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La escuela en contingencia

Por: Heriberto Rivera 

(Reflexiones en Cuarentena)

Al hacer referencia a la escuela en contingencia  se hace desde la  idea por la situación creada producto de la pandemia por la que atraviesa  gran parte del mundo, es decir es una situación transicional, pues soy de los que reconozco el papel por demás insustituible del Maestro y por ende del contacto natural con los estudiantes; la escuela en contingencia podría llamarse “hogar educador”, un espacio  primario para la educación en tiempos de emergencia sanitaria.

Al plantearse que desde el núcleo familiar se pueden realizar actividades para romper con el silencio de la escuela, se hace no para privilegiar y desarrollar los  diferentes módulos didácticos que pueda enviar los (las)  docentes a sus estudiantes.

 Por el contrario, la escuela en contingencia transicional nos ofrece la  extraordinaria oportunidad, para desde el hogar y ajustado al tiempo del que pueda disponer los padres y madres, dejar de lado las guías y   manuales- que conforman un conocimiento cosificado, codificado y prefabricado- y en su reemplazo descubrir (educere) las diferentes experiencias que permitan desarrollar  las cualidades propias de cada niño y joven desde el recinto del hogar.

Es la oportunidad entonces en la cual opera en forma concreta la aspiración donde los padres logran aprender  junto a sus hijos, el compartir en el construir significados sobre realidades que tenemos y se observan en casa.

La oralidad viene a ser esa herramienta que desde siempre ha sido el elemento primario para la comunicación, permite generar una conversación cimentada en actividades compartidas que crean un recurso central mediante el cual le damos sentido a nuestras dudas e interrogantes.

 De esta forma se puede lograr que una conversación tan trivial del por qué se “inflan“ o “soplan” las gustosas arepas  se pueden ensayar modos de comprender, de explicar y de reflexionar acerca de las cosas (fenómenos) mas sencillas que podemos estudiar.

 Una consecuencia positiva que puede traer una conversación indagatoria es la posibilidad de ir más allá  de una terminología técnica, pero si es  importante preguntarnos de que modo utilizamos un término en particular y lo relevante de la conexión que exista con otros conceptos involucrados en una situación planteada.

En ese sentido, se puede afirmar que en éste tipo  conversación la cual lleva implícita la mayéutica socrática tiene  como objetivo el lograr que los niños y jóvenes aprendan a cuestionar su propio conocimiento y a tomar conciencia de las formas de hablar entre nosotros sobre  una situación de aprendizaje cualquiera es te sea a la vez que se preparan para el manejo de situaciones más complejas.

Cuando  se plantea que desde el núcleo familiar se pueden realizar e incentivar varias actividades,  es  porque se hace necesario rescatar la tradición de la familia  en el desarrollo del aprendizaje entre todos. Cierto, en casa se puede aprender con las actividades de la casa: ejemplo al momento de cocinar. Nuestras madres son tal vez las que hacen química sin saberlo, mezclan, filtran, tamizan, combinan, controlan temperatura, miden con precisión, calibran, pesan, practican a diario unidades y medidas, succionan, filetean, ahorran energía, hasta crean sus propias unidades de medida En fin, es un mundo de actividades. ¿Por qué se «inflan» o «soplan» las arepas?

Nuestros niños son los primeros que aún sin saber nos hacen preguntas que bien pueden  catalogarse de «científicas»,  preguntas que si bien sus respuestas se consiguen con un simple «pulsar de  tecla» en el PC; pero en estos momentos de pandemia deben convocar a un diálogo pedagógico familiar, aprovechando que  muchos  de los adultos tienen un acervo experiencial sobre como lograron obtener sus conocimientos través de experimentos sencillos y simple realizados en casa.

El ejemplo que coloco sobre el por que se «inflan» o «soplan» las apetitosas arepas son un ejemplo de como en la aparente sencillez y en la pequeñeces de las cosas tenemos un instrumento, un espacio para el aprendizaje de las mismas. Preguntas como ¿por qué  el mercurio se mueve dentro de la columna de un termómetro? O ¿por qué el organismo acepta consumir arroz en la dieta diaria sin aburrirlo? En fin en las actividades que realizamos a diario y en casa hay mucho que aprender.

Por qué el cielo es azul? Ese cielo no es cielo  ni es azul. ¡Lastima que no sea verdad tanta belleza!

¿Por qué el agua caliente limpia mejor la mugre que el agua fría?

 En nuestros hogares tenemos materiales de diferente tipo, hemos sido presa fácil del mercado y el consumismo. Pero si  los niños y jóvenes nos requieren hablar de polímeros, pegamos el grito al cielo; Los polímeros los tenemos a montón en casa, la mayoría de los envases están hechos a base de las cadenas carbonadas de polímeros y lo tenemos hasta en el cuerpo; el cabello es un de ellos.

La realidad nuestra, en casa , creo no equivocare, los niños y jóvenes tienen acceso al pc y al teléfono «inteligente», eso es importante, pero puede devenir en tragedia,  pues la mayoría de los niños y jóvenes lo utilizan como «herramienta de entretenimiento «, es una adicción extrema y todo se convierte en entretener y en «pasar el tiempo «.Vivimos en la «sociedad del espectáculo «,es esa realidad virtual en la que lo importante ya no es el pensamiento,  el plantearse preguntas si ya todo ha sido pensado. Hemos olvidado deliberadamente que en la duda esta el conocimiento, estamos en la expansión de la superficializacion del hábitat cultura.

Como dijo alguna vez un filósofo «yo no tengo cultura, lo que tengo es necesidad de conocimiento”; y eso es lo que necesitan nuestros niños y jóvenes y hasta los adultos la necesidad de ampliar su propia vida,  la cual es muy breve. El confinamiento al cual estamos sometidos a consecuencia de la pandemia 2020, nos debe llevar a superar en la casa la «pedagogía del cuatro por dos», pues en casa se abre una gama diversa de oportunidades para el aprendizaje, acompañada de la pedagogía del amor.  Ver el mundo haciendo cada uno su propia experiencia y haciendo propia las experiencias positivas de los demás.

Los niños y jóvenes muchas veces preguntan para que nos sirve el aprender. Dicha interrogante no es nueva.

Hace 2300 años, un joven estudiante de geometría preguntó  a Euclides: «¿Qué  es lo que ganaré aprendiendo estas cosas?”. El Maestro llamó  a su esclavo y le dijo: “dale unas monedas pues parece que este debe ganar algo con lo que aprende». Esa es otra realidad que tenemos hoy, aprender para obtener un beneficio meramente económico. Ese ejemplo lo tienen muchas familias, cuando los hijos observan que sus padres sin mayor esfuerzo académico han acumulado riquezas.

La vida es mucho más  que estar sujeta al aquí y al ahora, a la limitada de la esfera de la producción.  Las actividades en casa deben valorar la relevancia y la importancia del conocimiento desde lo mas simple hasta lo complejo, y mas si tratamos de superar el pensamiento simple- disyuntivo y hacerlo mas interdisciplinario,  que vaya aprendiendo la interrelación de las cosas del mundo.

La escuela no puede seguir siendo concebida como un entretenimiento, aprendiendo sin esfuerzo.

Las leyes de la naturaleza son los pensamientos matemáticos de Dios.

Aprender  de las cosas más sencillas.

Artículo enviado por el autor a OVE

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China: con brazaletes electrónicos controlan temperatura de estudiantes

Asia/China/14 Mayo 2020/semana.com

Este dispositivo es el último ejemplo del uso en China de nuevas tecnologías para intentar controlar el virus, que oficialmente ha causando cerca de 5.000 muertes.

Esta semana millones de alumnos en China regresaron a las escuelas dotados con un brazalete electrónico que da la alerta en caso de fiebre, en momentos en que China teme una nueva oleada de contagios de covid-19.

Este dispositivo es el más reciente ejemplo del uso masivo en China de nuevas tecnologías para intentar controlar un virus que oficialmente ha contaminado en el país a 83.000 personas, causando más de 4.630 muertes.

China, primera nación afectada por el nuevo coronavirus, cerró todos sus colegios en enero. Los cursos se efectuaban desde entonces en línea.

Estos brazaletes inteligentes proporcionan en tiempo real la temperatura de los alumnos. Sus padres y los centros educativos pueden luego vigilar su situación a través de una aplicación en teléfono móvil, según el Diario de Pekín.

En caso de temperatura anormal -superior a 37,2 grados- el brazalete envía una señal a los profesores que son instados a alertar a la policía, precisa el diario. El dispositivo está en fase de prueba en cinco distritos de la capital china.

Los controles de temperatura, el uso obligatorio de mascarilla y las medidas de distanciamiento físico se han convertido en la norma en los establecimientos escolares del país, donde las autoridades temen un rebrote de contagios.

Aunque China ha controlado la epidemia en su territorio, el país registró el lunes 17 nuevos casos, diez de origen local, especialmente en Wuhan (centro), metrópolis colocada durante dos meses en cuarentena y donde el virus fue descubierto a fines del año pasado.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.semana.com/educacion/articulo/alumnos-chinos-controlados-con-brazaletes-electronicos-para-detectar-coronavirus/671007

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En un solo sitio, las mejores experiencias de educación en casa

Latinoamérica/14 Mayo 2020/semana.com

En Comunidad Atenea, plataforma gratuita de la Fundación Varkey, más de 5.000 docentes de Latinoamérica comparten sus mejores prácticas, en medio de la cuarentena.

Debido a la cuarentena decretada en diversos países para evitar la propagación del nuevo coronavirus, más de 1.200 millones es estudiantes no están teniendo clases presenciales, razón por la cual la educación virtual se ha tornado en una necesidad para instituciones y profesores.

Motivada por esto, la Fundación Varkey, creadora del Global Teacher Prize (premio al mejor maestro del mundo), decidió lanzar para todos los docentes la Comunidad Atenea, la primera comunidad de aprendizaje colaborativo en línea para maestros en toda Latinoamérica.

La plataforma gratuita, que ya cuenta con más de 6.000 miembros y a la que se unen 100 maestros cada día, les permite compartir las mejores prácticas, celebrar su trabajo y discutir cómo mejorar la educación de sus estudiantes.

De acuerdo con Agustín Porres, director para Latinoamérica de Fundación Varkey, los maestros están encontrándose a través de la plataforma para debatir la mejor manera de mantener a los alumnos aprendiendo ahora que ya no pueden acceder al aula.

Cualquier docente puede acceder a través de cualquier dispositivo, en el siguiente enlace: https://www.comunidadatenea.org. En el sitio web podrán cargar actividades educativas para ayudar a sus colegas en su desarrollo profesional.

La plataforma también funciona como una red social, ya que permite a los docentes subir sus perfiles, publicar contenidos y comunicarse con sus colegas, pero está moderada para garantizar que todas las publicaciones se centren en la educación.

Asimismo, la plataforma también actúa como una sala virtual de maestros que los reúne más allá de las fronteras a través de videoconferencias.

“Es fundamental apoyar a los docentes mientras continúan trabajando e inspirando a sus estudiantes. Más aún en tiempos de gran incertidumbre», concluyó Porres.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.semana.com/educacion/articulo/las-mejores-experiencias-de-educacion-en-casa-en-la-pandemia-en-un-solo-sitio/669940

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Colombia: S.O.S de las universidades: ¿cómo sobrevivirán a la pandemia?

América del sur/Colombia/14 Mayo 2020/semana.com

Ante el riesgo de que la reducción de la matrícula supere el 50%, varias instituciones de educación superior pidieron al Gobierno el mismo apoyo dado a otros sectores.

Desde 2017 las universidades de todo el país encendieron las alarmas debido a la disminución de las matrículas. Esta preocupación creció el año pasado, después de conocerse el más reciente reporte del Sistema Nacional de Información de la Educación Superior, el cual indicó que para 2018 se matricularon 2.408.041 estudiantes, es decir 38.000 menos que el año anterior.

Si bien esta tendencia decreciente tiene varias explicaciones, como la salida del programa ‘Ser pilo paga‘ entre otros motivos, este 2020 el panorama es mucho más oscuro debido a la crisis generada por el coronavirus. Muchas familias ya no tienen la capacidad económica para seguir con el pago de la educación superior, y los que sí, aún son escépticos de la calidad de los programas presenciales que, debido a la situación, deben hacerse virtualmente.

Esta semana, los rectores de decenas de universidades privadas enviaron una carta al presidente Iván Duque, en la cual le piden que el sector educativo tenga el mismo apoyo que han tenido otros sectores debido a la pandemia. «Las universidades privadas no están solicitando auxilios, que además no son permitidos por la Constitución; solo piden, en igualdad de condiciones con el resto de los sectores económicos, acceso a créditos financieros, alivio en el plan de pagos de sus obligaciones», dice la misiva.

Retener a muchos universitarios será dificil por las condiciones económicas del país.

Señalan que de no recibir algunas medidas de alivio, el futuro de muchas instituciones que han tenido aportes al desarrollo académico y científico del país sería incierto, dado que por la incertidumbre generada por el coronavirus, podría haber una alta deserción o reducción de la matrícula universitaria, que podría llegar a ser superior al 50%. De darse esta situación, estaría en riesgo el empleo de miles de funcionarios administrativos y de docentes.

Por eso, al igual que la Asociación Colombiana de Universidades (Ascun),los rectores de universidades como la Tadeo, Central, EAN, Américas, entre muchas otras, pidieron que se extienda el plazo de los pagos de capital tramitados vía Findeter por dos o tres años más y que se abra una línea especial para créditos de capital, similares a los que se adjudican a empresas comerciales. Asimismo solicitan que se amplíen los cupos de créditos en el Icetex y que se acelere la entrega de recursos del programa Generación E.

Aunque aún faltan un par de semanas para iniciar los procesos de matrícula de cara al segundo semestre, las universidades se están anticipando a la posible deserción o al aplazamiento masivo de semestres, y están otorgando descuentos y becas. Por ejemplo, la  Universidad de América dará becas de hasta el 80 % para aspirantes a primer semestre en todos sus programas de pregrado y un subsidio económico del 40 % en su matrícula para los otros estudiantes. En La Salle entregarán un 30% de descuento en las matrículas de estudiantes nuevos y antiguos. En la EAN, el descuento será hasta del 25%.

¿Y las universidades públicas?

El caso de las instituciones públicas no es muy diferente. Aunque aún no hay un pronunciamiento oficial por parte del Sistema Universitario Estatal (SUE), la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles de la Educación Superior (Acrees) pidió al Gobierno doblar la base presupuestal de las universidades públicas con un desembolso adicional de 3.3 billones de pesos.

Adicionalmente, solicitan que el Gobierno destine 1,2 billones de pesos para el pago de matrículas de los estudiantes en las universidades públicas debido a las dificultades económicas que atraviesan miles de familias por la cuarentena decretada para prevenir la propagación del nuevo coronavirus.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/sos-de-las-universidades-como-sobreviviran-a-la-pandemia/669729

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España: Evaluar en tiempos de pandemia: la visión de una alumna de 4º de ESO

Europa/España/14 Mayo 2020/eldiariolaeducacion.com

Recogemos un texto escrito por Ángela Valverde, estudiante de 4º de educación secundaria en un IES de la Comunidad de Madrid. En él habla de este final de curso y la evaluación que se llevará a cabo en este último trimestre. Ella forma parte del alumnado que, voluntariamente, podría volver a las aulas en la fase 1 de la desescalada en el confinamiento.

Hace más o menos un mes y medio decretaron el estado de alarma debido al Covid-19, un virus que tuvo origen en China y que tiene una gran capacidad de transmisión, tanta que posteriormente ha desembocado en una grave pandemia. A todos nos parecía algo surrealista, algo impensable que sucediera en nuestras vidas, algo que nos ha “roto (literalmente) los esquemas”. A pesar de que al principio me alegré de descansar un poco con el no parar de la rutina de cada día, me he dado cuenta de que ir a clase es un privilegio.

Desde mi punto de vista, como estudiante de cuarto de la ESO, considero que esta situación nos ha afectado enormemente. El Ministerio de Educación y la Consejería de cada Comunidad han intentado poner en común ciertas medidas para el desarrollo del curso. Estas medidas han llegado un poco tarde, creando cierta incertidumbre a los estudiantes y profesores. En líneas generales estoy en desacuerdo con algunas de las pautas globales que se han establecido y pienso que ha habido una gran falta de organización. A continuación, me gustaría desarrollar varias ideas en relación a este tema en esta nueva situación.

En primer lugar, si nos centramos en los criterios de calificación que se podrían seguir para evaluarnos en este último trimestre, creo que deberían puntuarnos mediante trabajos, avanzando materia poco a poco, sin saturarnos. Aunque estemos dando clases virtualmente, tienen que entender que a veces nos pueda costar más asimilar el nuevo temario. En ocasiones algunos alumnos como yo tienen dificultades técnicas de acceso a la plataforma digital y no pueden dar las clases de ciertas asignaturas, aparte de que considero que hay una gran diferencia con respecto a dar las clases presencialmente. Esta evaluación siempre tiene más peso que las anteriores (50%) por lo que debido a estas circunstancias excepcionales yo lo repartiría también con lo que hemos hecho los dos trimestres pasados. Si en algunas asignaturas consideran necesaria la realización de exámenes, creo que deberían quitarle peso en la nota y alternarlo con otro tipo de tareas (trabajos, ejercicios, actividades de entretenimiento…) para así poder hacer la cuarentena más llevadera.

En segundo lugar, para mantener la misma igualdad de condiciones en los alumnos a nivel nacional, opino que todas las comunidades autónomas deberían aplicar las mismas medidas. De esta manera todos iríamos igual de preparados y con los mismos conocimientos el curso que viene. Si bien, aunque las pautas generales las marquen las Administraciones educativas, pienso que los profesores son los más cercanos a los alumnos y, por lo tanto, los que mejor los conocen, los que más saben acerca de sus necesidades y los que están al tanto de ciertos problemas personales. Por ello son los que tendrían que tener la última palabra a la hora de decidir si un alumno necesita otros recursos o ciertas actividades específicas.

El aprobado general no lo consideraría una opción. Sería injusto que a personas que no han trabajado se les aprueben las asignaturas

En tercer lugar, en cuanto al programa de cada asignatura en concreto, hay ocasiones en las que resulta un poco imposible llevar a rajatabla el currículo de las materias, y sin duda, considero que Lengua es una de ellas. Normalmente, el currículo es ya muy extenso de por sí, por lo que ahora es más complicado cumplir con él. Veo necesario intentar adaptar los contenidos, como he dicho anteriormente, utilizando otro tipo de actividades evaluables más llevaderas. Con esto, quiero decir que continuemos con los temarios de forma adaptada a esta situación y aunque algunos contenidos no se vean en profundidad, al menos tener una ligera idea de ellos, de forma que en el próximo curso, en el que supongo que se repasarán, podamos desarrollarlos más a fondo.

Por último, acerca del aprobado general, que diría que es lo que más polémica ha causado, no lo consideraría una opción. Sería injusto que a personas que no han trabajado durante todo el año se les aprueben las asignaturas y pasen de curso. Esto supondría una gran dificultad para ellos el curso siguiente, ya que no han adquirido los conocimientos necesarios para continuar avanzando y no podrían alcanzar el nivel exigido. Esto les puede crear frustración y desmotivación, ya que no tienen el nivel. Además, en muchas ocasiones perjudicarían a la clase haciendo que fuese más retrasada.

Por otro lado, están los cursos como cuarto de la ESO, que es un año en el que titulamos. En este caso, habría gente que recibiría el título sin merecérselo y sin haber adquirido los conocimientos básicos. Por el contrario, estoy de acuerdo en que a estudiantes de bachillerato que se supone que quieren seguir estudiando se les dé un empujón, especialmente a los de segundo, año que les resulta decisivo para su futuro. En este caso, a aquellos que tengan más dificultades con el temario, si el profesor considera que han trabajado, pero aún así no es suficiente, deberían ser un poco más flexibles con ellos y valorar también todo su esfuerzo.

En conclusión, esta situación requiere un esfuerzo especial por parte de las administraciones, el profesorado y los alumnos, quienes tienen que intentar aportar el máximo para llevar con la mayor normalidad posible esta situación, de forma que sea justa para todos. Esto no quiere decir que los que no trabajan se vean perjudicados, ni que los que sí trabajan salgan beneficiados. Simplemente pido una igualdad justa de condiciones con trabajos asequibles a la situación, ya que aunque no lo veamos así, una simple nota lo cambia todo.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/08/evaluar-en-tiempos-de-pandemia-la-vision-de-una-alumna-de-4o-de-eso/

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Las familias, preocupadas por la «vuelta a clase al 50 por ciento»

Por: Nieves Mira y Carlota Fominaya

El anuncio de la ministra Celaá respecto al inicio del próximo curso ha pillado por sorpresa a la comunidad educativa.

Aún quedan cuatro meses para el comienzo del nuevo curso escolar, pero el ministerio de Educación ya está estudiando con las comunidades autónomas cómo organizar la vuelta a clase «guardando las imprescindibles medidas de seguridad sanitaria» en el caso de que no pueda haber grupos de más de 15 alumnos por aula.

Fue la titular de Educación, Isabel Celaá, quien adelantó este lunes que «si no hay vacuna, los colegios tendrán la mitad del alumnado en las aulas», y recordó que no hay fecha concreta para el comienzo de dicho curso, ya que es cada comunidad quien fija su calendario. Mientras, la comunidad educativa ha reclamado a Celaá medidas claras y precisas, así como garantías sanitarias, tanto para volver a las aulas durante la desescalada (alumnos de 4º de ESO y 2º de Bachillerato, menores de 6 años y educación especial), como para iniciar el siguiente.

Más medidas

El anuncio de que será la mitad de alumnos los que puedan volver en septiembre ha levantado ciertas dudas entre las asociaciones de padres y las familias, muchas temerosas de que se pueda perder el ritmo de las clases online. «Valoramos como positiva cualquier medida que vaya destinada a garantizar la seguridad de los alumnos, pero creemos que es un poco pronto para concretarla, porque de aquí a septiembre hay que trabajar junto con las autonomías para valorar la situación y conjugarlo con la conciliación de la vida familiar», cuenta Miguel Ángel Sanz, presidente de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de la Escuela Pública de Aragón (FAPAR).

En principio, desde FAPAR están de acuerdo con esa reducción del aforo de las clases, insisten, pero entendiendo «que la medida debe estar recogida dentro de otras más amplias», sin descartar ninguna opción e, insisten, trabajando con las autonomías.

«Se pueden encontrar soluciones, el trabajo online se ha desarrollado a una velocidad supersónica, y hay gente que podrá quedarse en casa trabajando. Hay que procurar que se queden en casa los chicos con más autonomía para el trabajo online», cuenta Alfonso Aguiló, presidente de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE). Incide en que «hay chicos que pueden hacer el trabajo online bien y sus padres los pueden cuidar», pero habrá «otros que no y tendrán que estar de manera presencial. Y me parece que cada escuela tendrá que buscar la solución, sin pretender que sea todo en base a las grandes reglas generales para todo el país».

«Habrá que hablarlo y buscar una solución, porque habrá casas en las que el abuelo tenga que echar una mano y otras a las que pueda no importarle que el niño siga las clases a distancia, pero también alumnos con mayor dificultad a los que esto resulte imposible», cuenta el presidente de CECE. Respecto a la posibilidad de contratar a más profesores y establecer turnos, añade que «no es una cuestión tanto de recursos, pues a todos nos gustaría tener más, pero la pregunta es si el país lo puede financiar, busquemos soluciones buscando el bien de todos».

Incertidumbre entre familias y profesores

Mientras, las familias, se enteran de esta posible medida con escepticismo. Manoli, que tiene dos hijos mellizos en primero de ESO y en la misma clase, espera que, de tener que repartirlos, al menos les toque en el mismo turno. «Con su padre y conmigo trabajando y el hermano pequeño en la guardería, lo peor que nos puede pasar sería que cada día fuese uno al instituto. Si ya de por sí es complicado y tenemos que tirar de la familia para que no se queden solos, no quiero imaginar cómo será un inicio de curso al 50%».

«Si pones la mitad de alumnos en una clase me parece perfecto, es lo necesario. Lo que no es normal es, por ejemplo, una clase en Infantil con 25 alumnos. Si me pones 12 es lo suyo, pero claro, eso debería suponer que contrates a más maestros o habilites más aulas, porque ¿cómo vas a dejar al resto en su casa?», se pregunta Rocío, maestra de Educación Infantil.

En esta discriminación hace hincapié Javier Rodríguez, director general del Foro de la Familia: «Es injusto para los trabajadores que tienen cargas familiares y se ven en la tesitura de o bien renunciar a su puesto de trabajo, o bien a incrementar el gasto familiar para poder trabajar por el mismo (o menor, en la mayoría de los casos) salario». En su opinión, el Gobierno «debería escuchar a los expertos antes de anunciar medidas que transmitan seguridad y confianza, y no todo lo contrario, como hasta ahora», dice en referencia al anuncio que sorprendió de la ministra, que sorprendió a todos los miembros del sector.

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Francesco Tonucci: “El error es seguir como antes de la crisis: con lecciones y deberes para casa”

Por:  Susana Velasco

“La situación excepcional permite y favorece la experimentación y valoración de los resultados”. Francesco Tonucci, psicopedagogo y firme defensor de los niños, califica de “error” que la escuela siga funcionando como antes de la crisis, continuando con el currículo y mandando deberes que el alumnado debe realizar en su casa.

Ante la situación excepcional que estamos viviendo a causa de la pandemia, el pensador, psicopedagogo y dibujante italiano, Francesco Tonucci aboga por la introducción de cambios profundos en la escuela que estén encaminados a “desarrollar su personalidad (de los niños), sus aptitudes y su capacidad mental y física hasta el máximo de sus posibilidades”, según el artículo 29 de la Convención de los Derechos de la Infancia de 1989.

¿La pandemia que estamos viviendo marcará un antes y un después para la Educación?

Depende de cómo valoren, cada uno de los protagonistas de la educación escolar, su trabajo actual y el funcionamiento de la escuela. Si piensan que la escuela hoy en día funciona bien tal como está propuesta y reúne los objetivos que se propone y que la sociedad espera, yo diría que es razonable no hacer ningún esfuerzo por cambiarla. Bajo este punto de vista, continuarían desarrollando su programa con las lecciones de antes, utilizando los libros de texto y mandando deberes para casa.

Sin embargo, si piensan que la escuela no funcionaba y no conseguía los objetivos previstos por la ley, deberían aprovechar esta paradójica situación para proponer cambios profundos, para experimentarlos y después mantenerlos cuando finalice el estado de alarma. La situación excepcional permite y favorece la experimentación y valoración de los resultados.

Desde mi punto de vista la valoración del estado de salud de la escuela se debería hacer tomando como referencia el artículo 29 de la Convención de los Derechos de la Infancia de 1989 que dice: “Los Estados Partes convienen en que la educación del niño deberá estar encaminada a desarrollar su personalidad, sus aptitudes y su capacidad mental y física hasta el máximo de sus posibilidades”.

Esto significa que la escuela junto con la familia deberían ayudar a cada alumno a descubrir sus capacidades y vocaciones y ofrecerles los instrumentos adecuados para desarrollar sus posibilidades al máximo.

Habrá un antes y un después solamente en la segunda hipótesis.

Francesco Tonucci

El confinamiento ha pillado desprevenidos a docentes y familias. ¿Qué errores se están cometiendo? ¿Qué aprendizajes se pueden extraer de esta situación?

No ha sorprendido solo a docentes y familias sino a todos los ciudadanos y para todos la vida ha cambiado radicalmente. Yo mismo estoy viviendo en total soledad encerrado en casa sin hijos ni nietos. Cada uno de nosotros ha debido cambiar sus propias costumbres profundamente. Desde mi punto de vista y refiriéndome principalmente a la experiencia italiana, el error fundamental de la escuela es el de haber querido demostrarse a sí misma, a las familias y a los alumnos que nada ha cambiado, que se puede proceder como antes con lecciones y deberes para casa, continuando con el programa y utilizando los libros de texto. Lo único que ha cambiado es el medio y el lugar, ya no hay presencia del docente, ni de los compañeros, ni de la escuela y el aula, solo el ordenador e internet. Y naturalmente no funciona.

La escuela debería aprovechar esta paradójica situación para proponer cambios profundos, para experimentarlos y después mantenerlos cuando finalice el estado de alarma

¿Cómo podemos ayudar a los menores a sobrellevar con éxito esta crisis desde el punto de vista escolar y emocional? ¿Qué oportunidades ofrece esta situación?

He pensado que la escuela podría aprovechar esta ocasión para utilizar la casa, el mundo donde los alumnos están obligados a vivir, como laboratorio escolar y que los padres ejerzan de auxiliares de laboratorio. Podría ser una ocasión preciosa para recrear una magnífica colaboración entre la familia y la escuela y proponer a los alumnos, según los diversos niveles de edad, todo tipo de actividades familiares: desde cocinar a la fotografía, de la lectura en alta voz a las actividades artísticas con material que tengamos por casa, de la lectura del periódico al video. Además de fomentar experiencias para estudiar y explorar, según las exigencias de las diversas disciplinas escolares.

¿Qué cambios necesitará hacer la escuela tras la crisis?

Como decía, la escuela debería aceptar que la situación ha cambiado todas las condiciones de vida de los alumnos, debería aceptar la nueva situación y utilizarla para desarrollar sus competencias y propuestas de acuerdo con esta realidad. La esperanza es que si se consigue aprovechar este periodo excepcional correctamente, logrando la participación y satisfacción de las familias, cuando pase esta crisis esta actitud y esta metodología podrán ser aplicadas al mundo real de los alumnos, en su barrio, su ciudad, su mundo y nunca más en los libros de texto.

Poner sus competencias al servicio de sus alumnos para interpretar su mundo de acuerdo con el correcto nivel cultural y ser capaces de promover una colaboración real con la familia.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/francesco-tonucci-el-error-es-seguir-como-antes-de-la-crisis-con-lecciones-y-deberes/

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