Violencia colonial, continuidades y futuros por disputar

Por: Horacio Machado Aráoz**

La arrogancia del conquistador matando saberes y mundos de vida se proyecta sobre el presente extractivista y amenaza con destruir otros futuros posibles. De la explotación del Potosí a las explotaciones de los salares y humedales para la extracción de litio. El sistema exige no parar de «producir», en territorios y cuerpos, con ritmos frenéticos, establecidos por financistas, administradores del poder y científicos. Apuntes breves para un diagnóstico sobre la época.

En el principio fue la «fiebre del oro». Desmató* los bosques y sus pueblos. La arrogante «Razón» imperial se consolidó sobre el epistemicidio originario. Su obra dilecta, nació infectada de indolencia congénita. La ciencia occidental se desentendió de la vida. Le cedió los suelos a los mercaderes y las aguas, a los ingenieros. Más tarde, confió la energía a los físicos y el gobierno de la vida en común a los especialistas en finanzas, dichos “economistas”. Y así nos fue.

Ahora, de esos suelos cosechamos hambrunaspandemias y sindemias de todo tipo. Las aguas se revuelven en forma de sequías, tempestades e inundaciones crecientes. El agua y el alimento —bases de nuestras energías vitales, de nuestra salud y convivencialidad— han sido convertidos en vectores de contaminación, enfermedades, hostilidades y muerte.

Los físicos nos devolvieron la energía en forma de la más poderosa arma de destrucción masiva, incluso, con poder para exterminarnos a nosotros mismos. Y los financistas terminaron de crear los mecanismos que nos mantienen esclavizados a una maquinaria de producción destructiva presuntamente imparable. Se nos ha inculcado que esa maquinaria no se puede detener porque, en tal caso, “todo sería peor…”. Se nos dice que esa máquina tiene que seguir funcionando, creciendo y aumentando su velocidad para que, alguna vez, “resuelva” todos nuestros problemas y cure todos nuestros males. Producir, producir, producir.

Foto: Greenpeace

A medida que esta maquinaria avanza, más nos hundimos en un pozo de impotencias, sufrimiento y desesperación. Finalmente, los financistas han logrado convencernos de que nuestra “libertad” es la sujeción a semejante maquinaria… Su mandato crece a expensas de nuestras capacidades y condiciones de autodeterminación (y felicidad). Hoy estamos buscando la “libertad” en los callejones más oscuros de lo que nos esclaviza y nos oprime.

La fiebre del oro, desde el principio de desmatamento, es el combustible originario que alimenta la maquinaria. Hoy sigue explotando más a fondo las entrañas del planeta y los cuerpos. Nos ha sumido a la voracidad insaciable de los “comedores de tierra” que están provocando la “caída del cielo”, como dice Davi Kopenawa.

Esta maquinaria no sólo está asfixiando el aire que respiramosEstá colapsando la gracia en nuestras vidas. No hay vida más penosa que una vida sin gracia… Pero si no la detenemos, va a acabar hasta con la gracia misma de vivir.

*Desmatar o desmatamento es un neologismo del idioma portugués. Significa desmontar/deforestar, pero es un juego de palabras que remite a matar. El maestro Carlos Walter Porto-Goncalves nos enseñó que «desmatar es matar».

**Integrante del Equipo de Ecología Política del Sur (Citca-Conicet-UNCA)Publicado originariamente en Grupo de Ecología Política del Sur.

Fuente de la información:  Agencia Tierra Viva

Imagen:  Greenpeace

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Cerca de 1,4 millones de niños en riesgo inminente de muerte ante la hambruna que amenaza Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen, dice UNICEF

25 Febrero 2017/UNICEF

Cerca de 1,4 millones de niños podrían morir este año a causa de la desnutrición severa aguda a medida que la hambruna amenaza a Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen.

“El tiempo se agota para más de un millón de niños”, asegura el Director Ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake. “Aún podemos salvar muchas vidas. La desnutrición severa y la hambruna inminente están en gran parte causadas por el hombre. Nuestra humanidad nos exige actuar más rápido. No debemos repetir la tragedia de la hambruna de 2011 en el cuerno de África”.

NIGERIA: Este año se espera que en el noreste del país el número de niños con desnutrición severa aguda llegue a 450.000 en los estados de Adamawa, Borno y Yobi, afectados por el conflicto. La Red de Sistemas de Alerta Temprana por Hambruna (Fews Net, en inglés), que controla la inseguridad alimentaria, aseguró a finales del año pasado que el hambre se da sobre todo en zonas previamente inaccesibles del estado de Borno, así como en otras áreas a las que no llega la ayuda humanitaria.

SOMALIA: La sequía amenaza a una población ya frágil, maltratada por décadas de conflicto. Casi la mitad de la población, unas 6,2 millones de personas, se enfrentan a una inseguridad alimentaria grave y necesitan ayuda humanitaria. Se espera que unos 185.000 niños sufran desnutrición severa aguda este año, aunque la cifra podría llegar a 270.000 en los próximos meses.

SUDÁN DEL SUR: más de 270.000 niños sufren desnutrición severa en este país, sacudido por el conflicto, la pobreza y la inseguridad. Recientemente se ha declarado la hambruna en algunas partes del estado de Unidad, en el norte, donde viven más de 20.000 niños. Si no se hace nada para reducir la gravedad y la expansión de la crisis alimentaria, el número de personas afectadas por la inseguridad alimentaria podría aumentar de 4,9 millones a 5,5 en el punto álgido del periodo de escasez en julio.

YEMEN: 462.000 niños sufren desnutrición severa aguda, casi un 200% más que en 2014, debido a un conflicto que dura ya dos años.

Por ello UNICEF está trabajando con sus aliados para proporcionar tratamiento terapéutico durante este año a cerca de un millón de niños con desnutrición severa: 220.000 en Nigeria, más de 200.000 en Sudán del Sur, más de 200.000 en Somalia, 320.000 en Yemen.

Fuente: https://www.unicef.org/spanish/media/media_94893.html

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Aumenta el desplazamiento por la sequía en Somalia

África/Somalía/24 de febrero de 2017/Fuente: ACNUR

La siguiente información es un resumen de las declaraciones del portavoz del ACNUR, a quien se pueden atribuir las citas, durante una rueda de prensa en el Palacio de las Naciones en Ginebra, Suiza.

Desde noviembre, la sequía ha provocado que más de 135.000 personas se desplacen dentro de Somalia, según datos recolectados por ACNUR, el Consejo Noruego para Refugiados y organizaciones de la comunidad. Se necesitan con urgencia acciones rápidas y sustanciales, así como los fondos adecuados para evitar la hambruna y que se repita una situación como la de 2011, donde cerca de 250.000 personas murieron, teniendo más de la mitad, cinco años o menos.

De acuerdo con autoridades en Puntland, más de 20.000 familias se han movido a la región de Bari. Y 1.638 necesitan asistencia de emergencia en la ciudad norte de Galkayo.

Las personas están huyendo de sus hogares debido a la sequía, el aumento en los precios de la comida, los pronósticos de clima seco, y la continua inseguridad, y se están yendo a las zonas urbanas. Estas incluyen Mogadiscio y la ciudad de Baidoa. El Gobierno busca brindarles ayuda a las personas en sus distritos para evitar que realicen los largos y peligrosos viajes a pie en busca de ayuda.

Ha habido reportes de muertes y enfermedades, a pesar de que no están generalizadas. El domingo, recibimos reportes de 38 muertes debido a razones relacionadas con la sequía en la región de Bakool, en el sur de Somalia. Los casos médicos incluyen a personas con malnutrición severa, especialmente en niños, diarrea y cólera.

Por medio de una respuesta interagencial, ACNUR y sus socios trabajan para mitigar un deterioro que lleve a la hambruna. Esto incluye abordar la creciente malnutrición, limitar el desplazamiento, y contener los brotes de enfermedades y mejorar la protección.

Hemos empezado a ayudar a las personas desplazadas en las áreas más afectadas, Puntland y Somalilandia en el norte y las zonas de Pay y Bakool. Esto ha incluido la provisión de albergue de emergencia y de artículos de ayuda para miles de personas a través del fortalecimiento del monitoreo de protección.

Se han enviado cerca de 1.000 kits de ayuda a las familias afectadas por la sequía en Mudug (Puntland), y se están llevando a cabo las preparaciones para distribuir 1.500 kits en Bari (Puntland) y hacer llegar camiones de agua a las zonas de Somalilandia. ACNUR también brinda ayuda de albergue y distribuye artículos de ayuda en Bari, Nugal (Puntland) y Sanaag (Somalilandia) Galkayo y Garowe.

La sequía también está provocando que algunas personas huyan del país. Desde inicios de año, más de 3.770 somalíes recién llegados fueron registrados en Melkadida, Etiopía, y se ha reportado que cerca del 75 por ciento de los niños refugiados sufren de malnutrición aguda. Hasta el momento no se han reportado movimientos sustanciales hacia Kenia.

La sequía llega mientras el ACNUR continua su programa de repatriación voluntaria para refugiados Somalíes en el complejo Dadaab en Kenia, el cual ha llevado a casa a más de 49.985 personas desde diciembre de 2014. ACNUR está informando a las personas del campamento sobre la sequía, pero hasta el momento no parece haber mayor efecto en los retornos.

ACNUR y otras organizaciones humanitarias están mejor preparadas para dar respuestas, en comparación con 2011, pero las necesidades de financiamiento son urgentes. Para el periodo entre enero y junio se necesitan $825 millones de dólares, pero se han comprometido $100 millones.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/aumenta-el-desplazamiento-por-la-sequia-en-somalia/

Imagen: www.acnur.org/fileadmin/_processed_/csm_02.2017.21_Somalia_7a960ebf1f.jpg

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Estados Unidos, cien años de exclusiones

Por: Anahín Rubin

Estos primeros días de la presidencia de Donald Trump están marcados por políticas de persecución contra refugiados e inmigrantes indocumentados, así como respuestas de miles de personas repudiando estas políticas.

Lo asombroso es que poco se menciona el largo historial de estas políticas xenófobas que ha implementado Estados Unidos a lo largo de más de 100 años. En este artículo recordamos fechas claves, cuando se prohibía la entrada a inmigrantes que huían de guerras, hambrunas y persecuciones ideológicas.

El testigo que registró parte de esta historia fue la isla Ellis Island, ubicada entre Nueva York y Nueva Jersey. Ahí se estableció un Centro para la llegada de inmigrantes que abrió sus puertas el 1 de Enero de 1892 y hasta 1954 vio pasar a más de 12 millones de personas de diferentes países del mundo; que guardaban en sus valijas la secreta ilusión de llegar a la tierra prometida; el lugar donde todos los sueños se cumplían. Aunque penosamente para muchos, transformado en pesadilla.

Tres leyes marcaron el destino de miles que debieron atravesar exámenes, humillaciones y maltratos en sus intentos de ingresar a Estados Unidos.

En 1917 se firmó el Acta de Inmigración, (Inmigration Act, en sus siglas en inglés),que imponía a los inmigrantes un examen de escritura y lectura; el que no lo pasaba no podía ingresar al país; tampoco aceptaban personas con problemas físicas y psicológicas o las que eran consideradas una carga económica para el estado .El tema político, también era una razón importante para la exclusión ; así anarquistas y comunistas eran rechazados acusados de ser «amenazas’’, para el país que «generosamente’’ les abría sus puertas.

Estas prohibiciones fallaron con el tiempo y en 1921, se implementó una nueva Regulación de Cupos de Emergencia, (Emergency Quota Act en sus siglas en inglés), que restringía la inmigración al 3% del total de inmigrantes que vivían en el país en 1910. Cuando esta regulación resultó insuficiente, se aplicó el Acta de Johnson Reed, (Johnson Reed Act, en sus siglas en inglés) en 1924, la más restringida de todas estas leyes, que imponía una cuota del 2 % de todos los inmigrantes que habitaban esta tierra, desde 1890.

En 1920, el Congreso escribió un reporte recomendando «una suspensión temporaria a los inmigrantes’’, basado particularmente en ciudadanos polacos de origen judío.

«Es imposible estimar que clase de inmigrantes viene de esa zona del mundo, hay que usar todo tipo de cuidado para mantener fuera a este tipo de indeseables’’, mencionaba dicho reporte.
Entre las escusas para rechazarlos mencionaban que podrían ser quintas columnas del nazismo.

Como consecuencia, muchos de ellos tuvieron que ingresar ilegalmente al país, con documentación falsa, así lo menciona el historiador Libby Garland en su libro« After They the Closed the Gates’’.

En las próximas décadas cercanas a la Segunda Guerra Mundial, miles siguieron siendo excluidos, deportados y tuvieron que volver a Europa, donde fueron asesinados por el nazismo.

Recién en 1948 el Congreso, pasó una Regulación para Personas Desplazadas, (the Displaced Persons Act en sus siglas en inglés), que permitió al país abrir las puertas a mayor cantidad de inmigrantes

En estos tiempos, que retornan las políticas xenófobas con más fuerza, los «indeseables’’ son otros, musulmanes, latinos; desplazados de sus países por la política de Estados Unidos con sus intervenciones militares, económicas y políticas.

No empezaron estas persecuciones con Donald Trump; son 100 años de expulsión y discriminación. Demócratas y Republicanos comparten en este sentido una misma línea ideológica.

«América y sus intereses, siempre primero’’.

Fuente: http://www.telesurtv.net/bloggers/Estados-Unidos-cien-anos-de-exclusiones-20170202-0001.html

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