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Costa Rica aboga en Cumbre de Dubai por el desarme y la inclusión

Redacción: Prensa Latina

La primera vicepresidenta de Costa Rica, Epsy Cambell, llamó hoy en Dubai, Emiratos Árabes Unidos (EAU), a no desperdiciar recursos en armas e instó a darle la bienvenida al bienestar, la educación, la prosperidad y la inclusión.
‘Les invito a que nos atrevamos a soñar con un mundo sin ejércitos, lleno de oportunidades, con igualdad entre mujeres y hombres, que se nutra de la diversidad y cuide el ambiente, donde todas las personas tengan las condiciones necesarias para ser felices’, afirmó Campbell en la sesión plenaria de la VII Cumbre Mundial de Gobiernos (WGS, en inglés), que se desarrolla en Dubai.

Subrayó que ‘no desperdiciemos recursos en armas, eso es involución y aquí estamos, una vez más, para hablar de evolución. Atrevámonos a dar un paso adelante, demos la bienvenida al bienestar, a la educación, a la prosperidad y a la inclusión. Toda guerra es siempre una desinversión, un retroceso y el armamentismo la antesala de la barbarie’.

Costa Rica fue designado como país invitado especial a la WGS de este año por ser un ejemplo a seguir en cuanto a sostenibilidad, cambio climático, empoderamiento de la mujer y bienestar de sus ciudadanos, y por ello la primera vicepresidenta aprovechó su discurso para exaltar el modelo de desarrollo sostenible e inclusión social de su país.

Asimismo, Campbell significó el plan de descarbonización de la economía que anunciará el gobierno tico el próximo día 24 y ante más de 500 líderes mundiales sostuvo que esa cita tiene como misión la necesidad de evolucionar en alianzas públicas y privadas, para crear un impacto positivo en los ciudadanos alrededor del mundo.

En ese sentido, Campbell apuntó que ese impacto pasa ‘por el robustecimiento del sistema multilateral de Naciones Unidas, que los derechos humanos sigan progresando y expandiéndose y que el diálogo, la paz y el entendimiento tomen cada vez más importancia en el mundo’.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=252139&SEO=costa-rica-aboga-en-cumbre-de-dubai-por-el-desarme-y-la-inclusion
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Uruguay: Primaria y UNICEF adaptarán libros de texto escolares para hacerlos accesibles a distintas discapacidades

América del Sur/Uruguay/educacion.ladiaria.com.uy

Proponen un texto digital accesible con un diseño universal que habilite trabajar con estudiantes con y sin discapacidad.

“La mesa está servida”, dijo el martes Irupé Buzzetti, directora del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), al cerrar el taller “Libros de texto digitales accesibles: herramientas para aprender juntos”. Esa jornada fue el lanzamiento de un año de trabajo que tienen por delante varias instituciones que participarán en una iniciativa del CEIP y de UNICEF para adaptar los Cuadernos para leer y escribir y los Cuadernos para hacer matemática que ya están circulando en todas las escuelas del país. La idea, según comentó a la diaria Carmen Castellanos, inspectora de Educación Especial del CEIP, es que “cualquier niño pueda trabajar con el mismo material sin importar si es sordo, ciego, tiene autismo o una discapacidad motriz; todos deberían contar con lo mismo, porque es una cuestión de derechos”.

Castellanos explicó que la intención general del CEIP es que “los maestros planifiquen en base a un diseño universal para el aprendizaje, atendiendo las diferencias de cada alumno para que puedan estar incluidos en grupos. Para eso necesitan también trabajar con los mismos materiales, adecuados a las necesidades que ellos tienen para seguir el proceso de aprendizaje, pero los mismos materiales al fin. Si no, decimos que trabajamos para la inclusión pero los separamos dándoles diferentes actividades que a los demás”. Los libros adaptados estarán disponibles en un formato electrónico, en las computadoras del Plan Ceibal. Además, según adelantó Buzzetti, una de las opciones que se manejan es crear una aplicación que contemple cada una de las discapacidades por separado.

Para la directora de Primaria este proyecto “no puede caer solo en las escuelas”, y para ello ya hay una capacitación prevista en la agenda 2019. Los encargados de formar a los maestros serán los profesionales de la organización de la sociedad civil Creática, que se encarga de trabajar sobre discapacidad con maestros, utilizando tecnología. También destacó que en Uruguay hay poca gente formada en estos temas, teniendo en cuenta la realidad del país, y que los que están preparados “hacen lo que pueden, pero tiene que ser algo más sistematizado”.

Según Castellanos, Uruguay “tiene las condiciones óptimas para ser el primer país en tener libros de textos en formato de accesibilidad universal, o sea, multiformato. Lo digo por los profesionales, por la experiencia que tiene y por la plataforma del Plan Ceibal”. Además, señaló como una gran ventaja que tanto los cuadernos sobre lengua como los de matemática fueron creados y editados por el Sistema Nacional de Educación Pública, lo que implica que no haya que pagar derechos de autor para hacer una adaptación de los materiales.

En el taller participaron varios colectivos de educación relacionados con el trabajo con personas ciegas, sordas y con otras discapacidades. También estuvieron invitados a participar en el taller la Universidad de la República, el Plan Ceibal y los equipos que elaboraron los cuadernos. En este primer taller se trabajó, entre otras cosas, sobre la guía que elaboró UNICEF en conjunto con otras instituciones regionales para la adaptación de los materiales. En el proceso de elaboración de esa guía participó el Instituto Interamericano sobre Discapacidad y Desarrollo Inclusivo. la diaria accedió a la guía, que sigue estando en calidad de borrador. Allí hay varios puntos a tener en cuenta sobre cómo crear contenido y tecnología accesibles para libros de textos, incluyendo cómo adaptar ejercicios; entre las recomendaciones están incluir más pistas, explicitar el contexto de las actividades, usar lenguaje simple y utilizar gráficos, videos y diagramas con el texto adjunto.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2019/2/primaria-y-unicef-adaptaran-libros-de-texto-escolares-para-hacerlos-accesibles-a-distintas-discapacidades/

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Entrevista a Alicia de Blas: “En España tenemos una escuela mixta, no coeducativa, que educa para la igualdad pero no reconoce bien la diferencia”

Entrevista/14 Febrero 2019/Autor: Daniel Sánchez Caballero/Fuente: El diario la Educación

Entrevista a Alicia de Blas. Maestra experta en género y licenciada en Ciencias Políticas

La falta de perspectiva de género afecta al modo en el que la coeducación todavía no ha conseguido ocupar el espacio necesario en la escuela. Esta es mixta, pero a veces obvia cuestiones relacionadas con el curriculum oculto, con la desigualdad de trato dentro del aula o con el uso que se hace de los espacios escolares.

“Educadora en muchos ámbitos, feminista, otra vocación importante y fuente de reflexión y aprendizaje y madre de dos niñas, también aprendo mucho en mi convivencia con ellas”. Así se autodescribe Alicia de Blas, licenciada en Ciencias Políticas y más tarde en Magisterio, autora del libro 71 propuestas para educar con perspectiva de género, editado por la Fundación Fuhem. Nació a partir de “una necesidad detectada” con la idea de ser un manual de referencia para ayudar a los profesores de sus propios colegios a reflexionar y encaminar sus clases hacia “una escuela más justa y libre de violencias sexistas”, pero De Blas cuenta que ha trascendido el ámbito para el que fue concebido.

¿Hacía falta un manual sobre esto?

Hacía mucha falta. Surge de una necesidad detectada en un grupo dentro de Fuhem. Hay un grupo en el que participan personas de todos los ámbitos de la fundación, incluso familias y alumnado, para reflexionar sobre cuestiones de género. Casi desde el inicio se detecta la necesidad de que haya una intervención que atraviese todo el proyecto educativo, que el profesorado sea capaz de modificar sus prácticas cotidianas y que en los centros haya intervenciones que sean coherentes con la equidad de género, hacia la igualdad, que tengan una perspectiva de género y ecofeminista, y vemos que hay dificultades para que eso suceda. Hay mucha sensibilidad, pero poca capacidad. La vocación que tiene es ayudar al profesorado, en principio de Fuhem, pero es para cualquiera, para cambiar su práctica cotidiana para educar hacia la igualdad de género, la justicia y la equidad. Está todo relacionado.

Es maestra. ¿Le falta esta perspectiva a la formación inicial en las universidades?

Sí creo que falta. Va por modas y ahora se está sintiendo la necesidad, pero en muchos años no ha habido formación específica, como mucho una asignatura de libre configuración. Pero tampoco hay una perspectiva que atraviese los programas de formación de manera generalizada. Hay cuestiones como si se atiende al lenguaje, si cuando hablamos de educación inclusiva se incluyen otras diferencias, pero la diferencia sexual no está demasiado presente. En e currículum no veo un cuestionamiento sobre qué temas se priorizan, qué figuras aparecen… Creo que es una carencia que tenemos como colectivo, aunque también percibo mucha sensibilidad y la gente se forma por su cuenta.

El libro arranca diciendo que en España no hay una escuela coeducativa sino mixta. ¿En qué se traduce esta diferencia?

Cuando se generaliza la escuela mixta y niñas y niños se escolarizan juntos, se generaliza la escuela masculina, en general. Muchos saberes que se impartían en la escuela femenina desaparecen. Por ejemplo, nosotras pensamos que es importante educar para la autonomía. Eso significa aprender a cocinar, coserse un botón, sanarse, cuestiones de expresión emocional. No sé si estaban dando en la escuela femenina desde una perspectiva de ética revolucionaria del cuidado o de interdependencia; igual sí estaban desde un punto de vista de una feminidad muy tradicional, pero estaban, y en la escuela mixta ya no. Recuperar y apreciar esos valores relacionados con la experiencia femenina de la historia tiene que ver con aprender a ser autónomo en la vida. Es lo que hacen en los países más punteros en educación, que tienen su aula de economía doméstica donde aprenden a cocinar, coser o cambiar una rueda. En las escuelas Montessori el alumnado limpia su aula. En nuestras clases el niño se va a su casa y aparece un ser invisible, precario y feminizado en general, y limpia su mesa. La separación tan clara que hay entre la emoción y la razón. Para gran parte del profesorado, lo que vamos a hacer a la escuela es un trabajo y las emociones personales no tienen tanta cabida, se dejan en casa. Para mí es un error: vamos a relacionarnos y eso hay que trabajarlo. La escuela mixta no es coeducativa. Educa para la igualdad, pero no reconoce bien la diferencia, no es demasiado equitativa. La perspectiva coeducativa es una oportunidad para defender la escuela mixta.

Es una escuela mixta y está en camino de la coeducación. Hay interés, pero está lejos en muchas cuestiones. Por ejemplo, cómo se trabaja la disrupción en el aula. No somos conscientes de que lo hacemos sobre estereotipos de género. La escuela coeducativa sería consciente de cómo el profesorado reproduce estos estereotipos sociales, porque se ha criado y educado en la misma sociedad y compartimos estereotipos. Llegamos al aula y, si no ponemos consciencia, los reproducimos.

El manual comenta que los varones ocupan más tiempo de intervención en clase, tanto ‘positivamente’ a la hora de intervenir como ‘negativamente’ a la hora de ser disruptivos. ¿Qué puede hacer el profesor para revertirlo?

Hay medidas muy concretas: dar la voz a personas en el aula de manera más consciente. Por ejemplo, que de cada tres personas que intervengan, una sea del sexo contrario a las otras dos. Que al empezar el día dando la palabra, entre las dos primeras intervenciones, por lo menos, una sea a una chica. Está comprobado que cuando llegas a un grupo, si las primeras intervenciones que permites son varones, las chicas tienden a inhibirse. Hay una investigadora llamada Beatriz Sevilla que explica que las chicas a partir de cierta edad tendemos a adoptar un rol de acciones secundarias, quedarnos en la retaguardia. Se arregla dándonos la palabra, porque, inconscientemente —y esto es muy inconsciente— no lo hacemos. O, con los chicos, cuando hacen intervenciones muy largas o interrumpen a sus compañeras, hacerles conscientes, muchas veces no lo son. A veces alentamos la disrupción con la cantidad de espacio que les otorgamos. A veces reprendemos la falta de responsabilidad de las chicas con mayor exigencia. Las niñas son muy autoexigentes en edades muy tempranas, a partir de 5º o 6º no se permiten un fallo, y yo creo que eso tiene que ver con que les permitimos menos margen de error.

¿Qué es el currículo oculto del que habla en el manual?

El currículo describe los aprendizajes que hay que conseguir, los medios por los que se va a conseguir, entendiendo que los medios enseñan mucho. El currículo oculto es lo que se enseña sin poner consciencia de lo que se está enseñando. Por ejemplo, a través del lenguaje o las imágenes que aparecen en el libro de texto. La idea es ser conscientes, hacer que no esté oculto e intentar visibilizarlo y deconstruirlo para que todo lo que enseñemos sea coherente. A veces queremos enseñar una cosa explícitamente, pero luego de manera oculta hacemos lo contrario.

Eso, respecto a lo menos evidente. ¿El currículum oficial también necesita una revisión con perspectiva feminista?

También. Por ejemplo: cuatro de primaria, Ciencias Sociales. La romanización de la Península Ibérica. Ámbitos de estudio: las infraestructuras, la legislación, la religión y otro aspecto que no recuerdo ahora mismo. Se estudian muy poco las relaciones familiares, la alimentación, las formas de relacionarse en pareja, las maneras de curarse, la medicina. Todas estas cosas que tienen que ver con el ámbito de la experiencia de la vida femenina. También se nombran muy pocas a mujeres. En el libro de Naturales de 5º de primaria de mi hija hay seis personas destacadas para ilustrar distintos temas y ninguna es una mujer, cuando en varios aspectos serían muy interesantes. Podríamos hacer un esfuerzo educativo consciente por meter más mujeres. Por ejemplo, María Sibylla descubrió la metamorfosis de algunos insectos. Como ella hay un montón. Otra manera de incorporar la perspectiva de género al currículo: ver en qué momentos de la historia las mujeres no han podido ejercer determinados derechos. Eso podría ser objeto de estudio desde una perspectiva crítica. La propia historia del feminismo debería tener más presencia. Los cuerpos de las mujeres, en el área de Ciencias, suelen estar subrepresentados respecto a los de los hombres, aunque esto depende mucho de los colegios. Un currículum coeducativo evita el androcentrismo.

Esta cuestión de la que hablamos en global, ¿está sobre la mesa o ni siquiera se habla de ella?

Depende de qué mesa hablemos. Yo la encuentro cada vez en más mesas. Este libro se está reeditando. No sé hasta dónde ha llegado, quizá debería estar en otras mesas donde se toman decisiones de impacto, pero creo que estamos en un momento muy bueno en ese sentido. Estamos siendo empujadas por la cuarta ola del feminismo y por muchos movimientos que se están dando. Hay grandes movimientos reaccionarios también, en parte po el impulso que estamos tomando, pero que también nos dan cierta legitimación. Respecto al currículum igual no está tanto, pero la sensibilidad está ahí.

Entre las cosas que se comentan en el manual, habláis de los espacios, que me da la sensación de que más allá del patio y el campo fútbol no se habla mucho de ello.

Los espacios parecían neutros, que no tenían una perspectiva de análisis de ningún tipo. Pero el análisis de género nos dice que los espacios tienen mucha enjundia para la perspectiva feminista. Le tenemos que prestar atención, porque según cómo se configura el espacio en el que convivimos se configuran nuestras relaciones. Y, en concreto, en el ámbito educativo, creo que no solo el patio, se están trabajando muchos los espacios. Pero quizá desde otras perspectivas como la diversidad funcional, trabas de acceso, que sean más estimulantes y permitan otras agrupaciones y metodologías, que sean espacios más abiertos. Fuhem tiene unas aulas donde ha tirado los muros para que todo el alumnado de tres grupos puedan ir rotando por diferentes actividades. Creo que sí están en la agenda los espacios educativos. Desde una perspectiva feminista, ocupar el espacio es algo que tradicionalmente ha sido un privilegio masculino. La representación gráfica es el patio con el campo de fútbol en el medio. Y el campo de fútbol no es solo el espacio con más metros cuadrados para varones frente a las chicas, sino que también es un espacio muy jerárquico porque no todos los varones juegan al fútbol y eso luego marca las relaciones. Son espacios, los patios, en los que no se favorecen otras actividades. Suelen faltar sombras o bancos para otros juegos, conversaciones. Los pasillos a veces son espacios de mucha violencia porque en ellos se corre, se empuja, se hace ruido. Tenemos que aprender a usarlos de manera más inclusiva. En el colegio donde yo trabajaba los baños eran mixtos, a mí me gustan, pero hay que aprender a usarlos. Los espacios tienen que servir por igual a todas las personas. Poner la atención en estas cuestiones también es coeducación.

¿Alguna vez le han reprochado tener un discurso excesivamente, digamos, sensible a estas cuestiones? Por ejemplo: el campo de fútbol está en el medio porque en una esquina no cabe.

Una de las cosas que hemos conseguido es que ahora mismo no sea demasiado políticamente correcto manifestarse en ese sentido. La igualdad, en concreto la que tiene que ver con la igualdad sexual, es una cosa asentada como un valor. Como mínimo te escuchan y la gente intenta entender. En concreto, respecto al fútbol, yo soy radical. Intentaría que no se jugara al fútbol en las escuelas. Creo que el fútbol ocupa un tiempo enorme en las escuelas y en nuestras vidas. Los niños pueden jugar al fútbol en el equipo de su barrio o los fines de semana. En los colegios no hay campo de voleibol, muchas veces ni de baloncesto. La educación es como la alimentación, cuanto más diversa, mejor. Es importante que los niños y niñas realicen actividades diferentes, tengan otros referentes. Todo el rato fútbol no es bueno para nadie, ni para los niños ni para las niñas a las que les guste.

Estuve en un colegio en el que el alumnado de 4º nos pidió que no le dejáramos jugar porque si podían lo hacían, pero les traía problemas de relaciones. Estuvieron un mes sin jugar y lo agradecieron. Es un proceso que va a ser doloroso porque te va a remover, pero tiene que ser gozoso. La coeducación y vivir de una manera más libre, porque esto va de libertad y de singularidad, que cada uno sea quien quiera y quien se sienta, hay que empezar a disfrutarlo pronto, porque también te va a hacer sentir mal por momentos. Cuando propones cambios en este sentido es difícil que alguien te los reproche.

Termino. ¿Toda esta labor no se puede quedar un poco coja si luego las familias no la completan?

De hecho el grupo de Fuhem que lo promueve está formado por familias. La idea es que los centros hagan actividades en las que todas las personas tienen un rol. No son muchas, pero en algunas propuestas se incorpora a las familias, como crear auditorías de género en los colegios en los que todo el mundo aporta, y ahí tienen un rol importante las familias. O las circulares que se envían a las familias, deben reflejar la diversidad. No puede poner: “Firma el padre y la madre”. En muchas familias hay dos padres, dos madres, el padre solo o la madre sola… Pero para que haya coherencia con las familias un colegio puede ser un espacio de educación y divulgación también hacia las familias. Crear espacios de escuelas de familias, de coeducación, de encuentro familiar, de reflexión. Apoyarse en las asociaciones de familias sería lo más coeducativo. Yo soy muy partidaria de que las familias entren al aula porque aprenden a la vez que aprenden sus hijos o hijas, pero tiene que haber coherencia, y si no hay trasvase de las familias a la escuela, pues que lo haya de las escuelas a las familias.

Fuente e imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/02/14/en-espana-tenemos-una-escuela-mixta-no-coeducativa-que-educa-para-la-igualdad-pero-no-reconoce-bien-la-diferencia/

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Música para evitar la exclusión de los niños romaníes de Moldavia

Europa/Moldavia/07 Febrero 2019/Fuente: El país

La música nunca ha sido una de mis habilidades. A nuestros aliados de la Joven Orquesta Nacional de Moldavia, con una amplia formación musical, les llevó un tiempo convencerme a mí, una analfabeta musical, de que cantar en un coro podría tener numerosos beneficios para niños que, demasiadas veces, se enfrentan a la discriminación, como los de la comunidad romaní.

Sabía que en el pasado había músicos romaníes conocidos como lăutari. Sin embargo, aunque estábamos sopesando la posibilidad de iniciar un proyecto de inclusión a través de la música, todavía tenía la impresión de que la práctica musical, especialmente la clásica, era una especie de privilegio; de que el arte es para expertos y personas con estudios superiores. Conocía a muchos jóvenes músicos con talento, que formaban parte de un grupo pequeño y selecto de personas con instrucción musical, la mayoría de ellas gracias a costosas clases privadas y propietarias de un instrumento profesional.

Una familia típica romaní de un pequeño pueblo moldavo no tendría los recursos necesarios para formar parte de ese mundo. De hecho, los romaníes son uno de los grupos minoritarios más desfavorecidos de Europa y Asia Central; también en Moldavia. La mitad de los niños romaníes en Moldavia no está en la escuela primaria ni secundaria, y solo uno de cada cinco va a la infantil. A menudo, estos niños entran tarde en el sistema educativo y lo abandonan antes debido al estigma, la discriminación y la pobreza. El matrimonio infantil y las tasas de abandono escolar están estrechamente relacionados, sobre todo en el caso de las niñas.

Take Zinaida Maristan vive en el pueblo de Ciocâlteni, en el distrito de Orhei, y tiene cuatro hijos. Ella no tuvo la oportunidad de desarrollar una carrera musical, pese a su talento natural. En la comunidad romaní en la que creció, las niñas raramente perseguían el sueño de la educación. Zinaida, como muchas mujeres romaníes en Moldavia, se casó joven. Muchas familias ven en el matrimonio una manera de proteger a las niñas y lo perciben como una tradición valorada. En realidad, estas bodas aumentan las desigualdades para las niñas y limitan sus oportunidades.

No para la hija de Zinaida, Elizaveta, que hace seis meses se incorporó al proyecto de inclusión musical de Unicef Moldavia. Su voz nunca se había escuchado más allá de su pequeña comunidad. Ahora Elizaveta es vocalista del coro La La Play, y ya ha experimentado cómo el poder de la música puede mejorar las vidas de los jóvenes. Me contó que se había sentido valorada y que ahora tiene un nuevo grupo de amigos que proceden de diferentes partes del país.

Lo que más me gusta de mi trabajo es dar oportunidades a niños y jóvenes como Elizaveta. El mundo está cambiando y nuestro trabajo contribuye a ese cambio. En Moldavia la música clásica era un privilegio para las élites, pero hoy está al alcance de los niños más vulnerables del país.

Son pequeños pasos que marcan la diferencia para los niños y jóvenes a los que es más difícil llegar. En un coro, todos los cantantes se funden en una sola voz. La música es inclusiva, representa el modelo de sociedad que queremos.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/02/01/planeta_futuro/1549023860_937714.html

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Libro: Aprendizaje activo, diversidad e inclusión. Enfoque, metodologías y recomendaciones para su implementación (PDF)

Chile / 3 de febrero de 2019 / Autor: Oscar Jerez Yáñez / Fuente: Repositorio Universidad de Chile

Este libro es producto del Proyecto MECESUP UCH 0703 “Profundización de la convergencia de los procesos de renovación de pregrado de la Universidad de Chile y de Valparaíso implementando la formación basada en competencias vinculada al Sistema de Créditos Transferibles (SCT-Chile)”, desarrollado por el Departamento de Pregrado de la Vicerrectoría de Asuntos Académicos de la Universidad de Chile.
Links para la descarga:
http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/136742/Aprendizaje-activo-diversidad-e-inclusion.pdf?sequence=1&isAllowed=y
ó
https://drive.google.com/file/d/10Kx62LG3kVJWv3MTtVjpi290rEmFtPLk/view?fbclid=IwAR0o9mrXdFyqS5T0fgH9WLzmQ5zoE3I1pVsfDOH4I14vyx3iTTGTVcoXiu4
Fuente de la Reseña:
http://repositorio.uchile.cl/handle/2250/136742
ove/mahv
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Donde la inclusiva y la especial van de la mano

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

El colegio Ponce de León nació como un colegio «para sordos» en los 70. Hace 20 años comenzó el proceso de incluir alumnado «ordinario». Hoy están tirando paredes entre las aulas para hacer la inclusión más efectiva.

No es fácil. Es caro y complejo. La formación es fundamental, en muchos sentidos. Centros más bien pequeños, con un gran volumen de profesionales. Pero con los ingredientes adecuados y una buena dosis de tiempo, lo que parece increíble, se convierte en posible.

El centro educativo Ponce de León es concertado, en un barrio complicado de clase trabajadora del sur de Madrid. Pegado al Hospital Doce de Octubre. En el barrio de San Fermín.

Nació en los años 70 como un “colegio para sordos”. Hace 20 años se encontraron con una disyuntiva. Las familias querían que sus hijos siguieran en la secundaria en el mismo centro y, secundaria como tal, en la educación especial, no existe. De forma que el Ponce de León solicitó a la Comunidad de Madrid la posibilidad de abrir grupos de secundaria, pero serían grupos ordinarios. De repente el colegio de educación especial se empezó a transformar en un centro de inclusión, aunque los nuevos, en este caso, eran los alumnos “ordinarios”.

“Nosotros éramos, hace 20 años, solo de sordos. Y éramos una burbuja y los niños no aprendían con sus iguales, emocionalmente no había un desarrollo normalizado… había una serie de carencias muy fuertes”.

Hoy, el colegio se divide en dos. Por una parte está el ordinario, con enseñanzas desde infantil hasta ESO y algunos ciclos formativos de grado medio y superior. El bachillerato quedó en el aire con la llegada de la crisis y la dificultad económica para abrir esta etapa. Por otra, el centro de educación especial, con educación básica obligatoria, cursos de transición a la vida adulta y otros profesionales. Aunque “nuestra filosofía es la de la inclusión”, asegura Montse Pérez, su directora.

Y la inclusión, aunque está en proceso, se respira en los pasillos y las aulas. Niñas y niños, maestras, parte del personal de administración y servicios son bilingues en lengua oral y lengua de signos española. Desde los tres años, el alumnado, tanto oyente como sordo, aprende la lengua de signos, que utilizan indistintamente unos con otros. Todo el profesorado, además de ser PT o AL, habla lengua de signos para poder comunicarse con todo el alumnado. Y las familias, tanto sordas como oyentes (aquellas en mayor medida, lógicamente), lo tienen “fácil”, dado que la escuela de padres del centro ofrece cursos para aprender lengua de signos.

Cuando las paredes se caen

Montse Pérez nos recibe en el hall de entrada del edificio principal pocos minutos después de que niñas y niños hayan entrado en las aulas. Nos va a enseñar el proceso en el que el centro se encuentra metido (uno de tantos pero que puede ser capital en unos años). Al inicio de este curso, tras algunas obras de remodelación, han conseguido juntar el aula de primaria de la parte ordinaria, con el primer curso de educación básica del especial. Una pared panelada en el medio de ambas aulas hace las veces de separación (o no) de ambos espacios.

El aula tiene dos formas claras. En un lado hay una que recuerda mucho a una clase de educación infantil de cualquier centro educativo. Sobre la alfombra que domina el espacio, 27 niñas y niños están sentados, reunidos en asamblea. Con ellos se encuentran, hoy, cuatro maestras. Por una parte, una maestra que se expresa en lengua española y otra en lengua de signos. Además, de forma singular, está la profesora de apoyo que hoy acompaña a un alumno con rasgos de trastorno del espectro autista y, excepcionalmente, la especialista en lengua de signos. En otros grupos serían tres, en realidad.

La organización habitual es que en el aula de primaria haya siempre dos docentes, la que habla y la que signa. Cuando abren el aula a la clase de educación especial, se suma la profesora de apoyo. “Nuestra filosofía es la inclusión: que puedan estar, participar y aprender con sus iguales. Pero también necesitan sus momentos específicos”, asfirma Montse

De los 27 niños y niñas que hay, dos pertenecen al aula de educación especial. El resto, a la ordinaria. Y de estos, cinco son sordos y el resto, oyentes. Hay niños con implantes, otros no, hay niñas hiperactivas, con rasgos de autismo, del barrio y de lejos (una familia, incluso, llegó a mudarse desde fuera de la Comunidad de Madrid, nos cuenta Montse, para llevar a su hijo al centro). “Hay niños con problemas del lenguaje pero asociados a discapacidades diferentes. Porque la sordera no viene sola; puede ir con trastornos de la atención, con problemas de desarrollo, con rasgos autistas…”, explica la directora.

Aunque todo tiene su truco. El centro es de línea uno, concertado y con el apoyo de la Fundación Montemadrid, nacida de la extinta Caja Madrid y su Obra Social. Estas características, efectivamente ayudan. En lo organizativo, ya que tienen más o menos 400 alumnos y hay unas 80 personas a su cargo. La Fundación, además, apoya económicamente una parte de los recursos humanos que tienen. Nos cuenta Montse que existe una cuota voluntaria de 25 euros que el 40% de las familias no pueden pagar y no pagan, de hecho.

El proyecto de las aulas que pueden comunicarse y, de vez en cuando, se cierran para que el alumnado de especial pueda trabajar algunos temas, ha comenzado este año con el primero de los cursos pero el objetivo es que vaya ascendiendo hacia el resto de cursos que componen el centro. Llevará tiempo y es posible, dice Montse, que ella misma no pueda verlo antes de jubilarse. Pero ese es el camino que han escogido.

Otro de los trucos está en un equipo de orientación que podría envidiar cualquiera. Logopedas, fisioterapeutas, trabajadoras sociales… Son ocho personas en total.

La Comunidad de Madrid no es estricta con algunas de las cosas que se hacen en el centro, como el hecho de que se haga trabajo por proyectos de investigación en todos los cursos, de manera que la organización de los horarios lectivos no siempre responde a lo que está ocurriendo en las aulas al minuto. Pero no pone pegas. Es un modelo que está funcionando y que, además, a la Consejería no le está costando dinero. No hacen ningún esfuerzo por poner recursos en el Ponce de León.

El aula que recuerda más a la de primaria, con sus sillas y sus mesas, se organiza en diferentes rincones en donde niñas y niños trabajan diferentes aspectos del proyecto que investigan. Un cuadrante en el aula recuerda al alumnado las diferentes zonas y cada uno decide en qué rincón pasará cada día. La única obligación, explica la directora, es que cada niño pase por todas las zonas una vez a la semana.

“Esa autonomía nos permite a los adultos sentarnos con quien lo necesita para que pueda estar trabajando. La batería de actividades de cada mesa se decide en función de qué niños están en cada rincón”, de manera que el proceso de enseñanza-aprendizaje es mucho más individualizado.

Por supuesto, las resistencias están. O estaban. En los primeros años sobre todo, cuando el centro abrió las puertas al alumnado ordinario de secundaria, las familias a las que la administración les daba plaza en el colegio se asustaban porque es de educación especial. A base de trabajo y perseverancia, esas primeras resistencias se fueron diluyendo. Ahora hay lista de espera cuando llega la matriculación.

Cuando vieron que era factible la inclusión de alumno oyente en secundaria, el centro apostó por aumentar a las etapas de infantil y primaria. Le han dado la vuelta al concepto de inclusión. No es el alumnado sordo el que es “empotrado” en un centro ordinario, sino al revés.

Una política que, además, han ido extendiendo a otras organizaciones con las que trabajan. Comenta Montse cómo, cuando comenzó este proceso, colaboraban con la asociación de deporte para sordos. Les hicieron trabajar, a partir de ese momento, con niñas y niños oyentes. De nuevo, la inclusión “al revés”.

Ahora, tras todos estos años, siguen dando pasos. Las reuniones de equipos, con el personal docente y demás, se realizan en lengua de signos. Dado que todo el mundo tiene esta lengua en común, parece lo más sencillo hacerlas así. Y, en el caso de que alguien no tenga el más alto de los niveles (hasta cuatro según el marco europeo de las lenguas), habrá una persona que hará las veces de intérprete. Para las persona oyente.

Además, tienen proyectos Erasmus+. Envían alumnado con necesidades educativas también. El año pasado fueron cuatro alumnos quienes viajaron fuera de España. Viajaron docentes con ellos, para hacer de intérpretes si fuera necesario el caso.

Y, por supuesto, otra de las claves está, claro, en la escasa o nula movilidad del profesorado. Al ser un centro concertado, no tiene el problema habitual con las interinidades. Y al tener un proyecto tan específico, quienes acuden a él para enseñar lo hacen sabiendo perfectamente dónde entran. Han de ser PT o AL, además de tener competencia en lengua de signos suficiente para dar las clases. Los problemas aquí aparecen en secundaria, “con el profesor de Biología”, pone como ejemplo Montse. Es más complicado que un licenciado en un grado que decide hacer el master de secundaria, también tenga inquietudes por la lengua de signos (en el caso de que sea oyente) y tenga ganas de participar en el proyecto del Ponce de León.

Le preguntamos a Montse sobre la polémica de los últimos años que enfrente a quienes defienden la inclusión y a quienes hacen lo propio con la educación especial. “ Yo no defiendo la especial por la especial”. “Entiendo, afirma, que este colegio es único, que en un mismo centro existan los dos modelos es complicado porque la normativa no ha ido por ahí. Pero a mí es el modelo que me gusta: en el que estén integrados los dos, que los grandes profesionales que hay en especial sirvan como recurso en la inclusión y que los niños de la especial y la ordinaria tengan las mismas oportunidades de aprender, estar y de estar con sus iguales”.

Retos

El bilingüismo, al que tan acostumbrados estamos en los últimos años, español e inglés, supone uno de los problemas importantes. El colegio no es bilingüe en estos dos idiomas. Sí lo es en otros. Entre otras cosas, porque el inglés, con el alumnado que tienen, supone la multiplicación exponencial de las dificultades, además de que acabaría suponiendo una segregación interna en el colegio. Todo el mundo tendría que manejar cuatro lenguas: lenguas de signos española e inglesa, además de español e inglés.

Su apuesta está en otro lado, una inclusión sin diferenciación, al menos en la mayor cantidad posible. Pero no renuncian a la enseñanza del inglés, de manera que, además de las horas legalmente establecidas para un centro no bilingüe, el Ponce ofrece horas adicionales para el inglés, tanto para oyentes como para sordos.

Por supuesto, el reto de los recursos y la financiación siempre están presentes. Por su idiosincrasia y por el barrio en el que se encuentran, con mayor motivo.

La burocracia y la oganización es otro reto cotidiano con el que lidian la directora y la secretaria, además de que cada cuatro años como mínimo tienen que “convencer” a la inspección del proyecto que llevan a cabo.
Durante la conversación con Montse aparece también el asunto de las evaluaciones externas. Las enfrentan todas (“Hay que hacerlas”), pero la ddecisión de qué alumno las pasa es individual. “Si yo tengo que exentar a 5, pues no me cruje ningún hueso”.

“Si entendemos que un niño se va a sentir mal si no la hace, pues que la haga. Si me baja la nota me da igual. Si entendemos que lo va a pasar mal porque ni aunque me siente yo con él la va a entender porque tiene su adaptación, su ritmo y su manera, vemos lo que el equipo de orientación dice y tomamos la decisión en función del niño, no de la nota que nos dé. Aunque sabemos que luego las familias miran”.

“¿Quién se ha visto beneficiado? (se pregunta Montse Pérez) Fundamentalmente los sordos. Y por quien montamos toda esta historia, la forma e trabajar, el bilingüismo, es por los sordos. ¿Quién se ve beneficiado en segundo término pero igual al 100%? El ordinario. Se está beneficiando. A parte del aporte de valor que tiene que yo convivo y vivo y me desarrollo con cualquier tipo de capacidad”.

Imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2019/01/DSC_1226-768×513.jpg

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/01/28/donde-la-inclusiva-y-la-especial-van-de-la-mano/

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Comparten campaña de respeto e inclusión para jóvenes LGBT en Francia

Europa/Francia/31 Enero 2019/Fuente: Huffpost

Los chicos de secundaria y preparatoria tendrán información para respetar a la diversidad sexual.

Francia lanzó una campaña para luchar contra la discriminación de personas LGBT en todas las secundarias y preparatorias del país.

La iniciativa se presentó por las redes sociales el 28 de enero, esta iniciativa la apoyada por el Ministerio de Educación y Juventud. Esta campaña que llevará pósters se distribuirá en todas las instituciones educativas públicas del país, la idea es darles información tanto a profesores como estudiantes de la diversidad sexual.

La asociación SOS Homophobia inició esta campaña, su objetivo es que los estudiantes LGBTI franceses se sientan más incluidos en la vida escolar y no sean blanco de violencia.

En el país se han detectado que los índices de homofobia en las escuelas se han incrementado un 38%

Fuente: https://www.huffingtonpost.com.mx/2019/01/28/comparten-campana-de-respeto-e-inclusion-para-jovenes-lgbt-en-francia_a_23655471/

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