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Is Peppa Pig causing Autism and making kids lose their sense of empathy?

Por: Eunice Alcalá

Each Peppa Pig episode leaves kids laughing, but the charming pig is again under fire for being linked to autism and other long-term developmental issues. A new round of rumors have emerged that the well-loved show poses dangers to its young viewers.

The reports are based on a so-called 2012 research by epidemiologist Marc Wildemberg from Harvard University. Wildemberg claims that children who watch Peppa Pig for at least half an hour have 56 percent increased chances of having autism. While the alleged study already made headlines years ago, several media outlets have brought back the story.

 Stories linking the British cartoon to developmental problems appear to be unfounded because according to some experts, searching for the epidemiologist on Google doesn’t yield any credible information. It is possible that the reports were only fabricated in an attempt to discredit Peppa Pig.

It isn’t the first time that Peppa Pig faced criticisms. In a previous interview with Courier Mail via Daily Mail, Dr. Karen Philip used Peppa Pig as an example of a cartoon that prevents kids from “developing skills in empathy and reading other people’s body language.”

She claims that children aged 4 to 5 get so used to watching the television that they fail to develop complete brain functions. Despite this, she reminds parents that the potentially harmful effects of television may be reversed if parents will allow their children to watch educational programs instead. Philip adds that something good can still come out from watching Peppa Pig.

“If parents interact with them during a show or if they want to watch, say Peppa Pig, and they’re doing the singing and dancing and interacting, that’s completely different.”

Parents have varying opinions when it comes to Peppa Pig. In an article published by Netmums, several parents have been interviewed on why they dislike Peppa.

“Parents complain that their children copy Peppa’s annoying behavior – behaving like a brat, burping and blowing raspberries all the time, and saying ‘I don’t want to play with you anymore’ to their friends (just like Peppa does). That and they start jumping in muddy puddles all the time!”

Some believe that Peppa Pig contains sinister messages and portrays stereotypes. One example that parents cite is that Daddy Pig is the one who has an “important job” while Mommy Pig is the one who often goes around making tea. There are children who allegedly copy George’s responses to food. When asked what they would love to have for breakfast, some kids would answer “chocolate cake.” They would also say “yuck” when parents try to feed them vegetables.

image: http://cdn.inquisitr.com/wp-content/uploads/2016/10/Peppa-Pig-family-670×375.png

Peppa Pig's family

[Image by Nick Jr.]

On the other hand, Lifestyle One reports that many consider Peppa Pig to be educational. One mother, whose son has developmental delays, lauds the show.

“He now knows some things that we have never even mentioned to him, such as actions for Twinkle Twinkle Little Star… We have seen a massive improvement since he has been paying attention to the [show].”

Peppa Pig is deemed as one of the highest-rating television shows for children. The first Peppa Pig episode aired in May 2004 but the show went on hiatus. The new episodes started airing in February 2015 and are now shown in 180 territories. The series, which has been translated into 20 languages, won the Best Pre-School Animation award in 2005, 2011, and 2012.

Many insist that at the end of the day, it is the job of parents to limit their children’s access to technology. There is no evidence yet that watching television indeed leads to autism, but studies advise that a child diagnosed as autistic must have limited access to the screen in order for him or her to have more meaningful pursuits. Cartoons, when carefully selected, can help children connect better with their peers.

Taken from: http://www.inquisitr.com/3626660/is-peppa-pig-causing-autism-and-making-kids-lose-their-sense-of-empathy/

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El origen del conflicto

Por Carolina Vásquez Araya

No importa el ámbito en el cual nos encontremos, la comunicación entre humanos se ha desvirtuado a tal punto que asumimos, de entrada, la falsedad del otro, la manipulación, la agenda oculta, los intereses inconfesados. Entonces, a partir de esa premisa preconstruida, actuamos. Es decir, comenzamos a defendernos de una agresión asumida como real pero no explícita, como un mecanismo de protección impreso en nuestro inconsciente que se dispara de modo automático.

El conflicto en Siria ha dejado desde 2011 más de 290 mil muertos.

El diálogo abierto y sincero es una pieza de colección: escaso.

¿De dónde surgió la idea de un ser humano naturalmente gregario? La realidad nos ha enseñado lo contrario: somos islotes en un mar lleno de amenazas verdaderas o imaginarias, pero tan poderosas como capaces de determinar nuestras reacciones, nuestras capacidades y sobre todo los desafíos de nuestro entorno. Por supuesto hay excepciones y son precisamente las que marcan la diferencia entre simples individuos absortos en su propio mundo y grupos integrados alrededor un algún objetivo común.

Estos últimos son los verdaderos motores del desarrollo. Son quienes trabajan con el pensamiento enfocado mucho más allá de sus intereses personales, capaces de hacer realidad sueños colectivos como si fueran los propios. Son personas cuya habilidad más notable es mantener la transparencia en un entorno marcado por la opacidad y el egoísmo. Por supuesto, no siempre vencen la fuerza de la oposición, pero dejan un legado de esperanza y la posibilidad concreta de un mejor modo de enfrentar los desafíos.

En esta lucha sin sentido, la comunicación es una herramienta poderosa y se utiliza en ambos sentidos de la escala de los valores humanos con una eficacia aterradora. Se puede transformar en un arma letal o en un instrumento capaz de llevar a la Humanidad por el camino del entendimiento y la razón. Esta dicotomía es palpable en todos sus ámbitos y se traduce tanto en la incapacidad de entendimiento entre colectividades, hemisferios e ideologías, como en la ejecución de extraordinarias iniciativas para beneficio de la Humanidad.

Quizá el origen del conflicto entre humanos sea la pérdida de contacto con el otro. La desconfianza, cuyo origen está muchas veces en nuestra propia incapacidad de entendimiento y empatía, es una presencia constante en el diálogo y resulta capaz de alterar la percepción, contaminando cualquier intento de conciliación.

Dentro del núcleo familiar ya se instalan los prejuicios y las luchas de poder. Son muchas veces tan crudas y explícitas como para imprimir en la mente de las nuevas generaciones ese patrón de conducta como el correcto, el conveniente, el ventajoso frente al resto de una sociedad con similares esquemas de conducta. De esos patrones devienen el desprecio por el otro con los consiguientes mecanismos de defensa y ataque psicológico a los cuales terminamos por acostumbrarnos como algo aceptable en nuestras relaciones interpersonales.

La guerra, por lo tanto, es un elemento presente como una característica implícita de nuestra especie y se le otorga el valor del poder sobre el otro en los negocios, en el romance, en la competencia. La guerra, como nos enseñaron desde la infancia, es territorio de valientes, de héroes y de quienes merecen permanecer en el imaginario colectivo como ejemplos a emular. Nunca nos dijeron que era mejor el diálogo claro y sincero, Tampoco nos enseñaron a reconocer nuestros errores en lugar de imponerlos por la fuerza y por eso, fundamentalmente, nos resulta tan difícil destruir esa escala de antivalores para construir otra sobre la base del entendimiento y la búsqueda de la paz.

Fuente: http://www.telesurtv.net/bloggers/El-origen-del-conflicto-20160815-0002.html

Imagen:http://cdn1.amarseaunomismo.com/images/preguntas-frecuentes_conflictos-2.jpg

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«En las escuelas, la inteligencia emocional está en un tercer plano»

14 de julio de 2016/Fuente: el comercio

  • Entrevista a Gerardo M. Fernández , Inspector de Educación y profesor tutor del centro asociado de la UNED

    «A los niños no se les enseña a afrontar el duelo, a resolver una disputa… Los centros educativos tienen que trabajar estos temas»

63 profesores de toda España acuden, desde ayer, al curso organizado por el centro asociado de la UNED en Asturias sobre cómo realizar proyectos en las aulas para desarrollar inteligencias múltiples. Gerardo Manuel Fernández, inspector de Educación y profesor tutor del centro de Psicología de la Educación, Historia de la Psicología y Practicum de Psicología de la Educación, es codirector del programa y abrió el programa hablando de inteligencia emocional.

–¿Por qué este curso?

–Nace por la necesidad de cambiar la metodología de enseñanza en las aulas, que está bastante anquilosada en el pasado. Buscamos que los docentes encuentren otras formas de enseñar y transmitir sus conocimientos para que sus alumnos estén más motivados.

–¿Una enseñanza anquilosada en el pasado?

–Se educa con una mentalidad de principios del siglo XX. Hay un experto en Educación llamado Ken Robinson que explica en un vídeo muy interesante cómo nuestra educación se rige por unos principios de hace muchas décadas, casi de la era industrial. Compara las escuelas con fábricas y ese modo de educar no es el más adecuado. Debe adaptarse a los nuevos tiempos. Ahora mismo, el alumno tiene acceso a la información por múltiples vías. Eso implica que el docente ya no puede ser un mero transmisor de conocimientos, sino un mediador del aprendizaje. El alumno tiene que ser protagonista activo del proceso, porque se motiva, se implica. En este cambio de rol, el profesor tiene que ir ayudándole a alcanzar los conocimientos necesarios a través de proyectos que desarrollen distintas inteligencias. La cuestión es que hasta ahora, la escuela fue el ámbito de lo cognitivo; solo ha trabajado la inteligencia lingüística y la lógica matemática. Pero hay más: la visoespacial (percibir con precisión el mundo visual y espacial), la kinestésica, la musical, la emocional, la intrapersonal e interpersonal…

–Usted ha hablado de la emocional.

–Me interesa desde hace bastantes años, porque es sumamente importante. Como dice Elsa Punset, cada vez más se exige a la escuela que eduque no solo en conocimientos teóricos, sino también en emociones. Es importante trabajar el conocimiento de las propias. Tener un buen autoconcepto y una buena autoestima son variables que influyen en el aprendizaje.

-Ha hecho un test de autoestima.

-Sí, para que los alumnos se valoren y vean en qué escalón se sitúan. También les he dado la oportunidad de medir el estrés emocional y el nivel de tolerancia. Hay que tener en cuenta que cuanto mayor estrés emocional tenemos, estamos en peores condiciones para controlar las emociones. Y si el nivel de tolerancia es bajo, también tenemos menos posibilidad de desarrollar un buen nivel de asertividad. En definitiva, podemos caer en la pasividad o en la agresividad a la hora de comunicarnos con los demás.

–¿Se trabajan suficientemente las emociones en los centros educativos de Asturias?

–En la etapa de Infantil es donde mejor se está trabajando la inteligencia emocional. Ha sido la que más ha evolucionado. A los niños de entre tres y seis años se les ve felices. Incluso a los de menos años. Antes se acudía a la escuela con miedos y temores.

Creatividad en Infantil

-Se dice que los niños de Infantil son muy creativos.

-Así es, pero luego la escuela, en general, se encarga de matar esa creatividad. Hay un estudio longitudinal con 5.000 alumnos en el que se concluye que en Infantil el porcentaje de creatividad es del 80%, en Primaria baja al 50% y en Secundaria es mucho menor. Viene a decir que los sistemas educativos hacen que disminuya el nivel de creatividad. Y es cierto. Es una enseñanza muy rígida, muy pautada. A los niños no se les da la oportunidad de buscar alternativas o soluciones distintas a situaciones problemáticas. Precisamente, la metodología de proyectos incide en esto, en buscar opciones y tomar decisiones diferentes para solucionar distintos tipos de problemas. No tiene por qué haber un único camino para una solución correcta.

–Como profesional, ¿qué situación detecta?

–Desde mi punto de vista, se ha trabajado, salvo en Infantil. La inteligencia emocional está en un tercer y cuarto plano. En la escuela nos han formado para cursar Ingeniería, Historia…, pero no cómo afrontar un duelo, resolver una disputa. No se transmiten habilidades emocionales que nos van a ser útiles siempre. Los centros educativos tienen que trabajar estos temas, aunque sea de forma subsidiaria. La situación es precaria y hay que ir avanzado más por parte del profesorado, pero necesitan formación, porque hay una carencia abismal de ella. Los responsables no son ellos, sino el ministerio, que debería regularlo y hacer un esfuerzo por ello.

-En Canarias, la Educación Emocional ya es una asignatura. ¿La veremos aquí?

-No se ha planteado, aunque sí hubo alguna experiencia. Se oferto como materia alternativa a Religión hace unos años. Hubo centros que optaron por desarrollar habilidades de comunicación y socioemocionales durante una hora a la semana. Quedó muy corto y restringido a muy pocos alumnos, pero se podría tener en cuenta.

-¿Son las familias receptivas?

-Hay familias que consideran que este tipo de aprendizajes no tienen la menor trascendencia porque no hacen referencia a materias curriculares, pero deberían darle la importancia que merece. Educan a sus hijos en aspectos que van a necesitar toda su vida, como saber relacionarse con los demás, trabajar en equipo; la empatía…

-¿Qué fórmula es más factible, en su opinión?

-Sería interesante trabajar diferentes aspectos de la inteligencia emocional desde Infantil a Secundaria. Por ejemplo, en Infantil, el autoconocimiento de las emociones y su control; en Primaria, la empatía y las habilidades de comunicación, y en Secundaria, la resolución de conflictos. ¿La fórmula? Se puede arbitrar de muchas maneras. Trabajándola en sesiones de tutoría, por ejemplo, pero hace falta un reconocimiento oficial.

-¿Un reconocimiento oficial?

-Sí, el profesorado tiene que tener formación para trabajar estos temas, pero carece de ella porque nadie se la dieron. Los profesores no son responsables, sino el ministerio, que no se tomó la molestia de formarlos en estos ámbitos. La carencia, como le decía antes, es abismal.

-Pero hay docentes muy innovadores…

-Sí, porque le ponen muy buena voluntad. Lo deseable es que esas experiencias que quieren poner en práctica vayan encajando y la mayoría lo vea conveniente. Pero es necesario que haya un reconocimiento oficial por parte del ministerio.

-¿Ve necesario un máster?

-Podría trabajarse en algún tipo de formación complementaria al finalizar los estudios de Magisterio. Pero la formación permanente debe ser una exigencia. De poco nos vale que se forme un porcentaje pequeño si al resto no se le da la preparación conveniente.

-El pedagogo y filósofo José Antonio Marina habla de un MIR educativo.

-Puede ser interesante para dar formación amplia a profesores en diferentes campos. Cuando estudiaron la carrera, temas como la resolución de conflictos o la inteligencia emocional ni se mencionaban.

Saben mucho de las materias que imparten, pero no es lo mismo saber mucho de Historia que transmitirla adecuadamente. Las facultades tienen que hacer un esfuerzo importante. Hay un estudio de prospección con vistas al año 2030 en el que las propias escuelas universitarias reconocen que no están preparadas para formar a los profesores adecuadamente. Tienen que desarrollar esta formación de habilidades sociales porque van a tener igual peso que sus conocimientos de la materia.

-¿Con qué se van a encontrar los docentes en el curso?

-Con ideas prácticas para trabajar en el aula en diferentes etapas educativas, como el aprendizaje colaborativo y el uso de la música para trabajar distintas inteligencias en Primaria, o la utilización de nuevas tecnologías, a través de la plataforma Moodle, para aprender matemáticas en Secundaria…

Fuente: http://www.elcomercio.es/gijon/201607/14/escuelas-inteligencia-emocional-esta-20160714002056-v.html

Imagen:http://4.bp.blogspot.com/-E9-lz73vEWQ/TimZVSmXXLI/AAAAAAAAApY/9WqYbKpeBGI/s1600/DSC03508.JPG

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Biblioterapia: el poder de un libro sobre tu cerebro.

Europa/España/Fuente:http://www.agenciasinc.es/

Por: Jesús Mendez.

“La vida es demasiado corta como para leer un mal libro”. “Pero teniendo en cuenta que se publica un nuevo libro cada treinta segundos, puede hacerse difícil saber por dónde empezar”.

La primera frase la dijo, al parecer, James Joyce. La segunda es la forma de completarla que tienen en The School of Life, una iniciativa creada en Inglaterra por el filósofo Alain de Botton y que, bajo la apariencia de una librería, ofrece toda una batería de servicios (cursos, talleres, charlas) para educar en lo que “no se tiene en cuenta en la escuela o en la universidad”, esto es: “Cómo deberíamos vivir bien”.

Uno de esos servicios se ha hecho particularmente famoso, y su nombre es ya de por sí explicativo. Lo llamanbiblioterapia. La idea es simple: usar los libros para ayudar a la gente.

De libros y cataplasmas:

El término biblioterapia parece estrenarse en 1916 en un artículo publicado en la revista The Atlantic Monthly. En él se habla de un tal doctor Bangster, que receta libros a quien los pudiera necesitar. Esto era lo que decía sobre ellos: “Un libro puede ser un estimulante, un tranquilizante, un irritante o un soporífero. La cuestión es que debe hacerte algo, y tú tienes que saber qué es. Un libro puede ser de la naturaleza de un jarabe calmante o puede ser una cataplasma de mostaza irritante”.

La biblioterapia se extendió tras la I Guerra Mundial, cuando se recomendaban libros a los soldados con estrés postraumático
El uso de la biblioterapia empezó a extenderse después de la I Guerra Mundial, sobre todo en los Estados Unidos. Allí, varias iniciativas empezaron a recomendar libros a los soldados que retornaban, muchos de ellos con estrés postraumático, en un intento por mejorar su convalecencia.

Hoy día, guías clínicas como las desarrolladas en el Reino Unido por el National Institute and Care Excellence (NICE) recomiendan la biblioterapia en casos de depresión o trastornos de ansiedad. Lo definen como un tipo de terapia cognitiva de baja intensidad que puede ayudar en casos leves, pero no es exactamente lo mismo a lo que se refería Bangster.

Estas recomendaciones se basan en libros de autoayuda convenientemente seleccionados a través de iniciativas para prescribir solo aquellos considerados de “alta calidad”. Lo que Bangster proponía, y lo que en The School of Life hacen, es extender y enriquecer la prescripción: sus recomendaciones se basan en libros de ficción.

Novelas que levantan el ánimo:

La sección de biblioterapia de The School of Life depende de Susan Elderkin y Ella Berthoud, dos licenciadas en Literatura inglesa por la Universidad de Cambridge. Según comenta Elderkin a Sinc, así surgió la idea: “Ella y yo empezamos a pasarnos libros con un propósito terapéutico cuando éramos estudiantes en la universidad y vivíamos en habitaciones contiguas. A veces llegábamos a casa y nos encontrábamos una novela en la puerta: una novela pensada para subirnos el ánimo cuando lo teníamos bajo o, muchas veces, para espabilarnos y echarnos un rapapolvo”.

“En 2008 empezamos la misma idea como servicio en The School of Life y más tarde publicamos el libro The Novel Cure. Surgió de ver la literatura como un recurso, algo que puede abrir puertas cuando nos sentimos atascados y ayudar a cambiar de perspectiva. Creo que mucha gente ha experimentado este poder, pero normalmente es algo que sucede por casualidad, tropezando con el libro adecuado en el momento adecuado casi por accidente. Nosotros quisimos organizar la literatura para que no dependiera del azar, para que cualquiera que necesitara un recordatorio de que no estaba solo pudiera encontrarlo cuando lo necesitara”.

Susan Elderkin y Ella Berthoud comenzaron en 2008 a prestar servicios de biblioterapia en The Schoolof Life. Más tarde publicaron el libro ‘The Novel Cure’, en el que hablan de la literatura como estímulo para afrontar los problemas.
Susan Elderkin y Ella Berthoud comenzaron en 2008 a prestar servicios de biblioterapia en The Schoolof Life. Más tarde publicaron el libro ‘The Novel Cure’, en el que hablan de la literatura como estímulo para afrontar los problemas.

El funcionamiento es sencillo. Consiste en rellenar un cuestionario con preguntas sobre hábitos y preferencias de lectura junto con otras más personales, como el tipo de vida, las principales preocupaciones e ilusiones o lo que uno espera estar haciendo dentro de diez años. Después se fija una entrevista que puede ser incluso por teléfono o Skype y al final uno recibe una lista con seis o siete libros recomendados. La biblioterapia funciona como una suerte de librero emocional, que alguno podría ver como un escalafón superior, o simplemente diferente al del librero tradicional.

La web The School of Life funciona como un librero emocial: rellenas un cuestionario, haces una entrevista y te prescribe libros de ficción
También se recomiendan libros de no ficción, pero según Elderkin “preferimos prescribir novelas”. Algunas que suelen recomendar, según la persona y la situación, son El Evangelio según Jesucristo, de José Saramago; Henderson, el Rey de la Lluvia, de Saul Bellow; Siddharta, de Herman Hesse o Un hombre afortunado, de John Berger.

Para Elderkin, “después de todo, hay pocas cosas que puedas experimentar por las que no haya pasado ya un personaje de ficción. En mi opinión, Matar a un Ruiseñor es un maravilloso estímulo para hacer lo que uno de los mejores libros de autoayuda nos habría dicho: sentir el miedo y hacerlo de todas maneras”.

Por el momento no existen buenos estudios que prueben el valor de este tipo de biblioterapia en la salud, pero cada vez hay más evidencias de lo que sí puede provocar la lectura en nuestro interior.

Qué le pasa al cerebro cuando lee:

Si al leer nos transportamos y entramos en lo que el libro nos cuenta, si nos imaginamos y de alguna manera vivimos la historia de sus personajes aun encerrados en nuestra habitación, algo debe suceder en nuestros cerebros que lo permita. La mejor manera de saber qué es lo que tiene lugar es mediante pruebas de neuroimagen, técnicas que discriminan las áreas cerebrales que se activan cuando leemos lo que leemos. Desde hace unos años se han sucedido los experimentos desde lo aparentemente más simple a procesos más complejos. Esto es algo de lo que han observado.

En el año 2006, investigadores españoles en la universidad Jaume I de Castellón dieron a leer diversas palabras a una serie de voluntarios mientras les practicaban una resonancia cerebral. Algunas de esas palabras evocaban olores intensos, eran palabras como ajo, canela o jazmín. Otras eran palabras neutras, sin ningún tipo de olor asociado. Lo que vieron fue que, al leer, todas ellas activaban las áreas cerebrales responsables del lenguaje, pero las primeras hacían trabajar además a las áreas olfativas, las responsables de oler en la realidad.

Si al leer nos transportamos a la historia que el libro nos cuenta, algo debe suceder en nuestro cerebro que lo permita
Investigaciones similares parecían certificar algo que por otra parte parece concluirse de forma intuitiva: al leer, de alguna (cerebral) manera, reproducimos lo que las palabras evocan del mundo real. Por ejemplo, cuando leemos palabras como chupar, agarrar o pegar una patada, se activan respectivamente las áreas de la corteza premotora relacionadas con la cara, los brazos y las piernas.

En cierta forma es lo que hacen los saltadores de altura, que cierran los ojos e incluso ladean la cabeza antes de cada salto visualizando cada uno de sus movimientos. Esa visualización activa algunas de las áreas que luego les permitirán elevarse y las entrena, aumenta su eficacia.

De ahí la siguiente suposición: si al leer reproducimos lo que sería la historia en la realidad, y si son tantas las variantes a las que podemos acceder, ¿podría de alguna manera la lectura entrenarnos para la vida real?

Historias y personajes que entrenan la empatía :

La empatía puede definirse como la capacidad para captar las emociones y ponerse en el lugar de otro. Es un concepto amplio que engloba lo que se conoce como teoría de la mente, y es una de las bases que permiten la vida en sociedad. Algunos experimentos ya habían mostrado que, al menos de forma temporal, leer pasajes de un libro de Chejov alteraban los rasgos de personalidad de los lectores respecto a si se leía la misma historia pero de forma neutra, en estilo documental.

David Comer Kidd y Emanuele Castano, investigadores en la New School for Social Research en Nueva York, fueron un paso más allá. En un artículo en Science mostraron que leer la considerada como alta literatura (sus ejemplos eran Don DeLillo o Alice Munro, entre otros) mejoraba de forma ligera pero evidente las puntuaciones de los participantes cuando se sometían a tests de empatía, algo que no sucedía con la considerada baja literatura, como las novelas románticas de Danielle Steel, o con los libros de no ficción.

Un estudio de investigadores de Inglaterra e Italia afirmaba que leer novelas de Harry Potter ayuda a superar prejuicios hacia grupos discriminados. Imagen: Alonis, Flickr
Un estudio de investigadores de Inglaterra e Italia afirmaba que leer novelas de Harry Potter ayuda a superar prejuicios hacia grupos discriminados. Imagen: Alonis, Flickr

Aunque el estudio recibió algunas críticas, son ya varios los trabajos que apuntan en la misma dirección. “Nosotros creemos –explica Castano– que la complejidad de los personajes, que se rebelan a ser estereotipados, obligan al lector a hacer un esfuerzo para entenderlos como individuos únicos, y eso es probablemente la causa de los resultados que encontramos”.

Recientes estudios aseguran que la buena literatura mejora la capacidad de sentir empatía porque es un simulador de la realidad
De alguna manera la literatura (la buena literatura) funcionaría como un simulador de la realidad: un campo de pruebas sin riesgo donde pueden darse y practicarse condiciones particulares y extremas a las que normalmente no accedemos con asiduidad.

Incluso un estudio de 2014 sostenía que leer las novelas de Harry Potter hacía que los estudiantes mejoraran su actitud respecto a grupos estigmatizados como inmigrantes o refugiados.

Algunas conclusiones periodísticas de estas investigaciones afirmaron, extrapolando estos efectos, que leer ficción puede hacernos mejores personas. Parece una extensión exagerada, pero Castano no la rechaza: “Yo creo que la empatía es un componente clave del comportamiento social y de la moralidad en general. Para mí sí, la empatía te hace una mejor persona”.

Los beneficios de la no ficción :

La mayoría de los estudios previos se basaban en novelas o cuentos, pero la literatura de no ficción también encierra la promesa de múltiples beneficios. El principal de ellos parece ser –aparte del propio bagaje cultural que aporten– el aumento de la reserva cognitiva, una especie de colchón neuronal que protege de desarrollar síntomas como los asociados a las demencias.

Por ejemplo, en enfermos de esclerosis múltiple cuanto mayor era el hábito de lectura a la edad de veinte años –tanto de ficción como de revistas, periódicos o ensayos–, mayor es el tamaño del hipocampo aun con el avance de la enfermedad, lo cual se relaciona también con una mejor memoria. Curiosamente, esta asociación no aparecía con otros hobbies como tocar un instrumento, ni siquiera con el nivel de educación.

La literatura de no ficción aumenta la reserva cognitiva, un colchón neuronal que protege de síntomas asociados a las demencias
En otro trabajo, el llamado estudio de las monjas, se tuvo acceso a los diarios de juventud de 678 religiosas que habían donado su cuerpo a la ciencia. Tras los estudios patológicos se observó que aquellas con un lenguaje más rico a los veinte años –muy probablemente obtenido a través de mayores y mejores lecturas de todo tipo– mostraban muchos menos signos de demencia.

Estos datos están lejos aún de ser definitivos y concluyentes, pero psicólogos como Castano se muestran convencidos: “Leer no ficción tiene montones de beneficios, tanto en términos del desarrollo cognitivo como de su mantenimiento, ¡así como por lo que aprendes al leer!”

La terapia y el placer :

Entonces, ¿tiene sentido la biblioterapia? ¿Puede desempeñar un papel en el cerebro? “Sí, creo que puede”, sostiene Castano. “Son beneficios diferentes a los que mis investigaciones estudian, pero al fin y al cabo leer ficción es una parte de lo que nos hace humanos”.

Y si no, e independientemente, siempre nos quedará la experiencia de la lectura. “¿Dónde salvo en la ficción podemos experimentar lo que es ser alguien de otro género, o vivir en otra época, o haber nacido en algún país lejano?”, se pregunta Elderkin. Luego añade lo siguiente: “Las novelas ofrecen una narrativa ampliada, con múltiples capas; requieren tiempo y atención sostenida para leer y entender y disfrutar. Entrar en una historia de esta forma es tremendamente relajante para nuestros cerebros fragmentados”. Eso ya parece bastante.

Fuente: http://www.agenciasinc.es/Reportajes/Biblioterapia-el-poder-de-un-libro-sobre-tu-cerebro

Imagen: http://www.agenciasinc.es/var/ezwebin_site/storage/images/reportajes/biblioterapia-el-poder-de-un-libro-sobre-tu-cerebro/5733700-20-esl-MX/Biblioterapia-el-poder-de-un-libro-sobre-tu-cerebro_image_380.jpg

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Claves para idear un aula creativa y fomentar la participación

Por. Alba Alonso Feijoo

Las personas grandes me aconsejaron que dejara a un lado los dibujos de serpientes boas abiertas o cerradas, y que me interesara un poco más en la geografía, la historia, el cálculo y la gramática. Así fue como, a la edad de seis años, abandoné una magnífica carrera de pintor […]. (El principito)

Cada día, con cada comentario como el que suscribe nuestro amigo El Principito vamos apagando la creatividad innata que posee nuestro alumnado. La infancia llega al colegio con ganas de aprender, de crear, de compartir, de comerse el mundo. Y lo único que les enseñamos es a obedecer, atender, escuchar, callar, repetir, memorizar, y vomitar contenidos. No importa que no los entiendan, no importa que no sean significativos para ellos en particular. Solo se evalúa que los hayan aprendido de memoria y soltado en la correspondiente prueba de evaluación.

aula creativa

El mundo de hoy en día en poco se parece ya al del siglo pasado. Los últimos 25 años hemos vivido  cambios increíbles en la historia, y el ritmo de avance es cada vez más y más acusado. Esto viene a decirnos que en menos de una década las comunicaciones serán totalmente diferentes, al igual que nuestras necesidades. Los puestos de trabajo no solo no tendrán nada que ver con los actuales, sino que serán variados, múltiples, y delimitados en el tiempo.

Si podemos intuir e incluso llegar a entender esto ¿por qué lo que hacemos en la escuela es seguir preparando empleados de fábricas para que asuman roles, acaten órdenes y las ejecuten sin sublevarse de manera alguna, ni aportar nada nuevo? Una de las competencias fundamentales en ese desconocido futuro es la creatividad, y es evidente que la escuela no está apostando lo suficiente por ella.

Desde aquí os invito a probar distintas prácticas que podemos llevar a cabo desde nuestro centro educativo. Pero antes de nada, hemos de cumplir con dos premisas fundamentales:

-No tener miedo al cambio o a equivocarse.

-No esperar un camino de rosas, ni resultados inmediatos.

Una vez  desterrado el miedo de nuestro día a día, seremos capaces de ir introduciendo de manera paulatina diversas prácticas que nos ayudarán a generar un ambiente de creatividad sano y productivo. Os expondré algunas de las posibilidades fácilmente desarrollables en el centro y/o aula:

Espacios en la escuela:

puede que trabajes en un edificio de lo más moderno, pero tal vez sigas en una “vieja escuela”, esa donde las clases solo se imparten en aulas cerradas con mesas, sillas, pizarra… ¿Por qué no le damos una vuelta a este concepto?

Usemos otros espacios

Pero no solo otras aulas (Tic, Inglés…) sino espacios abiertos, espacios habitualmente “muertos” como el pasillo, las escaleras, el patio, el parque… Hay centros con grandes espacios comunes sin usar, ¿por qué no integrarlos en la enseñanza? No tengamos miedo al ruido y al descontrol en ciertos momentos. Si los niños y niñas están siendo creativos, probablemente no estarán calladitos, sentados y mirando hacia adelante.

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Horarios:

Los horarios nos ayudan a organizarnos, pero también nos limitan en muchas ocasiones. ¿Por qué cortar ese debate tan interesante simplemente porque “toca” matemáticas? Seamos más flexibles, sobre todo en aquellos cursos en los que hay una única tutora o tutor.

Asignaturas:

Ya hay escuelas donde las asignaturas han desaparecido para dar paso al trabajo por proyectos. Por poner un ejemplo, si notamos que hay mucha obesidad en el aula, ese curso escolar podríamos trabajar la nutrición y el ejercicio físico como “asignaturas”. A partir de estas temáticas los contenidos de lengua, matemáticas o ciencias fluirían libremente.

Espacios en las aulas:

Sería genial entrar de vez en cuando en un aula sin mesas y sillas. Un aula con puffs, cojines, alfombras de juego, con diferentes esquinas temáticas, donde una pared fuera de pintura pizarra para que se expresasen como quisieran…

Asambleas:

¿Por qué solo en infantil? Parece que no tenemos tiempo ni interés para escuchar lo que tiene que decir nuestro alumnado: sus preocupaciones, sus desvelos, sus alegrías. No solo es un tiempo maravilloso y nada “perdido” para trabajar la empatía, sino que el hablar en público de manera frecuente mejorará su oratoria, su capacidad de debate y su sentido crítico.

Clubs:

Esto es algo que se lleva mucho en otros países pero nunca se ha valorado en el nuestro. Clubs en los que les encantaría participar, organizados por el propio alumnado, donde poder expresarse y disfrutar de esos mundos que le apasionan; sea el club de ciencias, de robótica, o el de peluquería.

Participación alumnado:

Debería de haber muchos más órganos donde pudieran aportar sus ideas, sus proyectos, sus mejoras, sus propuestas. Sus mentes creativas serían el motor de la “nueva escuela”.

Podríamos seguir enumerando muchos otros puntos, pues existen una gran cantidad de herramientas para llevar la creatividad al aula, pero empecemos por las más sencillas y ¡conseguiremos un mundo más creativo!


Fuente: http://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/educacion-emocional/como-idear-un-aula-creativa/32634.html

Imagen: http://www.educaciontrespuntocero.com/wp-content/uploads/2016/02/shutterstock_184810610-500×368.jpg

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Empatía y Psicopatía: Una aproximación teórica desde el pensamiento fenomenológico

Por: Carlos Avendaño

 

Lo que más recuerdo son sus ojos. No puedo irme a dormir sin pensar antes en ellos. No por lo que veía en ellos, sino por lo que no tenían, por lo que les faltaba. Detrás de ellos solo había oscuridad (…) una maldad tan pura como una llamarada.

Michel Connelly (El poeta).

 

A modo de introducción

 

La necesidad de comprender los fenómenos asociados al comportamiento problemático en nuestras sociedades es lo que inspira la realización de este trabajo, el fenómeno de la violencia así como el de la delincuencia, reviste principal interés en los contextos latinoamericanos por su frecuencia y sus efectos negativos. Dentro de las acciones violentas, lejos de las generalidades que se pretenden con el empleo de la estadística, es importante advertir de la existencia de personas que en definitiva no se comportan como la mayoría, que son infrecuentes pero que sus acciones son significativas sobre todo para quienes resultan sus víctimas: es el caso de los psicópatas.

 

La psicopatía es un fenómeno que se da con muy poca frecuencia en la sociedad, pero es responsable de una desproporcionada cuantía de delitos, especialmente los más graves y crueles (Hare, 1993). Aunque también podemos reconocer individuos psicópatas que no cometen delitos, su comportamiento causa una cantidad de sufrimiento importante para quienes se vinculan con ellos, la razón según algunos autores (véase Cleckley, 1982; Hare, 1993; Garrido 2000 entre otros), es porque en su modo de estar en el mundo parecen carecer de un elemento clave que regula nuestras acciones: la empatía;  señalan que su ausencia en individuos psicópatas los hace ser crueles y perversos, pero en realidad el psicópata ¿carece de empatía?. El principal objetivo de este ensayo es profundizar en la “empatía” desde el pensamiento fenomenológico y comprender si en realidad los psicópatas carecen de empatía o es otro proceso el que explica su crueldad.

Compartiendo con psicópatas

 

Según algunas estimaciones estadísticas los psicópatas representan el 1% de la población mundial, porcentaje que se incrementa en instituciones carcelarias puesto que se involucran en mayor medida en delitos y en actos violentos que las personas no psicópatas (Hare R. , 1993), mi experiencia con psicópatas en las instituciones carcelarias motivaron un especial interés en tratar de comprender ¿Cómo es que algunas personas sean capaces de cometer actos tan violentos y permanecer totalmente indiferentes ante el hecho?.

Cuando entrevisté a personas no psicópatas que se involucraron en hechos violentos como el homicidio, me describían noches de insomnio acompañadas de visiones en donde creían ver a su víctima ya fallecida; decían sentir miedo y arrepentimiento, otros habían cometido homicidio y se arrepentían por las consecuencias que les produjo el hecho y justificaban su acción en el marco de venganzas o situaciones extremas donde el hecho de matar significaba salvar sus vidas o la de sus familiares. Sin embargo, también confesaban sentirse mal y lo evidenciaban con su conducta, en individuos con rasgos de personalidad psicopáticos estas escenas no se presentaban, simplemente el hecho de cometer homicidio no les afectaba en al plano emocional.

En una oportunidad un joven de 20 años, estudiante de ingeniería se encontraba privado de libertad por el homicidio de la pareja de uno de sus tíos; en una discusión aparentemente espontánea y sin mayor provocación, el joven toma un cuchillo de la cocina y le propina más de 20 puñaladas, en la entrevista sólo me dijo que el hecho le había impedido seguir estudiando y era lo único que lamentaba, no manifestaba en absoluto ninguna emoción con respecto a la muerte de la joven.

En otra oportunidad otro joven se siente celoso, su ex pareja está teniendo una vida tranquila sin él, exige quedarse un fin de semana con sus dos hijos de 7 y 8 años de edad; al finalizar la tarde, prepara una bebida con veneno para matar roedores y se los hace tomar, afortunadamente la madre de los niños llegó a tiempo y pudo pedir ayuda para salvarlos. Ante el hecho él sostenía que ella se lo merecía por dejarlo, quería que se arrepintiera siempre. Otro tenía como profesión el secuestro, cada vez ideaba modos nuevos de obtener ganancias económicas con las personas; fue privado de libertad por un caso en particular donde tomó la mano de su víctima, cortó uno de los dedos y lo envió a los familiares, con ese acto sabía que la familia de la víctima pagaría con mayor rapidez la fuerte suma que solicitaba. Me sorprendió su razonamiento cuando me expresó que la vida de esa persona estaba en manos de sus familiares, me dijo: “si ellos que son su familia no les importa su vida mucho menos me importaría a mí que no somos nada, yo quería que pagaran”.

Estos ejemplos son casos de psicópatas que cometieron delito; sin embargo, existen muchos que no cometen delitos y que se mueven dentro de los límites sociales, generando mucho daño sobre todo a las personas que identifican como obstáculos para obtener lo que quieren, pudiendo atentar contra la imagen de cualquiera de ellos mintiendo constantemente, manipulando y creando historias falsas para posicionarse por encima de los demás, sin mérito alguno; todos con una característica en común: una total indiferencia ante las emociones de los otros, sobre todo de quienes han sido sus víctimas.

Describiendo la psicopatía

 

La psicopatía resulta un término que genera mucho debate sobre todo en el ámbito psiquiátrico, la perspectiva clínica niega la existencia de la psicopatía basado en sus manuales de clasificación, incluso lo consideran un término obsoleto. La realidad es que el psicópata existe independientemente de la postura psiquiátrica en el tema, el término de psicopatía a partir del año 1952 fue sustituido por el de sociopatía, esta sustitución obedece principalmente a las características sociales inherente a esta forma de actuar (Cleckley, 1988)  también es usado con frecuencia para evitar confusiones en el término con los psicóticos quienes se abstraen de la realidad y no son conscientes de lo que hacen (Hare R. , 1993), en 1980 a partir de la tercera edición del Manual Diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-III) se incluye el trastorno de personalidad antisocial, término que muchos clínicos confunden con psicopatía.

 

El trastorno de personalidad antisocial describe una serie de criterios que se ajustan a conductas antisociales y delictivas, pero que no abarcan suficientemente a la psicopatía. Cuando se habla de psicopatía, “se define por un conjunto de rasgos de la personalidad y conductas socialmente desviadas” (Hare R. , 1993, pág. 27) se puede decir que un individuo es psicópata porque su modo de ser y de estar en el mundo supone una serie de características que no son adquiridas como se adquieren las enfermedades, y que no incluyen necesariamente conductas criminales. Destacan características como la manipulación, la mentira, egocentrismo, falta de remordimientos y de culpa.

 

Los psicópatas son individuos que parecen relacionarse en el mundo como viviendo una obra de teatro donde interpretan sus personajes; es por ello que pueden comportarse con diferentes personas de diferentes maneras, siempre y cuando consigan lo que se proponen, ven a las demás personas como víctimas potenciales. El sujeto con estas carencias (emocionales) es alguien profundamente egocéntrico, manipulador, mentiroso y cruel (Garrido, 2000).

 

Una de las características principales es la imposibilidad de vinculación afectiva, por lo tanto no tienen sentimientos de culpa por lo que hacen y las personas que componen su entorno experimentan sufrimiento por sus actos. Las emociones que es posible identificar en ellos son: la ira o tristeza, miedo y deseo sexual. Son movidos únicamente por su propio interés. A continuación, presento una serie de criterios utilizados para identificar al psicópata.

Tabla N°1

Criterios de la escala PCLR para identificar psicópatas

 Psicopatia

Fuente: Hare, Hart y Harper (1991)

Se consideran estos rasgos como inflexibles, esto quiere decir que no son modificables ni por experiencia ni por aprendizaje; algunos clínicos consideran que pueden disminuir a medida que avanza el tiempo y se acercan a la cuarta década de vida. Hasta los momentos no existe ningún tratamiento para ellos, y la razón principal es que la mayoría de estrategias psicoterapéuticas dirigidas a la modificación de la conducta tienen como base las “emociones”, elemento que para los psicópatas es irrelevante, son especialistas en simular emociones pero no las experimentan genuinamente.

 

Entendiendo la empatía

 

Para comprender la empatía es necesario hacer mención que nace de un problema fundamental anterior que es el problema de la constitución de las objetividades del mundo; es decir, cómo se constituyen las realidades en la conciencia. Sin embargo, se hará extensión sólo de las consideraciones filosóficas sobre la empatía para acercarnos a su comprensión en los individuos psicópatas.

Es necesario comenzar haciendo referencia al pensamiento de Husserl la idea de empatía en el término (Einfϋhulug) descrita “como una vivencia particular capaz de trazar el camino hacia la constitución del mundo objetivo compartido” (Del Rosal, 2013, pág. 141); sin embargo, en la quinta meditación cartesiana enconrtramos un análisis profundo de esta vivencia abriendo el camino para la intersubjetividad trasendental.

En ese sentido Husserl realiza un análisis de la existencia de la alteridad y esta guiado por tres supestos (Henry, 2009): el primer supuesto puntualiza que persibimos al otro en la medida en que tenemos experiencia de él, para tener incluso una idea del otro debe haber contacto de alguna forma, en este primer supuesto es necesario que el otro entre en mi experiencia, husserl lo señala de forma explícita cuando afirma que “estas experiencias y sus rendimientos son en efecto hechos trasendentales de mi esfera fenomenológica” (Husserl, 1986, pág. 150).

 

El segundo supuesto hace alusión a la forma o el como se nos da el otro, aquí señala Husserl que el otro me esta dado en y por la intencionalidad. El enunciado de este supuesto general es el siguiente: “tengo que atenerme imperturbablemente a que todo sentido que tenga y pueda tener para mi cualquier ser, tanto por lo que hace a su escencia como por lo que hace a su existencia real efectiva, es sentido en mi vida intencional” (Henry, 2009, pág. 184).

El tercer supuesto consiste en la universalidad del segundo, es decir el solapamiento de la donación intencional con la donación en mi propia experiencia, esto se comprende entendiendo que Husserl presenta la teoría trasendental como una parte de la teoría trascendental del mundo objetivo, en ese sentido el otro es lo que se me da primero en la construcción de la naturaleza objetiva, precede a esta y la funda, en este proceso el ego del otro es accesible y experimentable (Henry, 2009).

En el pensamiento de Husserl nos encontramos con la “esfera de la propiedad”, la reducción trascendental nos lleva a lo que es propio, el ego trascendental, y a la representación del otro como un alter ego, ese otro es reflejo del primero (de mí mismo) aunque no es un estricto reflejo sino lo que Husserl llama un analogon de mí mismo. En otras palabras el otro es una modificación de mí mismo (Husserl, 1986, pág. 152) la empatía es en este pensamiento una vivencia de ese ámbito de “propiedad” que anuncia otra “propiedad”.

Para Husserl la empatía es la proyección que yo realizo situándome en el lugar del otro y con la que compruebo si ese otro se comporta como yo lo haría si estuviera en su cuerpo (Del Rosal, 2013). Siguiendo esta línea no es posible situarse de manera afectiva en la conciencia del otro, ambas consciencias se mantienen distintas e independientes.

La profundización de la idea de Husserl acerca de la empatía proviene de la tesis doctoral de una de sus discípulas más notables Edith Stein (1891–1942), describe como la empatía se desarrolla en tres estratos: cuerpo vivo (Leib), psique y espíritu (Del Rosal, 2013, pág. 145) y realiza una comparación de la empatía con otros actos de la consciencia pura como el recuerdo, la espera y la fantasía, incluye dos conceptos fundamentales para la comprensión de la empatía: vivencias originarias y no originarias.

La autora contempla la empatía como un acto originario en cuanto que vivencia el presente; sin embargo, así como el recuerdo la espera y la fantasía es no-originario según su contenido (Del Rosal, 2013)

Más el sujeto de la vivencia empatizada –y ésta es la novedad fundamental frente al recuerdo, la espera, la fantasía de las propias vivencias– no es el mismo que realiza la empatía, sino otro. Ambos están separados, no ligados como allí por una conciencia de la mismidad, por una continuidad de vivencia. Y mientras vivo aquella alegría del otro no siento ninguna alegría originaria, ella no brota viva de mi yo, tampoco tiene el carácter del haber estado viva antes como la alegría recordada. Pero mucho menos aún es mera fantasía sin vida real, sino que aquel otro sujeto tiene originariedad, aunque yo no vivencio esa originariedad; la alegría que brota de él es alegría originaria, aunque yo no la vivencio como originaria. En mi vivenciar no originario me siento, en cierto modo, conducido por uno originario que no es vivenciado por mí y que empero está ahí, se manifiesta en mi vivenciar no originario. Así tenemos en la empatía, un tipo sui géneris de actos experienciales. (Stein, 2004, pág. 27)

Entonces, la empatía es una experiencia originaria en la medida en que lo es para el sujeto con el cual empatizo. En la medida en que sólo a través de ella es posible que yo me reconozca como otro, distinto de los otros, y que es por medio de los otros en los cuales posibilito mi propio conocimiento y puedo percibirme como ellos me perciben (Montes Pérez, 2016). La empatía como conocimiento inmediato del otro, no puede entenderse como producto de un proceso deductivo que concluye en un modo o estado de ánimo (Montes Pérez, 2016).

Otro concepto importante en este análisis es la simpatía que aparece cuando tenemos compasión por el otro, Max Scheler (1874-1928) introduce estos conceptos principalmente en su obra Wesen und der Sympathie (Naturaleza y simpatía) de (1923), por lo general se considera un trabajo ejemplar en la investigación fenomenológica de la vida emocional y una contribución significativa a la fenomenología de la intersubjetividad y la cognición social (Zahavi, 2008). Scheler analiza diferentes casos, uno de los más pertinentes para el análisis que se realiza en este ensayo es el siguiente:

Pensemos en el rostro de un niño llorando, pueden darse tres situaciones: la primera es observar la posición de los músculos faciales, es decir observar la imagen sin asociar ningún elemento emocional, es una observación atípica que puede estar situada dentro de alguna patología; ahora bien, en segundo lugar se puede observar el mismo rostro e identificar elementos emocionales: comprender que hay angustia o sufrimiento en ese rostro, pero permanecemos indiferentes; y por último, considerar el caso donde ante la misma imagen sentimos compasión o preocupación por el niño. Para Scheler esta última situación es un ejemplo de simpatía, pero para poder sentir compasión, es necesario creer que el otro está realmente el sufrimiento.

En la obra de Scheler existe controversia por la utilización de los términos y la búsqueda de sinónimos en las traducciones, alguno de los términos que utiliza son Nachfühlen (reproducción de sensación), Nachleben (reproducción de la experiencia), experiencia de visualización (Nacherleben), Verstehen (comprensión), o Fremdwahrnehmung (percepción de otras mentes) (Scheler, 1954, pág. 238)  es por ello que cuando Scheler se refiere a una experiencia básica de otros un término utilizado por varios autores pero principalmente por Dan Zahavi para englobar ese sentido es la “Empatía”

Zahavi (2008) destaca de igual modo que aparte de destacar la diferencia entre empatía y compasión, el punto central de Scheler en el ejemplo citado, es recordarnos que es posible empatizar con alguien sin ningún sentimiento de simpatía (Scheler 1954, pág. 8). Basta pensar en el hábil interrogador o el sádico. Sádica crueldad no consiste simplemente en no notar el dolor del otro, sino en empáticamente disfrutarlo Scheler (1954, pág. 14).

A modo de conclusión

Luego de la revisión sobre los problemas de la empatía que presentamos en este trabajo, surgen interesantes argumentos que ponen en la mesa el debate sobre la presencia de la empatía en los psicópatas, sobre todo si consideramos que el psicópata tiene plena conciencia de sus acciones y consecuencias. El psicópata puede reconocer las emociones en los demás, su modo de estar en el mundo implica conectarse con los demás mediante las vivencias no-originarias, podemos decir que el psicópata empatiza pero no simpatiza con el otro, no se identifica con el otro; sin embargo, accede a las vivencias ajenas lo que le permite: manipular, simular, mentir de una forma casi natural pero particular con cada uno de los individuos que aborda.

El psicópata comprende el mundo emocional pero se mantiene indiferente desde su vivencia original, esto permite replantear las consideraciones diagnósticas donde se describe como uno de los criterios para identificar a los psicópatas “la falta de empatía”, si partimos de que el psicópata sí empatiza entonces el criterio diagnóstico va más allá, debería buscar identificar la imposibilidad de simpatizar o de incorporar la vivencia emocional del otro en su vivencia originaria lo que le permitiría sentir compasión por el otro. El psicópata entiende al otro pero no se compadece por nadie.

En este trabajo abordamos la problemática de la psicopatía y la discusión sobre la empatía, realizando un acercamiento al concepto desde distintos puntos de vista en la tradición del pensamiento fenomenológico. Sin embargo, el debate está lejos de terminar en la esfera teórica, pero es necesario tomar postura ante cuestiones que revisten importancia sobre todo en el plano operativo; aún hay mucho que investigar en cuanto a la psicopatía y que hacer, autores proponen la generación de propuestas que impliquen la inclusión en espacios de la sociedad donde no causen daños, no es un camino fácil y aún hay mucho que develar.

Bibliografía

Cleckley, H. (1988). The Mask of Sanity. Georgia: Mosby. Co.

Del Rosal, F. I. (Diciembre de 2013). Ficción de la idea de empatía de Edith Stein. Ideas y Valores, LXII(153), 137-155.

Garrido, V. (2000). El psicópata. España: Algar.

Hare, R. (1993). El inquietante mundo de los psicópatas que nos rodean. México: Paidós.

Hare, R. (1993). Without Conscious. New York: The Guilford Press.

Henry, M. (2009). Fenomenología material. Madrid: Encuentro.

Husserl, E. (1986). Maditaciones cartesianas. Madrid: GAMA, S. A.

Montes Pérez, R. (2016). El problema de la Empatía en Edith Stein. Recuperado el 8 de Enero de 2016, de Academia.edu: https://www.academia.edu/5671338/El_problema_de_la_Empat%C3%ADa_en_Edith_Stein

Scheler, M. (1954). The Nature of Sympaty. (P. Heath, Trad.) Washintong, D.C.: ICS Publications.

Stein, E. (2004). Sobre el problema de la empatía. (J. L. Caballero Bono, Trad.) Madrid: Trotta.

Zahavi, D. (Junio de 2008). Simulation, projection and empathy. Consciousness and Cognition, 17, 514-522.

Foto: http://www.silviarodriguez.es/wp-content/uploads/psicopata-2-Silvia-Rodriguez.jpeg

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15 cortometrajes para trabajar la inteligencia emocional

7 de julio de 2016/ Fuente y autor: educacion 3.0/

Las habilidades prácticas que reúne la inteligencia emocional se dividen en cinco áreas: la autoconciencia, la autorregulación, la motivación, la empatía y las destrezas sociales. Hemos recopilado la siguiente selección de cortometrajes animados para el aula de Infantil y de Primaria con los que los estudiantes reforzarán sus habilidades, tomarán conciencia de los sentimientos y las necesidades de los demás…

1. La Flor Más Grande del Mundo

cuento-la-flor-mas-grande-saramagoEste cuento escrito y narrado por José Saramago trata sobre un niño que crece en un mundo quebrado por el individualismo, la desesperanza y la falta de ideas, donde prevalece el egoísmo, la falta de solidaridad o de amor a la vida. El niño realiza un viaje a su interior en busca de los valores esenciales que le ayudarán a darle sentido a su vida y su infancia se convertirá en el lugar para reencontrarse con lo mejor de sí mismo.

2. Cuando estoy enfadado

cuando-estoy-enfadadoBeatriz Montero narra este cuento de Trace Moroney, de la editorial SM, que explica a los niños que el enfado es un sentimiento normal, siempre y cuando no se haga daño a nadie. El mejor momento para escucharlo es cuando los niños se enfadan ya que aprenderán a controlarlo y a tener una autoestima sana. Este vídeo fue emitido en el programa infantil ‘La merienda’, Tenerife, en 2013.

3. Paula y su cabello multicolor

paula-y-su-cabello-multicolorTrata de enseñar a los niños a identificar las emociones básicas como son la alegría, la tristeza, el enfado o el miedo para que después las acepten y puedan expresarlas y canalizarlas de manera positiva y saludable. El cuento, de Carmen Parets, está escrito en un lenguaje sencillo, recomendado para niños a partir de 3 años. Además, cuenta con una amplia recopilación de recursos y actividades gratuitas complementarias que se pueden encontrar en su página de Facebook.

el-monstruo-de-colores4. El monstruo de los Colores

Anna Llenas cuenta la historia del Monstruo de los Colores, quien se hace un lío con las emociones y le toca resolver el enredo. Es un gran apoyo para explicarle a los más pequeños las emociones, ya que después de escucharlo se pueden desarrollar un montón de actividades donde ellos mismos pueden expresar sus sentimientos.


5. Cerebro dividido
 (Brain divided)

brain-dividedEste cortometraje de animación muestra cómo funcionan los dos hemisferios del cerebro masculino cuando se enfrenta a una cita romántica con una mujer. Por un lado, está el correcto y coherente y, por otro, el sensible y sexual. Se trata de un film humorístico realizado por Josiah Haworth, Joon Shik Song y Joon Soo Song que muestra esa batalla entre la cabeza y el corazón.

EL PEZ ARCOIRIS6. El pez arcoiris: En el océano existe un hermoso pez que se llama Arcoiris por sus precisos escamas de colores y al que todos admiran por su gran belleza. Pero en realidad este hermoso pez está solo, su egoísmo hace que ninguno de sus compañeros quiera jugar con él. Un cuento de Marcus Pfister que enseña lo importante que es compartir.

MONSTERBOX

 

7. Monsterbox: Es una emotiva, divertida y tierna animación sobre la amistad. Sus autores, Ludovic Gavillet, Lucas Hudson, Colin Jean-Saunier y Dérya Kocaurlu, son cuatro estudiantes de una reconocida escuela de Arte y Diseño de Lyon (Francia) que han sabido llegar al corazón de pequeños y mayores. Los protagonistas son dos amigos totalmente diferentes que valoran la amistad por encima de todo, sabiendo reconocer los errores y aprendiendo de ellos.

MIEDO8. Miedo: El cuento de Graciela Beatriz Cabal cuenta cómo un niño vive diferentes situaciones de miedo: a la oscuridad, al ruido, a las personas bajitas, a las altas, etcétera, hasta que adopta un perros y se come todos sus miedos. Un historia de fortaleza para superar una difícil situación.

EL PUENTE9. El puente: Este corto enseña a trabajar en equipo. Un ciervo, un conejo, un oso y un mapache transmiten el mensaje de que en este mundo hay espacio para todos si colaboramos y ponemos de nuestra parte. Todo ocurre a la hora de cruzar un estrecho puente; el oso y el ciervo se enfrentan mientras que el conejo y el mapache se ayudan para salvar los obstáculos… Y lo consiguen.

MI LADO DE LA BUFANDA10. Mi lado de la bufanda: Carmen Parets es la autora de este cuento sobre la amistad de dos amigos, Héctor y Violeta. Enseña a los más pequeños el valor de la amistad verdadera a través de una bufanda que les une, a veces parece que les separa, otras les llena de amor y en ocasiones es como si les ahogara. Una metáfora sobre el valor de la amistad verdadera.

For the birds

11. For the birds: Cortometraje de animación de los estudios Pixar que se estrenó en 2000. La trama se desarrolla en un cable telefónico, donde 15 pájaros pequeños comienzan a burlarse de un pájaro de mayor tamaño.

Chicken or The Egg

12. Chicken or The Egg: Esta propuesta, con tintes románticos y un toque de humor, cuenta la historia de un cerdito al que le apasiona comer huevos. Pero un día se enamora de una gallina y tendrá que elegir, ¿el huevo o la gallina?

Empathise

13. EmpathiseApenas tiene una duración de dos minutos, pero resulta de especial interés para trabajar la empatía con los más pequeños y también concienciarles sobre el cuidado de los animales.

 

El poder de la empatía

14. El poder de la empatíaEs un cortometraje de la Doctora en Trabajo Social Brené Brown, que ha dedicado parte de su trayectoria profesional a estudiar el coraje, la vulnerabilidad o la vergüenza como algunas de las dificultades que impiden que las personas conecten y se comuniquen entre sí.

Los ojos de Lena

15. Los ojos de LenaLa protagonista de esta historia es Lena, una niña de corta edad que un día visita el zoo en compañía de su madre. Pero el zoo no es el lugar que ella había pensado que sería porque los animales no reciben el trato que deberían. Lena se siente mal y decide que tiene que cambiar las cosas.

Como complemento a este material, os proponemos que echéis un vistazo a la entrada¿Cómo trabajar la inteligencia emocional en Infantil? : en ella encontraréis mini-cuentos, actividades…; y a 55 cortometrajes para educar en valores,

Fuente: http://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/cortometrajes-para-trabajar-la-inteligencia-emocional-la-empatia/20196.html

Imagen: http://www.educaciontrespuntocero.com/wp-content/uploads/2014/10/recurso_3-300×212.jpg

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