Saltar al contenido principal
Page 1 of 2
1 2

Yolanda Domínguez: “Es vital tener un profesorado formado en materia de género”

Entrevistamos a Yolanda Domínguez, autora de ‘Maldito Estereotipo’, con la que hablamos sobre feminismo y educación, pero también de lo que significa ser mediaréxico o el analfabetismo visual.

Serán las nuevas generaciones quienes cambiarán el futuro y conseguirán una sociedad más igualitaria, pero necesitarán de los mayores para facilitarles la tarea. La educación es fundamental, sin embargo, tiene que ir de la mano de cambios en la justicia, la economía, la cultura y los medios de comunicación. Así es como ve Yolanda Domínguez la forma de avanzar en temas de igualdad.

Acaba de publicar su libro ‘Maldito Estereotipo’ (Ediciones B), que presenta como “una guía tanto para las personas que generan imágenes como para quienes las consumen”. En él, analiza y critica con ironía y humor la cultura visual que consumimos todos y cómo seguimos representando los roles tradicionales de hombres y mujeres que poco tienen que ver con la realidad actual.

Hablamos con ella sobre la igualdad y ofrece algunas pautas para saber cómo formar a los estudiantes para que desarrollen un ojo crítico ante el machismo en las redes sociales, los medios de comunicación y en su día a día.

Pregunta: Se acerca el 8M. Para ti, ¿Cómo podemos garantizarles a los jóvenes de hoy un futuro más igualitario?

Respuesta: Quizás la pregunta habría que formularla de otra forma: ¿cómo puede la gente joven garantizarnos un futuro más igualitario? Sin duda, son ellos y ellas quienes darán ese giro a la sociedad. Creo que la educación es un pilar fundamental, pero debe ir de la mano de un cambio en todos los sectores: leyes, cultura, economía y, por supuesto, medios de comunicación. En mi libro propongo la cultura visual como una herramienta más que se puede utilizar para llegar a esa igualdad.

P: Muchas mujeres no son capaces de asimilar sus logros y creer en sí mismas, esto se ha conocido como el ‘síndrome de la impostora’. ¿Qué se puede hacer en el ámbito educativo para acabar con este problema?

R: Ofrecer diversidad de referentes femeninos que sean valorados por sus capacidades en cualquier ámbito profesional es fundamental para que las mujeres lleguen a confiar en sí mismas. En los medios solo vemos a mujeres valoradas por su aspecto físico, lo que genera la idea de que ese es nuestro mayor valor. Muchas mujeres jóvenes creen que tener un aspecto determinado les empodera, pero nunca se escucha que empodera tener una carrera, dirigir un país, descubrir una vacuna o ganar una medalla olímpica. Tener ejemplos de mujeres respetadas y admiradas por lo que hacen animará a otras a emprender la misma actividad y también hará que aumente la confianza a la hora de considerarlas para esos puestos.

“Tener ejemplos de mujeres respetadas y admiradas por lo que hacen animará a otras a emprender la misma actividad y también hará que aumente la confianza a la hora de considerarlas para esos puestos”.

P: Está claro que la infancia es un momento crucial, pero, ¿cómo podemos seguir educando a los adolescentes en igualdad de género y ofrecerles herramientas para que sepan reconocer y luchar contra el machismo normalizado?

R: El conocimiento es la clave. Contar con un profesorado formado en materia de género que pueda trabajar con el alumnado y aplicarlo en cualquier contenido es muy útil, por ejemplo citando mujeres importantes en la historia que no aparecen en los libros o reflexionando sobre por qué en el problema de matemáticas es la mujer la que va a comprar siete manzanas y el hombre el que pone siete tornillos. En casa también se puede trabajar analizando y comentando, por ejemplo, las películas, las series o los vídeos que ven. Las redes sociales son otra herramienta que se puede activar preguntándoles qué tipos de imágenes comparten y por qué, a qué contenidos le dan like, qué perfiles siguen… También facilitándoles materiales de lectura y contenidos que les hagan detectar esos comportamientos normalizados.

P: ¿Qué actividades o consejos propondrías a los docentes que quieran concienciar a su alumnado sobre los estereotipos que ven todos los días en los medios de comunicación, las redes sociales, e incluso, en el ámbito privado?

R: Creo que es muy efectivo analizar contenidos visuales en clase, igual que se analizan textos. Nunca aconsejo dejar de ver contenidos o censurarlos pero sí despertar la actitud crítica ante ellos. Preguntarse, por ejemplo, ¿quién ha generado esta imagen y qué beneficio obtiene con ella?, ¿cuál es su intención?, ¿refuerza algo que ya sabemos o propone algo nuevo?, ¿qué alternativas existen?… Al igual que con cualquier otra herramienta, hay que aprender a usar las imágenes y nadie nos enseña, por eso es muy importante acompañarles en el proceso.

Adolescentes usando las redes sociales en sus móviles

P: ¿Cómo influyen los cuentos en la creación de nuestro ‘yo’ (y el rol que adoptaremos dentro de la sociedad) desde la infancia? ¿Tan poderoso es el storytelling?

R: El storytelling es una de las herramientas más poderosas de aprendizaje porque al transmitirnos una información a través de personajes generamos empatía, que hace que sintamos emociones y recordemos esa información muchísimo mejor. De hecho, solemos recordar la emoción y olvidar dónde hemos visto ese contenido, de manera que, aunque lo veamos en la ficción, tenderemos a darle credibilidad a la larga e incluso a buscar otros contenidos que refuercen esa creencia establecida. Los cuentos, además, se utilizan a una edad muy temprana en la que no tenemos ningún tipo de filtro ni de capacidad crítica, así que son más poderosos que cualquier otro contenido. Una vez que se abre un surco de pensamiento es más fácil reafirmarlo que modificarlo.

“El storytelling es una de las herramientas más poderosas de aprendizaje”.

P: Volvemos a otro concepto interesante: el analfabetismo visual. ¿Qué es? ¿Lo sufrimos todos? ¿Cómo acabamos con él?

R: Tenemos mucha información pero no sabemos gestionarla y es en eso en lo que hay que trabajar. El nivel de información visual es más alto que nunca, pero el hecho de que tengamos muchos contenidos visuales no significa que estén ampliando nuestro conocimiento; de hecho, es todo lo contrario. Generamos imágenes imitando lo que hemos visto antes. Reproducimos desigualdades implícitas y no tenemos en cuenta, ni a quien las recibe, ni a quien está representado.

“Reproducimos desigualdades implícitas y no tenemos en cuenta, ni a quien las recibe, ni a quien está representado”.

P: El término ‘mediaréxico’ es muy visual, pero para quien no lo conozca, ¿qué significa? ¿Tiene ‘vacuna’?

R: Mediaréxico es alguien adicto a los medios, que hoy implica a la gran mayoría de la sociedad. Es difícil no estar constantemente conectado y buscando información entretenida y nueva, pero quizás debamos empezar a buscar más calidad y menos cantidad. Seleccionar lo que vemos y equilibrarlo buscando nuestro beneficio al igual que hacemos con la dieta de alimentos. Sabemos que comer 20 bolsas de patatas fritas no es saludable, pero que no pasa nada por comer una si la alternamos con otros nutrientes necesarios para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Si logramos trasladar esta idea a nuestra dieta visual, estaremos mucho más protegidos.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/profesorado-igualdad-de-genero/

Comparte este contenido:

Argentina: #NiUnaMenos, este sábado habrá una nueva marcha en todo el país.

Por: Tecnoalimeninfo.com/02-06-2017

Será una «jornada de protesta», y organizaciones de mujeres de todo el país preparan acciones para el sábado en las plazas principales de cada localidad, frente a las Casas de Gobierno.

Este sábado será el tercer aniversario de la marcha Ni Una Menos y miles de mujeres se manifestarán en distintos puntos del país, exigiendo medidas urgentes contra la violencia de género y a favor de la igualdad de derechos. A las 16:00 está previsto que empezará la marcha hacia Plaza de Mayo, donde a las 18:00 la periodista Liliana Daunes y la titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas, leerán el documento oficial de la convocatoria.

Hace dos años, la primera protesta de «Ni Una Menos», surgió por la iniciativa de un grupo de periodistas que propuso, a través de las redes sociales, hacer una manifestación tras la muerte de la adolescente Kiara Pérez, a quien se había hallado enterrada en el jardín de la casa de su novio, en Santa Fe. Y a la misma hora marcharán en Bahía Blanca desde la plaza Rivadavia, frente al Palacio Municipal, en pleno corazón de la ciudad.

Entre las exigencias del movimiento de mujeres al Estado se encuentran la protección y contención integral para las mujeres víctimas de violencia; la publicación de estadísticas oficiales sobre femicidios que sirvan para guiar políticas públicas; la legalización del aborto; el cumplimiento de la ley de Educación Sexual Integral y el fin de la complicidad estatal con las redes de trata, libertad para Higui y Milagro Sala; entre otros puntos.

Primero, por los arrestos ocurridos durante las protestas en el Día Internacional de la Mujer: hay 26 personas judicializadas, acusadas de hacer pintadas el día previo al paro, otras detenidas el día de la protesta por distintas causas (daño, daño agravado y resistencia a la autoridad). En la capital neuquina, las actividades comenzarán a partir de las 13 con talleres organizados por La Revuelta Colectiva Feminista en la Escuela Superior de Música (Marcelo T.de Alvear 50) mientras que la marcha se realizará a partir de las 17 desde el monumento al General San Martín, ubicado en Julio Argentino Roca y la avenida Argentina. Por otro lado, se afianzará el carácter «anti punitivista».

¿Quiénes participan del colectivo Ni Una Menos? Además, la Asamblea se sumará a la convocatoria nacional que invita a llevar cintas violetas y colocarlas en distintos espacios públicos.

*Fuente: http://tecnoalimeninfo.com/2017/06/03/niunamenos-el-s-bado-pr-ximo-habr-una-nueva-marcha-en-todo.html

Comparte este contenido:

Alzando la voz de las Mujeres Docentes Árabes

Por: Internacional de la Educación 

Durante la 61ª Sesión de la Comisión de las Naciones Unidas sobre la Condición de la Mujer, las mujeres dirigentes sindicales de la educación reafirmaron su solidaridad con sus hermanas de los países árabes, con especial hincapié en Bahréin.

Al-Salman, delegada de la IE en la UNCSW61, contó cómo ella y muchos de los dirigentes sindicales fueron arrestados en 2011, incluidos todos los miembros de la Comisión Ejecutiva de BTA y su Presidente, Mahdi Abu Dheeb. Los arrestos tuvieron lugar después de que el sindicato organizara una huelga y participara en protestas pacíficas. Sentenciados a una pena de cárcel por el tribunal militar, tanto al-Salman como Abu Dheeb sufrieron torturas durante su reclusión, así como abusos verbales y psicológicos.

Deterioro de la educación pública

Además de su propia historia, Al-Salman describió también el deterioro significativo de la calidad de la educación pública después de que el gobierno bahreiní contratara a miles de voluntarios no cualificados para remplazar a los docentes en huelga.

En respuesta a cuál era la mejor manera de apoyar a los docentes de su país, urgió a los participantes a dar a conocer la situación siempre que se presentase la ocasión ante sus gobiernos o los consulados y embajadas de Bahréin.

IE: Compartir historias como acto de solidaridad

En apoyo a Al-Salman y a sus compañeros, la Secretaria General Adjunta de la IE Haldis Holst destacó “la importancia de alzar las voces de las mujeres docentes árabes, especialmente dado que en muchos de estos países la mayoría de los docentes son precisamente mujeres”. También alentó a los miembros de la delegación de la IE en la UNCSW61 a compartir sus historias como acto de solidaridad, para aumentar la concienciación y conducir progresivamente a un cambio.

*Fuente: https://www.ei-ie.org/spa/news/news_details/4323

Comparte este contenido:

Necesario apoyar en educación de niñas y mujeres africanas: Kandinki

www.20minutos.com.mx/24-03-2017

La filósofa Antoinette Kandinki, Premio Harambee 2017 a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana, destacó el papal de la mujer para promover valores como la familia, la solidaridad y la hospitalidad, que ayudan al desarrollo de las sociedades. En rueda de prensa con motivo de la concesión del galardón, Kankinki, originaria de Nord-Kivu R.D. Congo, aseguró que proporcionar ropa, alimentos o enseres a los africanos no les ayuda, pues «lo que verdaderamente les ayuda es el acceso de las niñas, jóvenes y mujeres a la educación».

Kankindi es profesora de Filosofía Política en la Universidad de Strathmore en Nairobi, es una intelectual muy reconocida en su país por su lucha  a favor de la igualdad de la mujer y contra la corrupción política. Su proyecto “Áfrican Women Leadership”, en el que han participado mujeres de diferentes países africanos,  fue financiado por la  UAF-A (Urgent Action Fund-Africa). La filósofa ahora pretende seguir desarrollando ese proyecto para dotar a las mujeres kenianas de oportunidades de empleo y asegurar los medios de subsistencia a familias enteras, como mejor forma de luchar contra la pobreza y la marginalidad. «El objetivo principal de mi proyecto es intentar reducir la desigualdad en términos de oportunidades, darle autonomía económica a la mujer para que no siga queriendo salir del país y engrosar las filas de inmigrantes de otros».

sostuvo. «Quiero que cada vez haya más mujeres que se quieran quedar en el país, que creen empleos con medianas y pequeñas empresas, que ayuden a reducir el desempleo femenino», agregó. Se refirió a los términos que usualmente se usan para fortalecer el liderazgo de mujeres como el empoderamiento y expresó que «a mí me gusta más usar el de desvelar ese liderazgo».

Hizo hincapié en que hay tres valores de la cultura africana que no son tan diferentes a los de otras culturas que ayudan a desvelar ese liderazgo: la familia, la solidaridad y hospitalidad. «Que no se me enfaden los señores, pero es la mujer la guardiana de estos valores, el principio integrador de la sociedad», subrayó. Kandinki manifestó su convencimiento de que es imposible mejorar la vida en cualquier lugar de África si no se trabaja por mejorar la situación de la mujer y dar a la juventud razones para tener esperanza.

«La mujer es el auténtico motor de África», agregó. En 2012 la Fundación Integrity Action patrocinó uno de sus proyectos sobre Ética y Gobernabilidad para participar en política con sentido ético y de servicio al ciudadano. En 2013 fue invitada al Seminario Internacional de Liderazgo de la Mujer celebrado en Lilongwe, la capital de Malawi. Su conferencia sobre «Liderazgo de las mujeres de África» fue acogida con tanto interés por los países presentes que el Fondo de Acción Urgente-África le financió un programa durante los dos últimos años, en el que participaron mujeres empresarias, políticas, periodistas y científicas de distintos países africanos.

El proyecto, ahora premiado y patrocinado por los laboratorios René Furterer, quiere dotar de habilidades de liderazgo e integridad a mujeres jóvenes y proporcionarles conocimientos de sus derechos y responsabilidades para ayudar a mejorar los medios de vida sostenibles para otras mujeres. Harambee es el proyecto de solidaridad que promueve iniciativas de educación en África y sobre África, a través de proyectos de desarrollo en el área subsahariana y de actividades de sensibilización en el resto del mundo, a fin de difundir los valores, las cualidades y las posibilidades de futuro de la cultura africana. Harambee nació en 2002 con motivo de la  canonización de Jose María Escrivá, fundador del Opus Dei, con la convicción de que no es verdad que África sea una tragedia sin solución.

Ver más en: http://www.20minutos.com.mx/noticia/197924/0/necesario-apoyar-en-educacion-de-ninas-y-mujeres-africanas-kandinki/#xtor=AD-1&xts=513356

Comparte este contenido:

En Guatemala: Las alfombras que educan maridos

Lo revolucionario, en un país como Guatemala donde en 8 de cada 10 hogares las mujeres son víctimas de la violencia, es que en Patanatic los hombres han aprendido a respetar a sus esposas. Y todo gracias a las alfombras de Glendy Mendoza.

Cada mes, además de los pequeños y la casa, la costureras de Patanatic elaboran dos alfombras artesanales, una grande de 24×38 centímetros, y otra pequeña, de 22×18. “Con la grande se saca más beneficio”, concluyen todas a la vez. En total, unos 2.000 quetzales (253 euros) mensuales. Un ingreso que ha permitido mejorar la vida de las familias. “Antes el suelo de la casa era de tierra, ahora es de piso. También cambiamos la ventana”, dice Glendy, apuntando con sus dedos ásperos a la luz que cruza la estancia desde los campos de maíz. “Pero sobre todo ayuda también la alimentación de la familia”.

“Al principio mi marido no quería, pero luego se dio cuenta de que podía apoyar con los gastos de la familia. Desde entonces me ayuda con los dibujos y a escoger colores”. La que habla es Nicolasa. Pero podría haber sido Juana, Lucía, Encarnación o cualquiera de las otras seis mujeres que conforman el grupo de costureras de alfombras Patanatic que a golpe de aguja han transformado el mundo. Todas relatan una historia similar: “Él no quería que viniese, pensaba que eso de las alfombras no se vende, pero luego empezó a ver que es rentable. Ahora él mismo me guarda las piezas y me ayuda”.

En Guatemala, especialmente en las comunidades rurales, las mujeres sufren una doble condena: por género y por etnia

En Guatemala, especialmente en las comunidades rurales, las mujeres sufren una doble condena: por género y por etnia. Al ser las primeras en abandonar la escuela, habitualmente al concluir el ciclo de educación primera, sus posibilidades de incorporarse al mercado laboral se reducen exponencialmente. Siendo indígenas, las oportunidades de trabajar fuera de casa son en la práctica inexistentes. Su papel social se limita al rol de madre. E incluso como tal vuelven a ser discriminadas.

Cuando la comida escasea, lo que ocurre con demasiada frecuencia en un país donde el 79,2% de los indígenas vive en situación de pobreza, el modelo social prima el papel del hombre: los padres son habitualmente los primeros en alimentarse, dando luego prioridad a sus hijos varones. La madre y esposa es la última en comer. Las sobras de la miseria.

Cada día, Bartola dedica entre cinco y seis horas a la costura, al tiempo que se encarga del cuidado de sus hijos. - PABLO L. OROSA

Y no sólo por instinto maternal, sino también por disposición cultural. Así, cuando resultan embarazadas, la mayoría carecen del estado nutricional adecuado para dar a luz, lo que se traduce en una de las tasas de desnutrición crónica más elevadas del mundo: casi la mitad de los menores carece de la alimentación necesaria para su correcto desarrollo físico e intelectual.

“Contra la mujer aquí hay violencia psicológica, física y económica. Hay mucha dependencia, la mujer está supeditada al hombre. Eso es lo que queremos romper”, subraya Lilian Xinico, una activista indígena empeñada en transformar el modelo de desarrollo de los pueblos originarios empoderándolos desde dentro. “Si damos la oportunidad a las mujeres pueden mejorar la vida de las familias”. Y transformar la forma de vivir de un pueblo.

Generar ingresos y cuidar a los niños

Los pequeños no paran de corretear. Los de más edad persiguen las gallinas que atraviesan la cocina a toda velocidad, mientras los demás los miran desde la distancia, pegados al güipil de su madre. La ventaja de este trabajo es que “lo podemos hacer en nuestro hogar”, sin descuidar a los niños, interrumpe Glendy Mendoza. Apenas a un metro, Bartola, la más abnegada de las costureras de Patanatic, tira de los hilos sobre el bastidor con el peso de su bebé sobre la espalda. «Esta es nuestra vida, un poco costura, un poco cuidamos de los niños».Cuando sonríe, a Bartola se le ven los pespuntes del tiempo.

“Entre las 10 y las 12 tenemos algo de tiempo para la costura. Después ya tenemos que preparar la comida y mirar por los niños»

Porque la vida en este pequeño pueblo colgado sobre las aguas refulgentes del lago Atitlán, apenas a cuatro kilómetros y decenas de campos de cebolla de Panajachel, el centro turístico más importante de Guatemala,comienza demasiado pronto.

Con el sol todavía escondido, las mujeres preparan el desayuno para sus maridos antes de que estos inicien su jornada como labradores o albañiles. Después se ocupan de los niños, los alimentan, los visten y envían a los mayores a la escuela. El resto de la prole permanece en casa, junto a las gallinas y los platos sucios. “Entre las 10 y las 12 tenemos algo de tiempo para la costura. Después ya tenemos que preparar la comida y mirar por los niños. Hasta la tarde, entre las 3 y las 6, no volvemos a la costura”.

A su lado, todas asienten. “Con el dinero que gano de las alfombras ayudo en los gastos y podemos mejorar la casa para ofrecer un futuro mejor a nuestros hijos”, añade Roxana. A su lado, las mujeres de Patanatic vuelven a asentir.

Pero no siempre fue así. Cuando Glendy llegó al pueblo con la propuesta que Reyna Isabel, la joven que junto a la artista norteamericana Mary Anne Wise ha puesto en marcha el proyecto llamado Multicolores, la indiferencia fue la mejor de las respuestas. Los hombres no creían que sus mujeres pudieran conseguir ingresos por su cuenta y ellas no habían entendido que el progreso pasa siempre por el desafío de lo establecido. “Costó que confiaran”, reconoce Reyna desde la pequeña tienda de Panajachel en la que reciben a los turistas que se acercan atraídos por la fama de las alfombras de Patanatic.

Glendy Mendoza tuvo que lidiar con la indiferencia y los prejuicios patriarcales para convencer a su compañeras. - PABLO L. OROSA

Glendy Mendoza tuvo que lidiar con la indiferencia y los prejuicios patriarcales para convencer a su compañeras. – PABLO L. OROSA

Dos días de 2012 lo cambiaron todo. Doce mujeres de cinco comunidades, en su mayoría incapaces de leer ni escribir, recibieron un taller intensivo. Elegir las telas y los colores, dibujar los flores, pájaros y diamantes, dejar los puntos arriba para que nada se desate. El resto, el talento, ya venía de casa.

En apenas unos meses, las diez costureras de Patanatic ya sabían lo que Glendy les había enseñado. “Los colores, hay que tener cuidado con las tonalidades para estar siempre dentro de la misma escala”, recuerda Lucía. A su espalda, las gamas cuelgan sobre la pared: los tierra, los azules y los rojos.

Cada vez son más las mujeres que se acercan a casa de Glendy Mendoza para unirse al proyecto. “Se quieren incorporar para ofrecer un ingreso a sus familias”. Por ahora son ya son 62 (y un niño de 14 años), repartidos en cinco comunidades. Todas de etnias quiché y kaqchikel. El objetivo es que la cifra no deje de multiplicarse.

“Cada año se vende más. Es un trabajo hecho por mujeres y respetuoso con el medio ambiente (las tiras de lana que utilizan para tejer las alfombras las adquieren en tiendas de ropa de segunda mano). Queremos expandirnos a más mercados en USA, Canadá y Europa y hacer más productos: cojines, portavasos…”, señala Reyna Isabel.

Por ahora han conseguido lo más complicado. Romper el círculo del patriarcado.Porque gracias a las alfombras de Glendy los hombres de Patanatic han entendido que para cambiar el mundo basta con una aguja y dos manos.

Fuente: http://www.publico.es/internacional/femenino-plural-alfombras-educan-maridos.html

Comparte este contenido:

Nicolaigarden: la escuela del género neutro, en Suecia

Europa/Suecia/28 de febrero de 2017/Fuente: excelsior

Los muebles están pintados con colores que no son catalogados típicamente como para niños o para niñas; aquí, ‘que cada uno sea lo que quiera ser’

A menos de un minuto del Museo del Premio Nobel de la Paz de Estocolmo, Suecia, están las instalaciones de un colegio; asoman banderas de arcoíris y los niños empujan cochecitos y las niñas juegan con tractores de juguete: es la escuela Nicolaigarden, centro de educación preescolar para niños donde las referencias a lo masculino y lo femenino no existen.

Los muebles están pintados de colores neutros y no hay sala decorada para un género en especial.

Los niños juegan con juguetes que no se dividen por géneros y eligen juegos que despiertan su curiosidad en lugar de escoger cosas que se supone que deben elegir por ser niños o niñas. Hay un póster que ilustra muy bien el ambiente reinante, en él se ve a un niño rubio que lleva un vestido rosa: ‘Que cada uno sea lo que quiera ser’, pregona la imagen.

Los profesores evitan referirse a los demás con pronombres masculinos o femeninos, y en lugar de ello utilizan el pronombre personal neutro ‘hen’, que significa ‘ellos’ en sueco. También han abandonado las palabras ‘mamá’ y ‘papá’ para referirse a ellos como ‘progenitor’. ‘Profesional de la salud’, en vez de ‘doctor’ o ‘doctora’.

Frida Wilkstrom, coordinadora encargada de gestionar los aspectos operativos de Nicolaigarden, dice que ‘deseamos proporcionar un entorno en el que los niños se sientan cómodos independientemente del tipo de familia en que vivan, por eso introdujimos este tipo de lenguaje’.

No se trata solo de hacer sentir cómodos a quienes quizá no se sientan identificados con lo masculino o lo femenino, o que deseen evitar referirse a sí mismos como pertenecientes a un sexo o a otro. Cuando era niña, mi madre se convirtió en madre soltera tras la muerte de mi padre”.

Así que ‘creemos que no debería importar si una familia está formada por un solo progenitor, dos progenitores del mismo sexo o dos progenitores de sexos diferentes, ni si el niño es un hijo natural, adoptado o lo que sea’. La igualdad de género está respaldada por la ley en el sistema educativo sueco, gracias en parte al primer programa académico nacional.

Hacia 2012, el gobierno sueco había invertido 110 millones de coronas suecas (casi 13.1 millones de dólares) en fomentar la igualdad de género en los colegios. Nicolaigarden, una institución financiada con el dinero de los contribuyentes, se encuentra entre los ejemplos más radicales de esfuerzos igualitarios del país por crear una verdadera igualdad entre sexos.

Para nosotros, el punto de partida fue que los profesores se grabaran entre sí para observar cómo reaccionaban las niñas y los niños entre ellos, niños y niñas que no siempre se ajustaban a los estereotipos de género. También investigamos el modo en que reaccionaban los niños ante patrones de conducta de animales.

Por ejemplo, cuando preguntábamos a niños de tres años de edad si creían que el pato que estaba al inicio de la fila seguido de su compañero y con una hilera de patitos caminando tras ellos era macho o hembra, las respuestas fueron 50/50”.

Los profesores se sometieron al proceso de revaluar los estereotipos de género anotándolos en un diagrama circular que se dividía en tres categorías: colores, emociones, y trabajos y hobbies.

Tratamos de enseñar a los niños mediante ejercicios de lectura y canto, por ejemplo. Los estudiantes interpretan cuentos cambiando los personajes tradicionalmente masculinos por niñas y viceversa; las niñas leen la parte del príncipe y los niños pueden interpretar a la princesa”.

Algunas voces críticas creen que estas actividades y métodos de enseñanza han ido demasiado lejos, incluso para la igualitaria Suecia. Tanja Bergkvist, una madre y matemática en la Universidad de Uppsala que constantemente ataca la ‘locura sobre el género’ que sacude Suecia en su blog, ha acusado a los profesores de adoptar este tipo de métodos de ser la ‘policía del género’.

Diversos estudios muestran que los diferentes roles que adoptamos están genéticamente predeterminados, se trata de un hecho biológico que es resultado de miles de años de evolución, quizá para que lográramos sobrevivir”.

Gabriella Martinsson, que enseña en Egalia —una ramificación de Nicolaigarden que emplea las mismas estrategias educativas—, afirma que sus métodos no tienen como fin ‘despojar’ de nada a los niños.

Creo que algunas personas posiblemente teman que, si trabajamos con métodos de enseñanza basados en la igualdad de género, despojaremos a sus hijos de alguna cosa. Que podríamos por ejemplo despojar de algo asociado con lo masculino a un niño pequeño, que quizá no le dejaremos jugar al fútbol o con coches de juguete”.

Es importante que estos niños empiecen a cuestionarse lo que significa masculino y femenino antes de que la sociedad condicione sus ideas. ¿Por qué se piensa que las mujeres que trabajan en empleos que según los estereotipos se consideran masculinos tienen más éxito que los hombres que trabajan en empleos tradicionalmente femeninos?

Finalmente, si las niñas quieren ser la princesa y los niños el príncipe, pueden hacerlo sin problemas. Por eso nos gusta cruzar la frontera de este modo, porque nadie debería tener que tomar sus decisiones basándose en suposiciones’.

Este contenido es publicado con autorización de Vicemedia. Ve la nota original aquí (http://bit.ly/1ThxzuT) prohibida su reproducción.

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/global/2017/02/26/1148784

Imagen: 94557268b75eb4291d5e-41c649821d3b6b5cdbf6b11ec1d89955.r57.cf2.rackcdn.com/pictures/2017/02/26/1628446.jpg

Comparte este contenido:

Sesgo de género en la evaluación de la calidad académica

Por: Educaweb

El análisis de las diferentes interrelaciones sociales y laborales desde un enfoque de género se ha convertido en una metodología imprescindible.  Este enfoque considera las diferentes oportunidades que tienen los hombres y las mujeres, las interrelaciones existentes entre ellos y los papeles que socialmente se les asignan. Y, dado que todas estas cuestiones influyen en el logro de las metas y repercuten en el proceso de desarrollo de la sociedad, se hace ineludible la observación de cada uno de los procesos sociales que nos rodean.

Las investigaciones en docencia y género están creciendo en la comunidad académica. Entre los investigadores ya no solo hay evidencias comprobadas de que los profesores y profesoras tienen concepciones sesgadas y arraigadas de sus alumnos y alumnas. También en la evaluación del profesorado el sesgo de género se pone de manifiesto creando desigualdades a la hora de la evaluación de la calidad educativa.

Autoridad y Mujer

Las relaciones de género afectan a las responsabilidades que las culturas, en cada contexto geográfico, asignan a hombres y mujeres. Esto determina diferentes formas de acceder a los recursos materiales como el dinero, la tierra, el crédito y a valores inmateriales como el poder y la autoridad.

Sus implicaciones en la vida cotidiana son múltiples y se manifiestan, por ejemplo, en la división del trabajo doméstico y extra-doméstico, en las responsabilidades familiares, en el campo de la educación, en las oportunidades de promoción profesional, en las instancias ejecutivas, etc. Pero también en la concepción social de cuáles son las características «femeninas» y cuáles deberían ser las «masculinas».

Así, al hombre se le atribuyen y se espera de él características como la fuerza, la robustez, el poder, la potencia, el conocimiento, el ímpetu, etc. Mientras, de la mujer se espera el amor, la humildad, la simpatía, la bondad, la belleza, la generosidad, entre otros adjetivos que difieren con las características, habilidades o expectativas de muchas profesiones a las aspiran y actualmente ejercen las mujeres.

Así, históricamente, sectores profesionales como la seguridad,  la conducción e incluso la política, entre otros, eran hasta hace poco y en muchos países todavía lo son, entornos puramente masculinos.

Asignando a las mujeres estas características, las profesiones «típicamente femeninas» eran aquellas en las que se necesitaba de las cualidades de la mujer: paciencia, generosidad, empatía, alegría, etc. Como, por ejemplo, los primeros años de la educación sistematizada. Mientras, a medida que avanzaba en ciclos el sistema educativo, y especialmente llegados a la universidad, lo que se demandaba del profesor/a era y es la autoridad.

La RAE define la autoridad como el «poder que gobierna o ejerce el mando, de hecho o de derecho». La potestad, facultad, legitimidad. El prestigio y crédito que se reconoce a una persona o institución por su legitimidad o por su calidad y competencia en alguna materia.

Determinismos biológicos, maternidad y estereotipos

El estereotipo de la feminidad -sensibilidad, autocontrol, elegancia, cooperación, maternidad, empatía- se reproduce a través de medios de comunicación, publicidad (sobre todo y especialmente la dirigida a niños), y a través de los juegos de socialización.

El determinismo biológico que durante años ha repetido mantras como el de la «debilidad de la mujer» se está revirtiendo poco a poco a la luz de una nueva y mejor educación sanitaria con enfoque de género y alejada de la imagen estereotipada que asocia la mujer a su rol de madre. Estos cambios impulsados desde subculturas feministas hacia otros sectores de la sociedad están contribuyendo al cambio social que ya es una realidad en muchos países, pero que por falta de una sistematización en la educación y de verdadero interés político continúa desfasado en nuestro país.

Los nuevos conceptos son ajenos en el sistema educativo tradicional y esto lo hace sensible a los recurrentes sesgos que en él se producen.

La educación sistematizada y la mujer

Desde pequeñas, a la mayoría de las niñas en la educación occidental se les enseñan los valores de sumisión y de cuidado. Se les potencian las actitudes de empatía y colaboración en la familia y en su entorno primario.

La selección de juguetes está destinada incluso para ello: muñecas, bebés, cocinitas, casitas. Todo un contexto que le dice a la niña, de una forma indirecta, cuáles serán sus expectativas y necesidades de mayor. Por otro lado, al varón se le incita a la aventura, a superar retos, a competir, a defender lo que quieren, etc. Esto construye una serie de características que, si no cambian durante la educación sistematizada en el colegio, implicarán una limitación para la mujer en el acceso al poder, mientras que a los varones les dará más herramientas de acceso al poder y a la autoridad.

A esto se suman numerosas variables como la influencia de la educación materna y paterna, la sociedad en la que esos niños se están educando, etc.

Evaluación de la calidad educativa

Frente a estos condicionantes sociales, mediáticos, familiares e históricos es ya una realidad el hallazgo de patrones de género en las respuestas de estudiantes universitarios ante los Cuestionarios de Evaluación de la Docencia.

Los estudios realizados en esta línea indican que existen sesgos de género en la evaluación tanto de profesores y profesoras a sus alumnos y alumnas, como al revés.  Y esto afecta de forma diferente a las profesoras y profesores según ejerzan la docencia universitaria en los primeros años del grado o en los más altos. Así como también dependen del tipo de grado en el que trabajan: humanidades, ciencias sociales, exactas, etc.

Por ejemplo, las notas más altas de parte de las y los alumnos son para profesores hombres, principalmente en las evaluaciones realizadas por  estudiantes mujeres. Éstas son a la vez más críticas con sus pares a quienes asignan características de «Autoritaria», «Mandona», «Demasiado exigente», etc., dependiendo del área de evaluación y del  curso.

La demostración de poder o autoridad se evalúa en el contexto social predominante como una característica negativa para la mujer, mientras que la misma actitud se evalúa como un rasgo de carácter y poder en un hombre. «A los hombres se les evalu?a mejor en los i?tems ma?s disciplinarios, mientras que las mujeres son mejor evaluadas en los i?tems referentes a responsabilidad, pero tambie?n en aquellos que tienen que ver con disposicio?n a ensen?ar y empati?a» (Rodrigo Medel y Rodrigo Asún, 2014).

Las profesoras son evaluadas de forma más favorable en las carreras de Ciencias Sociales y en los primeros cursos de universidad y siempre que demuestren características como la empatía, el compañerismo (hacia alumnos y alumnas) o la simpatía, mientras en sus pares masculinos estas características no son demandadas o evaluadas por sus alumnos y alumnas.

Conclusión

Género se relaciona con todos los aspectos de la vida económica y social, cotidiana y privada de los individuos y determina características y funciones dependiendo del sexo o de la percepción que la sociedad tiene de él. El empoderamiento femenino, el acceso de la mujer al poder, todavía se percibe de una forma inconsciente como algo sospechoso. La mujer sigue siendo una «outsider» en muchos ámbitos en los que, a la vez, está siendo cada vez más habitual ver una mujer.  Esto nos obliga a revisar todos nuestros sistemas de relaciones para comprobar que el sesgo de género no esté haciendo mella sobre la actuación de esas mujeres.
Se ha visto cómo en la educación universitaria, los hombres son en general mejor evaluados los u?ltimos an?os, y que quienes evalu?an mejor a sus profesores hombres en los u?ltimos an?os son sobre todo las alumnas mujeres. Es la reproducción del modelo social de sumisión y obediencia.El análisis de las diferentes interrelaciones sociales y laborales desde un enfoque de género se ha convertido en una metodología imprescindible.  Este enfoque considera las diferentes oportunidades que tienen los hombres y las mujeres, las interrelaciones existentes entre ellos y los papeles que socialmente se les asignan. Y, dado que todas estas cuestiones influyen en el logro de las metas y repercuten en el proceso de desarrollo de la sociedad, se hace ineludible la observación de cada uno de los procesos sociales que nos rodean.

Las investigaciones en docencia y género están creciendo en la comunidad académica. Entre los investigadores ya no solo hay evidencias comprobadas de que los profesores y profesoras tienen concepciones sesgadas y arraigadas de sus alumnos y alumnas. También en la evaluación del profesorado el sesgo de género se pone de manifiesto creando desigualdades a la hora de la evaluación de la calidad educativa.

Autoridad y Mujer

Las relaciones de género afectan a las responsabilidades que las culturas, en cada contexto geográfico, asignan a hombres y mujeres. Esto determina diferentes formas de acceder a los recursos materiales como el dinero, la tierra, el crédito y a valores inmateriales como el poder y la autoridad.

Sus implicaciones en la vida cotidiana son múltiples y se manifiestan, por ejemplo, en la división del trabajo doméstico y extra-doméstico, en las responsabilidades familiares, en el campo de la educación, en las oportunidades de promoción profesional, en las instancias ejecutivas, etc. Pero también en la concepción social de cuáles son las características «femeninas» y cuáles deberían ser las «masculinas».

Así, al hombre se le atribuyen y se espera de él características como la fuerza, la robustez, el poder, la potencia, el conocimiento, el ímpetu, etc. Mientras, de la mujer se espera el amor, la humildad, la simpatía, la bondad, la belleza, la generosidad, entre otros adjetivos que difieren con las características, habilidades o expectativas de muchas profesiones a las aspiran y actualmente ejercen las mujeres.

Así, históricamente, sectores profesionales como la seguridad,  la conducción e incluso la política, entre otros, eran hasta hace poco y en muchos países todavía lo son, entornos puramente masculinos.

Asignando a las mujeres estas características, las profesiones «típicamente femeninas» eran aquellas en las que se necesitaba de las cualidades de la mujer: paciencia, generosidad, empatía, alegría, etc. Como, por ejemplo, los primeros años de la educación sistematizada. Mientras, a medida que avanzaba en ciclos el sistema educativo, y especialmente llegados a la universidad, lo que se demandaba del profesor/a era y es la autoridad.

La RAE define la autoridad como el «poder que gobierna o ejerce el mando, de hecho o de derecho». La potestad, facultad, legitimidad. El prestigio y crédito que se reconoce a una persona o institución por su legitimidad o por su calidad y competencia en alguna materia.

Determinismos biológicos, maternidad y estereotipos

El estereotipo de la feminidad -sensibilidad, autocontrol, elegancia, cooperación, maternidad, empatía- se reproduce a través de medios de comunicación, publicidad (sobre todo y especialmente la dirigida a niños), y a través de los juegos de socialización.

El determinismo biológico que durante años ha repetido mantras como el de la «debilidad de la mujer» se está revirtiendo poco a poco a la luz de una nueva y mejor educación sanitaria con enfoque de género y alejada de la imagen estereotipada que asocia la mujer a su rol de madre. Estos cambios impulsados desde subculturas feministas hacia otros sectores de la sociedad están contribuyendo al cambio social que ya es una realidad en muchos países, pero que por falta de una sistematización en la educación y de verdadero interés político continúa desfasado en nuestro país.

Los nuevos conceptos son ajenos en el sistema educativo tradicional y esto lo hace sensible a los recurrentes sesgos que en él se producen.

La educación sistematizada y la mujer

Desde pequeñas, a la mayoría de las niñas en la educación occidental se les enseñan los valores de sumisión y de cuidado. Se les potencian las actitudes de empatía y colaboración en la familia y en su entorno primario.

La selección de juguetes está destinada incluso para ello: muñecas, bebés, cocinitas, casitas. Todo un contexto que le dice a la niña, de una forma indirecta, cuáles serán sus expectativas y necesidades de mayor. Por otro lado, al varón se le incita a la aventura, a superar retos, a competir, a defender lo que quieren, etc. Esto construye una serie de características que, si no cambian durante la educación sistematizada en el colegio, implicarán una limitación para la mujer en el acceso al poder, mientras que a los varones les dará más herramientas de acceso al poder y a la autoridad.

A esto se suman numerosas variables como la influencia de la educación materna y paterna, la sociedad en la que esos niños se están educando, etc.

Evaluación de la calidad educativa

Frente a estos condicionantes sociales, mediáticos, familiares e históricos es ya una realidad el hallazgo de patrones de género en las respuestas de estudiantes universitarios ante los Cuestionarios de Evaluación de la Docencia.

Los estudios realizados en esta línea indican que existen sesgos de género en la evaluación tanto de profesores y profesoras a sus alumnos y alumnas, como al revés.  Y esto afecta de forma diferente a las profesoras y profesores según ejerzan la docencia universitaria en los primeros años del grado o en los más altos. Así como también dependen del tipo de grado en el que trabajan: humanidades, ciencias sociales, exactas, etc.

Por ejemplo, las notas más altas de parte de las y los alumnos son para profesores hombres, principalmente en las evaluaciones realizadas por  estudiantes mujeres. Éstas son a la vez más críticas con sus pares a quienes asignan características de «Autoritaria», «Mandona», «Demasiado exigente», etc., dependiendo del área de evaluación y del  curso.

La demostración de poder o autoridad se evalúa en el contexto social predominante como una característica negativa para la mujer, mientras que la misma actitud se evalúa como un rasgo de carácter y poder en un hombre. «A los hombres se les evalu?a mejor en los i?tems ma?s disciplinarios, mientras que las mujeres son mejor evaluadas en los i?tems referentes a responsabilidad, pero tambie?n en aquellos que tienen que ver con disposicio?n a ensen?ar y empati?a» (Rodrigo Medel y Rodrigo Asún, 2014).

Las profesoras son evaluadas de forma más favorable en las carreras de Ciencias Sociales y en los primeros cursos de universidad y siempre que demuestren características como la empatía, el compañerismo (hacia alumnos y alumnas) o la simpatía, mientras en sus pares masculinos estas características no son demandadas o evaluadas por sus alumnos y alumnas.

Conclusión

Género se relaciona con todos los aspectos de la vida económica y social, cotidiana y privada de los individuos y determina características y funciones dependiendo del sexo o de la percepción que la sociedad tiene de él. El empoderamiento femenino, el acceso de la mujer al poder, todavía se percibe de una forma inconsciente como algo sospechoso. La mujer sigue siendo una «outsider» en muchos ámbitos en los que, a la vez, está siendo cada vez más habitual ver una mujer.  Esto nos obliga a revisar todos nuestros sistemas de relaciones para comprobar que el sesgo de género no esté haciendo mella sobre la actuación de esas mujeres.
Se ha visto cómo en la educación universitaria, los hombres son en general mejor evaluados los u?ltimos an?os, y que quienes evalu?an mejor a sus profesores hombres en los u?ltimos an?os son sobre todo las alumnas mujeres. Es la reproducción del modelo social de sumisión y obediencia.

Fuente: http://www.educaweb.com/noticia/2016/10/13/sesgo-genero-evaluacion-calidad-academica-10567/

Comparte este contenido:
Page 1 of 2
1 2
OtrasVocesenEducacion.org