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La contrarrevolución educativa en Francia

“Cualquiera que haya enseñado, ya sea grande o pequeño, oficial o no oficial es, en parte, responsable del estado intelectual y moral que ha contribuido a la derrota, incluso, inconscientemente”[1]. Para Pétain y los pétainistas la escuela era responsable de la desmoralización y la derrota de Francia. Acusaban a los maestros de estar infectados por el comunismo, el pacifismo y el internacionalismo. De ahí que la primera medida del régimen de Vichy, consistiera en romper con la política educativa de la III República y en implementar otra, basada en la defensa del nacionalismo, la disciplina, la tradición, el elitismo, la autoridad y la religión católica, con la ayuda de la familia, la Iglesia, la escuela y otras instituciones.

El pasado 7 de julio, estuvimos a punto de revivir ese proyecto reaccionario y autoritario. El Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Lepen y Jordan Bardella junto a sus aliados alcanzaron un nuevo récord histórico en las elecciones legislativas, al conseguir 143 escaños. La victoria in extremis del Nuevo Frente Popular (NFP), el alivio posterior, la derechización del arco político, los miedos y las carencias de la V República nos llevan a preguntarnos si esa ajustada victoria no es más que una prórroga hasta las próximas elecciones presidenciales de 2027 y cuál es el papel de la escuela en este período crucial.

La sociología electoral

Las últimas encuestas confirman el aumento progresivo del voto femenino, del profesorado y de las clases trabajadoras a la extrema derecha. Esta ha conseguido fidelizar y ampliar su base electoral hasta llegar a los diez millones de votantes. Las causas son múltiples, tanto ideológicas como estructurales (principalmente, la adscripción al supremacismo blanco y la precarización del empleo), entre las que no hay que perder de vista la cuestión escolar. Una parte importante del electorado lepenista tiene una relación conflictiva con la escuela y cuenta con poca titulación. El 49% de los votantes del RN en las pasadas elecciones tiene un nivel de estudios inferior al bachillerato[2]. Ahora bien, como indica Anasse Kazib, sindicalista y miembro de Revolución Permanente, eso no significa que haya una correlación entre titulación y voto a la extrema derecha: “Una parte importante de los trabajadores vota al RN, cuando, antes, la misma gente votaba masivamente a la izquierda. Sin embargo, hace 30 o 40 años no tenían más titulaciones que ahora. Si no leemos el resultado a la luz del peso de los discursos y las políticas racistas, el papel del macronismo, del autoritarismo ambiental, el peso de las derrotas sindicales, las traiciones a las clases trabajadoras durante 40 años, no podremos entender la situación y, menos aún, lo que constituyen las bases materiales de la extrema derecha”[3].

En cambio, lo que sí podemos afirmar es que la falta de capital escolar provoca una inestabilidad y precariedad laborales que, a su vez, provocan un sentimiento de pesimismo y malestar. Y esto es lo que ha sabido capitalizar la extrema derecha[4]. Por otro lado, las políticas neoliberales han evidenciado que la meritocracia, en entornos escolares, no es más que un mito[5]. Al contrario de lo que afirma la propaganda neoliberal, la escuela no promueve la igualdad de oportunidades, sino que desempeña un papel importante en la perpetuación de privilegios y dominaciones, tanto de clase como de raza. Uno de los mecanismos habituales de la reproducción social consiste en responsabilizar a las víctimas de las desigualdades sociales, en lugar de señalar las causas estructurales. Si el alumnado, principalmente no blanco y de clase trabajadora, no obtiene buenos resultados o no accede a estudios superiores es porque no se esfuerza lo suficiente o porque no dispone de las capacidades intelectuales que se requieren. Los discursos meritocráticos se apoyan, además, en las tesis culturalistas, tanto de la extrema derecha identitaria, como de la izquierda caviar paternalista. Se obvia, así, lo que el propio sistema escolar produce política y socialmente y, de manera circular, cómo reproduce las relaciones raciales y clasistas existentes.

Otro de los datos importantes de las últimas elecciones es que ha desaparecido la diferencia, según el género, en el voto a la extrema derecha[6]. Tanto los hombres como las mujeres votan por igual a la extrema derecha, lo que desmota la idea de que, actualmente, las mujeres constituyan una fuerza política que permita frenar su avance. El voto femenino a la extrema derecha tiene múltiples causas, entre otras, la precarización de los trabajos femeninos y el hecho de que el RN esté liderado por una mujer. La aparición del partido Reconquista, de Eric Zemmour, ha contribuido al lavado de imagen de la formación al presentarse como una versión más radical. Otra de las explicaciones posibles es que las preocupaciones en torno a la educación de los hijos e hijas, en una sociedad en la que prima el “individualismo social”, siguen recayendo, mayoritariamente, en las mujeres. Estas preocupaciones tienen que ver con la degradación de la oferta escolar pública, lo que conlleva una búsqueda de soluciones en la enseñanza privada al ser percibida como más segura y de mayor calidad. Como indica Félicien Faury, “El desclasamiento social de las escuelas públicas es, pues, más visible en tanto en cuanto se percibe racialmente y es más difícil detenerlo, en tanto en cuanto esta percepción refuerza, de manera circular, las estrategias de evitación de las familias blancas”[7].

Un último dato, no menos relevante, es que el profesorado, que forma un bastión histórico de la izquierda, ha empezado a ceder. El voto a la extrema derecha sigue siendo minoritario. No obstante, ha dejado de ser un hecho excepcional. Sin duda, la instrumentalización por parte del macronismo y la extrema derecha de los atentados contra los profesores Samuel Patty (2020) y Dominique Bernard (2023) han supuesto un punto de inflexión. Esta última ha llegado a hablar de un supuesto efecto boomerang, según el cual “los profesores sufren de lleno la hidra islamista que ellos mismos han creado”[8].

Por otro lado, el aumento progresivo del voto a la extrema derecha entre el profesorado, así como la permeabilización de sus tesis, no pueden entenderse sin tener en cuenta el papel fascistizador que han desempeñado la socialdemocracia y el macronismo. Como la propia Marine Lepen declarara en 2017, las propuestas del ex ministro macronista de Educación, Jean-Michel Blanquer, representaron “una victoria ideológica” pero, también “política” para su formación, ya que muchas de ellas ya estaban en su programa presidencial[9].

El programa electoral del Reagrupamiento Nacional

El programa del RN para la escuela, elaborado por el diputado lepenista Roger Chudeau, tiene un aire de déjà vu. Dos lustros de macronismo han ido allanando el terreno, no solo en relación al currículo, los enfoques y la organización interna sino, principalmente, a través de la progresiva proletarización del profesorado y su desclasamiento, el desprecio por los sindicatos y la lógica gerencial de la escuela[10].

Al igual que el macronismo, el RN defiende una escuela “asimilacionista” como respuesta frente al “entrismo del islam político”, “el gran reemplazo” y “el choque de civilizaciones”. Ahora bien, los disturbios en las banlieues han puesto de manifiesto que tener la nacionalidad francesa, estar escolarizada en Francia y adquirir todos los códigos culturales franceses no es suficiente para que la población no blanca sea considerada francesa de pleno derecho, ya que, “ser francés” debe negociarse constantemente. El RN no busca, por tanto, ninguna “pacificación” ni “integración”. Sabe que el asimilacionismo es un modelo fallido. Desde hace años, hay una fuga de cerebros de diplomados universitarios musulmanes[11]. Su objetivo no es otro que someter y segregar a las clases populares, a falta de poder expulsarlas del territorio nacional. Debemos entender, en esa lógica, la apuesta por la destrucción del colegio “único” y la propuesta del encierro del alumnado “conflictivo” en centros especializados, así como la acusación contra las madres y padres del alumnado no blanco de ser los responsables de la degradación de la escuela pública por educar de forma “defectuosa” a sus hijos e hijas. Para “enderezar” la escuela, defiende la vuelta a los valores tradicionales, la disciplina y la autoridad, la educación y la moral patriótica, y el refuerzo de la formación profesional y de las formaciones técnicas, en general, en continuidad con la lógica de la destrucción del colegio “único”.

Por otro lado, las pequeñas muestras de supuesta renovación, como la propuesta del desdoblamiento de las clases en infantil y primaria, en realidad, son concesiones a costa de recortes que afectarán, principalmente, a las clases populares, ya que este se financiará mediante la supresión de la REP+ (Red de Educación Prioritaria Reforzada).

Todo ello solo será posible con la colaboración del profesorado, que ya ha sido previamente proletarizado por el neoliberalismo. Para asegurarse de ello, aplicará una política de depuración contra quienes se opongan a las prescripciones segregacionistas y reaccionarias.

No es necesario ser de extrema derecha para llevar a cabo políticas de extrema derecha

Volviendo al contexto de las recientes elecciones legislativas, la izquierda, en general, y el Nuevo Frente Popular, en concreto, han apelado a la ya “clásica” necesidad de formar un cordón sanitario contra la extrema derecha a la hora de movilizar al electorado. Sin embargo, es necesario problematizar la idea de que está “a las puertas del poder”, cuando, en realidad, el macronismo lleva tiempo implementando políticas de extrema derecha, tanto en el ámbito escolar, como en las cuestiones migratorias. Tampoco debemos olvidar el papel facilitador que ha desempeñado el Partido Socialista. Durante el mandato de François Hollande y Manuel Valls se aprobó la ley Cazeneuve de 2017 que flexibiliza el uso de armas por parte de la policía, se deportó a personas gitanas[12] y defendieron la inscripción en la Constitución de la retirada de la nacionalidad francesa de las personas binacionales acusadas de cometer un acto terrorista. Así mismo, el RN ocupaba 89 escaños en la Asamblea Nacional (143, en la actualidad), por lo que, aunque nunca ha gobernado, ya tenía una presencia importante en las instituciones, además de llevar años marcando sus temas predilectos y su agenda al resto de partidos políticos.

La política educativa del ex ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, entre 2017 y 2022, que se prolongará con los sucesivos ministros macronistas, se ha caracterizado por dos aspectos principales: por un lado, la voluntad de transformar la escuela y proletarizar al profesorado, siguiendo el modelo empresarial. Para ello, ha impuesto unas reformas escolares muy impopulares, mediante la represión violenta del profesorado y del alumnado[13]. El sistema de competencia entre los diferentes centros educativos ha tenido, como consecuencia, la segregación social, tal y como indican los Índices de Posición Social (IPS) de las escuelas y colegios franceses[14]. Por otro lado, la instrumentalización y el monopolio del concepto de “laicidad” y “valores republicanos”, se ha utilizado como coartada para justificar la represión y el castigo contra el alumnado árabe, negro y musulmán, en el marco de la lucha contra el “entrismo del islam político” en la escuela y contra el “islamoizquierdismo” de la universidad[15].

Por su parte, la primera medida que tomó Gabriel Attal, como ministro de Educación, fue prohibir el uso de las “abayas” en la escuela, lo que sobredimensionó la cuestión de la vestimenta de las alumnas musulmanas y, por extensión, volvió a estigmatizar y criminalizar a toda la población musulmana. Cabe recordar que el hiyab está prohibido en la escuela pública desde 2004. A cambio de que las instituciones musulmanas interlocutoras con el Estado lo aceptaran, Nicolas Sarkozy, por aquel entonces ministro de Interior, prometió que facilitaría la apertura de escuelas privadas musulmanas. Sin embargo, no solo no se cumplió sino que, a partir de la ley contra los separatismos de 2021, ya bajo mandato macronista, se ha multiplicado el cierre de mezquitas, escuelas y asociaciones musulmanas, en una suerte de macartismo.

Otra de las medidas de Gabriel Attal fue la creación del Servicio Nacional Universal (SNU), obligatorio para los jóvenes de 15 a 17 años, como una forma de militarizar a la juventud.

Por último, entre las propuestas recientes del partido Renacimiento de Macron, idénticas al programa del RN, están el uso del uniforme, la repetición de curso y la creación de grupos por nivel, que tendrá unas consecuencias nefastas para el alumnado no blanco, debido a los sesgos racistas en la orientación (por ejemplo, entre estudiar bachillerato o formación profesional) y cada vez que se alcanza una etapa educativa, como ocurre al pasar del colegio al instituto. Según el sociólogo Mathieu Ichou, “la desigualdad escolar que sufre cierto alumnado racializado se debe a los procedimientos de orientación que permiten la exclusión de una parte de la población escolar cuando cumple dieciséis años”[16] y, también, tiene que ver con la segregación espacial y residencial, al concentrarlo en centros escolares públicos considerados como “problemáticos”. Así, para este alumnado, “la experiencia escolar no corrige en absoluto las discriminaciones que puedan sufrir sus padres en el mercado laboral, en el acceso a la vivienda o en otros ámbitos, sino que se añade [a estos lugares de discriminación]”[17].

Vemos, pues, que el proyecto educativo del neoliberalismo autoritario y del nacionalismo identitario convergen al considerar que el igualitarismo y la democratización de la escuela son “enemigos del servicio público”[18].

El pueblo, unido, jamás será vencido

Las acusaciones de “entrismo”, comunitarismo e “islamoizquierdismo” en la escuela no deben ser entendidas, exclusivamente, desde un punto de vista instrumental, al servicio de la destrucción de la escuela pública, sino, sobre todo, como la expresión de la ideología racista e identitaria del supremacismo blanco, funcional al capitalismo. La extrema derecha ha sabido capitalizar el descontento que ha provocado este desmantelamiento. Por su parte, como afirma Frédéric Lordon, “la socialdemocracia se ha convertido en un factor de fascistización cuando sus condiciones de ejercicio han desaparecido. El rechazo al enfrentamiento, el partido del apaciguamiento o el gobierno de la ternura están destinados a acabar objetivamente como colaboradores del único apaciguamiento que conoce el orden burgués: el apaciguamiento burgués”[19]. Así, la extrema derecha se ha erigido en la nueva Juana de Arco que promete “enderezar” la escuela, avanzadilla de la ideología identitaria, a base de orden y disciplina. El control por las políticas educativas se inserta, pues, de lleno en la batalla cultural.

Ante este panorama y la prórroga que ha supuesto la elección del NFP hasta las próximas elecciones municipales (2026) y presidenciales (2027), no queda otra que formar un bloque revolucionario, liderado por los movimientos sociales, que presione a los partidos de izquierdas para que defiendan unas políticas antirracistas, anticapitalistas, antiimperialistas, anticoloniales y antipatriarcales. En el ámbito escolar, es necesario implementar pedagogías antirracistas y luchar por la autonomía de los sindicatos, como herramientas clave para terminar con la reproducción de la jerarquía social y racial. La escuela debe ser un espacio de resistencia que consiga frenar la captación ideológica tanto neoliberal como identitaria.

Ahora bien, aunque las luchas sectoriales son necesarias, debemos ir más allá, por no ser lo suficientemente determinantes a la hora de poner en jaque al sistema racista-capitalista. Frédéric Lordon propone llevar a cabo un bloqueo logístico, una huelga general, es decir, atacar donde más duele para romper “la fusión monstruosa del Estado y el capital”.

En definitiva, debemos iniciar una revolución social que tendrá como efecto una revolución educativa y pedagógica. Esta última permitirá, a su vez, que la primera perdure en el tiempo.

6/08/2024

Natalia Andújar es profesora titular de educación secundaria y bachillerato y militante antirracista

[1] Paul Crouzet, La vraie Révolution nationale dans l’Instruction publique, Privat-Didier (Cuadernos violetas), 1941, p. 5.

[2] https://www.ipsos.com/fr-fr/europeennes-2024/sociologie-des-electorats-2024

[3] https://x.com/AnasseKazib/status/1807753122917339536

[4] Nota del Observatorio de Bienestar n° 2017-02 : Bienestar y voto Note de l’Observatoire du Bien être n°2017 – 02 : Bien-être et vote | CEPREMAP

[5] Grégory Chambat, Quand l’extrême droite rêve de faire école. Une bataille culturelle et sociale, Editions du Croquant, 2023.

[6] https://www.ipsos.com/fr-fr/europeennes-2024/sociologie-des-electorats-2024

[7] Félicien Faury, Des électeurs ordinaires. Enquête sur la normalisation de l’extrême droite, Editions du Seuil, 2023, p. 56

[8] Laure Lavalette, “La islamización de la escuela” https://rassemblementnational.fr/tribunes-libres/lislamisation-de-lecole

[9] Education: pour le FN les propositions du ministre sont une «victoire» – Public Sénat (publicsenat.fr)

[10] Frédéric Grimaud, Enseignants, les nouveaux prolétaires. Le taylorisme à l’école, ESF Sciences humaines, 2024

[11] Olivier Esteves, Alice Picard y Julien Talpin, La France, tu l’aimes, mais tu la quittes. Enquête sur la diaspora française musulmane, Editions du Seuil, 2024

[12] La deportación de la alumna gitana, Leonarda Dibrani, tuvo un impacto importante en la ley de inmigración y asilo https://www.mediapart.fr/es/journal/france/171013/la-deportacion-de-leonarda-fractura-la-izquierda-francesa

[13] Página web del colectivo del profesorado reprimido https://collectifdesreprimees.fr . Durante las manifestaciones contra la reforma del bachillerato de 2018, la policía detuvo a alumnado de Mantes-la-Jolie (en la banlieue de París), increpándole: “Así se porta bien una clase”, mientras estaba maniatado y de rodillas. Este caso fue muy  mediatizado, en un contexto más amplio de protestas de los chalecos amarillos, debido al peligro que suponía para la burguesía blanca la convergencia de luchas de las banlieues con las clases populares blancas https://www.youtube.com/watch?v=TnOwLMdYBDs

[14] https://www.data.gouv.fr/fr/datasets/indices-de-position-sociale-dans-les-ecoles-a-partir-de-2022/

[15]  El Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS) ha desmontado el concepto de “islamoizquierdismo” en la universidad https://www.cnrs.fr/fr/presse/l-islamogauchisme-nest-pas-une-realite-scientifique

[16] Melissa Pandor-Margulis, « Inégalités scolaires : race ou classe ? », in Entrer en pédagogie antiraciste. D’une lutte syndicale à des pratiques émancipatrices, Shed publishing, 2023, p. 224

[17] Ibídem, p. 225

[18] Declaraciones de Jean-Michel Blanquer (2017) : “El enemigo del servicio público es el igualitarismo” https://www.lejdd.fr/Politique/jean-michel-blanquer-au-jdd-lennemi-cest-legalitarisme-3395378

[19] Intervención de Frédéric Lordon, “Balance y estrategia después de la victoria del NFP. ¿Qué hacer?”, 17 de julio de 2024 https://www.youtube.com/watch?v=cEP6FtifSfA

*»El 6 de diciembre de 2018, fueron arrestadas, en Mantes-la-Jolie, 153 personas, en su mayoría, alumnado de secundaria, que protestaban contra la reforma educativa. Imagen: @obs_violences»

Fuente: https://vientosur.info/la-contrarrevolucion-educativa-en-francia/

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Entrevista al historiador y doctor en Ciencias Políticas belga Eric Toussaint, del CADTM «Lanzar un gran frente internacional contra la extrema derecha»

Por: Sergio Ferrari

Ecos del Foro Social Mundial de Nepal, 15 al 19 de febrero 2024

Casi al concluir una nueva edición del Foro Social Mundial (FSM) que se realizó en Katmandú, Nepal, entre el 15 y el 19 de febrero, llega el momento del balance. “Se trató de una convocatoria muy positiva para la región. Debemos, sin embargo, mirar hacia adelante, impulsando iniciativas concretas en una coyuntura internacional compleja marcada por la ofensiva de las fuerzas de extrema derecha”, afirma el historiador y economista belga Eric Toussaint. Fundador y portavoz del Comité por la Abolición de las deudas ilegítimas (CADTM), Toussaint participó en el FSM, en el cual su organización promovió siete actividades que contaron con amplia participación. Entrevista.

Positivo, pero…

P: ¿Cuál es su balance de esta nueva edición del Foro Social Mundial que acaba de concluir?

Eric Toussaint (ET): Fue muy positivo, fundamentalmente por la participación de muy diversos sectores extremadamente oprimidos. Me refiero entre ellos a los Dalit, la casta de los intocables; pueblos nativos y originarios históricamente marginados pero muy organizados; fuerzas sindicales; muchas militantes feministas de zonas populares. La presencia mayoritaria fue de Nepal y de India. Los organizadores contabilizaron 18 mil inscripciones [de más de 90 países] y en la manifestación de apertura, el jueves 15, se movilizaron entre 12 y 15 mil participantes. En conferencias, talleres y actividades culturales, cada día, hubo no menos de 10 mil personas. Fue una excelente decisión de venir a Nepal. Se trata de un resultado incomparablemente mejor que la edición anterior del FSM de México en mayo de 2022.

Sin embargo, el FSM como tal, no llegó a alcanzar la misma representación que tuvo en su primera década de existencia, a partir de su fundación en Porto Alegre, Brasil, en 2001. Casi no vi en Nepal europeos, latinoamericanos y africanos. En síntesis, un buen nivel de convocatoria regional pero débil presencia de otros continentes. Lo que demuestra las dificultades que tiene el FSM para tomar iniciativas globales de real impacto.

Falta una dinámica internacional movilizadora

P: ¿Evalúa que no logró superarse la última gran convocatoria presencial del FSM de 2019 en Salvador de Bahía, Brasil? Tomo como referencia de comparación el evento de 2019, ya que la edición de México de 2022 se realizó en una muy particular situación postpandemia que condicionó significativamente su capacidad de convocatoria.

ET: No solo eso. Si pensamos en esa edición de Salvador de Bahía de 2019, aunque con bastante participación, se redujo esencialmente a la región del nordeste con representaciones de algunas otras zonas de Brasil. Desafortunadamente la presencia de otros continentes fue débil.
Ahora percibimos una realidad contradictoria. Por una parte, el Foro Social Mundial no constituye más una verdadera fuerza amplia de atracción y propulsión. Por otra, es el único espacio mundial que todavía existe. Y por eso para el CADTM, sigue siendo importante participar.

Estoy persuadido que si el FSM tuviera fuerza real — como la que alcanzamos en 2003 cuando convocamos a las grandes movilizaciones por la paz y contra la guerra en Irak– hoy su poder sería significativo: tanto para confrontar el genocidio en Palestina como para ayudar a construir un amplio freno al crecimiento de la extrema derecha, fenómeno preocupante que se percibe en muchas regiones del mundo.

Cuando afirmo esto, me refiero, entre otros, a Narendra Modi en India, nacionalista, antislam y anti musulmán, violento; a Ferdinand Marcos Junior en Filipinas, no solo heredero de la dictadura familiar sino del represor Rodrigo Duterte; al retorno reaccionario en Túnez, cada vez más similar a la antigua dictadura de Ben Alí, previa a la primavera magrebí. En Europa, se dan proyectos extremistas y guerreristas como los de Vladimir Putin en Rusia, Giorgia Meloni en Italia, Viktor Orban en Hungría y en Ucrania, donde gobierna un gobierno neoliberal derechista pro OTAN También pienso en las amenazas reales de Chega, una nueva extrema derecha en Portugal (que no tuvo esta fuerza entre 1975 y hasta hace apenas 3 años) que aspira a convocar al 20% del electorado; la posibilidad de victoria de Marine Le Pen en Francia; VOX en España; la victoria electoral del partido de extrema derecha en los Países Bajos, la AFD  (Alternativa para Alemania) etc. Y sin pretender mencionar a todas estas expresiones reaccionarias, en América Latina, señalo a personajes como Nayib Bukele en El Salvador o Javier Milei en Argentina. Este último con un programa económico-social más radical que el propio Pinochet en el Chile dictatorial. Todo esto en el marco global de una posible victoria electoral de Donald Trump en las próximas presidenciales de Estados Unidos. Y dejo para lo último, por la brutalidad que representa: Benjamin Netanyahu en Israel, impulsando un proyecto racista, genocida y colonialista.

Nueva propuesta

P: Si el Foro Social Mundial no tiene la fuerza para convocar en una realidad mundial que usted describe como dramática, la pregunta es obvia: según su percepción ¿qué deben hacer los sectores progresistas a nivel internacional?

ET: Pienso que la fórmula de un FSM solo con movimientos sociales y ONG, pero sin partidos políticos progresistas (tal como lo definía la Carta de Principios de 2001) no permite luchar de manera adecuada contra la extrema derecha. Frente al auge de estos sectores y de proyectos fascistas, debemos buscar otro tipo de confluencia internacional. En ese sentido el CADTM junto con otros actores sociales, hemos tomado contacto con el PSOL (Partido Socialismo y Libertad) y el PT (Partido de los Trabajadores) de Porto Alegre, cuna del Foro Social Mundial a partir del 2001, para proponerles la creación de un Comité Organizador que convocaría una reunión internacional en mayo para discutir cómo seguir, en la perspectiva de un gran encuentro dentro de un año. Con una visión amplia para integrar movimientos sociales de todo tipo, feministas, luchadora-es por la justicia climática, creyentes progresistas, sectores sindicales etc., por citar solo algunos ejemplos, en la perspectiva de plantearnos cómo resistir mejor a la extrema derecha. Podrían sumarse activamente actores importantes como el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra de Brasil (MST). Si ellos en Brasil lograron con una propuesta amplia de alianzas políticas y sociales revertir el Gobierno de Jair Bolsonaro, es esencial sacar lecciones concretas. El Foro Social Mundial podría continuar, pero estamos convencidos que es necesario un marco nuevo de fuerzas capaces de re-movilizar.

P: Existen ya iniciativas como la Asamblea Internacional de los Pueblos que se plantean objetivos similares…

ET: Claro que deberían participar y jugarían un rol importante. Pero necesitamos una nueva iniciativa más amplia de frente único. Pensamos que se podría convocar ese primer encuentro en mayo 2024 en Porto Alegre, Brasil, y sería imaginable, por ejemplo, contar con una fuerte presencia desde Argentina, de fuerzas de izquierda radical junto con la izquierda del peronismo, organizaciones sindicales como la Central de Trabajadores de Argentina e incluso de la CGT (Confederación General de Trabajadores) y los muy diversos movimientos sociales y feministas. Seria una primera etapa hacia una gran conferencia en 2025, por ejemplo, en Sao Paulo si la alianza de izquierda (PT, PSOL, etc.) ganara las elecciones a la alcaldía en 2024.

La construcción de esta nueva iniciativa internacional sería amplia y diversa, incorporando diversas corrientes revolucionarias, la 4ta Internacional, la social democracia, pasando por la internacional progresista, en todo el abanico de sectores. Así también se debería convocar a organizaciones y personalidades progresistas de Estados Unidos (por ejemplo, Bernie Sanders, Alexandria Ocasio- Cortez, el sindicato del sector automotriz UAW que logro en 2023 una gran victoria). Y partidos y movimientos de la izquierda de Europa, de África, de Asia, de la región árabe, con sus diferentes expresiones. Ampliando la participación a personalidades comprometidas del mundo cultural, que aporten lo suyo, desde su propio sector. Hay que convencer a un máximo de fuerzas, que incluso deben superar diferencias y divisiones históricas, y que comprendan y acepten el gran desafío prioritario de la hora actual, es decir el combate contra la extrema derecha. Sabemos que una convocatoria de este tipo no será simple ni fácil: requiere gran generosidad y fuerte voluntad política. El complejo momento histórico y los peligros que enfrenta la humanidad y el planeta nos indican que es importante intentarlo.

«Lanzar un gran frente internacional contra la extrema derecha»

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Milei allá y mileicitos acá

El miércoles, Javier Milei anunció en 15 minutos un “decreto por razones de necesidad y urgencia” (DNU) con 366 artículos. Alegó que la rápida derogación de cientos de normas vigentes es la única forma de comenzar a resolver gravísimos problemas económicos y sociales, y se propone lograrla por la vía del DNU, que la Constitución argentina reserva a las situaciones en que “circunstancias excepcionales” hagan “imposible seguir los trámites ordinarios” para que el Congreso trate y vote proyectos.

 

Parece muy poco viable la aprobación parlamentaria de estas medidas, pero no por “circunstancias extraordinarias”, sino porque los diputados y senadores representan a sus votantes.

 

El triunfo de Milei en el balotaje del 19 de noviembre se debió a diversos motivos que merecen un análisis a fondo, pero no parece que entre ellos predomine el mismo tipo de fanatismo doctrinario sobre cuestiones económicas que exhibe el actual presidente, quien destinó dos tercios de los mencionados 15 minutos a una arenga ideológica, con el mismo desdén por las discrepancias e incluso por la realidad que caracterizó su campaña electoral.

 

Es muy improbable que la mayoría de la población comparta con él la convicción de que, apenas para empezar, es preciso agregar a sus actuales penurias una brusca desregulación de las relaciones laborales, la formación de precios, la competencia entre productos nacionales e importados, los alquileres, los servicios de salud y la educación, entre muchísimas otras cosas.

 

Ya comenzaron las movilizaciones de protesta, y los legisladores saben qué consecuencias terribles tendrían estas medidas en la vida cotidiana de la gente. La mayoría de ellos no pueden estar convencidos, como Milei, de que así se abrirá paso a la “reconstrucción de la economía” y la transformación de Argentina en una potencia mundial. Por eso, y con independencia de la muy dudosa constitucionalidad de este DNU, comienza un período de agudas tensiones sociales y políticas, cuyos efectos asusta prever.

 

En Uruguay, los problemas socioeconómicos y el descreimiento en el sistema partidario no tienen la profundidad que propició la victoria electoral de Milei en Argentina, pero al parecer hay quienes piensan que les conviene imitar características de su campaña: en algunos casos, la descalificación insultante de los adversarios; en otros, la sustitución del debate programático por simplificaciones fantasiosas. En esta última línea se inscribe, precozmente, el intento de presentar las próximas elecciones como una opción entre aumentar o no aumentar los impuestos.

 

Nadie con un mínimo de sensatez puede asegurar que, de 2025 a 2030, ninguna coyuntura nacional o internacional justificará o exigirá el incremento de un impuesto. Nadie con un mínimo de información puede negar que en Uruguay persisten profundas desigualdades que requieren políticas públicas potentes. Nadie con un mínimo de seriedad puede sostener que para la aplicación de esas políticas bastará con que el Estado maneje de modo más eficiente sus ingresos actuales. Empezamos mal.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/opinion/articulo/2023/12/milei-alla-y-mileicitos-aca/

 

 

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Adelante considera al Gobierno andaluz “cómplice” de Vox al implantar medidas que niegan la violencia estructural contra las mujeres

Por: Tercera Información

Adelante Andalucía ha salido a denunciar los tratos y la complicidad del gobierno de Bonilla con la extrema derecha, esta vez poniendo en marcha el teléfono de violencia intrafamiliar, que viene a sustituir el término de violencia de género.

La portavoz de Adelante Andalucía, Ángela Aguilera, ha explicado que la puesta en funcionamiento de este teléfono supone “un paso más en el permanente chantaje contra el Gobierno andaluz de la extrema derecha a la que Moreno Bonilla sucumbe”. En lugar de potenciar los teléfonos que ya existen y que cubrían las diferentes necesidades, el gobierno distrae y complica aún más las cosas a las víctimas.

Aguilera reconoce que esta medida “es una afrenta a las mujeres que han sufrido violencia machista” y es una “vergüenza” que este gobierno siga sin reconocer que hay una violencia estructural contra las mujeres que se está “sufriendo y viviendo en estos momentos”.
Sin embargo, Aguilera no le resta la responsabilidad que le corresponde al Gobierno andaluz, pues no solo considera “lamentable” que este Gobierno sucumba a los planteamientos de la extrema derecha, sino que le parece más preocupante que sea partícipe de una forma muy sutil y que de fondo lo que parece es que comparten criterios políticos y Vox es solo la excusa para ponerlos en marcha.

Por esta razón la diputada andaluza concluye que “tanto PP como Ciudadanos son cómplices de sucumbir a esta afrenta y de esta forma de entender que no hay una violencia estructural contra las mujeres”.

En el cartel que presenta las jornadas ‘Violencia intrafamiliar: Análisis de la situación’ organizadas por la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Concialiación de la Junta de Andalucía, y en la campaña publicitaria del ente público, es un hombre el que aparece marcando el nuevo teléfono «de violencia intrafamiliar».

Los anteriores carteles difundidos por el ejecutivo andaluz (PP-Cs) en agosto de 2019 recibieron críticas al ser considerados como «frívolos» por presentar actitudes alegres en modelos con las que se animaba a denunciar la violencia de género.

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/15/10/2020/adelante-considera-al-gobierno-andaluz-complice-de-vox-al-implantar-medidas-que-niegan-la-violencia-estructural-contra-las-mujeres/

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Las anteriores guerras políticas de la derecha con la educación encallaron en los tribunales

Por: Daniel Sánchez Caballero/David Lombao

El PP de Rajoy convirtió su oposición a la asignatura Educación para la ciudadanía en una batalla contra el Gobierno de Zapatero que embarrancó en el Supremo.

Vox y el PP han elegido cuál va a ser la primera batalla contra el nuevo Gobierno: la defensa del mal llamado ‘pin parental’, o lo que es lo mismo, que los padres tengan capacidad para vetar la asistencia de sus hijos a actividades contrarias a sus convicciones morales o éticas. No se trata de contenidos extraescolares sino de charlas y jornadas formativas que están incluidas en el currículum de los centros. La ofensiva, ideada por Vox y a la que se ha sumado el líder del PP, Pablo Casado, ha atrapado a Ciudadanos, socio de ambos en varios gobiernos autonómicos, que después de amagar con que apoyaría la medida ahora se posiciona en contra.

Primero el partido de Santiago Abascal y después el PP haciendo seguidismo de la extrema derecha han decidido convertir la polémica surgida en Murcia en un ariete para su oposición nacional. En esa comunidad autónoma, el partido de extrema derecha reclama que se instaure ese veto previo en la Educación como condición irrenunciable para votar a favor de los presupuestos. El PP lo apoya y Ciudadanos de momento titubea. Aunque la medida aún tiene que debatirse y aprobarse, el gobierno murciano ya ha dado pasos en ese sentido obligando a lo centros a que pidan autorización de los padres para ciertas actividades.

En síntesis, ese veto parental consiste en dar a los padres el poder de rechazar ciertos contenidos educativos si consideran que no se adecúan a sus convicciones morales, ideológicas o religiosas. Los padres de los alumnos tendrían conocimiento previo del contenido de esas actividades y podrían solicitar por escrito que sus hijos no participen. Aunque podría afectar a cualquier tipo de actividad, la iniciativa –una de las medidas estrella del programa de Vox– está centrada en cargar contra las charlas sobre diversidad e igualdad.

El Gobierno ya ha enviado un requerimiento al Ejecutivo murciano para que dé marcha atrás. Sin respuesta por parte de la administración murciana, la ministra de Educación, Isabel Celáa, ha decidido este lunes poner un plazo a ese requerimiento: tienen un mes para «restaurar la legalidad». El siguiente paso será acudir a los tribunales con el argumento de que la medida es contraria a una norma de rango superior, y por tanto la comunidad autónoma no tiene competencias. Además, en el texto que ha remitido, el Ministerio recuerda que la decisión del Gobierno murciano contraviene varios tratados internacionales.

Diferencias en el PP

Casado ya ha hecho de esta polémica el centro de sus discursos públicos y de sus ataques al nuevo Gobierno de PSOE y Unidas Podemos. El líder del PP, una vez superado el ensayo fallido de la moderación, ha pasado a equiparar la defensa del Gobierno de las charlas sobre diversidad e igualdad al adoctrinamiento de países comunistas: «¿Me están diciendo que es como dicen a las familias en Cuba, que los niños son de la revolución? ¿Vamos a llegar a que los niños también delaten a sus padres cuando no son buenos revolucionarios como pasa, a día de hoy, en Cuba?».

Mientras tanto, dirigentes del PP hacen ver que se trata de un problema artificial. El consejero de Educación de Madrid hizo públicas este lunes algunas cifras: contó que entre 1,2 millones de alumnos, la Comunidad de Madrid había registrado una única queja, que la administración investigó y que se quedó en nada.

Desde Galicia el presidente Alberto Núñez Feijóo pidió no «banalizar» sobre asuntos que requieren un debate sereno, dando a entender que él –que está a las puertas de unas elecciones y necesita exprimir su perfil más centrista– no va a hacer seguidismo de Vox. El PSOE, por su parte, ya ha anunciado que presentará iniciativas en parlamentos regionales y en otras instituciones para retratar a las derechas.

Mientras Feijóo se desmarca, su jefe de filas sí está decidido a abrazar una estrategia conocida en la derecha: hacer de la Educación un terreno de batalla política. El problema para Casado es que la vía judicial, que ya atisba la ministra, no siempre ha salido bien a un PP que ha encallado en los tribunales.

El Supremo rechazó que quepa objeción de conciencia

El caso más claro es el de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, que introdujo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Como ahora, el PP liderado por Mariano Rajoy centró todos sus esfuerzos en cargar contra esa materia y convertir su lucha en una supuesta batalla por la libertad individual. Se estaba acabando 2006 cuando se conoció el contenido de la asignatura como parte de la nueva ley, la LOE. La materia era obligatoria y respondía a una recomendación del Consejo de Europa, que afirmaba que era esencial para promover una sociedad libre, tolerante y justa.

A los sectores más conservadores les faltó tiempo para denunciar que la asignatura tenía «un contenido moral y político de un sesgo muy determinado», como alertó el Gobierno de la Comunidad de Madrid, entonces presidido por Esperanza Aguirre. Centenares de familias apelaron a un supuesto derecho a la objeción de conciencia para pedir que sus hijos no cursaran la asignatura. Elementos como la educación sexual, las familias monoparentales u homosexuales o el laicismo se cuestionaron como inapropiados e invasivos en la educación de los niños.

El asunto escaló y acabó en los tribunales, que fueron sentenciando en diferentes sentidos. Tuvo entonces que pronunciarse el Tribunal Supremo, que en 2010, tras dos días de deliberaciones –cuando había 114 objetores, según un recuento de El País–, unificó doctrina y estableció por 22 votos a 7 que no era posible acogerse al derecho a la objeción de conciencia para una asignatura. Sí pedía el Alto Tribunal que se controlara el contenido de los manuales de la asignatura.

Esta imposibilidad de hacer objeción de conciencia educativa es la misma a la que alude el Ministerio de Educación en el requerimiento que le ha hecho a Murcia para que retire el veto parental de Vox. Finalmente, la polémica acabó cuando el PP llegó al poder y eliminó la asignatura al aprobar la LOMCE.

Feijóo, el precursor del veto parental

Hay otro precedente que acabó en los tribunales y que también apostaba por el veto parental, aunque en este caso sobre la educación lingüística. Fue también durante el Gobierno de Zapatero. En Galicia, el introductor de la exigencia de control paterno sobre las aulas fue el PP durante su breve estancia en la oposición al gobierno de PSdeG y BNG que dirigió la Xunta entre 2005 y 2009.

En ese contexto de movilización prácticamente continua del PP de Mariano Rajoy contra el Ejecutivo de Zapatero sobre cuestiones territoriales, el entonces nuevo líder de los populares gallegos, Alberto Núñez Feijóo, se aferró a una bandera que su antecesor, Manuel Fraga, nunca había utilizado en sus casi dos décadas como presidente: la de una supuesta «imposición» del gallego en Galicia. Fue ahí donde encajó su propia versión de un veto parental que acabaron tumbando los tribunales.

En unos años en los que el PPdeG llegó a temer que parte de su voto urbano fuese a parar a la entonces emergente UPyD de Rosa Díez, los de Feijóo decidieron romper la baraja del consenso lingüístico que habían estado a punto de firmar con el Ejecutivo de socialistas y nacionalistas. Además de alentar manifestaciones y otras protestas, el candidato Feijóo lanzó una propuesta en aras de la «libertad». «En el sobre de matrícula meteré una casilla para que los padres elijan el idioma de las asignaturas troncales», aseguró en una entrevista con El País pocos días antes de las elecciones gallegas de 2009.

El programa electoral del partido, no obstante, matizaba la promesa. Se trataba de «escuchar, a través de procedimientos reglados, la opinión de los padres en relación con las materias que se impartirán en cada idioma», indicaba. Asumía, en esencia, las reivindicaciones de pequeños grupos como la asociación denominada Galicia Bilingüe, que exigían a la Xunta que permitiera a las familias del alumnado decidir el idioma en que eran impartidas las materias escolares y excluir el gallego si padres o madres así lo determinaban.

De este modo, diez años antes de que Vox lanzase su exigencia de veto parental, Feijóo ya equiparaba «libertad» con permitir que las familias determinasen el funcionamiento de las aulas en función de su ideología. Cuando, pocos meses después de lograr la Presidencia de la Xunta, anunció los rasgos generales de lo que presentó como «decreto del plurilingüismo», su promesa ya no era esa «casilla en el sobre de matrícula», sino repetir una encuesta a las familias como la que la Consellería de Educación había realizado en los meses previos y cuyos resultados íntegros no había divulgado. El plan, había explicado Feijóo, consistía en una «consulta que se realizará cada cuatro años y que orientará el reparto horario» de materias entre lenguas.

Cuando, en mayo de 2010, vio la luz el texto íntegro del decreto, la encuesta estaba presente, aunque restringida a la enseñanza infantil. Fue en este punto en el que entraron en juego los tribunales. Entidades de defensa del gallego, sindicatos y la Real Academia Galega recurrieron el decreto ante el Tribunal Superior de Justicia de Galicia. En varias sentencias, los jueces rechazaron frenar el conjunto de la norma, pero sí la controvertida encuesta y otros aspectos vinculados a la misma.

Concretamente, el TSXG determinó que la Xunta estaba «vulnerando la configuración del derecho fundamental a la educación» recogido en la Constitución, puesto que «los poderes públicos tienen encomendada la programación general de la enseñanza, de cuya potestad la Administración (…) no puede abdicar, sometiendo la votación un aspecto tan fundamental como la lengua». La elección familiar, matizaba, se restringe únicamente a la decisión de si el alumnado cursa o no la materia de Religión.

Después de aquellas sentencias, que también suprimían el artículo que otorgaba «libertad al alumnado para utilizar en las manifestaciones oral y escrita la lengua oficial de su preferencia», con independencia del idioma de la asignatura, la Xunta se embarcó en una batalla legal y, al mismo tiempo, continuó distribuyendo encuestas lingüísticas a las familias del alumnado de Infantil. Pero su resultado, afirmó, ya no sería «vinculante». «Seguiremos haciendo las consultas, pero no producen efectos legales porque las sentencias lo impiden, pero será determinante para que nosotros adoptemos una decisión u otra», había asegurado el presidente de la Xunta.

Información publicada en eldiario.es

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2020/01/21/las-anteriores-guerras-politicas-de-la-derecha-con-la-educacion-encallaron-en-los-tribunales/

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Estudiantes protestan en la India contra ataques de extrema derecha

Asia/India/09 Enero 2019/Prensa Latina

 Varias protestas estallaron en la India contra la violencia ejercida por sectores de extrema derecha sobre alumnos y profesores de la Universidad Jawaharlal Nehru, que luchan por una educación asequible y contra el alza de las tarifas.
Los campus universitarios de todo el país son testigos de manifestaciones estudiantiles contra las políticas excluyentes, desde el aumento de las tasas para estudiar en las universidades hasta el rechazo a la discriminatoria Enmienda a la Ley de la Ciudadanía, puesta en vigor recientemente.

Enmascarados armados con palos y varas, supuestamente pertenecientes al ala de extrema derecha Akhil Bharatiya Vidyarthi Parishad, penetraron al referido campus universitario y agredieron a varios alumnos, entre ellos activistas de organizaciones estudiantiles de izquierda como la Federación de Estudiantes de la India (SFI) y la Asociación de Estudiantes de Toda la India (AISA).

Al menos 28 personas, entre ellas la presidenta de la Unión de Estudiantes de la Universidad Jawaharlal Nehru (Jnusu) Aishe Ghosh y el secretario general Satish Chandra, resultaron heridas. Profesores que asistían a una reunión que apelaba por la paz también fueron atacados.

Como reacción por la violencia, alumnos de las universidades Jamia Millia Islamia, Delhi y Ambedkar se unieron con consignas en solidaridad con sus colegas de la Universidad Jawaharlal Nehru.

La Unión de Estudiantes de la Universidad Jawaharlal Nehru convocó para hoy una protesta estudiantil contra la administración de ese centro docente y por la inacción de la policía de Nueva Delhi ante el ataque de los matones de la derecha.

En Bengaluru, estudiantes de la Universidad Nacional de Derecho realizaron una protesta silenciosa en el interior de esa casa de altos estudios, tras el asalto contra los estudiantes y profesores de la JNU.

Miembros de la Federación de Estudiantes de la India de la Universidad de Hyderabad se reunieron la noche del domingo en solidaridad con los jóvenes de la JNU, reflejó el portal News Click.

Asimismo, el alumnado de la Universidad Musulmana de Aligarh llevaron a cabo hoy una marcha con pancartas y velas encendidas en defensa de los estudiantes que resultaron heridos durante la violencia llevada a cabo en el interior de la Universidad Jawaharlal Nehru.

La ola de protestas estudiantiles se extiende a la Universidad Hindú de Banaras y la Universidad de Allahabad, al igual que a las ciudades de Lucknow y Kanpur. Miles de estudiantes, activistas y líderes políticos protestaron igualmente en Maharashtra. Educandos del Instituto de Cine y Televisión de la India en Pune y del Instituto Indio de Tecnología de la ciudad de Bombay programaron también manifestaciones. Serán realizadas protestas además en Aurangabad, Nagpur y Nasik.

En Calcuta, alumnos de la Universidad de Jadavpur llevaron a cabo manifestaciones, al igual que en Thiruvananthapuram, la Universidad de Patna y el Indian Institute of Management de Ahmedabad.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=332023&SEO=estudiantes-protestan-en-la-india-contra-ataques-de-extrema-derecha
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Después del ascenso de la extrema derecha, ¿qué vendrá?

Por: Leonardo Boff

Hagamos algunas constataciones: se ha consolidado la aldea global; ocupamos prácticamente todo el espacio terrestre y explotamos el capital natural hasta los confines de la materia y de la vida con la automatización, robotización e inteligencia artificial. Verificamos un ascenso atemorizador de la extrema derecha, bien expresada por el ultra neoliberalismo radical y por el fundamentalismo político y religioso. Estamos inmersos en una angustiosa crisis civilizatoria que adquiere cuerpo en las distintas crisis (climática, alimentaria, energética, económico-financiera, ética y espiritual). Inauguramos, según algunos, una nueva era geológica, el antropoceno, en la cual el ser humano aparece como el Satán de la Tierra. En contraposición, está surgiendo otra era geológica, el ecoceno, en la cual la vida y no el crecimiento ilimitado tiene centralidad.

La pregunta que se plantea ahora es: ¿Qué vendrá después del conservadurismo atroz de la derecha? ¿Será más de lo mismo? Eso es muy peligroso, pues podemos ir al encuentro de un Armagedón ecológico-social que ponga en peligro el futuro común de la Tierra y de la Humanidad. Tal tragedia puede ocurrir en cualquier momento si la Inteligencia Artificial, autónoma, por medio de algoritmos locos, desencadena una guerra letal sin que los seres humanos se den cuenta o puedan impedirla.

¿Estamos sin salida, rumbo a un destino sin retorno? Al límite, cuando nos demos cuenta de que podemos desaparecer tendremos que cambiar. Quién sabe, la salida posible será pasar del capital material al capital humano-espiritual. El primero tiene límites y se agota. El último es infinito e inagotable. No hay límites para aquello cuyos contenidos son: la solidaridad, la cooperación, el amor, la compasión, el cuidado, el espíritu humanitario, valores en sí infinitos, pues su realización puede crecer sin cesar. Lo espiritual ha sido escasamente vivenciado por nosotros, pero el miedo a desaparecer y dada la acumulación inmensa de energías positivas, puede irrumpir como la gran alternativa que nos podrá salvar.

La centralidad del capital espiritual reside en la vida en toda su diversidad, en la conectividad de todos con todos, por eso las relaciones son inclusivas, en el amor incondicional, en la compasión, en el cuidado de nuestra Casa Común y en la apertura a la Trascendencia.

No significa que tengamos que excluir la razón instrumental y su expresión en la tecnociencia. Sin ellas no atenderíamos las demandas humanas, pero no tendrían la exclusiva centralidad ni serían ya destructivas. En éstas, la razón instrumental-analítica constituía su motor; en el capital espiritual, la razón cordial y sensible. A partir de ella se organizarían la vida social y la producción. En la razón cordial se hospeda el mundo de los valores; de ella se alimentan la vida espiritual, la ética y los grandes sueños, y produce las obras del espíritu, mencionadas antes.

Imaginemos el escenario siguiente: si en el tiempo de la desaparición de los dinosaurios, hace cerca de 67 millones de años, hubiese habido un observador que se preguntase qué vendrá después de ellos, probablemente habría dicho: la aparición de especies de dinosaurios aún mayores y más voraces. Se estaría equivocando. Ni siquiera imaginaría que, de un pequeño mamífero, nuestro antepasado, que estaría viviendo en la copa de los árboles más altos, se alimentaría de flores y de brotes, y temblaría de miedo de ser devorado por algún dinosaurio alto, iba a irrumpir, miles de años después, algo absolutamente impensado: un ser de conciencia y de inteligencia –el ser humano– totalmente diferente de los dinosaurios. No fue «más de lo mismo»; fue un «salto cualitativo» nuevo.

De modo semejante creemos que ahora podrá surgir un nuevo estado de conciencia, imbuido del inagotable capital espiritual. Ahora es el mundo del ser más que el del tener, de la cooperación más que de la competición, del bien-vivir-y-convivir más que de vivir bien.

El próximo paso, entonces, sería descubrir lo que está oculto en nosotros: el capital espiritual. Bajo su regencia, podremos comenzar a organizar la sociedad, la producción y lo cotidiano. Entonces la economía estaría al servicio de la vida y la vida penetrada por los valores de la autorrealización, de la amorización y de la alegría de vivir.

Pero esto no ocurre automáticamente. Podemos acoger el capital espiritual o también rechazarlo. Pero, incluso rechazado, se ofrece siempre como una posibilidad a ser abrigada. Lo espiritual no se identifica con ninguna religión. Es algo anterior, antropológico, que emerge de las virtualidades de nuestra profundidad arquetípica. Pero la religión puede alimentarlo y fortalecerlo, pues se originó de ello.

Estimo que la actual crisis nos abrirá la posibilidad de dar un centro axial al capital espiritual. Dicen que Buda, Jesús, Francisco de Asís, Gandhi, la brasileña hermana Dulce, y tantos otros maestros/as, lo habrían anticipado históricamente.

Ellos alimentan nuestro principio-esperanza de salir de la crisis global que nos asola. Seremos más humanos, integrando nuestras sombras, reconciliados con nosotros mismos, con la Madre Tierra y con la Última Realidad.

Entonces seremos más plenamente nosotros mismos, entrelazados por redes de relaciones tiernas y fraternas con todos los seres y entre todos nosotros co-iguales.

Fuente: https://acento.com.do/2019/opinion/8760524-despues-del-ascenso-de-la-extrema-derecha-que-vendra/

Imagen: Pete Linforth en Pixabay

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