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México: SNTE e IPN firman convocatorias para beneficiar a 6 mil maestros

América del Norte/México/11-09-2020/Autor(a) y  Fuente: www.jornada.com.mx

Ciudad de México. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN) firmaron nueve convocatorias que beneficiarán a más de 6 mil docentes de esa casa de estudios.

En el acto, realizado en las instalaciones del Instituto, el secretario general del SNTE, Alfonso Cepeda Salas, destacó que “difícilmente, en las condiciones actuales de crisis económica y limitaciones presupuestales, bajo gobiernos de otra tendencia, hubiéramos alcanzado los acuerdos que hoy estamos anunciando”.

Por ejemplo, añadió, el gobierno federal y las autoridades educativas no han cancelado becas ni apoyos a los estudiantes, y se invierte más en materiales educativos y actualizando al magisterio rápidamente para el uso de nuevas tecnologías.

Además, recordó que todos los trabajadores de la educación mantienen intactos su empleo, ingresos, prestaciones y derechos de salud, así como pensiones; situación que es reconocida y admirada por sindicatos de 171 países integrados en la Internacional de la Educación, a la cual pertenece el SNTE.

En un comunicado, el líder gremial enfatizó que los maestros de los diferentes niveles y modalidades educativas están haciendo todo lo posible para que nadie quede fuera de la educación. “Nos toca salir a rescatar, a recuperar a cada alumno, a cada alumna, que por cuestiones económicas o de salud, o por cualquier circunstancia, haya abandonado la escuela”, dijo.

Por su parte, el director general del IPN, Mario Alberto Rodríguez Casas, reconoció la voluntad y capacidad del sindicato y de su dirigente nacional, para concretar las convocatorias firmadas este día, que -dijo- “marcan un antes y un después en las condiciones laborales del personal docente del Politécnico”.

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Colombia: Con esta app las universidades le apuestan a la reapertura segura

América del sur/Colombia/10 septiembre 2020/semana.com

A través de UCCare, aplicación hecha por estudiantes y profesores de la Universidad Icesi, esa institución ya se alista para retomar las primeras clases presenciales. Así funciona la app que también se pondrá a disposición de otras universidades.

Si bien el debate de regresar a las aulas en medio de la pandemia se ha centrado principalmente en los colegios y jardines, en las instituciones de educación superior también trabajan arduamente para que los estudiantes regresen al campus, dado que para muchas carreras es vital el componente práctico y presencial.

Teniendo en cuenta esto, docentes y estudiantes de la Universidad Icesi desarrollaron ‘UCCare‘, una aplicación para plataformas web y móviles con sistema operativo IOS y Android.

Este desarrollo permitirá a Icesi y cualquier otra institución que quiera usarla, sin fines comerciales, contar con un mecanismo ágil y efectivo para gestionar, entre los miembros de la institución, el riesgo de transmisión de una enfermedad, como la covid-19.

¿Cómo funciona?

UCCare tiene dos módulos principales: uno para los miembros de la comunidad y visitantes, y otro para el personal de bioseguridad de la institución. A estos últimos les permite identificar y proponer el aislamiento a personas infectadas o sospechosas de infección, que puedan poner en riesgo a otros miembros de la comunidad, a través de la actualización de síntomas para activar cercos epidemiológicos.

La aplicación controla, también, la salida y el ingreso de personal, además de gestionar comunidades para identificar los contactos cercanos en las actividades dentro del campus.

“Este desarrollo nos permitirá cumplir más rigurosa y efectivamente con los protocolos de bioseguridad, cuando llegue el momento en que podamos regresar presencialmente a la universidad y continuar con nuestras actividades académicas”, explicó Norha Villegas, directora del programa de ingeniería de sistemas de la Icesi.

La aplicación está disponible inicialmente para estudiantes, docentes, colaboradores y visitantes de la Universidad Icesi, quienes deberán usarla en su celular como requisito de ingreso al campus.

“Más adelante estará disponible para que pueda ser usada sin fines comerciales por otras organizaciones que requieran gestionar el riesgo de transmisión en sus comunidades cuando se realizan actividades presenciales”, concluyó Villegas.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.semana.com/educacion/articulo/con-esta-app-las-universidades-le-apuestan-a-la-reapertura-segura/702269

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Colombia: ‘Ningún padre será obligado a enviar a sus hijos al colegio’: Claudia López

América del sur/Colombia/10 septiembre 2020/semana.com

La alcaldesa señaló que el 80 por ciento de los padres de familia no quieren que sus hijos vuelvan a clase de manera presencial, pero quienes estén a favor de la iniciativa tendrán la oportunidad de hacer la solicitud.

La Alcaldía de Bogotá y la Secretaría de Educación le apuestan a «un retorno gradual, progresivo y seguro» de las clases presenciales en colegios, jardines y universidades. En rueda de prensa, la mandataria Claudia López explicó que «ningún padre o madre de familia será obligado a enviar a sus hijos al colegio. No es que vayamos a obligar a ir a unos un día y al otro no».

De acuerdo con una encuesta realizada por el Distrito, aseguró López, el 80 por ciento de los padres están en desacuerdo con volver a las clases presenciales, pero para el 20 por ciento restante que sí aprueba la medida se debe garantizar un modelo educativo que los incluya.

«A partir de hoy los colegios (privados) pueden inscribirse en la página web)«, señaló Edna Bonilla, secretaria de Educación de Bogotá. «Tenemos que darle la posibilidad a la familia que decida si quiere enviar a su hijo al colegio o al jardín».

En otras palabras, desde este 7 de septiembre, los colegios y jardines privados están habilitados para inscribir su protocolo de bioseguridad en la Secretaria de Educación y deberán esperar un plazo aproximado de tres a cinco días hábiles para que la entidad avale o no su regreso a las aulas.

En juego está el proceso formativo de 793.566 estudiantes en instituciones oficiales y 485.387 estudiantes en instituciones privadas.

Entre los requisitos a revisar está que la institución cuente con el aval del consejo directivo del colegio, como máximo órgano de regulación, y con el consentimiento informado de los padres y acudientes del niño o niña. Si los documentos están en regla, solo faltará la evaluación de la Secretaría de Salud para dar el visto bueno y así, las instituciones podrán volver al siguiente día hábil de obtener el permiso.

No obstante, hay que resaltar que el decreto que avaló la ‘nueva realidad‘ de Bogotá, a partir del 27 de agosto, contempla que para no llenar el cupo epidemiológico de la ciudad es necesario que la actividad académica se dé los días: lunes, martes, miércoles, viernes y sábados (en el caso de los jardines). No habrá restricción horaria, pero solo estará permitido el 35 por ciento de aforo del total de estudiantes inscritos. Docentes y personal administrativo no tiene límite de aforo.

El transporte escolar se debe apegar a los requisitos de MinTransporte, entre ellos, un máximo de 50 por ciento de aforo por vehículo.

Para el caso de los colegios públicos, el Distrito tiene contemplado iniciar pilotos en el mes de octubre, posterior a la concertación con los colegios y el gremio de docentes de la capital. Además, en noviembre la alcaldía evaluará la reapertura de las instituciones que se haya dado el momento, teniendo en cuenta que en ese mes está previsto el segundo pico de la pandemia de coronavirus. «No se hará nada en contra de padres y maestros. Todo será concertado», afirmó la alcaldesa.

Universidades e institutos técnicos y tecnológicos

En el sector de la educación superior también regirá la autonomía de cada una de las 128 instituciones que hay en la ciudad, pero las actividades presenciales estarán permitidas exclusivamente los lunes, martes, viernes y sábado con restricción horaria en dos franjas: de las 10 a.m. a 4 p.m. y de 7 p.m. a 10 p.m. El aforo total de estudiantes no debe exceder el 25 por ciento.

En caso de brotes de contagio…

Alejandro Gómez, secretario de Salud de Bogotá, indicó que el protocolo exigido para la comunidad educativa es «de sentido común»: Tapabocas permanente y, en la medida de lo posible, distanciamiento en el aula y lavado de manos. Pero si aun así hay dos o más casos de contagio en los colegios o universidades se debe reportar la situación a la Secretaría de Educación y de Salud para hacer seguimiento al brote.

«En otros países en los que se ha hecho la reapertura se han tenido que cerrar colegios, y esa es una posibilidad que vamos a tener», agregó Edna Bonilla, secretaria de Educación de Bogotá.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.semana.com/educacion/articulo/regreso-a-clases-en-bogota-no-habra-alternancia-claudia-lopez–noticias-hoy/701685

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Aumentan a 28 los colegios cerrados en Francia por coronavirus

Europa/Francia/10 septiembre 2020/elmundo.es

A pesar de todo, es un número bajo porque el país cuenta con 60.000 centros escolares. Más de tres casos de Covid-19 pueden llevar al cierre de un colegio

Una semana después de la vuelta al cole en Francia, 28 centros y 262 clases permanecían cerrados el lunes por casos sospechosos o confirmados de Covid-19, según datos del ministerio francés de Educación.

Esto supone un ligero aumento con respecto a las cifras del pasado viernes, cuando había 22 centros y un centenar de clases cerrados por coronavirus. A pesar de este alza, el número de cierre de colegios por coronavirus es bajo teniendo en cuenta que Francia cuenta con unos 60.000 centros escolares en todo el país.

«Es de esperar que haya cierre de clases y de escuelas o establecimientos», dijo el lunes por la noche el ministro de Educación Jean-Michel Blanquer en la cadena de televisión BFMTV. Blanquer tiene asumido que la cifra de colegios cerrados por casos de coronavirus aumentará «forzosamente» y será más elevada en los próximos días y a medida que avance el curso escolar.

El ministerio francés de Educación ha establecido un protocolo sanitario preciso a seguir en caso de que haya un caso sospechoso o confirmado de Covid-19 en un colegio o instituto. El alumno que ha dado positivo no podrá volver al colegio antes del plazo establecido por su médico, como muy pronto 10 días después de la prueba de Covid-19. Los alumnos o profesores que son considerados contactos de riesgo deberán hacerse la prueba de coronavirus y podrán regresar a clase 14 días después.

Más de tres casos confirmados de coronavirus en un establecimiento pueden llevar al cierre parcial o total de un centro, si así lo consideran necesario las autoridades sanitarias locales. En caso de cierre del colegio, se recurrirá durante ese periodo a las clases on line para garantizar la continuidad pedagógica.

Para el ministro la vuelta al colegio en septiembre era necesaria porque «el ritmo del colegio es el ritmo de Francia«. Unos 12,3 millones de alumnos de primaria y secundaria regresaron el 1 de septiembre al colegio o los institutos en todo el país. No era la primera vez que regresaron a clase en tiempos de coronavirus. Muchos ya tuvieron la experiencia en mayo y junio, cuando Francia volvió a abrir las aulas, coincidiendo con la desescalada. Entonces, el protocolo sanitario era más estricto que ahora.

En Europa, Francia es el tercer país con mayor número de muertos por Covid-19 (30.732 fallecidos), por detrás del Reino Unido (41.643) e Italia (35.553). España ocupa el cuarto puesto en el ranking europeo con 29.838 fallecidos, según datos de la Universidad Johns Hopkins.

Fuente: https://www.elmundo.es/internacional/2020/09/08/5f575dcb21efa0e72f8b45b4.html

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Vuelta a clase: estos son los desafíos emocionales y psicológicos de alumnos y profesores

Por: Pablo Meneses

Además de las medidas sanitarias, la enseñanza presencial durante la pandemia presenta nuevos retos que requieren de una capacidad de adaptación constante

Distanciamiento social. Mascarillas. Educación híbrida, presencial, online. Burbujas de convivencia. Gel hidroalcohólico, desinfección, confinamiento y protocolos de actuación. El debate sobre la vuelta a los centros educativos de los 8,2 millones de alumnos no universitarios matriculados en España está marcado por la preocupante evolución de una pandemia que continúa expandiéndose sin freno aparente. Un retorno que presenta, además, numerosos desafíos emocionales y psicológicos que alumnos y profesores tendrán que afrontar en los próximos meses, y que les exigirán una permanente capacidad de adaptación.

Es en este contexto de cambio que la Universidad de Cambridge celebra estos días el Cambridge Live Experience 2020, un congreso online y gratuito en el que, a lo largo de tres días (8, 9 y 10 de septiembre), más de 20.000 docentes de todo el mundo asisten a 55 webinars que pretenden orientar, inspirar y apoyar a los profesores en su retorno a las aulas. Para abordar esos desafíos emocionales y psicológicos, EL PAÍS ha conversado con cuatro de sus ponentes: Andy Cope, especialista en bienestar y crecimiento personal; Kate Brierton, psicóloga clínica; Nahla Al Malki, consultora ELT; y Ricardo Morales, coordinador de servicios académicos de Cambridge University Press en México.

Aulas de apoyo emocional

Más allá de las medidas de contención sanitarias, los docentes han empezado a recibir en sus clases a unos alumnos cuyas vivencias estos meses han sido muy diferentes. Algunos habrán disfrutado del contacto con la familia y de una menor presión académica, mientras que otros habrán pasado por experiencias difíciles y potencialmente traumatizantes. Para la mayoría, el mayor reto será ahora mantenerse motivados por aprender a pesar de la incertidumbre acerca de cómo la pandemia afectará a sus estudios y a su vida, con la posibilidad de nuevos confinamientos y una vuelta a las clases en remoto.

Por eso, “una de las tareas más importantes de los profesores será la de ayudar a todos estos estudiantes a regularse emocionalmente y a que se sientan capacitados para seguir adelante. Hay que escuchar y validar cada experiencia individual; un sentimiento o emoción nunca está equivocado, porque no podemos controlar cómo nos sentimos”, sostiene Kate Brierton, psicóloga clínica en Compassionate Cambridge. Usar el lenguaje para generar un sentimiento de pertenencia, añade, es también útil, con frases como “estamos juntos en esto y nos podemos ayudar unos a otros”, que pueden evitar que los menores se sientan solos y sin ayuda.

Una de las posibles estrategias es la de crear aulas sensibles al trauma, con entornos que proporcionen apoyos a todos los estudiantes, incluyendo los más vulnerables, “con una rutina constante y predecible, y una atmósfera tranquila y silenciosa, sin demasiado ruido ni ajetreo. Los profesores pueden ser conscientes de su comunicación no verbal, moviéndose más lentamente por la clase, evitando los movimientos bruscos y hablando con un tono regular y reconfortante”, afirma Brierton. “Y en lugar de inclinarse sobre los estudiantes, lo que podría provocar la reacción de un estudiante traumatizado, bajar a su altura para hablar con ellos”. Si un estudiante se siente angustiado, es recomendable disponer de un espacio, fuera del aula, donde el alumno o alumna pueda tomarse el tiempo que necesite para tranquilizarse.

¿Cómo reconocer señales de estrés emocional en los alumnos?

Cualquier cambio en su conducta con respecto a antes de la pandemia puede indicar la existencia de estrés emocional, ya sea a través de un aislamiento social, de comportamientos desafiantes o de otros síntomas como dificultades con grupos de compañeros, cambios en el peso o incluso señales de fatiga. “Los profesores deben también vigilar la posible aparición de autolesiones o señales de trauma, como hipervigilancia, reactividad emocional, flashbacks o disociación, que puede manifestarse con el menor soñando despierto”. Los niños más pequeños pueden desarrollar una dependencia excesiva de los familiares adultos, estar nerviosos en situaciones nuevas o mostrar síntomas somáticos, como dolores de cabeza o de estómago.

Una oportunidad para redefinir la nueva normalidad

El papel de los profesores en la recuperación educativa e incluso emocional de los alumnos es, por tanto, clave. Pero para ello, apunta Brierton, “es necesario que antepongan su propia salud. Cuidarse a sí mismos es vital en estos momentos: comer bien, dormir lo suficiente, practicar ejercicio…”. La enseñanza es una profesión que demanda mucha energía, y que es física y mentalmente extenuante. “Si no te sientes bien físicamente, si no tienes la energía suficiente, es muy difícil que puedas dar lo que no tienes. Hay que cuidar la salud física y mental… Si el sueño y el ejercicio vinieran en pastillas, curarían la mayoría de los problemas del mundo”, argumenta Andy Cope, especialista en bienestar, conferenciante y autor de The Art of Being Brilliant.

Y después, aunque parezca complicado en esta nueva normalidad de la covid-19, es necesario mantener una actitud positiva, porque las emociones son contagiosas: “Como profesor en un aula, si estás estresado, preocupado o con ansiedad, adivina qué es lo primero que tus alumnos van a percibir inmediatamente de ti. Es imposible no tener un impacto, y por tanto hay que encontrar la manera de que este sea positivo”, explica Cope. “Solo el 10 % de tu felicidad se debe a circunstancias externas; el resto viene de cómo piensas, y sobre esa parte podemos aprender a tener el control” e impactar no solo nuestras vidas sino las de quienes nos rodean. Hay estadísticas que lo corroboran: tener un buen amigo feliz nos hará un 14 % más felices; si se trata de un hermano o hermana, seremos un 17 % más felices; y si tienes un vecino feliz, tú serás un 37 % más feliz, según explican Nicholas Christakis y James Fowler en Connected: The Amazing Power of Social Networks & how they Shapeour Lives.

Hemos entrado, y estamos cansados de oírlo, en una nueva normalidad. Pero lo bueno (y también lo malo) es que nadie sabe exactamente cómo es, y eso precisamente brinda una oportunidad para que todos (y no solo los docentes) decidan por su cuenta cómo será esta. “No sé tú, pero yo no quiero volver a mi vieja normalidad, porque en ella estaba cuatro horas diarias en la carretera, sufría de estrés y ansiedad…”, reflexiona Cope. Y respecto a las escuelas, se pregunta: “¿No sería fantástico si pudiéramos salir de la covid-19 en una posición mejor de la que teníamos cuando entramos? ¿Si incorporáramos el bienestar a los centros educativos, incrustándolo en el aula de manera que cuando venga la próxima pandemia, o lo que sea, estemos en una mucha mejor posición para lidiar con ello mental y emocionalmente?”

El secreto, para Cope, está en la psicología positiva, en ese puñado de personas que podemos encontrar en nuestra vida que mantienen la energía, la pasión, la sonrisa y la positividad en todas las circunstancias, incluso en medio de una pandemia global como la que nos afecta; en qué hacen para sentirse así de bien y en qué podemos aprender de ellos. “Eso es lo importante de la psicología positiva: que tiende a ser una conducta aprendida, y te recuerda las cosas que tú puedes hacer para tomar el control”. Por ejemplo, la ratio de tres a uno: en el aula, el profesor debería proponerse ser tres veces más positivo que negativo; y si estoy en la sala de profesores, y escucho a la gente compartiendo tres cosas positivas (risas, alabanzas, ánimos) por cada cosa negativa, estaré bastante seguro de que el ambiente es adecuado.

“Pero no queremos hacerlo simplemente bien, queremos hacerlo excepcionalmente”, argumenta. Por eso, recomienda que la proporción sea aún mayor. “Una de las cosas que puedes hacer es escucharte a ti mismo, de manera que por cada aspecto negativo que compartas, lo equilibres con otros seis positivos, seis cosas buenas, seis alabanzas a un colega que ha hecho algo bien, seis momentos de risa… Y, de hecho, las investigaciones actuales en el aula apuntan incluso a una ratio de ocho a uno. Si estoy en el aula y escucho ocho cosas positivas por cada negativa, podré estar seguro de que esa clase tiene la energía necesaria”.

La regla de los cuatro minutos

Otro consejo es lo que Cope denomina la regla de los cuatro minutos, porque es más o menos el tiempo que tarda una persona en percibir cómo te sientes. Para un profesor, eso significa que tienes que dar lo mejor de ti mismo los primeros cuatro minutos: cuando entras en la sala de profesores, con energía, entusiasmo y positividad; los primeros cuatro minutos de clase, para que luego todos respondan positivamente; los primeros cuatro minutos de una reunión de claustro, o al irse a casa desde el trabajo… “Si todos podemos completar bien esos cuatro minutos, y ser genuinamente alegres y positivos, nos daremos cuenta de que creamos una energía en la gente que nos rodea”.

Separados físicamente, pero participativos

El distanciamiento social impuesto por el coronavirus ha modificado también la forma de impartir clase o de participar en las actividades lectivas, al forzar un espacio físico entre los alumnos que hace más difícil el trabajo en grupos. Sin embargo, esto no significa que no haya estrategias a las que los docentes puedan recurrir: “Los profesores deben reflexionar sobre sus propias creencias respecto al aprendizaje, y como conseguían implicar a sus alumnos antes de la pandemia”, esgrime Nahla Al Malki, consultora de ELT y formadora de CELTA. “Si parten de esas prácticas originales y de esos principios de aprendizaje, rápidamente encontrarán sus propias estrategias para superar las medidas de distanciamiento”.

Así, la participación de los alumnos puede potenciarse facilitando un aprendizaje basado en la investigación, con clases invertidas (flipped classrooms) o la colaboración entre compañeros y en grupo, y desarrollando un sentido de la responsabilidad y de propiedad sobre su propio proceso de aprendizaje. No serán, en un sentido estricto, nuevas estrategias, sino que usarán herramientas nuevas: por ejemplo, a través de soluciones TIC o celebrando debates en espacios abiertos.

En cualquier caso, es importante no caer en el error de que el distanciamiento necesariamente hará que los profesores impartan exclusivamente clases magistrales: “Estas lecciones pueden ser útiles en contextos concretos o para ciertas asignaturas, pero desde luego no debe ser nunca la forma en que los estudiantes experimenten todo su aprendizaje. Los alumnos deben implicarse a un nivel más profundo para desarrollar sus habilidades, y aprovechar plenamente lo que sea que estén aprendiendo”, cuenta Malki.

Encontrar la resiliencia necesaria

En este contexto tan atribulado, es importante que tanto profesores como alumnos puedan considerar que el de la pandemia no deja de ser un proceso en el cual se viven diferentes etapas, como señala Ricardo Morales, coordinador de servicios académicos de Cambridge University Press en México: el impacto o trauma inicial ante una situación inesperada; la reacción, que consiste en adaptarse al nuevo entorno y buscar soluciones que permitan reconvenir la estabilidad; y el crecimiento: aprender de lo acontecido y tomar todo lo positivo que esta nueva situación ha traído. Es ahí en dónde la resiliencia toma un rol importante: “Considerar que no todo lo que se ha vivido ha sido catastrófico; por el contrario, se han adquirido nuevos conocimientos, habilidades y destrezas que nos ayudarán a mejorar en las siguientes etapas de la vida”.

Fuente: https://elpais.com/economia/2020/09/09/actualidad/1599648299_945483.html

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Somalia: cómo un Estado fallido intenta levantar su sistema educativo

África/Somalia/10 Septiembre 2020/elpais.com

El país, asolado por hambrunas, sequías, terrorismo y un brutal éxodo migratorio, estrena el primer plan de estudios propio en 30 años para alumnos de Secundaria. Se estima que un millón de estudiantes se beneficiará y podrán usar, al fin, libros propios y no de otros países o lenguas

Iqra Isse Ahmed tiene 17 años y sueña con ser doctora en su país: Somalia. A pesar de que lo tuvo claro desde que era una niña, lo ve “muy complicado”: “Mis padres aún no han reunido el dinero para que vaya a la universidad y tampoco sé si tengo el nivel”, cuenta por teléfono desde su casa en Mogadiscio, la capital. Aunque ha atendido regularmente las clases en su instituto y ha aprobado todas las asignaturas, solo ha tenido acceso a libros de países vecinos y, en ocasiones, de cursos inferiores. “Era un desastre: repetíamos el contenido o estudiábamos con libros de alumnos mucho más pequeños que nosotros”, narra. Su caso no es una excepción: es el de todos los estudiantes de secundaria durante los últimos 30 años, quienes han hecho malabares con material de otros países, a veces incluso en idiomas extranjeros. La Asociación Nacional de Estudiantes Somalíes asegura que se han llegado a utilizar hasta 42 planes de estudios diferentes. Este miércoles, el Gobierno ha lanzado el primer plan educativo propio para Secundaria, compuesto por 13 asignaturas y disponible en somalí, árabe e inglés. “Al fin estudiaremos lo nuestro”, exclama Isse.

La falta de un plan de estudio durante tres décadas solo se explica con una situación de caos como la que ha estado inmersa Somalia (15 millones de habitantes), situada en el Cuerno de África. En un país polvorín, que sufre la fragilidad del Estado, hambrunas, un brutal éxodo migratorio, terrorismo y durísimas sequías, el sistema educativo estaba a la cola de las preocupaciones del Gobierno.

Exámenes en turco, libros de países árabes, aulas improvisadas en casas de los vecinos y alumnos que se graduaban a la vez de primaria y de secundaria. La ausencia del Gobierno en la educación de Somalia dio pie a la improvisación de los agentes sociales que “hacían lo que podían”. Kassim Hish, especialista en Educación de emergencia de Save the Children en Somalia, lamenta que las medidas de la Administración hayan tardado tanto, pero espera que den resultados: “Hemos normalizado el olvido educativo y el caos que se deriva del mismo por la situación del país, pero aún estamos a tiempo. Tenemos que recuperar a muchos alumnos”. Tan solo el 35% de los menores de edad asiste a clase y, de ellos, cerca del 20% deja la escuela antes de llegar a Secundaria, según datos de esta organización. La Unesco estima que alrededor de 4,4 millones de niños están sin escolarizar.

Es una medida celebrada por todos. Estudiantes, profesores y organizaciones internacionales involucradas en la educación aplauden la iniciativa y consideran que es el primer paso para el desarrollo de un país con una de las tasas de matriculación más bajas del globo, donde un 40% de la población adulta es analfabeta, según datos del Gobierno. Mohamed Abdullahi Farmajo, presidente de Somalia, lo calificó como una “victoria para la nación”: “Después de una larga lucha, hemos vencido”, afirmaba a medios locales. “A partir de hoy, nuestros niños aprenderán la cultura, la historia y las necesidades de nuestro propio país”, añadía.

Hace apenas un año que inauguró también un plan de estudios propio para los estudiantes de Primaria, del que se beneficiaron más de tres millones de alumnos, según datos oficiales. “Esperamos alcanzar otro millón de alumnos de Secundaria en todo el país”, deseaba Farmajo el pasado miércoles. El Presidente aseguró, además, que se monitoreará la implementación de las nuevas dinámicas de estudios a lo largo del curso y que iniciará un proceso de formación para los profesores. Save the Children, en colaboración con el ministerio de Educación somalí, está a cargo de más de un millar de docentes. Hish también espera que los sueldos aumenten: “Hoy por hoy, el sueldo de un profesor ronda los 100 dólares (85 euros). Ellos también necesitan una motivación económica”.

Para David Bondia García, catedrático en Derecho internacional público y experto en Derechos Humanos, la medida educativa es una pieza clave “para cambiar la imagen de estado fallido en Somalia”: “En una nación totalmente desestructurada, en conflicto armado, con miles y miles de desplazamientos y que difícilmente tiene para alimentar a sus ciudadanos, la educación nunca ha sido una prioridad”, explica, “Que Somalia invierta ahora en educación es el primer ladrillo de esa reconstrucción”. Y una vía para contar la historia del país en primera persona.

Las voces que representan a los jóvenes se muestran muy optimistas. Mohamud Adan Mumin, presidente de la Unión Nacional de Estudiantes Somalíes y miembro de la Comisión de la Unesco en Somalia cree que la medida “traerá más igualdad y creatividad y servirá de herramienta de apoyo para los profesores”. Ahmed Adawe, representante de la juventud somalí en la Unión Africana, coincide: “Espero que así frenemos la enorme migración de gente joven que aquí no tenía opción de seguir estudiando”. Bondia, sin embargo, se muestra algo más crítico. “Lo que hace falta ahora es una mejora en las infraestructuras y un empeño sincero por cerrar la brecha de género en la escuela. Es un país muy cojo en materia educativa”. De hecho, Somalia ha sido el último país en ratificar la Convención sobre los Derechos del Niño. Hace tan solo cinco años que se unió a la lista de los 196 países comprometidos con salvaguardar el bienestar de los menores. “Queda mucho aún”, incide Bondia.

Isse reconoce que envidia a los nuevos alumnos. Hace unos días que quedó con unas amigas que empezaron en el instituto a principios de septiembre y se las pasó hojeando el material y comparándolo con los pocos libros que aún no ha regalado y que guarda repletos de garabatos y anotaciones a lápiz. “Los que vienen van a poder estudiar sobre cosas que nos conciernen a nosotros como país”, dice, “Yo aprendí en Historia las guerras de otros continentes que nada tenían que ver con nosotros. Me enorgullece saber que los próximos alumnos estudiarán lo nuestro”.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/09/07/planeta_futuro/1599495843_086740.html

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El Salvador: Gremio de colegios privados reporta la deserción de 44,000 alumnos de sus aulas

América Central/El Salvador/Autor(a): Susana Joma/Fuente: www.elsalvador.com

No descartan que el número de alumnos que se retirará aumente porque hay un porcentaje de ellos que no está atendiendo actividades académicas y sus padres no contestan las llamadas del personal del centro educativo.

Los colegios privados cerrarán el año lectivo en la segunda semana de noviembre, esto tras una jornada complicada por la pandemia y en la que dicho sector resiente la deserción de 44,000 estudiantes, según datos brindados por la Asociación de Colegios Privados de El Salvador (ACPES).

Javier Hernández Amaya, presidente de la ACPES, afirmó ayer que ese sector aglutina a 220,000 alumnos y hoy en día lidian con un 20 % de deserción escolar pura, según una encuesta que realizaron a finales de julio entre 230 colegios del país.

Hernández Amaya dijo que se trata de un porcentaje de estudiantes cuyos padres los han retirado de los centros educativos, pero no para trasladarlos a otra institución privada ni pública, es decir se quedan sin estudiar.

Según indicó, un 50 % de escolares sí está respondiendo al proceso educativo virtual de forma eficiente y sus padres siguen cancelando, por lo cual terminarán el año lectivo en tiempo. “El comportamiento de la deserción es lamentable para el país, porque eso es descapitalizar académicamente al país, porque es una inversión irrecuperable en estos estudiantes”, señaló.

Sostuvo que la cifra de desertores puede incrementar puesto que hay un 30 % de alumnos que no responde a la actividad educativa virtual, sus padres no están pagando a pesar de que se les han dado alternativas para cancelar cuotas, se les cita y no llegan a los centros de enseñanza, tampoco contestan mensajes a sus celulares ni han manifestado si sus hijos continuarán o no.

El dirigente de la ACPES manifestó que el riesgo de que ese otro porcentaje de alumnos deserte es grande, porque en este momento el personal de los colegios ni siquiera puede hacerles visitas domiciliares para ofrecerles a ellos y a sus padres el plan no presencial, no virtual de estudios, que ellos han diseñado para ayudarles. En este se provee de material impreso al estudiante y al finalizar octubre se presente al colegio para rendir una evaluación sumativa.

Hernández Amaya sostuvo que los colegios tienen alternativas para que los padres que han caído en mora puedan cancelar y no obliguen a sus hijos a desertar. “Por ejemplo el estudiante que tiene una mora de todo el año por ejemplo se le han hecho planes de pago en que paguen cuotas sin intereses de mora, divididas en lo que faltan de meses del año escolar.

“Para todo este tipo de situaciones el colegio tienen alternativas (académicas y de pago) para poder incorporarse al sistema y poder salir adelante en este año escolar”, insistió.

La deserción según indicó también pone en vilo la operación de los colegios, sobre todo los pequeños, que tienen poca población y dependen mucho de las cuotas escolares.

El presidente de la ACPES también informó que este año las graduaciones de Parvularia y bachillerato las llevarán a cabo de manera no presencial, como las han realizado los colegios biculturales.

No obstante, aclaró que este es un tema cosmético, voluntario y se llevará adelante toda vez los padres de familia lo soliciten como símbolo de finalización de un ciclo, pero también aquellos que no quieran participar en ello no están obligados.

Pendientes de incentivos del gobierno

Con respecto al cierre de los colegios, Hernández Amaya sostuvo, que de diez instituciones que habían confirmado solo cinco de San Salvador mantienen la decisión de cierre y estos ya lo anunciaron a sus comunidades educativas.

Detalló que de los cien centros que a finales de julio manifestaron tener intención de finalizar sus operaciones muchos han dejado de hacerlo, esto luego de que el gobierno, tras una publicación hecha en este periódico, les ofreciera incentivos.

El presidente de la ACPES precisó que en una capacitación que recibieron de parte de Bandesal, del Ministerio de Educación y Ministerio de Economía les informaron que había oportunidad para que los colegios optaran a capital de trabajo y al subsidio del 50 % de planilla por los últimos cuatro meses del año.

“Esta noticia llevó a tener alguna esperanza en estos colegios privados y han disminuido el número de colegios que piensan cerrar el 2020. Sin embargo, como no se han materializado este proceso sino que ha quedado, por el momento en un ofrecimiento, no podemos decir si esa cifra se va aumentar o se va a mantener de colegios a cerrar”, indicó.

Subrayó que es importante que se concrete el acceso a esos recursos ofrecidos por el gobierno de cara a la significativa inversión que los colegios tendrán que hacer cuando en el 2021 las autoridades de Educación y Salud den luz para volver a la modalidad presencial.

“Los colegios declaramos que dependemos de la disponibilidad de los recursos ofrecidos por el gobierno como capital de trabajo vía los préstamos de BANDESAL, tomando en cuenta el comportamiento de cuentas incobrables de la empresa educativa privada ha llegado a niveles insospechables”, indicó.

Hernández Amaya informó que para cuando llegue el momento han propuesto un retorno escalonada y selectiva de estudiantes y personal administrativo a los centros educativos privados, esto implica que los que primeros que vuelvan sean los menos vulnerables.

“También estamos proponiendo que el ciclo escolar 2021 se divida en cuatro periodos y que cada
periodo tenga una escalonada incorporación al sistema presencial. Como el año escolar tiene 40 semanas, las primeras diez semanas sean cien por ciento virtual, las segundas diez semanas sean el 20 % presencial, las terceras diez semanas sea el 40 % presencial y las últimas diez semanas sea el 70 % presencial”, indicó.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/desercion-escolar-colegios-privados-ministerio-de-educacion-el-salvador-coronavirus-pandemia/748926/2020/

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