Heroínas

Por: Olivia Muñoz-Rojas.

Mujeres luchadoras como Malala, Ocasio-Cortez y Carola Rackete son un ejemplo para las generaciones más jóvenes

Resulta un tópico recurrente decir que es la hora de las mujeres y los jóvenes. Pero no faltan motivos para pensar que, efectivamente, los héroes de nuestra época, tanto en la realidad como en nuestro imaginario, son heroínas que son, además, en su mayoría, jóvenes. Desde Malala hace unos años hasta Alexandria Ocasio-Cortez y Greta Thunberg en la actualidad, pasando por Carola Rackete y Megan Rapinoe; las grandes causas de nuestro tiempo —la igualdad entre mujeres y hombres, la lucha contra el cambio climático, contra el racismo y por la libertad sexual— son defendidas con autoridad, carisma y fuerza renovada por ellas. Constituyen un germen de esperanza en medio de la desoladora inercia social y política, incluso regresión, que observamos frente a retos en los que nos jugamos mucho como especie.

El 12 de julio de 2013, Malala, que cumplía 16 años ese día, conmovió al pleno de Naciones Unidas con un discurso sobre el poder de la educación frente al integrismo religioso. “El poder de la educación les asusta; el poder de las mujeres les asusta”, dijo, en referencia a los talibanes que, unos meses antes, le habían disparado en la cabeza, perforándole el cráneo, pero, milagrosamente, no el cerebro. Un lustro más tarde, en diciembre de 2018, Greta Thunberg, a punto de cumplir 16, se dirigía a los asistentes a la cumbre de Naciones Unidas sobre el clima en Katowice en un discurso más breve y duro sobre las consecuencias de la inacción política respecto del cambio climático. “Ustedes dicen que aman a sus hijos por encima de todo y, sin embargo, les están robando su futuro delante de sus propios ojos”. Aunque, auguraba Thunberg, “el cambio llegará, lo quieran ustedes o no”. Si bien la joven activista sueca no recibió la calurosa ovación que recibió Malala, el impacto de sus palabras no fue menor.

En Estados Unidos, el liderazgo de Alexandria Ocasio-Cortez surgió con fuerza en el seno del Partido Demócrata hace algo más de un año cuando ganó las primarias en el Estado de Nueva York y, posteriormente, el escaño al Congreso por ese mismo Estado en las legislativas de noviembre. Nacida en una familia humilde de origen puertorriqueño, la joven de 29 años se convertía en la congresista más joven de la historia, rompiendo estereotipos raciales, de género y clase. Impulsora del Green New Deal, comparte con Thunberg su profunda preocupación por el cambio climático. En un reciente intercambio entre ambas en The Guardian, destacaban la virtud de su juventud: “Como jóvenes, no estamos tan acostumbrados al sistema y no decimos ‘siempre ha sido así, no podemos cambiar nada”, argumentaba la activista sueca. “Siempre he dicho que la juventud es una forma de pensar”, le respondía la congresista estadounidense.

Han abrazado las grandes causas de nuestro tiempo: la igualdad, la lucha contra el cambio climático o el racismo y la libertad sexual

En las últimas semanas, han sido noticia, de manera simultánea y por motivos distintos, Carola Rackete, la capitana alemana del navío de la ONG Sea Watch 3que transportaba 40 migrantes en el Mediterráneo, y Megan Rapinoe, la cocapitana del equipo femenino de fútbol de Estados Unidos. La primera, de 31 años, por su decisión de desembarcar a los migrantes en el puerto italiano de Lampedusa por razones humanitarias a pesar de la negativa del Gobierno de ese país que procedió a su detención. La segunda, de 34, por su guerra de palabrascon el presidente Trump por su negativa a pisar la Casa Blanca si ganaba la selección estadounidense el Mundial femenino.

Más allá de estos titulares, ambas mujeres cuentan con años de actividad profesional y activismo a sus espaldas. Rackete, licenciada en Ciencia Náutica y Transporte Marítimo, trabajó en misiones medioambientales en el Ártico antes de unirse a las labores de rescate humanitario en el Mediterráneo. Rapinoe lleva años luchando contra la discriminación del deporte femenino y por una remuneración igual a la del masculino. Pareja de la jugadora de baloncesto Sue Bird, es miembro activo de varias organizaciones LGTBI.

Mujeres preparadas, luchadoras, seguras de sí mismas. De actitud serena, pero determinada, son un ejemplo para todos y, especialmente, para las generaciones más jóvenes y, entre ellas, las niñas. No tienen miedo de enfrentarse al poder, en su forma más concreta o abstracta, porque saben que les asiste aquello que llamamos solemnemente la verdad y la justicia”. “Me siento segura de todo aquello que digo”, respondía Rapinoe al ser preguntada por el revuelo de sus palabras sobre Trump, y añadía: “Y me siento cómoda y con confianza para lidiar con [las consecuencias]”.

Fuente de la reseña: https://elpais.com/elpais/2019/07/11/opinion/1562855121_892586.html

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Emancipadas y emancipadoras. Las mujeres de la Independencia del Perú

Por: Manos Alzadas/20-03-2019

La exposición surge como una investigación sobre las mujeres que participaron activamente en la gesta independentista y que han sido invisibilizadas hasta ahora en los relatos oficiales sobre la Independencia del Perú. Curaduría a cargo de la comunicadora y antropóloga visual Karen Bernedo y participación de más de una decena de artistas y cada una de ellas aborda la vida y obra de una heroína, que después es plasmada en una obra artística.

 

En palabras de Karen Bernedo: “Es el ánimo de esta exposición poner estos relatos invisibles en escena, reconstruir la visualidad casi inexistente de estas mujeres desde el presente y desde la voz de artistas y estéticas contemporáneas, ser capaces de recrear una otra visualidad e imaginario sobre nuestra propia historia”.

Desde diferentes técnicas como la ilustración, la pintura, el bordado, la fotografía, la performance entre otras, las artistas se han aproximado a la historia de las heroínas y están repensando su representación, visibilizando heroínas olvidadas dentro de la historia del Perú.

Heroínas y artistas

14 mujeres artistas interpretan visualmente a heroínas, así como episodios de nuestra historia en la que ellas son protagonistas.

Qarla Quispe, fundadora de Warmichic, proyecto que busca la reivindicación de las polleras convirtiéndolas en un símbolo de identidad. Ha confeccionado para la exposición una pollera donde nos cuenta la historia de la Cacica de Acos,Tomasa Tito Condemayta (Cusco, 1750), descendiente de la nobleza inca, quien participó activamente en la revolución de Túpac Amaru II, organizando la “brigada de mujeres soldados”.

El trabajo de Carolina Estrada gira en torno a la identidad, la interculturalidad, la migración, el cuerpo social, las estéticas de culturas originarias. Estrada ha trabajado sobre la Caravana de la muerte, caminata forzada de cuatro meses realizada por descendientes de Túpac Amaru y Micaela Bastidas como castigo ejemplar por apoyar la rebelión.

La serie de fotografías Las Patriotas, desarrollada por Pilar Pedraza y Karen Bernedo, propone entablar un diálogo y una continuidad entre las heroínas de nuestro pasado histórico, protagonistas de las gestas de la independencia y las mujeres del presente; heroínas y luchadoras del cotidiano. En ese sentido, la serie reúne activistas, obreras, educadoras y estudiantes que resignifican el sentido de independencia, entendida ésta como las batalla por la autonomía y la igualdad en el Perú.

Manuela Sáenz fue una patriota activa de la gesta independentista de Ecuador, Perú y Colombia, participó junto a Bolívar en muchas de las campañas libertadoras y en una ocasión le salvó la vida (1828), lo que le valió el apelativo de Libertadora del libertadorLici Ramírez toma esta figura y la lleva a un traje intervenido con ilustración y bordado (blusa y pollera).

María María Acha utiliza la ilustración para mostrarnos a una mujer que Ricardo Palma bautizará como “La Protectora” en Las Tradiciones Peruanas: Rosa Campusano, fue una de las espías patriotas más audaces, tapada de pies a cabeza con un solo ojo descubierto, recorría la ciudad repartiendo propaganda independentista. Fue nombrada Caballeresa de la Orden del Sol por los servicios prestados a la causa libertadora.

 Liliana Ávalos, a través de la serigrafía/charolin y bordado del Valle del Mantaro/pana,nos presenta la historia de las heroínas Toledo: Cleofé de Toledo, María e Higinia Toledo, madre e hijas respectivamente fueron condecoradas con la  medalla de “Vencedoras”  y con la “Banda Patriótica” por el general José de San Martín por haber reunido a 80 hombres para impedir el paso de las fuerzas realistas al mando del General Valdez a la Concepción (Junín), quien pretendía concentrar sus fuerzas en dicho lugar.

Las heroínas a las que la exposición rendirá homenaje, además de las ya mencionadas, son Micaela Bastidas, Ventura Ccalamaqui, Brígida Silva de Ochoa, María Parado de Bellido, Paula Huamán, Eufrasia Ramos, Ana de Tarma, Bartolina Sisa y las condecoradas por la Orden de Sol por el general José San Martín por sus servicios prestados a la patria.

Inauguración: jueves 7 de marzo, 19:30 h en el Centro Cultural de España

Del 7 de marzo al 30 de abril

Curaduría: Karen Bernedo.

Artistas: Qarla Quispe, Susana Torres, Lici Ramirez, María María Acha-Kutscher, Kelly Cuyubamba, Venuca Evanán, Pilar Pedraza, Gabriela Flores, Alexandra Torres, Liliana Ávalos, Nancy Viza, Kely Alfaro, Carolina Estrada y Eliana Otta.

Foto de portada: “Todas las Tomasas” (detalle) de Carla Quispe

Fuente de la Noticia: http://manoalzada.pe/feminismos/emancipadas-y-emancipadoras-las-mujeres-de-la-independencia-del-peru

Fuente de las imágenes: http://manoalzada.pe/feminismos/emancipadas-y-emancipadoras-las-mujeres-de-la-independencia-del-peru

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Seis libros de ciencia ficción feminista para no perderte en el Universo

Por: Laura L Ruíz

Viajes interestelares, mundos imposibles, aventuras marcianas… Ciencia ficción… ¿Cuántas veces tienen como protagonistas a personajes femeninos? Y en el caso de que los tengan, ¿lo hacen sin sexismo? Nos enfundamos la escafandra espacial y arrancamos nuestra nave galáctica rumbo a las estrellas para conocer a escritoras como Lola Robles, editoras como las de Crononauta y heroínas como Binti que nos desvelen el misterio de la existencia de una ciencia ficción feminista.

Antes de cargar nuestra arma y apuntar hacia las estanterías de las librerías, debemos saber un poco más que buscamos. Por eso recurrimos a una escritora veterana y a una editorial joven, pero con mucho en común. La primera parada será en Lola Robles, filóloga “feminista, pacifista y queer”, como ella misma se define, con numerosos textos a sus espaldas y a quien probar diferentes temáticas y formatos no le da miedo. Títulos como Flores de metal (Equipo Sirius, 2007) o El árbol de Sefarad (Cerbero, 2018) son solo dos ejemplos, a los que completaríamos con El Informe Monteverde, que será reeditado en los próximos meses. Como muchas expertas en la temática, Robles asegura que estamos viviendo “un momento muy prometedor” para la ciencia ficción y nota la diferencia entre el ambiente que se vive ahora y el que se vivía en 1999, cuando se publicó su novela La rosa de las nieblas (Sequitur). “Hay muchas lectoras de más edad que han ido perdiendo el miedo a la ciencia ficción y comprobando que puede gustarles mucho. Y han aumentado de manera muy clara las lectoras jóvenes, eso es fundamental, porque es imprescindible leer ciencia ficción para escribirla”, explica.

Con ese espíritu, el de disfrutar de otras realidades, surgió Crononauta, una editorial recién puesta en marcha que como primer misión ha tenido la de traducir la laureada novela de Nnedi Okorafor Binti. “El proyecto surgió de la indignación por no encontrar las obras que queríamos, incluso de autoras consagradas y tener que perder horas y horas buscando libros de segunda mano por todas partes, sabiendo que muchos de estos libros ni siquiera se habían traducido o reeditado”, comenta Elena Lozano, una de las tres personas que han creado esta editorial que reivindica “la literatura de género con perspectiva de género”. “No nos preguntábamos solo por qué no veíamos a las autoras en las librerías, sino algo más. ¿Por qué los personajes son siempre estereotipos manidos y poco realistas? ¿Por qué todos los mundos distópicos están situados en el mismo tipo de localización? ¿Qué ocurre con el resto del planeta? ¿Nadie escribe sobre esto?”.

Con estas interrogaciones llegamos a uno de los puntos más críticos de nuestro viaje interestelar: ¿Es suficiente con que esté escrita por una mujer o que tenga protagonistas mujeres para ser considerada una obra feminista? “Claro que no, puede haber autoras no feministas y autores que sí lo sean. Para que una obra de ciencia ficción o de cualquier otro género sea feminista se necesita, en primer lugar, saber qué es el feminismo, no lo que se dice muchas veces por ahí sobre el feminismo y que está lleno de prejuicios. Se necesita una mirada crítica y no acomodaticia. Y si es posible, no demasiado rígida tampoco, ni siquiera cuando se es feminista, porque tenerlo todo demasiado claro también es muy peligroso”, contesta Lola Robles.

Esa mirada nos hace ver que aventuras como Star Wars: Episodio VII – El despertar de la fuerza o la exitosa Wonder woman son un paso adelante para tener mujeres como protagonistas, pero siguen sin pasar el test Bechdel -donde hay que superar las tres pruebas: debe haber más de dos personajes femeninos, que hablan entre ellas en algún momento y que su conversación trate de algo más que de hombres- o desmarcarse del conocido como principio Pitufina, donde se coloca un único personaje femenino en medio de un elenco masculino, como en Los Cuatro Fantásticos o The Big Bang Theory.  

Acostumbrados a esta ficción, ¿habrá miedo de acercarse a literatura con mirada feminista? “No pensamos que exista ese miedo o prejuicio”, comenta Lozano. “El problema no es la ciencia ficción, sino los ambientes tóxicos que se pueden encontrar. Conocemos a chicas que han ido a convenciones de este tipo y te pueden contar historias muy tristes sobre su experiencia y cómo las han tratado. Afortunadamente, el panorama está cambiando; hay personas que están enfrentándose a la concepción clásica de que la ciencia ficción es de chicos y están diciendo: aquí estamos, y desde hace mucho tiempo”.

Uno de los auges (y demanda) de esta mirada también surge del momento tan activo y productivo que vive la sociedad que busca igualdad. Y la ciencia ficción es un canal poderosísimo para visualizar sociedades distópicas/utópicas en cuanto a igualdad de género se refiere. “La ciencia ficción permite tanto realizar críticas a la realidad actual como proponer alternativas a esta. Es uno de los géneros que mejor lo permite. Yo creo que por eso está ahora más de moda, porque se ha descubierto su enorme potencial”, resalta Robles. Y para eso está Crononauta manos a la obra, para que la pescadilla que se muerde la cola -esa que dice que sin demanda no hay oferta y al revés- no exista: “Dando visibilidad suficiente a este tipo de obras conseguiremos que el público quiera leer literatura de género más diversa. Por suerte, estamos cerca de un momento generacional donde estas preocupaciones comienzan a tener presencia y hasta los grandes poderes mediáticos se han dado cuenta e intentan apropiarse de discursos feministas para hacer negocio. Aquí, más que un negocio, queremos dar una alternativa al margen de la especulación que nos espera”.

Justo antes de aterrizar con nuestra nave, miramos al futuro. ¿Sobre qué temática se espera que verse la ciencia ficción con mirada feminista? “Yo profetizo muy mal”, adelanta la escritora Lola Robles, “pero espero que se hable de ecología y cambio climático, de la maternidad tecnológica o la ectogénesis, de inteligencias artificiales, de nuevas formas de enfrentarse al capitalismo…”. Por su parte, Crononauta tienen pensado editar en los próximos meses la segunda y tercera parte de Binti y la novela también de Okorafor Who fears death (Quién teme a la muerte). De todos modos, no todo va a ser Okorafor; tenemos más proyectos en la recámara, de otras autoras españolas e internacionales, pero que no podemos divulgar aún por cuestiones contractuales. En verano podremos decir más”.

Esperaremos, como no puede ser de otra manera, leyendo. Aquí van seis recomendaciones para este viaje a la ciencia ficción feminista:

Los desposeídos’. Ursula K. Le Guin. Booket-Minotauro. 

Se trata de una utopía y una distopía, al mismo tiempo. Los desposeídoshabla por contraste del mundo de los Urras y los Anarres. Estos últimos viven en un territorio de recursos limitados, un exilio en la Luna que da lugar a una sociedad anarquista donde todo es de todos y la solidaridad es ley. Por contra, los Urras representan la evolución de la sociedad humana hacia el capitalismo más salvaje. Aunque el protagonista es un hombre -que vivirá el contraste entre ambos mundos- deja clara la visión feminista de la autora con el tratamiento diferencial de las mujeres en uno y otro mundo. LA californiana Ursula K Le Guin, que murió el pasado enero, logró mucho éxito y premios con este y otros títulos, como La mano izquierda de la oscuridad o El nombre del mundo es bosque.

Binti’. Nnedi Okorafor. Crononauta.

Binti no solo es la primera himba a la que se le ha ofrecido una plaza en la mejor universidad del Universo (Oomza Uni), sino que se enfrenta al recelo de su familia por marcharse y el de otros seres de la galaxia por ser diferente. Huyendo de los estereotipos -no solo sexistas, sino también de los belicistas tan habituales en la Sci-Fi-, Okorafor nos presenta a una heroína sin pretenderlo que desmontará la forma en la que muchos afrontarán una aventura como esta. Ingredientes muy poco comunes -una protagonista africana, las matemáticas como arma y la tradición como superpoder- para una novela que ha cosechado éxito de reconocimiento (premio Hugo en 2016, un Nébula en 2015 y nominada al Locus), además de lectura. “Hemos tenido que encargar una reimpresión, cuando creíamos que íbamos a tardar años en venderlo todo”, comentan desde Crononauta, quien han contado con la fantástica traducción de Carla Bataller.

‘Matriarcadia’. Charlotte Perkins Gilman. Akal.

Seguro que muchos siguen sin entender cómo es vivir en un mundo en el que te discriminan solo por tu género. Pues bien, es de obligada lectura para ellos Matriarcadia. Se trata de un mundo utópico donde solo existen mujeres, conviven de forma ordenada y pacífica… hasta que llegan tres hombres. Sus diversos caracteres hacen que cualquiera, mujer u hombre, pueda ponerse en la mirada de uno de ellos y reflexione sobre la sociedad en la que vive. Sobre todo en la estadounidense. Una visión transversal feminista (sobre la maternidad, la muerte, el amor, las relaciones como sociedad) que aunque pueda parecer un argumento moderno, se escribió en 1915. Con la aparición de Herland (título original en inglés), Perkins se convirtió en la gran precursora de la ciencia ficción con perspectiva de género y activista por los derechos de las mujeres.

El cuento de la criada’. Margaret Atwood. Ediciones Salamandra.

Poco se puede contar ya de lo que la distopía protagonizada por Defred, pero por si hay alguna despitada o despistado en la sala lo haremos. Se trata de una ficción donde la fertilidad ha decrecido y la maternidad es una cuestión de Estado. Tanto que las “criadas” son mujeres con capacidad de reproducirse al servicio de ciertas familias en puestos altos en la jerarquía social. Aunque en las primeras líneas puede parecer que se trata de un tiempo pasado, pronto se hace el escalofriante descubrimiento de que es un futuro posible. La política del miedo al terrorismo da credibilidad a las leyes que hacen que una sociedad como la actual acabe en la reflejada por Atwood. Quizá es una de las razones por la que esta novela de 1985 ha triunfado más de 30 años después y esté en boca de todo el mundo (sobre todo tras el reciente estreno de la segunda temporada de su versión en serie de televisión de HBO).

‘Houston, Houston, ¿me recibe?’. James Tiptree Jr (Alice Sheldon).

Se trata de uno de los libros que deberían ser un referente, pero cuesta encontrar más allá de su edición de los años 90. Con un argumento muy similar a Matriarcadia, la historia que nos propone Tiptree tiene un transbordo y un desarrollo totalmente diferentes. También tres astronautas son absorbidos por un agujero negro que les traslada al futuro. Un futuro donde por una enfermedad los hombres han dejado de existir y solo hay mujeres. Como una contraposición a Hijos de los hombres (aunque esta novela es anterior, de 1975), esta nueva realidad (que no planeta) ofrece un mundo con pocos avances tecnológicos, pero con una convivencia pacífica. Como buena distopía, tiene mucho que esconder… Un detalle más: James era realmente Alice, pero decidió empezar a firmar con seudónimo masculino para que se le tomara en serio (y no cuestionaran a sus personajes femeninos y masculinos). ¿Nos suena?

La escritora Nnedi Okorafor, autora de Binti.

La escritora Nnedi Okorafor, autora de Binti.

El Informe Monteverde’. Lola Robles. Crononauta.

Y rematamos las recomendaciones con un libro que ya tiene un tiempo pero vuelve a editarse con mucho cariño. Rachel Monteverde se enfrenta al encargo que le hace la Sociedad para el Estudio de las Lenguas Interestelares de investigar el planeta Aanuk, un lugar remoto habitado por dos especies totalmente diferentes: los fihdia y los aanukiens. La dificultad de relacionarse entre ellos, de entender sus lenguas y sus relaciones hará que el informe final de la investigadora cambie la percepción de los vínculos humanos para todos. Esta novela huye del relato fácil lineal y combina los materiales que la investigadora realiza (entrevistas, notas, el cuaderno personal) para que construyamos en nuestra cabeza un mundo entero. Se trata de una reedición del El Informe Monteverde –que fue publicado por primera vez en EEUU- y que sale a la venta la próxima semana con una ampliación de la propia autora y unas magníficas ilustraciones de Marina Vidal.

Fuente: https://elasombrario.com/seis-libros-ciencia-ficcion-feminista/
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