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Gerencia proactiva: una óptica del hacer para la pertinencia de la universidad actual

Autor: Darvin Antonio Vegas Contreras

Odontólogo, Profesor Universitario

Magíster en Gerencia de Salud Pública

Participante del doctorado en ciencias administrativas de la UNERG

Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales Rómulo Gallegos

Correo electrónico: darvinantoniov@gmail.com

 

RESUMEN

La investigación titulada gerencia proactiva: una óptica del hacer para la pertinencia de la universidad actual, tuvo como propósito develar los referentes epistémicos que suponen la configuración de la gerencia proactiva en el contexto de la pertinencia de la universidad actual. Paradigmáticamente, se basó en la postura postpositivista de la ciencia con enfoque cualitativo y método hermenéutico, tomando como orientación de abordaje la propuesta metodológica de Habermas. Se tomó como escenario el Área de Odontología de la Unerg, siendo los informantes tres docentes con función directiva. Para la aprehensión de la información se utilizó la entrevista en profundidad a través de libreta de anotación. La información obtenida fue procesada por medio de la técnica de categorización, estructuración, contrastación y síntesis conceptual. Los hallazgos permitieron inducir que es valiosa la esencia de la actividad académica para lograr cambios sustanciales a partir de la transferencia de conocimientos, ciencia y tecnología para solventar los problemas social. Se capta que la intencionalidad del común académico no rema en la misma dirección y el detrás del accionar gerencial acontecen saberes, intenciones y propósitos que no contribuyen con la concierto de la universidad en la comunidad en un vínculo indisoluble, sustanciado en principios y valores de compromiso manifiestos en el eje universidad – comunidad.  Se concluyó que la gerencia proactiva universitaria debe examinar el piso que fundamenta el desarrollo de su accionar al articular las funciones de docencia, investigación y extensión, toda vez que la filosofía de gestión debe implicar a los actores de la vida universitaria a través de su participación en la concreción de metas de intervención y vínculos con la realidad comunitaria.

Palabras clave: gerencia proactiva, pertinencia social, universidad.

 

PROACTIVE MANAGEMENT: AN OPTICS OF DOING FOR THE RELEVANCE OF THE CURRENT UNIVERSITY

 

SUMMARY

 The purpose of the research entitled proactive management: a perspective of doing for the relevance of the current university, was to reveal the epistemic references that imply the configuration of proactive management in the context of the relevance of the current university. Paradigmatically, it was based on the postpositivist position of science with a qualitative approach and hermeneutic method, taking Habermas’s methodological proposal as its approach. The Unerg Dentistry Area was taken as the setting, with the informants being three teachers with a managerial function. To capture the information, an in-depth interview was used through a notebook. The information obtained was processed through the technique of categorization, structuring, contrasting and conceptual synthesis. The findings allowed us to conclude that the essence of academic activity is valuable to achieve substantial changes from the transfer of knowledge, science and technology to solve social problems. It is understood that the intentionality of the common academic does not row in the same direction and behind the managerial action there are knowledge, intentions and purposes that do not contribute to the concert of the university in the community in an indissoluble bond, substantiated by principles and values ​​of commitment. manifestos in the university-community axis. It was concluded that proactive university management must examine the basis that bases the development of its actions by articulating the functions of teaching, research and extension, since the management philosophy must involve the actors of university life through their participation. in the realization of intervention goals and links with community reality.

Keywords: proactive management, social relevance, university.

 

Introducción

Hoy, constituye un verdadero desafío llevar a cabo acciones encaminadas a afrontar los constantes cambios que se manifiestan en las organizaciones del siglo XXI, productos de los variadas transformaciones sociales que se generan en el devenir de la sociedad, y que paralelamente han desarrollado nuevos retos en el campo de las ciencias sociales y gerenciales. Desde esta mirada las acciones que se desarrollan en las organizaciones deben afrontar permanentes orientaciones hacia el cumplimiento de los objetivos organizacionales, y al mismo tiempo, mantenerse como estructuras sociales competitivas y con visión de éxito.

Es así como las universidades en el devenir de la sociedad también se han ido trasladando en un carácter más social, a los fines de fortalecer bajo un criterio responsable su accionar a través de la docencia,, investigación y extensión. A las ideas antes expuestas, se asocia la práctica de conceptos como el de la responsabilidad, la cual  etimológicamente deriva del latín “responder”, sin embargo, el Diccionario de la Real Academia Española (2014),  contempla cuatro acepciones del término responsabilidad:

  • Cualidad de responsable; 2) deuda, obligación de reparar y satisfacer, por sí o por otra persona, a consecuencia de un delito, de una culpa o de otra causa legal; 3) cargo u obligación moral que resulta para alguien del posible yerro en cosa o asunto determinado; y, 4) capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente.

 

En la perspectiva que aquí se adopta, las diversas concepciones vistas para el término describen aspectos relacionados a la idea del deber, del compromiso legal o moral que, a su vez, indirectamente se dirigen hacia otros ámbitos. La responsabilidad en un sentido más amplio o visto desde otra óptica plantea la obligación que debe existir entre las partes para el cumplimiento de una o diversas relaciones o funciones. Desde este ángulo, se puede manifestar la responsabilidad pero en lo que representa la acción gerencial en el contexto de las universidades.

Así pues, la responsabilidad social universitaria beneficia a la comunidad estudiantil en el proceso de comprender que su existencia está estrechamente ligada con la prosperidad de otros, con el mundo externo y político que está alrededor de ellos. Hacen una diferencia en la vida diaria apoyado por sus opiniones y valores, enriqueciendo nuestras vidas en las diversas culturas y razas. En este sentido, las comunidades  van construyendo y desarrollando un sentido de responsabilidad social, demandando destrezas sociales tales como comunicación, cooperación, manejo de conflictos y toma de perspectiva.

Al respecto, Rivero y Goyo (2012) manifiestan que “las universidades tienen la responsabilidad de crear y colocar a disposición de la sociedad saberes pertinentes, para estar así a la vanguardia en el tratamiento de los temas políticos y sociales desde la perspectiva de una institución con una gerencia ética responsable” (p.7). En este sentido, se considera que la gerencia universitaria debe enfatizar una gestión del conocimiento oportuna y pertinente con el fin de ponerlo al servicio de la colectividad;  gerencia universitaria como gerencia de servicios, ética y responsable con todos sus grupos de interés.

Por ello, la universidad tiene una repercusión social importante y, por lo tanto, si se integrara de manera decidida el concepto en su gestión y en todas sus áreas de actuación, dicha acción contribuiría a su consolidación en el resto de la sociedad. Las instituciones de educación universitaria en todo el mundo han comenzado a adoptar los temas de sostenibilidad comprometiendo sus facultades, escuelas, programas y comunidades en estos esfuerzos, dando lugar al desarrollo de la integridad y valores éticos en las organizaciones y en sus relaciones con los stakeholders. Dentro del ámbito universitario, los stakeholders tienen un papel importante desde el punto de vista de la investigación y su potencial educativo en el desarrollo de las economías nacionales e internacionales.

Por lo tanto, es necesario desarrollar el concepto de los stakeholders desde el punto de vista de las universidades (Tetrevová y Sabolová, 2010). De allí, que existe la necesidad de realizar un estudio de la integración de la responsabilidad social, como nuevo sistema de gestión de las organizaciones específicamente para las universidades, y formalizar una evaluación del comportamiento social y responsable que permitirá instituir sistemas más transparentes para las instituciones universitarias.

En España, el ochenta y cinco por ciento del presupuesto de la universidad pública se financia a través del Estado. Por lo tanto, parece evidente que tanto la comunidad universitaria como la sociedad en general, tienen derecho a conocer más a fondo el modo en que se utilizan los recursos públicos destinados a la universidad y cuáles son los resultados económicos y sociales que se están obteniendo.

En este orden de ideas, la gerencia universitaria proactiva pareciera requerir de  habilidades para responder a los desafíos señalados anteriormente, con decisiones que conduzcan a potenciar en las comunidades académicas sus capacidades, habilidades y recursos, para lograr desempeños superiores que las lleven a la sostenibilidad. De igual manera, la gerencia universitaria no puede perder de vista la necesidad de integración de las dimensiones: investigación, docencia y extensión, por un lado, y por el otro, a sus grupos de interés, en el marco de la denominada autonomía universitaria.

En este contexto, las universidades deben estar en capacidad de fomentar los medios o mecanismos que sirvan de canales de comunicación para que los grupos de interés puedan a su vez ser capaces de exponer y manifestar sus expectativas y requerimientos; de esta forma se captarán sus necesidades y se podrá evaluar en qué grado han sido satisfechas por la institución.

A la luz de lo precitado, se establece como inquietud investigativa la que se enuncia a continuación: ¿Qué referentes epistémicos suponen la configuración de la gerencia proactiva en el contexto de la pertinencia de la universidad actual?

Teleológicamente, la investigación para dar respuesta a la inquietud presentada, ha fijado como propósito: Develar los referentes epistémicos que suponen la configuración de la gerencia proactiva en el contexto de la pertinencia de la universidad actual.

Consideraciones Conceptuales

Gerencia

La gerencia se refiere a las articulaciones administrativas y directivas de las organizaciones, que efectúan actividades de planificación, dirección y control, a objeto de utilizar sus recursos con la finalidad de alcanzar objetivos comúnmente relacionados con beneficios económicos y sociales.

Harman, citado por Kliksberg (1994), denota que la gerencia se entendía tradicionalmente como la dirección de recursos humanos, materiales y financieros hacia determinados objetivos. Hoy correspondería traducir totalmente el concepto. Gerenciar no es sólo dirección hacia determinados objetivos, sino que es facilitar las condiciones para que los recursos humanos de la organización respondan individual y creativamente a un medio que requiere adaptaciones permanentes, es facilitar espacios de creación colectiva y permanente.

En tal sentido, adquiere fuerza la concepción del capital humano e intelectual, que a través de su talento, logra enfrentar situaciones de dificultad, incertidumbre, cambio y competencia, gracias a la dirección, no de un gerente directo, sino de las propias intuiciones, experiencias pasadas y habilidades para recolectar, crear, recrear y aplicar nuevos conocimientos. Esto se debe, de acuerdo a Lira (2005), al hecho de que:

La gestión de la innovación; así como las organizaciones en general, públicas y privadas, ameritan un continuo análisis y seguimiento de las variables del contexto externo que le impactan. En este sentido, cabe destacar que la gente es la que hace la innovación y de allí que su gestión y dirección juegan un rol clave. Los profesionales de las relaciones industriales y de recursos humanos, más que nunca, necesitan conocer la manera de llegar a entender y comprender la complejidad de lo que significa lo externo y su impacto…lo que se presencia es la perfecta invitación a conocer y a posicionarse como agentes de cambio en la instalación de la creatividad e innovación sin descuidar en ningún momento, el impacto del contexto externo…Sin embargo, desde la perspectiva de la gestión de recursos humanos  o en su más actualizada tendencia: capital humano, gestión humana o del talento, es mucho el camino por recorrer. En este sentido, lo que se tiene por delante son retos, entendimiento y ejecución de prácticas de gestión de talentos que apoyen los procesos de creatividad e innovación en las organizaciones (pp. 1-3)

De esta manera, la creatividad y la innovación son claves, en el proceso que implica hacer gerencia, sumando estos ingredientes a conceptos más clásicos que se basan exclusivamente al manejo de recursos, llegando hasta lo que Kliksberg (ob. cit.), plantea como diferenciarse de un modo significativo, como un recurso estratégico, no generalizado. Es tratar de lograr la meta prevista mediante la aglutinación del esfuerzo colectivo, lo cual sin duda denota las características de las sociedades humanas.

Aunado a lo precedente, para Koontz (1998), la gerencia es el arte de relacionar todas las facturas del manejo de una organización en busca de una mayor competencia. Cada caso lleva implícita una convicción de que la gerencia es un vasto campo cognoscitivo, que consiste en actividades que tienen como finalidad el manejo eficaz de las organizaciones, el uso inteligente de la técnica, la preparación adecuada de la gente y el logro de la excelencia organizacional.

Gerenciar en la actualidad, implica interrogantes muy particulares, ligadas a las características y objetivos de las organizaciones. El entorno en el que se desarrolla, es un entorno global que se encuentra en proceso acelerado de transformación constante y que incide en los parámetros en los que se mueve cualquier tipo de administración.

Estas transformaciones afectan los planos económicos, políticos, tecnológicos. Los cambios de velocidad acelerada, así como la mayor profundidad de sus implicaciones, se presentan como el resultado de lo que se denomina complejidad. Por otra parte, un signo fundamental de ésta es la incertidumbre misma. En situaciones donde todo cambia permanentemente, la recomendación elemental es maximizar la flexibilidad de la organización, dotándola con las mejores condiciones de adaptabilidad. Si se pone el énfasis en estructuras fijas, permanentes, rígidas, se está yendo en el sentido opuesto a lo conveniente para la propia supervivencia.

Un modelo gerencial complementario, es necesariamente exclusivo con respecto a uno basado en la planificación estratégica, puesto que la segunda, a decir de Castellano (2004), consiste en el mantenimiento y determinación de la propia organización con el entorno, a través de la determinación de objetivos y el esfuerzo sistemático para su consecución.

De acuerdo a la definición aportada por Romero (2003), la gerencia estratégica puede definirse como la formulación, ejecución y evaluación de funciones que admitan a una organización logre sus objetivos. La formulación de las estrategias incluye la identificación de debilidades y fortalezas internas de una organización, la determinación de las oportunidades y amenazas externas de una empresa, el establecimiento de misiones de la compañía, la fijación de objetivos, el desarrollo de estrategias alternativas, y la disposición de cuáles distinguir.

Es un proceso apasionante que permite a una organización se preactiva en vez de reactiva en la formulación de su presente. El proceso de gerencia estratégica se puede describir como un enfoque objetivo y sistemático para la toma de decisiones en una organización…, se trata más bien de organizar información cualitativa y cuantitativa, de tal manera que permita la toma de decisiones efectivas en circunstancias de incertidumbre.

Parece evidente, que existen diversos factores que identifican el modelo gerencial estratégico a las tendencias holísticas, puesto que en ambos casos, de lo que se trata es de observar con atención los diferentes factores que componen tanto a la realidad como a los actores del proceso, a fin de recoger la información necesaria, que permita prever el futuro, y establecer alternativas de respuesta adecuada a las condiciones del contexto y las necesidades de los involucrados.

Ahora bien al hablar de gerencia educativa, se considera importante acotar que actualmente la institución en cuestión, participa de las contradicciones de inicio del nuevo milenio. Por un lado, la sociedad está en todo los cambios trascendentes y apresurados presentados por el desarrollo de la tecnología digital, la cual está transformando muchos aspectos de la vida de la gente.

Las personas tienen la libertad de adoptar diversos estilos de vida, pero también la responsabilidad de dar forma a sus propios destinos. Sin embargo, los acontecimientos que ofrece la educación están favorables para todos. Más bien, los procesos de mundialización o globalización económica parecen ahondar las diferencias.

En consecuencia, la gerencia educativa enfrenta retos y desafíos en cuyo desempeño está el futuro no sólo de los educandos, sino de la sociedad en general. En este propósito, el arte de administrar o gerenciar según el autor citado, es una acción de dirigir a una empresa a la consecución de beneficios de la organización, por medio de un ambiente propicio, establecimiento de objetivos y metas, delegando la autoridad y la toma de decisiones, para conducir al éxito a la misma. Asimismo, Etchevame, citado por Guédez (2005), plantea que la gerencia en una institución es esencia. El concepto de gerencia implica o contiene en sí mismo, la necesidad de mejora del servicio que la organización presta a la comunidad y de realizar con calidad el propósito para el cual fue constituida.

Pertinencia Social de la Universidad

La pertinencia social se trata como una forma ética que toda institución  u organización debe poseer como visión. A partir de sus orígenes las organizaciones, han atendido y desarrollado la idea, pero la deliberación acerca de la pertinencia social recién empieza a tener lugar en el ámbito universitario. En atención a las universidades se hallan inmersas en la sociedad, en correspondencia dinámica con ésta, existe una reciprocidad permanente y alterna, y desde la demanda el cumplimiento de una función social. Es así como, la  universidad actual no centra sus actividades sólo a la práctica académica,  sino que su rol socialmente responsable se manifiesta en un conjunto de esfuerzos grupales, que condicionan la gestión de organización misma, de la  formación académica, de la producción del saber y de la participación, dirigida al desarrollo humano. Para Vallaesys. (2018)

La pertinencia así como la responsabilidad social se materializan  cuando una organización toma conciencia de sí misma, de su entorno, y de su papel en su entorno. Presupone la superación de un enfoque egocéntrico. Además, esta conciencia organizacional trata de ser global e integral (incluye tanto a las personas como al ecosistema, tanto a los trabajadores como a los clientes) y, a la vez, «contagiarse» en todas las partes de la organización (todas las personas de la organización deben  poder acceder a ese nivel de conciencia). (p.2)

En este sentido, se ubica la relación que las personas mantengan en su entorno determinan en cierta medida su conducta dentro de un medio repleto de relaciones entre las personas, en el seno de grupos sociales. Los comportamientos, ideas y sentimientos de los seres humanos no son entonces únicamente el producto de su naturaleza biológica, sino el resultado de  un constante devenir que se repite en cada generación, y por lo tanto la sociedad se garantiza a sí misma su conservación en el tiempo.

Así, las instituciones de educación universitaria, como organizaciones sociales con fines educativos, cuentan con un personal, un potencial transformador y protagonistas de las acciones que desarrollan en ellas,  capaces de abordar las distintas competencias a su cargo, para formar profesionales exitosos, sin dejar de alimentar la idea de la responsabilidad social como una estrategia válida para el modelo de construcción sostenible y justo que requiere la sociedad actual. Desde este punto de vista Garza (2007) define la Responsabilidad Social Universitaria así:

La responsabilidad social universitaria es una política de gestión de la calidad ética de la Universidad que busca alinear sus cuatro procesos (gestión, docencia, investigación, extensión) con la misión universitaria, sus valores y compromiso social, mediante el logro de la congruencia institucional, la transparencia y la participación dialógica de toda la comunidad universitaria (autoridades, estudiantes, docentes, administrativos) con los múltiples actores sociales interesados en el buen desempeño universitario y necesitados de él, para la transformación efectiva de la sociedad hacia la solución de sus problemas de exclusión, inequidad, y sostenibilidad. (p.11)

En este sentido, el autor, se refiere a la gestión global que tiene la universidad en su totalidad, para llevar todos los compromisos dentro de la ética, y ser garantes de una acción social que contribuya tanto a quienes pertenecen a ella como a los actores externos. Por todo ello, la congruencia institucional se logra a través del trabajo mancomunado de los cuatro procesos universitarios con la misión y el compromiso, de tal manera que, los efectos directos se realicen y se puedan reforzar practicando el control permanente.

Es necesario en tal sentido, involucrar a los representantes de la comunidad universitaria en una autoevaluación y con ella, un auto-diagnóstico permanente de la dinámica institucional, con herramientas adaptadas para garantizar la transparencia, la participación, y el perfeccionamiento continuo de la universidad hacia su responsabilidad social, haciéndola cada día más humano y más sostenible. Siguiendo en la misma línea de pensamiento, es preciso revisar también, la acción docente, para darse cuenta si está contribuyendo a la formación de verdaderos  líderes proactivos, participativos y protagónicos.

Si bien es cierto que la concepción de la responsabilidad tiene su origen en las empresas, no es menos cierto, que sus intenciones han arropado ya los intereses de la universidad en búsqueda de esa relación con la sociedad que permita enriquecer el trabajo institucional y el logro de objetivos bidireccionales que igualmente satisfagan necesidades de la comunidad.

Para el acercamiento al tema, sería interesante comprender el concepto desde varios enfoques. Vallaeys (ob.cit.), define como, “una Gerencia ética e inteligente de los impactos que genera la organización en su entorno humano, social, económico y natural,”. (p. 3). Ante todo, el hecho de gerenciar los impactos de la organización en su entorno, comprometida a minimizar sus impactos negativos y a maximizar sus impactos positivos, trabajando para dar un servicio cada vez mejor a todos, en diálogo con las partes interesadas. Gerencia inteligente, donde la gestión responsable de los impactos de la organización, deben de retornar en beneficios para la organización. Al ser socialmente responsable, la organización se desarrolla mejor en su  entorno.

La universidad como parte integrante de la sociedad comparte estos enfoques y retos y tiene que ser ella, desde el lugar privilegiado que ocupa, la que ha de plantear y ayudar a la resolución de los problemas sociales mediante el estrecho diálogo y cooperación con las demás entidades sociales, económicas, culturales y políticas.

Por su parte, Beraza y Rodríguez (2007) destacan que durante el pasado siglo, y sobre todo en los últimos 35 años, ha surgido un nuevo modelo de universidad que algunos llaman “emprendedora” que aunque la misma mantiene características del modelo anterior, como la libertad académica y el compromiso en la búsqueda del conocimiento, presenta claras  diferencias las cuales exponen:

  • Tiene una menor autonomía institucional y está más implicada en servir a la comunidad.
  • Está más preparada para llevar a cabo una enseñanza e investigación que dé lugar a un conocimiento aplicable a la solución de todo tipo de problemas y comprometida con la inserción laboral de sus egresados.
  • Está menos alejada de la sociedad y más abierta a considerar lo que la sociedad demanda de la universidad (p..49)

No obstante, para Castañeda y Ruiz  (2007) el quehacer universitario ha estado centrado en el aprender a conocer y hacer, descuidándose los otros dos pilares fundamentales que rigen la educación de este siglo y que constituyen la base del cooperativismo, expresado de otro modo: el aprender a ser y convivir. Asimismo expresa el autor (ob.cit) que debemos formar y formarnos en y para la responsabilidad social,  y es allí donde la Educación Superior juega un rol protagónico: “una educación orientada por el amor hacia la humanidad y movida por la sabiduría” (UNESCO, ob.cit. p. 23).

Es necesario por tanto, sustentar la praxis universitaria en el concepto de responsabilidad social, apoyada ésta en valores de solidaridad y convivencia con las experiencias y talentos de sus actores formando parte de la gestión social de la universidad.

La institución universitaria, como organización social, tradicionalmente trata de dar respuesta a la sociedad según sus necesidades y expectativas, más aún en este marco de cambios, se reconsidera el papel de la Universidad, su rol social y ético en el contexto de lo que se ha denominado Responsabilidad Social Universitaria, definida por Vallaeys (ob.cit.), como:

una política de gestión de la calidad ética de la Universidad que busca alinear sus cuatro procesos (gestión, docencia, investigación, extensión) con la misión universitaria, sus valores y compromiso social, mediante el logro de la congruencia institucional, la transparencia y la participación dialógica de toda la comunidad universitaria (autoridades, estudiantes, docentes, administrativos) con los múltiples actores sociales interesados en el buen desempeño universitario y necesitados de él, para la transformación efectiva de la sociedad hacia la solución de sus problemas de exclusión, inequidad, y sostenibilidad (p.11)

Tal apreciación permite destacar la necesidad que existe de repensar la educación universitaria y con ello la manera en que se conciben los procesos que forman parte de su gestión, es necesario afrontar los retos de cara a la realidad que nos caracteriza y construir así una sociedad distinta, que permita una dialógica de la comprensión, la solidaridad humana y la responsabilidad colectiva. Por su parte, Saavedra (2009) define la responsabilidad social universitaria como:

…política de gestión de la calidad ética de la Universidad. Dicha política toma en consideración la misión universitaria, sus valores y el compromiso social mediante la transparencia y la participación de toda la comunidad universitaria y los múltiples actores sociales interesados en el buen desempeño universitario

En este sentido, la universidad debe atender  la falta de pertinencia social de algunas decisiones tomadas desde su gestión. Así, se considera que mientras  las universidades hagan bien aquello que constituye su misión fundamental —realizar las funciones especializadas del conocimiento y la cultura de una sociedad—, continuarán existiendo indefinidamente.

Aun cuando existan cambios en las formas de su actividad y las disciplinas que cultivan, las mismas deben ser capaces de adaptarse a esos y otros cambios previsibles, pues de lo contrario corren el riesgo de desaparecer, sin embargo, ni aun así, según el autor, nada cambiará las funciones esenciales de la institución. Al respecto, Sánchez (2011) refiere:

Las tareas propias de la universidad están directamente relacionadas con el desarrollo de la comunidad y su prosperidad para el mejoramiento de la calidad de vida de sus integrantes, el respeto por el otro, la tolerancia, la cooperación, el trabajo solidario y en equipo, el desarrollo del espíritu de confianza, la pluralidad y el diálogo, el cumplimiento de las promesas y la lealtad

Asimismo, Castañeda y Otros (ob.cit.) exponen:

…la Universidad tiene que construir país, a la sociedad, concertando con las partes involucradas, las internas y las externas, bajo la idea de responsabilidad como compromiso, identificando y comprendiendo los efectos de sus acciones, la noción de impactos; compromiso para concertar y responder con las partes interesadas, el diálogo; compromiso para rendir cuenta de las decisiones, la transparencia de las acciones y dar respuestas a los problemas que se presentan  en la sociedad, cumpliendo con lo declarado y pactado en su misión y visión.. (p.115)

El rol que desempeñan por tanto, las universidades en su entorno estará determinado en gran medida por los valores que fundamentan su gestión, por su capacidad de respuesta y participación social así como también el nivel  adquirido en un proceso de contribución a la mejora y transformación del entorno.

La Universidad como sistema social

Para Maturana (1995) “el ser humano individual es social, y el ser humano social es individual” (p.4), basando sus concepciones en condiciones que le brinda su teoría de la organización autopoiética de los sistemas biológicos. Para este autor los seres humanos somos sistemas determinados por estructuras y todo lo que en nosotros ocurre es resultado de nuestra propia dinámica – reflejada en la producción y recambio de  los propios componentes y  a lo que define como autopoiesis de los seres vivos – así como también de las interacciones con el medio

En opinión del autor  precitado “algo permanece, es decir, algo mantiene su identidad, cualesquiera sean sus cambios estructurales, sólo mientras la organización que define su identidad no cambia”, por esto un ser vivo permanece vivo mientras su estructura, cualesquiera sean sus cambios, realiza su organización autopoiética, y muere si en sus cambios estructurales no se conserva esta organización.

Desde este punto de vista la universidad como institución educativa puede asumirse como una organización autopoiética con una identidad claramente definida y con una  estructura organizativa y académica que le permite guiar una dinámica funcional de interacciones cooperativas  hacia unos objetivos definidos

Maturana (ob.cit) introduce dentro del tema social, el concepto de adaptación como el modo en que el ser vivo mantiene la congruencia estructural con el medio y conserva su organización. Partiendo de acá, el autor describe el sistema social basándose en la conducta y participación que mantienen los seres vivos a través de interacciones donde conservan su organización y adaptación. Las características de interacción entre una y otra será lo que permita distinguirlas.

En un sistema social, según el autor, “debe darse la recurrencia en las interacciones que resultan en la coordinación conductual de sus miembros, es decir, debe darse la recurrencia de interacciones cooperativas”. Es necesario reconocer así que la universidad como un sistema social que amerita la cooperación entre todos los miembros por el desarrollo y logro de los objetivos planteados.

Para  Maturana (ob.cit) “En la medida que es la conducta individual de sus miembros lo que define un sistema social como una sociedad particular, las características de una sociedad sólo pueden cambiar si cambia la conducta de sus miembros” (p.9).

Tal  premisa destaca la importancia de asumir la realidad educativa universitaria desde la consideración de todos sus procesos, elementos y componentes como parte esencial de esa respuesta autopoiética que se espera del sistema universitario, asumiendo para ello  los cambios de conducta, conciencia, reflexión y posición necesarios ante  la gestión social que se lleva como universidad, que permitan afianzar la identidad como universidad,  integrar esfuerzos y fortalecer acciones como organización en pro de mejorar las interacciones internas y externas y poder dar respuestas eficaces al escenario social que lo exige.

Cultura Organizacional

La cultura según Grandio (1996) “es el conjunto de valores, creencias, actitudes respecto al mundo y la sociedad que provocan distintos modos de vida”, también lo destaca “el conjunto de representaciones simbólicas de la realidad social relativas a un contexto”

Para Robbins (1991) la cultura transmite un sentido de identidad a los miembros de la organización, facilita la generación de un compromiso, más grande que el interés personal de un individuo, incrementa la estabilidad del sistema social y sirve como un mecanismo de control que guía y moldea las actitudes y el comportamiento de los empleados (p.144)

Es a través de la cultura organizacional que se ilumina y se racionaliza el compromiso del individuo con respecto a la organización. Las organizaciones se crean continuamente con lo que sus miembros perciben del mundo y con lo que sucede dentro de la organización

En las funciones de una cultura organizativa para Schein (1985), existen dos ejes fundamentales: la supervivenciay adaptación en el medio que la rodea por un lado, y la integraciónde sus procesos internos al objeto de afianzar su capacidad de supervivencia y adaptación por otro.

Las cuestiones externas para el autor, tienen que ver con la definición que el líder y el grupo dan a su entorno y la manera en cómo entienden el sobrevivir en el mismo. Las internas con la definición del líder y el grupo sobre la forma de organizar las relaciones entre los miembros del grupo, de modo que se pueda lograr sobrevivir en el entorno definido a través de un rendimiento efectivo y la creación de bienestar interno

Para hacer frente a las cuestiones externas, para determinar el modo en que se forma la adaptación externa y cómo se mantiene ésta, Schein considera que la organización debe acotar cuál va a ser su sistema de integración interno y en ello juega un papel importante aspectos como el lenguaje común, criterios para la inclusión y exclusión, ideologías, etc.

Este autor al considerar cómo se forma la cultura parte de tres modelos teóricos:

  • La Teoría Sociodinámica referida al enfoque de la interacción entre los miembros del grupo cuando éste empieza a formarse y las necesidades sociales que cada uno de sus miembros intenta satisfacer, las cuales actúan como poderosas fuentes dinámicas
  • Teoría del Liderazgo: el líder es el que es capaz de crear un sentido de realidad compartida. El estilo cultural de una empresa viene determinado por las presunciones de los líderes, las relaciones de autoridad que se forman en el grupo, y la manera en que los líderes y los miembros se conducen a nivel emocional (Schein, obr.cit).
  • Teoría del Aprendizaje: con el refuerzo positivo y refuerzo negativo como mecanismos del aprendizaje individual, Schein refiere la cultura a un aprendizaje grupal donde el proceso supone una definición compartida del problema y el reconocimiento compartido de que algo que se ha inventado

Partiendo de que la cultura de una organización es el reflejo del equilibrio dinámico que se produce entre los subsistemas que lo componen, Guédez (1996: 59) plantea  como parte de ellos:

  • El Subsistema filosófico vinculado con lamisión, visión y valores de una organización,
  • El subsistema actitudinal, vinculado a los comportamientos, sentimientos, relaciones y comunicaciones, sentido de trabajo y responsabilidades, inclinación participativa, lealtad e involucración afectiva

La misión según Franklin (2004) “sirve a la organización como guía o marco de referencia para orientar sus acciones y enlazar lo deseado con lo posible” (p.177), mientras que una visión exitosa, según Jackson (ob.cit.), la constituyen grupos de individuos comprometidos con la organización y que están dispuestos a proporcionar todo su potencial para el logro de los objetivos propuestos

Partiendo de estos aspectos queda claro que para desarrollar una verdadera cultura organizacional será necesario considerar en primera instancia cada uno de los individuos que conforman la organización desde su naturaleza como ser humano con perspectivas, valores, criterios y visiones personales, y luego a partir de allí, desarrollar una filosofía global de trabajo que oriente  la actuación de cada uno de los miembros de la organización hacia una visión compartida de las metas por alcanzar.

El contexto socio-gerencial y su vínculo epistemológico educativo

La evolución histórica de la gerencia universitaria ha pasado por una serie de fenómenos, situaciones, reformas que van desde la modernidad hasta el inicio de la postmodernidad. Dentro de ese orden de ideas, (Guijarro y Chávez, 2006), se puede inferir que las instituciones de educación universitaria en Venezuela, deben adecuar sus esquemas gerenciales con la finalidad de alcanzar calidad, eficiencia, eficacia, pertinencia, equidad y producción de bienes sociales que le permitan establecer relaciones con la sociedad en coherencia con el contexto.

En este sentido, se requiere que la gerencia postmoderna utilice el cambio como un aliado que presenta oportunidades, pero sin menospreciar los nuevos desafíos que tiene que enfrentar debido a la velocidad en la que se producen los mismos, por la facilidad de acceso a la información, nuevos productos y servicios, globalización de la economía, nuevos mercados y/o nuevos competidores y esquemas de producción obsoletos, todo en un ambiente dinámico, turbulento y riesgoso. Enfatizando lo anterior, mi experiencia, en la práctica educativa vista desde la gerencia se desarrolla en un ambiente complejo, caótico que requiere la coherencia y adaptabilidad de los sistemas curriculares a las realidades presentes en el contexto actual, con el fin de generar acciones significativas a la sociedad.

Materiales y Métodos

El proceso de aprehensión del fenómeno de estudio, desprende una serie de elementos que nos trasladan a la no medición, sino más bien, hacia un encuentro con la interpretación del escenario.  En otras palabras, la epistemología cualitativa representa un modo completamente nuevo de comprender principios generales de una perspectiva metodológica apropiada al estudio de los procesos psicológicos.

A partir de allí, el paradigma postpositivista es vista como aquella teoría que ataca las dos tesis más importantes del positivismo conceptual: la tesis de las fuentes sociales del derecho y la no conexión necesaria entre el derecho y la moral. De otra forma se concibe, de manera crítica y realista, lo que significa que la realidad existe pero no puede ser completamente aprehendida y los hechos que ocurren pueden ser explicados, ya que son manejados por leyes naturales que los humanos solo pueden percibir de manera incompleta.

En este sentido, desde el punto de vista epistemológico se puede decir que el paradigma postpositivista es subjetivo, en el mismo se considera que el conocimiento es un producto de la actividad humana, y por lo tanto, no se descubre, se produce.

A los efectos de la presente investigación, surge la necesidad de abordar el fenómeno desde un enfoque integral, asumiendo la prisma de generar una construcción teórica que permita dar respuesta a factores al contexto escogido y que en el tiempo no han sido abordados con la misma intencionalidad.

En este estudio, la investigación cualitativa es el piso metodológico que permite comprender el fenómeno, cuya finalidad es la elaboración conceptual y el desarrollo teórico. La investigación cualitativa es definida por Sandín (2003), como: “actividad sistemática orientada a la comprensión de fenómenos educativos y sociales, a la transformación de prácticas, y escenarios socioeducativos, a la toma de decisiones, y también hacia el descubrimiento y desarrollo de un cuerpo organizado de conocimientos” (p. 123).

En este sentido, una característica fundamental de los estudios cualitativos es su atención al contexto; la experiencia humana se perfila y tiene lugar en contextos particulares, de manera que los acontecimientos y fenómenos no puedes ser comprendidos adecuadamente si son separados de aquellos.

Desde esta perspectiva, el enfoque que se desarrolla en esta sección, es de orden descriptivo, orientado a estructuras teóricas, se basa en información cualitativa, descriptiva y no cuantificada, centrada en un diseño flexible para enfrentar la realidad y las poblaciones objetivo de estudio en cualquiera de sus alternativas.

En la investigación cualitativa, resulta de gran relevancia no solo el estudio basado en la interpretación y comprensión de los fenómenos sociales. Sino también, el abordaje metodológico sobre el cual, el investigador conduce la construcción teórica del objeto estudiado. En la investigación cualitativa la praxis metodológica podría resultar de un proceso complejo, sino no está adecuado a las necesidades investigativas.

Desde lo expuesto anteriormente, es meritorio generar una concepción clara acerca de lo que representa el método. De manera amplia, el termino método refiere al conjunto de pasos o técnicas que están dadas para el cumplimiento de un fin. En otras palabras, es aquel proceso utilizado de manera sistemática, orientando nuestra práctica en base a principios pautados previamente.

Visto desde la perspectiva de lo que representa la investigación, la utilización del método conlleva una estructura, basada en pasos lógicos y progresivos a fin de dar cumplimiento de los propósitos investigativos. En relación a lo anterior, la presente investigación resalta la necesidad de abordar desde un contexto metodológico, propio, coordinado y coherente, el estudio y conducción en la arquitectura teórica del objeto estudiado, considerando así, que la elección del método sería el más conveniente en elación a las necesidades  investigativas. A partir de allí, el estudio planteado resalta la intención de afrontar escenarios educativos, donde los actores sociales se asocian al principal interés investigativo, y más propiamente a su rol en la concepción de la gerencia proactiva en cl contexto de la pertinencia social universitaria.

La metodología hermenéutica, está implícita en los estudios cualitativos ya que resalta el interés de interpretar de una manera holística el contexto de investigación y las interrelaciones que emergen en el desarrollo de la problemática observada. La praxis hermenéutica aparece como una opción que no se agota exclusivamente en su dimensión filosófica sino que trasciende a una propuesta metodológica en la cual la comprensión de la realidad social se asume bajo la metáfora de un texto, el cual es susceptible de ser interpretado mediante el empleo de caminos metodológicos con particularidades muy propias que la hacen distinta a otras alternativas de investigación.

En el proceso de investigación es de importancia la selección del escenario por cuanto, la decisión sobre el lugar donde se obtendrá la información también es necesaria, para reflexionar las formas de ingreso o accesibilidad. Un escenario apropiado, se plantea por ser accesible, es decir que es probable a través de negociaciones se pueda penetrar y obtener la información y porque las fuentes de información reúnen las condiciones que la investigación necesita.

A los efectos de la presente investigación el escenario seleccionado ha sido la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales Rómulo Gallegos (UNERG), específicamente el Área de Odontología ubicada en San Juan de los Morros estado Guárico, institución cuyo origen data del 15 de agosto de 1974

Actualmente esta casa de estudios, ofrece a la región y al país diversas carreras universitarias, a saber: Ingeniería Agronómica de Producción Animal, Ingeniería Agronómica de Producción Vegetal, Medicina, Enfermería (Técnico Superior Universitario y Licenciatura), Radiodiagnóstico, Fisioterapia, Medicina Integral Comunitaria, Medicina Veterinaria, Odontología, Educación Integral, Educación mención Computación, Historia, Ingeniería Civil, Economía, Contaduría Pública, Administración Comercial, Comunicación Social, Ingeniería en Informática, Derecho, entre otras.

Además, ofrece postgrados, bajo los grados de Especializaciones, Maestrías y Doctorado, cursos de extensión, talleres culturales, Fundación Editorial U.R.G., Agrounerg (proyectos de producción, jardín botánico, vivero). La Unerg está siendo conducida actualmente a través de un equipo representado en los espacios de Rectorado, Vicerrectorado Académico, Vicerrectorado Administrativo y Secretaría, con una diversidad de dependencias que ejecutan funciones dirigidas al logro de las políticas y metas establecidas por la Universidad.

En el proceso de recolección de información, necesario en el abordaje la realidad investigada, el autor seleccionó el Área de Odontología de la cual seleccionó a tres informantes clave con función gerencial – administrativa.

Los informantes considerados en una investigación cualitativa se eligen porque cumplen ciertos requisitos que, en el mismo contexto educativo o en la misma población, no cumplen otros miembros del grupo o comunidad.

En efecto para ello, los sujetos informantes estuvieron conformados por tres (03) docentes del Área de Odontología, que cumplen funciones directivas y gerenciales en los diferentes programas de formación del área en cuestión.

Continuando la bitácora metodológica, se muestran lo que corresponde a la recolección de la información, siendo llevada a cabo la entrevista en profundidad.  Al respecto, Martínez (2014), la define como «un encuentro en el cual el entrevistador intenta obtener información, opiniones o creencias de una o varias personas» (p.85). Por sus bondades y pertinencias con el paradigma de investigación seleccionado, en esta investigación se utilizó la entrevista en profundidad, a través de encuentros previamente establecidos con los informantes clave, donde se mantuvo un diálogo cara a cara, buscando expresiones de los entrevistados, entrevistas que fueron grabadas con el consentimiento de informantes.

En esta investigación, los instrumentos que se utilizaron para la recolección de la información, básicamente, se centraron en el uso de guía no estructurada de entrevista acompañada de cámara fotográfica, cuaderno de anotaciones y grabador. Sin embargo, la metodología cualitativa entiende el método y todo el arsenal de medios instrumentales como algo flexible, que se utiliza mientras resulta efectivo, pero que se cambia de acuerdo al dictamen, imprevisto, de la marcha de la investigación y de las circunstancias.

Para la interpretación de la información y de acuerdo a la naturaleza de la investigación realiza a la luz de la categorización, estructuración, y síntesis conceptual.

Hallazgos

La universidad hoy es asumida como el centro por excelencia para la producción del conocimiento y la formación profesional de los hombres y mujeres que demandará la construcción del proyecto de país; sin embargo, al ser centro de encuentros y desencuentros, la dialéctica que acontece en la misma muestra senderos dispersos en cuanto a uno de sus papeles fundamentales; la extensión universitaria, a través de la cual materializa la función social, ésta última andamio en el cual se sujeta y repiensa la gerencia proactiva en función de ser pertinente socialmente, dimensión fundamental en tiempos de postmodernidad donde el reclamo epistémico nos llama a la integración, cohesión y sentido de la participación en la agenda social y comunitaria.

Todo lo antes señalado, nos invita a reflexionar sobre valiosos aportes desde la esencia misma de la actividad académica para lograr cambios sustanciales a partir de la transferencia de conocimientos, ciencia y tecnología para solventar los problemas social; aquí una restricción; las intencionalidad del común académico no rema en la misma dirección y el detrás del accionar gerencial acontecen saberes, intenciones y propósitos que no contribuyen con la concierto de la universidad en la comunidad en un vínculo indisoluble, sustanciado en principios y valores de compromiso manifiestos en el eje universidad – comunidad.

La pertinencia social de la universidad a partir de sus nexos con la comunidad constituye un destello en el que se generan y representan profundas contrariedades en la agenda universitaria, y que al interior y exterior de los procesos que se desarrollan sólo muestra desaliento y poca esperanza en los actores universitarios como figuras clave de la participación.

Hoy, se insta por una universidad cuya acción social sea pertinente con el entorno y con los proyectos y planes regionales y desde luego con el proyecto de país que intentamos construir, la universidad debe materializar la acción social a través de sus funciones primigenias que la identifican desde sus orígenes con la universidad napoléonica. Ya con la Reforma de Córdoba se exhortó al desarrollo y establecimiento de nexos con la realidad social, hoy continuamos desconectados del hecho social, aun cuando en la práctica la objetivación de la acción se traduce en la formación profesional como intento académico en función de las necesidades productivas del país.

La universidad actual para ser pertinente socialmente debe apoyarse en el desarrollo de acciones extensionistas que podrían ser materializadas por la asunción y el reconocimiento académico de actividades de extensión en la realidad comunitaria, pero ello, se gesta con la institucionalización de la acción cuando la gerencia logre demostrar que su praxis es más consciente que el lenguaje con que se intenta derivar y promover la acción con la invitación a sus actores.

En el lenguaje oculto se nos invita a reconocer que hoy miramos una universidad poco pertinente con la realidad social y sus necesidades esenciales, toda vez que más allá de la formación de profesionales en serie a nivel de pre y postgrado, no acontece otro aporte, y ello quizás radica en que emocionalmente vemos una universidad que gerencialmente su praxeología no asume como fundamental el valor del compromiso y la reciprocidad con el colectivo, enigma por reconceptualizar teóricamente.

En este destello se afirma que la universidad parece que entró en un nuevo trance donde se desarticuló la integración de las funciones primigenias de la universidad al tiempo que estas sólo operan de forma independientes y sin correlación de objetivos y propósitos más allá de la interpretación y concepción que cada actor académico le asigna en el acontecer universitario. Hoy, el docente universitario dejó de planificar acciones y actividades para el encuentro con la comunidad donde en compañía de sus estudiantes y otros actores de la realidad universitaria puedan lograr aportes a la realidad social; se interpreta que más allá de la motivación hacía, se muestra poco incentivo y ausencia de recursos con los cuales hacer y propiciar la extensión en la realidad social, lo cual coadyuva al distanciamiento de lo comunitario.

La corresponsabilidad de la gerencia universitaria en el accionar de la pertinencia social viene a constituir un destello con poca luminosidad en la panorámica que esperamos contemplar, hoy los vínculos y las alianzas se muestran inexistentes en el eje universidad – comunidad y pareciera que la planificación y organización de acciones que conlleven a lograr el accionar de la pertinencia social sólo representa un discurso posterior a la profunda reflexión en el acontecer permanente de la gerencia universitaria y su praxeología, hoy la práctica significante se concreta a perder fuerza en la materialización de actividades donde los actores académicos se inserten en la transformación del entorno con la producción de conocimiento científico y tecnológico y la consecuente transferencia de la misma a la comunidad para apreciar sus beneficios de cambio.

Conclusiones

La gerencia proactiva universitaria debe examinar el piso que fundamenta el desarrollo de su accionar al articular las funciones de docencia, investigación y extensión, toda vez que la filosofía de gestión debe implicar a los actores de la vida universitaria a través de su participación en la concreción de metas de intervención y vínculos con la realidad comunitaria.

Constituye un reto para la gerencia universitaria visualizar que los planes de vinculación y relación con las comunidades pueden ser materializados si se concreta la participación de los actores académicos de la universidad y ello, se institucionaliza a través de alianzas estratégicas entre universidad y fuerzas vivas de la comunidad.

La universidad debe al interior de las conversaciones que animan su existencia, renovar el significado de las funciones primigenias que la representan: docencia, investigación y extensión, en un contexto más dinámico y adaptado al tiempo que reclama la participación y cohesión social en la agenda universitaria.

Urge, sensibilizar la comunidad universitaria en cuanto al desarrollo de proyectos centrados en atender los problemas más sentidos y las necesidades del entorno de la universidad en sintonía permanente.

Del mismo modo, el accionar de la gerencia proactiva universitariaestá llamada a impulsar la identidad institucional en un lenguaje y mensaje que sea común y reconocido por todos los actores académicos, donde se recoja y perciba la voz y pensamiento de todos los actores universitarios en el compromiso de ser responsables y pertinentes socialmente desde el quehacer de la universidad.

Del mismo modo, se debe valorar los aportes que puede realizar cualquier actor de la vida académica institucional, toda vez que en su imaginario reposan y se activan sueños e ilusiones que pueden traducirse en metas y hechos concretos si la disposición y el interés se suman a la concreción de la idea.

Finalmente, se asume que el servicio comunitario es un puente extensionista de aprendizaje – servicio que puede continuar siendo representación de un vínculo de la universidad con la comunidad al tiempo que constituye una posibilidad permanente de ser responsables y pertinentes socialmente desde la acción gerencial de la universidad.

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Djamila Ribeiro «No hay lucha feminista que no sea antirracista, no hay lucha negra que no sea feminista…»

Por Flor Monfort

Conversación con Djamila Ribeiro, activista negra y autora de un best seller sobre antirracismo que la rompe en su país

Djamila Taís Ribeiro dos Santos es filósofa y femnista negra brasileña. Y así le gusta nombrarse porque para ella el lugar de enunciación es fundamental para cualquier activismo. Desde ahí entonces enumera sus otras identidades: periodista, escritora, editora, investigadora de Simone de Beauvoir y Judith Butler y responsable del best seller Pequeño Manual Antirracista, un libro simple y pedagógico sobre las miles de violencias cotidianas a las que se somete a las personas no blancas con profundas raíces y prácticas coloniales. Ahora viene a presentar este libro a la Argentina y otro: Cartas a mi abuela, un elogio a los cuidados de esas mujeres que sostienen durante generaciones, para quienes el feminismo estuvo muchas veces negado pero, según Ribeiro, “ya no puede permitirse ni pensarse un movimiento sin ellas”.

Estudió filosofía política en la Universidad de San Pablo. Tenía 28 años cuando pudo acceder a estos estudios y muchas ganas de absorberlo todo del ambiente académico, pero sus banderas ya estaban plantadas: quería saber pero también quería aplicar todo ese saber a las personas que no tendrían acceso como ella. Para Djamila Ribeiro (Santos, 1980), el territorio es ese ancho espacio donde se labran todas las verdades del activismo. La calle, la escuela, la peluquería, el bar de la esquina, la televisión, la micro política de los gestos cotidianos, esos que tejen poder con hilos invisibles, como cuando un lugar es atendido por personas negras y disfrutado por personas blancas.

«En Brasil estudiar filosofía representa estudiar los pensamientos de hombres blancos europeos. Es muy difícil encontrar feministas. Yo empecé a estudiar más bien grande, gracias al primer gobierno de Lula. En ese momento yo tenía una hija y fue muy difícil. Claro que la mayoría de mis profesores eran hombres blancos y no gustaban de lo que yo quería. Cuando dije que quería estudiar a Simone de Beauvoir un profesor me dijo «Ahhh la mujer de Sartre». Es enfrentar la hegemonía blanca y masculina. En la universidad creamos un grupo de estudiantes negros y lgbt, y esa colectiva me permitió seguir adelante. Tuve que viajar para otros países y gracias al feminismo lo pude hacer: las mujeres me salvaron, siempre lo digo. Solamente la lucha colectiva consigue refutar la hegemonía».

Djamila está muy entusiasmada con presentar en nuestro país su Pequeño Manual Antirracista, un libro publicado en Brasil en 2019 que fue un suceso de ventas; con su estilo pedagógico y amable y una tapa poderosa, logró entrar a las casas de miles de brasileños. «Mi desafío es que las personas piensen en estas opresiones» dice y se disculpa por hablar «portuñol», pero en rigor habla perfecto español. Dice, sobre nuestro país, «muchas personas creen en Brasil que en Argentina no hay personas negras».

¿Por qué pensás que ocurre esto?

–Porque las consecuencias de la colonización están muy presentes. Nuestros pueblos fueron diezmados, y es muy difícil luchar contra estructuras que permanecen, porque el neocolonialismo existe. Cómo aumentar la conciencia de los pueblos sobre este problema es la cuestión. Durante mucho tiempo, en las escuelas se dijo que los pueblos negros son esclavos, y no contaban la historia de los pueblos negros. Entonces hace relativamente poco que se está contando la historia desde una perspectiva diferente. Por otro lado, siempre hubo gente que luchó contra el sistema hegemónico: si cuando yo era chica me hubieran contado la historia desde otra perspectiva, tengo la certeza de que no hubiera sufrido tantos problemas de autoestima. Porque durante mucho tiempo, en los medios había solamente personas blancas, entonces es necesario que tengamos una perspectiva histórica que cuente la historia con una perspectiva positiva. Hay mucha resistencia para cambiar las cosas, el poder nunca quiere cambiar, por eso es tan complicado, y por eso hay que seguir luchando.

La edición brasileña de PMA.

Punto de partida

Lugar de enunciación es su primer libro publicado en Brasil y es parte de una colección independiente que Djamila coordina desde 2017, la colección Feminismos Plurables. Allí publica autores negros y negras y Pequeño Manual antiracista es su tercer libro. «Para mí es un libro importante porque expone el debate de que el antirracismo es un tema de toda la sociedad, no solo de las personas negras. Cómo las personas blancas se pueden responsabilizar por la opresión racista. Obtuvo un importante premio literario en 2020, el Jabuti, pero para mí lo mejor es el reconocimiento del público, porque es muy bonito ver a los jóvenes comprando este libro, abuelas que van a mis lanzamientos…. Es un libro muy popular y para mí es importante porque rompe con las barreras sobre este debate».

¿Cómo está estructurado?

–Está dividido en diez capítulos. El primero es sobre el racismo en Brasil, hay otro sobre racismo y educación, racismo y trabajo, racismo y relaciones afectivas, racismo y seguridad pública… Estas divisiones me permitieron explicar que el racismo no es solamente un problema individual sino estructural. Y cómo la falta de políticas públicas aumenta las desigualdades raciales. En Brasil, durante mucho tiempo el Estado negó la existencia del racismo, esa idea romántica de la democracia racial estaba muy instalada en mi país y duró mucho tiempo. De manera que todos esos años no hubo acceso a esta discusión de manera profunda: fueron los movimientos negros los que se encargaron de refutar la idea de democracia racial. En este libro vengo a traer de modo pedagógico el trabajo de muchos intelectuales negros importantes, de manera accesible a todo el público, para llegar a más personas.

¿Cómo cambió el mapa de la militancia feminista la irrupción de los feminismos negros, que obtuvieron su máxima visibilidad en la última década pero que vienen trabajando desde mucho antes?

–Fue muy importante, porque el feminismo negro en Brasil se fortalece mucho en la década del 80 y fue muy importante para el movimiento antirracista, porque las mujeres negras feministas en Brasil empezaron a poner en discusión la invisibilidad de las mujeres negras tanto en el movimiento negro como en el feminismo hegemónico. Para las mujeres negras brasileras no era posible pensar un proyecto de Brasil sin pensar la importancia de las mujeres negras, siendo que somos la mayoría de la población:  el 28 por ciento de la población total. Y esto nos dio la posibilidad de pensar la interseccionalidad, la intersección de opresiones. No hay lucha feminista que no sea antirracista, no hay lucha negra que no sea feminista, no hay lucha de clase si no se recuerda que Brasil fue el último de América en abolir la esclavitud…. Un país en el que durante siglos las personas negras eran mercaderías. Entonces para nosotras no es posible pensar las opresiones de manera separada, se tienen que pensar de manera conjunta y cómo afectan a esos grupos que interseccionan una o más opresiones. El feminismo negro fue muy importante y mujeres como Luiza Bairros, Lélia González pensaron en el sexismo y el racismo de formas combinadas. Lélia pensó en una lucha trasnacional en Sudamérica, pensó el concepto de amefricanidad: las opresiones que los pueblos indígenas y los pueblos negros sufren en América latina. Ella en 1970 ya criticaba la dependencia epistemológica del norte, en la importancia para el sur de pensar en una lucha organizada. Otro proyecto de Brasil y otro proyecto de América latina.

¿Y cómo pensás esa interseccionalidad con el movimiento lgbt?

–Las opresiones de sexualidad e identidad de género están también presentes en el concepto de interseccionalidad. Tenemos muchas intelectuales lesbianas en Brasil que son muy importantes para pensar la heteronormatividad. No podemos separar estas opresiónoes: si una mujer es negra y es lesbiana tenés que pensar en ese, su lugar de enunciación. Para nosotras las feministas negras es muy importante no invisibilizar las identidades, no podemos ni debemos apagar ninguna. Es necesario una mayor comprensión, no se trata de separar los movimientos, se trata de unificarlos, porque las opresiones estructurales separan a las personas: clasismo, racismo, sexismo. Se trata de visibilizar las categorías políticas para pensar salidas emancipatorias de la desigualdad. Las identidades no se piensan de manera fija pero sí como visibles para la libertad. En la colección que estoy trabajando estamos por publicar un libro llamado Lesbiandad. Porque muchas veces el movimiento lgbt a las mujeres lesbianas las tiene un poco apartadas. Ya publicamos Transfeminismo en la misma colección, entonces para mí era muy importante publicar algo escrito por una mujer lesbiana. Interseccioanlidad es una herramienta para pensar las opresiones.

Tu libro Cartas para mi abuela, que también presentás en la FED, introduce el tema de los cuidados. ¿Podrías hablarnos de eso?

–Es un libro de memorias, escribo sobre mi infancia, sobre cómo fue ser una chica negra en mi ciudad y cómo mi abuela fue una figura muy importante y cariñosa en mi vida. Escribo para ella porque murió cuando tenía 13 años, para mí fue una pérdida muy significativa, y después murieron mis padres, siendo muy jóvenes. Durante mucho tiempo evité hablar de mi pasado porque eran cosas muy dolorosas, entonces en este libro es muy importante hablar de mi historia. Cómo durante mucho tiempo fui enseñada a no valorizar el lugar del cuidado. Miraba a mi mamá y decía “nunca seré como ella, voy a trabajar, voy a ser independiente y muy diferente a ella”. Entonces después cuando fui mamá (tengo una hija de 18 años) fue importante para mí esta conexión con mi ancestralidad femenina, este lugar con una mirada de amor y valorización. Mucha gente me dice “tu papá fue muy importante, él te enseñó a militar” y yo pienso sí, mi papá era comunista y fue muy importante para mi formación como activista e intelectual pero mi mamá me cocinaba, me arreglaba el cabello, me vestía. Comencé a valorizar esto y este libro es un homenaje a ellas. Mi mamá fue trabajadora doméstica, mi abuela también, y las personas no valorizan los cuidados. Y en la pandemia apareció, administrar el cuidado y el trabajo y es muy importante hablar sobre eso. La sociedad solamente funciona porque hay mujeres cuidando. Durante mucho tiempo, el discurso feminista no valorizó este lugar, entonces es fundamental colocar el cuidado en el debate central del feminismo.

La visibilidad política que con el gobierno de Lula tienen funcionaron indígenas o negros en cargos importante, ¿pensás que ayuda a frenar el racismo?

–Es importante que estas personas estén en esos lugares, pero la estructura política es la misma. Entonces no podemos esperar milagros, las cosas no cambian simplemente. Por otro lado, creo que hubo muchas expectativas. En Brasil, la mayoría de los diputados es de derecha, entonces Lula es presidente y eso es muy bueno pero en el Congreso la mayoría es de derecha y hay que negociar todo el tiempo con esas personas. En esta estructura en Brasil es muy complicado que haya muchos cambios. Sin embargo, en términos de representatividad es importante que estén. Los movimientos no pueden aflojar, hay que continuar presionando aunque haya un presidente de izquierda. Apoyamos a Lula pero necesitamos continuar presionando porque, por ejemplo, en Brasil el debate sobre el aborto es muy difícil. Por causa de los evangélicos, Lula dijo que no será una pauta de su gobierno la descriminalización del aborto, entonces las feministas en Brasil sabremos que muchas de las cosas que nos interesan no serán tratadas. Porque pongas una mujer como ministra no vas a cambiar la situación de las mujeres en Brasil, es más profundo.

Además porque después de un gobierno de izquierda es muy probable que venga uno de derecha. ¿Cómo ves el avance de las derechas en los cargos de poder?

–Hay que hablar con la población, hablar con los evangélicos, hablar con las personas que piensan diferente. Es un trabajo de base, y hay que hacerlo, siempre. Yo soy activista, soy académica pero sobre todo soy activista. Es imposible cambiar las cosas sin habar con las personas que necesitan ese tipo de conciencia.

Pequeño Manual Antirracista

Percibirse es algo transformador. Es lo que nos permite situar nuestros privilegios y nuestras responsabilidades frente a las injusticias contra los grupos sociales vulnerables. Las personas blancas, por ejemplo, deben preguntarse por qué en un restaurante, generalmente, las únicas personas negras presentes están sirviendo las mesas, o si, alguna vez, la policía ya las consideró sospechosas debido a su color de piel. Se trata de refutar la idea de un sujeto universal: la blanquitud también es un rasgo identitario, aunque marcado por privilegios construidos a partir de la opresión de otros grupos. Debemos recordar que este no es un debate individual, sino estructural: la posición social del privilegio viene marcada por la violencia, aunque determinado sujeto no sea deliberadamente violento.

Cartas a mi abuela

De alguna manera escribirte me ha conectado aún más con mi ancestralidad. Hoy ya no lloro de dolor. Te extraño, ¿cómo no hacerlo? Y recuerdo con alegría los momentos que pasamos. Si estoy triste, trato de ver el mar. Si no puedo, me imagino que estoy en el mar y aparece Iemanjá con sus pechos llenos, me echa agua por la cabeza y me acurruca en su regazo. Conversa conmigo, me dice que no tenga miedo, y yo me calmo, dejando que la tristeza se vaya.

Si antes me encantaba comer helado un día caluroso, hoy trato de amar con la paz de un viajante sin rumbo. Si antes hablaba con la inexpresividad de las medias palabras, con el afán de quien va más allá, hoy logro hablar en silencio. Si antes deseaba como quien quiere enjuagarse un llanto doloroso, con la euforia de las compras de fin de año, hoy deseo con la serenidad de la noche un día soleado. Si antes quería cosas como la tempestad de un granizo en un techo de cristal, hoy las quiero con la fuerza del parto provocando vida, con la alegría de quien come manzanas en junio. Si antes amaba con la sed del desierto, hoy amo saciada con la paciencia de quien saca agua de un pozo. Lo que quiero decir, abuela, es que hoy no tengo prisa.

Recibo cartas y mensajes de mujeres mayores que oran por mí. Una de ellas dijo que enciende velas por mí todos los días. La verdad es que nunca dejaste de cuidarme ni de enviarme a alguien para que me cuidara. Las mujeres negras me salvaron la vida.

Fuente: https://rebelion.org/no-hay-lucha-feminista-que-no-sea-antirracista-no-hay-lucha-negra-que-no-sea-feminista/

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Renacer revolucionario del currículo con base en resistencia al coloniaje externo

Son tiempos de cambio de época y con ello de necesidades imperantes para verdaderamente revolucionar viejas y desgastadas estructuras de pensamiento y acción que han sostenido durante siglos el modo de enseñar para el hacer de los individuos, pensando que juntados aleatoriamente en un colectivo social llamado sociedad nos dará las respuestas necesarias a las exigencias actuales.

Hoy se nos plantea un gran reto en términos de cambio total, recordando aquella frase muchas veces dicha “quien no cambia todo no cambia nada”. Sin embargo, se han realizado importantes esfuerzos y al parecer, en los hechos concretos,  todavía no se logra lo querido ¿Qué hacer? ¿Por qué no han sido suficientes los esfuerzos tan bien intencionados que han tenido lugar?

Quizás las respuestas no se han buscado en el sitio adecuado ¿Y si cambiamos el lugar desde dónde generalmente nos hacemos las preguntas? Es decir ¿si no damos nada por sentado y revisamos el lugar epistemológico desde donde lo pensamos?

Al hacer este ejercicio, es posible encontrar que todos nuestros intentos de cambio del currículo obedecen a pautas administrativas que no cambian en lo sustantivo, y aunque queramos hacer un currículo más flexible, en teoría favoreciendo el proceso de enseñanza-aprendizaje,  al final su estructura termina siendo la misma y con iguales limitaciones pues el fin último es calificar la información que debe ser aprendida para lograr un saber determinado o destreza adquirida.

El modo en que se ha desarrollado nuestro currículo con sus diversos cambios a lo largo del tiempo también ha servido para que nuestros excelentes profesionales hayan alcanzado notorios reconocimientos en todas las instancias laborales pero, ¿acaso con ello estos profesionales formados han logrado pensarse como parte de un conjunto social con propia identidad consolidada o más bien son fácil presa de convertirse en la “Chusma” de la que hablaba nuestro gran Simón Rodríguez al referirse a quienes denigraban de ser parte de la naciente república?

Quizás sea necesario algo más, como por ejemplo abandonar la idea de pensarnos como individuos  separados y asumirnos más como Personas indefectiblemente relacionadas cuyo destino no es externo al de los demás pues nuestra singularidad como personas no excluye el abandono e identificación con la colmena social que nos constituye y desde la cual nos representamos.

En este sentido, tal vez sea necesario que nuestro currículo sea pensado desde y para la persona que participa en un proceso de formación permanente, en que el aprendizaje sea mediado por la relación humana y humanada que posibilita el reconocernos parte y en el que nos apoyamos para aprender y hacer constantemente desde que nacemos.

Para renacer la Patria-Matria, revolucionando el currículo en actitud de Resistencia permanente hacia la consolidación de un pensamiento y acción propio, descolonizado,  orientado a crear las voluntades necesarias para seguir avanzando en la construcción de la Patria-Matria que asegurará el buen vivir y la vida buena para todas y todos en esta maravillosa Tierra de Gracia, necesitamos pensar el currículo desde otro lugar de pensamiento.

Requerimos:

  • Asumirnos personas relacionadas y no Individuos separados.
  • Pensar en innovación administrativa para que ésta se sujete a la formación que deseamos y no al contrario.
  • Establecer, que verdaderamente el proceso es lo que se debe valorar y que la calificación sea nada más que una circunstancia colateral del proceso.
  • Pensar que la mediación formativa no debe ser lineal y punitiva y por lo tanto jerárquica y preladora del avance de cada persona sometido a la aprobación forzada de contenidos prefijados, con lo cual la nota es lo importante y no el proceso.
  • Entre otros

Pensar en un currículo Otro, que desde su renacer, tal cual ave fénix revolucione pensamiento y acción resistiendo los embates de la conformidad y el miedo a los cambios, requiere de una sustantiva disposición a Pensar desde otro lugar epistemológico y resistir los embates de quienes temen y prefieren conformarse para seguir renaciendo siempre y con ello, avanzando sin parar superando cada vez más los retos impuestos.

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Libro en formato pdf: La cotidianidad de los investigadores educativos como problema

Autor: Diógenes Enrique Álvarez

Con prólogo de Rosaris Bustamante Matute

Prologo
El tema de la cotidianidad hace referencia a lo que trascurre diariamente y se define como algo que ocurre con normalidad todos los días y los sobresaltos serían una característica disruptiva de lo cotidiano. Esta interrupción de lo cotidiano es la respuesta a la rutinización de los modelos hegemónicos que permean, cosifican y hacen del pensamiento reflexivo un evento extraordinario.

El autor de este texto de consulta universitaria considera que por su naturaleza, está encaminado a estimular un proceso reflexivo al interior de los que habitamos en el campo disciplinar de las ciencias de la educación y su praxis. No en vano, la investigación académica tiene una fuerza interior generada por la cotidianidad, fortalecida a su vez por la rutina que impide mirar desde otro ángulo. El atrevimiento derivado de subvertir este orden supone algunos costes.

De tal manera que viajar a contracorriente en una marcha con un itinerario como lo ha planteado el autor –un maestro que suele viajar a contracorriente- mediante ocho estaciones que van desde: 1) ideas escandalosas y heréticas del malestar de la racionalidad científica a las voces disonantes. 2) los límites de la ignorancia. 3) el paradigma como obstáculo, una aproximación a la narrativa científica. 4) la realidad como problema en la investigación social. 5) la teoría como problema en la investigación social, una aproximación a la narrativa “científico” social. 6) el método como problema en la historia de vida. 7) los resultados como problema, ver y mirar los hallazgos: observaciones de primer y segundo orden y finalmente, 8) la euforia metodológica y el narcisismo intelectual como obstáculo para investigar, es, según mi criterio una invitación a viajar con poco equipaje y dispuesto a cambiar de ideas en la medida que cada estación muestre parte de la realidad, dejar los dogmas y prepararse para la incertidumbre de las cosas que no son evidentes.

No es posible negar, ni tampoco voltear la mirada ante la esterilidad intelectual, la euforia, el narcisismo, los dogmas que se produce en los medios académicos, la imposición de una normativa metodológica, que tiende a exacerbar caminar por donde ya se caminó, a explorar lo que antes se exploró, a pensar como antes se pensó y en resumidas cuentas, a no hacer nada que antes no se haya hecho.

Rosaris Bustamante Matute
San Juan de los Morros, octubre de 2021

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Entrevista a Antonio Diéguez Lucena: «Podemos diferenciar con nitidez ciencia y pseudociencia, pero no con un criterio único y simple»

Por Salvador López Arnal

Antonio Diéguez (Málaga, 1961), autor de Filosofía de la ciencia. Ciencia, racionalidad y realidad (UMA Editorial), es catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Málaga. El propósito de su nueva publicación, revisión ampliada y modificada de un manual suyo de 2005, es servir como libro de texto para alumnos de filosofía de la ciencia y de otros grados de ciencias y humanidades. En él centramos nuestra conversación.

¿A quién va destinado su libro? ¿Hay que estar puesto o muy puesto en temas epistemológicos para poder seguirlo?

El libro va principalmente destinado a los alumnos del grado de Filosofía, pero puede ser leído por cualquier persona que tenga interés por lo que los filósofos han pensado sobre la ciencia a lo largo del siglo XX y lo que llevamos del XXI.

¿Sobre qué asuntos reflexiona e investiga la filosofía de la ciencia?

La filosofía de la ciencia reflexiona fundamentalmente sobre los aspectos lógicos, epistemológicos, metodológicos, axiológicos, ontológicos y prácticos de la ciencia. Reflexiona sobre la ciencia en tanto que actividad humana, así como sobre su producto, que es el conocimiento científico.

¿Son términos equivalentes metodología de la ciencia, epistemología, gnoseología y filosofía de la ciencia?

No, no lo son. Epistemología y gnoseología sí podrían considerarse como sinónimos, y significan “estudio sobre el conocimiento”. En tal sentido, son equivalentes a ‘teoría del conocimiento’, aunque hay quien reserva el término ‘epistemología’ para el estudio del conocimiento científico, y entonces sería sinónimo de ‘filosofía de la ciencia’, pero este uso es ya poco frecuente. En cuanto a la metodología de la ciencia, puede considerarse como una parte de la filosofía de la ciencia.

Sobre el subtítulo del libro: “Ciencia, racionalidad y realidad”. ¿Ciencia y racionalidad son términos sinónimos?

Desde los inicios de la ciencia moderna, con Galileo y Newton, la ciencia se ha considerado el paradigma de la racionalidad humana, el ejemplo más logrado de lo que puede lograr la razón cuando se somete únicamente a los dictados de la lógica y del respeto por los datos empíricos. No obstante, algunos filósofos influyentes, como Thomas Kuhn, Stephen Toulmin o Paul Feyerabend, pusieron en duda en los años 60 que la racionalidad científica pudiera encerrarse en esos márgenes estrechos, e insistieron en que otros factores, como ciertos factores sociales, culturales, ideológicos incluso, pueden formar parte de esa racionalidad (y no necesariamente convertirse en sus enemigos, como pensaban los neopositivistas). El más radical de ellos fue Feyerabend, que defendió la tesis de que el progreso científico exige dejar al margen a veces lo que en ese momento se considera racional debido sobre todo al peso de las viejas teorías. En su opinión, el científico creativo es aquel que se opone a la racionalidad establecida y consigue establecer una nueva racionalidad una vez que sus ideas triunfan. Quizás sería sobre todo el caso de Einstein el que Feyerabend tendría en mente al decir esto.

¿La filosofía de la ciencia debería ser una disciplina descriptiva o normativa?

Ambos aspectos han sido relevantes, como explico en mi libro, pero ambos tienen sus limitaciones. También tiene una importante función interpretativa, es decir, ofrece reflexiones acerca del modo en que la ciencia debe entenderse en el contexto de la cultura actual.

¿Cuál es la relación entre la filosofía de la ciencia y disciplinas próximas como la historia de la ciencia, la sociología de la ciencia o la política de la ciencia? ¿Relaciones de buena convivencia? ¿De alimento mutuo? ¿De subordinación?

Yo diría que no solo relaciones de buena convivencia, sino que la filosofía de la ciencia tiene cosas importantes que aprender de todas estas disciplinas, particularmente de la historia de la ciencia, en cuyos datos y análisis debe apoyar además sus propuestas filosóficas.

¿No deberían los filósofos que se dedican a estos temas tener más en cuenta las reflexiones y sugerencias de los propios científicos? Pienso, por ejemplo, en Poincaré, Einstein, Gould, Weinberg, Russell y en tantos otros.

Los filósofos de la ciencia tienen muy en cuenta todo lo que dicen y hacen los científicos, pero no debe perderse de vista que cuando un científico ejerce como filósofo o metodólogo puede estar bebiendo de fuentes filosóficas inapropiadas o ya superadas. Por ejemplo, la insistencia de Newton en que él había procedido siempre utilizando el método inductivo y que jamás había inventado hipótesis era falsa; estaba movida por prejuicios filosóficos de la época, y causó más mal que bien en siglos posteriores. Otro ejemplo que podría valer es la insistencia actual de muchos científicos en caracterizar a la ciencia como conocimiento falsable, asumiendo una versión simplificada y muy discutible de las tesis de Popper. En todo caso, los nombres que se citan en la pregunta son de científicos que hicieron efectivamente aportaciones de interés para entender la ciencia contemporánea, incluso en el caso de Weinberg, que aunque despreciaba la filosofía por su inutilidad, obligó con sus reflexiones a los filósofos de la ciencia a pensar sobre ese mismo problema de las relaciones entre la ciencia y la filosofía.

¿Se puede hablar propiamente de método científico? ¿Un método, una forma de hacer ciencia, común a las disciplinas científicas naturales y sociales?

Hay en la actualidad un consenso bastante amplio entre los filósofos de la ciencia en que eso que se suele llamar ‘El Método Científico’, en singular y con mayúsculas, entendido como un procedimiento común a todas las ciencias que garantiza la verdad de los conocimientos, es solo una ficción simplificadora sin ninguna utilidad real. Lo que suele designarse como tal en los capítulos introductorios de los manuales científicos (analizar el problema, elaborar hipótesis, contrastar las hipótesis, desechar las que choquen con los hechos, aceptar las que encajen con los hechos, revisarlas a la luz de las nuevas evidencias, etc.) es un conjunto de pasos tan amplio y general que no sirve a ningún científico para su práctica cotidiana y además pueden describir el modo en que se procede también en otros ámbitos que no son científicos. Si, por el contrario, descendemos a los detalles y analizamos los procedimientos metodológicos concretos y reales que se emplean en alguna ciencia, estos coincidirán solo parcialmente con los de otras ciencias. En resumen, aunque no exista un método científico único (más que como reconstrucción racional carente de utilidad práctica), sí que existen los diversos métodos de las diversas ciencias, métodos que van cambiando y mejorando con el tiempo.

¿Existe una definición compartida de teoría científica? ¿Existe algún ‘aire de familia’ entre todas ellas a pesar de su evidente diversidad?

En un sentido básico, se entiende por teoría un conjunto de enunciados o de modelos (según las interpretaciones) estructurados de forma sistemática, que goza de un fuerte apoyo empírico o que, estando en sus fases iniciales, parece prometedor en sus resultados. Hay tres formas fundamentales de entender las teorías. En primer lugar, tenemos la concepción sintáctica, para la cual las teorías son un conjunto de enunciados formulables matemáticamente y estructurados jerárquicamente, de modo que unos funcionan como leyes fundamentales de las que son derivables los otros. Estos enunciados se interpretan conectándolos con la evidencia empírica mediante reglas de correspondencia. En segundo lugar, está la concepción semántica, que concibe las teorías como conjuntos de modelos, no de enunciados. Finalmente, para la concepción pragmática, las teorías son un abigarrado conjunto de enunciados, modelos y otros elementos matemáticos y no matemáticos (metáforas, analogías, valores, etc.) que tratan de dar cuenta de la realidad y de predecir su comportamiento.

¿Y cuál de estas tres aproximaciones le parece a usted más relevante? Dicho más directamente, ¿cuál es la suya?

Yo me inclino por la concepción pragmática de las teorías. Creo que las otras dos fuerzan demasiado a las teorías científicas reales para que encajen en su molde, o, por decirlo de otro modo, estas quedan demasiado transformadas cuando son reconstruidas según esos patrones, aunque ello se haga por mor de la claridad. La concepción pragmática o pragmatista deja más espacio para una visión pluralista de la ciencia, con la que simpatizo.

¿Qué balance hace del neopositivismo lógico? ¿Fueron tan “poco sofisticados”, tan chato-positivistas como a veces se afirma?

El positivismo lógico recibió un juicio bastante radical e injusto por parte de los filósofos posteriores. Supongo que a ello contribuyó su fuerte actitud anti-metafísica. Sin embargo, en los últimos años ese juicio se está revisando, dado que una serie de detallados estudios históricos está poniendo de relieve que las posiciones reales que mantuvieron los miembros del Círculo de Viena fueron mucho más matizadas y diversas de lo que nos decía el cliché transmitido. A mí me gusta señalarles a los alumnos que el neopositivismo fue probablemente la corriente filosófica más autocrítica de nuestro tiempo, una de las que más hizo por introducir el rigor y la argumentación cuidadosa en la filosofía contemporánea, y una gran promotora de la discusión conjunta de las ideas filosóficas. Esos son rasgos que muchos consideramos muy deseables en la filosofía. Es algo que deberíamos agradecer a los neopositivistas.

¿Por qué un filósofo de la altura de Otto Neurath, uno de los redactores del Manifiesto del Círculo de Viena, sigue siendo tan poco estudiado en nuestro país?

Esa es una buena pregunta, y no solo ha sido descuidado en nuestro país. Afortunadamente, en los últimos años, gracias a estos estudios a los que me refería antes, el interés por su figura ha ido aumentando.

¿Ha sido Sir Karl Popper el gran filósofo de la ciencia del siglo XX? ¿Hay alguna relación entre sus posiciones políticas y sus concepciones metacientíficas?

Para la mayoría de la gente probablemente sí, es el filósofo de la ciencia más conocido, aunque supongo que el puesto estaría muy disputado con Thomas Kuhn. Popper, en efecto, establece una conexión muy importante entre sus posiciones epistemológicas y su defensa de la democracia. En su opinión, el error común al racionalismo y al empirismo clásicos estuvo en no distinguir el problema del origen del conocimiento del problema de su validez. Popper propone reemplazar la pregunta ‘¿Cuáles son las mejores fuentes del conocimiento?’ por esta otra: ‘¿Cómo podemos detectar y eliminar el error?’. Y la respuesta es: criticando nuestras teorías. Del mismo modo, cree que en política la pregunta ‘¿Quién debe gobernar?’ es una pregunta mal planteada, porque cualquier respuesta conduce siempre al autoritarismo. La pregunta correcta debería ser: ‘Dado que siempre cabe la posibilidad de tener un mal gobierno, ¿cuál sería la forma más fácil de desembarazarse de él?’. Y la respuesta es la democracia.  Por otro lado, su defensa del liberalismo político está enraizada en su falibilismo.

Considera usted, así lo señala en el libro, que la tesis de la inconmensurabilidad de las teorías científicas es el problema más profundo e interesante ligado a las filosofías de Kuhn y Feyerabend. ¿Dónde reside la profundidad de esta conjetura metacientífica? ¿Existe inconmensurabilidad entre, por ejemplo, la mecánica clásica y la relativista es su opinión?

El problema de la inconmensurabilidad de las teorías científicas rivales es profundo e interesante, en efecto, y ha tenido influencia más allá de la filosofía de la ciencia, puesto que se ha hablado incluso de la inconmensurabilidad de las tradiciones culturales. Sin embargo, con la perspectiva actual podemos decir que se sobrevaloró la importancia de sus efectos. Entendida la inconmensurabilidad, como hizo Kuhn en sus últimos trabajos, como una falta de solapamiento perfecto entre las taxonomías ontológicas establecidas por las teorías rivales, o como dificultades en la traducción entre los términos centrales de esas teorías, puede detectarse, en efecto, esa dificultad en ciertos casos. Por ejemplo, como señalaba Kuhn, la masa newtoniana no es traducible de forma neutral a la noción einsteiniana de masa, puesto que en la teoría de la relatividad la masa varía con la velocidad, mientras que en la mecánica newtoniana no lo hace. Ahora bien, lo que diversos filósofos de la ciencia pusieron en cuestión tras los análisis de Kuhn y Feyerabend sobre este asunto fue que esa dificultad de traducción o esa falta de solapamiento perfecto impidieran una comparación objetiva y neutral entre teorías rivales.

¿Podemos trazar una línea de demarcación nítida entre las ciencias y las pseudociencias? ¿Hablar de ‘mala ciencia’ es equivalente a hablar de pseudociencia?

Podemos separar con nitidez entre ciencia y pseudociencia, pero no `podemos hacerlo con un criterio único y simple como la verificabilidad, la confirmabilidad o la falsabilidad. Hacen falta una serie de criterios (no demasiado difíciles de identificar) que nos ayuden a emitir un juicio en cada caso. El hecho de que esos criterios sean multifactoriales no impide que el juicio sea claro y contundente cuando el asunto se ha analizado con detenimiento.

¿Nos puede poner algunos ejemplos de pseudociencias? ¿Lo serían el psicoanálisis o el marxismo? ¿Dónde reside su peligro desde su punto de vista?

El psicoanálisis y el marxismo, junto con la astrología, eran los ejemplos de pseudociencias favoritos de Popper, sin embargo, a mí no me parecen buenos ejemplos desde la perspectiva actual, porque ninguno de ellos pretende ser una ciencia, y para ser una pseudociencia es requisito imprescindible querer ser una ciencia sin serlo realmente. En el caso del marxismo eso parece ya ampliamente aceptado, es decir, que se trata de una ideología o de un enfoque filosófico, pero no de una disciplina científica, y en el caso del psicoanálisis parece que es también la actitud mayoritaria entre los psicoanalistas el no considerarlo como una disciplina científica. Los ejemplos más relevantes de pseudociencias que habría que señalar hoy, por su importancia social y su grado de aceptación, serían la homeopatía, el Diseño Inteligente, la parapsicología, la astrología, la ufología o la cienciología. A ello habría que añadir las doctrinas anticientíficas, que no llegan a ser pseudociencias propiamente dichas, porque no están lo suficientemente articuladas, pero hacen un daño similar, como serían el negacionismo climático, el negacionismo del holocausto, el terraplanismo o el movimiento antivacunas. Todas ellas constituyen las formas actuales de irracionalidad ligadas a la ciencia, puesto que rechazan las ideas científicas establecidas para promover otras que carecen de fundamento, aunque son presentadas por sus defensores como siendo más fiables que las de la ciencia, creando la impresión de que hay polémicas donde en realidad no las hay.

Cuando se habla de realismo científico, ¿de qué se habla exactamente? ¿Los científicos suelen ser realistas?

El realismo científico es básicamente la unión de una tesis ontológica, una tesis epistemológica y una tesis semántica. La tesis ontológica afirma que las entidades teóricas postuladas por las teorías científicas existen (aunque podamos cometer errores al respecto). La tesis epistemológica afirma que las teorías científicas son aproximadamente verdaderas y progresan hacia un mayor grado de verdad. La tesis semántica sostiene que la verdad ha de interpretarse en el sentido clásico de la correspondencia entre nuestros enunciados y la realidad. Sobre el grado de adhesión de los científicos al realismo, si es que han considerado la cuestión, hay de todo. Hay científicos realistas y científicos no realistas. Podría pensarse, quizás, que donde menos realistas debería haber es en la física, pero incluso allí, según algunas encuestas, el número de los que se declaran realistas es mayoritario.

¿Y por qué debería haber menos científicos realistas en el ámbito de la física? ¿Una consecuencia de la interpretación hegemónica de la mecánica cuántica y del principio de incertidumbre?

En efecto, dado que la interpretación más aceptada de la mecánica cuántica ha sido la interpretación de Copenhague, y dado que esa interpretación es claramente antirrealista, podría pensarse que los físicos, educados en esa interpretación, deberían serlo también. Sin embargo, un estudio empírico publicado recientemente en la revista Philosophy of Science, realizado con 1.798 científicos de diferentes campos (física, química, biología, economía, psicología, sociología, y antropología, junto con algunos profesionales del campo de la historia y la filosofía de la ciencia), ha proporcionado unos datos interesantes. Resulta que los científicos naturales son más realistas que los científicos sociales, y que los físicos –sorprendentemente, al menos para mí– son los que aceptan el realismo ontológico y el epistemológico en una proporción mayor. Resulta, además, que los más antirrealistas de todos son los profesores de historia y la filosofía de la ciencia.

Tomemos un descanso si le parece.

Me Parece.

Fuente: https://rebelion.org/podemos-diferenciar-con-nitidez-ciencia-y-pseudociencia-pero-no-con-un-criterio-unico-y-simple/

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Inédito-Viable o Grieta Epistemológica. La Escuela como Dilema

Por: Miguel Andrés Brenner

Facultad de Filosofía y Letras – UBA

 

 Importa una gestión de crisis en el sistema educativo.

Importan poblaciones preparadas, escuelas seguras.

Importa desarrollar políticas intersectoriales

para impulsar el autocuidado y la prevención de riesgos,

formando una cultura preventiva mediante el desarrollo de

hábitos de protección, así como de establecimientos educativos

y de alumnos para que estén mejor preparados

ante la ocurrencia de una catástrofe.[1]

 

       RESUMEN

Planteamos el interrogante inicial sobre el cuidado en zonas de vulnerabilidad, cuyas certezas e incertezas, considerando la perspectiva del conocimiento, que establecen las condiciones de posibilidad de una grieta epistemológica, bajo la problemática de la institución de un pretendido paradigma empírico neuroético desde el que nos formulamos la pregunta por la escuela. Así, proponemos la lucha por una alfabetización crítico/digital a partir del lugar de las víctimas, apelando a un polilogos intercultural, sosteniendo dramáticamente la previa e imprescindible alfabetización pedagógico-política lecto-escritural en calidad de inédito-viable.

Palabras clave: inédito-viable, grieta epistemológica, panóptico empírico-neuroético

A MODO ACLARATORIO

Entre el epitafio y el cuerpo del trabajo, hay un hiato que entiendo como “incorrecto” en una escritura académica. Apelé al mismo para dejar abierto interrogantes. Y entre el cuerpo del trabajo y su complemento, hay una necesidad para dejar aclaradas cuestiones que excederían al cuerpo del trabajo.

PREGUNTA INICIAL ACERCA DEL CUIDADO

La pregunta inicial que formulo es acerca del cuidado, que también es motivo para pensar la escuela. Es el término del momento, porque “se” habla del cuidado. Pero, ¿hasta qué punto la actual “obsesión verbal” por el mismo nos conlleva a interrogantes otros? Es que tras las palabras o hay un mero juego de discriminación conceptual (plano de las ideas) o un mero juego de discriminación negativa (plano de la materialidad de las contradicciones, de la negación del otro). Obviamente, el lugar de la pregunta es crucial al respecto del cuidado: si es el dolor de las víctimas o el artilugio del poder hegemónico, si es desde la dignidad humana como condición de posibilidad de toda valoración o si es desde el requerimiento de regresar a los cauces de la consabida normalidad en la vida cotidiana del utilitarismo bajo el signo del capitalismo que se verbaliza en el saludo de despedida “cuidate” o “be careful”, con el implícito no hacerse cargo del otro, intencionado o no. O liberación de nuestros pueblos o mera gestión de la crisis.

ZONAS DE VULNERABILIDAD

Es que nos hallamos inmersos en zonas de vulnerabilidad dentro de la incertidumbre provocada por la crisis global, sea financiera, climática, social, alimentaria, entre otras. De ahí que en los discursos de nuestro presente sea lugar común un término tal como “tejido social”, provocativo y seductor, aunque indicativo de las condiciones de fragilidad de nuestras existencias como pueblo.

ENTRE CERTEZAS E INCERTEZAS.

PAULO FREIRE, PEDAGOGÍA MILITANTE

Mientras en el mundo los mercados financieros pretenden certezas, ellos establecen las condiciones para la incertidumbre. Mientras desde la inseguridad en todo sentido se establece la fragilidad social, en la escuela básica el pensamiento tiende a ser lineal, sin los vaivenes y desafíos del pensamiento crítico, aún obviando el creativo caos o desorden como paradigma surgente tanto en las ciencias naturales como en las ciencias sociales. No pretendemos una simple resiliencia adaptativa a los cánones institucionales escolares establecidos, cuando el Volcán Etna (valga la metáfora) irrumpe sus lavas por doquier haciendo de la vida casi un suspiro imposible. Es que la rigidez institucional hace que lo instituido sea más potente que lo instituyente, pero lo instituido sin el anhelo de dignidad teniendo en cuenta las condiciones de existencia del común de los mortales.

Entre tanto, circula una multiplicidad de discursos en virtud del aniversario de los 100 años del nacimiento de Paulo Freire, con un docente de base que en la escuela pública explaya relatos con los que los alumnos en tanto logren adaptarse reactivamente, se mimetizan al suponer responder a la perspectiva de su docente, así sentirse seguros, seguridad imaginada, cuando la comunidad imaginada es un interrogante práxico, empero militantemente deseado.

Ya nos lo decía Freire (1996: 25), educar implica un a favor de qué y para quién, como así educar también implica un contra qué y contra quiénes, lo que hay que hacer manifiesto[2]. A tal efecto se requiere lo que denomino “desobediencia pedagógica como astucia pedagógica” (Brenner, M.A.: 2016)[3], o a lo que Mignolo, Walter (2010)[4] designa “desobediencia epistémica” o bien Orlando Fals Borda afirma como originar espacios intersticiales a modo de desobediencia epistémica – una ciencia rebelde y subversiva, motivo de esperanza en aquel inédito-viable enunciado y anunciado por Paulo Freire, superando el escepticismo implicado por las “situaciones límites” de Karl Jaspers. Ya el citado Fals Borda “dos anos setenta propunha que a ‘dissidência’ acadêmica teria por sujeito prioritário a denominada ‘anti-elite’ intelectual, investigación militante (decolonial)”.[5]

GRIETA EPISTEMOLÓGICA

Nuestra época es la de las Fake News o de las Deep Fake, ante las que Paulo Freire tendría un posicionamiento ético político militante, cuya perspectiva didáctico-pedagógica brilla por su ausencia en la praxis del aula de nuestras escuelas, donde se continúan enseñando “verdades” como si la época de la “posverdad” no existiera, como si la “opresión de los algoritmos” a partir de la inteligencia artificial fuese ausente, con sus patrones de conducta predeterminados, orientados desde la colonialidad del poder, del saber, cuya discriminación étnica, social, racial, feminista es una especie de “leit motiv”, donde la identidad de los pueblos ya no cabría, pues la identidad es reemplazada por la categoría “perfil”[6] con un sentido manipulador (la noción de perfil permite al algoritmo, a los programadores y analistas, sustituir al sujeto real con el registro de la actividad online del sujeto) o de gubernamentalidad algorítmica[7], donde se pretende redefinir la experiencia social a partir del acopio y modelado de datos de los usuarios. Cuando ponemos un “me gusta” a publicaciones de otros en Redes Sociales/Digitales o escribimos en las publicaciones de otros en dichas Redes -viendo y compartiendo videos, memes, flyers-, cuando usamos aplicaciones al modo Tik Tok, cuando en alguna plataforma virtual fruncimos el ceño, etc, tengamos en cuenta que cada una de estas interacciones están siendo grabadas y monitoreadas en tiempo real. A ello hay que considerar el geolocalizador de movimiento desde el que hasta nuestros mínimos pasos son detectados. Sería pertinente mencionar a Jean Baudrillard, quien sostiene la presencia de una hiper-realidad más real que lo que suponemos la realidad empírica. Baudrillard publica sus escritos en el 1977, por lo que habría que actualizarlo a las condiciones de las actuales tecnologías del poder.

Tan grave es la situación que me animo a mencionar una ruptura particular, no ya la ruptura epistemológica categorizada por Gastón Bachelard, sino una “grieta epistemológica” que trasciende hasta al mismo “giro lingüístico”. Pareciera no interesar la verdad, pero escolarmente el currículum simulado en la escuela sigue mostrando su interés, desconociendo los recientes avatares tecnocráticos del presente en las Redes Sociales/Digitales. Grieta tal se sustenta en el “giro emocional” de base neuronal con su supuesto de universalidad no situada, pues el cerebro y las neuronas serían unos y únicos, en tanto que las emociones que señalan la alteridad son las de fuerte carga agresiva, y sus consecuentes políticas de discriminación y de miedo al otro.

Desde este lugar nos planteamos qué es la realidad, cuando el mismo “diálogo” se negaría en la “situación límite”, negando a también su consideración como “inédito-viable”, donde ya la misma realidad que es, al mismo tiempo sería otra, sin importar la cuestión. Y si el docente carece del posicionamiento didáctico político requerido, sería en tal sentido un analfabeto puro.  Se anularía todo polilogos en favor de un sistema escolar supeditado a la dictadura de la normativa, obviando que “la ley mata y el espíritu vivifica”.

Salvo que históricamente se den luchas comunitario/populares a fin de lograr condiciones desde las que se establezca la dignidad humana, una de las pocas seguridades que tenemos es que viviremos en un mundo que será más digital, en principio para beneficio de los sectores sociales incluidos y, accesoriamente, para los sectores sociales excluidos, aunque para todos ellos, unos participando de alguna manera de los supuestos beneficios, otros considerados basura humana, desechos sociales, y bajo el signo del control o gubernamentalidad.

 Pero, en tal sentido, ¿quién va a controlar los nuevos sistemas de información y los sistemas de seguimiento que permiten conocer prácticamente todos los deseos y anhelos frustrados, todos los desplazamientos de una persona? ¿Quién va a controlar la tendencia globalizada de digitalización masiva de la vida?, ¿serán las grandes empresas tecnológicas o los Estados asociados? Obviamnte, ello bajo la actual apoteosis del denominado Proyecto Brain en danza.

¿CARECE YA DE SENTIDO LAL ÉTICA?, ¿Y ENTONCES QUÉ LE CABRÍA A LA ESCUELA?

Desde el llamado “The Human Brain Project” (HBP) se intenta percibir cómo el ser humano piensa, lo que implica, gracias a cierto tipo de neurociencia, indagar en el pensamiento con la posibilidad de su manipulación/digitalización. Puede decirse que esto no es nuevo, empero sí lo es y más gravísimo aún. Hay dos proyectos independientes, aunque en la misma trama, el norteamericano y el europeo. Ciertamente, los objetivos que se exponen de ese Proyecto son bondadosos, pero en manos de quienes manejan los hilos del ejercicio del poder resultan muy peligrosos para la condición humana. Entonces, el panóptico de Bentham (Foucault) y el panóptico digital (Byung-Chul Han) quedarían superados en tanto panópticos con la aparición de un nuevo panóptico, el “panóptico empírico neuroético” (leer el cerebro, manipular/digitalizar los criterios éticos de la forma de pensar y hacer, mediante la inserción de microchips), en tanto base para un neurofascismo novedoso y dramático a la vez. ¿Congeniar lo empírico, que tiene que ver con lo experimental, con la ética del ámbito de la filosofía práctica? ¿No sería, acaso, una incongruencia?

Es que se consigna la cualidad de empírico por cuanto las investigaciones se adecuan a las prácticas de las ciencias experimentales, donde las técnicas de laboratorio y de observación son claves en el intento de cuantificar toda variable cualitativa, cuantificar todo lo humano bajo el signo de lo universal, con la intervención de ciertas mitopoiéticas materialidades de las neurociencias, los “big data” y la inteligencia artificial[8].

Sin embargo, pareciera una incongruencia la simbiosis entre empiria y ética, entre experimento singular de laboratorio y principios éticos. Empero, existen investigaciones cuya tendencia es la de “gestionar las conductas éticas” de los seres humanos, y de ahí el término panóptico empírico neuroético. Aunque,  independientemente de sus logros efectivos en el tiempo, lo que importa es la “tendencia hacia la apoteosis de la manipulación”, propia de un sistema cuyo “espíritu” es el Mercado dentro del neuroneoliberalismo capitalista, que incide en todos los ámbitos y también, por ende, en el pedagógico, por lo que en un reciente trabajo hemos mentado el concepto “neuroneoliberalismo pedagógico capitalista fascista”[9]. Y adoptamos el significado de la neuroética[10] en lo que hace al conocimiento de la arquitectura funcional del cerebro, pretendiendo dar cuenta del pensamiento y el juicio moral, hasta el extremo de manipular este último. Según afirma López Moratalla, Natalia (2016): Los procesos neurobiológicos que subyacen al juicio ético es el centro de atención de la neuroética. Importa conocer cuales áreas cerebrales se activan y cuales se silencian mientras las personas “deciden cómo actuar ante un dilema moral”, a fin de saber de qué manera está impresa en la dinámica del cerebro la dotación ética de cada hombre y común a todos los hombres, amén del rol central de las emociones en el juicio ético.

Desde tal consideración, hablar de la pedagogía freireana nada más que como una pedagogía del diálogo es incorrecto, pues una educación liberadora parte de las problemáticas reales que acucian a los sujetos comunitarios de la educación para, tomando conciencia dialógicamente, organizarse y abocase a la lucha en contra-de quienes nos oprimen. Es por ello que, reiterando conceptos trabajados más arriba, Freire señala una educación contra qué, contra quién, y a favor de qué, de quién.

LA ALFABETIZACIÓN CRÍTICO DIGITAL DE LOS DOCENTES DESDE EL SUELO DEL SUFRIMIENTO DE LAS VÍCTIMAS, APELANDO A UN POLILOGOS INTERCULTURAL

Es imperativo de nuestro presente histórico un ciclópeo esfuerzo, recreando de alguna manera los “círculos de cultura”, a fin de establecer nuevos tipos de palabras generadoras, intentando superar pueblos silenciados que no pronuncian comunitariamente su propia palabra.

A tal efecto, desde las problemáticas de una vida en común, base de una imprescindible alfabetización política lecto-escritural, resulta imperativo aprender a leer el mundo simbólico digital, crítica y creativamente. Obviamente, sin la primera, si se diera nada más que la segunda, cabría la cualificación de una mera manipulación instrumental.

           

Complemento

Cuando hablo de “grieta epistemológica” estoy queriendo significar la inutilidad de una academia que disfruta de sus propios discursos, donde ya no hay ciertas comunidades de científicos que, estableciendo sus propios criterios de objetividad, puedan dialogar con ciertas otras comunidades de científicos.

Desde el punto de vista educativo, en la escuela, en una multiplicidad de casos, difícilmente pueda explicar un docente a sus alumnos qué es la realidad, y aún aceptar de sus alumnos qué entienden ellos por realidad.

Más que el conocimiento, prevalece la emocionalidad, con tintes agresivos hacia los otros, otros que generarían miedo. Hasta determinados enunciados supuestamente científicos son aceptados a partir de la señalada emocionalidad. No existe pluralidad de voces y menos el diálogo. Nuestros alumnos viven y conviven en tal panorama. Entonces, ¿cómo lograr que interpreten la realidad en que viven? Aún, parecieran ser argentinas distintas quienes viven en el ámbito que expone el Canal Todo Noticias y quienes viven en el ámbito que expone el Canal C5N. Conste que a muchas camadas jóvenes no les interesa actualmente lo que se transmite en dichos canales, pero sí les interesa las informaciones que los alientan en las redes digitales/sociales, a las que no les importa ni la misma información, sino a la adhesión a ciertas creencias que potencian al antidiálogo, el odio y el miedo al otro. ¿Será la muerte de la argumentación?

No olvidemos que la inteligencia emocional parte de un cerebro universal, basamento éste de la misma inteligencia argumental (Daniel Goleman).

Vivimos una época de gramática inclusiva y exclusión semántica [i], ¿No será, quizá, indicativo de la tragedia de la misma argumentación?

Reiterando, la opresión de los algoritmos se sustentan en la necesidad de generar creencias que fomentan la emocionalidad del odio y la ruptura de todo diálogo, a la que denominamos “grieta”.

Ejs. relativos a la grieta.

  • Políticamente, no es que no haya acuerdos si en el 2019 Evo Morales dejó de ser presidente de Bolivia, sino si fue o no un golpe de Estado, con argumentaciones sustentadas en creencias.
  • Judicialmente, no es que no haya acuerdos si el último ex presidente de Argentina o si la actual vicepresidenta tiene sobre su cabeza varias causas judiciales, sino si es persecución política o no, con argumentaciones sustentadas en creencias.
  • Educativamente, no es que no haya acuerdos si la ausencia de presencialidad existió o no, sino que si por su extensión fue o no una tragedia cultural provocada intencionalmente, con argumentaciones sustentadas en creencias.
  • Sanitariamente, no es que no haya acuerdo acerca de si la pandemia existió o no, más bien si hubo o no criminalidad en las decisiones gubernamentales, con argumentaciones sustentadas en creencias.
  • Criminalistamente, no es que no haya acuerdo o no acerca de si el fiscal Alberto Nisman está muerto, lo que no hay acuerdo es sobre cómo murió, siendo que hay quienes están seguros de que murió de una manera y quiénes de otra, con argumentaciones sustentadas en creencias.
  • No es un imposible trabajar académicamente a modo de ateneo ante un caso médico complicado, pero es un imposible en la actualidad trabajar académicamente cuestiones judiciales o políticas o económicas o educativas entre camadas de importantes intelectuales, cada uno de ellos en las antípodas de la llamada grieta.

 

 

[1] UNESCO. Planeamiento educativo con sensibilidad a las crisis. Boletín nº 3. Octubre, 2021

https://www.buenosaires.iiep.unesco.org/es/difusion/boletines/practicas-y-voces-en-america-latina-no3?utm_source=email_marketing&utm_admin=132116&utm_medium=email&utm_campaign=Prcticas_y_voces_de_Amrica_Latina_En_este_nmero_foco_en_Chile  (consulta: 10/10/2021)

 

[2] Freire, Paulo (1996). “Pedagogía de la autonomía.” Sao Paulo, Brasil. Ed. Paz e Terra, disponible en: http://cidac.filo.uba.ar/sites/cidac.filo.uba.ar/files/revistas/adjuntos/UNIDAD%207%20-%20Freire%20Paulo%20-%20Pedagog%C3%ADa%20de%20la%20autonom%C3%ADa.pdf   (consulta: 20/04/2020)

[3] Brenner, Miguel Andrés (2016). “Desobediencia pedagógica como astucia pedagógica.”  https://otrasvoceseneducacion.org/archivos/64595  (consulta 10/10/2021)

[4] Mignolo, Walter (2012) “Desobediencia epistémica. Retórica de la modernidad, lógica de la colonialidad, y gramática de la descolonialidad.” Buenos Aires. Ediciones del signo. https://antropologiadeoutraforma.files.wordpress.com/2013/04/mignolo-walter-desobediencia-epistc3a9mica-buenos-aires-ediciones-del-signo-2010.pdf

[5] Martins Moraes, Alex (2013). “Ciencia rebelde y desobediencia epistémica. Un breve encuentro con Orlando Fals Borda.” Instituto Humanitas Unisinos, Brasil.

[6] Ábrego Molina, Víctor.H. y Flores Mérida, Antony (2021). “Datificación crítica.” Revista Administración Pública y Sociedad. Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Córdoba. Nº 11. Enero-junio 2021. https://revistas.unc.edu.ar/index.php/APyS  (consulta: 10/10/2021)

[7] Ábrego Molina y Flores Mérida (2021). Ibid. https://revistas.unc.edu.ar/index.php/APyS

[8] Brenner, Miguel Andrés (2021: 61-83). “Epidemia del neuroneoliberalismo pedagógico.” En Pizzi, Jovino y Cenci, Maximiliano Sérgio (orgs.). “Glosario de Patologías Sociales.” Pelotas, Brasil. Editora UFPel. http://guaiaca.ufpel.edu.br:8080/bitstream/prefix/7723/1/Glos%c3%a1rio_de_patolog%c3%adas_sociales_ebook.pdf (consulta 10/10/2021)

[9] Brenner, Miguel Andrés (2019). “De la educación emocional.” https://www.alainet.org/es/articulo/198131 (consulta: 10/10/2021)

[10] Brenner, Miguel Andrés (2020). “Innovación educativa.” https://abacoenred.com/wp-content/uploads/2019/06/INNOVACI%C3%93N-EDUCATIVA.-EL-NEURONEOLIBERALISMO-PEDAG%C3%93GICO-POL%C3%8DTICO.pdf (consulta: 10/10/2021)

[i] Expresión del filósofo y amigo argentino Daniel Berisso.

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“Epistemologías del Sur” de Boaventura de Sousa Santos: aportes, limitaciones y errores

Las reflexiones que siguen parten de la lectura del ensayo de Boaventura de Sousa Santos titulado “Epistemologías del Sur”, publicado en la revista Utopía y Praxis Latinoamericana, año 16, No. 54, julio – septiembre de 2011, pp 17 – 39, publicada por la Universidad de Zulia, Maracaibo, Venezuela. En su libro “Descolonizar el saber, reinventar el poder” también recoge Boaventura de Sousa Santos estas mismas ideas.

¿Qué dice Boaventura?

De salida, en la primera línea de su resumen, Boaventura de Sousa Santos (BSS) afirma: “Es un hecho irreversible que el logos eurocéntrico ha implosionado en sus propias fuentes de desarrollo político y económico”.

Enseguida agrega que el nuevo logos que propone, aunque nace de la Teoría Crítica (concepto que a lo largo del texto alternará con Pensamiento Crítico, que no es exactamente lo mismo), ayudará a superar la lógica del “capitalismo y colonialismo sin fin” (en que supuestamente ha caído el logos eurocéntrico), basándose en la “sabiduría ancestral que porta el pensamiento de estos pueblos originarios” (de América) y su filosofía del “Sumak Kawsay” (Buen Vivir), vocablo de origen quechua que alude a vivir a plenitud, felizmente, en armonía con la naturaleza, y que tiene equivalentes en otras culturas originarias de América.

Estas primeras afirmaciones de BSS nos producen algunos interrogantes: ¿Es cierto que ha “implosionado” todo el “logos”, que él califica de eurocéntrico? ¿Esto incluye toda la ciencia moderna, las naturales y las sociales? ¿El concepto “sumak kawsay” se opone a todo el logos proveniente de Europa o el Norte, o específicamente a la visión positivista de la lógica desarrollista o productivista de una parte del logos “eurocéntrico”?

Según él, “no necesitamos alternativas, sino más bien maneras alternativas de pensamiento”, las cuales pueden encontrarse en los movimientos indígenas y sus concepciones sobre el estado plurinacional, la democracia participativa y desarrollo basado en el Buen Vivir y los derechos humanos que incluyen la naturaleza. Estas alternativas presentan una salida a “la calle ciega en que la tradición crítica occidento-céntrica parece estar atrapada”.

Para Boaventura, la crisis de la “tradición crítica” se basa en los siguientes desafíos: cómo interpretar lo viejo y lo nuevo; el fin del capitalismo sin fin; el fin del colonialismo sin fin; la pérdida de sustantivos críticos; la relación fantasmal entre teoría crítica y práctica.

1- Lo muy viejo o muy nuevo: para explicar este problema pone el caso del Proyecto Yasuni de Ecuador, por el cual el país dejaría de explotar algunos yacimientos de petróleo a cambio de que los países desarrollados le reconocieran 2 mil millones de dólares por no contaminar. Para BSS, esta propuesta apunta a un “futuro postcapitalista” que sale de una concepción de la vida precapitalista de los indígenas ecuatorianos que, según él, el pensamiento crítico no termina de comprender. “En el caso de América Latina, reclamar un pasado pre-colonial es una propuesta revolucionaria…”. Preguntas: ¿La propuesta modificaba el sistema capitalista? ¿Recuerda la idea del Banco Mundial de “canje de deuda por naturaleza”? ¿Su evidente fracaso habla de que no condujo a Ecuador a ningún camino postcapitalista? La política de Rafael Correa no rompió con el extractivismo, es decir, con una variante del capitalismo dependiente, aunque es justo reconocer que aplicó políticas sociales más justas gracias a una redistribución del ingreso de tipo keynesiano. Los problemas actuales de Ecuador, y el fracaso del proyecto Yasuni en 2013, prueban que no ha trascendido en un sentido post-capitalista la sociedad ecuatoriana.

2- El fin del capitalismo sin fin: para BSS la izquierda mundial está entre dos extremos, los que tienen dificultad para imaginar un fin del capitalismo, la socialdemocracia, en la que coloca a Lula; y los que tienen dificultad para imaginar cómo será el fin del capitalismo, en la que entra el “socialismo del Siglo XXI” y los procesos de Bolivia, Ecuador y Venezuela. Respecto a los últimos señala: “si los gobiernos imaginan el pos-capitalismo a partir del capitalismo, los movimientos indígenas imaginan el pos-capitalismo a partir del pre-capitalismo. Pero ni unos ni otros imaginan el capitalismo sin el colonialismo interno”. BSS simpatiza con la segunda vertiente, pero señala que su base social debe incorporar legitimidad ampliando el sentido de lo nacional popular al reconocimiento de las naciones originarias y el carácter plurinacional y pluricultural del estado. Pregunta: Coincidiendo plenamente con BSS, respecto a la existencia de un colonialismo interno que debe ser combatido, el problema es si, siete años después de escrito este ensayo, a la luz de la crisis de estos proyectos políticos “progresistas”, cabe preguntarse si ha habido algún intento serio de avanzar hacia el “fin del capitalismo” o si se mantuvieron en los límites del capitalismo sin atreverse a tocar la cabeza del sistema de propiedad burgués.

3- El fin del colonialismo sin fin: Respecto a este problema BSS también señala la existencia de dos vertientes, la primera, que cree que el colonialismo se acabó con la independencia y que sólo interesa la lucha de clases; la segunda, que entiende que las oligarquías gobernantes continuaron un colonialismo interno con implicaciones en la sociabilidad, la cultura, el espacio público y privado, las mentalidades y subjetividades. Para la segunda vertiente la “lucha anticapitalista tiene que ser conducida de modo paralelo a la lucha anticolonialista”; “la lucha por la igualdad no puede estar separada de la lucha por el reconocimiento de la diferencia”. Cita a René Zavaleta para el cual esta realidad (nuevos movimientos sociales indígenas, afro-descendientes, mujeres), crean turbulencia en los conceptos: clase/multitud, sociedad civil/comunidad, estado/nación. Lo que lleva a BSS a “la necesidad de tomar alguna distancia en relación a la tradición eurocéntrica”. Pregunta: ¿No incurre BSS en una contradicción al reivindicar aquí que una parte de la tradición marxista sostiene la lucha paralela contra el capitalismo y el colonialismo interno, pero más adelante “pone distancia” de toda ella?

4- La pérdida de los sustantivos críticos: Para BSS, la teoría crítica en el pasado poseyó conceptos que la diferenciaban de las teorías burguesas. Pero conceptos como “socialismo, comunismo, dependencia, lucha de clases, alienación, participación, fetichismo de la mercancía, frente de masas, etc. Hoy, aparentemente, casi todos los sustantivos desaparecieron” (¡!¿?). Aquí BSS no hace distinción entre vertientes reformistas y revolucionarias, y adscribe a la totalidad de la teoría crítica el adoptar conceptos burgueses adaptándole un adjetivo contra-hegemónico, como “desarrollo sostenible”, “democracia participativa”, etc. Las luchas sociales en Latinoamérica estarían dirigidas, según BSS, a “resemantizar viejos conceptos y, al mismo tiempo, introducir nuevos conceptos que no tienen precedente en la teoría crítica eurocéntrica”. Pregunta: Coincidiendo con BSS en que una parte de la izquierda (reformista) ha abjurado de los originales sustantivos críticos, la pregunta es si en verdad están muertos esos “viejos” conceptos en la academia y en las luchas sociales, o si lo que está muerto es la caricatura de añadir adjetivos supuestamente contra-hegemónicos a la sustantividad positivista burguesa.

5- La relación fantasmal entre teoría crítica y práctica: El problema aquí se centra, según BSS, en que “En los últimos treinta años las luchas más avanzadas fueron protagonizadas por grupos sociales (indígenas, campesinos, mujeres, afro-descendientes, piqueteros, desempleados) cuya presencia en la historia no fue prevista por la teoría crítica eurocéntrica… muy distintas de las privilegiadas por la teoría: el partido y el sindicato… no habitan los centros urbanos industriales sino lugares remotos…”. No se expresan en conceptos como socialismo, derechos humanos, democracia o desarrollo, “sino dignidad, respeto, territorio, autogobierno, el buen vivir, Madre Tierra”.  Esta diferencia entre teoría y práctica no se debe solo a realidades distintas, sino a diferencias ontológicas y epistemológicas, pues estos movimientos construyen su lucha en base a conocimientos ancestrales “ajenos al cientificismo” de la teoría crítica, y sus cosmovisiones los llevan a pensar en actores sociales distintos: comunidad, tierra, etc. Cita a Álvaro García Linera quien habla de “bloqueo cognitivo” e “imposibilidad epistemológica” respecto a dos realidades que serán punto de partida de proyectos emancipatorios y se sobrepondrán a la teoría marxista: la temática campesina y étnica. Termina proponiendo “alguna distancia” del pensamiento crítico y su tradición “pensado anteriormente dentro y fuera del Continente” (¿?). Preguntas: ¿Esto último incluye a Mariátegui, primer pensador marxista que le metió cabeza al tema indígena y campesino? ¿No pensaron el problema campesino Engels, Kautsky y Lenin? ¿No hubo un debate entre Lenin y Luxemburgo sobre nación y autodeterminación? ¿Flora Tristán, Vera Zasulich, Rosa Luxembugo, Kollontai, y tantas otras marxistas, no pensaron el tema de la mujer y el feminismo?

Boaventura Sousa Santos, establecidos los problemas que ve en la Teoría Crítica, pasa a formalizar su propuesta de cómo encarar la situación. Empieza por una afirmación contradictoria, “no echar a la basura de la historia toda esta tradición tan rica”, de la Teoría Crítica, “sin embargo, las soluciones modernas propuestas por el liberalismo y también por el marxismo ya no sirven…”.

Como se aprecia, siguiendo la moda postmoderna, Boaventura no hace diferenciación entre positivismo burgués y materialismo histórico proletario, los iguala para descartarlos en bloque. Ni siquiera intenta rescatar algo de algunas de las múltiples corrientes marxistas. Nada sirve. Al basurero no, pero sí échelos a algún cajón del desván. Es parte de la moda post-moderna de repudiar la “racionalidad occidental” en su totalidad.

Esquemáticamente BSS propone superar el “calle ciega” de la Teoría Crítica con: A. unaSociología de las Ausencias, que haga visible lo que se ha invisibilizado en referencia a  saberes que no responden a la linealidad y la monocultura del pensamiento eurocéntrico; B. unaSociología de las Emergencias que muestre las posibilidades plurales de futuro que pueden salir de saberes y prácticas no europeas; C. una Epistemología del Sur que reclame la justa valoración de conocimientos emanados de sociedades excluidas y silenciadas de las que puede surgir “una transformación progresista del mundo… no previstos por el pensamiento occidental…”; D. una Ecología de Saberes, que establezca el necesario diálogo intercultural de saberes, ya que no hay ni ignorancia, ni conocimiento en general; E. una Traducción Cultural o de Saberesbasada en la “hermenéutica diaptópica”, de interpretación entre culturas.

Todo lo cual está muy bien y lo compartimos, con la aclaración de que no puede ser hecho sin incorporar allí al materialismo histórico, con su carga sustantiva o conceptual, incluyendo toda la tradición de lucha del movimiento obrero europeo y norteamericano, y de centenares de intelectuales marxistas de esos y nuestros países. Pretender confundir el empirismo y el positivismo burgués con la Teoría Crítica y la tradición marxista es inaceptable desde un punto de vista serio.

¿Qué aporta la Epistemología del Sur?

Dejemos claro desde el principio que consideramos un aporte positivo de Boaventura Sousa Santos y su Epistemología del Sur, el intento de comprender, explicar y producir una conceptualización a partir de los grandes movimientos sociales de América Latina de inicios del siglo XXI.

Esta labor propuesta por BSS es necesaria, porque no se han analizado suficientemente los grandes procesos sociales y políticos que dieron origen a los gobiernos radicalmente progresistas de Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales, en Venezuela, Ecuador y Bolivia respectivamente, y otros procesos menos radicales pero que fueron influidos por los primeros.

Constituye un aporte invaluable de Boaventura Sousa Santos el visibilizar y dar voz a movimientos sociales que han devenido en actores centrales de la realidad en las últimas décadas: indígenas, afro-descendientes, mujeres y agreguemos nosotros, LGTBi y juveniles.

Junto con ellos rescatar para la “doxa” y la “episteme” conceptos que de una manera u otra reflejan esa realidad: nación, pueblo, raza, comunidad, buen vivir, autonomía, naturaleza (entendida no desde la perspectiva científico-técnica, sino desde el mundo de la vida de nuestros pueblos originarios).

Adscribimos con BSS a esa vertiente de la izquierda y de la Teoría Crítica que comprende que el colonialismo interno no ha desaparecido y que se expresa en la cotidianeidad con prácticas discriminatorias, racistas, patriarcales que escinden la sociedad entre el mundo de “el Ser” y el mundo de “el No Ser”, que a su vez pretende aplastar todo tipo de manifestación cultural de los oprimidos bajo el objetivo de imponer la “civilización”, es decir, la monocultura de la dominación.

Por eso también, junto a BSS, creemos que cualquier propuesta revolucionaria del siglo XXI, no sólo en Latinoamérica y en general en el Sur, sino también en el Norte, debe desarrollar paralelamente a la lucha contra la explotación de clase, la lucha contra toda forma de opresión, discriminación, invisibilización de las culturas, los pueblos y las naciones oprimidas.

Debe prevalecer un “diálogo intercultural” no sólo limitado a los movimientos sociales y políticos, sino también en el mundo de la ciencia social y la ciencia en general. Diálogo que hay que asumir con la actitud de estar dispuestos a ver, vivir y comprender “realidades sorprendentes”, al decir de BSS.

Como propone BSS, ese diálogo intercultural debe partir de una Sociología de las Ausencias y de las Emergencias que visibilice la amplia gama de formas que la humanidad ha desarrollado a lo largo del tiempo y en multiplicidad de culturas para comprender y explicar el mundo. Esa “Ecología de Saberes” debe ser asumida rechazando los prejuicios eurocéntricos del positivismo, que pretende una clasificación de las sociedades en inferiores y superiores, según un criterio arbitrario de progreso.

Ecología de Saberes necesaria, no solo desde el conocimiento formalizado hacia las cosmovisiones de las culturas “no occidentales”, sino también a lo interno de la ciencia y las humanidades, de la academia, donde es evidente que el “norte” controla e impone sus saberes de manera lineal e imperialista, mientras devalúa y manda al mundo del “no-ser” al conocimiento formal producido en las universidades “tercermndistas”.

Suscribimos el criterio de BSS de que se debe apoyar consecuentemente las demandas de los pueblos indígenas, no solo a la tierra, sino también a vivir la vida como les dicta su cosmovisión, lo que obliga a los gobiernos a respetar su cultura, su lengua, sus tradiciones, su autonomía y su autogobierno. Otro tanto puede decirse de las comunidades campesinas y afro-descendientes, para las que la democracia comunal y participativa es un ingrediente esencial económica y culturalmente.

Entre todas esas demandas culturales también están los de las mujeres en general, pero en particular de las mujeres pobres, cuyas luchas atraviesan transversalmente los movimientos sindicales, indígenas, campesino y afro-descendientes.

¿Cuáles son las limitaciones y errores de Boaventura Sousa Santos?

Sin embargo, el enfoque de Boaventura Sousa Santos tiene una serie de errores que impiden que sea tomado en bloque como la propuesta novedosa, epistemológicamente hablando, que él ha pretendido. El asombro que siente BSS frente a los pueblos originarios de América lo lleva a ser solidario y exigir respeto por sus culturas y saberes, lo cual es correcto y estamos de acuerdo, pero también lo conduce (al menos en este ensayo) a una simplificación idealizada, por la vía negativa del logos europeo y por la positiva de la cosmovisión indígena.

Si aplicamos el rigor del pensamiento crítico veremos que en muchos casos se trata de sociedades complejas, con diferenciación de clases y explotación, como lo fueron los grandes imperios Azteca, Inca o Maya. Incluso en cacicazgos de mediana complejidad, como los existentes en el istmo de Panamá prehispánico, se practicaba la esclavitud doméstica a enemigos vencidos. En el mismo sentido, se podrían analizar la existencia de prácticas patriarcales y opresivas contra las mujeres en mucha de estas sociedades, las cuales persisten hasta el presente.

Esas contradicciones sociales fueron utilizadas por los conquistadores y colonialistas europeos para “dividir y vencer”. De manera que, simplificar los pueblos originarios, para reducirlos a la filosofía del “buen vivir”, es hacer una caricatura irreal, semejante a la del personaje (Viernes) de la novela Robinson Crusoe, de Daniel Defoe. La muy eurocéntrica imagen del “buen salvaje”, al que la civilización occidental debe “conservar” en un frasco como un producto exótico para turistas.

Lo dicho no implica justificar ninguna política “civilizatoria”, como han pretendido los gobernantes liberales y socialdemócratas inspirados por el positivismo europeo. Europa no tiene moralmente nada que enseñar. Pero el mundo no está dividido en diablitos europeos y angelitos americanos. Se trata de hacer un análisis social objetivo y realista.

Este maravillarse lleva a BSS a generalizaciones que lo colocan, filosóficamente hablando, en el margen de la metafísica, más que en análisis social concreto. Sin relación a las explicaciones concretas, decreta de salida la muerte del “logos”, que adjetiva en general como eurocéntrico, cuyos contornos van desde lo que podría ser el positivismo liberal hasta el marxismo en todas sus variantes, incluyendo aparentemente el marxismo indiano de Mariátegui. BSS toma distancia de todo eso. Y no sabemos si abarca a las ciencias naturales.

Peor aún, decreta la muerte de los “sustantivos críticos”: lucha de clases, socialismo, dependencia, etc. Y todo ello sin pararse a analizar si en la realidad concreta eso es cierto o si mantienen vigencia. Argumenta que un sector de la izquierda y la socialdemocracia (que hace cien años fue señalada de traicionar sus principios), ha adoptado variantes de sustantivos burgueses a los que suma un adjetivo con los que hacer reformismo (contra-hegemonía, dice BSS): desarrollo sostenible o democracia participativa, por ejemplo.

Pero no todas las corrientes marxistas adscriben a ese procedimiento. Reduce lo más radical de la Teoría Crítica a Habermas, el menos marxista y el más weberiano de la Escuela de Frankfurt. Cometiendo la misma falta que critica en los eurocéntricos de invisibilizar, o enviar al mundo del “No-Ser”, a buena parte de la izquierda marxista y revolucionaria del mundo y de América Latina.

Reduce las izquierdas latinoamericanas a los socialdemócratas como Lula, por un lado, y a los Evo, Chávez y Correa, por otro lado, dejando por fuera otras variantes que existen y actúan, que van desde el MSTS y el PSOL en Brasil, el Frente de Izquierda de Argentina, o el Frente Amplio peruano y chileno, etc.

Decreta una ruptura entre la teoría y la práctica de la Teoría Crítica, que él presenta como sinónimo de Materialismo Histórico, al pretender que esa perspectiva no ha pensado más que en “el partido y el sindicato”, y que los movimientos campesinos, indígenas, de mujeres, etc. “no fueron previstos” y se han producido por fuera de la teoría. Falso.

Frente a todos esos temas hay pilas de documentos y análisis que no datan del siglo XXI, sino desde hace más de cien años. Contra la mentira habitual de los postmodernos, de que Marx, Engels y demás no vieron el problema de la naturaleza, la mujer y campesino, está probado que sí analizaron bastante esos temas, hasta donde la realidad del momento les permitió avanzar.

A Boaventura se le olvidan dos cosas: una, que el marxismo o Teoría Crítica, nunca ha pretendido construir un sistema filosófico al estilo de los filósofos burgueses, que pontifican acerca de todo lo humano y lo divino. El marxismo aborda los problemas en concreto, en la medida que la lucha de clases los va colocando. Así que usar la obra de Marx, como los escolásticos usaban la Biblia, para encontrar la respuesta a todos los problemas, es un método que Marx repudiaría.

Dos, que el conocimiento nace de la realidad social, cuando en ella se van produciendo fenómenos nuevos que exigen análisis, comprensión y respuestas. De manera que, si posteriormente a Marx, surgieron movimientos feministas o indígenas que no actuaban en su época, corresponde a los cientistas sociales y a los activistas políticos de hoy realizar la actualización del “logos” que ayude a comprender los nuevos fenómenos.

Todos esos fenómenos se han analizado y se están analizando desde la Teoría Critica, y se han producido miles de documentos al respecto. Pero Boaventura Sousa Santos ha decidido ignorarlos porque, de manera apriorística, y rompiendo con los buenos métodos sugeridos por el Pensamiento Crítico, él decretó el fracaso de la Teoría Crítica.

Bajando a lo concreto de la cuestión concreta: todos esos movimientos sociales de los que habla BSS, que ciertamente han cobrado protagonismo en los últimos años, ¿Contra qué luchaban? ¿Contra el colonialismo en abstracto?

El movimiento que llevó al poder a Evo Morales, es indígena y a la vez SINDICAL (de un sindicato sale Evo), y cobró fuerza en la Guerra del Agua, contra la privatización de los servicios de agua potable de la ciudad de Cochabamba, impuesto por las políticas neoliberales de las agencias de crédito imperialistas y aplicados por los gobiernos burgueses en Bolivia. El fenómeno político de Evo Morales no puede ser explicado sin la lucha de clases.

Así que, contra el pronóstico de Boaventura Sousa Santos, tenemos vivos en Bolivia todos los “sustantivos críticos” que él dio por muertos: clase, sindicato, lucha de clases, socialismo (porque MAS se llama al partido que lo postuló), partido, imperialismo, explotación, teoría del valor, capitalismo, neoliberalismo, democracia burguesa, etc. Claro, todo ello combinado con el movimiento indigenista y sus particularidades culturales, cosmovisiones, etc.

Pero un análisis serio de por qué un indígena llegó a presidente de Bolivia, no puede desenfocarse de la crisis de la globalización capitalista actual, con toda su carga sustantiva, que BSS ha pretendido eliminar.

La lucha de las comunidades contra las empresas mineras y las hidroeléctricas, ¿No es acaso una lucha contra el capitalismo depredador que somete a sus relaciones sociales de producción zonas que antes escapaban a su lógica explotadora?

Nuevamente, cualquier “análisis concreto de la realidad concreta” (Lenin), nos lleva de vuelta a los sustantivos críticos que ha dado por muertos Boaventura Sousa Santos. Porque la realidad es que el mundo vive la crisis del capitalismo en su fase decadente, eso explica y da el tono de los movimientos comunales, campesinos, indígenas, de mujeres que defienden sus formas de vida frente a la depredación del capitalismo voraz.

Vayamos más allá. ¿Cuál es la explicación de la crisis de los gobiernos progresistas del continente, en los últimos años? La crisis del Proceso Bolivariano en Venezuela, por ejemplo, no se reduce a la mera agresión exterior del imperialismo yanqui, ella parte de la crisis mundial capitalista, la manera como la crisis general afecta en particular a ese país: con su crisis de los precios de las materias primas, el petróleo, y con ello la crisis presupuestaria en el marco de no haber cambiado las estructuras sociales capitalistas.

La crisis del “progresismo” latinoamericano es un aspecto de la gran crisis capitalista mundial que no logra ser superada en el plano social y político. Porque la humanidad no logra trascender el capitalismo, justamente es por lo cual los sustantivos críticos que lo explican siguen vigentes.

En la realidad social concreta, no existe una separación tajante y mecánica, entre los conceptos clase/pueblo, sociedad civil/comunidad, estado/nación, como propone BSS. Por el contrario, existe una fusión dialéctica de los conceptos que explica la Teoría Crítica y los conceptos propuestos por las Epistemologías del Sur.

En Panamá, por ejemplo, nuestra clase obrera agrícola está compuesta principalmente por el pueblo Ngabe-Bugle. De manera que fueron los mismos actores sociales, indígenas y a la vez obreros, los que en 2010 realizaron una huelga general en defensa de su sindicato bananero, y en 2011 y 2012, lucharon como comunidad y nación contra una ley minera que pretendía quitarles sus tierras ancestrales, y los años siguientes contra un proyecto hidroeléctrico impuesto desde el gobierno.

Como obreros y como comunidades originarias, su enemigo es la explotación capitalista. NO hay una separación mecánica entre ambas cosas, por el contrario, hay una fusión dialéctica de la realidad y de los conceptos que la explican.

La crisis no está en los conceptos, está en el sistema y en las direcciones políticas “contra-hegemónicas» que lo enfrentan. Como decía Trotsky, “la crisis de la humanidad es la crisis de la dirección revolucionaria”, porque las condiciones objetivas para la superación del capitalismo “han comenzado a pudrirse”. Las direcciones políticas contra-hegemónicas se hayan más debilitadas ahora que nunca porque, a partir de la desaparición de la Unión Soviética, en la mente de muchos se ha confundido la degeneración stalinista con todo el movimiento socialista y se ha puesto un signo de igual entre la burocracia soviética y toda la Teoría Crítica.

Parte de ese problema son las teorizaciones postmodernas, al estilo de lo hecho por BSS, que pretende la supuesta muerte de la única teoría que sigue dando cuenta cabal del sistema capitalista: el materialismo histórico.

En ese sentido, reivindicar el diálogo intercultural y la ecología de saberes, es un objetivo necesario, pero no suficiente, si no es acompañado del análisis y combate al sistema de explotación mundial que aplasta a los pueblos, naciones y etnias del mundo. Y ese análisis y lucha no se puede sin las armas conceptuales construidas por más de cien años de batallas del movimiento obrero, socialista, comunista y marxista contra el sistema capitalista.

Visualizar el “fin del capitalismo sin fin”, la sociedad que BSS llama post-capitalista (y se niega a llamar socialista), requiere repensar partiendo del invaluable aporte del marxismo y la Teoría Crítica. La superación del capitalismo industrial no la encontraremos en la añoranza de un pasado idealizado. La disyuntiva es la planteada por Rosa Luxemburgo, socialismo o barbarie. La primera opción implica superación positiva del capitalismo, para todas las naciones y culturas oprimidas del mundo. La segunda opción implica un desastre y un fracaso para toda la humanidad.

Bibliografía

Sousa Santos, Boaventura. “Epistemologías del Sur”. Revista Utopía y Praxis Latinoamericana, año 16, No. 54. Maracaibo, Venezuela, julio – septiembre de 2011.

Sousa Santos, Boaventura. Descolonizar el saber, reinventar el poder. Ediciones Trilce. Montevideo, 2010.

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