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Crónicas del aula: la niña siria

Autora: Helena Modzelewski /La Diaria

En su biografía de Facebook, mi amigo Gabriel, el maestro, publica la foto de una escena cotidiana del aula que llama mi atención. Un niño, de quien vemos apenas la nuca, blande un lápiz sobre los renglones de un cuaderno. Una niña, a su lado, de pie, nos da la espalda de su túnica blanca impecable (hasta diría que almidonada, si esa práctica siguiera vigente), lleva sus rulos castaños atados en dos colitas y sostiene un cuaderno similar entre sus manos. El rostro apenas ladeado hacia su compañero, y la atención que este pone al papel, y al lápiz que parece a punto de moverse, nos hace imaginar que ella le está dictando. Al pie de esta foto, Gabriel ha escrito: “Trabajo cooperativo, enriquecimiento mutuo. Alumna de Siria apoya en escritura a su compañero de clase”.

Revive en mi mente un tema que hace tiempo ha perdido protagonismo en los medios de prensa: ¿qué fue de las familias sirias? Gabriel se excusa diciendo que no sabe la respuesta a esa pregunta tan grande, pero sabe la historia mínima que desde el privilegio de su aula le ha sido confiada. Me la cuenta. Para mí, en todo caso, no hay forma de conocer “a lo grande”. Al igual que el zorro de El principito, estoy convencida de que sólo se conoce lo que se domestica. Es probablemente la única forma de conocer íntegramente: el caso particular, la ternura, la mirada a los ojos.

Alentado por mi interés me cuenta. Samira tiene seis años, está en primero y tiene un nivel académico alto, en la franja superior del promedio. Toda su escolarización tuvo lugar en Uruguay, ya que cuando llegó con uno de los contingentes de familias sirias, fue ubicada de acuerdo con su edad en el nivel inicial. Su español es perfecto, y es además bilingüe, porque en su casa se habla árabe. Le gusta jugar a las maestras, y por eso siempre está ayudando a sus compañeros a completar tareas que se les hacen difíciles.

¿Cómo es ser el maestro de una niña proveniente de una realidad tal? Los ojos de Gabriel se iluminan en el desafío de la búsqueda de palabras. “Estimulante, divertido, y a veces, incluso, sencillo”, me dice sonriendo. Como el día que conoció a la mamá de Samira. Es sabido que en los primeros años de escuela, por seguridad, los maestros entregan a cada niño en manos de sus padres. Es una tarea que cuesta trabajo al comienzo del curso, porque los maestros no conocen a los padres y tienen que ir preguntando, asociando, procurando fijar en sus mentes rostros de adultos junto a nombres de niños. “Con Samira no tuve ningún problema”, me dice en tono bromista, “la reconocí por los ojitos entre el pañuelo que le cubría toda la cabeza”. Es una mamá joven, muy preocupada por su niña. Cuando Gabriel envió el primer comunicado en el “cuaderno viajero”, ella se presentó sin falta al día siguiente: “Vengo a que me explique personalmente”, le dijo en un perfecto español con un dejo de acento, “porque hablo y entiendo, pero no leo español”. Fue una de las instancias en las que Gabriel se enfrentó a la realidad de que las diferencias culturales requerían un trato diferencial. Ahora, cuando necesita comunicar algo, mientras que los demás niños lo llevan por escrito, él se lo dice a Samira oralmente para que lo cuente en casa.

Otra de esas situaciones de fricción de culturas sucedió en la celebración del Día del Libro. Habían invitado a las familias a participar en un “té literario”. La mamá de Samira no asistió. Luego explicó que no había podido porque estaban en Ramadán y ella no podía tomar té. Gabriel se lamenta de no haberle dicho que la mención del té en la invitación era simplemente una cuestión “de marketing”, y que lo central del evento era la lectura colectiva. Samira tampoco puede comer jamón, que procede del cerdo. La escuela es de tiempo completo, por lo que comparten en el comedor la hora del almuerzo, y si hay algún trozo de jamón, Samira lo aparta y no lo come. Algunos de los demás niños se quejaron al comienzo, porque a ellos no se les permite desechar comida por cuestión de gustos. Los maestros se vieron en la peculiar situación de explicar requerimientos religiosos con los que los uruguayos no estamos familiarizados, y eso pareció satisfacerlos. Ya nadie protesta. El mundo puede ser increíblemente simple para los niños. Los compañeritos hablan de Siria como si fuera un país cercano, familiar, y las costumbres musulmanas ya no son tan misteriosas.

En realidad, “no pueden quejarse”, me dice Gabriel, “¡si hasta tienen show!”. En algunos recreos, Samira pide permiso para bailar frente a su público infantil. Con actitud desfachatada y su vocecita aguda pide: “Maestro, poneme música”. Su canción favorita es “Despacito”. Se dispone llamando a sus compañeros: “Ustedes siéntense en el piso que les voy a bailar”. Pero si cierran mucho el círculo: “Acá tan cerca no, que es el escenario”. Me la imagino tal como Gabriel me la describe, una amalgama inaudita, como una fotografía que, mostrada fuera de contexto, no tendría sentido alguno: una niña de rasgos árabes, vestida en nuestra tradicional túnica blanca con moña azul, mueve sus caderas y sus brazos en una seductora danza oriental al ritmo de un son latino. Un cuadro incomprensible, incluso impredecible, si alguien se hubiera atrevido a imaginarlo una década atrás. Un tesoro más en la historia de un país pequeñísimo cuya población se ha conformado de inmigrantes desde su fundación misma.

En este Mundial, con los niños y maestros deteniendo las clases para mirar los partidos de Uruguay, ya no es tan homogénea ni evidente la hinchada. Todos quieren saber a quién alienta Samira. “A Egipto”, indicó antes del primer partido, porque “hablan árabe, como en mi casa”. Pero después del triunfo, contagiada por la alegría del entorno, olvida su origen y dice que es celeste.

Una vez más en nuestra historia estamos de brazos abiertos, y los niños son nuestros principales maestros. Contrastando con un padre que, durante las inscripciones, murmuró: “Recibimos como unos giles a estos tirabombas”, los niños sólo saben de curiosidad y sorpresas. Gabriel los escuchó hace poco hablando de la serie de películas Chucky. Competían por quién había visto más: “Yo vi hasta la más vieja, la Chucky 1” decía alguien. “¡Yo vi la Chucky 50!”, intervino Samira. “¡No existe!”, le increparon en coro los demás. Y la respuesta que los deja mudos, intrigados, inquisidores: “En Siria, sí”.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2018/6/cronicas-del-aula-la-nina-siria/

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España: Los profesores que llevaron la revolución pedagógica a las barracas del Besós

Paula Russiñol/La Vanguardia

  • El Archivo Histórico del Camp de la Bota y La Mina presenta el vídeo ‘Aulas de arena’, que expone cómo se aplicaron por primera vez en España teorías educativas como la ‘Pedagogía del oprimido’ de Paulo Freire
  • “Las barracas del Camp de la Bota fueron testimonio de muchos episodios de solidaridad y lucha por la dignidad”, afirma Josep Maria Monferrer, educador y presidente del Archivo Histórico del Camp de la Bota y la Mina. La consciencia colectiva del barrio nació a la par que se gestaban sus colegios.Todo este legado es el que presenta Aulas de arena, un documento audiovisual que recoge la revolución pedagógica que tuvo lugar en el Camp de la Bota a partir de mediados de la años cincuenta. Lo hace mediante el testimonio de los protagonistas de la historia: sus profesores.

    El documental ha sido realizado por un grupo de alumnos de cuarto del grado de Comunicación Audiovisual (CAV) y del doble grado de Información Documentación Comunicación Audiovisual(INFOCOM) de la Universtat de Barcelona, en colaboración con el Archivo Histórico del Camp de la Bota y La Mina.

    Monferrer llegó hace más de treinta años a la Mina para hacer de maestro en un colegio del barrio. Allí entró en contacto con muchos alumnos que venían del Camp de la Bota. “Les pedía fotografías para hacer un archivo que recogiera el legado de la vida en las barracas”, asegura Monferrer. Ahora, el Archivo Histórico del Camp de la Bota i La Mina cuenta con más de 2.000 fotografías de este barrio suburbial. Muchas de ellas, son testimonio de como se gestó una revolución pedagógica que llegó de la mano del escolapio Francesc Botey.

    Teorías pedagógicas inauditas

    “Botey fue a Cuba y Brasil durante los cuarenta y aprendió mucho de las teorías pedagógicas liberadoras de Paulo Freire”, destaca Monferrer. Unas teorías donde los alumnos eran los protagonistas de su aprendizaje. Cuando volvió a España, juntamente con dos escolapios más, construyó una pequeña barraca muy cerca del parapeto del Camp de la Bota.

    Botey se paseaba entre las chabolas animando a los niños a ir al colegio a aprender. En aquel contexto, los alumnos aprendían de aquello que les despertaba interés. “Estos métodos no hubieran sido aceptables en ninguna aula de la escuela franquista”, señala Monferrer.

    Alumnos jugando en la playa
    Alumnos jugando en la playa (Arxiu Històric del Camp de la Bota i la Mina)

    Botey formó un equipo de profesores dispuestos a todo para promover la escolarización en una zona donde más del 80% de los residentes eran deetnia gitana. Algunos no tenían los estudios de magisterio pero tenían un carisma especial con los jóvenes.

    Al detectar que muchos niños no tenían ningún interés por las aulas, fueron ellos mismos los que fueron a buscarles. “Se desplazaban a la playa donde jugaban los niños y captaban su atención contándoles cuentos de la mitología romaní”, explica Monferrer. A través de los cuento s y losjuegos, los pequeños aprendían pequeñas nociones de lectura y escritura. “Un día llovía y los mismos niños le propusieron a la maestra de ir al colegio para poder continuar con la lectura sin mojarse. Fue ahí donde empezaron a adquirir el hábito de ir a las aulas”, añade el director del archivo.

    El castillo del Camp de la Bota acogió hasta unos 400 alumnos

    A a partir del año 1952, las aulas se ubicaron en el castillo del Camp de la Bota, que había frenado su actividad militar a raíz del Congreso Eucarístico celebrado este mismo año. Durante los sesenta, la fortaleza acogió hasta unos 400 alumnos. Más allá de hacer de escuela, el espacio también acogía la vida cultural y social del barrio. “Había una sala de baile y se hacía teatro. Era un auténtico centro social”, cuenta Monferrer.

    Conjunto de las escuelas gitanas ubicadas en el Camp de la Bota
    Conjunto de las escuelas gitanas ubicadas en el Camp de la Bota (Arxiu Història del Camp de la Bota i la Mina)

    Paralelamente, los vecinos de etnia gitana construyeron con sus propias manos un colegio y una guardería. En esta última, las madres hacían turnos para cuidar de los hijos de todas mientras las otras iban al colegio.También había una escuela de artesanía, donde aprendían a elaborar cestas y otros objetos de decoración que después podían vender. “Era una manera de salir de la marginalidad”, apunta Monferrer. Estas actividades promovieron una gran red de solidaridad entre todos los vecinos del Camp de la Bota.

    Los estudiantes de cuarto del grado de Comunicación Audiovisual (CAV) y del doble grado de Información y Documentación y Comunicación Audiovisual (INFOCOM) de la UB que han participado en el documentalson Uri Hosta (dirección y guión), Alba Medina (producción y documentación audiovisual), Miriam Nassin (producción), Lara Bautista (directora de arte y grafismo) y Laura Gomá (realización y postproducción).

    Las últimas barracas

    A principio de los años setenta el castillo se derrumbaba a causa de su mal estado. Por ese motivo, y tras fuertes protestas vecinales, el Ayuntamiento de Barcelona construyó una nueva escuela que se inauguró en 1972. Era el colegio Manuel de Falla. “Un espacio precioso, muy espacioso”, define Monferrer.

    En 1989, con los juegos olímpicos muy cerca, se derribaron las últimasbarracas del Camp de la Bota. Los colegios funcionaron hasta entonces, aunque muchos vecinos ya se habían trasladado a la Mina durante los setenta.

    Según Monferrer, la metodología que se aplicaba en aquellas aulas partía de las necesidades que vivían esos niños en situaciones tan precarias. Opina que hay mucho que aprender de aquella época. “La educación no puede perder de vista nunca esta perspectiva, sino los pobres siempre estarán marginados”, opina.

    Fuente: http://www.lavanguardia.com/local/barcelones-nord/20180618/45113020962/eduacion-revolucion-barracas-camp-de-la-bota-mina-besos.html

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Lo que alarga la esperanza de vida es la educación, no el dinero

Por: Javier Jiménez

En 1975, Samuel H. Preston presentó la curva que le hizo famoso. Representó la renta per cápita real en el eje horizontal, la esperanza de vida en el eje vertical y vio cómo todos los países se iban organizando en lo que parecía una correlación casi perfecta. En los países ricos, las personas vivían más.

Parece una obviedad, pero Preston no las tenía todas consigo: llevaba años estudiando la salud de las poblaciones y sabía que varios investigadores estaban trabajando con la hipótesis contraria, que la prosperidad fuera mala para la salud. Repitió los análisis con datos de 1900, 1930 y 1960, y, efectivamente, parecía una relación empírica incontestable. Pero, ¿Y si no era así?

Es la educación, estúpidos En 1985, John y Pat Caldwell plantearon que, según sus datos, la curva de Preston parecía una correlación espúrea. Para ellos, lo que en realidad estaba detrás de la disminución de la mortalidad eran las mejoras en la educación femenina. Un año después, publicaron un trabajo interesantísimo en el que estudiaban las distintas vías hacia la baja mortalidad.

Ricos, poderosos y educados. La idea de que los aumentos en la esperanza de vida están relacionados con la educación y no con la riqueza siempre ha sido muy popular. Sin embargo, no era sencillo separar todo eso. Las personas con más recursos suelen tener más educación y un estatus socioeconómico superior. Y los estudios que permiten separar esos factores eran demasiado pequeños para tenerlos en cuenta.

Buscando la verdad Wolfgang Lutz, director del programa de Población Mundial del International Institute for Applied Systems Analysis (IIASA), ha querido resolver el debate. Para ello, su equipo ha recopilado datos sobre la renta per cápita real, la esperanza de vida y los años de escolarización de 174 países entre 1970 y 2010.

Lutz Kebede Graphs

La Universidad de la Vida. Literalmente Los datos de Lutz muestran que, tal y como sostenía Preston, la riqueza se correlaciona con la longevidad. Pero, y aquí está la novedad, la relación entre años de escolaridad y duración de la vida es aún más fuerte. Sus modelos matemáticos indican que los cambios en la escolaridad predicen muy de cerca los cambios en la esperanza de vida. Los causan, según el estudio.

Aunque no está claro por qué Pero eso es ir demasiado lejos para la evidencia que disponen. Según su hipótesis, la educación mejora permanentemente las capacidades cognitivas de la persona, permitiendo mejor planificación y autocontrol a lo largo de la vida. Por ello, no es que la riqueza impulse la longevidad, es que la educación está detrás de ambas.

Un cambio radical (que busca confirmación) La idea es muy interesante. Sobre todo, porque viene avalada con una gran cantidad de datos. Sin embargo, es solo un primer paso. Quedan muchas preguntas en el tintero sobre la relación entre los sistemas educativos y la salud. Pero lo que nadie duda es que, si podemos trazar una línea tan clara entre escolaridad y años de vida, hay muchas políticas públicas que están a punto de cambiar.

Fuente: https://magnet.xataka.com/en-diez-minutos/lo-que-alarga-la-esperanza-de-vida-es-la-educacion-no-el-dinero

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España: Banco Santander y UNICEF, por la educación inclusiva

España/01 de mayo de 2018/Fuente: La Razón de España

Las dos entidades se unen para fomentar una enseñanza que respete la diversidad.

Banco Santander y UNICEF Comité Español han renovado el convenio de colaboración que ambas entidades mantenían desde 2013, y que recoge el compromiso del banco de entregar a UNICEF el 0,5% del importe de los saldos medios acreedores que arrojen las «Cuenta Mini 123». En estos cinco años, Banco Santander ha entregado mas de un millón de euros a UNICEF para sus proyectos de educación a la infancia en España y México.

El acuerdo fue firmado por el vicepresidente primero de UNICEF Comité Español, Juan Ramón García-Secades, y Rami Aboukhair, consejero delegado de Santander España. También asistió Héctor Grisi, consejero delegado en México. En España, la aportación respaldará el programa educativo «UNICEF Educación», iniciativa dirigida a los centros de enseñanza para promover el conocimiento de los Derechos de la Infancia y el ejercicio de la ciudadanía global solidaria y responsable.

En México el apoyo se dedica a «Educación inclusiva y atención a la diversidad», de ámbito nacional con el objetivo de contribuir a la escolarización y mejora de la calidad de la educación de niños, niñas y adolescentes indígenas como fórmula para combatir las desigualdades. Según su censo de 2015, éstos representan un tercio de la población total del país, de los cuales, el 53,9% se encontraba en situación de pobreza.

Banco Santander mantiene un firme compromiso con las comunidades en las que opera y, en 2017, dedicó 183 millones de euros a inversión social. La entidad renovó el pasado año su presencia en el Dow Jones Sustainability, situándose por segundo año consecutivo como uno de los 10 bancos mejor valorados del mundo por su gestión sostenible.

Fuente de la Noticia:

https://www.larazon.es/sociedad/banco-santander-y-unicef-por-la-educacion-inclusiva-HO18073646

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24 estudiantes envenenadas y 30 centros educativos cerrados en Afganistán

Asia/Afganistán/05 Abril 2018/Fuente: el diario la Educación

La investigación todavía intenta conocer las causas del ataque. Todo el mismo día que los talibanes cerraron 30 centros educativos en el centro del país.

Las jóvenes, de la Escuela Central de Lashkar Gah, fueron envenenadas el lunes por la mañana. La escuela se encuentra en la provincia de Helmand, según Europa Press, una de las zonas más controladas por los talibanes.

La investigación de las cuasas del envenenamiento siguen en curso  y todavía no se ha pronunciado ningún responsable ante la posibilidad de que haya sido un ataque perpetrado por los talibanes, grupo que está en contra de la escolarización de las niñas.

“Todas las niñas envenenadas son estudiantes de 11º grado en la Escuela Central Femenina en Lashkar Gah”, según las declaraciones del Omer Sawak, portavoz del gobernador del estado de Helmand, recogidas por Ariana News.

Esto ocurría el mismo día que los propios talibanes decretaban el cierre de 30 centros educativos en el distrito de Charj, según informaba Europa Press. Se trata de 10 institutos y 20 escuelas primarias. un cierre de escuelas sobre el que no se han pronunciado ni los talibanes ni tampoco las autoridades gubernamentales.

Según la agencia de noticias las estimaciones de Naciones Unidas son que unos 3,5 millones de niños están sin escolarizar en el país centroasiático. Afganistán tiene unos 17.500 centros educativos, si bien en 2017 había 1.075 escuelas cerradas por la violencia y la inestabilidad.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/04/03/24-estudiantes-envenenadas-en-afganistan/

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Ministro Educación Haití evalúa positivamente primer año de gestión

Centro América/Haití/29 Marzo 2018/Fuente: Prensa Latina

Pierre Josué Agénor Cadet, ministro de Educación y Formación Profesional, dijo sentirse satisfecho con su primer año de gestión, aunque admitió que resta mucho por hacer hoy en materia de funcionamiento.
Cadet celebra estos 12 meses de mandato con la inauguración de una veintena de escuelas y la rehabilitación de otras 300, tras el paso del huracán Mathew en 2016.

Asimismo, señaló que se construyen y reparan actualmente unas 50 instituciones educativas en todo el país, y se encuentran en fase final las escuelas secundarias de Corail, Carrefour,-Feuilles y Saint Michel de Lattalaye.

En cuanto al reconocimiento de los maestros que desde hace varios años imparten clases sin percibir salario, el funcionario señaló que durante el año se saldó la deuda con dos mil 700 docentes con cartas de nombramiento, mientras se integró al sistema educativo otros 180 normalistas.

Más de cinco mil millones de gourdes (78 millones 125 mil dólares) gastó el sector para sufragar las deudas y rehabilitaciones, subrayó el titular de Educación.

Sin embargo, admitió que continúa su lucha contra la corrupción y enfatizó que varios casos fueron tramitados a las autoridades competentes.

Ausentismo escolar, reformas en el sistema educativo y mejoras de la infraestructura de las instituciones, son, al decir de Cadet, algunos de los retos para años posteriores.

También planea avanzar en la capacitación de maestros, así como fortalecer la cantina escolar y consolidar el sistema de superación técnico y vocacional.

Cadet asumió el Ministerio de Educación el pasado año, con una deuda de 104 millones de dólares que dejó el Programa de Escolarización Universal Obligatoria y Gratuita aplicado por el Gobierno de Michel Martelly (2011-2016).

Datos del Banco Mundial, advierten que el país cuenta con una de las tasas de escolarización más bajas del mundo y solo el 76 por ciento de los niños en edad escolar asisten a clases, mientras que el 22 por ciento de los adolescentes y jóvenes reciben educación secundaria.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=162560&SEO=ministro-educacion-haiti-evalua-positivamente-primer-ano-de-gestion
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Etiopía: La atención a las víctimas de desastres naturales y Guerras. Innovación filantrópica

Etiopía/17 de Marzo de 2018/La Vanguardia

Las Naciones Unidas hizo un llamamiento a finales del 2017 a la comunidad internacional para conseguir la cifra récord de 18.000 millones de euros destinados a atender durante este 2018 a los 91 millones de personas más vulnerables del mundo, las víctimas de guerras y de desastres naturales. Oenegés y agencias de la ONU se enfrentan al reto de explorar nuevos sistemas para captar fondos que algunos organismos y donantes ya supeditan a los resultados. En esta línea, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha sido pionero en lanzar los Bonos de Impacto Humanitario (BIH) por un valor de 22 millones de euros destinados a poner en marcha tres centros de ­rehabilitación física en zonas de conflicto de Mali, Nigeria y la República Democrática del Congo. Ignasi Carreras, director del ­Instituto de Innovación Social de Esade y miembro del consejo de Oxfam Internacional, pronostica que en un plazo de entre tres y ­cinco años, el canal digital será el más relevante a la hora de conseguir donantes. “Otra línea de trabajo es sumar activistas para las diferentes campañas a los que después se pide que se hagan socios. Asimismo, se está empoderando a los voluntarios y a la masa social para que también ellos consigan fondos. Un ejemplo es la caminata Trailwalker”, indica Carreras. Desde que en el 2011 se organizó este evento deportivo y hasta el 2017, Oxfam Intermón ha recaudado más de cinco millones de euros.

El sector privado ya ha aportado los 22 millones requeridos, que podrá recuperar con intereses si el proyecto cumple todos los objetivos, una vez esté a pleno rendimiento, en un plazo de cinco años. “Tenemos nueve inversores, el mayor de los cuales es Munich Reinsurance, mientras que los restantes cuentan con el apoyo de la banca suiza Lombard. Obtendrán unos beneficios del 7% anual si el programa funciona de manera excepcional, pero pueden perder el 40% de su capital si es un completo fracaso. Como en otras inversiones financieras los participantes han sopesado los riesgos y las potenciales recompensas”, explica Tobias Epprecht, jefe de esta iniciativa en el CICR, con base en Ginebra.

Los donantes pagarán por resultados en un proyecto de Cruz Roja para atender a heridos de guerra en África.

El tercer grupo de actores que entra en juego es el integrado por los donantes que, en este caso, son los gobiernos de Suiza, Bélgica, Italia y Reino Unido y la Fundació Bancària La Caixa, que ha comprometido un desembolso de un millón de euros en el 2020. Al finalizar el quinto año, los cuatro gobiernos pagarán al CICR en función de los resultados conseguidos.

Un equipo de auditores externos analizará la eficiencia del proyecto en base a “cuántas personas recuperan la movilidad, gracias a la implantación de prótesis, órtesis o sillas de ruedas, por cada trabajador”, detalla Epprecht. Los tres centros se prevé que empiecen a funcionar en el 2020 y cada uno atenderá a unos 2.000 pacientes.

El CICR es el principal proveedor de servicios de rehabilitación física en países en desarrollo o afectados por guerras. Los amputados por heridas de arma o por el impacto de minas antipersona son buena parte de las 330.000 personas que atendió esta oenegé en el 2016.

“Nosotros apostamos cada vez más por alianzas a medio plazo y no por programas puntuales, ir junto con otros actores que en esta ocasión son gobiernos. Y valoramos la idea de condicionar nuestra aportación a la eficiencia. Es necesario innovar”, opina Ariadna Bardolet, directora del departamento de Programas internacionales de la Fundació Bancària La Caixa.

Los precedentes de los BIH lanzados por el CICR son los bonos de impacto social (BIS) y al desarrollo (BID). La británica Children’s Investment Fund Foundation (CIFF), una de las principales organizaciones dedicadas a la infancia, está detrás de los primeros BID con un proyecto ejecutado por la oenegé india Educate Girls, encaminado a reducir la brecha educativa de género en un remoto distrito del estado de Rajastán. El inversor inicial es la fundación UBS Optimus, que aportó el capital necesario para implantar un plan a tres años para aumentar la escolarización de las niñas. Asimismo, otro de los retos es que tanto alumnos como alumnas de primaria obtengan mejores notas en las asignaturas de matemáticas, inglés y hindi.

A la espera del análisis final, que realizará a mediados de este 2018 un auditor externo, los resultados preliminares han sido positivos. Si se cumplen todos los objetivos, CIFF pagará la cantidad desembolsada por UBS Optimus con un plus del 15%. Cabe destacar que al gestarse este proyecto, en el 2014, en India había 3,7 millones de niñas sin escolarizar y en Rajastán el 40% de las estudiantes dejaba el colegio antes de llegar al quinto curso.

Poco a poco van aflorando alternativas a la filantropía clásica con el denominador común de condicionar los aportes económicos a la eficiencia de los programas de desarrollo o humanitarios. En definitiva, pagar si las cosas funcionan. Y premiar si se alcanza la excelencia. Si en Gran Bretaña y en Estados Unidos esta es una fórmula que se observa con interés, en España es un modelo todavía incipiente. “Hay proyectos a largo plazo, en los que donantes como la Unión Europa supeditan sus desembolsos al cumplimiento de una serie de objetivos. Pueden rescindir el contrato y pedir la restitución del dinero si se falla. Ahora estamos trabajando con otras dos oenegés en la escolarización de niños en Tanzania bajo esta fórmula”, explica David del Campo, director de cooperación internacional de Save the Children.

En España, uno de los principales sistemas para ganar socios sigue siendo el de captadores cara a cara.

La crisis económica, que ha restado año tras año las aportaciones de las administraciones a las oenegés, ha invitado a recorrer otros caminos y buscar fuentes de finan­ciación diversas. Actualmente, alrededor del 55% de los recursos de estas organizaciones proceden del sector privado, mayoritariamente de los socios y de donantes pun­tuales, y el resto del ámbito público, según datos facilitados por Fernando Morón, director de la Asociación Española de Fundrainsing (AEFr), entidad sin ánimo de lucro especializada en la filantropía y la captación de fondos en España. Las aportaciones de los socios han ido aumentando desde el 2011 y en el 2016 suponían el 37,8% de los ­ingresos de 16 oenegés analizadas por la AEFr.

El sector ha sufrido un duro revés tras hacerse público, el pasado febrero, el caso de los trabajadores de Oxfam Gran Bretaña que, en el 2011, contrataron a prostitutas en un Haití devastado por el terremoto. Oxfam y las grandes entidades que trabajan en acción humanitaria todavía están cuantificando el impacto del es­cándalo en la pérdida de confianza por parte de la ciudadanía. Poco a poco, las oenegés intentan recuperar la normalidad y los captadores de socios salen a las calles de las principales ciudades buscando apoyos. Morón confirma que el denominado “cara a cara” sigue siendo uno de los principales canales para sumar socios, mientras que en otros países ya se denota un cierto cansancio ante un método que puede resultar invasivo.

“Cada vez más se tiende a ver al socio no sólo como un donante sino también como un aliado, involucrándolo en las campañas y estableciendo vínculos. El tener una importante base social legitima a las oenegés en sus causas”, opina Fernando Morón.

En un sector en el que disponer de fondos y utilizarlos bien contribuye a salvar vidas es relevante apostar por sistemas en los que se pueda medir la eficacia. Y más en estos momentos en que confluyen numerosas crisis, desde la guerra en Siria, que ya suma siete años y 5,6 millones de personas refugiadas, hasta las amenazas de hambruna en zonas de Sudán del Sur, Nigeria, Etiopía, Yemen o Somalia. Sólo en este último, azotado por una grave sequía y un endémico conflicto armado, 6,2 millones de personas, la mitad de su población, precisan ayuda de emergencia, como alimentos y agua.

Micromecenazgo: De Sierra Leona a Liberia en bici

Street Child sugiere sumarse a una travesía en bici de 300 km entre Sierra Leona y Liberia para conocer de primera mano el trabajo de esta oenegé especializada en facilitar la escolarización de los niños más vulnerables. También a maratones en Sierra Leona y en Nepal. Además de pagar los gastos, los participantes deben organizar campañas de micromecenazgo (crowdfunding) para recaudar 1.200 euros en el caso del maratón y 1.500, en el de la ruta en bicicleta, destinados a apoyar los proyectos en estos países. Con estas iniciativas se ingresaron 540.000 euros en el 2017. Esta oenegé nació en el 2008 para apoyar a menores de la calle en Sierra Leona.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20180316/441551816071/financiacion-ong-resultados-objetivos-proyecto.html

 

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