Argentina: Nada de educar tras las rejas

La Facultad de Agronomía de la UBA denunció el cese de Reverdecer, un programa que desde hace cinco años brinda capacitación teórica y práctica en el complejo penitenciario de San Martín. La decisión fue tomada como castigo tras la fuga de tres internos.

América del Sur/Argentina/pagina12.com.ar

“Había personas analfabetas que con el proyecto encontraron un lugar de disfrute y aprendizaje. Trabajar con la tierra es sanador, ver cómo crece una planta, el cuidado de la vida.” María Marta Bunge, quien pronunció ayer esa frase, es la coordinadora del programa de educación en cárceles Reverdecer, que lleva adelante la Facultad de Agronomía de la UBA. La institución denunció el “desmantelamiento” del programa y un “avasallamiento a la educación en contexto de encierro en el Complejo penitenciario de San Martín”. Reverdecer funciona desde 2012 y por sus actividades pasaron más de 400 detenidos, más de un centenar de estudiantes y profesores. El Servicio Penitenciario bonaerense resolvió darle fin después de que se fugaran tres internos del penal, un hecho por el cual fueron apartados seis guardias.

Bunge, que coordina el proyecto desde su inicio, explicó a PáginaI12 que fue desmantelado “por un hecho aislado” que ahora le quita la posibilidad de seguir educándose a los detenidos que participan y han participado de las actividades y capacitaciones en jardinería, huerta, producción de plantas ornamentales, cría e incubación de aves, expresión creativa, decoración de macetas y prácticas restaurativas, entre otras.

La excusa para cerrar el programa fue la fuga que se produjo el pasado 23 de septiembre. Los tres internos que se escaparon (había un cuarto pero no pudo huir) lo hicieron un sábado en el horario de visita, simplemente con una soga y un gancho sortearon el muro perimetral. Por supuesta connivencia, seis miembros del Servicio Penitenciario fueron apartados de sus funciones.

Bunge cuenta que, sin mayores explicaciones, las nuevas autoridades del penal le dijeron que el programa no continuaría dictándose en la unidad 47 –donde se produjo la fuga–; mientras que en la unidad 48 sí continúan las actividades del proyecto. Los penitenciarios vaciaron el invernáculo, entregaron las gallinas al INTA y desarmaron los espacios educativos y de formación para el trabajo.

La semana que viene desde la facultad tendrán una entrevista con el interventor del Servicio Penitenciario provincial. El penal, por ley, debe cumplir con tareas de reinserción de los detenidos. Por si fuera poco, el penal no gasta plata con el programa; la Secretaría de Políticas Universitarias puso este año 40 mil pesos para gastos de materiales.

El año pasado se terminó de construir un aula universitaria en el espacio de Régimen Abierto de la Unidad 47, en el cual se dicta el Plan Fines (para terminar la primaria o secundaria de modo semipresencial), además de distintos talleres. Dos estudiantes que pasaron por Reverdecer, luego de la experiencia, decidieron comenzar a dar clases en el Fines: “Es uno de los impactos positivos que genera el programa”, dijo Bunge.

“Las instituciones y sus estudiantes se benefician porque hacemos educación popular”, agregó. Todos los miércoles por la mañana, durante tres horas o más, estudiantes y profesores compartían con los detenidos los distintos espacios al aire libre del programa. Allí, además de tener clases prácticas y teóricas, conversaban sobre lo que pasaba afuera, la angustia que padecían muchos por estar lejos, espacial y temporalmente, de sus familias. “Humanamente es muy enriquecedor, se dialoga con otros códigos, hay otras formas de intercambio.”

Lo producido por los detenidos en la huerta y demás espacios de Reverdecer se comercializa en la feria de la facultad y lo recaudado se deposita por expediente en cuenta judicial, con un porcentaje del 80 por ciento para los alumnos internos.

Pablo Rush, secretario de Extensión de Agronomía, evaluó como “muy positivo” el programa de educación en contextos de encierro y destacó que la extensión es uno de los pilares de la universidad. “Nos interesa tener contacto con diferentes comunidades para abordar diferentes temáticas con problemáticas diversas en distintos territorios”, dijo Rush.

“Queremos volver, es necesario defender el derecho a la educación –concluyó Bunge–. Creemos que no tiene nada que ver con nuestro trabajo lo que sucedió, que nuestra tarea les hace bien a los detenidos y a la cárcel.”

Informe: Gastón Godoy.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/68800-nada-de-educar-tras-las-rejas

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El Salvador: La educación detrás de las rejas

El Salvador/10 agosto 2017/Fuente: La Prensa Gráfica

Unas 820 reclusas cursan educación primaria y bachillerato en el centro educativo que funciona dentro de las instalaciones.

El viceministro de Educación, Francisco Castaneda, realizó una visita al centro penitenciario para Mujeres en Ilopango para verificar el funcionamiento del programa de Modalidades Flexibles de educación, así como el funcionamiento del Centro Escolar Ana Eleonora Roosevelt que opera al interior del recinto.

Unas 820 internas están matriculadas tanto en la modalidad regular que ofrece educación de primero a sexto grado por las mañanas y de séptimo a noveno por las tardes y la modalidad flexible que imparte bachillerato general los días sábado.

Las clases son impartidas por docentes tutores especialistas en matemáticas, inglés, lenguaje y literatura, estudios sociales y ciencias naturales. De las internas que cursan bachillerato, 36 están aptas para someterse a la Prueba de Aprendizaje y Aptitudes para Egresados de Educación Media (PAES).

En 2016, Karina Caballero, de 26 años se graduó de bachiller y obtuvo la nota más alta del centro penitenciario en la PAES. «Aquí solo estudié el segundo año de bachillerato, porque como estaba en el centro penal de Apanteos y ahí estudié el primer año y el noveno grado. Soy sincera, solo estudié ciencias y matemáticas y creo que son las notas más altas que salieron», comentó.

Los centros penitenciarios donde funciona el programa educativo son: Chalatenango, Usulután, Apanteos, Izalco, Quezaltepeque, Ilobasco, Sensuntepeque, San Francisco Gotera, Ilopango y La Esperanza (Mariona).

«Y para nosotros en la política de prevención, de reinserción, de readaptación en el plan El Salvador Seguro nosotros también damos un aporte importante desde el MINED para que todos los privados y privadas de libertad en el país, en los 12 centros penales donde funcinamos y tenemos más de 8,000 privados que están estudiando, no interrumpan sus estudios», dijo Castaneda.

Espera que se amplíe la oferta de tercer ciclo y bachillerato al resto de reclusorios para que los estudiantes no pierdan la continuidad cuando Centros Penales hace traslados de rutina.

Fuente noticia:http://www.laprensagrafica.com/2017/08/09/la-educacion-detras-de-las-rejas

Fuente imagen: http://www.codigosanluis.com/wp-content/uploads/2017/06/16-tras.jpg

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