Asia/China/8 de septiembre de 2016/Fuente: OCDE
Los líderes de los países del G20 reunidos en la Cumbre celebrada en Hangzhou, China, convocaron a la OCDE a ayudar a elaborar una agenda para desarrollar una economía mundial más fuerte, más innovadora e incluyente.
Los líderes aprobaron diversos Planes de Acción para poner en marcha sus estrategias de crecimiento abarcando una amplia variedad de áreas de política pública, desde la innovación y las competencias hasta el emprendimiento y la financiación de inversiones; desde la mejora de la productividad y el comercio hasta el combate al lavado de dinero y la evasión fiscal, así como la reducción de la capacidad excesiva de producción en el sector del acero.
La presidencia de la Cumbre del G20 por parte de China se centró principalmente en la necesidad de identificar nuevas fuerzas impulsoras del crecimiento económico. La OCDE contribuyó con ideas, análisis e información que apoyan el objetivo de la presidencia de integrar un Plan de Acción de Innovación dirigido a reforzar la inversión en ciencia y tecnología, mejorar las competencias y alentar el intercambio de conocimiento.
En su comunicado, los líderes acogieron con beneplácito el trabajo de la OCDE y otras organizaciones internacionales para medir la economía digital y se comprometieron a aumentar el acceso a la banda ancha y la inversión en el sector de tecnología, información y comunicación (TIC). También instaron a los países a aprovechar las oportunidades de la denominada Nueva Revolución Industrial, en particular las ofrecidas por las nuevas tecnologías para la manufactura. De igual manera, acordaron apuntalar la cooperación y la investigación, así como brindar respaldo a los trabajadores más afectados por el cambio tecnológico.
El Secretario General de la OCDE Angel Gurría declaró: “Se reconoce a China por haber colocado a la innovación como punto central de su presidencia del G20. Es importante no sólo resolver los problemas del pasado, sino también sentar las bases para el crecimiento futuro, un crecimiento que en gran medida será impulsado por nuevas ideas y tecnologías”.
El señor Gurría destacó ante los líderes reunidos en la Cumbre la necesidad urgente de hacer uso de nuevas fuentes de dinamismo económico. La economía global sigue atorada en una trampa de bajo crecimiento, mencionó. Ocho años después del inicio de la crisis, el desempleo y la desigualdad son aún altos. El aumento de los salarios y de la productividad es débil, en tanto que el comercio y la inversión tienen niveles bajos. Pese al compromiso del G20 adquirido en 2014 —monitoreado por la OCDE y el FMI— de elevar el PIB global en un 2% adicional para 2018, las medidas instrumentadas hasta ahora sólo lo aumentarán en cerca de 1%.
“Estamos apenas a mitad del camino”, comentó el señor Gurría. Al convocar a la implementación plena de los compromisos de crecimiento de los países del G20, agregó: “Las reformas estructurales para promover la competencia del mercado de productos, la mejora de capacidades, la movilidad de la fuerza laboral y la solidez del mercado financiero son esenciales para crear un entorno que propicie la innovación requerida para reactivar la productividad e impulsar el crecimiento incluyente y a largo plazo”.
Con el fin de contrarrestar el creciente riesgo de proteccionismo, los líderes del G20 manifestaron que se esforzarían por desarrollar una economía mundial abierta al fortalecer la cooperación en los ámbitos del comercio y la inversión. La aportación de la OCDE en esta área ha incluido ayudar a trazar principios rectores para la formulación de políticas públicas de inversión y brindar análisis que sustenten las iniciativas gubernamentales para reducir costos comerciales innecesarios, abrir los mercados de servicios y priorizar medidas de facilitación de las actividades comerciales. La inversión, que es el motor de la economía mundial, se ha quedado a la zaga y el G20 subrayó su función fundamental para alcanzar un crecimiento global más dinámico.
El Secretario General dijo a los líderes del G20 que la puesta en práctica efectiva de la reforma ya estaba rindiendo beneficios en las áreas de transparencia fiscal y el combate de la evasión y el fraude.
Hasta ahora, 85 países y jurisdicciones —entre ellos muchos países en desarrollo— se han comprometido a implementar y controlar el proyecto Base Erosion and Profit Shifting (BEPS) (proyecto contra la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios) mediante un nuevo Marco Incluyente G20/OCDE. El proyecto BEPS cierra la brecha que permite “desaparecer” las utilidades corporativas o trasladarlas artificialmente a entornos de baja o nula tributación.
Por su parte, para 2018, 101 jurisdicciones intercambiarán automáticamente información sobre cuentas financieras. Los países han identificado ya casi 55 mil millones de euros en ingresos fiscales adicionales gracias a la declaración voluntaria y programas semejantes. Los líderes solicitaron a la OCDE que para su Cumbre de 2017 prepare una lista de jurisdicciones que no han cooperado a este respecto.
Respecto a la reforma fiscal, así como a todos los Planes de Acción analizados por los líderes, será esencial lograr la instrumentación sólida y la congruencia entre los países participantes, ya que los retos de una mayor integración de la economía global requieren la cooperación continua.
Gabriela Ramos, Directora de Gabinete de la OCDE y Sherpa ante el G20, declaró: “La OCDE está orgullosa de haber actuado como colaborador estratégico de la Presidencia del G20 por parte de China en diversas áreas de políticas públicas. A partir de ahora, facilitaremos la nueva Fuerza de Tarea del G20 para el Crecimiento Innovador, y ofreceremos un foro para debatir temas como la capacidad excesiva de producción de acero”.
Asimismo, destacó las aportaciones de la OCDE a otras áreas importantes, como la función de las competencias y la formación en la inversión en infraestructura, y el respaldo a la pequeña y mediana empresa.
El Plan de Acción del G20 para el desarrollo sostenible recibió gran impulso antes de la Cumbre cuando Estados Unidos y China, las dos economías más grandes del mundo, anunciaron que ratificarían formalmente el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático. Ambos países también dieron a conocer revisiones de homólogos de sus subsidios a combustibles fósiles, medida bien recibida por la OCDE, que presidió este proceso. Por su parte, la OCDE contribuyó con estudios sobre finanzas verdes, incluidos bancos verdes y bonos verdes.
Para obtener más información sobre la aportación integral de la OCDE al trabajo del G20, visite www.oecd.org/G20 o comuníquese con andreas.schaal@oecd.org
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Trabajando con más de 100 países, la OCDE es un foro de política global que promueve políticas públicas para mejorar el bienestar económico y social de las personas en todo el mundo.
Fuente: http://www.oecd.org/centrodemexico/medios/la-ocde-ayudara-a-hacer-de-la-innovacion-un-punto-central-de-la-estrategia-de-crecimiento-global-del-g20.htm
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