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Una lista de dibujos animados que rompen con los estereotipos de siempre y educan mientras entretienen

Títulos como Bing, Hilda, Bluey, Daniel Tigre, Motown Magic o DinoTren van más allá del entretenimiento y buscan transmitir valores entre el público infantil.

Poner o no dibujos animados a niñas y niños es una decisión familiar que, en ocasiones, puede resultar controvertida. Gracias a las plataformas de streaming, los canales de televisión temáticos y las páginas web de vídeos online, la oferta de animación infantil es cada vez más amplia. Hay de todo y para todas las edades. Mientras que algunos de los títulos más conocidos aportan poco en términos educativos, también existen buenos contenidos audiovisuales. Dibujos bien pensados y realizados, adaptados a las etapas del desarrollo infantil y que buscan promover valores entre niños y niñas. Feminismo, diversidad, inteligencia emocional, nuevos modelos familiares o ecologismo son algunos de los temas presentes en las series que proponemos.

Independientemente de los títulos que se escojan, el uso de pantallas por parte de niños y niñas debería hacerse siguiendo una serie de recomendaciones básicas. Las expertas consultadas para este artículo coinciden en líneas generales: escoger bien los contenidos, que sean apropiados para las diferentes edades, limitar los tiempos de uso –a poder ser de manera pactada– y supervisar lo que los niños y niñas ven, incluso sentarse a verlo con ellos.

La profesora de Ciencias de la Información en la Universitat Oberta de Catalunya Gemma San Cornelio se posiciona a favor del uso de pantallas en la etapa infantil: “Es un recurso como cualquier otro, que además ha sido muy útil durante el confinamiento. El consumo audiovisual y mediático forma parte de nuestra cultura. Son productos culturales sin los que los niños no podrían socializar”, asegura. Para ella, hay que seguir una serie de recomendaciones, “pero tampoco ser esclavos de ellas”: “Es importante acompañarlos en su consumo audiovisual, compartirlos con ellos para ver si son buenos o malos contenidos y para establecer complicidades. También hay que limitar las horas a un consumo racional, que no les ocupe todo su tiempo”, explica.

Desde Pantallas Amigas proponen buscar en los dibujos algo más que ocio. Así lo explica su director, Jorge Flores: “Tenemos que encontrar contenidos que no solo aporten entretenimiento, sino que también transmitan valores. Existe una oferta amplísima como para poder elegir un contenido provechoso, no excesivamente estimulante o frenético y que esté acorde con valores positivos para el conjunto de la sociedad: el respeto por el medio ambiente, la diversidad cultural, la inclusión y por supuesto con perspectiva de género”, defiende. Y utiliza el símil de la alimentación para explicarlo: “Tenemos que encontrar cosas que sean nutritivas para nuestros hijos e hijas pero que sepan bien”.

Bing (CLAN, TVE)

Si hay una serie que genere unanimidad entre expertos, personal educativo y familias esa es Bing. Puede verse en CLAN, en la televisión pública, y está centrada en la inteligencia emocional. El pequeño Bing es un conejo de tres años que vive con Flop, su peluche cuidador. Bing no vive grandes aventuras, sino que muestra situaciones reales en la vida de niños y niñas pequeñas y trata de buscar soluciones propias a sus problemas: lavarse los dientes, gestionar una rabieta, perder un juguete o marcharse del parque.

Captura de la serie Bing.

Este título cuenta con el apoyo de las expertas María Guerrero, psicóloga experta en familia y tecnología, y Gemma San Cornelio, profesora de Ciencias de la Información en la Universitat Oberta de Catalunya, experta en nuevos medios. Ambas la recomiendan como un contenido adecuado: “Bing es un título que yo cito cuando los padres me preguntan referencias”, cuenta Guerrero. Y continúa: “Me parece adecuada, fomenta la inteligencia emocional, explica cómo a veces las cosas no salen como uno quiere”. San Cornelio, que es madre de dos niños de 5 y 9 años, coincide en el criterio: es una de las series que sus hijos han visto en casa.

Además, la profesora recomienda otro título en esta plataforma (aunque actualmente puede verse solamente en el canal de Youtube de CLAN): DinoTren, sobre una familia de dinosaurios. “A mí y a mis hijos nos encanta, también porque coincide con su foco de interés, son unos apasionados de los dinosaurios. Es una serie súper educativa, muy científica, y que trabaja valores como la amistad, la familia y la diversidad”.

Hilda (Netflix)

Captura de la serie Hilda. Netflix.

Cuenta las aventuras de una niña valiente, amante de la naturaleza, que vive en el bosque con su madre y su perro. Hilda es activa, aventurera, valiente, solidaria, empática y no viste de rosa. La serie muestra a una niña empoderada que vive en una familia monomarental, donde la madre es también una figura autónoma y no estereotipada. Además, los dibujos son visualmente atractivos.

Bluey (Disney+)

Captura de la serie Bluey. Disney+

Una familia de perros, de estructura tradicional –papá, mamá, dos hijos–, donde los roles están subvertidos. Es papá quien juega con los niños, recoge la casa, prepara la comida o sale de paseo, poniendo en valor la figura del padre cuidador. Los personajes se pasan jugando la mayor parte del tiempo, resaltando la importancia del juego simbólico como parte del desarrollo infantil.

Para Jorge Flores, director de la asociación Pantallas Amigas, es importante que este tipo de realidades se visibilicen: “Que la realidad se represente de una forma más igualitaria es clave, que sea lo más parecido posible a lo deseable. En concreto trabajar los roles de género y los estereotipos es fundamental”, señala.

Daniel Tigre (Netflix)

La amistad, la amabilidad, la solidaridad y la diversidad son los valores centrales que promueve Daniel Tigre, otra de las series de Netflix, que cuenta también con un canal propio en Youtube. En el Vecindario de la Imaginación, donde vive el pequeño tigre protagonista, hay mujeres en posiciones de poder, como la médica o la maestra. La serie combate estereotipos y visibiliza la diversidad racial a través de personas negras o de origen indio que conviven con los animales.

Una captura de la serie Daniel Tigre.

Motown Magic (Netflix) 

Una serie animada musical basada en el mítico sello Motown, que dio a conocer en los años 60 grandes éxitos de la música afroamericana como Stevie Wonder, Marvin Gaye, Diana Ross & The Supremes o The Jackson 5. Los personajes muestran una amplia diversidad: hay niños y niñas altas, bajos, con gafas, sin ellas, gordos, delgados, rubios, negras… Visibiliza además nuevos modelos familiares, como un papá divorciado o una pareja de abuelos que cuidan. La ventaja de Motown Magic es que la buena música hace que sea una serie divertida para toda la familia –adultos incluidos–.

Una captura de la serie Motown Magic.

¿Y qué pasa si los contenidos que más triunfan no son especialmente positivos para el desarrollo de los niños y niñas? Gemma San Cornelio utiliza el ejemplo de la Patrulla Canina, una de las series más exitosas entre el público más joven, donde se reproducen continuamente estereotipos de género: de siete personajes principales solamente dos son chicas, tienen un papel secundario en la trama y visten de rosa y morado. “Este es uno de los ejemplos más obvios, pero hay más. Y al final son los que más gustan. En el otro lado estarían series como Hilda, tan cuidada estéticamente, tan buena, pero tengo la sensación de que está más pensada para adultos que para niños. Al final, si el contenido educativo no está integrado en la serie, no les gusta”, plantea.

Fuente: https://www.eldiario.es/nidos/lista-dibujos-animados-rompen-estereotipos-educan-entretienen_1_7940361.html

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Entrevista: «El profesorado reproduce los estereotipos de género inconscientemente»

Por:

Revisar el material didáctico o enfatizar en la formación del profesorado en materia de igualdad son algunas de las claves que la Asociación de Docentes Feministas por la Coeducación (DoFemCo) considera importantes para lograr una verdadera educación feminista en las aulas.

La Asociación de Docentes Feministas por la Coeducación (DoFemCo) surgió en plena pandemia y entre sus objetivos principales se encuentra lograr una verdadera coeducación en las aulas y entre los estudiantes. Para esta plataforma, formada por docentes de todo el país, la escuela mixta (reunir a niños y a niñas de forma indistinta en las clases) no se trata de coeducación, por lo que todavía queda mucho camino por recorrer: acabar con la falta de referentes para las niñas, la implantación de una educación afectivo-sexual o una mayor formación del profesorado en materia de igualdad, entre otras cuestiones. Y, por supuesto, involucrar a las familias en el proceso. O mejor dicho: a toda la comunidad educativa.

Pregunta: En las aulas, niños y niñas conviven, aprenden y son evaluados de la misma manera. ¿En eso consiste la coeducación?

Respuesta: Coeducar no es sólo reunir a niños y niñas indistintamente en las aulas; esto ya lo tenemos y se llama escuela mixta. A pesar de todo lo que hemos avanzado en igualdad en los tres últimos siglos y de que hay una igualdad formal (chicos y chicas tienen los mismos derechos y obligaciones), esto no implica que exista la auténtica coeducación. Si observamos lo que ocurre dentro de los centros educativos, vemos que sigue siendo todavía una asignatura pendiente en la educación española. La auténtica coeducación significa educar para acabar con un sistema patriarcal jerárquico en el que una clase sexual oprime y constriñe a otra para que, así, nuestros niños y niñas puedan desarrollar todo su potencial y capacidad como seres humanos libres y sanos.

coeducación estudiantes

P: ¿Existe realmente en las aulas? ¿Cuáles son las principales diferencias entre la educación de niños y niñas?

R: Los currículos de los centros educativos, al tener un carácter androcéntrico en la transmisión de conocimientos, cultura y valores, aún dejan al margen a las mujeres, sus historias, logros y experiencias, por lo que las niñas continúan sin ser las protagonistas de la educación, no encuentran referentes propios.

Además, las docentes y los docentes, en muchas ocasiones, reproducen de forma inconsciente los estereotipos de género. Hay estudios que muestran cómo las atribuciones sobre rendimiento, conducta individual o grupal, entre otros factores, son distintas para niños y niñas. Estos estereotipos sociales limitan la autonomía y el liderazgo de las niñas y premian las conductas convencionalmente atribuidas a cada sexo.

P: ¿Qué hay que mejorar en los centros educativos para aplicar una coeducación real?

R: La aplicación rigurosa de las leyes educativas exige la implementación de Planes de Igualdad en los documentos del centro, incluyendo intervenciones específicas para el desarrollo de actividades relacionadas con la igualdad entre mujeres y hombres. Entre ellas ocupa un papel clave la revisión del material didáctico, donde se incorpore la visibilización de mujeres en todos los ámbitos: humanidades, científico-tecnológicos, educación física, formación artística…

«La coeducación requiere un compromiso de todo el centro y del profesorado de manera transversal, en todas las asignaturas y a lo largo de todos los cursos»

Asimismo, deben revisarse otros aspectos igualmente importantes, como la utilización de los espacios en los recreos y el tiempo libre, la formación específica del profesorado en temas de género o la implementación de una educación afectivo-sexual.

P: ¿Por qué es importante que los docentes se unan para lograrla?

R: Requiere un compromiso de todo el centro y el profesorado de manera transversal en todas las asignaturas a lo largo de todos los cursos, y que se encuadre dentro del proyecto de centro, porque uno de los objetivos prioritarios del Plan de Convivencia escolar es erradicar la desigualdad entre hombres y mujeres.

Aulas coeducación

Es urgente trabajar de manera inmediata; los pequeños cambios que se van logrando día a día son fundamentales para lograr la libertad y la igualdad plena. Toda la comunidad educativa tiene que trabajar para la consecución de una auténtica coeducación libre de estereotipos sexistas y de roles de género.

P: ¿Es también una responsabilidad de las familias u otros agentes sociales?

R: Si siempre es importante la colaboración de las familias con el centro educativo, en el caso de la coeducación o educación feminista es esencial. El alumnado incorporará de forma óptima las enseñanzas sobre la igualdad entre mujeres y hombres si observa en sus casas pautas en el mismo sentido: reparto equilibrado de las tareas domésticas, cuidados compartidos, decisiones cotidianas consensuadas o la no diferenciación en la educación de los hijos e hijas por sexo, entre otros.

De manera especial, debe enfatizarse el trato respetuoso entre padre y madre en casos de las familias heterosexuales. En definitiva, es sabido que el modelo familiar se interioriza en la primera infancia, siendo fundamental la coherencia entre ambas instancias de socialización.

P: ¿Qué es lo que este año se debería trabajar en las escuelas de cara al 8 de marzo?

R: El feminismo tiene una agenda claramente definida: el cese de la violencia contra las mujeres y las niñas (prostitución, explotación reproductiva, asesinatos, matrimonios forzosos e infantiles, ablación, maltrato físico y emocional…), la brecha salarial, el techo de cristal y el suelo pegajoso, o la paridad. Evidentemente, no se puede tratar todo y hay que adaptarlo a la etapa educativa.

«El alumnado incorporará de forma óptima las enseñanzas sobre la igualdad entre mujeres y hombres si observa en sus casas pautas en el mismo sentido»

En Educación Infantil y Primaria, las intervenciones pueden incluir proyectos específicos sobre juegos no estereotipados, revisión de cuentos o películas infantiles, análisis de los mensajes del profesorado para niños y niñas o del uso del lenguaje. En Secundaria y Bachillerato, es importante trabajar la educación afectivo-sexual desde una perspectiva feminista, previniendo el uso de la pornografía y haciendo énfasis en las relaciones de pareja, el ‘sexting’ (envío de mensajes de corte sexual a través de los dispositivos móviles), y la detección del machismo y la violencia. También, dependiendo de la disciplina, es fundamental visibilizar a mujeres de la historias, como científicas, filósofas, matemáticas, sociólogas, artistas…

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/coeducacion-dofemco/

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Narradores gráficos rompen estereotipos del amor romántico

Por: Carlos Priego

En 2014 la editorial Harvard University publicó Unflattening, de Nick Sousanis, novela gráfica que buscó demostrar que el pensamiento en imágenes es indispensable en la educación del siglo XXI.

Más allá de la premisa de los años 70 del argentino Ariel Dorfman y el belga Armand Mattelart con que satanizaron al Pato Donald y querían demostrar cómo las tiras cómicas de Walt Disney buscaban trasmitir a sus lectores un conjunto de reglas naturales que conducían a la aceptación de ideas particulares sobre el capital, la relación de los países desarrollados con el tercer mundo, los papeles de género y otros temas importantes, hoy varios ejercicios miran a la novela gráfica y al cómic con menos desconfianza y tratan de analizar y entender esta forma de expresión como repertorio muy útil para estudiar y expresar el mundo.

El estadunidense Scott McCloud, con su trilogía publicada por Astiberri (Entender el cómic, Reinventing comics y Hacer cómics), y el español Kiko da Silva, con su escuela e ilustración en España y sus novelas publicadas por Dibbuks (FIZ, Curso de Cómic y El infierno del dibujante), son ejemplo de un intento más serio por reflexionar teóricamente el noveno arte desde su propio lenguaje.

Desde que comenzó a vivir en cavernas, el hombre se preocupó por un número finito de temas que llamaron poderosamente su atención: la vida, la muerte y el amor. La práctica de contar historias participó de manera relevante en la formación de estructuras simbólicas que cumplen la función de dar sentido y explicar a las instituciones existentes, o nos dice cómo es el mundo y cómo se espera que nos comportemos en él.

En este sentido, la concepción del amor romantizado también ha sido producto de las industrias culturales. La estructura mítica de la narración amorosa es casi siempre la misma: dos personas se enamoran, se ven separadas por diversas circunstancias (dragones, bosques encantados, monstruos) y barreras (sociales y económicas, religiosas, morales o políticas). Tras superar los obstáculos, la pareja feliz, por fin, puede vivir su amor en libertad; sin embargo, el amor romantizado ha conducido a establecer relaciones afectivas en las que el control, los celos o los sacrificios extremos toleran abusos y llevan a la incapacidad de responder de forma temprana a esas señales, lo que puede derivar en una relación violenta.

El crítico cultural estadunidense, Henry Giroux, en su prólogo para Relatos de la violencia, publicado por Akal, señala que en ningún otro momento de la historia ha sido tan urgente como en el presente desarrollar las herramientas pedagógicas necesarias para criticar las formas de violencia. Puesto que ningún tema se resiste a la capacidad camaleónica del cómic y la ilustración para abordarlo de modo elocuente, incisivo y divulgativo, enumero una serie de novelas gráficas que abordan las relaciones afectivas desde una óptica alternativa.

La estabilidad no existe

Cappucchino Commotion (Nórdica, 2019) es un trabajo de autoficción publicado por la española Rosa Navarro. Recurre a la secuencialidad, al collage y al cuaderno de viajes para trazar un mapa de su itinerario sentimental en la búsqueda (infructuosa) de la estabilidad emocional que en principio ella asoció a la vida en pareja. Para componer este diario, Navarro repasó decenas de cartas de ex novias, amigos, amigas; buceó en fotoblogs y en archivos de redes sociales con los que trazó la cartografía de su complicada epopeya. Su conclusión es que la estabilidad no llega jamás, pero que existen momentos en la vida de toda persona en los que se pueden replantear aspectos en pareja. Por cierto, el libro recibe su nombre por una escena de la película Cosas que nunca te dije, de Isabel Coixet, en la que un personaje sufre una pequeña crisis cuando en el supermercado no encuentra el helado que quiere.

Navarro no es la única historietista que se ocupa de enamoramientos. Después de varios trabajos en los que se ha preocupado por la banalización de la homosexualidad, Julie Maroh publicó en 2017 Cuerpos Sonoros (Dibbuks), álbum que retrata las relaciones de parejas no heteronormativas. Ambientado en Montreal, la francesa relata 21 cuentos en los que captura las diferentes etapas de una relación romántica: los primeros coqueteos, citas, la vida bajo el mismo techo, las rupturas. Sus historias reflejan con extraordinaria maestría que el cuerpo también es político y se aleja de los estereotipos habituales que se trasmiten en los medios. No hay duda de que Francia es el otro ámbito cultural donde se está ensayando en viñetas al más alto nivel.

Entre tantos otros ejemplos posibles podría destacar Fun Home (Reservoir Books, 2016) de Alison Bechdel. Muy probablemente sea una de las novelas gráficas más ambiciosas y originales escritas en los últimos años. Bechdel hace uso de la memoria y documentos personales, como cartas, diarios, anotaciones en fotografías o la mención de libros relacionados con la homosexualidad para contar su historia familiar. Su talento para abordar la intimidad y las bromas gana seriedad cuando se usa para describir una familia en la que los secretos de un hombre convierten a su esposa en una mujer cansada y eclipsan la creciente feminidad y homosexualidad de su hija.

Quiéreme bien (Astiberri, 2018) es una historia de maltrato. En este hábil y honesto trabajo, la escritora e ilustradora Rosalind B. Penfold documenta el paso de una exitosa mujer de negocios a esposa abusada. Con un estilo de dibujo simple e ingenuo y un tono práctico, ilustra cómo alguien seguro de sí puede ser seducido y dominado por otro. La historia comienza cuando conoce a Brian en una fiesta y, tras comenzar una relación, cayó en el horror, el consentimiento, la culpa y el perdón tras el primer golpe, seguida de un beso, la excusa del hogar y los hijos para aferrarse a él, a quien ella consideraba el hombre perfecto.

Amor y entretenimiento

En nuestra época, en que el cánon de la narrativa ha sido invadido por historias de amor con fines de entretenimiento, es muy raro que se celebre la aparición de historias sobre relaciones que se evaporan y se vuelven insalvables. Por esto es tan interesante el fenómeno que ha provocado Siete sitios sin ti (Dibbuks, 2018), magistral crónica sentimental, directamente emparentada con el cine de la Nueva Ola Francesa, que cuenta la crisis de una joven pareja que culmina en la separación, secuenciada en siete pasos. Juan Berrio invita al lector a acompañar a la protagonista en un viaje que le provoca nuevos encuentros, rencuentros y algunos recuerdos.

Es interesante mencionar las catástrofes, la sátira social y las situaciones cotidianas que el mexicano Eduardo Salles aporta con su particular mirada a las relaciones afectivas que establece una generación desbordada por la ansiedad y las redes sociales. En Descripción gráfica (Sexto Piso, 2019) el cofundador de Pictoline, a través de 72 ilustraciones, reflexiona con humor cáustico sobre el amor y otros temas que experimentan hoy los jóvenes.

Tal vez esta selección no sea de las mejores ni las más vendidas, pero sí son novelas gráficas que han generado lectura, debate, entusiasmo, discusión crítica y eco mediático.

En esta selección no se privilegia la producción de una región en particular.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/notas/2021/02/21/cultura/narradores-graficos-rompen-estereotipos-del-amor-romantico/

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España: Científicas ‘detectives del cáncer’ ponen la oncología bajo lupa para acercar la ciencia a jóvenes

Aseica conecta un total de 150 científicas ‘detectives del cáncer’ con 6.500 estudiantes de España para acercar la oncología molecular

Un total de 150 científicas, bajo la denominación de ‘detectives del cáncer’, acercarán la ciencia a 6.500 estudiantes de toda España. Esta es la nueva iniciativa de la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (Aseica). El objetivo del proyecto ‘CONÓCELAS‘ es acercar el campo de la oncología molecular a las nuevas generaciones. Esta iniciativa ve la luz con motivo del Día Internacional de la Mujer y Niña en Ciencia.

“Este tipo de charlas son importantes para que vean que las científicas no somos raras, somos interesantes”, ha destacado la vicepresidenta de Aseica, Marisol Soengas, en una entrevista con Gaceta Médica.

Vicepresidenta de Aseica, Marisol Soengas.

La experta ha indicado que se trata de la iniciativa más grande que se ha hecho en España para acercar el cáncer en centros educativos. Sin embargo, Soengas insiste en la importancia de construir referentes femeninos que abarquen todas trayectorias profesionales, no solo la ciencia.

Con esta iniciativa, Aseica anima a todo el alumnado y, especialmente, a las niñas y chicas de distintos niveles educativos a interesarse por la Ciencia. Para ello, tendrán la oportunidad de hablar y preguntar directamente a investigadoras que son líderes en sus campos de investigación. Para ello, contará con la participación de científicas que desarrollan sus investigaciones en centros de investigación punteros españoles, del resto de Europa y norteamericanos.

“A las mujeres que se dedican a la investigación las llamamos las detectives del cáncer, y queremos que se conozca lo que está más allá de la bata y sus éxitos profesionales”


Vicepresidenta de Aseica, Marisol Soengas

Romper estereotipos

En este sentido, para llamar la atención de las estudiantes, Aseica ha presentado un cartel que rompe los estereotipos que abarcan las científicas. La imagen muestra una científica con tatuajes y vestida con una gabardina, haciendo honor al término ‘detective del cáncer’.

Además, Aseica ha impulsado un dossier con las participantes de la iniciativa que muestra la “faceta científica y fuera del laboratorio”. En este contexto, todas las investigadoras tienen una foto en el laboratorio y otra practicando sus hobbies, recogiendo mujeres haciendo escalada, baile o salto en paracaídas, entre otras aficiones.

La iniciativa ‘CONÓCELAS’ tendrá lugar el próximo 8 de febrero y se realizará de forma virtual y en directo.

“Es un reto, pero también una gran ilusión, porque nunca se había llegado a este volumen de alumnos y alumnas en colegios, institutos y universidades por toda la geografía española”, ha indicado Soengas. Además la vicepresidenta de Aseica señala que las ‘detectives del cáncer’ voluntarias tienen “muchísimas ganas de colaborar en esta iniciativa”.

Soengas ha indicado que una de las finalidades del proyecto es poder dar visibilidad a las científicas en cáncer de una forma “dinámica e interactiva”. En esta afirmación coincide el presidente de Aseica, Luis Paz-Ares, añade que “es importante es presentar mujeres investigadoras referentes dinámicas y comprometidas con la ciencia aquí y ahora”.

Por este motivo, el próximo 8 de febrero cada centro educativo participante se conectará con una investigadora de ASEICA en “charlas de tú‐a‐tú”. El estudiantado podrá hacerlo desde sus propias aulas o desde casa sin ninguna infraestructura adicional.

Numero de alumnos por comunidad autónoma de la iniciativa Conócelas.

La mujer en la ciencia

En el campo del cáncer, 3 de cada 10 altos puestos están ocupados por mujeres, pero “creo que las perspectivas son relativamente buenas”, ha señalado Soengas.

“Nuestra intención es que ‘Conócelas’ ofrezca una visión fresca y diferente de la importancia del trabajo en un laboratorio que, en el caso de ASEICA, tiene como fin mejorar la salud de los pacientes con cáncer”. Así lo comentan las investigadoras María Abad y María Mayán, coordinadoras también del evento.

“CONÓCELAS no termina aquí, seguiremos trabajando para generar nuevas vocaciones científicas y para acercar la ciencia al estudiantado y la sociedad en general”, ha concluido Soengas.

CONÓCELAS cuenta además con la colaboración de la Red de Asociaciones de Investigadores y Científicos Españoles en el Exterior (RAICEX), así como con la iniciativa “Ciencia es Femenino” de Científicas de Galicia.

Fuente: https://gacetamedica.com/investigacion/cientificas-detectives-del-cancer-ponen-la-oncologia-bajo-lupa-para-acercar-la-ciencia-a-jovenes/

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Perú: Crean plataforma para motivar a más mujeres a seguir carreras de ingeniería

América del Sur/Perú/15-01-2021/Autora: María Fernández Arribasplata/Fuente: www.andina.pe

Ingeniera creó Ingenia con el fin de aumentar la presencia de mujeres en carreras “tradicionalmente masculinas».

“De 64 estudiantes en mi salón solo 4 eran chicas, el resto varones”, comenta Johanna Barbarán, ingeniera civil de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y creadora de Ingenia, una plataforma que nació hace siete meses para incentivar el estudio de carreras de ingeniería por parte de más mujeres.

La UNESCO en su informe “Descifrar el código: la educación de las niñas y las mujeres en ciencias, tecnologías, ingeniería y matemáticas (STEM) (2019)» menciona que un 30% de mujeres a nivel mundial decidieron elegir una disciplina STEM, de las cuales solo el 8% se logran matricular en profesiones relacionadas a ingeniería, manufactura y construcción.

Fueron esas cifras, no muy alentadoras, las que impulsaron a Johanna Barbarán de 26 años a crear Ingenia en pleno confinamiento por la pandemia del coronavirus. La joven ingeniera se desempeña como especialista en geotecnia para el sector minero. En diálogo con la Agencia Andina, Barbarán señala que su principal aliado es la información y la experiencia.
“Nuestro objetivo es darles una visión de lo que es la ingeniería, porque mucha gente piensa o la asocia a carrera de varones. Darles un modelo femenino es algo bueno para romper los estereotipos y fomentar el trato igualitario en el campo laboral donde todavía hay una brecha muy grande”, explica Johanna.
A través de entrevistas a ingenieras y también ingenieros, quienes cuentan su experiencia desde cómo decidieron estudiar la carrera hasta los retos que enfrentaron en el campo laboral, brindan información valiosa a las adolescentes y estudiantes universitarias.

Cada video con los testimonios de los profesionales de la ciencia e ingeniería es difundido en sus redes sociales. Ingenia ya cuenta con Facebook, Instagram y un canal de YouTube.
Para este 2021, esta plataforma continuará visibilizando las historias de las ingenieras nacionales e internacionales, así como compartir toda esta información con estudiantes de secundaria de los colegios a nivel nacional.
“Estamos planeando lanzar una semana de charlas vocacionales virtuales, queremos darlas tres veces al año y la primera podría ser en marzo. Precisamente en este tiempo, han sido las adolescentes que están por acabar el colegios y sus madres las más interesadas en conocer sobre estas profesiones”, comenta la ingeniera civil que ingresó a la PUCP a los 16 años.
El segundo proyecto para el año es realizar talleres de inserción laboral, dirigido para quienes recién han egresado de la universidad o buscan una orientación.
“La idea es ayudarles a encontrar lo que buscan en la carrera, tocaremos temas de empleabilidad, desarrollo de las habilidades blandas y equidad de género. Hasta el momento ya tenemos alianza con una experta en recursos humanos,” señala.
Cuando estén más consolidados, Ingenia proyecta lanzar un programa de mentorías para estudiantes y profesionales recién egresados.
“Para mi fue muy importante tener un mentor, para saber identificar las posibilidades que me ofrece la carrera, alguien q te ayuda a conducir el talento que tienes,” indica la creadora de Ingenia.
Finalmente, comparte un mensaje para todas las adolescentes y jóvenes universitarias quienes todavía no tienen claro qué carrera seguir.
“Estamos en la época correcta para tomar decisiones y preguntarnos nosotras mismas qué queremos. Si tu quieres ir a trabajar a una mina, hazlo, y si en algún momento deseas tener familia también lo puedes hacer . Uno mismo se pone el limite”, concluye.
Si quieres ser parte de esta iniciativa, puedes participar como voluntario (a) y comunicarte a través de sus redes sociales.
Dato: 
Las egresadas de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) también tienen una iniciativa similar «Inspírate Girl» un proyecto que tiene como objetivo motivar para que más niñas y adolescentes estudien carreras de ciencias, arquitectura e ingenierías.
Fuente e Imagen: https://www.andina.pe/agencia/noticia-crean-plataforma-para-motivar-a-mas-mujeres-a-seguir-carreras-ingenieria-829636.aspx
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¿Educación Inclusiva? Crisis, pandemia y exclusión

Por: Luis Miguel Alvarado Dorry

“[…] La más grande crisis de la humanidad no es ni política, ni económica, ni ideológica, religiosa; es una crisis de humanidad. No tratamos humanamente a los seres humanos, los maltratamos […]” (Boff, 2020) (minuto 58 con 25 segundos).

Para comenzar, quisiera que reflexionemos acerca de ¿Cómo consideramos a la normalidad en estos tiempos tan anormales? En las expresiones como “cuando regresemos a la normalidad” ¿quiere decir que nos hace anormales? Por otro lado, “la nueva normalidad” tuvo que llevarse a cabo un proceso de transición de anormalidad a esa otra nueva normalidad, por tanto, ¿fuimos anormales y ahora somos nuevos normales?

En este sentido, los lenguajes sobre normalidad-anormalidad no solo son una construcción social sino que, también, “política y económica” (Yarza, Sosa, & Pérez, 2019, pág. 22). Y son una construcción social, política y económica porque son establecidas desde el mismo sistema hegemónico que impone sus propias “reglas”, “normas” y “lenguajes”, las cuales, todas las sociedades bajo su dominio tienen que alinearse y alienarse.

Las tensiones y contradicciones sobre normalidad-anormalidad se observan en la historia, para ello, me remitiré a uno de los eventos trascendentales que marcaron la historia en Nuestra América, la conquista de nuestros territorios y nuestros cuerpos; de nuestros territorios porque desde 1492 han venido extrayendo recursos de nuestra madre tierra con el fin de mercantilizarla y acumular capital, asimismo, de nuestros cuerpos, nuestros cuerpo sin fragmentación cartesiana (mente-cuerpo) basadas en una explotación con el mismo fin, la acumulación de recursos, precarizando las condiciones de les oprimides-explotades.

Por lo anterior, Eduardo Galeano señala lo siguiente:

“[…] el descubrimiento hasta nuestros días, todo se ha trasmutado siempre en capital europeo o, más tarde, norteamericano, y como tal se ha acumulado y se acumula en los lejanos centros de poder. Todo: la tierra, sus frutos y sus profundidades ricas en minerales, los hombres y su capacidad de trabajo y de consumo, los recursos naturales y los recursos humanos” (Galeano, 2004, pág. 16).

En esa época de conquistas y, desde la mirada eurocéntrica, empezamos a ser vistas como anormales, anormales porque, en nuestras diferencias, no encontraban parecidos a la imagen y semejanza europea, por tanto, esa “anormalidad” debiera ser exterminada, por ello y por otras razones, los españoles mataron a diestra y siniestra a les originaries natives de Nuestra América. Este genocidio fue legitimado y justificado por el discurso de Ginés de Sepúlveda en (Fernández, 1992) sobre “la justicia de la guerra contra las poblaciones indígenas  es causada por […] 2) la inferioridad natural de los indígenas […]” (pág. 323), esa inferioridad era establecida a partir de las diferencias físicas, culturales, sociales, políticas, económicas y religiosas que tenían los pueblos originarios del Abya Yala de las europeas.

Bajo este marco y estereotipos eurocéntricos, se viene estableciendo clasificaciones al respecto, negras y negros, amarillas y amarillos, originaries o indígenas y, lo que dista de estos estereotipos que, más adelante se instauran en los imaginarios colectivos por medio del complejo industrial cultural, se considera anormal e inferior.

Los “casi humanos”, forma despectiva que los españoles estigmatizaban a les originaries, eran asesinades, en tanto animal salvaje, debido a sus condiciones antes mencionadas que, distaban, del estereotipo europeo (hombre blanco ojos claros), estos estereotipos normalizados a posteriory y, como una meta a la que hay que llegar, fueron instaurados en los imaginarios de las sociedades dominadas, en este sentido ¿cómo llegar a ser normales? O bien, ¿Cómo llegar a ser humano?

Acá me quiero detener un poco para reflexionar que, la discapacidad, no dista mucho de las condiciones que tenían (y siguen teniendo) les originaries desde las miradas eurocéntricas y, ahora, norteamericana, es decir, llegar a la meta de la “normalidad”, o bien, ser lo más humano posible, humano en el sentido biológico-físico como mencionan (Yarza, Sosa, & Pérez, 2019) “[…] instaurar la normalidad como modo de reconquista de la humanidad perdida” (pág. 35), no en el sentido de la complejidad de ser humano biológico-social-político-económico-ético-crítico-tecnológico-espiritual-afectual.

De manera que, la discapacidad, se encuentra inmersa en esas tensiones y contradicciones de la normalidad-anormalidad fincada en estereotipos de la lógica de mercado, es decir, de producción y reproducción social, política y económica. En este marco y en esta perspectiva mercantilista estereotipada, la discapacidad es situada en la anormalidad, por tanto, esa anormalidad, debe ser normalizada lo más o totalmente posible.

En el aspecto económico, las personas con discapacidades eran vistas, en principio, como improductivas que, únicamente, generaban gastos a las sociedades y a los estados (aunque todavía estos imaginarios persisten en la actualidad), improductivas, en el sentido de no poder realizar los trabajos de una persona “normal”, por tanto, fueron aisladas de estos menesteres, ante esto Paula Mara Danel en (Yarza, Sosa, & Pérez, 2019) se interroga sobre “¿podríamos inferir que la idea de discapacidad esté asociada a la invalidez laboral?” (pág. 83), al parecer así viene sucediendo. Posteriormente, como entes mercantilizades con el ideal de “normalizarles” con base en “[…] la atención socio-sanitaria-educativa y de rehabilitación […]” (pág. 91) en palabras de la misma autora. En este sentido, señalo a los programas televisivos como por ejemplo, TELETÓN, originadas desde empresas privadas que, cerca de apoyar a todas comunidades con discapacidades, anteponen sus intereses financieros para evadir impuestos y así “donar” caritativamente dineros para la construcción de centros de rehabilitaciones, estos programas terminan siendo similares, en palabras de Sonia Marcela Rojas Campos en (Yarza, Sosa, & Pérez, 2019), a  “los circos […] escenarios de exhibición de las rarezas humanas” (pág. 123) muy populares en el siglo antepasado.

En lo político, al enmarcar la discapacidad desde su génesis y más allá de ella en un contexto de opresión, dominación, control, exclusión, discriminación y explotación, estas subjetividades se han venido resistiendo, formando alianzas y organizándose para luchar contra toda injusticia; estas luchas y resistencias, se han legitimado en los derechos humanos con altos costos de muertes, persecuciones, torturas y demás, sin embargo, falta mucho para que esos derechos se vivencien, para ello, es necesario fracturar nuestros paradigmas desde nuestros propios lenguajes. A lo largo de la historia, estos lenguajes, han sido modificados con respecto a la filosofía de la época y por las subjetividades que se resisten, en este marco, en la evolución o involución, en lo despectivo o loable, de las concepciones de les “impedidos, discapacitados, minusválidos, deficientes, inadaptados, hasta otros de corte más coloquial como tullidos, idiotas, lentos, torpes retrasados” Rojas Campos en (Yarza, Sosa, & Pérez, 2019, pág. 108). Todo palabrerío quedan en lo abstracto pues carecen de praxis, es decir, no se vivencian en la cotidianidad, por un lado, en las empresas transnacionales que ven a las personas con discapacidades como mercancías consumidoras y, por otro, el estado que las ven como cargas, toda esta verborrea (Yarza, Sosa, & Pérez, 2019) argumentan que “[…] más formas políticamente correctas de nombrar que contenidos reales y sustantivos en pro de la población directamente implicada” (pág. 30), y no se vivencian, porque los lenguajes y legitimaciones políticas y jurídicas son realizadas, en su mayoría, desde lo externo y no desde las propias comunidades de personas con discapacidades que son y están con sus especificidades.

En lo sociocultural, por la instauración de estos lenguajes en los imaginarios sociales, sus concepciones y sus prácticas han provocado, en la mayoría de les “normales” emociones y sentimientos hacia las personas con discapacidades, de lástima, compasión, tristeza, miedo, entre otras, transformando las subjetividades de las segundas en “objetos de caridad” Mara Danel en (Yarza, Sosa, & Pérez, 2019, pág. 93), y, ser un objeto de caridad, según Rojas Campos en (Yarza, Sosa, & Pérez, 2019), “hasta del nombre desaparece y con él todos sus rasgos de humanidad” (pág. 113), entonces, aparece la estigma, es decir, expresiones como “no te juntes con ese rarito”, “el hiperactivo del salón”, “la distraída esa”, “la de sillas de rueda”, entre otras no menos peyorativas.

En lo tecnológico, solo aquellas personas con discapacidades que tienen una estabilidad económica suficiente, pueden adquirir dispositivos electrónicos, prótesis, sillas de rueda, o cualquier innovación científico-tecnológica que se requiera, mientras que muchas quedan excluidas de estas. Estas innovaciones son muy frecuentes y bajo la lógica de obsolescencia programada para captar la mayor cantidad de capital.

Por lo anterior, el modelo neoliberal lleva una cosificación de la cosificación, es decir, dentro de las cosas “normales” hay unas otras “anormales” en tanto mercancías consumidoras, las cuales, hay que dominarlas y controlarlas, estigmatizarlas, señalarlas, clasificarlas e inferiorizarlas para obtener las más jugosas ganancias posibles.

Pero ¿qué es la discapacidad? En principio, las religiones las vinculaban como un “castigo divino” o “pecado” cometido por generaciones familiares anteriores, o bien, actuales, las familias de estas procuraban no mostrarles o sacarles de casa por vergüenza a que le vieran y les señalaran como pecadoras. Posterior a ello, en los avances de las ciencias y las tecnologías en medicina, las relacionaban como fenómenos de la naturaleza humana, los cuales, tenían que examinarlas para poder curarlas o “normalizarlas”. Desde el sistema capitalista les conceptualizaban (y siguen) como les “improductivos” o poco productivos en comparación con les “normales”.

En la actualidad, según el diccionario de Google lo define como “Falta o limitación de alguna facultad física o mental que imposibilita o dificulta el desarrollo normal de la actividad de una persona” (google.com, 2020). Mientras que la Organización Mundial de la Salud dicta como “Discapacidad en un término general que abarca las deficiencias, las limitaciones de la actividad y las restricciones de la participación” (OMS, 2020). Por otro lado, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en México en su texto titulado “La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y su Protocolo Facultativo” en el inciso e) del Preámbulo, emanados de la misma ONU dicta lo siguiente:

“la discapacidad es un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás […]” (2018, pág. 10).

Contraria a estas concepciones Yarza, Sosa, & Pérez (2019) refieren a una deconstrucción de la conceptualización emanada por los grupos de poder que clasifican y estigmatizan a cada une, en este sentido, mencionan que “entendemos a la discapacidad como una producción social e histórica moderna y colonial, inscrita en los modos de producción y reproducción de una sociedad” añadiendo que, está “enmarcada en un sistema de clasificación de sujetos inventado y reproductor de un orden hegemónico basado en relaciones de asimetría y desigualdad” (pág. 22).

De las significaciones anteriores, observamos que las tres primeras manejan lenguajes desde los modos de producción y reproducción económico-político-social, lenguajes despectivos como “deficiencias”, “normal”, “limitaciones”, “restricciones”, entre otras, los cuales, las pondremos en tensiones con sus contradicciones con el fin de comprender mejor el contexto: deficiencias-perfección, normal-anormal, limitaciones-libertad. Podemos decir entonces que, la discapacidad, es una esclavitud de la imperfección anormal.

La última significación nos da cuenta que, la discapacidad, es gestada y reproducida desde el propio sistema hegemónico clasificatorio, el cual, es inherente su resignificación como acto ético-político para la emancipación de las diversas subjetividades.

De lo anterior, quisiera irme desde su génesis etimológica de la palabra en un tanto superficial, pero desde otros frentes, para ello, me es necesario fragmentar la palabra discapacidad en el prefijo “dis” y “capacidad”, esta fragmentación me permite ver desde otra perspectiva con el fin de desaprenderla para comprenderla y, por tanto, reaprenderla al momento de unirlas y, más aún, vivenciarla en mi cotidianeidad.

En este contexto, el prefijo “dis” significa según un diccionario etimológico en internet encontré en una de sus definiciones lo siguiente: «el prefijo latino dis- significa “divergencia o separación múltiple”» (dechile.net, 2020), por otro lado, “capacidad” significa “[…] es la cualidad de lo que es […]” (Diccionario Actual, 2017). Entonces, al unir los dos significados el prefijo “dis” y la palabra “capacidad”, tenemos “divergente cualidad”.

De la misma manera, me es necesario fragmentar y, por tanto, me acercaré a una aproximada re-significación de cada una de las palabras anteriores, en primer lugar, tenemos la palabra “divergente”, la cual, en uno de sus significados la mencionan como “diferencia” (significados.com, 2017), este se le asocia con el pensamiento divergente que, en el mismo diccionario, nos remite a la creación de “ideas creativas y diferentes”, mientras que “cualidad” la significan como “[…] la esencia de una persona […]” (Google, 2020), por tanto, la dis-capacidad podríamos re-conceptualizarla como una “diferente y creativa esencia”, entonces, en este marco, todes somos seres diferentes y creativas, en tanto con dis-capacidades, bajo esta reconstrucción paradigmática me referiré a las personas con discapacidades.

Esta re-significación debe ser un acto ético-político evitando caer en el romanticismo y en la caridad, por el contrario, posicionarnos, todes, en la rabia y rebeldía misma que provoca la discriminación, exclusión y estigmatización originada desde el sistema asimétrico neoliberal, el cual, establece la “normalidad-anormalidad” en los imaginarios sociales impregnados de una violencia simbólica (Bourdieu & Passeron, 1995, pág. 44). Esta re-significación debe fincarse en el diálogo con les otres, con los que viven esas discriminaciones, exclusiones y estigmatizaciones, es decir, con las personas con discapacidades, convirtiéndose en “observador(a), auto-observador(a) y observado(a)” (Yarza, Sosa, & Pérez, 2019, pág. 64) en el proceso investigativo.

Dentro de las clases sociales se clasifican antagónicamente bajo las perspectivas Darwinianas imponiendo verdades absolutas y universales entre ricos-pobres, inteligentes-ignorantes, burgueses-proletarias,  blancos-negras, normales-anormales, entre otras, unas superpuestas a las otras, ante esto Yarza, Sosa, & Pérez (2019) aseveran que “no nos cabe duda alguna de las clasificaciones y calificaciones del Norte Global son tales en virtud de una “verdad” hegemónica autoimpuesta y desplegada hacia el Sur Global” (pág. 41). En esta perspectiva clasista y clasificatoria del modelo neoliberal dueño de las élites de las sociedades del conocimiento, encasillan todo lo que esté a su alcance como meras materias primas en un almacén, es decir, lo bueno, lo regular y lo malo, asimismo se clasifican las discapacidades, esta clasificación legitima social, política y económicamente las inferioridades de las personas.

Estas clasificaciones han originado nuevos lenguajes del cómo llamar a los espacios escolares en donde se ha pretendido más que educar, a rehabilitar o “normalizar” a las personas con discapacidades que han, en el supuesto, evolucionado para hacerlas menos despectivas, tenemos a los centros para enfermos mentales, educación especial, escuelas con necesidades educativas especiales, ahora educación inclusiva.

Yo te integro o te incluyo porque tienes alguna discapacidad o porque eres mujer, o porque eres originaria, o porque eres negra y eso satisface mi conciencia (más bien mi ego), es decir, se ve a la inclusión como medio para un fin, el fin sería satisfacer mi conciencia o mi ego, por el contrario, la inclusión debe ser un fin en sí misma y no un medio con características excluyentes y clasificatoria, en otros términos, la inclusión como forma de vida en el conocimiento y reconocimiento de les otres, ante esto Freire (1997) menciona que «La asunción de nosotros mismo no significa la exclusión de los otros. Es la “otredad” del “no yo” o del tú, la que me hace asumir el radicalismo de mi yo» (pág. 42), de manera que, te incluyo porque tú eres yo y, yo eres tú, y juntes construimos un nosotres.

De modo similar, la educación no debe adjetivarse como inclusiva, o sea, educación inclusiva, las dos debieran ser verbos (educar e incluir) y, debieran ser verbos, en tanto acción y existencia, y, a la vez, dialécticas, porque al momento de incluir educo y, al momento de educar, incluyo.

En este marco, Yarza, Sosa, & Pérez (2019) reflexionan acerca de la construcción de nuevos paradigmas para pensar la educación y las discapacidades desde otras aristas y, con base en el diálogo directo con las comunidades de les seres diferentes y creativas, principalmente, más desde el sur en contrapuesta a la mirada euronorteamericanocentrista, ante esto, aseveran que  se “pongan en supuesto las narrativas anglocéntricas y visibilicen otras génesis, tensiones, trayectorias intelectuales, categorías, entramados, constelaciones conceptuales y luchas ético-políticas” (pág. 36), esto nos dirige a una praxis verdadera y no a una reproducción social excluyente y a una repetición teórica construida desde lo exógeno.

En efecto, para la construcción de esos otros paradigmas es inherente tomar en cuenta, a mi perspectiva, los siguientes aspectos –cabe aclarar que no son un imperativo categórico, ya que pueden ser más u otros- 1. Dejar de repetir teorías establecidas y empezar a cuestionarlas; 2. Ver, sentir y pensar a les seres diferentes y creativas, no como objetos para las investigaciones, sino como lo que son, sujetas y sujetos, ciudadanas y ciudadanos, seres humanes que sienten, piensan y son, desde las diversidades; 3. Romper paradigmas establecidos desde y a partir de nuestros propios lenguajes; 4. El diálogo como principal aspecto en las investigaciones y 5.  Sistematización de experiencias para la construcción de saberes emergidos desde el contexto y desde les sujetos.

Por lo anterior, Yarza, Sosa, & Pérez (2019) mencionan que “Ser sujeto en la investigación, estar en el proceso investigativo y actuar desde su lugar de enunciación implica sentir una constante relación con lo investigado” (pág. 52), por tanto, desde las universidades, organizaciones sociales y, desde les estudiantes en materia, insisto, es un compromiso ético-político la deconstrucción, reconstrucción y resignificación de las investigaciones.

Ahora bien, ¿cómo se ve la discapacidad en la actual coyuntura? Ese es el problema, no se ve, no les vemos, para Fanón (1963) los condenados de la tierra eran les pobres campesinos africanos, las personas con discapacidades son ubicadas por las sociedades y, por el mismo sistema hegemónico, como las condenadas de las condenades de las condenadas de la tierra, o bien, les invisibilizades de les invisibilizades de les invisibilizades.

Estas crisis y exclusiones ya existían antes de la pandemia, ésta, vino a desnudarlas y a exponenciarlas; en este contexto de sobrevivencia, ser pobre es riesgoso para sobrevivir, más  aún, ser pobre y ser desempleada, peor si se es pobre, desempleada y migrante, se agrava más si se es pobre, desempleada, migrante y mujer, y se sobrevive en una constante inseguridad social, política, económica y de salud, si se es es pobre, desempleada, migrante, mujer y etiquetada con alguna discapacidad, en este sentido, existen constantes “violaciones a mujeres con discapacidad que se quedan en el silencio…” Rojas Campos en  (Yarza, Sosa, & Pérez, 2019, pág. 106), debido a la lógica de violencia originada por el sistema hegemónico que cosifica a las personas y las deshumaniza, las deshumaniza en tanto “animal: sin alma, sin pensamientos y sin razón” (pág. 117).

Esta deshumanización, o bien, “crisis de humanidad” en palabras de Leonardo Boff, es originada, a mi perspectiva, por diversos aspectos, en primer lugar por la “lobotomía” en donde, el mismo Boff, la conceptualiza como “una persona que perdió la capacidad de sentir, no siente el dolor del otro” (Boff, 2020). En segundo, por la racionalidad instrumental formada, es decir, vivir con base a “medios y fines” (Horkheimer, 1973, pág. 09), uso a las personas (medios) con base a mis intereses personales (fines) y, cuando estas ya no me sirven, las desecho como meros objetos. En este marco, la mayoría de las empresas han usado a las comunidades con discapacidades para crear ONG’s y así, captar el mayor capital posible en las donaciones para luego, evadir impuestos; los gobiernos, para captar y destinar recursos para estas comunidades que, cerca de apoyarles, distan por la corrupción establecida en el desvío de estos recursos, o bien, en las reducciones presupuestales. En tercer lugar, ver como enemigos a les otres, en donde cada persona “vive obcecado con la búsqueda del interés propio y en constante competencia y comparación con otros” (Torres, 2017, pág. 71), entre otros aspectos no menos importantes. De manera que, la deshumanización, se va gestando a través de la formación y desarrollo de subjetividades neoliberales educadas de manera formal, no formal e informal, bajo los intereses del mismo modelo neoliberal asimétrico.

Hemos venido develando e insistiendo a lo largo del confinamiento pandémico que, gran parte de les estudiantes, de todos los niveles, han quedado fuera de las estrategias y modalidades que han tomado los gobiernos en américa latina y en el mundo para llevar a cabo el proceso educativo. En este contexto, de los 137 millones de estudiantes en América Latina, según el informe de la UNICEF (2020) denominada “educación en pausa” publicada el pasado 09 de noviembre, que fueron desterritorializados de sus escuelas y territorializados en sus hogares, creemos que solo la mitad, es decir, 68.5 millones de elles cuentan con las posibilidades de una educación a distancia (llámese virtualizada, televisada, radiodifundida), aunque esta, se haya convertido en una neoeducación bancaria.

De lo anterior, el otro 68.5 millones de estudiantes quedaron excluides, y quedaron excluides por ser y estar precarizadas por un sistema desigual e injusto y, en donde las sociedades, hemos sido cómplices, y hemos sido cómplices por la formación de la “lobotomía” antes mencionada construida desde las cosmovisiones y bajo los intereses del modelo neoliberal. Dentro de estas sociedades vulneradas y precarizadas, “incluidos las niñas, los indígenas, niños y niñas con discapacidad, refugiados y migrantes que viven en zonas rurales” (UNICEF, 2020, pág. 9), encontramos hogares (en la mayoría de los casos, porque muches no cuentan ni con un hogar) sin electricidad, sin acceso a internet o señal telefónica, sin dineros para pagar los servicios de datos, desempleadas y, con hambre. Hogares que prefieren salir ante la peligrosidad del contagio, y prefieren salir porque aseveran que es mejor morir por causas del COVID-19, que morir o ver morir a les suyos lentamente de hambre.

Las del primer grupo, tienen la fortuna de poder solventar los gastos que requiere la educación a distancia, sea la modalidad que sea, ya que tienen dineros para pagar esos servicios, los cuales, se toma como indicios de una nueva modalidad de privatización de los sistemas educativos, privatización porque tanto familias y docentes tienen que pagarlos de su propio salario (mientras que este se mantiene inmóvil), es decir, los gobiernos se desentiende de estos gastos, pero si exigen autoritariamente que se rindan cuentas de lo que se hace y que vean, tanto familias como docentes, como le hacen para ello, esta rendición de cuentas, las acomodan en los discursos en donde dictan que “todo marcha bien”, que “el aprendizaje a distancia va marchando bien”, aunque esta solo sea una captación de grandes cantidades de información que distan de ser aprendizajes.

El segundo grupo, ha quedado completamente excluide de estas modalidades y, cerca de que los gobiernos garanticen una educación gratuita y para todes, solo se preocupan en convertirles en estadísticas (aunque muches hasta ni a eso llegan) para sus intereses deshumanizados. Estos grupos vulnerados y precarizados quedan expuestos con mayor facilidad a la violencia intrafamiliar (física y psicológica), de género, abusos sexuales, entre otros no menos importantes, y se han acrecentado durante el confinamiento. Lo anterior, según el informe de la UNICEF (2020) es debido a ”mayores niveles de estrés entre los padres y cuidadores” (pág. 11).

En el mismo informe, la UNICEF, tiene mayor preocupación en que les estudianttes de secundaria “caerán por debajo del nivel mínimo de competencia en lectura” (UNICEF, 2020, pág. 9) . En este sentido, se le pide leer a les niñes, en tanto repetir palabras, oraciones y frases en el menor tiempo posible, no se preocupa para que estes lean su realidad y las condiciones de injusticias en las que viven muchas sociedades, más las personas con discapacidad.

Por otro lado y, estas circunstancias, las personas con discapacidades siguen presentado mayores dificultades, las cuales, han venido en aumento; y han venido en aumento porque la mayoría no hemos hablado de ellas, por decirlo de otro modo, las hemos invisibilizados. Hemos hablado de los grupos de personas excluidas en condiciones de pobrezas, sin conectividad, sin paquetes de datos, sin dispositivos, de una neoprivatización de los sistemas educativos, de una explotación de les cuerpos por el teletrabajo o por la teleeducación con respecto al exceso de tareas que les dejan a les estudiantes, del extractivismo de la madre tierra, entre otras, las cuales, sabemos que son muy importantes develarlas, sin embargo, en lo personal, no les había pensado, por ello, creo inherente que, las pedagogías críticas y educaciones populares, no solo las visibilicen sino que también tengan el compromiso ético-político-revolucionario para la construcción de propuestas educativas no segregadas o paralelas a estas, sino que pensadas desde las propias diversidades.

La educación a distancia sea esta virtualizada, televisada, radiodifundida, no fueron creadas para las personas con discapacidad, por ejemplo, en México, en la estrategia “Aprende en Casa I”, bajo el manejo virtual de la plataforma de Google Meet, solo eran dirigidas a personas con conectividad a internet, con dispositivos inteligentes y sin discapacidades, excluyendo totalmente a las personas con discapacidad.

En la estrategia “Aprende en casa II” en este ciclo escolar que transcurre, esta se basa en la transmisión de contenidos educativos a  través de la televisión, por decirlo de otro modo, televisada, las autoridades educativas (Secretaría de Educación Pública) volvieron a excluir a las personas con discapacidades, sin embargo, por presiones sindicales, al menos pudieron integrar a una persona que interpreta en lenguaje de señas pero ¿qué sucede con las demás? Vuelven a quedar excluidas, pero dichas autoridades se jactan de ser inclusivos.

En otras latitudes que, aproximadamente queda entre en medio de Costa Rica y México, en Honduras, Cristian Murillo del Centro de Atención Progreseño a la Discapacidad aseveró fuertemente contra el gobierno de Juan Orlando Hernández diciendo que “las personas con discapacidad no son prioridad en esta crisis humanitaria, y nunca han sido para el gobierno de Juan Orlando Hernández” añadiendo “porque miserablemente solo se destinan menos de 0.25 centavos de dólar al año para cada persona con discapacidad” (kaosenlared.net, 2020).

La pandemia vino entonces a ser visible lo invisibilizado y a acrecentar lo que ya existía, lo que ya estaba, y lo que estaba eran esos olvidos, esas invisibilizaciones, exclusiones, discriminaciones, injusticias, violencias y demás. En este sentido, muchas familias sacrificaron las atenciones y educaciones de sus hijes por quedarse sin trabajo y, por tanto, sin ingresos, lo poco que ganan o se tiene les ha servido para malalimentarse no por culpa del COVID-19, sino por culpa de un sistema de explotación que genera grandes asimetrías.

Ahora bien, antes de finalizar quisiera regresarles la palabra a dos voces que, por cuestiones personales, no quisieron estar presentes, pero que nos mandaron algunas vivencias desde sus especificidades. En una entrevista informal a modo de charla:

Julio Cesar (20 años), diagnosticado con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) nos comenta lo siguiente: “a menudo me sentía discriminado y excluido en la escuela por ser diferente a los demás, los que más me discriminaban y excluían eran mis compañeros dentro y fuera del salón de clases, algunos profesores entendían lo que tenia, pero si llegó a ver en una ocasión que fuese un maestro que lo hiciera, ante esto me sentía triste porque no querían platicar conmigo o no me integraban en sus pláticas, para estar concentrado y menos hiperactivo en clases, me recetaron los médicos tomar una pastilla llamada Ritalin, si no la tomaba, era seguro que me ponía a hacer un alboroto en el salón de clases y me distraía de la tarea; cuando dejé de tomar esa pastilla, al mismo tiempo, dejé de sentirme dependiente, ya que era una rutina que tenía que llevar obligadamente. Mi vida ha sido un poco complicada, pues aún me distraigo mucho y me cuesta recatar información en el salón de clases”.

Jonathan de Jesús Gamboa Flores (27 años). El neurólogo lo diagnosticó con Parálisis Cerebral Infantil (PCI) nos comenta que “me sentí muchas veces excluido y discriminado en la escuela porque, en los distintos niveles, siempre había algún compañero estudiante o un docente que no me aceptaba. Me sentía muy mal porque, a la hora de formar equipos, no me tomaban en cuenta; ahora ya hemos sido tomados en cuenta en diferentes actividades escolares, deportivas y laborales. En este tiempo de confinamiento nos cuidamos quedándonos en casa, pero me he sentido un poco desesperado por no poder salir a dar una vuelta a la casa de mi abuelita. Y sobre las clases virtuales que recibo, no pongo mucha atención por eso me gusta más la presencial. Mi vida ha sido muy complicada porque dependo de mis papás y familiares, mi parálisis me atrofia tres extremidades de mi cuerpo (mis dos piernas y mi brazo izquierdo).

Bajo estas perspectivas y vivencias podemos observar por un lado que, la medicación de los trastornos creados y clasificados por la ciencia hegemónica, sirven a determinadas empresas farmacéuticas transnacionales que se enriquecen con base a las ventas de fármacos que son clasificados por su toxicidad y adicción similares a la cocaína, anfetaminas y morfinas como el Ritalin, el cual, ha servido para adormecer las subjetividades rebeldes de nuestra niñez y juventud, dejando grandes secuelas en su salud.

Por otro, se crea y “normaliza” en los imaginarios sociales una violencia por parte de familiares tras el telón de la “sobreprotección” que inutiliza a muches niñes y jóvenes, los cuales, estas toman decisiones por elles sin consulta alguna con el fin de protegerles de cualquier discriminación, exclusión y violencia, sin embargo, a esta “sobreprotección” podríamos afirmar que también es considerada como tal por no permitirles ser con sus especificidades.

Reflexiones finales

  • Es inherente que, desde nuestra propia praxis, resignifiquemos los lenguajes no para romantizarlos, o bien, por compasión o misericordia, sino con base a un autentico compromiso ético-político con el fin de darles existencia a les inexistentes.
  • Las discapacidades al ser ubicadas dentro del grupo oprimido, es necesaria una formación permanente que devele toda clase de dominación y que den cuenta de su propia emancipación.
  • Es necesario el conocimiento y reconocimiento de mi subjetividad diversa y creativa en tanto ciudadanía, con el hito de legitimar nuestros derechos como seres humanos.
  • Es importante romper nuestros propios paradigmas para la reconstrucción de otros y, así, dejar de repetir teorías establecidas y empezar a cuestionarlas.
  • Ver, sentir y pensar a les seres diferentes y creativas, no como objetos para las investigaciones, sino como lo que son, sujetas y sujetos, ciudadanas y ciudadanos, seres humanes que sienten, piensan y son, desde las diversidades.
  • Empoderar a las personas con discapacidades a partir del compromiso ético-político para investigar sus condiciones y, así, construir saberes a partir de la dialéctica endógena-exógena, sujeto-objeto.
  • Denunciar y proponer alternativas que atiendan a las diversidades.
  • Las personas con discapacidades deben tomar sus vidas bajo sus propias manos y luchar en favor de la construcción de políticas públicas y de sus propios procesos educativos (dejar por un lado el adultocentrísmo y, por el otro, el infantilismo).
  • Regresémosles sus voces y que elles luchen por ello, que elles nos digan cuan excluídes, discriminades, estigmatizades han sido a lo largo de su vida, y más en la actual coyuntura pandémica, como acto ético-político debemos escucharles.
  • Avivar ese espíritu rebelde en vez de adormecerles con fármacos que benefician las finanzas de las empresas transnacionales con base en alternativas educativas que formen subjetividades críticas, luchen por mejores condiciones y construyan un mundo más justo, humano y humanizante.
  • Desde las pedagogías críticas y educaciones populares, en palabras de Freire “con una legítima rabia” comprometernos con las personas con discapacidades para visibilizar lo invisibilizado, construir espacios donde den cuenta de lo que, por mucho tiempo, se han callado. Asimismo construir propuestas surgidas desde los contextos y desde les sujetos.

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Fuente: El autor escribe para OVE

Imagen: Gerd Altmann en Pixabay

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«No podemos seguir separando juguetes de niños y juguetes de niñas»

Por: Helena Cortés

Toy Planet lleva ya ocho años apostando por la igualdad en sus catálogos, pero aún queda camino por recorrer, subrayan también los expertos.

Niños llevando carritos de bebés y niñas apuntando con una pistola de juguete a una diana imaginaria. Imágenes que son normales en muchas casas, en los anuncios de juguetes aún es una excepción. O al menos en los catálogos impresos que las jugueteras distribuyen estos días para que los niños ultimen sus cartas a los Reyes Magos. Así lo corroboró un estudio publicado hace unos días por la Unión de Consumidores de la Comunitat Valenciana, que ratifica que, aunque ha habido avances, «siguen existiendo diferencias de género vinculadas a los juguetes». Aunque en los juguetes de imitación sí que aparecen fotografías de menores de ambos sexos, apuntan, cuando se anuncian construcciones o vehículos quienes conducen son chicos.

Sin embargo, hace ocho años que la juguetera Toy Planet decidió apostar por la igualdad y hacer una publicidad libre de estereotipos. «Podríamos colgarnos la medalla, pero la idea partió de nuestros seguidores, que empezaron a movilizarse a través de las redes sociales. ¿Por qué las niñas tienen que salir con una muñeca y los niños con los coches?», plantea Ignacio Gaspar, director general de Toy Planet, que cuenta que pronto se percataron de que deberían seguir apostando por estos valores, pues el sector estaba «bastante sesgado».

«Los dos primeros años chocó mucho y a algunos les pareció una campaña sobreactuada. Pero con el déficit que había en el sector preferíamos que nos acusasen de eso a quedarnos cortos», recuerda el directivo. Luego llegó su acuerdo con Down España y comenzaron a dar visibilidad a niños con síndrome de Down. En su catálogo aparecen, madres, padres e incluso abuelos, porque hay juegos, como los de mesa, que no tienen edad

El objetivo, subraya, tampoco es irse al otro extremo y mostrar solo niños con muñecos y chicas albañiles, sino lograr la normalización. «Es curioso, los niños se están incorporando más a juegos que se consideraban de niñas que viceversa. La panacea sería sacar con todos los juguetes a ambos géneros, pero el espacio es finito», admite Gaspar, que reconoce también que su ejemplo igualitario no ha calado en la competencia. «Cuesta ser atrevidos. Aún queda mucho camino por recorrer», puntualiza.

En cualquier caso, plantea, la sociedad va por delante siempre. «Quizás hace 40 años era impensable, pero hoy en las casas cocinan los padres, bañan a los niños… Eso que ya existe, trasladémoslo al mundo infantil. Si seguimos mostrándoles esos sesgos les haremos un flaco favor. Está claro que no depende solo de los juguetes, pero seguro que contribuye», zanja.

Juegos para personas

María Vázquez, pedagoga y portavoz de la asociación Procolped, reconoce que las empresas de juguetes tienen un gran poder sobre los niños. «Influyen mucho y pueden ayudarnos a padres y profesores a educar a los pequeños. Hablamos del techo de cristal, pero no de cómo se sienten muchos niños cuando no les gusta el fútbol», apunta esta experta, que ha analizado con su equipo las publicidades de los últimos años y corrobora las conclusiones de la Unión de Consumidores de Valencia: gran parte de la publicidad anima a los niños a desarrollar el juego simbólico, que fomenta la creatividad y la imaginación, mientras que a ellas se las invita a disfrutar de juegos de roles, asociados al cuidado, por lo que «se reproducen los mismos estereotipos que hace años». Al menos, señalan los usuarios, sí se ha avanzado en el tema de los colores, introduciendo verdes, amarillos y turquesas.

«Las empresas deben enfocar sus catálogos para que jueguen personas. No podemos seguir separando juegos de niños y juegos de niñas o juguetes rosas y azules. Es la única manera de que no crezcan sintiéndose mal», sostiene Vázquez. “Y también de que el marketing avance con la sociedad y no se quede obsoleto».

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-no-podemos-seguir-separando-juguetes-ninos-y-juguetes-ninas-202012310200_noticia.html

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