnológico: los estudiantes, de primer año medio en Chile y noveno grado de Secundaria en Finlandia, deben contestar durante la clase, un cuestionario contenido en una aplicación diseñada para celulares y que contiene preguntas sobre la experiencia que están viviendoin situ durante la clase, sus percepciones sobre la enseñanza integrada de las ciencias y actitudes e intereses que éstas suscitan, entre otras.

“Nuestro proyecto espera contribuir al conocimiento sobre el compromiso situacional de los estudiantes respecto a temas científicos, junto con sus reacciones afectivas durante el proceso de enseñanza-aprendizaje”, apunta Valeria Cabello, investigadora del CIAE.

Durará tres años y culmina fase piloto

Para el estudio se diseñó un módulo curricular que integra campos de la física y la biología, que pone el acento en la participación activa de los estudiantes en la construcción del conocimiento, buscando determinar mediante los comentarios grabados en el celular qué actividades o momentos de la clase logran concitar más el interés. Es decir, el proyecto busca también identificar aquellas prácticas pedagógicas que resultan más atractivas para los estudiantes y que facilitan su involucramiento, lo que podrá ser de utilidad para actividades de formación docente inicial y continua.

El estudio también espera identificar posibles sesgos de género o por nivel socioeconómico que afecten la forma como los estudiantes participan y se comprometen con el aprendizaje de estas materias. “Con esto, también buscamos aumentar la participación de mujeres y minorías en carreras del área STEM”, explica Beatrice Ávalos.

El estudio durará tres años y está terminando su fase piloto, la que incluye el testeo de los instrumentos y del módulo curricular. Además de los  investigadores del CIAE y de la Universidad de Helsinki, participan académicos de la Universidad de Santiago, de la Universidad Católica  y de la Unidad de Currículum del Mineduc. Es fruto de un convenio Chile AKA Finlandia, con la Academia de Ciencias de la Educación en Finlandia “Tecnologías para la Educación y nuevos entornos para el aprendizaje”.

* Vea además en LaNación.cl: «FREDERICK BANTING, EL NOBEL QUE GANÓ LA BATALLA CONTRA LA DIABETES«.

Imágenes | Flickr

Fuente: http://mba.americaeconomia.com/articulos/notas/chile-y-finlandia-evaluan-el-rol-de-las-emociones-en-las-clases-stem

Imagen: mba.americaeconomia.com/sites/mba.americaeconomia.com/files/styles/article_main_image/public/field/image/5526615002_595c067504_o.jpg?itok=MM7a82yb

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