¿Es funcional el Estado como rector de la educación?

Por: Pluma Invitada

La funcionalidad de una empresa se mide por los resultados, al principio se puede trabajar bajo la estrategia de ensayo y error, y esto debe dar como resultado la mejora continua, es decir, cualquiera sabe que no se pueden esperar resultados distintos cuando se realizan las mismas acciones una y otra vez.

En referencia a la educación, en México, el Artículo 3º Constitucional es muy claro en cuanto a la rectoría del Estado como órgano educativo y, sobre todo, como gestor de la educación en los niveles básico, medio básico y medio superior, excepto para las preparatorias dependientes de las instituciones autónomas.

Sin embargo, el principio que debe regir a cualquier nivel, ya sea estatal o privado es el que se indica en la fracción II, inciso “d” de la misma Constitución, al referirse a que la educación “será de calidad, con base al mejoramiento constante y el máximo logro académico de los educandos…”

A pesar de esto, la rectoría del Estado en la educación no está fundamentada en este punto, sino a la componenda política, de ahí que todo factor de cambio estará, primero, determinado por intereses de conveniencia política y económica, es decir, del poder, y no por lo que la ley tan denotativamente establece.

Tomemos por ejemplo la fracción III del mismo artículo, en la que se manifiestan las disposiciones, sobre el ingreso, la promoción, reconocimiento y permanencia en el servicio profesional que se darán por medio de concurso de oposición, mediante los conocimientos y capacidades. Para justificar lo anterior, el discurso sostiene que de esa forma se garantizará una educación poco menos que del primer mundo: error, y, aunque así fuera, entonces esto debería ser válido, también para las personas responsables de la rectoría estatal a través, en todo caso, de una meritocracia y no mediante negociaciones que, evidentemente, se llevan a cabo a puerta cerrada y en función de compromisos partidistas.

Lo anterior representa el eje de la Reforma Educativa del año 2012, ante esto, el Rector de la Universidad Autónoma de México, Enrique Graue, en 2015, afirmaba: Falta reformar la educación, los modelos educativos, las materias. Esto es lo que es una reforma educativa y está por verse…”

La reforma en este rubro pretendía –y lo logró-, remover el sistema caduco de promoción y el statu quo de los docentes incorporados a los sistemas estatal y federal (SEER, DGB, SEP), tratar de acabar con el rezago provocado por la seguridad de detentar una plaza e implementar una actualización mediante evaluaciones periódicas a través del INEE, además de otorgar autonomía de gestión a las escuelas e involucrando a los padres de familia. Esto trajo como consecuencia inconformidades que, al final, resultaron fatales, sobre todo en el siempre polémico y contestatario Estado de Oaxaca.

Pero aún queda pendiente lo principal: la educación, ¿en qué momento de la reforma se habla de una mejora sustancial en la educación? o ¿cómo se lleva a cabo un seguimiento efectivo? y, en realidad, ¿hay algún avance y ya la OCDE nos ve con buenos ojos?

Politizar con el clientelismo ya es malo, politizar la educación es peor, porque se proponen modelos que nada tienen que ver con nuestra realidad; se radicalizan las posturas, se genera violencia y, al final, hay un gran perdedor, el destinatario de la educación, el niño, el joven, quienes no perciben las innumerables ventajas que significan todos estos cambios (?), y los maestros, que perciben solo eso: cambios.

La reforma, también ha buscado la manera de curarse en salud, proponiendo escuelas de tiempo completo, como una manera de optimizar contenidos, pero eso está bien cuando se cuenta con infraestructuras de vanguardia, o prohibiendo la comida chatarra en las escuelas…, no funcionó.

No va por ahí la solución al rezago educativo, va por el lado de la excelencia personal e institucional, va por la asignación eficaz de los recursos y no por su desviación, va por la designación de personal preparado y responsable al frente de la gestión educativa –secretarios, funcionarios, etc.-. El camino debe estar dirigido a padres rectores de la formación como seres humanos de sus hijos y no como verdugos implacables de los maestros, va por el lado de dignificar, en todos sentidos, la profesión del docente quien es, al final, el gestor mas idóneo de la educación.

La globalización nos ha enseñado muchas cosas, entre ellas, que no vivimos en un universo paralelo, en el que las cosas funcionan porque alguien dijo que así debe de ser, nos ha enseñado que debemos ir a la par con el desarrollo, pero también al ritmo de nuestros recursos, nos ha enseñado que hay maneras mas fáciles y mas eficaces de crecer y nos ha enseñado que la información es una herramienta formidable, siempre y cuando sea manejada de forma ética y equitativa.

Tenemos graves deficiencias en educación; durante años, la educación en México ha dependido de las posturas sexenales; reformas van y vienen, modelos se implementan, ya no mediante el ensayo y el error, sino mediante el error y el error y, así, se han elevado a rango constitucional las ocurrencias presidenciales.

Por decreto se puede adoctrinar, pero no se puede educar.

REFERENCIAS

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, actualizada, Grupo Editorial RAF, quincuagésima sexta edición. México, 2014.

https://elpais.com>mexico. (Recuperado el 14 de noviembre de 2018).

Fuente: http://www.educacionfutura.org/es-funcional-el-estado-como-rector-de-la-educacion/

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Educación socioemocional: Asunto del Estado, no de la escuela

Por: Adolfo del Ángel Rodróguez

Una novedad dentro del Nuevo Modelo Educativo, es que dentro de las Áreas de Desarrollo Personal y Social se incluye una asignatura llamada Educación Socioemocional, que es producto del Programa Nacional de Convivencia que se había estado implementando como una opción para combatir la violencia y el acoso escolar en las escuelas. Cabe destacar que dicho programa estaba destinado a escuelas de organización completa, dando inicio en el ciclo escolar 2016-2017.

Dicho programa, decantado en una asignatura dentro del Nuevo Modelo Educativo, encuentra una justificación en la violencia desatada en el país en los últimos años, suponiendo, según “expertos” en el tema, que es en las escuelas en donde se debe trabajar ese aspecto, concluyendo que se dará dicha atención en una asignatura. En ese sentido, es conveniente centrar la atención en un par de premisas que atañen su implementación en las escuelas: 1) reducir el trato del “origen de la violencia” social en una asignatura supone un desmarque por parte del Estado de una responsabilidad social que le corresponde; 2) enfrentar a la escuela contra los medios de información, cuyo contenido incluye misoginia y sexualización del entorno, además de la banalización de la calidad de vida, privilegiando los lujos sin reparar en los medios para conseguirlo (hablemos de música, contenidos visuales e incluso campañas de grandes marcas, además del hiperconsumismo que se promueve por todos lados).

Bien, en lo que respecta al primer punto, es sabido que cuando el gobierno reduce una necesidad social a un solo renglón de atención, termina por seguir líneas institucionales y no satisface dicha necesidad; por ejemplo, en el ámbito de la salud pública y en el educativo la atención a tales renglones pasó a segundo plano y se crearon beneficios alrededor de los institutos conformados para ello, bifurcando el fin primordial que era la formación de la población estudiantil, terminando en la constitución de sindicatos, que al inicio buscaban proteger al trabajador, pero que después se convirtieron en motivo de peleas por el poder (en una dinámica que por motivos de espacios no se puede ampliar aquí), creándose muchos vicios alrededor suyo que han impedido trazar y concretar metas en beneficio de la población.

En el caso de la Educación Socioemocional, reducirla a una asignatura es, de alguna manera, dejar a la escuela una responsabilidad que corresponde al Estado, por lo que siendo congruente, el Estado mismo debería abarcar todos los aparatos que lo conforman, no solo el educativo, porque el hacerlo así supone que no se atenderán otros ámbitos que son también espacios de educación pública, como son los medios visuales y auditivos que informan a la ciudadanía; de esa manera, si no hay avances en el rubro, de antemano hay un culpable de que en la sociedad  no haya una cultura de la no violencia y esa es la escuela.

De esta manera, en el segundo punto vemos como se trata de enfrentar a la escuela con dichos medios, los cuales fomentan un estilo de vida incongruente con la realidad, pues como lo resume Eduardo Galeano: “los niños pobres son los que más sufren la contradicción entre una cultura que manda a consumir y una realidad que lo prohíbe”; en un espectro más amplio, no solo los niños sufren de una realidad que exige un modo de vida no acorde a la dinámica económica, por lo que la nuestra es una sociedad frustrada, una sociedad a la que se le educa para el consumo sin que perciba los recursos necesarios para ello, por lo que eso es algo que no se puede combatir desde la escuela, sino –como se dijo renglones arriba- debe ser una responsabilidad del Estado más amplia, desde los contenidos de los medios de información auditivos y visuales hasta las campañas publicitarias, pues lo que se escucha y se mira alrededor es contenido sexualizado, misoginia y banalización de la vida, a lo que la media de la población no puede acceder o si lo hace es mediante formas nada beneficiosas a la sociedad, importando más el ingreso que la calidad de vida, anteponiendo los lujos, los placeres y las posesiones a la autorrealización como persona.

Ante esa perspectiva, Guillermo Jaim Etcheverry en su libro “La tragedia Educativa” había planteado que muy poco puede hacer la escuela en cuatro horas al día frente a los grandes educadores de la sociedad, que se encuentran afuera de las aulas, por lo que, podemos plantear que si la educación es pública, ¿por qué no abarca todo lo público? Es decir, todo lo que implica que la sociedad, el público, recibe como información, o es que, ¿acaso solo la escuela puede revertir lo que desde el Estado se ha creado? ¿Cómo la escuela, sola, puede educar a una sociedad con baja autoestima? –Véase el creciente negocio del couching en el país-. Por eso, la Educación Socioemocional no es un asunto educativo, ni mucho menos debe reducirse a una asignatura, sino que debe atenderse desde el Estado para abarcar el total de la sociedad para enfrentar una realidad con actitud crítica y bases firmes, atacando desde diferentes frentes al consumismo desmedido y a todo lo que ha llevado a crear una sociedad frustrada por no conseguir los lujos, placeres y posesiones que se ofertan por todos lados.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/educacion-socioemocional-asunto-de-estado-no-de-la-escuela/

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El Estado y la inversión en la educación superior pública

Walter Valenzuela H.

Este escrito ofrece a los lectores la oportunidad de apreciar el esfuerzo que hace un grupo de seres humanos que unen esfuerzos para implementar y desarrollar carreras orientadas

Un presupuesto es una previsión, proyección o estimación de gastos. Es un plan de acción cuyo objetivo es cumplir una meta preestablecida. Los presupuestos son parte de la administración de las finanzas de una familia, una empresa, organización o país.

El Estado, por su parte, debe presentar a sus ciudadanos, anualmente y de la manera más trasparente posible, el presupuesto asignado para el gasto público del siguiente año.

Por lo anterior, se torna imperioso encontrar una relación entre la universidad, el gobierno y la sociedad, relación que solo puede establecerse a partir de un cambio de orientación y función del Estado.

El Estado, en su relación con las universidades, debe mantener e incluso incrementar progresivamente su inversión en la enseñanza superior, no debe hacerlo discrecionalmente; por el contrario, en torno a metas debidamente pactadas y la cantidad de graduandos de cada casa de estudios superiores.

Las universidades definitivamente deben ser cada vez más emprendedoras, sin embargo no podemos pasar por alto que las universidades son las responsables de la formación de los profesionales que en la actualidad necesitan las instituciones públicas y privadas, todo lo que aumenta la posibilidad de que Panamá pueda crecer a nivel internacional.

Las universidades son las instituciones adecuadas para la formación de los científicos y profesionales que requiere el desarrollo de un Estado moderno. El conocimiento, que es una esperanza social y un lujo para muchos, hoy representa la verdadera fuente de toda economía.

Resulta contradictorio analizar que la fuerza laboral en las instituciones de salud del Estado y las organizaciones privadas tengan un déficit de recursos humanos y que, prácticamente, de estas profesiones sea la Universidad Especializada de las Américas la encargada de formar y graduar a estos nuevos profesionales en áreas como la enfermería, la optometría, técnicos en instrumentación quirúrgica, técnicos en asistente de laboratorio, fisioterapistas, terapistas ocupacionales, terapistas respiratorios, gerontólogos, educadores para la salud, técnicos en vectores, radiólogos médicos, fonoaudiólogos, ingenieros biomédicos. Lo mismo pasa en el escenario de las carreras del área de la educación, como consejería en orientación y rehabilitación, educación especial, licenciatura en dificultades del aprendizaje.

Por un lado, se necesita cubrir diferentes plazas de trabajo a nivel público y privado, sin embargo el Estado debe invertir en la educación superior especializada para que sea mayor y con una mejor calidad.

Este escrito ofrece a los lectores la oportunidad de apreciar el esfuerzo que hace un grupo de seres humanos que unen esfuerzos para implementar y desarrollar carreras orientadas hacia el logro efectivo del desarrollo de nuestro país, incluyendo los grupos más vulnerables y originarios, lo que sustenta nuestra solicitud para el cese de la inequidad en la asignación del presupuesto para la Universidad Especializada de Las Américas (Udelas).

Cuando se nace pobre, estudiar es el mayor acto de rebeldía contra el sistema, solamente el conocimiento puede romper los eslabones de las cadenas de la esclavitud, la ignorancia y la pobreza.

Fuente de la noticia: http://laestrella.com.pa/panama/politica/estado-inversion-educacion-superior-publica/24019304

Fuente de la imagen: http://nuestromedio.mx/nuestromedio/imagenes/articulos/20110625/generales/negocios/noticias/20110625-como-invertir-en-educacion-01.png

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“La educación está mejor representada política y estratégicamente por el Estado” Entrevista a Michael Fullan

América del Norte/Canadá/18 Marzo 2017/Autor: Rodrigo Rojas/Fuente: El mostrador

El asesor internacional analizó los desafíos del sistema educativo chileno, contrastándolo con reconocidas potencias como Finlandia y Canadá. El profesor emérito de la Universidad de Toronto destacó cinco factores a tomar en cuenta al implementar las reformas en Chile.

Durante los últimos 15 años, Michael Fullan, una de las autoridades más relevantes a nivel mundial en reformas educacionales, asesoró a cerca de 12 países en torno a sus políticas educativas. Inglaterra, Finlandia, Holanda, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos fueron parte de su agenda, participando en la construcción de proyectos ejemplares bajo la mirada del mundo. Así lo demuestra el ranking de naciones del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés), en donde gran parte de estos sistemas educativos se posicionan dentro de los 20 primeros lugares.

En esta entrevista, el ex decano de la Facultad de Educación y profesor emérito de la Universidad de Toronto analizó los cambios que ha experimentado la educación mundial, nuestro sistema educativo y las materias pendientes para que Chile logre lo que él denomina como “encontrar su propia Finlandia”.

-En 2016 y en conjunto con Google desarrolló un blog en donde señalaba que los países debieran “encontrar su propia Finlandia”, ¿a qué se refiere con esto?
-Finlandia se ha posicionado como un modelo de educación bastante exitoso, por lo que muchas personas se han preguntado cuál es su secreto. Ante esto, hemos concluido que se debe aprender del resto, aunque creando tu propia cultura, sin imitaciones. Puedes ser estimulado por las ideas de Finlandia en términos de obtener el éxito, pero debes desarrollar un sistema propio, generando una colaboración focalizada en la escuela a través del logro y el aprendizaje. A su vez, debes mejorar la enseñanza mediante el trabajo en equipo de los directores de escuela y sus profesores. Eso es la esencia de todo esto.

-En la provincia de Ontario, Canadá, donde se desempeñó como asesor educacional por más de nueve años, ¿cómo lograron alcanzar el éxito?
-Canadá no tiene un solo sistema educativo a nivel nacional, por lo que cada una de las 10 provincias son autónomas. Sin embargo, hay mucho desarrollo en común. En Ontario, durante los últimos 15 años, se perfeccionó la profesión docente, lo que significó que mejoráramos el liderazgo escolar en diferentes niveles: uno escolar, que consideraba a los profesores y directores de colegios a través del trabajo en equipo; y otro distrital, que trabaja con los municipios. Asimismo, empezamos a desarrollar objetivos específicos, centrándonos en literatura, aritmética y graduación escolar. Luego utilizamos datos y evidencia. Fuimos realmente cuidadosos en perfeccionar la capacidad individual y grupal a nivel escolar, coordinado con la política de Estado.

-¿El sistema escolar chileno está lejos de alcanzar estos estándares de calidad?
-Con mi equipo de trabajo hemos estado conectados con Latinoamérica, indagando en Chile, Colombia y recientemente en Uruguay. En Chile existe un punto positivo que es que, por primera vez en el último período, el Gobierno y otras organizaciones están invirtiendo en el desarrollo de sus profesores.

-¿Cuáles son los obstáculos que debe afrontar?
Probablemente la gran barrera era la estructural, en donde privados podían establecer grupos de escuelas. Esto significaba que un porcentaje de ellas estaba teniendo ventaja, porque la compañía privada contaba con más dinero y estaban generando una brecha. Asimismo, los padres que se podían permitir este lujo, deseaban que sus hijos fueran a estos colegios. Así, el gran problema era la falta de equidad que se creaba entre las escuelas de mayor y de menor rendimiento.

-¿Puede ser también una dificultad no haber establecido un sistema educacional regional o sectorizado por sobre uno nacional?
-No hay una respuesta clara en esta materia. En pequeños países como Finlandia, Nueva Zelanda y Uruguay, tiene sentido un enfoque nacional. Esto no ha ocurrido en países como Canadá, debido a su cantidad de habitantes. En el caso de Latinoamérica, la educación se ve como una fuerza para el desarrollo social, crucial para el éxito financiero del país y atado al futuro de la democracia. Esto está interrelacionado y en este escenario es, además, una estrategia social.

“Probablemente la gran barrera era la estructural, en donde privados podían establecer grupos de escuelas. Esto significaba que un porcentaje de ellas estaba teniendo ventaja, porque la compañía privada contaba con más dinero y estaban generando una brecha. Asimismo, los padres que se podían permitir este lujo, deseaban que sus hijos fueran a estos colegios. Así, el gran problema era la falta de equidad que se creaba entre las escuelas de mayor y de menor rendimiento”.

-¿Es posible contar con un sistema educativo nacional aunque con autonomía regional?
-Ciertamente puedes tener un modelo autónomo con presión nacional sobre algunas prioridades como equidad o alfabetización. Es más, en este momento en Canadá existe una autonomía que no necesariamente significa aislamiento. De esta forma, puedes poseer un sistema autónomo, aunque al mismo tiempo conectado a las ideas de otras regiones y sin dejar a un lado la política nacional.

Reforma Educacional

-En Chile estamos viviendo cambios profundos en materia educacional, ¿cuáles son los elementos a considerar durante la implementación de una reforma?
-Si tuviese que nombrar, serían cinco características, que no necesariamente se tienen que desarrollar en orden.

La primera, es continuar trabajando en la desigualdad estructural que proviene del financiamiento y de proveedores privados.

Segundo, deberían tener un pequeño número de metas ambiciosas, por sobre numerosos objetivos que no se pueden llevar a cabo. Este pequeño número se podría traducir, por ejemplo, en alfabetismo, matemáticas o incremento de egresados en la educación secundaria.

La tercera, es desarrollar la capacidad esencial y particular de cada uno de los profesores, para potenciar las prácticas de enseñanza y aprendizaje.

Otro factor se encuentra en el nivel de escuela y se relaciona con el trabajo en equipo que hay en ellas.

-¿Uno de estos factores considera la evaluación de estos cambios?
-Exactamente. El quinto componente es utilizar la evidencia del aprendizaje del estudiante. Esta es la estrategia para mejorar y en este escenario se verifica si se está alcanzando el éxito deseado, intentando responder qué aprendimos o cómo podríamos conseguir mejores resultados. Lo más importante es motivar a los maestros y directores para desarrollar un buen trabajo.

-Las últimas reformas en Chile se han orientado hacia una mayor participación del Estado en el sistema educativo, ¿es relevante esta intervención?
-Existen dos factores esenciales cuando el Estado se involucra. El primero es la presión, debido a que es él el que la está ejecutando sobre el sistema para que mejore. Con esto, se establece un sentido de prioridad y responsabilidad para el país. La educación está mejor representada política y estratégicamente por el Estado. En mi opinión, esta es la mitad de la solución.

Después, la otra tarea que debe tener el Estado es desarrollar buenas relaciones con los organismos que administran la educación, ya que deberán trabajar en conjunto para obtener buenos resultados. En ese sentido, el rol del Estado es encuadrar el foco, poniendo presión en obtener mejores resultados.

-¿Quién será mayoritariamente el responsable de llevar a cabo estos cambios: las agencias locales o el Gobierno?
-En algunos casos, una municipalidad o una agencia local puede ser el líder, y lo hicimos en Ontario. En un comienzo, algunos de los distritos escolares estaban por delante del Gobierno, ya que desarrollaron un buen trabajo antes de que este último lo hiciera.

En mi opinión, el Gobierno debe buscar qué organismos administrativos (municipios o agencias locales) están avanzando de buena forma hacia el futuro, y proveer un sistema que estimule y presione a aquellos que estén paralizados. Estos últimos deben interactuar, necesariamente, con aquellos que están logrando resultados positivos, quienes expondrán al resto del país el éxito creciente que han obtenido. Así, realmente se estaría movilizando a todo el sistema.

-En el último tiempo, Chile ha debatido cuál debe ser el correcto uso de las pruebas de medición que se realizan durante la etapa escolar. ¿Cuál es su opinión al respecto?
-Desde la experiencia en Canadá, donde existe una prueba en lectura, escritura y matemáticas para tercero y sexto grado (8 a 9 y 11 a 12 años, respectivamente), el rol de estas es determinar si hubo progresos, entregar retroalimentación a la escuela y el sistema sobre la base de estos resultados. Los datos y la evidencia tienen que ser parte de la solución, sin generar presiones en los profesores que puedan hacer que los estudiantes solo se concentren en responder.

Fuente: http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2017/03/16/la-educacion-esta-mejor-representada-politica-y-estrategicamente-por-el-estado/

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Estado, educación y los nuevos escenarios en Brasil

Por: Ivonaldo Leite

Los sistemas educativos nacionales han sufrido diversas transformaciones desde su constitución en el siglo XIX. Algunas obedecen a su dinámica interna, pero otras reflejan transformaciones más generales en el patrón de relación entre Estado y la sociedad.

Como se ha dicho Emilio Fanfani, la actual configuración de la relación entre Estado, sociedad y sistema educativo responde a una evolución que reconoce dos etapas fundamentales.

La primera adquiere sus rasgos distintivos luego de la crisis de 1930 y de la segunda guerra mundial y se extiende, en los países capitalistas centrales, hasta el estallido de la crisis del petróleo en 1973, y en los países latinoamericanos hasta la eclosión de la crisis de la deuda externa en 1982. A partir de ese momento se abre una segunda etapa, todavía en curso.

En el contexto de la crisis de 1930, la educación juega un papel central, puesto que era percibida como una inversión clave para la promoción tanto del crecimiento económico como de la justicia social. Las políticas educativas dominantes durante este período procuraron estimular en el sistema educativo prácticas conducentes a la producción de individuos fácilmente adaptables a los procesos políticos y productivos vigentes.

Sin duda el interés estatal en la integración nacional de las poblaciones bajo su autoridad resultó el motor de la expansión de los sistemas educativos en origen. El motor para la expansión de la cobertura y de la equidad del sistema resultó de la necesidad de realización del ideal de integración y promoción social característicos de los Estados de posguerra.

Uno de los aspectos básicos de los Estados de posguerra es su carácter intervencionista. El Estado interventor asumía un rol central en el mantenimiento de este equilibrio, interviniendo en la establecimiento de los precios y en la distribución del ingreso, directamente, a través de la política monetaria y la política de impuestos, e, indirectamente, a través, de la política de salud, la política de asistencia social y la política educativa. Era necesario que el Estado nacional centralizara tanto la recaudación y la distribución de los recursos financieros como el diseño de los currícula, dejando para las jurisdicciones sub-nacionales y los agentes privados solamente la responsabilidad de la provisión directa de los servicios.

Pero la crisis del Estado interventor puso en cuestión no solamente el arreglo socioeconómico que sostuvo el equilibrio de posguerra, sino también los pilares que sostuvieron la expansión de los sistemas educativos. El ideal universalista que inspiró la constitución y expansión de los sistemas educativos ha entrado en declive.

En países como Brasil, después de más de una década de políticas educativas activas del Estado, ahora el gobierno Temer adopta nuevas directrices que regresan a una agenda mínima del Estado en la educación. El discurso del nuevo ministro de educación está marcado por la tesis de la reducción de la inversión y la privatización.

En verdad, las nuevas reformas educativas brasileñas plantean una versión atrasada de la teoría del capital humano. Esto significa que o que impulsa a más gente a estudiar cada vez más años no es tanto o no solamente la expectativa razonable de una mejora en el ingreso en el mercado laboral sino la devaluación de los títulos académicos y las credenciales educativas. El solo hecho que cada vez más gente acceda al mismo título disminuye inmediatamente el valor de ese título, y de las habilidades que ese título simboliza en el mercado de trabajo.  Este es un tema central para el debate sobre la reforma de la educación secundaria brasileña.

El dilema de Brasil es no sólo desde el punto de vista de las reformas educativas, sino también el tipo de enfoque teórico y metodológico que muchos investigadores educativos han adoptado en sus estudios. En general, estos enfoques en nada tiene que ver con la realidad brasileña y de Latinoamérica. Por lo tanto son sólo  modas teóricas que alimentan egos y intereses en el mercado académico.

De todos modos, en fin, hay un serio riesgo de las nuevas políticas resultaren en una marcada segmentación del sistema educativo brasileño, y, consecuentemente, de la estructura de oportunidades educativas y sociales.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217169

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Francia: finalités et objectifs du système éducatif et de l’école

Fines – objetivos  del  sistema educativo y de la República

Europa/Francia/Julio de 2016/Noticia/ theconversation.com

Resumen:

Este texto es de la conferencia de clausura «Escenarios para una nueva escuela» se realizó tras dos años de reflexión del seminario «La escuela y la República» Colegio Bernardo, que trataban de analizar la relación entre la escuela y la República. El simposio fue organizado por Bernard Hugonnier y Gemma Serrano, Co-directores del seminario. Gaby Hostens, director de Política Internacional de la Educación, Ministerio de Educación de Flandes; Miembro del Seminario de Investigación «La escuela y la República» Colegio Bernardo.  Señala que, hay un amplio consenso sobre los objetivos estratégicos y operacionales del sistema de educación, pero a menudo hay confusión entre los dos.La distinción es importante porque un modelo de gobernanza eficaz tiene un impacto en la decisión, y los socios que deben tomar la iniciativa y asumir la responsabilidad de los fines de formulación y desarrollo. De tal manera que Objetivos Estratégicos: En los documentos de política, literatura científica y las publicaciones de la OCDE, CIDREE, etc., hay un consenso bastante amplio en estos objetivos. Los objetivos estratégicos se definen de la siguiente manera: un desarrollo armonioso y equilibrado individual para todos; habilidades (conocimientos, habilidades y actitudes) para preparar todo para su integración efectiva en la vida social y económica (la educación superior y el mercado de trabajo); aprender a aprender durante toda la vida. Entre tanto, los Fines operativos en la Unión Europea, la cual ha hecho un esfuerzo considerable para identificar lo que llama las competencias básicas, pero son más bien los objetivos operativos: la comunicación en la lengua materna; comunicación en lenguas extranjeras; competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología; competencia digital; aprender a aprender; competencias sociales y cívicas; el espíritu de iniciativa y espíritu de empresa; conciencia y expresión culturales. Señala  de igual manera la importancia relativa de estos objetivos: los objetivos prioritarios
La consecución de estos objetivos al mismo tiempo está fuera de la cuestión. La realización dependerá del nivel de educación (preescolar, primaria, secundaria, terciaria, etc.) o el tipo de educación (general o profesional, especial).
Está claro que la preparación de los jóvenes al mercado de trabajo será una prioridad en el tipo de profesional de la educación y la adquisición de la base de conocimiento de prioridad en la enseñanza primaria.
Responsabilidades en el desarrollo y el logro de estos objetivos. En general, los sistemas educativos (muy) políticos centralizados año centralmente desarrollan los propósitos estratégicos y operativos y requieren las instituciones y maestros (individuales).  En este sentido el control sobre la calidad es ejecutado por un servicio (inspección) centralDando más responsabilidad va de la mano con una mayor profesionalización de los líderes escolares: rigurosos métodos de contratación (con participación de los agentes internos y externos), habilidades para la gestión eficaz de la formación de los equipos de la escuela. Estas habilidades se justifican un papel más importante de los líderes escolares en la gestión de los recursos humanos: reclutamiento, evaluación del personal y el desarrollo profesional.

Fuente:  https://theconversation.com/ecole-et-republique-finalites-et-objectifs-du-systeme-educatif-et-de-lecole-5-61704

Fuente: https://62e528761d0685343e1c-f3d1b99a743ffa4142d9d7f1978d9686.ssl.cf2.rackcdn.com/files/128540/width926/image-20160628-7851-1tw6hri.jpg

Ce texte est issu du colloque conclusif « Scénarios pour une nouvelle école » organisé le 23 juin 2016, suite à deux années de réflexion du séminaire « École et République » du Collège des Bernardins qui se proposait d’analyser la relation entre l’école et la République. Le colloque était organisé par Bernard Hugonnier et de Gemma Serrano, co directeurs du séminaire. Nous allons publier une série de huit articles sur le sujet.

Par Gaby Hostens, director of international Education Policy, Ministère de l’Education des Flandres ; membre du séminaire de recherche « École et République » du Collège des Bernardins

Apparemment, il y une grande unanimité sur les finalités stratégiques et opérationnelles du système éducatif, mais souvent il y a confusion entre les deux.

La distinction est importante parce qu’un modèle de gouvernance efficace a un impact sur le lieu de décision et sur les partenaires qui doivent prendre l’initiative et assumer la responsabilité de l’élaboration et le développement des finalités.

Finalités stratégiques

Dans les documents politiques, la littérature scientifique et les publications de l’OCDE, CIDREE, etc., il y a un assez large consensus sur ces finalités.

Les finalités stratégiques se définissent ainsi : développement individuel harmonieux et équilibré pour tous ; acquisition de compétences (connaissances, aptitudes et attitudes essentielles) pour préparer tous à une intégration efficace dans la vie sociale et économique (études supérieures et marché du travail) ; apprendre à apprendre tout au long de la vie.

Je préfère inclure « pour tous » dans les finalités stratégiques plutôt qu’ajouter une finalité séparée intitulée « garantir une égalité des chances ». « Pour tous » me paraît plus inclusif : tous les élèves, étudiants et adultes sont inclus !

Un projet international coordonné par l’OCDE et le Service Fédéral Suisse des Statistiques, DeSeCo (définition et sélection de compétences clés,), a identifié trois compétences clés :

  • Se servir d’outils de manière interactive (langue, technologie, etc.).
  • Interagir dans des groupes hétérogènes.
  • Agir de façon autonome.
Finalités opérationnelles

L’Union Européenne a fait un effort considérable pour identifier ce qu’elle appelle des compétences clés mais qui sont plutôt des objectifs opérationnels : la communication dans la langue maternelle ; la communication en langues étrangères ; la compétence mathématique et les compétences de base en sciences et technologies ; la compétence numérique ; apprendre à apprendre ; les compétences sociales et civiques ; l’esprit d’initiative et d’entreprise ; la sensibilité et l’expression culturelles.

Pour chaque compétence il y a une description des connaissances, aptitudes et attitudes essentielles.

Donner l’opportunité aux élèves, étudiants et adultes de participer à la réalisation et d’atteindre ces finalités me paraît un droit humain.

Importance relative de ces finalités : finalités prioritaires

Réaliser ces finalités simultanément est hors de question. La réalisation dépendra du niveau de l’enseignement (pré-primaire, primaire, secondaire, tertiaire, etc.) ou du type d’enseignement (général ou professionnel, spécial).

Il est clair que la préparation des jeunes au marché de travail sera prioritaire dans l’enseignement de type professionnel et l’acquisition de connaissances de base prioritaire dans l’enseignement primaire.

Par contre, le développement et l’acquisition de compétences transversales doivent être au programme de tous les niveaux et types d’enseignement et deviendront graduellement plus importants.

Responsabilités dans le développement et la réalisation de ces finalités

En général, dans les systèmes éducatifs (très) centralisés les responsables politiques an niveau central développent les finalités stratégiques et opérationnelles et les imposent aux établissements et professeurs (individuels).

Ces derniers exécutent les décisions des responsables politiques. Le contrôle sur la qualité est exécuté par un service (d’inspection) central.

Mieux vaut un modèle de gouvernance du système éducatif qui donne des responsabilités spécifiques à chaque niveau. L’élaboration des finalités stratégiques et des grandes lignes des objectifs opérationnels doit se faire au niveau central après consultation des partenaires du monde de l’éducation.

Comme la réalisation des objectifs opérationnels est de la responsabilité des établissements scolaires, il me paraît opportun et logique de donner un rôle crucial aux équipes scolaires dans le processus éducatif qu’est le développement du contenu des objectifs opérationnels. Je veux souligner l’importance de ces équipes scolaires sous la direction des chefs d’établissement.

Elaboration d’objectifs mesurables

Une évaluation efficace est difficilement concevable sans objectifs mesurables. Ils faciliteront l’évaluation formative des élèves et des étudiants qui est la responsabilité exclusive des professeurs qui disposent ainsi d’un trésor de données quantitatives et qualitatives pour améliorer leur enseignement et l’apprentissage des élèves.

L’évaluation sommative peut être soit interne, externe ou une combinaison des deux : équipes scolaires et inspection.

La radioscopie scolaire me paraît avoir une plus grande valeur ajoutée qu’une inspection individuelle de professeurs de discipline parce que toute l’équipe scolaire est concernée.

Les recommandations faisant suite à la radioscopie peuvent déclencher un processus permettant d’améliorer la qualité de l’enseignement.

Des ressources pour réduire l’échec scolaire et les inégalités

Un système éducatif doit essayer d’atteindre la plus grande qualité pour tous. Réaliser cet objectif ambitieux est la responsabilité de tous ceux qui participent au processus éducatif qu’ils soient responsables politiques, inspecteurs ou professeurs.

Il y a une division de travail assez prononcée. La responsabilité principale se situe au niveau des établissements : l’équipe scolaire est sous la direction du chef d’établissement.

Chaque établissement devrait élaborer un projet d’établissement dans lequel la politique pour atteindre cet objectif est élaborée de façon approfondie. L’élaboration de ce projet, avec la participation de tous les partenaires de l’établissement (enseignants, parents, milieux sociaux, culturels et économiques), est de la responsabilité de l’établissement et tient compte du contexte local.

Cet objectif est l’affaire de toute l’équipe. Il faut engager toute l’équipe dans la lutte contre les inégalités. De surcroît, l’équipe scolaire doit engager des partenaires des milieux social, économique et culturel pour réaliser cette mission.

La responsabilité principale de l’inspection est d’évaluer la politique de l’établissement pour atteindre cet objectif et de contrôler la qualité. Mettre les ressources humaines et financières additionnelles à la disposition des établissements est le devoir des responsables politiques.

Une gouvernance pour la mise en œuvre de ces finalités

Un système éducatif qui a l’ambition de réaliser ces objectifs a besoin d’un système de gouvernance robuste avec un système transparent de responsabilités.

Si les établissements sont les premiers responsables de la qualité de l’enseignement et de la réduction des inégalités sociales et de l’échec scolaire, il faut leur donner l’autonomie et les leviers pour atteindre ces objectifs.

Un rôle plus central du chef d’établissement me paraît absolument et inévitablement nécessaire.

Donner plus de responsabilités va de pair avec une plus grande professionnalisation des chefs d’établissement : méthodes rigoureuses de recrutement (avec participation de partenaires internes et externes), compétences pour une gestion efficace de l’équipe scolaire, formation continue.

Ces compétences justifient alors un rôle plus important des chefs d’établissement dans la gestion des ressources humaines : recrutement, évaluation du personnel et développement professionnel.

 

 

 

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