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República Dominicana: Culpan a familias, medios y educación por violencia

www.listindiario.com/01-05-2016/Por: Benny Rodríguez

Los últimos hechos violentos acaecidos en el país, prácticamente ocurridos en secuencia, en el que padres han asesinados a sus hijos e hijas y otros que no llegaron a consumar su acción, preocupa al director de la Escuela de Orientación Educativa y Psicopedagógica, de la Facultad de Educación de la UASD, en esta ciudad.

La misma inquietud del maestro Frank Méndez la comparte el doctor Octavio Féliz Vidal, médico terapeuta familiar, quienes atribuyen esta preocupante situación a problemas que se dan en la familia, a la educación y a los medios de comunicación. Méndez y Féliz Vidal, entrevistados por separado en la UASD, Centro Barahona, explicaron que se trata de una cadena de hechos que debe llamar la atención, no solo del Estado, sino de la sociedad en su conjunto, ya que el tema envuelve a toda la dinámica socio familiar.

Vidal cree que los hechos de violencia ocurridos en el hogar hay que verlos en el contexto de lo pasional, se da en una situación de dependencia, porque al otro, sobre todo, al hombre no se le educa para entender que la mujer no es una mercancía ni un objeto. “En ese ambiente emocional la persona puede matar a la pareja, a los hijos, incluso atentar contra su propia vida”. dijo.

Informacion de la imagen: Profesional. Octavio Féliz Vidal, médico terapeuta familiar.

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Educando en casa, una controversia cristiana

Saltillo, Coahuila.- A pesar de enfrentar críticas y reclamos, familias de la Iglesia cristiana optan por no llevar a sus hijos a las escuelas públicas y los educan en casa a fin de seguir con sus preceptos: vivir en comunión y temerosos de Dios.

A 40 kilómetros de Saltillo se ubica el ejido Providencia; en este lugar, desde hace dos años, cinco familias practican esta modalidad; Nora Guerrero Gaytán, mujer cristiana que sigue el modelo Educando en Casa con Editorial El Águila, defiende las bondades de esta educación al asegurar que los hijos crecen en la palabra de Dios.

Situación que, explicó, permite que los jóvenes tengan una vida lejos de las adicciones y cuando “salgan al mundo” sean unas personas de bien para la sociedad.

“Nosotros nos bautizamos en una Iglesia bautista cristiana, por medio de la palabra de Dios nos ha dado la habilidad de crear a nuestros hijos; nosotros queremos que ellos crezcan en la palabra y temerosos de Dios”, explicó la madre de familia y abogada de profesión. Relató que en su familia sus tres hijas estudiaban en la escuela, pero fue hace dos años cuando sus hijas mayores cursaban el quinto grado que optaron por entrar a este modelo que se lleva en casa.

EL PROGRAMA

Es un programa en donde la educación preescolar, primaria y secundaria es impartida por los padres en casa, se abarcan materias de ciencias naturales, sociales, español y matemáticas, “todo normal como en la escuela secular, pero con un enfoque cristiano”, agregó. Y a pesar de que critican que las jovencitas no salgan de la casa y se insinué que coarta los derechos de los estudiantes, Nora aseguró que ellas salen a sus reuniones y conviven con otros jóvenes de su iglesia y salen a pasear.

“Ellas tienen sus compañeras en la iglesia, los llevan a campamento, a museos, los beneficios son que tienen más confianza conmigo y no se pierde tan rápidamente la relación entre papás e hijos, es una bendición tener a sus hijos cerca.

“En las escuelas públicas yo no tuve problemas, pero de la escuela lo que no nos agrada es que hay de 40 o 45 niños para una sola persona. Es muy diferente una persona para un niño y mucho más si es la mamá, que queremos lo mejor para nuestros hijos”. Durante la semana siguen sus estudios en horas determinadas, preferentemente por la mañana, y los lunes el pastor les ayuda a calificar lo avanzado, llevan sus dudas para que las orienten y tienen que presentar 10 exámenes a la semana.

“Si alguien tiene una calificación menor a 8, no pasa su examen y tiene que presentar nuevamente. Es una educación muy estricta y nos apoyamos con unos libros que los papás nos cooperamos para adquirir y de ahí lo contestamos”. De las tres niñas, dijo Nora, dos cursan primero de secundaria y están por recibir el certificado de primaria que les entregará el IEEA, y la más pequeña de la familia cursa el primer grado de primaria y agregó con orgullo que ya sabe leer y escribir.

REGRESAN A LO TRADICIONAL

De las familias que iniciaron con esta modalidad el ciclo anterior, dos declinaron continuar y decidieron regresar a la escuela regular a dos niñas, una de tercero y otra de cuarto grado, quienes tuvieron que repetir el año que cursaban antes de iniciar el modelo Educando en Casa, pues la Secretaría de Educación atiende a los mayores de 12 años en el Instituto de Enseñanza Abierta.
Según las versiones de los vecinos del ejido, los padres de familia no pudieron compaginar las actividades laborales con los estudios, además batallaban para explicar a sus hijos los quehaceres educativos, ya que en esta modalidad cada padre se hace responsable de su hijo y sólo los lunes el pastor los retroalimenta.

DESDE 1997

En Saltillo este modelo inició desde el año 1997 con un ciclo de conferencias, según lo relata una madre de familia en el sitio Aprende con Alas.

Judith Herver de Solís expone en esta página que educar en casa a sus hijos fue una decisión que tomaron después de asistir a la segunda conferencia de El Hogar Educador, impartida en Saltillo en 1997.

Además dijo, escuchó una conferencia impartida por Darío Clingan de El Hogar Educador, quien presentó los resultados de una investigación que realizó en el estado de Coahuila.

Por el momento no existen estadísticas de cuántas familias usan el aprendizaje en casa en México, pero la asociación Homeschooling México cuenta con un registro de mil 500 familias en todo el país.

EN EL IEEA HASTA LOS 15

Sin embargo, para obtener sus certificados los menores que son instruidos en el modelo Educando en Casa tienen que esperar a cumplir sus 15 años para que se validen sus estudios, pues el Instituto Estatal de Educación para Adultos no atiende a menores de esta edad ya que existe un programa escolarizado para ellos.

La directora general del IEEA, María del Carmen Ruiz Esparza, explicó que existe un programa 10-14 pero éste sólo atiende a jóvenes en situación vulnerable, es decir, a aquellos niños de la calle o los que están internos en los Centros de Readaptación Infantil.

Fuente de la noticia: http://www.zocalo.com.mx/seccion/articulo/educando-en-casa-una-controversia-cristiana-1460959582

Imagen 1: http://assets.zocalo.com.mx/uploads/blog/ieea.jpg
Imagen 2: http://assets.zocalo.com.mx/uploads/blog/padres-clase.jpg

Socializado por:

Dulmar Pérez. Candidata al Doctorado Pedagogía, Magister en Docencia Universitaria, Especialista en Docencia para la Educación Inicial. Ha publicado artículos internacionales y nacionales PEII-A Investigadora adscrita al CIM. Coordinadora CNIE en Barinas

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La mejor escuela es un buen hogar

Cada vez que salen los resultados de las pruebas de Estado o de las internacionales como PISA, la opinión pública rápidamente señala a los profesores como los principales culpables. Los resultados de nuestros alumnos dejan mucho que desear y aunque eso sea una mala noticia para la educación nacional, tiene un buen efecto en la agenda pública porque ponen el tema sobre la mesa. Pero hay que ir más allá de los resultados: las pruebas no tienen la verdad absoluta. Estos datos no revelan el verdadero panorama sobre la educación colombiana, o de ningún país.

Calidad es más que notas, evaluación y ranking. Educación es más que las cuatro paredes del aula, más que los colegios, las materias, las horas de clase y los profesores. Los padres son los mayores responsables de la educación de sus hijos. Este es un fenómeno que ha sido ampliamente investigado: los entornos familiar y social en los que crecen los niños son factores fundamentales que inciden en la calidad de su educación.

De acuerdo con un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), encargada de las pruebas Pisa, los resultados académicos de los niños tienen más que ver con su situación socioeconómica que con lo que aprenden en la escuela. Por ejemplo, la brecha de los resultados entre los alumnos del nivel socioeconómico más bajo y los de nivel más alto alcanza más de 125 puntos.

Por otro lado, según un estudio del investigador Kenneth Komoski, los niños pasan sólo el 19% de su tiempo al año en clases en el colegio. ¿Qué pasa con el 81% restante? Con este sencillo cálculo, Komoski logró atraer la atención sobre el verdadero problema: los padres, amigos y comunidad interactúan más con los niños que sus propios maestros. Así, es importante fortalecer la educación a través de un vínculo de esta con la comunidad y la familia. De esta manera, afirma el investigador estadounidense, el aprendizaje será un proceso para toda la vida y tendremos mejores estudiantes.

Sí, mejores estudiantes, pero también mejores ciudadanos porque si algo se aprende en casa y en comunidad, son normas de convivencia. Ahora, ¿cómo podemos pedirle a un niño que crece en una zona de conflicto o que ve el maltrato de su padre hacia su madre que no tenga problemas de convivencia y comportamiento? Según un informe del 2014 de Memoria Histórica, entre los más de seis millones de víctimas de la violencia en Colombia, dos millones son menores de edad. Son niños que no pueden aspirar a una buena educación porque por lo general viven en zonas aisladas y sus estudios se interrumpen por ataques, tomas o porque deben abandonar el pueblo junto con sus familias.

La escuela se debe convertir en un territorio de paz, neutral, un lugar seguro para esta población vulnerable. Citando de nuevo el estudio de la OCDE, la educación puede mejorar la vida de la gente en áreas como salud, participación ciudadana, interés político y felicidad. “Las personas con un buen nivel educativo viven más, participan más activamente en la política y en la comunidad en la que viven, cometen menos delitos y dependen menos de la asistencia social”, afirma la investigación. Familia, sociedad y escuela deben unirse por este propósito.

En la misma línea de convivencia y valores, la educación en casa fortalece el autoestima de los niños. Un hogar en el que los menores se sienten amados refuerza su sentido de identidad y de motivación, dos factores fundamentales para aprender. Por ejemplo, uno de los estudios cualitativos de Pisa les preguntó a los estudiantes cómo creían que les iba a ir en la prueba de matemáticas. La mayoría de los niños contestaron que pensaban que iban a responder bien. Las niñas, por otra parte, contestaron en su mayoría que no sentían que sus puntajes iban a sobresalir. Los resultados prueban que ambos sexos tienen igual nivel de desempeño.

Es claro que no se puede culpar a los colegios por todo. Hay que comprometerse a forjar un tejido social que integre escuela, sociedad y familia. De la misma manera, hay que mirar los resultados de las pruebas como lo que son. Por ejemplo, no se puede medir calidad de las escuelas sólo por los resultados de Saber 11. Es una buena medida, sí, pero no lo es todo. Los padres también deben asumir la responsabilidad.

Hacemos un llamado a las empresas para que planteen jornadas flexibles que les permitan a los padres de familia ajustar sus horarios para pasar más tiempo con sus hijos. El teletrabajo puede ser una buena opción. Esto, al contrario de ser una pérdida para las compañías, es una inversión en presente y futuro. Por un lado, un trabajador que puede disfrutar de tiempo de calidad con los suyos es un empleado más feliz, más motivado y por lo tanto más productivo. De igual manera, si estos hombres y mujeres les dedican más tiempo a sus hijos, estos serán mejores estudiantes y en un mañana mejores profesionales, y mejores técnicos o tecnólogos para las empresas del futuro.

*Este artículo fue publicado originalmente en la revista Semana

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