El escritor, crítico y ensayista, Ricardo Piglia, nos ha dejado tantísimas ideas para pensar la literatura, pero una de esas ideas brillantes es su tesis sobre el cuento[1] en la que desarrolla el desplazamiento en la estructura del cuento en dos historias, la historia 1 o historia en primer plano y la historia 2 como la historia oculta que se cifra en la historia 1. Es decir, que no sólo se trata de qué se cuenta, sino de cómo se cuenta, lo que haya que contar.
Quien esté leyendo este breve artículo, en este momento, estará esperando la explicación sobre los renglones que acaba de leer, incluso más, el porqué del título.
Ahora bien, generar el suspenso es otra de las atribuciones de las que se precia un buen cuento; cita Piglia una de las notas que el célebre Antón Chéjov había dejado: “Un hombre en Montecarlo, va al casino, gana un millón, vuelve a su casa, se suicida”, he ahí una historia para contar, pues – dice Piglia – va contra lo convencional (jugar-perder-suicidarse).
La historia 1, podría ser la del juego que enmascara la historia 2, la del suicidio que se devela al final, eso sucedería en el cuento clásico con final sorpresivo; pero en el cuento moderno, las dos historias se cuentan al mismo tiempo y se abandona el final sorpresivo, las dos historias entran en tensión pero no se resuelven nunca.
A esta altura, lectxr, estamos a punto de entrar en el relato de la presencialidad en la educación, aunque la “presencialidad”, casi se haya convertido en una cuestión autónoma, escindida de la educación. Un debate que parece no tener fin en un contexto que además de penoso, no tiene nada de ficción, la pandemia que produjo el covid-19 y sus consecuencias, no son parte de la imaginación literaria.
Sin embargo, alrededor del concepto de “presencialidad” se construye una verdadera narración polifónica, múltiples voces narradoras que producen sentido en el entrecruzamiento de dos sistemas, el lingüístico y el ideológico, lo que podríamos llamar, haciendo la analogía con lo propuesto por Ricardo Piglia, la historia 1.
En una breve síntesis, se produce la narrativa polifónica desde un decreto del ejecutivo nacional que suspende la presencialidad por 15 días en las escuelas en el área metropolitana (conurbano de la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma); el ejecutivo de la Ciudad denuncia la inconstitucionalidad del decreto por “vulnerar la autonomía”; la Cámara de Apelaciones de la Ciudad falla a favor del ejecutivo de la Ciudad; un juez Federal, falla decidiendo la nulidad del fallo anterior y por lo tanto le da la razón al ejecutivo nacional, en el medio una jueza rechaza el amparo pedido por una supuesta organización de padres y se declara incompetente.
Finalizados los plazos de suspensión de presencialidad del decreto del ejecutivo nacional, es decir, con posterioridad a la fecha de caducidad, en un fallo extemporáneo de toda temporalidad, la Corte Suprema, de manera no presencial y a distancia para evitar posibles contagios del covid en sus cortesanas humanidades, resuelve sin argumentos “saludables”, a juzgar, incluso, por su propia conducta distante, darle la razón al ejecutivo de la Ciudad.
Hasta ahí, se narra la trama de la presencialidad jurídica, los poderes ejecutivos y judiciales generando discursos sobre un sustantivo abstracto, presencialidad.
La narración polifónica se va completando con las opiniones que va tejiendo el periodismo, que busca la foto “política” que muestre a la dirigencia capitalista unida contra el covid.
Todas esas voces gritan que la presencialidad es “indiscutible”, pero algunas acuerdan con un lado de la “supuesta” grieta y otras del otro.
Mientras tanto en el afuera de Macondo, – me permito usar ese punto geográfico inexistente del genial García Márquez para ilustrar el espacio narrativo del poder – la realidad, que no es mágica, sigue su curso de contagios.
La presencialidad, la modalidad híbrida, las burbujas aúlicas, los protocolos (disparatados), son sólo descripciones ornamentales, estrategias sólo discursivas pero pobres como dispositivos reales porque el virus es sordo y ciego.
¿Por qué se abandonó el relato de la cuarentena estricta, fase 1, frente a la segunda ola?
Las nuevas cepas no saben de economía, como no lo sabe la cepa original.
¿Qué pasó con el “Quedate en casa”?
Con las contradicciones de uno de los personajes de este relato, el ministro Nicolás Trotta: “No van a volver a las clases con normalidad hasta que haya una vacuna contra el coronavirus”[2]; unos meses después, el ministro asume el relato mundializado por la UNESCO y dice: “La vacuna no es condición indispensable para la presencialidad”[3]
Ahora hay vacunas, pero no las suficientes y además, les docentes no están vacunados en su totalidad y mucho menos les estudiantes, también imprescindible vacunarlos, puesto que las cepas mutadas complican la salud de les jóvenes.
El otro personaje engrietado es la ministra de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, que tuvo y tiene momentos “brillantes” en cuanto al papel de odiadora serial de les docentes, la educación pública y los buenos presupuestos de educación. Pero una de sus mejores y desopilantes intervenciones fue cuando dijo: “Tenemos millones de papers científicos que confirman que los chicos no son un factor de transmisión masivo, que las escuelas abiertas, al revés de lo que se pensaba antes, son un espacio con protocolos, no solo necesarios, sino posibles”.[4]
Ni la mejor obra de teatro del absurdo, jamás escrita, podría llegar a imaginar tales ensayos de la idiotez frente al acecho permanente de la muerte anunciada.
El gremio docente levanta la palabra, son otra voz en el escenario polifónico, un corifeo que anuncia lo que no se debe: sostener la presencialidad en picos de pandemia. Son los que ponen el cuerpo por el designio de funcionarios, que se consideran dioses olímpicos, gobernando nuestros destinos, minorías que traman el destino de las mayorías.
No sólo no son escuchados, sino castigados por su lucha por la vida con descuentos irracionales o con el contagio viral o con la muerte anunciada.
Argentina supera los 70000 muertos y el funcionariato vernáculo debate la presencialidad escolar, judicializa sus propias miserabilidades y “escribe”, al mismo tiempo, la historia 2 de este relato, la historia oculta, la que nuestra que la única presencialidad administrada es la del covid 19.
Como en la tesis sobre el cuento, en las dos historias hay dos sistemas distintos de causalidad, “los mismos acontecimientos entran simultáneamente en dos lógicas narrativas antagónicas”, dice Piglia.
Para lo que nos ocupa, la historia 1 de la narración polifónica sobre la presencialidad escolar, es el relato del juego en la nota de Chéjov; en tanto que la historia 2, la muerte anunciada (por el covid), la que corresponde al suicidio.
Es hora de que haya una pausa en la narrativa delirante sobre la presencialidad o seguirán conspirando contra la vida e induciendo al suicidio desde la impunidad de sus cargos.
* Profesor y Licenciado en Letras (FFyL-UBA). Fue docente durante 30 años y Rector de la Escuela de Comercio 3, Hipólito Vieytes (CABA). Como investigador es autor de “La educación en la era corporativa, la trama de la desposesión”. Herramienta Ediciones y Contrahegeminía Web (2019) CABA. Y del ensayo “La novela educativa o el relato de la alienación” Redes Cultura (2005) CABA, con prólogo de Osvaldo Bayer.Además de decenas de trabajos y artículos publicados en Contrahegemonía Web; Rebelion.org y Otras Voces en Educación. Durante 15 años fue productor periodístico y columnista del programa radial La Deuda Eterna.
[1] Ricardo Piglia. Crítica y Ficción. Ediciones Siglo Veinte. Buenos Aires. 1990
Ana López Navajas es filóloga y una de las mayores investigadoras en relación al papel de las mujeres a lo largo de la historia de la cultura, el arte y la ciencia. Es responsable del proyecto Erasmus+ Women’s Legacy que pretende acercar a las materias de la secundaria obligatoria las contribuciones que las mujeres llevan toda la historia haciendo a las diferentes disciplinas. Hablamos con ella sobre este trabajo y sobre la importancia de incorporar esta parte de la historia a la cultura general, entre otras cosas, para aliviar las desigualdades entre mujeres y hombres.
Entrevistar a Ana López Navajas es, además de otras cosas, asistir a una clase rápida de historia de la literatura, la música, la pintura y la ciencia. Una clase alternativa en la que los nombres de mujeres de diferentes latitudes y épocas no paran de asomar. Unas mujeres de las que, en la mayor parte de los casos, uno no había oído hablar nunca. Este es el trabajo de esta profesora e investigadora de la Universidad de Valencia que coordina un proyecto, Erasmus+ Women’s Legacy (liderado por la Conselleria de Educación de la Comunidad Valenciana), que pretende, no recuperar estos conocimientos, sino divulgarlos. Y hacerlo para el profesorado de la educación secundaria obligatoria.
Se trata de uno de las grandes brechas en la igualdad entre hombres y mujeres. Creer que ellos han sido los protagonistas de todo, haciendo que sus trabajos sean vistos como universales, mientras las aportaciones de ellas han quedado enterradas por el tiempo y, en buena medida, por la falta de rigor. Así lo cree. Después de 40 años de estudios de mujeres, de feminismo y de género, el conocimiento está ahí, «lo difícil es conocerlas y divulgarlas, por eso hemos hecho este proyecto».
El pasado invierno se hizo la presentación del proyecto Erasmus+ Women’s Legacy que coordinas. ¿Por qué habéis creído que era necesario?
Porque pensamos que es necesario pasar a la acción para cambiar la transmisión cultural que se proudce desde las aulas, a través de los contenidos educativos. Es muy necesario el tema de la sensibilización o la toma de conciencia de esta ausencia de referentes, porque todavía hay mucho por hacer en ese camino, pero debemos dar un paso más e incluirlas en los contenidos educativos. Y esto no se puede hacer de cualquier manera, como si fueran figuras que se incluyen en los mismos contenidos que hay ya. Con ellas arrastran mucho más, otros espacios para la creación -los domésticos-, otros intereses, por ejemplo, en la ciencia, de carácter más práctico; arrastran otros géneros en la creación, como las cartas, la novela corta… han escrito de todo, pero hay unos géneros a las que han sido más propicias. En arte, igual, donde no se puede explicar el bodegón o las naturalezas muertas sin la aportación de las pintoras: las flores, los retratos… En música pasa igual, ellas han practicado los géneros considerados “menores”, cuando en ellos encontramos composiciones de calidad increíble. Por eso, incluirlas significa cambiar de foco, de espacio, de peridización, de forma de crear y de hacer cultura. Todas estas aportaciones suyas están llenas de talento y son referencias indispensables para saber quiénes somos.
Su creación siempre se ha visto mediatizada por las mayores constricciones sociales: han tenido difícil acceso a la educación, a la profesionalización, al espacio público… y esto ha hecho que la manera de la creación se viera concernida: si tú no vas a ser la compositora de la corte o maestra de capilla, no vas a hacer grandes composiciones; harás composiciones para el espacio privado o semiprivado donde te encuentras.
Sin embargo, no es posible entender la cultura sin las aportaciones de las mujeres porque eso nos quita buena parte de las claves con las que podemos entendernos como sociedad.
Estas figuras completan otro panorama más amplio que nos aporta mucha más información sobre la creación artística de los humanos y, sobre todo, muestran que ellas conforman una tradición constante y rica desde el principio. No es esto de que se presente a una mujer sola entre hombres, la excepcionalidad entre hombres. Artemisia de Alicarnaso, Santa Teresa de Jesús… parecen todas excepciones en medio de un mundo creativo de hombres. Eso no tiene nada que ver con la realidad. Ha sido una de las formas de exclusión que más éxito ha tenido: que ellas no estuvieran reflejadas en los escritos. De manera que ahora naturalizamos el hecho de que ellas no estén. Pensamos: “Es que han debido estar siempre en casa”. Y eso representa una pérdida cultural de envergadura.
Por eso nace el proyecto, para solucionar esto.
No es posible entender la cultura sin las aportaciones de las mujeres
A parte de ser una pérdida cultura, te he escuchado en alguna ocasión hablar de falta de rigor científico en relación a este “olvido”…
Efectivamente, ese sistemático olvido consigue desvirtuar los contenidos de un área de conocimiento. Llega un momento que, cuando en la historia de la literatura o del arte, sistemáticamente excluyes a las escritoras o las pintoras, esta historia acaba siendo falseada. Por ejemplo, en literatura, no tener presente a Santa Teresa como referencia en la autobiografía, no es posible. Abordar el desengaño barroco sin tener en cuenta la particularidad que a él añade María de Zayas o no contar con las todas las grandes escritoras del Barroco que siguen teniendo muchos problemas para aparecer en los libros de texto constituye, a estas alturas y con todos los estudios que hay detrás una clara falta de rigor a la hora de abordar estos contenidos literarios o de presentar un panorama literario que las integra. Un panorama literario que no es posible sin ellas. En Música, donde por ejemplo, no podemos entender el desarrollo de la ópera sin contar con la aportación de [Francesca] Caccini o de Pauline Viardot con la ópera de cámara o en arte, donde el canon del bodegón lo marca Fede Galizia, o la pintura abstracta se inicia con Hilma af Klint, aspectos poco reconocidos y que significan desvirtuar la propia historia del arte. Sus aportaciones, como su mirada y su expresión artística han sido esenciales para entender el desarrollo de la pintura, la literatura, la música o la ciencia. El propio desconocimiento sobre estos referentes -ellas nunca están entre “los maestros” que nos guían- y, sobre todo, su falta de contextualización, nos lleva a pensar que no han contribuido. Arrastrados por este prejuicio, el conocimiento de tu propia área se ve afectado.
Si no las conoces, sencillamente no conoces bien tu área. Y eso ya no tiene que ver solo con la igualdad y la necesidad de reconocimiento de estas mujeres, sino con el rigor con el que tú impartes la docencia, con el que conoces tu propia área.
Si las aportaciones de estas mujeres no llegan a cierto nivel de la Academia, es difícil que bajen a las editoriales de libros de texto y, por lo tanto, la naturalización de su presencia en la historia del conocimiento. Esta falta de acceso o de lugar reconocido en el mundo académico.
La academia se muestra en muchas ocasiones reacia a incorporar el resultado de las numerosas investigaciones sobre estudios de mujeres, feministas. Parece que esta cuestión es optativa. Que la perspectiva de género es algo que se puede o no elegir. Otro error. El saber contiene las aportaciones de todas y todos. Las investigaciones que han demostrado que las cosas son de otra manera [qué decir, por ejemplo, de Eunice Foote, que fue la primera que teorizó sobre cambio climático o Hilma af Klint sobre arte abstracto] y no se incluyen en la docencia, rebajan considerablemente el rigor con el que se imparte la materia. Pero siguen habiendo muchas áreas que se muestran impermeables a estos estudios y al final, eso acaba siendo un demérito, vuelvo a ello, una falta de rigor.
Sobre la dificultad de encontrar las aportaciones de las mujeres, es algo que se suele pensar. Las aportaciones de las mujeres están debidamente fundamentadas en todas las áreas desde hace ya mucho tiempo. Llevamos 40 años de estudios de mujeres, de estudios feministas, de género… muchas se han dedicado a sacar a la luz tradiciones de las mujeres, referentes en ciencias, arte, literatura, pensamiento, en farmacia… eso es una línea de investigación ya trabajada y a la que aún le falta mucho. Pero con lo que tenemos después de 40 años tenemos muy fundamentadas sus aportaciones en todas las épocas y áreas. Pero el desconocimiento es fuerte y se tiende a pensar que es difícil encontrarlas. Pero no, no es difícil. Lo difícil es conocerlas y divulgarlas, por eso hemos hecho este proyecto, como respuesta a esa necesidad. Ellas están, los estudios están, las puedes consultar, pero no están divulgadas.
El otro día hablaba (en la conferencia de la Universidad de Valencia) de una especie de impermeabilidad para incorporar si investigaciones que vienen de los estudios de mujeres. Parece que este tema sea optativo. No, la perspectiva de género que dicen. No, no hablemos de perspectiva de género, volvemos al tema del rigor.
Cuando descubrimos a Vivaldi lo incorporamos al mundo de la música; Góngora, que ha sido un poeta denostado durante dos siglos, lo hemos incorporado como importantísimo en la literatura. Ha habido investigaciones que han permeado los contenidos. Sin embargo, hay reticencia sobre la incorporación de las mujeres, aunque hay material de sobra. Sabemos que estuvieron ahí y lo que hicieron, cómo lo hicieron y no lo pasamos.
La exclusión de las aportaciones de las mujeres a la historia supone una pérdida cultural y una falta de rigor
Si desde la academia no se incorpora será difícil que pase a la formación del profesorado que da clases en primaria y secundaria. Efectivamente. En la universidad esto es más difícil. Por eso desde el proyecto, después de analizar bien cuál es el lugar de intervención, no lo hemos hecho desde arriba, sino desde abajo.
¿Cómo?
La ESO es la última etapa educativa que coge a toda la población, la de mayor alcance, nos permite compartir unos referentes comunes. Lo que hemos hecho desde el proyecto es puesto un instrumento de intervención didáctica, un banco de recursos, a disposición del profesorado de secundaria. Más adelante ampliaremos etapas. De forma que pueda tener material, recursos y actividades para incorporar en el aula. Ese banco de recursos lo hemos dirigido también a las editoriales. Está en abierto, para que puedan usarlo cuanto quieran, inspirarse y cogerlo. No se trata de poner más barreras a las que siempre han recibido barreras. Que todo el mundo lo pueda usar.
Además, tiene una innovación interesante: no son actividades que uno propone descontextualizadas, por ejemplo, coger una científica y hacer preguntas sobre cómo ha sido su vida, sus problemas… eso en Ciencias no nos va a interesar. En todo caso en Ética. En ciencias nos interesa que Madame de Lavoisier estuvo trabajando en química; o el trabajo en cálculo diferencial que hizo Maria Gaetana Agnesi. Cuando lo damos donde toca, las incorporamos.
Lo que ligamos es a esas mujeres y sus tradiciones a los contenidos normativos, lo que necesita el profesorado. A partir de ahí, aportamos actividades y obras, sobre todo, obras porque se ha hablado mucho de ellas y se las ha dado poca voz. Se conoce poco su creación en arte, música, pensamiento, sus textos. los deportes que practicaron. Eso es lo que vamos a hacer con este instrumento.
Se trabajará fundamentalmente con obra femenina y con actividades ligadas a contenido normativo. Eso hace que el profesorado de secundaria lo reciba y lo pueda incorporar a clase, sea cual sea el material. Porque no hablamos de mujeres, hablamos de contenidos, con las mujeres como referentes, junto con los hombres. Por eso no tenemos que parar las clases y decir: “Ahora que hemos acabado la lección podemos ver estas científicas”.
Otro de los elementos que trabajamos es la academia. Estamos trabajando con los másteres de secundaria, hemos empezado por aquí para, al menos, poner a disposición del profesorado de los másteres también todo este material y la formación. De manera que el proyecto coge todos los niveles que afectan a la formación. Los másteres, el profesorado de secundaria y las editoriales.
¿Y las editoriales de libros de texto son receptivas?
Sí, lo son. SM ha estado muy interesada, Santillana ha tomado iniciativas. Acabamos de publicar un libro Laura y yo, el papel de las mujeres que les hemos hecho en la música, pero los tienen en las ciencias, en las tecnologías, en la historia, la evolución. En muchas cosas. Hay editoriales pequeñas como Micomicona que han hecho un esfuerzo incluso mayor. Hay sensibilidad por su parte. Ponerse en marcha es una cosa más difícil.
Así, administraciones, editoriales y profesorado y los recursos para el aula, son los aspectos sobre los que pesa el avance en esta línea. En la restitución de las contribuciones culturales de las mujeres y, por lo tanto, de su legitimación social. Y, por tanto, de la erradicación de las desigualdades, porque uno de los pilares profundos donde se asientan las desigualdades es este panorama cultural excluyente, hecho a medida de los hombres y que nos hace normalizar cualquier tipo de discriminación y desigualdad. El hecho de tener mayoritariamente referentes masculinos lleva a pensar que los hombres lo han hecho todo y las mujeres casi nada. Por lo tanto, que tienen menor valor social, son menos. Y eso forja desigualdades, que vienen impuestas en función del papel que nos han dicho que hemos representado en la historia y en la cultura. Y las mujeres parecen no haber contado. Ahí lo tenemos.
Es necesario incorporar la perspectiva y los hechos de las mujeres para entender la Historia
Coincidís con la reforma del currículo de la Lomloe, ¿tenéis expectativas de cambio en el Ministerio de Educación y FP?
Sí, esperamos que todo lo que estamos trabajando pueda incidir en la revisión curricular del Ministerio. Porque es muy necesario que aparezcan ahí, reflejadas. Hay currículos como el que tenemos en la Comunidad Valenciana, que está abierto, de manera que cuando te ponen referencias esenciales en la Grecia Clásica, o en la Historia, como no citan los nombres, debemos suponer que ahí están incluidas las mujeres. Deberían quedar reflejados los de hombres y mujeres. Solo con esto exigiría que toda esta tradición femenina quedara reflejada. De forma que cada docente o editorial pudiera abordar el tema desde una perspectiva que contara con todos.
Lo que ocurre es que hay currículos donde te dan nombres. Donde, por ejemplo, en el Barroco solo puedes nombrar necesariamente a Lope y a Calderón y solo a ellos. Ni sor Juana Inés, ni María de Zayas, ni Ana Caro, ni Catalina de Erauso… nada, todas las grandes barrocas no aparecen. Luisa de Carvajal Mendoza con su poesía… Toda esta riquísima producción de la época no aparece.
Es muy necesario, además, que los currículos incidan en otros aspectos. Por ejemplo, el tema de la reproducción en Biología. Es un tema muy secundario cuando debe ser principal. Es una vivencia que tanto hombres y mujeres, seguramente, pasarán a lo largo de su vida y de la que se sabe poco. El alumnado sale de la enseñanza reglada, sin saber de una cosa tan esencial como embarazos, parto, primeros cuidados, qué sucede, alimentación. Aparece un tema escueto.
Otro enfoque es el de las tecnologías. Tecnología parece ser que son los coches, cuestiones relativas con las ingenierías… sin embargo, la tecnología del hogar no está reflejada con la importancia que tiene. Es la que ha permitido, por ejemplo, la incorporación de las mujeres al mundo laboral, calidad de vida, mejores cuidados. Cuestiones del ámbito de los cuidados no aparecen como si no fueran problemas que necesiten solución tecnológica.
Se trata de hablar de una parte de la existencia que simplemente no está.
Exactamente, no aparece. Porque todo esto pertenece a los saberes de mujeres. Estos saberes han estado expulsados del mundo académico y, por tanto, como nuestros currículos son herederos de eso, no los tienen en cuenta.
Es necesario incorporar la perspectiva y los hechos de las mujeres para entender lo que ha pasado. Por ejemplo, el Humanismo como ideal universal. Sin embargo, todas las humanistas como Francisca de Nebrija, Luisa Sijea, Lucía de Medrano, Juliana Morell o incluso La Latina… todas estas se quedaron al margen y son la muestra de que aquello era un ideal masculino, no universal. Esa manía de ligar lo universal con lo masculino. Eso quedó muy en evidencia con la investigación previa que hice, cuando mostraba que había un 7,6% de referentes femeninos. Uno piensa que se atiende ahí a un discurso universal del arte, de la cultura y no. Nos lo venden como universal pero es parcial. Los únicos protagonistas que conocemos son ellos. Hace falta corregir, hace falta incluir otros espacios, por ejemplo, de creación científica como la cocina. En la cocina donde se han hecho avances, incluso tan importantes como el experimento que le permitió a Eunice Foote -antes que Tindall- en el XIX, teorizar sobre el cambio climático. Ella lo hizo en la cocina, donde hizo un experimento que publicó, que decía que cuando había vapor de agua y dióxido de carbono en el ambiente, la temperatura subía. Fue la primera persona y lo hizo en su cocina.
O como las aportaciones de María de Alejandría: la del baño maría, la del negro maría. Abrir otros espacios para entender que la ciencia también ha tenido avances en ellos, es muy importante, porque ahí estaban las mujeres. Es algo que debe permear el relato de la historia y la cultura que contamos.
Me remite al libro de Virginia Woolf y La habitación propia. No es, solo, el hecho de que las mujeres necesiten esa habitación propia para hacer todo esto, también de mirar las habitaciones que estaban utilizando hasta el momento.
Muy bien, efectivamente. Virginia Woolf habla de la necesidad de una habitación propia, de un espacio frente a la función de la mujer al servicio del hogar. Pero fíjate en lo que sucedía con las monjas en la edad media y en la moderna. Cuando entraban al convento lo hacían buscando una habitación propia. Por eso la producción musical de los conventos es tan buena; hay muchos escritos de monjas medievales. Tenemos a grandes pensadoras como Heloísa de Parácleto con sus reflexiones sobre la libertad del sujeto; o a Hildegarda de Bingen. Tenemos muchas figuras importantísimas. El convento ha sido una de las opciones de las mujeres para tener un poco de espacio, para no tener que estar sirviendo a todo el mundo.
Volver la mirada sobre todos esos espacios habitados por las mujeres nos devolverá a todos, hombres y mujeres, mucho saber, muchos recursos, muchas claves para hacer frente a problemas que tenemos ahora. Esa es la pérdida.
Hay también que tener en cuenta que los periodos no han sido iguales para hombres que pare mujeres. La edad media tuvo periodos, como el que va del siglo X al XII, que fueron especialmente buenos para ellas, mejor que el XVII.
Las mujeres continuan desapareciendo de la narración de la contemporaneidad
¿En qué sentido?
En el sentido de que las expectativas y la calidad de vida a la que podían aspirar las mujeres eran mayores en unos periodos que en otros. Como ejemplo, en el siglo XVI, después de Trento, a las monjas se las encerró en los conventos, eliminaron las órdenes terciarias y les quitaron buena parte del poder y el peso que tenían en la iglesia. Y esto se tradujo en una pérdida de peso social. Por eso se permitió la caza de brujas. Frente a eso tenemos siglos en la edad media, como el siglo XII con una serie de figuras y elementos más populares. Te das cuenta de los ámbitos a los que se abrían las mujeres. Es el momento de los grandes conventos, donde muchas mujeres quedaban. También estaban las trovadoras, dentro de las cortes occitanas, como Leonor de Aquitania, que componían y creaban poesía. Tenemos a las poetas andalusíes que hablaban con voz gallarda y orgullosas de sí mismas. O a la historiadora Anna Commena, en Bizancio, con unos conocimientos de ingeniería, sobre las máquinas de guerra, asombrosos.
Tenemos, por ejemplo, a Eloísa del Parácleto con sus cartas, todo ese pensamiento que llega a María Zambrano pasando por muchas historiadoras que ha habido a lo largo de la historia. Una línea de pensamiento que tenemos olvidada. Como Christine de Pizan, Marie de Gournay, sobre la Querella de las Mujeres. Tenemos los Lais de María de Francia, una de las grandes obras de la literatura clásica.
Pero, además, tenemos a las juglaresas en niveles populares y cortesanos, con espacios en la corte, como Maria Balteira… había muchos espacios donde las mujeres podrían crear y moverse.
De la misma forma que la época romana representó, para las mujeres, un aumento de peso social frente a Grecia. Del siglo II al IV tenemos a todas las grandes médicas: Antiochis, Metrodora, Aspasia, Olimpia la tebana, que evitaba y provocaba abortos, Cleopatra… cuyos estudios nutrieron la escuela de Salerno, donde Trótula de Salerno, en el siglo XII también, fue su figura más destacada. Imagínate todo esto qué pérdida.
Todo el mundo conoce el Humanismo, la Ilustración, el Renacimiento. Muy poca gente conoce la Querella de las Mujeres. Nace con Christine de Pizan en el siglo XV y llega hasta el XVIII y participan pensadoras de todos los países. Aquí en España tenemos a Sor Isabel de Villena, la figura señera del siglo XV. También está Teresa de Cartagena.
Es como otro movimiento, la Beguinas ¿sabes quiénes son?
No, la verdad que no las conozco.
Las beguinas nacen en el siglo XI y XII. Se trata de un movimiento alternativo religioso conformado solo por mujeres. Las mujeres siempre han estado unidas a la religión (los espacios laicos han sido más masculinos), pero de forma alternativa, no estaban dentro de los conventos, sujetas a esas reglas. Era un grupo de mujeres solas que se dedicaban a enseñar, a atender a los moribundos o a los pobres. Hacían siempre obra social. Este movimiento duró desde el siglo XII hasta el siglo XXI. La última beguina murió en 2013. 800 años y no se acuerda nadie de ellas. Mujeres tan importantes porque, entre otras cosas, son las que han forjado la lengua francesa, la alemana y la neerlandesa. Las primeras que han escrito en esas lenguas porque ellas escribían para que la gente las entendiera. Las mujeres jamás han sido de la academia. Escribían en lengua vernácula. Hadewijch de Amberes tiene unas poesías místicas que son el primer escrito en neerlandés; Margarita Porete, con El libro de las almas simples, en el XIV, en francés, en el dice que podemos hablar directamente con Dios. La Iglesia la quemó viva. Después se replegaron sobre todo a los Países Bajos y siguieron. Eran mujeres solas, sin sometimiento a leyes religiosas, haciendo el bien. Olvidadas. Un movimiento tan importante y extenso en el tiempo y es transparente.
Esto me recuerda a algo que comentaste en la conferencia sobre la desaparición de las mujeres de las Antologías literarias de la contemporaneidad.
De la investigación que hice de los libros de texto, otra de las cosas que se veían claramente es que las mujeres continuaban desapareciendo de la narración de la contemporaneidad. En el relato del siglo XX y el XXI sigue habiendo un 6% de mujeres. No están incluidas en el relato de la contemporaneidad.
Carmen Peña, de la Universidad de Zaragoza, (Breve reflexión sobre las escritoras y el canon literario. 2020) estudió las historias de literatura que se utilizan y se han editado y analizó los tomos correspondientes a la literatura de los años 50 del siglo XX hasta la actualidad. Y las mujeres se mueven entre un 5 y un 16% de presencia dentro de la literatura de los último 70 años. La última historia de la literatura, la referida a ese periodo, de Jordi Gracia y Domingo Ródenas, aparecida en 2011 (Historia de la literatura española. 7. Derrota y restitución de la modernidad 1939-2010), solo aparecen un 7%. ¿De verdad esto es la literatura de los últimos años? ¿una literatura sin escritoras? Es un despropósito. Son unos datos que reflejan que el mecanismo de exclusión que consiste en que ellas no pasan a lo escrito, continua completamente vigente. Sencillamente, no es correcta. Además, como señala la autora, ellas no forman parte de la genealogía de “maestros”, por supuesto. Por eso antes hablaba de la falta de rigor. Eso no puede ser un manual de literatura que pretenda seriamente reflejar la literatura de las últimas décadas. Y si miramos las antologías, nos solemos encontrar más de lo mismo.
No solo aparecen pocas, sino descontextualizadas. Eso está muy lejos de representar un panorama literario acorde a nuestros tiempos. El artículo de Carmen Peña con los manuales lo deja en evidencia. Esta es una de las cosas que nos demuestra cuánto nos queda por hacer todavía.
El proyecto, será accesible a partir de febrero de 2022, ¿no?
Los productos que hagamos, el banco de recursos, el catálogo de obras, se podrán consultar, a partir de febrero del 22, aunque seguiremos trabajando en ellos. El proyecto Erasmus+ Women’s Legacy: Our Cultural Heritage for Equity, está liderado por la Conselleria de Educación de la Comunidad Valenciana, pero participan instituciones de varios países (Escocia, Lituania, Italia y España) y la asociación de docentes El legado de las mujeres, el IES Benicalap y otro instituto italiano y dos escuelas de formación para que se pueda hacer formación del profesorado por el territorio nacional. Además de la Universidad de Valencia.
El objetivo es crear y ofrecer en abierto recursos para incluir referentes femeninos y sus obras y creaciones, donde corresponda y así, incidiendo en las aulas, contribuir a cambiar el relato de la cultura que compartimos y que se transmite en secundaria, la última etapa que compartimos todos, para eso lo hacemos.
Los catálogos de obras y autoras tienen una segunda finalidad, apoyar a las agendas culturales de las administraciones. Cuando se hacen festivales, exposiciones en museos, las artistas son sistemáticamente olvidadas, igual que en las antologías. Hay muchas y no aparecen. Eso también lo pueden usar las administraciones públicas para que puedan incorporar en sus agendas culturales a esas mujeres.
Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2021/03/08/ana-lopez-navajas-la-exclusion-de-las-aportaciones-de-las-mujeres-a-la-historia-supone-una-perdida-cultural-y-una-falta-de-rigor/
En el 125 aniversario del nacimiento del cinematógrafo, ‘Industrias del Cine‘ recomienda 125 películas imprescindibles de la historia del cine.
28 de diciembre de 1895. En el Salon Indien del Gran Café del número 14 del Boulevard des Capucines de París, algo más de treinta espectadores asistieron a la primera proyección pública del cinematógrafo, el invento con el que Auguste y Louis Lumière estaban a punto de cambiar la historia de la humanidad.
El cinematógrafo Lumière no solo permitía filmar imágenes en movimiento sobre un soporte químico, sino que permitía proyectarlas sobre una pared o una pantalla, convirtiendo el individualista kinetoscopio de Edison en una experiencia compartida y social.
¿Podrían imaginar los hermanos y científicos Lumière que su invento llegaría a tener para la cultura popular universal un impacto tan grande?
¿Se imaginan el Siglo XX sin cine o sin televisión?
El cine cumple 125 años en medio de una pandemia mundial que está haciendo replantear muchas cosas, también el futuro del cine en las salas. Pero no existe riesgo en que el invento que nació como experiencia colectiva y devino finalmente en cultura y arte acabe desapareciendo. Más que nunca se consume contenido audiovisual: películas, series, videoclips, televisión… pero su consumo es cada vez más individual, alejándose de la tradicional exhibición cinematográfica que durante tantos años ha transmitido la magia del cine.
No dejemos que Edison le gane la partida a los Lumière.
Una lista con grandes obras representativas del séptimo arte
Para celebrar los 125 primeros años del cine, el equipo de Industrias del Cine ha elegido mediante votación 125 películas imprescindibles para apreciarlo, entenderlo y amarlo. 125 películas que, de una manera u otra, han marcado un antes y un después, han sido puntas de lanza de corrientes estilísticas y narrativas o se han convertido en iconos de la cultura popular.
Son estas 125 películas como podrían haber sido otras 125 diferentes. El cine es un arte inabarcable, rico en lenguajes, en historias, en emociones. En Industrias del Cine hemos elegido estas 125, procurando ser representativos de lo mucho y bueno que se ha hecho a lo largo de la historia y en lo ancho del globo, con la única norma de no repetir película de ningún cineasta.
Aun así, cineastas y películas fundamentales de la historia del cine han quedado lamentablemente fuera de este acotado listado. Nuestras sinceras disculpas por no incluir películas como El gabinete del Doctor Caligari, El acorazado Potemkin, Napoléon, Ser o no ser, El tercer hombre, Los diez mandamientos, Mary Poppins, Dos hombres y un destino, Rocky, El cazador, La princesa prometida, Cinema Paradiso, Magnolia, Amèlie, Oldboy, Olvídate de mí o La llegada, por citar solo unos ejemplos. Así como tampoco aparecen grandes obras maestras dirigidas por directores que ya aparecen representados con una película.
La lista se complementa con alguna sorpresa o película inesperada, y como no, con alguna presencia discutible. No es un listado académico, es un listado que combina rigor histórico con filias y fobias personales de los miembros del equipo de Industrias del Cine.
A continuación, os dejamos con el listado de 125 películas imprescindibles de la historia del cine.
– 1 –
Viaje a la luna
Georges Méliès. Francia, 1902.
Es imprescindible por ser uno de los primeros films de ciencia ficción y un pionero en implementar novedosos efectos especiales.
– 2 –
Intolerancia
D. W. Griffith. Estados Unidos, 1916.
Es imprescindible porque Griffith fue uno de los creadores del lenguaje cinematográfico moderno, dejando atrás la teatralidad del primer cine,.
– 3 –
Nosferatu
F. W. Murnau. Alemania, 1922.
Es imprescindible porque se trata de la primera gran adaptación de Drácula al cine y es una obra maestra del expresionismo alemán.
– 4 –
El maquinista de la general
Buster Keaton. Estados Unidos, 1926.
Es imprescindible porque la imaginación y el talento de Buster Keaton no tenían límites.
– 5 –
El cantor de jazz
Alan Crosland. Estados Unidos, 1927.
Es imprescindible por ser la primera película sonora: una audacia de Warner Bros.
– 6 –
Metrópolis
Fritz Lang. Alemania, 1927.
Es imprescindible porque fue y sigue siendo visionaria estética, técnica e ideológicamente.
– 7 –
La caída de la casa Usher
Jean Epstein. Francia, 1928.
Es imprescindible porque traslada al cine la belleza del onirismo de Edgar Allan Poe.
– 8 –
El hombre de la cámara
Dziga Vertov. URSS, 1929.
Es imprescindible porque el montaje pasó a ser el elemento central en la creación cinematográfica.
– 9 –
El doctor Frankenstein
James Whale. Estados Unidos, 1931.
Es imprescindible porque dio vida cinematográfica al tan aterrador como bello monstruo en la piel de Boris Karloff y es representativa de la exitosa franquicia de Monstruos Clásicos de la Universal iniciada en 1925.
– 10 –
King Kong
Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack. Estados Unidos, 1933.
Es imprescindible porque era una hermosa historia de amor con unos icónicos efectos visuales, que a día de hoy, siguen sorprendiendo.
– 11 –
Una noche en la ópera
Sam Wood. Estados Unidos, 1935.
Es imprescindible porque así lo estipula la parte contratante de la primera parte que será considerada como la parte contratante de la primera parte.
– 12 –
Tiempos modernos
Charles Chaplin. Estados Unidos, 1936.
Es imprescindible porque es la primera película sonora de un genio como Charles Chaplin.
– 13 –
Blancanieves y los siete enanitos
David Hand. Estados Unidos, 1937.
Es imprescindible porque fue el primer largometraje de animación producido por Disney de la historia.
– 14 –
La fiera de mi niña
Howard Hawks. Estados Unidos, 1938.
Es imprescindible porque demuestra que un gran fracaso en taquilla no impide que con el tiempo te conviertas en un clásico.
– 15 –
Lo que el viento se llevó
Victor Fleming. Estados Unidos, 1939.
Es imprescindible por ser la que se supone es la película más taquillera de la historia si se ajustase la inflación.
– 16 –
Ciudadano Kane
Orson Welles. Estados Unidos, 1941.
Es imprescindible porque Roger Ebert dijo que era “la mejor película de la historia” y no somos quién para desmentirle.
– 17 –
Casablanca
Michael Curtiz. Estados Unidos, 1942.
Es imprescindible por tener el mejor guión cinematográfico jamás escrito y los diálogos más célebres de la historia.
– 18 –
Breve encuentro
David Lean. Reino Unido, 1945.
Es imprescindible porque es una obra maestra, directa y concisa, aunque sea prácticamente desconocida.
– 19 –
Roma, ciudad abierta
Roberto Rossellini. Italia, 1945.
Es imprescindible porque muestra el dolor de manera desgarradora, realista y brutal, y es una referencia fundacional del neorrealismo italiano.
– 20 –
Qué bello es vivir
Frank Capra. Estados Unidos, 1946.
Es imprescindible por regalarnos el final más bonito de la historia del cine y hacernos creer que todavía quedan buenas personas.
– 21 –
Ladrón de bicicletas
Vittorio de Sica. Italia, 1948.
Es imprescindible por ser la obra cumbre del Neorrealismo italiano y porque nunca un padre y un hijo se han querido tanto en la gran pantalla.
– 22 –
Eva al desnudo
Joseph L. Mankiewicz. Estados Unidos, 1950.
Es imprescindible porque contiene, probablemente, la mejor actuación de la mejor actriz conocida, Bette Davis.
– 23 –
Un tranvía llamado deseo
Elia Kazan. Estados Unidos, 1951.
Es imprescindible porque Marlon Brando marcó un nuevo estilo interpretativo… ¡Stella!.
– 24 –
Cantando bajo la lluvia
Stanley Donen y Gene Kelly. Estados Unidos, 1952.
Es imprescindible porque esta película te alegra cualquier día por malo que éste sea.
– 25 –
Abismos de pasión
Luis Buñuel. México, 1953.
Es imprescindible porque es expresión máxima del amour fou surrealista de Buñuel.
– 26 –
Los siete samuráis
Akira Kurosawa. Japón, 1954.
Es imprescindible por ser la película de aventuras que más ha influenciado en el cine de Occidente.
– 27 –
La noche del cazador
Charles Laughton. Estados Unidos, 1955.
Es imprescindible porque es de una perversidad tan exacta y atroz que sorprende que sea la única obra de su director.
– 28 –
El cebo
Ladislao Vajda. Suiza, 1958.
Es imprescindible porque es cine negro a plena luz del día de una España en plena letargia franquista.
– 29 –
Mi tío
Jacques Tati. Francia, 1958.
Es imprescindible porque esta aparentemente sencilla comedia fue la más feroz crítica a la sociedad de consumo filmada hasta entonces.
– 30 –
Ben-Hur
William Wyler. Estados Unidos, 1959.
Es imprescindible por ser una producción de enorme escala, ya no se ruedan películas así.
– 31 –
Los cuatrocientos golpes
François Truffaut. Francia, 1959.
Es imprescindible porque François Truffaut supo romper con las normas hasta entonces establecidas por el Hollywood dorado y abrir una nueva puerta en la que otro cine era posible.
– 32 –
El apartamento
Billy Wilder. Estados Unidos. 1960.
Es imprescindible porque el amor triunfa, y eso no pasa siempre.
– 33 –
Psicosis
Alfred Hitchcock. Estados Unidos, 1960.
Es imprescindible porque estando en la cima, su director dio un giro de 180 grados a su carrera.
– 34 –
Desayuno con diamantes
Blake Edwards. Estados Unidos, 1961.
Es imprescindible porque convirtió en un icono de la cultura popular a Audrey Hepburn y por Moon River, probablemente la canción más bonita escrita nunca para una película.
– 35 –
West Side Story
Jerome Robbins y Robert Wise. Estados Unidos, 1961.
Es imprescindible porque Shakespeare estaría orgulloso de la mejor adaptación filmada de su Romeo y Julieta.
– 36 –
Agente 007 contra el Dr. No
Terence Young. Reino Unido, 1962.
Es imprescindible por ser la primera vez que vemos a James Bond en pantalla. Nace un género en sí mismo alrededor de un personaje.
– 37 –
Cleo de 5 a 7
Agnès Varda. Francia, 1962.
Es imprescindible por ser una de las propuestas más respetadas de la Nouvelle Vague. Además, dirigida por la legendaria Agnès Varda.
– 38 –
El hombre que mató a Liberty Valance
John Ford. Estados Unidos, 1962.
Es imprescindible porque suponía el fin de un género, el western, y el fin de una época.
– 39 –
Matar a un ruiseñor
Robert Mulligan. Estados Unidos, 1962.
Es imprescindible por legarnos al abogado Atticus Finch, el mayor héroe americano de la historia del cine.
– 40 –
El gatopardo
Luchino Visconti. Italia, 1963.
Es imprescindible porque nos mostraba que todo tiene que cambiar para que todo siga igual.
– 41 –
El verdugo
Luis García Berlanga. España, 1963.
Es imprescindible por cómo Berlanga supo convencer a la censura franquista de que su película no iba en contra de la pena de muerte y por ser, quizás, la mejor comedia española de la historia.
– 42 –
Los paraguas de Cherburgo
Jacques Demy. Francia, 1964.
Es imprescindible por narrar la triste y bella historia de un primer amor truncado por la guerra y hacerlo totalmente cantando.
– 43 –
La muerte tenía un precio
Sergio Leone. Italia, 1965.
Es imprescindible por ser un exponente del puro spaghetti western y del universo de Sergio Leone.
– 44 –
El joven Törless
Volker Schlöndorff. República Federal Alemana, 1966.
Es imprescindible por ser un exponente de las corrientes centroeuropeas aparecidas en los años sesenta, nacidas al amparo de las nuevas olas francesas.
– 45 –
Persona
Ingmar Bergman. Suecia, 1966.
Es imprescindible porque toda película que afronte la dualidad tiene que mirarse en el espejo de Bergman.
– 46 –
El graduado
Mike Nichols. Estados Unidos, 1967.
Es imprescindible por ser la punta de lanza del Nuevo Cine Estadounidense, nacido tras la caída del restrictivo y censor Código Hays.
– 47 –
Reflejos en un ojo dorado
John Huston. Estados Unidos, 1967.
Es imprescindible porque es un drama sureño que abrasa a unos personajes abismales en el páramo de sus vidas burguesas.
– 48 –
2001: Una odisea del espacio
Stanley Kubrick. Estados Unidos, 1968.
Es imprescindible por ser la película más amada/odiada de la historia y seguir creando debate más de 50 años después.
– 49 –
If…
Lindsay Anderson. Reino Unido, 1968.
Es imprescindible por su necesidad de mostrar la rebeldía, el inconformismo social, la lucha obrera y el desalentador futuro de las nuevas generaciones, pilares del Free Cinema inglés.
– 50 –
Cowboy de medianoche
John Schlesinger. Estados Unidos, 1969.
Es imprescindible por ser una obra adelantada a su tiempo y la primera y única calificada X en ganar el Oscar a la mejor película.
– 51 –
Z
Costa-Gavras. Argelia, 1969.
Es imprescindible por ser ejemplo paradigmático de cine político comprometido, como buena parte de la filmografía de su director, Costa-Gavras.
– 52 –
El padrino
Francis Ford Coppola. Estados Unidos, 1972.
Es imprescindible porque demostró que un desconocido director de 31 años podía dirigir la gran obra maestra del cine moderno americano.
– 53 –
El exorcista
William Friedkin. Estados Unidos, 1973.
Es imprescindible por ser la mejor película de terror de la historia. Y punto.
– 54 –
Amarcord
Federico Fellini. Italia, 1974.
Es imprescindible por representar la alegría absoluta en tiempos de fascismo.
– 55 –
Chinatown
Roman Polanski. Estados Unidos, 1974.
Es imprescindible porque es un doloroso Neo-Noir sobre la imposibilidad de lapidar los secretos del pasado.
– 56 –
Furtivos
José Luis Borau. España, 1975.
Es imprescindible porque muestra la crudeza de la España de la Transición con una madre, Lola Gaos, áspera y atroz castradora de su hijo, Ovidi Montllor.
– 57 –
Tiburón
Steven Spielberg. Estados Unidos, 1975.
Es imprescindible no solo por ser el primer éxito mundial de Spielberg sino por sentar las bases de los blockbusters.
– 58 –
Network, un mundo implacable
Sidney Lumet. Estados Unidos, 1976.
Es imprescindible porque debería ser visionado obligatorio el primer día de clase en todas las facultades de periodismo del mundo.
– 59 –
Star Wars. Episodio IV: Una nueva esperanza
George Lucas. Estados Unidos, 1977.
Es imprescindible por imaginar un universo mucho más lejano con una historia llena de infortunios familiares, espadas láser y unos rebeldes que desafiaban a todo un imperio.
– 60 –
Superman
Richard Donner. Reino Unido, 1978.
Es imprescindible porque Christopher Reeve nos hizo creer que podía volar y sentó las bases del género de superhéroes.
– 61 –
La vida de Brian
Terry Jones. Reino Unido, 1979.
Es imprescindible por ser la obra cumbre de los genios del humor Monty Python y por su revolucionaria crítica al fanatismo religioso.
– 62 –
Manhattan
Woody Allen. Estados Unidos, 1979.
Es imprescindible porque pocas veces se ha filmado un retrato tan hermoso de una ciudad.
– 63 –
Toro Salvaje
Martin Scorsese. Estados Unidos, 1980.
Es imprescindible porque nos muestra el horror y la lucha de un hombre contra sí mismo.
– 64 –
Posesión infernal
Sam Raimi. Estados Unidos, 1981.
Es imprescindible porque el terror y el gore no serían lo mismo sin la cinta de Sam Raimi. ¿Quién no se acuerda de ella cuando aparece una cabaña?
– 65 –
Blade Runner
Ridley Scott. Estados Unidos, 1982.
Es imprescindible porque nos mostraba que la empatía era la clave para ser humano.
– 66 –
El sur
Víctor Erice. España, 1983.
Es imprescindible porque en lo inacabado de la obra yace la belleza de un drama rural, el de gran parte de los vencidos de la Guerra Civil española.
– 67 –
Los santos inocentes
Mario Camus. España, 1984.
Es imprescindible por retratar la vida rural de la España franquista de una manera brutal, directa, amarga y despiadada.
– 68 –
París, Texas
Wim Wenders.
República Federal Alemana, 1984.
Es imprescindible por ser un canto a la libertad incondicional por encima de ataduras morales.
– 69 –
Regreso al futuro
Robert Zemeckis. Estados Unidos, 1985.
Es imprescindible por aunar cine de aventuras, ciencia ficción, comedia y romance y ser una de las películas más icónicas de los años 80.
– 70 –
Bajo el peso de la ley
Jim Jarmusch. Estados Unidos, 1986.
Es imprescindible por descubrirnos a Jim Jarmusch, el más emblemático director independiente del cine americano.
– 71 –
Akira
Katsuhiro Otomo. Japón, 1988.
Es imprescindible por predecir el futuro y su estética e introducir el anime en el mundo occidental.
– 72 –
Amanece que no es poco
José Luis Cuerda. España, 1989.
Es imprescindible por ser una obra de culto del humor absurdo en la comedia española.
– 73 –
Haz lo que debas
Spike Lee. Estados Unidos, 1989.
Es imprescindible por dar, desde dentro, el protagonismo a los problemas de toda una comunidad que hasta entonces solo había optado a papeles secundarios.
– 74 –
Sacrificio
Andrei Tarkovsky. Suecia, 1989.
Es imprescindible por ese plano secuencia final, nunca ver arder una casa había sido tan bello.
– 75 –
Eduardo Manostijeras
Tim Burton. Estados Unidos, 1990.
Es imprescindible porque a pesar de sus claras influencias estilísticas, resulta una clase magistral sobre luz, color y forma y consolidó a Tim Burton como uno de los directores de la década.
– 76 –
Pretty Woman
Garry Marshall. Estados Unidos, 1990.
Es imprescindible porque el inesperado romance entre un banquero adinerado y una prostituta de poca monta se ha convertido en un evento anual de la televisión.
– 77 –
El silencio de los corderos
Jonathan Demme. Estados Unidos, 1991.
Es imprescindible por conseguir que un film de terror ganase los Oscar más importantes, incluyendo el de Mejor Película.
– 78 –
JFK: Caso abierto
Oliver Stone. Estados Unidos, 1991.
Es imprescindible porque da una clase magistral de montaje cinematográfico intentando arrojar luz al magnicidio más importante de Estados Unidos en el Siglo XX.
– 79 –
Atrapado en el tiempo
Harold Ramis. Estados Unidos, 1993.
Es imprescindible porque demuestra que aunque no las merezcas, la vida te da segundas oportunidades (y terceras, y cuartas, y…).
– 80 –
El piano
Jane Campion. Nueva Zelanda, 1993.
Es imprescindible por ser la primera y hasta el momento única película dirigida por una mujer ganadora del Festival de Cannes.
– 81 –
A través de los olivos
Abbas Kiarostami. Irán, 1994.
Es imprescindible porque puso en el mapa una cinematografía tan sugerente como la iraní.
– 82 –
Cadena perpetua
Frank Darabont. Estados Unidos, 1994.
Es imprescindible porque explica una historia de amistad de manera muy bella, y por eso se ha convertido en un clásico.
– 83 –
El rey león
Rob Minkoff. Estados Unidos, 1994.
Es imprescindible por introducir la tragedia shakesperiana en el cine de animación y ser la cima del resurgimiento de Disney en los años 90.
– 84 –
Pulp Fiction
Quentin Tarantino. Estados Unidos, 1994.
Es imprescindible por ser un clásico del cine moderno, su estructura narrativa rompedora, su hibridación genérica y por la escena de baile más icónica de los 90.
– 85 –
El odio
Mathieu Kassovitz. Francia, 1995.
Es imprescindible porque explica perfectamente lo que pasa todavía hoy en las banlieues de París.
– 86 –
Seven
David Fincher. Estados Unidos, 1995.
Es imprescindible porque creó un estilo temático y estético que duró una década.
– 87 –
Toy Story
John Lasseter. Estados Unidos, 1995.
Es imprescindible porque es el primer largometraje de animación hecho íntegramente con ordenador.
– 88 –
Fargo
Joel Coen. Estados Unidos, 1996.
Es imprescindible porque esta es una historia verídica. Los eventos retratados en este filme tuvieron lugar en Minnesota en 1987. A petición de los sobrevivientes, los nombres han sido cambiados. Por respeto a los fallecidos, el resto ha sido contado exactamente como ocurrió.
– 89 –
Trainspotting
Danny Boyle. Reino Unido, 1996.
Es imprescindible por acercarnos de manera frenética al mundo de las drogas, con una banda sonora vital y un emergente Ewan McGregor.
– 90 –
La vida es bella
Roberto Benigni. Italia, 1997.
Es imprescindible porque en un contexto bélico y en un escenario descorazonador como son los campos de concentración, un padre supo convencer tanto a su hijo como a los espectadores de que la vida no es solo bella, sino que vale luchar por ella hasta el último aliento.
– 91 –
Titanic
James Cameron. Estados Unidos, 1997.
Es imprescindible por ser una de las tres películas con más Oscar en su haber y porque es la película con mayor número de espectadores en España.
– 92 –
El show de Truman
Peter Weir. Estados Unidos, 1998.
Es imprescindible por ser una perturbadora comedia que expone dilemas morales y éticos en la expansión del sensacionalismo en los medios de comunicación.
– 93 –
Los idiotas
Lars von Trier. Dinamarca, 1998.
Es imprescindible por su irreverencia general y por pertenecer al Dogma 95, manifiesto cinematográfico del cual Lars von Trier fue uno de sus precursores.
– 94 –
Ringu
Hideo Nakata. Japón, 1998.
Es imprescindible porque la cinta de Hideo Nakata fue pionera en la expansión del género J-Horror fuera de la escena nipona.
– 95 –
American Beauty
Sam Mendes. Estados Unidos, 1999.
Es imprescindible porque anticipó la destrucción del sueño americano dos años antes del 11-S.
– 96 –
Matrix
Lilly y Lana Wachowski. Estados Unidos, 1999.
Es imprescindible porque revolucionó de una manera tan brutal los efectos especiales que su influencia llega todavía a nuestros días.
– 97 –
Todo sobre mi madre
Pedro Almodóvar. España, 1999.
Es imprescindible porque es la depuración absoluta del estilo Almodóvar y supuso la consolidación internacional del manchego.
– 98 –
Deseando amar
Wong Kar-Wai. Hong Kong, 2000.
Es imprescindible porque demostró que en cualquier rincón del mundo se pueden vivir apasionadas historias de amor.
– 99 –
La comunidad
Álex de la Iglesia. España, 2000.
Es imprescindible por mezclar tan bien el humor de Ibáñez con el cine de Berlanga, creando un cine con identidad propia.
– 100 –
Tigre y dragón
Ang Lee. Taiwán, 2000.
Es imprescindible por representar la belleza onírica con peleas de espadas y kung fu.
– 101 –
El señor de los anillos: la comunidad del anillo
Peter Jackson. Nueva Zelanda, 2001.
Es imprescindible porque no pasan los años para la trilogía de Peter Jackson y fue un fenómeno que junto a Harry Potter animó a que más literatura fantástica fuera adaptada al cine, demostrando que ya ningún mundo de fantasía era irresistible al celuloide.
– 102 –
El viaje de Chihiro
Hayao Miyazaki. Japón, 2001.
Es imprescindible porque la cinta de Hayao Miyazaki fue la primera película de animación japonesa reconocida por la Academia con el Oscar a Mejor Película de Habla no Inglesa. Y es una obra maestra.
– 103 –
Mulholland Drive
David Lynch. Estados Unidos, 2001.
Es imprescindible porque es un puzzle en el que no es necesario que todas las piezas encajen para resultar fascinante.
– 104 –
Shrek
Andrew Adamson y Vicky Jenson. Estados Unidos, 2001.
Es imprescindible porque le dio la vuelta a las películas de príncipes que rescatan princesas y generó un personaje icónico para la historia del cine.
– 105 –
Bowling for Columbine
Michael Moore. Estados Unidos, 2002.
Es imprescindible porque es un escalofriante estudio sobre la irracional necesidad de poseer armas de la autodenominada “mejor nación del planeta”.
– 106 –
Ciudad de Dios
Fernando Meirelles y Kátia Lund. Brasil, 2002.
Es imprescindible por instaurar un estilo de filmar los suburbios de cualquier lugar del mundo.
– 107 –
Irreversible
Gaspar Noé. Francia, 2002.
Es imprescindible porque muestra toda la crudeza de una violación y, además, no nos damos cuenta hasta el principio de lo triste que es.
– 108 –
Lost in translation
Sofia Coppola. Estados Unidos, 2003.
Es imprescindible por ser uno de los más bellos retratos sobre la soledad y por la personal voz de su directora, ganadora del Oscar a Mejor Guion Original.
– 109 –
Love Actually
Richard Curtis. Reino Unido, 2003.
Es imprescindible por convertirse en un clásico navideño moderno y representar como pocas la comedia británica con el sello de Richard Curtis.
– 110 –
Juno
Jason Reitman. Estados Unidos, 2006.
Es imprescindible por ofrecer una visión original y optimista de una temática tradicionalmente ligada al drama: un embarazo adolescente.
– 111 –
Persépolis
Marjane Satrapi y Vincent Paronnaud. Francia, 2007.
Es imprescindible porque evidencia el fundamentalismo religioso y la opresión machista en un canto a la libertad narrado en forma de cómic.
– 112 –
Déjame entrar
Tomas Alfredson. Suecia, 2008.
Es imprescindible por hacer una aproximación actual, más humana y social del mito del vampiro, desde la cual compadecernos y aterrorizarnos por igual ante la criatura y su devenir entre las personas.
– 113 –
El caballero oscuro
Christopher Nolan. Estados Unidos, 2008.
Es imprescindible porque el cine de superhéroes nunca volvió a ser igual (para bien o para mal) después de Nolan.
– 114 –
Canino
Yorgos Lanthimos. Grecia, 2009.
Es imprescindible por contar con uno de los guiones más valientes del cine reciente y por cuestionar visceralmente los roles de la educación y la familia.
– 115 –
En tierra hostil
Kathryn Bigelow. Estados Unidos, 2009.
Es imprescindible por ser una magnífica película bélico-dramática cuya directora pasará a la historia por alzarse con el primer Oscar a la Mejor Dirección para una mujer. Casi nada.
– 116 –
La cinta blanca
Michael Haneke. Alemania, 2009.
Es imprescindible porque Michael Haneke explora los orígenes del nazismo a través de la historia de unos niños en una aldea protestante.
– 117 –
La caza
Thomas Vinterberg. Dinamarca, 2012.
Es imprescindible porque muestra cómo una mentira puede arruinarle la vida a una persona.
– 118 –
Her
Spike Jonze. Estados Unidos, 2013.
Es imprescindible porque presenta una historia de (des)amor distópica que cuestiona el futuro de la convivencia entre humanos y máquinas.
– 119 –
La gran belleza
Paolo Sorrentino. Italia, 2013.
Es imprescindible porque una vez superados los traumas del pasado, somos capaces de ver la belleza.
– 120 –
La vida de Adèle
Abdellatif Kechiche. Francia, 2013.
Es imprescindible por captar con tremenda naturalidad la esencia misma de la vida, del primer amor y el primer desamor.
– 121 –
Mad Max: Furia en la carretera
George Miller. Australia, 2015.
Es imprescindible porque demuestra que nunca es tarde para pegarle un puñetazo a Hollywood en la cara.
– 122 –
La La Land
Damien Chazelle. Estados Unidos, 2016.
Es imprescindible porque además de convertirse en un clásico instantáneo siempre será recordada como la ganadora, por unos minutos, de los Oscars 2017.
– 123 –
Yo, Daniel Blake
Ken Loach. Reino Unido, 2016.
Es imprescindible por plasmar con la crudeza y el humanismo que caracterizan el cine de Ken Loach las dificultades que viven los trabajadores en paro en un sistema perverso que limita las ayudas sociales.
– 124 –
Roma
Alfonso Cuarón. México, 2018.
Es imprescindible no solo por su belleza, sino también por haber hecho temblar los cimientos de la distribución cinematográfica convencional.
– 125 –
Parásitos
Bong Joon-ho. Corea del Sur, 2019.
Es imprescindible porque esta feroz comedia sobre la lucha de clases hizo historia por ser la primera película no hablada en inglés en ganar el Oscar a la Mejor Película.
A 40 años de su estreno, en 2020 ha vuelto Cosmos en una nueva temporada, ‘Cosmos: Possible Worlds’. Su productora y guionista explica las razones por las cuales esta serie documental es más importante que nunca y por qué es necesario el optimismo en esta época marcada por el cambio climático, pandemias y los movimientos anticientíficos.
La voz de Ann Druyan suena débil, distante como un eco en una profunda cueva. Parece diluirse en el teléfono. Sin embargo, sus ideas son potentes. Ganadora del Premio Peabody y del Emmy, esta mujer de 70 años es escritora, productora, directora y una de las comunicadoras de ciencia más importantes de nuestro tiempo. Escribió libros como Sombras de antepasados olvidados, El mundo y sus demonios y la novela en la que se basó la película Contact (1997). Y aún así para algunos es la «viuda de Carl Sagan».
Hace 40 años, tuvo una epifanía. Druyan engendró con el popular astrónomo la serie Cosmos, a través de la cual llevó al público en un viaje por el espacio y el tiempo, al pasado, presente y futuro de la historia de nuestra especie. «Cuando empezamos a escribir Cosmos en 1978 —recuerda—, con Carl sentimos la urgencia de compartir el asombroso poder de la ciencia, de transmitir la elevación espiritual que nos revela el universo, así como la necesidad de amplificar las alarmas que los científicos estaban haciendo sonar sobre nuestro impacto en el planeta».
En un escenario actual dominado no por la posibilidad de un armagedón nuclear sino por el cambio climático y los movimientos anticientíficos, esta escritora estadounidense sintió otra vez aquella necesidad.
Por eso, acompañada esta vez por el guionista Brannon Braga —conocido por su trabajo en Star Trek—, decidió que era hora de volver. En esta oportunidad con Cosmos: Possible Worlds, una producción de 13 episodios que, tras estar en un limbo durante meses por denuncias de conducta sexual inapropiada contra el famoso astrofísico Neil deGrasse Tyson —descartadas después de una investigación—, finalmente se estrenó por el canal National Geographic en marzo en España y en América Latina.
En 2014, con el impulso del productor Seth MacFarlane, Cosmos volvió a la televisión con un nuevo conductor, el astrónomo del Museo Americano de Historia Natural, Neil deGrasse Tyson, en Cosmos: A Spacetime Odyssey. ¿Qué la llevó a apostar por una nueva temporada?
El universo es un lugar tan grande con un número casi infinito de historias para contar. Estamos en un momento crítico de nuestra historia en el que debemos dejar de ser sonámbulos. Debemos despertar, ponernos de pie. Precisamos más que nunca de historias que nos den esperanzas. Cosmos es un faro de inspiración.
En los nuevos capítulos, el actor Patrick Stewart interpreta al astrónomo William Herschel y Judd Hirsch a Robert Oppenheimer, el padre de la bomba atómica. ¿A qué se refieren los “mundos posibles” del título?
Exploramos exoplanetas recientemente descubiertos y también nuestro universo interior, como el conectoma o las iniciativas por cartografiar el genoma humano. En especial en esta nueva temporada investigamos cómo podría ser nuestro futuro dentro de mil años si usáramos la ciencia y la tecnología con sabiduría.
Vivimos en una época en la que la cortina de la noche se ha levantado: ahora podemos conocer a la naturaleza como nunca antes. La ciencia es nuestra herramienta más poderosa para aprehender la realidad. Hemos puesto tantas veces nuestros sentidos en mundos distantes que prácticamente ya no es noticia. Podemos hacer cosas asombrosas pero a la vez estamos arruinando nuestro medio ambiente.
Los peligros también provienen de las fake news y los movimientos anticientíficos. ¿Cómo cree que los científicos deberían reaccionar ante los terraplanistas, antivacunas y demás negacionistas?
Creo que no deberían regodearse de lo que saben frente a las audiencias, sino buscar conectarse emocionalmente con ellas. Esa ha sido la misión de Cosmos: asombrar, entretener, incentivar la curiosidad, excitar, recordar que la ciencia nos rodea, que es relevante en nuestras vidas y en nuestra cultura.
Transmitir información es solo una fracción del deber de la comunicación de la ciencia. Hay que conectar el cerebro con el corazón. Se trata de entablar un encuentro personal, debemos derribar los muros que rodean la ciencia y que nos han excluido e intimidado a muchos de nosotros y traducir las ideas de la jerga técnica al lenguaje que todos compartimos para poder apropiarnos de ellas.
Cosmos es un poema visual. Combinan música y un gran despliegue visual. ¿Cree que estos elementos son necesarios para lograr esa conexión con la audiencia?
La narración de historias es clave para involucrar al público. La misión de Cosmos es similar a algo que Albert Einstein dijo en un discurso pronunciado en la Feria Mundial de Nueva York en 1939: «Si la ciencia, como el arte, ha de cumplir su misión de manera verdadera y plena, sus logros deben entrar no solo superficialmente sino con su significado interno en la conciencia de las personas».
¿Qué historias le interesan?
Vivimos en una época en la que nos sentimos indefensos, perdidos en estos tiempos oscuros, pero no lo somos: somos poderosos. Quería contar historias que mejoraran la autoestima humana, historias de nuestros antepasados y su coraje, cómo lucharon valientemente por una comprensión más profunda y precisa de la naturaleza. Si estos hombres y mujeres fueran nuestros ídolos, nuestras celebridades, si fueran personas admiradas por nuestros hijos e hijas, creo que estaríamos en otra situación.
¿De qué personas habla?
En esta temporada, contamos historias de científicos que han sido ignorados por la historia. Conocemos a Einstein y Galileo, pero el edificio de la ciencia es resultado del trabajo de incontables personas, hombres y mujeres en su mayoría olvidados. Soy una coleccionista, una cazadora-recolectora de historias. Siempre quise contar lo que tuvo que atravesar Nikolay Vavilov, un científico ruso que tenía el sueño de erradicar el hambre y viajó por el mundo coleccionando semillas.
En los peores días de las purgas estalinistas, fue perseguido y encarcelado por su enfrentamiento con Trofim Lysenko, propulsor de teorías pseudocientíficas, que además de negar a Darwin contaba con el apoyo de Stalin. Vavilov murió de hambre en prisión y su equipo pereció protegiendo el banco de semillas de Leningrado en un asedio nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
La serie viene acompañada por un nuevo libro que usted escribió. Allí habla de la importancia del optimismo. En esta era de pandemias y cambio climático, ¿por qué cree que esta perspectiva optimista es necesaria?
Eso me pregunta mi hijo también. Baso mi optimismo en lo que sé de nuestros ancestros, en la tenacidad de la vida. Mi loco optimismo está basado en la ciencia y en la tecnología. Nuestra visión del futuro es distópica. Es un reflejo de los graves desafíos que enfrentamos. Todos sentimos la sombra que se cierne sobre nosotros. En Cosmos, contamos las historias de personas que en momentos críticos han defendido la ciencia. Esperamos que estas historias inspiren y nos ayuden a rechazar a aquellos líderes que niegan la realidad. La verdad importa. En materia climática, tenemos que empezar a tomar en serio lo que nos vienen diciendo los científicos desde hace 70 años.
Este año se festeja también el 30 aniversario del Pale Blue Dot (un punto azul pálido), una de las más famosas fotos de la Tierra tomadas por la sonda Voyager 1 cerca de Saturno. La imagen tuvo un gran impacto. ¿Necesitamos un sacudón similar en la actualidad?
“Contamos las historias de personas que en momentos críticos han defendido la ciencia”
Necesitamos una dosis saludable de escepticismo: probar ideas a través de la observación y la experimentación. Y cuestionar todo, incluida la autoridad. Debemos compartir estas historias de nuestros ancestros y su perseverancia. Somos sus descendientes. Nos sentimos impotentes, pero tenemos los medios para comunicarnos entre nosotros.
No podemos tolerar líderes que nos engañan con sus mentiras. Los pasos hacia atrás que hemos dado en los Estados Unidos en los últimos años son desalentadores. Pero creo en la democracia. Es ahora nuestro turno de enfrentar los desafíos como lo hicieron en su momento nuestros antepasados. Debemos actuar en defensa de nuestra civilización para no ser manipulados tan fácilmente y rechazar a aquellos líderes que tienen desprecio por la ciencia y por la realidad.
¿No cree que ya es un poco tarde?
Para nada. Hay otro futuro, otro mundo posible. El Antropoceno podría ser la era del despertar humano, cuando aprendemos a usar la ciencia y la alta tecnología en armonía con la naturaleza.
¿Imagina en un futuro una conductora mujer en Cosmos?
Absolutamente. Conozco a un gran número de talentosas científicas que tienen el poder de comunicar. Ese ha sido un gran cambio que he visto a lo largo de mi vida.
Basada en la vida de Jaime A. Escalante, docente de Matemáticas, esta cinta (de finales de la década de los 80) fue protagonizada por Edward James Olmos. Forma parte de este grupo de largometrajes que relatan la llegada de un nuevo profesor a un centro conflictivo y como su presencia marcará un antes y un después para sus alumnos; jóvenes con una actitud conformista y sin aspiraciones que aprenderán el significado de la palabra luchar.
2. Katmandú, un espejo en el cielo
Icíar Bollaín dirige a Verónica Echegui en esta película que traslada al espectador a una escuela de Katmandú. Allí Laia, su protagonista, se enfrenta a una dura realidad tanto personal como profesional que poco a poco irá superando mientras emprende un interesante proyecto educativo de alfabetización. Basada en una historia real, la de una maestra catalana llamada Victoria Subirana.
Ambientada en el año 1953, su director Mike Newell realiza una crítica al papel de la mujer en aquella época. Hasta el colegio femenino de Wellesley llega la profesora de arte Katherine Watson (Julia Roberts). Enseñará a sus alumnas la importancia de pensar por sí mismas y que más allá de ser una buena esposa y madre la vida puede ofrecerlas muchas más cosas y oportunidades.
Alberto Manzi es un profesor que acaba de regresar de la II Guerra Mundial y empieza a buscar trabajo. La tarea no es fácil y finalmente encuentra uno en el reformatorio de la ciudad, dando clases a niños y jóvenes a los que nadie acepta. Con mucho esfuerzo y dedicación consigue que estos pequeños acaben confiando en él, compartiendo sueños e historias.
El abandono escolar, la falta de educación, la inmigración o la necesidad de estimular a los alumnos son algunos de los temas que plantea este largometraje francés. El hilo conductor es un joven profesor de lengua francesa que imparte clases a un grupo de adolescentes en un instituto multiétnico de un barrio marginal de París.
Esta película cuenta la historia de Glenn Holland (representado por Richard Dreyfuss) que tras dejar su trabajo como músico en fiestas privadas, se convierte en profesor de una desordenada escuela. Aquí descubrirá su verdadera vocación: enseñar a sus alumnos a entender la vida a través de la música. Dirigido por Stephen Herek, este film estadounidense se estrenó en 1995.
Con un reparto encabezado por Robin Williams, Robert Sean Leonard y Ethan Hawke, esta película se estrenó en 1989. Ambientada en la exclusiva Academia Walton de Nueva Inglaterra, la llegada del nuevo profesor de Literatura y sus novedosos métodos de enseñanza son el contrapunto a las estrictas reglas académicas de este centro escolar. Robin Williams encarna a John Keating, un docente con el que un grupo de estudiantes aprenderá a luchar por sus sueños y a no rendirse. También descubrirán el significado de la expresión latina ‘carpe diem’.
La película cuenta la historia Clément Mathieu, un músico fracasado que trabaja como docente en un internado para niños ‘difíciles’. A través de la música, el profesor logra cambiar la vida de sus alumnos con la creación de una coral. A base de practicar y gracias a la voz excepcional de Pierre Morhange, uno de los alumnos más complicados, el coro comienza a tener éxito. Este film francés de 2004 fue dirigido por Christophe Barratier.
Sidney Poitier encabeza este clásico del cine —cuyo título original es ‘To Sir, with love’— que tiene lugar en una escuela conflictiva. Poitier encarna a un ingeniero en paro que, hasta que le salga un trabajo que verdaderamente le interese, acepta un empleo como de maestro este centro. Tendrá el difícil cometido de ganarse la confianza de un grupo de estudiantes desmotivados, difíciles y rebeldes.
En 2008, Dennis Gansel dirigió esta película alemana. ¿Su lema? ‘El poder mediante la disciplina, fuerza mediante la comunidad, fuerza a través de la acción y fuerza a través del orgullo’. El punto de partida es un experimento que decide llevar a cabo un profesor de un colegio alemán para explicar a sus alumnos cómo funcionan los gobiernos autoritarios. La situación desembocará en un conflicto de consecuencias desproporcionadas e inimaginables: violencia, vandalismo, aislamiento por parte de un grupo de estudiantes…
En 2018 el Equipo Argentino de Antropología Forense fue distinguido por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales y la Universidad Nacional de Quilmes con el Premio Latinoamericano Juan Gelman por su compromiso con las ciencias sociales y la defensa de los derechos humanos. Ciencia por la verdad es parte de ese reconocimiento y conmemora los 35 años de trabajo en la búsqueda y restitución de la identidad de miles de personas desaparecidas tanto en Argentina, como en América Latina y en el resto del mundo. El libro recopila 35 historias que, como un tejido, se unen unas a otras para dar cuenta de una experiencia colectiva guiada por la comunicación con los familiares, el rigor científico y el intachable trabajo de más de una generación.
Autores (as): Equipo Argentino de Antropología Forense
Editorial/Editor: CLACSO. Universidad Nacional de Quilmes.
Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=1798&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1362
Las familias y los docentes son figuras de apego para los niños y estudiantes. Éstos pueden contribuir a la educación emocional de los pequeños con la narración de cuentos, que le muestran sentimientos y distintos puntos de vista de la realidad. Los psicólogos Rafael Guerrero y Olga Barroso explican cómo puede ayudar la lectura de relatos a los niños en su crecimiento emocional.
Los niños perciben una gran cantidad de la información que se encuentra a su alrededor pero tienen grandes dificultades para organizarla y darle un sentido. Y aquí es donde entra en juego la figura parental y la de los docentes. Eso sí, con los cuentos como vehículo. Somos las familias y el profesorado los responsables de intentar ordenar y explicar a los niños lo que está ocurriendo fuera y lo que están sintiendo en su cuerpo.
Las figuras de apego y los cuentos
Las figuras de apego somos los ‘contadores de cuentos’ de lo que ocurre alrededor de los niños. Esta función de describir y contar lo que ocurre, tanto en el mundo exterior como en sus propios cuerpos, lo hacemos desde que llegan a nuestras vidas. Es ahí, si no antes, cuando comenzamos a desarrollar la educación emocional. Les ayudamos a interpretar las señales emocionales y fisiológicas de su cuerpo, así como a interpretar correctamente lo que ocurre a su alrededor. Y todo esto es educar en las emociones, ayudarles a comprender lo que les pasa.
Desde el momento en que el neonato llora porque tiene hambre o sueño, el adulto es el encargado de traducir y darle una narrativa de lo que está ocurriendo, además de dar respuesta a su necesidad. El neonato no entiende lo que ocurre, solo siente placer o displacer. Es momento de narrar lo que está pasando: “Tranquilo, cariño. Tienes hambre, por eso estás llorando. Ahora te daré de comer”. Esto es fundamental. Es el proceso de mentalización, es decir, de ponerle nombre a los afectos, las sensaciones o los pensamientos, etc. El bebé y el niño necesitan de un adulto responsable y responsivo que le aporte luz y sentido a lo que están experimentando. Alguien que les traduzca lo que sienten en su cuerpo (dolor, hambre, sueño, rabia, etc) o lo que están viendo en el exterior.
Los beneficios emocionales que aporta una narración
El rol como figuras de apego (madres, padres, docentes…) consiste en ayudar al niño a pasar su caos a un estado de tranquilidad y darle un sentido. Para ello, los cuentos son fundamentales en la vida ya que nos ayudan a adaptarnos al ambiente en el que vivimos. Estamos constantemente contando y escuchando historias: hablando en el parque con nuestros hijos, viendo una película, conversando con un amigo sobre nuestras preocupaciones, escribiendo un tweet…
Escuchar y contar historias es de lo más habitual y cotidiano que podemos hacer. Estamos constantemente contando a nuestros hijos, padres, hermanos y parejas lo que nos ha sucedido y lo que nos va a suceder. Mediante la narración de estas historias contribuimos a desarrollar y comprender las emociones que experimentamos.
El cuento es un vehículo extraordinario para que los niños, y las personas en definitiva, entendamos el mundo en el que estamos inmersos. Así, podemos entender que Caperucita Roja siente mucho miedo al encontrarse con el lobo en el bosque y que Ricitos de Oro siente una gran curiosidad por entrar a la casa de los ositos. Entendemos y sentimos las emociones de los demás a través de los cuentos. Además, las historias nos ayudan a poder identificar las emociones en los demás, así como diferentes estrategias efectivas de regulación emocional. Es por ello que recomendamos, desde pequeños, que les leamos cuentos a nuestros hijos. Es fundamental.
Sirva como ejemplo, el libro ‘Cuentos para el desarrollo emocional desde la teoría del apego’ donde se explica de manera sencilla las bases de la teoría del apego, (qué es el apego, los diferentes estilos de apego que existen -apego seguro, evitativo, ansioso-ambivalente y desorganizado-, las necesidades básicas del ser humano y diversas herramientas para regular de manera adecuada las emociones que presentan los niños. También se muestra la neurobiología de las emociones y el apego y estrategias concretas para lograr un vínculo seguro con los hijos. También se incluye un total de 12 cuentos que ilustran de manera práctica los conceptos explicados y desarrollados al principio de los capítulos.
En definitiva, a través de los cuentos comprendemos mejor el mensaje y, además, perdura más en el tiempo. Viendo cómo los demás se relacionan en una historia contada en tercera persona podemos comprender mejor nuestra historia y las circunstancias.
Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/importancia-cuentos-desarrollo-emocional/116804.html
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