México: Violencia sexual ataca en escuelas

México / 12 de noviembre de 2017 / Autor: Teresa Moreno / Fuente: El Universal

Cada día del último año fueron violadas 27 jóvenes de 15 años o más en el ámbito escolar, es decir, 9 mil 876 en los últimos 12 meses, una cada hora, según resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2016. El Inegi informó que 330 mil 629 mexicanas de 15 años o más han sufrido una violación o intento de este acto durante su trayectoria académica.

En lo que corresponde a hostigamiento y acoso por parte de autoridades en los colegios, 58 mil 997 adolescentes y jóvenes reportaron que en el último año tuvieron cuando menos un episodio en el que sus maestros les ofrecieron tener relaciones sexuales a cambio de mejorar sus calificaciones u obtener beneficios en la escuela.

Cuando dijeron que no, en 21 mil 575 sucesos sufrieron castigo o venganza por haberse rehusado, ante lo que las reprobaron, les bajaron su calificación o las expulsaron de la institución.

El Inegi recoge el reporte de que 65 mil 807 mujeres atravesaron por una situación de acoso u hostigamiento en el citado período; es decir, ocurre en promedio una vez cada ocho minutos.

Juan Martín Pérez García, director de la Red por los Derechos de la Infancia en México(Redim), explicó que el entorno escolar no se salva del machismo.

Argumentó que la violencia sexual en contra de ellas se sostiene en tres criterios: los hombres no tienen la capacidad de contener su deseo, las mujeres los provocan y todo acercamiento entre hombre y mujer puede tener una connotación sexual.

“Esto genera un escenario en el que se justifica la violencia y se responsabiliza a las víctimas. Hay que tener presente la relación de poder de los maestros con las alumnas, que puede depender de una calificación negativa el poder pasar o salir de ese periodo educativo. Hay hostigamiento por parte de los docente, [pero] no hay mecanismos de denuncia ni de protección y las víctimas, la mayoría mujeres, tienen pocas oportunidades para negarse”, dijo.

Nisaly Brito Ramírez, directora ejecutiva de la organización Commenta Diálogo de Saberes, que promueve el enfoque de derechos humanos y perspectiva de género, lamento que, por lo general, a las víctimas de acoso u hostigamiento no se les cree, puesto que existe una especie de complicidad con la violencia normalizada dentro del sistema de enseñanza en el país.

“La cultura machista no tiene lugar de excepción. Con los adolescentes de 15 a 18 años se juegan muchas condiciones de poder y la lógica que se teje entre alumna y maestro. El temor a futuro que genera un montón de ansiedad y permite que el sexo se vea como una oportunidad de ser recompensado con calificaciones o reconocimiento social. Existe complicidad dentro del sistema, porque cuando una víctima quiere denunciar a un maestro que es acosador, lo que pasa, por lo regular, es que nadie le cree”.

El Inegi divide la violencia sexual en el ámbito escolar en intimidación, acoso u hostigamiento, abuso y violación e intento de. Estos van desde piropos hasta agresiones graves.

De acuerdo con lo que las propias alumnas dijeron al Inegi, en este contexto fueron agredidas sexualmente una de cada 10 jóvenes y adolescentes en edad de cursar sus estudios en bachillerato o en la universidad.

Esto representa que 810 mil 793 mujeres de 15 años y más pasaron por este tipo de violencia sexual en el ámbito escolar en los últimos 12 meses y que 4.6 millones de mexicanas de ese mismo rango de edad han sido violentadas de diversas formas a lo largo de toda su vida académica.

Dentro de esa categoría general se encuentra el hostigamiento y acoso, así como la violación e intento de; sin embargo, no es lo único.

La encuesta contabiliza a 1.86 millones de jóvenes y adolescentes que fueron víctimas de abuso en este contexto cuando menos una vez a lo largo de su vida, de las cuales 207 mil 351 pasaron por un episodio en 2016.

Esto quiere decir que un hombre les mostró su pene o se masturbó frente a ellas, las obligó a observar escenas o actos sexuales o pornográficos como fotos, videos o películas. Además, las han manoseado, tocado, besado o se le han arrimado, recargado o encimado sin su consentimiento.

Esta categoría engloba agresiones como que las hayan hecho sentir miedo de ser atacadas o abusadas; las hayan acosado con comentarios considerados como “piropos” groseros u ofensivos, de tipo sexual o sobre su cuerpo; les hayan enviado mensajes o publicado comentarios a través de Facebook, Twitter y WhatsApp para insultarlas, ofenderlas o molestarlas con insinuaciones sexuales.

La encuesta no distingue si estos casos se dieron en escuelas e instituciones privadas o públicas. En el caso de las segundas, se considera que los profesores y autoridades escolares son funcionarios, mientras que los federalizados dependen de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

En agosto de 2016 se publicó el Protocolo para la prevención, atención y sanción del hostigamiento y acoso sexual para las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal.

Se define el acoso sexual como “una forma de violencia en la que hay un ejercicio abusivo de poder que conlleva a un estado de indefensión y de riesgo para la víctima. El hostigamiento es, según el Inegi, el “ejercicio de poder, en una relación de subordinación real de la víctima frente al agresor en los ámbitos laboral o escolar. Se expresa en conductas verbales, físicas o ambas, relacionadas con la sexualidad de connotación lasciva”.

Considera que ambas son conductas que no serán toleradas dentro del servicio público y que “los órganos internos de control [de cada dependencia del gobierno federal] fincarán las responsabilidades a las que haya lugar e impondrán, en su caso, las sanciones administrativas respectivas”.

El Código Penal federal considera penas que van desde multas para los hostigadores sexuales y destitución para los servidores públicos hasta 20 años de cárcel en caso de violación.

La UNAM tiene un Protocolo de Atención contra la Violencia de Género con sanciones para los integrantes de su comunidad que incurran en este tipo de agresiones. Los castigos que impone la máxima casa de estudios van desde rescisión de contrato, amonestación y pueden llegar hasta la expulsión.

Fuente de la Noticia:

http://www.eluniversal.com.mx/nacion/seguridad/violencia-sexual-ataca-en-escuelas

Comparte este contenido:

México: No deben estudiar, dicen a 2.6 millones de mujeres

México / 12 de noviembre de 2017 / Autor: Teresa Moreno / Fuente: El Universal

A 2 millones 562 mil estudiantes de 15 años o más les han dicho que ellas no tendrían por qué ir a la escuela

En el país, 2 millones 562 mil estudiantes de 15 años o más, a lo largo de su trayectoria escolar, han tenido que escuchar que sus compañeros o maestros les digan que las mujeres no deberían estudiar, revela la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2016.

En los últimos 12 meses fueron 288 mil 577 las jóvenes que dijeron haber recibido ese insulto en el ámbito escolar, lo que quiere decir que en todo el país, una vez cada 1.8 minutos un maestro, maestra o compañero de clase le dijo a una alumna que las mujeres no deberían estudiar.

Según la encuesta que realizó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 4 millones 469 mil 129 jóvenes en ese rango de edad reportaron que han pasado por incidentes de violencia emocional en el ámbito escolar a lo largo de su vida, que el instituto define como degradación o acoso emocional e intimidación y acecho que sufren por el hecho de ser mujeres.

Dentro de estas categorías se encuentran las ofensas o humillaciones que reciben las mujeres por el hecho de serlo, que han sufrido 1 millón 617 mil alumnas a lo largo de su trayectoria académica.

Dijeron haber sido ignoradas o no haber sido tomadas en cuenta por ser mujeres un millón 375 mil alumnas en toda su vida, mientras que 2 millones 562 mil han escuchado que las mujeres no deberían estudiar. Aunado a eso, un millón 175 mil alumnas dijeron haber sido vigiladas o seguidas al salir de la escuela en algún momento de sus vidas.

Del total de agredidas, 91.3% no denunció ni pidió ayuda porque no se sintieron afectadas (49%), se sintieron avergonzadas (9.8%) o tuvieron miedo (11%), mientras que 9.7% pensó que las iban a culpar o porque “son las costumbres” (10.3%).

Sin cambios

Para Ana Lau Jaiven, investigadora del Departamento de Política y Cultura de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Xochimilco, los resultados de esta encuesta demuestran que a pesar del trabajo que se ha venido realizando por la igualdad de género, la mentalidad de los mexicanos no ha cambiado. Al igual que los feminicidios, el hecho de que a las mujeres les digan que no deben estudiar, demuestra que en el país no valen “nada”, puesto que se limita su derecho a la educación.

“No ha cambiado la mentalidad, por lo visto seguimos igual. Me tiene impactada. Si te fijas que por cuestiones de género matan a siete mujeres todos los días, esto quiere decir que las mujeres seguimos sin valer nada, que no tenemos derecho a la educación, mejor que nos quedemos barriendo en la casa. Es muy grave que en el siglo XXI siga ocurriendo esto, cuando desde la década de 1960 ha aumentado el número de mujeres en las universidades”, dijo.

Los agresores

Según la Endireh los que más violentan a las mujeres en el entorno escolar son los compañeros varones, con 38.5%; le siguen los maestros varones, con 19.4% de reportes por haber ejercido violencia emocional; después personas desconocidas de la escuela, con 16.3%; siguen las compañeras mujeres, con 8.4%; “otras” personas de la escuela, 7.4% de los casos; las maestras, con 4.6%; trabajadores de la escuela, 2.7%, y el director, en 2% de los reportes.

Mientras que los lugares donde se cometieron estas agresiones son, por orden: la escuela, algún lugar público cerca del plantel escolar, un lugar público lejos del mismo, el transporte, casas particulares y otros.

Son cinco las entidades que reúnen el mayor número de reportes en la materia, por orden en cuanto a la proporción de alumnas que sufrieron un episodio de violencia emocional con respecto a la cantidad de alumnas en su sistema educativo: Querétaro, Jalisco, Aguascalientes, Ciudad de México y Oaxaca.

Machismo inadvertido

La coordinadora del programa de Asuntos de Género en la Universidad Iberoamericana, Elvia González del Pliego, consideró que esta clase de violencia revela un “machismo muy fuerte” que ha pasado inadvertido por las personas que lo ejercen. La violencia se ha generalizado, asegura.

Una respuesta podría ser que las autoridades educativas creen protocolos de atención a la violencia de género e implementen sistemas eficaces de denuncia para las estudiantes.

“En este sistema, la violencia machista está justificada, la misoginia se ve como algo común y, al mismo tiempo, se ve como algo que ‘así es’. Tiene que haber acciones con el profesorado, el alumnado y el personal administrativo. Tiene que haber acciones, un protocolo de atención en las escuelas a la violencia contra las mujeres, y un lugar donde se denuncie”, señaló.

La violencia ejercida en el entorno escolar es especialmente dañina, porque las alumnas pueden llegar a pensar que no tienen la capacidad para estudiar o pueden llegar a dudar de sí mismas.

“Que alguien te humille o te diga que no puedes estudiar, si lo vas escuchando desde la infancia, te hace creer que es cierto, te hace dudar de tus capacidades y genera muchísima confusión e incertidumbre. Es violencia sicológica y emocional porque atenta contra tus emociones, tus sentimientos y tus capacidades, contra tu autoestima”, señaló.

En el tema de violencia física, el Inegi encontró que 7 millones 160 mil jóvenes y adolescentes han sufrido cuando menos un episodio a lo largo de su vida.

Para Verónica Pérez García, investigadora especializada en temas de educación y género de la organización Commenta Diálogos de Saberes, existe un doble discurso en la sociedad, puesto que por un lado se promueve públicamente que las mujeres participen y se inserten cada vez más en la actividad económica y académica del país, mientras que, por el otro lado, se normaliza la violencia de manera que ser mujer en el espacio público se convierte en una acción “crítica y cruda”.

“Hay una doble conducta: la institucional y una realidad que se sigue acentuando e implica la violencia en contra de cualquier mujer que quiera participar o se quiera involucrar y se siente señalada. Hay un traslado de lo que pasa en la sociedad con lo que pasa en la escuela. En gran medida somos esa transferencia y hay niveles de violencia que se ejercen cotidianamente con frases como ‘calladita te ves más bonita’ o el ‘estás en tus días’”, comentó Pérez García.

Fuente:

http://www.eluniversal.com.mx/nacion/sociedad/no-deben-estudiar-dicen-26-millones-de-mujeres

Comparte este contenido: