Page 1 of 9
1 2 3 9

Huellas de humanidad en la lucha por la educación

Las humanidades constituyen un campo de conocimientos que, desde una historia cargada de contradicciones, apuesta a echar luz a la realidad. ¿Qué tendrán estos saberes para decir o para preguntar sobre estos tiempos tan aciagos que transitamos? «Voces en educación» es la columna de la Escuela de Ciencias de la Educación de la UNC que apuesta por poner una palabra en el debate público desde el campo educativo y una pluralidad de miradas. En esta primera entrega, algunas pistas del contexto y los gestos de humanidad que se resisten a ser clausurados.

Por Guadalupe Molina para La tinta*

Ante los desgarros de un tiempo donde el odio y el desprecio por el otro circulan con tanto desparpajo naturalizado, una pancarta estudiantil persiste en mostrar y sostener en alto un mensaje: “Que nada de lo humano te sea ajeno”. Son palabras de Juan Pablo Abratte, pedagogo que fue decano de la FFyH entre 2017 y 2019, y que ya no está entre nosotrxs. Que no nos sea ajena la educación como práctica profundamente humana para recibir, acoger, abrazar, tramar con otrxs; la educación como derecho humano insoslayable que requiere tanto de esos gestos como de unos saberes que pongan lo humano (en un sentido no especista) en el centro de la escena.

Nos encontramos peleando por los salarios docentes universitarios, por su terrible pérdida del poder adquisitivo, porque no se llega a fin de mes, porque tomamos otro trabajo y, tal vez, otro más para poder paliar la cosa, y, aun así, no alcanza. Y esto en el mejor de los casos. Somos personas asalariadas, pero quienes no, ¿qué hacen? Muchxs engrosan las cifras de desempleadxs o de integrantes de redes informales de la economía, cada vez más precarizadas. Claro está, el contexto no ayuda. La tarea no es solo resistir, sino persistir en la producción de un mundo más justo y digno. 

La lucha por el salario no es nueva

Algunas comparaciones con los años 90 están a flor de piel, sin embargo, hay por lo menos tres rasgos que tiñen de modo inédito la lucha actual por los salarios. En primer lugar, según un informe de julio de 2024 por Mariana González para CIFRA-CTA , este año, el salario mínimo real fue 53,1% menor que en 2015 y el más bajo de las últimas tres décadas. La caída del salario docente universitario en un 47%, en un período tan corto de tiempo, da cuenta de una brutalidad que no hemos vivido antes. Este es el dato duro para entender las condiciones de las que hablamos en materia salarial, a lo que se suma el escaso presupuesto universitario para el mantenimiento de la infraestructura, los servicios y las políticas de inclusión y promoción de la ciencia y la tecnología. En esta misma tónica, docentes del resto del sistema educativo están luchando también por una recomposición salarial, sin el Fondo Nacional de Incentivo Docente ―FONID―, otro hecho inédito, ya que ningún gobierno se atrevió a suspenderlo desde su creación en 1998.

En segundo lugar, muchos discursos actuales cuestionan con un desparpajo y liviandad inusitados una de las mayores conquistas en nuestro país, que se encuentra expresada en la Ley de Educación Nacional ―LEN―. Me refiero al valor que se le da a la educación y el conocimiento como un bien público y un derecho personal y social, garantizados por el Estado (artículo 2, Ley 26205/2006). La arremetida de los discursos meritocráticos, mercantilistas y negadores de estos derechos dejan de lado un pilar democrático fundamental de nuestra sociedad argentina.

Este año, se cumplen los 140 años de la Ley 1420 de 1884 que plasmó una de las primeras y fundamentales conquistas, al definir la educación como pública, gratuita, laica y obligatoria (con sus particularidades en aquel contexto). En la misma tónica, la LEN constituye actualmente un pilar irrenunciable, en tanto expresa que la educación y el conocimiento son derechos sociales que el Estado debe garantizar para todxs lxs niñxs, jóvenes y adultxs de este país, más allá de las circunstancias en que se encuentren lxs estudiantes. Solo por dar un ejemplo, el diputado nacional de La Libertad Avanza, Alberto Benegas Lynch, puso en duda la relevancia de la obligatoriedad educativa, afirmando que “la libertad también es que, si no querés mandar a tu hijo al colegio porque lo necesitás en el taller, puedas hacerlo”.

En tercer lugar, asistimos a una escalada de inmoralidad y violencia social que se ejerce principalmente sobre lxs más pobres, las mujeres y diversidades sexo-genéricas, las infancias y juventudes, lxs viejxs, las personas enfermas, indígenas, afrodescendientes, es decir, sobre quienes son concebidxs con un valor humano inferior ante los ojos de quienes detentan algún poder o se creen “humanamente superiores”. Norbert Elias, en el “Ensayo teórico sobre la relación entre establecidos y marginados”, se pregunta: ¿qué lleva a un grupo a considerarse superior y denostar a otros al calificar su condición como humanamente inferior? Solo la creencia de que hay personas más o menos valiosas justifica los procesos de estigmatización, violencia, desprecio y exterminio del otro. En esta línea, niños y niñas se van a dormir sin comer, las variadas situaciones de violencia de género, el cierre del INADI, el desmantelamiento de las áreas de género, el acopio de alimentos, el desfinanciamiento de enfermedades terminales son solo algunos hechos.

Ocultando su carácter espurio, la perversión de tomar la parte por el todo emerge como argumento válido que justifica injusticias de distinto orden, hace que todo dé igual y sea muy sencillo cuestionar los derechos conquistados. La apología de los discursos misóginos, racistas, clasistas y centralistas es bestial, pero más bestial es la simpleza con la que corren como verdad revelada en los medios de comunicación y las redes sociales como TikTok, Instagram o X.


En esta trama tan complicada, que excede las cuestiones partidarias, aunque no las ignore, vale pensar qué hacemos quienes confiamos en los gestos humanos/humanitarios y reivindicamos las ciencias sociales y humanidades. ¿Cómo encaramos nuestra tarea cotidiana de la docencia y el trabajo con el conocimiento, ya sea que estemos en la universidad o en una escuela, en la montaña o una barriada popular, en una institución de gestión privada o de gestión pública? ¿Cómo sostenemos y ampliamos prácticas ligadas a la solidaridad, la esperanza, la confianza en el otro, la apuesta por un mañana mejor?


Estas inquietudes son comunes a quienes nos consideramos trabajadorxs de la educación, preguntas que unen tremendas contradicciones, la lucha por el bolsillo, las conversaciones con estudiantes, querer estar en clases, las opciones inconducentes y las movilizaciones masivas donde nos encontramos aferrados a un sueño que no es otro que el de una vida digna.

Vuelvo al mensaje de una tía muy querida, maestra de toda la vida, Teresita Molina de Cordi, directora de escuela primaria e inspectora jubilada. Suele repetir que el mejor lugar para una docente es el aula, el que más se disfruta, el que te nutre con las vidas de los niños, niñas, niñes. Su mensaje es de febrero de 2018, en un momento familiar de muchas pérdidas, y dice: «Hay una cosa que me suena y te la comparto: la vida no se clausura y no se clausura porque, si no, no veríamos las huellas, no tendríamos horizontes y seguramente que hemos de agudizar las miradas y los recuerdos agradecidos. Sí, la vida es como un río, tiene una vertiente, tiene una naciente y va a desembocar a un mar o a un lugar donde se abren nuevos horizontes. No se clausura la vida, para nada, ¡abre! Bueno, sigamos las huellas, las huellas son proyectos y hay que continuarlas».

Las palabras de Juan Pablo Abratte son huellas, las luchas de Madres y Abuelas son huellas, las conquistas de derechos en estos 40 años de democracia ininterrumpida en Argentina son huellas, la expansión inusitada de los feminismos son huellas, el persistir en la reivindicación y ampliación de los derechos humanos son huellas y la lista queda abierta para que cada unx la amplíe con sus memorias, sentires, pensamientos y deseos.

Solo tengo certeza de algunas huellas, de la gente querida y próxima, la apuesta renovada a la educación como terreno humano y de humanidades, no un servicio esencial que trata de meternos en otro laberinto sin salida. Tengamos en claro las prioridades y los horizontes: el abrazo al otro diferente, extraño y, a la vez, tan humano como nosotrxs. La persistencia en las luchas laborales, por condiciones justas de trabajo, de todxs lxs trabajadores docentes que visualizamos en las calles y en las aulas estos reclamos y los ideales por enseñar, aprender y expandir el conocimiento en múltiples direcciones que nos nutran y dignifiquen.

En tiempos de tantos hechos inmorales, mejor volver a las huellas que son proyectos y que, como convicciones profundas e irrenunciables, hoy más que nunca, nos marcan el rumbo. Ni la vida ni las luchas están clausuradas.

*Por Guadalupe Molina para La tinta / Imagen de portada: Tui Guedes.

*Voces en Educación es una columna institucional de la Escuela de Ciencias de la Educación (ECE) de la UNC, un espacio de comunicación pública de la ciencia del campo educativo local.

Huellas de humanidad en la lucha por la educación

Comparte este contenido:

Descolonizar la cooperación internacional para el desarrollo

Por: Ollantay Itzamná

Los pueblos y la humanidad entera, somos producto del encuentro, de la solidaridad o la cooperación. Sin la cooperación mutua no existiría ningún tipo de vida, menos la vida humana.

Terminada la II Guerra Mundial, el entonces presidente de los EEUU, Harry Truman, en 1949, dividió el mundo entre: los desarrollados (ellos) y los subdesarrollados (nosotros).[1] Y, montado en los “consensos” de Organización de las Naciones Unidas (ONU), Europa y EEUU emprendieron el programa de la Cooperación Internacional para el Desarrollo (CID) hacia los países subdesarrollados. El objetivo era y es: Desarrollo y progreso para los pueblos.

Casi un siglo después de la vigencia de la cooperación internacional para el desarrollo, constamos que esos programas, en buena medida, fueron mecanismos de recolonización para crear las condiciones socioculturales que posibilitaron la expansión del capitalismo (despojo/destrucción de los territorios). En buena medida, los programas de cooperación internacional desintegraron a nuestros pueblos, y nos empujaron al consumismo y a la ilusión del emprendedurismo.

En el caso de las comunidades campesinas, la cooperación internacional para desarrollo promovió la “revolución verde” que destruyó y destruye los ecosistemas y tramas de vida en nuestros territorios. Desintegró socialmente a las comunidades, y descampesinó a las familias. Ahora, las familias que aún se dedican a la producción agrícola ya no quieren producir sin productos agrotóxicos.

La bicentenaria historia blanca y sangrienta de la intervención o del colonialismo (cooperación) norteamericano tiene facetas nefastas como el Plan para el Progreso en nuestro Continente de Abya Yala. Dicho colonialismo norteamericano, hoy, cobra hegemonía con la cooperación letal de la USAID, que ya no sólo coloniza mentes y sentimientos, sino que incluso fecunda “progresismos norteamericanos” para seguir colonizado a los pueblos, como ocurre con el actual gobierno de Guatemala.[2]

Desde los pueblos de Abya Yala sentipensamos que la cooperación internacional para el desarrollo fue uno de los nuevos mecanismos para la recolonización y perpetuación de la dominación de los “vencedores” de la II Guerra Mundial sobre los pueblos del Sur.

Cuando Truman decía desarrollo y subdesarrollo, anunciaba el horizonte del neocolonialismo del Sur para el (mal) desarrollo del Norte. Sin colonizar la mente y los sentimientos de los pueblos del Sur, mediante la cooperación internacional “apolítico”, era impensable expandir en el globo el capitalismo. En consecuencia, conseguir el desarrollo del Norte sobre las cenizas del Sur.

Pero, el desarrollismo promovido desde el Norte, no sólo puso en “situación límite” el entramado de la Vida en el planeta Tierra, sino que agudizó o “trasladó” el Sur al Norte. Al punto que, ahora, ese Sur empobrecido en el Norte opulento exige la cooperación al desarrollo. Pero, ya no hay tiempo, ni condiciones, para ampliar el “desarrollo” a más gente, mucho menos de manera indefinida. La Tierra, como macro ecosistema de vidas, no da más.

En este contexto histórico y planetario, conversamos con un sureño en el Norte, Eneko Gerrikabeitia, desde Euskal Herría, sobre la urgente necesidad de descolonizar la cooperación internacional y proyectarlo como un “acompañamiento” entre pueblos para los buenos vivires, como hijos e hijas de la Madre Tierra.[3] Ahora más que nunca, los pueblos colonizados en el Norte y en el Sur necesitamos hermanarnos para emprender nuestros caminos de emancipación para la redignificación de nuestra Madre Tierra.

Notas:

[1] Véase, https://civismundi85.blogspot.com/2017/06/el-origen-de-los-terminos-desarrollo-y.html#:~:text=En%201949%2C%20el%20t%C3%A9rmino%20subdesarrollo,a%20las%20ventajas%20del%20progreso%E2%80%A6

[2] Véase, https://www.telesurtv.net/bloggers/Por-que-los-EE.UU.-batalla-por-la-democracia-en-Guatemala-20240103-0002.html

[3] Véase, https://www.youtube.com/watch?v=pPQ081T45ts&t=526s

Ollantay Itzamná. Defensor de Derechos de la Madre Tierra y Derechos Humanos desde Abya Yala

Blog del autor: https://ollantayitzamna.com/

@JubenalQ

Comparte este contenido:

No es fácil ser docente. «Una perspectiva compleja de la función docente”

Dr. Agustín Villalobos.

Villalobosagustin2014@gmail.com

 

 

Las profesiones son los resultados de un proceso de formación a nivel superior de calidad universitaria, no obstante, los deberes profesionales no comienzan al recibir el Diplomado o el Titulo. En el mismo momento en que se decide la actividad profesional que se va ejercer el individuo adquiere una responsabilidad moral muy especial.

El estudiante de una determinada profesión no puede sustraerse a los deberes que corresponden a la misma, alegando que aún no la ejercen, ya que en el momento en que empieza a estudiar, se obliga a los deberes que la misma profesión ha establecido. La ciencia, por muy vasta y profunda que sea, no implica en quien la posee, idoneidad, o se la actitud para el ejercicio, el requisito más difícil de detectar en la vocación o la inclinación del espíritu hacia una actividad que produce en el sujeto satisfacción y gusto, generalmente supone ciencia e idoneidad, pero no siempre es así.

La ciencia a veces origina la vocación, otras, la vocación lleva a la adquisición de la ciencia en pocas profesiones, la vocación es tan importante como en la tarea docente. Difícilmente se puede estar enseñando y educando durante mucho tiempo si se carece de educación; pero lo más pernicioso es que la falta de vocación se refleja en casi todas las conductas habitúales del docente.

El docente es una autoridad en sentido científico, y debe transmitir sus conocimientos con veracidad, puestos que sus estudiantes están dispuestos a creer lo que el les diga respecto a una amplia gama de temas y debe hacerlo con profundo amor y responsabilidad. El docente debe cumplir con todo aquello que sea necesario para formar al educando con honestidad intelectual, o sea: buscar, aceptar, amar, vivir, y transmitir la verdad, además debe tener una visión ontocreativa, que conduzca a “que toda persona aprenda a crecer”, es decir pesar el futuro como un presente con devenir.

Una enorme responsabilidad pesa sobre el hombro de los docentes son responsables de sus palabras del tono con que las dicen de sus silencios, de sus gestos, de los contenidos de sus enseñanzas, de las experiencias en las que hacen participar a los educandos, de los ejemplos, que dan con su propia conducta y de su vida pública. Si no se logra esto, el docente no será culpable sino incapaz ante la sociedad, pero en su conciencia moralmente culpable.

Toda persona que aspira entrar a la carrera docente, tiene la obligación de un examen de conciencia que valore su equilibrio psicofísico y que sepa organizar las demás manifestaciones de su conducta. El docente no debe ser indefinido respecto a los problemas vitales que afectan a la existencia y al que hacer del hombre, para esto debe tener su propia cosmovisión para tomar una postura acerca del origen y sentido de todo el universo, pero no una visión de naturaleza científica sino filosófica y humana para cuando el estudiante lo interrogue, pueda dar respuestas y servir de guía, después de este viaje interno por la función del docente, se me presenta una incertidumbre que las reflejos en las siguientes interrogante: 1) ¿el docente se hace o se nace? 2) ¿serán los docentes quienes, en definitiva, cambiarán el mundo de la escuela?

Fuente: El Autor escribe para el Portal Otras Voces en Educación

Comparte este contenido:

El futuro de la subjetividad humana

Por: Slavoj Zizek

“¿qué quedará de la humanidad si, a través de la tecnología, se pierde todo lo que constituye al ser humano? Esta es una cuestión intrínsecamente filosófica que la ciencia o la historia no pueden resolver.”

La siguiente entrevista entre Slavoj Žižek y Leonardo Caffo fue publicada  en la revista italiana Sette —suplemento semanal del diario Corriere della Sera.  

Slavoj Žižek es uno de los pocos filósofos vivos cuyas ideas se han traducido a más de sesenta idiomas. Su pensamiento sigue siendo decisivamente importante para la filosofía contemporánea, trayendo consigo implicaciones que se extienden a lo largo y ancho del arte, la literatura, la ciencia y la política. Su fama mundial está respaldada por la longevidad de décadas de investigación.

En su relectura de Marx, Freud, Hegel y Lacan, Žižek ha construido una obra monumental. Se han publicado películas, obras musicales y documentales que, junto a su pensamiento, intentan delinear y esbozar lo que significa ser humano hoy, los mayores desafíos que se presentan en un futuro no muy lejano, cómo cuestionar el capital sin destruirlo. , o, como en su último libro Hegel in a Wired Brain [versión italiana: Hegel e il cervello postumano (Ponte alle Grazie)], la cuestión de qué sucede en caso de Singularidad humana, el momento en que (potencialmente) nuestros cerebros se vuelven interconectados digitalmente.

Leonardo Caffo [LC]: En tu opinión, ¿qué tan sana es la filosofía contemporánea y en qué estado se encuentra?

Slavoj ŽižeK [SZ]: Digamos que la filosofía se disputa entre dos versiones muy clásicas de “el fin de la filosofía”. Uno, siendo el más obvio, es el que tiende a resolver sus mayores cuestiones de significado con una especie de cientificismo extremo: las ciencias cognitivas, las neurofilosofías y una mecánica cuántica que ni siquiera se comprende completamente pero que se utiliza para resolver todos los dilemas. del espíritu. Y luego, del otro lado, encontramos un historicismo que tiende a secularizar todas las cuestiones conceptuales. En parte, la insalubridad de la filosofía también está relacionada con las luchas internas en la academia, la división falsa y sin sentido entre la filosofía continental y la filosofía analítica (cuando en realidad solo hay una filosofía buena o mala), y una dificultad más amplia para hacer que las personas vean cómo las preguntas más importantes de la filosofía se resuelven.  Es un momento paradójicamente interesante para la filosofía. “El fin de la filosofía” siempre se ha dicho de boquilla y, sin embargo, es precisamente hoy que deberíamos ser mucho más capaces de señalar los nudos filosóficos que se entrelazan de manera crucial con lo que está sucediendo hoy.

LC: Esto es también lo que haces con tu último libro sobre Hegel, donde nos dices algo sobre el futuro de la subjetividad humana después de la supuesta interconexión de nuestros cerebros con implantes tecnológicos cada vez más omnipresentes.

SZ: Sí, pero el punto es que ni siquiera importa si todas estas grandes profecías sobre nuestros cerebros interconectados realmente suceden. Lo que me interesa es lo que habría de pasar si pasa. ¿Cómo cambiaría nuestra concepción del inconsciente si, por ejemplo, realmente pudiéramos comunicarnos con los demás directamente a través de nuestra mente? O, ¿qué quedaría del sexo tal como lo conocemos si pudiéramos interconectar directamente nuestro disfrute sin esfuerzo físico? De hecho, estos son escenarios posthumanos, pero no se refieren a las características técnicas de cómo se verá ser posthumano, bueno, no como tal. Simplemente me pregunto: ¿qué quedará de la humanidad si, a través de la tecnología, se pierde todo lo que constituye al ser humano? Esta es una cuestión intrínsecamente filosófica que la ciencia o la historia no pueden resolver.

LC: ¿Te refieres a filósofos como Graham Harman o Markus Gabriel (con los que también he hablado en este periódico)?

SZ: Sí, por supuesto. Tanto Harman como Gabriel hacen un gran trabajo con esas preguntas generales que conciernen a la filosofía. Sin embargo, si estas preguntas —qué significa la realidad, qué significa la libertad, qué significa la objetividad— no se sumergen en la urgencia de un mundo retrocedido por un virus y la digitalización, entonces existe un riesgo real de dejar el terreno filosófico abierto a diversas formas de escepticismo. Creo que sería un error bastante grave que se puede evitar fácilmente. En Italia tienes grandes filósofos que son célebres en todo el mundo; Pienso en Giorgio Agamben, con quien, sin embargo, no he compartido su enfoque de Covid, ya que se acerca demasiado a esas teorías de conspiración reaccionarias fáciles (como: «el pase verde limita nuestra libertad…» como si morir de Covid no hubiera lo limitó mucho más), o Gianni Vattimo,

LC: ¿Pero Agamben no ha sumergido también su filosofía en nuestra situación actual, usándola para resolver tales asuntos de la misma manera que acabas de sugerir antes?

SZ: Por supuesto, pero buscar usar esas herramientas teóricas que le gustan (en su caso, usar la biopolítica de Michel Foucault) es una forma torpe de lanzar la filosofía al presente, ya que estas herramientas específicas no resuelven cuestiones más nuevas y complejas. Obviamente, está claro que, cuando se hace abstracción, limitar la libertad de una población a través de normas sanitarias prohibitivas es algo serio con lo que lidiar, pero, en la práctica, dado que el mundo que ha producido este virus se ha formado en primer lugar a partir de mucho más atrocidades graves, ¿qué se supone que debemos hacer? Agamben solo ha razonado con las consecuencias del Covid. Creo que la filosofía debe preocuparse principalmente por sus raíces.

LC: ¿Qué decir entonces del antropocentrismo, aunque sea, quizás, un término reduccionista?

SZ: No comparto el tipo de mentalidad de víctima extrema representada por algunas filosofías ecológicas: «Todos somos iguales a todos los demás seres vivos, todos debemos dejar de operar de una manera antropocéntrica». Lo que se requiere de nosotros en este momento es, paradójicamente, una especie de superantropocentrismo: debemos controlar la naturaleza, controlar nuestro entorno; debemos permitir que exista una relación recíproca entre el campo y las ciudades; debemos usar la tecnología para detener la desertificación o la contaminación de los mares. Somos, una vez más, los responsables de lo que está pasando, por lo que también somos la solución. El tema que subyace en mi libro sobre Hegel es que la filosofía contemporánea debe tener una actitud hegeliana adecuada cuando se enfrenta a cuestiones como el trabajo con la dialéctica. Estamos llamados a no proponer soluciones simples, a no hacernos la víctima,

LC: También tomas esta posición compleja hacia temas como el racismo, el sexismo, la corrección política. . .

SZ: Obviamente. Pensar que las cosas se pueden resolver con “todos somos iguales, todos somos amigos, hermanos, hermanas; usemos un buen lenguaje neutral” no tiene sentido. Al final, causa más daño que bien. El tema de género no puede ser solo un tema de ética, también el tema del racismo. El punto no es la tarea banal de respetarse unos a otros de una manera abstracta. Por el contrario, se trata de cómo deberíamos unir las diferentes moralidades y culturas y esas monstruosidades inquietantes que encontramos en nosotros mismos en el encuentro con un extraño, y también es la cuestión de por qué podemos criticar tanto a Europa como queramos con la bandera del anticolonialismo, ya que Europa es la única construcción filosófica en la que hay posibilidades para una ética avanzada o un pensamiento crítico, que se les dio vida hace un milenio con Tales. La corrección política que reacciona ante las cosas anulándolas empobrecerá un tipo de pensamiento que pasa necesariamente por contradicciones y salta a ideas muchas veces podridas y políticamente incorrectas. ¿Qué pasaría con mis anécdotas políticamente incorrectas del cine europeo o americano (y de aquellos lectores que están acostumbrados a ellas)?

LC: ¿Las universidades y la academia en general ayudan a concebir la filosofía como aquello que puede sumergirse en los problemas apremiantes de la actualidad, y quizás resolverlos?

SZ: No. Sobre todo en el sur de Europa, que creo que conoces demasiado bien, las universidades tienen la predisposición de defender una especie de partición de posiciones, de mantener el poder, de dar posiciones a sus estudiantes a menudo de mala calidad y, en al final, sin querer generar un tipo de filosofía que pueda ser percibida como profunda e intervencionista. No hay diferencia entre la investigación filosófica y la intervención filosófica, excepto para aquellos que hacen la primera sin saber cómo hacer la segunda, quienes luego brindan excusas académicas tontas e infundadas.

LC: El riesgo, entonces, de que una visión científica sustituya nuestra capacidad conceptual es concreto, como afirmas en tu libro.

SZ: El riesgo es concreto, actual, pero está listo para ser eludido tratando de explicar por qué, por ejemplo, en vista de nuestros cerebros potencialmente interconectados (el tema que enfrento en este trabajo mío más reciente) la cuestión de su probable tecnología. la potencialidad se ve eclipsada por la cuestión de cómo cambiará nuestra especie. Por lo tanto, de alguna manera, también es una cuestión que involucra una tragedia potencial (nuevamente, con respecto a ti y tu trabajo sobre lo posthumano, soy mucho más crítico con lo que esto significará para la subjetividad humana). Necesitamos restaurar horizontes hermenéuticos robustos, para demostrar cómo la mayoría de las cosas en el futuro no dependerán únicamente de la aceptación de datos y descubrimientos científicos, sino de nuestra propia capacidad para saber interpretar y manejar sus efectos, buscando comprender lo que realmente es. en juego. Somos libres de hacer todas las proclamas que queramos sobre el retorno a lo real de la filosofía, pero si luego no nos enfrentamos a las condiciones actuales estamos condenando a la filosofía a su propia desaparición, lo que no será agradable para nadie. Existe una necesidad estrictamente concreta de un tipo de pensamiento que pueda pensar tanto trascendentalmente como traducirse rápidamente en visiones políticas, artísticas y técnicas reales.

LC: ¿Hay espacio para una filosofía como esta?

SZ: Hay mucho espacio. Pero debemos defender, y al repetir esto, probablemente estoy decepcionando a muchos de mis seguidores que están del lado de la izquierda radical, esos bastiones del pensamiento crítico como Europa, reformar profundamente las universidades y supervisar hermenéuticamente muchas de las conquistas incuestionables de la ciencia contemporánea.

Hacerlo requiere que no reavivemos el fuego de las teorías de conspiración, ocultando su poder junto a viejos conceptos filosóficos. La tarea de la filosofía, entonces, es centrarse en el “cómo” de las cosas. Tener un enfoque así es complejo. Es uno que no quiere proponer soluciones rápidamente, donde “blanco” se puede distinguir fácilmente de “negro”. ¿Es el futuro digital? No del todo, no si la digitalización no es compatible con la ecología. ¿Es necesario el feminismo? Por supuesto, pero si se construye siendo políticamente correcto entonces implosionará. ¿Somos verdaderamente antirracistas? En teoría sí, pero cuando nos encontramos pasando por debajo de casas en un barrio donde hay diferentes culturas y diferentes brújulas morales, corremos el riesgo de que toda certeza se derrumbe. ¿Está mal el antropocentrismo? No del todo, dado que, como dije antes, ahora estamos obligados a adherirnos a un superantropocentrismo si queremos salvar la existencia de la humanidad en el planeta Tierra.

Fuente e Imagen: https://insurgenciamagisterial.com/el-futuro-de-la-subjetividad-humana/

Comparte este contenido:

Libro(PDF): Retornar al origen: narrativas ancestrales sobre humanidad, tiempo y mundo

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

Este libro es el primer resultado del proyecto «Las historias de la humanidad en otras palabras», que busca elaborar un registro de las narrativas sobre los orígenes y trayectorias de la humanidad que han sido preservadas y reproducidas por las autoridades tradicionales de los diversos pueblos originarios de nuestra América. La exploración de estas narrativas orales busca no solo problematizar las versiones hegemónicas de los orígenes sino también contribuir con claves novedosas para una relectura crítica de nuestro presente regional y global.

Autoras(es): Eduardo A. Rueda. Ana María Larrea. Augusto Castro. Óscar Bonilla. Nicolás Rueda. Carlos Guzmán. [Editora y Editores]

Editorial/Edición: CLACSO. UNESCO.

Año de publicación: 2022

País (es): Argentina.

ISBN: 978-987-813-180-1

Idioma: Español

Descarga: Retornar al origen: narrativas ancestrales sobre humanidad, tiempo y mundo

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2482&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1622

Comparte este contenido:

La ONU declaró que un ambiente limpio, saludable y sostenible es un derecho humano

Frente a las consecuencias innegables del cambio climático, la resolución adoptada por el Consejo de Derechos Humanos insta a los Estados a tomar medidas «rápidas y reales» para el cuidado del ambiente y el pleno ejercicio de los derechos. La OMS también emitió un comunicado crítico en el que pide soluciones urgentes en la próxima COP 26.

El Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró que un medio ambiente limpio, saludable y sostenible es un derecho humano. Lo hizo a través de una resolución impulsada por Costa Rica, Maldivas, Marruecos, Eslovenia y Suiza, que obtuvo 43 votos de apoyo y ningún voto en contra. Sin embargo, Rusia, China, India y Japón se abstuvieron de votar. El Consejo instó a tratar el tema en la Asamblea General y estableció, en una resolución separada, una nueva relatoría dedicada específicamente al impacto del cambio climático en los derechos humanos. La Organización Mundial de la Salud y Amnistía Internacional también emitieron declaraciones que ratifican la perspectiva de derechos humanos ligados íntimamente al respeto a la naturaleza.

El organismo internacional observó que el derecho a un medio ambiente sin riesgos, limpio, saludable y sostenible está relacionado con otros derechos humanos reconocidos internacionalmente. Los derechos humanos son indivisibles e interrelacionados. En los hechos, la degradación del ambiente daña el ejercicio del derecho a la salud, a la vivienda digna y a la educación, entre otros. Este derecho tiene sus raíces en la Declaración de Estocolmo de 1972. En ese documento, la ONU ya afirmaba que «hemos llegado a un momento de la historia en que debemos orientar nuestros actos en todo el mundo
atendiendo con mayor solicitud a las consecuencias que puedan tener para el medio ambiente«.

Proteger el medio ambiente, la naturaleza y a las personas que luchan contra el extractivismo

La reciente declaración del Consejo de Derechos Humanos de la ONU alienta a los Estados a que creen capacidades para las actividades de protección del medio ambiente, a fin de cumplir sus obligaciones y compromisos en materia de derechos humanos. Se pide, asimismo, que mejoren la cooperación con otros Estados, el resto del sistema de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales y regionales, las instituciones nacionales de derechos humanos y las empresas para la implementación del derecho a un medio ambiente sin riesgos, limpio, saludable y sostenible.

También se les insta a adoptar políticas para el disfrute del derecho a un medio ambiente sin riesgos, limpio, saludable y sostenible, en resguardo de la biodiversidad y los ecosistemas. El documento pone en el contexto de la garantía de los derechos humanos el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, tomando en consideración su carácter integrado y multisectorial. Además, invita a la Asamblea General a «examinar» el tema. El derecho a un medioambiente saludable está reconocido jurídicamente en más del 80% de los Estados miembros de la ONU a través de constituciones, leyes, sentencias judiciales y tratados regionales.

ONU declara como derecho humano a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible
Subcoop

 

El reconocimiento de esta garantía fundamental por el máximo órgano de derechos humanos es el resultado de décadas de ardua lucha de ambientalistas, activistas, pueblos indígenas, científicos y muchos otros actores de la sociedad civil. Este hito significa también protección para quienes luchan contra los extractivismos y la contaminación. Según datos brindados por la propia ONU, solo en 2020 fueron asesinados más de 200 activistas.

La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, instó a los Estados a tomar medidas audaces para dar efecto “rápido y real” al derecho a un medio ambiente saludable. En ese sentido, manifestó su intención de que la medida “sirva como trampolín para impulsar políticas económicas, sociales y ambientales transformadoras que protejan a las personas y a la naturaleza”.

A su vez, destacó que la declaración de este derecho reconoce claramente la degradación ambiental y el cambio climático como crisis de derechos humanos interconectadas. Asimismo, continuó, la medida resalta que los segmentos de la población en mayor situación de vulnerabilidad se ven afectados de manera más aguda. Por su parte, la directora ejecutiva del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), Inger Andersen, aseveró que la adopción de la resolución es “un hito decisivo para la justicia ambiental”.

La lucha de la sociedad civil por el reconocimiento del cuidado del ambiente como derecho humano

En la previa de la reunión del Consejo de Derechos Humanos, Amnistía Internacional junto a más de 1100 grupos de la sociedad civil y de pueblos indígenas emitió una declaración pública en la que instaba al organismos de la ONU a reconocer un medioambiente seguro, limpio, saludable y sostenible como derecho humano universal. «Cuando millones de personas sufren hambre y desplazamiento debido a los efectos del cambio climático y la degradación ambiental, está más claro que nunca que la vida y la dignidad humanas dependen de un medioambiente saludable», señalaba el documento conjunto, que también exigió a los Estados miembros que mandaten un procedimiento especial de la ONU sobre derechos humanos y cambio climático.

“Los dramáticos efectos del cambio climático han puesto al descubierto, con una claridad devastadora, hasta qué punto un medioambiente saludable es parte integral del disfrute de todos nuestros demás derechos. Es fácil no valorar nuestro planeta hasta que vemos el costo humano de su degradación: hambre, desplazamiento, desempleo, carencia de hogar, enfermedades y muertes”, afirmó Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.

El documento encabezado por Amnistía Internacional denunció que «la falta de medidas de los gobiernos para abordar el cambio climático pese a las acuciantes pruebas científicas podría ser la mayor violación de derechos humanos intergeneracional de la Historia». En ese sentido, consideraron que una declaración internacional «animaría a los Estados que aún no reconocen este derecho en sus leyes nacionales a reconocerlo, y motivaría a otros a reforzar su legislación».

ONU declara como derecho humano el vivir en un ambiente sano
Subcoop

 

La OMS se pronunció sobre «decisiones insostenibles» contra el planeta y la salud

En el Informe especial sobre cambio climático y salud, elaborado por la Organización Mundial de la Salud y publicado ayer en el marco de los preparativos de la 26.ª Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, expone el llamado de la comunidad mundial de la salud en favor de la acción climática. De esta manera, el cumplimiento de esos objetivos se vincula expresamente con la garantía derecho humano a la salud, razón más que suficiente para sostener la perspectiva de derechos humanos en las políticas ambientales.

Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, aseguró que «las mismas decisiones insostenibles que están matando a nuestro planeta están matando a las personas». Por este motivo, el organismo sanitario realizó un llamado a todos los países para que se comprometan a tomar medidas decisivas en la COP26 con el fin de limitar el calentamiento mundial a 1,5 °C.

El informe de la OMS se presenta al mismo tiempo que una carta abierta, firmada por más de dos tercios del personal de la salud mundial —300 organizaciones que representan al menos a 45 millones de médicos y profesionales de la salud de todo el mundo—, en la que se pide a los líderes nacionales y a las delegaciones de los países en la COP26 que intensifiquen la acción climática.

En el documento afirma: «La quema de combustibles fósiles nos está matando. El cambio climático es la mayor amenaza para la salud a la que se enfrenta la humanidad. Aunque nadie está a salvo de los impactos del cambio climático sobre la salud, los más vulnerables y desfavorecidos los sufren de forma desproporcionada». Además, sostiene que la contaminación del aire, resultado principalmente de la quema de combustibles fósiles, causa 13 muertes por minuto en todo el mundo.

Fuente: https://rebelion.org/la-onu-declaro-que-un-ambiente-limpio-saludable-y-sostenible-es-un-derecho-humano/

Comparte este contenido:

La Unesco tendrá una regulación ética de la inteligencia artificial

La Unesco anunció este viernes que sus países miembros han llegado a un acuerdo sobre un proyecto de texto normativo que regulará desde el punto de vista ético el despliegue de la inteligencia artificial.

Esa regulación, que debe concretarse en una recomendación que se someterá formalmente a los Estados en noviembre, «supondrá un marco global para garantizar que las transformaciones digitales promuevan los derechos humanos y contribuyan a la consecución de los Objetivos del Desarrollo Sostenible», destacó la Unesco en un comunicado.

Ese texto abordará cuestiones relacionadas con la transparencia, la responsabilidad y la privacidad; incluirá capítulos para orientar las políticas sobre la gestión de los datos, la educación, la cultura, la atención sanitaria y la economía.

Se trata de proporcionar a los gobiernos y a los responsables políticos un marco para la normativa sobre la inteligencia artificial.

Según la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), contendrá disposiciones «para garantizar que los sesgos del mundo real no se reproduzcan en línea» y ofrecerá «acciones políticas concretas asentadas en valores y principios universales».

La recomendación establecerá un dispositivo para que la Unesco analice el nivel de avance de cada país en la inteligencia artificial con la intención de ayudarles en la fase de aplicación.

Para su directora general, Audrey Azoulay, una vez adoptada «los líderes de todo el mundo tendrán un punto de referencia común sobre cómo controlar los riesgos y aprovechar estas nuevas tecnologías como una fuerza para el bien».

Azoulay se mostró convencida de que la inteligencia artificial «tiene el potencial de reducir radicalmente las desigualdades, promover la diversidad y beneficiar a la humanidad en su conjunto».

Fuente: https://www.swissinfo.ch/spa/unesco-tecnolog%C3%ADa_la-unesco-tendr%C3%A1-una-regulaci%C3%B3n-%C3%A9tica-de-la-inteligencia-artificial/46754418

Comparte este contenido:
Page 1 of 9
1 2 3 9