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La vuelta al cole en Europa: Así se desescalará la educación en Alemania, Francia o Italia

Europa/ Alemania, Francia, Italia/ 05.05.2020/ Fuente: www.lasexta.com.

 

El Gobierno de España trabaja ya en un plan para la vuelta a las clases a partir de septiembre en el que se contempla la posibilidad de reducir la cantidad de alumnos en la aulas a la mitad, acudir por turnos y una combinación de la docencia online y presencial. Esas medidas supondrían la necesidad de contratar a más personal docente.

De momento esta propuesta no tiene el visto bueno del Ministerio de Sanidad y, a pesar de que la «nueva normalidad» volverá a las aulas para el curso que viene, los colegios si abrirán sus puertas en las provincias que alcancen la fase 2 de la desescalada. Eso sí, solo podrán acudir los alumnos de infantil de hasta 6 años cuyos progenitores acrediten que realizan un trabajo presencial sin posibilidad de flexibilización y siempre cumpliendo con una limitación de aforo.

También se contempla en esa fase 2 que los cursos terminales de ESO, Bachillerato y FP puedan acudir de manera voluntaria con división de grupos de más de 15 estudiantes al 50% para la asistencia alterna.

En este punto repasamos los planes en educación que barajan distintos países europeos para el regreso a las aulas tras la crisis del coronavirus.

Italia

Italia ha decretado el cierre de las actividades docentes hasta septiembre por motivos de seguridad. Aunque de momento no se ha presentado ningún plan sobre cómo será la vuelta a las aulas, el subsecretario del Ministerio de Educación, Giuseppe de Cristofaro, ha señalado que la escuela debe reabrir con más recursos, más equipos y más personal. Eso sí, con menos estudiantes por clase.

De Cristofaro ha enfatizado en la necesidad de que los niños más pequeños vuelvan a las aulas dado que la educación a a distancia es más complicada para este grupo. «La escuela preescolar y primaria no pueden continuar de forma remota», ha señalado.

A falta de planificar esa vuelta ya en el nuevo curso, el Gobierno italiano ha puesto la vista en la organización de campamentos de verano y la posibilidad de abrir los patios de colegios para que los niños puedan socializar y se ayude a los padres para que continuen trabajando.

La ministra de Educación adelantó que se está estudiando con los representantes de regiones, provincias y municipios «la posibilidad de poner a disposición los patios y jardines de las escuelas este verano para campamentos para niños gestionados por personal externo».

Este «plan de la infancia» se basa en un documento emitido por la Sociedad Italiana de Pediatría «que hizo un llamado a la política para desarrollar pautas basadas en evidencia científica y recomendaciones internacionales».

Por el momento este plan se refiere a los niños mayores de 3 años y hasta los 14, ya que aún no existe ningún tipo de posible apertura de guarderías para los bebés.

Según algunos medios de comunicación del país, estos campamentos deberán respetar las reglas de distanciamiento social tanto como sea posible, por esta razón la primera hipótesis es que se dividirán en grupos pequeños: 4 o 5 con un monitor y tampoco podrán comer juntos.

Los monitores tendrán que demostrar que han dado negativo al virus y luego los espacios utilizados se deberán desinfectar varias veces al día. También se han barajado algunas hipótesis como que el dinero que actualmente el Gobierno está concediendo para pagar a niñeras sirva para pagar estos campamentos.

Alemania

Las autoridades educativas alemanas han señalado que la normalidad no volverá a las aulas antes del verano, aunque los 16 estados federados del país acordaron que todos los alumnos tendrán alguna clase presencial antes de las vacaciones.

Los responsables de Educación de los estados federados han cerrado la hoja de ruta común para la reapertura de los colegios con un alto grado de ambigüedad y discrecionalidad, para permitir que cada uno de ellos pueda ejercer sus competencias, pero también para adaptar la regla general a la situación de la pandemia en cada región.

«No habrá clases normales antes del verano, aunque sólo sea por la necesidad de mantener las distancias y las normas de higiene», explicó al anunciar que se había ya acordado la hoja de ruta, la responsable de Educación de Renania-Palatinado, Stefanie Hubig.

No obstante, agregó, «todos los alumnos volverán algún día o algunas semanas a las aulas para tener clases presenciales antes de las vacaciones de verano».

La fórmula que se elija para la vuelta a las aulas dependerá de la evolución de la Covid-19 en cada estado, de las necesidades educativas de cada grupo de alumnos y de las posibilidades de los colegios.

En los medios alemanes se han apuntado las distintas opciones sobre la mesa que incluyen, entre otras, dividir las clases, extender la semana lectiva al sábado y ampliar la oferta digital.

Lo que es seguro es que los colegios deberán implementar en sus instalaciones las medidas de distanciamiento social e higiene. La prioridad, subrayó Hubig, es la salud, pese a la importancia del derecho a la educación.

Señaló además que algunos podrían regresar a un ritmo «semanal» al colegio, mientras que otros alumnos acudirán «días» sueltos a su centro educativo.

Francia

Francia prepara la vuelta gradual a los colegios e institutos a partir del 11 de mayo y para los escolares a partir del 12 de mayo.

El ministro de Educación de Francia, Jean-Michel Blanquer, señaló que en una primera fase volverán a clase los escolares del equivalente a 1º de primaria y los del equivalente a 5º de primaria.

Después seguirán 6º de primaria, 3º de secundaria, 2º de bachillerato y formación profesional el 18 de mayo. Finalmente, el 25 de mayo, «todas las clases podrán reanudarse», pero siempre en grupos pequeños de no más de 15 estudiantes por clase.

En cuanto a los protocolos sanitarios, Blanquer ha indicado que espera una opinión del Consejo Científico sobre el uso obligatorio de mascarillas para niños. Por otro lado, todos «los maestros usarán mascarillas de uso general proporcionadas por Educación Nacional». «Si se necesitan mascarillas para niños, Educación Nacional las proporcionará», remarcó.

Resta aún por resolver cuestiones conflictivas como el cuidado de los hijos del personal sanitario, la gestión de los comedores o el transporte público.

A pesar de haber programado este plan gradual de vuelta a las aulas, el Gobierno francés ya indicó anterioremente que la vuelta a clase sería voluntaria y que el ratio máximo de alumnos por aula será de 15 en los colegios y de 10 en las guarderías.

Reino Unido

El Gobierno británico trabaja en un plan para «poner en movimiento» la economía y hacer que los niños regresen a las escuelas, según informó el primer ministro Boris Johnson, que espera alcanzar el «máximo consenso» respecto a ese programa tanto con los partidos políticos como con las regiones del Reino Unido.

A pesar de que todavía no han trascendido los planes del Ejecutivo, según el diario ‘The Telegraph’, el Gobierno estudia que las escuelas de primaria retomen las clases a principios de junio.

Fuente de la noticia: https://www.lasexta.com/noticias/internacional/vuelta-cole-europa-asi-desescalara-educacion-alemania-francia-italia_202005055eb1420780b64600010d9abe.html

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El camino obligatorio y permanente del teletrabajo

Por: Claudio Rama. 

En medio de la pandemia, tarde lamentablemente, se ha planteado el teletrabajo como uno de los mecanismos para construir un equilibrio viable entre la necesaria protección de la salud a través de la cuarentena y el distanciamiento social por un lado, y la protección de la calidad de vida a través del empleo y el funcionamiento de la economía por el otro.

Pero el teletrabajo debe ser visto de forma diferenciada y con un enfoque más amplio y de largo plazo. No es una modalidad flexible que atenta contra el empleo, ni una solución paliativa en el contexto de la crisis actual, ni mucho menos una forma precaria de trabajo, sino como uno de los ejes de los nuevos escenarios laborales que están instalándose en el mundo en el mediano y largo plazo de la mano de las tecnologías digitales y de las nuevas oportunidades de especialización, diferenciación y flexibilización. Es en este sentido un sendero que Uruguay debe recorrer y que debe aprovechar la circunstancia actual en la cual una parte importante del empleo tradicional se está pasando a modalidades de teletrabajo para comenzar a consolidarlo con políticas y acciones sociales acordes para los tiempos futuros. No debe ser sólo una respuesta desordenada, rápida y coyuntural al coronavirus y la necesidad de superar los riesgos de una parálisis económica total, como algunos han planteado equivocadamente. Es claro que muchas organizaciones tanto públicas como privadas están realizando transformaciones rápidas para ajustarse a esos escenarios, pero debe considerarse como una de las formas estructurales del mercado de trabajo para muchas líneas de producción y servicios que es necesario impulsar.

Es parte de la nueva economía digital basada en el mayor uso del conocimiento, que requiere recursos humanos profesionales más capacitados y marcos jurídicos de estabilidad, y que no sólo permitirán mayores oportunidades de exportar servicios, mayor calidad de vida a sus participantes, menos contaminación en las ciudades y más oportunidades a la sociedad.

El teletrabajo es una derivación del impacto arrollador de las tecnologías en el mundo del empleo como nos revela el reciente informe “La naturaleza cambiante del trabajo” del Banco Mundial. Es una oportunidad de trabajo que brinda la innovación y las tecnologías digitales, y es también resultado de la conformación de amplias plataformas digitales globales que viabilizan estas nuevas formas de trabajo en red. Es sin duda además una derivación de la nueva sociedad de acceso con un decreciente costo de internet y los equipos informáticos y una oportunidad en un mundo global de ofertar servicios más allá de las fronteras nacionales, y que los jóvenes y no tan jóvenes profesionales continúen emigrando.

Es también una derivación de las nuevas realidades de largos tiempos ociosos en el tránsito en las atiborradas ciudades, y especialmente en Montevideo cuya compleja estructura urbana sigue llevando a la población hacia el este con crecientes tiempos perdidos de transporte y de vida. También en Uruguay es imprescindible para crear oportunidad de trabajo en el interior del país que siempre tiene menos oportunidades y sufre el drenaje de recursos humanos.

No se puede pensar con el mismo paradigma que el trabajo a domicilio que se expandió hace 500 años antes de las manufacturas en el temprano capitalismo huyendo de los gremios de entonces, ni mucho menos como una expresión de lógicas de empleo precarias e informales basadas en ventajas por las diferencias de estructuras de costos y de prestaciones sociales.

La telemedicina, el teletrabajo, la teleeducación, las telecompras, el trabajo mediado por plataformas o la economía colaborativa y las miles de miles de formas de trabajo en red desde las casas, oficinas, cafés o coworking, no son formas precarias de empleo, sino nuevas formas del empleo modernas que se están expandiendo en el mundo presente y futuro, expandidas al límite gracias a tecnologías digitales, conectividad, software de trabajos profesionales y costos de traslado. Es un amplio mundo de trabajo más calificado, que no requiere fuerza bruta sino habilidades cognitivas e informáticas y que remunera al conocimiento y las competencias por encima de otras variables laborales. La mayor parte de esos empleos son de alta formación y de elevada productividad.

Al tiempo que se produce un avance de la inteligencia artificial y la automatización, también se está expandiendo el teletrabajo, de tipo especializado, muchas veces en formas tercerizadas y de alcance global. Algunos lo ven como un mundo de “call centers” y centros de apoyo como empleo, pero la realidad de los datos muestra que el teletrabajo está más asociado a tareas técnicas, tecnológicas y de profesionales universitarios, y que se desarrolla más ampliamente en los países desarrollados. Ya en Luxemburgo el 15% de la población activa está inserta laboralmente en el teletrabajo. Los países que expanden la educación a distancia para los estudiantes también al tiempo han impulsado el teletrabajo docente, que es la otra cara de la moneda de las nuevas dinámicas educativas que se requiere profundizar en forma urgente. Tanto los estudiantes como los profesores pierden tiempo de viajes, y también más se benefician ambos de sus actividades mediadas por tecnologías de comunicación digitales, tanto en la enseñanza como en el aprendizaje.

En Uruguay el teletrabajo era visto como un fenómeno marginal y no era mirado como centro de la política económica, de educación y de empleo y la pandemia, entre sus positivas y necesarias derivaciones, es expandir esta nueva modalidad laboral, y nuevas formas de aprovechar las tecnologías en un mundo laboral con menos fábricas de enormes cadenas de producción en serie, sino de más trabajos en red, con más trabajos de servicios profesionales y técnicos, y con nuevos desafíos para el mundo educativo, normativo. Las resistencias ideológicas deben superarse también ante estas nuevas realidades y se necesita un nuevo marco de regulación urgente pero que no la limite y anule.

Un interesante estudio del fenómeno del teletrabajo en Uruguay, realizado por Diego Ventura en el 2017, mostraba nuestras debilidades en la materia, verificado además en el bajo peso del sector de comunicaciones, menor incluso que el promedio regional. Mientras que en Uruguay, el sector de las comunicaciones era el 1,4% del PIB, en la región el promedio regional era 50% superior al alcanzar el 2,1% del PIB, en tanto que en los países desarrollados era el 4,2%, o sea tres veces más. Y los datos muestran la alta relación entre el desarrollo económico y el uso de las tecnologías de comunicación e información.

Fuente del articulo: https://www.republica.com.uy/el-camino-obligatorio-y-permanente-del-teletrabajo-id760170/

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¿Es conveniente flexibilizar el porte de armas en Colombia?

Por: Julián De Zubiría. 

  • Durante el año en curso, Colombia volverá a decidir si ampliar o limitar el porte de armas en manos de los ciudadanos. En esta columna señalo algunos argumentos de por qué se puede prever que, si se aumenta la flexibilización en el país, muy seguramente se elevaría el número de homicidios.

Mucho menos revuelo causó el asesinato de un niño en Medellín, cuyo padre, al parecer, había robado una bicicleta días atrás. Ante el cadáver de su hijo pusieron un letrero tan cruel como inhumano: “Siga robando HP”.

Los dos casos anteriores vuelven a poner sobre la mesa un debate esencial en toda democracia: ¿Se debe flexibilizar el porte de armas o, por el contrario, fortalecer el total monopolio del Estado sobre ellas?

Un porte más libre de armas ha sido ampliamente defendido por algunos parlamentarios del Centro Democrático y del Partido Conservador; muy especialmente, por Christian Garcés, Alfredo Rangel y Juan Carlos Wills. A nivel internacional esta tesis ha contado con el total respaldo de Donald Trump, quien llegó a proponer la absurda idea de armar a los profesores para detener las frecuentes masacres en las instituciones educativas. En Brasil, Jair Bolsonaro, desde su campaña había propuesto liberalizar el porte de armas, bajo la tesis de que era lícito “matar ladrones” y que, quien lo hiciera, sería indultado.

Como puede verse, el debate sobre la flexibilización en el porte de armas, claramente marca fronteras ideológicas, éticas y políticas. Al fin y al cabo, lo que está en juego es la defensa de la vida, los derechos humanos y los principios democráticos.   La idea de los defensores de la flexibilización es muy sencilla: proponen liberar el porte de armas para que los “ciudadanos de bien”, se defiendan de los maleantes.

El término “ciudadano de bien” debería estar proscrito de la reflexión y el debate, por excluyente, clasista y segregador. Pero muy especialmente, por ser completamente falso, dado que atribuye un mejor comportamiento ético y ciudadano a quien posee mayores recursos económicos, lo cual, a todas luces es una asociación que no necesariamente se cumple. Sin embargo, la idea central del proyecto que deberá discutirse durante el año en curso, propone facilitar el porte de armas para que los ciudadanos ejerzan su defensa.

En Colombia 690.000 colombianos tienen armas amparadas. De ellos, 400.000 pueden portarlas. Así mismo, se estima que hay 3 millones de armas ilegales que circulan por las diversas regiones.

Tres argumentos principales se pueden exponer en contra de la flexibilización del porte de armas, entendiendo que, en casos muy excepcionales, es comprensible que puedan portarlas los ciudadanos cuyas vidas corran gran peligro, pero eso ya está contemplado y reglamentado en detalle por la ley. Nos interesa plantear si las excepciones deben seguir ampliándose indefinidamente, como proponen algunos políticos, y cuál sería el costo social y humano de hacerlo.

En primer lugar, al flexibilizar el porte de armas el Estado está trasladando la potestad de ejercer justicia a una muy pequeña parte de la población. En la práctica queda legalizada la pena de muerte, ya que un ciudadano que se sienta amenazado, sin ningún juicio, ni defensa, ni proceso en curso, puede disponer de la vida de quien considera que lo está amenazando. Más grave: la decisión sobre la vida o la muerte de otra persona la debe tomar en pocos segundos. Todavía más delicado: quien posee un arma tiene mayor poder de intimidación y mayor capacidad para ejercer violencia. Todos sabemos lo intimidante que puede volverse una persona que desenfunda su arma. Por tanto, seguramente la flexibilización se convertiría en Colombia en un factor que, en lugar de reducir, eleve el número de homicidios. En mayor medida, si tenemos en cuenta que somos un país acostumbrado a la muerte, muy intolerante, poco empático e insensibilizado tras décadas de violencias, mafias y conflicto armado.

¿Se imaginan cuántas de las mujeres maltratadas en Colombia, habrían terminado muertas si sus esposos tuvieran autorización para portar armas? ¿Se imaginan cuántos muertos se producirían en las calles de las ciudades del país, si en las riñas callejeras, algunos de los involucrados hubieran tenido derecho a usarlas? ¿Se imaginan cuántos hinchas deportivos habrían muerto si los hinchas de los equipos contrarios tuvieran permiso para portar armas? ¿Se imaginan cuántos reclamantes de tierras habrían sido asesinados, si los usurpadores de sus tierras tuvieran derecho a portar armas?

Preguntas todas ellas muy pertinentes en un país en el que la mitad de los homicidios son generados por alguien que conocía previamente a sus víctimas; los victimarios eran, muy posiblemente, sus esposos, sus compañeros o sus vecinos y murieron en una actividad deportiva o social acompañada, por lo general, de licor. Es tan triste que el Día de la Madre sea la fecha con mayor número de homicidios en el país. Aun así, ¿prefieren que más personas salgan armadas a la calle todos los días?

El segundo argumento es científico. Dado que esta es una medida que ya se ha adoptado en diversas regiones del mundo, es relativamente fácil saber cuál ha sido su impacto. El caso más claro de todos es Estados Unidos, país en el que de tiempo atrás en diversos estados ha sido permitido el porte, hasta tal punto, que se consiguen armas y municiones en cualquier supermercado, como muy claramente lo ilustró Michael Moore en el documental Bowling for Columbine (Premio Óscar al mejor documental largo en 2002).

Estados Unidos es un buen contraejemplo a la propuesta del porte legal de armas. Según un estudio reciente, entre 1966 y 2012 en este país se presentaron 90 tiroteos masivos. Los 90 tiroteos son cerca de un tercio de los 292 ataques que se registraron en el mundo para el mismo periodo. Sin embargo, aunque esta nación tiene el 5% de la población mundial, allí se presentaron el 31% de los tiroteos masivos. Una variable central para explicar esto, tiene que ver con su política de liberación de armas. Así mismo, en el Estado de la Florida, tras promulgarse la ley de libre porte de armas en 2005, el homicidio aumentó casi un 30 por ciento durante los años siguientes.

Investigaciones adelantadas en el mismo país, encuentran que no sólo se eleva el número de asesinatos por homicidios con un porte más flexible. También se evidencia que aumenta el riesgo de suicidios. La explicación es sencilla: es más fácil quitarse la vida si hay armas al alcance de individuos con tendencias suicidas.

Aunque el tiempo todavía es breve para conclusiones generales, en Brasil la situación al parecer ha sido similar. Bolsonaro recién posesionado, cumplió su promesa de campaña y flexibilizó el porte de armas. El Atlas de la Violencia registró el 2019 en Brasil como el año de mayor número de homicidios por cada 100.000 habitantes.

Los partidarios de la legalización harían bien en estudiar el dramático caso venezolano. Cuando Chávez llegó al poder en 1999 la cifra oficial era de 19 homicidios por cada 100.000 personas. Hoy en día, el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), estima que se multiplicó por cuatro al llegar a 79 muertos. ¿Qué pasó? Que el gobierno repartió armamento preparando a la población para una supuesta invasión norteamericana. Amnistía Internacional estima que, en un país de 29 millones de habitantes, existen 6 millones de armas distribuidas entre la población. Caracas se convirtió en la tercera ciudad más insegura del planeta y otras dos (Guayana y Ciudad Bolívar), están entre las diez más inseguras. Como puede verse, la experiencia internacional permite pensar que una mayor flexibilización, eleva la inseguridad y no la reduce, como suponen sus defensores.

El tercer argumento se puede inferir de diversos estudios y experiencias colombianas. Un estudio realizado en 2017 por la Fundación Ideas para la Paz (FIP) encontró que, incluso personas entrenadas en su uso, como los vigilantes, presentaban en Colombia y contrario a lo que presuponen sus defensores, mayor riesgo de ser asesinadas si estaban armadas.

Otro estudio de la FIP, realizado en 2019, ratifica que el uso de armas de fuego en homicidios ha disminuido en los últimos siete años en el país, cuando se restringió el uso libre de armas.  En 2010, el 81% de los homicidios se producían con armas de fuego y en 2018 el 72%. Sigue siendo muy alto, pero la tendencia es favorable.

Una experiencia significativa en esta misma dirección, se encuentra con la búsqueda del monopolio de las armas en Bogotá durante la alcaldía de Antanas Mockus. Sus medidas a favor del desarme permitieron reducir significativamente las tasas de homicidios de 72 (1994) a 51 por cada 100.000 habitantes (1997).

De todas maneras, la experiencia más importante de todas se ha vivido con el desarme de las FARC alcanzado gracias al proceso de paz durante el gobierno de Juan Manuel Santos. El mayor triunfo del acuerdo radica en la reducción sostenida de los indicadores de violencia. Es así como, entre 2012 y 2017, la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes se redujo de 34 a 24 casos en el país. Lo verdaderamente grave es que esta tendencia ha comenzado a revertirse con la llegada al poder de Iván Duque y muy especialmente desde finales del año 2019. La Misión de Observación Electoral (MOE), concluye que enero de 2020 es el mes más violento contra los líderes sociales en los últimos cinco años.

El presidente Duque afirma que defiende el desarme. Lo mismo ha dicho su Consejero para la seguridad. Ojalá se consoliden estas posiciones en la nación, ya que en una democracia le corresponde al Estado garantizar el monopolio total en el uso de las armas y de la fuerza, para que solo tengan como propósito proteger la vida, que es el más importante de todos los derechos.

En la práctica, permitir el porte de armas equivale a establecer la pena de muerte sin juicio previo. Un meme que circuló en redes lo expresaba de manera clara: “Si matar para robar es malo, pero matar al que roba es bueno, entonces lo que importa no es la vida, sino la propiedad”. ¿Eso es lo que más importa hoy en Colombia?

(*) Director del Instituto Alberto Merani y consultor en educación

Fuente del artículo: https://www.semana.com/opinion/articulo/es-conveniente-flexibilizar-el-porte-de-armas-en-colombia-julian-de-zubiria/652415

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Nuevos retos y algunos mitos en educación

Por: Moisés Wasserman.

No hay conversación sobre educación en la que no se mencionen los nuevos retos. Una actividad tan dinámica, tan exigente y tan exigida vive siempre entre reto y reto. En el subdesarrollo tenemos la condición especial (maldición tal vez) de que sin haber resuelto los del pasado, nos llegan los del futuro. Es más sexi hablar de los retos que se nos vienen; por eso, algunos optan por declararles a los viejos la caducidad por vencimiento de términos. Pero, aunque los ignoremos, ahí están.

El inmenso reto ha sido ofrecerles a todos los jóvenes oportunidades equivalentes para educarse en la ruta que escojan y para la cual tengan aptitudes. El vaso medio lleno está en que aumentamos significativamente la cobertura educativa en todos los niveles (aunque aún nos falta). En el vaso medio vacío están las desigualdades entre lo urbano y lo rural, las brechas de calidad en básica, secundaria y media entre algunos colegios privados y otros públicos, y entre urbanos y rurales. Nuestros indicadores no son buenos comparados con los de otros países, y aún hay inequidad en la educación de las mujeres. Un sector olvidado durante años es el de la edad temprana. Creíamos que la educación empieza en primero de primaria y lo de antes es juego.
Efectivamente es juego, pero el más importante de la vida.

Tenemos en el país más de 400.000 maestros. Algunos maravillosos, casi heroicos, pero otros no. Hay problemas en su formación y en la calidad de muchas instituciones que los forman. Esa noble actividad no atrae a los bachilleres con las mejores calificaciones. He ahí algunos de los retos a los que no podemos declararles la caducidad.

Hay muchas teorías sobre la nueva educación (…) Casi todas aspiran a generar en la persona autonomía y criterio, de forma que pueda continuar con un proceso de autoformación

¿Cuáles son los del futuro? Predicen que quienes se forman hoy cambiarán unas cinco veces de oficio durante la vida (no de empleo, de oficio o profesión) ¿Cómo se educa entonces a alguien hoy, para profesiones que no imaginamos? El perfil del trabajo va a cambiar, y en muchas labores seremos sustituidos por inteligencia artificial y robots. Las mejores universidades van a usarlos, otras se pondrán a pelear contra ellos. ¿Dejarán de ser importantes los títulos? Tal vez vaya a dejar de ser importante la discusión sobre su importancia. ¿Desaparecerán las universidades? ¿Se impondrá la educación en la casa, en lugar del colegio?

Hay muchas teorías sobre la nueva educación. Algunas se parecen a otras más viejas; la mayoría postulan la importancia de la formación de ciudadanos conscientes, éticos y competentes. Casi todas aspiran a generar en la persona autonomía y criterio, de forma que pueda continuar con un proceso de autoformación y tomar las mejores decisiones. Cada teoría es defendida por sus creadores como única. Todas podrían lograr el objetivo si el maestro lo tiene claro y está comprometido con él. Todas coinciden en la flexibilización de los currículos, en la autonomía del estudiante y el papel del maestro como acompañante.

Hay quien cree que la nueva formación será light, de menos esfuerzo. Se equivoca; un ciudadano moderno competente entiende las estadísticas con las que toma sus decisiones. Conoce las tecnologías que usa y sus límites. Entiende el mundo y la naturaleza. Comprende lo que los otros escriben y sabe hacerse entender. Es iluso hablar de unas competencias fofas que no están construidas sobre el conocimiento. Puede ser que regresemos a algo como el trivium y el quadrivium medievales, con otras disciplinas, pero con el criterio de formación básica que le permitirá al individuo adaptarse a los cambios, controlar su vida con sensatez y encontrar su camino, vez tras vez, en un mundo cambiante.

Y a quienes predicen el fin de los colegios y las universidades les diría con Pierre Corneille: “Los muertos que vos matáis gozan de cabal salud”.

Fuente del artículo: https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/moises-wasserman/nuevos-retos-y-algunos-mitos-en-educacion-columna-de-moises-wasserman-401470

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