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Estudiantes portan mascarillas en escuela primaria en la Ciudad de Makati, Filipinas

Asia/Filipinas/10-12-2021/Autor(a) y Fuente: Spanish.xinhuanet.com 

CIUDAD DE MAKATI, 2 diciembre, 2021 (Xinhua) — Una estudiante porta una mascarilla y una careta protectora mientras desinfecta sus manos después de asistir a una simulación de una clase presencial en una escuela primaria, en la Ciudad de Makati, Filipinas, el 2 de diciembre de 2021. (Xinhua/Rouelle Umali)

CIUDAD DE MAKATI, 2 diciembre, 2021 (Xinhua) — Un estudiante porta una mascarilla y una careta protectora mientras asiste a una simulación de una clase presencial en una escuela primaria, en la Ciudad de Makati, Filipinas, el 2 de diciembre de 2021. (Xinhua/Rouelle Umali)

CIUDAD DE MAKATI, 2 diciembre, 2021 (Xinhua) — Una maestra instruye a sus estudiantes, quienes portan mascarillas, mientras asisten a una simulación de una clase presencial en una escuela primaria, en la Ciudad de Makati, Filipinas, el 2 de diciembre de 2021. (Xinhua/Rouelle Umali)

CIUDAD DE MAKATI, 2 diciembre, 2021 (Xinhua) — Una estudiante porta una mascarilla y una careta protectora mientras asiste a una simulación de una clase presencial en una escuela primaria, en la Ciudad de Makati, Filipinas, el 2 de diciembre de 2021. (Xinhua/Rouelle Umali)

CIUDAD DE MAKATI, 2 diciembre, 2021 (Xinhua) — Una maestra instruye a sus estudiantes, quienes portan mascarillas, mientras asisten a una simulación de una clase presencial en una escuela primaria, en la Ciudad de Makati, Filipinas, el 2 de diciembre de 2021. (Xinhua/Rouelle Umali)

Fuente e Imagen: http://spanish.news.cn/photo/2021-12/03/c_1310348831.htm

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Neuroeducación: ¿cómo aprende el cerebro?

Por: Educación 3.0

Conocer cómo funciona el cerebro y cómo aprendemos es fundamental para el proceso de enseñanza-aprendizaje. El último número de la revista impresa, ya a la venta, ofrece un amplio reportaje sobre este tema. Estos son algunos extractos.

La mayoría de los niños son curiosos por naturaleza. Tienen todo un mundo por descubrir y quieren hacerlo ¡con ganas y aunque conlleve riesgos!: meter el dedo en los enchufes, tocar el agua o el fuego, o llevarse a la boca cualquier cosa que encuentren en el suelo para probar su sabor y textura. A medida que van creciendo y desarrollando su personalidad, sin embargo, la situación cambia y algunos pueden perder el interés.

Dada esta realidad, ¿cómo continuar estimulando su curiosidad? ¿Cómo motivarlos y hacerles partícipes en su aprendizaje? ¿Qué pueden hacer los profesores para mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje? La neuroeducación ofrece respuestas a estas preguntas. Es la unión de las ciencias de la educación (el conjunto de disciplinas que estudia la educación y las prácticas educativas como Didáctica, Pedagogía, Antropología o Sociología, entre otras) con la neurología, que estudia el funcionamiento del cerebro.

La neuroeducación ha generado un enorme avance en el proceso de enseñanza y aprendizaje, ya que contribuye a potenciar tanto las capacidades emocionales —ser conscientes de las emociones y gestionarlas adecuadamente— como las neurocognitivas, cómo procesamos la información y cómo la empleamos posteriormente (es decir, el aprendizaje) lo que incluye la percepción, la atención, la comprensión, la memoria y el lenguaje, entre otras.

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Neuroeducación: orígenes y evolución

Aunque la historia de la neuroeducación es bastante reciente, la importancia del cerebro se reconoce desde hace siglos y a lo largo de ellos se ha ido avanzando en su funcionamiento (neurociencia), pero han tenido que pasar más de veinte para comprender la importancia que tiene relacionar cómo aprendemos y la práctica educativa.

El ‘padre oficial’ de la neuroeducación es Gerhard Preiss, catedrático de Didáctica en la Universidad de Friburgo (Alemania), quien en 1988 planteó crear una nueva asignatura que aunara la investigación cerebral y la pedagogía, a la que denominó neurodidáctica para mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje. A partir de entonces son numerosos los expertos internacionales (el argentino Antonio M. Battro o el estadounidense Daniel Willingham) y nacionales (Francisco Mora, David Bueno…) que han profundizado en el tema.

Como dice el refrán ‘la unión hace la fuerza’ y la alianza entre cómo aprendemos y la pedagogía proporciona numerosos beneficios tanto para alumnado como para los docentes. Así, mejora el proceso de enseñanza y aprendizaje, al facilitar el diseño de programaciones didácticas a medida y atendiendo a la diversidad.

De igual modo, permite identificar las causas neurológicas relacionadas con el fracaso escolar, como la dislexia, la discalculia, el trastorno por déficit de atención o la hiperactividad. Fomenta, además, que consoliden sus conocimientos al mostrar qué les motiva o les llama la atención, al mismo tiempo que les hace implicarse más en su propio aprendizaje. También les ayuda a gestionar las emociones, haciendo patente qué están sintiendo y no reaccionen de manera impulsiva.

Evidencias científicas

A lo largo de estos más de 30 años en los que se ha profundizado en la neuroeducación, en cómo aprende el cerebro y su relación con la educación, se han hallado diversas evidencias científicas que han permitido mejorar tanto el proceso de enseñanza como el de aprendizaje. Algunos de estos factores son:

  • Emociones. Ya sean agradables o desagradables, todas influyen en el proceso de aprendizaje.
  • Plasticidad cerebral y neurogénesis. Haciendo una metáfora, el cerebro es como la plastilina, ya que tiene una gran capacidad de adaptación durante toda la vida.
  • Genética y experiencia. El debate sobre qué es más determinante en el ser humano, lo innato o lo aprendido, ha sido intenso a lo largo de los siglos. En la actualidad, la mayoría de los expertos coincide en que ambos son fundamentales en el aprendizaje y en la evolución del propio ser humano.
  • ¿Jugamos? Sea libre o estructurado, el juego es clave en el aprendizaje, como numerosos estudios han demostrado (por ejemplo, de los psicólogos Jean Piaget o Lev S. Vigotsky).
  • Neuronas espejo. Son el grupo de células cerebrales (descubiertas por el equipo del neurobiólogo Giacomo Rizzolatti, de la Universidad de Parma, Italia, a finales de los 90) que se activan cuando realizamos una acción concreta o cuando observamos a alguien hacer algo.
  • Trastornos de aprendizaje. La neuroeducación es fundamental en diferentes áreas, pero en este ámbito en concreto todavía lo es más, ya que permite proporcionar un apoyo personalizado a cada alumno.

En la práctica

Es posible aplicar los principios de la neuroeducación tanto en el aula como en casa. En el primer caso, es preciso crear un clima positivo, generar un espacio donde el alumno se sienta cómodo, donde el profesor le escuche y le anime a aumentar su autoestima e iniciativa, también donde se fomente el trabajo en equipo y se promuevan valores como el respeto y la justicia. Cada vez son más los docentes y centros que ven la importancia de aplicar la neuroeducación en el día a día, pero no saben por dónde empezar. Piensan: ¡cómo entender el funcionamiento del cerebro!, ¡parece algo tan complicado!

Por etapas educativas

Lo más habitual es aplicar las prácticas neuroeducativas en la primera infancia (de 0 a 8 años), porque es cuando el cerebro forma nuevas conexiones a una sorprendente velocidad, pero la mayoría de los expertos considera que los principios de la neuroeducación deben aplicarse a lo largo de toda la vida. Es un estilo de vida. Por lo que, independientemente del nivel educativo en que esté el alumnado, lo importante es tener claro que si el docente conoce las claves de cómo funciona el cerebro puede diseñar actividades a medida para el día a día, consiguiendo mejorar tanto el proceso de enseñanza como el de aprendizaje.

Este artículo está compuesto de unos pocos extractos del amplio reportaje ‘Neuroeducación: ¿cómo aprende el cerebro?’ publicado en el nuevo número de la revista impresa. Puedes comprar el último número de la revista en nuestra tienda online.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/neuroeducacion-cerebro/

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Opinión | El ritual escolar: Comunicación – Lo invisible (3ª parte)

Por:

En esta tercera entrega del ‘Ritual Escolar: Comunicación’, Andrés García Barrios relata cómo la comunicación es la misión humana por excelencia que nos ha unido y separado desde tiempos inmemoriales.

En las primeras dos partes de este artículo, me he complacido presentando al lector primero la visión más optimista y luego la más pesimista de los procesos de comunicación que comenzaron a mediados del siglo pasado y llegaron hasta nuestros días. Quise mostrar que es posible tener las dos versiones.

La existencia de una comunicación que nos une y de otra que nos separa, son una constante humana, me parece. Creo que han estado siempre: desde tiempos inmemoriales los seres humanos hemos confiado en que podemos comprendernos unos a otros, y a la vez mantenemos una duda constante al respecto. El sabio griego Gorgias, que afirmaba que el movimiento de las cosas era una ilusión, también negaba que la comunicación fuera posible. Su argumento era contundente: las palabras son herramientas de la conciencia (es decir, subjetivas) por lo que no pueden describir los hechos que ocurren objetivamente; ni siquiera alcanzan a describir nuestras emociones, las cuales también son ajenas a la razón, al menos parcialmente. Finalmente añadía que, para colmo, si acaso pudiéramos expresar nuestros pensamientos, jamás estaríamos del todo seguros de que nuestro interlocutor los entendiera; y es que, no estando nosotros dentro de su conciencia, no podríamos confirmarlo.

Recientemente, Byung Chul-Han, filósofo coreano, ha hecho una crítica feroz contra el tipo de comunicación que se da a través de redes sociales y el supuesto intercambio humano que éstas permiten: dice que se trata de una comunicación vacía, sin comunión, flujo de mensajes sin receptor, sin un verdadero receptor. En oposición a ésta, menciona la existencia de culturas donde la gente no necesita comunicarse para constituir comunidades sólidas; por ejemplo, los japoneses frecuentan rituales que son pura forma, es decir, gestos y actitudes que no dicen nada a nadie y que sin embargo los unen de forma indefectible. Comunidades sin comunicación, les llama (versus comunicación sin comunidad, como hemos dicho).

Francoise Doltó habla de que la comunicación es la misión humana por excelencia. Según ella, el milagro unificador surge desde el vientre de la madre, y menciona que, por ejemplo, en el tam tam del corazón materno tiene su origen nuestra atracción y encanto por el ruido de los tambores, en el que percibimos un llamado ancestral a la acción, a despertar a la vida (como todos sabemos, las percusiones son el primer instrumento musical de la historia).

Y así pasamos a hablar sobre el poder de comunicación del arte. Conozco poetas que afirman que sus textos “comunican”, con lo cual (si no quieren decir simplemente “expresan”) se nos plantea la pregunta de si es posible hacer intercambios a través del tiempo, es decir, con lectores futuros (“escribo hoy para ti que me lees mañana”) y escritores del pasado (“te agradezco tus textos, a ti, que ya no estás”), poniendo en duda la certidumbre científica de que la flecha del tiempo siempre viaja hacia adelante (¡será lo que los filósofos de la ciencia quieran, pero cuando leo Animal de fondo de Juan Ramón Jiménez, tengo la certidumbre de que el autor está escribiendo sus poemas en ese mismo instante y percibiendo mi conmoción!).

Así pues, el concepto de comunicación tiene muchos vértices. Yo, para precisar su importancia dentro de lo que he venido llamando el ritual escolar, elijo empezar por el más sencillo: las primeras formas de comunicación de las que da cuenta la ciencia de la Historia.

Chismosos y crédulos

En su libro Sapiens: de animales a dioses, Yuval Noah Harari menciona tres fases de comunicación que fueron cruciales para que nuestros antepasados no humanos se convirtieran en lo que somos: la primera ―que compartimos con nuestros ancestros monos― es el desarrollo de un lenguaje meramente informativo que sirve para comunicar circunstancias inmediatas y favorecer la subsistencia del grupo: “El león está cerca”, “Hay un montón de fruta a un lado del arroyo”. Algunos individuos humanos y no humanos saben usar estos signos de forma engañosa para sacar ventaja, y por ejemplo, avisan a un semejante de la presencia de un peligro con la sola intención de distraerlo y robarle algo (por ejemplo, su alimento). Tales formas de lenguaje sólo pueden congregar hasta un ciento de individuos, cifra después de la cual se produce el caos y la convivencia se viene abajo. Rebasados los cien, tendrá que formarse otra manada, con la cual la primera no se identificará de ninguna manera y muy probablemente entrará en conflicto.

Para reunir grupos más grandes es necesario que aparezca algo más propiamente humano. La segunda fase, dice Harari, es el tipo de comunicación a la que llamamos “chismorreo”. A través de éste, los seres humanos se enteran (o son engañados) no sólo sobre cosas que pasan más allá de su grupo sino sobre otras muy importantes que ocurren al interior de éste. Ahora se entrecruzan mensajes que hablan de los propios compañeros: “Aquél es un mentiroso”, “Ella me compartió su comida”. Así la manada afina y aumenta su control sobre las situaciones favorables y desfavorables, tanto internas como externas, y puede congregar a más individuos. Estos se identifican entre sí (son semejantes), y comparten recomendaciones y advertencias, se enteran de quiénes del grupo son confiables y quiénes no, y gradúan sus acciones para favorecer la convivencia y mantenerse a salvo.

Sin embargo, explica Harari, el chismorreo permite crear grupos humanos de hasta 150 miembros pero no es suficiente para reunir esas grandes masas donde miles y hasta millones de seres humanos responden al mandato de un solo líder. Para que esto ocurra, es necesario que las personas creamos en entidades invisibles a las cuales adherirnos como si fueran tan confiables como las que sí vemos, y aún más. Esas entidades se despliegan sobre grandes multitudes permitiendo que una persona se identifique con otras a las que nunca ha visto ni verá, y a las cuales considera sus semejantes solo por el hecho de creer en algo común, es decir, en ficciones creadas por el pensamiento y convenidas colectivamente gracias al lenguaje. Así, un dios puede hacer que todos sus fieles se consideren parte de una misma familia multitudinaria, y un país puede agrupar a millones a pesar de que sus límites sean por completo artificiales, fundados en ideas, palabras, deseos… es decir, en actos de comunicación a los cuales puede llevarse el viento.

Los sapiens devenimos semejantes sólo por estar al abrigo de la misma religión, familia, escuela, nacionalidad, sociedad anónima u otras entidades invisibles a las que cuidamos y preservamos como si fueran nuestras, o más bien, como si fuéramos suyos.

La realidad de lo invisible

Las versiones cientificistas como la de Harari, no son las únicas. Según otras, lo invisible no es una ficción sino un hecho contundente. A favor de éstas, me aventuro ahora en una de esas disertaciones a las que en alguna ocasión llamé fantasías filosóficas.

Puedo imaginar que, conforme iba adquiriendo conciencia, cada uno de aquellos primeros seres humanos se daba cuenta de que él mismo era una unidad, un ser en sí, un todo; sin embargo, simultáneamente iba advirtiendo otra verdad: los que lo rodeaban también lo eran. Si lo pensamos bien, la experiencia de ser un todo no combina con la de tener semejantes: un todo, por definición, abarca todo lo existente, por lo que dos todos son un disparate; y un montón de todos, un delirio. El que hubiera muchos todos como yo, era desquiciante.

Por fortuna, aquellos primeros humanos habrán vivido también la experiencia opuesta, es decir, la de reconocerse a sí mismos como parte de un todo superior, del que los demás humanos eran también una parte (convirtiéndose, ahora sí, en sus semejantes). Al desprenderse al menos un poco de su todeidad y participar junto con la comunidad en un Ser más grande, se habrán sentido como restaurados de aquel primer delirio. Pero también en el desprendimiento hallarían grandes riesgos: la sensación de perderse en el todo no habrá sido reconfortante sino fuente de mucha angustia. La única alternativa sería entonces intentar desprenderse de sí mismos sin perder el yo, y desde ahí regresar, un poco más repuestos.

Por desgracia, en el viaje de vuelta inevitablemente se habrán reencontrado con aquella tentación de completud que los embargaba desde el principio. Conscientes ahora ya de la existencia de los otros, habrán hallado una estratagema para lidiar con el peligro: “No soy todo, sólo soy el centro”. Por fortuna, también esta certidumbre egocéntrica (fuente de conflicto con los demás egos) tarde o temprano los volvería a arrojar a una paradoja: “Cada uno de nosotros es un centro, cada uno quiere que se le reconozca como tal”. Y sólo les habrá quedado la humildad para reconocer que en este extraño mundo sí hay un lugar para muchos centros.

Final metafórico

El juego del yo-yo es (desde su nombre) una buena metáfora de todo esto que digo. Ovillado en mi centro―desde el que vislumbro con terror el convertirme en un yo completo y aislado―, intento desprenderme de mi propia inmensa carga y me arrojo en un vuelo que deseo libre y eterno; pero una vez alcanzado cierto límite (en el que mi yo empieza a desvanecerse), regreso empavorecido a aquel centro que dejé atrás. Mi vida entera se desenvuelve, entonces, entre un extremo y otro, sin querer quedarme para siempre en ninguno de ellos. Ciertamente, regresar al centro me sirve para cobrar impulso; y quedarme un rato patinando en el otro extremo me permite realizar numerosas “suertes” (como les llaman los expertos), siempre y cuando no intente permanecer ahí demasiado tiempo.

En esencia soy un ser humano y, como los yo-yos, me realizo en un juego constante, en una promesa y un desafío permanentes.

(Continuará)

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/ritual-educativo-comunicacion-parte3

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Mónica Martínez: “La oratoria no tiene la importancia que se merece en el sistema educativo”

Por: Jennifer Tejada

Entrevistamos a Mónica Martínez, periodista, presentadora de televisión y formadora en oratoria sobre la importancia de esta disciplina y los beneficios de aprender cuanto antes a hablar en público.

¿Miedo escénico, sudores fríos o nervios al hablar en público? La periodista y presentadora de televisión Mónica Martínez acaba de publicar ‘Método Suéltate’ (Editorial Alienta), un libro que recoge consejos para “dominar una grabación, una reunión o cualquier encuentro en público”. Con una dilatada trayectoria profesional delante de la cámara, ha decidido compartir algunos trucos para ayudar a cualquiera que desee hablar con seguridad, controlar su lenguaje corporal y, en definitiva, transmitir un mensaje con éxito.

En su opinión, la oratoria se puede practicar y aprender de muchas formas y a cualquier edad, pero defiende que cuanto antes se empiece más fácil resultará. Conversamos sobre la importancia de la memoria y el resto de habilidades que se desarrollan al aprender oratoria o sobre qué es estrés virtual.

Pregunta: ¿Puede todo el mundo hablar en público de forma eficaz? 

Respuesta: Como cualquier habilidad, será más fácil ejecutarla para los que “lo traen de serie”, pero estoy segura de que el éxito llega si hay esfuerzo, trabajo y mucho entrenamiento detrás. Si te comprometes, lo conseguirás seguro.

Hablar en público - claves de la oratoria

P: ¿A partir de qué edad se debería aprender? ¿Debería impartirse en la escuela? 

R: Nuestro sistema educativo, al contrario que el anglosajón, no le ha dado aún la importancia que merece a la oratoria, aunque sí hay algunos colegios privados y concertados que empiezan a incluir sesiones quincenales o mensuales. Cuanto antes empecemos a mostrarnos delante del público o la cámara, antes superamos ese freno del juicio y más fácil nos resultará. Pero no hay edad para empezar. He formado a mujeres y hombres de cincuenta años y lo han logrado sin problema.

P: ¿Qué tipo de actividades pueden proponer los docentes de Secundaria para trabajar esta disciplina?

R: Hay tantas actividades como formadores: juegos, concursos… No es suficiente con evaluar presentaciones de algún tema si no se les han dado las herramientas para hacerlo correctamente. Deben poder expresar cualquier cosa frente a los compañeros y sin apoyarse en un PowerPoint.

“No hay edad para empezar a hablar en público. He formado a mujeres y hombres de cincuenta años y lo han logrado sin problema”

P: ¿Qué beneficios ofrece a los jóvenes y adolescentes? 

R: El principal es la libertad que te regala el ser capaz de transmitir todo lo que quieras o necesites, sentirte libre en la elección de tus palabras, conocer qué está diciendo tu cuerpo y tu rostro mientras hablas. Además, permite tener más conocimiento sobre lo que ven los demás de ti. En ese sentido, ganar seguridad y autoestima a esa edad es básico y les ayuda mucho también en sus relaciones personales.

Una mujer joven habla con un micrófono en público.

P: ¿Cómo influye la comunicación no verbal en el discurso? 

R: Influye mucho más de lo que uno piensa. Al espectador le llegamos por la vista en un primer lugar y no hay una segunda oportunidad de causar una buena primera impresión. Si lo que decimos no coincide con lo que ven de nosotros, se genera una disonancia cognitiva y ¿adivina quién gana? Siempre nuestra comunicación no verbal. Esto es porque la audiencia, el que nos escucha y nos mira, tiende a pensar que eso es más difícil de falsear, por lo que cree que lo que muestra tu cara y tu cuerpo es la verdad.

P: ¿Cómo se puede aprender a controlar los nervios y perder (o reducir) el miedo escénico?

R: Lo primero es ir al origen para tener claro de dónde viene ese miedo escénico o nervios, para poder trabajarlos y vencerlos. Los nervios son necesarios porque nos mantienen alerta y mucho más presentes en el momento actual, lo cual es muy necesario cuando estamos hablando en público o delante de una cámara; te aportan una especie de ‘subidón’ necesario para exponerte frente a los demás, pero deben estar en su justa medida. Hay que saber utilizarlos en tu favor y que no te supongan un impedimento para mostrarte tal y como eres.

P: En su libro habla del ‘estrés virtual’. ¿En qué consiste?

R: Durante la pandemia muchas personas de distintas profesiones se han tenido que mostrar delante de una cámara para participar en reuniones virtuales, lo cual crea un estrés virtual o fatiga porque no estamos acostumbrados. En la comunicación virtual estresamos a nuestro cerebro que está ‘aquí’, pero quiere estar ‘allí’ (con su interlocutor) al otro lado del ordenador o la tablet. Es decir, quiere poder leer su comunicación no verbal pero no puede, porque la imagen solo nos muestra un rostro (si es que se conecta la cámara).

Aún así, nuestro cerebro lo intenta una y otra vez y se siente frustrado mientras sigue expresando su mensaje. Sacamos entonces nuestras armas para intentar que el otro nos sienta más cerca, forzamos la voz en ocasiones, intentamos mantener la mirada a ese punto en el que está la cámara… y todo eso nos genera ese estrés o fatiga virtual.

P: ¿Qué diferencias hay entre hablar delante de un público presencial y hacerlo delante de una cámara? 

R: En ambos casos nos exponemos al juicio de los demás. La principal diferencia  es que no hemos nacido hablando a una cámara, por lo que nos cuesta mantener la mirada, retener el texto, expresarnos como queremos con este dispositivo enfrente. Al final la cámara es un objeto, es algo frío y somos seres sociales acostumbrados al contacto.

La cámara no nos devuelve el feedback que nos ofrecen las personas, no sabemos qué están pensando al escucharnos y vernos y eso nos crea inseguridad. Por este motivo, tendemos a pensar que nos están juzgando, aparece nuestra falta de confianza y nos hacemos ‘pequeñitos’… Hay que ganar mucha seguridad para que eso no te frene cuando se encienda la luz de la cámara.

Oratoria delante de la cámara

P: ¿Qué importancia tiene la memoria a la hora de hablar en público? ¿Qué trucos se pueden usar para entrenarla?

R: Te hace ser más capaz de expresar lo que te habías preparado con mayor seguridad porque no necesitas leerlo de un papel o tarjetón y eso te aporta, a ojos de tu audiencia, mayor capacidad y autoridad en la materia.

La memoria también se entrena y hay muchas técnicas para recordar aquello que quieras decir: mi opinión es que si lo dices de memoria no debe notarse y eso es un arte también. Aunque yo soy partidaria de trabajar mucho ese texto para que lo controles tanto que lo puedas decir en cualquier situación por complicada que sea. Me encanta cuando mis alumnos recitan sus textos con su música preferida a todo volumen. Si así lo consiguen, ese mensaje está más que preparado.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/oratoria-educativo/

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Trabajos académicos: tipos y estructuras

Por: Emilio Vargas Santiago 

Se requiere prestar atención a una serie de reglas. Los más comunes son el comentario de texto, resumen, reseña, monografía, ensayo, tesina y tesis.

Los trabajos o textos académicos son propios del ambiente escolar y universitario. Su finalidad es desarrollar habilidades que son parte del aprendizaje y de la formación profesional. Se consideran como antecedentes para la elaboración de proyectos de investigación, elementos fundamentales en la educación superior.

El estudio de las diferentes clases de texto, tiene por objeto proporcionar un acercamiento a las diversas formas que puede adoptar la expresión escrita. Entre ellos se incluyen los denominados textos no literarios, como son los académicos, argumentativos, científicos, descriptivos, didácticos, expositivos, narrativos, normativos, periodísticos y publicitarios, entre otros (Cáceres Ramírez, 2019).

La literatura especializada señala que la redacción de textos académicos ayuda a los estudiantes en su desarrollo intelectual y gramático, ya que la escritura integra habilidades cognitivas de cómo generar ideas, organizarlas de forma coherente y a construir oraciones gramaticalmente correctas. A hacer esquemas y resúmenes; elaborar borradores; manejar un léxico específico y una construcción determinada en cada disciplina; mejorar la gramática, ortografía y la sintaxis en un texto; ayuda a pensar la mejor manera de expresar algunas ideas y cómo podría ser más comprensible.

Bajo el nombre de trabajo escrito se clasifica una serie de discursos que van desde las tareas hasta los trabajos de finalización de grado y postgrado, es decir, que existen diferentes tipos y para realizarlos es necesario conocer las especificidades de cada uno, ya que para desarrollarlos se requiere prestar atención a una serie de reglas. Los más comunes son el comentario de texto, resumen, reseña, monografía, ensayo, tesina y tesis. A continuación, se describen, sucintamente,  los primeros 4. Los restantes en la siguiente nota.

Comentario de texto.El comentario de textos es una actividad académica habitual que se inicia en la escuela secundaria. Comentar un texto es analizar lo que dice y cómo lo dice, pues implica hablar de lo que ha tratado. Estos dos aspectos son inseparables porque “No puede negarse que en todo escrito se dice algo (fondo) mediante palabras (forma)”, afirma el profesor Lázaro Carreter, personalidad relevante de la filología española. Se trata de un ejercicio sumamente importante para demostrar el nivel de comprensión lectora. A continuación, pasos a seguir y consejos importantes para realizarlo (Ruiz, 2017). Y el Comentario de texto de Calderón de la Barca: la brevedad de la vida.

Resumen. Esta palabra se deriva del verbo latín resumĕre, que  significa volver a tomar, comenzar de nuevo.Es una exposición abreviada, concisa y fiel sobre los puntos más importantes de un texto o documento. Debe ser objetivo, claro y coherente, “sin que medien interpretaciones o posturas críticas”. Es “una técnica de síntesis”. Se considera que es “la reducción de un texto original o de partida al 25% del total”. Su finalidad es difundir información concisa y clara que sirva para anticipar el contenido del texto original. Se trata de la concreción de la idea principal de uno o varios textos, de manera que quede expuesta la intención del autor de forma clara y más corta. Aunque suele ceñirse con bastante exactitud al texto original, las ideas propias no se mezclan con las del autor original. Ayuda a la comprensión lectora y contribuye al mejoramiento de la capacidad de síntesis de los estudiantes. Se afirma que facilita la retención y la atención; enseña a redactar con precisión y calidad. El resumen académico es la síntesis de las ideas presentes en un texto. En Significados.com se describen las principales partes del resumen. De los ejemplos de resúmenes, ver el ejemplo  1 sobre  el Impresionismo.

Reseña. La palabra, como tal, deriva del verbo reseñar, que a su vez proviene del latín resignāre, que significa tomar nota, escribir o apuntar. También se le conoce como “recensión”. Es un género discursivo que tiene como objetivo describir y evaluar textos de distintos tipos. “La evaluación es importante ya que la diferencia de otros géneros cercanos, como el resumen, la revisión bibliográfica o el informe de lectura”. Es un texto de corta extensión que informa acerca de una obra literaria, científica, artística o de un acontecimiento reciente. En general, las reseñas abordan libros de publicación reciente, para informar a los lectores sobre las nuevas publicaciones, ya que es imposible leer todos los que aparecen cada día. Se presenta para dar una idea sobre el interés o el valor de una obra, no para sustituirla o analizarla a profundidad. Se publican en diarios o revista, aunque también son textos de uso académico. Suele tener un carácter constructivo, ya que su función es valorar y/o recomendar una obra, tanto de las que se publican en la prensa, como para las reseñas académicas, que valoran obras en el contexto de la asignatura estudiada.

El redactor de la reseña no opina sobre el tema, sino sobre cómo el autor lo ha expuesto, tratado y desarrollado. Otras de sus funciones son que ejercita la capacidad de lectura de textos científicos y académicos; distinguir lo importante de lo accesorio en un texto; desarrolla una lectura crítica propia. Asimismo, una reseña puede ser la nota que se toma de todos los rasgos relevantes de una persona, animal u objeto con el fin de poder ser identificada. Se le considera parte del género de opinión. Cuando la intención es hacer una evaluación profunda para exponer los límites y alcances de una obra, no se habla de reseña sino de crítica. A continuación, cómo hacer paso a paso  una reseña crítica y ver el ejemplo 5de reseña del libro “Jardín del Arte Escultórico de la Ciudad de México”.

Monografía. El término se deriva del griego mono, referente a único  y grafíaque significa escrito o escritura. Es un tipo de tarea común en el ámbito académico escolar y superior. Es un trabajo explicativo sobre algún aspecto de la ciencia, el arte u otro asunto en particular. Un punto muy importante es que el autor debe argumentar el contenido de su obra. Requiere realizar una investigación sobre el tema escogido y  recurrir a distintas fuentes que proporcionen la información necesaria para escribirla. Los temas que se tratan dependen del autor o pueden ser preestablecidos, como es el caso de los que se asignan como tarea en el ambiente académico. La información utilizada debe ser correctamente citada en el trabajo. Según Cáceres Ramírez (2019), no existe una estructura específica, pero como es un trabajo de investigación hay que desarrollarlo de manera ordenada. Para ello propone esta estructura. A continuación, esta dirección electrónica para conocer distintas monografías https://www.ejemplos.co/10-ejemplos-de-textos-monograficos-monografias/

Fuente: https://acento.com.do/opinion/trabajos-academicos-tipos-y-estructuras-9010953.html

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Identifican a autor de masacre en escuela de Estados Unidos

América del Norte/Estados Unidos/03-12-2021/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Los padres del acusado han prohibido a las autoridades interactuar con él y solo dejan que se comunique el abogado.

Autoridades de Míchigan en Estados Unidos (EE.UU.) identificaron a Ethan Crumbley de 15 años de edad como el perpetrador de la masacre del pasado martes en la escuela Secundaria del municipio de Oxford, donde se reportaron cuatro decesos y ocho herid.s y por la que ha sido acusado de asesinato y terrorismo.

La Justicia le imputó a Crumbley los delitos de asesinato y terrorismo, al mismo tiempo detalla que el arma usada por el adolescente era de su padre y que, en días previos al hecho, Crumbley había sido intimidado en la escuela aunque aún se desconocen las causas del hecho.

En tal sentido, la fiscal del condado de Oakland, Karen McDonald, subrayó que las autoridades se encuentran seguras de que el hecho fue premeditado pues existen disímiles evidencias que lo demuestran.

Al tiempo de que los padres del menor negaron que este hablara con las autoridades, el abogado del acusado ha informado que el joven se declaró no culpable de todos los cargos.

Sin embargo, el acusado fue detenido en el lugar de los hechos y las autoridades informaron que el menor tenía consigo siete rondas extras de munición al momento del arresto.

Desde enero hasta septiembre de 2021 se registraron en Estados Unidos al menos 170 tiroteos en escuelas que incluye kínder, 12 grado y jóvenes de 17 y 18 años. Una de las mayores matanzas de este tipo aconteció el 27 de febrero de 2021 en la secundaria Chardon de Oakland, California, dejando un saldo de tres fallecidos y tres heridos.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/identifican-perpetrador-masacre-escuela-estados-unidos-20211201-0032.html

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El Salvador: “El docente me negó el parcial diferido por no querer besarlo”, estudio revela agresiones que sufren mujeres en la UES

América Central/El Salvador/03-12-2021/Autora: Lissette Lemus/Fuente: www.elsalvador.com

Tres investigadoras de la Red de Colectivos Feministas realizaron una investigación sobre los tipos de violencia que enfrentan las mujeres dentro del campus universitario.

La investigación, en la que se entrevistó a 166 víctimas de violencia dentro de la universidad pública, indica que la mayoría de los casos no son denunciados debido al temor a represalias por parte de los agresores y a la falta de confianza en las instancias universitarias encargadas de actuar en este tipo de abusos y agresiones.

Los tres tipos de violencia más frecuentes que sufren las estudiantes son la violencia psicológica, académica y sexual.

Las investigadoras denominan la violencia académica como la situación en la que el docente valiéndose de su “relación de poder” acosa a las alumnas sexualmente y al no lograr su objetivo viene el castigo y la humillación y la vulneración académica.

“El docente me negó el parcial diferido, aun haciendo el proceso, por no querer besarlo”, relató una de las víctimas, según el estudio.

La violencia académica no está contemplada en los tipos ni en las modalidades incluidas en la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres.

Keyla Cáceres, Katherine Zelaya y Clansi Rosa fueron las encargadas de realizar la investigación. Foto EDH/ Nohemí Ángel

Según el estudio, dentro de la Universidad la violencia contra las mujeres sigue un patrón, en el que existe un vinculación de la violencia sexual con la académica, psicológica y simbólica.

“Un docente, que es magistrado, hacía que las estudiantes fuéramos a buscarlo a su sitio de trabajo para consultarle cosas que pudimos haberle consultado en la clase. Un día al despedirme me dio un beso entre la mejilla y la boca”, relató una estudiante.

En cuanto a la violencia sexual, la información recopilada revela que estudiantes, trabajadoras administrativas y mujeres docentes se enfrentan al acoso sexual, comentarios sobre su cuerpo, tocamientos y comportamientos inapropiados.

“En una ocasión un profesor me pidió que me pusiera de pie en la clase y le dijo a mis compañeros: ¿saben que es una curva? luego dijo ella es una curva”, explicó una estudiante entrevistada durante la investigación.

Perfil del agresor
Según los datos recopilados, en cuanto al cargo del agresor, en primer lugar están los docentes, luego los estudiantes que pertenecen a alguna organización estudiantil.

Ante los resultados la Red recomienda la creación de una unidad especializada para prevenir y erradicar la violencia contra la mujeres en esa institución pública, pues consideran que el Centro de Estudios de Género no realiza su trabajo.

También piden que se asigne un presupuesto enfocado en la prevención de la violencia de género en el campus y se realice un mapeo de los lugares inseguros dentro de la universidad.

Se contactó al departamento de comunicaciones de la UES para obtener una opinión de las autoridades por los resultados de este estudio, prometieron gestionar pero no hubo respuesta.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/estudio-violencia-genero-estudiante-ues/904934/2021/

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