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Montessori, una metodología donde el alumno marca su ritmo de aprendizaje

Publicado en ABC

Por: Fernando Morales

La innovación no ha llegado solo al campo de la tecnología, sino que la educación, y en concreto el sistema educativo español, está envuelto, también por necesidad, en un proceso de cambio de modelo que se adapte a lo que se requiere en la sociedad del siglo XXI. El sistema de aprendizaje tradicional está avanzando y dando pasos hacia un modelo más personalizado y adaptable a las necesidades de cada alumno.

En España cada vez son más la familias que apuestan por que sus hijos acudan a colegios basados en el Método Montessori, o así lo cree Miriam Escacena, guía Montessori —es como se conoce a los profesores de esta metodología— y organizadora del III Congreso Internacional Montessori. En concreto, es un auge que llevan observando desde hace diez años y que, comenta, es cada vez más pronunciado, en cierta medida porque la sociedad es más consciente de la importancia de una educación más personalizada.

Este método, aunque está considerado dentro de la innovación educativa, supone un aprendizaje que inventó la educadora y médico italiana María Montessori a principios del siglo XX y que se enmarca dentro de lo que se conocen como pedagogías alternativas y que pone el foco en el niño, en sus necesidades y en respetar sus ritmos tanto de maduración cognitiva como de desarrollo. Es decir, es el niño quien marca sus ritmos de aprendizaje.

Este modo de enseñanza está basado en que el protagonista es el niño y el profesor o educador es un orientador, una persona que guía a los alumnos para progresar en su proceso de formación. De esta forma, no es el docente quien marca el ritmo de sus alumnos, sino que cada uno de los menores avanza a su velocidad, algo que María Campo, profesora del Máster en Formación del Profesorado de UNIR, cree fundamental respetar puesto que así se consigue que el niño no se bloqué si no consigue llegar a los objetivos del profesor o, por el contrario, puede seguir avanzando en conocimientos aunque no sean los establecidos en el programa para su edad.

«Educar de esta manera más personalizada y dando protagonismo al niño -afirma Campo- permite que sea él quien marque su desarrollo», siempre teniendo en cuenta que deben adquirir los conocimientos básicos establecidos por la ley educativa para cada curso escolar. Y es que trabajar con la metodología que ideó María Montessori no significa que se den contenidos diferentes, sino que lo que cambia es la forma de darlos.

Necesaria formación

Ahora bien, para tener éxito a la hora de educar a un alumno con cualquier técnica innovadora, avisa Campo, es necesario que quien vaya a impartir esa educación esté «muy bien formado» para utilizarlo. De lo contrario, este método puede tener efectos colaterales o incluso «totalmente contradictorios» en los alumnos.

Uno de estos efectos colaterales podría ser, según la profesora de UNIR, que el niño sea «excesivamente protagonista» de su vida en el sentido de su desarrollo. «Si el chico decide lo que quiere en cada momento por instinto, al final va a ir a lo cómodo y apetecible, y eso no es siempre lo correcto o adecuado», continúa. Es ahí donde ve fundamental el papel del docente, siempre haciéndole de guía y ayudándoles en el camino «sin forzarles y respetando sus ritmos».

El desarrollo del menor se consigue, entre otras cosas, sustituyendo las actividades de ficha y cuaderno por otras más manipulativas. «La neurociencia dice hoy día que el aprendizaje a través de los sentidos es mucho más significativo», explica Escacena, a lo que Campo añade: «Se desarrollan las funciones cognitivas y lo que es la lógica y la memoria», algo que en el método tradicional se deja más de lado para centrarse sobre todo en el “aprendizaje de los contenidos”.

Es sobre esta base sobre la que trabajan en el Granada Montessori International School, un centro en el que no se dan clases para todos los alumnos sino que el trabajo es individualizado y los alumnos escogen las actividades que quieren desarrollar cada día, siempre con la vigilancia del profesor para que al final todos los alumnos desarrollen todas las actividades al final de su etapa. «Trabajamos con materiales autocorreptivos, por lo que el profesor se los presenta a los alumnos y a raíz de ahí los menores los utilizan, facilitando así la autonomía de los chicos», explica Rafael Román, fundador de este centro. Y es que una de las características de esta metodología es que no segrega a los estudiantes por edad, sino que se juntan a niños por periodos de tres años, generalmente de entre tres a seis años, de seis a nueve y de nueve a doce.

Un método para todos

A pesar de todo, Miriam niega que esta metodología deje de enseñar a los alumnos las competencias que le corresponde a cada grupo de edad. «Lo que se hace es observar mucho a cada niño, su desarrollo y sus intereses, pero el curriculum académico se respeta». Pero el hecho de que sea una enseñanza más personalizada, individualizada ha hecho que este método, en España, se aplique, por el sistema educativo español, más en colegios privados que en la escuela pública por la necesidad de contar con unos materiales específicos y mayor número de docentes especializados.

«Inevitablemente eso implica un coste mayor que en el sistema público» no siempre se realiza, coinciden Escacena y Campo. Es por ello por lo que niegan la falsa creencia de que es un método elitista puesto que, cree Miriam, si hubiera voluntad política en España se podría desarrollar en los colegios públicos. De hecho, ya hay un centro en Madrid, el CEIP San Benito que cuenta con esta metodología en la etapa de infantil. «No es un método pensado exclusivamente para gente con mayores recursos, sino que como cualquier innovación educativa requiere de una inversión». Al no haberla, la mayoría son centros privados creados con profesor que ha recibido previamente la formación requerida para convertirse en guía, una figura poco desarrollada aun en España.

No obstante, aunque María cree muy positivo el método Montessori, no ve oportuno centrar todos los esfuerzos o apostar al cien por cien por él en todos los centros educativos. Puesto que el sistema español permite utilizar la metodología que se considere más oportuna siempre y cuando los alumnos adquieran las competencias mínimas establecidas en la programación, cree que lo que habría que hacer es adaptar a cada lugar y contexto el método más adecuado, manteniendo los aspectos positivos del método tradicional e incorporando los innovadores en aquellas cosas que hay que mejorar: «Hay muchos datos que nos dicen que tenemos que apostar por una innovación educativa».

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-montessori-metodologia-donde-alumno-marca-ritmo-aprendizaje-202107081004_noticia.html

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Datos y evidencias en las escuelas de CABA

Por: Adriana Puiggrós

Acabo de pasar por dos escuelas de mi barrio que tienen letreros anunciando cuáles burbujas están cerradas, y me pregunté cuántas personas estarían afectadas por cada burbuja. Como las escuelas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires(CABA) tienen números dispares y azarosos de alumnos por grado, tomé un promedio aproximado de 25 chicos, algo que sería razonable, y sumo la/el docente. Suponiendo que cada uno pertenece a una familia de cuatro miembros, estarían afectados al menos 104 habitantes de la ciudad. Por supuesto este cálculo no puede cerrarse como la burbuja puesto que la covid-19 no respeta sus límites y todavía resulta difícil pronosticar su trayectoria. No obstante, el gobierno de la CABA dice tener “datos y evidencias” para tomar sus decisiones, y guarda secretamente las fuentes de los datos. En cuanto a lo evidente, se trata por definición de algo que es tan claro y patente que no puede ser puesto en duda o negado.

Los habitantes de la ciudad tienen el derecho a la duda, especialmente cuando no existe fundamentación basada en los supuestos datos. Y ese es el problema que planteo, que en lugar de hacer públicos los fundamentos de decisiones en las que se juega la salud y/o la vida de muchos, y en particular de los chicos, se las acompañe de artilugios. Tomemos algunas afirmaciones del gobierno de la ciudad: “los datos muestran que los chicos tampoco se contagian camino a la escuela”; “hoy en el mundo entero es contundente la evidencia de la necesidad de que los chicos vayan a las clases con sus docentes y compañeros”; “nuestro objetivo es lograr que todos los chicos vayan todos los días a la escuela, con la mayor presencialidad posible”.

Vamos a coincidir con los dos últimos enunciados, que son expresiones de Perogrullo. En general resulta conveniente que los alumnos vayan a la escuela y que lo hagan con otros alumnos y con docentes, de lo contrario no existiría la escuela. En cuanto a que el camino de casa a la escuela esté libre de contagios, es algo más dudoso. El propio gobierno de la ciudad lo sospecha y ha dicho que “el transporte público: será prioritario para estudiantes y docentes en los horarios de ingreso y egreso a las escuelas”, pero no toma medidas para garantizarlo, sino que apela a la cooperación espontánea. Aún suponiendo que el gobierno de la CABA cuente con fuentes de los “datos”, debemos decir que son algo inciertos y variables. Ejemplo de ello es la diferencia en las ilusorias burbujas, que este año pasó a ser el propio grado escolar, que existía desde hace más de un siglo. Tampoco importa “cómo se organicen dentro de la escuela los distintos espacios” o sea que la escuela pasó a ser la burbuja. Los docentes, “a diferencia del año pasado, pueden ir rotando en distintos grupos”, pero el anuncio que garantizaba el testeo obligatorio de todos los docentes cada 15 días, quedó en anuncio pues nunca llegó a aplicarse de manera obligatoria. Igual, los docentes han sostenido el año escolar 2020 y lo siguen haciendo en todos los soportes tecnológicos aunque sea a riesgo de su salud.

Ahora bien. ¿Cuál es la discusión de fondo? El gobierno de la CABA dice que no elegirá entre salud y educación, sin atender a la “evidencia” de que para ir a la escuela a enseñar o aprender es indispensable estar viva/o y sana/o, cada uno y su entorno. Por eso la discusión presencialidad/no presencialidad está fuera de lugar. Para ir a la escuela es necesario estar físicamente presente, de modo que deberán evaluarse las medidas sanitarias tomadas para garantizarlo. En cuanto al proceso de enseñanza-aprendizaje, es obligación del gobierno de la ciudad disponer todos los recursos financieros y pedagógicos para evitar su interrupción. Que los chicos, sus docentes o sus familiares se enfermen es un factor de interrupción. Prevenir que se enfermen no necesariamente lo es, en la medida que se organice el trabajo educativo con soportes que puedan sustituir o alternar la presencialidad durante la situación dramática de la pandemia. Aquí reaparece la cuestión de los datos: ¿cuál fue la inversión de la CABA para equipar tecnológicamente a las escuelas, los docentes y los alumnos? ¿Cuál en materiales impresos, cuadernillos, libros? La “evidencia” es que no sólo hay escuelas sin computadoras ni libros, sino carentes de calefacción, y el “dato” es que el gobierno de la ciudad pide a los chicos que concurran con sus frazadas. Hay fotos que no son “evidencias” sino datos.

En cuanto al carácter dramático que el gobierno de la CABA otorga a la “pérdida” de conocimientos, hay que informar que la enseñanza no se mide por hora, sino por trayectorias prolongadas. La situación obliga a la reconfiguración de las curricula, que están cargados de contenidos desactualizados, ajenos a los intereses de los alumnos y a su vida. No se trata de pasar a una planificación light o naif, sino de realizar una adecuación en el contexto de los ciclos que componen cada nivel escolar, dando paso a proyectos de interés, en los cuales confluyan las diversas áreas del conocimiento. Claro que para ello hay que tomarse en serio la educación pública, ubicándola en el lugar principal que le otorgan la Constitución Nacional, la Constitución de la jurisdicción y las leyes.

*Asesora Presidencial

 Imagen: Guadalupe Lombardo

Fuente e Imagen: https://www.pagina12.com.ar/354322-datos-y-evidencias-en-las-escuelas-de-caba

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Lo que los asistentes inteligentes aportan a la educación

Por: Educación 3.0

Estos agentes de software presentan algunas ventajas a la hora de trabajar con el alumnado, pero deben ser utilizados desde una perspectiva crítica y ética. Nos habla sobre ello Teresa Romeu, profesora de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC).

La incorporación de los asistentes inteligentes en el ámbito educativo debe ser vivida como una oportunidad, teniendo en cuenta el enorme potencial que nos ofrecen de apoyo a la formación. Algunas de sus posibilidades van desde el seguimiento de la progresión académica del alumnado hasta el apoyo personalizado en las actividades de repaso, por lo que parece necesaria la incorporación de esta tecnología al servicio de la comunidad educativa: estudiantes, docentes y familias.

¿Cómo aprovechar los asistentes inteligentes en educación?

Un asistente virtual es como un profesor que nos va acompañando y que, en ningún caso, sustituye el trabajo del alumnado aunque puede ser una potente herramienta que posibilita ayudar, complementar o reforzar la actividad que deben realizar. Es esta adaptación del aprendizaje de los estudiantes la que permite poder ofrecer soluciones personalizadas según la dinámica de progresión y evolución en los aprendizajes de cada alumno. El asistente virtual no debería tampoco sustituir el trabajo del docente sino en todo caso poner sobre la mesa el replanteamiento de su figura, de su rol.

Es difícil aventurar cómo será el docente del futuro o si el profesor particular que entendemos actualmente sufrirá cambios y se convertirá en un asistente virtual. Lo que sí es cierto es que todos los agentes implicados en la educación de las futuras generaciones deben estar empoderados para conocer su potencial siendo críticos en la integración de estos asistentes dentro del ecosistema educativo.

Asistentes inteligentes

Debemos tener en cuenta que estos avances en los asistentes de voz, por ejemplo, ya hace años que se encuentran presentes en el día a día de nuestras vidas. Es el caso de Siri (Apple) o el asistente Google Now (Android) que nos abren las potencialidades para combinar e integrar aprendizajes formales e informales. Los asistentes de voz pueden potenciar la enseñanza del vocabulario de una segunda lengua, no sólo incorporando un dominio más elevado de palabras, sino también mejorando cualitativamente la pronunciación.

El punto de inflexión recae en cómo utilizar el asistente cuando realmente sea necesario y dar tiempo al alumnado para que experimente por sí solo antes de recurrir directamente a su ayuda.

Múltiples posibilidades… y alguna desventaja

Otro aspecto que resulta interesante resaltar son las posibilidades que nos brindan los asistentes inteligentes como soporte al estudio: asistencia ‘non stop’ de 24 horas y siete días a la semana; la accesibilidad en múltiples entornos; la adaptabilidad a las diferentes necesidades y niveles de cada alumnado, y la democratización y globalización de las ayudas al estudio.

Aún así también es conveniente abordar sus desventajas. En este sentido, en ausencia de un control parental o docente puede favorecer una disminución del trabajo mental, haciendo que el alumno se acomode. Además, un exceso de utilización puede llegar a suponer la dependencia por parte del menor.

Uso educativo: una mirada crítica necesaria

Es indudable que se abre un nuevo horizonte en el ámbito educativo del que no podemos vivir de espaldas, pero deberemos ser críticos con su utilización. En este sentido, aunque la educación empieza por la familia y la escuela, la sociedad y el entorno más inmediato deben acompañar para establecer políticas de uso que saquen el máximo partido a las tecnologías digitales desde una mirada crítica y ética. Para ello, deberemos reforzar la formación en competencias digitales por parte del docente para garantizar que el alumnado haga un buen empleo del mismo..

Del mismo modo que afrontamos en su día la incorporación de las calculadoras en nuestra vidas, actualmente nos enfrentamos al uso responsable de las redes sociales y al consumo de videojuegos que deberán ser normalizados y limitados en cuanto a su uso.

En definitiva, Alexa, y otros nombres más han venido para quedarse. Los educadores tenemos el deber de integrarlos como un vehículo de información más que facilite generar conocimiento y sobre todo, ciudadanos competentes digitales y críticos.

Fuente e imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/asistentes-inteligentes-educacion/

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4o Encuentro de la Escuela Internacional de Pedagogías Críticas (Video)

Otras Voces en Educación

Este jueves nos acompañaron Lilia Monzó y Luis Bonilla-Molina en el cuarto encuentro de la Escuela Internacional de Pedagogías Críticas.

Lilia Monzó centró su ponencia sobre «Las Sujetas Revolucionarias» en donde las Pedagogías Críticas son también feministas, indicando que las y los sujetos revolucionarios no nacen, sino que se hacen con las y los otros en las luchas y militancias.

Luis Bonilla-Molina centró su ponencia en las bases epistemológicas de las Pedagogías Críticas Latinoaméricanas. Asimismo, sobre el precario análisis de las Pedagogías Críticas sobre la relación de las revoluciones industriales con la educación y los sistemas escolares, en especial, sobre la cuarta revolución industrial.

Video:

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De lo idóneo a lo atípico…

Por: Abelardo Carro Nava

Me quedo pensando en aquellos maestros que por diversas fallas en la plataforma no pudieron lograr su registro…

A mi mente vienen las diversas manifestaciones de rechazo e indignación magisterial que produjo la mal llamada reforma educativa de 2013. De la noche a la mañana, las maestras y maestros fueron catalogados como idóneos y no idóneos, dependiendo de los resultados de un concurso de oposición que no daba cuenta de lo que sucedía, o podía suceder, en un salón de clases.

Clasificar, con base en puntajes obtenidos en un examen fue el sello distintivo de la idoneidad del gobierno peñaniestista pues, según se dijo: “cualquiera podía ser maestro”. Pero no se trataba de cualquier maestro, sino de un “maestro idóneo” cuyo conocimiento y capacidad se demostraría a través de una prueba frente a un computador y no en una escuela.

Y qué decir de los días en lo que se aplicaba ese examen para lograr dicha idoneidad; muchas sedes fueron completamente cercadas por militares o policías porque, según se dijo, un grupo de “rijosos” no estaba de acuerdo en ser evaluado cuando ellos mismos evaluaban a sus alumnos y, por tal motivo, nada ni nadie podía impedir la transparencia en el Sistema Educativo. Quienes decidieron no ser evaluados fueron cesados; otros fueron reprimidos, denostados, descalificados, desacreditados.

¡Tú no eres idóneo! Se dijo hasta el hartazgo, y buena parte de la sociedad asumió tal hecho sin comprender que la idoneidad no se consigue únicamente con un examen sino mediante la demostración de las capacidades personales y profesionales con un grupo de alumnos a través del impacto que tienen en ellos la construcción de secuencias didácticas por parte de sus profesores.

También se dijo, “que todos los ingresos y promociones que no fueran otorgados conforme a la ley serían nulos”; error, hubo evidencia de que en las entidades federativas se repartían plazas brincándose las listas de prelación o bien, a quienes tenían un fuerte compadrazgo con la autoridad educativa en turno y/o la representación sindical de tal o cual estado.

El Sistema Educativo en este rubro convulsionó, y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) simple y llanamente: calló.

¿Qué pasó con las maestras y maestros que ingresaron al Sistema mediante esta normativa? Algunos, desempeñan sus labores en los centros de trabajo que les fueron asignados; otros, por el contrario, abandonaron el barco. Y en medio de todo esto un tema jamás adquirió la importancia debida: la polarización magisterial producto de la errada implementación de la mal llamada reforma educativa por funcionarios que solo pisaron una escuela para tomarse una fotografía. La autoridad jamás asumió una responsabilidad ante tale hechos y, mucho menos, por las irregularidades e inconsistencias detectadas, evidenciadas y documentadas.

Llegó el 2018 y el augurio se cumplió. Las elecciones favorecieron la puesta en marcha de un régimen que, según se dijo, era la esperanza de México. La mal llamada reforma educativa cayó y con ella el régimen punitivo en las evaluaciones. Poco cambió. Se constituyó la Unidad para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM) con un propósito específico: regular los procesos de ingreso, promoción y reconocimiento de distintas figuras, pero, desde el inicio: falló. La ley que le confería facultades y/o atribuciones a la extinta Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente (CNSPD), con ligeras modificaciones en el texto, mantuvo en la Ley General de la USICAMM las bases del modelo educativo neoliberal ampliamente criticado y rechazado.

Los procesos de ingreso comenzaron; la pandemia “alteró” uno de ellos, y ese órgano regulador no supo qué hacer con esto. Palos de ciego algunos le llamaron, y en parte esto es cierto. Bastaría con observar y analizar el comportamiento de la USICAMM a partir de estos sucesos. Modificación en los calendarios; falta de información y/o claridad en la asignación de nombramientos provisiones o definitivos; emisión de criterios excepcionales generadores de un estado de indefensión de los participantes; reposición de la aplicación de instrumentos de valoración mediante una plataforma inoperante e ineficiente; entre otras cuestiones.

Y luego, los procesos de promoción, un verdadero martirio para los docentes. Fallas constantes en la plataforma que anularon registros aunque se cumplieran con todos los requisitos; cambios constantes en los calendarios; criterios excepcionales generadores de un estado de indefensión de los trabajadores de la educación; guías de estudio publicadas días antes de la evaluación; aplicación de instrumentos de valoración con la misma plataforma inoperante e ineficiente; software de “avanzada” para el registro de conductas “atípicas” de los sustentantes; reporte de incidencias cuya valoración y respuesta o dictaminación corresponde únicamente a la autoridad evaluadora; procedimiento técnico para integrar los resultados ordenados y obtenidos de la aplicación del instrumento de valoración derivados la misma plataforma inoperante e ineficiente; resultados arbitrarios, discriminatorios y carentes de sentido puesto que muchos evaluados cumplieron con todos los requisitos, etcétera.

Y para variar, de manera muy específica, la cuestionable publicación de resultados del proceso de promoción vertical a categorías con funciones de dirección y supervisión de educación básica por la “evidencia” de comportamientos atípicos de parte de algunos sustentantes durante la aplicación de los instrumentos de valoración del Sistema de Apreciación de Conocimientos y Aptitudes que, de acuerdo al Oficio No. USICAMM/DGP/L002/047/2021 de fecha 5 de julio del año en curso, consisten en: Etapa I. instrumento de valoración de conocimientos y aptitudes. Derivado del análisis a través de los algoritmos de reconocimientos facial, se identificaron 79 participantes que incurrieron en conductas atípicas durante la aplicación del instrumento de valoración de conocimientos y aptitudes. En consecuencia, esos registros se encuentran en revisión. No forman parte de la lista de resultados. Etapa 3. Cuestionario de habilidades directivas. Se identificaron cadenas de repuesta 100% idénticas en el cuestionario de habilidades directivas, es decir, respuestas correctas e incorrectas exactamente iguales entre 5,787 participantes. En consecuencia, el instrumento fue cancelado para estos registros y solo se considerará el resto de los multifactores.

De nueva cuenta, la clasificación con un mensaje implícito: “ustedes fallaron, yo no; son los atípicos”. Ni un solo dejo de autocritica hacia el pésimo desempeño de este órgano desconcentrado denominado “Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros”.

De nueva cuenta, de la noche a la mañana, los trabajadores de la educación han sido catalogados como típicos y atípicos. Los medios de comunicación captaron la idea y enviaron el mensaje. “Cancela la SEP examen a maestros por trampa” fue el título de una nota que se difundió en el periódico Reforma el 6 de julio. El tribunal de la santa inquisición se congregó y acusó de herejía a los culpables, repito, sin un dejo de autocrítica y reconocimiento de sus propios fallos.

Los tiempos no han cambiado y yo… yo me quedo pensando en aquellos maestros que por diversas fallas en la plataforma no pudieron lograr su registro y, mucho menos, ser parte del proceso de aplicación de instrumentos aun cuando cumplieron con todos los requisitos, siendo el más importante, el reconocimiento de sus alumnos, padres de familia y compañeros de trabajo.

Fuente e Imagen: https://profelandia.com/de-lo-idoneo-a-lo-atipico/

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Los profes opinan: así ha sido el curso 2020-21 en pandemia

Por:

Docentes de Secundaria y expertos comparten sus impresiones sobre el curso que acaba de terminar protagonizado por la pandemia.

Termina uno de los cursos escolares más complicados que se recuerdan en el que la pandemia mundial ha sido protagonista indiscutible. En EDUCACIÓN 3.0 hemos querido conocer de primera mano la opinión de los docentes sobre cómo han vivido este año, cómo tuvieron que recuperar los contenidos que no se pudieron impartir durante el confinamiento y, por supuesto, surgen cuestiones que, muy probablemente, estarán en la mente de los profesionales del sector relacionadas con la formación ofrecida al alumnado. Así ha sido el curso 2020-21, según docentes y expertos:

Volver después del confinamiento

Para hablar de este curso recién terminado, es preciso remontarse al anterior ya que, debido al confinamiento, quedaron contenidos sin impartir. Así lo corrobora el ‘Profe Ramón’, profesor de Lengua Castellana y Literatura en Secundaria en un centro de Sevilla y autor del libro ‘#SoyMaestro de Tuit en Tuit’, que cuenta que la materia que no se pudo impartir durante el confinamiento, se trató en cuanto comenzó este curso. No obstante, deja claro que la vuelta al cole no fue fácil: “Los protocolos y las medidas de seguridad en los centros educativos repercutieron de lleno en los horarios de las clases, en las entradas y salidas, en las metodologías a emplear (no hemos podido trabajar en cooperativo, por ejemplo), lo que ha dificultado mucho, otra vez, terminar las programaciones en algunas materias”. Esto, según explica, supone que el próximo septiembre tendrán que volver a “hacer un nuevo repaso de aquellos contenidos que se quedaron en el limbo”.

¿Ha afectado la pandemia al cumplimiento del temario este curso?

Francisco Vicente Alemany, docente de Historia en 1º y 2º de Bachillerato en el IES Gabriel Miró de Orihuela (Alicante) apunta por su parte que a muchos de sus alumnos les ha terminado pasando factura este año el final del curso pasado. Esto se ha debido en su opinión a que se ha utilizado parte del comienzo del curso 20-21 para repasar lo que quedó fuera del temario por el confinamiento y, también, porque siguiendo las directrices de la comunidad autónoma se ha tenido que impartir el mismo temario en la mitad de horas lectivas: “Por cuestiones sanitarias se planteó el desdoblamiento de los grupos por días de asistencia, sin que existiera como alternativa el aumento de espacios y de personal docente, o la dotación tecnológica para las clases online en tiempo real”, explica.

A vueltas con el modelo híbrido

“A nuestro alumnado la semipresencialidad le ha afectado en dos sentidos”, continúa Alemany. “El no asistir al centro todos los días ha permitido a los estudiantes tener tiempo para organizarse y sacar adelante tareas de todo tipo dentro de las aulas virtuales pero, para la mayoría, la falta de ritmo y de una rutina de trabajo, esfuerzo y dedicación les ha provocado un efecto contraproducente y ha favorecido la ‘desconexión de un viernes’ constante”.

¿Se han resentido los conocimientos? Alemany es tajante: “Sin duda, ya que no ha quedado más remedio que tomar una decisión: o seleccionar ‘lo importante’ o hacer un repaso liviano a los contenidos para concluir de forma aceptable el temario”. Sea como fuere, añade: “En cualquier caso, el profesorado ha hecho un esfuerzo titánico por intentar mitigar los efectos que esta situación puede provocar a corto plazo”.

Sin embargo, el Profe Ramón cree que no se ha reducido el nivel de formación de los jóvenes. “Durante el confinamiento y la posterior modalidad semipresencial la comunidad educativa ha realizado un sobreesfuerzo increíble por hacer que su alumnado no solo avance en las diferentes materias, en las que creo que sí que han salido preparados, sino que además se hayan sentido en todo momento protegidos y seguros, además de acompañados”.

¿Y sobre el curso que viene? “Lamentablemente la sensación de improvisación que se tuvo hace un año cuando se preparaba el curso 20-21, vuelve a repetirse, ya que ninguna de las medidas que realmente pudieran mejorar la calidad educativa (al margen de la enésima ley educativa) parece vislumbrarse: el aumento de espacios, recursos y docentes es clave. La reducción de la ratio junto con la presencialidad sí que es la fórmula de éxito”, zanja el docente.

Nuevas habilidades

A pesar de no haberse completado el temario en muchos casos, algunos expertos creen que toda esta situación ha servido para que los jóvenes desarrollen habilidades sociales que les será de utilidad en un futuro. Así, Jordi Perales y Sylvie Pérez, psicólogos investigadores y expertos en el ámbito educativo de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), creen que la crisis sociosanitaria no ha implicado una pérdida en la adquisición de conocimientos curriculares. Según ellos, “aprenden en cada situación en la que se encuentran y es innegable que la preparación que tienen actualmente es seguramente más completa y compleja que la que tenían previa a la pandemia”.

Nuevas habilidades adquiridas durante este curso 2020-21 en pandemia

Ambos están de acuerdo en que esta nueva realidad ha ‘empujado’ a los adolescentes a aprender a manejarse con la incertidumbre, lo cual puede tener consecuencias positivas en su futuro laboral. De hecho, en un estudio llevado a cabo por LinkedIn en 2020, entre las habilidades blandas más demandadas por las empresas se encuentra la adaptabilidad y, en otro informe publicado por IEBS Business School en 2021, señalan la flexibilidad. “Cada generación ha sido preparada según los conocimientos, habilidades y necesidades de su momento actual. Es difícil prepararse para trabajar en un mundo cada vez más cambiante, más impredecible y menos seguro. Y quizás, en este sentido, la capacidad de adaptación al cambio será una de las habilidades clave en el mercado laboral. Se trata de poder adaptarse a una incertidumbre continua para dar respuesta a situaciones nuevas e imprevistas”, concluyen Perales y Pérez.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/curso-2020-21-en-pandemia/
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¿Qué es la inteligencia emocional y por qué necesitamos enseñarla?

Por: 

Entender y gestionar nuestras emociones en una forma que aminore el estrés se ha vuelto más que necesario.

Las habilidades para el autoconocimiento, gestión de las emociones y la comunicación eficiente se han vuelto una necesidad crítica en tiempos de pandemia. Hay mucha información nueva que procesar cada día. Síntomas sociales propios del estado mundial actual, entre los que se cuentan el doomscrooling, las cámaras de eco y la radicalización, nos obligan a replantear la forma en que enseñamos a razonar y comunicar, especialmente si las interacciones no son cara a cara.

¿Qué necesitamos para navegar esta nueva normalidad de forma inteligente, empática y humana? Además del pensamiento crítico, el auto cuestionamiento y la comprobación de hechos, sería importante considerar una habilidad que podría ser crucial para adaptarse a una realidad en la que terminamos conviviendo más detrás de una pantalla que presencialmente, necesitamos prestar atención y aprender sobre los beneficios de la inteligencia emocional.

La importancia de gestionar las emociones

Cuando hablamos de inteligencia emocional (IE), nos referimos a la habilidad de entender, usar y administrar nuestras propias emociones en formas que reduzcan el estrés, ayuden a comunicar efectivamente, empatizar con otras personas, superar desafíos y aminorar conflictos.

Un nivel alto de inteligencia emocional nos permite forjar relaciones sanas y equilibradas dentro del núcleo familiar, en la escuela y en el trabajo. También es la herramienta básica para la autocrítica positiva, un recurso muy útil para aproximarnos sin juicio a nuestras propias cualidades y áreas de oportunidad con un propósito de mejora.

Pero ¿qué es la inteligencia emocional? La IE consta de cinco pilares fundamentales cuyo objetivo es proveer de mecanismos para entender la raíz de las emociones, aprender a navegar a través de ellas y establecer las bases para una comunicación efectiva.

Los cinco pilares de la inteligencia emocional

Elaine Houston, investigadora de psicología positiva y especialista en ciencias de la conducta escribió para positivepsycology.com sobre los cinco elementos de los que se compone la inteligencia emocional. Estos elementos fueron mencionados por primera vez por el autor Daniel Goleman en 1995.

La autoconciencia es el escalón de donde parte toda la estructura de la inteligencia emocional, se trata de la habilidad de reconocer y comprender nuestras propias emociones y cómo estas impactan a otros. Es el primer paso para generar una introspección de auto evaluación para identificar aspectos de conducta o emoción en nuestro perfil psicológico que sería positivo cambiar, ya sea para estar más en paz con nosotros mismos o para adaptarnos a determinada situación. La autoconciencia también cubre la necesidad de reconocer lo que nos motiva y nos provee de realización.

Una emoción por sí sola no es algo negativo, lo que pudiera ser disruptivo o detrimental es un mal manejo de la emoción, para evitar esto existe la autorregulación. Esta se centra en el desarrollo de la capacidad para manejar sentimientos adversos y adaptarse a cambios. Las personas que dominan la autorregulación son buenas para la resolución de conflictos, la rapidez de reacción y la gestión de responsabilidad o liderazgo.

La motivación es una pieza clave para alcanzar nuestras metas. La inteligencia emocional nos da las herramientas para automotivarnos, con un enfoque a la realización y satisfacción personal, moviendo a un segundo plano la necesidad de reconocimiento o recompensa externa. Bajo este contexto, el compromiso que se asume por y para uno mismo es más fuerte que el que depende de las reacciones y perspectivas de otras personas.

La capacidad de reconocer y entender cómo se sienten otras personas y tomar en cuenta estas emociones antes de continuar una interacción se conoce como empatía. Esta nos permite comprender las dinámicas que influencian las relaciones que gestionamos tanto en la esfera familiar, como la escolar y la profesional.

Para que la empatía cumpla su propósito de relacionarnos mejor, es esencial que vaya de la mano con un autoconcepto sólido, bien construido y positivo. El autoconcepto es a grandes rasgos la imagen que tenemos de nosotros mismos. Una percepción individual, generada por la autoconciencia, de nuestras capacidades, particularidades y demás aspectos que nos hace la persona que somos.

Las habilidades sociales son la última pieza del rompecabezas, se conforma de los mecanismos necesarios para entender las emociones de otros, establecer una distancia entre estas y las nuestras al mismo tiempo que construimos un canal de comunicación para conectar con la gente con la que interactuamos. En el ejercicio de estas facultades se obtienen habilidades como la escucha activa y la comunicación asertiva verbal y no verbal.

¿Por qué la inteligencia emocional es indispensable?

Las habilidades académicas y la experiencia profesional nos habilitan para realizar determinado trabajo. La inteligencia emocional nos da la capacidad de hacer ese trabajo de forma más eficiente y alcanzando mejores niveles de rendimiento, gracias a que toma en consideración las medidas para conocer más sobre nuestra salud mental y física, así como la de otras personas.

En un contexto en que el trabajo en equipo y la interacción a distancia se están volviendo la norma, las habilidades para funcionar mejor en grupo y comunicarnos claramente sin la ventaja de una dinámica presencial, ya son asignaturas básicas a considerar hoy en día y en un mundo post pandemia.

¿Habías escuchado antes sobre inteligencia emocional? ¿La has aplicado en clase o en tu espacio de trabajo? ¿Piensas que comprende facultades necesarias para navegar las comunicaciones en el mundo actual? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/inteligencia-emocional

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