Page 4 of 4
1 2 3 4

¿Por qué los castigos a niños no sirven para nada?

España/Julio de 2016/Familia

Entrevista con Olga Carmona

Hace 50 años se castigaba mirando contra la pared, con orejas de burro o incluso sosteniendo libros en cada brazo. De un tiempo a esta parte la moda es obligar al niño a sentarse a pensar. ¿Ha cambiado mucho el cuento?

En la filosofía de base no, en la forma afortunadamente sí. Nuestra sociedad evoluciona hacia leyes más civilizadas, democráticas y respetuosas con los derechos humanos y hoy por hoy, muchas formas de castigo que se usaban antes serían constitutivas de delito. Sin embargo, las sociedades cambian antes sus leyes que sus mentalidades. Hacen falta varias generaciones para erradicar una forma de pensamiento. Hoy se utilizan formas de castigo menos aversivas pero cuya base de que el castigo es educativo, que el adulto es superior, que el castigo transmite autoridad, que la disciplina sólo puede conseguirse a través de éste y que si no sometemos convenientemente a los niños, serán sujetos desadaptados y peligrosos. Creencias que dibujan el perfil de una sociedad profundamente adultocentrista, que lleva siglos instalada en el paradigma del premio y el castigo como únicos vehículos de aprendizaje y cambio.

 ¿Qué le parece la silla o el rincón de pensar?

Es una técnica punitiva, se trata de una expulsión o aislamiento del niño sin dotarle de ningún tipo de herramienta para que aprenda a gestionar el conflicto. Un niño no sabe pensar si no es guiado y acompañado con un adulto y desde luego, nadie puede pensar inundado de ira o de frustración. Es un castigo maquillado que no aporta absolutamente nada. Aislar e ignorar física y afectivamente a un niño no educa. Por el contrario, contenerle, ayudarle a calmarse (respiración, frasco de la calma, un cojín preferido, un abrazo si se deja, un cuantas carreras…), para después guiarle hacia una reflexión sobre lo ocurrido y tratar conjuntamente de encontrar una mejor manera de hacer las cosas, sí educa. Porque no se trata sólo de decirle lo que no es correcto, sino de mostrarle caminos alternativos al mal comportamiento. Incluso pueden utilizarse recursos como teatralizar la situación con las nuevas estrategias para que “ensaye” su puesta en marcha, o darle al botón imaginario del retroceso para tener la oportunidad de esta vez, hacerlo bien. Ellos necesitan saber cómo y es nuestra responsabilidad ayudarles. No expulsarles.

Hacerlo como usted indica, ¿qué aporta en ese niño?

Conseguir personas empáticas, respetuosas y capaces de gestionar los conflictos, a no ser personas sumisas y resentidas incapaces de conectarse con sus propias emociones y mucho menos con las de los otros. Uno no puede dar lo que no tiene y no puede ofrecer lo que no sabe.

Deme argumentos para no castigar a un niño de infantil y/o primaria

El primero y más esencial de todos es por razones éticas universales: cuando castigamos a un niño pequeño atentamos contra su dignidad como persona. Los castigos, sean de la índole que sean, tienen un componente de sometimiento y humillación. Se impone por la fuerza la voluntad de un ser humano sobre otro, que es, además, más débil.

Pero es que, además está suficientemente demostrado que el castigo no modifica la conducta a largo plazo, no educa, deteriora el vínculo entre el niño y el adulto, genera resentimiento, conductas evitativas, y violencia. Fragiliza una autoestima en construcción, genera ansiedad y miedo, y perpetúa el modelo anacrónico, simplista e ineficaz de educación que ya no defenderían ni los conductistas más radicales. Se trata de un modelo aprendizaje que corresponde al siglo pasado y experimentado inicialmente con animales, para generalizarlo después al comportamiento humano.

Muchos lo defienden porque así el niño deja de hacer aquello por lo que se le castiga…

Pero no porque realmente haya interiorizado las razones por las cuales no debe hacerlo, sino por miedo y por evitar el castigo. Luego el castigo no produce un aprendizaje de los valores que pretendemos inculcar. Es una enorme paradoja, porque cuando se les pregunta a los padres qué quieren para sus hijos, la mayoría responde que sean buenas personas y que sean felices.

Y castigando, ¿no se consigue?

Queremos educar personas con criterio, con valores, empáticas y respetuosas, capaces de defender su espacio sin invadir el de los otros. Esto sólo se consigue cuando la motivación es intrínseca, es decir, cuando hacemos las cosas porque creemos que deben ser hechas, no porque temamos las consecuencias externas. Se trata de construir cimientos sólidos desde dentro, no convertir a nuestros hijos en marionetas manejadas por la aprobación o desaprobación del entorno.

Un niño de 3 años no quiere dormir la siesta en el colegio y por ello molesta a los demás. ¿Sugiere castigo ejemplar o llevárselo a otra parte?

Sugiero revisar la competencia académica y profesional de una profesora que castiga a un niño de 3 años, haga lo que haga. Si no encuentra más alternativas que el castigo, entonces probablemente no merece ocupar semejante responsabilidad. Sugiero respetar la decisión del niño de no dormir y ofrecerle opciones de acuerdo a su edad que equilibren el descanso de los otros y su no necesidad de hacerlo. Lo que desde luego no es admisible es que el niño se convierta en el chivo expiatorio de la incompetencia de algunos profesores y de un sistema que premia el comportamiento de la mayoría y castiga a los que no quieren o no pueden engrosar la media estadística. Estamos educando, no adiestrando.

¿Sirve de algo castigar? ¿Aunque ese algo sea negativo?

Para deteriorar la relación entre el adulto y el niño, para aprender a someterse a alguien con más poder, para introyectar que el error es malo, para conectarles con el resentimiento, para no gestionar las verdaderas razones por las que se han comportado mal y para empezar a normalizar la violencia y las relaciones de poder como la manera natural de relacionarse.

Persiste el pensamiento colectivo que asegura que si no hay disciplina estamos convirtiendo a los niños en unos tiranos. ¿Es eso cierto?

El camino más rápido para convertir a un niño en tirano es sometiéndole y humillándole. La historia es contundente ilustrándonos con montones de ejemplos de niños que fueron educados de forma rígida y punitiva. Hitler es uno de ellos.

No castigar a un niño no significa no educarlo. Hablamos de educar desde una óptica que respeta su dignidad, pero que pone límites. Autoritarismo no es lo mismo que autoridad. El autoritarismo es abuso de poder mientras que la autoridad se gana, desde la integridad y la coherencia.

Ahora bien, si convenimos en que disciplina es que un niño obedezca a lo que se le ordena, que haga todo aquello que esperamos de él, que no cometa errores, que nunca se comporte mal, que cumpla en definitiva con las expectativas que los adultos le hemos puesto en la espalda y en el alma, entonces hablamos de sumisión y de despersonalización, no de adaptación.

¿Por qué los niños de infantil siempre tienen ganas de aprender y según van cumpliendo años hasta llegar a secundaria se van cayendo en el interés llegando al fracaso escolar?

El niño es un ser inteligente y curioso con una tendencia innata a experimentar y a tratar de comprender lo que le rodea, gracias a eso hemos sobrevivido como especie. La escuela actual es un producto decimonónico, escasamente revisado, anclado en un pensamiento encorsetado y fijo que prioriza el resultado antes que el proceso, que penaliza la creatividad y el error y que no respeta la individualidad y modo de aprendizaje de cada niño.

La escuela de hoy (con escasas y benditas excepciones) consiste en una repetición absurda de datos, la mayoría de poca o ninguna utilidad práctica que encorseta a todos los niños como si fueran iguales, que penaliza el error y que castra o ignora la creatividad vivenciándola como molesta o excéntrica. Cuando los niños, especialmente los más inteligentes, lo perciben, se desmotivan. Y lo que es peor, pierden el interés por aprender, lo que a mi modo de ver y entender la infancia, es una castración en toda regla.

¿Alguna sugerencia para sobrellevar al niño díscolo de la clase?

La única manera es a través del vínculo, ofreciéndole formar parte de los acuerdos, dándole responsabilidad y dejándole que experimente las consecuencias de un mal comportamiento, que no es lo mismo que un castigo.

¿El conductismo es el rey? ¿Por qué?

Porque es efectista, es decir, produce resultados inmediatos y eso nos tranquiliza mucho. Pero se queda en la superficie puesto que es un modelo que procede el aprendizaje animal y no contempla elementos cognitivos ni emocionales que son, en definitiva, lo que somos.

¿Cómo es el aula de infantil perfecta?

Sería el hogar de cada niño con un adulto de referencia con atención exclusiva. Como eso es difícil, lo mejor sería una que tuviera pocos o muy pocos niños, lo menos directiva posible, que permitiera la experimentación y la creatividad sin juicios, que tuviera al frente a los profesionales más y mejor preparados con conciencia plena de tener en sus manos la etapa más crítica del desarrollo de un ser humano, que favoreciera la educación emocional y la autoestima en lugar de los contenidos académicos, que utilizara el juego y solo el juego para transmitir el gusto por aprender, que incorporase el error como parte esencial de cualquier aprendizaje, que respetase los ritmos evolutivos de cada niño sin forzar etapas, y desde luego, sin sillas de pensar, sino con rincones de la tranquilidad y espacios para la negociación y el acuerdo. Y esto que acabo de describir existe, no es utopía. Se trata de querer y de entender la educación cambiando el paradigma hacia otro donde el niño es el protagonista pleno en derechos y dignidad, y el material humano más delicado y precioso con el que cuenta una sociedad. Cualquier posibilidad de cambio hacia sociedades menos violentas y más empáticas pasan por un cambio en la manera de educar. Nos jugamos todo en la infancia.

Fuente: http://www.abc.es/familia/padres-hijos/abci-castigos-ninos-no-sirven-para-nada-201606091359_noticia.html

 

Comparte este contenido:

Se propuso ampliar el servicio de los jardines maternales para hijos de estudiantes de la escuela nocturna

Paraná / 25 de abril de 2016 / Fuente: http://www.analisisdigital.com.ar

La dirigencia de Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) Seccional Paraná encabezados por secretario general, Claudio Puntel, acudió a una audiencia con el intendente Sergio Varisco. Diversos temas fueron abordados y recibieron respuestas favorables de parte del jefe comunal, según la prensa del gobierno de la ciudad. El titular del gremio, contó que “se plantearon algunas cuestiones vinculadas con necesidades de los docentes paranaenses y que pensamos que desde el municipio se pueden resolver. Uno es la posibilidad de utilizar los jardines maternales municipales para la población de alumnos de escuelas nocturnas que tienen hijos y no pueden acceder a la educación porque tienen que cuidar a sus bebés y no tienen dónde dejarlos. Esto tuvo un tratamiento positivo y logramos un resultado fructífero”.
Se trataron temas como la posibilidad de utilizar los jardines maternales por parte de alumnos de escuelas nocturnas que necesitan dejar sus hijos para su cuidado y el acompañamiento en la adquisición de terrenos para emprendimientos habitaciones, tuvieron respuestas favorables por parte de Varisco. También se encararán mejoras urbanas en barrios que están en construcción.

También fue abordado con el intendente “la necesidad de acceder a terrenos para construir barrios para docentes, que es algo que comenzamos charlar hoy y vamos a continuarlo”. Otro planteo fue que los trabajadores de la educación no tengan un tope para tener acceso al boleto obrero. Es un servicio que utilizan en mayor medida los profesores de secundaria para trasladarse entre varias escuelas en una misma jornada.

A su vez dos delegadas de la comisión de viviendas del gremio, Carolina Rotoli y Liliana Weber, transmitieron al presidente municipal otros reclamos puntuales: “Buscamos una proyección para nuevos emprendimientos habitacionales que se están construyendo y pedimos contar con el gas natural, el asfaltado de calles para completar pequeños tramos que restan terminarse y el acondicionamiento de las plazas que son necesarias para los hijos de los docentes. Tuvimos respuestas favorables a todos estos planteos y salimos entusiasmados”. Los barrios a los que hacían referencia, uno es el denominado “56 viviendas de Agmer”, ubicado en calles Las Camelias y Caputo y el otro situado en Caputo casi Tibiletti, que está en plena construcción.

«Situaciones atendibles»

El presidente municipal ante los reclamos dijo que básicamente son atendibles y les dará solución: “Dentro de una agenda de temas muy extensa que tratamos con Agmer Paraná, nos pareció una muy buena idea de que los jardines maternales municipales estuvieran disponibles en horarios nocturnos para los educandos que van a terminar sus estudios a la escuela nocturna y puedan dejar allí sus hijos, por supuesto que accedimos a ese pedido”.

También rescató “reactivar planes de viviendas para los maestros y maestras paranaenses donde vamos a tratar de contribuir y ayudar en la adquisición de terrenos. Y en cuanto a lo referido a barrios que están en construcción hubo pedidos de mejoras de pavimento, gas y solucionar problemas de desagües cloacales. Nos vamos a interesar especialmente en dos barrios en construcción en avenida Caputo y colaboraremos en eso”.

Fuente de la noticia: http://www.analisisdigital.com.ar/noticias.php?ed=1&di=0&no=235037

Comparte este contenido:
Page 4 of 4
1 2 3 4