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Las niñas africanas se enfrentan a la prohibición de ir a la escuela por estar embarazadas

Un millón de niñas del África subsahariana en edad escolar podría no ser admitida en la escuela tras quedarse embarazadas durante la pandemia de la COVID-19, según denuncia el informe ‘Aftershocks – Access Denied’ publicado por la ONG World Vision.

No pueden ir a la escuela por estar embarazadas

Una de cada cuatro mujeres (27%) de entre 20 y 24 años se convierte en madre antes de cumplir los 18 en los países menos desarrollados. Aunque se trate de una tendencia a la baja a escala mundial (se ha pasado de 65 casos cada 1.000 mujeres en 1990 a 47 cada 1.000 en 2015, según los últimos datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas), el crecimiento de la población del planeta indica que el número de madres adolescentes también se incrementará en 2030, debido sobre todo a la explosión demográfica en África.

La ONG World Vision advierte de que muchas de las niñas que se quedaron embarazadas, debido a la violencia sexual, el matrimonio infantil y la falta de acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, perderán oportunidades en el futuro porque las políticas y prácticas de algunos países del África subsahariana no permiten que las niñas embarazadas o las madres jóvenes continúen su educación.

200 niñas de cada 1.000 son madres en África subsahariana

Las probabilidades de que una adolescente se quede embarazada son más elevadas en comunidades marginalizadas a consecuencia de la pobreza y la falta de educación y de oportunidades de trabajo.

En África occidental, por ejemplo, el índice se sitúa en 115 nacimientos cada 1.000 mujeres, frente a los 65 de América Latina y el Caribe, 45 del sureste asiático y los siete de Asia oriental. En África subsahariana, esta tasa es de 200 cada 1.000 mujeres, la más elevada del mundo.

Es la región del mundo en la que más niños y niñas no asisten a la escuela

Además de tener las tasas de embarazo en la adolescencia más altas del mundo, África subsahariana es la región del mundo en la que más niños y niñas no asisten a la escuela. En este contexto, las políticas frente a esta situación varían en toda la región y van desde la expulsión total de las niñas embarazadas hasta las estrategias que apoyan la educación continua de las madres adolescentes.

“Negar a las niñas su derecho a asistir a la escuela significa que nos enfrentamos a una nueva crisis en la educación de las niñas, a menos que los gobiernos actúen ahora”, asegura Isabel Gomes, directora global de Operaciones Humanitarias de World Vision para Servimedia, quien recuerda que la decisión de prohibir a las niñas embarazadas regresar a la escuela después del ébola en Sierra Leona tuvo graves consecuencias.

Nueva crisis en la educación de las niñas

“Estas niñas y sus hijos tuvieron menos oportunidades, mayores riesgos en la salud y bienestar, y mayor pobreza e inseguridad”, mantiene Gomes. Varias organizaciones están trabajando sobre el terreno para ayudar a este colectivo, pero aseguran que “no podemos hacerlo solos”.

Como apunta Isabel Gomes, en citas textuales de Servimedia, los países deben prepararse para el inminente aumento de estudiantes embarazadas y establecer políticas que faciliten su reingreso y educación continua. “Tenemos la oportunidad de prevenir nuevos impactos sociales y económicos como resultado de la COVID-19 y los gobiernos “deben actuar ahora antes de que sea demasiado tarde”.

Fuente: https://www.gndiario.com/africa-ninas-embarazadas-escuela

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La Agenda 2030 y el papel de las universidades latinoamericanas

Por: Paola Estrada Villafuerte

Las publicaciones recientes de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible, ofrecen una guía para las universidades en su camino hacia la implementación de los ODS.

A cinco años de la definición de los Objetivos y Metas de Desarrollo Sostenible (ODS), las instituciones educativas continúan detallando los pasos a seguir para su implementación en las comunidades universitarias. Estos 17 objetivos, adoptados por la ONU en septiembre del 2015, forman parte de la Agenda 2030 y dan continuidad a la Declaración del Milenio. Cada uno contiene metas específicas a alcanzarse en los próximos 15 años y aborda temáticas necesarias para el desarrollo humano óptimo dentro de los actores internacionales involucrados. Se plantean líneas de desarrollo en materia de igualdad de género, reducción de desigualdades, acción por el clima, educación de calidad, entre otros.

La Universidad, como institución principal de difusión de conocimiento, es pieza clave en el progreso de estas metas. Desde su incorporación, la academia ha tenido que establecer nuevas medidas educativas que se acoplen a la formación de ciudadanos y comunidades de aprendizaje con consciencia humana. La Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDS), presentó durante el webinar, Las Universidades como Agentes del Cambio, dos distintos documentos de gran importancia en este eje temático: la guía «Cómo evaluar la contribución a los ODS de las universidades» y el dosier «Casos prácticos de Educación para los ODS». Ambos reflexionan sobre la transformación que las instituciones requieren para ocupar un papel de liderazgo en la acción de la Agenda 2030.

El papel de las universidades en la implementación de los ODS

La educación superior es incuestionablemente un potencializador de la innovación y de ciudadanos con sentido humano. Suele destacarse el papel de este actor precisamente en el cuarto ODS: educación inclusiva, equitativa y de calidad. Y para que esto se lleve a cabo, se espera que estos objetivos se aborden de forma transversal en todas las distintas áreas de la vida universitaria: formación, investigación y extensión. Siendo así que se debe involucrar a todos los que conforman las instituciones educativas de manera directa e indirecta.

“Se ha puesto en evidencia la necesidad de actuar y acelerar los procesos en marcha para lograr la transformación de nuestras sociedades, para lo cual las universidades son piezas fundamentales”.

Objetivos de Desarrollo Sostenible.

La Universidad de Alcalá, explica que la academia desempeña un papel fundamental en la formación de la ciudadanía global, misma que construye estrategias socialmente responsables en sus estudiantes, quienes serán en un futuro agentes de cambio necesarios. Gran parte la educación directa que debería abordar problemáticas trascendentes, se desarrolla en el área docente y de investigación. Para entonces, generar una retroalimentación activa en la sociedad donde la universidad se desarrolla.

En este sentido, la universidad debería entonces también incorporar en estos campo las competencias adecuadas para la transmisión de visiones en el cumplimiento de los ODS. Desde una enseñanza  y búsqueda de información orientadas a la mejora social, se logra dar respuesta a los problemas que la Agenda 2030 aborda. Utilizar estos objetivos como referentes para la administración educativa, significa no sólo un progreso notable en su implementación oportuna, sino también una ventaja para aquellas universidades que deseen propiciar la construcción de alianzas con otros actores implicados y el acceso a diversas fuentes de financiación.

“México reprueba en ocho de los 17 ODS, mientras que en los nueve restantes, obtiene un puntuación intermedia, ya que a nivel regional en América Latina y el Caribe los principales desafíos tienen que ver con los altos niveles de desigualdad, de violencia e inseguridad”.

La guía “Cómo empezar con los ODS en las universidades”, publicada en el 2017 por la SDNS Australia/Pacific, fue de las primeras en su tipo y proporcionó información en cuanto a las herramientas necesarias en el vínculo de la Agenda 2030 y las instituciones educativas. Aquí se respondió la pregunta, ¿qué pueden hacer las universidades?

¿Qué pueden hacer las universidades para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible?

  • Dotar al alumnado de conocimientos, habilidades y motivación para entender y abordar los ODS.

  • Crear más oportunidades para la creación de capacidades de estudiantes y profesionales de países en desarrollo para abordar los desafíos relacionados con los ODS.

  • Apoyar todo el espectro de enfoques de investigación necesarios para abordar los ODS, incluida la investigación interdisciplinar y transdisciplinar.

  • Apoyar y fomentar la innovación para soluciones de desarrollo sostenible

  • Alinear las estructuras de gobierno universitario y las políticas operativas con los ODS.

A partir de esta publicación, la Red Española para el Desarrollo Sostenible, desarrolló eventualmente la importancia del papel de la actividad docente en su dosier mencionado anteriormente. Aquí, se proyectaron experiencias sobre la implementación de los ODS en esta área. Algunos de los más significativos logran servir como inspiración para otras universidades que se encuentran en el camino de la aplicación de la Agenda 2030 en sus comunidades educativas.

Igualmente, se plantea que una correcta iniciativa gira entorno a “proporcionar  a los  estudiantes  y  al  personal  de  la  universidad  los conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para abordar los complejos desafíos del desarrollo sostenible a través de cualquier carrera o trayectoria vital que tomen”. Además de “implementar los ODS en la forma más apropiada a su  propio  marco  académico: estrategia y cultura de la universidad; particularidades de cada centro, titulaciones y asignaturas; así como los intereses y capacidades de su comunidad universitaria”. De modo que cada institución diseñe sus propios medios y planes de desarrollo, construidos a partir de la información proporcionada pero siempre en función de sus capacidades.

La guía “Cómo evaluar los ODS en las universidades”, brindó una propuesta de herramientas útiles para evaluar y monitorear la contribución de las universidades en el desarrollo de los ODS. Con una serie de tres indicadores para cada objetivo y estrategias que permiten su valoración, se intenta dar el seguimiento necesario para saber si su ejecución se está cumpliendo y si se presentan resultados significativos en áreas estudiantiles, docentes y de investigación. Más que la creación de una rúbrica estricta para la designación de un ranking institucional, la REDS brinda la oportunidad a las universidades de autoevaluar su progreso en la transmutación de valores de desarrollo sostenible.

Esta misma red también plantea que para que esta evaluación y el desarrollo mismo de los objetivos sean completos, se debe dar pie a la transdisciplinariedad. Las instituciones con un sistema de división rígido, podrían llegar a presentar dificultades en el desempeño por la búsqueda de los objetivos. “Es fundamental el trabajo en proyectos compartidos entre distintas facultades dentro del campus universitario, favoreciendo así los procesos de integración entre disciplinas, y contar con personas que lideren y dinamicen estos procesos de cambio”, explica Javier Benayas de la UAM.

Academia latinoamericana

Desde el 2017 en México, se implementó la Estrategia Nacional para la Puesta en Marcha de la Agenda 2030 y la instauración del Consejo Nacional de la Agenda 2030. Estas instituciones se proyectaron entonces como un paso concreto en la visión del 2030 con las universidades mexicanas. Un año después, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior publicó el documento “Visión y acción 2030”. Este sugiere y crea un trazo claro del proceso que la academia mexicana debe atravesar para convertirse en un agente de cambio activo.

“Es fundamental el trabajo en proyectos compartidos entre distintas facultades dentro del campus universitario, favoreciendo así los procesos de integración entre disciplinas, y contar con personas que lideren y dinamicen estos procesos de cambio”.

Las instituciones líderes del país, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Tecnológico de Monterrey, se situaron en el sitio número 62 y número 101, respectivamente, en el Ranking de Impacto publicado por el Times Higher Education. Ambas universidades coordinan en conjunto la SDSN de México, establecida apenas hace un año y de primera mano con su entidad en Chile. Esta red de instituciones se mantienen desarrollando propuestas que propicien el involucramiento en problemáticas locales y globales. Desafortunadamente, “nuestro país reprueba en ocho de los 17 ODS, mientras que en los nueve restantes, obtiene un puntuación intermedia, ya que a nivel regional en América Latina y el Caribe los principales desafíos tienen que ver con los altos niveles de desigualdad, de violencia e inseguridad”, explica Miguel Ruiz Cabañas para CONECTA.

Sin embargo, las recientes publicaciones ofrecen para estos países el seguimiento oportuno para el trabajo continuo en la búsqueda de los ODS. La propuesta de evaluación, será una herramienta indispensable para todas aquellas universidades que se encuentran interesadas en la acción de la Agenda 2030 dentro de sus comunidades de aprendizaje.

¿Puede la crisis actual acelerar las acciones para contribuir a la Agenda 2030?

La REDS plantea que la pandemia de COVID-19  ha proporcionado el escenario ideal para comprender la importancia de la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Es fundamental identificar y fortalecer las herramientas que serán de gran utilidad para mantener su cumplimiento sobretodo en este panorama. “Se ha puesto en evidencia la necesidad de actuar y acelerar los procesos en marcha para lograr la transformación de nuestras sociedades, para lo cual las universidades son piezas fundamentales”.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/rol-de-las-universidades-agenda2030

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‘Es lo que buscan los estudiantes’: la universidad holandesa que solo contrata mujeres

Solo el 15% de los profesores de la Universidad Tecnológica de Eindhoven eran mujeres hasta que introdujo un nuevo esquema radical

Europa/Holanda/TheGuardian

Que las mujeres estén subrepresentadas en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (Stem) es un problema bien conocido. Las estadísticas para el equilibrio de género en la educación superior son igualmente sombrías: la Comisión Europea estima que las mujeres representan el 48% de los graduados, pero solo tienen el 24% de los roles académicos de alto nivel, cayendo al 15% en Stem. Las universidades holandesas están particularmente desequilibradas en cuanto al género, y el año pasado la Universidad Tecnológica de Eindhoven (TUE) se sentó al final de la lista con mujeres que representan solo el 15% de los profesores.

La universidad espera que un nuevo enfoque audaz para las prácticas de contratación pueda cambiar esa trayectoria. Ha llegado a los titulares al comprometerse solo a contratar mujeres en todos los puestos académicos y en todos los niveles hasta que alcance el objetivo del 30% de profesoras en todos los departamentos. Las nuevas vacantes deben cerrarse a los hombres durante los primeros seis meses, después de lo cual los departamentos pueden abrir el grupo de reclutamiento, siempre que puedan demostrar que no había mujeres calificadas disponibles.

Alexia Athanasopoulou
Fotografía de Alexia Athanasopoulou: TUE

TUE también ha introducido una nueva beca Irène Curie, que está específicamente dirigida a ocupar puestos de alto nivel en Stem (aunque está disponible en todas las disciplinas) y viene con un fondo de investigación de € 100,000 (£ 90,000) y una red de apoyo social. A través de este esquema, Athanasopoulou es ahora profesor asistente en sistemas de información en TUE.

El programa fue muy debatido antes de su lanzamiento, con aproximadamente un tercio del personal en contra, según Robert-Jan Smits, presidente de la junta de gobernadores de TUE. «Pero sin esta medida radical, solo habríamos alcanzado un equilibrio de género del 50% para 2042, simplemente no queríamos esperar tanto».

Smits cree que «las medidas disruptivas solo funcionan cuando hay un fuerte compromiso en la parte superior, desde el liderazgo». Hasta ahora, tiene razón: la proporción de personal femenino ha aumentado del 15 al 25% en el último año. El plan es que esto aumente al 30% en cinco años.

Pero el camino hacia la igualdad no transcurre sin problemas. El mes pasado, TUE fue llevada al Instituto Holandés de Derechos Humanos por reclamos de que su primera iniciativa de mujeres era discriminatoria. Se espera una decisión en julio, y si se encuentra en incumplimiento de las leyes de reclutamiento justo, los líderes de TUE tendrán que repensar su estrategia.

TUE no es la primera universidad que opta por medidas radicales para abordar la desigualdad institucional. En 2017, la Universidad de Essex emprendió lo que se creía que era el primero del Reino Unido en aumentar los salarios de todas sus mujeres mayores , erradicando efectivamente la brecha salarial de género de la institución donde era más amplia.

Desde entonces, Essex ha reducido su brecha salarial promedio de 24.8% a 16.5%, pero Lorna Fox O’Mahony, vicecanciller adjunto de la institución, dice que tiene más por recorrer. Si bien el aumento salarial obtuvo cobertura mediática y palabras cálidas de otras universidades, ninguna otra institución ha seguido el ejemplo.

«Este es un tema realmente complicado y hay desafíos a largo plazo sin una solución única», admite. «Tomamos medidas significativas para garantizar que hombres y mujeres reciban la misma remuneración por un trabajo de igual valor, pero hay una segunda dimensión que se reduce al cambio cultural».

El cambio cultural es urgente: las mujeres y los académicos de minorías ganan menos que sus equivalentes blancos y tienen más probabilidades de tener contratos a tiempo parcial o precarios . Mientras tanto, la campaña #MeToo reveló la impactante prevalencia de acoso sexual, violencia y asalto a los campus. Las cifras avanzadas de HE para 2017-18 sugieren que los profesores del Reino Unido siguen siendo abrumadoramente blancos (91%), hombres (74.5%) y aptos (96.9%), lo que no refleja un cuerpo estudiantil cada vez más diverso.

«Que los profesores y los profesores deben representar a una amplia gama de personas es algo de lo que los estudiantes son cada vez más conscientes», dice Sara Conejo Cervantes, presidenta de la sociedad feminista y de igualdad de género en la Universidad de Bath. Ella dice que los activistas estudiantiles están trabajando con el personal académico para promover procesos de contratación más justos, igualdad de remuneración y contenido didáctico diverso.

“Definitivamente es algo que los estudiantes buscan ahora en una universidad porque todos aportan cosas diferentes a la mesa. [Tener personal] de diferentes orígenes asegura que se compartan diferentes problemas e historias «. Ella cita su propio ejemplo como ilustrativo: como estudiante de matemáticas y ciencias de la computación, la mayoría de los tutores y compañeros de curso de Conejo Cervantes son hombres, pero preferiría ir a una maestra con un problema.

Hay un creciente cuerpo de investigación para apoyar la idea de que la enseñanza y el aprendizaje se mejoran por una diversidad de perspectivas. Es más probable que el personal de entornos históricamente marginados integre cuestiones de diversidad en sus planes de estudio, emplee enfoques más inclusivos para el aprendizaje y actúe como modelos a seguir de gran alcance.

Algunos expertos en diversidad se muestran escépticos ante las iniciativas de «solución rápida», como las probadas en Essex y Eindhoven. “Preferiría ver que se solucionen los problemas sistémicos en la educación superior, en lugar de que se designen cohortes como por gracia y favor. ¿Quién quiere que le digan, años más tarde, que solo llegaron al grado ‘porque eran mujeres’, no por su brillo innato? pregunta Athene Donald, maestra de Churchill College, Cambridge.

Michelle Chong

¿Las últimas contrataciones de TUE habrían solicitado una beca Irene Curie si el plan no hubiera estado dirigido a las mujeres? «Sin embargo, hubiera solicitado», dice Michelle Chong, profesora asistente en el departamento de ingeniería mecánica de Eindhoven y becaria Irene Curie. «En las disciplinas tradicionalmente dominantes para los hombres, creo que contratar profesores no solo porque son mujeres, sino porque son científicos sólidos por derecho propio, es beneficioso para abordar la brecha de género».

La seguridad de la posición de la vía de tenencia del esquema también es un atractivo. «Uno de los mayores beneficios del esquema es que proporciona un paquete de inicio completo que apoya a las mujeres en todos los niveles», agrega Kaya. TUE promete horarios de trabajo flexibles, un programa de oportunidades profesionales para apoyar a los socios acompañantes, guardería infantil en el campus y acceso a las instalaciones deportivas del campus.

Kaya cree que la beca podría influir en otras universidades. “TUE podría contribuir a establecer objetivos y estándares altos para otros. Creo que esta política ya ha actuado como un catalizador para un cambio positivo «.

Este artículo fue enmendado el 15 de junio para corregir el nombre del tribunal que escuchará el caso de TUE del Tribunal Europeo de Derechos Humanos al Instituto Holandés de Derechos Humanos

Fuente: https://www.theguardian.com/education/2020/jun/15/its-what-students-look-for-the-dutch-university-thats-only-hiring-women

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ONU: Conversaciones para avanzar hacia la igualdad de género

Redacción: El País

Representantes políticos, de la sociedad civil y la ONU debaten en un ciclo de conferencias cómo acelerar el cumplimiento de la Declaración de Beijing sobre los derechos de las mujeres 25 años después de su aprobación.

Hoy, en tiempos de guardar las distancias, sería impensable reunir a 17.000 personas en un mismo foro para debatir cómo mejorar la vida de las mujeres, erradicar la violencia de su alrededor, que tengan las mismas oportunidades que los varones y alcanzar así la igualdad de género. Eso ya sucedió en septiembre de 1995 en Pekín, donde nació la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, que este 2020 celebra sin fastos su 25º aniversario. El balance de lo conseguido es agridulce: algunos avances se han producido, pero todavía queda demasiado camino por recorrer. Y los encuentros internacionales para dar un nuevo impulso al «plan más progresista que jamás había existido para promover los derechos de la mujer», en palabras de la ONU, han sido eclipsados por la pandemia de la covid-19.

Una de las grandes citas era el Foro Generación Igualdad, auspiciado por ONU Mujeres junto con México y Francia. La reunión, prevista para el próximo julio en París, se ha pospuesto al primer trimestre de 2021. Un poco más de tiempo para que los participantes preparen sus propuestas de acciones concretas para lograr la igualdad de género. Las organizaciones feministas y de la sociedad civil se han adaptado a la coyuntura para trasladar sus reuniones preparatorias al entorno digital. Es el caso del ciclo de debates organizado por Futuro en Común, el grupo de género de Coordinadora de ONG para el Desarrollo, la Federación de Planificación Familiar Estatal y Oxfam Intermón, con el apoyo del Ministerio de Exteriores, la Comisión Europea y Countdown 2030. Con el título La igualdad de género para la (re)construcción de un mundo sostenible, se celebrará cada jueves (desde el 4 de junio a las 16.00 horas) una conversación de representantes políticos, de la sociedad civil, la Academia y organismos internacionales, en torno a tres temas: la justicia económica, los derechos sexuales reproductivos y la violencia de género.

«Aunque la pandemia retrasó la revisión internacional de Beijing+25, desde las entidades organizadoras del ciclo vimos pertinente crear un espacio de diálogo entre representantes de la sociedad civil, Gobierno y organismos multilaterales en torno a los avances y desafíos pendientes para la igualdad de género. La agenda de los derechos de las mujeres no puede esperar», explica Ana Barrero, de Futuro en Común. La igualdad plena sigue sin haberse conseguido en ningún país del mundo y el ritmo al que se progresa es muy lento, según la ONU. «Las mujeres y las niñas siguen siendo infravaloradas. Trabajan más, ganan menos y tienen menos opciones. Además, sufren múltiples formas de violencia en el hogar y los espacios públicos», analizan las organizaciones convocantes en su página web.

«Nuestro objetivo es contribuir a la posición que España lleve al Foro Generación Igualdad, con propuestas para llevar los cuidados al centro de las políticas públicas que promuevan la justicia económica, poner fin a las violencias machistas y garantizar el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos a nivel estatal e internacional, incluyendo la cooperación al desarrollo», agrega Filomena Ruggiero, de la Federación de Planificación Familiar Estatal.

Por eso, el primero de los debates contará con la participación de Irene Montero, ministra de Igualdad de España; Raquel Coello, especialista de políticas de empoderamiento económico de la Oficina Regional para las Américas y el Caribe de ONU Mujeres; Iliana Álvares, catedrática e investigadora de UCA El Salvador especializada en economía de los cuidados; y Begoña San José, representante de la plataforma Impacto de Género Ya. Moderadas por la periodista de Planeta Futuro, Alejandra Agudo, conversarán sobre las implicaciones que supone el hecho de que las mujeres asuman en exclusiva, o de forma desproporcionada, las labores de cuidado, la brecha salarial o la falta de acceso a la propiedad de la tierra.»La covid-19 ha puesto en evidencia la profunda crisis de cuidados que estamos viviendo a nivel global, profundizado las desigualdades estructurales de género previas. Esta realidad no podía estar ausente en los debates de reconstrucción», señala Barrero.

Cada día se dedican en todo el planeta 16.400 millones de horas a trabajos de cuidados no remunerados, lo que equivale a 2.000 millones de personas trabajando ocho horas al día sin cobrar. Y según la Organización Mundial del Trabajo, las mujeres realizan el 76,2% de tales tareas, dedicándole de media 3,2 veces más tiempo que los hombres (265 minutos al día ellas, frente a 83 minutos diarios ellos). En algunos países, la contribución de los varones ha aumentado en los 20 últimos años. Sin embargo, entre 1997 y 2012, la brecha de género en el tiempo dedicado a la prestación de cuidados no remunerada apenas disminuyó en siete mi­nutos en los 23 países que cuentan con series cronológicas de datos. «A este ritmo, cerrar la brecha de género en la prestación de cuidados no remunerada llevará 210 años», denuncia la OIT en su informe El trabajo de cuidados y los trabajadores.

Más de dos siglos llevará también, al ritmo actual, cerrar la brecha salarial, según alerta el Foro Económico Mundial en sus últimas ediciones. ¿Cómo acelerar los progresos? ¿Qué se puede hacer para cerrar estas y otras brechas más rápido? ¿Es la reconstrucción tras la pandemia una oportunidad de conseguirlo? Son cuestiones que los organizadores esperan sean respondidas con propuestas que se hagan realidad.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/06/03/planeta_futuro/1591177378_503997.html

 

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Glosario feminista para la igualdad de género

Main Author: Ecuador. Consejo Nacional para la Igualdad de Género
Format: Libros
Language: esp
Published: Quito2019

Reseña: Este documento recopila las palabras y expresiones que usualmente son utilizadas cuando se incluye la perspectiva de género en cualquier ámbito en el que este se aplique. Está dirigido a profesionales, que trabajan en diferentes instituciones estatales y privadas del Ecuador, que tienen a su cargo la transversalización del principio de igualdad y no discriminación en razón de género.

Descargar aquí: Glosario Feminista

Fuente: https://www.bibliotecasdelecuador.com/Record/oai:localhost:39000-2361/Description#tabnav

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La igualdad sigue sin llegar a la ciencia ni a la tecnología

Europa/España/14 Mayo 2020/elpais.com

A pesar de ser mayoría entre la población universitaria, la presencia de la mujer en las disciplinas de estudio científicas y tecnológicas sigue siendo muy inferior a la del hombre

Si juzgáramos por los números, hace años que pensaríamos que las mujeres mandan en la universidad española: del aproximadamente millón y medio de estudiantes, ellas representan el 55,2 % de los matriculados, 10 puntos más que los hombres. Pero se trata de una presencia muy poco homogénea que resulta especialmente evidente en las llamadas disciplinas STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés), donde apenas un 18 % de los alumnos son mujeres; mientras que la representatividad se invierte en las disciplinas de carácter más artístico y social: las universitarias son el 70 % de las matrículas en Ciencias de la Salud, el 61,6 % de Artes y Humanidades y el 59,8 % de Ciencias Sociales y Jurídicas.

Esta es una foto que ha cambiado muy poco a lo largo de los años, y que debería invitar a cuestionarse seriamente el porqué: aunque el porcentaje fluctúa desde el 12,93 % de las estudiantes de Informática al 25 % de Ingenierías o el 41,87 % de Ciencias, está siempre muy por debajo de su presencia en la universidad. “Es un tema complejo porque influyen muchos factores, desde estereotipos culturales a mensajes en los medios de comunicación y dentro de las propias familias, que llegan a las niñas desde que son pequeñas”, cuenta Isabel Tajahuerce, delegada para Igualdad del rector de la Universidad Complutense de Madrid y profesora de Comunicación y Género. “Además, el profesorado no tiene formación de género (ni el de los colegios, ni el de los institutos, ni el de la universidad), y esto es muy importante a la hora de formar a quien luego, a su vez, debería a educar a otros con una perspectiva de género que explique el porqué de la desigualdad en la sociedad”.

Eliminar los estereotipos

Las imágenes que persisten en el imaginario colectivo del ingeniero, normalmente un hombre, o del informático como alguien friqui con dificultades para relacionarse con los demás son solo algunos de los prejuicios y estereotipos arraigados en la sociedad. Ideas preconcebidas que, a juicio de los expertos, vienen reforzadas desde la infancia a través de los medios, de la educación e incluso de las familias: “Normalmente das al niño juegos de construcciones, grúas, coches y aviones, y a las niñas, muñecas. Ahí estás ya diferenciando y fomentando una serie de condiciones. A ellas también hay que darlas todo eso, para favorecer su curiosidad y su interés por saber de qué están hechas y cómo funcionan las cosas”, afirma Tajahuerce.

Los estereotipos llegan también a través del entretenimiento: “Por muchas campañas de promoción de las mujeres STEM que hagas en los medios de comunicación o en las escuelas, si luego el alumno pone YouTube o la televisión y se encuentra con que el personaje asociado a la ciencia es un chico friqui, la socialización expulsa a las chicas. Si se quiere reducir el diferencial de género, hay que trabajar en los medios y en la ficción; estamos vendidos al contexto mediático general”, sostiene Rafael Conde, director del grado de Artes Digitales de la Universidad Camilo José Cela. Este académico lleva más de una década de profesor en grados como el de Diseño de Videojuegos, con aulas casi exclusivamente ocupadas por chicos, principalmente en las especialidades de diseño y programación.

La existencia de desigualdades de género en el acceso y participación de las chicas en los ámbitos TIC genera un alto grado de injusticia social, asegura Milagros Sáinz, investigadora líder del grupo de Género y TIC de la Universitat Oberta de Catalunya: “No es de justicia social creer que las niñas no tienen talento suficiente para la ciencia y la tecnología cuando sacan notas equiparables o incluso superiores a sus compañeros. Tampoco lo es invisibilizar de manera sistemática las contribuciones de las mujeres a la ciencia y la tecnología en los libros de texto y materiales didácticos de todas las materias (no solo STEM), desde la infancia hasta la edad adulta. Como tampoco lo es discriminarlas a nivel salarial, teniendo tantas competencias como sus compañeros, o impedir su avance y promoción académica y profesional”.

Iniciativas para fomentar las vocaciones

Los esfuerzos desarrollados en muchos países para desterrar estos estereotipos de género, fomentar las vocaciones científicas y tecnológicas entre las chicas y facilitar referentes femeninos a las niñas de Primaria y Secundaria han sido numerosas. Espacios públicos como ChicaStem o el Observatorio Mujeres, Ciencia e Innovación, creado en 2019 para “combatir cualquier discriminación por razón de sexo, garantizar la igualdad de oportunidades y aumentar la presencia de mujeres en todos los ámbitos de la vida científica y universitaria”.

Por su parte, el proyecto Por qué tan pocas, presentado en junio de 2019 por la Universidad Complutense, consta de un largometraje y 20 píldoras audiovisuales con las que se pretende visibilizar el papel de las mujeres españolas en los campos de la tecnología y la ciencia, con referentes como Margarita Salas (bioquímica), María Blasco (bióloga), Elena García (ingeniera robótica) o Clara Grima (matemática). Todo con el objetivo de alejarse también de los estereotipos respecto a lo que son en realidad estos campos del saber, acercándolos a la ciudadanía y explicando lo que se está haciendo. “Hay como una idea establecida en la sociedad de que es algo muy complicado y difícil de entender. Tenemos que romper con eso, porque si lo acercamos habrá mucho más interés”, argumenta Tajahuerce.

“A consecuencia de los estereotipos, hay menos mujeres en estas disciplinas, lo que a su vez lleva a que haya menos modelos y provoque que los estereotipos se refuercen”, explica Carmen Fenoll, presidenta de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT). Desde la asociación, trabajan con las administraciones para reducir la brecha de género, y en cada territorio desarrollan actividades para fomentar esas vocaciones entre las niñas a través de programas de mentoría, charlas y otras jornadas. “Para despertar las vocaciones, hay que ir a las escuelas, para que vean que no eres ninguna rata de laboratorio. A todo el mundo le gusta leer sobre ciencia y entender el mundo que les rodea, y sentir que ellas pueden ser protagonistas de esos avances científicos. Un buen divulgador debe ser capaz de contagiar su amor por la ciencia”.

La paradoja de la igualdad de género

Aunque pueda parecer contradictorio, los países con un mayor índice de igualdad presentan una proporción menor de mujeres cursando disciplinas STEM que otros donde se considera que no hay igualdad de género. Así lo afirma un estudio de la Universidad de Leeds (Reino Unido) y la Universidad de Missouri (Estados Unidos), publicado en 2018 en Psychological Science. Es la conocida como “paradoja de la igualdad de género”, que reveló que, en países como Albania y Argelia, el porcentaje de mujeres graduadas en STEM era superior al de otros como Finlandia, Noruega o Suecia.

Para los investigadores, esto podría deberse a que los países con menor igualdad a menudo presentan una asistencia social más reducida y condiciones de vida más difíciles y menos seguras, lo que hace más atractiva la elección de una carrera en el ámbito STEM, por lo general mejor remunerada. Por el contrario, las naciones con una mayor igualdad de género suelen ser estados de bienestar más desarrollados que garantizan un alto nivel de seguridad social a sus ciudadanos, y ello permite a las mujeres realizar elecciones menos basadas en factores económicos.

Desigualdad salarial

La brecha de género no se deja ver tan solo en las elecciones académicas de los estudiantes universitarios. De acuerdo con el reciente estudio de la consultora especializada en employer branding Universum, las expectativas salariales de los universitarios y universitarias varían considerablemente, y siguen en aumento: de media, los hombres esperan recibir un salario anual de 24.536 euros, mientras que las mujeres lo cifran en 19.247, más de 5.000 euros menos; una diferencia que también se observa de forma general entre los alumnos de las universidades públicas (21.232 euros) y las privadas (24.454).

Las diferencias de género se dejan ver también en cuanto a las áreas donde unos y otras prefieren desarrollar su carrera profesional: las que más les interesan a ellos son la industria aeroespacial, el sector bancario y la consultoría estratégica; a ellas, los sectores de publicidad, marketing y relaciones públicas, las artes y el entretenimiento, y la moda, los accesorios y los artículos de lujo.

Escasa representatividad universitaria

Pero la brecha de género no se limita solo al alumnado de las universidades, como señalan los expertos. “De todos los catedráticos de las universidades españolas, solo el 20 % son mujeres; y lo mismo ocurre en la escala superior de los centros de investigación, a pesar de que ya hace años que hay más mujeres graduadas que hombres”, recuerda Fenoll.

La diferencia es a su vez notoria entre el personal investigador de las universidades públicas y organismos públicos de investigación (OPIs), y denota el mismo sesgo de género observado ya entre los estudiantes de las diferentes áreas del conocimiento, según se observa en el informe Científicas en cifras 2017, del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Así, los ámbitos donde se detecta una mayor presencia femenina son los de humanidades (47 % en 2016), ciencias sociales (46 %) y ciencias médicas y de la salud (44 %), mientras que el porcentaje disminuye según van adquiriendo un carácter más científico o tecnológico: 42 % en ciencias agrícolas, 34 % en ciencias naturales y solo un 28 % en Ingeniería y Tecnología. De media, el personal investigador femenino se mantuvo estable entre 2013 y 2016, en un 39 %.

La conciliación de la vida personal, laboral y familiar, y la eliminación de barreras de género en el acceso y promoción de la carrera investigadora es, según dicho informe, una prioridad para la mayoría de universidades públicas y privadas (72 %) y OPIs (83 %), si bien no sucede lo mismo cuando se trata de la promoción de las vocaciones STEM en niñas y jóvenes a través de acciones específicas como los programas de mentoría (en un 80 % de las universidades públicas, pero solo un 44 % de las privadas y un 63 % de los OPIs).

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/economia/2020/05/13/actualidad/1589374255_577845.html

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Apoyo a la igualdad de género se extiende por el globo, según nuevo estudio

Noticia/lavanguardia.com

El apoyo a la igualdad de género se ha extendido por casi todo el globo, según afirma un nuevo estudio publicado este jueves por el Pew Research Center que indica que el 94 % de los encuestados en 34 países considera importante que mujeres y hombres tengan los mismos derechos.

Sin embargo, mientras este trabajo muestra que gran parte del mundo ha empezado a abrazar la idea de la igualdad de género, al menos cuatro de cada díez encuestados por nación consideran que los hombres tienen más oportunidades en general.

Y es que el 54 % de los preguntados consideran que es más difícil para las mujeres que para los hombres obtener un trabajo muy bien pagado y el 44 % opina que les es más complicado llegar a liderar en sus comunidades.

El Pew Research Center señala que en algunos países los encuestados son más proclives a considerar que los hombres deberían tener más derecho a trabajar que las mujeres durante tiempos de crisis; como en Nigeria, donde el 63 % de las mujeres y el 78 % de los hombres están de acuerdo con esta afirmación, mientras que en India el 76 % de las mujeres y el 81 % entre hombres preguntados apoyan esta discriminación.

En este sentido, el estudio recoge que en 30 de las 34 naciones representadas en el estudio, aquellos con menos educación tienden a creer que los hombres tienen más derecho a trabajar que las mujeres.

Por ejemplo, un mínimo de seis de cada diez encuestados con menos estudios de Turquía, Líbano, Kenia, Eslovaquia, Sudáfrica y Corea del Sur apoyaban esta tesis, mientras que entre los ciudadanos de estos países con más estudios, la mitad o menos estaban de acuerdo con la idea.

Pese al optimismo general, el estudio indica que en muchos países las mujeres dan más importancia a la igualdad de género que los hombres, que ellas ven con menos esperanza la posibilidad de que puedan lograr la igualdad en el futuro, y es más probable que digan que los hombres tienen mejores vidas

El estudio se ha realizado encuestando a 100 ciudadanos de cada uno de los siguientes países: Canadá, EE.UU., México, Brasil, Argentina, Túnez, Nigeria, Kenia, Sudáfrica, Líbano, Israel, India, Australia, Indonesia, Filipinas, Corea del Sur, Japón, Francia, España, Alemania, Reino Unido, Italia, Países Bajos, Suecia, Polonia, Rusia,República Checa, Hungría, Lituania, Eslovaquia, Ucrania, Bulgaria, Grecia y Turquía.

El margen de error varía dependiendo de las encuestas en cada país, y va del 1,9 % de India al 5,1 de Kenia o el 5,2 % de Vietnam.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/vida/20200430/48848731814/apoyo-a-la-igualdad-de-genero-se-extiende-por-el-globo-segun-nuevo-estudio.html

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